Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para sistematizar no existe un método específico y aquí es donde el autor Oscar Jara
menciona que no hay pasos estrictos a seguir y mejor los llama momentos generales.
Entonces, por ejemplo, en trabajo social se realizó una intervención a una comunidad
campesina esto por supuesto generó una experiencia y para poder recolectar
información acerca de lo vivido, lo sentido, los resultados se debe acudir a quienes
directamente fueron participes de dicha experiencia motivándolos a unirse y generar un
interés en común que permita iniciar el proceso de la sistematización porque
recordemos que este siempre se debe realizar con una intencionalidad; procederíamos
entonces a hacer un plan de sistematización para darle sentido y forma a esa
intencionalidad que se busca, trazar objetivos, en qué nos queremos enfocar, el cómo,
cuándo y dónde por decirlo así; teniendo esos elementos listos continuaríamos
haciendo una reconstrucción histórica tomando un poco de distancia para poder tener
una mirada más panorámica y completa del camino recorrido y cuando ya tenemos esa
información vamos a hacer una interpretación crítica donde relacionamos la experiencia
con la teoría llevándonos a reflexionar sobre el proceso vivido, como una especie de
evaluación brindándonos un aprendizaje del mismo y complementando la experiencia
en sí misma. Finalmente de nada sirve el aprendizaje si no se comparte abiertamente
para otros.
Su importancia reside en que gracias a ello los procesos realizados desde la profesión
pueden ser evaluados para su mejoramiento, no repetición de lo que no funcionó o
continuidad de las cosas factibles, la intervención retroalimentada con la intención de
realmente transformar el territorio y los actores según sean sus intereses; por otro lado
fortalece lo epistemológico siendo fuente de conocimiento desde la realidad, desde la
cotidianidad de las practicas compartidas, sentidas y así sentar precedentes teóricos
que ayuden al entendimiento de ciertas dinámicas sociales para su estudio y
transformación.
Uno de los elementos importantes que debemos tener en cuenta es que a la hora de
sistematizar experiencias no debemos creer que dicho método es por ejemplo solo
recoger relatos por tener información, por el contrario, la intencionalidad debe estar
completamente motivada y consensuada por las dos partes investigador
sujeto/organización donde se deje claro el proceso a realizar y su fin transformador que
responda a los intereses ideológicos y prácticos de la organización.
Una vez nos ubicamos en contexto, ahora dirijámonos a las bases epistémicas de la
sistematización de experiencias. Esta tiene dos momentos principales, el primero
donde se plantea una sistematización de corte positivista donde el investigador se
distancia de su objeto de estudio y una vez obtiene conocimiento procede a validarlo y
posteriormente a generalizarlo pero es evidente que esto trae consigo una serie de
errores ya que los fenómenos sociales no se leen de manera general si no focalizada,
es posible decir que la gente pasa hambre, no tiene con qué vestirse, son pobres a
nivel general pero si analizamos detenidamente podemos encontrar panoramas
diferentes dependiendo del caso, lugar geográfico y contexto en el cual investiguemos.
Es por ello por lo que se da una nueva alternativa conocida como sociología de la
liberación donde se ve inmersa esa educación concientizadora y aparece algo
trascendental: la Investigación Acción Participativa (IAP). Se comienzan a dar estas
relaciones de horizontalidad entre investigador-sujeto-objeto de estudio acercándolos
en el proceso y posicionando así al individuo como parte importante fuente de
conocimiento y entendedor activo de la realidad que posee unas subjetividades e
intersubjetividades aportando diversas experiencias, saberes, diálogos todo con el fin
de sacudirse del anterior paradigma con el fin de lograr transformaciones
emancipadoras.
Sistematizar… Mucho se ha hablado de una práctica realizada desde la memoria colectiva que
permite mejoras y transformación de las acciones sociales, sin embargo, se encuentran otras
perspectivas que permiten reflexionar sobre su naturaleza misma y lleva a preguntarnos ¿es
posible considerar la sistematización como un proceso educativo? o ¿Acaso uno investigativo?
Sin embargo estas preguntas pueden llegar a ser pretensiosas tratando de decir “O es blanco
o es negro” ¿Sistematizar debe limitarse a un solo camino? Resulta contradictorio elegir una
sola opción porque intrínsecamente cada una contiene un poco de la otra.
Resulta ser que reconozco la sistematización como ambos, es una experiencia formativa e
investigativa para los sujetos que hacen parte de ella, para los grupos que desarrollan esta
práctica; es preciso decir que su naturaleza investigadora no es la que tradicionalmente
conocemos, rigurosa, distante y objetiva, en este caso encontramos una investigación 1. Más
reflexiva 2. Con un sujeto inmerso en su objeto de estudio y constructor del mismo 3.
Interpretativa, llena de sentidos, narraciones, significaciones e intersubjetividades; además, es
un modo constante de la sistematización con identidad propia y no solo una fase en la que
simplemente se recoge información. Su rol formativo es evidente, un individuo no puede
reconstruir una experiencia sin antes haberla interiorizado y luego analizado convirtiéndose
finalmente en saber para él, el proceso y el colectivo, saber que incluso produce teoría local
aplicable a contextos cercanos que compartan similitudes. Por otro lado, existen herramientas
que potencian una sistematización de experiencias como los talleres o los conversatorios que
se configuran como puntos de encuentro para generar acuerdos entre el grupo y compartir el
saber y conocimiento que cada uno posea; actividades o herramientas de este tipo integran
todo siendo que se hace necesaria la lectura, escritura, teorización e interpretación que a su
vez también son elementos de un proceso investigativo.
¿Y cómo encontramos su diferencia? Por medio de sus enfoques teóricos y los contextos en
los que se enmarcan los sujetos; estos podrían ser 5:
A pesar de que estos enfoques sean planteados para diferenciar, me parece que los limites
entre uno y otro pueden llegar a ser un poco difusos produciendo de igual forma que se
relacionen todos entre si para justificar y explicar qué hace una práctica de sistematización en
la vida real y terminan complementándose con más puntos de encuentro que de distancia
siendo útiles en la explicación del concepto Sistematizar resultando ser un hibrido de múltiples
teorías y construcciones e interpretaciones sociales y locales. Frente a cada enfoque que
representa diferencias he elegido identificarlo con los ejes de convergencia en la
sistematización para dar cuenta que al final termina siendo un todo complejo que coexiste para
lograr dinámicas que funcionen creando una identidad y un horizonte de lo que es sistematizar.
Referencias:
Torres Carrillo, A., & Cendales González, L. (2017). La sistematización como práctica
formativa e investigativa. Pedagogía y Saberes, (26), 41.50. Recuperado de:
https://doi.org/10.17227/01212494.26pys41.50