Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Innocent LIBRO 1-1 PDF
Innocent LIBRO 1-1 PDF
Se detuvo frente a su salón de clases, pero no había nadie adentro. Vio la hora y se
percató de que aún era muy temprano, así que dejó su mochila de superhéroes en el
pasillo y caminó hacia los baños. Iba entretenido viendo los muros que estaban
decorados con dibujos o algunas fotos que se hallaban también colgadas. No fue
hasta que sintió algo duro contra él que se detuvo para tambalearse hacia atrás
mientras se sostenía la frente para sobarla.
Alzó la vista un poco y asustado y cruzó miradas con un chico que le llevaba poco
más de una cabeza. Éste soltó un gruñido potente y observó detrás de él al maldito
niñato que había chocado contra él. ¿Es que acaso no se fijaba por dónde iba?
- Idiota. -Siseó el chico de cabello negro mientras empujaba al pequeño niño con
fuerza.
- Perdón. -Se excusó Jimin con las mejillas rojas. -N-no te vi.
- ¿No me viste? -El chico de hebras oscuras lo observó tan fríamente que a Jimin le
heló la sangre.
- No. -El pequeño se levantó torpemente del suelo. - ¡Lo siento, te juro que no te vi!
Ahogó un grito cuando fue empujado violentamente contra el suelo una vez más.
- Te pregunté algo, tonto. -Dijo entre dientes el escalofriante chico frente a él.
Jimin sintió sus ojos picar y unas pequeñas lágrimas escurrir por sus mejillas. ¿Por
qué ese chico era tan cruel con él? ¡Ya se había disculpado!
- ¿En serio? - Preguntó el otro riendo. - No te voy a creer que tan solo eres dos años
menor que yo, pareces un niño de kínder con ese comportamiento tan idiota. ¡Mírate
nada más, llorando por una mariconada!
Jimin abrió la boca pero apenas pudo salir una palabra, comenzó a temblar.
- Bah. -El mayor rodó sus ojos. -Qué estúpida pérdida de tiempo.
Jimin siguió en silencio con la mirada al chico que comenzó a alejarse hasta
finalmente desaparecer por el pasillo de donde venía. Esperó unos segundos antes
de levantarse y sacudirse sus pantalones, secó sus lágrimas con un poco de fuerza y
retomó el camino hacia los baños. Estaba temblando todavía y su mirada se hallaba
perdida.
Avanzó un poco más hasta finalmente llegar al baño de hombres. Agradeció que le
hubieran mostrado la escuela antes, porque de otro modo se perdería con facilidad.
Hizo sus necesidades y se lavó sus pequeñas y gorditas manos. Observó a través del
espejo sus cachetitos que palmeó un poco tornándolos rojizos. Se sonrió mostrando
dos medias lunas con sus ojos, olvidando por completo el incidente de hace rato.
Corrió nuevamente al salón y agarró su mochila observando a la profesora que le
hizo una seña para que se acercara. Jimin obedeció bastante sonriente.
Jimin asintió con una linda sonrisa. La mujer lo tomó de la espalda para guiarlo
frente a todo el salón que debía ser de unas veinte personas. Todos comenzaron a
callarse entre ellos cuando la profesora entró con su nuevo compañero.
- Bien, niños. -Comenzó ella. -Él es su nuevo compañerito Jimin. Quiero que lo traten
muy bien y lo hagan sentir bienvenido, ¿de acuerdo?
Jimin asintió y se acercó muy alegre al castaño de lentes que veía su mesa. Apenas
Jimin se sentó, se hizo chiquito inmediatamente en su silla, sin embargo, el recién
llegado lo observó con una enorme sonrisa.
El castaño se hizo aún más chiquito. Observó un poco a Jimin, pero cuando sus
miradas cruzaron, la desvió inmediatamente completamente rojo.
Bueno, de toda la vida Jimin había sido un chico muy extrovertido y carismático.
Todas las madres de sus compañeros morían de ternura al verlo, y hasta sus propios
compañeros lo adoraban, era tan tierno que simplemente no podía ser odiado.
Solamente la gente de corazón realmente cruel podían hacerlo, o los envidiosos.
Se robaba la mirada de todas las chicas que gritaban como locas cada que él hacía
un puchero o inflaba sus cachetes, abultando su labio inferior. Lo abrazaban con
fuerza con fuerza como si fuera un muñeco y se pelearan por él. Su madre no podía
estar más orgullosa del caballero que había creado, porque no solo Jimin era
adorable, sino también educado y respetuoso.
Se dirigía a sus mayores por “usted" hasta que le dijeran lo contrario. Era muy
respetuoso con las chicas y con sus profesores, era un ángel. Su madre había
decidido hacerlo así desde que lo había adoptado. Su antigua familia era muy
inestable y gracias a eso, terminó en manos de la mujer, encantada de tener un
pequeño tan hermoso como Jimin.
Y después de siete años, la señora Park era muy feliz con su pequeño, su ángel, luz
y razón de ser.
El timbre sonó indicando que había finalizado la primera hora. La profesora les dio
cinco minutos de descanso mientras iba a hacer unas copias. Los niños asintieron y
un prefecto vino a supervisarlos en lo que la profesora llegaba.
- ¿Cuántos años tienes Kookie? -Preguntó Jimin sonriéndole.
El castaño se ajustó las gafas con timidez mientras observaba sus manos.
Cuando llegó la hora del receso, ambos caminaron por los pasillos. Salieron al patio
y allí Jungkook se fue a sentar junto a un árbol sacando su lonchera de cars.
- Y así fue como el señor llamado Derek que es el jefe de mami, dijo que estaba
orgullosa de ella y la mandó a trabajar acá. Estoy orgulloso de mi mami.
- Qué bonito. -Jungkook lo observó con tristeza. -Y-yo no tengo mami.
Jimin abrió mucho sus ojos, vio a Jungkook bajar su cabeza con mucha tristeza. El
mayor lo abrazó tan fuerte que casi le saca el aliento, pero Jungkook se dejó tomar.
- Lo siento mucho Kookie, debe ser horrible. -Susurró en voz baja Jimin.
- Yo... yo no tengo papi. -Confesó Jimin igualmente. -Mami me adoptó cuando era
muy pequeño y ella aún no tiene pareja.
Jungkook se relajó un poco más, de cierta forma tener cosas en común con Jimin le
hacía sentirse más cómodo. Jimin observó a Jungkook picar sus verduras hasta que
levantó la mirada y se tornó increíblemente serio.
- ¿Quién?
Jungkook le hizo seña para que se acercara. Jimin se colocó junto a él y sintió a
Jungkook acercarse a su oído para que nadie más escuchara.
Jimin observó nuevamente al tal Taehyung. A primera vista lucía agradable, sobre
todo con esa sonrisa cuadrada tan carismática. ¿Por qué entonces era así con
Jungkook?
- Se ríe de mí porque no tengo mami. -Jungkook sorbió por su pequeña nariz. - Pero
yo lo quiero...
- ¿T-te gusta?
Observó nuevamente a Taehyung quien esta vez había volteado hacia su dirección.
Observó a Jungkook y luego a Jimin, allí levantó una ceja. El recién llegado ignoró
la mirada de Taehyung sobre él y siguió comiendo mientras platicaba con Jungkook.
Veía que el menor estaba claramente nervioso, claro que lo estaría, Taehyung se
había acercado a ellos con su grupo de amigos.
- Vaya, vaya, -Taehyung se colocó frente a ellos. -Parece que el feo finalmente logró
encontrar un amigo.
- Otro idiota. -Taehyung negó con su cabeza. -Ah, sin duda tú eres más patético que
Jungkook. Idiotas se juntan entre ellos.
- ¡No está bien decir malas palabras! ¡Voy a acusarte! -Se quejó Jimin.
- Si abres la boca, voy a golpearte, todos mis amigos y yo. -Taehyung borró su
sonrisa. - ¿Quieres eso?
Jimin tragó saliva, Jungkook lo volteó a ver con lágrimas en sus ojos.
Todo el grupo de amigos se vieron entre ellos sorprendidos. Era el primer chico que
se negaba a alejarse de Jungkook después de aquella advertencia.
- Bien. -Taehyung sonrió. -Hoseok, Jackson, Baekhyun, los veré en la salida con este
par de cobardes.
- ¡Pégame lo que quieras! ¡Haz lo que quieras conmigo! -Suplicó. - ¡Pero por favor
no metas a Jimin en esto!
Taehyung empujó con fuerza a Jungkook. - Le pegaré hasta dejarlo sin aire. -Espetó
Taehyung.
Todos los presentes se callaron. El grupo de Taehyung y los otros dos voltearon a su
izquierda. Los que acompañaban a Taehyung inmediatamente bajaron la mirada,
Jungkook soltó un chillido y se ocultó rápidamente detrás de Jimin quien también
se heló. Taehyung fue el único en esbozar una sonrisa.
- Yoongi...
Jimin alzó la vista, topándose con el chico que lo había empujado en los pasillos. Su
cabello negro le caía en la cara y sus fríos ojos se clavaron duramente en él.
- Este será mío. -Sonrió con maldad mientras observaba a Jimin fijamente a los ojos.
- Como tú digas. -Taehyung observó a su grupo. -Ya saben qué hacer, llévenlo al
aula, yo los alcanzo.
Los chicos se acercaron a Jimin, el menor los observó asustado pero no lo agarraron
a él, fue a Jungkook quien comenzó a forcejear.
Jimin observó a Yoongi quien tenía una escalofriante sonrisa en el rostro. El mayor
pasó sus fríos dedos por las mejillas de Jimin causando que éste se estremeciera.
Jimin tragó en seco cuando Yoongi lo jaló, llevándolo a rastras por un pasillo cerca
de ahí. Y allí lo supo, helándose completamente ante el pensamiento.
Yoongi lo aventó contra la pared, el menor levantó la vista con lágrimas en los ojos.
Yoongi se acercó a él y se inclinó para quedar a la altura de Jimin. Levantó su barbilla
con fuerza y esbozó una sonrisa,
— ¿Por qué crees que si pides que pare, voy a hacerlo? —Yoongi rió y lo soltó
bruscamente.
Jimin mantuvo su vista fija en él. Yoongi lo levantó a la fuerza y le dio otro empujón,
Jimin se tambaleó con lágrimas escurriendo por sus mejillas despiadadamente.
Jimin negó con la cabeza y cerró sus ojos, Yoongi soltó un bufido y le dio un fuerte
puñetazo al menor en su estómago, provocando que éste soltara un grito de dolor y
cayera de rodilla al suelo, rodeando su cintura con sus frágiles y pequeños brazos.
Esta vez recibió una patada que le hizo callar y ahogar un grito. Se retorció en el
suelo cerrando fuertemente sus ojos.
Jimin negó con su cabeza repetidas veces. Yoongi deslizó sus manos al cuello de
Jimin con la intensión de hacerle una herida, pero el timbre le hizo detenerse dando
a entender que su tiempo se había agotado. Bajó la vista al menor que seguía con los
ojos cerrados y temblando.
— Acabaremos con esto mañana.
Soltó bruscamente a Jimin y se levantó furioso por no haberlo podido dejar marcado.
Pero en parte evitaba hacerlo, sabía que si lo dejaba con muchas marcas las personas
comenzarían a sospechar, y no quería eso.
Salió del aula dejando a Jimin solo, se ajustó sus mangas y comenzó a caminar por
los vacíos pasillos. Cruzó unas aulas hasta finalmente llegar al pequeño escondite
de Taehyung y de su grupo de amigos. Tocó la puerta y asomó su cabeza, ladeando
su cabeza al observar la peculiar escena.
Jungkook se hallaba en la esquina del aula viendo la pared, la mirada baja y el cuerpo
tembloroso. Taehyung estaba sentado en silla succionando unas pepitas y
lanzándolas a Jungkook, que cada vez que sentía que las pepitas tocaban su cuerpo
o nuca se estremecía.
El menor se dio la vuelta lentamente y caminó hacia ambos chicos. Taehyung lo jaló
bruscamente del brazo y levantó su manga casi a la altura de los hombros. Allí
Taehyung señaló la parte inferior del brazo, estirando un poco la piel para que
Yoongi viera mejor,
— Una navaja. — Taehyung hizo una mueca. — En una ocasión te vi haciéndolo, así
que decidí probar.
— ¿Y tú? ¿Cómo vas con Jimin? — Preguntó Taehyung mientras enterraba sus dedos
en los costados de Jungkook, sacándole un jadeo de dolor.
— Es muy idiota. — Yoongi negó con la cabeza. — Creo que deberé jugar más de lo
debido con él.
— Ya pasaron 3 meses y aún está bastante intacto. — Taehyung alzó una ceja.
— Las cosas que quiero hacerle, aún no siento que sean apropiadas a nuestra edad.
Taehyung asintió y pegó sus labios al cuello de Jungkook, haciendo que éste tragara
saliva pesadamente. Su cuerpo se había tensado completamente.
— Te veo en la casa.
Jungkook mientras tanto caminó por los pasillos con la mirada baja, rogando para
que nadie apareciera. Agarró su mochila y se la colocó en sus hombros para dirigirse
a la salida, sin embargo se detuvo al ver a Jimin en una esquina llorando débilmente.
Jimin levantó la mirada y le mostró la palma de sus manos que se hallaban rojas.
Algunas marcas más rojizas que otras, unas inclusive blancas o moradas.
— Todo esto es mi culpa. —Susurró el más pequeño. —De no ser por mí, nada de
esto habría pasado. Nunca debiste juntarte conmigo.
— No, no digas eso Kookie. Jimin lo abrazó. —Somos amigos, mejores amigos y no
te dejaré solito nunca.
— ¿Me lo prometes?
— Lo juro Kookie.
Los tenían a ambos bajo la amenaza de que si uno abría la boca, sería el otro quien
pagaría. Así colocaron un enorme peso en ambos, una promesa que por más que
quisieran no podían romper. Uno buscaría la salvación y el otro pagaría.
Una cruel y fría manipulación por niños de tan solo diez años.
— Tengo que irme a casa, Jimin. ¿Nos vemos mañana?
Jungkook se separó de Jimin y le hizo una seña de despedida con la mano. Jimin se
mantuvo sentado esperando a su madre. Se secó sus lágrimas y después de unos
minutos, ella apareció.
— ¡Mami!
Jimin corrió hacia la nombrada y la abrazó con fuerza, evitando que viera sus manos
que ya no estaban tan rojizas como hace rato. Necesitaba sentirla, sentir su amor.
— Muy bien mami. — Jimin le sonrió tiernamente olvidando por completo su dolor.
— ¡Pizza!
En esa hora era cuando Taehyung y Yoongi iban a darle una visita dos veces a la
semana.
Jimin dejó de pensar en ambos chicos y ocultó sus manos debajo de sus piernas,
escuchando a su madre parlotear de unas cosas que apenas comprendía. Supuso que
estaría hablando por teléfono o contando alguna aburrida anécdota del trabajo.
|03
Jimin se encontraba sentado junto a Jungkook debajo del árbol en el que siempre
descansaban. Jungkook devoraba una barrita mientras que Jimin solo jugaba con sus
pequeños dedos. Levantó la mirada y soltó un triste suspiro al ver a Yoongi y a
Taehyung riendo juntos.
— ¿Por qué entre ellos se tratan bonito? ¿Por qué no con nosotros? —Preguntó Jimin
en voz baja.
— Pero si tu papi se lleva bien con la mami de Taehyung, ¿por qué Taehyung es
malo contigo?
Jungkook negó con su cabeza suavemente y susurró en voz baja un "no lo sé". Jimin
volvió la mirada a los chicos. Yoongi estaba diciéndole algo al oído a Taehyung,
debió ser algo gracioso porque el castaño soltó una agradable risa y le dio un
pequeño empujón a Yoongi.
Los menores siguieron debajo de ese árbol, platicando y olvidando por un momento
que el peligro los estaba rodeando, viéndolos fijamente. Taehyung y Yoongi
observaban atentos a los menores y sus movimientos, viendo cómo se agarraban a
veces las manos y se sonreían, reían, bromeaban y jugaban entre ellos como dos
buenos amigos.
Yoongi alzó una ceja disgustado. Definitivamente ver a Jimin sonreír era de las cosas
más repugnantes que había visto en su corta vida. Ver a Jimin llorar era arte, aquello
si era hermoso, le encantaba su mirada de miedo, verlo temblar y sus ojos
humedecerse. Le encantaba ver sus labios temblar y suplicar que frenara.
Dirigió la vista a Yoongi quien lucía completamente neutro, pero viendo más de
cerca, podías ver sus pupilas temblar, mostrando exasperación. Sus dedos se movían
por todo su pantalón, apretando la tela y sus nudillos que se tornaban blancos.
Yoongi solo hacía eso cuando se estaba controlando para no explotar. Eso significaba
que estaba muy molesto o disgustado, aunque una cosa llevaba a la otra tarde que
temprano.
— Déjalos que crean que están a salvo. — Yoongi jugó un poco con sus dedos. —
Cuando bajen la guardia les llegaremos por la espalda.
Taehyung sonrió ante la idea. Observó nuevamente a Jungkook quien tenía la boca
abierta y Jimin se encargaba de darle comido con la boca. Mordió su labio para no
enfadarse más de lo que ya estaba. ¿Por qué Jungkook si se dejaba tocar así por
Jimin?
En su mirada se veía claramente su enojo pero aquella sonrisa suya le daba un
aspecto más tranquilo. Incluso para sus amigos, Taehyung no era tan "loco" como
aparentaba. Era más bien berrinchudo y explosivo, descuidado y llevándose por sus
impulsos.
Hasta Yoongi parecía el "normal" junto a Taehyung y tranquilo. Por lo general era el
primo menor quien mostraba aquella personalidad descontrolada, celosa y
berrinchuda sin importarle lo que dijeran los demás. Pero Yoongi no, él era muy
reservado, moviéndose como una sombra.
Tenía sus razones para serlo y la primera era para pasar desapercibido. Aunque ya
todos sabían quién era él y le tenían mayores. Ese miedo había crecido después de
que hizo renunciar a tres profesoras que enloquecieron con él. Nunca se supo qué
pasó dentro de esas aulas, pero las profesoras salían corriendo, algunas llorando y
suplicando su renuncia.
Pero la madre de Yoongi se negaba a creer que había algo malo en su hijo. Ignoró
por completo al colegio y sus recomendaciones de estudios psicológicos y dejó a
Yoongi como estaba, importándole poco. Para ella Yoongi era perfecto sin importar
qué, aunque estuviera enfermo o fuera ligeramente diferente a los demás alumnos.
Lo imaginaba. Tenía muy claro lo que haría con Jimin. Cada año empeoraría las
cosas, cada año aumentaría su nivel de agresividad, dando pequeños pasos antes de
llegar a su verdadero objetivo.
Jimin era hermoso, de piel perfecta, blanca, pura y virgen. Yoongi se relamía sus
labios pensando en lo bella que sería la sangre resbalando por su piel. Pensaba en
cómo abriría sus lindos brazos o lindo cuello, como le enterraría clavos quizás para
colgarlo en su pared como una obra de arte.
No, ¡qué va! Jimin merecía algo mejor que ser colgado como una vieja prenda.
Quizás lo despellejaría para quedarse con su hermosa piel, o extraería sus ojos para
guardarlos en su cofre de objetos preciados. Quizás lo dejaría atado a una pared y
con su sangre haría un retrato de él en un hermoso lienzo, quizás arrancaría su
corazón y lo colocaría en un collar... las posibilidades que cruzaban su mente eran
infinitas. No desperdiciaría ninguna.
— Vamos, es hora de volver a clases. —Taehyung lo jaló del brazo sacándolo de sus
enfermizos pensamientos.
Jimin se levantó del árbol y ayudó a Jungkook a levantarse también, ambos amigos
se sonrieron mutuamente mientras se dirigían alegres al salón de clases.
— Quizás un día puedas venir a mi casa, Kookie. —Le susurró Jimin para que la
profesora no lo escuchara.
— Podemos jugar con mis juguetes o con la consola. Mami podría pedir pizza y te
quedarías a dormir. Veríamos películas y nos acostaríamos muy tarde. —Siguió
Jimin entusiasmado.
Jimin le devolvió la enorme sonrisa, haciendo dos medias lunas con sus ojos.
Jungkook rió en voz baja y comenzó a anotar lo que la profesora había escrito en la
pizarra. Jimin también hizo lo mismo. Balanceaban sus pues puesto a que las sillas
eran aún algo grandes para ellos. Jimin hacía pequeños garabatos en su cuaderno y
cuando terminaba observaba a Jungkook, deteniéndose en la letra del menor que era
bastante bonita, casi de chica. Jungkook por su lado solo se limitaba a ver la pizarra
o a golpear su lápiz en su cuaderno mientras mordía sus uñitas.
— ¡Jiminnie!
Jimin levantó la vista y esbozó una sonrisa al ver a su mami acercarse. Jungkook
también sonrió, la mujer lucía agradable y era muy bonita: tenía el cabello rubio
ligeramente ondulado, unos ojos enormes algo maquillados y piel muy blanca. Era
increíblemente femenina, guapa y joven.
Jungkook volteó hacia atrás y corrió a abrazar a su padre. Jimin y la señora Park se
acercaron.
— ¿Así que tú eres Jimin? —El hombre se puso en cuclillas. — Kookie me ha hablado
mucho de ti, eres igual de tierno como me ha dicho. Incluso más.
— Venga, choca campeón. —El padre de Jungkook colocó su puño, Jimin lo chocó
feliz. El señor Jeon sonrió de forma adorable y coqueta.
— Oh, umh. —Reaccionó finalmente el padre de Jungkook. — ¿Quieren que los lleve
a casa? No causaría ningún problema, es un placer conocerla.
— Es muy amable de su parte, señor Jeon. Igualmente es un placer conocerlo. —
Contestó la madre de Jimin sonriendo. —Pero como vengo del trabajo me tocó sacar
coche, pero es muy amable de su parte.
Jungkook asintió cuando Jimin lo observó, ambos chicos se dirigieron a los adultos.
— Nada cielo. — La señora Park negó divertida y observó a Jimin a través del
retrovisor.
— Escuché que los enanos estarán este fin de semana juntos. — Dijo Taehyung
mientras rasguñaba sus dedos mostrando exasperación.
— Nada, solo decía. — Taehyung dejó en paz sus manos y observó el techo.
Ambos chicos se hallaban acostados en la cama de Yoongi, pero pese a que la cama
era muy grande, ellos estaban bastante juntos. Era normal para ellos, más que
primos, eran hermanos.
— No deberías ser tan posesivo. — Yoongi esbozó una sonrisa gatuna. — El cerdito
no le hará nada a tu pequeño, créeme.
— Quería jugar con él hoy. — Dijo. — Pero como se fueron a casa de Jimin, no se
quedó a la golpiza. Eso me molesta.
Yoongi soltó una fuerte carcajada y negó con su cabeza, su primo era todo un caso
de bestia fuera de control. Eso lo divertía y preocupaba al mismo tiempo, ¿pero qué
iba a hacerle?
— ¿Se supone que esto es tu diario? — Preguntó Taehyung alzando una ceja.
Yoongi rodó sus ojos por novena vez en el día debido a Taehyung. Su primo se sentó
en el piso mientras Yoongi iba a prender la pantalla y colocaba el juego mencionado
anteriormente, Taehyung esbozó una sonrisa.
— Eres el mejor.
Yoongi prendió los dos controles y le dio uno a Taehyung antes de irse a sentar con
él. Estaban seleccionando la partida cuando fueron a tocar a su puerta. Antes de que
preguntaran quién era, la puerta se abrió y la madre de Taehyung apareció en el
marco de la puerta, les dedicó una linda sonrisa.
— ¿Va a salir a algún lado, tía? — Preguntó Yoongi al ver a la hermana de su madre
tan arreglada y maquillada.
— ¿Pero Jungkook no está con Jimin? — Preguntó Taehyung alzando una ceja.
— Por eso mismo, cielo. Como Jungkook no está iré a cenar con él a su casa.
— Cállate. — Taehyung rodó sus ojos. — Además, entre hombres no se puede tener
sexo, no seas idiota, no tenemos vagina.
Yoongi observó a Taehyung, el menor lo observó con una ceja alzada ante la mirada
de burla y asco que le había dedicado Yoongi.
Es decir... ¿cómo?
Su mente solo había procesado tetas gigantes, vaginas y mujeres sensuales a través
de su pantalla, porque sí, le gustaba el porno. A veces hasta lo veía con Yoongi, pero
su primo era bastante arisco y solo se limitaba a hacer muecas de disgusto o a criticar
a la mujer diciendo que parecía perra en celo, o que no entendía como soportaba
toda esa silicona, haciendo comentarios del estilo. A Taehyung se le bajaba la
calentura de tan solo escuchar a su primo, así que mejor comenzó a verlo por su
propia cuenta. Así estaba más a gusto y a salvo de los comentarios nada sexys de
Yoongi.
Volvió al juego, llevaba la ventaja, como siempre. Aquello le irritaba a Yoongi pero
aún seguía jugando, aunque soltando maldiciones... pero seguía jugando.
— Gané nuevamente. — Taehyung sonrió victorioso.
Dejó que Taehyung jugara una partida él solo, se limitó a encerrarse en su mundo
mental y divagar. La cara de Jimin aparecía frente a él, con sus ojos llenos de
lágrimas y sus pequeños quejidos de súplica para que Yoongi dejara de azotar sus
manos con la regla, empujarlo o patearlo.
No entendía cómo podía ser tan marica, ni siquiera le pegaba tan fuerte. Bueno, era
cierto que a veces dejaba marcas pero nada de otro mundo. Hasta Jungkook
aguantaba más que él.
Yoongi... aún estaba buscando bien qué le parecía más atractivo; si jugar con la
mente de alguien o con su cuerpo. Ambos sonaban muy bien, pero aún no hallaba
la manera de juntarlos. Quizás cuando fuera más grande pudiera darse una idea.
Ah, el pequeño detalle era que cuando fuera más grande, nada ni nadie lo
detendrían.
Jimin soltó un suspiro antes de reír, era la sexta vez que Jungkook le ganaba jugando
memoria. Pero no lo culpaba, Jimin tenía pésima memoria y se distraía con mucha
facilidad.
La madre de Jimin los observaba con excesiva ternura. Jungkook era muy tímido,
pero no dejaba de ser adorable, inclusive Jimin lo había apodado como "conejito"
debido a que decía que se parecía a uno, uno muy bonito, tierno y esponjoso.
— Las siete, aún no es muy tarde. — Dijo Jimin viendo su despertador. — Podemos
decirle a mamá que vaya pidiendo la pizza para que la comamos mientras vemos
una película.
Jungkook asintió repetidas veces bastante sonriente. Ambos salieron del cuarto de
Jimin y bajaron las escaleras, inmediatamente Jungkook volvió a ponerse tímido,
agachando la cabeza cuando la mamá de Jimin los vio, se tornó completamente rojo
y jugó con sus manitas.
— Mami, ¿crees que ir pidiendo la pizza por favor? — Pidió Jimin con su
encantadora sonrisa. — Así Kookie y yo podemos comerla mientras vemos una
película.
Sobó la cabeza de Jungkook, haciendo que se tornara cada vez más rojo, parecía un
tomatito. Jimin esbozó una sonrisa y agarró a Jungkook del brazo.
Jungkook asintió.
Jimin esbozó una tierna sonrisa y se fue a sentar junto a Jungkook. Inevitablemente
observó los brazos de su amigo cuando se quitó la sudadera y vio que tenía una
extraña marca en el antebrazo, hizo una extraña mueca.
— ¿Por qué comenzó esto, Kookie? ¿Por qué Tae es así contigo?
— Taehyung iba con ella y me veía mucho, me sentí nervioso. Ya sabes cómo soy.
— Suspiró. — Mi papá y su mamá comenzaron a platicar cada vez más y durante el
verano estuve en su casa a veces, pero jamás les hablaba. Yoongi me comenzó a
molestar por ser tímido y Tae también.
— Fue Yoongi. Él me dijo que si los acusaba haría que mi papá y la mamá de Tae se
enfadaran entre ellos. Me recordó que mi mami había muerto y que papi merecía ser
feliz y que acusándolos le quitaría esa felicidad porque... — Sus ojos se
humedecieron. — Porque papi quiere a la mamá de Tae.
— ¿Y ellos por qué? — Jimin alzó una ceja. — Hobi... Hobi parece lindo.
— Lo es. — Jungkook hizo una triste sonrisa. — Pero tiene demasiado miedo de
Yoongi y Taehyung, prefirió hacerse su amigo a arriesgarse a que lo molestaran
también.
— Todos en realidad, pero Baekhyun es el mejor amigo de Tae. Por eso se unió.
Jungkook asintió tristemente, Jimin comenzó a jugar con su labio inferior con sus
dedos mientras pensaba en por qué harían algo así. ¿Con qué propósito? Jungkook
no era una mala persona, era lindo, bastante bueno. ¿Por qué molestarlo?
Jimin notó el miedo con las cuales aquellas palabras salieron de su boca.
—Tuvo una pelea el año pasado e hirió a su compañero, lo tuvieron que mandar al
hospital. Todo su grupo de amigos fue por Yoongi y él acabó con todos, uno por
uno.
Jimin abrió su boca muy grande, tenía ganas de preguntar más pero Jungkook
agarró su mano evitando que siguiera hablando.
Jungkook abrió la boca para hablar pero la cerró inmediatamente. Lamió sus labios
con lentitud mientras desviaba la mirada. No quería que Jimin pagara, pero la
manera en la cual se lo había pedido no le dejaba otra opción. Eran un equipo,
mejores amigos.
— Park, enserio eres algo idiota a veces. — Jungkook hizo una mueca.
— Cállate Jeon.
Ambos se encontraban en la clase de arte tratando de hacer un retrato. Solo que Jimin
se le había ocurrido hacerlo con acuarelas mientras Jungkook optó por lápiz y blanco
y negro. Ahora lo que sea que habían intentado dibujar no era más que machas y
pequeñas deformidades.
— Podemos decir que son hadas, o pequeños seres mágicos. Como los que veíamos
en mi libro.
— ¡Ay Kookie, no seas así! — Jimin hizo un puchero adorable. — Puedo convencer
a la profesora de que nos suba la nota si es necesario.
Jungkook negó con su cabeza y soltó un suspiro. Los pequeños ya no tan pequeños
ahora tenían diez años. Varias cosas habían cambiado en dos años, y muchas seguían
igual.
Jungkook, por ejemplo, se había vuelto un poco más serio y hasta cierto punto,
apático. Pero Jimin seguía siendo un adorable niño sonriente, tratando de defender
a las malas personas y hallando algo bueno en ellas, y si no, se encargaba de
encontrarlo.
Jimin tragó saliva y retrocedió lentamente, Jungkook le dedicó una triste sonrisa
antes de hacer una mueca de dolor. Taehyung había comenzado a pellizcar con
fuerza sus brazos y a enterrar sus dedos en sus costados. Jimin se lanzó hacia él para
decirle que se detuviera, pero una fuerte mano le agarró el brazo jalándolo hacia
atrás.
Trató de zafarse de aquello brazos, revolcándose. Pero solo era arrastrado hacia
atrás, viendo la imagen de Jungkook y Taehyung hacerse más lejana con cada
segundo. Se revolcó nuevamente soltando un quejido de dolor cuando fue aventado
bruscamente dentro de un aula.
—Yoongi... — Suplicó.
— Siéntate. — Ordenó.
Jimin apretó sus ojos con fuerza liberando un par de lágrimas, abrió sus ojos
nuevamente y se sentó en la silla con la mirada baja. Yoongi se colocó frente a él y
apoyó sus manos en la mesa inclinándose levemente hacia Jimin. El menor levantó
la vista lentamente.
Jimin negó con la cabeza repetidas veces con temor, Yoongi lo agarró de la camiseta
y le clavó fijamente la mirada. Jimin tembló antes de sacar las manos de sus bolsillos
y colocarlas sobre la mesa.
Yoongi esbozó una sonrisa y observó las manos de Jimin. Sus nudillos estaban rojos,
inclusive faltaba un poco de piel en el nudillo de su dedo anular izquierdo, las
palmas de las manos tenían unas cicatrices aún con costras o marcas rojizas que
lucían bastante dolorosas. Pasó su vista a sus brazos, aun marcados, finas líneas
blancas mostrando unas cortaduras que le había hecho antes de salir de clase el año
pasado.
Jimin seguía temblando, solo con la mirada de Yoongi, volvía a sentir su dolor
nuevamente.
— Buen chico.
Tomó bruscamente las manos de Jimin, haciendo que el menor soltara un quejido
por el dolor. Introdujo una mano a su pantalón y sacó un pequeño alfiler, Jimin trató
de retirar sus manos pero Yoongi se lo impidió.
Comenzó a sollozar en voz alta, solo vio la punta y supo qué vendría. Yoongi deslizó
el filo por sus manos antes de comenzar a clavarlo lentamente en el nudillo con carne
sobrante de Jimin.
Yoongi clavó un poco más la aguja, sacándole a Jimin un grito de dolor. Sus lágrimas
resbalaban sin control por sus redondas y rosadas mejillas mientras se revolcaba
duramente.
Un acto increíblemente humillante pero Yoongi sonrió satisfecho, adoraba ver a ese
pequeño a sus pies.
— Levántate. — Ordenó.
Jimin se levantó tembloroso, aún con las mejillas empapadas en lágrimas. Yoongi lo
empujó suavemente contra la mesa.
— Tuviste suerte porque hoy estaba de buen humor, Jiminnie. — Se burló. — Pero
eso no significa que te dejaré libre.
Jimin ahogó un pequeño grito cuando Yoongi se sentó en la silla y lo jaló con fuerza,
sentándolo en su regazo. Jimin inmediatamente se tornó rojo ante la posición y
comenzó a temblar.
Jimin se tensó con fuerza al sentir los fríos dedos de su Hyung en su cuello, trazando
una línea imaginaria hasta detenerse. Sintió una pequeña presión que le hizo
comprender qué estaba haciendo: le estaba tomando el pulso.
Esbozó una sonrisa al sentir los latidos de Jimin aumentar, el menor bajó
completamente la mirada y comenzó a temblar con más fuerza. Yoongi hizo un poco
más de presión, tocando la tibia piel del menor.
— Contéstame.
Los pulsos aumentaron. Jimin abrió un poco su boca, rogando para que su voz no
saliera temblorosa, o peor aún: no saliera.
— ¿Pero jugar a qué, Yoongi? Tú... ¿por qué querrías jugar conmigo?
Yoongi esbozó una sonrisa, que pese a todo, no dejaba de ser escalofriante y tétrica.
Jimin se estremeció un poco.
Yoongi hizo su cabeza de lado y observó con cierta repugnancia a Jimin. ¿Cómo
demonios un mocoso de su edad podía hablar de esa forma tan infantil y estúpida?
— Ya, me vale mierda, ese no es el punto. — Intervino Yoongi cuando Jimin volvió
a abrir la boca.
— ¡Sí, Yoongi! — Soltó Jimin haciendo una enorme sonrisa. — Aunque, usted no
puede ser un conejito, Kookie es el conejito.
— ¿Qué?
Jimin se calló y tornó sus mejillas rojas antes de soltar una risa.
— Como sea.
Yoongi esbozó una sonrisa que le heló la piel a Jimin. Vio que Yoongi se comenzó a
quitar el cinturón de su pantalón, Jimin lo observó sorprendido.
Yoongi azotó nuevamente con fuerza el cinturón contra la mesa con una sonrisa.
Jungkook salió del aula aún con las piernas temblando. Trató de componer su
respiración mientras se alejaba lentamente.
— Cuando tengan catorce años van a irse. Y quizás no van a volver... Taehyung y
Yoongi se van con el padre de Yoongi.
— Pero todavía faltan dos años para eso, Kookie. — Bajó su mirada.
— Si esto se vuelve más pesado, vamos a decirle a nuestros papás. Recuerda Jimin,
promesa.
Es una promesa.
Su promesa.
|06
— ¡Atrapa!
Jimin reaccionó justo a tiempo para atrapa la pluma que Jungkook le había lanzado,
agradeció con una sonrisa y se volteó para seguir prestándole atención a la clase del
profesor.
— Bueno, no es de esperar que sea nuevamente el joven Park quien haya sacado la
nota más alta respecto al trabajo de literatura. — Dijo su profesor mientras se
acercaba a él entregándole su evaluación, Jimin esbozó una sonrisa. — Felicidades
joven Park.
Jimin pasó la mano por su cabello haciendo suspirar a una que otra chica y se colocó
frente a la pizarra con su texto en manos, sus manitas lo agarraban firmemente pero
ocultando su rostro detrás con cierta pena.
— Bien Jimin, lee la descripción de la persona que ha marcado tu vida frente a todos.
Estamos ansiosos por escucharte. — Lo animó el profesor.
— M-marcó mi vida con su mordida, sin poder dejarme ir. — Apretó sus ojitos por
la pena que le daba leer lo siguiente. — Y por eso lo pongo en este texto, porque me
dejó marcado como nadie más me había marcado... porque me había marcado el
alma.
El silencio se apoderó del salón unos momentos. Jimin bajó la hoja y observó el
entorno, una chica de la primera fila comenzó a aplaudir lentamente hasta que poco
a poco los demás se unieron creando un coro bastante estruendoso.
— Muy bonito Jimin, ¿pero estás seguro de que solo es tu imaginación? — Preguntó
una niña.
Jimin observó a Jungkook. Su mejor amigo negó con su cabeza seriamente, Jimin
alzó un poco sus hombros con una media sonrisa y volvió su vista nuevamente al
frente.
Y nada había sido mejor que aquella clase. Además, después le mostraría su escrito,
estaba seguro de que le gustaría mucho.
Jimin sonrió ante la idea, quizás escribiendo pequeños poemas o textos para él sería
la forma de librarse de sus golpes.
— ¡Yoongi! ¡Yoongi!
Yoongi dejó de hablar con Taehyung para girarse con el ceño fruncido, vio a un
adorable Jimin vestido de sudadera naranja llegar corriendo junto a él con sus
mejillas rosas. Se apoyó en sus rodillas para recobrar el aliento y alzó la vista.
Jimin volvió la vista a Yoongi quien se mantuvo estático leyendo el texto. Conforme
sus ojos bajaban su rostro se iba deformando, con las cejas unidas y una ligera mueca
de asco. Jimin sintió un dolor punzante cuando Yoongi rompió su texto en dos con
violencia frente a él.
— ¿Eres imbécil acaso? — Yoongi tiró al suelo los pedazos de hoja y empujó a Jimin
con fuerza haciendo que cayera al suelo.
— Jamás me vuelvas a salir con esa mariconería, te juro que te romperé toda tu cara
a patadas para que aprendas a comportarte. — Habló duramente haciendo a Jimin
temblar.
Lo soltó con fuerza y pateó nuevamente los pedazos de papel antes de alejarse
soltando humos por todos lados. Taehyung observó a Jimin agarrar los pedazos
pisoteados con lágrimas amargas en sus ojos.
Jimin alzó la vista con su labio inferior ligeramente salido en forma de puchero,
dando una imagen desastrosamente adorable. Taehyung soltó un suspiro y se pasó
la mano por el cabello. No podía evitar sentir cierta pena por ese chico, era
demasiado adorable, demasiado...
Demasiado inocente.
— Gracias Tae... — Susurró Jimin agarrando la hoja con lágrimas en sus ojos.
— ¡Ah! — Gritó sorprendido y asustado al ver a Jungkook parado ahora frente a él.
El pequeño Kookie todavía de diez años observó a través del hombro de Jimin a
Taehyung alejarse, clavó su vista nuevamente en Jimin y se cruzó de brazos. Lo
observó con frialdad, sin expresar ninguna emoción.
— Fue lindo conmigo... — Contestó Jimin suavemente. — Nunca había sido bueno
conmigo.
El menor le dio la espalda sin siquiera mirarlo a los ojos y se alejó soltando humo.
Jimin lo observó confundido, sin comprender por qué Jungkook se había puesto así.
No le dio mucha importancia y sonrió, saliendo del instituto dando pequeños
brinquitos. Agarró su mochila en los pasillos y metió su trabajo roto en ella antes de
dirigirse finalmente a la salida. Su madre ya estaba allí revisando su teléfono.
Su madre levantó la mirada y esbozó una cálida sonrisa, Jimin corrió hacia ella para
abrazarla fuertemente y plantarle un beso en su mejilla.
— Muy bien mami, fui el más alto en literatura. — Contestó el pequeño con una
enorme sonrisa.
— Señora Min. — Su madre esbozó una sonrisa. — Es un milagro verla por acá,
¿cómo está?
"¿Señora Min?"
— Muy bien, qué bueno que la encuentro. — Ella sonrió. — ¿Qué tal le fue en su
última entrevista? ¿Cree que sea necesario preguntarle a mi esposo si necesita aun
el puesto?
— Ahora trabajo más cerca, pero claro que podría ayudar. Muchas gracias.
— Por nada señora Park, usted literalmente ha salvado a mi familia con los asuntos
del VISA y pasaportes, sin ustedes estaríamos jodidos. — Soltó una risa, su madre
también. — ¿Quiere venir a cenar con nosotros el Viernes para hablar de eso? Puede
venir el pequeño Jimin, tengo un hijo y un sobrino que son casi de su edad.
— Oh mira, allí vienen. — La mujer alzó su mano. — ¡Yoongi, Tae, vengan acá niños!
— Niños, ella es la señora Park, la que ayudó con el trámite para que puedan viajar
al extranjero. — Dijo ella, Jimin alzó la mirada. — Y este es su hijo, Jimin, tiene dos
años menos que ustedes dos.
— Sí, ya nos conocemos. — Dijo Taehyung forzando una sonrisa. — Mucho gusto
señora Park, gracias por habernos ayudado.
— Bueno, ahora que se conocen no creo que haya problema para el viernes. — La
señora Min le sonrió a la señora Park.
— Podemos salir a cenar si gusta y podemos dejar a los niños con la niñera, estarán
muy bien, se lo prometo.
El pelinegro dirigió lentamente su índice a sus labios, como signo de que hiciera
silencio.
Estaba perdido.
|07
Pánico.
Eso sentía Jimin en ese preciso instante en el asiento de atrás, aferrado al cinturón,
viendo con ojos muy abiertos hacia enfrente, temblando furiosamente sobre el
asiento.
— No debes ponerte así cielo, estás seguro. — Dijo su madre. — Yo vuelvo por ti en
la noche, ¿vale?
Jimin alzó la vista hacia la casa que se encontraba frente a ellos: era como un pequeño
castillo, una casa de dos pisos pero con techo de punta y varias ventanas con formas
también puntiagudas. Una pequeña torre se alzaba también con techo puntiagudo y
una cortina impedía observar el interior del gran ventanal posado con vista a la calle.
Jimin pudo jurar que la cortina se movió, observó detenidamente dispuesto a captar
otro movimiento pero fue interrumpido cuando la puerta se abrió.
La señora Park agradeció y se acercó a las pequeñas tres escaleras con Jimin, saludó
a la madre y entró tímidamente a la casa. No era un lugar muy iluminado, de hecho
casi todo era negro y gris, con cortinas rojas atadas con lazos dorados, pero no tan
abiertas como para dejar entrar mucho sol, lucía algo tétrico hasta cierto punto... y
vacío.
Un hombre se levantó del sillón y saludó alegre a su madre, después ella le informó
a Jimin que él era el padre de Yoongi. Jimin saludó con las mejillas rojas, causando
ternura por la pareja Min. Finalmente, una mujer pelirroja apareció con un lindo
vestido y saludo también, era la madre de Taehyung, se parecían bastante.
— Los niños están arriba Jimin, la niñera está en la cocina por si gustas algo. — Habló
la señora Min acariciando su mejilla con su fría mano.
Observó rápidamente el entorno con ojos curiosos. Ni de broma iría arriba, eso era
suicida, tampoco era tan idiota. Así que optó por husmear un poco en la sala que se
encontraba a un par de pasos a la derecha. Avanzó deteniéndose en algunas pinturas
bastante siniestras, con rostros de hombres y mujeres bastante feas y amargadas, sin
sonreír y con frías expresiones en la cara.
Jimin avanzó y tocó con la yema de sus dedos unos pequeños animales hechos de
cristal cerca de una mesa frente a los ventanales. Observó el detalle de las cortinas,
todas gruesas pero con mosaicos de flores en el interior que de lejos se veían como
pequeñas manchas.
Siguió avanzando hasta detenerse en seco frente a una gran pintura posada poco
más allá de la mesa del comedor, arriba de una chimenea con el carbón prendido.
Jimin se acercó con ojos curiosos, había en total siete personas en ese cuadro.
Jimin bajó la vista. De estatura un poco más baja, frente a las dos personas
precedentes, se hallaban dos bellas mujeres.
Una era de cabello negro, largo, semblante serio, acompañada de un largo vestido
negro igualmente y un sombrero a plumas doradas. Era de semblante un poco más
relajado, pero sus ojos eran los que realmente lo que provocaban escalofríos, como
si quisiera ver a través de tu alma. Junto a ella se encontraba un hombre castaño, de
facciones más suaves pero sin sonreír mucho, con una pipa humeante en la boca y
unos lentes ovalados, como si fuera algún tipo de periodista de un siglo pasado.
Sin duda alguna, esos eran los padres de Min Yoongi. Dirigió la vista al costado de
la madre de Yoongi y observó ahora a la madre de Taehyung: de cabello castaño
claro y ondulado hasta su media espalda, ojos fríos y huesudas manos. Ella parecía
molesta, con su quijada apretada y sus cejas ligeramente juntas, la barbilla en alto.
Soltó un pequeño suspiro dirigió la mirada a los dos niños sentados en el elegante
sofá rojo bordado con terciopelo dorado.
Taehyung estaba del lado derecho, con su cabello castaño bien peinado y
ligeramente sonriente, manos posicionadas en el sofá y con buena postura. Pero
Yoongi, él realmente seguía inexpresivo como siempre; con su mirada penetrante y
cruel, su cabello bien peinado y ni un músculo en movimiento. Observaba fijamente
como si quisiera traspasar tu cuerpo y engullir lentamente tu mente, entrando en tus
pensamientos.
Yoongi soltó una risa seca y lentamente se apartó de Jimin, agarró su barbilla para
que lo viera fijamente a los ojos, esbozó una sonrisa y lentamente comenzó a jalarlo
por las escaleras.
— ¿Sabes qué le hacían a los niños que ven cosas que no deberían ver, Jimin? —
Preguntó Yoongi mientras lentamente subía escalón por escalón.
A Jimin comenzaba a asustarle el tono dulce y a la vez tan sádico de Yoongi. Jamás
había sido bueno, o había tenido ese filtro entre lindo y cruel.
— Lo prometo, Yoongi.
— Buen chico.
Jimin parpadeó varias veces, dirigió su vista a aquella puerta misteriosa pero
Taehyung lo cogió de su barbilla para que lo viera a él.
Jimin asintió tímidamente antes de dejarse guiar por aquella casa. Entró a un cuarto
que era color marrón, con una cama matrimonial y algo desordenada. Tenía una
pantalla con un juego pausado y una caja de pizza a la orilla de la cama.
Se acercó tímidamente a la cama y allí se sentó, moviendo sus pies de adelante hacia
atrás con timidez. Taehyung jaló una silla y se sentó frente a él con una revista de
videojuegos en mano.
— Pero conmigo es muy malo. Y tú lo sabes. Ni siquiera tú eres así con Jungkook.
— Ja. — Soltó una risa seca. — No me gusta, no me enredo con hombres, qué asco.
Sigo sin entender cómo él puede gustar de mí, es ridículo y asqueroso. Me da pena
y me revuelve el estómago.
— Eres muy malo, Jungkook es un buen niño, no deberías jugar con sus sentimientos
así.
— Mira, niño. — Taehyung gruñó. — Tienes tan solo diez años, nosotros estamos
apenas en los doce. Créeme que mi vida no será limitar molestar a aquel idiota por
siempre, tengo mejores planes que estar golpeando a aquella rata. Así que no pienses
que dedicaré mi vida a perseguirlo, él es solo mi entretenimiento, mi juguete.
— Pero Yoongi...
— Pero... — Comenzó.
— Sin peros. Ya está decidido Jimin, eres suyo, te guste o no. Le vas a pertenecer en
cuerpo, mente y alma, no tienes otra opción.
Taehyung alzó sus hombros y volvió a la revista con una tétrica sonrisa. Jimin
mantuvo su fija en él, temblando y sintiendo sus tripas encogerse.
Taehyung solamente soltó una risa, risa que hizo que Jimin se sintiera terriblemente
mal.
Apretaba con fuerza sus ojos, sintiendo el frío recorriendo su espina dorsal.
— Ah. — Jadeó de dolor al sentir la punta de aquel filo en su cuello, haciendo que
— Shhh. — Susurró Yoongi quien estaba detrás de él. — Solo una pequeña
cortadura.
Jimin jadeó nuevamente al sentir su piel abrirse, un ardor ligero que apenas lo sintió.
El filo lo atravesó como si fuese algo transparente, haciendo una cortadura menor
Jimin.
—Yoongi... — Habló Jimin en voz baja. — ¿Y-ya puedo irme? Por favor...
Yoongi se colocó frente a Jimin quien tenía la mirada baja. Lo cogió de la barbilla
— M-mi madre vendrá p-pronto. — Susurró Jimin viéndolo con súplica. — Por
favor.
Yoongi observó sus ojos aún cargados de inocencia y al mismo tiempo de miedo. Se
había suavizado un poco con Jimin desde que encontró su loca pasión por las cosas
encendedor, olvidándose por completo de aquel pequeño que hacía sufrir en las
tardes.
silencio y corrió por el extenso pasillo para esperar a Jungkook, sin embargo se
Jungkook levantó la mirada, sus ojos estaban húmedos. Jimin corrió a abrazarlo
Jimin abrió mucho sus ojos, se asomó por el barandal que daba al patio y allí vio a
beso en sus labios, beso que la chica le siguió con ánimos causando que los demás
chiflaran.
me vio...
— ¿Y qué pasó?
Jungkook comenzó a hipear entre lágrimas. — Y s-solo me dio esta paleta y se fue.
Jungkook negó con su cabeza, Jimin soltó un suspiro y se acercó a él para rodear su
después Kookie.
— Papi también dejó de ver a la mami de Taehyung desde verano. Quizás ahora sí
— Mami ya tiene novio. — Jimin sonrió. — Bueno, eso creo, últimamente lo invita
mucho a cenar.
No porque Taehyung fuera feo, de hecho era guapo pero era un horror de persona.
De tan solo pensar en aquello sintió su piel erizarse y náuseas invadirlo. Dios mío,
no, eso sería horrible. Yoongi era mala persona, una terrible incapaz de sentir y que
siempre lastimó a Jimin sin piedad, lo trató como una muñeca de trapo, como si no
valiera nada.
Había que admitir que Yoongi tampoco era para nada feo, de hecho tenía una belleza
persona tranquila, pero después de ver sus ojos te dabas cuenta de la oscuridad que
crecía cada vez más en su interior. Su mirada tan fría y tan impactante.
hombro derecho. El mayor levantó la vista al cielo, pequeñas gotas de lluvia habían
Soltó un suspiro y comenzó a caminar a paso rápido a casa para no mojarse. Rogó
para que la lluvia cesara rápidamente o tardara un poco en volverse más fuerte.
encontraba detrás de él, apoyado en una pared y con el paraguas en mano. Un fuerte
— Y-yo voy a casa, Yoongi. — Jimin se acercó un poco a él. — ¿Tú qué haces aquí?
— Espero a alguien.
Jimin iba a preguntar a quién, pero en ese preciso instante la puerta del local junto a
él se abrió y una linda chica salió con unas bolsas, se acercó sonriente a Yoongi.
penosamente.
Jimin levantó la mirada y la cruzó con Yoongi. El mayor no contestó nada y asintió,
la chica se colocó junto a él para cubrirse con el paraguas haciendo que Yoongi la
Las gotas de agua habían subido de intensidad, y ahora Jimin se encontraba viendo
Jimin se frotó la cara evitando pensar en el picor de sus ojos y le dio la espalda a la
parejita para encaminarse a casa. No entendía por qué dolía, no entendía por qué se
garganta estaba cerrando y sentía unas ganas imperiosas de llorar, de lanzarse a los
Bajó la mirada para ver el suelo, evitando las grietas como entretenimiento y dejar
de pensar en lo anterior.
Taehyung y Yoongi con una novia el mismo día, ¿por qué? ¿Estaba planificado o
para entrar en la ducha. Cerró la puerta y abrió la llave del agua caliente mientras
metí la mano para calcular la temperatura. Una vez que sintió que estaba listo, se
adentró en el agua caliente cerrando sus ojos y dejando que el agua cayera en su
espalda.
Pasó las manos por su cuerpo para calentarlo con al agua, se frotó rápidamente los
ojos para abrirlos y agarrar el shampoo. Lo exprimió y dejó caer en su mano para
Prosiguió con el cuerpo, pero haciendo una que otra mueco debido a pequeños
ardores que le daban debido a las heridas que le había hecho Yoongi.
Pasó las manos por su cuello, sintiendo la pequeña herida que le hizo nuevamente
jadear ante el ardor que provocaba. Dejó escapar el aire de sus labios e hizo un poco
segundos después.
durante largos segundos sin reaccionar. Como si fuera una estatua, solamente el
Jimin levantó la mirada lo suficiente para ver el pequeño espejo que tenía su madre
corazón comenzó a bombear con más fuerza poniéndolo en una situación donde la
Sintió su labio inferior temblar, el jabón ya había desaparecido así que cerró la llave
estaba tranquilizando.
una foto con su mamá, ambos salían increíblemente sonrientes, posando divertidos
ante la cámara.
Observó también la foto que tenía con Jungkook de cuando fueron a la playa, o en
belleza del cuadro, no dudó en sacar una foto que también se la compartió a la madre
de Yoongi.
Jimin tomó la foto entre sus pequeñas manos, observando fijamente a Yoongi que
lucía muy tranquilo viendo la lejanía, sin importarle que Jimin estuviera ahí.
Jimin soltó una pequeña risa y se limpió con su pequeña manga, observó a Jungkook
— Nunca te había visto con una fruta. — Comentó Jimin. — ¿Ahora tú te haces el
desayuno?
Jungkook dirigió la vista a Jimin, negó con la cabeza y le dio una gran mordida a su
fruta.
buenas.
Jimin asintió un poco y observó sus manitas; aquellas pequeñas manos que solo
— Yoongi no ha venido a verme desde hace tres meses. — Susurró. — Mis heridas
— Taehyung dejó de verme desde que me dio su estúpida paleta. — Jungkook sonrió
un poco, mostrando claramente sequedad. — Parece muy feliz con su nueva novia
Irene.
Jimin soltó un pequeña suspiro y se acercó a Jungkook, frotó su brazo con ternura
bobo de Taehyung.
— Al imbécil de Taehyung. — Corrigió Jungkook con voz seca dándole una brusca
mordida a su manzana.
Jimin observó pesadamente el patio, deteniéndose en una esquina cerca de los baños
donde se hallaba Yoongi con la chica de la tienda. Ella estaba agarrando su mano
mientras le contaba alguna cosa que tenía captada la atención de Yoongi, quien la
Jimin dio pequeños brinquitos al baño, como si fuera un niño de seis años, captando
adorable.
ánimos para tener un gran y lindo día. Además, esa noche su mamá dijo que irían a
fuerza cuando vio a Yoongi entrar, observándolo fijamente a través del espejo. El
rubor subió a las mejillas de Jimin, quien inmediatamente desvió la mirada hacia
Observó con el rabillo del ojo a Yoongi colocarse junto a él en completo silencio,
abrió el grifo y comenzó a lavarse las manos, quitando un rastro en su mano del cual
desviar su mirada, lo último que quería era cruzar nuevamente cruzar miradas con
su... ex bully.
— ¿Cuánto tiempo te estarás observando al espejo? — Preguntó Yoongi mientras
Sintió a Yoongi acercarse a él, lentamente subió la mirada y se acomodó para quedar
frente al mayor, quien se había vuelto a estirar y sus rasgos faciales se habían pulido
más, dándole cada vez un aspecto más diferente al otro. Había adelgazado, bastante
de hecho.
— No pienso hacerte nada, me voy en unos meses así que ya no tiene caso seguir
tiempo de irte.
Jimin no supo exactamente contestar a aquello, abrió su boca y lamió sus rosados
labios, pensando en cómo reaccionar ante el aura tan imponente del mayor.
— ¿Tú volverás, Yoongi? — Preguntó Jimin tímidamente jugando con sus dedos,
nerviosismo.
de Jimin. Pese a sus largos años atormentándolo, la luz seguía ahí, al igual que su
Jimin levantó la mirada, mostrando sus ojos empapados de lágrimas, resbalando por
sus enrojecidas mejillas. Oh, joder, aquello excitó muchísimo a Yoongi, amaba verlo
llorar.
hubiera hecho tapar su boca y verlo son lágrimas en los ojos; la voz de Jimin jamás
"Quiero cazarte."
Jimin asintió tímidamente con una sonrisa. Estaba sentado en el sofá, moviendo sus
— Bien. — Su madre cogió su teléfono. — La pediré de una vez para que llegue a las
— No amor, lo siento muchísimo. — Su madre sobó sus mejillas. — Tengo una cena
prometo que este fin de semana estaremos juntos y haremos lo que tú quieras.
durante un buen rato hasta que su madre finalmente salió. Quedando solo en casa,
mamá. Movió el mouse para que la pantalla se iluminara y se sentó frente a ella con
"Caso Heissel", escribió en google mientras sentía algo frío recorrer su garganta y
espina dorsal.
Varios reportajes de policía aparecieron así como morbosas imágenes que le hicieron
"El caso Heissel, quizás sea una de las tragedias más habladas del año 95. El caso donde una
mujer asesinó a su marido y a sus cuatro hijos, dejando como único sobreviviente al menor
de todos.
Jyon Wa Hong era una mujer que sufría de varios problemas mentales, incluyendo
Kim Shyo sufría de masoquismo y alcoholismo debido a los constantes abusos de su mujer.
sangre fría con un cuchillo, extrayendo sus ojos y destrozando su quijada completamente. En
esa misma noche, fue tras sus cuatro pequeños que tenían en ese entonces, ocho, seis, tres y
dos años. Los apuñaló a cada uno, a excepción del mayor, que lo quemó vivo."
Jimin sintió sus ojos arder y su corazón encogerse con más fuerza. No podía ser cierto, él no
"Los vecinos escucharon los gritos de los niños y llamaron a la policía. Los federales no
tardaron en llegar al lugar y entraron en la casa justo cuando la mujer tenía al hijo menor en
La mujer portaba una pistola a la mano, dispuesta a dispararle al hijo menor, sin embargo, al
ver a los policías, no dudó ella en tirar del gatillo directamente debajo de su barbilla.
Una escena horripilante donde el pequeño fue bañado en la sangre de su madre y cayendo en
el cuerpo de ésta misma, quedó grabada en la mente de todos los oficiales. El pequeño fue
trasladado al hospital esa misma noche y llevado a un orfanato semanas después. Hoy en día
no sabemos qué ha sido del niño. La noticia se divulgó nacional e internacionalmente, una
tragedia grande que no se borrará de la mente de quienes llegamos a escucharla o verla."
Jimin cerró la ventana y borró el historial con lágrimas en los ojos, sintiendo cómo
resbalaban por sus frías mejillas. Comenzó a hipear, repitiendo en voz alta una y
otra vez que no era posible, que todo era un error. Se cubrió el rostro con sus
Mientras tanto, a un par de cuadras más, un chico con una sudadera negra se hallaba
piso iluminada. Le dio una calada, viendo como segundos después un repartidor de
Esbozó una sonrisa y tiró el cigarro al suelo, colocó sus frías manos en sus bolsillos
Era el último día de clases, se hallaban abrazando a sus amigos y recogiendo las
cosas del casillero.
Algunos profesores les decían cuanto los extrañarían y que ojalá algún día volvieran,
otros sin embargo, estaban muy felices, ya que no tendrían que soportar más los
malos comportamientos y travesuras de aquellos engendros del mal.
Jimin y Jungkook estaban sentados debajo de aquel árbol que se hallaba seco,
observando el terreno como clásico deja vú
Taehyung estaba a lo lejos con una gorra, platicando por última vez con su grupo de
amigos, riendo, empujándose, dándose codazos, correteándose. Min Yoongi estaba
junto a su primo, observando la escena sin emoción alguna, solo enfocado a las
reacciones de los otros que al cruzar miradas con él, agachaban la mirada.
Jungkook por primera vez no estaba comiendo, mucho menos platicando, Jimin
respetó aquello. Sabía que a su mejor amigo le dolía, le dolía la partida de su amor
platónico, pero era lo mejor para él. No merecía sufrir así, mucho menos merecía a
un ser tan repugnante como Kim Taehyung, que pese a que podía llegar a ser una
buena persona, no era suficiente para merecer a alguien tan bueno y dulce como
Jungkook.
La timidez jamás se le había ido al menor, que hasta la fecha seguía tornándose rojo
cada que alguien venía a hablarle ole pedían ir a presentar algo frente a la clase.
Jungkook hasta cierto punto seguía siendo sensible e inocente... a su manera, pero
inocente.
El pequeño observó a su mejor amigo, sin saber exactamente qué decir. Dirigió la
mirada hacia abajo, jugando con sus manos, soltando un suspiro.
Jungkook había aventado su botella y ahora mismo se hallaba corriendo a los baños,
tapando su rostro con su brazo. Jimin tragó saliva amargamente y sintió un dolor en
su pecho que le hizo apretar fuertemente sus labios. Odiaba ver a Jungkook así.
Observó nuevamente el entorno topándose con Min Yoongi. Éste al chocar miradas
con el menor le hizo una seña de que se acercara y después señaló el piso de arriba.
Min Yoongi le dijo algo a Taehyung, su primo asintió y volvió a platicar con sus
amigos y a besar repetidas veces a su novia. Jimin observó cómo Yoongi lo
observaba una última vez y asentía, alejándose del patio y subiendo las escaleras.
Jimin tomó una gran bocanada de aire y dejó su lonchera de lado para acercarse
lentamente a las escaleras. Observó el techo, su respiración comenzó a
Subió el primer escalón, sintiendo su cuerpo temblar. Cerró sus ojitos repitiéndose
varias veces que todo estaría bien. Subió otro escalón, esta vez más tranquilo,
incrementando la velocidad hasta subir las escaleras corriendo, con su sangre
golpeando cada fibra de su cuerpo al igual que la adrenalina. Toda la extensión de
su espalda se había llenado de un extraño cosquilleo que lo quería hacer gritar o
correr más rápido.
— ¿Yoongi? —Llamó en voz alta mientras daba una vuelta sobre su propio eje.
Cuando creyó que quizás había sido una equivocación, sintió que tomaron
bruscamente su brazo y comenzaron a jalonearlo a los baños, pero esta vez no opuso
resistencia.
Jimin sintió algo frío al escuchar su nombre saliendo de los labios de Yoongi.
Yoongi apagó tres luces, dejando el baño en la oscuridad casi total, a excepción de
la pequeña luz del fondo que permitía ver a las personas como sombras.
Jimin comenzó a asustarse y se bajó de golpe del lavamanos, pero sintió a Yoongi
tomarlo con brusquedad y aventarlo contra la pared a su izquierda. Tomó una
inhalación para recuperarse del fuerte golpe, pero Yoongi invadió completamente
su espacio personal.
Pero solo pudo observar la vil sonrisa en el rostro de Yoongi antes de que éste lo
tomara de la cintura y lo pegara completamente en la pared, haciendo que el menor
enredara sus piernas a sus costados y sintiera su respiración acelerarse más.
Yoongi lo tomó de la barbilla con su pulgar e índice para que lo viera, Jimin tembló
con más fuerza y sin dudo ahogó un enorme grito cuando sintió que fue presionado
con fuerza e invadieron sus dulces, vírgenes y delicados labios. Fue callado.
Bruscamente callado por aquellos fríos labios moviéndose sobre los suyos.
— Y-Yoongi... — Susurró Jimin entre los rudos besos del mayor. — ¡Yoongi!
No sabía cómo reaccionar, quería llorar, quería gritar. Era un volcán a punto de hacer
erupción, sintiendo los fríos labios de Yoongi moverse entre los suyos, chasqueando
ambas bocas e irrumpiendo su cavidad bucal con su tibia lengua.
Jimin mordió un poco los labios de Yoongi para que se separara, pero no supo que
aquel movimiento solo empeoró la situación. Aquello provocó que Yoongi soltara
un jadeo y se pegara más a Jimin, apretando al menor entre su cuerpo y la fría pared.
Deslizó sus largos dedos por la playera de dinosaurios de Jimin, sintiendo su tibia
piel y haciendo que Jimin diera un respingo. Yoongi rió sobre sus labios, haciendo
que Jimin se pusiera más nervioso de lo que ya estaba y abriera sus ojos, pero no
veía nada. Solo sintió los labios de Yoongi alejarse para tomar una bocanada de aire
y volverse a posar esta vez en su cuello, succionando y haciendo estremecer a Jimin
ante la desconocida sensación.
No tenía fuerzas para hablar o el valor para hacer algún movimiento. Solo sentía la
cálida respiración de Yoongi en su barbilla, donde depositó otro húmedo beso y
mordió, sacándolo otro jadeo de dolor a Jimin.
El menor se sobresaltó aún más cuando sintió algo duro cerca de él, a su costado,
donde se encontraba Yoongi respirando pesadamente y cada vez más fogoso e
insistente en su besos. Jimin prácticamente comenzó a resbalarse de lado y pudo
haber caído de no haber sido porque Yoongi lo tomó con fuerza.
— Volveré por ti. Susurró en su oído. Hagas lo que hagas Jimin, jamás te podrás
librar de mí.
Jimin sintió su corazón encogerse más y nuevamente algo picar sus ojos. Poco
después, sintió a Yoongi alejarse bruscamente de él y no paso mucho hasta que
escuchara la puerta y viera la ranura de luz y a alguien salir corriendo.
Jimin reaccionó soltando un pequeño grito y prendió las luces de golpe, con su
cuerpo temblando y sus ojos enrojecidos. Se observó al espejo y se tambaleó
bruscamente hacia atrás, cayendo al suelo y colocando sus manos alrededor de su
cuello.
Pero Jimin no sabía cómo reaccionar, ni mucho menos qué hacer. Había una
sensación de pánico en su cuerpo, al mismo tiempo que uno de ansiedad. Sentía
ansiedad, sentía miedo, sentía ira y vulnerabilidad, su cuerpo comenzó a temblar
con más fuerza.
Pero Jimin estaba en un trance de temblores, viendo la nada, solo sintiendo aquella
ansiedad paralizar su cuerpo... haciéndole estallar dentro de poco.
Pero Jimin no contestaba, seguía viendo al frente, sintiendo los labios de Yoongi aún
sobre su piel, el mareo de emociones, el shock, la confusión. Todo volvió a su mente;
las imágenes que vio en internet, la noticia de su verdadera familia, el beso de
Yoongi, su agitación, el miedo, la adrenalina, su inocencia, los golpes, las sonrisas
de su madre, el llanto, las risas, la sangre, los gritos, la calidez de su cuerpo, el frío
en su corazón.
Tomó a Jungkook finalmente de las manos y lo puso contra la pared, haciendo que
el menor se tensara por la acción.
Hubo un largo silencio, donde Jimin lo mantenía contra la pared y su mirada estaba
gacha, solamente temblando.
Jimin esbozó una tétrica sonrisa y agarró la barbilla de Jungkook para que lo viera
fijamente, Jungkook se tensó inmediatamente, sintiendo algo helado en su espina
dorsal.
Sintió a Jimin acercarse a él, hasta reposar su nariz en su cuello, aspirando el olor,
sacándole a Jungkook un jadeo que lo dejó aturdido. Al sentir algo tibio cerca de la
curvatura de su hombro y cuello, empujó a su amigo tapándose la boca. Jimin se
separó de él sonriendo y sobando su mejilla.
— Todo está bien, no te haré nada Kookie. — Contestó Jimin con una tétrica sonrisa.
— Nunca te haré nada que no te guste.
Jungkook lo observó aterrorizado, retrocediendo cada vez más hasta tocar otra
pared. Su corazón bombeaba con fuerza, viendo aterrado a su amigo. Pero Jimin solo
se mantuvo viéndolo fijamente, ahora lágrimas brotaban de sus ojos y fuertes
sollozos se hicieron presentes.
Cuando lo hizo, segundos después, Jimin pegó un fuerte grito que hizo a Jungkook
sobresaltarse. Se aferró a Jungkook bruscamente apretándolo y hundiendo su rostro
en su pecho, temblando ferozmente.
Jungkook se quedó en silencio abrazándolo con fuerza, sintiendo las lágrimas llegar
a sus ojos también.
Jimin asintió, sorbiendo por su pequeña nariz y aferrando sus manitas en la espalda
baja del menor quien sobaba su cabello, sin saber qué pensar, qué decir.
Algo no estaba bien, algo dormitivamente estaba muy mal en Jimin. Algo malo
sucedía, algo no estaba para nada bien en el mayor.
— Todo estará bien, Jimin. — Repitió Jungkook. — Estás bien, estoy contigo...
Pero aquel día fue ese día, el día que nunca debió llegar, el día que pudieron evitar
que llegara.
[5 años después]
*******
Asintió, sintiendo como lo penetraba con más fuerza. Dejó caer su cabeza en el
colchón, abriendo la boca para respirar por allí, sintiendo su orgasmo a punto de
llegar. Sintió una corriente eléctrica que le hizo arquear su espalda y soltar un grito,
el semen comenzó a ser expulsado por su erección fuertemente, haciéndolo temblar
de placer.
— Si tan solo tu madre supiera que en lugar de darte tutoría de Historia, en realidad
te la meto hasta el fondo y te hago gemir como una puta.
— Cuando éramos pequeños jamás creí que terminaría follándote, la vida da muchas
vueltas Jungkookie, ¿no crees?
— Nadie, fue a cenar ahí, se lleva bien con el dueño. — Jungkook bloqueó su teléfono
y se levantó de la cama.
— Eres aburrido. Cada que tenemos sexo tú terminas huyendo segundos después,
¿por qué no te quedas a dormir un día? — Pregunto el otro con carita triste.
— Jungkook, ya pasó muchísimo tiempo desde eso. — Jackson rodó los ojos. —
Debes superarlo.
Y es que si, ahora el joven muchacho tenia diecisiete años, los había cumplido recién
mientras que Jimin los había cumplido ya unas semanas antes.
¿En qué momento el tiempo pasó tan rápido? Quién sabe, pero por él mejor. Ya era
su último año en el instituto y quería que fuera el mejor. Quedaba uno, el último y
serian libres. Iría a la Universidad con Jimin y seguramente vivirían juntos, su
amistad se había hecho tan potente que realmente se trataban como hermanos.
El señor Jeon y la señora Park también se habían vuelto grandes amigos, salían
mucho a cenar y se trataban increíblemente bien; a veces los menores y los padres
salían de vacaciones o iban a parques de atracciones. Se habían convertido en una
familia, indirectamente.
Para Jungkook, la madre de Jimin era como su madre. Para Jimin, el papá de
Jungkook era como su padre, y ellos eran sus hermosos hijos. Jimin y Jungkook eran
los hermanos, donde el menor se había encargado cuidar a Jimin del mundo; Jimin
era un alma pura y frágil y no permitiría que lo quebraran... no otra vez.
Avanzó hasta llegar al restaurante, donde vio a Jimin con un libro frente a él y una
sudadera de dinosaurio. La capucha tenía la forma de la cabeza, con todo y pequeños
piquitos de plástico incluidos. ¿Adorable? Mucho. Era divertido ver a un chico de
diecisiete con ese tipo de sudadera, más Jimin con su precioso cabello rubio.
— Muy bien. — Dijo Jimin sonriendo. — Aunque hoy fue al gimnasio y fue pesado.
— Qué lindo Kookie. — Jimin sonrió y se pegó más a él. — ¿Mañana tenemos tarea?
— Nop.
— Estoy de acuerdo.
Jimin asintió y subió hasta su departamento. Su madre ya se hallaba en casa con una
taza de café y frente a la computadora.
— Pesado, pero estamos avanzando. — La señora Park sonrió. — ¿Te vas a acostar
ya?
Su madre asintió y le dio las buenas noches. Jimin agradeció y se fue a su cuarto,
dejó su sudadera en una silla que tenía y se quitó la camiseta. Se observó
rápidamente al espejo, viendo su torso tunicado y su cabello todo revuelto. Asintió
y agarró su pijama, quitándose el resto de la ropa. Sin embargo, se detuvo viéndose
nuevamente al espejo.
Joder hasta de su hombría era algo de lo que se sentía orgulloso, aunque jamás la
había usado. Bueno, muy pocas veces y esas podrían decirse solamente cuando se
masturbaba. ¡Vamos! es hombre y es hormonal y no podía estar toda su vida estar
sin tocarse allá abajo al menos UNA vez.
De hecho, le asustaba que los demás lo tocaran. Al final, los abusos de Yoongi una
dejaron una fuerte marca en él. Así que apartó finalmente la Vista de su cuerpo y se
colocó el pijama, dejando que el sueño lo sometiera completamente.
— ¡Jimin! — Lo llamaron.
Jimin se dio la vuelta, sin dejar de avanzar. Jung Hoseok se colocó junto a él.
— Bien, bastante feliz. — Hoseok soltó un suspiro. — Escucha, sé que quizás esto no
sea algo fácil para ti pero... quiero que sepas que estoy de tu lado, ¿bien?
Jimin siguió avanzando, pero no pudo evitar fruncir su ceño y ver a Hoseok.
— No necesitas fingir, Jimin. Estamos conscientes de que puede ser algo difícil verlo
después de tanto, pero ya sabes, necesitaban finalizar acá para poder ingresar a la
Universidad.
Jimin se despidió antes de seguir avanzando por los pasillos. Observaba a muchas
personas cuchichear de cosas que no entendía, ¿de qué se había perdido?
— Kim Jennie fue una jodida suertuda. — Contestó la que estaba a su lado. —
También Irene.
Jimin alzó una ceja, esta vez sintiéndose más confundido, pero ignoró todo y fue al
árbol. Pero se sorprendió bastante al ver que Jungkook no estaba ahí.
Soltó un suspiro y dejó su mochila en el suelo para subir de dos en dos las escaleras
al primer piso, quizás estaba en el aula.
Pero no obtuvo respuesta, llegó al límite del pasillo, Viendo nuevamente detrás de
él. Pero no, Jungkook no estaba. Soltó un suspiro y avanzó con su teléfono un poco
más, dispuesto a enviarle un mensaje.
Pero al dar la vuelta a la derecha para cambiar de pasillo, se llevó el golpe de su vida;
chocando duramente con alguien y tambaleándose bruscamente hacia atrás.
¿Deja vú?
Si, definitivamente.
Oh, rogaba que esto fuera una mala jugada de su mente, porque sinceramente estaba
lo suficientemente asustado como para hacerse encima. Y si, había comenzado a
temblar y a retroceder torpemente ante la fría e intensa mirada del chico frente a él.
"Bitch, run..."
Y con esa frase en su mente, Jimin salió corriendo de aquel pasillo, a punto de soltar
un grito de terror y de nervios, pero, ¡oh sorpresa!
Observó nuevamente aquellos felinos ojos grises, esa piel blanca y suave, su cabello
azabache, revuelto, dando un aura varonil y bastante intensa. Esos labios rosados
que se habían hecho ligeramente más gruesos y habían tomado una hermosa forma,
luciendo tan delicados, pero la fuerza y las intenciones claramente eran otras. Oh,
tenía también una cicatriz en la mejilla, ¿qué había pasado con su mejilla?
¡Tiempo!
Si Park Jimin tenía ahora diecisiete años... eso significaba que Min Yoongi tenía...
— Park Jimin. — Dijo Yoongi alzando una ceja y viéndolo fijamente a los ojos. —
Cambiaste.
Pero Jimin no osaba emitir sonido alguno, tampoco parpadeaba y apenas respiraba.
El único sonido que emitió fue le grito ahogado que dio cuando fue colocado contra
la pared y tomado con más fuerza. Sintió como su sangre se congeló, pasando por
todo su cuerpo, dándole un molesto calambre. Pero no podía hacer nada, Min
Yoongi se había inclinado hacia él, enterrando su nariz en su frágil cuello, aspirando
su olor.
Jimin cerró sus ojos al sentir su tibia respiración en su zona más sensible, así que
inevitablemente mordió sus labios y apretó sus ojos, no quería mostrar que le había
gustado aquello. Es decir, ¡era Min Yoongi! ¡MIN YOONGI!
Jimin finalmente se atrevió a abrir sus ojos, viendo como Yoongi se separaba
ligeramente de él, clavándole nuevamente la mirada, atreviéndose inclusive a
observar sus labios, haciendo que Jimin se pusiera nervioso y los lamiera.
Yoongi sonrió apenas al ver el acto y soltó a Jimin, esta vez retrocediendo.
— Creo que debes atender algo. — Dijo antes de alejarse con las manos en los
bolsillos.
Y sí, finalmente Jimin reaccionó, creyendo que su teléfono sonaba, pero no, parecía
ser algo mucho peor.
Cuando escuchó con cada vez más potencia los gritos de: "Pelea, pelea, pelea, pelea,
pelea", supo que algo MUY malo estaba sucediendo en el patio.
Jimin no podía pensar con claridad, su mente se había congelado y mil emociones
comenzaban a bombardearlo con fuerza. Esos gritos... ¿qué mierda estaba pasando?
Bajó corriendo las escaleras para llegar al patio. Se pasó la mano por el cabello con
desespero al ver un círculo de gente y mucha gente gritando y calentando el
ambiente. Jimin corrió y comenzó a empujar a la gente, abriéndose en la multitud
para quedar cara a cara con una horrible pesadilla.
Jeon Jungkook estaba agarrándose brutalmente a golpes con otro chico. Tenía la
nariz sangrando y ahora mismo se encontraba en la espalda del otro quién acaba de
tirarlo bruscamente al suelo, soltando un "Ohhh" de la multitud.
— ¡BASTA! — Jimin trató de empujar a las personas pero Hoseok lo había agarrado.
Jimin volvió a ver la pelea para ver como el que estaba debajo de Jungkook se
levantaba de un brinco y lo cogía duramente de la cintura para empujarlo contra el
árbol, a nada de pisar la mochila de Jimin. Allí le dio otro golpe a Jungkook quien
había comenzado a forcejear.
Jimin se zafó bruscamente de Hoseok y corrió al árbol, la gente lo observó con terror,
pero Jimin no permitiría que esto siguiera más. Así que cogió al chico de la camiseta
y lo tiró bruscamente hacia atrás para alejarlo de Jungkook, tirándolo al suelo. Sus
ojos se abrieron de par en par.
Hoseok finalmente se había abierto entre la gente y corrió para él jalar de Taehyung,
ambos chicos tirando de la respectiva bestia que hacían todo por zafarse.
Jungkook y Taehyung se observaron fijamente, de una forma tan cruel y oscura que
daba miedo. Ambos lanzando casi el deseo de muerte por sus ojos, con las venas de
su rostro marcándose, las de su frente sobre todo. Jungkook seguía removiéndose
en los brazos de Jimin, respirando pesadamente.
— ¿Tanto rencor me tenías guardado, pequeño? —Se burló Taehyung con voz grave.
—Prácticamente me brincaste encima.
Y allí mismo, soltó el puño de Jungkook, quien no bajó su golpe, pero tampoco lo
movió, quedó congelado viendo a Taehyung fijamente a los ojos. Negó con la cabeza,
tratando de salir de aquel trance.
— Hijo de tu... — Susurró Jungkook entre dientes, pero fue interrumpido por
Taehyung.
— Ah. — Taehyung colocó su índice en la boca del menor. — Trátame con respeto,
mocoso. Soy tu mayor después de todo.
— N-no sé por qué -l-lo hice. — Hipeó Jungkook en lágrimas. — S-sólo lo V-vi y... -
— Entiendo, tranquilo.
Mientras tanto Yoongi estaba apoyado en la pared, no muy lejos de ahí, viéndolos
en silencio mientras jugaba con una pluma entre sus dedos. Escuchó pisadas y
maldiciones en voz baja haciendo que volteara. Vio a Taehyung limpiando la sangre
de su rostro mientras insultaba y hacía berrinches caminando a su dirección, Yoongi
alzó una ceja divertido, esbozando una pequeña sonrisa.
— ¿Se puso de rebelde tu pequeño? — Se burló Yoongi.
— ¡Bien! — Taehyung alzó las manos al aire. — ¡Quizás iba a darle una nota
amenazante! ¡Pero, oye! ¡Se puso como vieja loca!
— Cállate, ese no es el punto. ¿Cómo te fue a ti con...? — Taehyung alzó ambas cejas
con una sonrisa.
— No. — Yoongi sonrió. — Le gusta. Jimin disfruta que lo haga sufrir. Es un maldito
masoquista.
— No, Min. No comprendes mi punto. — Taehyung rara vez llamaba a Yoongi por
su apellido, y eso solamente era en asuntos realmente serios. — Una cosa es molestar
a las personas, hacerles bullying, como en cualquier escuela. Lo que tú quieres hacer
con Jimin es otro nivel, podrían llevarte a la cárcel si te denuncia. ¿Entiendes eso?
— Tengo mucho planeado para él. — Taehyung lamió su labio superior con lentitud.
— Lo sé. — Yoongi sonrió. — Pero ten cuidado. Si quieres volver a tenerlo debes
acercarte, debes hacer que te adore y tema. Esa es la base para que puedas
manipularlo a tu gusto.
— Si, ya te quiero ver a ti dándole cartas de amor a Jimin y llevándolo a cenar para
impresionarlo con una serenata. — Taehyung soltó una carcajada. — Y después
sacarle la pistola en la cara.
— Jimin ya está aferrado a mí, nunca dejó de estarlo. — Yoongi observó el fondo del
pasillo donde estaban antes Jungkook y Jimin.
— Jimin no me ama. — Habló con voz rasposa. — Pero amará el dolor que infrinja
en él.
Taehyung se quedó mudo ante aquellas palabras, porque él sabía que aquella
sencilla frase en realidad hablaba mucho más de lo que parecía, y significaba mucho
más. Era un juego de palabras, que contaba todo, lo decía todo, era un cruel destino
que solo una mente fría podría adivinar y crear.
La semana había transcurrido lentamente, para desgracia de los dos jóvenes que
huían de dos personas mayores que ellos. Se sentían fuertes, pero al verlos caminar
habían sido suspendidos durante tres días debido a la pelea y Jimin le tocó quedarse
chicos estaban golpeando sus cuadernos con sus plumas y es que sí, para joder el
último curso escolar, les había tocado estar con Min Yoongi y Kim Taehyung.
¿Coincidencia? ¡Claro que no! ¡Ellos podían elegir en qué salón estar!
disimular.
en su estómago.
escribiendo.
levantando la mirada.
— Gracias, joven Park. — La mujer asintió, Jimin asintió. — Necesito que alguien
más te acompañe.
— Ya parece que dejaré que los dos mejores amigos salgan. — Contestó la profesora
con ironía.
Taehyung golpeó el codo de Yoongi con el suyo, el mayor volteó a verlo molesto,
puerta. Jimin mordió su labio inferior y se dirigió a la puerta, ambos chicos salieron.
El olor a humedad inundó sus fosas nasales. El cielo se estaba cayendo, los truenos
rugían de forma bastante inquietante y sin duda alguna el cielo se había tornado
pesado. Comenzó a jugar con sus manos mientras bajaban las escaleras y cruzaban
un pasillo para evitar salir por el patio y mojarse. Jimin se tensó, porque sabía que
en ese pasillo a esta hora no había nadie ya que eran las aulas de biología, los
Avanzó con terror, sintiendo que algo muy mala tramaría el chico a su lado. Yoongi
sin embargo, se hallaba sonriente, ver tenso a Jimin y caminar más rápido mostraba
claramente que el menor no era idiota y se daba una idea delo que podía llegar a
pasar.
Esperó a que llegaran casi al final del pasillo, cuando Jimin finalmente se relajó y
finalmente explotó. Si Jimin creía que estaba a salvo, estaba muy equivocado.
El menor iba a dar vuelta a la derecha para bajar las escaleras pero fue bruscamente
tomado del brazo y jalado. Pegó un brinco y apenas pudo reaccionar cuando vio a
Yoongi abrir la puerta del aula junto a ellos y tirar de Jimin para meterlo, aventarlo
Jimin abrió sus ojos asustado y comenzó a alejarse mientras veía a Min Yoongi
acercarse a él sin decir absolutamente nada. Retrocedió más rápido pero no pasó
mucho hasta que sintió la pared, observó a la derecha pero no tenía a dónde huir.
acorralaba contra la pared, poniendo sus brazos a los costados del menor y se
— Min... — Suplicó Jimin. — P-por favor... Por favor no hagas esto, haré lo que sea,
pero por favor no me hagas daño. No quiero más daño, por favor Yoongi.
— ¡Yoongi! — Exclamó Jimin aterrado. — ¡Yoongi todo menos eso, por favor!
— Te pregunté algo.
— ¿Quieres jugar a los animales? — Preguntó Yoongi con una sonrisa socarrona. —
miedo de Jimin en sus ojos. El menor supo que batallar era inútil así agarró a Yoongi
— Yo extraño jugar contigo, ¿tú no? — Yoongi sobó su mejilla y lo obligó a levantar
la mirada. — Extraño tus preciosas lágrimas rodando por tus mejillas, extraño tus
expresiones de dolor... — Yoongi se acercó más a él. — ¿Tienes idea de qué tan
dirigió las manos a sus pantalones. — Puedes correr, los azotes dependerá de qué
tanto dures. Serán en total veinte, con cada minuto que pase será uno menos.
agitarse.
de Jimin. — Es más, te azotaré con tu propio cinturón, así cada que lo veas te
cruzándola con Jimin. El menor se asustó al ver el brillo enfermizo que desprendían
sus ojos.
Yoongi frotó su barbilla y se acercó a Jimin. Le pidió que avanzara unos pasos, algo
que el menor obedeció con miedo. Yoongi comenzó a dar vueltas alrededor de él
a Jimin y después de unos segundos finalmente habló, con un tono gélido que
estremeció al menor.
— Quítate la ropa.
De todas las cosas que Jimin esperaba escuchar, aquella la tomó por sorpresa.
Observó a Yoongi con una ceja alzada, creyendo haber escuchado mal.
otro. — Puedes quedar en ropa interior si gustas, o desnudarte, ambas están bien
para mí.
Supo que el mayor hablaba muy en serio, pero no se atrevía a preguntar por qué. El
jamás se había expuesto así a alguien, ¿por qué ahora? ¿Por qué con él? Muchas
cada fibra de su cuerpo erizando sus vellos. Estuvo unos segundos dudando y
Contestó con un tono tan cruel que Jimin casi le dan ganas de llorar.
Sin decir más y sintiendo las lágrimas amenazando sus ojos, dirigió las manos al
vergüenza y buscó con la mirada dónde dejarla, pero como no había muchas
aterrador porque no mostraba nada con la mirada, Jimin sentía estar frente a una
piedra o un fantasma.
Se agachó para quitarse el tenis y calcetines que traía puestos para después
a Yoongi moverse.
peligrosamente a él.
Jimin sintió que ardía al ver que Yoongi lo jaló del borde sus jeans y él mismo
comenzó a desabrochar sus pantalones. Sintió un escalofrío y vio las ágiles manos
del mayor tomar los bordes y comenzar a bajar sus pantalones. Jimin suprimió un
negó con la cabeza y volvió a dar vueltas alrededor de él, observando su cuerpo casi
Jimin vio que Yoongi sacó de su bolsillo del pantalón una navaja suiza, abrió mucho
más sus ojos al ver el filo que Yoongi había sacado sin dudar ni un poco. Pensó en
huir, salir corriendo, pero por alguna extraña razón, su cuerpo no respondía. Se
mantuvo firme, viendo aquel objeto con cierto brillo curioso en sus pupilas.
excitante y se relajara.
Le había gustado.
Siguió sintiendo la navaja moverse por su espalda y brazos, sin hacer ningún corte,
solamente rozando la suave piel. Recorrió sus hombros y lentamente Yoongi se fue
moviendo para quedar frente a él. Colocó la navaja en la zona púbica del menor y
allí fue subiendo lentamente. Jimin veía al costado, sin osar ver a Yoongi a los ojos,
pero cuando sintió el frío metal contra sus pezones, pegó un pequeño brinco.
Mordió un poco sus labios al sentir el frío filo contra aquella zona sensible y un jadeo
casi escapa de su boca cuando Yoongi comenzó a hacer pequeños círculos alrededor
de ellos con la punta, haciendo a Jimin morder más fuerte sus labios y respirar
reaccionar a aquel estímulo que era extrañamente placentero, pese a que sabía que
— Pareces disfrutarlo. — Yoongi soltó una fría carcajada. — Ah, Jimin se excita al
— No... Yo no... — Comenzó pero Yoongi se había vuelto a colocar detrás de él.
— Mentira.
— ¿Apuestas?
— Estás enfermo...
cuello. No pudo evitar soltar un jadeo de dolor. Apretó sus puños al sentir el picor
Pero al sentir los cálidos labios de Yoongi besar la zona, se tensó por completo,
olvidando lo que iba a gritar. Sintió al mayor abrazarlo por detrás, tomándolo de su
cintura y allí entrelazando sus dedos para pegarlo a él. Jimin sintió su aire irse
Aquel ardor era algo que sin duda le incomodaba, pero la lengua de Yoongi y su
contacto piel con piel comenzaba a confundirlo a él y a su cerebro. Sentía aquella
excitación recorrerlo, el calor y los golpes de su cuerpo. El ardor estaba, pero
conforme más intenso sentía el dolor, la electricidad recorriendo su cuerpo era más
intensa. Una sensación única que lo relajó al instante y le hizo hacer su cabeza de
El mayor sonrió.
— Mmh. — Jimin apretó sus labios para no dejar que aquellos jadeos siguieran
escapando de su boca. Aquello parece que excitó más a Yoongi porque dirigió las
manos a los pezones del menor que se hallaban duros y los pellizcó con fuerza. —
¡Ah!
Un jadeo de dolor placentero fue nuevamente liberado de sus labios. ¿Cómo podía?
Al sentir las manos de Yoongi recorrer su torso nuevamente y los labios sobre sus
Supo que jamás había escapado y ahora corría más peligro que antes, porque lo
estaba disfrutando, lo estaba excitando. Aquel ardor ansiaba sentirlo de nuevo y por
eso no se quejó cuando Yoongi comenzó a hacer más pequeños cortes en su piel para
después lamer la sangre que escurría y chupar sus heridas con fuerza. Cerró sus ojos
y abrió sus labios para jadear en voz baja, sintiendo el delirio de la lengua magistral
Sus manos recorrían con lentitud su dura erección, sobando con sus dedos el glande
mordió los labios los labios mientras cerraba con fuerza sus ojos con fuerza y
comenzaba a jadear con más fuerza conforme aumentaba el ritmo y hacía más
Sin embargo sus movimientos seguían siendo tímidos y delicados, el sonrojo en sus
siguió tocándose, liberando gemidos cada vez más agudos y suspiros temblorosos
Siguió moviendo su mano con más fuerza, arqueando su espalda y ahogando más
gemidos. Sus manos se movían desesperadas por su cuerpo para finalmente llegar
a su ansiado clímax. Presionó más sus dientes contra su labio inferior y apretó sus
suspiros. Sus labios se hallaban rojizos y brillantes debido a la saliva que se hallaba
Abrió sus ojos que se hallaban brillantes de placer, con sus pupilas dilatadas y el
en lo que había hecho y sobre todo el nombre que se había escapado de sus labios.
pequeño desastre.
Soltó un pequeño suspiro cuando finalizó y tiró el pañuelo a la basura. Se colocó su
pijama y se deslizó dentro de su cama aún con los ojos muy abiertos y pensando
seriamente en lo que comenzaba a pasarle. Habían pasado cuatro días desde que
Yoongi le hizo unas cortaduras después de que salieran a "imprimir" las hojas de la
diera.
"¿Estás despierto?"
Jimin pensó en ignorar el mensaje pero ya había entrado al chat y saldría el visto.
Jimin alzó una ceja entre confundido y asustado. Soltó un bufido y se levantó de la
cama para colocarse una sudadera sobre su playera de pijama color gris. Se quedó
también en el pantalón negro para dormir y se puso rápidamente tenis. Agarró las
entrada principal. Abrió la puerta con lentitud para no hacerla rechinar mucho y
salió. Cuando estuvo en el pasillo del edificio, soltó un suspiro de alivio y cansancio,
bajó las escaleras con rapidez y se dirigió a la entrada principal para salir a la calle.
parque. Tragó saliva y lentamente se fue acercando a él, Yoongi levantó la mirada
ambos brazos y lentamente lo fue haciendo hacia atrás hasta que Jimin chocó con un
árbol. Soltó un suave quejido y levantó la vista a Yoongi , quien había comenzado a
sonreí.
disfrutar mis castigos, te prometo que jamás volverás a encontrar a alguien que te
— Te encanta. —Yoongi rió. —Ah, cuando éramos niños qué agradable era para mí
— Escúchame bien, Jimin. —Su gélida voz había vuelto. — Cuando era un niño pude
ser de una manera, pero ahora las cosas han cambiado. Disfruto lastimando a la
gente, me excita ver las lágrimas como no tienes idea. —Su agarre se hizo más firme
Yoongi sonrió en grande, porque pese a ese terror que vio en los ojos de Jimin, pudo
ver sus pupilas brillantes de curiosidad. Aquel brillo enfermizo que suplicaba dolor.
— Si no eres tú. —Yoongi volteó a verlo con burla. — No tendré ningún problema
Jimin tomó del brazo a Yoongi con fuerza haciendo que el mayor se tensara y lo
observara amenazante.
— Le diré a la policía. Conmigo haz lo que quieras pero no te metas con Jungkook.
—Amenazó.
— ¿Crees que no pensé en eso? Eres tan ingenuo. —Yoongi soltó una pequeña risa.
—Tengo un contrato vía legal para ti. Una vez que firmes no podrás hacer nada para
hundirme.
— Además. —Yoongi lo tomó de los brazo y jaló para que lo rodeara por la cintura.
nervioso. Relamió sus labios sabiendo que quizás aquello luciría terriblemente mal.
No sabía qué decía el contrario, qué podía haber adentro o en qué demonios se
estaba metiendo.
— Tu contrato... — Susurró Jimin. — ¿Tiene vigencia?
— Seis meses después de su firma. —Yoongi sobó la mejilla de Jimin y vio fijamente
Jimin volvió a morder su labio y un ligero sonrojo se apoderó de sus mejillas. — Solo
una última cosa. — Comenzó más sonrojado. — C-cuando hablas de aquel contrato,
al decir que puedes hacer lo que quieras hacer con mi cuerpo significa que...
— L-lo sé, p-pero m-me refiero a-a —Su voz se quebró impidiéndole continuar,
ahogado de vergüenza.
— ¿Quieres decir que aquello está en mi poder? —Jimin lo observó fijamente a los
ojos.
— Sí.
La escena que había hecho apenas en su cuarto volvió a su mente. Él, masturbándose
gimiendo el nombre de Min Yoongi. Oh dios, sus mejillas volvieron a teñirse de rojo
nuevamente, por suerte estaba tan oscuro que Yoongi casi no pudo notarlo.
Jimin sintió su piel erizarse. Yoongi tomó las manos de Jimin que seguían rodeando
su cintura para colocarlas detrás de su nuca, pegándolo más a él hasta casi rozar sus
labios. Jimin se derritió y observó con deseo suplicante a Yoongi al sentir su cuerpo
contraerse. Yoongi pasó sus manos dentro de la sudadera del menor y su playera
para rozar con delicadeza con su suave piel, el menor jadeó un poco.
suaves toques y roces que provocaron cosquillas en ambos. — Al final de los seis
Jimin se había quedado sin habla, sintiendo su corazón latiendo con más fuerza.
Jimin sintió su boca secarse y ahora sí todo en él había dado un vuelco de 180 grados.
Yoongi siguió sobando su piel desnuda y una mano se retiró para posarse sobre la
— Con ese dinero podrías ayudar a tu madre que trabaja tanto. — Yoongi usó un
tono de voz protector. —Podrías estudiar donde quieras, viajar a varios lados.
— Tu madre estaría bien con ese dinero. —Yoongi acunó su rostro. —Solo imagina
lo agradecida que estará después de todo lo que ha hecho por ti. ¿No quieres
agradecerle eso?
— Entonces hazlo.
dudó y empujó sus labios con fuerza contra los de Jimin abriéndose paso con
lentitud sobre los suyos y entrar en contacto con su lengua. Jimin gimió profundo
espalda. Mierda, los labios de Yoongi eran tan suaves que desearía besarlos todo el
a firmar y-y...
Yoongi lo abrazó. Jimin abrió sus ojos sorprendido pero al instante correspondió
hundiendo su rostro en la curvatura del cuello y hombro del mayor. Lo apretó con
más fuerza sintiendo su calor corporal y aquel afecto que hace mucho no sentía. Su
cuerpo reaccionaba, pero su mente gritaba que esto estaba mal pero no le hizo caso.
Yoongi por su lado, tenía una vil sonrisa dibujada en su rostro. Sentía al frágil chico
cuello. Había sido tan fácil hacerlo caer, Jimin era tan inocente y frágil...
Jimin estaba sentado en el patio junto a su único mejor amigo. El menor estaba
chupando una paleta color rojo mientras observaba a la nada. Jimin se hallaba
acostado en sus piernas con un libro en las manos. Jungkook de vez en cuando le
hacía piojito en su suave cabello, relajando a Jimin al instante al sentir los dedos de
Jungkook sobre su cuero cabelludo. Ah, era un masaje tan agradable para él.
— ¿Eh? —Jimin bajó su libro. — El viaje. —Repitió Jungkook. ¡Oh, mierda! A Jimin
propuesto irse a la playa para las vacaciones de Diciembre y festejar Navidad juntos
en una casa de playa que era del tío de Jungkook llamado Will pero Jimin estaba
—Más te vale que sea un sí porque mi padre ya compró tres boletos de ida y regreso.
siguió viendo el patio. Su estómago gruñía y tenía unas terribles ganas de comerse
Jimin asintió no muy convencido e inclinó sus piernas para abrazarlas. Apoyó su
Observó de reojo el entorno, Min Yoongi estaba bastante tranquilo platicando con
un chico que apenas lo volteaba a ver. Jimin soltó un suspiro pesado y retomó su
Jungkook por su lado, iba tranquilamente cruzando los pasillos para ir al patio
trasero. Ese al que casi nunca iba pero donde estaba la tienda de la escuela. Ingresó
viendo que estaba casi vacío, a excepción de dos chicas que estaban riendo mientras
La mujer le dio las barras y se fue a la parte trasera donde estaban las frutas.
reincorporó y observó a su derecha con una ceja alzada a ver quién estaba junto a él.
— Hola Jungkook. ¿Ya hace hambre? —Kim Taehyung se hallaba recargado contra
Llevaba una gorra puesta a la inversa y una camisa a cuadros blanca y azul, jeans
Jungkook siguió sin contestar. Taehyung lo agarró de la barbilla para que lo viera
pero Jungkook le soltó un tremendo manotazo que le hizo hacer una mueca de
enfado.
— No me toques. — Dijo Jungkook amenazante clavándole duramente la mirada.
Jungkook alzó su ceja y frunció su nariz. Negó con la cabeza, visiblemente molesto.
O enfadad o.
finalmente el mayor. —No quiero pelear contigo y mucho menos estar en una guerra
hombros para ponerlo frente a él y que se vieran cara a cara. Jungkook tragó saliva
y sudó frío al ver a Taehyung viéndolo con tanta intensidad. El mayor mordió su
Jungkook abrió mucho más sus ojos y se congeló. La señorita de la tienda al verlos,
— ¿Q-qué? — Preguntó Jungkook con voz temblorosa y viéndolo sin poder creerlo.
— Me gustas muchísimo. Joder, Jungkook eres el mocoso más atractivo que he visto
comenzaba a sentir algo por ti... no es mentira. Realmente eres guapo y me gustas.
Jungkook se había quedado helado.
— Por eso quiero hacer las paces contigo, antes de que haga algo de lo cual me
— Es algo abrupto, lo sé. —Taehyung finalmente lo soltó. — Pero tenía que decírtelo.
Jungkook sentía su corazón latir tan rápido que juró que se le iba a salir del pecho.
Trató de calmarse, pero la excitación y felicidad que sentía era algo del otro mundo.
facciones perfectas.
— ¿Ah? — Jungkook sintió que sus piernas temblaban con tanta fuerza que se
derrumbaría.
fin de semana.
— Sí. — Taehyung le dio un trozo de papel. — Ese es mi número, para que nos
pongamos de acuerdo.
— Pero... es decir, ¿qué mierda? — Jungkook agitó su cabeza. — Hace unas semanas
nos agarramos a golpes y ahora llegas y me dices que me amas. No, no tiene sentido.
¿Desde que éramos pequeños? ¡Pero tú estabas con Jennie e Irene! ¡No puedes...!
Taehyung puso los ojos en blanco y jaló a Jungkook para pegarlo a él y envolverlo
— Tengo una mejor idea, para ir de poco en poco. — Taehyung se alejó para verlo.
— El domingo hay una fiesta en mi casa, la organicé con los chicos. Ven por favor.
— Entonces sal conmigo el sábado. Jungkook soltó un suspiro y negó con la cabeza.
en poco?
— Sí, claro. — Taehyung sonó un poco seco. — Con tal de que vengas, seré feliz.
pedido en la tiendita. Jungkook lo agarró y le dio una última mirada antes de alejarse
con los pasos torpes y un enorme rubor en sus mejillas. Cuando sintió perder de
vista a Taehyung, soltó un pequeño grito y corrió hacia donde estaba Jimin, con el
corazón en la boca.
Vio el libro y su mochila, así que estaba cerca. Jungkook soltó un suspiro y después
las escaleras del primer piso y se acercaba a Yoongi quien estaba recargado en la
pared.
— Hablar. — Contestó fríamente el otro. Jimin se acercó un poco más a él, hasta
quedar ligeramente cerca. El menor se cruzó de brazos y observó al mayor con
impaciencia. — El contrato. — Yoongi sonrió finalmente. — Necesito que vengas el
domingo a firmarlo.
encima a Jimin.
— Estaré ocupado. — Yoongi negó con la cabeza. — Necesito que nos reunamos el
domingo.
Jimin soltó un pequeño suspiro. — D-de acuerdo... pero...— Volvió a ver a Yoongi.
— Ah, muñeco, no debes sentirte así. — Yoongi se acercó a él para acunar el rostro
del menor entre las grandes suyas. — Ya hablamos de mamá y todos los beneficios
— Pero... — Yoongi colocó su índice en sus carnosos labios. Jimin calló. — Solo
piensa en la cantidad de gente que podía tener esta oportunidad. Gente que se muere
de hambre o tiene escasos recursos hace todo lo posible para conseguir un poco de
dinero. Pero yo te elegí a ti, porque vi algo en ti. Te estoy ofreciendo algo que muchos
— Y no quiero que sean ellos. Quiero que seas tú. — Yoongi lo seguía observando.
— Pero mi cuerpo...
¿Tanto te preocupa eso? — Yoongi alzó una ceja. — Vaya, Jimin, te creí más fuerte.
— Tu madre tan segura y fuerte y tú tan asustadizo y cobarde. Ella que tanto te ha
dado...
— ¡No es cierto! — Gritó Jimin furioso. — ¡Iré a firmar el domingo, ya te lo dije!
Yoongi esbozó finalmente una sonrisa. Allí estaba lo que quería escuchar.
— Muy bien. — Asintió. — Entonces te daré la dirección el sábado para que vayas.
— ¿Qué?
Jimin sintió su corazón retumbar y dar un vuelvo mientras se acercaba más al mayor,
casi hasta rozar sus pechos. Sus mejillas se tiñeron de rojo cuando Yoongi lo tomó
escalofrío.
— ¿No va a besarme?
Yoongi alzó un poco su ceja, pero Jimin parecía estar preguntando en serio. Lo
Yoongi suspiró cansado y tomó a Jimin de la nuca para pegar sus tibios labios con
los húmedos y fríos del menor. Jimin sintió el calor expandirse por su cuerpo y
mayor fue quien se separó, Jimin se ruborizó más y relamió sus labios.
El menor le dio la espalda y bajó casi corriendo las escaleras. Se dirigió al árbol
— Oh. — Jungkook hizo una mueca. — No te preocupes, encontraré con quién ir.
— Entonces te deseo mucha suerte, tienes mucho cuidado. — Jimin sobó su mano.
Jimin sonrió un poco y desvió la mirada, Jungkook hizo lo mismo y volvieron a sus
en sus pechos.
Yoongi asintió y siguió viendo a Jimin en silencio. Taehyung hizo lo mismo pero con
Jungkook sin dejar de pensar en lo que estaba a punto de hacer. Pero no se
arrepentiría, claro que no, había estado soñando en secreto con ese momento, era su
oportunidad.
Mentiras, mentiras en todos lados... Las cosas se pondrían realmente feas, cuando
Decir que Jeon Jungkook no estaba hecho un tremendo manojo de nervios, sería la
mentira más grande que se ha dicho en todo el libro. Qué va, la piernas le temblaban
con cada paso que daba en dirección a la casa y casi podía sentir el vómito en su
acercó al patio. Habían muchas personas afuera con vasos rojos y gritando,
quién sabe qué. Pero eso no era lo que le preocupaba a Jungkook, en realidad él
había ido a esa fiesta y se sentía terriblemente ansioso. No quería tener una mala
noche, no quería, así que suplicó que fuera una buena noche.
Antes de entrar por la parte de atrás, revisó su teléfono para ver si Jimin ya había
contestado los miles de mensajes que le había mandado. Su mejor amigo quizás se
hallaba ocupado ya que no había dado señales de vida desde la mañana, pero
"Venga ya relájate"
Pasó detrás de muchos chicos y chicas que bailaban y tomaban quizás demasiado,
El castaño se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con Patrick quien estaba
bastante sonriente con Miranda a su lado. Jungkook sintió cierto alivio e hizo una
pequeña sonrisa amistosa mientras se acercaba a ellos.
— ¡Qué milagro verte por acá! —Irene esbozó una sonrisa. — No creíamos que
fueras a venir.
— No debiste venir tan formal, dios Jungkook. — Jackson río al verlo con un traje.
— ¿Tae? — Jackson observó también el entorno. — Lo vi hace rato pero quién sabe
dónde está. Lo vi subir a la recámara con unas cosas, de ahí en fuera no. ¿Por qué?
Después siguieron conversando de diversas cosas y poco a poco la gente se les fue
uniendo, haciendo que la bolita de gente creciera. Se hallaban parados cada uno con
— Oye Jungkook, ¿por qué no trajiste a Jimin contigo? — Preguntó Jackson quien se
había unido poco después. — Es extraño que tanto él como Min desaparecieran, ¿no?
Las horas siguieron transcurriendo con rapidez. Por desgracia el menor aún no
No es que quiera estar pegado a él toda la noche, bueno, en realidad sí quería eso,
pero más que nada ver qué tan dispuesto estaba el otro a segur al pie de la letra eso
Y como si la vida hubiera escuchado sus plegarias, no pasó mucho hasta que Kim
Taehyung apareció riendo con unas chicas y otros chicos. Su precioso cabello café le
caía en la cara y debido al sudor se veía condenadamente sexy y más con su ropa
— Oh yo...— Jungkook no supo bien qué contestar, y no pudo pensar tampoco con
mucha claridad ya que Taehyung se había colocado junto a él con una sonrisa. —
No se me ocurrió.
— Eso creo. — Jungkook alzó los hombros. — No resultó tan malo como creía.
Caminaron entre la multitud hasta llegar a una mesa llena de tragos y otras cosas.
Taehyung cogió el vaso de Jungkook y comenzó a colocar alcohol más fuerte en él.
Se lo devolvió al menor quien soltó una risa y agradeció. El mayor tomó una
pequeña bolsa que guardó en sus pantalones antes de girarse hacia Jungkook.
Jungkook asintió, y así ambos fueron a un sofá. Allí hicieron conversación con otras
Carcajadas y ligeros roces comenzaron a hacerse presentes entre ambos chicos quién
cada vez se pegaban más, al punto donde Jungkook quedó sentado sobre Taehyung
rodeándolo por el cuello con su brazo y la bebida al aire. Taehyung sobaba su
El reloj marcó la una de la mañana y el ambiente estaba a todo dar. La música más
fuerte, algunas luces apagadas, juegos de shots en cada grupo y enormes cantidades
de gente comiéndose viva. Jungkook reía y se sonrojaba al ver a las parejas, cosa que
podía enredarse con Marco pero solo por aburrición, no porque realmente lo
disfrutara o sintiera algo. Aún seguía siendo demasiado puro, siendo sinceros.
Jungkook hundió su rostro en el cuello de Taehyung para soltar una risa y ocultar
su sonrojo debido a las palabras del mayor. Pudo aspirar su loción y sentir su
ardiente piel, aquello le hizo suspirar quizás de forma más enamorada de lo que
creyó. Taehyung mordió sus labios al sentir a Jungkook así y siguió sobando su
El mayor se levantó un poco y se colocó casi encima de Jungkook para atacarlo con
cosquillas. Jungkook cayó sobre todo el sofá soltando enormes risas y enrojeciendo
más de lo que ya estaba, sintiendo las manos de Taehyung picarlo y tocarlo sin
Siguió riendo hasta que sintió que ya no pudo más. Taehyung hizo una pausa
también riendo ya que escuchar a Jungkook así le había gustado más de lo que
quería. Jungkook tomó aire aun soltando suaves risas y recuperó su aliento poco a
costillas y en las caderas. Jungkook daba pequeños brincos con una sonrisa y
soltando una que otra risa. Trataba de tomar a Taehyung de las muñecas sin éxito,
sus carcajadas volvieron a resonar con fuerza. Por suerte todos estaban en su mundo
Soltó otra risa suplicando al mayor hasta que Taehyung se frenó bruscamente.
de forma muy intensa. Los dedos de Taehyung se extendieron hasta que fue la palma
completa quién rodeó su cadera y lentamente subió hasta su cara. Jungkook tembló
— Realmente eres precioso...— Susurró. — Iré arriba rápidamente por unas cosas.
Jungkook el suyo y se levantaron del sofá para acercarse a las escaleras. Taehyung
se frenó poco antes para intercambiar unas palabras con un chico mientras que
Jungkook se confundió un poco ante el tono tan seco de Hoseok, quien lo veía entre
asustado y enojado.
— Vine a la fiesta, ¿a qué más pude venir? — Contestó él alzando una ceja.
— ¡No subas con él! ¡Vete! — Susurró Hoseok. — Vete antes de que sea muy tarde,
te ayudaré a salir.
— ¿De qué hablas?
— ¡Hazme caso, nada bueno va a pasar! ¡Taehyung va a hacerte algo malo, tienes
que irte!
— ¡Jungkook!
Jungkook observó a Hoseok quien le gritaba "no" con la mirada. Tomó el brazo de
Jungkook y tiró de él pero Jungkook se zafó. Lo observó como si fuese alguna especie
tomó y comenzaron a subir las escaleras, pero antes volvió a ver a través de su
El mayor cerró detrás de él colocando el cerrojo, dejó el vaso sobre la mesa y antes
La espalda de Jungkook chocó duramente contra la pared mientras sentía los labios
Soltó un jadeo enredando sus dedos en la cabellera del mayor quien lo había
lucha de mordidas, besos y lenguas que chocaban entre ellos y se hundían en las
cavidades contrarias. Jungkook soltó otro jadeo cuando la lengua de Taehyung sobó
chilló cuando Taehyung lo mordió con fuerza y lamió después. Sentir la fuerte
erección de Taehyung rozando con la suya fuera algo que también le hizo
enloquecer.
besar su cuello pero con su mano libre sacó la bolsa de plástico de su pantalón y con
agilidad la abrió. Volvió a besar a Jungkook para que el menor cerrara los ojos y
mientras vertió el pequeño polvo blanco en la bebida que se hallaba junto a ellos.
Sus lenguas volvieron a entrar en contacto pero con menos rudeza que antes, pero
Taehyung tiró un poco de su labio inferior antes de tomar el vaso rojo y colocarlo
entre ellos.
— Haré un brindis por nuestro primer jodido beso. — Canturreó haciendo que
Jungkook esbozara una sonrisa. — El primer beso con el maldito mocoso más
atractivo del mundo y que me trae el corazón y las hormonas vueltas locas.
Jungkook enrojeció soltando una risa y tapando su boca. Taehyung acercó el vaso a
sus labios y simuló darle un trago. Sonrió y lo acercó a los labios de Jungkook quien
El menor soltó otra risa y siguió dando otros cuatros tragos hasta que finalmente
— Nada que no fuera a gustarte. — Taehyung alzó sus hombros y se acercó para
Jungkook ladeó un poco su cabeza ante el adjetivo de Taehyung, pero por desgracia
no pudo ponerse a pensar mucho en ellos ya que comenzó a ver pequeños puntos
y comenzó a esparcir besos en su cuello sin pudor alguno, el menor jadeó un poco
Sintió las manos de Taehyung ir zafando su corbata y botones de la camisa, pero por
más que quisiera abrir la boca, no podía. Sentía todo en él dar vueltas y marearlo.
cuerpo se había relajado, por completo y solo sentía algo tocarlo y muchos ruidos.
Se sentía en otro mundo, en una realidad alterna. Sus brazos lo sentían tan suaves,
como si no tuviera huesos, pero al tratar de levantarlos apenas podía debido al peso.
Cerró sus ojos con fuerza y los abrió viendo al frente y finalmente chocó miradas con
No sabía ni qué mierda estaba diciendo, Taehyung soltó una agradable carcajada y
flexionó sus piernas, pero Jungkook sintió que caían en un gran vacío.
Jungkook gimió y mordió sus labios. Volvió a forzar la vista y vio la mano de
— N-no hagas eso...no quiero sexo. — Jungkook trató de levantarse pero no pudo.
El mayor siguió haciendo un movimiento de tijeras para dilatar al menor que pese a
— Como el fácil que eres. –Se burló Taehyung. –Zorrita que se enreda con Jackson.
Jungkook escuchó aquello y negó con la cabeza pero otro gemido salió y comenzó a
sentir su erección despertar. No pasó mucho hasta que dejó de sentir los dedos de
— Claro que quieres, a eso viniste. — Taehyung lo besó de nuevo con lascivia.
Jungkook soltó otro gemido pero ahora de dolor al sentir a Taehyung irse
introduciendo en él. Arqueó su espalda y gimió más alto, pero más le sorprendió al
Taehyung mordió con más fuerza conforme iba embistiendo. Jungkook cerró sus
ojos pero poco a poco comenzó a sentir un poco de razón ir entrando en él. Trató de
empujar a Taehyung pero el mayor había tomado sus muñecas y las había colocado
sobre su cabeza sin dejar de embestir. El dolor no se iba y aquello no era nada
placentero ya que realmente no quería eso, comenzó a removerse sin éxito sintiendo
que no contestaba y estar haciendo algo que no quería. ¿Y entonces a qué carajos
— ¡No lo hagas! — Exclamó incoherente. — ¡No quiero autos, ni carreras! ¡No entres!
No hubo éxito, siguió embistiéndolo esta vez con más fuerza. Jungkook se sintió
desesperar.
Sentía el ardor más grande, y es que no había delicadeza alguno, solo eran duras
embestidas y sucios besos. Jungkook trató de gritar pero apenas podía sintiendo
Se perdió completamente en su mundo alterno para olvidar quizás solo por unos
Escuchó los pitidos, y suplicó. Se jaló el cabello sintiendo su labio inferior temblaba.
Estaba realmente a nada de llamar a la policía pero él también tenía muchos trapos
El chico veía suplicante el teléfono en el patio, sintiendo las lágrimas en sus ojos.
Solo había dos cosas de las cuales Park Jimin estaba seguro. La primera, que iría a
firmar un contrato y en segundo, que se arrepentiría más adelante. Pero la pregunta
era por qué. ¿Por qué Jimin se lanzaba al abismo conociendo los riesgos? ¿Por qué
se hallaba caminando hacia el punto de reunión aun sabiendo que estaba mal? ¿Qué
podría mandarlo al diablo y seguir su vida como alguien normal?
Normal.
Jimin no era normal, eso lo sabía, lo sentía. ¿En qué era distinto? Aún no estaba
completamente seguro, pero sabía que no era como los demás, ni Jungkook ni él.
¿Era masoquista? Sí, no mentiría que lo era. Le gustaba aquel extraño dolor que
provocaba Yoongi en él, tenía el fuerte impulso de sentirse castigado, ¿Por qué?
Yoongi lo había citado en la tarde al final, en una zona alejada de la ciudad, por los
bosques. El lugar era conocido como "el hoyo" ¿Por qué? Viejas leyendas
transcurrían por la boca de todos, pero la realidad es que nadie sabía. Solo era un
hoyo gigante en la tierra que decía que podía llevarte a otras dimensiones. En fin,
muchas cosas.
Jimin había escuchado que algo similar había sucedido en roma, solo que ese llevaba
más tiempo. La realidad era que nadie sabía de aquel extraño fenómeno de hoyos
profundos en la tierra, y, siendo sincero, no le interesaba.
El camino de tierra finalmente lo llevó a una casa de campo. Sintió sus vellos erizarse
al ver a Min Yoongi sentado en las pequeñas escaleras, con una mesa frente a él y
una cerveza. Jimin apretó sus labios y se acercó con lentitud, avanzando cabizbajo
cuando chocó miradas con Yoongi.
— Viniste. — Comentó Yoongi sorprendido.
— No creí que fueras hacerlo. — Yoongi le clavó su fría mirada. — ¿Estás seguro de
querer hacer esto?
Yoongi sonrió ante la mirada de miedo pero soberbia del menor. Cogió el papel y lo
acercó a ambos. Jimin se acercó más a él para leer el papel, que tenía no más de diez
puntos básicos. Los demás, ya eran otras cosas legales y complejas.
— El tercer punto es que no puedo obligarte a fines sexuales a menos que tenga tu
permiso. Una vez que me lo permitas, podré hacerlo. Sin embargo, eso lleva al cuarto
punto, que será con mis reglas. Tampoco podrás defenderte.
— Si es que te animas a comenzar, lo comprenderás. Lo digo más por ti que por mí,
eres débil.
— Sigue leyendo.
Jimin mantuvo la vista fija hasta detenerse en el punto seis. El dinero, el pago.
— El pago será después de seis meses. No antes, ni después, seis meses exactos. –
Yoongi lo observó seriamente. — No se puede aumentar el pago, pero si disminuir.
Si violas alguna regla de privacidad, iré quitando dinero.
— Es tan bien organizado que da miedo. — Jimin hizo una pequeña mueca.
Jimin volvió a soltar un suspiro, pensando en que quizás aquello sería un problema.
Pero conociendo a Yoongi y su organización de miedo, se adaptaría lo mejor posible
a Jimin. Era metódico, no impulsivo, y aquello le daba más confianza a Jimin.
— Punto ocho. No podrás tener pareja ni salir con nadie más. — Yoongi se mantuvo
serio. — Me repugnaría tocar un cuerpo sucio, ya utilizado por alguien más. Si por
algo me fijé en ti nuevamente fue porque tu piel es virgen, nadie que no haya sido
tú te ha tocado. Lo apuesto. Lo planifiqué así desde pequeños.
— ¿Quieres decir que todo el abuso físico fue para crearme miedo y evitar así que
me tocaran todo este tiempo debido a mi temor? — Jimin abrió muchos sus ojos.
— De acuerdo. — Susurró Jimin en voz baja. — Supuse que algo así habría.
Hubo un pequeño silencio, donde Jimin observó con preocupación el punto diez. Su
pulso se volvió más lento y por un momento se mareó. Yoongi seguía teniendo la
vista clavada en él, esperando por la reacción o el comentario del más joven.
— Solo yo puedo detener esto o alargarlo. –Yoongi sonrió. — Puedo añadir otro mes
si me place, la cantidad aumenta en ese caso. O disminuiría y misma historia.
— Pero ahí dice que sólo tú podrás controlar el tiempo. ¿Quieres decir que no puedo
opinar yo?
Jimin mordió su labio inferior aún más preocupado. Sé que quizás no debería
preocuparse, ¿pero qué pasaba si Yoongi alargaba el contrato a un año? ¿Qué haría?
¿Se iba a arriesgar?
Jimin tragó saliva moviendo su nuez. Estuvo largos segundos en silencio, conforme
más pensaba, le daban ganas de retirarse así como firmar. Su cabeza era un desastre
de emociones y aquello no lo soportaba, quería quitar aquella bruma, dejar de
sentirla.
Así que fue un impulso, se inclinó y cogió la pluma con un temblor en las manos y
pese a sus gritos internos de negación, escribió su nombre en la parte inferior del
papel y colocó su firma.
Yoongi guardó el papel en una pequeña maleta que traía, Jimin no la había visto. El
mayor se levantó y le hizo una seña a Jimin para que lo siguiera, el menor dudó un
poco pero obedeció al final.
Rodearon la vieja casa hasta llegar a la parte de atrás donde había un cuarto más
pequeño, una puerta de madera con un candado bloqueaba la entrada y con una
piedra logró quebrar la protección.
El candado soltó un chirrido al igual que las puertas al ser separadas. Jimin tosió y
agitó su mano cuando una nube de polvo se levantó. Yoongi ingresó después de
abrir bien las puertas y Jimin ingresó con él.
— ¿Qué es este lugar? — Preguntó Jimin observando el entorno, habían palas, cosas
de jardinería y equitación
— Te explicaré algo, Jimin. — Yoongi sacó una trampa para osos que depositó en el
suelo. — Y prometerás jamás contarle nada a nadie.
— ¿Recuerdas que cuando eras más pequeño te pedí que buscaras el caso Heissel?
— ¿A qué te refieres?
Yoongi se mantuvo en un pequeño silencio mientras seguía sacando cosas. Trampas,
palas, cuchillos, hachas, iban acumulándose en el suelo.
— Lo que escuchaste.
Jimin se mantuvo en silencio, viendo como Yoongi terminaba de sacar todas las
cosas del baúl y sacudía sus manos.
— Ella puso su semilla, su óvulo. Pero no mi padre, aún no lo conocía, así que fue
alguien más.
— ¿Quién? — Preguntó
Jimin observó el entorno con fascinación y miedo, era un extraño sentimiento que le
gustaba, pese a que sabía que no estaba bien.
— Investigué después más a fondo, pero no pude sacar muchas cosas. Por alguna
extraña razón fue amigo de mi madre y ella se quedó con algunos bienes. La llave a
este lugar por ejemplo.
Yoongi soltó una risa y le pidió a Jimin que se acercara. El menor de acercó en
silencio hasta colocarse junto a él, allí observó un cajón debajo del baúl. Yoongi trato
de mover el mueble pero no se movió, lo cual significaba que había sido construido
así, pegado al suelo para ocultar algo.
— ¿Ya abriste el cajón? — Preguntó Jimin con los ojos brillantes de la curiosidad.
Jimin apretó sus labios. Yoongi se acercó al cajón y tomó una pequeña manija que
tiró hacia arriba. Tosió un poco, cubriéndose con su hombro y sacudiendo el entorno.
— Es... un libro. — Susurró Jimin sorprendido.
Jimin abrió mucho sus ojos. El mayor alzó una ceja y cogió el cuaderno para sacarlo
de aquel extraño cajón. Lo sacudió quitándole el polvo de encima.
— No lo creo. — Yoongi alzó una ceja. — No tiene sentido, ¿por qué mi madre me
ocultaría esto?
— ¿A qué te refieres?
— Necesitaré tu teléfono.
Jimin trató de reclamar pero terminó perdiendo. Con un bufido le dio su teléfono al
mayor
Jimin supo que no valía la pena ponerse a reclamar así que se dio media vuelta para
alejarse. Sin embargo Yoongi lo llamó rápidamente haciendo que se volteara.
— ¿Leíste el caso Heissel como te pedí hace años, cierto? — Preguntó Yoongi
Jimin lo observó unos segundos con desconfianza, pero se dio por vencido y
finalmente se alejó. Yoongi lo observó salir por la puerta y finalmente pude exhalar
tranquilo, no había pasado lo que temía. El caso Heissel claro que era una farsa,
aquellos no eran los verdaderos orígenes de Jimin. Claro que no. Solo lo dijo para
comenzar a jugar con su mente.
La verdadera sangre corriendo por las venas de Jimin tenía un pasado más oscuro y
enfermizo. Pasado que solo conocía Yoongi y quizás algún día se lo diría a Jimin.
Al abrir sus ojos sintió un enorme dolor de cabeza que le obligó a taparse soltando
increíblemente adolorido. Podía jurar que una estampida había pasado sobre él,
Se armó de valor aún con unas cuantas lágrimas en los ojos y se levantó sosteniendo
su cabeza. Parpadeó varias veces tratando de recordar algo, pero lo último que
pasaba por su cabeza era estar bebiendo y riendo con los chicos del colegio sentado
en el regazo de Taehyung.
"Taehyung..."
Cerró sus ojos recordando otras cosas, pero la mayoría parecían irreales o
distorsionadas. Pero recordaba algo, lo sentía, aquel tacto... sus labios sobre los
suyos besándolo. Pero, ¿Cuándo? ¿En qué momento? Recordaba haberse besado con
desesperado un vaso de agua para calmar su dolor que se volvía más potente. Se
Escuchaba mucho ruido aún, se preguntaba qué hora podrían ser pero su teléfono
ya no tenía batería. Bajó las escaleras luciendo terriblemente mal hasta llegar al
último piso. Habían personas todavía, la mayoría vomitando, otros gritando, sin
Jungkook se golpeó contra las personas buscando una salida, pero estaba débil y se
tambaleaba sin cesar.
Llegó a la puerta sin importarle ver o no a Taehyung, pero se detuvo en seco al ver
Yoongi abrió muchos sus ojos y se abalanzó hacia él antes de que cayera al suelo.
Soltó un bufido al sentir su peso irse con el castaño, pero logró aguantar, volviéndolo
Jackson quien pasaba se heló al ver a Yoongi dejó caer su vaso. Al ver a Jungkook
sintió el caos desatarse y empujó a las personas para ir tras Taehyung. Se abrió paso,
cocina donde Taehyung se estaba comiendo a Irene. Inclusive se hallaba sin camisa,
Jackson lo tiró del brazo importándole poco que el chico se hallara sin camiseta y lo
hombro del albino quien parecía estar asesinando a su primo contra el piso.
Pero Taehyung comenzó a vomitar y quejarse. Jungkook iba a voltear pero Yoongi
lo aprisionó para que no volteara y volteó a ver a Jackson en muy mal plan.
— Acaba con esta mierda y llévalo al cuarto. — Yoongi cogió sus llaves. — Cuando
regrese me encargo.
el cuerpo de Taehyung cayendo al suelo. Yoongi los fulminó con la mirada a ambos
Jungkook asintió aun sintiéndose confundido y se dejó llevar. Yoongi cogió las llaves
y apretó un botón encendiendo un auto negro estacionado del otro lado de la calle.
seguridad y después subió él, bajando las ventanas por si el menor quería vomitar.
— Tomé mucho, n-no recuerdo. — Jungkook negó con la cabeza y los ojos cerrados.
Yoongi apretó el volante tornando sus nudillos blancos. Sus labios se volvieron una
Jungkook negó con la cabeza sollozando levemente. Yoongi volvió a apretar sus
labios pensando en qué mierda haría con un drogado, borracho, crudo y enfermo
Jeon Jungkook en su coche. Una mala idea cruzó su cabeza, pero quizás no tan mala.
tenemos clases y te llevaré a un terreno que tenemos allá. Podrás recuperarte y más
ventana que había subido hasta la mitad y cerró sus ojos. Yoongi lo observó una
con Yoongi.
— Eso creo. — Jungkook comenzó a recordar lo que había pasado hace un par de
— Déjame ayudarte, estas casi cayendo. — Habló suavemente el mayor, pero sin
Jungkook tragó saliva y tomó su mano. Yoongi lo jaló para tomarlo de los hombros
y comenzó a guiarlo a la entrada de una casa que lucía algo vieja, hecha de piedra.
Yoongi abrió la puerta y Jungkook vio unas maletas depositadas y las luces
haciendo brillar casi la casa. Yoongi sacó sus llaves y apretó un botón haciendo sonar
comedor.
— Si fuera por mí te hubiera dejado tirado en el suelo de la sala. — Yoongi alzó una
conmigo.
— ¿C-contigo? — Preguntó Jungkook. — ¿Qué? ¿Ustedes salen?
— ¡No! — Exclamó Yoongi horrorizado. — Es una larga historia, ten.
Yoongi se había acercado a él con una pastilla y un vaso de agua. Jungkook suspiró
Su voz se quebró un poco debido al temblor, sentía unas manos de él, penetrándolo.
Sentía los besos sobre los labios y un sentimiento de impotencia recorrerlo. ¡Pero,
— Calma. — Yoongi tomó su brazo. — Poco a poco recordarás y necesito que cuando
lo hagas me lo digas.
pasa, por ende, tú eres mi responsabilidad. — Yoongi suspiró. — Así que no hagas
más preguntas porque no estoy de humor para discutir o pelear, te estoy haciendo
un favor Jungkook.
El menor volvió a bajar la mirada a punto de decir que no se lo había pedido, pero
prefirió callar. Finalizó el agua y se comió la barrita que Yoongi le había dado y
Su teléfono comenzó a sonar así que se acercó a él y el ver el nombre casi lo avienta,
tendremos una severa plática de la cual deberías de rogar por tu maldita vida. —
— Veremos si lo tienes tras las rejas. — Habló Yoongi entre dientes. –Mantendrás tu
— Yoongi...
sería un lindo concepto. ¿No crees? — Yoongi sonrió. — Ruega para que esto se
mantenga lo más alejado posible de la justicia y quizás no sea tan brusco contigo.
— Dependiendo de cómo vea a Jungkook tomaré una decisión. Mientras quiero que
reflexiones la mierda que acabas de provocar. — Hubo un largo silencioso del otro
lado. — Te veo en la noche, te quiero desnudo en la sala y con las navajas colocadas
suelo.
llegar. Ya podía imaginarlo rogando, repitiendo una y otra vez que no lo volvería
Jeon Jungkook había dormido toda la tarde, intentando sentirse mejor para
finalmente llegar a casa. Por suerte, logró recuperarse más rápido de lo que esperaba
y durante el camino de regreso escuchó atentamente todo lo que Min Yoongi le decía
acerca de la fiesta.
— Ya lograron contarme todo lo que pasó ayer, quizás así aclares tus dudas. –
Comenzó Yoongi con voz fría, haciendo que Jungkook solo asintiera con su cabeza
débilmente.
quería emocionarse, pero saber que se besó con el chico que más amaba y odiaba en
este mundo le hacía sentirse extraño. Una mezcla de emociones que lo confundía y
— No tengo muchos detalles, pero fue un buen beso por lo visto. — Yoongi mantuvo
la vista al frente. — Pero estabas muy ebrio, resbalaste por la escalera y vaya golpiza
que te diste.
madrugada.
— Eso explica muchas cosas... — Susurró Jungkook. — P-pero el chico no logró
— Solo fueron jalones y tirones, no llegó más lejos. Quizás aquello explique el dolor
Yoongi se mantuvo en silencio aún más frío que el anterior. Se mordió la lengua para
no decir nada más y dejar las cosas como estaban. No iba a arriesgarse a decir algo
de lo que se arrepentiría, aunque eso no pasaría, pero era mejor dejar las cosas como
— ¿Del uno al diez, que tanto te duele el cuerpo? — Preguntó Yoongi Minutos
nada.
soportable, no es como para tirarme al suelo y gritar, pero si como para estar largas
horas acostado.
— De acuerdo. — Yoongi asintió. — Eso era todo lo que necesitaba saber, gracias.
él por qué no le cabía en su cabeza. Pero bueno, conociendo a Min Yoongi no le diría
nada más y preferiría olvidar el tema, así que mantuvo su boca cerrada hasta que fe
veremos mañana.
ver a Jungkook desaparecer por la puerta, aceleró para ahora dirigirse a su casa.
buscando su calma para no dejarse llevar mucho en lo que haría. Le excitaba tan solo
Por eso sí, no había como la excitación que sentía con Jimin. Aquel chico hermoso,
porque si, era hermoso, le hacía perder toda la cordura que tenía. Era enfermiza la
forma en que deseaba tenerlo, pero era la única forma en que lo deseaba.
Jimin...Jimin era todo para él, no había probado aquel dulce placer hasta que lo
conoció. Esa tarde en el aula de biología, donde aprecio su cuerpo y vio sus
Lo supo, allí supo que Jimin sería el indicado para tratarlo como siempre soñó. Una
Pero por el momento debía conformarse con Taehyung y darle una pequeña lección
por sus acciones irresponsables y peligrosas. Yoongi era muy metódico y calculador,
Taehyung y el mayor era puesto tras las rejas, se animaría a intentar lo mismo. Y eso
imaginarse lo que pasaría. Su contrato lo aseguraba mucho, pero al final lo que haría
con Jimin iría un poco contra la ley. Pese a que era con la autorización de Jimin, lo
No importaba que tan grande fuera el placer de Jimin con el dolor que le provocaría
Por eso debía hacerle probar, dejarlo con las ganas para que buscara más. Allí no
Oh, pero el menor era tan idiota que no se daba cuenta, a sus ojos era Yoongi quien
tenía el control sobre él cuando era todo lo contrario: era Yoongi quien estaba a sus
Yoongi suspiró una última vez y finalmente entró a la casa. Cerró prendiendo
solamente la luz del pasillo y caminando por la casa que aún estaba sucia, pero no
Pero fue más placentero aún ver sus armas perfectamente alineadas en la mesa de
noche. Se acercó a paso lento hasta acercarse lo suficiente como para ver a Taehyung
sentado con las manos detrás de su espalda y cabizbajo. El menor no portaba camisa,
agarró una navaja de hoz haciendo temblar a Taehyung que comenzaba a negar con
su cabeza.
— Desnúdate.
pantalones y a bajar la cremallera. Retiró sus jeans y bóxer con sumo cuidado,
mordiendo sus labios al quedar tan expuesto a Yoongi. Era incomodo, pero el mayor
— En cuatro.
— Yoongi...
Yoongi pasó la yema de sus dedos por el filo y se acercó a Taehyung para rozar el
filo por toda su espalda para provocarle algún cosquilleo, pero Taehyung se removió
incómodo.
— ¿Sabes por qué hago esto? — Preguntó Yoongi pasando el filo por los glúteos del
menor.
pudiste dejar testigos, alguien pudo verlos, ¿tienes idea de qué hubiera pasado?
— Puedo ir a la cárcel...
dolor y apretara sus puños. Yoongi negó con su cabeza y se levantó zafándose el
cinturón.
Soltó un grito ronco y volteó de nuevo al frente al sentir y escuchar el cuero del
zona de sus glúteos, que comenzó a tornarse rojiza poco después. Yoongi tomó aire
Una vez, dos veces, tres veces...diez veces más...quince veces más...
Taehyung suplicaba que parara al sentir su piel abrirse y el ardor carcomerlo vivo.
Yoongi observaba las marcas del cinturón que azotaba salvajemente contra
Se agachó para admirar más de cerca la sangre en un azote que había dejado caer
con todas sus fuerzas. Taehyung temblaba y se contraía debido al ardor y el frío que
se apoderaba en su zona.
Taehyung lo observó con terror, pero aún sin soltar ninguna lagrima. Yoongi lo
— ¡Cierra la boca!
Llegaron a la cocina y Yoongi lo aventó contra el taburete. Selló el grifo y dejó correr
Acto seguido jaló de la nuca a Taehyung para plantar sus labios contra los suyos con
para separarlo de él, pero el mayor no tenía intenciones de separarse. Lo cogió con
más fuerza profundizando aquel beso que pocos segundos después Taehyung no
tardó en corresponder.
Yoongi sonrió sobre sus labios al sentir la erección del mayor ir chocando contra su
vientre, lo aplastó más contra el grifo cerrando la llave mientras lo besaba con más
poco.
Basorexia, en eso pensó Yoongi. A su pequeño primo se excitaba con tan solo besar
Cuando el beso estaba entrando en el clímax, donde hasta Taehyung había deslizado
Taehyung iba a reclamar pero Yoongi le dio la vuelta para que Taehyung quedara
completamente.
Yoongi y empujando el lavado. Yoongi sonrió y lo cogió del cabello para alzarlo.
pulmones arder y su visión de había vuelto borrosa, donde había comenzado a llorar
Cuando sintió sus pulmones explotar y sintiendo que no aguantaría más, Yoongi
volvió a jalarlo nuevamente fuera y aventarlo al suelo. Tosió son desesperación y los
pie.
Allí Yoongi le dio una fuerte patada que hizo chillar a Taehyung debido al fuerte
dolor, pero el miedo volvió atraparlo cuando Yoongi cogió el cuchillo. En un rápido
Taehyung trató de cubrir la herida pero Yoongi pateó su brazo con fuerza y caer el
— ¿Necesitas más o con eso fue suficiente? — Yoongi se inclinó y lo cogió del cabello
con fuerza para que lo viera a los ojos. — ¿Volverás a hacer una estupidez así?
quiero que cuando vuelva jamás se vuelva a tocar este tema. ¿Entendiste?
— Si...
Taehyung obtuvo una fuerte bofetada que le hizo voltear hacia el otro lado. Su
atrevió a voltear.
No de él... si no del chico inocente que había caído en las garras de su perverso
primo.
Porque Taehyung no quería siquiera pensarlo, pero si Yoongi era así con él...
haciendo el ejercicio, solamente veía los cuadernos, sobando la portada con la punta
de su pluma.
— Estás muy callado... — Susurró Jimin en voz baja. — ¿Pasó algo malo en la fiesta?
— Sí, estuvo bien pero me pasé con el alcohol. — Susurró Jungkook. — ¿A ti como
largo silencio donde ninguno dijo nada hasta el final de clases. Se despidieron
Evito a toda costa el contacto visual con el mayor y el auto arrancó siguiéndose todo
derecho.
— ¿A dónde vamos? — Preguntó el menor viendo al mayor. — ¿Yoongi?
— Ya verás. –Contestó el otro tranquilamente, pero manteniendo cierto peligro en
su voz.
Jimin soltó un suspiro de cansancio y comenzó a ver por la ventana, siguiendo con
la mirada las calles que conocía y viendo como lentamente quedaban atrás,
metiéndose en zonas que no conocía. El rojo les tocó y Yoongi frenó haciendo una
mueca.
— ¿E-eh?
— Hazlo, ahora.
El mayor colocó su mano en la rodilla del menor y comenzó a subir enterrando sus
mensaje a su madre. Ella le pidió que por favor le avisara como iba y que
agradeciera, que tuviera cuidado y que se portara bien. El menor contestó a todo con
— Y-ya le avisé. — Habló en voz baja y manteniendo la vista muy al frente. — Pero
El menor pegó un suave brinco cuando el mayor pasó bruscamente su mano por su
— N-no me toques ahí. — Jimin se tensó más. — Por favor... e-es incómodo.
— ¿Uhm? ¿Estás seguro? — Yoongi frotó en círculos, haciendo que Jimin se aferrara
al asiento y mordiera con más fuerza sus labios. –Yo no lo veo así.
estimulación.
El mayor soltó una carcajada y siguió frotando provocando que Jimin se tensara aún
— ¡P-pero!
su lengua mientras observaba sus pies. Le asustaba en parte lo que pasaría pero al
casa en la que Jimin había firmado el contrato. Bajaron del auto y lentamente se
dirigieron a la casa.
bastante elegante.
puertas. Caminó lentamente por la casa, recorriéndola con un perfil bajo. Parecía
más bien un alma vagando debido al silencio y sutilidad con la que caminaba.
que soltara un pequeño grito, finalmente regresó a su realidad. Escuchó la cálida risa
— ¿Te he asustado? — Preguntó el mayor divertido mientras lo bajaba, pero sin dejar
Yoongi volvió a reír y comenzó a avanzar con Jimin hasta colocarlo contra la pared.
El menor jadeó al sentir su pecho chocar con la fría superficie al igual que parte de
su mejilla y labios. Sintió a Yoongi pegarse más a él, sobando con suavidad sus
brazos.
El mayor no contestó, llevando sus manos al borde de la camisa del chico y tirando
hacia arriba para desprenderla. Jimin chilló agudo al sentir el frío en su piel, pero
más al quedar expuesto, aunque sea un poco. Yoongi pasó sus manos por su espalda
con delicadeza, provocando que todos sus vellos se erizaran debido a la fricción.
Cerró sus ojos para relajarse, sintiendo los suaves toques del mayor sobre su cuerpo,
— Está será nuestra primera sesión, Jimin. — Susurró Yoongi en su oído. — No seré
muy duro, tampoco la próxima, iremos subiendo la intensidad poco a poco. ¿Te
parece?
— Es muy considerado de su parte... — Habló con sarcasmo Jimin, pero debido a lo
Jimin mordió su lengua cuando el filo (de lo que supuso era un cuchillo) rozó su
columna vertebral. Jadeó en voz baja, sintiendo a Yoongi jugar con su piel un poco,
dolor, cerrando sus ojos y juntando sus cejas. Dejó abiertos sus labios, expulsando
suaves respiraciones al sentir otros pequeños cortes por su espalda. Eran finos, como
cortaduras de hojas, pero le provocaban tanto como cosquillas como dolor. Sentir la
lengua de Yoongi limpiar la sangre fue lo que hizo que abriera un poco más su boca
— Bien.
cortaduras más profundas. Esperó que su piel entrara en contacto con la lengua del
mayor, pero eso no sirvió. A cambio sintió unos fuertes pellizcos en su piel que le
hicieron removerse.
— Déjalas. — Ordenó Yoongi cuando Jimin trató de quitarse las pinzas que había
colocado.
El menor se detuvo de mala gana, sintiendo a Yoongi tomarlo de los hombros para
voltearlo. Su espalda no fue a chocar con la pared, pero si la rozó. Quedó cara a cara
viendo como Yoongi colocaba otras cuatro por su pecho, caderas y cerca de sus
pezones que se encontraban duros. Yoongi después paso su pulgar por ellos y ejerció
Yoongi bajó sus manos al pantalón del muchacho e introdujo su mano, frotando
sobre la tela de la ropa interior de Jimin. El menor soltó un jadeo agudo y tapó su
boca con su otra mano, Yoongi apretó las pinzas. Jadeó, pero no supo si de dolor o
de placer.
Yoongi finalmente sacó el semiduro pene de Jimin para acariciarlo con suavidad.
— ¿Por qué me ves así? — Preguntó Yoongi mientras quitaba una pinza del cuerpo
más.
Se acercó a los pezones de Jimin y los lamió bien antes de coger la segunda pinza y
colocarla en el pezón restante. Jimin jadeó, llenando sus ojos de lágrimas sin saber
exactamente por qué. Yoongi sonrió y lo masturbó con más potencia mientras que
la boca del menor para besarlo con lascivia. Jimin gimió con fuerza, enloqueciendo
masturbándolo.
— ¿Qué? — Susurró Jimin jadeando un poco, sintiendo el sudor en su frente.
— Pídeme tener sexo contigo... — Susurró Yoongi aprisionándolo finalmente contra
la pared, dejando su erección. Jimin gritó un poco de dolor al sentir las pinzas
Jimin sentía todo en él bombear y los rudos y expertos besos de Yoongi no ayudaban
Jimin se mantuvo estático unos segundos haciendo que Yoongi se alejara un poco y
terror.
— No creí que caerías tan fácil, muñeco. — Susurró Yoongi lamiendo la zona de sus
Jimin POV
Muchos se preguntarán hasta donde es capaz de llegar una persona para lograr lo
que quiere. ¿De qué es capaz una persona para alcanzar su objetivo? Una vez Nicolás
Maquiavelo dijo "el fin justifica los medios", dejando así en claro que cuando el
objetivo final es importante, cualquier medio para lograrlo es válido.
¿Lo es realmente?
¿Si matar a un candidato a la presidencia hará que tú seas presidente [siendo aquello
lo que quieres], es válido entonces? Quizás algunos podrían contestar que sí, pero
en ese caso dudaría fuertemente de su salud mental y ética. Quizás saldría corriendo,
qué sé yo.
Pero no, aquí estoy. Dejándome manipular por un maquiavélico y calculador chico
que hará absolutamente todo para conseguir... lo que sea que quiere. ¿Pero qué tan
lejos sería entonces capaz de llegar? ¿Y qué tengo yo para defenderme?
- ¿Eh, Jimin? - La voz de mi madre provocó que quitara mi vista del plato con migajas
de pastel y la observara con aburrimiento. - Nunca me dijiste qué tal te fue con
Yoongi con el proyecto. ¿Bien?
- Oh, sí. - Mentí mientras cogía el tenedor y comenzaba a hacer figurillas con el
chocolate líquido que sobraba. - Hacemos un... gran equipo.
- ¿Te gusta? - Había susurrado enfermizamente sobre mi oído. - ¿Te encantan que te trate
así, verdad?
- N-no - Jadeaba en descontrol debajo de él. Lo sentía masturbarme con fuerza mientras
clavaba la punta de su cuchillo en mis glúteos provocando terribles ardores. - ¡P-por favor
detente, duele!
- Me alegro. -Mi madre esbozó una sonrisa muy peculiar en ella, entre pícara pero
bastante dulce. -La señora Min es realmente agradable, Yoongi también aunque es
algo callado. ¿Es tímido?
- Tímido... claro... - Susurré desganado mientras observaba una pequeña migaja
moverse después de mi suspiro. ¿A Yoongi le gustará el chocolate?
- No, todo ha estado tranquilo. - Pasé mi índice por el plato para lamer el delicioso
chocolate que aún sobraba, borrando las lindas figuritas que había hecho con el
tenedor.
- Joder, eres un sucio Jimin. - Se burló Yoongi al ver la cantidad de semen que había liberado
de mi cuerpo. Aquello provocó que chillara agudo y me tapara la cara que se encontraba
seguramente al rojo vivo, me estaba muriendo por dentro. - Te corriste apenas te metí dos
dedos, no creí que serías tan desesperado, precioso.
- Y-yo no... y-yo... - Me ahogaba con mis propias palabras, sintiendo las lágrimas resbalar
por mis ojos.
- Eres un travieso. - Picó mi nariz y eso fue terriblemente inquietante debido a la ternura con
la que lo hizo. - Deberé castigarte.
- ¿Qué?
Por alguna extraña razón algo me decía que me encontraría a Min Yoongi con un
disfraz realmente terrorífico y me perseguiría por toda la cuadra. Aunque no tendría
por qué, quizás me ignoraría.
Diablos, ese chico era tan complicado que por más que me esforzara en comprender
lo que hacía, no podía. Era tan cambiante y bipolar que ya no esperaba
absolutamente nada, todo me caía de sorpresa. Así, pum, de un segundo a otro.
Por ejemplo, en nuestra primera sesión me suplicó que hiciéramos... Bueno, esas
cosas. Es cierto que sólo yo podría controlar eso, pero una vez que le diera permiso
él tomaría el control. Y ese día que accedí yo realmente juré que mi virginidad anal
había llegado hasta ahí. Pero no.
Porque sí, no sé qué mierda le habrá pasado a ese chico de pequeño para que sea así.
¿Sus orígenes? Bah, para mí hay algo más y estoy dispuesto a descubrirlo.
¡Mierda! ¡Ni siquiera he tenido sexo con él y ya estoy hablando de fetiches que tengo!
Esto está mal, no han pasado ni dos semanas y esto ya me tiene mal.
-...y al final decidí que sería bueno para ti. ¿Te parece? ¿Estás de acuerdo? -Preguntó
mi madre frotando mis brazos con una sonrisa, volviéndome a sacar de mi burbuja
de pensamientos.
- Oh, sí. Fabuloso. -Mentí ya que en realidad no tenía ni puta idea de lo que decía. -
Me parece una estupenda idea.
- ¡Excelente! -Exclamó ella con una sonrisa. -Entonces le avisaré a la señora Min que
estás de acuerdo.
-Sí... ¡espera! ¡¿La señora Min?! -Exclamé abriendo mucho mis ojos.
-Pues sí. -Mi madre sacó su teléfono. -Ella fue quien te invitó al viaje después de todo
¿¡Viaje?!
¿¡Invitarme?!
¿¡Qué?!
-Oh p-pero espera... -No podía decirle que no había escuchado así que pensé en algo
más estratégico. - ¿Podrías repetirme para agendarlo en mi teléfono? Ya sabes que
suelo ser olvidadizo.
- ¡Claro! La señora Min y yo somos buenas amigas desde hace tiempo, me resulta un
dulce detalle que te hayan invitado con ellos a pasar las vacaciones. Además, Yoongi
y tú se llevan bien, ¿no?
-S-sí y con Taehyung. -Mentí. -S-será un honor estar con ellos, sí.
-Ty no va amor, por eso quisieron invitarte a ti. -Ella sonrió- Él se quedará acá con
su madre, está castigado por hacer una fiesta a escondidas. - Rió suavemente -Ah,
ese chico...
- Claro. -Observé las calles con una media sonrisa. -En ese caso creo que estaría bien
ir.
-La señora Min dice que excelente y que está agradecida por haberte dejado ir... -
Hizo una pausa mientras observaba su teléfono. -Oh espera, es Yoongi quien está
contestando. Su madre se metió a bañar.
¿Yoongi contestando? Vaya, ahora me queda más que claro quien había hecho la
"humilde invitación". ¿Por qué no me sorprende?
- Dile que estaré encantado de ir. -Observé a mi madre con una sonrisa claramente
fingida, pero ella no logró verla. -Que llevaré muchos juegos para entretenernos
juntos.
-O-okay. -Mi madre negó con la cabeza divertida y comenzó a taclear rápidamente.
-Me alegra que ustedes dos se lleven bien. Está bien que no te cierres sólo a
Jungkook, en este mundo hay mucha gente nueva por conocer.
- Claro. -Sonreí pesadamente antes de colocar mis manos en los bolsillos del
pantalón.
- Dice que perfecto que tengamos un buen día. Qué amable muchacho. -Sonrió y
guardó su teléfono antes de volverme a tomar del brazo. - ¡Oh dios mío Jimin! ¿Con
qué te cortaste el brazo?
Gracias Yoongi...
- Sinceramente comienza a preocuparme que siempre estés tan lastimado. - Ella negó
con la cabeza y me observó preocupada.
- Ah, dulce cama. - Susurré mientras me dejaba caer sobre ella con un suspiro de
alivio.
Cerré mis ojos tratando de dormir un poco pero unos Minutos después mi teléfono
comenzó a sonar, interrumpiendo el bello sueño que había comenzado a
desarrollarse en mi mente. Solté un gruñido y cogí el teléfono con pereza.
- Jimin...
Abrí mis ojos de golpe al reconocer la voz de Yoongi al otro lado. Me reincorporé de
la cama bruscamente pero aquello provocó que soltara un chillido cuando fui a dar
directamente al suelo. Jadee de dolor al sentir el duro suelo contra mi espalda.
- ¿Qué mierda acabas de hacer? - Preguntó Yoongi del otro lado ligeramente
molesto.
- Nada, me caí. - Me reincorporé un poco cogiendo el teléfono con una mano. - ¿Qué
quieres, Yoongi?
- ¿Qué juegos llevarás, Jimin? Estoy ansioso por saberlo... - Su tono de voz no me
gustó para nada, era obvio que no había buenas intenciones.
- Umh, me gusta eso... - Casi pude sentir su sonrisa. - En ese caso esperaré ansioso,
mientras dejaré que te recuperes del otro día.
- Mi madre vio mis heridas, me gustaría que no lo hiciera. - Hice una pequeña pausa
pero él me invitó a continuar con su silencio. - ¿Podría hacerme las heridas en otros
lugares que no pueda... ver?
- No lo podrás saber hasta que te tenga desnudo en mi cama... - Su voz provocó que
mi respiración se fuera por completo, abrí mis labios sintiendo mi corazón con más
fuerza. - Abierto para mí... tocándote suavemente con un precioso cuchillo,
enterrándolo en tu bonita y suave piel.
- S-sólo no lo diga por favor. - Supliqué con voz cortada, sintiendo mi respiración
fallar. - M-me pongo... - Mordí mis labios, incapaz de proseguir.
Hubo un largo silencio donde solamente escuché su pesada respiración del otro lado
de la línea.
- De acuerdo, muñeco. - Escuché el peligro en su voz y aun sabiendo que estaba lejos
no pude evitar sentirme asustado por su tono. - Hablaremos con más calma más
tarde... cuando no me esté tocando pensando en ti...
Con aquel golpe pude finalmente sentir el hilo de la cordura ser quebrado en mi
cabeza...
|22
¡Oye Jungkook, me volví algo así como el esclavo de Yoongi porque me encanta que
corte mi cuerpo mientras me estimula! ¡Espero no sea extraño para ti y sigamos
siendo los mejores amigos de siempre!
¡Claro que no! Seguramente lo primero que haría sería buscar un centro psiquiátrico
en el cuál encerrarme, o peor aún, le diría a mi madre o a un policía. Claro que
cuando se enterara del contrato ahí estaría completamente frito... y bueno, la verdad
soy un completo idiota. Ni modo, he aceptado, sólo me queda soportarlo... o
disfrutarlo. No creo que pase a mayores...
— ¿Jimin?
Alcé la vista viendo a Jungkook ingresar al salón con... ¿Taehyung? Espera... ¿Se
estaban agarrando la mano accidentalmente o a propósito?
— ¿Ya estás mejor? — Jungkook seguía agarrando la mano del mayor sobando
suavemente. — Deberías tener más cuidado a la próxima.
— Claro. — Kim Taehyung se zafó suavemente de mi mejor amigo. — Gracias
Jungkook.
El mayor me observó con una pequeña sonrisa y se fue a sentar hasta el fondo.
Jungkook se colocó al lado mío con suma tranquilidad y comenzó a sacar sus libros.
Bien, ahora me quedaba claro que no diría absolutamente nada así que volví a los
ejercicios.
Las demás personas fueron entrando conforme los minutos pasaban, finalicé lo que
estaba haciendo y guardé las cosas acostándome suavemente. Observaba la puerta
con la mejilla pegada a la mesa cuando en un momento inesperado Min Yoongi
ingresó al salón de clases con unos audífonos. Me reincorporé inmediatamente
siguiéndolo con la mirada hasta que lo vi detenerse junto a Taehyung quien no
levantó la mirada cuando llegó.
El chico de cabello oscuro depositó sus cosas y luego se apoyó en la mesa viéndome
fijamente. Volví la vista al frente sintiendo mi corazón volviendo a latir con fuerza.
Esa manera de verme tan intensa siempre me ponía los pelos de punta, casi podía
sentir como me arrancaba la ropa con la mirada y me violaba doscientas veces en su
mente. No iba a mentir, resultaba escalofriante y excitante al mismo tiempo.
Todos comenzaron a platicar notablemente más alto mientras recogía sus cosas. Yo
tomé las mías y salí con Jungkook aun sintiendo la ardiente mirada de Yoongi a mis
espaldas.
Iba a tomar a Jungkook del brazo pero ya había sentido que habían tirado de mí.
Observé como Yoongi me jalaba, sentándome bruscamente frente a una
computadora y él jalando una silla para colocarse junto a mí sin decir ni una sola
palabra.
Observé a Jungkook quien había estirado su cuello y movido las manos como
diciendo "dude, wtf?". Yo alcé los hombros abriendo mucho los ojos y negando con
la cabeza. Jungkook suspiró y se perdió entre la gente para buscar un compañero.
Los demás se sentaron y comenzaron a platicar mientras que Yoongi mantenía aquel
gélido silencio que me ponía la piel de gallina. Froté mis brazos y acerqué mi silla a
la suya mientras apoyaba los codos en la mesa y entrelazaba mis dedos.
Observé a la profesora que estaba detrás nuestro distribuyendo las hojas y pidiendo
que ingresáramos al link y respondiéramos las preguntas.
Tragué saliva pesadamente y observé la hoja. Mis mejillas cosquilleaban al igual que
todo mi cuerpo. Y, para terminar de joder mi auto control Yoongi finalmente me
había volteado a ver.
Volví a agarrar la hoja prestándole ahora sí total atención. Ingresé al link y comencé
a seguir los pasos mientras que Yoongi seguía viéndome. ¿No se cansará?
— De acuerdo, hay que leer estos textos. — Señalé. — ¿Quieres que nos dividamos
la lectura o leemos todo?
— Todo. — Contestó él acercándose más para leer.
— De acuerdo.
Comencé evitando pensar en lo cerca que estaba Yoongi de mí. Francamente cada
vez me resultaba más difícil mantener un control estando con él, mi mente me jugaba
terribles pasadas y mi cuerpo me traicionaba cruelmente. De tan sólo verlo o
pensarlo sentía escalofríos que de no ser que estaba en público me harían suspirar...
— Y-Yoongi. — Hice todo lo posible para que mi voz saliera lo más firme posible.
— Déjame trabajar p-por favor.
Escuché su pequeña risa cínica antes de volverse a acercar a mí pero sin rozar contra
mi sensible piel. Cualquier cosa que hiciera ese chico ya era una maldita droga para
mí, el poder que había cogido sobre mi mente ahora sobre cuerpo me preocupaba.
Pero más me preocupaba que me gustara... y deseara más.
— ¿Sabes todas las cosas que tengo preparadas para ti cuando nos vayamos? —
Susurró sobre mi oído provocando que perdiera toda la concentración.
Fingí ignorarlo mientras seguía leyendo el texto. Pero no, sólo había fijado mi vista
en la palabra "los" mientras lo escuchaba. Mi respiración se había vuelto más pesada,
dejándome seducir por la imaginación.
— Me encantaría quitarte tu hermosa ropa con los dientes. — Susurró más ronco de
lo que ya era, producto del deseo que me descontrolaba. — Te haría mío, noches
enteras, enterrándome profundamente en ti sin dejarte ir.
Lo único realmente positivo e inclusive irónico era ver que el mismo Yoongi también
había sufrido un pequeño problema... y realmente me estaba comiendo con la
mirada. Sus ojos desbordantes de deseo cada vez penetraban más profundo en mi
cabeza, causándome terribles pesadillas...
Y lo peor era que sabía que no faltaría mucho para que mi realidad se convirtiera en
una.
|23
Escuché la voz lejana, dentro de mis sueños. Me removí suavemente al sentir una
mano en mi hombro y sobar suavemente para despertarme. Abrí los ojos poco a
poco, cegado por la luz, antes de reincorporarme lentamente tallándome los ojos.
Tuve que parpadear repetidas veces al ver a Min Yoongi sentado en el borde de mi
cama con una sonrisa que no me dio buena espina. Observé el entorno confundido
antes de clavarle la mirada mientras me cubría más con las blancas cobijas de mi
cama.
— ¿C-cómo entraste? — Pregunté un poco asustado. ¿Qué mierda hacía Min Yoongi
en mi cuarto?
Esperen... ¿Qué?
No pude siquiera pronunciar una palabra porque Yoongi ya me había jalado fuera
de la cama, tomándome del brazo y tirando de él para guiarme por los pasillos.
Conforme sentía su calor ir llenando mi cuerpo esto me resultaba cada vez más
extraño. Yoongi no actuaba así, él... él no era esa clase de persona dulce que iría a
despertarte para tu cumpleaños. Algo iba mal.
— No, el pastel te espera al igual que tu mamá, vamos. — Él me observó con una
linda sonrisa antes de entrar a la cocina.
Mordí mis labios con preocupación pero finalmente obedecí a su orden. Cerré mis
ojos esperando con paciencia lo que sea que fuera a pasar. Sentí que Yoongi me tomó
de los hombros para guiarme hasta que sentí la superficie de la mesa chocar
conmigo.
Los abrí viendo un pastel de chocolate frente a mí con unas velas en forma del
número "18". Esbocé una pequeña sonrisa al ver el fuego tambaleándose de
izquierda a derecha y unas hermosas letras hechas de chocolate blanco diciendo
"happy birthday, Jimin".
Asentí suavemente observando las velas. Tomé una honda respiración y cerré mis
ojos pensando en algo para pedir. Cuando finalmente lo tuve, abrí los ojos y soplé
las velas con una suave sonrisa. Yoongi también sonrió y frotó mi espalda.
— ¿Qué pediste, Jimin? — Preguntó ahora viéndome directo a los ojos mientras
tomaba un enorme cuchillo a mi costado. — Puedes decirme con confianza.
Observé el cuchillo ser tomado poco a poco por sus dedos. Le volví a clavar la
mirada mientras él sonreía cada vez más grande.
Tomé un plato que estaba en la esquina y coloqué ahí el pastel, me di la vuelta y cogí
un tenedor antes de volverme a voltear. Pegué un pequeño brinco al ver a Yoongi
frente a mí con una sonrisa y el plato a mano. Tragué saliva pesadamente mientras
él me quitaba el tenedor y tomaba un poco de pastel.
— ¡Dios, no! — Soltó otra pequeña risa antes de tenderme el tenedor. — Vamos, solo
come.
Abrí la boca y él metió el pedazo de pastel en ella. Cerré la boca con lentitud y
comencé a masticar, sintiendo el dulce sabor de chocolate inundar mis papilas
gustativas. Comencé a tragar suavemente, sintiéndome más tranquilo al no sentir
nada extraño en el pastel.
Asentí con una pequeña sonrisa y volvió a abrir la boca para que metiera el pedazo.
Seguí finalmente masticando tranquilamente hasta que sentí un extraño sabor en el
pastel. Me concentré en buscar el sabor pero no encontraba qué era, era ácido y a la
vez un poco dulce, contrastaba muy bien con el chocolate pero seguía siendo algo
extraño.
— Feliz cumpleaños Jimin. — Volvió a susurrar esta vez aún más cerca.
Escupí el bocado que tenía al plato, soltando un grito que me desgarró las cuerdas
vocales y provocó un ardor insoportable. Llevé mis manos a mi cuello escupiendo
repetidas veces en el suelo mientras me alejaba hasta chocar con la pared, mis
lágrimas escurrían por mis mejillas.
Por...una...mierda...
Observé con repugnancia y lágrimas en los ojos, el dedo que se encontraba enrollado
en partes de pastel, haciéndome ahogar un grito de dolor y asco. Llevé mi mano a
mi boca y limpiándome con fuerza, viendo mi mano llenarse de sangre.
— ¡¿QUÉ HAS HECHO?! — Grité mientras sentía los hilos de sangre deslizarse por
mi boca. — ¿¡QUÉ HICISTE?! ¡¿QUÉ HICISTE?!
Sentí su voz penetrar en mi cabeza provocando que volviera a gritar y a llorar al ver
partes humanas desbordando del pastel. Me tapé los oídos y enterré mi cabeza en
mis piernas mientras gritaba. Y gritaba. Y gritaba. Y gritaba...
Abrí mis ojos que derramaban lágrimas a mares, observando a mi madre que estaba
frente a mí tomándome de los hombros. Hipee mientras observaba mi cuarto y los
primeros rayos de sol que se colaban. Solté un sollozo y la abracé con fuerza.
Batallaba por controlar mi respiración mientras mi madre preguntaba sin cesar qué
me había pasado. Yo negaba con la cabeza mientras la abrazaba más fuerte hasta
que ella finalmente guardó silencio. Sobó mi cabeza mientras yo seguía temblando
y repitiéndome que aquello no era real, solo una terrible pesadilla.
Mi madre siguió sobando mi cabeza con suavidad, sin saber seguramente qué decir.
— Estás bien aquí conmigo, nada va a pasarte. ¿De acuerdo? — Susurró ella besando
mi cuero cabelludo. — Límpiate esas lágrimas de cocodrilo y ven a la cocina. Un
pastel de cumpleaños no es un pastel de cumpleaños sin un cumpleañero.
Solté una suave risa mientras sorbía mis mocos. Limpié la zona de mis ojos dejándole
ligeramente irritado, pero simplemente no importaba. A este punto parecía que
llorar simplemente ya no importaba...
— ¡Oh dios mío! ¡¿Es tu cumpleaños?! — Escuché un grito femenino detrás de mí.
— ¿Qué pasó con el Jimin carismático que adoraba hablar con todos? — Preguntó él
alzando una ceja. — ¿Desde cuándo eres tan reservado?
Agradecí con la mirada antes de salir corriendo mientras esquivaba a las personas.
¿Desde cuándo comencé a evitarlas? Bueno, es triste. Desde poco más de un año
cuando se enteraron de mi homosexualidad, no fue precisamente agradable. Sabía
que hoy todas esas sonrisas y felicitaciones eran falsas y no quería escucharlas.
Odiaba la hipocresía de la gente. Sabía lo que decían a mí a mis espaldas y
francamente me ponía de malas ver sus sonrisas o sentir que me abrazaban.
Llegué al último piso del colegio, avanzando en absoluto silencio por el pasillo hasta
llegar a unas escaleras que llevaban al ático y cosas abandonadas. Era un lugar
tranquilo, lleno de cajas, polvo y cosas para limpiar algunas veces. Pero había una
linda ventana que daba al exterior así que podía entretenerme viendo la ciudad un
poco, o al menos no sentirme tan solitario. Suspiré aliviado a punto mientras me
acercaba a las escaleras.
— Escuché que era tu cumpleaños. ¿No deberías estar festejando en lugar de huir?
Mordí mi lengua después de haber dicho eso. Yoongi se quitó el palillo de sus labios
y esbozó una sonrisa antes de tirarlo al suelo. Me hizo una seña de que me acercara
sin quitarme aquella mirada traviesa. Toda la sangre de mi cuerpo comenzó a fluir
con mayor rapidez provocándome un terrible escalofrío de excitación y miedo.
— Puedo sentirlo. — Subió casi hasta mis hombros, mordí mi mejilla por dentro. —
Pero eso no es lo que me importa ahora.
Hizo una pequeña mueca y comenzó a avanzar lentamente, alejándose poco a poco
de mí.
"Corre"
— Sí.
Comencé a subir las escaleras cuando lo vi desaparecer, pero él aceleró el paso. Bufé
en voz baja mientras subía de dos en dos las escaleras con rapidez hasta que
finalmente llegué hasta arriba, pero no había rastro de Yoongi.
Avancé un poco, observando todas las enormes cajas a ver si veía algún movimiento.
Los rayos de sol inundaban absolutamente todo deslumbrándome un poco, pero no
fue desagradable. Volví a observar de izquierda a derecha.
Nada, silencio.
— Jimin... — Susurró sobre mis labios provocando que todo mi aire se saliera de mi
cuerpo. — Fuiste un niño muy malo, ¿sabías?
— ¿Qué? — Pregunté abriendo finalmente mis ojos y chocando con los suyos vacíos.
Tragué saliva pesadamente sin saber exactamente qué contestar. Él tomó mi barbilla
con sus dedos para que levantara aún más la mirada y nuestros ojos conectaran aún
más.
— ¿Tú? — Pregunté un poco confundido. — ¿Me darías un regalo a mí? ¿En serio?
— Detente. — Me moví de lugar comenzando a avanzar entre las cajas con los brazos
cruzados, sin embargo sentía sus pasos detrás de mí.
Bufé en voz baja rodeando una caja pero me detuve al ver que ya me esperaba del
otro lado sin expresión alguna. Avancé a la derecha cuando él se hizo a la izquierda,
deteniéndonos nuevamente al estar frente a frente con la caja separándonos.
— Solo deja que te atrape y vas a ver. — Su voz sonó amenazante, pero aquello
resultó excitante igualmente.
— Inténtalo.
Sus ojos se oscurecieron aún más, sentí los vellos de mis brazos erizarse al instante.
Avanzó más lento hacia mí cuando escuchamos unas voces a lo lejos volverse cada
vez más altas y unos pasos acercarse.
Las escaleras...
Mi respiración se fue calmando poco a poco, pero no tardé en sentir el tibio aliento
de Yoongi sobre mi cuello, soplando con delicadeza. Ignoré el acto, concentrado en
el profesor de biología y la directora pero no estaba resultando.
La lengua del peli negro rozó mi nuca, lamiendo hasta llegar a mi oreja y succionar
un poco. Un jadeo involuntario se escapó de mis labios pero Yoongi inmediatamente
me tapó la boca con sus manos jalándome bruscamente contra él.
— ¿Qué fue eso? — Escuché la voz directora en algún lugar del ático.
— Quizás una rata, por aquí hay muchas. — Contestó el profesor de biología.
— Parece que ya tengo un nuevo apodo para ti, ratita. — Susurró sobre mi oído.
Traté de contestarle pero debido a sus manos tapando mi boca no pude hacerlo. Me
removí molesto en sus brazos dándole a entender que su comentario no me había
gustado para nada.
— Oye muñeco... — Retomó él con voz aún más ronca que la anterior. — Te atrapé.
No, por favor no te atrevas a hacer algo indebido, está la maldita directora profesora
afuera con el profesor de biología y si nos encuentran estamos fritos. No, no Yoongi
por favor que no se te ocurra hacer nada de lo que...
— Mmh. — Jadee sobre su mano y tomando un potente rubor en mis mejillas.
Yoongi había deslizado una mano dentro de mi camisa, rozando la yema de su dedo
índice con mi pezón izquierdo que se encontraba duro.
Tragué saliva pesadamente y por instinto cerré mis ojos, apretando con fuerza mis
dientes para no dejar escapar nada. ¡Me lleva todo! La lengua de Yoongi volvió a
posicionarse cerca de mi oído, ahora bajando hasta mi cuello donde comenzó a
dispersar diversos besos que me provocaron escalofríos.
Comencé a negar con la cabeza repetidas veces pero el agarre sobre mi cuello se
intensificó, el miedo comenzó a recorrerme desde la planta de mis pies hasta la
punta de mi cabeza. Pero no me hizo caso, como era de esperarse.
— ¿Quieres eso? — Se burló con voz socarrona sobre mi oído, provocando una
punzada en lo más profundo de mi ser. — Tus deseos son órdenes, muñeco.
Tan rápido como esto había comenzado, finalizó, provocando mil emociones en mi
cuerpo que no terminaba de comprender. Enojo, sí me sentía enojado de lo que había
hecho, sabiendo que podían encontrarnos y expulsarnos. Miedo, miedo de esa
sonrisa que me observaba con lujuria, atento a mis movimientos y como si supiera
exactamente qué iba a hacer. Excitación, porque por más que me negara a su tacto,
sus manos siempre terminaban ganando contra mi orgullo, debilitándome con cada
roce perfectamente calculado. Ansiedad, porque necesitaba tener otra vez esas
manos sobre mi cuerpo, las necesitaba despojándome de mi ropa y tocando
suciamente cada rincón prohibido de mi cuerpo...
Mi espalda se dobló pero impulsándome hacia adelante para apoyar mis manos en
la puerta del armario. Grave error. La puerta se abrió casi al instante provocando
que cayera duramente al suelo con un jadeo de dolor, rojo de vergüenza y ahora sí
realmente de molestia.
— Ah, muñeco, eres todo un caso. — Yoongi salió de nuestro escondite mientras
negaba con la cabeza. — Espero que en nuestro viaje seas igual de escandaloso, será
todo un placer para mí.
— ¡Y-ya basta! — Exclamé sintiendo mis mejillas cosquillear, odiaba que me pusiera
así de nervioso con tan solo unas palabras. ¡Qué ganas de darle una golpiza o de ser
tragado por la tierra!
— Eres tan dulce, muñeco. — Yoongi se acercó a mí. — Las palabras sucias te
atormentan al igual que mi presencia, ¿cierto? No puedes resistirte a ambas...
Me zafé de su agarré y levanté mi mano para finalmente darle lo que tenía bien
merecido, pero apenas mi mano estuvo a unos milímetros de su rostro, atrapó mi
mano en al aire, tomándome con excesiva fuerza. Comencé a forcejear pero eso solo
provocó que apretara más fuerte y me soltara un jadeo de dolor.
— Niño malo. — Se burló nuevamente con aquella maldita sonrisa. — Si tuviera mis
juguetitos aquí contigo te educaría en una semana. Quizás dos, considerando que
eres algo terco... pero muy torpe e inocente.
— Yo no soy inocente. — Me defiendo tratando de zafarme, pero su agarre
permanecía.
— Claro que lo eres. — Se burló Yoongi finalmente soltándome. — A mis ojos sigues
siendo una pequeña y débil criatura esperando ser corrompida. Y no, muñeco, los
aspectos sexuales están lejos de ser mi término de inocencia.
Lo observé perplejo.
— ¿Y con eso te refieres a tenerte? — Yoongi comenzó a reír. — Oh, mi niño. Eres
tan ingenuo...
— El nunca intentar ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con la mentira.
— ¿Qué?
Comienzo a jugar con mis dedos sin saber cómo explicarlo. Jungkook me observaba
perplejo, casi sin poder creerlo. No lo culpo, quizás yo tampoco me lo hubiera creído
siendo él.
Finalmente levantando la mirada para cruzarla con la de él. Suelto un suspiro y froto
mi nuca al ver que no me contesta.
— Hubieras dicho que no. - Jungkook alza una ceja. — ¿Qué demonios contigo?
Ya me hundí, Jungkook.
— Lo sé, solo quiero... darle una oportunidad. — Finalmente lo observo. — Una no
hace daño. Creo que tú se la diste a Taehyung, fuiste a su fiesta.
— Lo sé, me refiero a que aun si lo perdono, nunca voy a olvidar todo lo que me
hizo. — Jungkook suelta una risa. — Es muy guapo y encantador, pero mi rencor
puede más que cualquiera de sus encantos.
— ¡Dios, no! — Exclamo horrorizado. No sé qué me perturbó más; las flores o el ser
su novio.
— ¿Lo ves? — Jungkook alza sus hombros. — No es tan fácil como parece. Podrás
darle una oportunidad, está bien, solo te pido que no olvides quién fue. Los
demonios del pasado muchas veces alcanzan al yo del presente.
— Podría decirte lo mismo, pero sé que tu solo puedes con Taehyung. — Río
suavemente al recordar la pelea cuando se reencontraron. — Aunque sabes que
cuentas conmigo si hace algo que no te gusta, besarte, tocarte o lo que sea.
— Gracias. — Jungkook me sonríe con cierta diversión en sus ojos. — Aunque eres
demasiado adorable, eso complica las cosas.
— ¡Oye! ¡Que yo también muerdo! -— Hago un puchero. Odio que me traten como
una persona débil y delicada debido a mi tierna apariencia. ¡¿Quién se creen para
juzgar?!
Observo a Irene viéndome con una dulce sonrisa y un paraguas abierto en su mano
cubriendo su hermoso cabello castaño claro de las gotas de lluvia que amenazaban
con aparecer en cualquier segundo.
— Bueno, las vacaciones llegaron así que podrás descansar mucho. — Se acerca a mí
y frota mi espalda suavemente con una linda sonrisa en sus labios. — ¿Saldrás a
algún lado? Quizás podríamos...
Irene y yo alzamos la vista, ella dándome la espalda para ver a la persona detrás de
ella.
Yoongi parece querer perforarle el alma debido a la forma tan intensa en la cual la
ve. Un cigarro reposa en sus labios, sacándolo para expulsar el humo mientras reta
a Irene con la mirada. ¿Yoongi fumaba?
Ella pasa ligeramente encorvada junto a Yoongi antes de cruzar volando la calle
desapareciendo rápidamente de nuestra vista. Pego un brinco al sentir unas manos
en mi espalda, donde estaban las manos de Irene anteriormente. Volteo mi cabeza,
viendo a Yoongi rozándola con una mala mirada.
— ¿Ahora controlas con quién me junto? — Pregunto alzando una ceja con
desagrado. Y hablando de cosas desagradables, detestaba el olor a cigarro.
Yoongi suelta una risa bastante cruel mientras le daba otra calada al cigarro, me
observa y expulsa el humo en mi cara con una sonrisa haciéndome toser y agitar mis
manos para dispersarlo.
— Haces bien. — Habla finalmente, ahora llevando sus manos a mi camisa, tirándola
suavemente hacia abajo para dejar al descubierto mi cuello y parte de mi hombro.
— Aunque en esta ocasión lo haré como alguien... "normal".
Lo observo confundido, a lo que él ríe haciéndome enojar.
— No pongas esa cara, ven. — Tira el cigarro al suelo y lo pisa, acto seguido me toma
del brazo para levantarme.
— ¿Te han dicho que haces demasiadas preguntas? — Pregunta mientras se coloca
la capucha de su sudadera negra, y, aunque odiara admitirlo, lucía bastante bien.
Lo sigo unos centímetros más atrás. Me enfocado en sus manos y espalda más que
en el camino en sí. En estos momentos no puedo evitar preguntarme qué sentirá él
o pensará, inclusive cruza por mi cabeza la idea de si alguna vez ha soñado conmigo.
Mis ojos se abren perplejos e inmediatamente trato de borrar aquellas imágenes y
pensamientos de mi cabeza, pero es inútil, mi maldita imaginación ya ha comenzado
a trabajar.
Conociéndolo quizás tenga sueños muy retorcidos y sádicos, algo muy a su estilo,
aunque siento que podría ser peor. Aunque si me incluyo... vamos, no puedo ser
tampoco tan idiota. Seguramente ha tenido uno que otro sueño erótico, ¿no?
¡Maldición Jimin, solo deja de pensar en eso!
— Estás hecho una cereza, ¿en qué piensas? — Pregunta ladeando un poco su
cabeza.
Y me gustará.
Vuelvo la vista hacia él percatándome que estamos casi llegando a mi casa. La calle
está vacía al igual que el parque junto a nosotros y apenas hay rastros de vida. Froto
mis brazos mientras levanto la vista al cielo.
— Cosas. — Contesto con una pequeña sonrisa. — Nada de qué preocuparse, solo
cosas. Muchas... cosas.
— Tus ojos denotan emoción, ¿en qué piensas? — Pregunta Yoongi acercándose un
poco más rápido. Me siento tropezar debido a que no veo hacia donde voy, mis ojos
están clavados en los suyos. — Jimin...
Sigo retrocediendo, sintiendo una pequeña sonrisa dibujarse en mis labios hasta
ensancharse en una perfecta, provocativa. Sin embargo aquello se esfuma al sentir
algo duro en mi espalda. Pego un suave brinco y mi sangre se vuelve hielo al
percatarme que he chocado con un árbol. Yoongi parece divertido de la situación ya
que sus pasos se vuelven lentos, acorralándome con la mirada.
— Parecías todo un niño travieso hace unos segundos, ¿por qué? — Pregunta Yoongi
observándome fijamente. — ¿Te da miedo decirme en qué pensabas?
Mis mejillas se tiñen de rojo e inmediatamente bajo la mirada para que Yoongi no se
percate de ello pero es demasiado tarde. Con su mano toma mi barbilla para que
vuelva a verlo. Me analiza, manteniéndose en silencio largos segundos hasta que sus
ojos parecen brillar. Siento algo malo venir cuando sus labios se curvan de forma
suave hacia arriba, una sonrisa apenas perceptible.
El aliento se me va por completo dejándome sin aire. Pum, pum, pum... los latidos
mi corazón forman un eco infernal en mi cabeza y mi cuerpo parece ir en contra total
de mi voluntad. Mis manos se cierran formando unos puños para evitar jadear o
gritar, muerdo mis labios con fuerza y un remolino de emociones me atraviesan de
pies a cabeza. ¿Cómo...? ¿Cómo supo...?
— ¿Cómo...? - Preguntó en un hilo de voz, rogando para que saliera firme. — ¿Cómo
supiste...?
Coloco mis manos en su pecho al no sentir aguantar más. Trato de empujarlo pero
mi fuerza se ha esfumado, solo queda mi cuerpo tembloroso completamente
acorralado por el suyo. Mi cabeza duele, mi mente se nubla al igual que mis ojos y
la claridad parece haberse esfumado. No respiro, mi corazón va demasiado rápido,
tiemblo. Cierro mis ojos deseando que la tierra me trague, esto me asfixia, me
carcome vivo. Siento todas sus palabras profanar en mi cabeza, mandando una capa
oscura que me va llenando, alterando, seduciendo. Quiero sentirlo, quiero saberlo,
quiero hacerlo. Mi cuerpo suplica, mi mente lo ruega. ¡No puedo, no puedo hacer
esto! ¡Mierda Yoongi! ¿¡Qué me estás haciendo?!
Jadeo sin aguantar más, sintiendo mis piernas fallarme y temblar. Yoongi me toma
del cuello, observándome como un loco total.
— No lo vas a olvidar. Los murmullos nocturnos te seguirán hacia donde estés,
recuérdalo. - Sonríe. - En tu subconsciente quedaré grabado, así que no lo necesitarás
preguntar pues ya lo habrás visto con tus propios ojos y sentido con tu propio
cuerpo.
— El viaje será solo el inicio, muñeco. Si crees en algo, comienza a pedir por tu alma,
por tu mente y por tu cuerpo, que una vez que yo los profane...
Me vuelve a tomar con fuerza, pero yo he perdido control total con mi cuerpo ya.
Jungkook POV
- No, nada. - Digo mientras me alejo un poco. - Me voy a casa ya, disfruta tus
vacaciones, nos vemos.
- Necesito que nos veamos... y... - Su voz se pierde. - Ha-hablar... d-de la fiesta... - Un
escalofrío me recorre de pies a cabeza al escucharlo.
Observo nuevamente la calle y puedo darme una idea de lo que puede estar
hablando.
- No pasa nada. - Repito. - No debes sentirte mal o extraño. Era una fiesta, esas cosas
pasan.
- Oh... - Él abre mucho sus ojos y parece dudar un poco. - S-sí... el beso...
- No pasa nada. - Repito. - Podemos pretender que nunca pasó y... tú sigue tu camino
y yo el mío.
- N-no, espera... - Se acerca otro poco. - Yoongi... ¿qué t-te dijo él?
- Sí... es decir... no. - Agitó su cabeza. - Lo siento, solo quería hasta donde estabas
informado.
- ¿No ibas de viaje con Yoongi y su madre? - Pregunto al recordar lo que dijo Jimin.
Él ríe un poco y niega con su cabeza. Me hace una seña para que comencemos a
avanzar juntos, lo sigo a una distancia prudente y lo observo esperando su
respuesta.
- Sí, pero creí que también irías tú. - Me freno. - Espera... ¿Yoongi, Jimin y tu madre?
¿Nadie más?
- No. - Taehyung niega con su cabeza. - El padre de Yoongi trabaja, mi madre nunca
va.
Me siento morir ahí mismo pero Taehyung alza una ceja y cierra sus ojos un
momento.
- Espera... lo recuerdo. - Abre sus ojos y me observa. - Mierda, ahora entiendo todo.
- ¿Qué?
- Hace unos días mi madre habló con la madre de Jimin, para hablarle de un viaje.
Creí que se referían a uno laboral así que no le presté tanta atención. - Siguió él. -
Dijeron algo de unos juegos y que Jimin si quería ir. Supuse que las acompañaría,
pero ahora que me dices esto...
- Hablaban del viaje en vacaciones. - Confirmo. - Pero espera, ¿Jimin estaba hablando
al teléfono?
- Estaba con su madre. Ella le dijo que le preguntaría si quería ir, él contestó que sí.
- Prosiguió Taehyung.
- Jimin me había dicho que sus madres se habían puesto de acuerdo. - Contesto. -
Pero ahora llegas y me dices que le preguntaron y él aceptó.
Un silencio se interpone entre nosotros. Taehyung me observa casi sin poder creerlo
y yo me siento perder y caer en un hoyo sin fondo. Siento el vacío y un pequeño
dolor en mi pecho.
- Yo... - Recuerdo que también le mentí respecto a la fiesta. - Sí. Quizás solo estaba
asustado por lo que podría decirle, a menos que - me freno y niego horrorizado con
la cabeza. - no, Jimin no estaría saliendo con Yoongi, ¿cierto?
- Lo dudo mucho. - Taehyung parece que incluso se burla de lo que dije. - Yoongi es
un chico duro. Seduce, folla y olvida. Esa es su dieta en el amor.
Lo observo perplejo.
Comienza a retirarse al igual que yo. Aprieto con más fuerza mi mochila y sigo
avanzando, recordando las palabras de Jimin y pensando si era prudente encararlo.
No, no ahora. Esperaría a que las vacaciones acabaran para preguntarle qué había
pasado. Necesitaba saber qué estaba pasando entre Yoongi y él.
Jimin POV
Abro los ojos, estoy en un lugar completamente oscuro, no puedo ver absolutamente
nada. Levanto mis manos para comenzar a palpar el entorno, buscando algún
interruptor u objeto que me permita saber dónde demonios estoy.
Alzo una ceja al encontrarme en los pasillos de la escuela que se encuentran oscuros
y vacíos. Doy una vuelta sobre mi propio eje pensando en cómo demonios llegué
ahí. Comienzo a avanzar por los pasillos buscando con la mirada algo o alguien,
pero me rindo fácilmente y avanzo hacia la salida, pero un grito ahogado me hace
frenar.
Volteo a través de mi hombro y veo una luz rápidamente ser apagada en un aula.
Mis pasos son firmes y seguros pese a que estoy aterrado por dentro. Lentamente
me voy acercando hasta llegar, me asomo para ver el entorno pero no hay nada fuera
de lugar. Todo está vacío, los pupitres impecables y la pizarra sin nada escrito.
Avanzo un poco más hasta escuchar la puerta ser cerrada detrás de mí, provocando
que pegue un enorme brinco. Volteo detrás de mí pero no hay nadie.
La puerta se abre por arte de magia, empujo con fuerza justo cuando veo a alguien
correr por el pasillo.
— ¡Hey! — Grito pero no se detiene, comienzo a correr detrás de él. — ¡Vuelve acá!
Corro por los pasillos, manteniendo a la vista la silueta de la persona que parece
volverse cada vez más pequeña. Me freno para recobrar el aliento viendo mis pies,
pero aquello solo causa una confusión aun mayor al ver piedras, ramas, pasto y
hojas.
Me reincorporo dando nuevamente una vuelta y abriendo de par en par mis ojos al
ver que me encuentro en... ¿un bosque? ¿Qué está pasando?
Cierro mis ojos con fuerza pero al abrirlos sigo en el mismo lugar. Observo mis
manos que se encuentran llenas de tierra, mi ropa también está muy sucia, como si
me hubiera revolcado en algún parque o rodado por el pasto.
Observo el entorno y agarro una piedra, la palpo un poco hasta encontrar un pico y
en fuerte movimiento paso la palma de mi mano, aullando de dolor al sentir mi piel
abrirse y la sangre comenzar a brotar de ella.
Me doy la vuelta, viendo a una persona detrás de mí con un cuchillo a la mano. Mis
ojos se abren con terror al ver sangre escurriendo de él, la luz de la luna me permite
ver el trazo carmín por el mango, filo y manos de la silueta.
¿Yoongi?
— ¿Qué? — Pregunta la silueta confundida. — ¡Tú hiciste esto! ¿De qué hablas?
Comienzo a correr sin rumbo fijo, suplicando despertar. Tengo que despertar, esto
no puede ser un sueño.
Sigo corriendo pero un fuerte dolor de cabeza se hace presente, me detengo
bruscamente y suelto un chillido de dolor. Siento una batalla interna, voces lejanas,
todo esto se vuelve una terrible pesadilla.
Abro los ojos con el corazón latiéndome como loco en el pecho. Trato de regularizar
mi respiración viendo la hora; son casi las diez de la mañana.
— Sí. — Contesto dirigiéndome al refrigerador para buscar algo de leche para beber.
— ¿Tú?
— Oh, sí, estoy en eso. — Miento mientras destapo la leche y me llevo a la boca.
Le doy un último trago al envase antes de retirarlo de mis labios. Ruedo los ojos y
me volteo para guardarlo, de todos modos ya me he saciado.
— Cuando tengas novia más te vale no hacer eso. — Mi madre me observa alzando
ambas cejas. — ¿Dónde han quedado tus modales?
— ¿Novia? — Repito.
— Gracias.
¿Gustas acompañarme?
Asiento y sigo en mi teléfono, entrando a los chats y leyendo los mensajes que me
mandaron. Acto seguido lo dejo en la cocina y me retiro al baño para darme una
buena ducha. Las horas pasan con extrema rapidez y cuando menos me lo espero ya
estoy en el coche con ella.
Ella suspira y sigue manejando. Unos minutos después llegamos a una calle privada
y nos metemos al estacionamiento de unos grandes edificios gemelos. Abro la boca
sorprendido y pensando en que la familia de Aline y los vecinos tienen mucho
dinero.
Una vez que nos estacionamos nos dirigimos a un elevador de cristal y mi madre
pulsa el veinteavo piso, trago duro al ver la cantidad de pisos que hay.
— ¿Recuerdas a Aline? — Pregunta ella. — La invitaba a comer algunas veces a la
casa con su madre. Te lleva un par de años, ya está acabando la Universidad.
— Sí. — Miento.
— De acuerdo.
Observo la ciudad viendo como el paisaje se vuelve más chico ante mis ojos. Pienso
en tomar una foto, pero apenas deslizo mis manos dentro de mis jeans, ya hemos
llegado. Mi madre me jala del brazo y juntos recorremos un pasillo, deteniéndonos
frente a una puerta con un sol en la entrada. Mi madre toca el timbre y espera.
Escuchamos voces del otro lado y la puerta se abre, dejando ver a una mujer de la
edad de mi madre sonriendo.
— ¡Chaerin! ¡Viniste! ¡Y con Jimin! — Exclama ella. — ¡Dios mío, estás enorme!
¿Cuántos años tienes ya?
— Oh, pero si estás hermoso. Pasen por favor, les presentaré a los vecinos.
— Les presento a Chaerin y a su hijo Jimin, nos acompañarán esta tarde. — Habla
de la madre de Aline captando la atención de los invitados.
— Igualmente.
— Sí. — Asiento. — Es una buena escuela, aunque por alguna extraña razón nos dan
muchas vacaciones.
— No lo creo, hay unos chicos que tuvieron que volver este año para obtener una
beca.
— Los acabo de cumplir hace casi una semana. — Asiento. — Y lo sé, mi cara no
ayuda exactamente a verme mayor. Tú luces de diecinueve.
— ¿Tú crees?
Claro que tarde que tempano me iba a tocar subirme a uno, y este día fue ese día
que tanto odié que llegara.
— Claro, aquí estaré sentada. Los espero. —Ella sonríe y toma mi maleta.
Yoongi comienza a avanzar y por instinto lo sigo, corriendo un poco para colocarme
a su altura. Lo observo de reojo pero él mantiene la vista al frente sin siquiera voltear
a verme. Entramos a los baños que se encuentran ocupados por dos hombres más
que nos observan de pies a cabeza antes de seguir en sus necesidades.
—Estás algo callado... —Hablo finalmente evitando a toda costa ver a Yoongi, pero
sé que me escucha. — ¿Todo bien?
No sé si tomarme eso como algo ofensivo, así que me limito a finalizar a lo que vine
supuestamente a hacer. Acto seguido ambos nos dirigimos al lavamanos,
encontrándonos finalmente solos.
Siento sus besos en mi cuello, sobre mis labios atacándolos con furia mientras me
toca la espalda. El recuerdo se mantiene vivo, la pasión desenfrenada con la cual me
tomó me aterraba a esa edad, me había hecho mal, confundiéndome bastante. Para
ya estando a esta edad, ese beso con ese mismo nivel de intensidad lo vería de otra
forma. No aterrador y asqueroso como hace unos años.
No me percato que me he quedado callado, con la llave abierta viéndome en silencio
en el espejo, hasta que Yoongi me da un codazo. Despierto de mi letargo y cierro la
llave avergonzado, tomando el papel con las manos temblorosas y las mejillas rojas.
— Sí, lo siento... solo recordé unas cosas. —Tiro el papel a la basura y observo
nuevamente el lavamanos y el espejo.
Pienso que va a besarme o a decirme algo, pero solo mantiene su vista fija en mí.
Después de unos segundos son decir absolutamente nada ni moverse, lentamente
retira las manos de mi cintura y retrocede unos pasos, dejándome un poco
confundido.
— Aquí no. — Susurra provocando que alce una ceja. —Vamos, mi madre nos
espera.
— Sí. —Contesto sinceramente. — Creo que ahí dice que viene con promoción de
cafés.
Yoongi dirige la mirada al local y vuelve a verme nuevamente. Alza los hombros sin
importancia y avanza hacia él, yo lo sigo dando brincos en mi cabeza y cantando de
alegría. Nos acercamos a la caja que se encuentra vacía, siendo atendida por un chico
que luce mucho más grande que nosotros.
— Hola, bienvenidos a Krispy Cream, ¿qué van a querer? —Pregunta con voz alegre.
Yoongi me apunta con su barbilla preguntándome qué querré. Mis ojos vagan
rápidamente por las vitrinas de las donas y el café.
— Voy a querer una dona de chocolate y un capuchino ligero, por favor.
— De acuerdo. —El chico taclea unas cosas en la máquina frente a él. — ¿Usted qué
va a querer?
El chico asiento y le informa a la chica de los dos cafés, ella asiente y comienza a
prepararlos rápidamente.
— En unos Minutos estarán sus cafés, si gustan pueden esperar en la sala. —Informa
el chico.
— Así que. —Yoongi me observa. — ¿Me vas a decir qué juegos trajiste?
Lo observo, él me sonríe suavemente, aunque sé que esa sonrisa guarda cosas muy
enfermas en su interior. Me remuevo un poco en mi asiento pensando en qué
contestar.
— A este punto Jimin, me da gracia que sigas pensando así. —Contesta divertido.
—Está más claro que convencí a mi madre de que tú y yo durmiéramos solos en una
recámara y ella en otra.
Mis mejillas se tornan rojas inmediatamente sin saber exactamente qué contestar. Le
agradezco al cielo cuando el chico nos llama para entregarnos nuestros cafés,
cortando finalmente aquella conversación.
— Tranquilízate. —Me dice con voz algo agresiva. —Me pones los pelos de punta
viéndote así.
— Lo sé, lo siento. —Me excuso rápidamente. —No soy fanático de los aviones.
Yoongi me observa formando una "o" con sus labios y vuelve la vista al frente. Me
concentro en mis pies, aferrándome agresivamente al sillón cuando el avión se
mueve y va más rápido, impulsándonos hacia atrás.
Cierro mis ojos con fuerza al sentir que despegamos y mis oídos comienzan a
taparse. Trato de regularizar mi respiración, abriendo poco a poco los ojos y
atreviéndome a ver por la ventana las casas volverse diminutas, pequeñas, tan
pequeñas como si fueran de juguete.
Recogemos nuestras maletas, mi felicidad no puedo ocultarla. Mis ojos vagan por
cada rincón del paisaje una vez en el auto. Me aferro a la ventana y suelto un chillido
de emoción al ver el enorme manto azul que se pierde en el horizonte, lejos, muy
lejos. ¡Es enorme! ¡Hasta tiene destellos dorados debido al sol!
— ¿Nunca antes habías ido al mar? —Me pregunta Yoongi quien está a mi costado
mientras su madre está al frente con el chofer.
— Es fácil para ti decirlo, seguramente has venido muchas veces. —Me cruzo de
brazos.
Y finalmente llegamos.
El check-in se vuelve algo infernal para mí. Lo único que quiero es ponerme un traje
de baño y correr a las piscinas o el mar. Logro verlo a un par de metros de mí, la
blanca arena, las grandes palmeras, el cálido viento rozando mi piel.
— De acuerdo. —Contestamos.
— Nos reuniremos todos los días a las ocho de la noche en el hall para ir a cenar
juntos. —Explica. — Los quiero bañados y arreglados siempre.
Ingresamos a la habitación y mis ojos se abren más de lo ya están. Hay dos camas
matrimoniales en cada esquina, divididas por una mesa de noche con una lámpara
y canasta de frutas. Los colores son blancos y azul cielo, una pantalla está enfrente,
botellas de agua en la mesa de vidrio colocada abajo y muchos folletos de turismo.
Veo nuestras maletas colocadas cuidadosamente cerca de la entrada, rozando con
una puerta que supongo, es el baño.
Avanzo a nuestra terraza y abro las puertas, sintiendo nuevamente el golpe caluroso
azotarme. Mis ojos brillan al ver el mar frente a nosotros, perdiéndose en su hermoso
infinito. Sonrío, definitivamente valió la pena subirse a un avión y venir acá.
Me volteo viéndolo con su típica mala cara. Me acerco a él cerrando la puerta detrás
de mí y avanzando a mis maletas.
— ¿Qué? No, no, no... Solo estoy buscando mí... mi traje de baño. —Rápidamente
me dirijo al armario y cojo unos shorts naranjas con blanco. Lo tomo y me dirijo al
baño pero Yoongi en un segundo se coloca frente a mí y cierra el baño Alzo una ceja
y lo observo confundido. — ¿Qué haces?
— ¿Desnudo? —Repito como si hubiera escuchado mal, pero el mensaje queda más
que claro.
Siento el borde de la cama en mis talones, una alarma comienza a sonar en mi cabeza
pero es demasiado tarde, Yoongi ya me ha empujado a la cama.
— Aunque conociendo la sucia mente que te cargas, ya lo debiste haber imaginado.
—Susurra con lascivia colocándose sobre mí. — ¿Me equivoco?
— Quizás solo una vez llegué a imaginarlo... —Confieso sintiendo al aire volverse
más pesado debido a la corta distancia entre nosotros.
— Disfruta el día, grita, ríe, sé feliz. —Me habla mientras se dirige a la puerta. —
Iremos a cenar con mi madre y al regresar...
— Los juegos están en la maleta negra. —Me insinúa antes de salir de la habitación.
Me mantengo en mi lugar sin saber qué hacer, pero Yoongi me conoce, ya sabe que
revisaré la maleta. No se equivoca.
Mis pies se mueven automáticamente a la maleta negra oculta entre todas las cosas.
La tomo y con facilidad logro jalarla fuera, colocándola en mi cama con la respiración
corta. Dirijo mis manos al cierre y la abro, encontrándome con productos de higiene
personal. Alzo una ceja y comienzo a sacar las cosas hasta que veo el fondo.
Observo nuevamente las cosas, tomándolas entre mis manos y alzando una ceja al
percatarme que Yoongi ya tiene sus cosas de higiene personal en el baño. Vuelvo la
vista a los nuevos productos y agarro el shampoo, abriéndolo y aspirando el olor.
Al no captar nada, vierto un poco de la sustancia en mis manos, abriendo los ojos al
ver algo transparente caer en la palma de mi mano. Es baboso, con un pequeño olor
a menta. Mi mandíbula cae a mis pies y un escalofrío azota mi entrepierna, creo
saber qué es. Lo tapo y con manos ansiosas reviso ahora el acondicionador, pero
ningún líquido sale. Lo destapo y agito, dejando que unas envolturas de colores
salgan caigan sobre la colcha.
Veo las demás cosas, percatándome que los antifaces no son algo que debería ir en
la bolsa de higiene personal. La cinta adhesiva tampoco...
Si hay un hombre allá arriba que todo lo ve, lamento informarle que no me tendrá
en su famoso paraíso.
― No, lo recuerdo claro; "quiero que le lleve esa piña colada al hermoso rubio de
traje naranja y gafas de sol que se encuentra junto a las palmeras". ― Contesta
haciendo una imitación de un chico con voz un poco más grave que la de él.
Él sonríe y se aleja. Observo la bebida que tiene un lindo paraguas azul colocado en
una parte del vaso y una cereza. Le doy un sorbo al popote y una sonrisa se dibuja
en mi rostro; esta rico.
Vuelvo a ver el entorno buscando a alguien, pero no parece haber indicaciones del
extraño admirador que me manda piñas coladas. Alzo mis hombros y me recuesto
nuevamente dándole pequeños tragos a mi bebida y leyendo aquel libro que decidí
traerme. Leo y leo varios capítulos hasta que finalmente me canso y me entran ganas
de ir finalmente al mar, parece que ya me siento listo.
Deposito el libro junto a mis cosas y me quito la camisa blanca que traía, atrayendo
la mirada de algunas chicas y chicos que están por ahí. A torso desnudo y sandalias
cafés comienzo a avanzar, peinando repetidas veces mi cabello hacia atrás hasta
llegar a la arena.
Retiro mis sandalias cuando siento la brisa más cálida sobre mi rostro y las gaviotas
graznar sobre mi cabeza. Avanzo con lentitud al mar, mis ojos fijos en aquellas olas
que se forman y la espuma que las acompañan.
El agua toca la punta de mis pies y después retrocede, creando un sonido peculiar
que me relaja. Sigo avanzando hasta sentir el agua en mis tobillos y allí finalmente
me siento perder, estoy a punto de correr más profundo pero unas manos sobre mi
cadera me detienen.
― No, Oregón. ― Me siento para meter mis pies en el agua que está caliente. ― ¿Tú?
― Me di cuenta.
No puedo evitar ruborizarme un poco y bajar la mirada al agua. Río nervioso antes
de volver a verlo.
Un momento...
― Tus ojos revelan otra cosa. ― Dice Peter con sonrisa algo traviesa viéndome
fijamente.
― Es como si ocultaras algo o invitaras al peligro. ― Prosigue cada vez más atento.
― Veo a tus ojos y huele a peligro, a que quizás me arrepienta pero quiero saber. Es
un brillo provocativo, pero algo me dice que está mal.
Nunca antes me habían dicho algo como eso y no sé cómo sentirme al respecto. Bajo
la mirada para desconectarla con Peter y observo detrás de él, abriendo mucho mis
ojos y sintiendo mi respiración cortarse al ver a Yoongi apoyado una pared
viéndome fijamente.
― ¿Qué? ― Abro mucho mis ojos sin poder creer lo rápido que pasó el tiempo. ―
Oh, rayos. Debo irme, lo siento, ¿podemos vernos luego?
Peter parece algo desconcertado por mi cambio de actitud, pero la mirada de Yoongi
me comienza a enchinar la piel, y no de forma positiva.
― De acuerdo.
Mierda, de acuerdo... Yoongi me ha visto con Peter, no lucía feliz. ¿Desde hace
cuánto nos observaba? Oh por favor, que no haya sido desde la playa porque si no
hay estoy muerto. No, lo hubiera visto. ¿La piscina? No, mucha gente. Seguramente
cuando entramos al restaurante él nos vio, era un lugar tranquilo Sí... veamos... ¿hay
algo que pudo haberlo hecho enfadar? No, no creo. ¡Oh, tiempo! ¡Las miradas! No,
nada que ver... ¿o sí? A menos que...
― Finalmente llegaste.
Suelto una grosería al sentir mi alma ser arrancada debido al susto. Llevó mis manos
al pecho para sentir mi corazón bombeando con fuerza, no sé si sentirme peor al ver
que Yoongi está acostado en la cama con un libro que había traído. Lo baja y me
observa fijamente.
Mis ojos se abren con terror al ver el cuchillo que Yoongi porta a la mano y la forma
en la cual se comienza a acercar a mí. Inmediatamente me levanto, apoyándome en
la fría pared pero no tengo a donde ir. La puerta de la regadera se encuentra
bloqueada por Yoongi así que solo retrocedo hasta la otra esquina, golpeando contra
la pared transparente.
― Y-yo... ― Me percato que trae un traje de baño color negro. ¿Entonces si fue a la
piscina o a la playa? ¡Mierda, concéntrate, tiene un cuchillo a la mano! ― Solo es un
amigo, n-no...
Yoongi cierra la puerta y sigue acercándose a mí, el agua le cae en la espalda así que
ya no la siento más. Mi respiración se vuelve pesada al ver el cuchillo alzarse,
quedando en mi barbilla y obligándome a levantar la mirada.
Abro mis labios para respirar al sentir sus dedos subir por mi pecho hasta detenerse
en mis duros pezones que se transparentan a través de la camisa. Yoongi baja el
cuchillo y me avienta con fuerza, provocando que choque nuevamente contra la
pared en un grito. Me toma posesivamente de los labios, introduciendo por
completo su lengua en mi cavidad bucal sin permiso alguno. Gimo y trato de
empujarlo pero no puedo, es demasiado fuerte.
Siento sus labios, sus malditos labios ardientes sobre los míos, saboreándome.
Lentamente me dejo caer, deslizando suavemente mis manos por su pecho hasta su
espalda baja y allí lo aferro más a mí. Lo siento enloquecer ya que me aprieta contra
la pared, nuestras pelvis chocan y nuestras bocas se buscan desesperadamente.
"Crash"
Pego un brinco y Yoongi se separa de mí con una sonrisa. Bajo la mirada viendo el
borde de mi camisa blanca rota y el cuchillo reposando cerca de ella.
El agua fría choca contra mi pecho, pero su ardiente lengua comienza a succionar mi
piel con agresividad, mordiendo, besando, lamiendo, subiendo de poco en poco. Es
un mareo de sensaciones y emociones... no puedo pensar ni concentrarme en otra
cosa que no sea aquello.
― Eso fue para comenzar. ―Sonríe alejándose. ― Con esto será más que suficiente
por ahora.
Y tras esa simple frase sale, dejándome con la boca abierta y temblando debajo de
aquel chorro de agua helada.
|30
Bajo la carta para cruzar miradas con Yoongi. Él llevaba una camisa negra y unos
jeans, tenis y por primera vez, un arete de plata. Yo portaba una camisa a cuadros
blanca y bermudas cafés al igual que sandalias, fue casi lo primero que pude
ponerme después de tremenda escena en la ducha.
Mis mejillas arden, inmediatamente bajo la vista a la carta tragando duro. Puedo
sentir la sonrisa de Yoongi aun sin verlo, quiero matarlo, en serio quiero matarlo.
Hago una mueca al sentir una pequeña patada debajo de la mesa, Yoongi esboza
una sonrisa. Me concentro en el mesero que ha acercado con nuestras bebidas y nos
pide ordenar.
Sube más y patea con dureza, provocando que jadee en voz baja debido al dolor.
Abro un poco las piernas para sobarme pero siento el pie de Yoongi subir de forma
muy suave, rozando apenas mi entrepierna. Pego un brinco y al instante cierro las
piernas, pero eso solo provoca que el pie de Yoongi quede atrapado.
Él quita la mirada de su teléfono y voltea a verme, alza una ceja y trata de zafarse
del agarre de mis piernas, pero mientras más tira, más cosquilleos manda y más
aprieto. Muerdo mis labios y bajo la mirada, apretando mi quijada y removiéndome
un poco. Aquello comienza a mandar suaves escalofríos a mi entrepierna y eso
provoca que me altere.
— Ya está, fui a quitarme una pestaña. — La señora Min llega, yo al instante abro
las piernas y Yoongi retira su pie. Ambos nos quedamos en silencio. — A esperar
ahora.
Cuento en silencio los minutos que me quedan de vida, estoy seguro que moriré esta
noche. Espero sin emitir sonido alguno, apenas conversando hasta que llega la
comida. Comemos, esta vez siendo más productivos en la conversación.
— Vamos ya a dormir, a menos que quieran hacer algo. Yo me levantaré a las ocho.
— Los tres nos levantamos. — Los acompaño hasta el elevador.
— Gracias. — La señora Min sonríe. — Nos vemos mañana, hablaré a la casa para
ver cómo van.
— Después de ti. — Dice Yoongi una vez que las puertas se abren.
Apenas doy un paso cuando Yoongi me avienta dentro y aprieta el botón para cerrar
la puerta. Ruego para que alguien venga, pero las puertas se cierran frente a nosotros
dejándonos solos. Respiro pesadamente cuando Yoongi lentamente se acerca a mí,
colocándose detrás de mí y sobando mis brazos, hundiendo su rostro en mi cuello
provocando un cosquilleo.
— ¿Tienes miedo? — Pregunta acercándose a mí, pasando sus dedos por la mesa de
cristal y agarrando el cuchillo.
— ¿No? — Repite.
— Yoongi detente... — Mis ojos observan con temor el filoso objeto frente a mí.
— ¡Oh, cuidado! — Finge que se le resbala de las manos haciéndome gritar. — Solo
juego, no dejaría marcas tan obvias.
— Jimin se excita con cosas filosas. — Se burla. — Entonces vamos a hacerte unos
buenos cortes. ¿Quieres que haga cortes aquí?
Gimo cuando sus labios vuelven a atraparme, enredándose con mi cuerpo. Me aferro
a su espalda y me dejo enloquecer con él, permitiendo que nuestras lenguas
rápidamente en contacto en una batalla infernal. Yoongi lleva sus manos a mi camisa
y comienza a desabrochar botón por botón.
Sus besos agresivos se zafan de mis labios y muerden ambos lados de mi cuello
provocando que arquee mi espalda despegándola de la cama. Siento el bulto
creciente entre sus piernas y aquello provoca que jadee más de lo que ya hago. Zafa
el último botón de mi camisa y con sumo desespero la abre, atacando mis pezones
con fuertes besos y chupetones. Gimo en modo respuesta y me aferro a él.
Toma el cuchillo y suelto un grito al sentir que lo pasa velozmente sobre mi piel.
— ¡Ah! — Grito y bajo la mirada viendo el fino hilo rojo que comienza a formarse.
— ¡Yoongi!
— ¡Ngh! — Me remuevo cuando siento que baja el cierre y sin perder nada de tiempo
retira mis pantalones. — ¡No, espera!
— ¿Qué...? ¡Oh dios! — Grito al sentir que se coloca de rodillas junto a mí y besa mis
hombros, mordiendo de forma agresiva. — ¡Y-Yoongi s-sé más suave!
Muerde rítmicamente, tirando mi piel y llevando escalofríos por todo mi cuerpo.
Lleva la punta de su cuchillo y comienza a bajarlo por el centro de mi espalda,
sacudiéndome violentamente debido a las cosquillas y mi cuerpo se hiela. Jadeo de
placer y siento mi miembro endurecerse.
Clava la punta del filo en mis nalgas y pego un brinco. No pasa mucho hasta que lo
siento morder una, provocando que chille y me torno rojo. Me aferro a las sábanas
al sentir que besa sobre la tela y lame.
Siento que amasa mi carne con morbo, tomándola duramente entre sus manos,
masajeando violentamente y enterrando sus dedos. Gimo y trato de voltear pero el
cuchillo me frena, siento sus dedos dirigirse al borde de mi bóxer y tirar. Me sacudo,
pero en menos de un segundo ya me encuentro completamente desnudo frente a él.
Grito en vano y me arqueo al sentir sus dientes clavarse en mis glúteos, mordiendo
ferozmente mi piel sin cuidado alguno. Finalmente lo siento calmarse, y aun con la
cabeza hundida en la colcha, siento el frío filo paseándose por mi cuerpo.
— ¿Quieres que succione aquí? — Pregunta con una risa seca sobando mis glúteos.
— ¿Quieres que aquí te marque como mío?
No contesto, hundiendo mis suaves gemidos en las sábanas, sin osar levantar la
mirada. Yoongi se inclina, siento su ropa con mi piel desnuda y aquello me provoca
escalofríos. Siento su aliento cerca de mi cuello.
Zaz
— ¿Tengo que estarte diciendo por qué hago lo que hago, eh? — Pregunto
masajeando la zona rojiza y sintiendo mi miembro endurecerse ante la preciosa
imagen. — Hago lo que se me pega la gana y punto.
Zaz
Otra vez vuelvo a estampar, esta vez solo mis dedos para causar más dolor. Jimin
sigue removiéndose debajo de mí y le escucho gemir en voz baja. Oh, mi maldito
masoquista, sé que te encanta que te maltrate en la cama...
Pero esta noche será solo una probada de lo que puedo llegar a hacer contigo.
No todavía al menos.
Sigo azotando con fuerza, Jimin gritando cada vez más agudo conforme lo golpeo.
Sin embargo verlo de espaldas comienza a aburrirme, es como si estuviera con
cualquier otra persona y no quiero eso. Lo tomo de la cintura y vuelvo a colocarlo
boca arriba, viendo sus ojos impregnados de lágrimas.
Excitante... Me vuelve loco aquella mirada de terror cada me observa.
— ¿Qué? — Repito con voz aguda. — ¡Por una mierda! ¡¿No puedes simplemente
hacer lo que digo?!
Me bajo de la cama, quedando de pie frente a ella y tiro a Jimin de los muslos,
acercándolo a mí. Mantengo sus piernas abiertas y mis ojos se dirigen a su entrada,
aquella rosada entrada en la que pronto voy a perderme. De tan solo pensarlo puedo
sentirme correr, pero desgraciadamente no soy de ponerme duro con todo. Solo este
pequeño rubio tiene el don de verme y provocarme desearlo con locura.
— ¿Me quieres dentro? — Me burlo rozando por fuera la sensible zona, Jimin se
estremece.
Él asiente casi con vergüenza, viéndome con ojos brillantes de miedo y deseo.
Una vez mis dedos perfectamente lubricados, los dirijo a su entrada. Observo el
pequeño hoyo con una sonrisa y froto mis dedos contra él sin introducirlos. Jimin
comienza a respirar por la boca viendo mis manos, mordiendo más fuerte sus labios
o apretando sus dedos. Me inclino un poco para tener una mejor vista y sigo
torturándolo, relamo mis labios y los dirijo a la parte interna de sus muslos,
comenzando a besar suavemente.
— ¡Yoongi! — Chilla cuando apenas meto la punta de mi índice. — ¡Por lo que más
quieras...!
Meto bruscamente mi dedo provocando que se ahogue con sus palabras. Siento sus
cálidas paredes engullir perfectamente mi dedo, su hambrienta entrada me succiona
por completo. Lamo mis labios y meto el segundo dedo, Jimin grita más alto.
Bingo, conforme sobo comienzo a sentir las consecuencias del estímulo, una
pequeña bolita comienza a ensancharse bajo mi tacto. Los gemidos que emite Jimin
son delirantes, veo sus piernas temblar y tensarse, un rubor natural apoderarse de
su cuerpo y su pene comenzar a endurecerse, creciendo y tornándose más ancho con
el paso de los segundos.
Con mi mano libre agarro el cuchillo y comienzo a hacer pequeñas cortaduras en los
muslos a lo que Jimin se sacude y me suplica frenar. Pero cuando rozo nuevamente
directamente con su próstata, se calla. Los gemidos cortados y calientes son lo único
que salen de sus lindos labios.
Cuando veo la sangre escurrir me siento sediento. Me aferro a la pierna derecha del
más chico y paso mi lengua, mordiendo y succionando la sangre que se desliza
mientras sigo penetrándolo con mis dedos. Subo, sus gemidos se vuelven más
agudos y constantes. La punta de mi nariz está bastante cerca de sus testículos, y con
todo el morbo del mundo, dejo sus piernas para succionarlos.
Sé que está muriendo, está muriendo de placer con lo que estoy haciendo. Sin dejar
mi labor abajo lamo nuevamente su escroto, ahora subiendo por toda la base del
pene hasta engullir gustoso su hinchado y brillante glande.
— ¿Con esa boquita comes? — Pregunto sonriente mientras saco mis dedos de su
interior y dejo su erección en paz.
Él se tapa la boca completamente rojo, pero los temblores de su cuerpo me hacen ver
que lo está gozando, y gozando mucho.
Jimin balbucea pero no escucho su parloteo. Al ver que no contesto, finalmente toma
su erección entre sus pequeñas y adorables manos formando una especie de capullo
con sus dedos que rodean toda mi extensión.
Mi glande queda visible en el hoyo que forman sus manos. Él lo observa unos
momentos antes de inclinarse tímidamente y dar una lamida con su tibia lengua.
Gruño en modo respuesta y lanzo un poco mi cabeza hacia atrás, sintiendo mi
respiración lenta y pesada.
Jimin me observa y durante un segundo sus ojos parecen brillar con malicia. Vuelve
a lamer esta vez más lento, pasando la punta por su lengua y succionando
levemente. Levanta la mirada para verme de vez en cuando y lentamente desliza sus
manos más abajo. Va engullendo de poco en poco hasta que lo siento tomar la mitad
y reincorporarse suavemente para tomar aire.
Un hilo de saliva se mantiene conectado con mi glande y sus labios, provocando una
imagen meramente erótica, mejor de las que había soñado o imaginado.
— De espaldas. — Susurro.
Lo tomo firme de los hombros y con un suspiro me dejo entrar en él. Jimin grita y se
aferra a las sábanas jadeando de dolor.
Por una mierda Yoongi, ve lento. No puedes hacer todo con él en una noche...
Doy otra fuerte nalgada y él chilla agudo. Con eso le doy a entender que el que tiene
el control soy yo. Comienza a gemir y a mover sus caderas, buscando seguramente
que mi gruesa erección roce con su próstata y sentir mayor placer.
Me acomodo de cierta forma que pueda sentirme mejor y él por instinto también se
mueve, creando una pose perfecta donde me puedo enterrar profundamente en él.
— Mmh. — Puedo apostar que ha cerrado sus ojos, embriagado por el placer que
comienza a sentir, pero no puedo evitar ser algo cruel. Vuelvo a azotarlo.
Zaz
Tiembla y se hace más hacia atrás, quedando casi sentado mientras lo sigue
embistiendo duramente, cada vez más rápido, cada vez más duro y profundo.
No me engaña, le encanta ser tomado con mí. Sus gritos y gemidos hunden la
habitación, él solo se mueve desesperado buscando más. Incluso yo he dejado de
moverme, veo a Jimin haciéndose de adelante hacia atrás rápidamente, lanzando su
cabeza hacia atrás mientras gime en descontrol.
Sus caderas se mueven con desesperación, hundiéndose cada vez más de mí,
tragando todo hasta que mis testículos chocan con su piel. Se traga todo sin vacilar,
sin pudor alguno. Mis manos lo toman de ambos brazos, tirando hacia atrás para
que él encuentre mejor equilibrio.
Alzo una ceja y vuelvo a hacer otra herida. Jimin grita incluso más agudo y comienza
a preocuparme de lo que lo escuchen. Sus caderas se mueven salvajemente,
buscando desesperado su orgasmo que parece intensificarse con cada maldito corte
que le hago.
Paso mis brazos debajo de las suyos aferrándome a él y así tomo el control
nuevamente de las embestidas. Alzo mis caderas, chocando con profundidad.
Nuestras respiraciones agitadas se mezclan y siento las gotas de sangre escurrir por
mi abdomen debido a la cercanía que tengo con el muñeco.
Él voltea, observo sus ojos perdidos en la lujuria. Nuestros labios se juntan con
desespero y el ritmo aumenta haciendo rechinar la cama. Mis jadeos se vuelven
entrecortados al sentir que estoy a punto de llegar. Jimin sin embargo ya ha comenzó
a frotar su mano contra su miembro erecto que choca contra su vientre.
Doy otras duras embestidas y finalmente me siento llegar. Ambos caemos en la cama
duramente, yo aún enterrado en Jimin pero manteniendo el equilibro para no caer
sobre él. Observo su espalda empapada de sudor, mezclada con la sangre que se ha
vuelto más clara debido al líquido precedente.
Él jadea un poco y se voltea para verme. Sus ojos observan mi abdomen con
pequeños rastros rojos y no pierde el tiempo. Me rodea con sus brazos la espalda
baja para aferrarse y lame el rastro. Levanta la mirada para verme.
Bingo.
— Te daré más entonces. — Lo acuesto sobre la cama y retiro el condón para tirarlo
en la basura que se encuentra al lado. — ¿Quieres más?
Agarro el cuchillo y lo dirijo a mis labios, vacilo un poco hasta que presiono y muevo
delicadamente. Un pequeño ardor de me recorre y Jimin abre sus ojos escandalizado.
Sonrío, estirando la piel y provocando que arda como el mismo infierno, pero a mí
me encanta. Me acerco a Jimin y pego mis labios a los suyos, comenzando a besarlo
con intensidad.
Él pega un brinco pero no pasa mucho hasta que deja de pelear. Se relaja enredando
sus piernas en mi cadera y comienza a besarme... succionando suavemente mi labio
inferior para extraer más de aquel líquido carmín que brota de mis labios.
Los labios de Jimin igualmente se encuentran rojizos, pero incluso así esboza una
pequeña sonrisa.
Es más que suficiente para mí y dejo que vuelva a tomar mis labios, él ahora
mordiendo con suavidad y lamiendo para saborearme.
Jimin POV
El sol se cola por toda la habitación, abrazando con un color sofocante el ambiente
la habitación. Muerdo mis labios y mis ojos recorren la habitación con terror al ver
la ropa tirada y la cama hecha un completo desastre, apenas puedo cubrir mi
desnudo cuerpo con la esquina de la fina sábana blanca. Observo la terraza
observando el mar a lo lejos, abriéndose como un manto azul perdiéndose lejos, muy
lejos.
Avanzo al lavabo y lleno mis manos de agua antes de llevarlas a mi rostro y lavarme
perfectamente. Cierro los ojos y tomo la toalla para limpiarme, dejando el objeto
justo a la altura de mi nariz mientras abro mis ojos con horror y estupefacción.
— Oh... joder... — Las palabras se deslizan suavemente por mis labios conforme
recorro mi cuerpo.
Sé que podría ser peor, pero no puedo evitar impresionarme. Tengo algunos
moretones color morado en los hombros, algunos rasguños cerca de mis brazos y
unas rojizas manchas cerca de la zona de mi cuello y recorriendo mí pecho. Aviento
la toalla y me doy la vuelta, viendo a través de mi hombro para observar mi espalda
a través del espejo. Veo allí dos marcas rojizas e inmediatamente el recuerdo del
cuchillo regreso a mi mente.
— Jimin... — Escucho mi voz salir con un jadeo ronco que me eriza todo al instante.
Trago saliva pesadamente sin osar voltearme.
— ¿Despierto tan temprano? — Pregunta con voz ronca pero yo mantengo la vista
fija en un punto en el que apenas puedo concentrarme. — Creí que sería yo el
primero en despertar...
Necesito ayuda.
¿Debería mentir?
Eso me ha dejado helado, no sé qué cara puse ya que Yoongi suelta una carcajada.
— Ah, mi lindo muñeco. Pese a lo anterior sigues siendo tan inocente y adorable
como siempre. — Pellizca mi mejilla provocando que una mis cejas.
No, eso es malo... no me gusta la forma en la que dice mi Jimin. Y no porque sea algo
precisamente malo, pero es que simplemente me puso los pelos de punta.
— Si buscas que juguemos entonces a los nombres, prefiero que me llames Daddy.
¿Te importaría gemir así en la cama?
Díganme que no se atrevió. Apenas la palabra sale de sus labios me siento morir allí
mismo, retrocedo hasta que mis piernas chocan con la cama haciéndome detener.
— Es decir, en muchas novelas eróticas que he leído usan ese término y...
La fuerza con la que mis manos se estrellan contra mi boca provoca un sonido seco
y fuerte por toda la habitación. Mis ojos se abren como platos y maldigo cuarenta
veces en mi cabeza mientras tiemblo, aplastando la palma de mis manos contra mis
labios con tanta fuerza que provoco un dolor en mi quijada.
Yoongi ha alzado ambas cejas, su rostro muestra sorpresa total. Ladea un poco su
cabeza y una sonrisa amenaza con dibujarse en su rostro, pero parece resistirse
bastante bien. Me mantengo en la misma posición hasta que comienza a acercarse.
Las alarmas de alerta resonan en descontrol por mi cabeza.
Mierda, mil y un veces mierda. ¡¿Es que mi boca no puede dejar de soltar
imprudencias?!
Yoongi ya se encuentra frente a mí, bastante cerca. Toma mis muñecas, estas están
alzadas a la altura de mis clavículas así que supongo que es una posición muy
vulnerable en la que me encuentro. Trago saliva pesadamente.
Me hago más chico cuando él se inclina hacia mí sin dejar de observarme con tanta
fuerza. Su agarre se hace más fuerte y finalmente me empuja. Caigo a la cama e
inmediatamente levanto la mirada.
A la mierda el control.
— Esta la he leído varias veces. — Respondo lentamente, viendo los ojos de Yoongi
perder aquel brillo tranquilo para ser reemplazado por aquel brillo sádico tan
característico de él.
La caza comenzó, siento su instinto animal florecer debajo de mí. Me toma con
fuerza de ambas manos provocando un suave dolor, suelto un pequeño jadeo de
dolor que Yoongi parece disfrutar plenamente. Se reincorpora, nuestros pechos
chocando, yo aún sentado sobre él y abriendo mis labios mientras bajo mi mirada.
Doble disparo, mis entrañas se retuercen cuando atrapa mis labios en un beso
hambriento, tomando rápidamente el control. Esbozo una sonrisa durante el beso
cuando siento nuestras lenguas entrar en un profundo contacto, entrando
rápidamente en una batalla de dominación. Yoongi me agarra con fuerza de la
espalda y yo rodeo su nuca con mis brazos, sintiendo mi aire ser arrancado con la
intensidad de aquel contacto.
Nos separamos al instante al escuchar la puerta ser tocada tres veces y la voz de la
madre de Yoongi acompañar el acto. Siento el corazón retumbar con más fuerza y
observo con enorme terror la puerta.
Yoongi coloca su índice en sus labios y después pasa sus manos detrás de mi nuca
para volver a besarme. Suelto un jadeo cuando él se deja caer en la cama y yo caigo
sobre él, saboreando cada rincón de su boca que me toma con una fuerza y
posesividad abrumadora. Me muerde los labios y recorre con su lengua, provocando
que suelte un jadeo profundo y me enrede con su cuerpo, importándome que su
madre esté afuera.
Soy adicto a aquellos besos, adicto a su cuerpo. Una adicción que no conocía hasta
que pude probarla y entregarme a ella en la noche.
Los besos de Yoongi no son suaves, no son románticos y mucho menos tranquilos.
Sus besos son peligrosos, agresivos e intensos. Los besos de Yoongi son como el mar
en una dura tempestad; arrasan con todo lo que hay en su camino, ahogándote,
rugiendo la agresividad de la pasión con sus fuertes olas, sumergiendo lentamente
cada nervio de tu cuerpo o pensamiento coherente, como un frágil bote haciéndose
trizas con el choque de la primera ola. Su ola destructiva y asesina.
Los besos de Yoongi eran un veneno dulce, te mataba por dentro, era un beso
consabor a sangre, un beso tan frío que quemaba.
Jimin
— ¿Seguros que ya es todo? — Preguntó la señora Min viendo las maletas que
portábamos.
— Oh, comprendo. Gracias. — Esbozo una pequeña sonrisa. — Suban al auto, será
un viaje un poco largo. — La señora Min palmea la espalda de Yoongi para hacerlo
reaccionar. — Vamos Yoongi, no te quedas ahí parado.
Saqué mis audífonos y los conecté a mi teléfono para escuchar un poco de música.
Mantuve la vista fija en el paisaje meditando en completo silencio. Quizás era un
excelente momento para analizar la situación en la que me encontraba y meditara
muy seriamente en lo que me había metido y lo que había hecho. De acuerdo,
recapitulemos.
Yo tenía una vida prácticamente tranquila y ordinaria hasta que al señor Yoongi se
le ocurrió regresar. Como si aquello no hubiese sido suficiente para mí, firmo un
estúpido contrato en el que prácticamente condené mi vida, mi cuerpo y hasta mi
virginidad anal ahora inexistente. Sí, de lujo.
De todas las cosas que pude haber imaginado en un futuro, acostarme con Min
Yoongi no era exactamente una de ella. De hecho no se me cruzó ni al ras de la mente,
siquiera un poco. Lo odiaba, era algo que no podía negar. Lo odiaba, le guardaba un
fuerte rencor y aun así seguía cayendo en sus pequeños y absurdos juegos. ¿Por qué?
Quizás porque el enredarme con algo peligroso me excitaba, pero estaba jugando
con un chico mentalmente inestable y con varias personalidades ocultas que prefería
no conocer. Ya tenía con el Yoongi frío y el sádico travieso.
El auto se detuvo unos veinte minutos después. Nos encontramos frente a una casa
de dos pisos y una pequeña terraza en la entrada. Era café oscuro, hecha de piedra
y techo en forma de triángulo con una pequeña chimenea saliendo del lado derecho.
El calor era húmedo y a la vez sofocante, sentía mi piel cosquillear y el sudor detrás
de mi nuca. El imaginarme la cantidad de mosquitos que habrían fue lo único que
me desagradó, porque en sí, la casa era bastante hermosa.
Diversas ventanas de tamaño inmenso permitían la vista al interior, una sala blanca
con un estilo muy rústico. Cogí mis maletas y las acomodé en mi espalda para seguir
a la señora Min, pero apenas di un paso sentí que me tomaron del brazo y tiraron de
él.
Sentí los labios de Yoongi chocar con los míos y abrirse paso mientras me tomaba de
la mejilla y me besaba suavemente. Me tensé completamente ante el agarre y no
porque fuera algo incómodo, sino porque mi corazón había dado un cálido vuelco
en mi pecho y miles de pequeños escalofríos por mi cuerpo se hicieron presentes al
sentir aquel suave y tan necesitado roce.
La mano que se encontraba en mi mejilla se retiró con delicadeza al igual que él. Yo
me encontraba seguramente increíblemente rojo y con la respiración enloquecida.
Lo observé fijamente a los ojos tratando de buscar algo pero Yoongi era muy difícil
de leer, tan intenso algunas veces, tan tranquilo otras.
— Bueno, ahora lo sabes. — Sobó una última vez mi mejilla antes de finalmente
alejarse y avanzar hacia la entrada.
Arrastré mi maleta hasta la entrada observando el entorno con enormes ojos. Era un
lugar bastante lindo y agradable, muy hogareño. Nada que ver con su lujosa casa en
la ciudad ya que si no mal recuerdo, era bastante grande y moderna.
— Bien chicos. — La señora Min salió de un cuarto que se encontraba hasta el fondo.
— Yo me quedaré acá, ¿ustedes? ¿Cómo se van a organizar para dormir?
— Sí, no quiero estarlos paseando por todos lados, necesitaba descargar el coche
para colocar las compras. — La señora Min agarró nuevamente las llaves junto a la
mesa. — Muéstrale la casa a Jimin, hay juegos de mesa en la parte de abajo del
mueble de la sala, ya sabes dónde. No tardo.
La señora Min pasó junto a mí sobando un poco mi cabello y salió dejándonos solos.
Apreté con fuerza la mochila mientras recorría con la mirada otra vez el lugar.
Subimos las escaleras llegando a un espacio más pequeño. Una sala se encontraba
en el centro y varias puertas rodeándola.
— Creí que me pedirías dormir contigo. — Confesé sin voltear a verlo. — Pero
bueno, creo que prefiero quedarme en la de invitados.
Agradecí en voz baja y observé rápidamente el lugar. Era bastante sencillo, una cama
naranja con muchos muebles de madera, piso de madera y varios cuadros. Era cálido
y agradable, no podía esperar más, era perfecto.
—De acuerdo — Suspiré y me dirigí a la cama para depositar las maletas, solté un
jadeo de dolor debido a la presión que se acumuló en mis hombros. — ¿Quieres
cenar algo?
— Podría intentar cocinar algo. — Él alzó sus hombros. — Iré a dejar esto, te veo
afuera.
Yoongi salió dejándome solo. Observé una última vez el cuarto donde estaría
hospedado y salí para esperar a Yoongi en la sala. Me acerqué a los muebles y toqué
con delicadeza algunas estatuas y decoraciones que estaban encima de él. Me incliné
para abrir los compartimientos, varios juegos de mesa se encontraban apilados,
todos llenos de polvo, visiblemente abandonados. Dirigí mis manos a otro
compartimiento para abrirlo pero no abrió.
Fruncí mi ceño y tiré con más fuerza pero resultó inútil: se encontraba con llave.
— Lleva al sótano. — Yoongi pareció percatarse de que veía la puerta con extrema
curiosidad. — Nada muy emocionante...
Por alguna extraña razón no confié en el tono con el que dijo esto último. Me crucé
de brazos observando nuevamente la puerta.
— ¿Puedo ir a revisar? — Pregunté viendo nuevamente al atractivo chico frente a
mí. — Si no te molesta, claro.
— Para nada, pero necesitarás una linterna, allá abajo no hay luz. — Explicó
abriendo el refrigerador. — Sube a mi cuarto, en la maleta azul debe haber una. Ve
por ella.
Comencé a alejarme caminando hacia atrás, sin quitarle la vista de encima. Yoongi
no volteó a verme, siguió husmeando en el refrigerador y en el almacén. Finalmente
me di la vuelta y subí las escaleras para entrar al cuarto de Yoongi.
Era una habitación color azul y madera negra, ventanas junto a la cama y escritorios
perfectamente limpios y ordenados. Busqué la maleta azul con la mirada hasta
encontrarla al pie de la cama. Me acerqué y al levanté colocándola en la cama para
comenzar a buscar. Saqué una sudadera y el cuaderno que tenía en el auto. Lo
observé unos momentos y lo deposité junto a mí antes de volver a introducir la mano
y buscar la linterna, ¡bingo! La coloqué igualmente en la cama y guardé la sudadera,
cogí el cuaderno y cuando estuve a punto de meterlo nuevamente en la mochila me
frené bruscamente.
Mordí mis labios pensando en que sería una terrible idea, mi instinto me gritaba que
no lo hiciera, que lo guardara y regresara con él. Pero no... Si le daba una pequeña
hojeada no pasaría nada... ¿cierto?
Seguí pasando las páginas siendo todas iguales. Poco antes de la mitad los dibujos
finalmente comenzaron a tornarse visibles y lógicos. Árboles, muchos árboles
perfectamente dibujados, con trazos irregulares pero mostrando perfectamente lo
que eran. No sabía que Yoongi dibujaba. Debía admitir que lo hacía bastante bien.
Pasé las páginas con lentitud enfocado en los dibujos. Ojos, manos, labios, partes del
cuerpo humano dibujadas por todas partes. Labios, más labios, labios tornándose
cada vez más gruesos hasta que me detuve bruscamente en una página. Era yo.
— Oh dios... — Susurré sintiendo mi sangre helarse debido a la sorpresa. Realmente
no esperaba encontrarme en los dibujos de Yoongi... pero allí estaba. Era mi rostro,
mis ojos viendo hacia abajo, mis labios resaltando con un poco de color rojizo en la
parte inferior. Una apariencia dulce, bastante frágil, mi cabello revuelto casi como
siempre con mechones cayendo en mi rostro. Mi garganta estaba seca, tragué saliva
para refrescarla y seguí hojeando.
— Dios... — Susurré una última vez perdido completamente en aquel dibujo. Allí
me encontraba nuevamente, pero a diferencia de los demás dibujos no me
encontraba en la calle o en el salón de clases; estaba en una cama.
En esta misma cama. Reconocí perfectamente los detalles del cuarto, la ventana, al
escritorio y las sábanas ligeramente pintadas de azul. Me encontraba acostado,
seguramente dormido debido a mis párpados cerrados y mi mano cayendo de la
cama.
Voltee nuevamente la página sintiendo la opresión en mi pecho con más fuerza. Esta
vez estábamos ambos dibujados, él tomándome del cuello, besándolo y deslizando
mi mano debajo de la ropa. Mis ojos se encontraban vendados al igual que mi boca,
parecía querer zafarme de su agarre, pero al mismo tiempo lucía terriblemente...
excitado. Mis puños apretados, mis labios abiertos y mi cabeza ladeada para darle
un mayor acceso.
Las siguientes páginas no me atreví a verlas, no después de ver las dos siguientes
que se presentaban... dos imágenes tan explícitas y morbosas como hermosas. Estaba
a punto de cerrar al cuaderno cuando sentí dos fuertes manos tomándome de los
codos y apretando con fuerza. Sentí mi alma irse al suelo y la muerte literalmente
colgarse de mi espalda.
Y por la expresión de su rostro y su enferma sonrisa, supe que lo que fuera que
hubiera allí, sería muy malo para mí.
Sentí las lágrimas llenar mis ojos cuando tiró de mí con fuerza, arrastrándome pese
a mis súplicas por las escaleras e ingresando la cocina. Abrió la puerta con fuerza y
me aventó dentro, empujándome y provocando que cayera por las escaleras con un
grito. Me reincorporé de golpe al verlo bajar y retrocedí asustado, tropezando con
todo hasta caer nuevamente al suelo en un golpe seco, sintiendo un pesado objeto
caer sobre mi cabeza lastimándome.
Pude sentir la muerte cercana, sentí que hasta aquí había llegado. Yoongi se acercó
lentamente a mí en aquella oscuridad. Me levantó en un rápido movimiento y mi
espalda fue a dar contra la pared.
— Parece que deberé enseñarte a la mala para que hagas todo lo que te ordeno. . Mi
sangre se volvió fría en mi cuerpo cuando en un rápido movimiento una pequeña
luz encima de nosotros se encendió.
Yoongi esbozó una hermosa sonrisa que me heló más de lo que ya estaba. Levantó
la vista al techo.
Levanté la vista, viendo distintas cadenas y cuerdas colgando del techo, sillas de
montar y distintos objetos de cacería. Comencé a suplicar y a negar con la cabeza
pero Yoongi volvió a callarme.
Me callé al instante cuando me puso contra la pared, pero esta vez estrellando mi
pecho contra ella, dándole la espalda.
Jimin
— Tienes dos opciones. — Yoongi tira un poco de las cadenas para asegurarse de
que no caigan. — Cooperas o lo hacemos a la mala.
— Qué no voy a hacerte, querrás decir. — Una sonrisa se asoma por sus labios.
Trago duro y aprieto mis labios. Yoongi coloca su fría mano en mi mejilla y soba,
levantando mi mirada poco después para que la cruce con la de él. Escucho el sonido
de las cadenas y algo frío irse enredando en mi mano, pero pese a eso no puedo
despegar mis ojos de los de él. Me hago más chico al sentir algo que pellizca mi piel,
apretándose y un fuerte peso por todos mis brazos.
Bajo la mirada, observando mis manos atadas a aquellas cadenas, unos fuertes
broches que permiten abrirlas se encuentran cerrados, impidiendo así que retire mi
mano. La sacudo violentamente escuchando el seco sonido de las cadenas golpeando
contra el suelo. Yoongi toma mi otro brazo con fuerza.
"Click", mi otra mano queda atrapada. Yoongi coloca inclusive un candado, abro mis
ojos horrorizado. Trato de mover ambos brazos, me impulso hacia adelante pero me
freno en seco y soy nuevamente impulsado hacia atrás. Observo detrás de mí las dos
cadenas aseguradas igualmente a la pared, tirando mis brazos hacia atrás incapaz
de moverlos.
Observo su espalda en silencio. Bajo la mirada a mis pies que al menos se encuentran
libres. Busco con la mirada algo que pueda ayudar a zafarme, pero con las manos
atadas con fuertes cadenas no simplifica mucho mi situación. Vuelvo a azotar las
cadenas contra el suelo y suspiro. ¿Qué diablos está haciendo Yoongi?
— Bien. — Habla finalmente empujando una mesa con ruedas con su pie, la mesa se
desliza casi hasta llegar hasta mí. — Creo que esto sería bueno para comenzar.
¿Comenzar?
Observo la mesa con los ojos entrecerrados pero no alcanzo a ver qué hay encima de
ella. Yoongi se acerca a mí y se quita su sudadera y remanga la camiseta. Trago duro
al ver sus músculos marcarse y sus venosas manos dirigirse a aquella mesa que luce
muy vieja, inclusive oxidada.
Él tira de la mesa hasta colocarla junto a él cerca de mí. Siento la sangre congelarse
en mi cuello al ver la cantidad de instrumentos sobre ella. Me remuevo asustado y
comienzo a gritar.
Yoongi examina cada objeto en silencio hasta rozar con una navaja, juega un poco
con ella entre sus manos y la deja nuevamente sobre la mesa. Sus manos se dirigen
ahora a un bisturí que igualmente toma entre sus manos.
— Nadie va a escucharte. — Yoongi ladea su cabeza con una sonrisa. — ¿Por qué
gritas? Hazlo cuando te entierre esto. — Alza el bisturí. — Mientras agradece que
estás vivo porque puede que no llegues a estarlo después.
— Oh, joder. No hagas eso. — Una sucia sonrisa ilumina su rostro. — Sabes cuánto
me pone que digas mi nombre mientras lloras.
Inevitablemente más lágrimas brotan de mis ojos. Yoongi me toma de la barbilla con
su mano y se acerca un poco. Jadeo al sentir el puntiagudo objeto sobre la tela de mi
camisa y hacer una suave presión.
— Eso es muñeco... — Me toma con más fuerza. — Grita más alto... ¡grítalo! ¡Grita
cuánto te duele! ¡Suplícame frenar!
Él comienza a reír y sus risas cada vez se tornan más fuertes, más siniestras...
Siento que se hundirá más, casi puedo sentir la muerte latente cerca de mí cuando
repentinamente un teléfono comienza a sonar.
Las risas de Yoongi cesan mientras el teléfono sigue sonando, es el único ruido en
aquello oscuridad. Yoongi me empuja con fuerza causando que mi espalda de contra
la pared. Siento las lágrimas escurrir a gran velocidad y entre jadeos de dolor me
dejo deslizar por ella hasta sentarme en el suelo. Observo la mancha de sangre en
mi estómago, la sangre empapar la tela y las tibias gotas rojo carmín irse deslizando
suavemente por mi piel. Yoongi saca su teléfono del bolsillo trasero del pantalón y
contesta.
Aprieto mis labios y suelto otro quejido de dolor al tratar de moverme. Yoongi juega
con el bisturí que se encuentra ensangrentado... con mi sangre...
— ¿Muerta? — Yoongi abre sus ojos perplejo, me detengo para prestar atención. —
¿Cuándo fue eso?
— Mierda... — Susurra cerrando sus ojos. — De acuerdo... sí, me haré cargo. — Juega
otra vez con el bisturí. — No. Está bien. — Silencio. — No te importa, adiós.
Me tenso por completo. Él se lleva el bisturí a los labios y lo lame retirando toda la
sangre. Mi estómago se revuelve con desagrado al ver la sangre ser retirada, dejando
nuevamente el objeto limpio.
— Debo irme. — Saca una llave de su pantalón y se acerca a mí para zafar el candado.
— Si mi madre llega le dices que bajé por unas cosas, en el baño hay agua oxigenada,
alcohol, hilo, aguja y gasas. La herida no te matará pero si te dejará una fea cicatriz,
quizás con eso aprendas.
— ¡No! ¡Ya basta, eso no funcionará! — Lo empujo con fuerza, él alza una ceja. —
¡Puedes irte muy a la mierda, yo me largo!
— Solo te pido que te cures, no vas a pasearte por la casa desangrándote. —Señala
mi herida. —Es lo único que te pido. A partir de mañana no volveré a acercarme a
ti, no volveré a tocarte ni a dirigirte la palabra a menos que sea absolutamente
necesario. Iré, romperé el contrato y te dejaré tranquilo el resto de tus días. En el
colegio no volveré a verte ni iré a molestarte o dirigirte la palabra, dejarás de existir
para mí. No te conozco, no sé quién eres y nada de esto pasó, ¿estamos?
Estoy mudo, completamente mudo. ¿Qué está pasando? ¿Qué acaba de pasar? Me
alejo de él sintiendo mi cabeza dar vueltas y más vueltas, el ardor en mi estómago
tampoco ayuda, ¡no ayuda en nada!
—Eres muy lento para tomar decisiones, así que lo haré por ti. —Yoongi avienta la
mesa del otro lado y me toma del brazo para tirar de él. —Te mostraré donde están
las cosas y romperé el contrato.
Estoy en shock, la herida apenas y la siento. Me dejo jalar tardando en procesar qué
es lo que acaba de pasar. Me duele la cabeza, me duele el cuerpo, espero el momento
en que Yoongi se voltee y diga que todo es una jodida broma, pero se mantiene en
silencio, jalándome con fuerza hasta que llegamos a su cuarto.
—Allá en el baño está todo, abre el espejo y encontrarás lo que necesitas. —Se voltea
y abre su maleta sacando un portafolio amarillo. Lo abre y saca de allí la hoja que
había firmado. Mis ojos se abren cada vez más.
—Y para que veas qué tan en serio voy con todo esto... Casi suelto un pequeño grito
al ver el contrato rasgarse en dos. La sangre de mi cuerpo deja de correr cuando las
dos piezas son rasgadas otra vez, ahora dejando cuatro pedazos, luego ocho, hasta
que ya no queda más que pequeños pedazos de papel en su mano. Los arruga con
fuerza formando una bola que deposita junto al escritorio.
Estoy en blanco, sintiendo un picor en mis ojos que me deja sin habla.
Yoongi
— Te veo después. — Es lo único que alcanzo a decir después de aquel largo silencio
donde él no deja de observarme. — No dejes que se infecte la herida.
Jimin traga duro, realmente lo he dejado frío. Dejo el bisturí en el escritorio junto lo
que queda del contrato y me alejo. Estoy en un jodido problema, me he adelantado
más de lo que debería. No debía decirle eso hasta los seis meses y prácticamente me
he adelantado cinco. Deberé tomar medidas drásticas si quiero remediar el jodido
error que he cometido.
Salgo finalmente del cuarto cerrando la puerta detrás de mí y comienzo a bajar las
escaleras. Agarro las llaves de la casa y salgo corriendo hasta el estacionamiento
rogando para que todo siga tal y como lo dejé. El garaje se abre y me introduzco
rápidamente prendiendo la luz. Bien. Me he salvado. Agarro las llaves y me dirijo a
la moto aparcada en la esquina.
Meto la llave para prenderla, asegurándome que tiene suficiente gasolina. Cojo el
casco que se encuentra al lado y lo amarro antes de montarme en ella haciéndola
rugir. Salgo del estacionamiento, las puertas cerrándose detrás de mí. Me detengo
para levantar la vista a la casa y después de maldecir de nuevo, conduzco a toda
velocidad por la carretera.
Doy un par de vueltas antes de llegar a los inicios de la ciudad Californiana. Allí
bajo un poco la velocidad y espero a que el semáforo de al siga. Arranco apenas la
luz cambia y zigzagueo entre los coches esperando llegar lo más rápido posible a mi
destino. Me detengo cerca de la avenida principal, tres cuadras a la derecha. Dejo la
moto aparcada y me saco el casco mientras ingreso al restaurante/bar que está
abierto. Deben ser poco más de las ocho de la noche, así que estoy a tiempo.
La sigo hasta la puerta. Allí ella se inclina y regresa hacia donde estaba. Empujo la
puerta ingresando a una oficina bastante amplia y bien decorada. Luz suave,
muebles caros, decoración mayormente color rojo y café. Un chico me espera con los
pies sobre la mesa y un fajo de billetes a la mano.
— Ella misma.
— Supongo que debió ser por la gente de Will. — Alzo mis hombros. — No
perdieron contacto aun cuando regresamos acá.
Anthony frota su barbilla. — Helen Belier... — Repite. — ¿Por qué la matarían?
Estaba bien encubierta.
— No vine por la muerte de Helen. — Contesté. — Eso es punto y aparte, estoy aquí
realmente por otras cosas, lo usé de pretexto para acercarme.
— Bien, ¿qué necesitas? — Anthony saca una caja de cigarrillos y se lleva uno a la
boca para prenderlo.
Anthony esboza una sonrisa antes de darle una calada al cigarro. — ¿Qué más
quieres saber Min? — Pregunta él. — Tu padre usaba su pseudónimo "Suga", su
verdadero nombre nadie lo conoce. — Alza sus hombros. — Era un asesino serial
importante en Europa, huyó a Estados Unidos y por cuestiones del destino se enredó
con tu madre, la folló y naciste tú.
Anthony le da otra calada al cigarro y lo expulsa al aire, haciéndose más hacia atrás
en la silla. Cruza los brazos sobre su pecho y ríe.
— Bien. — Decido no darle más vueltas al tema. — ¿De la gente de Will qué sabes?
— Cierto. — Él vuelve a sonreír. — Pero aun así, ¿qué te importa? Estás nuevamente
en Estados Unidos, esto no es Europa, Yoongi. Estudia, haz tu vida, sé feliz si puedes
serlo y olvida toda esta mierda de asesinatos.
— Pero solo te pediré esto. — Me acerco un poco a él. — Necesito que le pongas
seguridad a una persona, a una persona en especial.
— Oh, es lindo. ¡Mira qué piel más blanca y exquisita! ¿Te diviertes mucho con él
Yoongi? — Me observa sonriente.
— Dieciocho años, es adoptado, vive actualmente con una mujer llamada Chaerin
Park. — Digo tratando de recordar algo más. — Se mudó a Oregón creo que a sus
ocho años. No tiene a nadie más que su madre.
— ¿Adoptado? — Anthony alza una ceja. — ¿Quiénes son sus verdaderos padres?
— Oh... ¿Min?
— Dile a tu primo que tenga cuidado con lo que hace. — Anthony me observa
fijamente.
— Nada que no podamos arreglar pero deberá tener cuidado y no llamar mucho la
atención. — Sigue manteniendo fija la mirada en mí. — Solo eso. — Asiento
confundido. Deberé hablar muy seriamente con Yoon cuando regrese, no quiero
saber ahora qué estupidez habrá hecho.
Salgo de la oficina y del local rápidamente. Me subo a la moto y conduzco
rápidamente a la casa. Un par de minutos después allí me encuentro. Estaciono la
moto en el garaje y me bajo de ella a gran velocidad. Ingreso a la casa encontrándome
a mi madre en la cocina y miles de bolsas.
— Me hubieras marcado e iba por ellas. — Siento que me sigue con la mirada. — No
deberías dejar a tus invitados así nada más, es una falta de respeto Yoongi.
— Yoongi.
— Nada. ¿Qué podría haber? Somos compañeros, con el que mejor me llevo. —
Contesto fríamente.
— Buenas noches. — Digo ya que ella sigue en silencio. Comienzo a subir las
escaleras a paso veloz. Ahora ha llegado el otro gran problema y me debo preparar.
Suelto un suspiro y me tranquilizo de todas las formas posibles antes de ingresar a
la habitación en silencio. Cierro la puerta y observo detrás de mí a Jimin acostado en
la cama.
Levanta un poco la mirada y rápidamente se sienta en ella. Me observa con miedo,
con la mirada suplica que no me acerque, puedo verlo y sentirlo.
Lleva una camisa blanca casi hasta las rodillas y unos pantalones de dormir negros.
Puedo ver a través de su camisa la gasa cubriéndola la herida que le hice.
— ¿Qué? — Pregunto.
Él no parece tranquilizarse.
— No te haré daño. — Digo de nuevo antes de sobar su rostro con lentitud. — Esta
noche no voy a lastimarte, te lo prometo.
Dirijo mis manos a sus piernas, él vuelve a tensarse y abre la boca. Mis manos viajan
hasta sus muslos y en un rápido movimiento logro tumbarlo en la cama debajo de
mí. El jadea un poco y una mueca de dolor se apodera de su rostro, comienza a
temblar.
Me inclino un poco hasta rozar sus labios. Respiro profundo antes de tomar sus
labios entre los míos y comenzar a besarlo con la mayor tranquilidad que puedo. Él
aprieta sus ojos y se estremece bajo mi tacto. Mis manos viajan por su cuerpo, dando
un masaje que poco a poco lo va calmando. Cuando siento perder la paciencia,
finalmente él comienza a corresponderme. Sus labios se mueven con extremo
cuidado sobre los míos y sus manos llegan a mi espalda donde entierra sus cortas
uñas. Me ordeno mantenerme en calma mientras me separo de sus labios y ahora
muerdo su mandíbula.
— Nada que no quieras, sigues siendo mío. — Repito cerca de su oído. — Hasta que
den las doce de la noche puedo seguir haciendo contigo lo que quiera. ¿Entiendes?
Jimin asiente con timidez. Dirige sus manos a mi pecho desnudo hasta reposar en
mis hombros y mordiéndose los labios con fuerza. Aquellos lindos labios balbucean
palabras incomprensibles. Se encuentra rojo y tembloroso.
Jimin vuelve a morder sus labios y traga duro. Dirige sus manos a mis labios y traza
línea por mi labio inferior.
— Solo... — Cierra sus ojos unos momentos y los vuelve abrir. — Solo hazlo por
favor... n— no me hagas repetirlo. Tómame si eso deseas pe-pero déjame probarte
otra vez, déjame sentir tu sangre sobre mis labios y mi cuerpo junto al tuyo to-
tomándome con agresividad. Déjame probarte otra vez, déjame saborearte... te lo
suplico... déjame probarte una vez más.
Ahora sí se le ha volado.
— De acuerdo... — Dirijo mis manos al escritorio para buscar el bisturí, mis manos
recorren la superficie. Me detengo y lo observo buscándolo con la mirada.
—Yoongi. — Llama Jimin. Volteo a verlo y abro mis ojos, perplejo. El bisturí se
encuentra entre sus manos y apuntando directamente a mi garganta. Sus ojos se han
oscurecido casi por completo.
Jimin tiembla debajo de mí. Se esfuerza por mantener el cuchillo firme pero su mano
tiembla tanto que es prácticamente imposible. Suelto una sonora carcajada y en un
rápido y fácil movimiento logro quitarle el objeto de las manos. Él siquiera se
esfuerza en recuperarlo, sigue temblando debajo de mí.
Jimin se tensa el doble debajo de mí, pero el muy enfermo todavía tiene el descaro
de hacer brillar sus ojos con deseo.
— Lo haré. — Sonrío. — Pero también querías algo, ¿no? Llevo el objeto a mis labios
y corto. Jimin cada vez se muestra más asustado conforme la cantidad de pequeñas
aberturas que voy dejando en mis labios va creciendo. Las gotas de sangre se
acumulan, comenzado a deslizarse hasta que van a dar directamente con el cuello
de Jimin y parte inferior de la barbilla. Fácilmente debí haber hecho unos diez cortes,
o más.
Y como un desquiciado total me toma del cuello para plantar sus labios contra los
míos, gruñendo con violencia antes de morder mis labios con excesiva fuerza. Trato
de separarlo de mí pero sus dientes se han encajado profundo en mi labio, casi
arrancándome la piel al tratar de retirarlo.
—Ruega misericordia que toda aquella paciencia que tenía contigo ha finalizado esta
noche. Te haré mío de una forma tan dura y desquiciada que nunca vas a olvidarla.
—Porque te haré mío de una forma tan placenteramente violenta que recordarás
todas las noches y llegarás arrastrándote a mis pies suplicando por más. ¿Y sabes
por qué?
— Porque ningún otro sabe cuán masoquista eres y como te encanta que te azoten y
drenen, que te corten el cuerpo y laman tu sangre revolcándote en las sábanas
salpicadas de rojo, no saben cuánto te pone que te hablen sucio enterrándose
profundo en ti mientras te lastiman, no saben que te encanta el sadismo
descontrolado. No saben cuánto te gusta que te aten a la cama, jueguen con tu
cuerpo, te torturen lento y te azoten hasta hacerte sangrar y gritar de placer.
Y finalmente jadea, liberando el gemido que tanto ansiaba para poder proseguir. Su
cuerpo sudoroso, sus ojos oscurecidos, su duro pene marcándose a través de su ropa
y sus labios mordidos finalmente me vuelve loco.
Taehyung
— ¿Alguna vez te preguntaste por qué ciertas cosas te suceden solo a ti? Es extraño.
— Suelto un suspiro y aviento la bola de papel, aquella cae directamente en el bote
de basura.
— Sí, bueno, dudo mucho que seas el único en el mundo a quien le pasan cosas. —
Jackson ríe sin despegar su vista del teléfono.
— Oh, y vaya que los tienes. — Jackson ríe y se sienta junto a mí viendo la
computadora. — Como aquel vídeo porno que tienes con Jeon.
— Cállate. — Ruedo mis ojos. — Voy a borrarlo así que no cantes victoria.
— ¿Lo gozaste? — Me pregunta viéndome con una sonrisa. No puedo evitar reír y
desviar la mirada. A mi mente regresa la imagen de Jeon Jungkook desnudo debajo
de mí y no puedo evitar morderme el labio. Es un chico muy atractivo, una pena que
haya tenido que ser de esa forma nuestro primer encuentro sexual.
— Supongo, estaba drogado así que resultó extraño. — Confieso. — Pero no pasa
nada, cuando baje la guardia volveré a picarlo.
— Ah, ¿no que mucho remordimiento moral por lo que hiciste? — Jackson alza una
ceja divertido. — Como si él no quisiera darse una buena cogida conmigo. — Ruedo
los ojos. — Solo se hace del rogar pero cuando caiga caerá completo.
Suelto un suspiro y lo dejo rebuscar entre los archivos hasta que hace doble click en
uno. Observa la carpeta y finalmente vuelve a hacer doble click y una vez más. El
reproductor se abre y la imagen de Jungkook y yo entrando a la habitación se hace
presente.
"¿Qué quería?"
"¿Y?"
"Me pidió protección para un chico"
"¿Protección a quién?"
¿Park Jimin? ¿Protección? ¿Por qué Yoongi querría ponerle protección a Jimin?
— Hermano, si vas a subir eso a pornhub más te vale que no tenga sonido.
— Aparentemente piensa que la gente de K. y Sullivan van tras él, también cree que
están viniendo por los peces gordos. — Hace una pausa. — Dijo que estaba pasando
un tiempo con él y no quería meterlo en esto.
— Pero la gente de Sullivan o K no tendrían por qué ir por Jimin, irían directamente
por Yoongi. — Contesto alzando una ceja.
— Nadie más que yo tiene el video, lo prometo. — Bajo mi voz. — Justo ahora planeo
borrarlo.
— ¿Al menos recibiste una buena paga por correr ese riesgo?
— Excelente.
— Bien. — Anthony suspira. — Solo evita meterte en muchos líos Yoon, no estamos
en condiciones de estar llamando la atención. Acá en California las cosas están
tranquilas pero no sabemos cómo estarán allá en Oregón o Washington, en Europa
todo está tenso por lo de Helen. ¿Por qué no me avisaste? ¿Y quién te dijo?
— Vamos... — Me animo. — Nadie debe ver esto. Hago click. El video se borra.
Sintiéndome aliviado pero aún con la adrenalina corriéndome por las venas abro mi
cajón y muevo mis cuadernos hasta que mi mano toca el fondo. Muerdo mi labio
rebuscando con algo de incomodidad hasta sacar la vieja cartera de cuero. Tomo un
billete que enrollo, deslizo nuevamente la mano en el cajón sacando una bolsa de
plástico que abro y vierto lo que contiene sobre el escritorio con rapidez.
Unos segundos después tengo finas líneas de polvo blanco sobre el escritorio viendo
hacia mí, llevo el billete enrollado a mi nariz y me inclino sobre el escritorio.
E inhalo profundo.
Jimin Pov
Siento la sangre bullir en mis estómago, la ira y el deseo que suelta por todos lados
me hace enloquecer. Sí, me siento terriblemente aterrado y quiero gritar y salir
corriendo pero otra parte grita escandalizada de placer y suplicándome entregarme
a él. Entregarme y no alejarme.
— Pagarás por lo que hiciste. — Repite y empuja frotándose un poco sobre mí, jadeo
involuntariamente. — Es momento de jugar contigo como siempre quise muñeco.
Muñeco...
— Si sigues gritando así no me dejarás otra opción que ponerte una mordaza en la
boca. — Se burla. — Mi mamá está abajo y no quiero que nos escuche.
Se acerca a su puerta y coloca el pestillo, gira la manija para asegurarse de que esta
se traba y regresa a mí, examinándome fijamente.
— Dejas que el cazador te tenga y luego te coma, dime, ¿te gusta más esa idea? —
Yoongi vuelve a sonreír.
Trago duro y niego con la cabeza repetidas veces pero sé que no va a escucharme.
Toma mis piernas y las estira ya que las tengo flexionadas, las separa un poco y se
coloca entre ellas. Se quita frente a mí su camisa permitiéndome observar los
músculos que comienzan a formarse en su pecho, los buenos abdominales que se
carga ya.
— ¿Cuántos azotes crees que sean necesarios? — Pregunta en voz alta frotando su
barbilla. — ¿Treinta?
Jadeo de dolor de tan solo pensarlo. Treinta veces el cuero del cinturón azotándose
contra mi cuerpo... mierda... no, voy a quedar marcado por siempre.
— Oh, cierto. Que debo hacer marcas en lugares más íntimo, lo siento muñeco, no
me dejas otra alternativa. Me toma de la cadera y me da la vuelta. Mis brazos se
enredan y las esposas aprietan más fuerte, siento mi pecho contra la cama, mi
respiración sigue igual o más agitada.
Finalmente baja la prenda hasta dejar mis glúteos al expuesto. Lo escucho levantarse
y el sonido del metal muy cerca de mí. Me mantengo en silencio hasta que...
Zaz
Mis dientes se encajan con tanta fuerza que mi mandíbula duele. Vuelvo a gritar y
batallo por recuperar mi respiración, pero apenas puedo concentrarme ya que el
cinturón vuelve a azotarse contra mi piel.
Yoon me toma y me vuelve a dar la vuelta, sonríe al ver mi dura erección y el trazo
húmedo que voy dejando. Mi cuerpo tiembla y no por dolor o miedo, tiembla de
excitación, los escalofríos vuelven más salvajes y chillo aún más agudo cuando sus
dedos frotan a través de la ropa.
Muerdo mis labios y las lágrimas asoman nuevamente por mis ojos. Yoongi se coloca
frente a mí y me toma de las piernas para jalarme un poco y que me enrede en sus
caderas. Toma el pantalón y en una lentitud tortuosa comienza a bajarlos, dejando a
la vista mi hinchada y rojiza erección que suplica un poco de caricias.
Baja un poco más hasta liberar por completo lo que guardo. Tiemblo con más fuerza,
esta vez sintiendo vergüenza y excitación rodeando todo mi cuerpo. Mi mente se
baña de pensamientos obscenos pero lo único que quiero ahora es que se calme,
necesito que mi jodida erección se calme de una maldita vez.
— T— tócame... — Susurro con voz temblorosa, siento mi dignidad irse hasta mis
pies. — Tócame por favor.
Me niego a contestar. Muerdo mis labios nuevamente y trato de ahogar mis gemidos
pero mi cuerpo y boca me traicionan completamente. El control de mi mente sobre
mi cuerpo parece zafarse por completo.
Él deja mi erección y vuelve a deslizar su mano debajo de la cama. Cierro los ojos y
batallo por regularizar mi respiración. Es imposible, estoy demasiado excitado.
— Dios... — Es lo único que logro liberar de mis labios al sentir el frío lubricante caer
sobre mi erección y deslizarse hacia mi entrada. Me retuerzo y Yoongi vuelve a
tomarme. — ¡Dios!
— Y-Yoongi...
Pero ya me encuentro con los ojos cerrados fuertemente, recordando la vez que me
toqué pensando en él. Eso no se compara a lo que estoy viviendo ahora pero ya me
encuentro gimiendo su nombre agudo como esa vez.
Yoongi mete presión y otro jadeo ronco escapa de sus labios. Él tampoco está
aguantando y seguramente gemir su nombre no ayuda en absolutamente nada.
Abro mis ojos y grito agudo, me quiero venir, la sangre bulle en mi cuerpo y mis
piernas comienzas a temblar y tensarse. Mi piel se torna rojiza y el mantener la boca
cerrada se volvió en algo imposible, levanto mi cadera despegando mi espalda
empapada de sudor y agito las cadenas con fuerza sobre mi cabeza.
Hace un corte en mi pecho, grito un poco y siento el ardor de la piel abriéndose muy
poco después. El rastro de sangre se hace visible y las gotas lentamente resbalan por
mi piel. Yoongi lleva sus manos y se embarra un poco los dedos para probar, vuelvo
a tragar duro. Él sonríe y me toma de las caderas con fuerza.
— Yoongi... — Suplico una última vez, pero sé que es demasiado tarde, mis caderas
se mueven desesperadas por encontrar su duro miembro.
Me toma con fuerza, mis manos se azotan nuevamente. — ¿Y te digo qué es lo mejor?
— Pregunta pero yo ya me encuentro agitado al sentir su glande empujar
suavemente contra mi entrada. — Que aunque quieras tocarte no podrás por estar
atado. ¿Qué se siente estar a mi total disposición?
— Tu hermoso cuerpo está vulnerable ante mí, puedo hacer contigo lo que quiera.
— Repite. — Y eso es lo que voy a hacer, te dejaré muy en claro que no importa qué
hagas o qué digas, siempre serás mío.
Y grito cuando lo siento hundirse poco a poco a mí, con una enfermiza sonrisa y un
jadeo tan morboso y electrizante que me remueve todo el interior. Inmediatamente
lo aprisiono, sintiendo su duro miembro entrar en mí con lentitud hasta dar la
estocada que lo introduce todo. Arqueo la espalda y aprieto con tan fuerza mis
puños que mis nudillos se tornan blancos.
— ¿Te gusta, verdad? — Pregunta empujando más profundo. — Puedo ver en tus
ojos cuánto te gusta...
Se separa un poco pero no perdemos la paso, él entra más profundo tomándome con
fuerza. Jadeo y muerdo mis labios perdido en sus oscuros ojos y su oscuro cabello
revuelto y desordenado en descontrol, su piel brillante por el sudor y sus labios
rojizos de tanto morderlos y chuparlos mientras me observa.
Empuja más fuerte en mi interior sin dejar de verme y me siento correr con su
mirada. Mi cuerpo se azota cada vez más rápido y mi erección palpita cada vez más,
grito, grito y le suplico que me toque para llegar al hermoso clímax. Él sonríe y me
masturba nuevamente sin dejar de entrar y salir de mí. Y es agresivo y es violento.
Se deja hundir sin piedad alguna en mí, me azota con fuerza y el lubricante ya no
ayuda, pero el ardor es impresionante, delirante y exquisito.
— ¡YOONGI! — Grito con todas mis fuerzas sintiendo mis cuerdas vocales
destrozarse. — ¡YOONGI, MÁS, MÁS!
No evito sonreír un poco, relamo mis labios e inhalo profundo. Y cuento en silencio
los minutos que me quedan con él, juntos, desnudos, abrazados en aquella
oscuridad. Y finalmente el momento más desastroso se hace presente cuando
escuchamos el suave pitido del despertador anunciando medianoche.
Y Yoongi me empuja violentamente para zafarme de él sin decir ni una sola palabra,
agarra sus cosas y sale del cuarto azotando la puerta detrás de él.
Jimin Pov
Lo primero que hago al abrir los ojos es soltar un gemido de dolor, un agudo y filosos
ardor por toda mi cadera y trasero me azota violentamente. Siento como si un
camión me hubiese pasado encima, todo mi cuerpo está entumecido y cuando trato
de moverlo duele terriblemente. Es como si hubiese hecho el ejercicio de mi vida.
Trago duro y me siento palidecer. Oh mierda... lo sabe, lo sabe. Volteo a ver a Yoongi
suplicando que me ayude pero él está muy tranquilo poniéndole miel a sus
panqueques.
— Yoongi. — Llama la señora Min.
— ¡Mierda, sí! — Yoongi voltea a verla muy cabreado. — ¡Dormimos juntos! ¿Y qué?
Aprieto mis puños y tiro de mi cabello con fuerza mientras muerdo mi labio.
Muerdo más fuerte para evitar gritar, tornándome completamente rojo y
comenzando a dar vueltas para calmarme. Golpeo la pared y me pongo contra ella
después cubriendo mi rostro. No puedo creerlo... sencillamente no puedo creerlo.
Vuelvo a tomar aire y espero largos minutos hasta calmarme. Abro la puerta con
temor y vuelvo al comedor en silencio pero Yoongi no se encuentra allí ni su madre.
Los platos ya están recogidos y colocados en el fregadero, pero el mío sigue allí,
completamente intacto.
Trago duro y sigo comiendo haciendo chocar los cubiertos contra el plato, eso es lo
único que logro escuchar en aquel frívolo y espeso silencio que se ha formado. No
sé dónde está Yoongi o la señora Min, prácticamente han desaparecido sin dejar
rastro.
— Déjalo dulzura, yo lo lavo. — Evita verme a los ojos y sorbe por la nariz. — Gracias
Jimin.
Ella asiente sin verme y comienza a frotar agresivamente los platos con la esponja.
Yo lentamente retrocedo y me voy por el corto pasillo por donde ella vino, llegando
a la sala principal con las escaleras. Trago saliva al ver a Yoongi apoyado contra la
ventana viendo el exterior con la mirada perdida. Me acerco un poco a él.
Pero él no contesta. Me acerco molesto hasta quedar frente a él pero Yoongi observa
el exterior y no mis ojos como espero. Trato de tomar su brazo pero él lo aleja con
agresividad.
— ¿Qué pasó? — Pregunto preocupado. — Yoongi háblame.
— ¿No te quedó claro lo que te dije ayer? — Espeta fríamente finalmente viéndome
a los ojos.
— No, eso no fue lo que dijiste. — Él se va acercando. — ¿Qué fue lo que dijiste
Jimin?
Yoongi suelta una fría carcajada y niega con la cabeza antes de regresar la vista al
exterior.
— Solo piérdete y consíguete una vida Jimin. — Dice sonriendo. — O alguien que
controle tu enfermo desespero de dolor. O no sé, quiérete un poco.
Siento la puñalada más fuerte de mi vida y al instante mis ojos se llenan de lágrimas.
Retrocedo tapando mi boca y algo helado me recorre, un gusano en el estómago y
un nudo en la garganta que impulsan mis ganas de vomitar. Muerdo con fuerza mis
labios y suelto un sollozo antes de salir corriendo y subir las escaleras sintiendo mi
pecho arder.
Y una vez que entro al cuarto donde originalmente me alojaba, me suelto a llorar, a
llorar de dolor y de rabia. Me acuesto en la cama y me hago ovillo sintiendo mi
cuerpo temblar y contraerse. El dolor es insoportable, un dolor que no puedo sanar
ni sobar para calmarlo, porque es un dolor que viene desde lo más profundo de mi
corazón y de mi alma.
"Quiérete un poco..."
Aprieto mis puños con fuerza hasta sentir mis uñas encajarse en mis palmas con
fuerza. Abro mis ojos bruscamente y observo la nada soltando humo por todos
lados. Mis nudillos se encuentran blancos y las venas de mis brazos marcadas
totalmente. Lentamente me reincorporo y llevo mis manos a mi cabeza en un intento
de calmar el dolor que comienza a instalarse.
Levanto la mirada y por primera vez dejo que el enojo me envuelva y me tome. Abro
la puerta bruscamente y avanzo al cuarto de Yoongi presintiendo que está dentro.
Toco con fuerza y trato de abrir pero el pestillo está puesto.
Toco con más fuerza escuchando maldiciones del otro lado. La puerta se abre
bruscamente y Yoongi aparece pero al verme intenta cerrarme la puerta en la cara
pero se lo impido. Empujo la puerta con mis manos con todas mis fuerzas y después
empujo a Yoongi. Él abre sus ojos sorprendido pero finalmente suelto lo que quise
hacer.
Yoongi jadea y se cubre al instante pero yo solo siento un punzante dolor en mis
nudillos. Sacudo mi mano con una mueca y observo a Yoongi en silencio. Él pasa su
mano por su nariz para limpiar la sangre que comienza a brotar.
Es un impulso, salgo corriendo del cuarto sintiendo apenas como sus dedos rozan
mi espalda al tratar de agarrarme. Me encierro en el cuarto de invitados y me coloca
hasta la pared contraria viendo con enormes ojos la puerta que es azotada con
fuerza. La voz de Yoongi del otro lado exige que abra pero ni aunque me paguen
voy a abrir esa maldita puerta.
— ¿Sí?
— Jungkook. — Esbozó una sonrisa. — ¿Cómo estás? Hay un silencio del otro lado
que me confunde.
— Eh... sí, sí. — Contesta. — Jungkook creo que ya salió, ¿te lo paso?
— Por favor.
— Nos vemos Jackson. Escucho unas voces de fondo y unos murmullos. Finalmente
la voz de Jungkook se apodera del teléfono.
— Algo aburrido, pero mejor ahora que llamas. — Casi puedo sentir su sonrisa del
otro lado. — ¿Cómo la pasas con Yoongi? ¿Todo bien?
— Umh, no está tan mal. — Muerdo mis labios. — ¿Allá en Oregón qué tal?
— Igual yo te extraño. — Relamo mis labios. — Pero llego allá en dos días así que
no falta tanto.
— Me avisas cuando estés acá, aunque bueno, te veré de todos modos en el instituto.
— Jungkook ríe nuevamente. — Le... mandas saludos a Yoongi de mi parte.
— ¿Estás de buen humor? — Pregunta Jackson sonriente pasando sus manos por la
espalda del contrario.
— Depende de qué tan bien me lo hagas hoy. — Jungkook muerde sus labios y
vuelve a besarlo. Giran en la cama con una sonrisa y prosiguen su beso hasta que
Jackson se separa para verlo.
— ¿Qué pasa? — Pregunta el chico con voz algo corta. Jackson lo observa unos
momentos antes de tragar pesado.
Jimin Pov
Mantengo la mirada fija en las maletas y en silencio las voy arrastrando fuera. El
tiempo pasó increíblemente rápido y en ese corto tiempo pasaron muchas... cosas.
Quizás en alguna parte de mí sabía que algo así podía llegar a suceder pero está más
que claro que fue vivirlo fue mil veces más intenso que simplemente imaginarlo.
¡Pero lo tenía bien merecido! Y pese a que no me dirigió la palabra sé que no falta
mucho antes de que yo pague. ¿Pero qué importa? Esperaré lo que sea que venga, al
menos yo ya hice algo y no me quedé cruzado de brazos. No sé qué es lo que pasa
conmigo ya que yo no tiendo a ser así pero con alguien como Min Yoongi a tu lado,
está claro que las cosas no son para nada sencilla, por no decir desastrosas.
— ¿Ya es todo chicos? — Pregunta la señora Min. — Bien, bajaremos a comer algo
antes de dirigirnos al aeropuerto. ¿Ya le avisaste a tu madre?
— Creo que Jimin se las puede arreglar perfectamente solo para regresar a casa. —
Interviene Yoongi con una falsa sonrisa.
La señora Min lo observa antes de verme a mí, me limito a sonreír y levantar ambos
hombros.
La señora Min no me contesta pero sonríe como puede. Ella sube al coche y Yoongi
sube con ella, instalándose claro en el asiento del copiloto. Yo me subo en la parte
trasera detrás de la madre de Yoongi y cruzo mis brazos sobre mi pecho viendo por
la ventana. Ya quiero irme, esto es demasiado para mí.
El coche arranca y la señora Min pone la radio para aligerar un poco el ambiente.
Saco los audífonos de mi mochila y me coloca uno mientras desbloqueo mi teléfono
e ingreso a mis redes sociales. Alzo una ceja al ver una solicitud de amistad en el
Facebook que nunca uso. Ingreso y abro mis ojos divertido antes de sonreír.
Inevitablemente río sin poder creerlo y acepto. Levanto la mirada y me percato que
Yoongi me está viendo a través del retrovisor pero apenas nuestras miradas cruzan
él la desvía y se coloca sus audífonos. Yo regreso la vista a mi teléfono y después de
aceptar a Lay y su extraño apodo regreso la vista al frente para perderme en el
paisaje.
Avanzamos hacia las escaleras pero ella se detiene cuando su teléfono comienza a
sonar. Rebusca en su bolsa mientras sube las escaleras en suaves maldiciones. Saca
su teléfono que tiene la linterna prendida y contesta.
Ella comienza a subir más rápido las escaleras y se detiene bruscamente junto a una
puerta. Frunce su ceño y suspira mientras niega con la cabeza otra vez.
Ella cuelga y nos observa con los labios apretados. Pasa su vista de Yoongi a mí
repetidas veces antes de frotar el tronco de su nariz denotando frustración.
— Vayan al restaurante, los alcanzo. — Ella nos observa muy seria. — A mí pídeme
una hamburguesa BBQ, Yoongi. Iré al café internet de la planta baja y al banco, los
alcanzo. Por favor no se demoren mucho en comer. No tardo.
Ella baja las escaleras pero se detiene a medio camino para vernos.
— Iré cuando llegue mi madre, tú come a gusto. — Mete la mano en sus pantalones
y abre su billetera, abro mis ojos con sorpresa al ver la cantidad de billetes que se
encuentran allí. Me extiende unos antes de cerrar la cartera. — Si mi madre pregunta,
le dices que estoy en el baño y me envías un mensaje para llegar.
— No haré eso pero gracias por el dinero. — Lo guardo en el bolsillo con una sonrisa.
— Ten mucho cuidado Jimin. — Sonríe. — No soy idiota, y si me buscas créeme que
me vas a encontrar.
— No te lo daré. — Contesto.
Evito a toda costa hacer contacto visual con él y deslizo mi mano dentro de su
pantalón, buscando con la mano el fajo de billetes. Y claro que toco algo... pero no
precisamente el dinero... y el suave jadeo de Yoongi me lo confirma. Muerdo mis
labios con más fuerza y sigo rebuscando pero no logro encontrar nada. Acaricio de
vez en cuando el pene de Yoongi que lo siento despertar conforme más toco para
buscar.
— ¿Y sigues creyendo que te dejaré ganas tan fácilmente? — Ríe. — Eres tan ingenuo
e idiota.
Siento los billetes rozar contra mi mano, esbozó una sonrisa y deslizo más mi mano
hasta sentir todas las puntas y tirar de ellas, sacando el fajo completo. Yoongi abre
la boca para reclamar muy seguramente pero lo empujo a la puerta detrás de él y
abro con fuerza. Los productos de limpieza hacen su aparición en el pequeño espacio
pero eso no me impide empujarlo dentro y colarme con él antes de cerrar la puerta.
— Creo que si quiero jugar contigo Yoongi. — Digo en la oscuridad. — Pero esta vez
será con mis reglas.
— No tienes idea de con quién estás tratando. — Le escucho decir en la oscuridad
con violencia. — No tienes idea de con quién te estás metiendo Park Jimin.
Cierro mis ojos y paso saliva antes de comenzar el suave vaivén con mi cabeza,
sintiendo la tibia textura contra mi paladar. La saco de mi garganta y la tomo entre
mis manos para comenzar a lamer provocando húmedos sonidos que comienzan a
excitarme. Lo tomo con firmeza y comienzo a succionar con ruido, dejando muy en
claro el trabajo que estoy haciendo con su pequeño amigo. Está duro, muy duro.
Sonrío animado y sigo lamiendo esta vez con mayor lentitud antes de volver a
engullir, Yoongi tira un poco de mi cabello soltándome un gruñido y en un
imprevisto empuja su erección hasta el fondo de mi garganta.
Tengo una arcada y mis ojos se empapan de lágrimas al sentirme ahogar. Trato de
separarlo con violencia al sentir el aire faltarme y sus duras embestidas provocando
más y más náuseas. Mi boca se empapa de saliva e inevitablemente comienzo a
jadear sintiendo como mete y saca su erección de mi boca con violencia. Lo escucho
gruñir de placer en la oscuridad, saca un poco su erección para solamente meter
poco más del glande contra mis hinchados labios. Me mantengo quieto sintiéndolo
entrar y hundirse nuevamente en mi boca con agresividad. Jadeo nuevamente y
aguanto la respiración para no marearme debido a todo lo que ocupa en mi boca y
dejo que me embista, lento pero firme, dando duras estocadas que siento me
atravesarán la garganta.
— Te encanta, ¿no es así? —Pregunta dando más golpes que me hacen jadear. —
Eres un muñeco que le encanta ser maltratado. Roza de arriba a abajo contra mis
labios, tiemblo y abro la boca, él solamente mete la punta para sobarla contra mi
lengua. — Tan sucio... — Jadea. — Tan perfecto...
La saliva se acumula y aprovecho para lamer un poco. Cuando Yoongi está a punto
de tomar nuevamente mi cabello me aferro al dinero y me levanto de golpe.
Escucho los gritos de Yoongi detrás de mí pero yo solamente subo corriendo las
escaleras a toda velocidad, sintiendo mi corazón golpeando duramente contra mi
pecho. Me detengo cuando llego a la planta con toda la gente y me pego a la pared
para recuperar la respiración.
No...
Puedo...
Creerlo...
Tapo mi boca y ahogo un chillido de emoción. ¡Lo hice! ¡Mierda, lo hice! ¡Lo he
dejado con las ganas! Suelto un aullido de euforia captando unas miradas que me
ven extraño. ¡Sí, véanme. ¡No me interesa! ¡Acabo de hacer lo que creí nunca hacer!
Y sí, puede que sea algo muy estúpido pero es algo, y es algo de lo cual me siento
terriblemente orgulloso y me llena hasta cierto punto. Él debe estar desesperado
buscando cómo bajar la maldita erección y maldiciendo por lo que he hecho.
Sonrío más y comienzo a avanzar por la plaza con una enorme sonrisa en el rostro.
Guardo los billetes detrás de mí pasando frente a un bar. Sigo mi camino hasta que
escucho un grito detrás que me hace frenar.
Me volteo confundido buscando de dónde puede provenir la voz. Siento que tocan
mi hombro y al instante me volteo viendo a un chico de tez morena, cabello castaño
ligeramente ondulado y lindos ojos verdes observándome sonriente. Diablos, luce
tan... americano.
— Eh... ¿sí? — Pregunto ligeramente confundido ante la abrupta aparición del joven
chico frente a mí.
— Lo siento, no quería asustarte. — Dice él. — Pero resulta que me han mandado a
hablar contigo, ¿crees que podríamos ir a un lugar más privado?
Parpadeo confundido y alzo una ceja. — ¿Tú quién eres? — Pregunto molesto y en
desconfianza mientras retrocede.
— Lo siento, puedes decirme Forcraft. — Se inclina con una sonrisa dibujada en sus
labios. — Anthony Forcraft...
Jimin
Observo con una ceja alzado al chico frente a mí... no debe tener más de veinticinco
años, luce bastante joven y esa dulce y carismática sonrisa sin duda alguna lo
beneficia muy bien. Carraspeó mi garganta antes de observar de izquierda a
derecha.
Anthony sonríe un poco antes de ver mi camisa y mantener la vista un rato y luego
subir a mi cuello y clavarme sus intensos ojos verdes. Carraspea igualmente su
garganta antes de reincorporarse bastante formal y sacudir su cabello encrespado.
— Bueno, parece que sí. — Sonrío un poco y alzo mis hombros. — ¿Yoongi es amigo
tuyo?
— No te quito más el tiempo, Jimin. — Dice tranquilamente. — Ten una linda tarde.
— Igualmente, hasta luego.
— Hasta luego.
"Vas a pagar" Dice entre labios antes de tomar violentamente la carta y clavar la vista
en ella.
— Buenas tardes. — Una atractiva chica con el cabello recogido se acerca. — ¿Desean
algo para tomar?
— Dame una cerveza. — Pide bajando un poco su mirada al escote de la chica que
se encuentra abierto, abro mis ojos como platos. — Por favor.
Yoongi alza ambas cejas y niega con la cabeza, la chica le sonríe una última vez antes
de darse la vuelta y bajar las escaleras. Yoongi la sigue con la mirada enfocándose
en sus caderas y después en su trasero durante unos segundos, esboza una débil
sonrisa antes de regresar la vista a la carta. Aprieto mis labios y apenas siento un
dolor en mis dedos volteo, percatándome que he estado apretando el tenedor con
todas mis fuerzas casi doblándolo. Me ahorro mis comentarios y esperamos a que la
chica regrese con nuestras bebidas.
— De acuerdo... — Dice en voz baja y cambia su peso de pie antes de ver a Yoongi.
— ¿Tú?
— No te vi en la carta. — Contesta Yoongi con una sonrisa.
— Ya veo. — Yoongi la recorre un poco de pies a cabeza. — Dame una BBQ con
papas a la francesa, si eres tan amable y una sencilla para llevar.
— Con mucho gusto. — Ella asiente y le guiña el ojo antes de retirarse meneando el
doble sus buenas caderas.
La sigo con una mala cara antes de dirigir la vista a Yoongi. — ¿Conoces algo que se
llama respeto? — Pregunto de mala gana.
— Algo que definitivamente tú perdiste el primer que te abriste de piernas para mí.
— Contesta Yoongi tranquilamente jugando con el sorbete en su mano.
Aprieto mis puños y me siento enrojecer cada vez más. Tomo una bocanada de aire
y me apoyo en los bordes de la mesa antes de inclinarme hacia Yoongi quien sonríe.
— No creí que tuvieras gusto por las mujeres. — Sonrío un poco. — Luces
demasiado homosexual.
— ¿Estás celoso? — Pregunta Yoongi divertido alzar una ceja. — ¿Acaso no puedo
fijarme en una mujer? Tú y yo no somos nada, Jimin.
— Me los evitaría pero resulta que andas hablando de mí con amigos tuyos, así que...
Maldigo por ser los únicos en la planta alta pero eso no evita que patalee y me zafe
de él. Yoongi me vuelve a tomar con fuerza torciendo mi brazo y aventándome a los
baños casi tirándome al suelo. Me levanto pero él ya me toma del cuello de la camisa
y me va a estampar contra la pared.
— Mentiroso.
— ¿Te tocó? ¿Te hizo algo? ¿Se acercó mucho a ti? — Preguntó tomándome cada vez
más fuerza y provocando que abra mis ojos asustado. — ¿Lo tocaste? ¡¿TE TOCÓ
JIMIN?! ¡¿ESTE ES TU MALDITO PLAN?! ¡¿ENROLLARTE CON EL PRIMERO
CUANDO SABES QUE ME PERTENECES?! — Me azota contra la pared con tanta
fuerza que me saca el aire y no puedo evitar gritar un poco. — ¡ERES MÍO, MIERDA!
¡ERES MÍO Y SOLO MÍO Y NADIE QUE NO SEA YO LO MATARÉ SI TRATA DE
TOCARTE!
— ¡YOONGI YA BASTA! — Grito sintiendo las lágrimas en mis ojos debido al terror
que me provoca su tono. — ¡YA SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME!
— ¡SI ES NECESARIO QUE QUEME TODA TU LINDA CARA PARA QUE NADIE
MÁS PUEDA VER TU BELLO ROSTRO TEN MUY EN CLARO QUE LO HARÉ! —
Vuelve a azotarme contra la pared. — ¡Y SI ES NECESARIO QUE TE ABRA EL
ESTÓMAGO PARA TATUAR MI NOMBRE EN ÉL TAMBIÉN VOY A HACERLO!
— Otro azote. — ¡Y SI ES NECESARIO QUE TE TOME A LA MALA PARA
DEJARTE EN CLARO A QUIÉN PERTENECES IGUALMENTE LO HARÉ!
¡¿ENTIENDES?! ¡¿ENTIENDES JIMIN?! — Me da un último azote que es el que me
lleva al suelo.
Lo observo desde el suelo temblando con todas mis fuerzas. Yoongi maldice y
comienza a palpar su pantalón con fuerza.
Alza su puño, suelto un grito y me agacho justo cuando escucho su puño estamparse
con fuerza contra el espejo y hacerlo trizas. Me pega a él y con los nudillos
empapados de sangre arranca un pedazo de vidrio que alza a la altura de nuestros
rostros. Me remuevo con violencia al ver los hilos de sangre en sus muñecas.
— ¿Esto es lo que quieres? ¿Quieres que use esto? — Acerca el vidrio a mi rostro y
yo inmediatamente comienzo a negar con la cabeza. — ¡Pues me estás tentando a
usarlo! — Grita acercándolo más a mí. — ¿¡Quieres que te marque?!
— ¡Oh, claro! — Él toma mi mano y la abre para colocar el vidrio allí y presionar. —
¡Si yo no lo hago entonces lo harás tú!
Grito cuando veo el filo atravesar toda mi palma haciendo una cortadura. Yoongi
me avienta nuevamente y se coloca detrás de mí tapando mi boca. Pataleo y me
remuevo pisoteando en desespero hasta que lo siento chocar con la pared. Comienzo
a azotarlo con fuerza pero él me sigue tomando y en un veloz movimiento él es quien
me pone contra la pared. Siento la punta del vidrio rozando mi garganta.
— ¿Qué tengo que hacer para que comprendas que hagas lo que hagas eres mío? —
Pregunta más tranquila. — ¿Quieres que vuelva a joderte? ¿Eso quieres? ¿Qué te
llene el cuerpo de chupetones y de marcas?
Muerdo mis labios y cierro mis ojos con fuerza cuando sus manos se colan por mi
camisa y comienzas a subir. Aprieto más mis labios y ojos al sentirlo rozar mis
pezones.
¿Crees que te dejaré así como cualquier otro? Trago más pesado al sentirlo pegarse
a mí, mi respiración falla y al instante jadeo. — ¡PERO SI ESTÁS ENFERMO! —
Comienza en reír en descontrol. — ¡ERES UN SUCIO, UN ENFERMO JIMIN! ¡UN
ENFERMO!
Yoongi inmediatamente me gira para que quedemos cara a cara. Me toma con fuerza
de ambas mejillas importándolo poco que una mano se encuentre sangrando para
que lo observe directamente a los ojos.
— ¿Por qué te cuesta tanto? — ¿P— por qué te cuesta tanto a ti d— dejarme ir? —
Ataco esta vez yo viéndolo duramente.
— Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con la mentira. —
Repite divertido.
— No volveré a tocarte.
Y siento mi pecho oprimirse al entender poco a poco qué es lo que está haciendo y
la relación con su frase...
Jungkook Pov
Me muevo en la cama sin poder conciliar el sueño. Suspiro y observo el techo con
los brazos detrás de la nuca pensando una y otra vez en las palabras de Jackson:
"tengo que mostrarte algo". No sé qué pueda ser pero su rostro denotaba mucha
preocupación así que sé que es algo malo. No lo presioné para que me lo dijera al
instante, esperé a que finalizáramos las "tutorías" antes de preguntar de nuevo. Él
me dijo que debía esperar un poco y cuando estuviera listo me diría y mostraría
aquello.
Estoy a punto de ingresar a los mensajes cuando una llamada entrante de Taehyung
aparece en la pantalla. Alzo una ceja observando el número que suena y suena en
mi mano. Muerdo un poco mi labio antes de deslizar mi dedo a la derecha para coger
la llamada.
Taehyung ríe nervioso del otro lado. Yo aprieto mis labios y observo mis pies
descalzos.
— Nueva treinta, ¡de lujo, claro! — Exclama él. —Te veo allá, frente a la avenida
doce.
Relamo mis labios y con prisa me pongo la camisa a cuadros y abro mi cuello, agarro
unos jeans, tenis y una sudadera negra que me pongo al instante. Mi padre se
encuentra trabajando así que le mando un mensaje informándole que salí y regreso
más tarde. No espero a que responda e inmediatamente corro a la calle con las llaves
y el teléfono a la mano hasta la cafetería.
— Hey. — Saluda.
— ¡Claro! — Asiento y rápidamente ingreso al local. Nos movemos entre las mesas
hasta llegar a una en el centro junto a una barra llena de rosquillas. Froto mis manos
y luego las oculto bajo mis piernas debido al frío que tengo. Una chica llega y coloca
las cartas frente a nosotros antes de retirarse.
— Tranquilo. — Alzo los hombros. — No son las mejores pero tampoco las peores...
¿tú? — Normal. — Él ladea un poco su cabeza a los costados. — Tampoco las mejores
pero poco a poco mejoran. Sonrío un poco antes de bajar la vista a la carta. Taehyung
jala su silla para acercarse un poco y se inclina suavemente. Levanto la vista
cruzando miradas con él pero al instante regreso a las bebidas.
— ¿Tú qué vas a querer? — Pregunto. — A mí se me antoja un chocolate caliente.
— Lo mismo. — Él asiente un poco con una adorable sonrisa. — ¿Vas a querer algo
para acompañarlo?
— Estoy bien, gracias. — Lentamente alejo la carta. — Comí hace rato así que estoy
bien de apetito.
— ¿Otra vez con eso? — Pregunto molesto. — ¡Dímelo tú! ¡¿Qué les pasa a todos con
la asquerosa fiesta?!
Me cierro la sudadera y comienzo a avanzar velozmente por las calles pero escucho
unos pasos detrás de mí. Me volteo molesto cuando toman mi brazo pero Taehyung
me toma y me jala junto a unos departamentos.
— Y... me encontré con Hoseok. — Negué con la cabeza. — Hablamos un poco y... y
luego te seguí. — Recordé las palabras de Jung e inmediatamente me tensé.
"No vayas con él, dios Jungkook hazme caso. ¡Taehyung es malo!"
"No subas con él, ¡vete! ¡Vete antes de que sea muy tarde! Te ayudaré a salir"
"¡Hazme caso, nada bueno va a pasar! ¡Taehyung va a hacerte algo malo, tienes que irte"!
— ¡DÍMELO YA TAEHYUNG!
— ¡JEON...!
— ¡CÁLLATE!
Ya me encontraba tomándolo de la camisa con una mano y con la otra con el puño
al aire. Sentí un enorme peso caerme encima y al instante aflojé mi agarre. Mi vista
se nubló y me mantuve en un gélido silencio, parpadee sintiendo las lágrimas ir
escurriendo de mis ojos al mismo tiempo que me tambaleaba hacia atrás.
Taehyung me observó en silencio, lo volví a agarrar con la camisa esta vez con
súplica.
— Taehyung... — Llamé con voz quebrada. — Dime quién fue... Él se mantuvo en
un largo silencio antes de tragar saliva pesadamente.
— Fue Jackson... — Susurró. — Él d-dijo que t-tú a veces eras especial para acostarte
y...
Sentí que el alma se me fue a los pies. Solté a Taehyung negando repetidas veces con
la cabeza y sintiendo las lágrimas acumularse en descontrol en mis ojos. Taehyung
corrió a abrazarme a lo que yo correspondí con fuerza hundiendo mi rostro en su
cuello y comenzando a llorar.
Lo apreté con más fuerza comenzando a llorar sin poder creerlo. Jackson... el único
chico a quien realmente llegué a querer aparte de Jimin... él... un maldito traidor...
¡ESE MALDITO BASTARDO!
— Antes de ponerlo tras las rejas pagará... — Susurré entre dientes apretando más
fuerte. — Y tú me ayudarás a cobrárselo.
Murmullé apenas. Y supe que no estaba en mis cinco sentidos pero no me pondría
en el papel de víctima... ya no más. Reaccionaría y pagaría con un golpe más fuerte,
lo juré. Así que sin perder ni un maldito segundo más cogí a Taehyung de su camisa
y lo pegué a mí para comenzar a besarlo con desespero.
Él abrió sus ojos y se tensó por completo pero yo solo esbocé una sonrisa antes de
lamer su lengua suciamente, él jadeó.
— Así que dime Taehyung... — Susurré suciamente pegándome más a él. — ¿En tu
casa o en la mía?
|40
Taehyung
Al abrir los ojos lo primero que percato es que estoy en la sala. Me he dormido
demasiadas veces allí como para no reconocer la lámpara amarilla del techo con
pequeñas cadenas de oro colgando de ella. Alzo una ceja y tallo mis ojos tratando de
recordar algo.
Me remuevo pero me tenso al ver una espalda desnuda junto a mí, apretando
duramente contra mi entrepierna con su culo y allí me percato que estamos
desnudos. Abro mis ojos con horror y tapo mi boca para evitar gritar. Destapo la
cobija viéndome desnudo sin nada que me cubra, mi cabello está revuelto y distintos
chupetones adornan mi piel.
Dirijo la vista al sofá viendo los rasguños en los brazos del chico junto a mí, los
chupetones aún visibles en su hombro, cuello y espalda, adornando absolutamente
todo su cuerpo con dulces marcas y cicatrices.
Dejo caer el teléfono al suelo al sentir una mano sobre mi hombro y un beso ser
depositado cerca de mi cuello, en curvatura entre mi hombro y él. Mi garganta se
seca y aprieta, comienzo a negar en silencio.
Park Jimin se encuentra con una hermosa sonrisa en sus labios, viéndome con una
mirada inocente mientras muerde sus labios... completamente desnudo.
Meses antes
Jimin
Llegar a Oregón fue un enorme alivio para mí. Al bajar corriendo del avión y
despedirme de la señora Min finalmente pude sentir una ansiada libertad que
buscaba desde hace horas. Yoongi me lanzó una última mirada pero yo simplemente
salí corriendo hasta la estación de taxis. Me sentí en euforia absoluta al treparme al
auto con mis maletas y llegar al corazón de la ciudad, cruzando zonas que conocía
muy bien hasta finalmente ser depositado en la entrada. Pagué, agradecí y me
abalancé al departamento con mis llaves, le daría una sorpresa a mi mamá.
Abrí en silencio el departamento y cerré la puerta detrás de mí. Deposité las maletas
en la entrada y me acerqué de puntitas a la habitación de mi madre, escuchando
unas risas del otro lado.
Jungkook soltó una carcajada del otro lado. Hubo un pequeño silencio hasta que
finalmente habló, sonreí de nuevo. Diablos, lo extrañaba demasiado.
— Puedes venir de una vez, mi padre salió a una reunión de trabajo. — Contestó él.
Jungkook rió y finalmente cortamos. Me aseguré de apresurar mis pasos hasta llegar
a la casa de mi mejor amigo y olvidar (si era posible), lo que había escuchado al llegar
porque francamente, dudo que algún día lo vaya a superar. Mi madre se acuesta con
el padre de Jungkook, ¿falta mencionar que él supuestamente ya tiene pareja? ¿Y
que mi madre le interesaba alguien más?
Llego a la casa de Jungkook más rápido de lo creo. Toco el timbre y espero hasta que
la puerta se abre y aparece un sonriente Jungkook con dos cervezas a la mano.
— ¡La hora feliz es de una a tres! ¡Yay! — Alarga agitando ambas cervezas.
Jungkook deja las cervezas de lado y yo al instante me lanzo a sus brazos entre risas.
Nos estrechamos con fuerza entrando a la casa y cerrando la puerta con el pie.
Golpeamos nuestras espaldas antes de separarnos y que él sacuda mi cabello en
modo juego.
— ¿No te daban de comer allá? — Pregunta divertido abriendo ahora él la suya junto
con un plato.
— Vale, tienes pizzafilia, te dan orgasmos con ellas. —Jungkook igualmente agarra
una rebanada haciéndome reír. — ¿Te excita la pizza?
— ¡Park Jimin! — Exclama él abriendo mucho sus ojos. — ¿Quién te enseñó ese
lenguaje? Tú apenas y podías decir la palabra pene sin sonrojarte.
— Wow, wow, wow, alto ahí. —Jungkook abre el triple sus ojos. — ¿Yoongi te
enseñó todo esto? ¡Oh mierda! ¡Espera detente ahí! — Él de repente cambia su
expresión. — No me digas que hicieron... que tuvieron...
Dejo de masticar y trago con dificultad. Comienzo a reír disimulando mis nervios
pero Jungkook no muestra una pizca de diversión alguna en su rostro.
— No es cierto... — Susurra.
— No, cálmate. — Ruedo mis ojos y le doy otro trago a mi cerveza. — No pasó nada
pero él es muy directo al hablar, ¿sabes? Creo que se me pegó.
— ¿Ah sí? — Dejo la cerveza y me cruzo de brazos. — Bien, ahora a ti te toca soltar
sopa.
— ¿De qué hablas? — Él le da una mordida a su pizza viéndome con una ceja alzada.
— Comencemos con el chupetón en tu cuello en un fallido intento de ser cubierto
con maquillaje. — Señaló la marca rojiza en la zona, Jungkook inmediatamente toma
color y se tapa. — Oh no, no tienes defensa alguna. ¿Quién fue?
— Jamás me dejaría tocar por ese maldito hijo de puta. — Espeta bruscamente
provocando que abra mis ojos confundido y asustado. Jungkook traga saliva. — Lo
siento, él y yo... uh.
Eligió el peor momento para soltarlo. Me atraganto con la pizza y comienzo a toser
fuertemente. Agarro la cerveza y le doy un gran trago para pasarme el bocado, toso
un poco más y me calmo del susto para verlo sin poderlo creer.
— ¿Kim Taehyung? — Repito sin poder creerlo. — ¿Kim Taehyung te hizo ese
chupetón?
— ¿Te acostaste con él? — Pregunto, Jungkook ríe. — ¡Jungkook esto es serio! ¡¿Te
acostaste con él?!
— Mi cuarto está hecho una mierda, parece que un huracán pasara por allí. — Él
vuelve a morder su pizza. Estoy en blanco. Francamente no sé qué decir.
— Pero... ¿por qué? — Pregunto. — ¿Por qué lo hiciste? C- creí que lo odiabas...
— No lo... odio. — Parece dudar al final. — No me agrada pero debo admitir que es
muy bueno en la cama.
— No. —Jungkook vuelve a reír. — Solo estoy jugando con él, no quiero nada serio.
Esto es por algo y cuando logre mi objetivo él no existe ni nada de esto pasó.
— Oh, ¿eso crees? — Su semblante se endurece. — ¿Crees que solo por gustarme me
entregaré a él con una sonrisa en los labios?
— Lo que hice ayer fue por algo, no significa que vuelva a hacerlo. — Él me señala.
— Por muy bueno que sea y que me guste sigo sin perdonarle muchas cosas Jimin.
No puedo.
— Creí que nos íbamos a contar todo, sin importar qué. — Contesto.
— Lo sé, lo siento, pero prometo hacerlo cuando esto acabe. — Él agita sus manos.
— Prometo que te lo diré algún día.
¿Cómo se supone que podré explicarle lo que sucedió? Me tomará por loco, nos
entregará a la policía o quizás yo terminaría en un psiquiatra. Perdóname
Jungkook... mierda, cuánto odio hacerle esto...
— ¿Inocente? — Finalizo viendo la cerveza con una sonrisa. — Sí... supongo que lo
soy.
— Inocente. — Repito con una suave sonrisa en mis labios. — Sí... quizás lo soy.
"Marcando a Yoongi"
Pego mi teléfono a mi oído con la respiración corta. Los pitidos suenan y conforme
avanzan siento la necesidad de colgar y gritar con todas mis fuerzas. Finalmente los
pitidos se detienen y retengo la respiración.
"Lo sentimos, el número que usted ha marcado no existe, por favor, intente..."
— Así que así nos vamos a llevar... — Susurro sonriente. — Muy bien.
— ¿Hola? — Preguntan del otro lado. Oh Yoongi... ya puedo saborear la ira que va a
recorrerte.
— ¿Jimin? ¡Vaya sorpresa, hola! — Exclama él del otro lado. — ¿Cómo estás?
Sonrío de tan solo pensar las locuras que cometerás por esto.
— Muy bien, espero que tú también. — Sonrío. — Quería saber si querías salir
mañana, ya sabes, si estás disponible y todo eso.
"El odio se gana tanto mediante las buenas obras como mediante
las malas.
El que engaña siempre encontrará siempre quien se deje engañar.
Es más fácil aprender a obedecer que a mandar.
Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con
la..."
— Nicolás Maquiavelo.
|41
Jimin
El frío cala mis huesos, el ambiente es húmedo y el olor característico de estos climas
inunda mis fosas nasales. Los escalofríos recorren mi piel pero no puedo saber si es
debido realmente al frío de Diciembre o lo que está sucediendo.
Sus manos se meten debajo de mi camisa con desespero y sus dedos se aferran a la
curvatura inferior de mi espalda donde hace presión para pegarme más a él, sus
labios atacan con más fuerza y otro jadeo sale de los míos cuando muerde mi labio
inferior. Se separa para tomar un poco de aire y ahora ataca mi cuello, me aferro a
sus hebras castañas lanzando mi cabeza hacia atrás y sintiendo mi erección palpitar
vivamente en mis pantalones.
—Sabía que no aguantarías tanto... —Susurra en mi oído. —Dos meses Jimin sin
tocarte, ¿tienes idea de lo que fue para mí?
— ¡Casi pierdo la maldita cabeza! —Se separa para tomarme de la barbilla. —Y tú,
oh, lucías tan desesperado al verme.
—Y tú fuiste quien prácticamente me arrastró a los baños. —Me defiendo con una
sonrisa. — ¿Y me llamas a mí desesperado?
—Mucho... —Enredo mis dedos detrás de su nuca y abulto mis labios. — ¿Tú me
extrañaste Yoongi?
—Me parece hasta absurdo que lo preguntes. —Sonríe y me carga causando que
enrede mis piernas en su cadera, estoy excitado, terriblemente excitado. —Extraña
tus lindas expresiones de dolor, tus agudos gemidos al sentirme entrar en ti y
revolcarte bajo mi tacto.
Asiento repetidas veces sintiéndome desesperar con cada segundo. Volvemos a unir
nuestros labios mientras sus manos se mueven con agilidad. Tiemblo y me aferro a
él sintiendo el ambiente pesado y mareos. Pero él no se detiene. Observo su sonrisa
tornándose cada vez más borrosa al igual que la imagen, como si estuviera siendo
succionado por una extraña fuerza que me lleva lejos de allí. Todo se torna negro.
paso lento al baño para lavarme la cara y aprovechar para ver por la ventana.
Las hojas que decoraban las calles el día que regresé se habían esfumado por
completo, el recuerdo de Yoongi y lo que vivimos se va esfumando como ellas,
volando para dar paso a una era fría y vacía. Invierno. Diciembre ha entrado y arrasa
con todos los alrededores llenándolos de nieve, colocando una nueve capa donde
yacía la antigua.
Al final, parece que Yoongi si cumple sus promesas. Desde el día en que volvimos
hasta ahora él se volvió un fantasma en mi vida, dos meses sin hablarme, cruzar una
mirada o hasta un maldito roce. No hay nada, él realmente ha encontrado la mejor
manera de matarme lentamente: Con su indiferencia.
Estos meses realmente han sido de lo peor. Jungkook me abandonó a la semana que
llegué para irse de intercambio a otro colegio y duele un poco. Lo extraño
muchísimo, pero regresará en Enero y podré verlo ya que su teléfono se descompuso
y no tiene conexión. Ya hablaremos cuando llegue.
— ¿Viniste por mí? —Si quieres me voy. —Bromea él. —Nunca. —Le sonrío y
comenzamos a avanzar. —Hace un frío...
—Parece que aquí te dejo. —Mingyu me observa todavía sin quitar su brazo.
—No agradezcas. —El pellizca un poco mi nariz. —Sabes que me gusta mucho estar
contigo. Oh no, aquí vamos de nuevo. ¡MARIPOSAS FUERA!
—G— gracias. —Balbuceo viendo mis pies con un sonrojo. —Es decir, a mí también
me gusta. Cuando Jungkook vuelva estoy seguro de que podrán conocerse mejor y
verás que a él también le encantará estar contigo.
Le doy una última sonrisa y me zafo de su agarre para ingresar al salón. Está vacío
y la mochila de Yoongi en la esquina es lo único que me revela que estoy en el lugar
indicado. Tiro mi mochila en la mesa junto a la pared del lado derecho y me siento
apoyándome en ella. Suelto un suspiro pesado antes de sacar mi teléfono y revisar
mis redes sociales hasta que escucho la puerta volver a abrirse.
El silencio es abrumador y las manecillas del reloj es lo único que da vida al silencio
de muerte. Nunca me había sentido tan tenso e incómodo, inclusive pienso en salir
y dar una vuelta pero mi cuerpo se niega a moverse, anclándome a la silla y
dirigiendo mi mirada en automático hacia Yoongi. "Deja de verlo... Deja de verlo...
Deja de verlo..."
— Bien chicos, hoy necesito que hagan unos ejercicios. — La profesora ingresa unos
segundos después. — Abran sus libros a la página ciento noventa y seis, quiero que
los hagan todos.
Volteo viendo como un compañero le desliza una hoja doblada a otra chica que se
gira a su compañera, toca su hombro. — Para Jimin. — Repite ella.
La chica asiente y toma el papel para pasarlo enfrente con la misma respuesta. Alzo
una ceja cuando veo el papel ahora en manos de Chanyeol quien asiente y me
observa. Me extiende la hoja con cierta preocupación.
— Te lo mandan. — Susurra.
— ¿Quién? — Alzo una ceja tomando la hoja, Chanyeol alza sus hombros. —
Supongo que gracias.
Él regresa su atención a los cuadernos al igual que yo. Juego con el papel en mis
manos unos segundos hasta que me animo a abrirlo con el corazón latiendo con
fuerza en mi pecho. Es una simple frase, pero que dice mucho más de lo que parece.
"Lo mejor de los viajes es la experiencia que se coge de ellos, ¿no crees?"
Alzo una ceja y en automático volteo a ver a Yoongi pero él está escribiendo
tranquilamente en sus cuadernos apoyando su mejilla en su mano. Mantengo la
vista y él finalmente levanta un poco sus pestañas para observarme, aprieto el papel
en mis manos pero él se mantiene neutro. Regreso a la hoja percatándome de otra
cosa escrita pero la inversa y en letra mucho más pequeña. La acerco a mi rostro para
leer atentamente:
— ¿Taehyung? — Pregunto.
Me dejo guiar por él en silencio por el pasillo, está nevando un poco y realmente está
helando. Seguimos avanzando hasta llegar a los baños donde él se detiene. Observa
el entorno velozmente y me suelta suavemente, se va a recargar al lavabo y suspira.
— ¿Crees que Yoongi haría algo así? Por favor. — Él ríe un poco y niega con su
cabeza.
— ¿Crees que no hablar es una forma de alejarse? — Taehyung alza una ceja. — Creo
que realmente no comprendes la gravedad de esto, Jimin.
— No te entiendo.
— Él sabe que aún sientes algo por él, cierto aferro. — Comienza Taehyung. — De
una u otra forma, sea amor o no eso no, eso lo importante: sigues atado a él.
— Ni yo quiero que lo hagas. — Él deja de reír. — Pero recuerda Jimin, él hace que
bajes la guardia y te confíes, cuando menos te lo esperas ya está sobre ti.
— Tae... — Esta vez es mi turno de reír. — Lo que estás haciendo es poner una
pequeña curita en un espejo roto, ¿crees que eso ayudará?
Él se mantiene en silencio, paso junto a él. — Déjame hacerme cargo de mis acciones,
agradezco tu consejo pero yo tengo otros planes en mente. — Ladeo mi cabeza. —
Te veo en clase.
— ¡Esta no es una maldita película Jimin! — Él me toma de los hombros con fuerza
y me agita. — ¡Despierta maldita sea! ¡No estás jugando con un adolescente
hormonal!
— ¡No! — Exclama él. — ¡Tú crees que tienes control sobre todo esto pero estás
malditamente equivocado! ¡¿Crees que es tan fácil?!
— Tae...
— ¡Eres un imbécil, un jodido imbécil por estarte metiendo con un asesino psicópata
sanguinario completamente trastornado! ¡¿Entiendes eso Jimin?! ¡Yoongi es un
maldito asesino! ¡Tus malditos juegos de adolescente te costarán la vida!
Él sigue agarrándome con fuerza pero su tacto se suaviza un poco. Forma una línea
con sus labios apretados y desvía la mirada.
— ¡¿Y crees que a él le importa lo que quieres o no?! — Grita él. — ¡Desatarás un
asesinato masivo un día de estos si sigues así! ¡Yoongi está enfermo Jimin! ¡Hará
todo, y absolutamente TODO para retenerte y proclamarte así deba matarte y
quedarse con tu maldito cadáver! ¡No es un juego Jimin! ¡Es un asesino!
— Mantén distancia antes de que sea tarde. — Le doy una última sonrisa.
— Y evita meterte más de lo que ya lo hiciste, dudo que a Yoongi le cause gracia el
saber qué me dijiste.
Y tras esa frase salgo empujando violentamente la puerta de los baños y dejándolo
atrás.
|42
Jimin
— ¿Qué?
¿Por qué no estoy acostumbrado ya a eso? Inevitablemente pongo los ojos en blanco
para hacer notoria mi frustración. — Ya te dije. — Espeto secamente. — Necesito
cuchillos para un proyecto.
Mi madre sigue viéndome perpleja y con la boca ligeramente abierta. Froto el tronco
de mi nariz y cierro mis ojos para conservar la calma. He estado más irritable que
otras veces y mi grado de paciencia es muy limitado.
— ¿No te sirven los que tenemos acá? — Pregunta ella provocando que me detenga.
— Jimin ayer compraste unas esposas, cinta adhesiva, en la semana fuiste por
bandas, tus cajones están atascados de alfileres y velas, ¿qué estás haciendo?
— Proyectos escolares.
— "El nuevo grupo "L" de Europa ha vuelto a hacer un ataque hoy. Hubo veinte fallecidos
y poco más de ochenta heridos. La ola agresiva del desconocido de grupo se ha comenzado a
revelar en Estados Unidos igualmente, el ejército responde rápido pero aún no tenemos
información..."
Antes de que diga otra cosa voy a mi cuarto y cierro con llave. Escucho sus golpes
del otro lado pero ya me encuentro sentado en mi cama respirando profundo y
negando con la cabeza. Muerdo un poco mi lengua y me voy a sentar al escritorio
donde hay un espejo instalado que me permite ver perfectamente mi rostro.
— Muñeco. — Le digo al espejo con una sonrisa. — Muñeco de trapo, muñeco roto,
muñeco sexual... ¡Oh! ¡Esa es buena!
Río inevitablemente y abro los cajones sacando varios alfileres que están
amontonados. Saco un puñado que dejo en el escritorio y de otro cajón saco la navaja
suiza que también coloco de lado. Muerdo mis labios con fuerza y alzo el alfiler a la
altura de mi rostro, observando el brillo que se refleja en él.
— Iré a la cena de padres que organizaron, ¿me vas a acompañar? — Pregunta desde
afuera.
— ¿Quiénes van? — Pregunto levantándome y pegándome a la puerta con los brazos
cruzados.
— Todos los padres de los de tu salón. — Dice ella. — Quizás algunos hijos, irá la
señora Kim con Taehyung, supongo Yoongi viene.
Asiento pese a que ella no puede verme y regreso a mi cama. Guardo los cuadernos
bruscamente y los aviento a la mochila para ya no verlos más, de ahí abro el armario
y saco un traje que meto al baño en un gancho. No sé por qué accedí a salir, necesito
despejarme un poco después de casi dos meses encerrado haciendo una que otra
salida con Mingyu.
Realmente necesito arrancar la página de Yoongi y coger la pluma para escribir una
nueva historia. Oh cierto, según Taehyung no podré nunca. Le creo, realmente le
creo. Él conoce a Yoongi, yo solo conozco una parte de lo que es y la escena de celos
que me hizo el último día del viaje no se me olvida. El descontrol, la ira con la que
me tomó y amenazó mi vida me persigue hasta en los sueños. ¿Realmente debería
temerle? ¡Claro que debía temerle! ¿Pero por qué no puedo entonces alejarme de él?
Quiero y simplemente no puedo, no podría con ello...
¿Lo peor? Es que necesito tocar realmente el fondo para finalmente reaccionar y
darme cuenta en lo que me he metido; pero cuando suceda eso probablemente yo
estaría abierto a la mitad con las tripas fuera, cortado en pedazos, colgado en la
pared o cualquier cosa que suena muy a lo Yoongi.
No hay nada más exquisito y adictivo que el dolor que me provoca. ¡Me siento tan
vivo maldita sea! Puedo sentir la sangre correr, escuchar el insistente latido de mi
corazón, mi respiración entrando en descontrol y los escalofríos calarme y tensarme
el cuerpo. Me siento vivo, siento la vida como una tortura altamente placentera que
ahora que la he probado, no la quiero dejar ir. Es la verdad, me sinceré conmigo
mismo porque no planeo estar en una guerra constante como antes.
El Yoongi que antes gozaba de lágrimas parece que goza más teniendo sexo conmigo
mientras me drena, golpea y trata como un maldito esclavo. Yo que creía que un
simple corte podía mandarme al límite cuando claramente no sabía lo que era
tenerlo dentro, sentir sus besos devorando mi boca, la pasión enferma y más ardiente
que la propia ira al tomarme.
Dos nociones unidas sin medias tintas, simplemente uniendo ambos colores fuertes
y creando una explosión que te agarra, te aferra y enloquece.
Ah... si tan solo mi madre, Jungkook o cualquier otra persona supiera en lo que
pienso. Apenas yo y puedo creer en lo que estoy pensado, hasta he llegado yo mismo
a hacerme uno que otro corte pero no es lo mismo. Él lo convertía en algo excitante,
atentando contra mi propia vida, sabiendo que podía matarme en cualquier
segundo.
Abro la llave y me meto debajo del agua que se calienta rápidamente. Cierro los ojos
y tomo una inhalación profunda para relajarme. Debo prepararme mentalmente si
iré a ver a Yoongi, aunque viendo cómo están las cosas, dudo bastante que siquiera
lleguemos a decirnos "hola".
Pfff, como si siquiera pudiera tener una conversación normal con él.
Yoongi Pov
Descontrol.
Es una pena, la chica era realmente linda pero no me extrañaba que se acercara a
Jimin solo para llegar a mí. Nos divertimos mucho, lo admitiré. No era fanático de
acostarme con chicas pero llegó en un momento oportuno... o no.
Suelto una risa que raspa mi voz y saca más humo. Tiro el cigarro al suelo y lo piso
antes de sentarme en la calma y sobar su espalda desnuda abierta con distintos
cortes, el cuchillo reposa gentilmente cerca de sus piernas así que no dudo en
tomarlo y jugar un poco con él.
La noche no tarda en llegar, prometí estar en la cena con mi madre pero no tengo
fama por cumplir mis promesas así que lo dejo pasar.
Me visto antes de agarrar el trapeador y quemar las sábanas, limpio lo más que
puedo para no dejar rastro alguno y cojo las llaves del coche. Lo prendo y observo
la ropa interior de Irene en la parte delantera haciéndome soltar una carcajada.
— Creo que me olvidé de ti. — Cojo la ropa de encaje color rojo y sonrío.
Abro el cofre dentro del auto y meto allí la ropa. Me aseguro de que no haya nadie
y finalmente arranco entrando a la carretera que me lleva rápidamente a la ciudad.
No hay tanto tráfico así que llego en menos de una hora, abro la puerta de la casa
que está vacía y corro escaleras arriba. Le mando un mensaje diciendo que llego allá
en cuarenta minutos, no espero a que conteste y me meto a bañar.
Decido tomar un taxi así que llevo algo de dinero y le doy la dirección. Observo la
hora y guardo nuevamente el teléfono en el bolsillo de mi pantalón. Llego a los
departamentos, no sé de quién pueda ser el hogar pero son dos torres muy grandes
y sin duda muy elegantes. Es un lugar caro para vivir definitivamente, me agrada.
Entro a la torre B observando varios coches estacionados, reviso la dirección y
después de registrarme con una encantadora sonrisa, la señorita en la entrada me
accede el paso y hasta pulsa los botones del elevador antes de despedirme con una
tímida sonrisa. Cuando las puertas se cierran borro al instante mi sonrisa y me
observo al espejo.
Mis ojos grises parecen lucir más verdosos esta noche, debe ser por la ropa que llevo.
Peino un poco mi cabello hacia atrás y relamo mis labios antes de salir y acercarme
al número correspondiente. Escucho la música jazz del otro lado junto con unas
pisadas y finalmente la puerta se abre dejando ver a una elegante mujer de vestido
rojo.
— Pasa querido. — Ella asiente y me otorga el paso. — Llegas justo a tiempo, la cena
se servirá en unos minutos.
Hay muchos adultos sentados en la enorme sala con copas de champán o vino.
Reconozco a uno que otro compañero y a Taehyung junto a mi padre y su madre
con un quesillo. Me acerco suavemente, mi madre levanta la mirada.
— Algunas. — Sonrío como bien sé hacer provocando que ella sonría más. — ¿Viene
sola?
— Jimin debe estar por allí. — Dice ella observando el entorno, siento mi pecho
inflarse y una sonrisa un poco retorcida asoma por mis labios. — Mingyu vive en
este edificio así que debe estar con él.
— ¿Mingyu? — Alzo una ceja y siento mi sangre correr con más rapidez. — Él no
está en nuestra clase.
— No pero la madre de Chanyeol y ella se llevan bien. — Dice esta vez Taehyung.
— ¿No sabías?
Mí Jimin.
Muerdo mis labios y sonrío un poco cuando una idea cruza mi mente. Observo a
Chanyeol que está no muy lejos de mí y toco su hombro.
Observo a Jimin perdido en su teléfono y dándole otro trago a su vino. Siento los
impulsos cada vez más fuertes, cada vez más difíciles de controlar. Me encuentro
caminando ya hacia él y al tenerlo tan cerca parece que todo el control se ha ido a la
mierda. Me pongo frente a él y agarro su brazo causando que levante la vista.
Suelto a Jimin y cierro la puerta con fuerza colocando el cerrojo después. Respiro
profundo pero siquiera así puedo controlarme, el fuego que recorre mi cuerpo es tan
violento y apasionado que me envuelve y quiebra la estabilidad que me queda. Me
volteo hacia Jimin observando solamente si silueta y el de la copa.
¿Qué quiero? Creo que siquiera yo estoy seguro de ello. Me acerco más a él sin dejar
de tomarlo con fuerza, inmovilizándolo con el fuerte agarre pese a la poca resistencia
que pone.
— ¿Qué hacías con Mingyu? — Las palabras salen disparadas de mis labios.
Jimin se mantiene en silencio y baja la mirada. Tomo la copa de vino de sus manos
y le doy un trago sin dejar de verlo antes de devolvérsela. El observa el sudor de la
fragancia en la parte inferior del líquido y da un par de vueltas antes de sonreír.
Levanta nuevamente la mirada con aquel brillo masoquista que saca a flore las
morbosas fantasías que deseo cumplir con él.
— ¿Estás celoso? — Sigue jugando con la copa. — Creí que después de dos meses ya
lo habías superado, Yoongi.
Le da otro trago al vino y lo deposita en la mesa junto a él con un par de fotos. Vuelve
a dirigir la vista a mí y relame sus labios y suspira profundamente.
— Celoso. — Repito esbozando otra sonrisa y acercándome más a él. — ¿Crees que
lo estoy?
Me mantengo en silencio sin aflojar mi agarre. Siento una suave capa de electricidad
recorrerme y el repentino deseo posesivo me vuelve a invadir.
El chilla un poco cuando delineo su labio inferior con mi pulgar y meto el dedo.
Siento la suavidad de su lengua rozarme y la calidez envolverme, él no muerde ni
se aleja, su agarre se vuelve más débil, arrastrándose y dejándose caer
paulatinamente frente a mí. Tomo con agresividad su mano y la alzo a la altura de
mi rostro. Observo pequeñas líneas blancas decorando sus dedos y las yemas de sus
dedos más rasposas. Él se zafa bruscamente y trata de empujarme pero agarro sus
brazos y lo pego a mí.
Jimin abre la boca y balbucea cosas incomprensibles hasta que la voz se le va. Vuelvo
a tomarlo de la barbilla y lentamente me inclino a él hasta sentir sus labios
entrelazarse con los míos. Él gime un poco cuando unimos por completo nuestros
labios y comienzo a moverlos tomándolo con fuerza. Siento su cuerpo sacudirse y
no pasa mucho hasta que nos tambaleamos debido a la agresividad con la que nos
tomamos y nuestras lenguas entra en un frenético contacto que nos acelera la
respiración a ambos.
— Te odio... — Susurra sobre mis labios Jimin tomándome con más fuerza y
besándome con desespero. — ¡Te odio tanto! ¡Te odio tanto Yoongi!
Y vuelve a besarme con fuerza hasta tirarme a la cama. Sonrío sintiendo el dulce
licor del vino mezclándose coquetamente en nuestro beso. Muerdo los labios de
Jimin sintiéndolo rendirse completamente ante mí, buscando un contacto
desesperado conmigo, llevando sus dedos a mi nuca y enterrando sus dedos allí. No
toma aire, volvemos a unir nuestras lenguas suciamente mientras se restriega un
poco contra mí en suaves gemidos. Está sudando y respirando muy rápido.
— Yo no soy tuyo. — Espeta gélidamente. — Jamás seré tuyo, no soy de nadie. ¡No
soy de nadie!
— ¿Eso crees? — Hago un jugueteo con mis dedos sobre sus labios que le hace
gruñir. — ¿Crees que no eres mío? Él desvía la mirada agresivamente pero vuelvo a
tomarlo y lo obligo a verme.
— No soy tuyo. — Vuelve a decir lanzando dagas por los ojos. Ladeo un poco mi
cabeza y bajo la mirada hacia su cuerpo sentado sobre el mío. Sonrío un poco y tomo
su cabello para tirar de él hacia atrás, él grita un poco y se tensa.
— Tienes razón. — Me acerco a su rostro y lo pego más a mí. — No eres mío todavía
pero lo serás... y ese día quizás llegue más pronto de lo que crees. —Él vuelve a
sacudirse tratando de zafarse. Coloco mi índice en sus labios. — No puedes huir
Jimin. — Susurro sobre ellos. — Ya no más.
— Ten cuidado con el fuego. — Susurro una última vez antes de levantarlo de mi
regazo y levantarme con él. — Te vas a morir después de quemarte.
Me acerco para besar una última vez sus fríos labios. Él muerde los míos en un
suspiro y baja la mirada sintiendo nuestra unión finalmente cortarse. Le doy una
última mirada antes de soltarlo definitivamente y alejarme de él. Él tapa sus labios
y se toma todo el vino de un trago antes de observarme poco antes de que salga.
— Quiero ver eso, Yoongi. — Dice con una sonrisa viéndome a través de su hombro.
— ¿Crees poder volver a tomarme con la misma facilidad que hiciste antes? ¿A la
fuerza?
— ¿Qué?
Él alza su mano mostrando dos dedos y después tres, mantiene su sonrisa y los baja.
Vuelve a abrir su mano y me enseña una navaja suiza en su mano.
— Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con la mentira. — Y
sus ojos brillan.
|43
Yoongi pov
— ¿Aún no sabemos quiénes pueden ser? — Pregunta Taehyung alzando una ceja.
Alzo una ceja y mantengo una gélida mirada. Anthony regresa a unos papeles y
observa a las demás personas en la sala de las cuales ignoro el nombre. Siquiera me
interesan, solo quiero largarme.
— ¿Estás insinuando que el grupo L fue quien asesinó a Helen? — Anthony alza una
ceja. — ¿Por qué harían eso?
— Llamar nuestra atención. — Contesto obvio, ¿es que acaso no lo ve? — Matan a
Helen, los cinco grupos entramos en una pelea y ellos crecen por su parte
aprovechando el estrago y las confusiones. — Me detengo. — La pregunta es por
qué.
— Nos falta mucha información y hay más de una persona jugando aquí. —
Anthony niega con la cabeza.
— Quizás, pero con este nuevo grupo podríamos formar una alianza. El grupo de
Helen, Will, K, Sullivan y el tuyo para detenerlos o averiguar qué están haciendo. —
Interviene Taehyung, parece que ha entendido el punto.
— Siempre debes tener un as bajo la manga. — Bromeo. — Entre todos se unen para
investigar y perseguir al grupo, mientras tanto mandas a otra personas a formar una
alianza con el grupo L.
— ¿Crees poder ganar con la fuerza lo que puedes ganar con mentiras? — Sonrío. —
La cabeza siempre funcionará que la fuerza.
— Lo único que quieres es que te salven el pellejo. — Sonrío. — Si no es por esto que
te meten a la cárcel será por violación.
Me detengo en seco al escuchar su nombre. Aprieto mis labios con fuerza y me doy
la vuelta lentamente, Taehyung está cruzado de brazos y con una sonrisa burlesca
en sus labios. Siento mis ojos oscurecerse y una terrible necesidad de ahorcarlo allí
mismo.
— ¿Me equivoco? — Repite. — ¿No quieres tener la situación bajo tu control para
salvarle el pellejo a él? Escuché que peleaste recientemente con Anthony en su
antigua visita por acercarse a él.
— ¿Cuánto tiempo crees que podrás alejarlo de esto? ¿Hasta que se de cuenta quién
eres? ¿La doble vida que te llevas? — Él se acerca. — Una cosa es que juegue con un
adolescente enfermo y otra completamente distinta con un asesino desquiciado.
— Aunque lo supiera seguiría conmigo. — Una sonrisa asoma por mis labios. — Lo
tengo.
— ¿Lo tienes? ¿O eso quiere que creas? — Taehyung vuelve a reír y alza sus
hombros. — Se está volviendo listo Yoongi, no es tan ingenuo como antes. — Dice
mientras saca su teléfono. — Te encargaste de quitarle la inocencia, bien, ahora él
usará ese mismo aprendizaje en tu contra.
— Estás dispuesto a hacerte cargo de Jimin, ¿pero estás dispuesto a hacerte cargo
del monstruo en el que lo convertirás?
— Aún la falta mucho para llegar a eso Taehyung. — Niego con la cabeza. — Mi
objetivo es domarlo no convertirlo en una bestia.
— Oh, ¿entonces crees que él se arrastrará a tus pies toda la vida? ¿Que te seguirá
sin rechistar? Tarde o temprano te apuñalará por la espalda brutalmente y lo sabes.
— Que lo intente, será divertido.
— Creo que no comprendes lo que estás haciendo. Jimin es un buen chico y si hay
un momento para dejarlo es ahora, este asunto está traspasando tu vida personal y
terminarás involucrándolo.
— ¿Te importa? Hasta donde tengo entendido Jimin y tú no son amigos, ¿qué acaso
te preocupa?
— Yoongi detente.
— Jungkook en realidad siempre fue mejor candidato que Jimin, pero respeto tu
propiedad ya que tienes los ojos bien clavados en él. — Me acerco a él. — Pero veo
que comienzas a acercarte más de lo debido a Jimin y haré absolutamente todo para
aferrar a Jungkook. Será mío, ¿entiendes? Y no podrás hacer nada para zafarlo.
— ¿Te encanta arrebatar cosas cierto? — Su voz sale como veneno puro de sus labios.
— Te encanta sentirte poderoso aferrando personas, asesinándolas, el poder que
ansías es tan enfermo como tú.
— Tu discurso hubiera quedado si quisiera ser algún tipo de político, sin embargo
lo único que deseo, tristemente, es largarme a un lugar muy lejano con Jimin y
tenerlo bajo mi control total. No me interesa nada más.
— Yo no...
— No si nunca se entera.
— Por favor. — Ruedo mis ojos divertido. — ¿Realmente eres tan idiota para creer
que nunca se enterará de lo que hiciste? Si no se entera por Jackson será por alguien
más. Si fuera tú lo dejaría ir antes de que sea demasiado tarde.
— ¿Y la otra?
Jimin pov
"El grupo L se ha movido por todo el este de Estados Unidos, avanzando peligrosamente al
centro y amenazando con llegar al Oeste en un par de días. Han habido poco más de cien
muertes en la semana después de la gran explosión en Nueva York y el atentado que se dio
dos días después donde muchas personas fueron heridas. Italia está en alerta roja después de
las bombas en Roma que volaron miles de casas, edificios y provocó miles de muertes. El
ejército está haciendo todo lo que tiene en sus manos para atrapar a cualquier persona de este
grupo e interrogarlo, tengan mucho cuidado al salir a la calle."
— Que quizás... — Hace una pausa y suspira. — Que quizás estaría bien que
fuéramos al extranjero, vivir en otro lugar.
— Pero... ¡pero yo tengo aquí a mis amigos! ¡La casa! ¡Mi colegio! — Exclamo.
— Sé que no es fácil Jimin, pero prefiero que hagamos ese sacrificio a arriesgarme a
que te pierda o tú me pierdas. — Dice ella. — Sacarte de la escuela a estas alturas es
muy complicado, el año nuevo comienza en una semana así que podríamos esperar
a que finalices.
— Pero tengo beca para la Universidad Linsday, no puedo irme de Estados Unidos.
— Suplico con la mirada. — Por favor mamá.
— Eres legal ahora Jimin y eres responsable de las cosas que haces, tú tomas tus
propias decisiones. — Baja la mirada. — Pero lo que es seguro es que aquí ya no
estamos completamente a salvo.
— Nunca lo estamos, hemos pasado por muchas cosas similares y nunca dijiste nada.
— Alzo una ceja. — ¿Por qué ahora sí?
— Estaré bien. — Le sonrío débilmente. — Quizás salga a hacer unas cosas, quién
sabe.
— De acuerdo. — Ella asiente y revisa su reloj. — Nos vemos mañana Jimin, con
cuidado.
— Cuídate mamá.
— Casi nada. — Él pasa su brazo por mi cuello provocando que sonría. — Reservé
una mesa en la terraza, espero tengas hambre.
— ¿Ya sabes qué vas a ordenar muñeco? Quizás algo frío con qué cortarte.
Levanto la vista viendo a Yoongi fijamente frente a mí con una sonrisa. Siento mi
sangre helarse y mi corazón latir más lento, con dolor.
— ¿Jimin? Aprieto mis ojos y al abrirlos veo a Mingyu nuevamente frente a mí con
una expresión de preocupación. Niego con la cabeza y río.
— Que si ya sabías qué pedir, hay hamburguesas y cortes de carnes frías. — Repite
él cálidamente.
Él vuelve a sonreír. Una mesera se nos acerca y pedimos una cerveza clara cada uno
junto con la hamburguesa. Ella asiente anotando un par de cosas y se retira
dejándonos nuevamente solos, Mingyu mantiene la vista fija en mí antes de tomar
delicadamente mi mano para sobarla.
— Eres especial así que mereces algo especial. —Dice sin dejar de sobar mi mano. —
¿Me equivoco?
— Hay algo que te hace diferente. — Él deja de sobar pero no me suelta. — No lo sé,
eres un chico tierno y a la vez muy sexy, muy loco y tranquilo al mismo tiempo.
— Te la pasas bailando en clases, por alguna extraña razón eres amable con todos,
pongas lo que te pongas te queda de maravilla. No supero verte con lentes, te
conviertes en un nerd muy caliente.
— Tú. — Lo señalo con mi mano libre, él la atrapa con una sonrisa y toma con fuerza
ambas.
Vuelvo a reír y separamos nuestro agarre cuando la mesera llega con nuestras
bebidas. Cada quien agarra la suya y las chocamos antes de darle un trago. Dirijo la
vista a la calle que está casi vacía, pocas personas van pasando por allí.
— Claro. — Asiento.
— Yo... — Él frunce sus labios. — No soy una persona que juzga y prefiero
escucharlo de tu propia boca sabiendo que me dirás la verdad. Por eso he decidido
preguntarte directamente a ti...
Me tenso, eso no suena para nada bien. Asiento con delicadeza esperando lo que
Mingyu pueda decirme. Él lame sus labios y desvía unos segundos la mirada antes
de observarme y jugar un poco con sus manos buscando cómo empezar.
— Ahora con la desaparición de Irene y todas esas cosas, han comenzado a salir
rumores. — Explica él. — Sobre todo del día de la reunión.
— ¿Sí Mingyu? — Pregunto aferrándome cada vez con más fuerza a mi bebida.
— Yoongi y tú... — Muerde sus labios y por un momento parece dudar. Le doy otro
trago a mi cerveza en lo que espero que siga, todo puede pasar. — ¿Fueron... novios?
¿Salieron juntos o algo...?
Casi me atraganto nuevamente. Tapo mi boca y trago con dificultad antes de
comenzar a reír con fuerza. ¡Oh dios, esa fue buena!
Ambos nos sonreímos de nuevo antes de que las hamburguesas lleguen. Comemos
alegres con pláticas casuales, una que otra más profunda o divertida. Lo que me
agrada de Mingyu es que puedo hablar de cualquier cosa, es muy espontáneo y
alegre, se lleva la vida tranquila y sin problemas. Eso me agrada, es espontáneo pero
por buenas vías. Hacemos varias actividades juntos después de la escuela, a veces
voy a cenar a su casa, salimos a pasear por allí, vamos por un helado, nos dirigimos
a la biblioteca pública a hacer tarea... realmente hay de todo.
— Mucho. — Observo el vaso que se encuentra vacío y con una servilleta hecha
bolita dentro. Me estiro para tirarlo a la basura junto a mí y regreso la vista al
Mingyu. — ¿El tuyo?
— También. Me encantan los conos, son buenos. — Dice él sonriendo. — ¿Harás algo
más esta noche?
— Seguramente llegaré a ver películas o dormirme, estoy algo cansado. — Bostezo
inevitablemente. — ¿Qué hora es?
— Está bien, no quiero alejarte y las calles están cerradas por el desfile navideño que
harán pasado mañana. — Agarro sus manos y las aprieto. — Pero gracias, me divertí
mucho.
Lo tomo con una sonrisa y quito el listón con suma delicadeza. Rasgo el papel de
costado para evitar mucho estrago y veo otra cajita color negro que es muy suave.
Mingyu tira los papeles y me extiende la cajita con una sonrisa. La tomo y la abro
ahogando un grito.
— ¡Es precioso! — Digo tomando el collar de plata con una esmeralda en el centro.
— ¡Dios es bellísimo!
— Pensé que te quedaría muy bien así que... — Sonríe de vuelta. — Decidí
comprártelo.
Suspiro un poco y cierro mis ojos dejándome llevar por aquel beso que es intenso
pero muy dulce. Mingyu me toma con delicadeza de la nuca para juntarnos más
mientras sus labios se mueven sobre los míos con firmeza y delicadeza, sin poner la
lengua de por medio.
El roce es bastante ágil, es un muy buen beso. Lo rodeo poco a poco con mis brazos
y parándome un poco de puntitas para alcanzarlo ya que él es muy alto para mí. Él
baja sus manos ahora para tomar mi cadera y alzarme un poco para que conectemos
mejor. Finalmente el beso sube de intensidad y me pierdo zafándome del mundo
para sentir el dulce pero apasionado beso que me está dando.
Bah. Parece que me tocará a mí dar el paso. Me decido a morder sus labios pero él
se separa con una sonrisa y soba mi mejilla. Sus ojos se clavan en mí y me observa
con coquetería.
— Sé mi novio.
¡Alto! ¿Qué? Abro mis ojos perplejo.
— Me... gustas. — Digo aunque por alguna extraña razón no sueno muy convencido
de ello.
— ¿Entonces qué dices? — Peina mi cabello hacia atrás. — Tú y yo, comiendo pizza
una noche, siendo una pareja feliz con muchos gatos.
Inevitablemente suelto una risa pero la presión detrás de esa pregunta es lo que me
deja helado. Siento el repentino deseo de correr, siento mariposas en el estómago
pero al mismo tiempo una enorme confusión y vacío. Una parte lo desea y otra
simplemente se niega. ¿Qué está pasando?
¡Mierda solo quiero acabar con esto ya! ¡¿Es tanto pedir?!
— ¿En serio? — Él abre sus ojos perplejo y una sonrisa ilumina sus ojos.
— Hagámoslo. — Digo sonriente. — Seamos una pareja feliz. Acepto ser tu novio.
Mingyu no parece creerlo hasta que la realidad poco a poco la cae. Sonríe tan grande
que siento que mi pecho se oprime y me abraza con fuerza antes de plantar otro beso
cargado de euforia y esperanza en mis labios. Apenas puedo respirar cuando vuelve
a besarme.
.
El festejo con mi nueva pareja parece extenderse unos minutos más de lo que creía,
pero está bien... ¡No, no está bien! Me pego repetidas veces la cabeza contra la pared.
— ¡Idiota, idiota, idiota! — Me digo golpeándome con más fuerza. — ¡Eres un idiota!
Aún me faltan un par de calles para llegar a la casa y está oscuro, me duelen los pies
y llevo más de una hora regañándome.
Comienzo a correr por la calle para llegar a la otra cuadra escuchando sus pisadas
detrás de mí. Siento mi corazón bombear con fuerza en mi pecho mientras sigo
corriendo. Me meto a un callejón con la esperanza de acabar del otro lado pero un
enorme muro se alza frente a mí. Niego con la cabeza y retrocedo pero me detengo
al ver a los cuatro hombres frente a mí.
— Danos todas tus cosas y evitemos problemas. — Dice el más alto acercándome a
mí. — ¡Dame tu dinero, teléfono y todo lo que llevas!
Deslizo mis manos dentro del pantalón pero él me toma con fuerza de los brazos y
me levanta para irme a colocar contra el muro. Siento mi corazón latir con fuerza
cuando me examina a través de la tela negra de su máscara.
— Un niño bonito no debería pasearse solo por la noche. — Pellizca mis mejillas con
fuerza haciéndome gruñir y observa a los de atrás. — Cambio de planes.
Me tira al suelo y trata de inmovilizarme tomándome con fuerza. Grito y pataleo
cuando comienzan a desabrochar mis pantalones y veo a los otros dos igualmente
irse quitando la ropa. Dos me logran inmovilizar tomando mis piernas mientras yo
sigo gritando y pataleando. ¡Esto no puede estar pasando! ¡Esto no puede estar
pasando!
Me cubro y cierro mis ojos al escuchar el seguro de las pistolas ser destrabadas. Me
pongo pecho tierra y me cubro con mis manos la cabeza comenzando a llorar hasta
que escucho unos gritos y unos fuertes disparos. Me mantengo con la vista fija en el
suelo escuchando más disparos y más gritos. Tiemblo y cierro mis ojos con fuerza
hasta que duelen. Pierdo noción del tiempo, lo único que deseo es que ya termine,
que la maldita bala cruce mi cabeza y terminar, ¡terminar ya!
El silencio se hace presente junto con otras pisadas. Me toman agresivamente del
brazo y tiran hacia arriba, inmediatamente suelto un grito y suelto un puñetazo pero
mi mano es agarrada en el aire. Mis piernas tiemblan y las lágrimas siguen saliendo.
Él niega con la cabeza sin expresión alguna en su rostro y guarda la pistola. Observo
con lágrimas en los ojos a los hombres muertos en el suelo en un charco de sangre
que se va formando, tiemblo y ahogo un grito al sentir mis lágrimas volver a salir.
Me zafo bruscamente de él y le brinco al cuello para abrazarlo con todas mis fuerzas.
Lo aferro a mí como puedo hundiendo mi rostro en su cuello y comenzando a llorar.
Mi corazón sigue latiendo con fuerza pero él se mantiene estático. Le escucho
suspirar y devolverme el abrazo delicadamente mientras soba mi espalda.
Llegamos a un coche negro estacionado no muy lejos de allí. Yoongi abre la puerta
y me mete dentro para después él entrar y prenderlo sin decir ni una palabra.
— G— gracias. — Es lo único que digo observando mis manos que están sangrando.
— Desde que regresamos del viaje, pocos días después me conseguí el mío. —
Explica sin voltear a verme. — Mi madre y yo no hemos tenido una relación
precisamente buena así que me estoy mudando. Aún voy a la casa muchas veces
porque faltan cosas, pero al menos ya tengo un espacio personal.
Vuelve la vista al camino y deja una mano al volante para bajar la otra.
Inesperadamente coloca su mano libre sobre la mía y da un apretón. Siento mi
corazón latir con más rapidez y desvío la mirada avergonzado pero con una
estúpida sonrisa en la cara al sentir que no retira su mano y la deja allí.
Él tampoco dice nada al respecto pero sé que piensa lo mismo que yo, lo sabe... lo
sé. Estamos jodidos el uno sin el otro.
|45
Jimin Pov
Llegamos al cuarto piso y él saca una llave para abrir una de las dos puertas que se
encuentran allí. Espero en silencio observando mis manos que arden como el mismo
infierno y el dolor en mi mejilla que aún está presente. No quiero verme,
seguramente estoy hecho un desastre.
— Ven. — Me llama. Lo sigo a un arco gigante con pequeñas telas de colores que
caen. Las pasamos e ingresamos a un enorme cuarto con una cama roja y negra, luces
moradas y rojas, distintas affiches estilo 80's o 70's colgados y una gran pantalla.
Examino el lugar con enormes ojos.
— El baño está allí. — Yoongi señala la puerta de madera abierta permitiéndome ver
un baño algo pequeño comparado con la inmensidad de la habitación. — Báñate y
sales para que te cure las heridas, podrás dormir en el cuarto o en sala, como más te
acomode.
Sigue y se acerca a mí para tomar mi rostro entre sus cálidas manos y examinarme
de cerca: — Sí... te dieron un feo golpe.
Río un poco y sorbo por la nariz. Él soba un poco detrás de mi nuca haciéndome
temblar. — Mi muñeco lindo... — Susurra suavemente. — Esos hombres feos
pagaron por lo que te hicieron aunque merecían mucho peor.
— ¿Por qué me hablas como si fuera un niño? — Pregunto con una suave risa. —
Esos cabrones hijos de puta no merecieron ni una pizca de lo que pudieron haber
merecido.
Yoongi coloca su índice en mis labios. — No es bueno decir malas palabras muñeco.
— Alza ambas cejas. — Haré algo de cenar mientras tanto, apúrate.
Abro la llave del agua y para mi suerte es la caliente. Agarro el shampoo y me pongo
una porción exagerada pero me siento sucio, sucio, sucio. Me tallo en todos lados,
como si aquella pudiera lavar y quitar el tacto de los hombres sobre mi piel. Todo se
llena de vapor y creo que paso más de una hora allí, mis dedos parecen los de una
persona de cien años y mis piernas duelen, por suerte, me siento mucho más
tranquilo y relajado.
Salgo y busco con la mirada una toalla pero no hay ninguna. Muerdo mis labios y
busco ropa pero no hay nada, mierda. Me metí a balar sin nada que ponerme encima.
La puerta se abre unos segundos después y escucho las pisadas de Yoongi acercarse.
Suspiro aliviado y lo escucho alejarse. Es extraño que se esté comportando tan dulce
conmigo, no me da tan buena espina pero agradezco lo que ha hecho. Realmente lo
agradezco.
Él vuelve a entrar y toca la puerta de la regadera. Abro un poco para tomar la toalla
y agradecer. Cierro nuevamente y me la enrollo en la cintura antes de salir con las
mejillas rojas, Yoongi me observa fijamente y me tiende después una camisa blanca
muy holgada y grande.
Yoongi parece comprender mi mensaje ya que gruñe y sale del baño. Río un poco
ante su berrinche y me seco perfectamente el cuerpo antes de ponerme el camisón.
Dejo la toalla de lado y dejo la tela caer sobre mi cuerpo, me llega a la mitad del
muslo, quizás un poquito más abajo. Las mangas me quedan largas así que tengo
que sacudirlas un poco para que suban y mis manos queden libres.
Realmente no llevo nada más abajo, solo el maldito camisón, siquiera ropa interior.
Sacudo mi cabello repetidas veces y suspiro pesadamente antes de volver a subir las
mangas de la camisa y salir del baño sin hacer ruido. Un rico olor hace rugir mi
estómago y acercarme con rapidez a la cocina.
Abro mis ojos perplejo al ver a Yoongi cocinando tranquilamente, cogiendo la sartén
y volando las verduras al aire para volverlas a atrapar con música jazz de fondo.
Esbozo una sonrisa algo estúpida pero es muy divertido verle en esa situación,
¿quién lo diría?
Yoongi me observa en silencio igualmente de pie. Alza una ceja divertido cuando
me alejo y maldigo al sentir el ardor en mis manos. Jadeo en modo respuesta y
observo mis manos.
— Cenas esto y vamos a curarte. — Él toma el pudin y coloca su mano para tratar
de abrirlo. — Espera...
Ahora es mi turno de sonreír al ver que él tampoco puede abrirlo. Le doy la vuelta
a los taburetes para colocarme junto a él y quitarle el pudin. Vuelvo a agarrarlo y
tratar de abrirlo pero Yoongi me lo arrebata y comenzamos a pelear mientras
tratamos de abrirlo.
— ¡Ya lo tengo!
— ¡Pero ya está!
— ¡Que lo sueltes!
— ¡Espera Jimin!
— ¡SUÉLTALO!
— ¡NO!
Plash
— ¡Muchísimo! — Me ahogo con mi propia risa. — ¡Deberías ver tu cara! ¡Oh dios!
Sigo riendo hasta que Yoongi toma el envase y lo oprime con fuerza. Me ahogo y
chillo al sentir todo el pudin restante explotar en toda mi cara bloqueándome la
vista. Maldigo escuchando la risa de Yoongi de fondo y me alejo un poco. Llevo mis
manos a mis ojos y quito el rastro de chocolate que se desliza por toda mi camisa.
¡estoy completamente batido!
— Susurra lanzando llamas por los ojos. — Solo es chocolate, ¿te va a matar? Dudo
que seas alérgico. — Chupo mis dedos. — ¡Oh, está rico!
Taehyung me examina de una forma tan intensa que me estremece. Sus ojos parecen
brillar y una tétrica sonrisa no tarda en asomar por sus labios causando que hiele en
mi lugar. Él da lentos pasos hacia mí y puedo sentir las obscenidades que pasan por
su mente, realmente parece hambriento. Muy hambriento.
— ¿Será a la mala entonces? — Reta con voz rasposa llevándome mil infartos a mis
partes más íntimas.
Yoongi está encima de mí, colocado entre mis piernas un poco abiertas y una
hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Él se encarga de succionar su índice de forma
provocativa y lamer mi mejilla para quitar un rastro de chocolate. Encajo mis uñas
en la palma de mi mano al sentir su lengua viajar hasta mi cuello y allí tirar mi piel
con fuerza con sus dientes.
— Oh, vas a disfrutarlo mucho. Te portaste muy mal y no lo mereces pero seré bueno
contigo por lo que pasó esta noche y porque luces sumamente pornográfico ahora
mismo. — Soba mis labios.
— ¡N— no! — Trato de empujarlo pero no parece hacerlo, sacudo mis piernas
violentamente. — ¡Te dije que te detuvieras! ¡T— Yoongi! ¡E— espera...! ¡Oh dios!
¡Oh dios!
Cubro mi boca con ambas manos cuando siento sus dientes encajarse en la zona
interna de mi muslos, mandando un cosquilleo brutal que me congela y me agita la
respiración casi hasta doler. Mi pecho sube y baja conforme siento los besos que va
dejando, levantando suavemente la camisa y dejando a la vista mis blancas piernas
rozando peligrosamente con mis zonas más sensibles.
Niego repetidas veces con la cabeza pero él me toma del cabello y tira un poco mi
cabeza hacia atrás. Se acerca casi hasta rozar mis labios y desliza sus dedos debajo
de la camisa hasta acariciar mi erección. Trago saliva y abro la boca, una mirada de
súplica se instala en mi rostro y la saliva se acumula.
— ¡No! — Lo haré entonces yo. Inmediatamente retiro mis manos sintiendo mis
mejillas a punto de explotar. Tapo mi boca al ver a Yoongi inclinarse y aprieto mis
ojos con todas mis fuerzas. — ¡Oh mierda! — Grito y arqueo mi espalda para
después morder con fuerza mis manos.
Un jadeo sale de mi garganta al sentir mi miembro ser engullido por la cálida boca
de Yoongi y su lengua juguetear. Mis piernas tiemblan, este es el segundo sexo oral
que recibo de Yoongi y sin duda mi cuerpo está enloqueciendo al igual que mi
mente. Me niego a abrir los ojos así que me dejo recostar en el taburete nuevamente
con la boca abierta y los ojos cerrados.
Gimo agudo cada que lo siente succionar mi glande y engullir todo repetidas veces,
provocando húmedos sonidos que me están llevando a otro límite. Mi cuerpo brinca
de vez en cuando y cuando no puedo aguantar más llevo mis manos al cabello de
Yoongi y empujo para que agarre más. Mi caderas comienzan a hacer un suave
balance para buscar mayor profundidad, aprieto el cabello de Yoongi y arqueo más
mi espalda.
Él deposita repetidos besos que me hacen temblor y escupe un poco antes de frotar
con su mano. Chillo de nuevo y finalmente abro los ojos viendo su sonrisa traviesa.
Desvío la mirada inevitablemente rojo de vergüenza pero siento su mano libre
tomarme de la barbilla y parte de las mejillas para regresarle la mirada.
— Qué lindas expresiones haces. — Dice coqueto. — ¿Te he dicho cuánto me pones?
Bajo la mirada y él comienza a frotar más rápido. Mis piernas flaquean y eso me hace
reincorporarme un poco y casi chocar con él. Yoongi me toma del cuello y mantiene
mi rostro en alto para que me observe fijamente. Abro nuevamente la boca y hago
distintas posiciones con la boca conforme me siento llegar al orgasmo. Mi boca forma
una preciosa "O" antes de aferrarme a él y aprisionarlo con mis piernas y gritar
fuerte. Siento mi semen ser liberado en su mano provocándome una vergüenza total.
Abre mis piernas por detrás y empuja mi espalda hacia abajo. Me cubro la cara al
sentir el frío aire golpear directamente contra mi entrada que la siento palpitante,
desesperada por sentir a Yoongi nuevamente dentro. Doy unos cuántos espasmos y
apoyo la mejilla en la fría superficie mientras muerdo mis labios y gimo en voz baja.
Trato de respirar profundo repetidas veces cuando siento los dedos de Yoongi
golpear contra mi entrada traviesamente.
— Toc- toc, ¿hay alguien en casa? — Bromea dando pequeñas palmaditas que me
hacen chillar nuevamente, mi erección vuelve e empujar contra mi estómago y el
imperioso deseo de tocarme.
— Toc- toc, ¿hay alguien en casa? — Repite con lascivia dando otros pequeños
golpes en mi entrada. — Vamos entrando.
— ¡N— no! ¡N— ...! ¡Ngh...! — Muerdo mi lengua. — D— dios... Siento dos dedos
entrar en mi después de ser lubricados con su saliva. Jadeo y me aferro a los bordes
empujando mis caderas hacia atrás y haciendo un suave balance que me hace abrir
la boca y cerrar los ojos absorbido completamente por el placer.
Siento sus dedos entrar y salir rítmicamente para dilatarme, abriéndose un poco y
provocando un pequeño ardor pero nada de otro mundo. Abro más mis piernas y
me inclino todavía más hacia adelante para permitir mejor acceso y muerdo mis
nudillos para evitar gemir tan alto. Yoongi comienza a estimular mi próstata
causando que me sacuda y miles de espasmos lleguen a mi cuerpo, me revuelco y
chillo.
No pasa mucho hasta que él atrapa mis labios con rudeza y me va empujando hacia
atrás en el necesitado beso. Es una pasión descontrolada que me arranca pequeños
gritos cada que muerde o enreda su lengua con la mía.
Pasamos la tela que lleva al dormitorio y más gemidos son ahogados en su boca
mientras siento como se retira su última prenda poco antes de que sienta el borde
de la cama a mis espaldas. Se separa y ambos tomamos aire desesperados hasta que
me empuja en la cama.
Caigo con ojos hambrientos y observo a Yoongi desnudo colocarse sobre mí.
Volvemos a unirnos en el beso y rodamos un poco hasta que quedo sobre él. Empujo
y me froto haciéndolo gruñir, sintiendo su dura erección palpitando contra la tela
de mi camisa. Brinco un poco y me separo de él viéndolo con ojos brillantes.
Asiento lentamente antes de sonreír y dirigir mis dedos al borde. Los enredo y
jugueteo un poco hasta lentamente irla retirando, desprendiéndola con delicadeza
de mi cuerpo y sintiendo el fresco aire golpear contra mi cuerpo desnudo. Yoongi
me acaricia con la mirada intensamente, mis vellos se erizan y otro jadeo escapa de
mis labios.
Él toma mis pezones y los pellizca con suavidad haciéndome suspirar con placer.
Coloco mis manos sobre las suyas y las guío por todo mi cuerpo hasta subirlas a mi
boca. Succiono sus dedos con lascivia sin quitarle la mirada de encima y después los
llevo a mi zona inferior entre lloriqueos. Él observa el cuarto rápidamente y estira
su brazo debajo de la cama. Hace una pequeña mueca y después de mover un poco
el colchón saca un lubricante y unos condones. Toma el segundo entre sus manos
pero lo detengo.
— Boquita sucia.
— ¿Cómo negarme a ti? — Suspira y sonríe antes de darme una fuerte nalgada.
Agarra el lubricante y humedece bien su pene que observo con ojos brillantes. Le
quito el bote y lo aviento, masturbo un poco para lubricar rápidamente y me coloco
sobre él. Coloco mis manos en su pecho y suspiro profundo, sintiendo el roce de su
duro miembro contra mis nalgas.
Muerdo mis labios y finalmente tomo su duro miembro y me hundo en él. Gimo
placenteramente y arqueo mi espalda al sentirlo entrar en mí por completo. Ambos
jadeamos y yo comienzo moverme de arriba a abajo con suma suavidad.
Grito agudo al sentir sus duras embestidas y sus dientes enterrándose en mi cuello.
Me aferro a las sábanas y mis gemidos salen con cada dura estocada que da. Abro y
cierro la boca distintas veces pero nada sale, solamente puedo asentir en descontrol
y buscar más y más, engullendo todo y empujándome hacia atrás
desesperadamente.
Volvemos a azotar la cama y él me toma del cuello, mete sus dedos y yo los chupo
y muerdo mientras entra y sale de mí. Gimo otra vez y tiemblo sintiendo mi
miembro palpitante y suplicando caricias. Está rojo y bastante hinchado, el líquido
pre— seminal brota poco a poco y por suerte Yoongi se da cuenta de aquello.
No sé qué carajos haré cuando Yoongi se entere que ya tengo pareja. Y no sé qué
carajos haré cuando Mingyu se entere que el mismo día que me pidió ser su novio,
le puse el cuerno con mi peor enemigo.
|46
Jimin pov
Poco a poco voy abriendo mis ojos. Es cuestión de unos cuántos parpadeos hasta
que mi vista se acostumbre a la fuerte luz blanquecina en el cuarto debido al sol y
proceso lo que ha sucedido. Gruño apenas y bajo la mirada observando una piel
levemente bronceada en la que está pegada mi mejilla que sin duda no es la mía.
Levanto un poco la mirada siguiendo el rastro y mis ojos reposan gentilmente en un
dormido Yoongi de respiración suave.
— Hace frío. — Comenta frotándose los brazos y pasando junto a mí como si nada.
— Gracias Yoongi p-pero debo irme. — Retrocedo un poco. — Ya hiciste mucho por
mí y no quiero causarte más molestias, debo cargar mi teléfono, lavar mi ropa y... —
Me detengo y froto mis brazos. — Y no sé, llegar a casa. Descansar.
— Te doy alojo. — Alza un dedo. — Te dejo bañarte. — Alza otro. — Te doy ropa,
te doy una buena cena, pongo a cargar tu teléfono pero eres tan torpe que no te diste
cuenta, te traigo en coche. — Sigue levantando sus dedos hasta hacerme tragar
saliva. — Y te doy buen sexo.
— ¿A mí? !Qué te pasa a ti! ¡Dios! — Exclamo. — ¡Estás actuando tan normal que da
miedo! ¡Casi podría jurar que te estás preocupando! — Él sonríe divertido. — ¡Y no
me interesa si lo estás fingiendo o no! ¡Es raro!
— ¡Tiernas mis bolas! — Espeto sin aguantar más, él alza ambas cejas sin dejar de
sonreír. — ¡Llévame a casa!
Él alza una ceja y me reta con la mirada. Me cruzo de brazos y niego con la cabeza.
— ¡No!
Desvía la mirada y voltea a verme. Me examina de pies a cabeza y sus ojos brillan
un poco, me detengo y estiro la mano.
Mi corazón late con fuerza al verlo alzar una ceja y observarme después. — ¿Mingyu
tiene tu número? — Pregunta fríamente.
— ¿Tú creías que no? ¡Dame eso! — Logro arrebatárselo de mala gana. — No te
incumbe. "Llamada entrante de Mingyu"
— ¡Jimin, hey! — Dice él del otro lado, siento mi corazón latir con más fuerza. — Lo
siento, ¿no te desperté?
— No, desperté hace rato. — Trato de sonar tranquilo. — ¿E— estás bien? —
Perfecto, ya mejor ahora que te escucho. ¿Llegaste bien a casa ayer?
Trago saliva pesadamente y abro la boca para tomar un respiro. Yoongi mantiene su
filosa mirada sobre mí, sus ojos se oscurecen cada vez más.
Mierda.... ¡MIERDA!
— Oh, claro que vas a hacerlo. — Él se inclina un poco más a mí. — Pero antes te
haré tres sencillas preguntas.
Afloja el agarre de mi cuello y alza el cuchillo a mi boca empujando contra mis labios.
No me atrevo a moverme.
— ¡Te pregunta algo maldita sea! — Grita. — ¡No me hagas perder la maldita
paciencia Jimin porque te juro que no estoy de humor para cargar con tu cadáver!
Me toma del cabello con fuerza pero ahogo el grito de dolor. Pega sus labios a los
míos para rozarlos con una enfermiza sonrisa.
Tiemblo bajo su agarre sintiendo la presión cada vez más fuerte. — S— sí. —Susurro
temblando cada vez más fuerte. — L— lo hice...
Él se mantiene quieto durante unos segundos antes de soltar una risa seca. Se separa
y se da la vuelta. Murmulla unas cosas y antes de que tenga tiempo de reaccionar se
voltea y suelto un grito al ver el cuchillo enterrarse en mi boca y hacer un rápido
movimiento. El ardor que me recorre hace que caiga al suelo entre gritos de dolor.
La sangre escurre de mis manos mientras trato en vano de cubrir mi boca que arde
como el mismo infierno. Grito más fuerte al sentir todo el entorno contraerse en
dolor y ardores que me marean y hacen empaparme de mis lágrimas. Yoongi vuelve
a tomar y me arrastra pese a mis súplicas y me avienta al suelo. Vuelve a tomarme
del cabello para que levante la mirada.
— Yoongi...
— Y te fuiste con él. — Sonríe. — Siendo mío... no me dejarías otra opción que
matarlo.
— ¡No lo hagas! ¡Por favor no lo hagas! — Pero primero te tengo que matar a ti
muñeco, lo siento tanto. — Siento el filo en mi pecho y éste se entierra abruptamente
dejándome con la boca abierta. — Jugué muy bien contigo.
Observo la habitación de Yoongi y la oscuridad que aún la llena, observo el reloj que
marca las cuatro de la mañana. — Solo fue un sueño... — Susurro. — Tranquilízate
Jimin solo fue un sueño.
Observo la cama percatándome de que Yoongi no está en ella. Las sábanas están
revueltas pero él no está allí. Paso la mano encontrándolo frío, parece que no lleva
aquí desde hace rato. El baño está abierto y en la oscuridad total, no hay ruido
alguno que provenga así que no está en él. Me levanto delicadamente de la cama y
avanzo hacia el arco de telas que separa la habitación con el resto de la gran estancia.
Me vuelvo a ocultar y observo solo a través de las ranuras a Yoongi vestido con una
lámpara prendida frente a él y una computadora. Alzo una ceja.
Sigo observando a través de la fina tela roja evitando hacer ruido alguno. ¿Quién es
esa mujer? ¿Qué está pasando? ¿Por qué está hablando con ella a las cuatro de la
madrugada?
— Aún nada, de todos modos no necesitaré su permiso para hacer lo que quiero
hacer. — ¿Y por eso me pediste la segunda investigación?
— ¿Entonces no tienes idea alguna de quiénes son sus padres? ¿Familia? — Sigue él
y una punzada me recorre.
— No hay nada Yoongi. Aparentemente su familia biológica se quedó con todo para
evitar relacionar algo. Solo es un chico desconocido y encontrado cerca de un río que
fue dado en adopción. Solo eso.
— Esto va más allá Clara. — Dice Yoongi fríamente y toma unos papeles. — Desde
el día que vi a su madre salir de las empresas supe que algo andaba mal.
— Allí es donde se reúne la gente de Forcraft, ella no tenía nada que estar haciendo
allá.
— ¿Tae?
— Te extraño mucho.
Hay un pequeño silencio donde escucho mi corazón bombear con fuerza, Yoongi
esboza una pequeña sonrisa y suspira. — También te extraño. Pero cuando estés acá
prometo no soltarte ni un segundo. — Dice él suavemente. — Necesito a mi loca
muñeca aquí conmigo haciéndome compañía.
Escucho su risa del otro lado y aquello solo hierve mi sangre. Entro al baño de golpe
y prendo la luz para comenzar a vestirme. Me froto la cara y me seco con fuerza
irritando mi piel antes de lanzar la toalla al lavabo y salir. Agarro mi teléfono y llaves
y salgo encontrándome con Yoongi a punto de entrar. Él abre sus ojos perplejo al
verme mientras que yo ya lo ahorqué cuarenta veces en mi cabeza.
— Hey, hey, alto ahí. — Me toma del brazo y me acerca a él. — Esa carita larga debe
tener una razón.
— ¡Suéltame! — Exijo de mala gana. — ¿Irás caminando solo a casa a las cuatro de
la mañana? — Pregunta divertido. — Esta vez no iré a salvarte muñeco.
— ¿Creíste ser el único cierto? — Pregunta divertido. — ¿En serio eres tan ingenuo?
¿Tienes idea de todas las personas que han pasado por la cama en la que dormiste?
— Y supongo te sientes orgulloso porque fui una más, ¿cierto? — Siento la burbuja
de la ira inflarse cada vez más. — Felicidades.
Enrojezco cada vez más... y más... y más... quiero borrarle esa maldita sonrisa de
soberbia en su rostro. ¡Oh maldita sea, se la está buscando!
— Me pediste mentiras, te las estoy dando. Caíste con palabras bonitas muñeco
idiota. — Se burla cruelmente. — ¿Creíste que era tan ingenuo para cambiar de un
segundo a otro? ¿Actuar con amabilidad porque se me dio la gana?
— ¿Sabes que con esos berrinches no llegarás a ningún lado cierto? — Pregunta
aburrido y observando sus uñas con interés.
¡Se acabó!
Me abalanzo a él con el puño aire pero atrapa mi brazo antes de soltar el golpe. Le
doy entonces una patada pero el solo hace una mueca de dolor y refuerza mi agarre.
Tuerce mi brazo y me tira al suelo quedando sobre mí, pataleo y rasguño sus brazos
que me toman y me remuevo como una bestia salvaje.
— ¡Ya basta, quítate! — Logro abrir su piel con mis uñas haciendo que una vena en
su frente palpite. — ¡TE DIJE QUE ME SUELTES!
Lo empujo con todas mis fuerza y ahora yo me coloco sobre él después de estampar
mi puño en su rostro. Batallamos entre quejidos mientras él me golpea en la
mandíbula y yo grito cubriéndome. Vuelve a aventarme contra el suelo y lo atrapo
entre mis piernas y rodamos en el suelo. Nuestras respiraciones se agitan y nos
tomamos de los brazos, yo quedando sobre él con la respiración descontrolada.
— ¿En qué momento...? — Gruñe de mala gana. — ¿En qué momento te volviste tan
explosivo?
— ¡Desde que me pusiste tus sucias manos encima cuando tenía ocho años! — Bravo
sintiendo todavía la ira fluyendo como dinamita pura por todo mi cuerpo.
— ¿Lo recuerdas todavía? — Pregunta con una sádica sonrisa en sus labios. —
Cuando eras un pequeño niño débil e inofensivo. Le clavo dagas por los ojos.
Mi agarre se afloja y mi cuerpo tiembla sobre él. Intento golpearlo de nuevo pero
vuelve a tomarme y me tira a su costado, él quedando ligeramente sobre mí. Dejo
de batallar, dejando azotar mi cabeza contra el mármol. Él sigue tomando mis manos
y las soba.
— Es inútil, lo sabes. — Dice, su voz se ha vuelto a congelar. — Deja de pelear contra
mí, de una forma u otra terminarás cayendo.
— Pelearé así sea lo último que haga. — Susurro cerca de sus labios. — Por más
veces que tropiece voy a levantarme y habrá un punto donde necesitarás más que
palabras para tirarme.
Él mantiene la vista fija en mí. Sus ojos brillan en sadismo puro y morbo, ese brillo
enfermo y excitante que me enloquece.
Una realidad tan dulce, enferma, adictiva y exquisita de la que no quiero despertar
jamás.
|47
Jimin pov
Para año nuevo las cosas se habían complicado un poco más. Ella insistía en hacer
una cena con amigos ya que familiares, bueno, no teníamos. Perdí a mis abuelos a
una edad muy temprano y la hermana de mi madre está viviendo en Australia así
que solo somos ella y yo.
En fin, faltan dos días para que sea año nuevo y no tengo idea de qué vaya a hacer
mi madre, haga lo que haga estaré bien. Las festividades "familiares" no solemos
celebrarlas en grande. No es como si tuviéramos tampoco las ganas de hacer cosas
grandes, éramos felices con cosas sencillas.
— ¿Ah? — Me volteo hacia Mingyu que está abrazándome por detrás, le sonrío y
niego con la cabeza. — No, lo siento, solo estaba pensando en la cena de año nuevo
y todas esas cosas.
— ¿Por qué no le dices a tu madre que nos invite? Podría ir la familia de Tzuyu
también. — Él vuelvo a besar mi sien haciéndome sonreír. — Me pondría feliz estar
contigo en año nuevo.
— Sería algo bueno. — Me volteo un poco más y le sonrío más grande. — ¿Crees
que tus padres estén de acuerdo?
— Todo estará bien, no necesitas presionarte para decirlo. — Peina mi cabello hacia
atrás suavemente. — Al final me interesa que estemos juntos, no si los demás saben
o no.
Suelto una risa antes de pegar sus labios a los míos. Nos encontramos en el parque
sentados tranquilamente en el pasto, hicimos un pequeño picnic improvisado con
papas, fruta y unos cuántos jugos. No me quejo, es adorable.
Nos besamos largo y lento unos cuántos segundos hasta que yo me separo. Mingyu
vuelve a besarme castamente antes de pegarme a él, reposo mi cabeza en su hombro
y observo las uvas a nuestros pies. No tardo en arrancar unas y llevarme un puñado
a la boca.
— Podrías ser médico forense. — Dice él y yo levanto ambas cejas. — Juntas ambas
en una.
Él me abraza antes de tomar otras uvas que también come. Suelto un suspiro y
observo la hora; las cuatro de la tarde. Vaya, ¿tan rápido? Apenas eran las doce.
— ¿Quieres hacer algo más? — Pregunta. — Podemos ir al cine, ver una película de
terror, ir al boliche, a tu casa, a la mía, ¿qué te gustaría?
— Siempre he sido muy indeciso. — Confieso con un pequeño rubor. — ¿Por qué
no mejor eliges tú?
— Bueno, sonará muy cliché pero podríamos ir a mi casa. Te vendría bien para
conocer al nuevo perro de mi madre. — Ambos reímos. — Y compré unos nuevos
juegos, sé que te gustan los videojuegos.
— Supongo. — Él alza sus hombros. — Hasta donde tengo entendido no tienen nada
que hacer hoy pero son muy impredecibles.
Corro a plantar un beso en sus labios con una risa. — Tú realmente sabes como
enamorarme. — Confieso apoyando mi frente contra la suya antes de besarlo
nuevamente, nos damos pequeños besos castos en la boca con una sonrisa.
Volvemos a reír antes de sellar nuestros labios una última vez con profundidad. Ya
tenemos el atrevimiento de unir nuestras lenguas y rozarlas un poco, él me toma de
la cintura y profundiza otro poco hasta que nos separamos, yo mordiendo un poco
sus labios y soltándole un gruñido que me eriza la piel.
Recogemos lo que usamos y las bolsas de papas y jugos los tiramos a la basura.
Avanzamos tomados de la mano importándonos poco quien nos vea hasta llegar a
su auto. Él me abre la puerta a lo que yo agradezco con una sonrisa y entro en él,
Mingyu me sigue entrando del lado del piloto y prendiendo el auto que ruge
suavemente. La música en la radio comienza a sonar en volumen bajo y finalmente
nos encontramos en la calle, esperando a que el freno pase al siga y seguir nuestro
trayecto. Suspiro con una sonrisa y bajo las ventanillas para que el aire entre.
Nada que ver lo que hago con Mingyu a lo que hago con Yoongi, son dos cosas
completamente opuestas y es confuso hasta cierto punto. Paso de un extremo a otro
rápidamente, cualquiera de los dos me puede arrastrar sin problema y eso me
molesta, me acoplo con demasiada facilidad a uno de los dos y siento que... no está
bien. Inclusive yo cambio drásticamente cuando estoy con Mingyu a cuando estoy
con Yoongi.
Completamente.
— Lo prometo, yo realmente quiero pasar año nuevo contigo. — Le digo con una
sonrisa. — ¿Y para cuándo será nuestra boda?
No pasa mucho hasta que finalmente llegamos a las altas torres donde viven Aline
y Mingyu. Él estaciona el auto en su lugar y bajamos juntos hasta llegar a los
elevadores. Nos dirigimos a la torre B y Mingyu presiona el piso número dieciséis,
las puertas se cierran y ambos quedamos dentro con nuestras cosas.
Tengo que sacarlo ya de mi maldita cabeza, como sea, de la forma que sea pero
necesito sacar el apellido Kim de mi memoria, sacudir mi cuerpo y arrancar su tacto
para no recordarlo nunca.
Sigo observando a Mingyu y tomo una pequeña bocanada de aire. Observo que
apenas vamos en el piso nueve y el elevador parece ir con tooooda la lentitud del
mundo. ¿Es una locura? Sí, aprendí al menos que siempre actuaré antes de pensar,
justo como haré ahora... Sí, allá vamos de nuevo.
Pero las mordidas nunca llegan. Vale, puedo vivir con ello, no me urge ahora que se
descontrole. Escuchamos el pequeño timbre de llegada y ambos nos separamos
rápidamente. Mingyu me observa con ojos brillantes de deseo y toma mi mano para
jalarme fuera del elevador y guiarme rápido a su departamento.
Mi corazón late con mucha fuerza, él abre una cerradura pero no puede. Abre un
poco su boca y después sonríe viéndome de reojo. Saca el manojo de llaves completo
y comienza a abrir las distintas cerraduras hasta las del pomo de la puerta, abre el
departamento y el silencio es total. Creo que es bastante obvio que no hay nadie.
Supongo que es momento... ¿no? Bien, respira un poco Jimin y trata de calmarte. No
será nada de otro mundo, solo un par de besos, quizás al final nada pase y solo estás
siendo paranoico, ¿no? ¡Claro que no! ¡Carajo acabo de comerle la boca en el
elevador no hay nadie en su casa, somos novios, estamos excitados y todavía creo
que no haremos nada! ¿En serio?
— Así que... estamos solos. — Digo y al instante me doy una bofetada interna.
No decimos nada más. Vuelvo a morder mis labios y llevo mi vista hacia el pasillo
donde hay varias puertas que supongo que son las habitaciones. No puedo ni darme
la vuelta cuando siento las manos de Mingyu tomarme de las cintura y sus labios
irrumpir en mi boca al igual que su lengua.
Paso mis brazos detrás de su nuca con el corazón retumbando como loco en mis
oídos. Un nudo comienza a formarse en mi estómago y garganta y cierto pánico
creciente, sudo y solo puedo sentir aquella desagradable sensación de ahogo y
terror. Ya es muy tarde, hemos ingresado a su habitación y mis sentidos se ponen a
la defensiva al igual que mi cerebro.
¿Quería hacerlo?
— Jimin no importa lo que quiera ahora, ¿tú quieres? — Pregunta hasta cierto punto
con cierta preocupación.
Él sonríe y beso mi frente antes de llevarme a la cama donde nos sentamos. — Sonará
muy cursi pero si es nuestra primera vez quiero que sea especial, porque quieres y
lo deseamos, no por apurar las cosas porque sí. — Dice él tranquilamente. — Yo...
ya he tenido relaciones sexuales, no te mentiré. Tú... tú me dijiste que aún eras
virgen.
Y no mentía, le dije eso antes de el viaje con Yoongi. Mierda, ¿y ahora qué le digo?
— ¿Sí? — L— lo estoy.
No puedo creer lo que dije, muy tarde, otra vez. Mingyu alza sus cejas sorprendido
y yo pongo los ojos en blanco con una sonrisa antes de jalarlo de la nuca y pegarlo a
mí para besarlo. Nos acomodamos mejor en la cama, mis manos viajan hasta su
camisa y comienzo a tirar hacia arriba suavemente.
— Parece que los inocentes siempre terminan siendo los peores. — Susurra
divertido.
— ¡Sí Edward, ya te dije que las cosas ya fueron llevadas a la central! — Es la madre
de Mingyu. — ¡Sí, sí como sea, adiós!
Ambos reímos nerviosos y Mingyu me besa un poco. — Parece que será otro día. —
Dice él. — Otro día. — Repito en un suspiro.
Él aprieta un sus labios antes de besarme en la frente. Ambos salimos del cuarto en
silencio, la madre de Mingyu voltea a vernos sorprendida y un pequeño labrador
ladra ruidosamente antes de correr desesperado hacia Mingyu.
— ¡Hola tú! ¿Mamá te sacó a pasear? — Mingyu se inclina y lo carga ganándose
varias lamidas en el rostro del cachorro, suelto una risa adorable.
— Un rato, no sabía que estaban aquí. — Contesta ella sonriente. — ¡Hola Jimin!
¿Cómo estás?
. — ¡Oh, me alegro! — Dice ella y voltea a verme sonriente. — ¿Cómo vas? ¿Qué tal
tu madre?
— Está muy bien, gracias por preguntar. — Asiento cortés. — Estamos planeando lo
de la cena de año nuevo, ya sabe.
— Eh... podría hablar con mi madre e invitarlos a cenar. — Digo con una pequeña
sonrisa. — Será todo un honor para nosotros tenerlos en nuestra casa.
— ¡Sería formidable! — Exclama ella. — ¿Le dices a tu madre que nos avise? ¡Nos
encantaría a mi esposo, Mingyu y yo ir a verlos y conocer su casa! — ¡Aline vive acá,
podríamos invitarla con su familia también. — Sigo para persuadirla. — ¡Será una
reunión muy agradable!
— ¡Claro! ¡Espero que acepte! — Ella sonríe y observa a Mingyu. — ¿Me acompañas
por tu padre? Podemos dejar a Jimin de paso.
Observo una camioneta roja bastante mona estacionada no muy lejos del auto de
Mingyu. Su madre hace sonar la pequeña alarma y escucho los seguros ser
destrabados. Me subo a la parte de atrás y Mingyu y su madre van adelante. El
interior huele bastante bien, a lavanda.
— ¿Por dónde vives Jimin? — Pregunta.
— ¡Excelente! — Dice ella y arranca el coche. — Nos queda de paso, llegarás allí muy
rápido.
— No tardan en llegar, la cena ya casi está lista. ¡Lleva las botanas a la sala! — Me
extiende varios platos con pequeños cuadrados de queso, aceitunas, galletas saladas,
atún, carnes frías entre otras cosas. — El puré de manzana ya casi está listo.
Asiento y llevo las cosas a la sala. Observo el comedor que por primera vez está
lleno, hemos tenido que traer una segunda mesa inclusive. ¿Por qué tanta gente?
Parece que mi madre se emocionó demasiado con eso de traer gente conocidos y
amigos. ¡Hasta viene gente de su trabajo!
— ¡Hey! — Saluda Tzuyu con una sonrisa. — ¡Hola Jimin! — ¡Pasen! — Exclamo
feliz. — ¡Qué bueno que vinieron! Tzuyu y su madre pasan. Me emociono al ver a
los padres de Mingyu detrás de ellos y claro, a mi novio con una sonrisa y un
hermoso traje. Los saludo y a Mingyu lo abrazo con fuerza. Él me da un rápido beso
en los labios sin que nos vean.
— Jimin, cielo. — Me llama mi madre desde la cocina. Corro hacia ella saboreando
en mi cabeza la cena. ¡Luce fabulosa! — ¿Puedes llevar el vino por favor? — Me pide.
— Y el champán, por favor cielo.
La observo algo confundido y su mirada viaja hasta toparse con el señor Park. Sus
facciones parecen endurecerse al verlo tan cerca de mi madre pero aún así se digna
a hacerme una sonrisa, probablemente falsa, y acercarse a la sala.
Jimin
Yoongi me examina en silencio y alza una ceja. Observo detrás de él a sus padres
viéndome igualmente con una ceja alzada. Más el señor Min. Trago saliva al instante.
— Gracias, Jimin. — Dice la señora Min suavemente, Yoongi abre paso para que sus
padres pasen primero. —Compermiso.
— Propio. — Me inclino un poco y el señor Min pasa, tan intimidante y gélido como
siempre.
Doy dos pasos al frente cuando vuelven a tomarme. Me siento congelar y me volteo
observando a Yoongi de traje, examinándome con sus gélidos ojos grises que siento
me perforan el alma. Sus dedos lentamente van subiendo por todo mi brazo
mandándome un escalofrío hasta que me pega a él. Mi respiración se corta y
agradezco por todos los dioses que haya un muro entre la entrada y la sala para que
nadie pueda vernos.
— Suéltame. — Pido en voz baja y trato de zafarme pero él me sujeta con más fuerza.
Sus ojos grisáceos parecen brillar un poco hasta que finalmente me suelta. Camino
rápidamente a la sala con Yoongi siguiéndome por detrás. Los invitados se
encuentran saludando a la pareja.
— Mucho gusto. — Contestan ellos tranquilamente con una sonrisa. Se dan la mano
en silencio y Yoongi se va a sentar frente a mí, cerca de su tía y Taehyung que están
cerca de la madre Tzuyu y ella. Siguen conversando aparentemente de un negocio
de vinos que cuenta Kyle y los demás escuchan atentamente.
— N— no... — Susurro.
— Sí. — Dice Mingyu con una sonrisa. — Así podemos darle espacio a los adultos.
Los demás ríen. Él se levanta y me observa con una sonrisa. Paso mi mirada a
Taehyung y Yoongi que lucen algo confundidos, pero finalmente Taehyung se
levanta cuando su madre voltea a verlo con frialdad. Nos inclinamos frente a los
adultos y salimos del círculo, Yoongi levantándose lentamente sin quitarme la
mirada de encima.
Taehyung se mantiene callado al igual que Yoongi. Muerdo mis labios y observo a
Mingyu quien alza los hombros. Suspiro y hago una seña para que me sigan.
Cruzamos el pasillo hasta que Yoongi se detiene frente a una puerta haciendo a los
demás detenerse.
Pasamos el pasillo hasta llegar a una puerta transparente al final. La abro y doy el
acceso a uno por uno, ellos pasan en silencio y observan la pequeña terraza que dan
a los jardines traseros del departamento. Hay una mesa de madera con cuatro sillas
exactas.
— No. — Mingyu ríe. — Pero ya es nuestro último año, hagamos que valga la pena.
— Mafia. — Contesta con una sonrisa. — Vender droga a Europa, asesinar y quizás
convertirme en un sicario o jefe importante de algún grupo terrorista.
Taehyung aprieta sus labios para evitar reír, Mingyu lo observa un par de segundos
antes de reír un poco. Yo me mantengo en silencio. — De acuerdo. — Mingyu no
quiere darle más rodeos y voltea a verme. — De ti ya sé.
— Médico o policía. — Contesta Yoongi viendo la mesa tranquilamente. — Lo dijo
a principios de año cuando nos preguntaron.
— Fue muy amable por parte de tu madre invitarme. — Vuelvo a ver a Yoongi
sacando chispas por los ojos. — Que hayamos ido de viaje juntos no significa
absolutamente nada.
— Sí, le di comida, un buen baño, hasta la cama. — Sigue Yoongi. — Creo que le hice
muchos favores esa noche.
— Quizás tendrías uno si te enteraras de lo que sucedió ese día. — Vuelve a atacar
Yoongi con una soberbia sonrisa.
— Me resulta curioso que siempre estés tan pegado a Jimin. — Sigue Yoongi con una
mirada filosa. — Dime, ¿te gusta?
Yoongi y yo nos tensamos al instante. Volteo a verlo pero él se mantiene duro como
una piedra, inclusive Taehyung a bajado la mirada y muerde sus labios seguramente
maldiciendo en su cabeza. Trago saliva pesadamente.
Mi corazón late más lento y lentamente dirijo la mirada a Min Yoongi. No luce
furioso. Luce mucho peor.
Sus ojos se han oscurecido por completo al igual que su mirada y una vena palpita
en su sien haciéndome ahogar un pequeño grito. Mi cuerpo tiembla y por instinto
me aferro a Mingyu al ver el aura tan sombría se alza sobre él. Se levanta de golpe y
pego un pequeño grito pero Taehyung reacciona y lo empuja hacia atrás.
— ¿Pareja? — Repite Yoongi de una forma tan fría que hasta siento a Mingyu
tensarse. — ¿Desde cuándo?
Taehyung me observa con suplica antes de tomar nuevamente con fuerza a Yoongi.
Él se mantiene en silencio y dirige la vista a mí. Espero lo peor, viendo su mirada
cambiar por completo, estoy listo para lo peor. Espero que se abalance y nos golpee
o comienza una pelea... Pero él simplemente comienza a reír. Y a reír... Y a reír...
— Espero duren mucho, hacen una pareja sumamente adorable. — Sigue Yoongi
sonriendo, Taehyung lo observa perplejo. — Aunque, ¿puedo darte un consejo?
— ¡No! — Exclamo.
Muerdo su mano pero él no la retira. Encajo mis dientes con mayor fuerza pero
siento sus dientes enterrarse en mi cuello. Suelto un chillido y me remuevo con tanta
violencia que ambos terminamos cayendo al suelo. Me aprieta contra el suelo antes
de dejar un salvaje rastro de besos en mi cuello, succionando con tanta fuerza y
tomando mi frágil piel entre sus dientes que el dolor quema. Me sigo revolcando
debajo de él pero sus mordidas suben hasta mi mandíbula con tanta rabia que siento
mi cabeza volverse loca.
Pataleo y finalmente logro empujarlo y salir corriendo del cuarto. Cubro mi cuello y
cruzo corriendo la sala encerrándome en el baño de allí. Me pego a la puerta con el
corazón latiendo como desquiciado dentro de mí y me destapo para observar las
enormes marcas rojizas y una violeta en mi cuello. Comienzo a tocarme entre
maldiciones sintiendo mis ojos empaparse de lágrimas. Mi teléfono vibra y lo saco
al instante. "Esto no ha terminado"
Nadie hace ningún comentario al respecto pero mi madre me sigue con la mirada.
Me voy a sentar junto a ella evitando las miradas de todos, el ambiente se ha tensado.
— Tengo algo que decirte. — Mingyu levanta la mirada y observa a su madre.
— ¿Qué pasa? — Pregunta ella. — Tenemos que decirles algo. — Mingyu voltea a
verme fijamente.
— ¿Qué? — Susurro.
— ¡Sea lo que sea no nos interesa! ¡Gracias! — Yoongi aprieta firmemente el cuchillo.
Taehyung se abalanza contra Yoongi y ambos caen al suelo. Suelto otro grito al igual
que sus padres que intentan separarlos entre gritos. Mi respiración se atora en mi
garganta y los dempas invitados están helados.
Observó a K y a Sullivan sacar sus teléfonos celulares y taclear unas cosas. Uno de
ellos marca por teléfono y debido al ruido y el escándolo parece ser yo el único quien
escucha.
¿Qué...?
Mi vista se vuelve a enfocar en la pelea. Los adultos finalmente han logrado separar
a la bestia y la mesa se ha vuelto un escándolo de gritos. Me levanto de la mesa sin
poder creerlo y comienzo a pellizcarme tan fuerte como puedo.
Escucho los gritos y las groserías y después que me toman. Mingyu me jala y pasa
mis manos por mi cuello retirando el maquillaje y dejando a la vista los chupetones.
Él niega con la cabeza y se aleja pero trato de alcanzarlo.
Trato de alcanzarlo entre gritos pero mi madre me toma del brazo furiosa.
Me agacho al instante sintiendo las lágrimas derrarmarse de mis ojos y gritos más
fuertes. Me tiran bruscamente hacia arriba y tapan mi boca, jalándome mientras está
un caos de gritos, disparos y golpes entre las familias y los hombres.
Trato de gritar pero me tiene bien agarrado. Pataleo y veo a Yoongi golpear a un
hombre con tanta fuerza que cae. Taehyung y él ruedan en el suelo y se levantan con
los cuchillos a la mano antes de abalanzarse hacia los hombres.
— NO HARÉ ESO!
Más disparos y golpes que finalmente comienzan a quebrar el vdirio. Yoongi saca el
cuchillo y sigue apuntando mientras dispara.
Él brinca con una increíble agilidad y es en menos de un segundo cuando ambos nos
encontramos corriendo por los jardines esquivando los disparos. Corremos tan
rápido como nuestras nos lo permiten y Yoongi saca unas llaves haciendo sonar su
auto estacionado.
Observo a Anthony Forcraft bajar con varios hombres que entran corriendo a los
departamentos. Él voltea a vernos.
Yoongi
"Comenzamos con terribles noticias el año. Una nueva masacre se ha desatado en Oregón en
la víspera de año nuevo. Los vecinos contactaron a la policía, aparentemente dos mafias o más
se encontraron en una cena que ha acabado con muchos muertos. Pocos siguen con vida
mientras que tres siguen desaparecidos. Kim Taehyung, Min Yoongi y Park Jimin fueron
vistos por última vez huyendo de la escena, si conocen información acerca de su paradero se
les suplica informarle a la policía nacional. Están siendo buscados mientras las víctimas están
en el hospital tratando de recuperarse. Esperamos mejores noticias pronto..."
Apago la radio de un golpe y suelto un suspiro pesado antes de darle una mordida
a la manzana que llevo en mis manos. Lanzo mi cabeza hacia atrás reposándola en
el respaldo del sofá y observando el techo agrietado. Mis piernas comienzan a
dormirse y a cosquillear pero no me atrevo a moverlas.
Parece que después de casi seis horas gritando y llorando sin parar Jimin se ha
quedado dormido. Tuve que abrazarlo y dejarle que me llenara la camisa de
lágrimas y mocos hasta que finalmente las fuerzas lo abandonaron por completo y
terminó enroscado en el sofá, apoyando su cabeza en mis piernas, dándome la
espalda y respirando entre sollozos hasta que cayó.
Taehyung alza una ceja y entra. Forma una "o" con sus labios al ver al muñeco
acostado en el sofá todavía profundamente dormido. Se quita su chaqueta y la
avienta en una silla del comedor en silencio y se va a sentar junto a él. Lo sigo con
los brazos cruzados.
— Debiste pero no lo hiciste, qué importa ya. — Ruedo los ojos y dirijo la vista
nuevamente a mi muñeco antes de suspirar.
— ¿Quiénes se salvaron?
Taehyung se mantiene en un largo silencio y voltea a verme con lágrimas en los ojos.
Niego con la cabeza en silencio.
— Chaerin murió por una bala en la cabeza. — Susurra. — Tus padres... tus padres
fueron asesinados afuera junto con todos los demás.
— Eres el único en quien puedo confiar a estas alturas, no quiero dejarte a Jimin, si
fuera por mí me lo llevaría. Sabes que no puedo hacer eso. — Contesto fríamente.
— ¡No puedo hacerle eso a mi madre Yoongi! — Exclama él. — ¡Perdió a su hermana,
a su amante, a su cuñado, su sobrino y esperas que pierda a su hijo cuando no es así!
— Habla con ella antes entonces y explícale que necesitas esfumarte. — Contesto
alzando mis hombros. — Creo que ella comprenderá perfectamente.
— ¿Cómo puede actuar tan indiferente en esta situación? — Su voz suena dolida
haciéndome alzar una ceja. — ¿En medio de toda esta tragedia y caos? ¡Perdiste a
tus padres Yoongi! ¡están muertos!
— Alguien debe mantenerse fuerte para avanzar, no estamos en momentos para
hundirnos todos. — Vuelvo a ver a Jimin. — Debo ser fuerte para él, para ti y los que
quedamos vivos. No puedo darme el lujo de un luto, no ahora Taehyung.
— Jeon Jungkook tampoco mereció ser violado y abusado por ti o perder a su padre.
— Ataco y mi primo se tensa por completa.
— ¿Cuánto tiempo tendré que cuidarlo? — Pregunta antes de dirigir la vista a mí.
— ¿Aquí nos quedaremos?
— Esta casa es el lugar más seguro que tenemos. — Contesto. — Traje aquí a
Jungkook el día de la fiesta, atrás está el almacén con las trampas y toda clase de
armas.
— Sí. — Contesto sin verlo. — Lo conozco, sé que no te hará caso en quedarse aquí
pero trataré de hablar con él. Es muy terco, no te confíes, y necio e impulsivo. Debes
tener el ojo muy bien en él hasta que vuelvo, si tiene un solo rasguño tú pagarás
Taehyung.
— Es celosa. — Alzo mis hombros. — Pero iré por asuntos de trabajo nada más. Me
interesa Will, aniquilar a Derek y Kyle y tomar mi venganza.
— Irme, alejarme de Estados Unidos lo más que pueda y trabajar de lejos o comenzar
un nuevo grupo. — Vuelvo a contestar y observo mis manos llenas de heridas.
— ¿Y Jimin?
— ¿Qué puedo hacer? — Pregunto con voz apagada. — No creo que él vaya a Europa
conmigo después de esto, tampoco voy a obligarlo.
— Tanto insistes en alejarme de Jimin que ahora que lo hago, buscas una respuesta
para que no lo haga. ¿Qué te sucede? — Espeto.
— ¿Me equivoco? — Pregunta. — Para ti es tan sencillo jugar con las personas y
botarlas, ¿pero Jimin? — Vuelvo la vista a él y niega con la cabeza. — ¿No te es fácil
zafarte de él, no?
— Disfruta lo que hago, es normal que sienta más atracción hacia él.
— Clara igualmente lo disfrutaba y me atrevería a decir que incluso más que Jimin
y aún así la botaste tan rápido como la tomaste. — Sigue él. Comienzo a perder la
maldita paciencia... — La única razón por la que quieres deshacerte de él es porque
comienza a moverte el suelo y a tu cabeza loca. — Me da unas palmadas. — Porque
ayer corriste por él antes que cualquiera que tu familia o salvar tu propio pellejo.
— Yo nunca dije que te gustara. — Contesta él. — Solo te está confundiendo y eso
es más que suficiente para que huyas. Siempre lo haces. Lo hiciste con Clara, aunque
al final fuera ella quien provocara que te alejaras con sus enfermizos celos y
posesividad psicópata.
— Dices otra maldita palabra sobre Jimin y ahora mismo te rebanaré el cuello. —
Amenazo secamente.
— ¿Qué? — Pregunto.
Niego con la cabeza y observo de nuevo por la ventana, sin embargo las palabras de
Taehyung retumbaron en mi cabeza sin control. No tenía sentido, él y yo...
simplemente sería una catástrofe
Éramos muy parecidos en ciertos aspectos y por eso nos atraíamos mutuamente pero
al estar muy cerca causábamos corto circuito. No podíamos alejarnos pero tampoco
acercarnos, éramos dos polos opuestos, dos bombas... y no tardábamos en explotar.
Su llegada a mi vida me había golpeado fuertemente en varios aspectos, y todas
nuestras relaciones... mierda, esto era tan complicado.
Mis intenciones con Jimin antes eran muy claras pero ahora dudaba lo que realmente
quería, apuesto a que ni él siquiera qué hacer tampoco. Él en el fondo aún me guarda
cierto rencor pero se ha dejado contagiar por mi locura
— Yo... — Susurra.
— Lo siento, déjalo. — Desvío la mirada y abro los compartimentos para ver qué
hay.
No sé en qué mierda pensé, fue un impulso. Cado que pego mis labios a suyos me
atrapa como mil agujas, era una maldita droga. Sus jugosos y ardientes labios eran
jodidamente perfectos. Casi parecía que nuestras bocas habían sido hechas a la
medida perfecta para que nuestras bocas encajaran.
— ¿Quieres que te lleva a una habitación para que descanses mientras? —Pregunto.
— ¿Sí Jimin? — Pregunto sin emoción alguna. Él me sigue dando la espalda, escucho
sus sollozos hasta que se detiene e inhala muy profundo. Voltea a verme igualmente
a través de su hombro con sus ojos empapados de lágrimas.
Jimin pov
Mi rostro está hundido entre mis rodillas pegadas al pecho. Me aferro con fuerza,
cerrando los ojos, suplicando que todo esto sea una simple pesadilla, despertar,
despertar y que todo este solo haya sido un mal sueño. Mis ojos están apretados con
tanta fuerza que los puntitos aún con los ojos cerrados están presentes, mareándome
y provocando un dolor en mi cabeza y en mis ojos. No me importa, aprieto con más
fuerza clavando mis dientes en mi labio inferior con tanta fuerza que puedo creer
que éstos se tornan blancos.
Cuando el dolor físico se vuelve insoportable abro los ojos, soltando un chillido de
dolor al sentir la luz de la lámpara quemarme y mandarme una daga por mis ojos y
cabeza. Me llevo las manos detrás de la nuca y vuelvo a sollozar cerrando los ojos
pero esta vez sin excederme. He perdido la cuenta de los días que llevo llorando. He
cerrado todo así que no sé di es de día o de noche, duermo, despierto, grito, pateo y
vuelvo a llorar. Taehyung viene de vez en cuando a dejarme comida ya que Min
Yoongi no se ha dignado a aparecer en mi habitación desde no sé cuánto tiempo.
Y duele.
Duele ver como en un abrir y cerrar de ojos todo me fue arrebatado. Un novio que
me amaba que me amaba se ha ido después de ser destrozado vilmente por mí,
engañado, traicionado y herido como nunca creí herir a nadie. Un mejor amigo del
que no sé nada y no se digna a mandarme ni una mísera carta y después de esto me
preparo para quizás, nunca más volverlo a ver.
Y estoy cansado. Las lágrimas no bastan para desahogar aquel vacío y nudo en mi
garganta. Necesito sentirme amado, necesito voltear y ver a alguien que esté con los
brazos abiertos y me abrace tan fuerte que sane todas las heridas de mi alma.
Necesito alguien que tome mi mano y me susurre que todo estará bien aunque sea
mentira. Necesito un beso y sentir una protección que caliente mi frío cuerpo, mi frío
corazón, mi fría alma. Necesito que alguien me cure, que tome mi mano y me ayude
a levantarme de esta mierda en la que me he hundido y me lleve lejos, tan lejos
donde nadie pueda alcanzarme. Donde mi libertad no sea solo un sueño, sino una
realidad.
Que alguien me guíe y me muestre otra vez las maravillas de la vida y la hermosa
sensación de estar vivo... porque yo ya lo perdí. Lo he perdido, lo he perdido y no
soy capaz de encontrarlo jamás.
— ¿Jimin? — Escucho una voz a mis espaldas que me hace voltear aún con ojos
rojizos. Taehyung aprieta sus labios y suspira. — Yoongi... él n— necesita que vayas
con él.
— ¿No puede venir él? — Espeto fríamente, sintiendo su nombre clavarse como mil
agujas en mi pecho.
Taehyung niega con la cabeza: — No está en la casa, te llevaré con él. Ponte algo
cómodo.
Sale de la habitación sin decir nada más. Me levanto de la cama y avanzo al armario
para buscar algo que me quede. Saco unos pantalones negros un poco holgados y
una camisa blanca de manga corta que me coloco después de desvestirme.
— Bien. — Dice él. — Vamos. Asiento en silencio y lo sigo escaleras abajo. Cruzamos
la cocina y salimos por la puerta transparente que lleva al lado trasero de la casa,
está atardeciendo y el aire es sumamente fresco. Pasamos la bodega de metal y
Taehyung se detiene justo en la entrada al bosque, voltea a verme.
— El terreno se extiendo otro kilómetro, pero no caminarás todo eso. — Apunta con
su barbilla al frente. — Avanza todo lo que puedas, allí verás otra bodega más
pequeña. Yoongi está allí.
Corro con alivio a una construcción muy pequeña. Es una bodega donde fácilmente
cabrían cuatro personas viéndola por fuera, no era muy grande pero tampoco lucía
mal. Bueno, era de noche así que no podía estar completamente seguro. Me acerco a
la puerta y toqué tres veces esperando escuchar una respuesta. Me cruzo de brazos
esperando pero no hay ningún índice de vida allí. Vuelvo a tocar con más fuerza y
apenas mis dedos se alejan de la puerta siento algo frío y puntiagudo hacer presión
en mi cuello.
— Lo necesitarás. — Dice subiendo la mirada a mis ojos. —Ahora más que nunca.
Su mano se cierra envolviendo con la mía y haciendo presión sobre el mango del
arma blanca. Bajo la mirada el filo que parece brillar bajo la luz de la luna, trago
saliva y comienzo a negar con la cabeza repetidas veces hasta que Yoongi me atrapa
de la barbilla con su pulgar e índice y con suma delicadeza levanta mi mirada.
— No lo uses a menos que sea sumamente necesario. — Habla en voz baja, su voz
suena más ronca que otras veces. — Necesitarás aprender a defenderte solo.
— No quiero hacerlo.— Suplico sintiendo un terrible ardor en la garganta. — ¡Yo no
soy como tú Yoongi! ¡Yo no voy a matar a nadie!
— Matar a todos.
No puedo soltar un risa tan seca que inclusive duele. — ¿Por qué no me sorprende
ya? Para ti la opción más fiable es asesinar, quitar de tu camino a la mala a todos.
Matar... ¿cómo puedes hacer siquiera eso? ¿Qué tan desquiciado debes estar para
arrebatarle la vida a alguien?
— No toleraría manchar mis manos con una sangre que no sea la mía. — Contesto
sintiendo el picor en mis ojos. — Jamás.
— Parece que después todo sigues siendo mi pequeño inocente. — Acaricia mis
mejillas y luego me levanta la barbilla a la fuerza. — Tengo que cambiar eso.
— Lleva así desde la mañana así que está fresco. — Se burla Yoongi. — Lo cuál
significa que nos servirá muy bien.
Yoongi vuelve a jugar con el cuchillo y me sonríe antes de sacarse la camisa dejando
su pecho al desnudo. Trago pesado y abro la boca cuando él se acerca y coloca el
cuchillo en su boca para liberar sus manos. Atrapa el borde de mi camisa y debido
al tirón ésta termina desprendiéndose de mi cuerpo. Trato de cubrirme cuando
Yoongi retrocede y vuelve a jugar con su cuchillo.
— Quítate la ropa. — Esboza una sonrisa. — Quiero que me veas mientras lo haces.
Trago saliva con suma pesadez y el repentino deseo de volver a llorar me envuelve.
Trago más duro para calmar el nudo en la garganta y retiro el pantalón tembloroso.
Yoongi extiende su mano y yo se lo lanzo temblando, él lo atrapa y lo coloca junto a
la camisa. Me sigue manteniendo la mirada fija.
Abro la boca pero mi lengua se enreda con mis palabras y solo sonidos sin sentido
alguno escapan de mis labios. Yoongi entierra agresivamente el cuchillo en la
pequeña mesa junto a él donde están los demás armas haciéndome pegar un gran
brinco. Mis manos tiemblan sin piedad alguna hasta retirar mi ropa interior e igual
dársela, tornándome completamente rojo al sentir mi desnudez expuesta.
Yoongi sin embargo nunca dirige la mirada a mi cuerpo, sigue viéndome fijamente
a los ojos conforme deja el cuchillo y se levanta para avanzar hacia mí. Retrocedo
sintiendo corazón golpear contra mi pecho hasta que me alcanza, tomándome de los
hombros. Lentamente me sentando hasta que siento que quedo sentado en el borde
de la tina. Volteo a través de mi hombro y me percato que tiene agua adentro, abro
mis ojos perplejo y volteo a ver a Yoongi.
Él alza sus hombros con total indiferencia y vuelve a dar otra calada mientras sonríe.
Señala con sus dedos y el cigarro el techo.
Yoongi esboza una gran sonrisa antes de soltar una helada carcajada. Expulsa el
humo sin dejar de reír y negar con la cabeza repetidas veces. Sacude mi cabello.
— ¡Déjame ir! — Grito. — ¡No necesito más mierda de la que ya tengo Kim!
¡Suéltame!
— Aún no. — Observa el cuchillo con una sonrisa y vuelve a clavar su sonrisa en mí.
Siento mi sangre hervir y mis ojos picar cada vez más, mi vista se va nublando y
entro en una guerra constante para impedir las lágrimas salir.
— El hombre que iba a seguir caminando tranquilamente por las calles, comprar
cosas, tener sexo, sonreír como si nada sucediera. — Sigue. — ¿Recibió su merecido?
Su pregunta me toma por sorpresa y lo único que puedo hacer es abrir la boca y
observarlo confundido.
— Curiosamente a mis demonios le gustan los tuyos. —Me sonríe — ¿Por qué no
los juntamos y creamos nuestro propio infierno? Resultará sumamente interesante.
— ¡Porque yo no soy como tú! — Bravo. — ¡Yo jamás seré un maldito asesino mal
de la cabeza! ¡Nunca seré un enfermo manipulador y mentiroso como tú lo eres!
Se levanta y pisa el cigarro que no lleva ni la mitad y lo pisa. Lo sigo de reojo hasta
que lo pierdo de vista al colocarse detrás de mí. Siento sus dedos deslizarse por mi
cuello y subir casi hasta mi barbilla. Me tira hacia atrás provocando que levante la
vista nuevamente hacia la repugnante escena que me provoca ganas de llorar.
El grito que suelto destroza mis cuerdas vocales llevándome a un bloqueo total de
voz. Me ahogo al sentir la marea de sangre e intestinos caer directamente sobre la
bañera y mi rostro perforándome del olor a sangre.
Sigo gritando pese al ardor sintiendo toda la sangre deslizándose por mi rostro y mi
cabello, espalda, tiñendo la blanca bañera de un rojo intenso. La sangre que salió
como una cascada empapándome junto con todos los órganos internos que están
frente a mí y orillas de la bañera. Levanto la vista sin poder gritar nada más viendo
el cuerpo abierto frente a mí.
Jimin pov
Mi pecho arde como si hubiese hecho el ejercicio más exhaustivo de toda mi vida.
Nuevamente siento el agarre aflojarse y vuelvo por décimo cuarta vez a salir de la
tina de sangre para tomar aire tomando en desesperación total bocanadas de aire.
No puedo ver nada, la sangre corre por todo mi rostro y seguramente me encuentro
con un nuevo traje color vino que tapa todo mi cuerpo. Lucho por tomar mi
respiración y apenas siento algo de alivio Yoongi vuelve a empujarme hasta el fondo
de la bañera ahogándome casi hasta sentir mis pulmones explotar y hacerse trizas.
Me remuevo sintiendo lo espesa que es el agua y pataleo inflando mis mejillas para
mantener lo más que puedo la respiración hasta que Yoongi nuevamente vuelve a
sacarme para que respire. Me ahogo y toso antes de tomar otra vez las grandes
bocanadas de aire. Mi cuerpo tiembla y batalla con ímpetu por recobrar una
estabilidad que se ha vuelto imposible desde hace largos minutos, horas quizás.
He perdido la noción del tiempo y lo único que suplica mi mente es frenar, que toda
esta pesadilla se detenga de una maldita vez.
Siento su mano bajar con fuerza por mi rostro quitando el agua sangrienta y
permitiéndome abrir los ojos después de dudar tanto en si hacerlo o no. No me
atrevo a observar lo que está frente a mí, mi mirada vuela a la pared y los gruesas y
calientes lágrimas se deslizan en silencio por mis mejillas, sin piedad alguna, una
tras otra, sacando miles entre cada parpadeo.
— Luces tan hermoso. — Repite y siento sus manos meterse al agua y tomarme por
debajo de las axilas y tirarme hacia arriba para finalmente ponerme de pie. — Creo
que ya tuviste suficiente.
Mis piernas no responden y eso me provoca que caiga de no ser porque Yoongi me
sostiene antes de que de al suelo. Mi mente no procesa nada, ningún maldito
sentimiento o pensamiento se hace presente más que las amargas lágrimas y el dolor
por todo mi pecho. Mi cuerpo se deja caer con todo y peso pero Yoongi apenas se
mueve, sosteniéndome si fuera una especie muñeco de porcelana tan frágil y ligero...
— Y hasta mudo quedaste. — Dice con burla. — ¿Fue demasiado para ti muñeco?
Sigo en trance observando la pared sin poder reaccionar o emitir una sola palabra.
Yoongi mueve mi cabeza y ésta cae al sentido contrario después de balancearse un
poco y detenerse. Ahora me encuentro viendo el suelo y mis piernas empapadas de
sangre ahora seca, mi verdadera piel no asoma ni un poco.
— Vaya que quedaste mal. — Siento que toma mi barbilla y vuelve a levantar la
mirada. — Tendré que hacerte reaccionar a la mala precioso.
Caigo al suelo apenas me suelta pero no siento el golpe. Sigo observando ahora la
vista de costado sin sentir ni un rasguño, ni el propio respirar de mi cuerpo. Es una
sensación de frívola de muerte que no me hace sentir nada, las lágrimas corren y
corren nublando mi vista y aclarándola en menos de cuatro segundos y pese a mis
esfuerzos no puedo detenerlas. No puedo detener la cascada de lágrimas que brotan
de mis ojos sin sentir ni una pizca de dolor, ni por dentro ni por fuera.
Escucho muy lejano un sonido de frote y ahí es cuando me percato que estoy siendo
arrastrado. La imagen del baño y la tina plagada de intestinos se va alejando cada
vez más. Mi cuerpo y mi consciencia cada vez son más lejanas y difíciles de conectar
con mi cerebro, siento que me voy apagando segundo tras segundo, paulatinamente
cayendo en un abismo hasta que voy cerrando los ojos.
Las manos en mi pecho caen en seco al suelo y su fuerte azote el lo último que siento
antes de caer en el profundo abismo del silencio color negro.
Taehyung
Me encuentro todavía en la sala mordiendo mis uñas, observando el reloj con tanta
fuerza que me sorprende no haberlo hecho explotar o caer con algún poder psíquico
que habré desarrollado en estas casi tres horas.
Van a dar las once de la noche y ni Jimin ni Yoongi han llegado. Si no los conociera
pensaría que salieron o quizás su charla demoró más de lo esperado pero sé que no
es así. Quizás. Lo único en lo que puedo suponer es que tuvieron una plática seria
que terminó sin ropa de por medio y un desastre de gemidos inundando el pobre
lugar. Eso es lo que pienso y quiero creer.
Si Yoongi llega sumamente relajado y Jimin con una enorme sonrisa o cojeando
sabré que al menos tuvieron una feliz despedida y el más pequeño ha sido bien
follado para aguantar la ausencia de Yoongi. Están locos, los dos. No sé cómo
explicarlo, yo también lo estoy pero con ellos es muy distinto... Yo no podría
imaginarme a Jungkook lleno de heridas pidiéndome más, me resultaría muy
perturbador.
Sin embargo nada me prepara para lo que veo cuando la puerta de la casa se abre y
ellos entran.
Corro al instante y me detengo sintiendo mis ojos abrirse poco a poco con horror y
mis manos tapar mi boca para ahogar el grito. Mis ojos observan a un Yoongi
empapado de sangre de pies a cabeza y a un Jimin desmayado, completamente
desnudo y ensangrentado siendo cargado en sus brazos. Sus brazos caen a sus
costados y su cabeza hacia atrás, todo batido y bañado en la sangre seca, espesa y
que aún resbala por sus dedos mandando gotas al suelo. Su cabello se ha convertido
un desastre y mi repulso me manda un arcada ante el olor putrefacto y a carne.
— ¡No puedes hacerle eso! — Grito. — ¡Yoongi estás cruzando un jodido límite! ¡Una
cosa es jugar con su cuerpo y otra completamente distinta es jugar con su estabilidad
mental!
— Oh, qué pena. — Acomoda a Jimin en sus brazos. — ¿Puedes dejar de mirarlo?
Me harás enfadar.
— Como sea. — Resopla aburrido. — Tengo cosas que hacer. Con tu permiso.
— Y Taehyung. — Llama, yo trago saliva con pesadez. — Una palabra de esto y...
— Por cierto. — Voltea a verme. — Escuché unos rumores curiosos, no sabría decirte
si son reales o no pero nunca está de más tenerlos en cuenta.
— ¿Qué? — Pregunto con cautela. — Escuché que Jeon Jungkook regresará pronto
del extranjero. — Una sonrisa asoma por sus labios. — Y ya sabes, pasará a la
custodia de su tío que vive por el instituto.
— ¡Qué pena que Jackson Wang sea el primero en reservar una cita con él para su
regreso! ¡Y más pena me da que tus trapitos sucios saldrán a la luz! — Ríe pero yo
me encuentro con la garganta seca. — Y más triste aún es que estés desaparecido y
no puedas ir a hablar con él o disculparte.
Jimin pov
Conforme mis ojos se van abriendo siento un terrible dolor en la cabeza, ojos y
pecho. Mi vista se va aclarando con el paso de los segundos y voy tomando
consciencia de donde me encuentro. Estoy en el piso de un baño y escucho el agua
correr.
Lo empujo tan fuerte como puedo pero él no me devuelve ni una mala mirada.
En este momento simplemente siento una pequeña rabia, pero más que nada, que
no me sorprende. Hasta ahora me percato que no me ha sorprendido en absoluto lo
que me ha hecho, es un sádico despiadado, ¡era claro que algún día haría una mierda
para trastornarme!
Suelto otro gruñido y tallo con mucha fuerza mi cabello y cuerpo pero el agua sigue
roja, roja y más roja. Mi cuerpo se cansa de estar levantado y mis brazos de moverse,
pero debido al color menos intenso sé que al menos ya está a punto de finalizar.
Me mantengo otros largos minutos así hasta escuchar el desliz de la puerta y una
ráfaga de viento frío azotar mi espalda erizando mis vellos. Abro mis ojos y me
separo de la pared para voltear detrás de mí, abriendo mis ojos el triple al ver a
Yoongi completamente desnudo cerrando la puerta detrás de él y acercándose al
agua.
— ¿Me recibirás con otro puñetazo? Creo que en ese caso comenzaré a
acostumbrarme. — Contesta secamente antes de dejar que el agua empape su cuerpo
y quitar el rastro de sangre de sus manos y brazos.
— Este imbécil, maldito enfermo y sádico despiadado te hace gemir más que
cualquier novio tuyo con el que podrías estar. — Suelta una carcajada que me hierve
la sangre y hasta siento las venas palpitar en mi frente. — Así que mide bien tus
palabras muñeco.
Vuelvo a empujarlo hasta azotarlo contra el vidrio. El chorro de agua cae y Yoongi
simplemente suspira, tronando su cuello antes de estamparme contra el vidrio de la
pared sacándome todo el aire. Coloca su brazo en mi cuello y empuja
inmovilizándome por completo al amenazar con volver a cortar mi respiración.
— ¿Qué? — Pregunto abriendo mis ojos con perplejidad. — ¿A qué te refieres con...
última madrugada?
— Tuve que posponer mi viaje hasta que reaccionaras. No te iba a dejar así como así.
— Alza una ceja y me observa como si fuera un bicho.
Los quejidos de dolor se van esfumando para ser reemplazar con sucias carcajadas
que abandonan mi garganta. Me reincorporo observando a un Yoongi perplejo y eso
solamente me hace reír más. Apoyo mi espalda en la pared ahogado en un mar de
risas señalando su cara y ahora agarrando mi panza debido al dolor que me provoca
el reír tanto.
¡No puedo creer que se lo haya tragado! ¡Dios mío su reacción fue oro puro!
— ¡Si tan solo...! — Chillo riendo. — ¡Si tan...! ¡Dios mío! ¡Dios mío tu cara! ¡No
puedo, no puedo!
Me toma del cuello pero eso no impide que la risa siga saliendo de mi cuerpo. Siento
un bombardeo de emociones donde pese a la risa comienzo a llorar nuevamente,
convirtiéndome inesperadamente en un mar de llanto y de gritos.
Y ahora rabia.
Tapo mi cara tapando las carcajadas sin control y las lágrimas ardientes, cubriendo
las venas de mi frente y gritos de rabia que me hacen apretar mis dedos y tensarlos.
¡Oh lo necesito tanto! ¡Tanto, tanto!
— El castigo que recibirás será duro. — Gruñe mordiendo mi cuello. — Tan duro
que lograré llenarte largas semanas.
— ¿Dolerá? — Susurro.
— Como no tienes una idea. — Dice con sus labios pegados a mi oreja. — Y lo más
enfermo es que va a encantarte... me harás enojar más seguido con tal de que vuelta
a tomarte con la misma fiereza con la que la haré ahora.
Y otro gemido sale cuando muerde el lóbulo, haciéndome arquear la espalda debido
al dolor y la agresividad. Hunde su lengua llevándome un escalofrío y una extraña
sensación de placer que me hace enterrar mis cortas uñas en su espalda.
Jimin
Gruño en modo respuesta sintiendo mis ojos quemar debido a la intensidad con la
que lo observo. Yoongi termina frente a mí y levanta mi mirada tomándome por
abajo de la barbilla y las mejillas, ladea un poco mi cabeza a la derecha y luego a la
izquierda antes de soltarme bruscamente.
— Ahora que tengo todo a mi total disposición, podremos divertirnos mucho, ¿no
lo crees?
Mi mente es una telaraña de emociones que chocan entre sí, muchas son
contradictorias creando emociones nuevas que nunca antes había sentido. La rabia
pasional, la melancolía placentera, el dolor relajante, la furia lujuriosa... Todo choca,
todo cambia.
— ¡Mmfh! — Jadeo lanzando mi cabeza hacia atrás y escurriendo más saliva cuando
siento la mano de Yoongi envolver mi miembro y comenzar un vaivén de arriba a
abajo para comenzar a despertarlo. Aprieto mis puños clavando mis uñas en las
palmas de mis manos y mi respiración vuelve agitarse. Empujo como puedo mis
caderas hacia arriba para buscar más contacto, Yoongi ríe.— Mhh...
El sigue frotando otros segundos hasta separar su mano dejándome semi duro.
Jadeo un poco ante la falta de contacto y mis caderas vuelven a empujar para crear
otra ficción.
— Te quitaré la mordaza para que me pidas una cosa. Solo una. — Alza un dedo con
una sonrisa. — Medita bien tu deseo.
Agarro el cuchillo y empujo con la punta contra uno de sus pezones haciéndole
soltar un chillido. Vuelvo a cogerlo con firmeza y abro su piel con lentitud
escuchando sus gritos,la punta abriendo líneas rojas en su piel hasta formar una "x".
Mi boca se hace agua al ver la sangre resbalar y una gota envolver todo u pezón
derecho endureciéndolo más de lo que ya está. Mi apetito se abre y mi pene se
endurece ante la vista y su mirada y sin perder más el tiempo, me inclino para
succionar su pezón con mi lengua, envolviéndolo y succionándolo con rudeza.
Juego con ellos tanto como puedo, hasta enrojecerlos como la misma sangre. Están
duros y muy firmes, lamerlos es todo un manjar, su textura suave, el sabor metálico
de la sangre crean un escenario que me está volviendo loco y ansío cada vez más.
— ¡Mmh! ¡Mmfhi!
Sonrío y tomo la erección entre sus manos comenzando a frotar, todo su rostro se
desfigura a una de placer total y sus chillidos agudos no tardan en salir de su linda
garganta.
Enredo sus piernas en mi cadera y lo pego a mí hasta que nuestras erecciones chocan.
La suya comienza a gotear líquido pre— seminal facilitando lo que quiero hacer. Lo
acomodo bien entre mis piernas y una vez que nuestros duros miembros entran en
contacto, comienzo a moverme lentamente mis caderas simulando embestidas.
Ambos jadeamos por igual y me pego más a él, escuchando sus pequeños gemidos
conforme nuestros miembros comienzan a frotarse, chocando duramente entre sí
mandando escalofríos por mi espalda y cosquilleos a mi vientre.
Jimin lanza su cabeza hacia atrás y comienza a gritar, frotándose con más insistencia
pero mis manos comienzan a cansarse, Lo bajo y me pego a él tomando las dos
erecciones y juntándolas para comenzar a masturbarnos juntos.
Sus ojos suplican y nuestro orgasmo se siente más cercano. Empujo y froto tan
rápido como puedo hasta hacer presión. Jimin se ahoga nuevamente con su mordaza
y comienza a expulsar su semen en chorros, batiéndonos a ambos con su tibia
esencia que termina en mi mano facilitando una inesperada lubricación.
— Tú dijiste que haríamos todo lo que yo quisiera... — Sonrío mandando mis manos
al suelo para agacharme y tomar el objeto. — Y eso vamos a hacer mi muñeco.
Y obtengo más.
— ¿¡De quién eres!? — Bravo dejando azotar con más fuerza, observando las
pequeñas gotas de sangre resbalar.
No puedo resistirme a sus palabras durante mucho tiempo. Esbozo una sonrisa y
lentamente le suelto sus cadenas hasta que lo libero por completo. Él soba sus
muñecas antes de levantar solo su mirada, clavándome sus ojos cubiertos de deseo
y una sonrisa caprichosa que me vuelve loco. Me empuja con fuerza y se acerca hasta
rozar sus labios con los míos y morderlos antes de volverme a empujar.
Otro empujón, otro más hasta que me siento caer sobre la cama.
Me dedica una mirada traviesa antes de pasar su lengua por mi boca y después
respira un poco y lame mi glande. Lo observo en silencio, viéndolo acomodarse
mientras comienza engullir todo de una sola causando que haga mi cabeza hacia
atrás. Succiona rápidamente antes de separarse y lamer, bajando hasta mis testículos
que se los mete a la boca entre jadeos.
Su mano se desliza por sus piernas y lo veo masturbándose al mismo tiempo que su
boca engulle mi erección. Dirijo mis manos a su cabeza para empujar más fondo,
controlando el vaivén y ritmo con el que me toma. Me encanta, porque aún guarda
esa pizca de inocencia y de miedo al verme. Inclusive ahora, preguntándome con la
mirada si está bien lo que está haciendo.
— Hazlo. — Susurra con una lasciva sonrisa. Empujo sus piernas y las abro
observando su rosada entrada palpitante. Empapo nuevamente mis dedos antes de
introducir dos, sintiendo sus calientes paredes apretarme deliciosamente. Gime
fuerte y se aferra a las sábanas, cambiando de posición para darme la espalda y
empujar hacia atrás para enterrarlo más.
— Vamos pequeño sucio, fóllate a mis dedos como bien sabes. — Sentencio
palmeando su trasero con fuerza.
Muerdo su espalda y lo tumbo debajo de mí, tomando yo ahora el control para meter
y sacar rápidamente mis dedos de su interior. Él tiembla y se arquea gimiendo más
agudo y observándome con súplica.
Tanteo su pene entre mis manos y lo masturbo tan rápido como puedo, sin dejar
atrás las embestidas que cada vez son más rápidas. ¡Me encanta! ¡Me encanta entrar
en él y escuchar sus malditos gemidos cerca de mi boca! ¡Me encanta tenerlo bajo mi
control y sentir como enloquece cada que lo tomo! ¡Me enloquece, mierda! ¡Me
vuelve loco!
Sus gritos inundan la habitación, gimiendo mi nombre entre las caricias. Nos tiramos
en la cama nuevamente en un desastre de gritos hasta que él queda sobre mí. Me
monta sin perder tiempo, inclinándose para besarme y montándome tan rápido
como puede.
Y lo azoto.
Y empujo contra la cama para volverlo a azotar antes de morder su trasero con rabia
para exprimir la sangre, haciéndolo gritar conforme al mismo tiempo voy metiendo
y sacando mis dedos de él mareándolo casi hasta desmayar.
"Más fuerte"
"¡Mierda sí!"
— ¡Gime! ¡Gime para mí muñeco! ¡Sabes cuánto me fascinan las palabras sucias
saliendo de tu linda boca!
Lloriquea con sus lágrimas de placer. Lo azoto tan fuerte y nuevamente le como todo
su culo, enterrando mi lengua en su ano repetidas veces y succionando, lamiendo
su pene y saboreando todo su sabor mientras él se mete los dedos, tres y luego cuatro
mientras chupo sus testículos. Nos frotamos, él colocándose sobre mí y
restregándose cada vez más rápido hasta hacernos llegar por décima vez en la noche.
Y se corre otra vez gritando mi nombre tan alto que dudo que al día siguiente
recuerde el suyo...
Juego con el cigarro entre mis manos observando el desastre que hay en la
habitación. Le doy una calada y lo expulso, sintiendo a Jimin acomodarse en mi
pecho desnudo para acercarse a mis labios aún con el sabor de la nicotina.
Se inclina y vuelve a besarme con fuerza. Dejo el cigarro de lago y hundo mis dedos
en su cadera para empujarlo contra mí. Él se separa con un pequeño temblor en su
cuerpo.
— Lo hago. — Repite él viéndome fijamente a los ojos. — Ahora más que nunca.
Niego con la cabeza pero él vuelve a tomarme del rostro con sus ojos empapados de
lágrimas.
— Podrás hacerlo sin mí. — Digo bajando la mirada a sus labios, él vuelve a negar
con la cabeza y sorbe por la nariz.
— ¿Juntos? — Pregunto.
— Novios.
— Enfermedad, codependencia.
— Y la cura.
— ¿Me estás sacando toda esta mierda de conversación solo porqueno quieres que
me vaya?
— ¡No te amo!
Lo empujo con fuerza y me levanto de la cama sin querer escuchar otra maldita
palabra. Él se levanta igualmente y me toma por el brazo para que quedemos frente
a frente.
— ¡Más te vale entonces que cuando regreses me tengas una maldita respuesta! —
Las lágrimas se acumulan en sus ojos. — ¡Porque te juro por lo que más quieras que
si tú simplemente estás jugando conmigo no te lo voy a perdonar! ¡Pagarás! ¡Te
sacaré a la mala lo que realmente sientes!
El silencio que se forma es inquietante. Jimin parece congelarse unos segundos antes
de negar con la cabeza y darme un fuerte empujón.
— ¡No vas a perderme! — Agarro sus mejillas. — ¡Si todo este drama es por miedo
te lo digo de una vez Jimin! ¡No— vas— a— perderme!
El silencio nuevamente se forma entre nosotros. Sus lágrimas se calman pero sus
ojos se mantienen destrozados.
— ¿Cómo esperes que te crea? — Susurra dolido. — Si me haz mentido todo este
maldito tiempo...
— Volveré por ti, hagas lo que hagas Jimin, nunca te podrás librar de mí. — Susurro
de vuelta. — Esa fue mi primera promesa, ¿la cumplí?
— Lo hiciste.
— Entonces será la segunda promesa que te haga. — Deslizo mis dedos detrás de su
nuca. — No vas a perderme, regresaré por ti Park Jimin aun así sea lo último que
haga. Volveré.
— Es... — Sorbe por la nariz. — Es la primera vez que me llamas por mi nombre y
apellido.
— Mi nombre suena lindo con tu voz. — Confiesa bajando un poco la mirada a mis
labios. — Quizás... podrías hacerlo más seguido Yoongi.
Tomo sus labios nuevamente en silencio sintiendo nuestras respiraciones chocar con
delicadeza. Nos separamos, él viéndome fijamente a los ojos.
— Me jodiste Yoongi...
Jimin POV
El constante zumbido en mi cabeza provoca que abra mis ojos mucho antes de lo
que hubiera deseado. Abro los ojos y me reincorporo de golpe al percatarme que es
el timbre de la casa lo que está sonando. Me levanto de un brinco de la cama soltando
un chillido y llevando mis manos a mi cadera.
Cojeo un poco hasta agarrar un poco de ropa. Comienzo a bajar las escaleras
ajustándome el pantalón y llego hasta abajo. Me asomo por el agujero de la puerta y
mis ojos se abren con sorpresa. Abro la puerta con delicadeza y sintiéndome hasta
cierto punto intimidado.
— ¡No! — Exclamo.
— Espera aquí.
Resoplo rodando mis ojos y Anthony entra cerrando la puerta detrás de él. Corro
escaleras arriba y entro al cuarto donde Yoongi todavía está profundamente
dormida. Gateo hasta quedar a su altura y comienzo a sacudirlo sentándome en su
espalda.
Nada.
Aprieto mis labios y lentamente me inclino hacia él. Me aferro hasta chocar mis
labios con los suyos e introducir mi lengua por completo. Siento su cuerpo moverse
y un segundo después sus brazos rodearme para tumbarme debajo de él tomando
el control total del beso. Me ahogo por la falta de aire y respiro profundo por la nariz
tratando de empujarlo.
Él esboza una sonrisa y profundiza más el beso. Golpeo sus costados sin éxito hasta
que él finalmente se separa y va a mi cuello para succionar y bajar. Pego un brinco.
— Sí, te escuché las primeras veinte veces. — Gruñe sobre mi cuello mordiendo la
sensible piel.
— Saborearte una última vez antes de dejarte. — Lame mi barbilla provocando que
me estremezca y después me clava la mirada.
— Te odio. — Gruño.
— ¿Enserio? — Pregunto.
— Lo siento. — Susurro.
— Está bien, fue hace tiempo. — Suspira y mueve su mano restándole importancia.
— De ahí fue mi hermana hace un par de años y luego mi padre este mismo año. Es
una mierda, ¿no?
— Hasta ella me abandona cuando llega la luz del día. — Suspiro y niego con la
cabeza divertido. — Pero estaré bien. Taehyung me cuida.
— Es fácil decirlo.
No puedo evitar soltar una pequeña carcajada, la primera sincera desde hace tiempo.
— No... — Contesto con voz algo apagada. — ¿Pero hay posibilidades de que salgan
de Estados Unidos? Había escuchado de algo en Europa...
— Yoongi planea irse a Europa algún día. Fuera de eso no estoy seguro de qué pueda
hacer allá, Clara viene a Estados Unidos. Ella ya está en California. — Frota su
barbilla.
— ¿Clara? — Pregunto con cierta amargura. — Creo que he oído hablar de ella.
— Es la hermana menor de una chica que murió apenas, su nombre era Helen Belier.
— No. — Anthony niega. — Se enreda con ellos para aprender a manejar armar
blancas, es buena con el cuchillo. Ella solo tiene ojos para una persona y por eso
pasamos al punto tres.
— Sí. Tiene un extraño flechazo con tu lindo Yoongi. — Dice él. — Fueron pareja un
largo, largo tiempo. ¿Conoces a los creepypastas? Eran algo así como Jane y Jeff
thekiller.
— Ajá. — Anthony oprime la risa. — Mira Jimin, conozco a Yoongi mucho más que
tú, hemos estado juntos mucho tiempo y puedo apostar que él uno de los reyes de
los celos. ¿Tienes idea del drama que me hizo cuando se enteró que hablé contigo?
— Mueres. — Río.
Ambos reímos pero nos detenemos al escuchar unas pisadas. Observo a Yoongi
arrastrando una maleta en completo silencio hasta acercarse a nosotros. Me observa
a mí y después a Anthony y su mirada se vuelve amenazante. Anthony alza sus
manos en señal de rendición.
— No te preocupes, no hice nada más que hablar con él. — Contesta Anthony.
Yoongi vuelve la vista a mí, yo levanto mis hombros y le sonrío un poco. Él suspira
ahora y observa nuevamente a Anthony.
Pasa junto a mí e inclina su cabeza con una sonrisa, le devuelvo el gesto. Abre la
puerta y sale con un poco más de prisa dejándome solo con Yoongi. Muerdo mis
labios observando todavía la puerta y cuando me siento listo observo a Yoongi. Él
ya se encuentra viéndome.
Finalizo de ajustarla y plancho un poco la parte de su pecho con mis manos. Sacudo
y acomodo el cuello mientras él me observa en silencio, sonriendo a través de los
ojos. ¿O se está burlando? Ah... ya me da igual.
— Ahora sí. — Suspiro y lo suelto hundiendo mis manos en los bolsillos de los
pantalones. — ¿Taehyung sigue dormido?
— Eres mío. — Dice quizás más serio de lo que esperaba. — Y si me entero que
estuviste con alguien más Jimin, te lo juro, no me interesa... voy a matarte.
Me mantengo en un crudo silencio y algo frío me recorre la espina dorsal. Trago
saliva pesadamente y aprieto mis labios al instante. Él me sigue clavando fríamente
la mirada.
— Sobre aviso no hay engaño muñeco. — Dice con voz ronca. — Me enteraré,
créeme.
Vaya... qué característico de Yoongi. Ofenderse por cómo le hablas, ¿qué le pasa?
Entiendo que sea muy dominante y toda la cosa pero a veces calmar los humos no
le viene mal a nadie. Pero en fin, es Yoongi. Es normal que actúe así, no sería Yoongi
si no lo hiciera.
Me quedo plasmado sin saber qué decir y volteo hacia la puerta que acaba de cerrar.
¿Solo eso? Un "bueno, adiós" ¿y ya? ¿Enserio?
Enserio.
Suelto un suspiro y muerdo mis labios al ver como se sube en el asiento del copiloto
y le dice unas cosas a Anthony. Él asiente y pasan unos segundos antes de que la
camioneta se prenda y comience a retroceder.
Enserio.
Sí.
Lo hizo.
Felicidades.
Finalmente me duermo.
— Eh... ¿Jimin?
— ¿Ya se fue Yoongi? — Pregunta una vez que dejo tranquilo mi rostro.
— Está bien, debiste cansarte después de anoche. — Alza una ceja. — Prácticamente
tuve que ponerme tapones en los oídos, ¿sabes?
Suelto una agradable carcajada que Taehyung acompaña con una suave sonrisa.
Suspiro y levanto la vista al techo antes de dirigirla nuevamente a él.
— ¿Qué? ¡No, no! — Ríe pero lo noto nervioso. — Bueno... el día en que fue a la fiesta
nos besamos pero solo eso.
— Era obvio. — Pongo los ojos en blanco. — Los que se molestan se gustan.
— Le gustas pero te odia. — Alzo mis hombros. — Es más complejo de lo que parece.
— Te creo. — Asiente. — De todos modos, haga lo que haga, sé que nunca seremos
algo. La he regado demasiado con él.
— En ese caso mejor déjalo ir. — Froto su brazo. — No quiero ser grosero pero
Jungkook es un chico fenomenal, tú también, pero... eres... bueno, uh, no sé cómo
decirte. ¿Mafioso?
— No. — Ríe de nuevo. — Sí, tengo droga pero nada más allá que tráfico escolar.
Umh... ¿espía de un grupo de asesinos?
— Raro.
— ¿Quieres algo para desayunar? — Pregunta él. — Admito que no soy muy buena
manejando alimentos pero podría intentar hacerte un sándiwch.
— Tae no soy un niño de siete años. — Me levanto del sofá y avanzo a la cocina. —
Tengo dieciocho y curiosamente sé cocinar, así que te tocará a ti limpiar.
— Además, no es por presumir pero... cocino muy rico. — Sonrío entre risas.
— ¿Es lo único que haces rico? — Pregunta con una sonrisa maliciosa.
— Claro. — Regreso la vista a los huevos y los pego contra sí para abrirlos.
— Supongo que debes ser bueno, él también gime demasiado. — Alza una ceja. —
Y él casi nunca gime. Nunca lo había escuchado tan escandaloso como contigo.
— Pocas...
— ¿Pocas?
Él asiente riendo.
— Umh, otra en su departamento hace unas semanas. — Taehyung alza otro dedo.
— Y... ayer.
— Cuatro veces, sin contar las rondas. ¿Cuatro te parece poco? — Alza una ceja.
— No quiero saber cuántas veces lo habrás hecho tú. — Río secamente antes de
comenzar a mover los huevos con la pala y colocar el jamón.
— Está claro que más que tú, pero considerando que comenzaste tu vida sexual a
finales de Octubre y ahora estamos a principios de Enero, cuatro veces está bien.
Más una mamada.
— ¿Tiendes a hablar de la vida sexual de las personas a las que cuidas? — Pregunto
divertido.
— ¿Disculpa? — Alzo una ceja y dejo de pelar. — No es mi culpa si lo ves con dobles
intenciones, el plátano tiene potasio y ahora lo necesito... últimamente me están
dando muchos calambres.
Ruedo los ojos y él comienza a comer. Yo le doy una mordida al plátano bajo la
mirada atenta de Taehyung y su fallido intento de oprimir la risa. Mastico y él
aprieta sus labios tornándose completamente rojo.
— Tienes una forma peculiar de comer plátano, no es mi culpa que tú lo hagas ver
como dobles intensiones. — Se defiende. — Yoongi la debe pasar bien contigo.
Y puedo jurar que nunca antes había sufrido tanto a la hora del desayuno.
Idiota de Taehyung sacando el comentario de "te encantan los huevos con plátano,
¿y ahora bebes leche? Vaya que eres travieso Jiminnie".
Tengo tiempo...
Yoongi POV
— Gracias. — Él asiente y siento que palmea mi hombro. — Anímate Min, llevas con
esa cara larga todo el día.
— Te juro que si no quitas tus manos de mí te arrancaré los dedos ahora mismo. —
Me volteo y le sonrío tan falsamente como puedo.
— Uy, alguien tuvo una mala cogida anoche. — Se burla. — ¿Tu muñeco se puso
rebelde?
Unos hombres salen para tomar las maletas y el chófer nos guía al interior de la casa.
Entramos y observo sorprendido el ambiente. Las luces están bajas dando un
ambiente sensual y una sala negra y roja se abre con una enorme mesa y un bar en
la esquina izquierda. Está a temperatura ambiente un poco más cálida que afuera y
eso me reconforta. Es lujoso, bastante lujoso.
Yo me limito a inclinarme ya que no tengo una jodida idea de quiénes sean. Tampoco
es como si me importara mucho la verdad. Yo no vine a entablar amistades, mis
relaciones de interés están fuera de este círculo.
— Fue al baño, ahora baja. — Dice un hombre. — Ven, los demás están en la otra
sala.
Ella relame sus labios rojo carmín y sonríe antes de deslizar sus manos por mi rostro.
— No lo haré muñeca. — Sobo su mejilla con una sonrisa. — Aún tenemos asuntos
pendientes y cosas que arreglar.
— Sí. — Ella asiente suavemente y aprieta sus labios. — ¿Por qué no comenzamos
hoy?
Tira de mi corbata y empuja sus labios contra los míos. Me toma de sorpresa y tengo
el impulso de empujarla pero mi agarre se afloja unos segundos después y la rodeo
para seguirle el suave beso que me otorga.
Yoongi
Doce días transcurren desde mi partida. Una segunda cena se hará presente para
cuadrar los planes e ideas. Anthony y yo estuvimos durmiendo en un hotel pero
finalmente nos hemos instalado en la casa. Voy acercándome al lugar de la reunión
cuando una pequeña sorpresa me cae de imprevisto apenas cruzo por el pasillo.
Los brazos de Clara rodean mi nuca atrayéndome más a ella. Cuento los segundos
en mi cabeza hasta que ella finalmente se separa con una sonrisa y un leve sonrojo.
Ella se acomoda el cabello antes de sonreírme y dirigirse a donde los demás se han
ido.
Limpio un poco mi boca y observo mis dedos con un poco de labial. Suspiro y me
limpio discretamente en el traje hasta asegurarme que no queda rastro alguno de
contacto físico y no tardo en alcanzarla.
— Yoongi, ¡al fin llegas! — Anthony me hace seña para que me acerque. — Ven,
siéntate y disfruta un poco. ¿Quieres una copa de vino?
— Gracias Forcraft, muy amable de tu parte. — Contesto con una sonrisa más bien
falsa antes de sentarme en un sofá blanco individual pero siendo lo suficientemente
ancho para dos personas.
Él sonríe y agarra una copa para servirme un poco de vino tinto. Hago una leve
inclinación cuando me la tiende y me doy el lujo de olerlo. No es el mejor, pero es
aceptable.
Doy pequeños sorbos atento a las distintas conversaciones. Una de Anthony con
otros hombres acerca del negocio, luego Clara contando con otro grupo los viajes en
Italia y su pobre anécdota dramática en el aeropuerto, una tercera conversación del
clima y una cuarta de otro negocios de los cuales ignoro. Todos parecen muy
metidos en las conversaciones pero yo me mantengo fuera del círculo, observando
y escuchando en silencio hasta que mi copa de vino se vacía.
Agarro un poco de ensalada que como en silencio junto a los demás observando el
reloj avanzar hasta dar las once de la noche. Suelto un suspiro y como aparentemente
aún no está la cena puesto a que una cocinera llega y le susurra con terror a la
anfitriona "la cena demorará un poco más", no encuentro otro remedio que
levantarme en un gruñido para abandonar la sala. Muchos no se percatan de mi
movimiento pero aún así decido mantenerme cerca, así que deslizo la puerta de
cristal que da a la terraza frente a la piscina.
Me apoyo en la pared con mi copa otra vez llena observando el agua iluminada y
escuchando el cantar de los grillos en aquella cálida y silenciosa noche. La
tranquilidad es agradable y el licor junto con el ambiente logran calmare un poco,
sintiéndome más en paz estando solo que entre toda la multitud de personas que no
conozco.
Nuevamente aquel perfume y unas manos tomando mi brazo con posesividad. Doy
otro pequeño trago antes de dirigir mi mirada a Clara y observar el bateo coqueto
de sus pestañas y miradas insinuantes.
— ¿Quieres que vayamos a otro lado? — Pregunta subiendo sus delicadas manos a
mi hombro y pegarse más a mí. — ¿Yoongi?
Ella abre permitiéndome ingresar y observo con sorpresa que mis maletas ya están
en la cama matrimonial perfectamente tendida y con vista al exterior. Las luces se
prenden pero es muy tenue, conservando aquel ambiente sensual y tranquilo de la
casa. Recorro la habitación observando los distintos tipos de cafés y la decoración
acertada, las pequeñas plantas a los costados y otra habitación abierta
permitiéndome ver un baño.
— Sé que te gusta estar solo así que te di esta habitación para que lo estés durante tu
estancia. — Recoge su cabello detrás de su oreja. — Aunque no dudes nunca en
avisarme si necesitas compañía o... o algo.
— Te lo agradecería.
— Oh... de acuerdo.
Ella asiente una última vez antes de cerrar la puerta dejándome solo en aquel
silencio. Suspiro con alivio y aflojo el nudo de mi corbata con una mano antes de
sentarme en la cama con la camisa abierta del cuello, mostrando una gran parte de
mi pecho.
— ¿Es Yoongi? — Suena una voz más delicada detrás de él. Esbozo una sonrisa al
reconocer perfectamente de quién se trata.
— Me encuentro bien, ahora en la recámara. — Respiro profundo. — Es una mierda
todo esto de las reuniones, no sabes cómo lo detesto.
— Te creo, agradezco en parte no haber ido. — Suelta una risa. — ¿Llamas para
desearnos buenas noches y darnos la bendición para mañana?
Espero escuchando unas pisadas y cuchicheos de fondo. Una puerta se cierra y más
movimientos golpean la línea para finalizar con un suave roce y una respiración
dulce del otro lado.
— ¿Crees?
Escucho su risa del otro lado acompañado de un suspiro segundos después. Nos
mantenemos unos segundos en silencio esperando que el otro hable.
— Es... raro, pero lo hago. — Repite él. — Taehyung es una compañía bastante
agradable pero falta algo. Quizás aún no me acostumbro a tenerte realmente lejos.
— ¿Ahora? Estoy tumbado boca abajo... escuchándote. — Casi puedo jurar que está
sonriendo. — En la cama. Solo. Taehyung está preparando algo de cenar.
Vaya.
— ¿Es esto algún tipo de reproche por no llevarte conmigo? — Pregunto zafando
más botones de mi camisa.
— Jimin... — Advierto.
— No creo aguantar mucho, por favor Yoongi. — Lloriquea del otro lado. — Hazme
sentir bien aunque estés lejos.
— Muñeco sucio.
— Mierda...
— ¿Sí? ¿Eso te pone Yoongi? ¿Quieres que comience a gemir para ti?
— Jimin... — Mi voz quiebra un poco por la excitación. — No es momento para
juegos.
— Ayer un poco. — Finalmente confiesa. — Pero hoy no. Te extraño, es una mierda,
te quiero conmigo.
— ¿Sí muñeco?
He perdido la cabeza.
— No tienes idea de lo que haz provocado Park Jimin. — Introduzco mi mano dentro
de mis pantalones con desespero. — Abre tus lindas piernas y ponte en cuatro mi
muñeco... ahora comienza a succionar tus lindos dedos y pon en altavoz. Quiero
escucharte.
|55
Jimin POV
No me importa en ese segundo. Lo único que deseo es llegar, mi erección duele pero
aún así no me atrevo a tocarla, quiero llegar sin tocarla solamente a través del
estímulo que me estoy dando atrás. Y sé que cuando finalice será una vergüenza,
¿pero y qué? ¿Nos extrañamos? ¿No podemos vernos? Encontraremos otras
alternativas.
Escucho igualmente los suaves y roncos jadeos de Yoongi del otro lado, susurrando
mi nombre tan suciamente que me revuelco de dolor en las sábanas por no tenerlo
aquí conmigo. Un dolor en mi pecho que me nubla el placer para atormentarme con
miles de gritos en mi cabeza. Y lo veo. Y lo huelo, y me observa, y me besa.
Y mi cabeza se vuelve un caos. Un completo caos mientras doy duras estocadas con
mis dedos hundido en la miseria de mi mente. El placer en mi cuerpo en una pelea
con el ardor de mi alma, el ácido y ronco raspón de mi corazón y alma, aquel estrujo
que te abre, aquel rasgamiento sin piedad que me hace ir más rápido para
reemplazar todo ese dolor en rabia, en un deseo pasional de querer más, un castigo,
un desahogo fuera de control para no sentir aquel ardor. Aquel ardor que se va
abriendo e intensificando matándome lentamente.
Me veo en la escuela, todo ataca. lo veo a él, aparece en mi mente, sus sonrisas,
aquellos golpes, nuevamente mis súplicas, cuando era un niño, el beso en el baño,
los abrazos de Jungkook, los besos de mi madre, las peleas, los gritos, las
maldiciones, los cortes en mi muñeca, las depresiones, mi piel abriéndose, mis gritos
de placer, mis gritos de dolor, atado a la cama, suplicando frenar, suplicando más,
corriendo en la calle, los besos de Mingyu, los besos que nos dimos, las caricias, la
cena, los tiroteos, la bañera empapada de sangre, más gritos, más placer, más dolor...
Termino mordiéndome con tanta fuerza que no tardo en sentir las gotas de sangre
brotar de mis labios. Tiro de ellos y jadeo más fuerte, lanzándome de costado y
apretando mis ojos tan fuerte como puedo. Mi mente se bloquea y cuando entro en
razón siento un golpe interno, un puñetazo que me saca el aire y me hace chocar con
la razón. La razón... ¡la razón que siquiera entiendo! ¡¿Qué es todo esto?!
— Yoongi... — Mi voz duele al salir. Mi cuerpo aún está dando espasmos y mis
dedos en mi interior, haciendo presión en mi próstata y soltando gemidos cada vez
más agudos.
Me libero por completo cerrando mis ojos con fuerza, sintiendo el cosquilleo y la ola
de tranquilidad recorrerme. Aquella calma, la respiración agitada, mi cuerpo
brincando periódicamente en la cama, escuchando la respiración agitada de Yoongi
del otro lado.
Y puedo verlo, imaginarlo, acostado en su cama mordiendo sus labios con los ojos
cerrados. El teléfono en una mano, su otra libre rodeando su miembro dando un
masaje en su glande que lo hace expulsar semen, brotando coquetamente de la
cabeza para resbalar hasta sus testículos y caer en la colcha.
Y lo que daría por estar inclinado frente a él y succionarlo todo como un lindo dulce.
El dulce que me ha hecho perder la cabeza y desear enfermizamente queriendo más.
No hay suficiente, necesito su enfermedad que alimenta la mía como una droga,
para calmar mi ansiedad, arrastrarme a ese otro mundo que me hace delirar.
— Mierda... — Escucho jadear a Yoongi ronco. — Mierda Jimin, mierda... eso ha sido
jodidamente caliente.
— ¿Cómo nunca antes lo habíamos intentado? — Suelta una risa. — Mierda muñeco,
cómo me hubiera encantado estar allí para verte correr.
— L— lo harás. — Mis párpados se van cerrando. — S— solo vuelve pronto por
favor...
Una pequeña sonrisa atraviesa fugazmente mis labios antes de convertirse en una
mueca de dolor. Aprieto el teléfono y suelto un último suspiro cortado antes de
colgar. Escucho los pitidos de la finalización de la llamada resonando cruelmente en
mi oreja.
Cierro mis ojos y sintiendo mi pecho arder con fuerza cierro los ojos al sentir el picor
en mi lagrimal y toda zona central. Las lágrimas no tardan en salir y mis puños en
apretarse mientras hundo mi cabeza entre mis brazos. Y después de eso mis
hombros se mueven y pequeñas risas comienzan a salir.
Lentamente me voy a sentar frente a él bajo su atenta mirada. Froto mis manos
debajo de la mesa y suelto un suspiro observando el café frente a mí sin animarme
a darle un trago.
— ¡No quería decir eso!Lo siento! ¡Lo siento! ¡Mierda! — Grita histérico.
No sé qué cara estoy poniendo pero debe ser una de horror total. Me tenso
terriblemente y me abalanzo para darle más tragos al café desesperado. La amargura
me recorre la garganta mientras Taehyung sigue balbuceando para excusarse.
— No, no, no. Está bien. No, ¡o sea sí! ¡No o sea sí está bien que te masturbes no tiene
nada de malo! ¡Pero, pero!
Dejo la taza de café y revuelvo un poco mi cabello antes de verlo. Aprieto mis labios
y asiento invitándolo a proseguir.
— ¡Por favor! — Suplica. — ¡Puedo explicarlo pero necesitaré tiempo! ¡Será solo hoy!
Observo a Taehyung vestido con unos jeans azul marino, camisa negra en cuello V
y una chaqueta de cuerpo bastante atractiva. Su cabello está algo despeinado y sus
botas con cadenas le dan un estilo con el que hace tiempo no lo veía. Alzo ambas
cejas y lo sigo con la mirada viéndolo correr con un llavero y su teléfono. Pasa junto
a mí dejando un olor que me hipnotiza y me embriaga soltándome un suspiro algo
tonto.
Mis manos están temblando y sudando como nunca antes. Me freno antes de entrar
a la carretera y cierro mis ojos. Respiro profundo y agito un poco mi cuerpo.
Trago duro y siento algo amargo instalarse en mis papilas gustativas. Trago amargo
esta vez y aprieto con fuerza el volante antes de volver a respirar profundo y palpar
distintas veces con mis dedos. Vuelvo a respirar profundo y trueno mi cuello.
Lo coloco junto a mi oreja y muerdo mis uñas esperando del otro lado. Los pitidos
transcurren aumentando mi ansiedad hasta que finalmente escucho el corte de que
tomaron la llamada.
— Estoy saliendo, realmente eres un idiota. — Su voz suena gélida. — Más te vale
tener una buena razón para marcarme Kim Taehyung.
Cuelgo sin esperar su respuesta y mi corazón late a mil por segundo. Vuelvo a
apretar el volante pero esta vez arranco adentrándome en la carretera en un largo
silencio, palpando los asientos de la camioneta que están a mi derecha hasta sentir
algo duro y metálico chocar con mis dedos. Muerdo mis labios y regreso mi mano
otra vez al volante.
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
No...
No esta vez...
Taehyung POV
Estuve días pensando en si hacer esto o no. Era un enorme riesgo, no sabía tampoco
hasta dónde estaba informado Jungkook de la noticia de año nuevo. No debe saber
que yo también estoy "desaparecido" ya que se hubiera puesto a hacerme preguntas,
cosa que no hizo. ¿Habrá hablado con Jackson? Tampoco, no me hubiera contestado.
¿Entonces? Sí, es un riesgo. Es un riesgo verlo y hablarle pero no creo aguantar
mucho más así.
Finalmente lo observo contra una pared y el teléfono en mano viendo hacia todos
lados. Me abalanzo a la ventana del copiloto para bajarla.
Él no contesta.
Sollozo con una fuerza y un dolor que me quiebra el alma. Es casi un reflejo cuando
lo tomo y lo pegó a mí pese a los golpes que me da en el pecho... hasta que finalmente
la fuerza lo abandona. Se aferra a mí y comienza a llorar con mucho más fuerza, se
aferra a mi camisa y hunde su rostro por completo mientras yo sobo su espalda y
me mantengo en silencio.
Y eso solo me hace ver lo débil y vulnerable que eso. El Jeon Jungkook con una
máscara de frialdad para ocultar al sensible, noble y frágil Jeon Jungkook dentro de
él.
Mierda... ¿cómo pude siquiera atreverme a hacer lo que le hice? ¡Qué he hecho
mierda! ¡¿Qué he hecho?!
Mis ojos se aprietan y levanto la cara del menor. Él me observa con ojos rojizos y sus
ojos quebrados, rotos, empapados de melancolía al igual que su alma. Siento mi
pecho apretar con más fuerza hasta el ardor y lo abrazo con fuerza. Jungkook se
tensa un poco.
— ¡Lo siento tanto! ¡Lo siento Jungkook lo siento tanto! — Quiebro tomándolo con
más fuerza.
Mi pecho se infla por completo y siento las palabras rasgar mi garganta, el impulso
de vómito, de arcadas, de lo que necesito gritar y quitarme aquel peso de encima.
Sus palabras están llenas de miedo y yo no me siento con la fuerza de voluntad para
decirle lo que he hecho. Para confesar la atrocidad que le hice a su cuerpo, a su
persona, la forma tan cruel con la que jugué y me aproveché de él.
— Yo lo hice Jungkook... — Repito tomando sus manos. — No fue Jackson Jungkook,
fui yo.
— ¡LO SIENTO! — Grito sintiendo mis propias lágrimas brotar al ver las suyas. —
¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO JUNGKOOK, LO SIENTO!
Me ataca con distintos golpes hasta tirarme al suelo y golpearme una y otra vez sin
cesar—
— ¡TE ODIO! — Grita golpeándome comienzo a sentir las gotas de sangre correr por
mi cara. — ¡TE ODIO MALDITO HIJO DE PUTA! ¡TE ODIO TANTO MALDITO
IMBÉCIL! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡PÚDRETE EN EL MALDITO INFIERNO KIM
TAEHYUNG! ¡PÚDRETE EN TU MALDITA MISERIA! ¡PÚDRETE! ¡TE ODIO
MIERDA! ¡TE ODIO ASQUEROSO HIJO DE PUTA!
— Te meteré tras las rejas así sea lo último que haga. — Sisea alejándose. — ¡TE
PUDRIRÁS EN LA CÁRCEL KIM ANTES DE PUDRIRTE EN EL INFIERNO! ¡ERES
UN ENFERMO, UN MALDITO ENFERMO! ¡OJALÁ TENGAS UNA MUERTE
LENTA Y DOLOROSA! ¡TE DESEO LO PEOR QUE LE PUDO PASAR A ESTE
MUNDO! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!
— Jungkook...
Me mantengo en silencio viéndolo alejarse cada vez más sin dejar de verme. No
quiero dejarlo solo en esta maldita carretera pero no puedo acercarme ni a cien
metros de él. Observo en silencio y con dolor como corre, su figura alejándose en la
extensa carretera hasta que desaparece por completo.
Llevo mis manos a mi rostro y limpio lo que puedo de la sangre que escurre. Entro
a la camioneta aún limpiándome cómo puedo y suelto un suspiro. Pateo los pedales
y golpeo repetidas veces el volante hasta cerrar los ojos y obligarme a calmarme.
Estoy completamente fuera de control.
Piso el acelerador a fondo y pasando los límites voy por toda la carretera. Las
ventanas abajo y la música a todo volumen. Mis nudillos están blancos y siento las
gotas de sangre volver a escurrir por mi rostro otra vez haciéndome soltar un grito.
Ruego para llegar lo más rápido posible. Voy casi a doscientos kilómetros por hora
cuando el límite en ciento diez, no hay patrullas, está relativamente desierto pese a
los pocos autos que voy cruzando. Uno negro pasa rápidamente y observo a unos
hombres vestidos de traje y lentes negros observarme a través de la ventana. Les
devuelvo la mirada amenazante en el corto momento en que cruzamos miradas y
ellos desaparecen mientras yo sigo mi camino.
Llego a la casa después. Azoto la puerta con fuerza y entro aventando todo en la
casa. Pateo los sofás y agarro las cosas a mi alcance para aventarlas al suelo entre
gritos. Escucho unos pasos apresurados bajar corriendo las escaleras justo cuando
aviento en vaso en la dirección.
Jimin suelta un pequeño grito y se agacha justo cuando el vaso se estrella en la pared
detrás de él y unos vidrios le caen en la espalda. Levanta la mirada con terror.
Desvío la mirada pero él toma mi rostro inesperadamente con sus ojos cargados de
preocupación. Se aleja rápidamente y me jala al sofá para aventarme allí.
Le mantengo la mirada, viendo como muerde sus labios para concentrarse y colocar
todo, limpiar la zona y lentamente ir sobando. Lo hace con suavidad, sus manos se
pasean por mi piel haciendo pequeñas presiones en los hematomas violetas cerca de
mis costillas y pecho. Jimin vuelve a morder sus labios y voltea a verme de vez en
cuando. Sin embargo, debido a que le mantengo la mirada fija, comienza a ponerse
nervioso.
Su agarre tiembla y repetidas veces voltea a verme pero retira la mirada. Parpadea
repetidas veces y aprieta sus labios mostrándose cada vez más nervioso. Finalmente
retira sus manos y cierra el botiquín con lentitud y me clava la mirada.
¿Muñeco?
No estoy mintiendo.
— ¿Y por eso no querías que bajara? ¿Porque sabías que te iban a dar una paliza y
no querías que te viera así? — Alza una ceja.
Él asiente y suspira observando el entorno. Juega con sus manos mientras yo observo
la mesa frente a mí mordiendo mis nudillos. Finalmente él se levanta cruzado de
brazos y observando a la derecha.
— Iré a descansar un poco. — Dice Jimin tragando duro. — Tú... cualquier cosa que
necesites aquí estoy. Lo sabes.
— De acuerdo...
Espero que Jimin se retire antes de abalanzarme al teléfono y marcarle a Yoongi tan
rápido como puedo. Mis manos tiemblan y no sé del uno al diez qué tan jodido estoy,
pero sin duda capaz sea un once.
— ¡Le dije! — Grito. — ¡Vi a Jungkook y le dije lo que le hice en la fiesta! ¡Mierda se
lo dije Yoongi! ¡Se lo dije!
Hay un silencio del otro lado que me inquieta. Después una suave risa.
— ¿Tae?
— Bañándose, en unos minutos sale. — Contesta ella del otro lado, trago duro. —
Pero puedo pasarle el teléfono si es muy urgente. Supongo lo es.
— B— bien. ¿Tú?
— Bastante bien, gracias. Todavía triste por lo de mi hermana pero como dijo
Yoongi, es momento de seguir... — Suspira pesadamente. — Yo... la llevo como
puedo. También lo lamento por ustedes, mucho.
— Gracias Clara, nosotros... igual la llevamos como podemos. — Aprieto mis puños.
— M— me dio gusto hablar contigo, le marcaré después a mi primo.
Y cuelga.
Yoongi POV
Una vez que finalizo de ducharme y limpiar todo rastro de sangre que queda en mí
debido a mi ejercicio matutino, salgo del cuarto con una toalla enrollada. Alzo una
ceja al ver a Clara allí pero conociendo quién es, no me sorprende tanto.
— Taehyung habló. — Me dice Clara una vez que salgo del baño, alzo una ceja.
— No tengo idea, márcale después. — Alza ambos hombros. — Tenemos que llegar
a la reunión rápido si no quieres hacer enojar a Anthony.
Suelto un suspiro y una vez que finalizo salgo del cuarto. Bajo las escaleras y cruzo
el gran pasillo hasta llegar a la entrada donde ya hay varias personas allí. Muchas
caras las desconozco, una que otra ha estado presente en las cenas, pocas reconozco
realmente. Observo la hora y espero en silencio hasta ver a Anthony aparecer entre
la gente y acercarse a mí.
— No estoy seguro, Clara aún no ha dicho nada. — Niega con la cabeza. — Su gente
ya está aquí.
Ambos nos volteamos cuando escuchamos unos tacones. Clara retira el teléfono de
su oreja y se acerca hacia nosotros. Mantengo la vista en ella esperando a que de
instrucciones. Sí, aquí es ella quien da las reglas.
Un hombre con lentes de sol oscuros nos abre la camioneta. Yo soy el primero en
entrar seguido de Anthony, después de él otro hombre entra también a la camioneta.
Clara se sienta en el asiento del copiloto y el hombre que nos abrió la puerta del lado
del piloto.
Pongo los ojos en blanco divertido y niego con la cabeza antes de ver por la ventana.
— ¿Entonces será solamente esta reunión? ¿Y ya? — Abro mis ojos mostrándome
sorprendido y confundido, ¿qué sucede con él?
Un gran silencio se forma en la camioneta. Alzo una ceja y después las junto
comenzando a molestarme. ¿Hablarme de qué?
Siento un sabor amargo en mi boca que me hace voltear a verla sumamente molesto.
Ella me observa a través del retrovisor y relame sus labios rojo carmín con
nerviosismo. Sigo observándola, presionándola con una mirada nada amable a que
hable.
— ¿Qué te lo impide? — Anthony me observa con una ceja alzada. — Eres mayor de
edad Yoongi, no tienes padres que te digan qué hacer, Clara y tú son amigos, en
Italia te unirás a su gente. Serás un apoyo y el lazo entre ambos.
Me mantengo en un crudo silencio bajo sus miradas atentas. Tomo una profunda
respiración y aprieto mis labios sintiéndome demasiado presionado. Clara mantiene
la vista fija en mí al igual que Anthony.
— Porque eres excelente, el que tiene mejor perfil para esto. —Explica Anthony. —
¡Oh, vamos Yoongi! ¡No es tan complicado! Tú querías ir a Europa, ¿no?
Aprieto mis labios nuevamente al igual que mis puños hasta que mis nudillos se
tornan blancos. Anthony alza ambas cejas y una pequeña carcajada sale de sus
labios. Palmea mi espalda repetidas veces haciéndome enojar mientras Clara cambia
su sonriente rostro por una mueca de confusión.
— Por cierta persona allí en Oregón... — Comienza socarrón. — Que comienza con
J y acaba con N, con cinco letras en su nombre, linda sonrisa...
Ella abre sus ojos a más no poder y me observa al instante. Aprieto mis labios para
evitar reír en descontrol al verla, luce completamente perdida.
— Entonces arréglalos y después te vas a Italia. ¿Qué dices? — Anthony levanta sus
hombros.
— Iré con él. — Dice Clara al instante observándome. — Te puedo ayudar, cariño.
— ¡Perfecto! — Anthony asiente. — Finaliza esta reunión y regresamos la próxima
semana a Oregón. Yoongi finaliza sus cosas de allá junto contigo. — Le dice a ella.
— ¿Está bien?
— Sí.
— ¡No!
— Las cosas en Oregón serán rápidas. Iré solo. — Enfatizo la última palabra. —
Dame solo una semana.
— Cinco días. — Dice Anthoy. — Regresamos y tienes cinco días para finalizar todas
tus cosas y te vas con Clara. ¿Me oyes?
Pasan otros par de minutos hasta que finalmente llegamos a un enorme edificio con
muchos pisos. Nos estacionamos y poco a poco comenzamos a salir hasta dirigirnos
a un elevador. Clara se mantiene a mi lado y me observa con una cara que comienza
a inquietarme y molestarme.
— ¿Qué tiene que ver Jimin aquí? ¿El chico que investigué? Tú dijiste que no lo
conocías, parece que sí lo haces. — Su cuerpo tiembla.
— Jimin es el hijo de la mujer que nos invitó a cenar en año nuevo, donde hubo la
masacre. — Sigo. — ¡Claro que ahora lo conozco!
— ¡¿Qué no soy suficiente?! ¡Te vendrás conmigo! ¡Te vendrás conmigo y volverás
a amarme! — Me jala del brazo y me zafo.
Agradezco que estemos hasta atrás y nadie pueda presenciar el escándalo que está
haciendo. Entramos al elevador y ella finalmente se calla peor sin quitarme la mirada
de encima. Gruño por lo bajo y observo a Anthony pero él luce muy divertido de la
situación.
Que agradezca que es un superior mío y le guardo aún un poco de respeto. En otras
circunstancias no hubiese dudado en arrancarla la garganta allí en la camioneta. A
todos ellos, me vale una mierda. ¿Quién mierda se creen para creer que pueden
controlarme como se les de la gana? ¡No tienen idea de con quién se están metiendo!
Pero está bien... jugaré a lo que están haciendo. Sé exactamente a qué se debe todo
esto.
Jimin
No tengo idea de qué le habrá pasado pero luce mal. Los golpes, el dolor en su
mirada, la tensión en su cuerpo. Sin duda no es algo que quiera presenciar mucho
más así que prefiero ir a encerrarme en mi habitación y esperar en silencio. Una
rutina donde ver por la ventana es mi actividad diaria.
Esperándolo...
Esos besos tan profundos y tan intensos que me clavan y me aferran, esos labios fríos
y aditivos, peligrosos, tentadores, muertos... Besos fríos y muertos, con sabor a
muerte, dulce y sangre. A él, obsesión, locura y pasión.
Todo él. Mi antídoto y bomba que destroza mi autocontrol.
Suelto un suspiro más pesado y pierdo el tiempo largos minutos antes de soltar un
grave suspiro. Me duermo y al abrir los ojos son las seis de la tarde.
Mi estómago gruñe, bajo a la cocina a buscar algo que pueda comer mientras tanto.
Sin embargo, me detengo en seco al ver a Taehyung tirado sobre la mesa con casi
tres botellas de alcohol vacío, murmullando cosas incomprensibles y golpeando
apenas la mesa.
— Alguien busca ahogar penas. — Avanzo divertido hacia él, levanta la mirada y
río. — ¿Tan mal estuvo Tae?
Me siento como una madre con su hijo pequeño. Batallo para que Taehyung coma
lo que hay y beba algo de agua. Lo tengo que arrastrar después al baño para que se
duche y con todo y ropa lo meto.
Lo dejo allí solo importándome poco y bajo las escaleras para dirigirme nuevamente
a la cocina. Yo como lo que ha quedado que es un poco de pasta y legumbres. Tiro
las botellas vacíos y me sirvo un poco de la tercera. No me vendría tampoco algo de
mal.
Me lo acabo, no era tanto. Llego a un estado alegre y nada más, nada de borracheras,
nada de estupideces. Ya tengo un borracho en casa como para emborracharme yo,
aunque ganas no me faltan. Sinceramente no me vendría mal pero trato de
mantenerme responsable. Le prometí a Yoongi no hacer tonterías.
Una vez que finalizo vuelvo al cuarto de baño. Taehyung no está. Voy a su cuarto y
toco antes de entrar, solo tiene un pantalón de pijama y observa molesto el teléfono.
— ¡Odio a Yoongi! — Exclama. — ¡Es que te lo juro Jimin! ¡Nunca está cuando más
lo necesito!
— Ya, respira. — Me acerco a él para que se levante. — Vamos a la sala a ver una
película o algo.
Él no se queja y se deja arrastrar con su teléfono en mano y el mío. Lo siento en el
sofá y comienzo a buscar películas para ver.
— ¡Pero claro! ¡Si lo hacían siempre antes! ¡Y si ella contesta su teléfono bah! —
Comienza a reír en descontrol. — Vaya que es un hijo de puta, ¿no?
Me acerco de nuevo a él y me dejo caer en el sofá en seco junto a él. Mis ojos se
empapan de lágrimas y mi cuerpo duele. Grita y se retuerce de dolor por dentro.
— Shhh. — Él sigue sobando mi mejilla y sus dedos se dirigen a mi barbilla para que
voltee a verlo. — Ambos estamos con el corazón roto, pero tú no lo mereces.
— ¿Qué?
— Shhh, hazlo.
Cierro mis ojos sintiéndome confundido. Espero unos segundos y estoy a punto de
abrirlos cuando algo roza mis labios. Pego un brinco y abro mis ojos al instante justo
cuando Taehyung me jala de la nuca y me pega a él para atrapar mis labios entre los
suyo y morder mi labio inferior.
Ahogo un grito al sentir su lengua rozar con la mía y su respiración agitada chocar
con la mía. Chillo y lo empujo con todas mis fuerzas para separarlo de mí. Tapo al
instante mi boca.
— Taehyung... — Advierto.
— Me estuve controlando pero ah— ah. — Niega con la cabeza. — Yoongi se está
tirando duramente a Clara quizás ahora mismo, besándola, haciéndola gemir. ¿Y tú?
Esperando como un idiota.
Siento sus manos comenzar a colarse a través de mi ropa pero no puedo reaccionar.
Todo mi cuerpo se congela y paraliza por completo.
— Solo esta noche Jimin. — Vuelve a rozar sus labios con mi cuello mandando
escalofríos. — Yo también puedo ser tu lindo chico sádico si eso gustas. ¿Eres
fetichista no? niño malcriado y travieso...
— Yoongi... — Susurro.
— Es acerca del regreso. — Sigue. — Espera, dame un momento. Saldré de aquí para
hablar sin interrupciones.
Sus labios vuelven a interrumpir en mi boca. Abro mis ojos perplejo pero Taehyung
me arrebata el teléfono y presiona en la pantalla antes de dejarlo de lado en la mesa.
— Entonces más te vale hacerme olvidarlo bien esta noche. — Susurro con ojos
brillantes de rabia y lujuria. — Muéstrame de qué estás hecho y quizás esta noche
no sea la última Kim Taehyung.
Al salir del elevador finalmente nos dirigimos hacia una puerta de madera bastante
elegante y llena de finas decoraciones de oro. Un hombre toca y no pasa mucho hasta
que una mujer vestida con un delantal y productos de limpieza a la mano nos abre.
Se inclina con respeto y abre la puerta. Los hombres y mujeres comienzan a entrar
incluyéndome. Trato de huir de Clara pero aparece detrás de mí apenas me alejo un
par de pasos. Me acerco a Anthony y observo con los ojos muy abiertos la sala frente
a nosotros. Bueno, una sala con un comedir sumamente grande. Una mesa
rectangular donde ya varias personas están sentadas. Son fácil unas ocho mesas
creando una gigante.
Me percato que hay tres sillas rojas formando un triángulo en la mesa debido a
donde están posicionadas. En la cabecilla está un hombre de edad mayor y una silla
vacía a su lado. A la derecha se va a sentar Clara y Wonho se coloca junta a ella.
Anthony se sienta en la última silla roja frente a Clara y me indica irme a sentar junto
a él. Los demás se sientan un poco más allá de nosotros, formando claramente una
escala de "poder" en esa mesa.
— Lamento la demora, gracias a todos los que vinieron. — Otro chico de traje sale
de un baño.
Mis ojos se abren con suma sorpresa pero poco después mis manos se transforman
en puños que aprieto debajo de la mesa. Conozco a ese chico.
— Gracias Kai. Sabes que siempre cuentas con nosotros. — Habla Anthony
esbozando una pequeña sonrisa.
— Antes de comenzar, Will se excusa por no haber podido asistir a esta reunión de
grupos. Ha surgido un imprevisto personal que le ha impedido venir. — Dice
simplemente. — Dejando claro en esto, comenzamos.
— ¿Se puede saber por qué los grupos del este se interesarían por tu mano derecha?
— Pregunta el hombre.
— K y Sullivan fueron enemigos del peligroso asesino Europeo Min Suga, está claro
que al enterarse de su hijo irían tras él sin importar qué. — Habla Clara. — La
información de los hijos de Min Suga ha salido a la luz hace poco.
— Eso hacen. — Contesta Anthony. — Mi gente llegó, eso provocó una masacre.
— Era una cena de fin de año. Aquí dice que Kyle y Derek eran amigos de Park
Chaerin, compañeros de trabajo. —Él sigue checando sus hojas. — Si ella era su
amiga, ¿entonces por qué la asesinaron?
— Park Chaerin no sabía de los planes, trabajaba allí simplemente. Su historial está
limpio. — Anthony extiende unas hojas que le pasa a Bill.
Me tenso por completo. Clara me observa al instante y Anthony toma mi brazo para
que no vaya a explotar allí.
— El grupo L sigue causando desastres, se sigue sin saber qué buscan. — Habla
ahora Clara tomando más expedientes. — Mi gente ha logrado atrapar a uno pero
se niega a hablar, además, tampoco sabe inglés.
— ¡¿Quién mierda son los del grupo L?! — Grita Bill. — ¡Me tienen hasta la médula
con su maldito terrorismo!
— Bien. Llamaré a mi gente para crear un terreno y una trampa. — Bill anota unas
cosas. — ¿Clara?
— Una de las víctimas de la masacre de año nuevo era su medio hermano. — Explica
él. — Tenía un hijo pero ahora que ha fallecido, el niño ha pasado a su custodia ya
que no tiene madre.
¿Jungkook?
— Conozco al chico. — Digo firme, él alza una ceja y todos voltean a verme. — Está
en mi instituto, es el mejor amigo de Park Jimin.
— Qué chistosa coincidencia. ¿Guarda buena relación con él? — Pregunta Bill.
Hay peleas casi en la noche. Me salgo de la reunión y me voy al pasillo para marcarle
a Jimin y ponerlo a tanto de todo esto.
Jimin POV
Sonrío sobre sus labios y él gruñe de placer. Lo tomo con mi mano y comienzo un
suave vaivén que lo tensa sobre mí y altera para besarme con más hambre y fuerza.
Yo me encuentro solo en ropa interior pero no pasa mucho hasta que siento sus
manos colarse y amasar mi trasero suciamente, enterrando sus dedos y estrujando
sacándome más jadeos.
No me reconozco más. Taehyung muerde sus labios y se acerca para besar a través
de la tela, lamiendo después y soltando pequeñas mordidas. Jadeo y aprieto mis
labios al sentir como va bajando mi ropa interior hasta mandarla a mis rodillas.
Sus manos rozan suciamente mi culo y después deja caer la palma de sus manos
dándome una fuerte nalgada en ambos cachetes. Jadeo al sentir el ardor y vuelve a
azotar con más fuerza, dando después pequeñas palmaditas que me hacen
balancearme de adelante hacia atrás entre lloriqueos.
Me meneo un poco y relamo mis labios resecos y cierro mis ojos unos segundos.
Siento sus manos abrir un poco el campo para dejar al expuesto mi rosada entrada.
Vuelvo a atrapar mi labio inferior con mis dientes al sentir sus dedos rozar la zona
y juguetear, delineando con pequeños círculos.
Abre más mis piernas y me lanza hacia adelante. Se acerca y suelto un grito de placer
arqueando mi espalda al sentir su lengua rozar. Me jala de las caderas y siento que
hunde su rostro para comenzar a lamer y besar con hambre, metiendo su lengua y
haciendo pequeños sonidos sucios y calientes con su saliva.
— T— Tae... —Suplico.
Deposita un último beso en mi entrada cargado de saliva. Me estremezco y mis
piernas tiemblan debido al placer. Sus dedos se embarran un poco antes de
introducir dos que comienza a sacar rápidamente sin siquiera dejarme respirar.
— Hazlo... — Jadeo.
Entra de una sola estocada, tocando fondo hasta que sus testículos chocan con mi
piel. Comienzo a embestirme duro y rápido, no hay preparación ni nada suave. Va
directamente a destrozarme.
Chillo agudo con lágrimas en los ojos sintiendo el ardor que me comienza a excitarse.
Mi erección choca contra mi vientre y se torna más rojiza conforme voy lanzando mi
cabeza hacia atrás y lo siento moverse ágilmente de adelante hacia atrás, golpeando
duro y bajando sus manos para pegarme más a él y seguir el rápido y seco
movimiento.
Duras embestidas que nos hacen a ambos gemir bastante. Mis jadeos más agudo que
se mezclan con los roncos de él. SU voz rasposa, grave, más que la de Yoongi.
Aquella aspiración de saliva y fuertes embestidas que le hacen soltar pequeños
gritos entre cada una.
— ¡Ah Jimin! — Grita mi nombre alto y sigue embistiendo golpeando mis piernas y
sacándome más gritos.
Mete sus dedos a mi boca suciamente y yo al instante los succiono y jadeo con ellos
en mi boca, empapados de saliva mientras me observa con sus labios mordidos
mientras embiste. Me siento ahogar y varias palabras se ahogan en mi garganta
sintiéndome ahogar con sus dedos que se restriegan con mi lengua y dientes,
empapándose de saliva.
Los muerdo y succiono viéndolo fijamente a los ojos. Gritamos más fuerte.
Me ahogo cuando mi orgasmo me golpea tan fuerte que no lo veo venir. Mis paredes
se aprietan y comienzo a expulsar el semen a chorros sintiendo mi respiración irse a
la mierda junto con el control. Taehyung vuelve a azotar más fuerte y jadeando cerca
de mi cuello. Se aferra y lanza su cabeza hacia atrás, dando duras estocadas.
— Me acabas de partir el culo. — Siseo adolorido y aún aturdido por la ola de placer.
Taehyung POV
Al abrir los ojos lo primero que percato es que estoy en la sala. Me he dormido
demasiadas veces allí como para no reconocer la lámpara amarilla del techo con
pequeñas cadenas de oro colgando de ella. Alzo una ceja y tallo mis ojos tratando de
recordar algo.
Me remuevo pero me tenso al ver una espalda desnuda junto a mí, apretando
duramente contra mi entrepierna con su culo y allí me percato que estamos
desnudos. Abro mis ojos con horror y tapo mi boca para evitar gritar. Destapo la
cobija viéndome desnudo sin nada que me cubra, mi cabello está revuelto y distintos
chupetones adornan mi piel.
Dirijo la vista al sofá viendo los rasguños en los brazos del chico junto a mí, los
chupetones aún visibles en su hombro, cuello y espalda, adornando absolutamente
todo su cuerpo con dulces marcas y cicatrices.
Dejo caer el teléfono al suelo al sentir una mano sobre mi hombro y un beso ser
depositado cerca de mi cuello, en curvatura entre mi hombro y él. Mi garganta se
seca y aprieta, comienzo a negar en silencio.
— ¿Tae? — Llaman riendo. — ¿Tan despierto ya tan temprano? Creí que te agotarías
después de lo de anoche...
Lentamente me volteo y finalmente mi piel pierde color. Abro la boca pero nada sale
y mi pecho se oprime con dolor, estrujando y revolviendo todas mis entrañas. Y lo
veo.
Park Jimin se encuentra con una hermosa sonrisa en sus labios, viéndome con una
mirada inocente mientras muerde sus labios... completamente desnudo.
No.
No, mierda... ¿qué está sucediendo aquí? ¡Yo no me había acostado con Jungkook!
¿Qué mierda está sucediendo? Me sacudo pero la imagen sigue allí sin esfumarse.
— ¡TAEHYUNG!
Estoy dormido.
Mi respiración se corta.
Jimin está sobre mí tomándome del cuello y sacudiéndome con los ojos cargados de
terror y lágrimas violentas escurriendo por todo su rastro. Me sacude y observo sus
labios moverse desesperados pero no escucho absolutamente nada.
Cierro mis ojos con fuerza y los vuelvo a abrir. Lo observo gritar desesperado en
llanto, el teléfono en su mano y gritando cada vez más fuerte tornándose rojo. El
sonido de a poco va volviendo y escucho sus estruendosos y lastimeros gritos.
— ¿Qué...? — Susurro.
¿Qué?
Mi corazón comienza a latir con fuerza sobre mi pecho. Me bloqueo por completo,
el shock me desconecta con la razón mientras veo a Jimin gritar y llorar frente a mí.
Toma mis manos y comienza a sacudirme con fuerza.
Trato de agarrar mi ropa pero ésta resbala de mis dedos al tratar de tomarla. Todo
se rompe y se va de mis manos debido al constante temblor por todo mi cuerpo, mis
sollozos y el terror presente en mi pecho que me impide pensar con claridad.
Corro también escaleras arriba y aviento todas las cosas que puedo a la maleta.
Zapatos, ropa, cepillo de dientes, ¡mierda lo que sea! Empujo con fuerza para meter
más cosas y corro por el pasillo chocando con Jimin.
Gritamos y corremos por toda la maldita casa hasta aventar las maletas desde el piso
de arriba. Bajamos corriendo las escaleras tropezando con todo.
Aviento las maletas fuera de la casa y corro a la camioneta para meter las llaves.
Jimin sale corriendo de la casa gritando desesperado pero yo le marco a Anthony
con las manos empapadas en sudor.
Piip.
Piip.
Piip.
Piip.
Piip.
Piip.
— ¡No sé qué mierda hicieron pero Yoongi acaba de perder el control! — Grita
Anthony con la respiración agitada, el aire comienza a chocar contra la línea. — ¡Ha
asesinado a casi todos e la junta, la gente de Will le han disparado pero salió
corriendo!
Jimin se limpia la boca y me observa con los ojos cada vez más abiertos y la
respiración agitada. Niega con la cabeza repetidas veces y cierra sus ojos tornándose
completamente rojo.
— ¡AGÁCHATE!
Bajo la ventana y me asomo para disparar mientras Jimin hace rugir a la camioneta
en un intento desesperado de salir. Destrabo la pistola y comienzo a disparar una y
otra vez mientras Jimin finalmente lleva la camioneta nuevamente al camino y pisa
el acelerador a fondo impulsándome nuevamente dentro de la camioneta.
Vuelvo a agarrar el volante inclinándome sobre él. Jimin maldice y baja la ventana
para estirar su brazo y comenzar a disparar. Tomo el teléfono con la otra mano
mientras trato de coger el volante. La camioneta va de un lado a otro bruscamente,
completamente fuera de control.
Cuelga. Grito de frustración y empujo la pierna para que siga. ¡Observo la ciudad
pero no entiendo cómo mierda vamos a perderlos! El aeropuerto está todavía lejos,
¡no vamos a lograrlo! ¡No vamos a hacerlo!
Arrasamos con el pasto hasta volver a entrar a la carretera. Dirijo el volante hasta
llegar a los semáforos. Rebusco nuevamente debajo del sillón y me cruzo el alto.
Jimin chilla cuando dirijo la camioneta a toda velocidad a una construcción.
Jimin se agacha y la camioneta se estrella justo cuando lanzo la única bomba que
guardaba detrás de nosotros. La otra camioneta explota y todo se llena de humo, la
gente grita.
— ¡¿QUÉ COLLAR?!
El taxi se frena. Saco un billete que se lo doy al señor que lo toma con los ojos muy
abiertos. Corro con Jimin dentro del aeropuerto viendo la hora. Faltan siete minutos.
— ¡TAEHYUNG!
Me volteo y veo a Jeongyeon corriendo hacia mí. Ella luce sumamente agitada, me
jala y me extiende unos boletos. Toma nuestras maletas junto con otro hombre.
— ¡Me llamas estando allá! ¡Yoongi está ya en el aeropuerto de vuelta allá! — Grita.
Vuelve a colgar. Tiro de Jimin y corremos por el pequeño túnel hasta entrar al avión.
Las azafatas nos observan con sorpresa pero se abstienen a hacer comentarios. Jimin
y yo nos inclinamos y sin dejar de tomarnos de las manos avanzamos hasta
sentarnos en la fila H, asientos 6 y 7.
Cierran las puertas del avión y comienzan a dar indicaciones. Jimin y yo nos
mantenemos en silencio total. Mi respiración está descontrolada y el temblor en mi
cuerpo permanece sin atreverse a calmar. Estoy fuera de control.
— ¿Q— qué te dijo Anthony? — Susurra Jimin observándome con el labio inferior
temblando. — ¿A d— dónde vamos?
— Tenemos que tener un plan, mierda solo... — Cubro mi cara. — Primero hay que
llegar y luego... luego vemos qué mierda hacemos.
— Va a matarnos... — Susurra.
— Tú lo conoces mejor que yo... sabes que va a hacerlo. — Susurra de vuelta. — Será
cuestión de tiempo antes de que nos encuentre.
Observo a Jimin que está viendo la ventana y mordiendo su piel frenéticamente, tics
por todo su cuerpo y con la respiración sumamente agitada.
— Lo siento.
Él vuelve a tragar saliva y cierra sus ojos lentamente hasta que su respiración se
calma, o eso parece. Apoyo mi cabeza por completo en el respaldo y cierro
igualmente mis ojos. El avión aún no despega y es cuestión de segundos antes de
que mi teléfono vibre.
Jungkook
La ira y el dolor nublan mi vista por completo. Limpio en vano las lágrimas que
comienzan a deslizarse por mis ojos sin piedad alguna causando una irritación
debajo de mis ojos. La siento enrojecerse y picar conforme más y más voy pasando
mi manga por la zona pero es inevitable parar. Mis sollozos se ahogan en mi
garganta y toda mi mucosidad se afloja causando que sorba por la nariz. Mi cabeza
da vueltas y el sol me sofoca empapándome de sudor, agitando mi respiración y mis
latidos que ya son bastante rápidos.
Trago pesado y me detengo apoyándome en mis rodillas para tomar aire. Hago una
mueca de dolor y doy una vuelta sobre mi propio eje observando el largo camino
que he recorrido desde que salí corriendo de la camioneta de Taehyung.
El sol de las once de la mañana me golpea todo el cuerpo sin piedad, el sudor corre
por toda mi frente y dudo que lleve la mitad del camino. No hay rastro de la caseta
y solamente cuatro autos han pasado pero no he detenido ninguno. He cruzado del
otro lado que está más vacío pero no me atrevo a detener a los pocos que atraviesan.
El terror en mi cuerpo me hace correr cada que escucho un motor, el sentir a alguien
cerca.
El silbido del viento es mi única compañía junto con el cielo libre de alguna nube.
La temperatura va subiendo y carezco de agua, sombra o comida. Tomo aire
profundamente antes de volver a correr pero es en menos de dos minutos cuando
mi andar falla y ya me encuentro trotando, cada vez más lento hasta detenerme una
vez más por completo.
Saco mi teléfono para buscar un poco de señal pero no hay absolutamente nada.
Maldigo y guardo mi teléfono una vez más antes de avanzar, caminando
tranquilamente en lo que recupero fuerzas para volver a correr. La rabia y la
adrenalina han bajado y ahora solo siento un profundo dolor y decepción
recorrerme.
Las lágrimas caen. Caen y se deslizan por todo mi rostro creando una nueva capa
salada sobre mi piel. Una máscara de amargura, de un espejo quebrado por
completo buscando desesperadamente que nadie lo rompa más. Un frágil
movimiento y se derrumbará por completo.
Escucho otro motor peor lo ignoro. Se va acercando y tengo la fuerte sensación que
me sigue. Me detengo y observo a través de mi hombro una camioneta estacionarse
junto a mí. Parpadeo repetidas veces.
¿Qué mierda?
Creo que notan mi rostro de confusión ya que se destensan y sonríen para darme
más confianza.
— No te preocupes Jeon, estarás bien con nosotros, conocemos a tu tío. Ven, sube.
— El copiloto destraba los seguros. — Te llevaremos a casa.
— ¿Tiene algo que ver con Kim Taehyung? — Pregunta el piloto. — Lo cruzamos
hace rato.
Los otros dos asienten y el silencio reina nuevamente en el auto. Me cruzo de brazos
y observo el paisaje manteniendo un crudo silencio.
No, no, no. No debo lanzarme a suposiciones precipitadas. Debo esperar a que
regrese de su viaje y preguntarle, quizás son simplemente contactos de negocios de
su trabajo y yo estoy siendo paranoico por nada. Sí. Debo calmarme.
No tardamos en llegar a la ciudad poco después. El tráfico es infernal así que es casi
a la una de la tarde cuando nos vamos acercando a la gran mansión. Me mantengo
en silencio una vez afuera y los hombres se estacionan destrabando los seguros.
— Sí. Muchas gracias. — Sonrío como puedo y aprieto mis labios después. — Hasta
luego.
— Joven Jungkook, ¡me tenía muy preocupada! — Dice ella. — Fui a hacer el aseo a
su cuarto y no lo encontré.
Ella asiente un poco y corre detrás de mí para tomar la sudadera que me quito. La
agradezco en un murmullo y ella inmediatamente se lo cuelga al hombre.
— El señor de la casa me ha pedido de favor que todas mis atenciones sean hacia
usted. — Comenta la mujer de sesenta años inclinando la cabeza. — No es un
problema para mí joven Jungkook. Déjeme hacerlo por favor.
El dolor permanece pero las lágrimas ya no salen. Siento mi pecho oprimirse con
fuerza y la tensión acumulada comenzar a doler. Tomo una gran bocanada de aire
con la esperanza de calmarlo pero el nudo aumenta junto con la imperiosa necesidad
de llorar.
Las lágrimas caen en la foto. Primero una cerca de mi sonrisa, después otra en la cara
de Jimin y así hasta comenzar a empapar la foto poco a poco. Suelto un sollozo y
abrazo con fuerza la foto, acostándome en la cama con ella pegada al pecho y
comenzando a llorar tan fuerte como puedo.
Mis quejidos lastimeros salen sin control alguno, hundo el rostro en la almohada
para acallarlos. Aprieto mi mandíbula con dolor y cierro los ojos con fuerza pegando
más la foto a mi corazón y sintiendo mi cuerpo sacudirse por los sollozos sonoros
que suelto. Y duele, duele como el mismo infierno y no sé si podré con ello.
Yoongi POV
(Después de la llamada)
Dos de los guardias llegan corriendo y tratan de detenerme pero tiro el arma y saco
mis cuchillos antes de soltar otro grito y abalanzarme sobre ellos. Los pateo y en
rápido movimientos logro estampar mi puño en sus rostros y dar una vuelta hasta
quedar detrás de ellos, a uno quebrándole el cuello y al otro enterrando en
descontrol el cuchillo en su pecho.
Vuelvo a gritar al sentir la sangre salpicar mi rostro y toda esa ira sedienta ruge
gritando e implorando más sangre. Me levanto extrayendo el cuchillo y haciendo
una enorme abertura y tomando la otra pistola para correr por los pasillos. Más
guardias llegan y sacan sus navajas pero la adrenalina y el enojo es tal que todos mis
sentidos se agudizan, llevando mi instinto asesino a flote erizando mis vellos.
Extraigo mis manos empapadas de sangre y voy por los demás con las dos armas de
filo a la mano y moviéndolas en todas direcciones hasta ver la sangre salpicar. Y más
sangre. Y más sangre. Y gritos. Y más gritos.
Siento la calidez del dulce brebaje escurrir por mis mejillas. Tomo la pistola y le doy
una vuelta en mis manos antes de disparar en descontrol sobre los cuerpos y
empujar la puerta para salir corriendo. Rompo los cristales prendiendo las alarmas
y las sirenas.
Disparo a las cámaras y guardó los cuchillos en mis pantalones antes de seguir
corriendo y brincar por encima de las escaleras cayendo secamente al piso de abajo.
Suelto otro grito y vuelvo a correr escuchando los gritos de Anthony detrás de mí.
Aparece frente a mí con un arma pero lo golpeo con fuerza y le arrebato uno de sus
teléfonos. Lo pateo una última vez escuchando los gritos de los demás detrás de mí.
Corro cada vez más rápido, más y más rápido hasta llegar al estacionamiento.
Observo mis manos empapadas de sangre en el volante y pese a los disparos no sacia
la maldita locura que me está carcomiendo vivo. Arranco a toda velocidad y manejo
como un desquiciado total al aeropuerto. Saco el teléfono de Anthony y lo
desbloqueo.
Cuelgo bruscamente y marco a otro número. Manejo con una sola mano y piso a
fondo escuchando la gritería que se forma afuera.
— Me van a escuchar atentamente o les juro la muerte que les espere será lenta. —
Susurro completamente fuera de sí. — Necesito que ahora mismo vayan por Jeon
Jungkook y lo lleven a los almacenes.
— ¿Qué? ¿Yoongi?
Aviento las armas con los cuchillos debajo del asiento y me encamino con las llamas
en mis ojos y cuerpo a la entrada. Saco esta vez yo mi teléfono y comienzo a pulsar
los números.
Cuelgo y corro por todo el aeropuerto hasta sentir mi teléfono vibrar. Observo el
recibo y el boleto comprado. Corro a las impresoras y el área especial tratando de
conservar la calma. Pasan los minutos y mi cuerpo está completamente intranquilo,
me entregan el boleto y entro al ala correspondiente sin nada encima más que dinero,
llaves y los dos teléfonos.
La gente apenas me va pasar se aleja rápidamente. Logro ver a través los reflejos que
mi mirada está completamente desquiciada, los ojos completamente oscurecidos por
el enojo, las facciones tensas, el aura tensa y desagradable que suelto.
Oh mi pequeño muñeco...
Jungkook POV
Los hombres que desconozco me siguen tomando con fuerza. Me remuevo como
puedo hasta sentir que vendan mis ojos y bocas. Colocan un trapo en mi nariz que
me hace removerme con fuerza hasta sentir las fuerzas abandonarme por completo,
cayendo paulatinamente en una negrura donde no escucho ni veo nada.
No sé cuánto tiempo pasa hasta que mis sentidos vuelven a reaccionar. Quitan la
bolsa en mi cabeza y al instante cierro los ojos al toparme con la fuerte luz que me
ciega por completo. Parpadeo repetidas veces y observo unos hombres con unas
computadoras frente a mí, todos cruzados de brazos y observándome fijamente sin
expresar nada con la mirada.
— ¿¡Qué es todo esto?! — Grito.
Me remuevo pero mis muñecas están atadas detrás de la silla en la que estoy
sentado. Uno de los hombres agarra su teléfono y el flash dispara en mi cara. Cierro
los ojos un segundo y siento mi respiración comenzar a agitarse.
Grito recibiendo más golpes que me sacan el aire. Levantan mi cabeza tirando de mi
cabello rudamente. Me colocan la venda entre los labios callando mis gritos y
dejando salir solo pequeños gruñidos y gritos ahogados. Estoy mezclado en una
desesperación total.
Son las diez de la noche, estos hombres se meten a mi casa, noquean a Ross y me
tiran a una camioneta. ¿Qué mierda está pasando? ¡No entiendo nada, no entiendo
nada!
Su rostro está empapado de sangre al igual que su ropa. Sus ojos danzan en llamas
y todas sus venas del rostro palpitan, sus puños están apretados y sus nudillos
blancos. Luce como un maldito loco, ¡un desquiciado total!
Alza la barbilla y les extiende una llave USB a los hombres. Lo observo desplazarse
en la sala en completo silencio, tomando una toalla que le extiende uno para limpiar
el rastro de sangre. Jala una silla y se coloca junto a mí.
Es la recámara de Taehyung.
Siento mi columna vertebral retorcerse desagradablemente y mi corazón comenzar
a latir con más fuerza, doliendo en mi pecho. Yoongi espera unos segundos hasta
que escuchamos la puerta abrirse.
— ¿Tienes idea de cuánto llevaba esperando por hacer esto? — Pregunta Taehyung
travieso.
Yo niego con la cabeza con una sonrisa y él empieza a besar mi cuello. Aprieto mis
puños y mi corazón bombea dolorosamente en mi pecho al verlo vertir un polvo en
el vaso que después me extiende.
Veo como me tira a la cama pese a mis súplicas. Los besos que comienza a darme,
como arranca mi ropa y me lubrica pese a mis gritos y jadeos que se detenga.
La grabación termina.
Pone play. Me mantengo en silencio con lágrimas de felicidad hasta que lo veo con
Taehyung riendo. Mi corazón da una punzada y mis ojos se abren con horror y un
quejido lastimero abandona mi garganta. Observo a Taehyung besarlo, las lágrimas
vuelven a salir.
No escucho lo que dice, mi corazón arde al verlos volver a besarse con hambre. Jimin
quedando debajo de él mientras Taehyung le susurra cosas al oído y muerde su
cuello. Observo a Yoongi peor él tiene la vista fija en la pared.
Vuelvo a la pantalla.
Mis lágrimas vuelven a salir en descontrol. Los sollozos, el golpe que me saca el aire
al verlos desnudarse. A mi mejor amigo encantado mientras el chico que me violó
lo lubrica con su lengua, lo azota y se deja entrar en él...
Y lo veo...
Lo veo...
Sigo llorando pese a que el video se ha detenido. Sorbo nariz y vuelvo a sollozar con
fuerza hasta que siento a Yoongi tomar mi barbilla y levantar mi mirada.
—Huyeron juntos. —Dice fríamente. —Pero los encontraremos, juntos. Pagarán por
lo que han hecho.
—Tu mejor amigo es un mentiroso. —Esboza una sucia sonrisa. — ¿Te dijo cuántas
veces me lo he tirado?
— ¿Su masoquismo? ¿Su gusto por la sangre? ¿Que fue novio de Mingyu y
terminaron porque le era infiel conmigo? —Ríe. — ¿Los contratos que firmamos?
¿Que se dejó follar por tu violador y chico que amas? Oh. Eso ya lo sabes.
Ríe secamente mientras yo me siento temblar y sollozar. Trago duro y él sonríe más
grande.
—No...
— ¿Entonces?
Yoongi se mantiene serio antes de esbozar una sonrisa y soltar una alta y
estruendosa carcajada que me hiela la sangre. Sigue riendo frente a mí, una risa
completamente trastornada y enferma que comienza a asustarme.
—Ah Jeon, mi dulce, lindo e inocente Jeon. —Susurra sobando mi mejilla con su frío
índice. — ¿Crees que no voy a encontrarlos? No me conoces, ¿eh?
Mantengo la vista fija en el punto rojo que se va moviendo por Estados Unidos
llegando a Nueva York. Casi. El punto parpadea frente a mí, moviéndose
lentamente.
—Y, por si fuera poco, me pidieron ser tu guía, entrenarte. —Se coloca detrás de mí
y se inclina hasta que lo siento rozar con mi oreja, me estremezco cuando susurra
socarrón: —Verás que dulce y placentera es la venganza Jungkook, déjame
enseñarte.
Decisiones, decisiones...
Observo el suelo una última vez antes de soltar una risa. Relamo mis labios de nuevo
y me vuelvo a voltear hacia Yoongi quien me observa con ojos profundos,
amenazantes, invitando al peligro, al la dulce y fría venganza.
¿Aceptar o no aceptar?
¿Creer o no creer?
Decisiones, decisiones...
¿Cuál tomar? ¿Arriesgarme y lanzarme al vacío o huir como lo hicieron ellos? Los
malditos traidores a quienes les entregué todo y me volvieron nada.
—Enséñame. —Le clavo la mirada. —Enséñame todo lo que sabes. Hagámoslo. —Él
sonríe. —Me he cansado de ser el niño bueno.
—Así que dime Jeon... —Susurra ronco antes de sonreír. —¿Serás tú mi nuevo
muñeco?
Seré tuyo.
[FIN LIBRO 1]