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Claudia Troncoso Jiménez

Nombre

Fundamento filosófico

Materia

Maribel Martínez

Facilitador

2020-02218

Matricula

31

sección

Introducción

La e ducación e s el med io fundam ent al de las sociedades


pa ra con ser var , transmitir y transformar la cultura y la vida de los
individuos. En este sentido se constituye en el soporte para el
desarrollo de las humanidades, la ciencia y la tecnología,
actividades sustantivas para el avance y el progreso de las naciones.
Una aspiración de la sociedad es aumentar la calidad de la
formación de los miembros que la integran para lograr el nivel de
competitividad exigido por los procesos de modernización y
globalización. Para enfrentar los retos impuestos por las actuales
exigencias internacionales es indispensable fortalecer la educación
nacional. La educación en República Dominicana tiene orientaciones,

metas y compromisos claramente definidos, los cuales están


expresados en forma precisa en el Plan Decenal de Educación
2008 – 2018. La educación puede desarrollarse de forma tal que
estimule en los/las alumnos/as diferentes formas de relacionarse
entre sí. Por lo tanto, el aula puede constituirse en un espacio a
partir del cual se creen prejuicios, estereotipos e incluso se
promueva la discriminación y la exclusión, o bien, puede ser un
ámbito desde el cual se enseñe el igual valor de todas las
diferencias personales, que hacen de cada persona un individuo
diferente a todos/as los/las demás y a cada individuo una persona
igual a las/los otras/os, con capacidad de enriquecerse de la
heterogeneidad de los/as demás.

. Debes realizar las siguientes actividades para que


concrete tu aprendizaje.
a). Realiza un resumen donde plantees los antecedentes y
paradigmas de la Educación Dominicana tomando como
referentes el contexto contemporáneo (puedes hacerlo en
una tabla)
Antecedentes de la educación dominicana
El sistema educativo dominicano se le ha imputado de manera
sistemática incapacidad para responder con eficiencia y calidad a los
desafíos del desarrollo nacional. Respecto a esa temática, los
estudiantes que han publicado coinciden en señalar múltiples
limitaciones en cuanto a la calidad del proceso educativo y sus
resultados. En igual sentido se han pronunciado diversos sectores, tanto
de la sociedad política como de la civil. En relación a la educación la
sociedad se siente preocupada. Ella no les ofrece alternativas para la
apropiada construcción social de la nueva generación. Como resultado
de las exigencias sociales, algunas reformas de importancia fueron
introducidas al curso de los años (1967-1979) en los diferentes niveles
del sistema educativo. Dentro de estos intentos por reformar la
enseñanza cabe mencionar las reformas de nivel primario y la reforma
de nivel secundario.
A continuación, se plantearán las reformas que han servido de
antecedentes inmediatos a los intentos actuales.
La reforma del preescolar
En 1978 dentro de las prioridades del gobierno de este cuatrienio
estaba la educación rural, la generalización de la educación preescolar,
que sería en general gratuita para los niños de 3 a 6 años. Con esta
prioridad se elevó a la categoría de departamento la unidad de
educación preescolar de la dirección general de educación primaria
(DGEP), la cual decidió la elaboración del proyecto de educación
preescolar no formal del suroeste, que sería el eje central de la visión
sobre este nivel de enseñanza.
El propósito básico de este proyecto era “atender necesidades de
desarrollo integral de grandes tamaños de población de niños
preescolares (3 a 5 años) del campo, uniendo característica de servicios
a la de estudio e investigación educativa hasta donde el rigor
metodológico lo permita”

La reforma del nivel primario


Las reformas fundamentales están recogidas en la ordenanza 1”76 y 77”
y se vinieron gestando desde el cuatrienio de gobierno (1970-1974).
Durante este periodo se establecieron como objetivos de la política
educativa lograr aumentar la cobertura de la enseñanza primaria y
mejora la calidad de la educación, sobre todo en el ámbito rural, en el
contexto de la reformulación de las estrategias políticas referidas al
sector agropecuario, tomando como referencia las contradicciones
sociopolíticas que durante años desarrollaron conflictos campesino y
políticos de importancia en el espacio rural.
La reforma del nivel secundario
El nivel medio fue el emergente de un doble movimiento: la necesidad
de fortalecer la formación general, ya fuese por sí mismo o como
antesala para el ingreso a la universidad y como canal de diferenciación
social de las elites y de las clases medias, y la necesidad de
profesionalización para atender la formación de perfiles emergentes
vinculados a diferentes etapas del desarrollo político, cultural y
económico de los distintos países. La formación de los Estados
modernos presionó para formar funcionarios y para crear colegios
nacionales y comerciales. La vocación exportadora e industrializadora
de un sector terrateniente y la preocupación de empresarios orientados
a la sustitución de importaciones, influyó en favor de la creación de
diversos perfiles para trabajos específicos en los tres sectores clásicos
de la economía (Gallart, M.A. 1984, 1993; Rama, G)

En el marco de ese doble movimiento sus diferentes modalidades


fueron constituyéndose con una identidad peculiar -especialmente
vinculada al grado de compromiso con los dos tipos de funciones
diferencialmente asumidas por cada modalidad-, y, por otra parte, todas
estuvieron cruzadas por una fuerte tendencia a la segmentación,
profundizada como consecuencia de la expansión de la matrícula y del
impacto de la actuación del sector privado (Braslavsky, C., 1985;
Bracho, T. 1988).

A partir de la disconformidad general con el sistema educativo y con el


nivel medio, hacia comienzos de la década de los 90 parecía haberse
llegado a un cierto consenso, de acuerdo al cual ninguna de las dos
funciones (la político-propedéutica-social y la profesionalizante) estaría
siendo cumplida satisfactoriamente.

La expectativa político-propedéutica-social estaría más fuertemente


depositada en las modalidades académicas que ofrecen el título de
bachiller. En este caso, habría un claro diagnóstico respecto a que en
sus instituciones se «pasa el tiempo», produciéndose una suerte de
efecto guardería para jóvenes que no pueden ser incorporados por el
mercado de trabajo (Cariola, L. 1992).

Por su parte, la expectativa de formación profesionalizante estaría más


basada en los establecimientos de las modalidades técnicas, que en
algunos países incluyen tanto ramas vinculadas a los procesos
productivos como a los servicios, mientras en otros sólo a las primeras,
ya que las segundas se subsumen en los bachilleratos. Como
consecuencia, habría diagnósticos en relación a que sus egresados no
encontrarían mejores destinos ocupacionales ni tendrían ingresos más
elevados (Gómez Campo, V. M. 1992).

Paradigmas de la Educación Dominicana


El paradigma educativo que describe es el de un modelo educativo
similar al sistema de la industria. En el cual entran niños distintos y
se les trata de transformar en personas capaces de desempeñar una
profesión en el mercado laboral. Este paralelismo escuela/fábrica
(taylorismo), queda perfectamente ejemplificado por elementos como
el timbre, la formación en filas, las aulas separadas, los bloques de
materias, las promociones en función de la edad… que acaban por
oprimir la creatividad del niño. Es una escuela al servicio del
mercado, o al neoliberalismo mercantil como diría Esta mentalidad de
cadena de montaje, produce una estandarización, que hace que la
sociedad pierda una rica diversidad en aras del progreso económico.

En este contexto, el sistema de educación actual realiza comprometidos


retos en los que las instituciones sumergen a los alumnos en un
entramado de limitaciones, normativas y pretendidas innovaciones de
extraño recorrido y escasa pedagogía. En comunicación, por ejemplo
–área en la que desenvolvemos nuestra actividad docente–, los
ámbitos desarrollados por los medios han desplegado un
imaginario de pensamiento utópico, donde el individuo queda
desprotegido, carente de fuerza y sobre él, se ejerce un profundo
relativismo sistémico: Se puede afirmar, que el sistema acomoda a sus
intereses económicos los valores éticos al disolver las obligaciones
sociales, la solidaridad como compromiso y hasta la noción ética. La
actuación de los sistemas educativos en esta nueva realidad resulta
desalentadora. El abandono institucional o la falta de imaginación hacen
que en las actuaciones se instalen en una situación que no se terminan
de comprender, asumiendo signos de ignorancia y retos diferentes a los
exigidos para hacer frente al avance de una colectividad. La educación
parece considerarse como un procedimiento menor en la construcción
del propio tejido evolutivo y social. Analfabetos en muchos sentidos,
sumidos como estamos en la retórica del ego, nos estamos replegado
en una zona de confort sin precedentes en la que al parecer hemos
dejado de lado los logros sociales, culturales y personales que nos han
precedido. Por otro lado, resulta contradictorio comprobar como la
capacidad biológica de la cognición se desborda por un incesante flujo
de información. Los recursos, en las sociedades avanzadas, son
exponencialmente divergentes a las necesidades, pero, sobre todo, a
nuestra capacidad de asimilación limitada biológicamente hablando. La
divergencia cognitiva, tecnológica y cultural se suma, en estos días, a la
obtención sin pérdida de tiempo de rédito inmediato, ya que toda
demora parece considerarse como un estigma. Consumo y producción
sistemática que nos está sumiendo en una de las mayores crisis de
identidad producto de un «éxito» que en ocasiones pone sobre la mesa
el tema de nuestras limitaciones humanas. El conocimiento que somos
capaces de generar es inversamente proporcional a nuestra capacidad
para asimilarlo. Si es cierto que todos los cambios traen consigo una
pérdida selectiva de lo asimilado, es necesario ser capaces de entender
que el nuevo paradigma se está instalando sobre una base de incultura
existencial preocupante y que la progresión es exponencial-mente
mayor a la que concurriera en cualquier otra época anterior. No está de
más pensar que esa selección toca de lleno a nuestros sistemas
educativos y lo hace donde más le duele a la cultura: creando
analfabetos funcionales, capaces de resolver, sí, pero no de
experimentar a través de un conocimiento y criterio propios lo asimilado.
Aprender a aprender, reza como uno de los epígrafes en nuestro
sistema actual universitario, sin embargo, se hace necesario un:
aprender a pensar. No solo como forma de comprender(nos) sino como
espacio empático en la comprensión del otro y por lo tanto, del mundo
que estamos construyendo. Es necesario pensar en la educación como
una creación en el tiempo, un procedimiento de asimilación progresivo,
extendido sobre nuestra propia experiencia que requiere de paciencia,
fracasos y, sobre todo, de adaptación y flexibilidad.

b) Resalta los aportes educativos realizados   en nuestro


país durante la Ocupación Norteamericana desde 1916 -24.
Durante los primeros años de la intervención norteamericana en nuestro
país en 1916, se produjo en inicio de una “Reforma Educativa”. Una de
las primeras disposiciones del gobierno de ocupación fue, la
promulgación de una ley que establecía que la educación primaria para
los niños de 7 a 14 años era obligatoria y gratuita, la creación del
Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión general de
la instrucción pública.

 Las autoridades norteamericanas nombraron a Julio Ortega Frier, como


Superintendente (Gerente) de educación. Este se desempeñó, junto a
otros que al igual que él había estudiado en Estados Unidos, en mejorar
las pésimas condiciones en que se encontraba la educación.

 En los primeros cuatro años, ya se daban cifras alentadoras sobre


progresos alcanzados. Cerca de la mitad en edad escolar se había
matriculado y alcanzaban en 85% de asistencia.

Se instalaron numerosos planteles escolares primarios en las zonas


rurales. Se le prestó escasa atención a la educación secundaria, se
cerró la Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto a la
Universidad de Santo Domingo.

El gobierno de ocupación cambio totalmente el esquema orgánico del


sistema educativo. Sustituyéndolo por un sistema jurídico compuesto de
cinco dispositivos legales:

Ø Ley Orgánica de Enseñanza Pública.

Ø Ley para la Dirección de la Enseñanza.

Ø Ley General de Estudios.

Ø Ley para la Enseñanza Universitaria.

Ø Ley sobre el Seminario Conciliar.

El artículo 1º de la Ley Orgánica de Enseñanza Pública dividía la


enseñanza en pública y particular. La pública podía ser oficial o
semioficial. El artículo 2º establecía el tipo de estructura académica del
sistema.

Los apartados 5º y 6º trataban de la educación especial y la educación


universitaria. El artículo 3º establecía la obligatoriedad de la educación
primaria para todos los niños que han cumplido siete años de edad y
que no hubieran cumplido catorce. El artículo 4º hacía constarla
gratuidad de la enseñanza primaria oficial. Este conjunto de leyes
constituyo la base de ordenación jurídica de la educación dominicana,
hasta fines del siglo XX.

El gobierno Militar de Ocupación continuo la reforma iniciada y creo en


1919 la sociedad popular de educación, cuya finalidad fundamental era
colaborar con la construcción de locales escolares. Hasta 1919 las
hembras y los varones estudiaban en escuelas separadas, pero a partir
de esta fecha surgieron las escuelas mixtas y el sistema de tandas. Se
contemplaron sanciones a los padres o tutores que descuidaron la
asistencia de los niños a la escuela.

En 1920 la matricula estudiantil era de 101,886 alumnos así mismo en


este año la cantidad de profesores ascendió a 1,684 de los cuales 886
eran mujeres y 768 hombres.

En 1921 se dispuso que para ser maestro era necesario poseer título o
certificado que acreditaran su función docente. Al concluir la ocupación
norteamericana en 1924 la estructura educativa había sufrido cambios
notables en cuanto a su organización y mejora educativa.

La investigación realizada por Cabrera, reveló que, durante la ocupación


militar norteamericana, se logró centralizar las actividades del sector
educativo. “Sentaron las bases para la organización del Estado, sin
embargo, en lo atinente a la educación, se concentraron en los niveles
primarios y rudimentarios. En el nivel secundario y universitarios sus
aportes fueron muy limitados, a no ser por la presión de la pequeña
burguesía, que buscaba por mayor espacio en la educación superior”.

Conclusión
Concluyo con esta unidad, la cual fue muy provechosa para mi ya que
en ella aprendí lo que fueron los antecedentes de la educación
dominica, cuales fueron las reformas que han servido de antecedentes
inmediatos, las cuales fueron: La reforma del preescolar, la reforma del
preprimario, y la reforma de la secundaria.

También indague lo que era el paradigma de la educación dominicana


es el de un modelo educativo similar al sistema de la industria. En el
cual entran niños distintos y se les trata de transformar en personas
capaces de desempeñar una profesión en el mercado laboral.

Investigue sobre los aportes de la ocupación norteamericana desde


1916-1924.

Vuelvo y repito que fue de mucho provecho para mí, espero y sea de
su agrado lo investigado.

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