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Expedición de Alejandro Malaspina 1754-1810 PDF
Expedición de Alejandro Malaspina 1754-1810 PDF
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sarrolloba fuera de ellas. La poca actividad científica existente, vivía de los rentas
de la tradición de los siglos anteriores y los escasos científicos no encontraron el
reconocimiento ni las facilidades para desarrollar su trabajo.
En los primeros años del siglo xv111 se empezaron a apreciar en España los
efectos de la recuperación social y económica que se había ido gestando du
rante el reinado de Carlos 11, en el último tercio del siglo anterior. El movimiento
renovador surgido en aquella época y las nuevas condiciones socioeconómicas
favorecieron directamente el desarrollo de las actividades científicas y técnicas.
No obstante, el verdadero progreso científico y técnico que esta situación debía
traer no se manifestaría con vigor hasta bien entrada la segunda mitad del siglo
ilustrado, justo en los momentos en que los gobiernos ilustrados de la dinastía
borbónica fueron más conscientes de la importancia de la ciencia y la técnica
como instrumentos imprescindibles para el fortalecimiento del Estado y la forma
ción de sus élites.
Los primeros años del siglo ven el florecimiento tímido de algunas Academias,
como la de la Lengua, fundada en 1714; la de Medicina [ 1734); Historia
( 1738); Bellas Artes ( 1752); el Real Jardín Botánico ( 1755); y el gabinete de
Historia Natural ( 1785), entre otras instituciones.
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3 Lfi OITGfifIIlfiCIÓfI DE Lfi rxrtDICIÓfI
En el último tercio del siglo XVIII la Geografía y la Hidrografía astronómica pasa
ron a ser instrumentos imprescindibles en las políticas expansionistas europeas,
y España, que era todavía una gran potencia colonial, se sumó, aunque tardía
mente, a este esfuerzo. Corresponde a José Moñino, conde de Floridablanca,
que llegó a la presidencia del Consejo del Rey en 1776, el protagonismo del
impulso político definitivo dado a un programo científico aplicado o la Hidro
grafía. En 1787, en el punto CXCI de la Instrucción reservada para la dirección
de la Junta de Estado, redactado por Floridablonca, se reflejaba la necesidad
político de desarrollar un programa hidrográfico, para lo que se mondaba que
se hicieran progresivamente reconocimientos de todas los costos de los dominios
del rey, como ya había hecho en el estrecho de Magallones la fragata Santa
María de la Cabeza, y que se ejecutase por lo menos una expedición al año,
que propondría el secretario de Marino en lo Junta, después de haber oído las
opiniones de los expertos.
\1\
que se habían familiarizado con los nuevos métodos de determinación astronómi
ca y que sabían utilizar los nuevos cronómetros para hallar la longitud en el mar.
Las razones que impulsaron esta gran expedición ampliamente dotada de medios
humanos y materiales fueron varias: la reorganización del tráfico marítimo en el
Pacífico cada vez con mayor presencia de rusos, ingleses y franceses requería
un estudio de los puertos y rutas comerciales, así como la cartografía de ellos.
En el plan del viaje, presentado por los dos oficiales al rey el l O de septiembre
de 1788, figuraban en lugar destacado los objetivos políticos. Mientras que
en lo parte científica afirmaban que seguirían una organización muy semejante
o la de James Cook, Malaspina resaltaba que en una expedición española se
debería incluir además del objetivo de construir cartas y derroteros fiables para
IOS regiones americanas, la investigación del estado político de Américo, tanto
en lo relativo o España como a las otras naciones. Este «estado político» al que
se refería Malaspina consistía en examinar el estado del comercio, situación
ce los puertos y de la construcción naval, capacidad defensiva y ofensiva ante
ataques enemigos y un análisis del sistema de gobierno.
_os informes reservados deberían ser por tanto uno de los resultados del viaje,
c�mo ya se hizo en lo expedición paro la medición de un grado del meridiano
cel Ecuador con la redacción por parte de Jorge Juan y UI loo de unas «Noticias
.secretas de América» sobre el estado de los virreinatos.
_a aprobación del plan tuvo lugar al mes siguiente, dedicándose todos los recur
sos de la Marina a lo organización de la expedición. Se necesitaba organizar
os buques, pertrechos, marinería y víveres. Malaspina y sus oficiales se dedica
·or a adquirir instrumentos científicos, libros, noticias marítimas y políticas de los
'reinotos e información sobre las expediciones precedentes.
1.)
científicas. Recibieron los nombres de dos santas sevillanas, Santa Justa y Santa
Rufina, alias Descubierta y Atrevida respectivamente. De la supervisión y su equi
pamiento se encargó el comandante José Bustamante.
{ LI\S DOTI\CIOfIES
A través de la numerosa documentación que se conserva en el Museo Naval
de Madrid se puede seguir la tramitación administrativa para completar las do
taciones de ambas corbetas. Se decidió que la marinería fuera toda voluntaria
y procedente prioritariamente de Galicia, Asturias y Cantabria. La oficialidad
fue seleccionada con el criterio de la excelente preparación científica entre
los que contestaron a una carta circular que enviaron a sus compañeros. Los
primeros en presentarse voluntarios fueron los oficiales que participaron en el
curso de Estudios Mayores con Tofiño y se integraron en el equipo organizador
de la expedición. Estamos hablando de Dionisio Alcalá Galiano, Juan Gutié
rrez de la Concha, Juan Vernacci, y José Espinosa y Tello, que se ocupó de
formar un equipo para examinar los archivos españoles y recoger memorias
de anteriores navegaciones y cartas náuticas, aunque cuando salió la expedi
ción estaba enfermo y tuvo que incorporarse en Acapulco. También se quiso
contar con Francisco Javier de Viana, que había participado en el viaje de la
Astrea, y Felipe Bauzá, profesor de dibujo y fortificaciones de la Academic
de Guardiasmarinas. El ministro Valdés recomendó a su sobrino Cayetano que
también fue admitido. En el caso de los Guardiasmarinas, Malaspina incorpo
ró al joven Fabio Ala Ponzoni, pariente suyo.
1ó
Domcrón DE rn Drscumrnm
Comandante: Alejandro Malaspina.
Oficiales astrónomos e hidrógrafos: Cayetano Valdés (hasta Acapulco), Manuel Novales,
Fernando Quintana, José de Espinosa y Tello (desde Acapulcol, Francisco Javier Viana,
Juan Vernacci (hasta Acapulco) y Secundino Salamanca (hasta Acapulco).
Guardiamorina agregado: Fobia Ala Ponzoni.
Director de carlas y planos: Felipe Bauzá.
Pilotines: José M.º Sánchez (hasta Manila), Joaquín Díoz Hurtado.
Capellán: José Meso.
Contador: Rafael Rodríguez.
Cirujano: Francisco Flores.
Director de Historia Natural: Antonio Pineda (muere en Filipinos).
Botánico: Todeo Hoenke (desde Santiago de Chile).
Pintores: José del Pozo (hasta Lima!, Juan Rovenet (desde Acapulco), José Cardero
(desde Panamá), Tomás Suria, embarcado para las campañas de la costo noroeste.
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A pesar de su fulgurante carrera militar o precisamente por esto, sus ideas y opinio
:ies librepensadoras, que al parecer no ocultaba, le acarrearon que la Inquisición
:e abriera un proceso, que quedó en suspenso entonces, pero del que resultó con
denado el 5 de marzo de 1795, cuando ya había caído en desgracia.
Con este bagaje científico Malaspina fue enrolado en 1786 para mondar lo
:ragoto Astrea de la Compañía de Filipinas, empresa mercantil creada al calor
del decreto de libre comercio de Carlos 111, que tenía el privilegio de contratar
en algunas ocasiones, fundamentalmente en momentos bélicos o prebélicos,
:J oficiales de marino cualificados para que mandaran sus barcos. La derroto
oropuesta de Cádiz o Manila, a través del cabo de Hornos con atraque en
::1 Callao, volviendo de Manila por el cabo de Bueno Esperanza, se realizó
en 21 meses, entrando en Cádiz el 18 de mayo de 1788 en tiempo récord y
cnn los objetivos cumplidos.
, 1o cabe duda que este viaje supuso una magnífica experiencia para Malaspi
'lO que, sin duda, le ayudó a planear y organizar su expedición y sería también
.... na ventaja para aspirar a comandar el viaje «científico y político alrededor del
7nundo» que el gobierno español estaba intentando poner en marcha.
Ó U\ EXFEDICIÓIT TII\LI\SFIITI\
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en la costa pacífica como habían hecho en la costa atlántica con la longitud de
Montevideo, y donde levantaron muchos planos. Esta estancia también fue muy
fructífera para los naturalistas y pintores pues tuvieron tiempo de herborizar y estu
diar las características físicas del terreno. Al salir de Coquimbo, por segunda vez
se separaron las corbetas y, mientras la Atrevida levantaba la costa de Copiapó,
morro de Acari y Arica, la Descubierta levantaba las islas de San Félix y el plano
del Callao, reuniéndose ambas corbetas en este puerto a finales de mayo.
Cinco meses se demoraron en Lima, capital del virreinato del Perú, El Callao y
Guayaquil, pues además de los exhaustivos trabajos científicos que llevaron a
cabo, las corbetas debían repararse, aprovisionarse, y ordenar los materiales
científicos recogidos hasta entonces para enviarlos a España. José Cardero,
que había embarcado en Cádiz como simple marinero, recibió el encargo de
sustituir al pintor Pozo, empezando a realizar vistas de Guayaquil y dibujos zoo
lógicos, ayudando a Antonio Pineda.
Una vez pasada la estación de las lluvias, el 20 de septiembre de 1790 las cor
betas largaron amarras rumbo a Acapulco en el virreinato de Nueva España.
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en su faceta de piloto y cartógrafo, que se prolongó luego en la recién creada
Dirección de Hidrografía hasta la muerte de Espinosa en 1815. En Méjico,
Guío, el otro pintor enrolado en la expedición, es desembarcado pues Malas
pina consideró que al ser exclusivamente un pintor botánico necesitaba alguien
más versátil para acometer toda clase de encargos pictóricos. Asimismo, Tomás
Suria, valenciano que trabajaba en la Casa de la Moneda de Méjico, fue con
tratado para hacer la campaña del noroeste, hasta que llegasen los dos pintores
italianos, contratados por Malaspina. Suria empezó a trabajar ayudando a An
tonio Pineda en dibujos zoológicos, pero enseguida destacó en la realización
de una impresionante vista del puerto de Acapulco en color, aunque luego se
especializó en retratos, sobre todo de indígenas.
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Este viaje fue editado en 1802 con abundante cartografía paro adelantarse o la edi
ción del viaje de Vancouver, y no sufrió los avatares del resto de la documentación.
Dt Jlrnrm.co 11 f1mmn
Una vez finalizado \a compaña del noroeste, salieron las corbetas de Acapu\co
el 20 de diciembre de 1791 para hacer la campaña del Pacífico; el 1 l de
enero llegaron o la isla de Guam, en los islas Marianas, y, ante la imposibilidad
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de fondear en el puerto de Agaña ni en el de San Luis de Apra, establecieron el
observatorio en la rada de Umatag, haciendo diversos levantamientos.
en mayo de ese año llegaron a Australia, donde fueron muy bien recibidos_por
los ingleses y Bauzá realizó un plano de bahía Botánica y puerto de Jackson.
De allí prosiguieron viaje hasta el archipiélago de Vavao, en el archipiélago de
las Tonga, que ya había sido visitado por el marino español Francisco Antonio
Mourelle. Permanecieron dos semanas, levantaron algunos planos y tomaron
posesión de esta isla para España.
Sin avistar islas y con las tripulaciones enfermas, llegaron al Callao de Limo
el 23 de julio de 1793; allí desembarcó Luis Née para seguir a pie sus investi
gaciones botánicas hasta llegar a Buenos Aires para reunirse con las corbetas.
Lo mismo debía hacer Haenke, yendo por tierra a Buenos Aires, recorriendo
Huancavelica, Cuzco y Potosí. En Lima, Malaspina recibió la noticia de la guer
ra de la coalición contra la Francia revolucionaria, declarada el 23 de marzo
de 1793, que le planteó algunas disquisiciones filosófico-políticas.
El 15 de febrero de 1794 llegaron a Montevideo tras una peligrosa navegación
a través del estrecho de Mogollones; tras reconocer las islas Aurora y las islas
de Diego Ramírez, recalaron nuevamente en las Malvinas donde permanecieron
completando los levantamientos de sus puertos.
Uno de los elementos que contribuyó en gran medida a los óptimos resultados
obtenidos se debe al rigor científico con el que se realizaron; las distintas co
misiones desarrollaron sus tareas con arreglo a los últimos descubrimientos eu
ropeos y a las más modernas técnicas de cada materia. Previamente se habían
realizado consultas a sabios y científicos europeos; entre estos consultas desta
can las realizadas a la Academia de Ciencias de Londres, París, Turín, Módena
y Ferrara. Al capitán King, a Banks, Dalrymple y Aubert entre los británicos; a
Lalande y Berthoud entre los franceses. Durante el viaje se mantuvieron consul
tas con los observatorios astronómicos de Brera, Milán, París y Greenwich.
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Lo alto cualificación de las dotaciones, el buen entendimiento que reinó entre
los dos comandantes y la armonía de la convivencia entre los tripulantes durante
el viaje, además de los facilidades proporcionados por las diversos autorida
des ultramarinos, ovalan la calidad y fiabilidad de este impresionante bagaje
documental, cuyo fin práctico ero la publicación de los trabajos hidrográficos,
zoológicos y físico-geográficos 1 reservando la documentación político poro co
nocimiento exclusivo del gobierno.
Los áreas de especial interés estratégico poro lo corona española de entre las
que recorrió la expedición son dos: la costa noroeste de América y el Pacífico
sur. En la costa noroeste rusos 1 franceses e ingleses luchaban denodadamente
por acrecentar su presencia en esa zono 1 pues ya habían recalado importantes
expediciones europeas que precedieron a la española. Espoña 1 por su porte,
pondrá todos los medios a su alcance para estar presente en un escenario que
consideraba una prolongación del virreinato de Nueva España, a través de Ca
lifornia y las provincias de Sonoro y Sinaloa y, sobre todo 1 desde el apostadero
de Son Bias. La llegada a la zona, de la más importante expedición político
científica española y los reconocimientos que realizó 1 la preciso cartografío que
produjo 1 desechando la existencia del buscado poso del noroeste 1 supuso una
toma de posición política en un territorio estratégico. Las descripciones antropo
lógicas 1 zoológicas 1 botánicos y artísticos que se obtuvieron de esa zona fueron
un importante aporte científico en un territorio desconocido 1 donde convergían
los intereses de los grandes imperios marítimos de lo época. Además de los
resultados yo citados, Malaspina elaboró memorias relativos al examen político
de las costas del noroeste, sobre la descripción física 1 sobre el comercio de las
pieles de nutria 1 y un informe sobre la elección de un puerto en lo costa noroeste
para la reunión de las fuerzas novales en el Pacífico, decantándose por Acopul
co 1 debido a las malas condiciones de todo tipo que padecía el apostadero de
San Bias.
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como dibujos de los naturales, vistas de ciudades y noticias del estado físico,
político y administrativo del establecimiento inglés. Toda esto documentación se
encuentra en el Museo Naval de Madrid.
Éstas fueron:
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Relación de cartas manuscritas según su lugar geográfico
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L!i DOCUf1EI1T!iCIÓfi IC0I10GITJ\rirn Y LOS FlílTOKES DE Lñ rKFEDICIÓI1
Aunque fueron varios los pintores que intervinieron en el transcurso de la expedi
ción, solamente dos fueron contratados oficialmente al inicio del viaje, José del
Pozo y José Guío. Este último fue contratado como pintor de plantas del natural
con conocimientos suficientes en disección de aves y cuadrúpedos. Ya hemos se
ñalado que fue despedido por Malaspina en Acapulco, urgido por la necesidad
de tener en la expedición un pintor no especializado que pudiera abordar otras
facetas pictóricas. Los dibujos de plantas, peces y aves de la etapa americana
de la expedición proceden de su paleta.
José del Pozo fue contratado como pintor de perspectivas y a él se le deben los
retratos de los naturales de puerto Deseado y vistas de diversos lugares de la
costa patagónico. Fue desembarcado en El Callao por su indisciplina y falta de
rendimiento en el trabajo.
Al quedarse la expedición sin pintores y hasta que llegaran los nuevos contratados
a Méjico, fue encargado de esta labor José Cardero, que había embarcado en
Cádiz como simple marinero. Su trabajo se inició en Guayaquil y continuó en
Panamá donde realizó vistas de las ciudades y dibujos zoológicos. Cuando llegó
el nuevo pintor Tomás Suria, valenciano afincado en Méjico, Cardero progresó rá
pidamente y ambos son contratados paro la expedición de las goletas Sutil y Me
jicana. A Cardero le debemos las perspectivos de puertos, sepulcros, ceremonias
y encuentros con los naturales, además de retratos, algunos copiados de Suria.
Fernando Brombilo y Juan Ravenet, ambos italianos, son contratados por Malaspina
en marzo de 179 l para que cubriesen las bajas de los dos pintores despedidos,
ya que Cardero y Suria estaban destinados al viaje de las goletas. Se cumplía así el
deseo de Malaspina de tener en la expedición pintores italianos con conocimientos
de la perspectiva, deseo que le fue vedado por las órdenes del gobierno que prefi
rió surtirse de españoles antes que contratar a extranjeros en la expedición.
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Por último las representaciones pictóricas de la fauna y la flora son documentos
científicos muy valiosos que complementan \os miles de folios de descripciones y
pliegos botánicos recogidos en todo el viaje.
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miembros de la expedición y ordenar los resultados de la misma. Pedía tam
bién permiso para solicitar una entrevista con el Rey para él y para José de Bus
tamante. Todas sus peticiones fueron aceptadas, de manera que el 7 de di
ciembre de 1795 Alejandro Malaspina, José Bustamante y Guerra, Dionisio
Alcalá Galiano y Ciriaco Cevallos fueron presentados a los Reyes (Carlos IV) en
El Escorial por don Antonio Valdés, con toda clase de honores. Esta ceremonia
fue recogida en la Gaceta de Madrid de 12 de diciembre de 1794, con una
amplia explicación del viaje, posiblemente suministrada por el propio Malaspi
na, y constituye la primera noticia que llegó al público de esta gran expedición
ilustrada promovida por la Marina. Posteriormente, Malaspina pidió y obtuvo
para todos los tripulantes diversas clases de recompensas, siendo él nombrado
brigadier de la Armada 1•
Para trotar de comprender la caída del héroe hemos de hacer un breve repaso
en la evolución del pensamiento político de Malospina.
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Una vez autorizado este plan, la propuesta política se perfila y se amplía de
forma más precisa en los «Axiomas políticos sobre la América» presentados al
Rey a través de Valdés y que debió redactar entre enero y febrero de 1789.
Fueron enviados a Valdés por vía reservada el 27 de febrero. Los puntos clave
de estos axiomas políticos son:
Durante los cinco años del viaje, Malaspina va mostrando tanto en los docu
mentos oficiales como en las cartas particulares, sobre todo a su amigo Paolo
Greppi, su ideario político respecto a la administración de la América Española.
Malaspina se acerca a la idea de que las colonias deben formar parte activa
del sistema político europeo, con personalidad propia y plena capacidad para
gestionar sus recursos.
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sus escritos propiamente políticos que nos hubieran permitido conocer con más
exactitud la evolución de sus ideas políticas y de su ideal reformador.
Malaspina, por otra parte, regresaba a una España diferente de la que dejó, donde
los ministros Floridablanca, Valdés y Arando, que habían sido sus mentores, habían
caído frente al poder del valido Godoy. La Revolución Francesa había tenido lugar
durante su ausencia, el rey francés había sido guillotinado y España estaba en
guerra contra Francia. En este contexto político de reacción a todo lo que provenía
del país vecino, Malaspina redactó unas «Reflexiones relativas a la paz de España
con Francia», dirigidas a Godoy y, sucesivamente, una representación al confesor
del Rey y un memorial a la Reina, proponiendo la sustitución de Godoy por el duque
de Alba; memoriales que cayeron en manos del valido y que le valieron un proceso
a él, al padre Gil y a la marquesa de Matallana, que actuaba de intermediaria, y
que al parecer había filtrado a la Reina varios mensajes de Malaspina.
El marino fue arrestado la noche del 24 de noviembre de 1795. Tras una confusa
causa de estado sin proceso público y donde Malaspina nunca testificó, el asunto
fue zanjado con un decreto del Rey que mondaba que las actas del proceso se
archivaran, la condesa de Motollono fuera expulsada a Italia y el padre Gil des
terrado a Sevilla. Malaspina fue destituido de sus cargos y empleo en lo Armada,
encarcelado en el castillo de San Antón de La Coruña por 1 O años y un día.
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sus escritos propiamente políticos que nos hubieran permitido conocer con más
exactitud la evolución de sus ideas políticas y de su ideal reformador.
Malaspina, por otra parte, regresaba a una España diferente de la que dejó, donde
los ministros Floridablanca, Valdés y Arando, que habían sido sus mentores, habían
caído frente al poder del valido Godoy. La Revolución Francesa había tenido lugar
durante su ausencia, el rey francés había sido guillotinado y España estaba en
guerra contra Francia. En este contexto político de reacción a todo lo que provenía
del país vecino, Malaspina redactó unas «Reflexiones relativas a la paz de España
con Francia», dirigidas a Godoy y, sucesivamente, una representación al confesor
del Rey y un memorial a la Reina, proponiendo la sustitución de Godoy por el duque
de Alba; memoriales que cayeron en manos del valido y que le valieron un proceso
a él, al padre Gil y a la marquesa de Matallana, que actuaba de intermediaria, y
que al parecer había filtrado a la Reina varios mensajes de Malaspina.
El marino fue arrestado la noche del 24 de noviembre de 1795. Tras una confusa
causa de estado sin proceso público y donde Malaspina nunca testificó, el asunto
fue zanjado con un decreto del Rey que mandaba que las actas del proceso se
archivaran, la condesa de Matallana fuera expulsada a Italia y el padre Gil des
terrado a Sevilla. Malaspina fue destituido de sus cargos y empleo en la Armada,
encarcelado en el castillo de San Antón de La Coruña por l O años y un día.
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expedición, que estaba en poder de los redactores de la publicación, quedó
secuestrado en la Secretaría de Estado de Marino por orden de Godoy. Termi
nado el proceso, la documentación quedó depositada en cajones cerrados,
pasando más tarde o la Dirección de Hidrografía.
para una segura navegación, que suponen un importante avance científico res
pecto a las usadas anteriormente.
Una vez procesado Malaspina, los responsables de las distintos disciplinas cien
tíficas de la expedición intentaron por todos los medios desvincularse del pro
ceso político y salvar del naufragio sus trabajos. El primer intento conocido es
el de José de Bustamante y Guerra que, en 1796, obtuvo permiso de Godoy
para publicar los resultados de la expedición, pero por parte de las autorida
des de la Marina se decidió postergar la publicación por su excesivo coste.
En 1800, Espinoso intentó publicar el viaje que realizó con Felipe Bauzá de Lima
o Valparaíso y por la cordillera de los Andes a Buenos Aires para reunirse con la
expedición. No sabemos por qué motivo no se llevó a efectos.
Solamente tuvo éxito Dionisio Alcalá Galiano que en 1802 consiguió que su
comisión al estrecho de Fuco se publicara como Relación del via¡e de las goletas
Sutil y Mexicana al reconocimiento del Estrecho de Fuco, que consta del diario y
de un atlas en el que van incluidos dibujos de los pintores y 7 cartas de la costa
noroeste de América, más 2 que se grabaron y luego se publicaron indepen
dientes por la Dirección de Hidrografía.
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ll\ Docunrnmoón nm
El fondo Malaspina del Museo Naval está constituido por 3 .703 documentos,
algunos de ellos de más de 1.000 folios de extensión, l .284 pertenecen a la
correspondencia oficial, órdenes e instrucciones diversas con fechas que van
desde 1788 a l 816. Los diarios de mar y tierra contabilizan 440 documen
tos; 406 diarios y cuadernos de cálculos astronómicos e hidrográficos; 162
cuestionarios y consultas científicas; 239 documentos copiados de distintos ar
chivos para la preparación de la expedición; 25 documentos muy relevantes
sobre la historia físico-política de América.
Jj
yaquil y el Chimborazo. Cardero también se encargó de hacer retratos de los
indios de la costa noroeste y de los indios de Monterrey, así como la copia de
un dibujo sobre el recibimiento del conde La Pérouse a la misión del Carmelo,
cuyo original fue hecho por De Vancy 2.
Para sustituir a José del Pozo, Malaspina solicitó al virrey de Nueva España
asesoramiento para contratar otro pintor, recayendo la elección en Tomás de
Suria, que se enroló en Acapulco y colaboró con Antonio Pineda en la realiza
ción de láminas de Historia Natural . Su especialización en el retrato etnográfico
se produjo durante su viaje a la costa noroeste de América, donde realizó los
retratos de los indios de Mulgrave y de Nutka, algunos de ellos aparecen en
esta selección.
Sotos Serrano, Carmen, Los pintores de la expedición de Ale¡ondro A�olospina. -Madrid: Real
Academia de la Historia, 1992, vol. l, p. 133.
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DIDLIOGITJUÍI\
ª
HIGUERAS RODRÍGUEZ, M DOLORES, Catálogo crítico de los documentos de la expedición
Malospina (1789-1794) del Museo Nava/.-Madrid: Museo Naval, 1985-1994, 3 vol.
SOTA Ríus, JosÉ DE LA, Tras los huellas de Malaspino: crónica de una expedición científica
de la Ilustración española. -Madrid: RTVE; Barcelona: Lunwerg, 2002.
37