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Doctorado en Ciencias de la Educación

Política Educativa en el contexto nacional e internacional

Adriana Díaz Hernández


MCDO18914

2.1Documento: “Tendencias internacionales en


materia de política Educativa”

Unidad 2 (semana 2)

José Ricardo Alpuche Ibarra

28/09/2019
Tendencias internacionales en materia de política Educativa

Epígrafe

“Para que la globalización sea positiva, ha de serlo para pobres y ricos por igual. Tiene

que aportar el mismo grado de derechos que de riquezas. Tiene que suministrar el

mismo grado de justicia y equidad social que de prosperidad económica y de buenas

comunicaciones” Kofi Annan

Introducción

El tema de la Globalización en la educación juega un papel importante ya que se

inserta en todos los ámbitos de desarrollo de un país, de ahí su importancia de

indagar para conocer las tendencias internacionales en materia de Política

Educativa. El problema de la globalización no es sólo a nivel de Colombia o México,

sino que se da en todos los países de América Latina.

Uno de los primeros obstáculos de todo proceso de reforma educativa en

tiempos de globalización en cada uno de los países es la necesidad de modificar el

funcionamiento educativo acorde a las políticas nacionales e internacionales. Las

estrategias de cambio radical provenientes de fuera provocan la resistencia en los

países subdesarrollados. En América Latina existe un amplio consenso en que la

educación es el instrumento por excelencia para superar simultáneamente los

problemas de desigualdad social y de competitividad económica

La globalización se define come un proceso económico, tecnológico, social y

cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e

interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados,

sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales,


económicas y políticas que les dan un carácter global. Desde mi punto de vista la

globalización en sentido amplio es la integración de actividades, economías,

personas, capitales y conocimientos entre las naciones del mundo, que tiene como

principal motor las tecnologías de la información y la comunicación.

En ese orden de ideas, se dice que el mundo está cambiando de modo

constante, con la globalización se observa que la sociedad es más dinámica en

todos sus aspectos, lo cual hace que ésta exija generaciones de que estén mejor

preparadas para afrontar los retos de este siglo. Actualmente estamos transitando

hacia la denominada “Sociedad del Conocimiento” donde la disponibilidad de la

información, el acceso y la aplicación de conocimientos se han vuelto un recurso

valioso para el desarrollo de oportunidades y de crecimiento económico. Por este

motivo es primordial que los niños y jóvenes se integren a las diferentes áreas del

conocimiento como lo es la científica, tecnológica y humanística de esto dependerá

su acceso a oportunidades de desarrollo en general.

A continuación de acuerdo a los textos dados para esta segunda Unidad

sobre las tendencias internacionales en materia de política educativa y las

propuestas de los organismos internacionales se describen los siguientes aspectos:

Los desafíos de la globalización en los sistemas educativos latinoamericanos, las

visiones sobre desarrollo y educación, el impacto de los cambios tecnológicos, la

generación de conocimiento y desarrollo de competencias, las prioridades de los

sistemas educativos latinoamericanos, la dimensión internacional de la educación y

el reconocimiento de las necesidades regionales.


Desarrollo
__________________________________________________________________

Los desafíos de la globalización en los sistemas educativos latinoamericanos

Los actores deberán ser críticos de aquello que se decide enseñar como parte de

las políticas educativas, seleccionando lo pertinente para las comunidades

escolares conforme con las necesidades y requerimientos.

Las escuelas deben convertirse en escenarios de profunda reflexión que

busquen fortalecer el profesionalismo basado en la autonomía y la praxis

pedagógica, reconociendo la capacidad de los maestros para liderar procesos de

enseñanza aprendizaje. De esta manera, Ball (2006) asegura que el docente debe

reconocer los múltiples problemas y desigualdades del mundo actual para generar

en los estudiantes conciencia social que los involucre como seres humanos y

ciudadanos.

Implica reevaluar los planes de estudio y modificarlos para dar paso a la

praxis pedagógica y relacionarla con el desarrollo humano, permitiendo fortalecer

capacidades de las personas. Humanizar la sociedad es introducir una educación

que rompa con el círculo alienante de los condicionamientos e indique una dirección

intencional. Resignificar lo público significa diseñar y llevar a cabo proyectos

formativos que partan de la misma identidad de los grupos escolares. Los docentes

deben ser actores críticos frente a la información que suministran a los estudiantes,

para ello, deben generar experiencias de aprendizaje que ubiquen al estudiante en

situaciones complejas.
La globalización cambia el concepto de educación y el rol del docente, pues

la tecnología de la información modifica el acceso al conocimiento. El profesor

fomenta en el estudiante habilidades de creación y producción intelectual. De esta

manera, León (2004) asegura que el maestro debe ayudar al estudiante a construir

su propio conocimiento sobre la base de buscar y usar críticamente información. La

escuela se convierte en un puente entre: Individuos en formación y diversas fuentes

de información, con la intención de formar desde la perspectiva autónoma y libre de

sus criterios. Para ello, es importante enfatizar en el manejo de información, pues la

educación debe impulsar la ciudadanía y la democracia como bases estructurales

para una nueva comprensión y desarrollo humano.

De acuerdo a la Confederación de MRP (2000), la educación puede jugar un

rol fundamental en la superación de las desigualdades sociales, porque si bien las

Instituciones educativas, no son las únicas instancias de acceso al conocimiento, sí

son las únicas que pueden asegurar la distribución equitativa en la formación. La

educación ha de ofrecer igualdad de oportunidades educativas en cobertura y

calidad, ya que es un elemento de transformador de la sociedad para que los

sectores ricos y pobres tengan oportunidades semejantes y vayan disminuyendo

“las brechas sociales” (Marchesi, 2000) que caracterizan nuestra región. La realidad

que hoy muestra el sistema educativo colombiano acusa serias deficiencias,

manifestadas en altas tasas de analfabetismo, crecimiento en los niveles de

repitencia y deserción, insuficiente preparación para el mercado de trabajo, bajos

niveles de cobertura y de calidad, entre otros aspectos. Esta realidad comprueba

que, en Latinoamérica, específicamente en Colombia y en regiones como


Santander, Casanare y Nariño, la suerte de la educación y de las instituciones

educativas, está ligada a las realidades económicas, sociales y políticas.

Por tal motivo, de acuerdo a Gorostiaga y Tello (2011), “la educación en

América Latina debe dar el salto hacia el siglo XXI y emprender las nuevas tareas

de las cuales dependen el crecimiento económico, la equidad social y la integración

cultural, adaptando para ello sus estructuras, procesos y resultados y las políticas

educacionales a las transformaciones que por efecto de la globalización

experimentan los contextos en que se desenvuelven los procesos de enseñanza y

aprendizaje. En el final del libro, Rivero critica a los países de la región por no invertir

lo suficiente en educación y por no facilitar canales de diálogo y participación

ciudadana en los procesos de reforma” (p, 9).

Considera además a la globalización como la expresión de los intereses de

los grupos dominantes tanto a nivel internacional como de cada país. Postula que,

desde los años noventa (y aun antes), la reforma educativa en América Latina ha

sido guiada por la ideología neoliberal, la cual es funcional a dichos intereses, y

promovida por las organizaciones multilaterales. Se parte de una visión de conflicto

entre distintos grupos sociales con diferentes intereses, tanto a nivel global como a

nivel de sociedades nacionales, donde la “lucha” y la “resistencia” de los grupos

subalternos donde se ubica a los docentes y sus organizaciones sindicales resultan

fundamentales para la transformación social.

La globalización es abordada como un fenómeno que enmarca los cambios

educativos de las últimas décadas. El énfasis, a diferencia de la Crítica Normativa,

no está puesto en los juicios de valor sobre el proceso de globalización y sus


consecuencias sino en la explicación de los mecanismos e implicancias de las

reformas implementadas, usando un tono menos taxativo. Esta distinción entre

ambas perspectivas no pretende ignorar el componente analítico que existe en la

Crítica Normativa ni el aspecto normativo que la Crítica Analítica también posee. (p.

16). Paralelamente, otro fenómeno propio de estos tiempos es el de la

mercantilización de la educación, que también impacta directamente las políticas de

formación y profesionalización docente y sobre otras políticas y prácticas educativas

(Tello y Gorostiaga, p. 19).

La globalización neoliberal ha tenido impacto en tres aspectos de la

educación latinoamericana (Torres, 2007) a nivel de la economía política del

financiamiento educativo, promoviendo formas de privatización, financiamiento a la

demanda y escuelas autogestionadas (Tello y Gorostiaga, p.20). Torres plantea la

necesidad de “una educación para la justicia social” En el contexto de la lucha contra

la globalización neoliberal, la respuesta está en promover una proletarización

respetuosa y digna, de los hombres y mujeres de este planeta, basada en una ética

del trabajo, la comunicación y la solidaridad, pero también una ética de la producción

que no esté fundada en la codicia, avaricia o usura. (p. 16).

El documento en el que sindicatos docentes de Argentina, Brasil, Chile y

Uruguay (CTERA et al., 2005) realizan un análisis de las reformas educativas

conducidas en sus países durante la década de 1990 denuncia que los sistemas de

educación de Latinoamérica han sufrido grandes transformaciones, con frecuencia

bajo la presión de instituciones internacionales como el FMI, el BID y el BM. La

globalización es vista como un proceso hegemonizado por los organismos


multilaterales financieros, expresando los intereses de elites internacionales y

locales a través de políticas neoliberales y neoconservadoras. Estas políticas,

sostiene el texto, incluyen la liberalización económica, la privatización de las

empresas estatales y la desregulación laboral. En el plano educativo, esta

hegemonía se traduce en la “imposición” de determinadas políticas, por lo general

inspiradas en la economía de mercado, “con mínimas adaptaciones a las

particularidades nacionales” (p. 25).

Las visiones sobre desarrollo y educación

Ball, (2014) en su artículo “Globalización, mercantilización y privatización:

tendencias internacionales en Educación y Política Educativa” realiza un aporte

valioso sobre algunos aspectos de la privatización de la educación y de las políticas

públicas como un fenómeno internacional de importancia creciente, interesándole

explorar cómo está cambiando el mundo de la educación y cómo se está

transformando la educación en el mundo. Tanto el desarrollo de nuevos tipos de

negocios educativos globales como las novedosas formas de comercio de la

economía educativa, trascienden la división educación pública/educación privada, y

transforman todos los servicios de la educación en mercancías que pueden

comercializarse y de las cuales pueden extraerse ganancias (p. 4).

En su artículo Gorostiaga y Tello (2011) afirma que estas reformas se

produjeron en el marco de procesos de reestructuración neoliberal del Estado y la

economía que incluían la apertura al comercio internacional y el fomento de la

inversión extranjera, con el apoyo de diferentes organismos internacionales. Desde


2002, con cambios en las orientaciones políticas de algunos de los gobiernos de la

región, algunas políticas parecen reorientarse hacia una regulación más directa por

parte de los estados nacionales y una recuperación de la educación como derecho

social. Pulido Chaves (2010) distingue entre tres tipos de políticas educativas a nivel

nacional que se estarían dando actualmente en la región: 1) las continuidades

neoliberales (México, Perú, Chile desde 2010, Costa Rica, Colombia, entre otros);

2) las rupturas de concertación (Argentina, Brasil, Chile 1990-2009, Guatemala,

Uruguay y Paraguay); y 3) las rupturas de autonomía (Bolivia, Ecuador y

Venezuela). Según este autor, lo que los modelos de ruptura están marcando, en

mayor o menor medida de acuerdo con los diferentes contextos sociales y políticos

nacionales, es un avance hacia una concepción democrática y radical del derecho

a la educación, en oposición a la visión mercantilista que predominó en los noventa

y que se perpetúa en las políticas del primer tipo.

La educación juega un papel primordial en la formación de los sujetos que

conforman diversas sociedades, es la base de cualquier Estado que quiera surgir y

mejorar las condiciones de vida de sus pobladores., por lo tanto, se concluye que la

necesidad de mejorar la educación en América Latina se realizará por medio de una

mayor inversión económica por parte del Estado. Mejoras en infraestructura, en el

currículo, en los programas educativos, desarrollo de recursos didácticos-

tecnológicos y docentes mejor capacitados, son herramientas indispensables para

generar una educación de calidad. Una educación más asertiva que goce de

eficacia y calidad, con programas de estudio más óptimos y con mayores recursos
económicos, rendirá mayores frutos en la formación de personas mejor capacitadas

para los retos del nuevo siglo.

Una solución posible será la de dotar mayores recursos a la educación, un

incremento en el Producto Interno Bruto (PIB), haría factible la inserción de mejores

insumos para las escuelas rurales, de tal manera, que se genere condiciones

similares de equidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Eliminar la brecha

entre las zonas rurales y urbanas generaría una universalización de la educación

basados en el principio jurídico de “Igualdad”. Una educación rural con recursos que

permitan a los estudiantes y docentes poseer el equipo tecnológico y laboratorios,

para producir jóvenes con mayores conocimientos en diversas áreas del saber, así

como sujetos más adaptables a los cambios de la globalización.

El impacto de los cambios tecnológicos.

La introducción de las tecnologías de la información y las comunicaciones

(TICS) como instrumentos para el mejoramiento de la enseñanza, en donde la

calidad es asimilada a estándares y competencias; cambios en el conocimiento y

en la idea de ciencia, en las figuras de la razón, en los procesos comunicativos y

tecnológicos, nuevas formas de subjetividad, transformaciones en la pedagogía

(construyendo una idea técnica objetiva de los procesos educativos y pedagógicos),

la despedagogización (en donde se reduce la pedagogía a los mínimos necesarios,

de corte didáctico, y en donde cualquier profesional puede considerarse docente o

maestro), la transformación de los currículos de forma universal y transversalidad,

la desprofesionalización y pauperización docente, entre otros muchos aspectos


visibilizan el intento por modificar el proyecto escolar y educativo del capitalismo

cognitivo (Mejía, 2008).

De este modo, el docente deberá reconocer los múltiples problemas y

desigualdades del mundo actual, para que se forme entre los estudiantes una

conciencia social que los involucre como seres humanos y ciudadanos. Gran parte

de las deficiencias del sistema educativo vigente está en la reducción de la

formación a meros aspectos técnicos y de contenido que poco o nada tienen que

ver con las urgencias manifiestas de las comunidades locales. Y ello se debe al

efecto del discurso de la globalización que tiende a eliminar lo local para dar

prioridad a lo global. los planes de estudios de las escuelas deben ser reevaluados

y modificados ara dar paso a una praxis pedagógica relacionada con el desarrollo

humano que permita ensanchar las capacidades de las personas y al contrario se

acrecienten sus oportunidades y posibilidades para gozar de una vida digna.

Las TIC se han convertido en el apoyo de un desarrollo económico

significativo y ha generado un profundo cambio sociocultural. Las políticas

educativas han tratado de trasladar esta palanca de transformación social a los

sistemas educativos con la finalidad de mejorar y cambiar las prácticas de

enseñanza y aprendizaje. Las TIC pueden ser utilizadas para mejorar la

comprensión de los conocimientos por parte de los alumnos, pueden contribuir a la

calidad de la educación y, en consecuencia, pueden aumentar el impacto de la

educación sobre la economía, y (d) la creación y compartir el conocimiento, así

como la innovación tecnológica, pueden contribuir a la transformación del sistema

educativo y el sostenimiento del desarrollo económico y social.


Una innovación pedagógica apoyada en TIC se ha definido como un conjunto

de soluciones pedagógicas y medios tecnológicos que apoyan un cambio desde el

paradigma educativo tradicional hacia un enfoque pedagógico emergente, basado

en nuestra actual concepción del aprendizaje, es decir, el fomento del aprendizaje

centrado en el alumno y el constructivismo, y la adquisición de competencias de

aprendizaje para toda la vida (Nachmias et al., 2008). Para Drent & Meelissen

(2008), un uso de las TIC puede ser considerado «innovador» si tiene las siguientes

características:

a) La aplicación de las TIC facilita el aprendizaje centrado en el alumno: los

estudiantes pueden influir, con gran autonomía, en su propio aprendizaje adaptando

éste a sus propias necesidades e intereses.

b) Existe una diversidad de herramientas en el uso de las TIC: se combinan

diferentes aplicaciones TIC porque cuando sólo se utiliza una aplicación es menos

probable que el profesor haya integrado el uso de las TIC en el apoyo a la

programación educativa orientada al alumno.

Algunos profesores consideran que las TIC pueden potenciar la creatividad

de sus alumnos, pero existen limitaciones diversas que lo impiden como, por

ejemplo, la falta de tiempo para aprender a usar determinados programas en clase

que permitan al alumnado la expresión artística de ideas o emociones.

La creatividad, yo creo que eso sí que se podía favorecer, pero creo se

favorece poco, yo creo que se favorece poco. Hay programas muy útiles, pero que

no llegamos a ellos, que no tenemos tiempo… yo por ejemplo el GIMP, el Zurbarán

en LINEX, a mí me encanta, es un programa muy potente de tratamiento de


imágenes, súper potente, pero también tiene cositas que los niños pueden hacer,

pero por ejemplo no me da tiempo de trabajarlos en el aula. (Valverde, Garrido y

Sosa, 2010).

Pero también es cierto que el uso de determinados programas o aplicaciones

informáticas en el aula no actúa como un potenciador de la creatividad en los

alumnos puesto que están diseñados de tal modo que no existe posibilidad para el

ensayo-error. Las TIC se consideran como un instrumento eficaz para la

consolidación de los aprendizajes, que se han desarrollado en procesos de

enseñanza previos y sin apoyo de tecnologías digitales. Son herramientas que

refuerzan los conocimientos adquiridos y aumentan la eficacia de la enseñanza.

Actúan como un complemento a actividades docentes de carácter expositivo con

uso de tecnologías tradicionales: pizarra y tiza (Tiramonti 2010, p. 14).

Generación de conocimiento y desarrollo de competencias

La educación es la clave para prosperar materialmente y ganar movilidad

social al mismo tiempo, fundamental para la creación de nueva ciudadanía,

cohesión comunitaria, difusión de valores pro-sociales, preservación de identidades

locales y nacionales, desarrollo y protección colectiva frente al mercado,

autoconciencia de derechos humanos y del cuidado medio ambiental (Pérez, 2008,

p. 14).

En otras palabras, la educación debe ser garante de la conservación de las

prácticas, las costumbres, las creencias, los valores y los saberes construidos a

través de la historia y el trabajo de cada una de las comunidades, es decir, la cultura

que las diferencias de otros grupos poblacionales. Entonces, resignificar lo público


es diseñar y llevar a cabo proyectos formativos que partan de la misma identidad de

los grupos escolares, su historia, sus subjetividades y la visión de presente y futuro

que se tiene. A su vez, representa una tarea que implica la construcción de un

sentido de pertenencia local en donde es fundamental reconocer lo que nos

pertenece y, por ello mismo, lo que debemos defender. Esto es un asunto crucial,

pues uno de los mayores problemas estructurales de la sociedad actual es la

corrupción que se expande y potencia a medida que aumenta el desdén de las

comunidades por lo público, y cuyos efectos se observan en el incremento de la

pobreza, la desigualdad, la inequidad, la exclusión y la disminución de la calidad de

vida.

Por otro lado, las escuelas como producto de la integración e

interdependencia de los países deberán robustecer la identidad regional y la visión

conjunta de los pueblos que comparten una historia y unos retos particulares. En el

caso de América Latina, la educación deberá posicionarse como un bien público

que permita superar la pobreza, la desigualdad, el hambre, la inequidad y el

desempleo. Esto significa que las estrategias pedagógicas deben orientarse hacia

una formación política y social que les permita a los sujetos concebirse como

ciudadanos democráticos que pertenecen a diferentes grupos: el barrio, la ciudad,

la nación, la región y el mundo, revalorando su papel con los demás y el entorno.

Las propuestas reformistas portaron una interpretación de los cambios que

estaban sucediendo y conceptualizaron el futuro como “la sociedad del

conocimiento”, donde la competencia estaba abierta a todos siempre y cuando los

países adaptaran sus estructuras de gestión a las exigencias de este mundo


competitivo y reorganizaran sus sistemas educativos de acuerdo a los nuevos

criterios del mercado competitivo. Los diferentes países descentralizaron la

administración y/o financiamiento de la educación, focalizaron sus políticas,

aumentaron los años de escolarización de su población, desarrollaron una

tecnología para la evaluación de resultados, regularon a los docentes a través de

instrumentos evaluativos, valorizaron la autonomía de las escuelas y, con impacto

muy diferente por países, implantaron criterios de mercado para la organización del

sistema.

En la última década muchos de los países de la región (Argentina, Uruguay,

Perú, Chile, Bolivia, Nicaragua, Guatemala y El Salvador) han dictado una nueva

legislación en materia educativa en la que explicitan renovadas visiones, énfasis y

soluciones institucionales para las problemáticas educativas nacionales. En líneas

generales la legislación se propone redefinir el marco jurídico que se generó al

amparo del neoliberalismo de los noventa y orientarlo a favor de una mayor

presencia del Estado como garante del derecho a la educación. Después de la ola

descalificatoria del Estado que caracterizó a la década del noventa, esta legislación

da cuenta de un esfuerzo de reconstrucción de su legitimidad y de su capacidad de

organizador del sistema.

La nueva legislación define en términos de “inclusión” la nueva “cuestión

educativa” que debe ser abordada por el conjunto de los países de la región. La

reciente Cumbre Iberoamericana realizada en Mar del Plata define de este modo

los desafíos de la educación para nuestros países, lo que demuestra la influencia

de estos organismos en la definición de los objetivos de la política nacional. Se


analiza que la mayor dificultad para avanzar en la universalización de los diferentes

niveles está en lograr la incorporación de los sectores marginados, caracterizados

por su situación de extrema pobreza o de pertenencia a minorías históricamente

excluidas. En este contexto diferentes países de la región han avanzado en la

creación de alternativas de escolarización que modifican los formatos tradicionales

de la escuela moderna, con la finalidad de flexibilizarlos y adaptarlos a las

posibilidades de las poblaciones que atienden. Estas experiencias desarrolladas en

muchas de las grandes ciudades de la región ponen en evidencia los límites de la

escuela tradicional para cumplir con la promesa de una educación inclusiva en el

contexto de sociedades crecientemente desiguales. (Tiramonti 2010, p. 4).

Ante esta situación, el educar debe constituirse dentro de las instituciones

educativas básicas, medias y superiores, en un proceso social que conlleve a la

integración del hombre a la sociedad, brindándole las herramientas necesarias que

lo lleven a desarrollar capacidades para conocer y transformar el mundo que lo

rodea. Lograr este objetivo no es tarea fácil, ya que los sistemas educativos actuales

en nuestro continente, enfatizan más en la labor práctica del educar, es decir, en el

saber y en el hacer, antes que, en el ser, esencia misma del ser humano. La

educación actual se ve a como una mercancía en la cual lo importante es ser

competente; de hecho, las políticas educativas basan los currículos en las

competencias y logros, donde el docente se convierte en el instrumento para este

fin (Flecha, R. 2000). Frente a esta realidad, la tarea de las instituciones educativas

y universidades deben ser la de enseñar a pensar, ejercitar el sentido común y dar

rienda suelta a la imaginación creativa e innovadora. “Se trata de que el aprendizaje


vaya más allá de los conocimientos enciclopédicos en un campo determinado y se

centre en las capacidades intelectuales y los valores universales” (Jonás, H. 1995).

Prioridades de los sistemas educativos latinoamericanos

Una de las principales debilidades de los países de ALC en el mercado

mundial actual es la falta de capital humano, lo cual ha limitado severamente su

capacidad de dedicarse a la investigación y de introducir innovaciones tecnológicas.

Por lo tanto, sus posibilidades de responder al desafío de la competencia

internacional dependerán de la rapidez con que puedan diversificar sus economías,

actualizar las habilidades de su fuerza laboral actual, y preparar a los niños para

adaptarse a las circunstancias económicas cambiantes cuando ingresen al mundo

laboral. (Documento del Banco Mundial, p. 28).

Se identifican en este texto cinco factores como causas del bajo desempeño

de las escuelas: 1) falta de estándares de aprendizaje y de sistemas sólidos de

medición de resultados; 2) enseñanza a cargo de docentes con débil formación,

malas condiciones de trabajo y falta de incentivos; 3) ausencia de mecanismos de

rendición de cuentas en un contexto de débiles conexiones entre escuelas,

comunidad local y empleadores; 4) inversión por debajo del promedio de los países

desarrollados, en particular en los niveles primario y secundario; 5) la mayor

influencia de grupos de interés (como sindicatos docentes y estudiantes

universitarios) respecto a los padres, docentes y empleadores en la formulación de

las políticas educativas. (Tello y Gorostiaga, p. 8).

El documento de CEPAL/OEI/CE (2004), por ejemplo, presenta un enfoque

que intenta diferenciarse de una aproximación puramente economicista y explica


que “la educación no sólo forma capital humano; es también una vía de realización

humana y un mecanismo de transmisión de los valores sociales que permiten la

convivencia” (p. 22). Los autores explican que el insertarse en la dinámica global es

una deuda pendiente que las reformas educativas en América Latina no han logrado

resolver. En este sentido, plantean que el sistema educativo debe contribuir a la

competitividad de la producción interna, tanto de bienes como de servicios. (Tello y

Gorostiaga, p. 9). En la evaluación de diez años de reforma educativa en la región,

el texto destaca la centralidad de la educación como parte de las estrategias de

desarrollo; la implementación generalizada de un nuevo modelo de gestión que

combina la descentralización de cuestiones operativas con la centralización de las

decisiones de política, la evaluación y el currículo; y acciones para mejorar la

calidad, como el desarrollo de sistemas de evaluación, programas de

“discriminación positiva” y aumento de la autonomía escolar, aunque reconoce que

es difícil saber si estas acciones han cumplido con los efectos que se proponían.

Los países han logrado consensos en torno a las acciones necesarias para

conseguir una educación de mayor calidad, sin embargo, es preciso avanzar hacia

una mayor relación entre calidad y equidad, fortaleciendo la Educación Pública y el

rol estratégico del Estado para asegurar la igualdad de oportunidades. En este

sentido, es fundamental que en los procesos de descentralización se dote a las

escuelas de las condiciones y recursos necesarios para realizar su tarea educativa

con la estrecha colaboración de la comunidad… [Las reformas] no llegan en muchos

casos a modificar los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en la

sala de clase. (Tello y Gorostiaga, p. 36).


La dimensión internacional de la educación

El Banco Mundial promueve esta forma de participación privada, a la que

denomina “stock de infraestructura edilicia”, en países que no estarían en

condiciones de invertir en capital. En este caso, son los inversores privados los que

financian, construyen y gestionan obras que luego son arrendadas al Estado por un

período de 25 a 30 años (este formato se adopta con caminos y puentes, pero

también con escuelas y hospitales).

La gestión de escuelas públicas en Inglaterra no se encuentra muy extendida.

Se han tercerizado 4 escuelas, 14 distritos escolares locales, 2 jardines maternales

y algunas de estas instituciones ya dependen nuevamente de las autoridades

locales estatales. Las empresas aluden a la “falta de voluntad política” (entrevista

con Andrew Fitzmaurice, gerente general de Nord-Anglia). Si bien hay una cantidad

de compañías interesadas en la tercerización de la gestión de escuelas, el mercado

aún no provee las condiciones necesarias para que estas actividades resulten

lucrativas. El tercer campo de servicios educativos para actividades con fines de

lucro que quiero destacar es la exportación y venta de políticas educativas, reformas

del sector público, y mejoramiento escolar. Este fenómeno se expresa en dos

dimensiones: 1) la diseminación de políticas entre países occidentales con

economías de libre mercado y 2) el “préstamo” o “imposición” de políticas en países

en desarrollo a través de proyectos, asistencia para el desarrollo o

“condicionamientos” en ajustes estructurales. (Ball, 2014, p. 10).

Empresas como Cambridge Education “venden” políticas, “venden” reformas

y “venden” estrategias de mejoramiento escolar en forma de enlatados, es decir,


como paquetes de ideas prefabricadas. Estas actividades son tipos de

“emprendimientos de políticas” y, al mismo tiempo, procesos de transferencia y

mecanismos de “convergencia” de políticas. Las empresas proveen políticas de

asistencia y desarrollo (con fines de lucro) desarrollando estructuras de políticas y

entremezclándose con discursos políticos existentes, de manera directa o indirecta,

dentro del sistema político local. Los consultores de estas compañías son

“portadores de conceptos de gestión globales e institucionalizados” (Hansen y

Lairidsen 2004, p. 515). Se trata de discursos genéricos que, en un nivel

organizacional, no poseen ninguna especificidad respecto de la educación o las

escuelas. Se constituyen como un conjunto de tendencias políticas recurrentes que

abarcan “varios aspectos de la Nueva Gestión Pública (NGP), como la

desregulación, tercerización, agentificación y privatización” (Bache 2003, p. 301). A

su vez, “venden” o institucionalizan más oportunidades para la participación del

sector privado. En muchos países en desarrollo la evolución de la provisión de

educación básica incluye desde el comienzo la participación del sector privado. Esto

también implica la introducción y la naturalización de modelos occidentales de

organización, liderazgo y empleo, así como la extensión de la mercantilización y

comercialización de la educación a través de formas que Mihyo (2004) denomina

“dumping intelectual (Ball 2014, p. 12).

Sin embargo, este no es el simple relato de la expansión inevitable de los

intereses comerciales globales y de la búsqueda de nuevas fuentes de lucro. Hay

una compleja interrelación entre las empresas y los Estados. Como sugiere Kelsey,

estas relaciones son “recíprocas y contradictorias”. “El capitalismo global necesitó


del Estado. Primero para reestructurar y luego para ‘habilitar’ sus operaciones

lucrativas y su expansión internacional” (Kelsey, p.4). Son los estados nacionales

los que, cada vez más, brindan estabilidad, legitimidad y actúan en nombre de su

propio interés comercial para promocionar y financiar servicios educativos. Utilizan

las políticas públicas para estimular una inversión externa dinámica, operan como

brokers para innovaciones sociales y económicas, y están atentos a la asignación

específica de sus recursos (Tavares y Young 2005, p.12).

Reconocimiento de las necesidades regionales

El mundo actual es una paradoja entre lo conquistado y la realidad de muchos

niños y jóvenes que se encuentran en situaciones de pobreza, inequidad, violencia,

hambruna y desempleo. Y esto conduce a verdaderos retos para las escuelas, pues

el modelo neoliberal como discurso y acción se concreta en marcos conceptuales

como el capital humano, el desarrollo, la competitividad y otros; que son llevados a

los sistemas educativos a través de los currículos escolares, los planes de estudios,

los sistemas de evaluación y las estrategias pedagógicas. Sin que se lidere y

exprese una postura crítica por parte de las escuelas y los docentes frente a las

nuevas iniciativas de los organismos multilaterales, nacionales y regionales.

(Avendaño y Guacaneme 2016, p. 192).

A pesar de que el cambio cultural está poniendo en cuestión la identidad de

la institución escuela, el hecho está escasamente presente en las orientaciones

actuales de las políticas educativas y cuando se hace alusión al fenómeno se lo

reduce a la necesidad de incorporar las políticas cambiantes, ya no al mobiliario


escolar como fue anteriormente, sino que la tendencia es a la formación de los

alumnos. (Tiramonti 2010, p. 6).

Las propuestas también incluyen modificaciones en la toma de decisiones en

materia educativa. Según un comunicado del Ministerio de Educación de Bolivia “el

sistema comunal en educación tendrá la virtud de superar el sistema de democracia

representativa liberal. En adelante el representante solo expresará la decisión

adoptada por la colectividad en una reunión y no está designado para mandar sino

para organizar el curso de la decisión común”. Si bien las reformas de los años

noventa han sufrido numerosas críticas, hay quienes plantean el fracaso de su

implementación. Esta última aseveración es discutible. Sin duda sus promesas de

aumentar la equidad y calidad de la educación no fueron cumplidas, por el contrario,

la región se ha vuelto más desigual y si bien ha habido un aumento de la

escolarización de la población también se han agrandado las brechas en términos

del valor social del saber adquirido y aumentado la fragmentación del sistema,

(Tiramonti 2010, p. 4).


Conclusiones

Para la realización de este documento se utilizaron diferentes fuentes

bibliográficas (Bases Scielo, EBSCO, REDALYC, Google Académico, Dialnet,

Bibliotecas virtuales de OEI y RINACE) y se consultaron bases de documentos de

los sitios de organismos internacionales. Se incluyen textos producidos por

académicos, en forma de artículos en revistas especializadas, libros, capítulos de

libros y conferencias; y documentos elaborados por organizaciones

gubernamentales y no gubernamentales.

Todos estos desafíos llevan a concluir que las escuelas tienen hoy una gran

tarea: la de adecuarse a los cambios, pues en el mundo globalizado, para no ser

excluido se necesita ser cada vez más competente; pero cabe aclarar que las

competencias conllevan la formación en el campo cognitivo, creativo, como la

formación en valores como la solidaridad, el civismo, la tolerancia, entre otros.

También se resalta que los planteles educativos, deben estar atentas para participar

de las comunidades académicas, que les permitan validar el conocimiento, fomentar

la investigación cualificada y vinculada con planes estratégicos y propuestas desde

el ejercicio conjunto de pensar la región, el departamento, nación e

internacionalmente.

La desigualdad que priva en nuestras sociedades es "inadmisible" y es la que

ha generado enormes lastres y tensiones, tanto políticas como sociales, debemos

superar esos abismos de desigualdad, realizar reformas que se traduzcan en

beneficios tangibles en sus niveles de vida, ampliar y mejorar sustantivamente los

sistemas educativos y la elevación progresiva de la escolaridad obligatoria así como


la inversión prioritaria en ciencia y tecnología, la capacitación laboral, la disminución

consistente de las diferencias salariales y programas específicos de empleo que

reduzcan la economía informal, fortalecer las políticas sociales es una condición

clave para generar procesos de redistribución de la riqueza, que atiendan a la

equidad, inclusión social y la reducción de la pobreza (CEPAL 2014).

Hoy por hoy se necesita una educación más asertiva que goce de eficacia y

calidad, con programas de estudio más óptimos y con mayores recursos

económicos de parte del estado para que de mayores frutos en la formación de

personas que se encuentren mejor capacitadas para los retos del nuevo siglo. Por

último, como política de estado democrático sería importante en los países

latinoamericanos eliminar la brecha entre las zonas rurales y urbanas que genere

una universalización de la educación basada en el principio jurídico de “Igualdad”

(Zuleta, E.1978). Una educación rural con recursos que permitan a los estudiantes

y docentes poseer el equipo tecnológico y laboratorios suficientes para producir

jóvenes con mayor conocimiento en diversas áreas del saber, así como sujetos más

adaptables a los cambios de la globalización.

En la actual sociedad de la información sin fronteras, la educación tiene que

ser capaz de responder a las demandas adicionales de un mundo que se globaliza

rápidamente mediante la sensibilización del medio ambiente, la paz, la diversidad

cultural y social, el aumento de la competitividad, y el concepto de la aldea global.

Este tipo de educación es un conocimiento o sociedad de la información lo que la

educación secundaria fue a una economía industrial. La educación prepara al

individuo para conectar - y vivir en armonía - con el entorno que le rodea. La


globalización ha cambiado el tamaño, la naturaleza y la calidad de ese entorno. El

reto para la escuela de hoy es reformar, crear y desarrollar sistemas que preparan

al individuo para trabajar en una economía sin fronteras y vivir en una sociedad

global. En otras palabras, nuestras instituciones educativas deben formar

ciudadanos globales.
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