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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV)
Área Académica: Salud Colectiva y Derecho a la Vida (CESACODEVI)
Programa Nacional de Formación de Enfermería Integral Comunitaria
UBV- Sede Nueva Esparta
Comisión Nacional Coordinadora del Concurso

LA SISTEMATIZACION DE LA EXPERIENCIA Y LA DEMOCRATIZACION


REVOLUCIONARIA EN LA CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO
TRANSFORMADOR DESDE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN VENEZUELA

Autor: MGSC. Nelson Roberto Goncalves Ponte


C.I. Nº: V-10673181
goncalvesnelson2014@gmail.com
Teléfono Móvil: 0424-8045435 y 04123545335

Nueva Esparta, Febrero 2020


INTRODUCCIÓN

La concepción que se tiene hoy día del conocimiento no se refiere


específicamente a una dimensión transformadora. Normalmente, se describe
como la adquisición acumulativa de nuevos datos que se pueden clasificar,
ordenar, memorizar, comparar, almacenar, etc. Estos datos modifican la mente,
pero no el ser. Pueden cambiar algunos hábitos de vida, pero no pueden penetrar
en nuestra dimensión más profunda. Así que, es más ajustado hablar de
información que de “conocimiento”. Se puede discernir que la información es algo
que se tiene, mientras que el conocimiento se “es”; no lo tenemos, sino que lo
“somos”.

Cabe destacar, que la llamada “Revolución Industrial” sustituyó en Europa a


la sociedad agrícola, ahora se está abriendo paso la llamada “Sociedad de la
Información y del Conocimiento”, orientada al desarrollo tecnológico y el acceso a
la información. Sin duda, internet ha inundado los hogares de mucha información
que antes simplemente no disponíamos: noticias, artículos, vídeos, canciones,
relatos, libros, películas, etc. están hoy a la mano como nunca antes; a un “click”
de distancia. Desde luego, todo esto está contribuyendo a enriquecer nuestro
imaginario, a tener muy accesible modos más plurales y diversos de entender la
realidad, etc., pero, ¿podemos llamar a todo esto conocimiento?

Es por ello, que la clave del conocimiento es la comprensión


transformadora, la comprensión experiencial, aquella que penetra en nuestro ser
modificándolo. Y esto no se logra con más datos a la mano, sino con una
disposición abierta y sensible, es decir, una capacidad para “poner en suspenso”
lo ya conocido y acumulado, con todas las influencias que han conformado
nuestra personalidad. En este sentido, dice E. Tolle que tenemos más información
ahora que la que nunca pudo tener Buda, y sin embargo… ¿Es más lúcida esta
Sociedad de la Información que hace 2500 años?

En definitiva, el suministro de información no tiene mucho recorrido si no


atraviesa el proceso alquímico de la comprensión, del conocimiento. Este proceso
alquímico y transformador tiene otra peculiaridad: que cuando lo atravesamos
somos otros, y eso puede dar miedo, pues pone en cuestión quiénes creíamos
ser, ciertas convicciones sobre el mundo, ciertos posicionamientos rígidos, etc.

Desde esta perspectiva, para la construcción de un conocimiento


transformador donde la gestión pública sea capaz de llevar a cabo exitosamente
los lineamientos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en el marco legal y político vigente en el país, los cuales se
operacionalizan a través de los Planes de Desarrollo Económico y Social de la
Nación (Plan de la Patria), es necesario que cada una de las instituciones que
conforman el Gobierno Bolivariano, promuevan y asuman urgentes y profundas
transformaciones, las cuales sólo son posibles mediante la aplicación seria y
científica de políticas referentes a la revisión, rectificación y reimpulso (Las 3R).

Expresado de otro modo, en un proceso de sistematización de experiencias


donde hay una intencionalidad transformadora, creadora y no pasivamente
reproductora de la realidad social que anima a realizarla como parte de un proceso
más amplio. El factor transformador no es la sistematización en sí misma, sino las
personas que, al sistematizar fortalecen su capacidad de impulsar praxis
transformadoras, o sea el proceso de sistematización como tal, constituye un
resultado científico, que lleva a la transformación de quienes lo realizan, dando
como resultado un proceso que contribuirá con la interpretación crítica y dialéctica
de la praxis de la gestión pública, base fundamental para lograr la transformación
del Estado revolucionario y avanzar en la construcción del socialismo.

La Sistematización de la Experiencia y la Democratización Revolucionaria en


la Construcción del Conocimiento Transformador

Hoy en día es indudable la importancia de la sistematización de


experiencias como método de investigación; esta modalidad investigativa se ha
desarrollado aceleradamente a nivel internacional en los últimos años. La misma,
es una interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su
ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso, los
factores que han intervenido en él, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo
han hecho de ese modo (1).

En otras palabras, sistematizar es detenerse, mirar hacia atrás, ver de


dónde venimos, qué es lo que hemos hecho, qué errores hemos cometido, cómo
los corregimos para orientar el rumbo, y luego generar nuevos conocimientos,
producto de la crítica y la autocrítica, que es la dialéctica, para transformar la
realidad.

Visto de esta manera, la sistematización da cuenta de las (3R): Revisar,


Rectificar y Reimpulsar, para buscar errores y aciertos, ponerlos en una balanza
para fortalecer el camino de la transformación y construcción de la patria
socialista (3); por ello lo esencial de la sistematización de experiencias reside en
que se trata de un proceso de reflexión e interpretación crítica de la práctica y
desde la práctica, que se realiza con base en la reconstrucción y ordenamiento de
los factores objetivos y subjetivos que han intervenido en esa experiencia, para
extraer aprendizajes y compartirlos.

Además, se basa en una concepción metodológica dialéctica, que


considera que los fenómenos sociales son históricos, cambiantes y contradictorios
y que son una síntesis de múltiples factores y determinaciones estructurales y
coyunturales; una concepción que vincula la práctica con la teoría y que no
dicotomiza el objeto y el sujeto de conocimiento.

En síntesis, en el proceso de sistematización de experiencias hay una


intencionalidad transformadora, creadora y no pasivamente reproductora de la
realidad social que anima a realizarla como parte de un proceso más amplio. El
factor transformador no es la sistematización en sí misma, sino las personas que,
al sistematizar fortalecen su capacidad de impulsar praxis transformadoras, o sea
el proceso de sistematización como tal, constituye un resultado científico, que lleva
a la transformación de quienes lo realizan.
Ahora bien, en esta visión transformadora, reflexiva y crítica de la
experiencia, práctica y del conocimiento, tomo como referente la construcción
teórica de la Autora referente a la Praxis Revolucionaria:

La construcción de una praxis revolucionaria que prefigure y construya


colectivamente la transformación social desde el Poder Popular implica
la generación de una política emancipatoria que propicie la ruptura de
la reproducción del capital. Esta política debe constituirse en
una herramienta teórico-metodológica para enfrentar la visión
reduccionista dominante de la comprensión de la realidad que impide la
transformación social. (Elizabeth Alves, 2017, Dialéctica del Saber
Emancipador. Ruptura de Reproducción del Capital y Valoración del
Ser.)

En otras palabras, nuestra revolución exige nuevas praxis emancipatorias a


través de procesos de pensamiento fundamentados en la reflexión sociocrítica y
bajo los principios de construcción de la Patria Socialista, que anhelo nuestro
Comandante eterno Hugo Chávez Frías, basados en cuatro cimientos
imprescindibles, sin ser los únicos: justicia social, independencia económica,
soberanía política y descolonización cultural. Todos ellos conjugados en lo que
podría denominarse una resistencia popular creadora que igual apunte a la
demolición sistemática de los diferentes factores de dominación internos como
externos, ya que constituyen un mismo bloque de dominación en sentido
completamente opuesto a la emancipación integral de las personas y nuestros
pueblos.

No es lo mismo hablar de revolución democrática que de


democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno
conservador; el segundo es liberador.
Hugo Chávez Frías
Al mismo tiempo, para el fomento de esta democracia revolucionaria a través
del conocimiento transformador que se traduzca en una praxis social dentro de
una sistematización de las experiencias la Autora propone estrategias, medidas y
acciones:

Para desarrollar una praxis revolucionaria auténtica y autónoma del


proletariado para la construcción del socialismo, es indispensable
asumir una actitud militante para empoderarnos del conocimiento
transformador de la realidad y para deponer actitudes individualistas,
pragmáticas y voluntaristas que no nos permiten avanzar. El conjunto
de estrategias, medidas y acciones, que estructuran una praxis
revolucionaria, exige que cada acción propicie el cambio desde la raíz y
cada cambio se convierta en una experiencia y un aprendizaje colectivo
transformador. Este conocimiento transformador trasciende a la
interpretación de la realidad; se introduce en las entrañas de la
apariencia, armado de una teoría y un método que permita extraer las
claves de la transformación: la identificación de las contradicciones
existentes. La revelación de estas contradicciones debe servir para
definir políticas y acciones orientadas a la acumulación de fuerzas
históricas de la clase trabajadora contra el capital. Éstas permiten,
además, comprender dialécticamente la esencia de la preservación de
lo que existe y la de su propia destrucción o extinción. (Elizabeth Alves,
2017, Dialéctica del Saber Emancipador. Ruptura de Reproducción del
Capital y Valoración del Ser.)

De modo similar, con la implementación de procesos de investigación,


reflexión-acción y sistematización colectiva para la construcción de saberes
emancipadores, se plantea la generación de una dinámica de actividades con los
propios colectivos en lucha para el empoderamiento de los conocimientos
técnicos, las habilidades y los valores y saberes sociales de la clase trabajadora,
que permita transformar la realidad, sin riesgo de reversión al sistema capitalista
que pretendemos abolir.
En consecuencia, la convicción que vive nuestra sociedad de encontrarnos
atrapados en una cultura reproductora del capital, nos obliga a producir reflexiones
teóricas-conceptuales y propuestas concretas para la emancipación de los
pueblos en la construcción del socialismo. A partir de una metodología de
sistematización y acción que le da sentido a la praxis social en la transformación
de la realidad individual y colectiva, podemos trascender a la revolución
democrática, que ha permitido ampliar la participación concreta en procesos
electorales y evidenciar la importancia individual y privada de decidir. Más allá de
este hecho social, la democracia revolucionaria supera la universalización de un
derecho político formal y ocasional y se convierte en la posibilidad concreta
de ejercerlo colectivamente, en toda su magnitud, en y para la vida cotidiana en
sociedad.

En ultimo termino, la construcción de lo que se podría denominar la ciencia


política de la emancipación se apoyaría en una teoría racional donde prevalezca la
habilidad de pensar y reflexionar críticamente, de forma lógica, analítica y
sintética. Donde la razón y el conocimiento trabajen en pro de una sociedad que
garantice el buen vivir de todas y todos.

Ante todo, es muy importante profundizar el concepto de democracia


revolucionaria, entendiéndose que es modo de ejercer los derechos ciudadanos
consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el
contenido económico, político, social, ecológico y cultural, para dirigir la sociedad
con base en los postulados del Socialismo del siglo XXI. La democracia
revolucionaria es diametralmente opuesta a la democracia representativa, pero es
sinónimo de democracia directa, buscando establecer el poder popular que es la
razón de ser del proceso revolucionario. Sin dejar pasar por alto, aprendiendo de
los errores del pasado y “revolucionar la democracia”.
Al mismo tiempo, la crisis profunda del imperialismo, en que se debaten los
pueblos del mundo en éstos momentos y en todos los órdenes, unida a la
experiencia histórica del socialismo, nos está indicando con meridiana lucidez, que
el camino a seguir tiene que estar fundamentado y sostenido por el profundo
respeto al Estado Social de Derecho, al cumplimiento de los Derechos Humanos y
la práctica real de la justicia  social. Sin embargo, parece que seguimos
navegando en las tinieblas de la noche. Las grandes mayorías populares
continúan hipnotizadas con los paraísos celestiales de las religiones, o con la
televisión de banalidades y supercherías, cuando no con los celulares de última
generación que tienen engrupidos a todo el mundo, empezando por las nuevas
generaciones. El Autor propone:

“Democratizar la revolución y revolucionar la democracia". Un musical


juego de palabras que pegan en el blanco con su elocuencia y
efectividad pero que, no obstante su brillante persuasión, nos deja en el
limbo de la bruma teórica y política. Los reformistas han sucumbido
ante el sistema, cooptados por las instituciones y mecanismos
capitalistas, a tal punto que no quedan gobiernos que se apuntalen en
las reformas progresistas, o quedan tan pocos que se pueden contar
en los dedos de la mano. De igual manera las revoluciones proletarias
clásicas han fracasado estruendosamente o fungen como tales solo
formalmente sin afectar significativamente el contenido real del
trabajador en el capitalismo. (Boaventura de Sousa Santos, 2017 en su
artículo Público titulado: “Para que el Futuro Sea de Nuevo Posible”).

Conclusiones

Desde estas líneas, contribuyo con la importancia del conocimiento y


método, que permita comprobar que desde el desarrollo de procesos de
análisis e interpretación crítica de nuestras experiencias, se pueda apropiar
socialmente de aprendizajes y conocimientos, que se vean reflejados en pasos
importantes para contribuir con el fortalecimiento de los espacios del Poder
Popular, permitiendo así, ser ciudadanos y ciudadanas partícipes y
protagonistas de la construcción de la sociedad socialista gobernada y dirigida
por un pueblo emancipado, el pueblo de Bolívar.

Sin duda, el momento histórico por el que atraviesa nuestro proceso


revolucionario reclama, como medida urgente, la aplicación de las (3R), sin
embargo, hay que advertir que esta idea, así como en el pasado reciente, se ve
amenazada por falta de una conciencia crítica por parte de un importante
número de servidores y servidoras públicos de todos los niveles y rangos en la
Administración Pública, así como, la falta de seguimiento y constancia en la
aplicación de las mismas, y el déficit de información y formación sobre los
métodos adecuados para llevarla a feliz término.

Es por esto, que nuestro proceso revolucionario demanda de nuevas


praxis en cada uno de nosotros, en consistencia con los principios que son
referentes para la construcción de la patria socialista que todos soñamos, como
lo son la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los
Planes de Desarrollo Social (Plan de la Patria), pero para ello, se requieren
procesos de reflexión crítica que nos permitan revisar y evaluar
permanentemente lo que hacemos, a la luz de esos grandes referentes para
transformar nuestras realidades. Sin ética ninguna revolución avanza; es decir,
sin una alta moral y una clara conciencia de lucha no se podrá emprender
exitosamente ninguna alternativa a favor de la soberanía popular y la
emancipación integral del pueblo

Por lo anteriormente expuesto, la clave del conocimiento es la comprensión


transformadora, la comprensión experiencial, aquella que penetra en nuestro ser
modificándolo. Y esto no se logra con más datos a la mano, sino con una
disposición abierta y sensible, es decir, una capacidad para “poner en suspenso”
lo ya conocido y acumulado, con todas las influencias que han conformado
nuestra personalidad.
Bibliografía

Alves, Elizabeth (2013) “Dialéctica del Saber Emancipador. Ruptura de


Reproducción del Capital y Valoración del Ser”. Caracas: Editorial El Perro y
la Rana.

Cooperativa CEPEP, (2010) “La Sistematización de Experiencias: Una Vía


para la Aplicación de las 3R”, Miércoles, 06/10/2010 09:02 PM.

De Sousa Santos, Boaventura, (2017) en su artículo Público con el título: “Para


que el Futuro Sea de Nuevo Posible”, 18 de Abril de 2017.

Garcés, Homar (2018) “La Ruptura de Paradigmas y la Democratización Social”.


Sábado, 17/03/2018 08:28 AM.

Gutiérrez, Tiberio (2017) “Democratizar la Revolución y Revolucionar la


Democracia”. Abril 26, 2017.

(1) Holliday, Jara. (2015) “La Sistematización de Experiencias Produce un


Conocimiento Crítico, Dialógico y Transformador”. Docencia [Internet] 2015
May [citada 2014/12/12]; (55): 33-9. Disponible
en: http://www.cepalforja.org/sistem/bvirtual/wpcontent/uploads/2015/06/Entrevi
sta-Oscar-Jara-Revista-Docencia.pdf.

Moreno, Alejandro. “El Conocimiento Transformador”. 25 agosto 2018.Disponible


en: www.eldiario.es . Murcia y Aparte.

(3) Programa Aló Presidente Nro. 354. (2010) “¿Qué es Sistematizar Para los
Infocentros?” Sistematización Mérida. Coordinación ampliada Mérida.
Caracas. Disponible en: http://sistematizacion.obolog.es/sistematizacion-
2162478

Tolle, Eckhart (1997) “El Poder del Ahora”. Editorial Gala Ediciones. Alemania.

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