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La Regla Del C.C.

P (Yoonmin)
♥Mardy♥

Published: 2023
Source: https://www.wattpad.com
Prefacio

Era una fría tarde de noviembre cuando el hombre de cabello cano salía de
aquel lúgubre lugar, sus hombros se encorvaban bajo un peso invisible que se
mantenía tensionado sobre sus hombros, sus ojos casi ciegos que se
escondían debajo de esas gafas estaban perdiendo la luz que una vez los
adornaron, la máscara de arrugas era lo único que le acompañaba en ese día.
Ya no había nada más, dejó atrás el bullicio, la pelea que irradiaba irrespeto e
ira, los gritos de las personas que alguna vez amo y acuno, ya no quedaba
nada de ellos, tan sólo eran seres sin vida que sonreían ante una misma
cosa...el poder.
Se preguntaba cuáles habían sido sus errores y las consecuencias de sus
malas decisiones. Se lamentó ser viejo, inservible y sobretodo vivir sólo
como moneda de cambio.
Alejándose de todo, caminó por aquel barrio viejo, uno que le traía buenos
recuerdos, ya no lo conocía, todo lo que estaba a su alrededor resultaba muy
ajeno, menos una cosa, la necesidad.
—Señor ¿Podría comprarme un chocolate?
El pequeño niño sucio, descuidado y delgado mostró en sus manos una
caja de chocolates de monedas, asintió antes de sacar un billete de la bolsa y
dárselo.
—Toma, está bien, quédate con todo—dijo con una sonrisa melancólica.
El niño tomó el dinero, impresionado por la cantidad que era, mucho más
de lo que ganaba en dos días de arduo trabajo en los malecones. Su sonrisa se
engrandecio, se acercó a ese hombre que había seguido caminando y le jalo
ligeramente el saco negro.
—Señor.
—¿Qué pasa?—suspiro con cansancio, miró hacía abajo, la sonrisa del
niño, tan genuina, muy diferente a la que veía en los niños que conocía, le
dejo sin palabras—.¿Que paso hijo?—dijo con mayor tranquilidad.
—Señor es mucho dinero, ¿Seguro que no quiere un chocolate?
El hombre suspiró, enterneceido por las palabras de aquel pequeño de no
más de siete años, tomó un chocolate y lo guardó en su bolsillo.
—Este esta bien, ahora pequeño ve a casa.
—Esta es mi casa—señalo un callejón—.Ahi vivimos tres, yo, Bahjí y
Soora.
Los ojos se achicaron al reconocer el ambiente deplorable en el que vivía
en niño, su mente le gritaba que eso no debía de importarle, pero su corazón,
le hizo la misma pregunta ¿Qué habría hecho ella?
—¿Tienes hambre?
—Si—asintio con un pucherito.
—¿Como te llamas?
El pequeño sacó un collar tejido que llevaba oculto en la sudadera, se lo
mostró al hombre, en este estaba su nombre, como si se tratara de un animal.
—Jimin, ese es mi nombre.
—Jimin, yo soy HongJe, es un gusto.
Le alargó la mano, Jimin a pesar de ser un niño que vivía en las calles
sabía que no debía de irse con extraños, era una de las reglas, pero no hizo
caso y tomó la mano del señor que había sido bueno con él. Esperaba no
equivocarse...
Las reglas de la calle
1.- Nada es tuyo, todo se comparte
2.-Si tienes dos guantes en buen estado, uno es para un allegado.
3.-Racionar la comida y las mantas.
4.-No dejar atrás a los demás
5.-No irse con extraños. Es peligroso.
6.-Avisar si esta cerca servicios sociales
7.-Somos hermanos, no nos lastimamos.
8.-Nos cuidamos entre todos
9.-El cariño no existe pero hay hermandad
10.-Protegemos a los nuestros.

¿Entendiste las reglas?


Nueva historia, a quien me pregunta. Si hay drama.
Gracias
01

Sus ojos revolotearon ante el ruido que escuchaba fuera de su habitación. Se


estiro, los músculos de su cuerpo se sintieron ligeros, bostezo y gruñó. Se
sentó en la cama incluso antes de abrir los ojos, había sido una noche
cansada, talló sus ojos con fuerza y se levantó, se puso las pantuflas y abrió la
puerta.
El sonido que previamente había escuchado provenía de la cocina, hizo
que abriera los ojos de golpe, corrió por el pasillo casi resbalando en el
proceso para entrar a la cocina.
—¡Papá no hagas eso!—dijo parándose a su lado con la respiración
inestable por correr—. Puedes lastimarte o quemarte.
—Hijo, ¿olvidas quién te enseñó a cocinar? —respondió el hombre con
una sonrisa amable, una que marcaba sus arrugas, su cabello cano, bien
peinado se mantenía hacia atrás.
—Pero....papá...ayer.
El hombre asintió. —Lamento haberte asustado Jiminie, pero estoy bien,
mira hasta me cambie solo.
Jimin negó con una sonrisa ensombrecida por la tristeza, ver al hombre que
era su padre en silla de ruedas marchitandose día con día, le daba nostalgia y
miedo, porque dependía completamente de él, de sus enseñanzas y cariño.
—Creo que deberíamos ir a la cuidad, al hospital—susurro pesaroso.
—No, me niego a pasar mis últimos días en ese lugar, quiero estar aquí,
mirando el campo y escuchándote cantar hijo.
—Padre...no sé que haré contigo.
Ambos comenzaron a reír, mientras terminaban de preparar el desayuno.
La vida de Jimin había cambiado desde los siete años cuando conoció a
HongJe, un magnate de negocios, que le llevó a cenar, cualquiera podría
pensar mal de aquel acto, que ciertamente pudo resultar peligroso, pero,
afortunadamente para Jimin, se encontró con un hombre que estaba herido y
necesitaba escapar, aquel que se convirtió en su padre y le dio cosas que no
pudo imaginar, como una casa, ropa y educación.
Creció escuchando historias de una mujer que cambió su vida, una que les
cuidaba desde el cielo, Jimin sabía que no había día en el que su padre
olvidara a su esposa, vivían tranquilos, en las afueras de la cuidad, en el
campo, donde sobrevivían humildemente y con felicidad. Sin embargo, nadie
podía negar que la salud de su padre estaba decayendo, él creía que
necesitaban ir a un buen hospital, pero su padre se negaba rotundamente.
A sus veintitrés años Jimin había aprendido mucho de la vida, del trabajo
arduo y el cuidado de alguien que le necesita.
Todas las mañanas salía de su casa e iba a ayudar en el trabajo de cultivo,
su padre se preocupaba por él y por el esfuerzo que estaba haciendo, pero no
podía dejarlo porque el dinero era necesario, además de que le gustaba, le
traía tranquilidad, desde pequeño había tenido que aprender a que si quería
sobrevivir necesitaba trabajar, así que no le molestaba.
Sus compañeros de trabajo eran muy amables, era el más joven de ese
lugar por lo que intentaban cuidarlo, había días donde el sol en combinación
con el trabajo le dejaba exhausto, cuando eso pasaba, su padre le ponía un
paño en la cabeza y le preparaba una bebida especial helada de jengibre y
miel.
Siempre le escuchaba decir "Jimin, la única regla es cuidarse y cuidar de
los demás, aún y cuando estos no quieran, siempre debes estar ahí para
ofrecerles tu caridad"
Su padre era sabio, Jimin le creía sin dudarlo, sabía que en algún momento
de su vida encontraría a alguien que necesitara ser cuidado y él estaría
preparado. Lo haría bien.
—Jimin, hola—dijeron a sus espaldas llamando su atención cuando estaba
por tomar un descanso.
Minho era el hijo del dueño de la hacienda donde trabajaba, este siempre
estaba sonriendo, era amigable, por eso simpatizaban a la perfección, le
regaló una sonrisa y le hizo un lugar para que se sentara en la piedra a su
lado.
—Hola ¿Qué te trae por aquí tan temprano?
—Papá quiere que esté al pendiente de todo, dice que debo de
familiarizarme con el trabajo—suspiro.
Jimin sabía que aunque Minho era buena persona y muy responsable, él
realmente quedar al mando de la hacienda, así que le dio palmaditas en la
espalda.
—¿Le dijiste sobre la academia?
—Aunque lo haga Jimin, sé cual va a ser su respuesta, mi padre no es tan
comprensivo como el tuyo, el mío tiene altas espectativas sobre mi futuro al
punto de presionarle demasiado, quisiera decirle que quiero ser Marin, pero
sé que lo voy a herir y no quiero hacer eso, al final de cuentas soy su único
hijo.
Jimin asintió comprendiendo, él agradecía que su padre no fuera una
persona exigente, le dejaba tomar sus propias decisiones y elegir lo que creía
que le haría feliz.
—Lamento eso, no me gusta verte triste.
—Esta bien Jiminie—se encogió de hombros—. Cambiando de tema, papá
me dijo que tu padre había tenido un ataque a su presión ayer.
Asintió bajando la mirada. —No sé que fue lo que sucedió, cuando lo dejé
por la mañana estaba bien, pero al regresar no—suspiro—. Le dije que podía
quedarme pero no quiso. Estoy preocupado.
—¿Crees que tenga que ver con la visita que recibió?
—¿Visita? —dijo frunciendo el ceño confundido—. ¿Qué visita?
—Alguien llegó al pueblo, sabemos que no era de aquí porque estaba en un
auto último modelo, paró en tu casa y estuvo ahí unos minutos antes de
marcharse por la principal.
Jimin estaba confundido, lo que Minho le decía le parecía increíble, porque
su padre nunca había sido visitado por nadie en el tiempo que llevaba
viviendo ahí.
—Vaya, eso es muy extraño—entrecerro los ojos—. Papá nunca me ha
hablado de sus amigos o familia de la cuidad ¿Crees que pueda ser alguno de
ello? Pero si lo es ¿Por qué se puso mal?
—Deberías de hablar con él, el señor Min es muy buena persona, dudo que
alguien pueda tener problemas con él, pero si los hay, deberías de saberlo.
Jimin asintió. —Creo que tienes razón.
Cuando Jimin llegó a casa esa tarde, su padre no se encontraba como
siempre esperando en el porche, algo no andaba bien, entro de inmediato y
dejó sus cosas a un lado de la puerta.
—¿Papá? —preguntó mirando alrededor.
Escuchó voces provenientes de la cocina, bajo el ritmo de sus pasos para
acercarse, cuando lo hizo y miró hacia adentro se encontró con su padre
hablando de manera acalorada con un hombre desconocido.
—¡No lo voy a llevar ahí, no con ellos!
—¿Papá?
Ambos hombres volvieron la vista a la puerta, Jimin les miraba
confundido.
—Tienes que decirle HongJe
—Guarda silencio GongYoo—riñó con rudeza.
—¿Decirme qué? —pregunto Jimin confundido.
El hombre observó a Jimin fijamente. —Tienes que decirle, advertirle lo
que está sucediendo y lo que va a suceder, es mejor que sea ahora a cuando...
HongJe suspiró y bajo la mirada, eso alertó a Jimin que no sabía lo que
estaba sucediendo.
—Papá ¿Qué pasa?
—Hay algo que tengo que decirte Jimin—le miró con melancolía—.
Nunca te he hablado de mi familia hijo, pero es momento de hacerlo, te voy a
hablar de la familia Min, mi familia.
Seunghyun miró a sus hijos con aplomo, se acomodó el traje y espero a ver
las reacciones de estos.
—¿Pudiste hablar con el abuelo? ¿Firmo?
—Hable con él, pero no me dio una respuesta.
—¿Va a dejar que nos quedemos en la calle? Que todo se termine por
orgullo.
Seunghyun negó con seriedad. —Ustedes no lo conocen, él va a regresar y
cuando lo haga, todo será nuestro. Yoongi el peso de la familia está en ti,
tienes que lograr la firma de tu abuelo. ¿Entendido?
—Si padre—asintió con una sonrisa ladina.

Holaaaaa.
Siento que va a estar algo confuso al principio, por lo que les quiero
preguntar
¿Quieren un cap sólo con los personajes?
¿O se arriesgan a saberlo mediante la redacción y el avance?
02

Jimin jamás imaginó que se iría de su hogar, mucho menos que lo haría en un
jet privado, en sólo unas horas todo lo que conocía había cambiad, su padre y
el secretario de este le habían explicado más de tres veces la situación, con
paciencia, porque sabía que aquello era nuevo para él, su padre se había
disculpado por haberle ocultado una parte importante de su vida, Jimin no
sabía qué pensar, pero entendía que su padre tenía sus razones.
—Cuando Sunmi falleció—dijo con voz ronca centrando la mirada en el
rostro apacible de su hijo—. Estaba en ese funeral, mirando la urna de mi
amada esposa, mis hijos, comenzaron a hablar de los negocios que ella había
creado, hablaban como si estuviesen decidiendo la cena, sin expresión de
dolor, sin respeto alguno, estaba cansado de decirles algo, al final del día yo
tuve la culpa de que se volvieran unos seres sin corazón, pero dolió, porque
ella era la mujer perfecta, la madre abnegada y una esposa comprensiva, salí
de ahí y no los he visto en dieciséis años.
Jimin entristeció su gesto, se acercó a su padre, sentándose en el asiento al
lado de este y le tomó las manos. —Lo siento mucho papá—dijo con total
sinceridad.
—No estaremos mucho ahí—suspiró con cansancio—. No me gusta la
cuidad, hay cosas que no tienes que saber, pero sí quiero que mantengas
enfocada tu mente, hijo, lamentablemente, mis hijos y mis nietos no son
como las personas a las que estamos acostumbrados, no tomes personal lo
que digan y trata de mantener la distancia. ¿Podrás hacer eso por mí?
—Lo haré—dijo al tiempo que asentía.
—Lamento interrumpir—Leeteuk se acercó a ellos llevando consigo unas
carpetas, le tendió una a cada uno—. Es preciso que conozcan a las personas
a las que se enfrentarán esta noche.
HongJae negó con una mueca, dejó de lado aquella carpeta, sin importarle
realmente su contenido, porque él conocía bien a su familia, sin embargo,
Jimin la abrió curioso, había mucha información sobre la familia Min.
La familia Min era por mucho, una de las familias más influyentes e
importantes de Corea, su nivel adquisitivo ascendía a millones de dólares, no
sólo tenían poder económico sino también eran considerados socialmente
como una de las mejores familias. Min ShinDong había fundado la empresa
automotriz, realizando prototipos de autos, teniendo así total acceso al
mercado nacional, invirtiendo acciones logró que su hijo creciera
monetariamente, HongJe, compró acciones en una de la empresa
automotrices más famosas y reconocidas de Corea, con eso, creó, además,
empresas de piezas de autos y computadoras, pero lo mejor que hizo fue
invertir en la industria petrolera, esas acciones eran las que lo habían llevado
a la cima.
Se casó joven con una hermosa mujer, llamada Sunmi, ella era reconocida
como una maravillosa maquillista, con ayuda de su esposo fundó una
empresa de maquillaje de talla internacional. Ambos tuvieron cinco hijos, tres
varones y dos mujeres, el primogénito fue SeungHyun, desde pequeño,
demostró gran interés en los negocios familiares, toda su vida supo que
terminaría haciéndose cargo de la mayor parte de los bienes de la familia, ya
que era el único que podía mantener el apellido familia, porque sus hermanos
menores eran donceles, si estos se casaban, adquirirían el apellido de sus
parejas, eso le dejaba la línea libre. Contrajo matrimonio con JiYong, un
chico proveniente de una familia muy bien acomodada y socios de la firma de
su padre, tuvieron dos hijos, Min Yoongi de veintinueve años y Min
Jungkook de veintitrés.
Su segundo hijo era un chico que se presentó como doncel cuando tenía
doce años, Kim KyungSoo, un hombre duro, que a pesar de ser doncel tenía
una ideología extremista sobre el poder y el dinero, estaba casado con Kim
JongIn, ambos habían engendrado dos hijos, Kim Dahyun de veinte años y
Kim Namjoon, un chico de veintisiete años, inteligente y astuto, el dolor de
cabeza de los mayores, quien siempre sabía qué decir.
El tercer hijo, Lee DongHae, se había presentado como doncel a los
quince, su personalidad era muy diferente a la de sus hermanos mayores, era
dulce y emocional, estaba casado con Lee Hyukjae, ambos tenían dos hijos,
los mellizos de veintidós años, Lee JongSuk y Lee TaeMin.
La cuarta hija se llamaba Jung Somi, una mujer vivaz, que actualmente
manejaba la mayor parte de la marca cosmética de su madre, poderosa y letal
para los negocios, casada con el magnate, Jung JinYoung, ambos tenían un
hijo de veintiséis años llamado Jung Hoseok.
La hija menor, Park Boyoung, la menor de la familia, casada con Park
ChanYeol, uno de los socios mayoritarios de la empresa petrolera, ambos
tienen tres hijos, Park Bom de diecinueve años, Park ChaeYoung de
diecisiete y Park Jae de quince.
Todos parecían ser la familia perfecta a los ojos ajenos, pero pocos podían
conocer el historial de engaños, fraude y peleas. Porque la familia podía
guardar bien los secretos y las apariencias.
—Jimin es momento de bajar—el secretario le movió el hombro.
Jimin frunció el ceño, llevó las manos a sus ojos y tallo con fuerza al
tiempo que bostezaba, miró alrededor, su padre ya se encontraba en la silla de
ruedas, listo para bajar, se levantó y le sonrió.
—¿Dormiste bien? —preguntó este con una sonrisa tierna, mirar a Jimin
siempre hacía que sus tensiones se fueran.
—Sí—dijo tomando la silla y empujando con delicadeza—. Pero prefiero
dormir en una cama.
Bajaron el Jet, Jimin dejó que algunas personas que no conocía le ayudaran
con la silla de su padre, se abrochó con fuerza el abrigo, ya que el ambiente
estaba frio, la pista se encontraba mojada, parecía que había llovido, cuando
bajo las pequeñas escaleras y sus pies tocaron la tierra se dio cuenta que no
había vuelta atrás, estaba en Seoul. Una camioneta negra les esperaba, subió
después de que acomodaron a su padre y le tomó la mano, por la ventanilla
miraba la cuidad, las luces de los edificios y los autos, entonces llegó a su
memoria sus días en la calle, sus ojos se cerraron porque creía que iba a
llorar, tal vez en su mente pensó que nunca volvería a ese lugar, pero la vida
daba infinidad de vueltas.
Llegaron a un complejo de casas residenciales, no recordaba haber ido
alguna vez por ese lugar, eran enormes, mansiones de marfil, sus ojos se
agrandaban al ver los árboles bien podados o los jardines de flores, pararon
en una de esas casas y esperaron a que las rejas de metal se abrieran, la
camioneta avanzó por un caminó hasta la residencia, Jimin bajo con la boca
abierta, sus ojos estaban a punto de salir de su órbita debido a la
magnificencia de aquel lugar, escuchó la silla y a su padre.
—Entra Jimin—dijo con una sonrisa, conociendo a la perfección la
curiosidad de su hijo.
Jimin no espero y corrió escaleras arriba, abrió la puerta principal y se
detuvo, todo a su alrededor parecía ser de cristal, de lo reluciente que estaba,
caminó con cuidado, quitándose los zapatos, no le importaba estar descalzo,
los muebles eran antiguos pero muy lujosos, había estatuas blancas y algunos
cuadros de pinturas.
—Maravilloso—susurro al pararse frente a la pared de ventanales de cristal
que llevaba al patio trasero, era un hermoso jardín.
—Procuré que todo quedara como Sunmi había dejado—suspiro su padre
con aire melancólico mirando alrededor—. Yo tomaré una de las habitaciones
de abajo, pero puedes tomar una de las de arriba, ve a explorar.
Jimin negó. —¿No quieres que te preparé el baño?
—No hijo, uno de los sirvientes lo hará, tal vez es tarde para que los
conozcas, pero mañana por la mañana podrás hacerlo, ve a ver.
No estaba seguro si debía decir que sí, la mirada de su padre le mostraba
que estaba bien si quería ver alrededor, subió las escaleras tomando el
barandal de color oro, combinaba perfecto con el color marfil de la escalera,
la parte de arriba era hermosa, pero no se comparaba a lo que había visto, en
medio estaba otra sala más pequeña con un televisor y un piano negro de cola
en la esquina, alrededor había ventanas y puertas, abrió una de ellas
encontrando una biblioteca gigante, casi se le cae la boca de la impresión, las
otras seis eran habitaciones vacías, eligió la que tenía mejor vista al jardín,
era hermosa, sobria, con colores minimalistas, abundaba el blanco, lo que la
hacía ver pulcra, la cama era enorme, con una colcha color miel, suave al
tacto, dentro había dos puertas, una que llevaba a un baño con tina que era
mucho más grande que su recamará en su casa, un closet del tamaño de una
cocina ¿Quién tendría tantas cosas para poner ahí? Se sentó en la cama y miró
al techo.
—¿Por qué papá abandonó todo esto?

A la mañana siguiente, Jimin casi sufre un infarto al despertar y no


encontrarse en su mullida cama, le tomó algunos minutos recordar en donde
estaba, después de asearse, bajó, todo estaba sumamente tranquilo, tanto que
le daba miedo, la planta baja se encontraba en el silencio absoluto, su padre le
había mostrado la noche anterior la habitación que él ocuparía, así que entró
en está encontrándola vacía, eran las once, normalmente su padre estaba
despierto a esas horas, caminó por la sala, observaba alrededor, a la luz del
día ese lugar lucía incluso más majestuoso, frente a él había dos puertas
blancas, las abrió entrando a una habitación amplia, donde sólo había un gran
comedor, para unas diez personas. Su padre estaba sentado en la cabeza, con
algunos platos frente a él.
—Buenos días hijo—dijo con una sonrisa.
—Buenos días pa, lamento no haber despertado antes—dijo con una mueca
de preocupación.
—No pasa nada, siéntate—dijo señalando su lado—. Pedí que hicieran
panques, como te gusta.
—¿Quién hizo de desayunar? —preguntó asombrado mirando los manjares
que desprendían un olor delicioso frente a él.
—SunHee—sonrió—. Ella ha servido a mi familia desde que me casé, es
una de las personas que ha cuidado la casa, está ansiosa por conocerte.
Jimin asintió con una sonrisa que hacía desaparecer sus ojos. —Entonces
vamos a comer.
Ese fue el desayuno más placentero que ambos habían compartido, porque,
aunque lo intentaban, eran un desastre en la cocina, por lo que disfrutar algo
que supiera realmente bien, les dejó encantados. El padre de Jimin le dejo
dicho que estarían en la oficina de la casa junto a Leeteuk organizando unas
cosas para la junta de esa tarde, le hizo prometer que no se metería en
problemas, mientras que Jimin le advirtió que no se sobrepasara con el
trabajo.
Vago por aquel castillo observando con detenimiento todo lo que había
alrededor, algunos de los trabajadores le sonreían con una reverencia, él le
correspondía diciendo su nombre. Así fue que llegó a la cocina, en esta,
algunos hombres bajaban la mirada mientras una mujer pequeña y delgada les
regañaba con un cucharon en la mano. Jimin quiso huir, pero la mujer le
miró, de inmediato hizo una reverencia, sintiéndose realmente mal por haber
interrumpido aquel regaño.
—Lo siento mucho—dijo con vergüenza.
—Oh tú debes ser Jimin—dijo con voz tranquila y amable—. El señor Min
me habló de ti, eres muy lindo.
Jimin levantó la mirada. —Gracias—dijo apenado—. Lamento
interrumpir.
—No pasa nada, estos muchachos están acostumbrados a los regaños de la
abuela y...
El cacaraqueo le interrumpió, por una ventana apareció un pollo de gran
tamaño aleteando, todos se quedaron quietos observando los movimientos del
animal, este saltó dentro de la casa. Uno de los hombres cocineros fue por él,
pero eso sólo causó la huida del pollo, Jimin corrió detrás de él, el pollo
corría por la sala, Jimin no dejaba de agacharse para tomarlo, no era diferente
de los animales que tenían en la granja, estaba por lograrlo cuando la puerta
de la entrada se abrió y el pollo huyó.
—¡No, espera! —gritó antes de salir, sin embargo, al hacerlo chocó
fuertemente contra algo duro cayendo al piso—. ¡Ahhh!
Cerro los ojos fuertemente, pero no sintió golpe alguno, cuando los abrió
se encontró con unos ojos oscuros que le miraban con enojo. Trago en seco,
pero no se movió.
—¡¿Te puedes quitar de encima?! ¡Carajo con la servidumbre!
Jimin se separó del pelinegro de inmediato. —Lo siento—dijo inclinando
la cabeza.
El hombre se levantó alisando sus pantalones y saco de vestir, Jimin le
miró fijamente, era apuesto, no había visto un hombre tan apuesto en su vida,
sus ojos eran duros y le miraban con reproche, pero sus facciones eran
delicadas.
—Anúnciame—dijo con suficiencia.
—Está bien señor—dijo poniéndose de pie, caminó dentro de la casa, no
sin antes mirarlo nuevamente—. ¿Cómo dice que se llama?
El hombre gruño. —Min Yoongi.
03

Jimin entró a la casa, sentía la mirada de aquel hombre sobre su espalda, le


intimidaba, no había conocido antes a alguien que tuviera una murada tan
profunda, reconoció su nombre, era el nieto de su padre, a grandes rasgos se
veía una persona formal, con un porte impecable, su piel pálida resaltaba el
color azul marino de su traje hecho a la medida, sus ojos eran gris oscuro y su
cabello azabache, era apuesto.
Tocó la puerta de la oficina, espero impaciente, la puerta se abrió dejando
ver al secretario Leeteuk le miró con una sonrisa que desapareció cuando vio
más allá de su presencia, el semblante serio que adoptó de repente puso
incómodo a Jimin, algo le dijo que la presencia de Min Yoongi no era grata
en esos momentos.
—Pasen—dijo con frialdad.
Al momento de entrar, Jimin se quedó cerca de la puerta, Yoongi caminó
derecho, cada paso que daba demostraba su impetuosa rigidez, su padre
estaba detrás del escritorio de madera oscura, levantó la vista de los
documentos que tenía en las manos y endureció el gesto.
—Yoongi—dijo en reconocimiento.
—Abuelo, es bueno verte, debiste avisar que llegarías antes —soltó con
una sonrisa tensa en sus labios.
Jimin ladeo la cabeza, si ellos eran familia ¿Por qué se miraban de esa
forma? No tenía sentido para alguien que había crecido alejado de la
hostilidad del mundo.
—Nos veríamos en la junta de esta tarde ¿No podías esperar? —levantó
una ceja contrariado, él no quería ver a ningún miembro de su familia antes
de la cena de esa noche.
—No te hemos visto durante dieciséis años abuelo, debes de entender que
estamos ansiosos—dijo con un suspiro, recordando las palabras de su padre,
tenía que sacar las pobres dotes de actuación que tenía para poder convencer
a su abuelo de dar su firma—. Lamento venir sin invitación, pero, quería
darte la bienvenida.
El semblante de HongJae cambió, de una mueca de tensión paso a una
línea fina de resignación, tranquilizo los pensamientos que tenía en esos
momentos, era su nieto quien estaba frente a él, a quien no había visto en
dieciséis años, podría estarlo juzgando con severidad, los errores de los
padres no deben ser pagados por sus hijos.
—Has crecido bien Yoongi—afirmó—. Cuando tu padre fue a verme, me
habló de los grandes cambios que has hecho a la empresa y la visión que
tienes sobre la expansión de maquiladoras a Latinoamérica.
Yoongi relajó el gesto y asintió. —El trabajo es bueno, por el mínimo de
salario, podemos sacar mucho provecho de ello, más ahora que las acciones
petroleras han disminuido.
HongJae suspiró. —Podemos hablar de eso en la junta que tendremos en
unas horas, le he dicho a tu padre que quiero que me muestren los nuevos
proyectos, planeo tener una mayor involucración, no sólo hacerlo de lejos
como he acostumbrado.
—Mi padre también me dijo que quieres todos los movimientos bancarios
y los informes de los movimientos monetarios—soltó con una ceja alzada—.
¿Desconfías de nosotros?
—No Yoongi, sólo, ha habido movimientos que no he autorizado, no
quiero creer mal de ustedes, es por eso que debo revisarlo todo.
El pelinegro asintió. —No he venido para hablar de eso, pero quiero que
sepas que cualquier cosa que solicites se te dará, mi padre me dijo que la
reunión de esta tarde se ha cancelado, la ha pospuesto para el lunes, quiere
que descanses este fin de semana con la familia.
—Creí haberle dicho a tu padre que no pasaría mucho tiempo en Seoul—
bufó molesto.
—Lo sé abuelo, pero, tienes que entender que queremos pasar tiempo
contigo, más allá de los negocios, tus nietos e hijos quieren verte, por favor
acepta asistir.
La voz suplicante de su nieto conmovió su corazón, miró a Jimin quien
parecía no comprender gran cosa de lo que ellos estaban hablando, lo prefería
de esa manera, asintió una vez.
—Está bien, nos veremos ahí esta noche.
—Gracias abuelo—hizo una reverencia—. El secretario Lee, sabe bien la
dirección, te dejo para que descanses antes de reencontrarte con toda la
familia.
—Ven con bien Yoongi—respondió con amabilidad.
Yoongi asintió y se dio la vuelta, caminó hasta la salida de la oficina no sin
antes darle una mirada de desprecio a Jimin quien desvió la mirada
intimidado.
—Prepárate hijo—le dijo con una mueca—. Conocerás a todos.

Jimin se miró al espejo sin reconocerse, estaba lindo, en un traje negro con
una camisa blanca y un moño del mismo color que el traje, sus zapatos de
charol brillaban, su cabello castaño estaba peinado hacía atrás y su rostro
limpio y lindo con aquellos productos que la señorita Shin había puesto en él,
relamió sus labios y sonrió.
Cuando bajo las escaleras se dio cuenta que su padre y el secretario Lee, lo
esperaban, sus ojos no se despegaron de su padre, quien estaba en un traje
gris, bien presentable, se acercó a él con una sonrisa.
—Te ves muy bien papá—halagó.
—Tú te ves maravilloso hijo, ahora vamos, que entre más pronto
lleguemos nos podemos ir más rápido—bufó
Jimin empujó la silla con una pequeña risotada. —Vamos papá, puede ser
agradable ver a tu familia después de años.
—Eso lo dices porque no los conoces, son arpías Jimin, mi querida Sunmi
debe estar observando con tristeza a los cuervos que criamos.
Jimin negó con una sonrisa, conocía bien a su padre, este hacía bromas
cuando estaba demasiado tenso y nervioso, seguramente aquella situación no
era nada cómoda para él, ver a la familia que había dejado atrás durante años,
posiblemente le estaba costando demasiado, porque el ser humano era muy
completo y nadie quería revivir sus faltas.
Se acomodaron en el auto y avanzaron, el camino estaba siendo un
verdadero deleite visual para Jimin quien no podía creer la magnitud de los
edificios y casas de aquel barrio, sabía bien que no todos los lugares eran así,
esperaba poder conocerlos un poco. La cuidad fue dejada poco a poco atrás,
una buena extensión boscosa cambio el panorama por completo, era hermoso,
no tanto como la vista del campo que tenía todas las mañanas, pero sí tenía la
suficiente belleza como para hacerlo abrir los ojos y boca.
Pararon en frente de una reja de metal de enorme tamaño, esta dividía un
lugar cercado con grandes bloques de concreto, las puertas se abrieron en
automático y entraron, anduvieron cuesta arriba por unos minutos hasta que
aparcaron frente a una casa que parecía ser un palacio, era enorme, de un
pulcro blanco, con peldaños de granito y balcones con enormes ventanales.
—Esto no es una casa—dijo Jimin asombrado.
—Egos grandes, casas grandes—respondió Leeteuk, quien ayudaba a su
padre a bajar.
—Es sólo una construcción Jimin—dijo su padre con reproche—. Nada de
esto es importante.
El castaño asintió, recordando que a su padre no le gustaban las cosas
demasiado ostentosas, o al menos ahora así era, porque no dudaba que en su
juventud estuviese de igual manera obsesionado con los lujos.
—Sólo me parece bonita—se defendió con una sonrisa.
HongJae entendía que aquello era tan nuevo para Jimin que estaría
deslumbrado, sin embargo, no quería exponerlo a esa vida llena de excesos y
lujos, no quería que se volviera superficial y frio como sus hijos y nietos.
Quería algo diferente para él.
—Entremos.
Leeteuk y Jimin ayudaron a subir la silla por las escaleras, lo cual no fue
difícil, sólo había tres escalones enanos pero amplios. Tocaron el timbre
anunciando su llegada, la puerta fue abierta casi de inmediato, como si
hubieran estado al pendiente desde mucho antes, un hombre de mediana edad
en traje negro y serio hizo una reverencia antes de abrir por completo la
puerta.
—Bienvenido sea usted, señor Min.
—Gracias—dijo antes de hacerle una seña a Leeteuk quien empujo la silla,
a su lado Jimin se movió intimidado.
Por dentro Jimin pudo confirmar que ese lugar se trataba de un verdadero
palacio, pulcro, con pisos brillantes, se quitaron los zapatos calzando unos
más cómodos para estar en la casa, en cada pared había una obra de arte, en
las esquinas jarrones con flores coloridas y muy vivas, se preguntaba si eran
reales. Pasaron por un pasillo, hasta que llegaron al recibidor, este estaba
lleno de personas, Jimin se hizo hacia atrás intimidado por aquellos hombres
y mujeres que vestían elegantes, cuya aura llena de suficiencia, hacía la gran
diferencia entre ellos.
—¡Padre! —exclamó una castaña de pelo corto yendo hacía su padre, a
quien abrazó con cariño, Hongjae le dio pequeñas palmadas en la espalda.
—Es bueno verte BoYoung —la separó para sonreírle a su hija menor.
—ChanYeol y yo estábamos esperando verte—señaló a su esposo quien se
inclinó con respeto—. Vengan a saludar a su abuelo.
Dos chicas y un chico jóvenes se acercaron a la mujer y se pararon
derecho. —Hola abuelo, soy Bom—dijo una castaña con bonitos ojos.
—Yo soy Chaeyoung y él es mi hermano Jae, nos da gusto verte.
HongJae no conocía a los muchachos, pero estos eran una copia de su hija,
les sonrió antes de asentir. —Es bueno verlos muchachos, están muy grandes.
—Papá—se acercó otra mujer con el cabello largo y castaño, esta llevaba
un vestido azul en tubo hasta las rodillas—. Es bueno verte bien—sostuvo la
mano de su padre.
—Somi ¿Dónde está tu esposo?
—JinYoung ha tenido que trabajar esta noche en la fábrica, Hoseok está
aquí.
Un chico pelinegro se acercó con una enorme sonrisa. —Abuelo—dijo con
amabilidad y ternura—. Te hemos echado de menos, te presento a Seungwan
mi novia.
La nombrada sonrió antes de inclinar la cabeza, era preciosa, con una piel
y cuerpo perfectos. —Vaya, ustedes hacen una adorable pareja.
Repasó la mirada por los restantes y suspiro. —Donghae ¿Por qué lloras?
Ven—dijo todo esto usando sus manos.
El nombrado avanzo, se hincó cerca de su padre sin decir nada, Jimin le
observó con curiosidad hasta que miró como su padre hablaba con las manos,
el hombre le respondía de la misma manera, terminó acariciando su cabello y
mejilla.
—Él ha estado muy emocional desde que supo que vendría suegro—un
pelinegro ayudo a levantar a quien parecía ser su esposo—. JongSuk y
Taemin, los mellizos, están en un viaje escolar de fin de semana, lamentan no
estar presentes.
—Está bien, no tienen de qué preocuparse, tampoco avise que vendría.
—Eso mismo—dijo una voz ajena, los presentes se volvieron a un hombre,
de menor estatura, con mirada fría—. Vamos padre, desapareciste de nuestras
vidas por dieciséis años, al menos debiste avisar para preparar algo mejor
¿No lo crees?
—KyungSoo—dijo quien estaba a su lado, un hombre de piel acanelada
alto.
—No JongIn, tengo que decirlo en voz alta—reprochó.
—Padre—suspiro un muchacho alto poniendo una mano en su hombro—.
No es el momento para hablar de ello.
—Vaya Namjoon, siempre en el momento indicado primo—dijo a quien
Jimin reconocía como Yoongi, este estaba vistiendo un traje negro con una
camisa negra, Jimin le miró más de la cuenta porque lucía muy apuesto.
—Es un don primo, la prudencia ¿La conoces? —suspiró Namjoon
caminando hacía su abuelo, no sin antes tomar de la mano a un chico castaño
con facciones de dios, Jimin nunca había visto tanta belleza en un ser humano
—. Abuelo, te damos la bienvenida, no sé si me recuerdes, soy Namjoon y
este es mi prometido SeokJin.
—Es un gusto conocerlo señor Min—inclinó la cabeza.
—Claro que te recuerdo—respondió con una sonrisa cansada por el casi
altercado con uno de sus hijos, quien era más rencoroso—. Y reciban mis
felicitaciones.
La pareja asintió y dio unos pasos hacia atrás, HongJae miró a las dos
personas restantes, con seriedad, casi molestia, todos sintieron aquel
momento aún más tenso que cuando KyungSoo quiso hablar.
—Seunghyun y Jiyong—saludó con frialdad.
—Bienvenido padre—dijo el primero de sus hijos.
JiYong vistiendo un extravagante traje rojo sonrió a su suegro. —
Deberíamos pasar a la mesa antes de que se enfríe, el secretario Lee y su
acompañante pueden esperar en la cocina.
HongJae tomó la mano de Jimin bajo la mirada de todos. —Familia él es
Jimin y nos va a acompañar en la mesa.
—Pero...—susurro Somi pero paró—. Le diré a uno de los mayordomos
que ponga un sitio extra.

Todos parecían confundidos por el joven chico que acompañaba a Min


HongJae, al principio creyeron que se trataba de su sirviente o enfermero
personal, pero al verlo bien, lo dudaron. Sólo Yoongi se quedó observando a
aquel muchacho con rabia, porque él sabía exactamente lo que estaba
sucediendo y no le gustaba.
Todos los presentes estaban en la mesa, Jimin tenía la mirada baja, estaba
al lado de su padre quien esperaba a que sirvieran el primer plato.
—Y bien papá—hablo Boyoung con una sonrisa—. ¿Hiciste algo
interesante estos últimos años?
HongJae negó. —Jimin y yo hemos vivido una vida muy tranquila en el
campo.
Yoongi levantó una ceja. —Ahora comprendo por qué al niño le gusta
seguir gallinas—rio por lo bajo—. ¿Desde cuándo se conocen?
Jimin miró a su padre quien se llevaba una copa de agua a los labios, ajeno
a la pegunta de Yoongi que secretamente levantaba la curiosidad de todos por
escuchar la respuesta. Los pasos en la entrada del comedor llamaron su
atención.
—No me digan que iban a iniciar sin mí—un pelinegro, de lindos ojos y
sonrisa de conejo se hizo presente en un traje blanco.
Seunghyun suspiro. —Te dijimos la hora Jungkook.
—Lo siento—dijo con picardía—. ¿Dónde está mi abuelo? —buscó con la
mirada hasta que dio con Hongjae quien miraba con una ceja alzada a su
nieto, recordaba a aquel niño de siete años hiperactivo, algunas cosas no
cambiaban—. Ahí estas, viejecito adorado.
—¡Jungkook! —exclamó Somi espantada.
—Vamos tía, deja de ser así, pobre Hobi, debe reprimirse mucho ¿No
primo? —le miró con sorna,
Jungkook se acercó a HongJae, se agachó y le dio un beso en la mejilla, el
hombre negó. —Veo que no cambias.
—Cambiar es para la luna, no para mí—susurro en su oreja, antes de posar
su vista en Jimin—. A caray ¿Quién es este lindo muchacho? ¿A caso eres tú
mi futuro esposo? —Jimin le miró parpadeando perplejo, cosa que hizo reír a
Jungkook—. Es broma querido, veo que vienes con el abuelo, ahora sabemos
que lo mantuvo ocupado por este tiempo, pero espera ¿Qué edad tienes
pastelito?
—Amm veintitrés—susurro Jimin apenado.
—Turbio—dijo antes de sentarse a lado de su abuelo. —Que comeremos,
vengo hambriento.
SeokJin y Namjoon miraron a Jungkook con agradecimiento, estar en
medio de esa tensión no era nada bueno.
—Espera un poco —regañó su padre JiYong—. Y quita los codos de la
mesa.
Jungkook bufó mirando a los presentes, hasta que paró en una pareja. —
Oh Seungwan, no sabía que estabas aquí, ahora entiendo, Jin ¿Y tú sexy
primo Taehyung?
—En casa—dijo entrecerrando los ojos.
—Debería visitarlo.
—No puedes dejar de hablar estupideces ni por una noche—reclamó
Hoseok—. Compórtate.
—Mia culpa, perdonen—se encogió de hombros.
Yoongi estaba al lado de Jimin, de reojo observaba todo lo que este hacía,
no era más que un muchacho torpe, estaba enojado, cuando vio que este
estaba por beber la copa de jugo de naranja le do un codazo, haciendo que se
derramara el líquido sobre la ropa.
—Jimin—dijo HongJae a su hijo quien ahora estaba empapado.
—Lo...siento—dijo apenado tomando una de las servilletas de tela para
limpiarse.
—Ven Jimin, te llevaré con alguien que pueda limpiarte—dijo Yoongi con
cortesía, lo cual llamó la atención de Jungkook quien sabía que su hermano
era poco amable con los desconocidos.
Jimin miró a su padre quien asintió, este se levantó después de Yoongi y le
siguió, entraron a lo que parecía ser uno baño, este era de un tamaño
considerable, sólo había un lavabo y un gran espejo.
—Toma—le tendió una toalla húmeda.
Jimin la tomo con timidez, Yoongi le estaba intimidando demasiado. —
Gracias.
Yoongi asintió, ver a Jimin le estaba molestando demasiado, esa falsa
inocencia que conocía muy bien, lo tomó del brazo haciendo que este le
mirara con confusión.
—¿Qué es lo que quieres del viejo?
—¿Qué? ¿De qué hablas? —susurro confundido.
—¿Buscas dinero fingiendo que lo amas? ¿Eres un caza fortunas acaso?
Porque yo no me creo que estas en una relación con él por amor.
Jimin negó de inmediato al comprender lo que Yoongi estaba tratando de
decir. —No soy su pareja. Él es mi padre.
—¿Tú qué? —dijo abriendo los ojos llenos de sorpresa y miedo, porque
eso era peor de lo que imaginaba—. Imposible...¿Un bastardo?

Para que sea más fácil.


HongJae (82 años) tuvo con Sunmi cinco hijos...
1. Min Seunghyun (50) y Min JiYong(49)
-Min Yoongi(29)
-Min Jngkook (23)
2.- Kim Kyungsoo(49) y Kim JongIn (50)
-Kim Namjoon(27)
3.- Lee DongHae (46) y Lee HyukJae(48)
-Lee Jongsuk(22)
-Lee Taemin(22)
4.- Jung Somi(45) y Jung JinYoung(47)
-Jung Hoseok(26)
5.- Park Boyoung(40) y Park Chanyeol(40)
-Park Bom(19)
-Park ChaeYoung(17)
-Park Jae(15)
ADICIONALES...
Kim Seokjin(28)
Kim Taehyung(24)
Son Seungwan(25)
Entre otros....

Actualizaciones oficiales: Los LUNES



04

Jimin miró a Yoongi con temor, recordando que su padre le había pedido
discreción hasta la junta, enmudeció porque los ojos de aquel hombre le
analizaban de pies a cabeza con total repugnancia, como si tuviese una
enfermedad contagiosa, el desprecio en sus ojos le recordaron a las palabras
dichas por sus padre, la fachada de familia perfecta se destruyó, entonces
comprendió las sonrisas arcaicas y las miradas "amables" completamente
falsas, intentó soltarse pero el agarre que el pelinegro ejercía en su brazos era
tan fuerte que se lo impidió, estaba a punto de gritar.
—¡Responde! —gruño entre dientes.
—¡Aquí están chicos! —dijo una tercera voz abriendo la puerta y mirando
la escena con una ceja alzada, Jungkook no eliminó la sonrisa de su rostro—.
Yoongi, suelta a Jimin, nuestro padre ha peleado con el abuelo e insiste en
irse.
Aunque estuviese sonriendo, los ojos de Jungkook se volvieron fríos al
mirar a Yoongi quien comprendió lo que estaba haciendo, soltó a Jimin quien
de inmediato se tocó el brazo adolorido.
—Lo siento —dijo con un suspiro cambiando por completo su mirada—.
Ha sido la sorpresa del momento Jimin, ruego que me disculpes—dijo con
una inclinación de cabeza.
Jimin asintió, sintiéndose tan incómodo de estar en medio de los dos
hermanos. —Está bien—dijo bajando la mirada—. Debo irme.
—Te acompaño Jimin—dijo Jungkook esperando por él en la puerta.
Miró por última vez a Yoongi quien le dio una sonrisa tensa, cuando este
salió del baño, Yoongi apretó los puños y la mandíbula, se miró al espejo
dándose cuenta del semblante duro que se marcaba en sus frente y nariz,
cerró los ojos y tomo una bocanada de aire, la cual fue soltando poco a poco,
su respiración comenzó a regularizarse al igual que los latidos del corazón a
medida que continuaba con las respiraciones, al abrir los ojos se miró
nuevamente al espejo, esta vez no vio furia sino desesperación, Jimin podría
ser quien arruinara todo por lo que su familia había luchado durante años y él
no podía permitirlo.
Jungkook caminaba por el pasillo al lado de Jimin que iba en completo
silencio con la mirada gacha, se dio cuenta de que este se sostenía el brazo
que Yoongi estuvo apretando.
—Jimin, lamento el comportamiento de mi hermano, es inaceptable que se
porte de esa manera.
—Está bien—suspiro con un solo asentimiento de cabeza.
—Verás, no creo que sea prudente de mi parte decirte esto, pero Yoongi es
algo intenso con sus emociones, no las piensa, sólo reacciona, está tomando
tratamiento para eso, por favor perdónalo. No estaba en sus cinco sentidos, es
algo que no puede controlar, debe ser cuidado para que no haga locuras.
Aquello llamó la atención de Jimin, miró a Jungkook quien le sonreía
apenado, analizó las palabras del pelinegro, si lo que decía este era cierto,
Yoongi no podía controlar sus emociones, por eso había actuado de esa
manera, saber eso aligero un poco la opresión de su pecho, no era su culpa no
saber controlarse ¿No?
—Bueno, si es algo que él no puede controlar, si no lo hizo con esa
intensión entonces creo que está bien—asintió respondiendo a la sonrisa de
forma sincera.
—Muchas gracias Jimin—le dijo tocando ligeramente su hombro, se
separó para seguir caminando hasta que llegaron a la sala, todo estaba sumido
en un profundo silencio, los adultos les miraron al entrar.
—Jimin, nos vamos—dijo HongJae a su hijo alargando la mano.
Jimin asintió e hizo unas reverencias a los presentes. —Buenas noches.
Ellos sólo correspondieron con un asentimiento, la seriedad estaba tatuada
en sus rostros, Jimin salió detrás de su padre quien era llevado por Leeteuk, la
salida fue buena, el aire fresco lleno sus pulmones y sólo así pudo eliminar la
tensión que tenía en esos momentos sin siquiera saberlo, esperaron a que
llegara su transporte, ayudó a subir a su padre y se sentó a su lado mientras
Leeteuk le ayudaba a guardar al chofer la silla de ruedas en la amplia cajuela.
—¿Paso algo papá? —preguntó mientras el auto avanzaba.
—Hoy en la mañana, cuando te vi feliz desayunar esos platillos, me dije
que tal vez hacerte crecer alejado de los lujos había sido cruel de mi parte—
suspiro negando—. Pero hoy me di cuenta que es lo mejor que pude haber
hecho, porque no quisiera que tu corazón noble se pudriera con esta vida,
comprobé que mi familia sólo piensa en el dinero, no en algo más que no
sean ellos mismos.
Jimin no supo que decir ante eso, porque no conocía a las personas que
estaban en esa cena y no conocía el problema que habían tenido.
—¿Quieres hablar de eso?
HongJae negó con una mueca. —Lo que quiero es llegar a casa y
descansar, después de la reunión nos iremos Jiminie.
—Está bien—aceptó con una sonrisa, preocupado de la salud de su padre,
no quería que aquella visita a la cuidad se volviera demasiado dura para él.

Jimin estaba aburrido, acostado en uno de los cómodos sillones de la sala,


había terminado la merienda, hablado con una de las mucamas mientras esta
hacía la cama y ahora se encontraba aburrido, su padre había salido con el
secretario Lee a hacer unos pendientes antes de la reunión del día siguiente.
Estaba por quedarse dormido cuando escucho la puerta, se levantó a abrir
por costumbre, cuando lo hizo sus ojos se agrandaron, nervioso miró
alrededor, buscando a alguien que le dijera si esa persona podía estar en la
casa o no.
—Buenas tardes Jimin ¿Te acuerdas de mí? —preguntó con una sonrisa
maternal.
—Amm sí, usted es SeokJin hyung, es prometido del nieto Namjoon hyung
—dijo trabándose con las palabras debido a los nervios ¿Ese chico de
exuberante belleza era tan malo como su padre decía?
—Sí, soy yo—asintió—. ¿Puedo pasar? Traje algunas galletas—dijo
mostrando una canasta—. Las hice yo mismo.
Jimin sonrió con amabilidad, y aunque estaba inseguro de aceptar, asintió y
se hizo a un lado, SeokJin entro mirando alrededor con ojos abiertos, ya que
nunca había podido estar ahí, eres un hermoso lugar, con una decoración
elegante y sobria.
—¿Quiere algo de tomar hyung? —preguntó Jimin jugando con sus manos
enlazadas en su vientre.
—¿Te gusta el té de naranja? —le miró curioso.
—Nunca lo he probado—confeso con pena—. Pero, podría hacerlo hyung.
—Vamos a la cocina.
Jimin asintió temiendo lo que sucedería de ese encuentro.

Observaba con curiosidad lo que SeokJin hacía, una de las encargadas de


la cocina se había ofrecido a ser ella quien prepararan el té, pero Jin, para
sorpresa de Jimin, se negó con amabilidad, pidiendo permiso para usar la
cocina. Jimin estaba absorto, analizando con detenimiento cada uno de los
movimientos del mayor.
SeokJin vertió el líquido amarillento en ambas tazas, estaban sentados en
la mesa de jardín, disfrutando del aire fresco de verano, las galletas se
encontraban en un plato en medio de ambos, lucían apetitosas, pero no tomo
una hasta que Jin no lo hiciera primero.
—Espero te gusten, son de mantequilla, Namjoon las ama, me aseguré de
dejarle varias en casa —rio por lo bajo, tomando una galleta que llevo a su
boca.
Jimin se relajó y tomó una, su estómago gruño porque olía delicioso, la
llevo a su boca y la probó, sus ojos se abrieron debido a la sorpresa del
delicioso sabor, asintió volviendo a comer, como un niño pequeño que
disfruta de algún dulce, SeokJin le miró con una sonrisa, Jimin le causaba
ternura.
—¿Te gustó?—preguntó expectante.
Jimin asintió frenético antes de acabarse la galleta en su boca. —¡Son
deliciosas hyung!
—Creo que comenzaré a creerlo, Namjoon siempre dice que son
deliciosas, pero no le creo nada, supongo que porque me ama me dirá cosas
lindas ¿No lo crees?
—No sé cómo sea su relación con Namjoon hyung, pero dice enteramente
la verdad, sus galletas y té son deliciosos.
—Gracias Jimin, eres un chico muy amable, tienes la edad de Jungkook,
pero este es un tonto sarcástico.
Al recordar al hijo menor de los Min hizo una ligera mueca incómodo, no
le había dicho a nadie lo que pasó en el baño con Yoongi, no quería
preocupar de más a su padre y que el problema se agravara, además, lo que
Jungkook le dijo de Yoongi rondaba en su cabeza, él mismo sabía que había
cosas que eran casi imposibles controlar y que hacían perder el control.
—Lamento mucho que la cena no haya salido bien—comentó con
seriedad.
—Siempre es así Jimin, no hay mucho que podamos hacer, no son una
familia muy unida, ¿Por eso el señor Min parece estar feliz alejado de ellos?
La pregunta le tomó por sorpresa, no sabía qué responder. —Tiene sus
razones.
—Bueno en eso tienes razón, aunque sabes, no lo culpo, mucho drama,
desde siempre a familia fue así—se encogió de hombros.
—¿Los conoces desde hace mucho tiempo?
—Claro, iba en el mismo curso que Yoongi, ahí conocí a su primo menor
Namjoon, desde niños fuimos unidos, pero a medida que crecieron, por
influencia de sus padres cambiaron mucho, Hoseok, Namjoon y Yoongi se
separaron porque tenían diferentes ideales.
—Oh ahora entiendo, ¿Desde entonces son pareja? —preguntó con
curiosidad.
SeokJin comenzó a reír al momento que negaba. —No, de los tres era el
único que realmente odiaba, sin embargo, es el más amable, así que en el
instituto no acercamos y con el tiempo decidimos salir, nuestros padres se
pusieron felices, mi padre es uno de los socios mayoritarios de la empresa
Min, no hubo problema.
Jimin entonces comprendió que SeokJin era un chico de buena familia, su
aspecto era elegante, en su muñeca llevaba un reloj caro y un anillo con una
gran roca de diamante, era exuberante.
—Es una buena historia de amor, felicidades por su compromiso—alargó
sus labios en una sonrisa, Jimin era un románico empedernido, le gustaban
los dramas de amor, las muestras de afecto y las novelas con finales felices.
—Bueno, no es todo amor—rio por lo bajo—. Estuvimos en medio de un
gran problema hace unos meses.
—¿Puedo preguntar por qué? —además de un romántico, Jimin era muy
curioso.
—Pues...hace tres meses fuimos padres—confesó con un sonrojo.
Jimin le miró de pies a cabeza, porque para nada lucía como alguien que
tenía un bebé, intuyó que Jin podría ser un doncel, pero no dejaba de
sorprenderse.
—¡¿De verdad?! —preguntó emocionado—. Eso es increíble.
—Lo es—asintió—. Aunque fue una sorpresa para todos, nuestros padres
estuvieron hechos unas fieras, pero al final no les quedaba de otra más que
aceptarlo, vivimos juntos y hace tres meses el pequeño SeongHwa llegó.
—Vaya hyung, eso es maravilloso ¿Por qué no lo llevo a la cena? —
preguntó con un puchero, Jimin amaba a los bebés.
—Es muy pequeño pasa salir de noche, además, no es un buen ambiente,
demasiado tenso, mi suegro KyungSoo me hubiera asesinado si me veía con
el bebé, a pesar de que es una roca, quiere mucho al pequeño—sonrió
enternecido-. De hecho, vine a pedirte algo Jimin.
—Ammm...¿Pedirme qué? —preguntó con cautela.
—Este fin de semana habrá una fiesta en mi casa, será una cena de
compromiso, Namjoon y yo desearíamos que tú y el señor Min estuvieran
presentes, también que conocieran a nuestro hijo, sé que planean irse mañana
por la noche.
—Pues...el señor Min no quiere quedarse por mucho tiempo—susurro con
una ligera mueca—. Me gustaría, pero no sé si él quiera hacerlo.
—¿Podrías intentar convencerlo Jimin? Namjoon quiere pasar tiempo con
su abuelo, de hecho, cuando eran niños ellos pasaban mucho tiempo con el
señor Min, me pone triste lo emocionado que esta de que ahora haya
regresado, quisiera que fuera a esa fiesta, además, podría ser bueno para ti.
—¿Para mí? —preguntó con una ceja alzada.
—¿Has ido a la cuidad? Podemos quedar para salir el viernes, es más,
puedo presentarte a mi loco primo, él es muy divertido, sé que viven muy
alejados de la cuidad, podría ser bueno ¿No lo crees? Conocer un poco y
acercarte a personas nuevas.
Jimin estaba entusiasmado con la idea, le agradaba SeokJin, no se veía una
persona malvada como su padre había descrito, realmente quería quedarse un
poco más.
—Lo voy a intentar, de verdad me gustaría quedarme un poco más.
—Bien Jimin—respondió con una enorme sonrisa—. Espero que puedas
lograrlo y muchas gracias.
Jimin estaba comiendo un pedazo de sandía, cuando escuchó la puerta, Jin
se había ido hace horas, pensó que era su padre, así que salió corriendo,
cuando llegó a la sala, no vio a su padre, uno de los mayordomos entraba
nuevamente llevando en sus manos un enorme arreglo de rosas blancas y
salmón, parecían tan grande que el mayordomo apenas podía con ellas, las
puso en la mesa de centro de la sala.
—Es para usted joven—dijo con una venia, alejándose.
Se acercó a las rosas, de cerca eran aún más hermosas. Las tocó con sus
manos, eran suaves, como terciopelo, entre ellas había una tarjeta la cual
abrió, en letras doradas estaba escrito.
Jimin, lamento mucho lo sucedido, no quiero que tengas una mala
impresión de mí, por eso quiero pedirte algo ¿Quisieras cenar conmigo
mañana? Antes de que te vayas de Seoul quiero remediar mi error, este es mi
número, por favor hazme saber tu respuesta.
Min Yoongi.

¿Cómo les va?


¿Qué intensiones tiene Jin con el pobre inocente de Jimin?
❤ ❤
05

HongJae mantenía su cabeza en todo, menos en la reunión que se suscitaría


en menos de una hora, Jimin le había dicho la noche anterior sobre la visita
de SeokJin, extenuando sus deseos de quedarse más tiempo en la cuidad, se
negó, porque él no quería quedarse por más tiempo en ese lugar, no deseaba
que su hijo conviviera tanto con esas personas, porque, aunque eran su
familia, los conocía bien, algo estaban tramando.
—¿Qué sabes de Kim SeokJin? —preguntó a Leeteuk de camino a la
empresa.
—Conoce a los chicos desde que eran niños—respondió encogiéndose de
hombros.
—Eso lo sé, me refiero a ¿Quién es Kim SeokJin actualmente?
—El joven SeokJin ha cambiado mucho, antes era más liberal, le gustaba
mucho salir de fiesta, cosas como esas, pero cuando tuvo al bebé se
tranquilizó, de hecho, de los nietos, Namjoon es el más tranquilo, le gusta su
vida familiar.
—Namjoon siempre fue así—reconoció con una media sonrisa—. Es igual
a KyungSoo en ese aspecto, quiero irme hoy mismo después de esta reunión,
pero, Jimin quiere asistir a la cena de compromiso antes de la boda, sabes
muy bien que mi idea siempre fue alejar a Jimin de esto, pero ahora, siento
que he sido egoísta al no permitirle vivir.
Leeteuk asintió. —Puedo comprender sus sentimientos y también los de
Jimin, es un muchacho noble, que quiere explorar la vida, no sé usted, pero
debería dejarlo, al menos quedarse una semana más, para que conozca y no se
vaya con la espina de que quiso ver más.
—Mi familia no da paso si no es seguro, siempre están un paso adelante, sé
que saben y que planean algo, no quiero que Jimin viva aquello, así que
quiero que lo mantengas vigilado, sobretodo de Seunghyun, él es quien más
desea el poder, puedo verlo a los ojos.
—Lo haré señor—asintió—. Aunque, no debe dudar tanto de Jimin, sé que
este es inteligente y tomará sus precauciones.
HongJae soltó una carcajada mientras negaba. —No conoces a mi Jimin
muchacho, ese niño es especial, demasiado bondadoso y tú sabes lo que este
mundo les hace a las personas bondadosas ¿Verdad?
—Las destruye—susurro.
Después de esa pequeña charla, HongJae se sumió en el silencio, estaban
por llegar a la empresa que su abuelo había construido con esfuerzo, esa que
ahora no era manejada cien por ciento por él, sus hijos habían hecho un buen
trabajo, eso no podía negarlo, pero ¿A qué precio?

Estaba por llegar tarde, como lo hacía últimamente, sus ojos estaban
hinchados, aún sentía en su garganta las ganas de llorar, era un sentimiento
que se acuñaba en su pecho y no le dejaba respirar con tranquilidad, sus
noches se habían reducido a eso y lo odiaba, estaba harto de sentirse así de
miserable, quería eliminar todo sentimiento de su cuerpo, erradicarlo por
completo y que no quedaran los vestigios del dolor.
Un sonido que se escuchó en todo el auto le sacó de sus pensamientos,
contesto apretando un botón en el volante.
—Yoongi—dijo sin animo alguno.
—¿Dónde estás? —escuchó la voz fría de su padre.
—Cerca—mintió—. Inicien sin mí.
—No vengas—respondió de inmediato—. Tu abuelo está aquí, solo.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? —preguntó con una ceja alzada, a
pesar de que su padre no podía verlo.
—El muchacho debe estar solo.
Tras escuchar aquello comprendió lo que trataba de decirle su padre,
suspiro dando la vuelta en el semáforo en verde. —Mantenlo ocupado unas
dos horas—dijo antes de colgar.
Ladeo la cabeza cansado, no estaba de humor, no quería tener que pasar
parte de la tarde con aquel pueblerino idiota, pero no tenía opción, si no
quería perder la oportunidad de tener su empresa tal y como quería, debía
sacarle la información necesaria a Jimin sobre los planes de su abuelo y la
jugosa herencia que este estaba por repartir, porque estaban al tanto de los
movimientos que su abuelo hacía a "escondidas" y eso incluía un ajuste en el
testamento. Toda la familia estaba al tanto, cada uno de ellos quería un buen
pedazo del pastel que sería repartido y la llegada de ese muchacho les había
tomado por sorpresa.
No estaba lejos de la residencia de su abuelo, al reconocerlo le dejaron
pasar sin problemas, menos mal su abuelo no les había restringido la entrada
aún. Estacionó su Aston Martín db11 frente a la casa y bajó acomodando su
saco del traje negro a la medida, ladeo la cabeza y se preparó tomando aire,
caminó subiendo los escalones con una mueca, al llegar a la puerta tensó el
cuerpo y tocó el timbre, espero mentalizándose en actuar como un caballero,
cosa que no era, no por aquel niño.
La puerta no tardó en ser abierta, una mujer, le miró con ojos grandes antes
de inclinarse. —Seño Min—dijo con temor.
—¿Está Jimin? —dijo con suficiencia.
—Sí mi señor, pase—se hizo a un lado dejándole el acceso libre.
Entró con seriedad, caminando hasta el recibidor, la mujer desapareció
escaleras arriba, posiblemente para anunciarle a Jimin que estaba ahí
buscándolo, mientras tanto, Yoongi se limitó a observar la antigua casa de
sus abuelos, todo estaba tal y como lo recordaba, una ola de nostalgia le
golpeo ligeramente, una que pudo eliminar tras negar severamente. Escuchó
las escaleras y se dio la vuelta, lo primero que vio fue a un castaño bajar
inseguro, llevaba unos pantalones negros de mezclilla ceñidos a sus piernas,
un suéter blanco de cuello V ancho que le llegaba a los muslos, apretó las
manos sonriendo con falsedad.
—Buenas tardes Jimin—dijo con una pequeña inclinación de cabeza.
Jimin se quedó en el último peldaño mirándolo con desconfianza. —Hola,
buenas tardes Yoongi hyung—dijo de forma casi robótica, como si estuviera
pensando con seriedad cada una de sus palabras.
—Lamento haber venido sin avisarte—asintió actuando con amabilidad
cosa que le asqueaba—. Es sólo que, al no recibir una respuesta, imaginé que
no querías salir conmigo, pero, aun así, tuve que venir porque quiero
disculparme con sinceridad, realmente no quiero que te vayas teniendo una
mala impresión mía, lo siento Jimin.
El castaño bajo por completo y se acercó a él a pasos pequeños. —Quise
agradecerle por las flores, pero no tengo móvil.
Yoongi parpadeo perplejo, su boca se curvó en una sonrisa incrédula. —
¿No tienes móvil? ¿Eso es siquiera posible?
—Ammm sí ¿Por qué no sería posible? —preguntó con una ceja alzada.
—Es muy raro ver a alguien alejado de la tecnología —se explicó dejando
de reír.
—Donde vivo no hay buena recepción, no sirve de nada tener un móvil,
además es un pueblo pequeño y yo no tengo familia fuera—se encogió de
hombros.
—Bueno, eso explica muchas cosas, Jimin, de haber tenido móvil ¿Cuál
habría sido tu respuesta a mi propuesta?
Jimin enrojeció y desvió la mirada, mordió su labio inferior nervioso. —
No me parece mala idea—susurro sin mirarlo.
Yoongi rio ladino aprovechando que Jimin no le veía. —¿Y por qué no
vamos ahora? ¿Ya comiste algo?
—¿Qué? —preguntó mirándolo al tiempo que negaba—. Papá no lo sabe y
yo no puedo salir sin su permiso.
—Pero mi abuelo va a tardar mucho, puedes platicarle sobre el día cuando
volvamos, no hay problema, somos familia ¿No? Eres como mi tío.
Jimin rio y negó. —Eso es muy raro.
—Lo sé, porque no entonces sólo somos amigos, hay un lugar muy lindo
cerca de aquí ¿No quieres salir un poco? Apuesto a que no has podido
conocer algo y hoy en la tarde te irás, al menos una buena comida ¿Te
parece?
—Amm—dudo por unos momentos, hasta que finalmente asintió—. Creo
que un rato, no me vendría mal.
—Entonces vamos—se dirigió a la puerta.
—¿No debería cambiarme? Tú vas...muy ¿Formal? —levantó una ceja
contrariado.
—No es necesario—negó porque no quería esperarlo—. Yo voy así porque
es un traje de trabajo, está bien que vayas cómodo, vamos Jimin, estoy
hambriento.
Jimin le siguió de cerca saliendo tras de él de la casa, Yoongi estaba
ansioso, entre más rápido llegaran a ese lugar, más rápido podrían irse,
desactivo los seguros del auto cuando estuvieron cerca, se acercó a la puerta
del copiloto para abrirla, miró a Jimin quien observaba el auto con total
asombro.
—¿Te gusta? —preguntó con suficiencia.
—Es un auto muy bonito, pero demasiado ostentoso ¿No te da cosa que la
gente te miré tanto? —frunció la nariz.
—De eso se trata—bufó—. Ven a verlo por dentro y descúbrelo tú mismo.
Este no es sólo un auto, es el auto.
Jimin se encogió de hombros y subió, Yoongi entrecerró los ojos, nadie
juzgaba a su hermoso auto, del cual estaba enamorado, subió poco después al
asiento del conductor y miró a Jimin quien se ponía el cinturón.
—¿Y bien? —preguntó esperando.
—¿Qué? —preguntó confuso.
—¿No es lo mejor que has visto?
El castaño miró con detenimiento el interior de aquel auto y asintió. —Es
muy hermoso, pero, ¿Has visto un Ford Mustang clásico?
—Por dios ese auto es un vejestorio—negó rodando los ojos.
—Pero es bonito—rio animado.
—No tienes buen gusto Jimin—se puso el cinturón y prendió el auto,
aceleró sólo para impresionar y le piso duro, Jimin exclamó con sorpresa,
salió de aquella residencia yendo rápido mientras llegaban a la cuidad.
Yoongi estaba concentrado en el camino, sabía a qué lugar debían ir, un
lindo y lujoso restaurante en el centro, miró de soslayo a Jimin quien estaba
mirando por la ventana con una sonrisa iluminada en el rostro, parecía ser un
niño que mira el mundo por primera vez.
El camino no era largo, como lo había prometido llegaron en quince
minutos, entro en el estacionamiento dejando el auto cerca de la puerta de
acceso del estacionamiento, apagó el auto y se quitó el cinturón, Jimin ya
estaba abriendo la puerta y saliendo, evitando que él fuera un caballero, lo
cual le gustó, era mucho trabajo ir a abrirle la puerta cuando él podía hacerlo
por sí mismo.
—Es por aquí—indicó, Jimin caminó a su lado, esta vez Yoongi sí le abrió
la puerta.
Ingresaron, pasando por un pasillo lleno de plantas y decoraciones de
época, entrando así al elegante restaurante, Jimin de inmediato miró alrededor
y dio un paso hacia atrás, esto fue notado por Yoongi quien puso su mano en
la espalda del chico y le guío dentro, eligieron una mesa un tanto alejada del
bullicio de comensales, sacó la silla para que pudiera sentarse, y
posteriormente él se sentó en frente.
—Es un hermoso lugar ¿No lo crees?
Jimin asintió. —Todo parece brillar, es tan lindo, como esas películas
clásicas.
—¿Te gustan las películas clásicas? —preguntó con una ceja alzada.
—Papá y yo las vemos los sábados por la noche después de cenar—sonrió
cálidamente—. Es nuestra tradición.
—Entiendo—asintió mirando de lejos como una de las meseras se
acercaba.
—Buenas tardes, bienvenidos—dijo dejando dos cartas—. Cuando estén
listos para ordenar, por favor hagánmelo saber.
Con una inclinación se retiró dejando a ambos mirar el menú, Jimin miraba
con una mueca pensativo, Yoongi le observo con una media sonrisa, pensaba
que posiblemente los nombres le eran desconocidos, eso, o que no sabía leer.
—¿Quieres que te dé una recomendación? —preguntó al cabo de unos
segundos.
Jimin le miró con alivio y asintió. —Por favor.
—El solomillo al horno en salsa de vino tinto y patatas a la mantequilla es
delicioso.
—No se escucha mal, pediré eso.
Yoongi asintió llamando con la mano a la mesera quien acudió de
inmediato. —¿Listos para tomar la orden señores?
—Sí, tráeme un Solomillo al horno en salsa de vino tinto y lomo en salsa
de frutos rojos, una copa de Barsac dos mil catorce y ¿Jimin, quieres vino? —
le preguntó mirándolo.
Jimin que estaba atento a lo que el mayor decía negó. —No me gusta el
alcohol, una limonada está bien.
—Entonces sería todo—dijo Yoongi entregando las cartas a la señorita
quien asintió y se retiró con la orden—. El vino no puede ponerte ebrio, es
sólo una copa.
—Papá dice que beber no es bueno, me contó que él lo hacía en su
juventud y gracias a eso tuvo muchos problemas.
Yoongi chaqueo la lengua. —No debes tenerle miedo al alcohol, no es
malo si lo tomas con moderación, aunque escuchando esto, me pregunto
¿Qué otras cosas te ha restringido mi abuelo? Pareciera que vives en una
cueva.
—No me tiene en una cueva—rio por lo bajo, encontrando gracia en las
palabras de Yoongi.
—Tal vez no en una cueva, pero sí en un lugar en medio de la nada sin
señal ¿Y si algo pasa? ¿Cómo llamarías por ayuda?
—Tenemos teléfono fijo, no celular, además no pasan cosa...bueno...no
siempre —su semblante demostró incomodidad llamando así la atención de
Yoongi.
—¿Pasa algo? —preguntó con una ceja alzada.
—Cuando papá tuvo esa caída, la que hizo que su cadera se fracturara, yo
tenía quince años y en ese momento no supe que hacer, debí llamar a alguien
pronto—negó tratando de eliminar ese pensamiento.
—Eras joven, posiblemente estabas impresionado—le observo fijamente,
Jimin era como un niño asustadizo e ignorante—. ¿Siempre han estado solos?
¿Y tú madre?
La pregunta incomodó a Jimin quien mordió su labio inferior y desvió la
mirada. —Siempre hemos sido nosotros dos, nadie más, ammm mi
madre...no la veo desde que tengo cinco años—se encogió de hombros.
—Lamento eso—dijo confuso, debatiéndose entre dos posibilidades—.
Jimin ¿Mi abuelo es tu verdadero padre?
Jimin le miró con tristeza, él no supo identificar aquel gesto, espero
impaciente, necesitaba escucharlo de su boca para comprobar su teoría.
—No, él...me adoptó cuando era un niño, me ayudó desde entonces—dijo
mirando hacia otro lado.
Yoongi levantó una ceja. —Vaya eso...
Fue interrumpido por la mesera quien llevaba sus órdenes, eso le dio
tiempo para pensar, Jimin era un niño huérfano que su abuelo acogió,
imposible que este figurara en el testamento, no había ningún movimiento
que les dijera que le había reconocido dándole el apellido Min. Lo cual era
bueno, Jimin no figuraba como un problema o al menos eso era lo que quería
pensar.
Ambos comenzaron a comer en silencio, perdidos en sus pensamientos,
Yoongi estaba queriendo salir de ahí para contarle a su padre que no había
nada de qué preocuparse, levantó la mirada del plato observando cómo Jimin
sonreía al comer.
—¿Está bueno? —preguntó con una sonrisa ladina.
—Muy delicioso—asintió feliz.
Yoongi sonrió con fastidio, no le agradaba Jimin, una persona no podía ser
tan amable. No era normal.

Se acostó en su cama, después de dejar a Jimin en la casa de su abuelo fue


a la oficina e hizo su trabajo, estaba cansado, después de la platica sobre su
origen, Jimin no dijo más, preguntó cosas personales sobre su vida, pero
evadió aquellas preguntas con otras sobre la cuidad. No hubo nada
interesante que hablar y eso le frustro.
Escuchó su teléfono y lo sacó de su bolsillo.
Jungkook
El abuelo se va a quedar hasta la fiesta de Jin y Nam, tienes trabajo.
Hizo una mueca y cerró los ojos, aparentemente no encontraría
tranquilidad y lo peor es que ese niño, le ponía de muy mal humor.

Gracias por leer amores


06

Jimin estaba emocionado, nunca había ido a una fiesta y faltaba poco para
vivir la experiencia, SeokJin le había ido a visitar nuevamente, con el fin de
pedirle permiso a su padre para llevarlo de compras, HongJae no estaba tan
de acuerdo, pero al ver la sonrisa de Jimin acompañada de sus ojitos
suplicantes no pudo negarse.
-Toma-le entrego una cartera negra-. Aquí hay efectivo, pero cuando vayas
a pagar el traje o lo que sea que vayas a comprar, tienes que pagar con la
tarjeta negra, pones tu firma en donde te digan y ya está.
-Buscaré algo que no sea caro-le sonrió feliz.
-No es necesario-le dijo tomando su mano-. Busca algo que te guste y que
te haga ver lindo, y de lo demás no te preocupes.
-Está bien papá-terminaron de desayunar, Jimin subió a bañarse y
cambiarse con algo lindo y cómodo, espero hasta que dieron las tres, la puerta
fue tocada y bajo casi corriendo.
SeokJin se veía igual de elegante y hermoso como siempre, Jimin no
comprendía como alguien podría verse tan bien, lo saludó con el mismo
entusiasmo de siempre, cosa que hizo sonreír genuinamente a SeokJin, le
agradaba Jimin, le recordaba a un niño inocente, un pequeño cordero en una
cueva llena de lobo, le daban ganas de protegerlo.
-Hola Jimin ¿Estás listo?
-Sí-respondió con una sonrisa-. Vamos, papá no está, fue a la empresa
después del desayuno, pero dijo que no llegáramos tarde.
-No tardaremos-aseguró-. Deje a Namjoon con el bebé y eso créeme que
me preocupa.
-¿Por qué? -preguntó mientras caminaban a la salida.
-Él es muy torpe, a veces no tiene la paciencia, pero lo intenta lo cual es
bueno-se acercaron a una camioneta negra-. Subamos atrás, Namjoon no le
gusta que maneje.
-¿Por qué no? -preguntó curioso.
-Desde que tuvimos al bebé es muy precavido, está bien, así me relajo-
sonrió ladino-. Me alegra que te hayan dejado salir, no lo haces mucho
¿Verdad?
-En realidad no-negó con un ligero puchero-. Papá es muy sobreprotector,
más si estamos en la cuidad, pero he conocido algunos lugares, de hecho,
Yoongi hyung me llevó a comer el otro día.
SeokJin le miró con asombro. -¿Yoongi? ¿Min Yoongi? ¿Saliste con él?
-Sí, lo hizo para disculparse, en la cena se portó un poco grosero-se
encogió de hombros-. La verdad es que es una buena persona, muy atenta.
-Jimin, bueno...ten cuidado, Yoongi es una persona algo voluble, puede
estar normal un momento y al otro comportarse grosero, si te incomoda de
alguna manera, dímelo o a tu padre ¿Está bien?
-Claro-asintió con una sonrisa, para Jimin, Yoongi no significaba algún
problema, porque, aunque tuviesen un frío comienzo, el mayor le trataba bien
y le hablaba de una manera cálida.
-Invité a alguien-dijo con una sonrisa cuando el auto aparcó en la parte
subterránea del centro comercial-. Es una buena persona, sé que te encantará.
Jimin estaba curioso, le gustaba conocer gente nueva, aunque a veces
llegaba a incomodarle, era una persona amigable, le gustaba cuidar de los
demás, era algo que su padre siempre le habían inculcado, una regla de vida
que seguía sin protesta alguna.
Subieron al ascensor, Jin no dejaba de hablar de su hijo y de lo mucho que
estaba creciendo, también de aquella dieta que había realizado para bajar los
kilos de más que dejó su embarazo, Jimin por más que lo veía, no podía
identificar ningún desperfecto, todo en SeokJin era perfecto, cuando llegaron
a la planta alta del centro comercial, los ojos de Jimin se abrieron, miró
alrededor encantado, todo era inmenso, las tiendas, con colores vivos,
brillante y bien iluminadas, todo de cristal, con una vista increíble, los pisos
relucientes, parecía algo que sólo podría ser visto en películas extranjeras.
-Vamos Jimin-dijo SeokJin tomándolo del brazo y guiándolo por las
tiendas-. ¿Nunca habías venido?
-No-negó con una sonrisa-. Es increíble, la cuidad es de lo mejor-suspiró-.
Desearía no tener que irme.
-Puedes venir, de hecho, no quiero que nos abandones ¿Entendido? -Jimin
le miró boquiabierto porque no sabía qué decir ante eso-. Es aquí.
Entraron a una enorme tienda, en ella había algunos artículos, entre ellos y
los que más destacaban eran aquellos trajes que se veían de la mejor calidad,
Jimin los observó con una ceja alzada, en esos maniquíes se veían
espectaculares. Lo condujo por la tienda, algunas mujeres que intuyó
trabajaban ahí les dieron una reverencia como bienvenida.
-Hasta que llegas ¿Crees que tengo todo tu tiempo?
Jimin observó al chico que se puso de pie, si antes había pensado que no
existía hombre más hermoso que SeokJin en el mundo quedó como un idiota,
era alto, su piel acanelada, ojos grandes y profundos, labios delgados y
pómulos altos, era delgado, llevaba un traje gris con una camisa blanca sin
los primeros botones, su cabello castaño claro estaba acomodado detrás de
sus orejas, era ligeramente largo y brillante.
-No exageres-dijo Jin con un bufido-. Mira, él es Jimin de quien te hablé-se
volvió hacía Jimin con una sonrisa-. Él es mi primo Kim Taehyung.
Jimin hizo una reverencia al chico que estaba frente a él. -Es un gusto.
-El gusto es mío Jimin, he escuchado muchas cosas de ti-dijo llamando su
atención-. No te preocupes, son buenas.
-Eso espero-dijo con total sinceridad.
-Estamos aquí porque debemos elegir el atuendo para la cena de bodas-dijo
Jin completamente emocionado-. Así que comencemos, Jimin ¿Hay un color
en específico que te guste?
-Búscale algo oscuro, un azul oscuro pero que no llegue a marino, tal vez
un azul rey, que no sea gris-dijo Taehyung observando fijamente a Jimin.
-Él es modelo y tiene un enorme sentido de la moda-explicó SeokJin.
-Wooow eso es asombroso-Jimin le sonrió-. Gracias por la ayuda.
Taehyung miró fijamente a Jimin, era diferente, sus ojos eran inocentes,
mordió su labio inferior y asintió. -Te haré ver encantador, lo prometo.
Elegir los trajes, accesorios y zapatos fue una misión muy dura, Jimin
estaba mirando alrededor con preocupación, el único que sabía lo que quería
era Jin quien traía a las dependientas de un lado para el otro. Taehyung estaba
sentado a su lado con su ropa elegida desde hace minutos.
-Siempre se vuelve loco, quiere que todo sea perfecto, pero quien podría
culparlo, ha soñado con esto desde siempre-rio por lo bajo contagiando a
Jimin-. No pareces muy familiarizado con esto para ser un miembro de la
familia Min.
-En realidad soy adoptado-dijo con una sonrisa triste-. Papá y yo vivimos a
las afueras de Busan, en realidad nunca hemos estado en la cuidad.
-Entiendo-asintió-. Has causado un gran revuelo en la familia, todos
estaban realmente sorprendidos de verte.
-¿Cómo lo sabes? -preguntó avergonzado.
-Soy cercano a algunos miembros, entre ellos Jungkook-dijo con una
sonrisa-. Me ha dicho que te has hecho cercano a Yoongi hyung.
Enrojeció antes de negar. -No, no es eso, él ha sido amable conmigo, sólo
lo he visto dos veces.
-Impresionan ¿No es así? Hablo de los hermanos Min, ellos son algo
especiales ¿No te parece?
-Puede ser-asintió jugando con sus manos-. No he estado tan cerca de
ellos, papá...bueno él...tiene una idea muy diferente de ellos.
-Porque no los conoce, pasaron dieciséis años, no es bueno armarse una
idea de una persona sin conocerla.
-Eso es cierto, por lo poco que los conozco, no se ven malas personas, son
amables y eso es bueno.
Taehyung le miró fijamente. -Eres muy lindo Jimin, ahora es tu turno-le
pasó los trajes-. Ve a vestirte y sales para ver ¿Ok?
-Está bien-tomó la ropa y camino a uno de los vestidores.
Taehyung sacó su teléfono y marcó, espero paciente la llamada, hasta que
contestaron. -Estamos por terminar...bien-colgó casi de inmediato, justo a
tiempo antes de que SeokJin apareciera-. Es demasiado inocente.
-¿Qué esperabas? -preguntó con una mueca-. Se crío fuera de la cuidad, sin
tener contacto con esta familia, no lo culpo, está bien que se vaya antes de
que se contamine como los demás.
-Estás hablando de la familia de tu esposo-bufo.
-Sabes de lo que hablo, incluso de ti ¿Ya arreglaste ese problema? -
cuestionó.
Taehyung se puso a la defensiva. -No empieces.
Jimin salió del probador inseguro, ambos chicos le miraron y como por
arte de magia su semblante cambio por completo a uno más amable y dulce.
-Te ves increíble Jimin-dijo SeokJin con sinceridad-. Ese color te va.
-¿De verdad lo creen? -preguntó mordiendo su labio inferior.
-Te vez muy bien Jimin-asintió Taehyung.
Jimin se miró nuevamente en el espejo, sonrió ladino, se sentía bien, en ese
traje no se reconocía, pero le gustaba.
Salieron de aquella tienda, SeokJin no le dejo pagar por el traje o los
accesorios, estaba incómodo, pero este le dijo que era un regalo de
bienvenida a la familia, le pareció increíble la personalidad dadivosa y
bondadosa de SeokJin, quedaron en ir a un restaurante cercano a comer algo,
bajaron las escaleras eléctricas para ir a la primera planta, caminaron por un
pasillo, hasta que llegaron a una tienda de mascotas, se quedó observando a
los pajaritos de diferente colores, mientras Jin y Taehyung debatían a dónde
ir a comer.
-¿Te gustan los pájaros? -preguntaron a su lado.
Al darse la vuelta miró a Yoongi quien se encontraba a su lado, con un
traje negro y una sonrisa jovial. -Oh...hola.
-Hola ¿Estás solo? -preguntó con una ceja alzada-. No creo que debas estar
solo aquí, no conoces la cuidad.
Jimin negó mirando alrededor. -Vengo con SeokJin y Taehyung.
-¿De verdad? -lucia sorprendido.
-¿Yoongi? ¿Qué haces aquí? -preguntó SeokJin acercándose a Jimin quien
sonreía a Yoongi de una forma cálida.
-Tuve una reunión en uno de los restaurantes ¿Qué hacen ustedes?
-Una salida de compras-respondió Taehyung-. Ahora íbamos a comer algo,
Jimin tiene hambre.
Yoongi asintió regresando su mirada a Jimin. -Iba a ir a la casa del abuelo
porque necesitaba hablar contigo-dijo aquello ignorando a los dos chicos que
le miraban con asombro-. Pero ahora que estás aquí ¿Quisieras acompañarme
a comer algo? -fue entonces que miró a los chicos-. Lo lamento, pero necesito
hablar con Jimin ¿Les molesta?
-Yoongi, el abuelo fue muy claro cuando dijo que cuidara a Jimin-dijo Jin
con una mueca.
-Yo puedo llevarlo y explicarle al abuelo, no te preocupes, no pasará nada
¿Jimin quieres?
Jimin miró a SeokJin y a Taehyung este último le dio una sonrisa. -Ve
Jimin, nosotros nos veremos en la fiesta del viernes.
-Sí Jimin-dijo SeokJin con incomodidad-. Llamaré a la casa del abuelo por
la noche. Cuídalo Yoongi.
El mayor asintió. -¿Nos vamos Jimin?
Jimin asintió antes de mirar a SeokJin y a Taehyung. -Nos vemos el
viernes, muchas gracias por el día de hoy-se despidió con una sonrisa y se
acercó a Yoongi quien le quito las bolsas de compras de las manos.
-¿Quieres comer algo en especial? -preguntó con una media sonrisa.
-¿Carl's Jr? -sonrió ladino.
Yoongi entrecerró los ojos. -¿Comida rápida?
-Vi un comercial ayer y de verdad estoy antojado, papá no puede comer
hamburguesas así que no insistí.
-Bien, podemos hacer eso y comer fuera ¿Te gustaría?
-Me encantaría-asintió.

Jimin dio una buena mordida a aquella hamburguesa, Yoongi le miró de


soslayo con burla, estaban en un parque, sentados en una banca, mirando el
lago y a las personas que pasaban corriendo, para Yoongi esa situación era
completamente extraña, no estaba acostumbrado a ello y eso le incomodaba,
pero tenía que hacerlo.
-¿Te gustó? -preguntó con una ceja alzada.
-Es riquísimo-sonrió asintiendo-. ¿A ti no te gusta? -dijo mirando la
hamburguesa a medio comer.
-Es buena, pero muy pesada para mí-suspiró-. ¿Te divertiste hoy?
-Taehyung y SeokJin son muy amables, ellos realmente me agradan-
asintió-. ¿Conoces al bebé de SeokJin?
Yoongi asintió. -Es muy parecido a Namjoon, lindo para alguien a quien le
guste los bebés.
-¿A ti no te gustan?
-Poco-se encogió de hombros-. Son muy ruidosos ¿No lo crees?
-Algo-concordó-. ¿Ya tienes que vas a usar para la fiesta?
-Lo tengo-asintió-. No es como si fuese algo fuera de lo normal para mí,
pero apuesto a que para ti es algo nuevo ¿No?
-Nunca he ido a una fiesta, de hecho, nunca he ido a grandes celebraciones,
sólo a ferias ¿Has ido a una feria? -le miró con ojos brillantes.
-Cuando era niño-hizo una mueca-. A mis padres no les gustaba mucho
aquello, pero el abuelo nos raptaba y nos llevaba a todos, era genial, cuando
se fue, bueno, eso acabó.
-¿Convivieron mucho cuando eras niño?
Yoongi pensó un poco la pregunta, a él no le gustaba hablar del pasado,
pero los ojos de Jimin le incitaban a hablar. -Sí, el abuelo era genial, la abuela
también, nunca supe la razón por la que se fue, pero supongo que estuvo bien.
¿Tienes buenos recuerdos de tu infancia?
-La regla de la calle-susurró para sí mismo, sin ser escuchado realmente-.
No mucho, los recuerdos infantiles pueden lucir nublosos. ¿De qué quería
hablar?
Yoongi carraspeo. -Bueno, ya que irás a la fiesta de SeokJin, me
preguntaba si quisieras ser mi acompañante.
-¿Cómo? -preguntó perplejo.
-Yo pasaría por ti y estaríamos juntos esa noche, haciéndonos compañía,
claro, si eso te parece.
Jimin boqueo, sus mejillas se enrojecieron y bajo la mirada tímido. -
Ammm sí, me gustaría.
-Bien, entonces el viernes pasaré por ti, yo hablaré con el abuelo, no te
preocupes, pero para eso, te tengo un regalo-sacó de su chaqueta algo
cuadrado de buen tamaño y se lo tendió-. En el auto esta la caja, espero te
guste el color, lo elegí dorado, pero podemos cambiarlo.
Jimin tomó el aparato abriendo los ojos al descubrir que era un celular. -Oh
no puedo aceptarlo.
-Tienes que hacerlo, porque es un regalo-dijo con una sonrisa amable-.
Además, te hará falta.
-Es demasiado-hizo una mueca.
-No lo es, mira, con él puedes hacer muchas cosas, una de esas es
mantenerte en contacto con nosotros, ahora somos tu familia Jiminie, puede
hablar con Jin, dijeron que tenía muy buena recepción, puedes usarlo sin
problema, aunque la señal sea escasa.
Jimin dejó el aparato en sus piernas y sorpresivamente tomó ambas manos
de Yoongi lo que hizo que se sorprendiera. -Muchas gracias, se ha portado
muy bien conmigo aunque no tiene que, de verdad lo agradezco.
Yoongi tragó en seco, los ojos de Jimin eran dulces, demasiado para él, era
inocente y eso le estaba incomodando. -Sólo hago lo que mereces Jimin, me
agradas, espero que también te agrade y podamos ser amigos.
-Me encantaría-sonrió hasta desaparecer sus ojos.
Entonces Yoongi parpadeo, porque Jimin era lindo, inocente y muy
amable, él no pertenecía a su mundo y eso le enojo.

Lamento la tardanza, espero que les guste


07

El sonido del licor entrando en contacto con el frío vidrio del vaso, fue lo
único que se escuchó por unos momentos, antes de que uno de los presentes
alejará el cigarrillo de sus labios para hablar.
—Entonces, ¿Saldrás con él? —preguntó con una ceja alzada—. Cuando
mi padre me habló de lo que tramaban, me sorprendió saber que eras tú quien
lo haría, pensé que sería Jungkook.
Yoongi fijó la mirada en Hoseok, su primo, con quien disfrutaba pasar el
rato, a pesar de que ambos fueran muy diferentes, a veces terminaban ebrios
riendo, otras, dándose golpes en la cara por no estar de acuerdo, para el
pálido, su primo, era un idiota, pero, su personalidad amena, le daba
tranquilidad.
—¿Por qué no podría ser yo? —preguntó tajante—. Parece que todos han
olvidado quien soy y las cosas que puedo hacer ¿Jungkook sería mejor para el
trabajo? Ambos sabemos la respuesta, tú más que nadie.
Hoseok sonrió ladino, sonrisa que se convirtió en una mueca divertida. —
¿Jennie lo sabe?
Tras escuchar ese nombre, Yoongi empuñó más manos, su vista se desvió
hacia la ventana de la oficina, todo recuerdo que la evocaba, le resultaba
doloroso.
—A ella no le intereso, lo sabes.
—Es lo mejor Yoongi, nunca debes intentar enjaular a un pájaro que esta
acostumbrado a la libertad—se encogió de hombros—. Te ha utilizado hasta
el cansancio.
—No hables así de ella—soltó de forma agresiva—. Ella no tiene la culpa
que yo me haya enamorado, siempre dejó claro que lo nuestro era diversión.
—No vamos a llegar a ningún lado, así que dejemos ese tema, igual tengo
curiosidad ¿Por qué aceptaste estar cerca de ese chiquillo?
Yoongi se encogió de hombros. —Deber y curiosidad, es un completo
ignorante, confía en todos como un cachorro, sus ojos son como los de un
borrego en medio de una camada de lobos—rio por lo bajo—. Lo van a
destruir, no entiendo por qué el abuelo lo cuida tanto, al principio creí que era
su amante, pero lo trata como un bebé.
—Debe tener algo especial ¿No lo crees? Hay personas que tienen algo
que llama la atención, algo que es tan exquisito que quieres tomar o proteger.
Imagínate, inocente, manipulable y virgen. Un manjar.
Por alguna razón, Yoongi se sintió asqueado por lo que Hoseok decía, hizo
una mueca y negó. —No cambias, gran decepción de daría SeungWan al
saber la clase de hombre que eres.
—Hay hombres y mujeres que sirven sólo de diversión Yoongi, hay otros,
como mi dulce dama que quieres tener como esposa, porque vale la pena,
tienen clase y valores, no como quien te abre las piernas a la primera
provocación.
—Si Jungkook te escucha, te dará un golpe y yo no estaré dispuesto a
defenderte.
Hoseok soltó una carcajada. —Jungkook es como Jimin, una cría, sólo que
él está aprendiendo a ser un lobo, pero es joven, no sabe de la vida, créeme
que le estoy haciendo un favor, su estúpido enamoramiento infantil no le deja
ver la clase de persona que es él.
—Te quedarás solo a este paso—suspiró.
—Oh vamos Yoongi, no me digas que no has visto el cuerpo de aquel
chiquillo, imagínate ser el primero ¿No te agrada la idea?
Yoongi lo había pensado antes, Jimin era hermoso, tenía esa belleza
inocente que le gustaba, era delgado y tierno, tenía buen cuerpo, en especial
en aquellas partes que a su parecer eran voluptuosas, se encontró imaginando
tocarlo y eso le gustó, pero para eso tenía que involucrarse demasiado y no
quería romper por completo a un muchacho que no tenía la culpa, sin
embargo, la idea permanecía en su cabeza.
—No todos pensamos sólo con el pene—negó con una mueca—. Hay que
ser prácticos, Jimin sólo es una forma de llegar al abuelo, nada más que eso.
—Sólo no te enamores—sonrío ladino.
—¿De él? No, claro que no.


Yoongi no estaba listo, se ahogaba de sólo pensar en permanecer tiempo
con aquel chiquillo en una fiesta a la cual no deseaba asistir, no es que no
quisiera darle sus felicitaciones a Namjoon y a Seokjin, sólo no quería
enfrentarse a su familia, la cual estaba insoportable desde la llegada de su
abuelo, todos parecían como aves carroñeras alrededor de un pedazo de
carne, esperando a atacar, incluso él. La insistencia del negocio familiar
estaba demandando más de lo que alguna vez llegó a imaginar, no tenía
tiempo para nada, más que para mantenerse al borde de papeles y recibos.
Su padre desde muy joven, le había enseñado el significado de trabajo
duro, todo era más importante que el trabajo, ni siquiera la familia tenía un
peso mayor que mantener en le cima la empresa que les daba una vida
cómoda y llena de lujos... lujos que pocas veces podía disfrutar.
Vistió aquel traje hecho a la medida, uno que se ajustaba a su cuerpo de
manera perfecta, el color resaltaba su piel y su cabello azabache, siempre le
gustó vestir de negro, se acomodó un poco el cabello y salió de su habitación
mientras se ponía el Rolex en la muñeca izquierda, bajaba las escaleras, su
casa era amplia y grande, pero también muy solitaria.
Se dirigió a su cochera, en donde eligió un BMW negro último modelo,
subió y apretó el botón de la cochera para abrirla, encendió en auto y arrancó.
En el camino marcó por décima vez en ese día, a aquel número que había
dejado de ser contestado, nuevamente el sonido de la mensajería de voz, fue
su único acompañante.
—Hola—dijo con un nudo en la garganta—. Creo que...lamento
molestarte, pero me preocupa que no contestes, espero que estés bien,
yo...por favor contesta los mensajes...mira...—el sonido del corte del mensaje
sonó dejándole un vacío en el pecho. Tomó con fuerza el volante y aspiró con
profundidad, intentando evitar el llanto que se clavaba en su garganta.
El viaje a la casa de su abuelo era corto, así que se quedó en el auto
tomando un respiro, cuando se miró en el espejo retrovisor, vio que se
encontraba listo, salió del auto y se encaminó a la puerta, tocó el timbre
esperando.
No pasó mucho tiempo para que las puertas se abrieran, la dama de llaves
al verlo hizo una reverencia y le abrió por completo la puerta, para dejarlo
pasar.
—Señor Min.
Yoongi no le dio respuesta alguna, caminó directo a la sala, donde
esperaría a Jimin, el asunto era claro, él pasaría una noche cerca de Jimin,
ganándose su confianza, para así ganarse la de su abuelo.
—Yoongi—dijo alguien que entraba a la sala.
Con una sonrisa falsa, hizo una venia con la cabeza a su abuelo, quien
venía con el secretario Lee.
—Abuelo—dijo amablemente, dándose cuenta que su abuelo lucía un
elegante traje negro, se veía bien, imponente a pesar de permanecer en una
silla de ruedas—. Gracias por permitirme llevar a Jimin a la cena.
Su abuelo le miró con desconfianza, podía sentirlo a pesar de no estar
cerca.
—Jimin está emocionado, él sabe muy poco de las cosas de la cuidad, de
las reuniones como esta, por favor, cuida debidamente de él.
—Lo haré—asintió con una sonrisa—. Jimin es un buen chico, creo que
podemos ser buenos amigos.
—No sé si lo sepas, pero nos iremos un día después de la boda de
Namjoon, en dos días, así que quisiera que Jimin pasara una buena velada,
quiero dejarlo muy claro.
—¿Crees que tengo algo planeado en su contra? Abuelo, somos adultos y
este no es un drama de horario estelar, no tengo malas intenciones con Jimin
abuelo, por favor, no pienses eso de mí.
El semblante usado hacía su abuelo, hizo que este le mirara con
apacibilidad, eso era una de las armas que su padre les había enseñado desde
que eran niños, la manipulación, porque, si las cosas no salían como ellos
deseaban, había formas infalibles para que al final, la suerte se tornara a su
favor.
—Hola—dijo Jimin bajando las escaleras.
Yoongi se volvió a verlo, quedando impresionado a primera vista por lo
bien que se veía, no negaba la belleza de Jimin, nadie podría, iba en un traje
azul rey, una camisa blanca y corbata gris, su cabello castaño claro con
destellos dorados estaba acomodado hacía atrás, llevaba un poco de
maquillaje, lo que resaltaba sus ojos y labios, una sonrisa surcó su rostro.
—Te ves muy bien Jimin—dijo siendo completamente honesto.
Jimin le contestó con una sonrisa nerviosa, HongJae miró la escena con
una ceja alzada. —Hijo, te ves muy bien, nos veremos en la cena.
—Claro papá—asintió acercándose a Yoongi.
—Nos vemos en la cena abuelo, vamos Jimin—dijo con voz tranquila.
Ambos se encaminaron a la puerta, en todo momento Yoongi trato de
pensar en lo que significaría estar con Jimin la velada entera, no le gustaba
estar cerca de él, demasiads inocencia e ingenuidad junta, le parecía patético.
Le abrió la puerta del auto y espero a que subiera para él hacer lo mismo.
—Es un lindo auto—dijo como cumplido, pareciera que todo lo que salía
de la boca de Jimin fuese un cumplido.
—Gracias—respondió con suficiencia, una de las cosas que que
orgullecian más era su colección de autos—. Es un buen auto para estar en la
cuidad.
—Debes tener una buena variedad ¿No es así?
—Son mi afición—asintió poniéndose en marcha—. ¿Tú tienes alguna
afición?
Jimin rio por lo bajo desviando la mirada a sus manos. —Pues...monedas,
monedas antiguas, no tengo la gran colección al menos unas quince.
Yoongi levantó una ceja y sonrió. —¿Monedas? Vaya eso suena extraño
pero interesante.
—Al menos es un poco más rentable que los autos—dijo con burla.
Yoongi levantó una ceja y bufó, de pronto Jimin le parecía muy divertido.
—Cuando tienes el dinero, créeme que es muy rentable—se encogió de
hombros.
—Tener dinero no quiere decir que debas gastar en cosas súper
exuberantes. Yo sólo digo.
Soltó una carcajada, negó mientras avanzaba en el auto, porque Jimin le
parecía una de esas chicas que veía en los dramas.
—Para dar una impresión inocente, tienes ideas muy duras sobre la vida
¿No lo crees?
—Papá dice que el dinero cambia a la gente, que los hace crueles y
despiadados, como tiburones que van detrás de la sangre o lobos.
Aquella descripción era tan acertada, que por un instante sintió vergüenza
de sí mismo, dejó solo en sus labios una media sonrisa, ese sarcástico gesto
que usaba cuando algo le incomodaba.
—El dinero no es malo, no hace cambiar a nadie, es un simple papel,
Jimin, el abuelo tiene ideas algo drásticas sobre la vida, no debes temerle al
dinero o al alcohol, si tú no lo permites, eso no puede tener poder sobre ti, en
cambio, si le temes entonces le adjudicas un miedo mayor de lo que es.
—¿Tú puedes controlar esa sensación de poder? —preguntó curioso,
juntando sus cejas en un ceño.
—Más que Hoseok y Jungkook sí, un poco menos que Namjoon. Soy
neutral, sé cuales son mis límites Jiminie. Si tu tuvieras dinero ¿Qué sería lo
primero que comprarías?
Jimin hizo un puchero pensando en su respuesta, Yoongi le observaba de
soslayo, por lo que no se perdió de sus reacciones, las cuales encontraba
auténticas.
—Compraría un tractor.
—¿Por qué quieres un tractor?
—Porque así trabajaría más rápido la tierra, es cansado hacerlo sin eso—
bufó.
—Pensé que te dedicabas a la escuela ¿No deberías estar culminando la
universidad?
—No fui a la universidad—rio por lo bajo—. Hay cosas más importantes
por el momento, como la salud de papá.
Yoongi chasqueo la lengua antes de negar. —El abuelo tiene el dinero
suficiente como para contratar una enfermera y mandarte a una de las mejores
universidades de Seoul—sin quererlo su voz sonó fría y demandante, cosa
que impresionó a Jimin.
—Si lo he cuidado es porque he querido, no porque él me lo haya pedido,
son cosas diferentes—suspiró con una media sonrisa—. Estoy seguro que, si
yo le hubiese dicho que quería ir a la universidad, él me habría dado la
oportunidad de hacerlo, pero no, estoy bien así.
—¿Por qué Jimin? —preguntó aparcando el auto en el estacionamiento del
restaurante donde sería la cena—. Es tú futuro, sin carrera no eres nada.
Le miró y cuando se dio cuenta de sus palabras ya era tarde, los ojos de
Jimin se apagaron ligeramente, sintió una ligera punzada de arrepentimiento,
aclaró su garganta y relamió sus labios. —No quise...
—Tener una carrera no te garantiza la grandeza ni tener el mejor de los
futuros—respondió Jimin mirándolo a los ojos—. Hay algo que se llama
agradecimiento, tu abuelo me ha dado mucho más de lo que puedes imaginar,
a estas alturas de la vida, creo que seguiría en la calle, todo acto de bondad
tiene que ser retribuido.
—A veces hablo sin pensar, lo siento—alargó la mano para tomar la de
Jimin, esta era pequeña, pero encajaba con la suya a la perfección—. Vamos
a divertirnos ¿Te parece?
—Vale, muéstrame cómo son las fiestas fifi en la cuidad—se encogió de
hombros.
—Será mejor que una de campesinos—respondió mordaz bajando del auto,
iba a abrirle la puerta a Jimin, pero este bajo casi de inmediato.
—Woow que lindo lugar—dijo sin despegar la vista del edificio frente a
ellos, uno que estaba repleto de enredaderas con florecillas de colores y luces
blancas, parecía un lugar sumamente lujoso, Yoongi lo tomó del codo y lo
hizo avanzar—. No me digas que rentaron todo el lugar.
—Jin tiene un gusto esquicito por lo caro—rio por lo bajo—. Ha sido así
desde que somos niños.
—Es lindo casarte con tu amor de la infancia, debe ser mágico.
Yoongi tragó en seco. —No siempre el amor de la infancia es el mejor
Jimin ¿Tú tuviste uno?
—Algo así—susurró desviando la mirada.
Yoongi no estaba jugando cuando dijo que a SeokJin le encantaban las
cosas ostentosas y costosas, el lugar entero, desde la entrada, estaba adornado
con rosas blancas y pequeños brillantes en forma de gotas que colgaban de
los jarrones, algunos meseros llevaban en sus manos charolas con copas de
vino blanco y champagne, Jimin estaba boquiabierto, de repente la idea de
estar ahí le pareció terrible, miraba a los presentes, personas dentro de trajes y
vestidos elegantes, peinados perfectos y pieles intactas, se sentía
completamente fuera de lugar, hubiera salido huyendo de no ser que Yoongi
lo tomaba del brazo.
—¿Estás bien Jimin? —preguntó cerca de su oreja.
—Hay mucha gente—susurró.
—Bienvenido al mundo de las apariencias—suspiró antes de avanzar—.
Vamos a decirles a ese par de tontos que estamos aquí.
Caminaron alrededor de las personas, no conocía a nadie, pero al parecer
Yoongi sí, porque la gente se detenía a mirarlo y sonreírle o hacer una
reverencia, por lo poco que sabía de él, dentro de la empresa al ser el nieto
del primer hijo varón, tenía mucho peso en el consejo, era uno de los
herederos principales y mucha gente le respetaba, Jimin creía que, para ser
una persona joven, era increíble.
A lo lejos pudo ver a SeokJin y a Namjoon, ambos llevaban un impecable
traje, el primero color beige con una camisa rosa pálido, el segundo un traje
sobrio negro que le lucía muy bien.
—¡Jimin! —dijo SoekJin dejando la copa de vino en una de las mesas y
yendo hacía ellos, siendo seguido de cerca por Namjoon quien les observaba
con curiosidad—. Te ves maravilloso. Hola Yoongi.
—También te ves increíble SeokJin hyung, deslumbras—respondió Jimin
nervioso.
—Vaya primo, no creí verte aquí—dijo Namjoon con una ceja alzada hacía
Yoongi, quien se encogió de hombros.
—Era eso o dejar que Jimin viniera con el abuelo y se aburriera—
respondió con una media sonrisa, internamente estaba riéndose con burla al
ver el semblante serio de Namjoon, quien no estaba de acuerdo con que se
acerará a Jimin—. Felicidades por esta maravillosa cena.
SeokJin tomó el brazo de Namjoon con el fin de hacer que se relajara un
poco, porque su tensión podía ser notada a kilómetros de distancia. —Gracias
Yoongi, nos alegra que estén aquí, por favor disfruten la noche.
—Muchísimas gracias—Jimin inclinó la cabeza, cosa que ellos no se
esperaban.
—Vamos a beber algo Jimin—le llamó Yoongi tomándolo del brazo
nuevamente.
Tanto Namjoon como SeokJin miraron la escena con una mueca en
conjunto, se miraron comprendiendo lo que el otro estaba sintiendo en ese
momento. —Es un chiquillo—dijo Namjoon con pena—. Yoongi lo va a
destrozar.
—¿Quieres que intervenga de alguna manera? —preguntó con una ceja
alzada SeokJin, tenía esa mirada perspicaz que se podía interpretar de muchas
maneras.
—No, no lo hagas, al menos no ahora—suspiró acercándose para besar su
mejilla—. Dejemos ver hasta qué punto llega.
—Lo bueno es que Jimin y el abuelo se van después de la boda, así ellos
no pueden hacer nada.
Jimin y Yoongi llegaron a una de las mesas que estaba alejada de los
demás, ambos con una copa de vino blanco en la mano, Jimin miraba discreto
alrededor, reconociendo a algunas personas, hijos de su padre y nietos, que
habían estado en la cena, ellos parecían ajenos, aunque Jimin no sabía que lo
estaban mirando de forma discreta.
—No te preocupes mucho por ellos—dijo Yoongi llamando su atención—.
Posiblemente me estén mirando a mí y no a ti, no soy muy bueno a los ojos
de la familia.
—¿Eres la oveja negra? —intentó hacer un chiste para aligerar su tensión.
Yoongi rio antes de negar. —Soy la oveja dorada Jiminie, algunos de mis
tíos y primos están siempre al pendiente de mí, de las cosas que hago y dejo
de hacer, porque al ser el primer nieto, tengo una imagen que cuidar, ellos
quieren que haga las cosas como la familia dicta, pero obviamente no será
así.
—¿Un rebelde sin causa? Bueno, creo que eres el estereotipo de heredero
—le miró con burla.
—Y tú eres el estereotipo del chico huérfano que accede a la riqueza
¿Ceniciento? Así te llamaré.
—Aunch—dijo con incredulidad y una sonrisa sorpresiva—. Sí que tienes
una lengua filosa.
—No es lo único que tengo filoso—dijo con sorna.
Jimin levantó una ceja confundido, estaba nervioso por las palabras de
Yoongi y porque para él, el pálido era muy apuesto, le atraía, pero intentó que
eso no le afectara. —¿Estás coqueteando conmigo?
—¿Quieres que coquetee contigo? —le preguntó con una sonrisa burlesca
—. No quiero que después te enamores Jimin, viviremos una historia de amor
dramática, el plebeyo y el heredero—dijo antes de soltar una carcajada
contagiando a Jimin quien negó.
—Eres una horrible persona—dijo entre risas.
Yoongi se encogió de hombros, indudablemente Jimin le estaba
sorprendiendo, porque no imaginó que este le seguiría el juego de esa
manera, estaba relajado y entretenido con sus bromas, además de aquellas
miradas picaras que le lanzaba, Yoongi se soltó un poco, encantado, Jimin le
estaba pareciendo mucho más interesante de lo que quería admitir.
—Hola chicos—saludó Jungkook acercándose con Taehyung.
Jimin guardó nuevamente la compostura llamando la atención de Yoongi
quien entrecerró los ojos hacía su hermano, Taehyung le sonrió a ambos con
complicidad.
—Jimin te ves increíble—dijo el castaño halagando su vestimenta.
—Tú te ves increíble también—respondió boquiabierto, y no era para
menos, Taehyung estaba impecable en ese traje rojo, a su lado Jungkook
quien vestía un traje azul marino asintió.
—Taehyung siempre se ve increíble—dijo sin restricciones.
Yoongi se burló ligeramente de su hermano. —Demasiado exuberante, me
gustan las cosas más naturales—dijo observando de reojo a Jimin.
Este se sonrojo hasta las orejas, la personalidad suspicaz se había
esfumado con la llegada de Jungkook y Taehyung.
—Bueno, eso es entendible—dijo Taehyung con una sonrisa—. Igual no
tienes lo necesario para estar con alguien como yo o como Jiminie, así que
vete olvidando de eso Yoongi hyung.
Jungkook soltó una carcajada al ver la mueca de su hermano mayor. —
Sólo venimos a saludar, vamos Tae, antes de que despiertes a la bestia.
—Disfruten la velada—dijo Taehyung guiñándole un ojo a Jimin.
—Ellos son insoportables por separado y una pesadilla juntos—bufó
Yoongi—. Necesito fumar, vamos arriba.
Jimin asintió, con la copa en la mano le siguió a las escaleras de madera
que llevaban a la parte de arriba, mientras subía, su mente retomaba la
curiosa conversación de momentos atrás, estaba seguro de que Yoongi le
miraba cuando dijo aquello, pero ¿Qué significaba realmente?
Llegaron a la parte de arriba, la decoración era la misma, extenuando que
ahora estaban en una azotea al aire libre, el cielo estaba cubierto por un
manto de nubes oscuras humeantes y estrellas, Yoongi lo condujo hasta el
balcón, donde podían ver la cuidad, Jimin quedo boquiabierto, la vista era
increíble.
—Es una linda vista—dijo con una sonrisa, viendo de reojo como Yoongi
prendía un cigarrillo.
—Lo es, pero hay lugares donde la vista puede ser mucho mejor, mi
departamento tiene una vista impresionante, deberíamos de ir alguna vez.
Jimin tragó en seco, tomando un sorbo del vino. —Bueno, me iré en unos
días.
—Eso—asintió con una mueca—. No estamos de acuerdo con que le
abuelo se vaya, aquí podría conseguir toda la atención medica que requiere,
pero es terco.
—Lo es—asintió—. Pero lo entiendo, una vez que vives en el campo,
bueno, te acostumbras a la inmensidad de las estrellas y al silencio, la cuidad
es hermosa, pero lo es más estar al aire libre.
—Puede que tengas razón, pero yo soy un chico de la cuidad—rio con un
nudo en la garganta—. Mañana es la boda de Namjoon, parece que será
interesante.
—¿También eres de ese estereotipo que no quiere familia o hijos? —
preguntó con una ceja alzada.
—No, a diferencia de lo que piensas, me gustaría tener hijos, soy
demasiado tradicionalista en ese aspecto—suspiró con la mandíbula apretada
—. Pero no ha llegado la persona indicada, aquella que me haga querer poner
un anillo en su dedo.
—Espero que llegue pronto—le miró con una sonrisa amable.
Yoongi sintió en su interior una punzada de dolor, pero se contuvo de
mostrar algún indicio de debilidad, se perdió en la mirada de Jimin, una que
emanaba un calor abrazador, uno que no sentía al observar a los demás, cuyas
miradas arcaicas, hacían quedado suspendidas en el tiempo, siendo falsas,
máscaras que no lograban demostrar sus verdaderos yo.
—Concuerdo con los demás—se acercó lentamente—. Te ves muy bien,
pero, siento que no son honestos, porque eres más que hermoso—puso una
mano en su mejilla.
Jimin le observó con los ojos bien abiertos, tragó en seco cuando vio que
Yoongi se acercaba a él, instintivamente cerró los ojos, al tiempo que el
mayor juntaba ambas bocas, los labios delgados tocaron los carnosos y una
sensación extraña recorrió sus cuerpos, poco a poco movieron los labios, con
tranquilidad, sin prisa alguna, Yoongi pudo comprobar que Jimin era
inexperto y eso le gusto.
Cuando se separaron Jimin con las mejillas sonrojadas, bajo la mirada. —
Lo siento—se disculpó Yoongi.
—No me molesta—respondió Jimin con una sonrisita.
—Vamos a comer algo ceniciento—dijo tomando ahora su mano
entrelazando los dedos.

Era de madrugada cuando Yoongi se levantó por el insistente sonido del


timbre, no le dio tiempo de ponerse una camisa, sólo estaba con los
pantaloncillos de dormir y una cara de molestia, cuando abrió la puerta, quien
estaba frente a él, le hizo abrir los ojos, observó fijamente y sus labios
temblaron, su cuerpo entero sufrió un cambio.
—Hola—susurró la pelinegra, entró y lo primero que hizo fue tomarlo de
las mejillas y comenzar a besarlo.
Yoongi la tomó de la cadera y cerró la puerta.

Espero que les guste n.n gracias por leer


08

Capitulo dedicado a: Santiago0_30


La observaba fijamente, mientras se vestía, la piel blanca de su espalda le
dejaba ver los pequeños lunares que tenía alrededor, era hermosa, la forma en
la que su cabello negro caía como una cascada ondulado en medio de su
espalda le hacía sentir un sinfín de sensaciones en su interior, Kim Jennie, era
la mujer que amaba, no podía sacarla de su corazón aunque quisiera, sus ojos
pequeños, su rostro aniñado, con esa expresión petulante, pero al mismo
tiempo una chica divertida e infantil, delgada y siempre luciendo
espectacular, la mujer que cualquier hombre mataría por tener.
—Mañana es la boda de Namjoon y SeokJin—dijo sentándose en la cama.
Ella lo miró sobre su hombro. —Lo sé.
—Me preguntaba si querías ir conmigo.
Jennie se levantó para terminar de ponerse el vestido, fue al armario de
Yoongi donde tomó un suéter negro y se lo puso, se acercó a la cama y se
sentó a su lado.
—Yoongi—dijo con una ligera mueca, que en su rostro se veía tierna—.
No quiero que confundas las cosas, si vine es porque me preocupó la
insistencia de tus mensajes o llamadas, nada más, sabes bien cuál es el
término que acordamos, me gustas, pero no quiero nada contigo—suspiró, iba
a acariciar su mejilla, pero Yoongi se separó—. Somos amigos, eso no
cambia, consigue a alguien lindo y ve a esa fiesta, sabes además que Jin me
odia, tengo que irme, te quiero.
No le respondió, esperó a que la puerta de la habitación se cerrara para
llorar, se sentía patético, si su padre o cualquier miembro de su familia le
viera en esos momentos, no pararían de burlarse, lo sabía bien, nunca era
bueno llorar por una mujer, pero, no podía evitarlo, no cuando se había
enamorado, a sabiendas de que ella no buscaba una relación seria, sólo era
diversión, ¿Por qué su estúpido corazón no podía entenderlo?
Jimin miraba alrededor con asombro, era el día de la boda, desde esa
mañana había estado emocionado, le gustaban ese tipo de celebraciones, le
gustaba ver a las parejas felices. Llegaron a una hacienda, todo estaba lleno
de flores blancas y rosadas, incluso había tipos de flores que en su vida había
visto, miró alrededor con anhelo, sabía la historia de amor de Namjoon y
SeokJin, lo que hacía todo aún más especial.
Empujaba la silla de su padre quien estaba incómodo en aquel traje negro,
él llevaba uno similar, salvo que cambio la corbata por un moño color vino,
aun no se acostumbraba a llevar ropa tan elegante, pero no iba a negar que le
gustaba, parecía encajar con los demás invitados, personas de alcurnia que
vestían de diseñador, quienes no parecían sorprendidos con la decoración o la
inmensidad del lugar.
—Cuando tú te cases—dijo su padre tomando su mano con cariño—. Te
haré una fiesta más bonita que esta.
Le sonrió con calidez. —En nuestra casa ¿Si?
—Claro, aunque cuando te cases no será más nuestra.
—No me quiero ir, no te voy a abandonar—dijo con un puchero—. Me
quedaré a vivir contigo para siempre.
—¿Y crees que a mi nuera o a mi yerno les guste la idea? —preguntó
divertido—. No creo que estén de acuerdo.
—¿Crees que podría estar con alguien que prohibiera que me quede
contigo para siempre? —preguntó con una ceja alzada.
HongJae negó. —Debes hacer tu vida Jimin, ser feliz, puedes hacerlo si
recuerdas la regla.
—C, C, P, la recuerdo padre—suspiró—. Hoy es un buen día para una
boda ¿No lo crees?
—Lo único bueno es que mañana por la noche estaremos en casa hijo.
Jimin no dijo nada, porque aún no podía comprender la aversión de su
padre al estar cerca de su familia, para él no tenía mucho sentido, porque
dejar de lado a sus verdaderos hijos y centrarse en él que no era nada, había
conocido a la familia, y hasta ese momento no había encontrado algo en ellos
que corroborara las acusaciones de su padre, sentía que este estaba siendo
injusto y que debería conocerlos mejor.
Un hombre en un traje gris se acercó, lo reconoció como uno de los hijos
de HongJae.
—Papá, es bueno verte, adelante—dijo con una cálida sonrisa.
—KyungSoo hijo, te ves maravilloso, siempre tuviste una sonrisa hermosa
—le tomó la mano y apretó.
KyungSoo le observó con una sonrisa cálida, miró a Jimin y asintió con la
cabeza.
—La ceremonia será en la casa y la celebración en el jardín, pasen por
favor.
Avanzaron nuevamente por un arco de flores hasta entrar a la casa de la
hacienda, era una estructura grande y colonial, al entrar, había personas que
les indicaban el camino a uno de los salones, despejados, este parecía un
salón de baile de la realeza, sobre sus cabezas había un gran calendabro de
cristal en el techo, en medio del salón algunas sillas blancas adornadas con
lazo y flores, feente una mesa elegante, donde se casarían, bajo un arco de
rosas rojas, era lo que más resaltaba de aquel hermoso salón.
Jimin estaba impresionado, todo parecía ser tan hermoso, guio a su padre a
unos de los asientos en tercera fila, se sentó a su lado, algunos de los
invitados ya esperaban.
—¿Habremos llegado temprano? —preguntó su padre en voz baja.
—Creo que es mejor que llegar tarde.
Junto a su padre, se enfrascaron en una conversación acerca de los tipos de
flores que había y algunos protocolos de esas celebraciones, había muchas
cosas que él no sabia, eran muchas reglas sin sentido.
—Hola Jimin, señor Min—dijo Taehyung con una inclinación de cabeza
sentándose a su lado.
—Hola Tae—sonrió ameno.
—Abuelo, es bueno verte aquí—Jungkook se acercó a HongJae y le dio un
ligero apretón en el hombro—. Hola Jimi.
—Jungkook ¿Y tú hermano?
Tras la mención de Yoongi, Jimin se puso muy atento, no habían hablado
después de la noche del beso, su mente aún estaba en shock debido a lo
sucedido, lo sentía tan extraño que una parte de él creyó que era mentira, sin
embargo, era imposible, porque aún podía sentir los delgados labios sobre los
suyos y las manos en su espalda y cadera. Le habla gustado y estaba seguro
que ese sentimiento era malo, porque no conocía a Min Yoongi, ni sabia sus
intensiones.
—Vendrá para la recepción, más tarde, ya sabes como es—sonrió antes de
sentarse al lado de Taehyung.
Jimin pensaba que ellos eran buenos amigos, porque ignoraba por
completo la manera en la que Jungkook miraba a Taehyung.
El sonido de la música dulce proveniente de los violines le llamó la
atención, todos observaron a Namjoon salir de una de las puertas y ponerse
bajo el arco de rosas, llevaba un traje negro hecho a la medida, sus ojos y
sonrisa brillaban incandescente, era esa expresión de amor puro que hizo el
corazón de Jimin latir con fuerza, estaba expectante, al mismo tiempo de
deseoso de encontrar un amor como ese, a alguien que le mirara de esa
manera, su vista vago hasta la puerta del salón, todos observaron como estas
se abrieron trayendo consigo la escena más dulce y hermosa que alguno
pudiese imaginar.
SeokJin lucia espectacular, con aquel traje colo marfil, que acentuaba su
cuerpo, su rostro maquillado, pero dejando al descubierto su belleza natural,
su cabello negro peinado hacia atrás y su brillante sonrisa, pero más allá de
aquella belleza deslumbrante, lo que enterneció los corazones de los
presentes, es ver que en sus brazos cargaba a un pequeño bebé de cuatro
meses, si sus padres eran apuestos, aquel bebé era precioso, estaba vestido
con un diminuto traje marfil y una gorrita con orejas de osito blanco.
Cuando Namjoon les vio, sus ojos se llenaron de lágrimas debido a la
emoción. Para todos, ese momento era único, SeokJin iba de la mano de un
hombre mayor que estaba conteniendo las lágrimas, cuando lo entregó a su
futuro esposo, le dijo algo que le hizo sonreír y asentir.
Jimin miraba todo con los ojos muy abiertos, su interior era cálido,
mientras la ceremonia daba lugar, no dejaba de imaginar, lo hermoso que
sería ser amado de esa manera.
Cuando la ceremonia terminó con un beso que selló una promesa entre dos,
todos se pusieron de pie y aplaudieron, la recepción estaba por iniciar, así
que ayudó a su padre a ir al increíble jardín. Había una pista en el medio y
alrededor unas mesas elegantemente servidas, tomaron asiento en una de
ellas.
—¿En qué piensas? —preguntó su padre con una ceja alzada.
—Papá ¿Por qué abandonaste todo esto? —preguntó mirándole fijamente,
en su frente había un pequeño ceño fruncido que denotaba su confusión.
—No te dejes engañar Jimin, lo que has vivido estos días no es más que un
espejismo, no es la realidad.
—No puedo entenderte, no hago menos lo que sientes, jamás lo haría, pero
me es difícil comprender la razón.
HongJae carraspeo, con la mirada perdida entre la gente que ocupaba las
mesas. —No es la realidad Jiminie, aquí no encontrarás aquello a lo que te he
acostumbrado, no hay emociones verdaderas o sentimientos tangibles, no
existen, porque sus corazones se han marchitando, dejando detrás miradas y
sonrisas arcaicas, máscaras falsas de felicidad, ninguno de los que están aquí
realmente vienen por la felicidad de Namjoon y SeokJin, incluso ellos no los
han invitado por cariño, se llama estrategia, este evento social no es más que
una conexión de negocios, una forma de mostrarse en sociedad, gritando que
son y lo que tienen.
Jimin escuchaba al tiempo que miraba alrededor, lo que su padre le decía,
le parecía abrumador y al mismo tiempo una exageración.
—Si no hay amor, entonces ¿Por qué estarían haciendo esto?
—No digo que no amen, sino que su forma de hacerlo no es la correcta, en
ellos no vas a encontrar lo que es la verdadera nostalgia o emoción, si lo
encuentras, bueno, será algo increíble. Jimin, en el mundo hay dos clases de
personas, las que luchan por obtener la comodidad de la vida y las que tienen
esa comodidad y sólo alzan la mano para obtener lo que quieren. Si no
cuesta, no vale, ellos no ven la vida como nosotros, porque nunca han sufrido
ninguna carencia, lo han tenido todo.
—¿Todo? —preguntó confuso—. En la vida no se puede tener todo, tu lo
has dicho.
—Eso es a lo que me refiero, ellos piensan que sí, sienten que por tener
dinero y estatus lo tienen todo, pero jamás han perdido en vida lo único que
les permitía seguir, por eso, no saben valorar lo que es el verdadero sacrificio.
Cuando yo me fui, me di cuenta que estaba viviendo en una mentira, y no
quiero que vivas en ella.
—Pero padre ¿Cómo quieres que me proteja de algo que no me has dejado
conocer?
HongJae miró a Jimin, de una manera dulce, pero al mismo tiempo
preocupada, le sonrió y suspiró acariciando su mano.
—El amor nos hace querer proteger, no quiero que seas herido, no sé si tu
noble corazón puede soportarlo.
Jimin sintió aquellas palabras tan honestas y melancólicas, que su pecho se
estrujo con fuerza, estaban punto de responder y decirle lo mucho que le
amaba y agradecía, pero fue interrumpido por Jungkook.
—Jimin ¿Qué haces en la mesa poco divertida? preguntó mi alegre, tal vez
demasiado—. Esta es la mesa de los adultos ¿Abuelo me lo puedo llevar?
HongJae suspiró. —Vayan, estaré aquí Jimin.
Una de las hijas de su padre se sentó al lado de este, Jimin se puso de pie y
luego de una pequeña reverencia acompañó a Jungkook a una mesa alejada
en donde estaban otros chicos, terminó sentándose al lado de Taehyung, el
asiento continuó estaba vacío pero había un saco en él.
—Hola Jimin—dijo un chico pelirrojo al lado de una hermosa castaña al
cual no reconocía—. ¿Nos recuerdas?
—No, lo siento.
—Soy Hoseok y ella es Wendy.
Les saludo con una sonrisa, otros chicos estaban presentes pero no les
presto atención, Taehyung a su lado bebía de su copa de vino tranquilo.
—La boda fue hermosa—le comentó.
—Si, todo está saliendo como Jin quería.
—Aunque estoy harto de esperar la comida—gruñó Jungkook, con un vaso
de vodka—. TaeTae hazme piojito.
—No—dijo con una mueca—. Te vas a dormir y yo quiero bailar toda la
noche.
—Está bien cariño, bailaremos toda la noche—le sonrió con cariño.
A ese punto, Jimin estaba casi seguro de que ambos eran pareja, y sin
preámbulo preguntó.
—¿Cuánto llevan saliendo?
Taehyung se atragantó con la bebida y Hoseok rompió en carcajadas,
ganándose una mala mirada de Jungkook que casi al instante se puso muy
serio.
—No estamos saliendo—explicó Taehyung—. Somos mejores amigos.
—A Jungkook le gusta estar en la zona de amigos—se burló Hoseok.
—Hobi, no seas grosero—reprendió Wendy.
—Si Hobi, no seas grosero—bufó Taehyung.
—Porque si no te callas, mi hermanito te va romper la cara—una quinta
voz se escuchó, Jimin se paralizó, sobretodo cuando este tomó asiento a su
lado—. Hola Jimin.
—Hola—susurró con un asentimiento de cabeza sin ser capaz de mirarlo.
—¿No me vas a mirar? —preguntó cerca de su oreja.
Jimin levantó la mirada y lo observó. —Lo siento.
—Te ves muy bien—halago—. Más que bien.
Sintió como sus mejillas se sonrojaron, él estaba perfecto, con aquel traje
negro, camisa negra y el cabello peinado hacia atrás, eso le dio la oportunidad
de ver sus ojos con mayor claridad. Un sinfín de mariposas revoloteaban en
su interior.
—Te ves muy apuesto.
—¿Te parezco apuesto? —preguntó con una ceja alzada.
Jimin asintió. —No estoy ciego.
Yoongi, satisfecho con la respuesta de Jimin le sonrió con diversión, había
encontrado sus expresiones y respuestas, como una forma entretenida de
pasar la velada.
—Jimin—llamó Wendy con una sonrisa—. Me dijeron que regresas
mañana a tu pueblo ¿Alguna vez te veremos de nuevo?
La forma en la que soltó aquella pregunta fue con burla, todos se dieron
cuenta, menos Jimin.
—Si, mañana regreso, pero, no creo que vuelva, papá no quiere que lo
hagamos.
—Debe ser difícil—continuo—. Estar en un lugar donde no tienes nada
más que campo y animales ¿Qué haces para divertirte?
—Trabajo por las mañanas y hago cosas del hogar por la tarde, a veces
salgo con Minho mi amigo.
—Lamentable, el señor Min hizo todo lo posible porque sus hijos y nietos
no tuvieran preocupaciones, pero a ti, te ha marginado a una vida llena de
carencias, debe ser porque no eres su sangre.
Taehyung quien escuchaba la venenosa boca de aquella mujer soltó una
ligera carcajada. —Ahora entiendo por qué tú y Hoseok están juntos, ambos
son un par de víboras—hizo una mueca—. Jimin no le prestes atención.
Jimin asintió un poco conmocionado con lo que acaba de escuchar, a su
lado Yoongi le dio un ligero empujón para que le regresara la mirada.
—Mañana te vas—dijo con un suspiro—. Aún hay muchas cosas que me
hubiese gustado mostrarte, pero creo que será imposible, al menos no por el
momento.
—Me dio gusto conocerlos.
—Aún podemos vernos de vez en cuando ¿No lo crees? —sonrío de
manera sarcástica.
—Sería bueno—la sonrisa que Jimin le regaló le hizo sentir ternura, Jimin
era más inocente de lo que él podía pensar.
—Pero mientras eso ocurre, disfrutemos esta noche—le sonrió ladino.
Jimin asintió, estar al lado de Yoongi le ponía nervioso, sobre todo porque
sus ojos iban inevitablemente a esos labios delgados que tanto le gustaban,
¿Podría estar enamorándose? Porque no encontraba otra respuesta a la
manera en la que su corazón comenzó a latir con fuerza ante la promesa de
seguir viéndose, no sabía si mentía o decía la verdad, pero la anticipación le
lleno de expectación.
Habló con Taehyung de su trabajo, descubriendo que ser modelo era más
complicado de lo que podía imaginarse, de vez en cuando, Jungkook entraba
a la conversación, fue así hasta que trajeron el primer platillo, una sopa
blanquecina, que no supo con qué cuchara comer, en la mesa había al menos
tres de ellas, todas de diferentes tamaños.
—Con esta—dijo Yoongi dejando una de las cucharas en su mano.
—Gracias—susurró apenado.
La comida era deliciosa, se veía a simple vista, que SeokJin había pensado
hasta en el más mínimo detalle, lo cual lo hacía asombroso, Jimin no
comprendía como todo podía ser tan perfecto. Cuando el primer baile de los
novios inicio, observó a lo lejos que su padre se alejaba del bullicio, sin decir
nada se levantó para seguirlo.
—¿Papá? —preguntó una vez que llegó a su lado.
HongJae le miró con martirio, fingiendo una sonrisa. —Hijo, estoy
cansado, es mejor que nos vayamos.
—¿Sucedió algo? —se agachó a su lado para ver mejor su rostro—.
Pareces molesto ¿Discutiste con alguien?
—No—suspiró—. Es lo mismo de siempre hijo, mi cuerpo viejo y cansado
no puede con estos eventos, lo lamento Jiminie, pero tenemos que irnos.
Jimin no estaba feliz con aquello, pero asintió. —Vamos entonces.
—Oh abuelo, no puedes llevarte a Jimin—dijo Yoongi llamando la
atención de los dos—. La fiesta apenas comienza.
HongJae miró a su nieto con cansancio, haber ido a aquella celebración
había sido un completo error y no tenía la fuerza para seguir peleando con su
propia familia, tomó la mano de Jimin y la apretó, haciendo que ese par de
ojos castaños le miraran.
—Yo no quiero quedarme más, pero si aún tienes ganas de estar aquí,
puedo hacerlo—dijo con una sonrisa tenue.
—Si estás cansado no es necesario que nos quedemos—respondió Jimin
con tristeza, porque él sí quería quedarse en la fiesta.
—Y si te vas abuelo y dejas que yo lleve a Jimin a casa más tarde ¿No
sería buena idea? —interrumpió Yoongi con un poco de preocupación por el
semblante de su abuelo, si este estaba en la mesa con sus padres y tíos intuía
el por qué tenía esa cara de fastidio—. Cuidaré de él.
HongJae suspiró pesadamente, no quería dejar a Jimin, pero tampoco tenía
la fuerza de convencerlo y no deseaba verlo triste, por lo que miró
directamente a Yoongi con la seriedad que le caracterizaba. —Quiero que
cuides bien de él, no lo lleves tan tarde, Jimin, hijo, llámame si necesitas
algo.
—Lo haré papá—sonrió en grande antes de besar su mejilla.
Esperaron a que el secretario Lee apareciera para que se lo llevara, cuando
se despidieron, Yoongi lo guió a la fiesta, sin su abuelo, entonces podrían
divertirse. En la mesa, Hoseok estaba bebiendo y riendo con su novia,
mientras que Taehyung y Jungkook se encontraban en la pista bailando.
—¿Quieres beber algo? —preguntó llevando la copa de vino a su boca.
Jimin mordió su labio inferior. —No creo que sea buena idea.
—Vamos Jiminie, el abuelo no está aquí y te he dicho que no le temas al
alcohol—levantó una ceja—. Iré por algo, vuelvo.
Se levantó y le dejo en aquella mesa, al mirar alrededor, se dio cuenta que
era el único ahí, todos estaban bailando, riendo o simplemente hablando, el
jardín había oscurecido, pero sobre ellos había un domo repleto de luces
blancas, se concentró en ellas.
—¿Quieres bailar? —la voz desconocida llamó su atención, a su lado había
un chico, era rubio, con una sonrisa amable, le tendía la mano, esperando a
que la tomara como aceptación.
—Yo...—dijo confuso, no sabía si podía aceptar o no—. Yo...
—No quiere—la voz de Yoongi sonó tajante, la forma en la que miró al
chico hizo que Jimin se encogiera un poco—. Puedes irte.
El chico hizo un asentimiento de cabeza y sin mirar a Jimin se alejó de la
mesa, Yoongi no despegó la vista de él hasta que no estuvo lejos, sólo así se
volvió hacía Jimin y se sentó a su lado.
—Lamento eso—hizo una media sonrisa—. Él es un desgraciado.
—¿Lo conoces? —preguntó aclarando su garganta.
—Conozco al noventa por ciento de las personas que están aquí y puedo
decirte que tienen estilos de vida cuestionables—chasqueo la lengua, tomó la
botella marrón que había traído y dos vasos pequeños—. ¿Has probado el
Whisky?
—No—negó al pendiente de lo que hacía—. ¿Es bueno?
—Oh Jimin, esto te encantará—le guiñó un ojo antes de pasarle el vaso—.
Sabe bien, es un poco fuerte, pero bueno.
Jimin acercó el vaso a su nariz, tenía un olor ligeramente fuerte,
amaderado, uno que le hizo agua la boca, lo llevó a sus labios probando un
poco, Yoongi había tenido razón, era fuerte y le quemaba la garganta, hizo
una mueca y negó, sin embargo, volvió a probarlo, esta vez disfrutando del
sabor.
—¿Qué tal está?
—Rico—sonrió y se encogió de hombros.
—Bien, tenemos esta botella para nosotros, bebamos Jiminie.
Jimin no sabía en qué momento había terminado de esa manera, pero
estaba en los brazos de Yoongi dando vueltas en la pista, mientras rompía en
carcajadas limpias. El pálido que no se encontraba tan borracho le observaba
con total diversión. Era lindo verlo tan entusiasmado con la música, una que
iba cambiando poco a poco a algo más sensual y lento.
Se relamió los labios cuando miró a Yoongi, este colocó sus manos en su
cadera, mientras lo pegaba a su cuerpo y bailaban, ambos con el sudor
recorriendo sus cuerpos, porque el calor se estaba volviendo sofocante, se
acercó a su oreja y susurró.
—¿Salimos de aquí?
—Okey—respondió conteniendo la respiración.
Yoongi le tomó de la mano, guiándolo fuera del jardín, algunos se
volvieron a ver a aquella pareja desaparecer, uno que mirada reprobatoria y
otros con la burla sembrada en los ojos.
Lo jalaba caminando un camino de piedra blanca, a ambos lados estaban
los árboles de cerezo que aún no florecían, Jimin estaba entumecido, sentía su
cuerpo desconectado de su mente, se movía sin ser realmente consciente de
sus movimientos, sin embargo, no le importaba, no dejaba de reír de todo lo
que Yoongi decía. A lo lejos pudo distinguir un gran granero, ladeo la cabeza
confundido.
—¿A dónde vamos? —preguntó arrastrando las palabras.
—A ver a los caballos—le miró sobre su hombro, con una sonrisa
preciosa, que dejó a Jimin sin aliento.
No dijo nada ¿Cómo podría? Si Yoongi tenía la sonrisa más hermosa del
mundo. Llegaron a la enorme caballeriza, el pálido abrió la puerta dejando a
Jimin entrar, se acercó a la pared y prendió el interruptor, la luz del pasillo
ilumino alrededor, había varios compartimientos, Jimin caminó en medio de
estos, se dio cuenta que dentro de cada uno había un caballo, que le daba la
espalda, sonrió por inercia, porque le parecía increíble.
Miró a Yoongi quien se encogió de hombros, se volvió para seguir
caminando, en el fondo, había un espacio vació, con un montón de paja, se
paró frente a este sintiéndose de repente mareado por estar dando vueltas
alrededor.
Comenzó a reír cuando aquellas manos grandes se posaron en su cadera, la
boca de Yoongi paró en su cuello y él no hizo más que ladear la cabeza para
darle el mejor acceso. Suspiró satisfecho, porque aquel toque se sentía tan
caliente, Yoongi le volvió y besó sus labios, ese era un beso muy diferente al
anterior, uno más profundo que lo entorpecía por completo, soltó un gemido
de sorpresa cuando sintió la lengua del mayor ingresando a su boca, cerró los
ojos y se dejó llevar, perdió la cabeza y no se dio cuenta lo que estaba
pasando, porque los labios y las manos de Yoongi eran expertas en dejarlo
caer, se llenó de deseo, despertando emociones y sensaciones que nunca antes
había experimentado.
Despertó sintiendo un ligero dolor en el cuerpo, frunció el ceño, porque
estaba tan incómodo, su cabeza comenzaba a dar vuelta incluso aunque
tuviese los ojos cerrados. No soportando aquella sensación, abrió los ojos e
intentó sentarse, tenía frío, su cuerpo entero estaba erizado y adolorido, al
mirar alrededor, se dio cuenta que estaba en el granero, bajó la mirada
temeroso y se halló completamente desnudo.
—No—susurró recordando lo que había pasado, a su lado Yoongi dormía
profundamente, pareciera que no le importaba en lo absoluto estar sobre una
cama de paja.
No sabía la hora, pero intuía que era muy tarde, las lágrimas comenzaron a
descender por sus mejillas porque se encontraba avergonzado, pensaba en
todo lo que Yoongi habría pensado sobre él y las náuseas comenzaron a
hacerse presentes. Con cuidado, acallando sus sollozos comenzó a vestirse, le
dolía, algo en su cuerpo se sentía diferente y eso le incomodaba, le tomó más
de lo que pensaba vestirse, pero cuando lo logró, miró a Yoongi dormir y
salió de ahí.
El aire golpeo su rostro mojado por las lágrimas, recorrió el mismo camino
de piedra, que ahora no le causaba ni una mínima pisca de admiración, en lo
único que podía pensar era en irse de ahí.
Cuando llegó a estar cerca del jardín, se dio cuenta que la fiesta seguía,
paró cerca de un árbol y miró su teléfono que estaba en el bolsillo de su
pantalón, eran las dos de la mañana, tragó en seco. Se quedó muy quieto, no
queriendo llamar la atención.
—¿Jimin? —preguntaron cerca. No subió la mirada, porque sabía de quien
se trataba. —. ¿Estás llorando? —llegó a su lado y levantó su mentón—.
¿Paso algo? ¿Dónde está Yoongi?
—Tae ¿Puedes llevarme a casa?
Taehyung entrecerró los ojos, Jimin olía a alcohol, mientras bailaba se
había dado cuenta que estaba bebiendo, pero no pensó que sería tanto, su
aspecto era lamentable y eso dejaba mucho a la imaginación, sus ojos
llorosos y su nariz roja, había tenido rato llorando y creía que se estaba
conteniendo aún más, en su cabello había un poco de paja y su ropa estaba
desalineada y sucia.
—Vamos—dijo abrazándolo por los hombros, llevándolo por una parte
donde no había gente, intentó que nadie lo viera, porque todos pensarían de la
misma manera, ese chico había caído en las garras de Yoongi.
Llegaron a su auto, donde le ayudo a subir al asiento del copiloto. Una vez
dentro suspiró. —¿Te hizo algo? ¿Te obligo a algo?
—No...no me obligo—susurró bajando la mirada.
—Era tu primera vez ¿Verdad?
—S..si—sus labios se convirtieron en una mueca.
Taehyung se puso en marcha. —Si te hace sentir mejor, puedo decirte que
las primeras veces nunca son buenas.
—Yoongi debe de pensar que soy un fácil—bufó cubriendo su rostro con
ambas manos.
—No lo creo—comenzó a reír—. Yoongi no es de esa manera—mintió—.
Además, ambos son adultos, no hicieron algo que no querían—se encogió de
hombros, por dentro estaba un poco molesto con Yoongi por haber jugado de
esa manera con Jimin—. No te aflijas, las cosas pasan ¿Lo disfrutaste?
—Pues si...—dijo sonrojado.
—Entonces no tienes que lamentarte—le sonrió amable—. Hacemos cosas
idiotas por amor ¿No es así?
—¿Has hecho cosas idiotas por amor?
Taehyung suspiró. —Todos los días—chasqueo la lengua negando—.
Todos lo hacemos Jimin, no importa ¿Okey?
Jimin asintió antes de desviar la mirada a la ventana, no se sentía bien,
pero una parte de él le decía que no importaba, porque a la mañana siguiente
estaría muy lejos de la cuidad.

Perdón por la espera. Gracias


09

Cuando Yoongi llegó esa mañana a la empresa, sufría de un dolor intenso de


cabeza, no por el alcohol, sino por estar pensando en las cosas que
posiblemente Jimin le habría dicho a su abuelo, cosas que definitivamente
podían arruinar todo lo que su familia estaba logrando. Se sentía un completo
imbécil, por seguir sus instintos había tomado a Jimin, sin siquiera saber si
este estaba de acuerdo, no lo había obligado, sin embargo, no veía realmente
bien el hecho de haberse aprovechado de la ebriedad del otro.
Tenía mucho que pensar, no ayudaba saber que Jimin se iría, necesitaba
verlo, un momento a solas para convencerlo de que mantuviera su encuentro
en secreto. Jungkook le había avisado que Taehyung se llevó a Jimin a casa,
para su hermano, el chico lucía como cualquiera que hubiese tenido una mala
noche de exceso, pero no parecía demasiado afectado, eso le tranquilizo un
poco, pero aún no dejaba su preocupación de lado.
—Buenos días señor Min—dijo su secretaria poniéndose de pie.
—Mina—saludó con un asentimiento de cabeza—. ¿Sabes si mi padre ha
llegado a la empresa?
La chica asintió. —Llegó hace una hora, de hecho, su abuelo está aquí.
Yoongi levantó la ceja, volviéndose para mirar a la mujer. —¿Mi abuelo?
¿Estaba solo?
Su corazón latía con fuerza, en su mente crecía la posibilidad de que su
abuelo se encontrara ahí para hablarle a su padre sobre lo sucedido con Jimin,
creería que era extremista, sin embargo, evaluando la manera en la que su
abuelo cuidaba de Jimin, no lo descartaba ni por un segundo.
—Vino acompañado de un joven y el secretario Lee, se encuentran en la
sala de reuniones.
Yoongi asintió, se dio la vuelta y tomando una bocanada de aire, caminó
por el pasillo que le llevaría a la sala de reuniones. Aunque su semblante
mantenía la seriedad que le caracterizaba, internamente se encontraba
preocupado, apretó la mandíbula, tratando de pensar en alguna explicación,
rogaba al cielo que Jimin no haya sido lo suficientemente desgraciado para
acusarlo.
Ladeo la cabeza al encontrarse con aquellos ojos castaños, Jimin no había
entrado a la sala de reuniones, lo cual hacía todo aún más sospechoso, se
mantenía sentado en una silla afuera, sus manos sostenían una revista, la cual
dejó de leer en cuanto sus ojos se encontraron.
Parecía apenado, por lo que desvió la mirada hacia abajo, Yoongi se
acomodó el saco negro y soltó lentamente el aire, se acercó a Jimin mirando
alrededor, sólo para darse cuenta que convenientemente estaban solos. No le
dijo nada, al llegar a su lado tomó su mano derecha y lo levantó rápidamente,
Jimin no le miró, era sumiso ante su toque, sonrió ladino, llevándoselo de ahí,
recorriendo el pasillo hasta llegar a su oficina, su secretaria le miró con una
ceja alzada, la cual ignoró por completo. Una vez dentro, cerró la puerta, se
mantuvo de espaldas a esta mientras le observaba, Jimin mordía con fuerza su
labio inferior y juntaba sus manos de forma tensa.
—Te fuiste—dijo con voz ronca.
—Lo siento—susurró.
Yoongi sonrió, porque con aquella respuesta se daba cuenta de que Jimin
no parecía haber dicho algo acerca de su encuentro. Se acercó a él, con su
mano levantó su mentón haciendo que sus ojos se encontraran.
—Cuando desperté y no te vi me asusté ¿Estás bien? —preguntó con
fingida preocupación.
—Lo siento—repitió con un suspiro—. Pero, no sabía qué hacer, no quería
que las cosas se pusieran incomodas.
—Entiendo—asintió, ladeando la cabeza se acercó a él, tomándolo de la
cintura, de manera que sus cuerpos se juntaran.
Yoongi no iba a negar que ver a Jimin de esa manera le gustó, alguien que
se deshacía en sus manos, sus labios le invitaban a probarlos de nuevo, pero
guardó la compostura.
—¿Te arrepentiste de lo que pasó?
Jimin le miró con los ojos muy abiertos, sorprendido por aquella preguntan
tan directa, tragó en seco antes de negar. —No...yo...no quería que pensaras
mal y...
—Pero Jimin, me gustas, las personas que se gustan y se atraen a veces
quieren estar juntas de manera más íntima, no tiene nada de malo—le dijo en
su oído—. Pero no huyas ¿Está bien?
—Está bien—su cuerpo temblaba, causando una gran impresión en Yoongi
—. Yoongi, ¿Podríamos guardar esto en secreto? Digo...por el momento.
Yoongi rio por lo bajo y asintió, antes de llevar una mano a su mejilla y
acercarlo para besarlo, sus labios eran dulces, como si acabara de comer una
paleta, los saboreo suspirando, podía sentir el cuerpo entero de Jimin
reaccionar a su tacto, eso le agradaba, causar hasta la más mínima sensación
de placer en alguien más.
Ya no lo volvería a ver, este regresaría al lugar donde pertenecía, no habría
problema alguno, por lo que podía divertirse el tiempo que restaba, caminó
lentamente, llevándolo al escritorio, donde hizo que se recargara, pasó sus
besos húmedos por sus labios hasta su mandíbula, donde mordisqueo un
poco, Jimin jadeo tomando su cabello con fuerza, con las manos en su cadera
pequeña, hizo que se sentara en el escritorio, posicionándose entre sus
piernas.
Siguió besando su cuello, mordiendo parte de su hombro, le gustaba el
sabor de su piel, su aroma a jabón de lavanda, era esquicito, regresó a sus
labios, los cuales devoró con lujuria, porque le gustaba ese chiquillo idiota.
Estaba preparado para desnudarlo y tomarlo nuevamente, pero los toques
en la puerta le interrumpieron por completo, con una maldición se alejó de
Jimin, quien bajo del escritorio, acomodando su ropa y cabello.
—Adelante Mina—dijo recobrando el aliento.
La mujer entró, su semblante era preocupante, sus ojos estaban muy
abiertos y se encontraba pálida. —Señor Min, su abuelo, se ha puesto mal.
Jimin abrió los ojos y antes de que Yoongi pudiese decir algo, este salió
corriendo de la oficina, Yoongi le siguió de cerca, cuando llegaron a la sala
de reuniones, pudo ver a su padre mirar al secretario Lee intentar reanimar a
su abuelo, quien permanecía en la silla de ruedas inconsciente.
—¿Qué sucedió? —preguntó no encontrando la respuesta.
—La ambulancia ya viene—dijo un hombre en traje azul, que Yoongi
reconoció como el abogado de su padre.
Jimin se hinco en frente de su abuelo, intentando hacer que despierte,
mientras sus ojos se llevaban de lágrimas.
—¿Qué? —preguntó con una mueca—. Mierda, voy para allá.
Hoseok se levantó de la cama, buscando su ropa que estaba regada
alrededor, lo hacía tan rápido que extraño a su acompañante.
—¿Sucede algo? —preguntó sentándose en la cama con cara de confusión
—. ¿Es ella? ¿No puede elegir unos zapatos?
—No empieces, el abuelo está en el hospital, al parecer es grave—dijo con
una mueca poniéndose los pantaloncillos—. Tengo que ir al hospital.
—Te acompaño.
—No—dijo de forma determinante—. Ahí estarán todos, pueden
sospechar, te aviso que pasa.
Tomó su chaqueta y salió de aquella lujosa habitación, los ojos castaños
miraron como se alejaba con un sentimiento de rechazo, el mismo que sentía
cada que estaba a su lado.
—Eres un tonto Taehyung—se dijo a sí mismo con una mueca.

Holaaa, espero que les haya gustado, gracias por leer


10

El silencio inundaba cada espacio de aquella sala, nadie hablaba a pesar de


tener la necesidad de decir lo pensaban en torno a la situación, habían llegado
bajo la expectativa de que algo realmente malo había pasado, sin embargo,
todo parecía tan tranquilo, que por un momento creyeron que no era más que
una exageración.
El único que miraba insistentemente la puerta de aquella habitación a la
que no podía pasar, era Jimin, quien estaba sentado al lado de Yoongi, este
último hacía una mueca, cada que el olor a hospital le atacaba, una mezcla de
alcohol con diferentes desinfectantes, que le picaba la nariz, una de las
razones por las cuales odiaba estar en un hospital.
-¿Por qué tardan tanto? -suspiró mirando sus pies.
-Están revisándolo-respondió en voz baja-. Tenemos que esperar un poco
más.
-Necesito verlo-explicó regresando la mirada a sus oscuros ojos-. Él tiene
que saber que estoy aquí.
-Creo que en este momento eso a él no le importara-sonrió ladino-. Cuando
alguien se siente mal, lo único que piensa es en sentirse mejor, así que tienes
que relajarte ¿Quieres ir por un café?
-No-susurró mirando alrededor, a los desconocidos que se encontraban en
las bancas hablando o recargados en las paredes mirando sus celulares,
ninguno de ellos parecía realmente afligido por la salud de su padre.
En medio del miedo, su mente comenzó a jugar con su cordura,
imaginando escenarios que no eran favorecedores, porque sin su padre estaba
completamente solo, no tenía a nadie más que le amara, le cuidara y le diera
asilo, entonces el sentimiento de soledad se extendió por todo su pecho ¿Qué
haría en el mundo sin su padre? Durante años había dependido solo de él, y lo
quería, porque era su salvador y la persona más amable y buena que pudo
conocer.
Nadie podría saber lo que HongJae significaba para él, sus pensamientos
viajaron a aquellas charlas en el porche en los días lluviosos, donde no
podían ir a trabajar, su padre le contaba sobre la vida en la cuidad, al
principio relataba cosas increíbles, pero a medida que la conversación se
profundizaba, hablaba de la soledad, de los lúgubres días donde se sentaba en
una banca del parque a mirar alrededor, decía que las noches estaban llenas
de oscuridad, donde era casi imposible mirar las estrellas.
Jimin suspiró profundamente, temiendo que algo así le llegase a pasar a él,
perdiendo a la única persona que se había preocupado por él. Quien le
demostró el significado de familia.
Hoseok llamó su atención cuando se acercó a ellos, le hizo una seña a
Yoongi, quien se levantó con un carraspeo. -Ya vuelvo Jimin.
-Está bien-asintió relamiendo sus labios.
Al quedarse solo, una horrible sensación de ser juzgado o mirado le ataco,
no levantó la vista, no pudo hacerlo, estaba ahí, mostrando la inseguridad que
le caracterizaba.
-Hola Jimin-dijo KyungSoo sentándose a su lado-. Estás muy pálido ¿Te
sientes bien?
-S..si-asintió con una media sonrisa.
-No sabíamos que mi padre estaba tan enfermo ¿Tú lo sabías? -preguntó
con seriedad.
-S...i-susurró con una mueca-. El doctor nos dijo que tuviéramos cuidado
con su hipertensión, no se había puesto así de mal, siempre tengo el cuidado
de darle sus medicamentos.
-¿Eres como su enfermero? -preguntó con una ceja alzada.
-Soy su hijo...eso es lo que un hijo tiene que hacer por su padre ¿Me
equivoco?
KyungSoo suspiró quedándose en silencio unos momentos, como si
estuviera organizando sus pensamientos.
-Pudiste convencerlo de regresar a la cuidad, donde hay los recursos
suficientes para atender su condición ¿No pudiste hacer eso tan importante?
-Yo no sabía que él tenía todas estas posibilidades-dijo mirando alrededor-.
Jamás me hablo de todo lo que tenía en la cuidad, ni siquiera de ustedes, él no
quería volver.
-¿Por qué? -preguntó tajante.
-No lo sé, dígamelo usted-le miró con temor.
-Yo no creo lo que eres Jimin-dijo con una mueca-. No te creo esa fachada
de niño tierno e ignorante, conozco a los de tu tipo, sólo se benefician,
realmente no quieres a mi padre, sólo su dinero, no me sorprendería que hasta
fueras su amante.
Jimin hizo una mueca de disgusto, entrecerró los ojos molesto. -¿Cómo
puede decir esas cosas? Tal vez no me conoce, pero conoce a su padre ¿No es
así? Él no haría eso, primero porque me ha criado con amor, como un hijo y
segundo porque él sigue amando a la señora Min.
Tras el nombramiento de su madre, KyungSoo le miró trastocado, se puso
de pie y se alejó, Jimin soltó un suspiro, tenía grandes ganas de ponerse a
llorar, sus manos temblaban, poco a poco estaba viendo lo que su padre le
había advertido, el secretario Lee estaba cerca, pero no sabía realmente si este
estaría de su lado si se desataba una pelea.
-¡Jimin! -llamaron su atención, al levantar la vista se dio cuenta de que
Taehyung se acercaba a él-. ¿Cómo estás? ¿Han traído noticias?
-Ninguna-susurró con un puchero.
Al lado de Taehyung venía Jungkook, quien tenía las manos en los
bolsillos del pantalón y miraba alrededor con seriedad.
-Tranquilo, este es uno de los mejores hospitales de Seoul, sé que tu padre
estará bien-Taehyung tomó su mano y la apretó con fuerza, intentando
transmitirle apoyo.
-Pensé que aquí sólo se permitía a la familia-una voz femenina interrumpió
la escena.
Wendy venía acompañada de Hoseok y Yoongi, este último tomó asiento
al lado de Jimin.
-¿No crees que es un mal momento para quejarte? -Taehyung la miró con
desprecio.
-Tú no deberías estar aquí-dijo con suficiencia.
-Si tú estás aquí, que eres la simple novia en turno de Hoseok ¿Por qué él,
que es mi mejor amigo no puede estar aquí? -preguntó Jungkook con una
sonrisa de suficiencia.
Hoseok estaba a punto de decir algo, cuando la voz de Yoongi le detuvo. -
No es lugar para que hagan esto, sus malditas peleas maritales pueden esperar
y si no, entonces salgan.
-Ya, lo siento-bufó Jungkook quedándose muy cerca de Taehyung,
mirando de reojo el semblante molesto de Hoseok-. ¿Han dicho algo?
-No-respondió Yoongi-. Mi padre está hablando ahora con un especialista,
al parecer es su corazón.
Jimin se encogió en su asiento, sus ojos picaban, iba a ponerse a llorar, no
encontraba las palabras para describir el dolor y la preocupación que sentía en
esos momentos, sobre todo porque la espera estaba siendo eterna.
Se quedaron en silencio por un rato, Taehyung y Jungkook hablaban en
voz baja, mientras que Yoongi tomó su mano discretamente, le miró con
desesperanza.
-Todo estará bien-susurró para que sólo él escuchara.
-Siento que esto es mi culpa, tendría que haber estado con él.
Yoongi hizo una mueca. -Jimin, tú no sabías que esto iba a ocurrir, la salud
del abuelo era delicada, pudo pasar en cualquier momento-suspiró-. ¿Por qué
no vas a comer algo con Taehyung?
-No tengo hambre-frunció el entrecejo.
-Jimin...
-Familiares de Min HongJae-todos se volvieron a ver a uno de los doctores
que se encontraba en la entrada de la sala de espera-. Soy el doctor Choi,
encargado del caso del señor Min ¿Son familiares directos?
Seunghyun asintió acercándose. -Soy su hijo mayor.
-El señor Min sufrió un pre-infarto, logramos estabilizarlo, pero se
encuentra delicado, perece cardomegalia, un caso de agrandamiento de
corazón, al parecer lleva años con afectaciones de este tipo, estamos haciendo
los análisis pertinentes para conocer la causa y efectuar un tratamiento
adecuado, tiene que quedarse en observación.
-Muchas gracias doctor-dijo con formalidad.
-En estos momentos se encuentra consciente, no es recomendable que
reciba visitas, pero no deja de preguntar por Jimin ¿Es uno de ustedes?
Las miradas rápidamente se posaron en su persona, sintió el desprecio y la
sorpresa de estas, Jimin mordió su labio inferior y dio un paso al frente.
-Soy yo-dijo con inseguridad.
-Puedes pasar a verlo, pero sólo serán unos minutos, acompáñame-le
indicó con la mano.
Cuando Jimin se alejaba, todos se quedaron en silencio observándolo,
Seunghyun se acercó a su hijo mayor quien mantenía un semblante serio.
-Quiero que te lo lleves de aquí-dijo con ira contenida-. Necesito que tu
abuelo firme y si esta ese mocoso cerca no lo hará.
Yoongi miró a su padre con los ojos entrecerrados. -¿Tienes algo que ver
con ese pre-infarto?
-No, nosotros hablábamos tranquilamente cuando pasó-chasque la lengua-.
Tu abuelo es fuerte, se repondrá de esto.
-¿Hasta cuándo tengo que dejar de fingir? Ese niño me exaspera-bufó con
discreción.
-Ese niño como tú lo llamas, puede ser un verdadero peligro, tenemos que
mantenerlo muy vigilado y ambos sabemos que esto puede beneficiarte más
que a nadie, todos los que están aquí son como buitres, quieren lo que por
derecho es de nosotros.
-¿Hablaste con el abogado? ¿Te dijo algo del testamento? -preguntó con
una ceja alzada-. Porque estás demasiado preocupado. ¿Es por eso?
-El abogado no dijo nada, no acepto soborno o favores-suspiró
arreglándose el traje-. Así que es mejor que estés listo, algo me dice que el
viejo hizo su último movimiento.
Yoongi entrecerró los ojos. -Jimin.
-Exacto.

Jimin ingresó en la habitación rápidamente, sus ojos vagaban por esta,


dándose cuenta de la inmensidad y la frialdad, se fijó en la cama, donde su
padre descansaba, se acercó sin demora y le tomó la mano, sus lágrimas
comenzaban a descender, los ojos del hombre le miraban amables.
-Papá-sollozo.
-Lamento haberte asustado-dijo con una sonrisa apenada.
-Tuve mucho miedo ¿Por qué no me dijiste que te sentías tan mal?
-Este viejo es terco-suspiró-. Dicen que tengo que estar aquí unos días, yo
quiero volver a casa.
-Volveremos, cuando estes mejor lo haremos-asintió con una sonrisa
tierna.
HongJae le miró con cariño. -Hijo, si algo me llega a pasar....
-No digas eso-le interrumpió de inmediato-. Te vas a poner bien y
regresaremos a casa.
-Si no es así, quiero que recuerdes siempre que te amo y que haría todo
para protegerte-le dijo con una sonrisa-. Nos iremos de aquí Jimin, este no es
lugar para nosotros.
-¿Por qué no quieres estar cerca de ellos? Debe haber una razón-preguntó
intentando acabar de una vez por todas con el misticismo de la relación
familiar de su padre.
-Ellos no tienen corazón-suspiró con pesar en los ojos-. No podrás
encontrar en ellos la compasión, sólo les importa el poder y eso, los hace
estar podridos.
-Lo poco que he conocido de ellos, no me ha parecido malo-balbuceo,
teniendo a una sola persona en mente.
-Porque no los conoces Jimin, ninguno de ellos daría la vida por alguien
que les importe, sólo están para satisfacer sus propias necesidades. Son
egoístas y crueles, toman lo que quieren de las personas y cuando han
conseguido lo que quieren, las desechan, como si fuesen nada, si algo me
pasa, tienes que tener mucho cuidado.
Jimin le sonrió ligeramente tomando su mano. -¿Qué haré si me faltas? Sin
ti no soy nada, me quedaría solo en el mundo, no puedes abandonarme, tienes
que seguir luchando, aún te necesito.
Hongjae negó ligeramente, llevando la mano a la mejilla húmeda de Jimin.
-Sabes que fuiste tú quien, salvo mi vida, esa noche, yo quería morir, porque
la única persona que me había amado, mi todo, estaba muerta, siento que ella
te mando a mí, para así saber que aún era útil para cuidar y proteger a
alguien, Jimin, hay cosas que el dinero jamás comprará y una de ellas, la más
importante, es la vida, tenlo en cuenta, siempre. Eres mi hijo, aunque nuestra
sangre diga lo contrario.
Aquello terminó siendo una tortura para Jimin, su padre, era la única
persona en el mundo que le había mostrado el calor humano, lo que era tener
un padre que le cuidara, era imposible enumerar las razones por las cuales le
amaba, porque eran infinitas, como todo ser humano tenía sus defectos, pero
eso no nublaba las buenas acciones que hacía y lo mucho que le había
enseñado de la vida.
-Joven, el tiempo se ha acabado-dijo una de las enfermeras entrando a la
habitación.
-Entiendo-dijo mortificado, miró a su padre e intentó sonreír-. No me iré
de aquí-dijo con un susurro-. Estaré hasta que digan que puedes irte. ¿Está
bien?
-Pronto nos iremos de aquí-le dijo con un suspiro.
Se levantó dándole un beso en la frente. -Te amo.
-Te amo hijo.
Aunque no quería separarse de él, tuvo que abandonar la habitación, salió
de esta con los ojos llorosos, sintiendo una espantosa opresión en su pecho.
Caminó de regreso a la sala, sintiendo casi al instante las pesadas miradas
sobre él.
-¿Cómo está mí padre? -Somi se acercó a él con seriedad.
-Dice que estará bien pronto, se escucha débil, creo que necesita descanso-
susurró con un nudo en la garganta.
-Es mejor ir a casa y esperar-dijo DongHae-. Mi padre no puede recibir
disturbios, son casi las ocho y el horario de visita se ha acabado.
-Yo me quedaré cerca-dijo Seunghyun mirando a sus hermanos y
hermanas-. Les mantendré informado.
-Yo también me quedo-dijo JongIn.
-Yo también me quedaré-respondido Jimin.
Seunghyun miró de reojo a Yoongi quien se acercó a Jimin, bajo la intensa
mirada de la familia.
-Es mejor que vayas a descansar-suspiró-. Hemos estado aquí toda la tarde
y no has comido nada. Nos llamaran si algo ocurre.
-Pero...-Jimin negó, lo menos que quería hacer en ese momento era
separarse de su padre.
Taehyung lo tomó de los hombros. -Podemos ir a mi departamento, debes
descansar.
Jimin le miró con agradecimiento, Taehyung se había portado como un
verdadero amigo.
-Yo lo agradezco, pero quiero quedarme aquí.
-Mi departamento está cerca-interrumpió Yoongi-. Vamos, descansas un
poco y después regresamos.
Jimin miró los ojos de Yoongi, este lo observaba con sinceridad, alrededor
la mayoría de los que estaban presentes se habían dispersado, hablaban entre
ellos y de vez en cuando podía sentir sus miradas sobre él. Se sentía
incómodo y fue esa misma incomodidad que le hizo asentir.
-Si es más cerca, entonces está bien-se volvió ante Taehyung con una
sonrisa-. Muchas gracias por todo, pero iré con Yoongi.
Taehyung le sonrió de manera cálida. -No importa y no hay nada que
agradecer, nos vemos mañana.
Jimin asintió. -Nos veremos.
Yoongi espero hasta que ambos avanzaron, Jungkook abrazó por los
hombros a Taehyung, ambos caminaron a la salida, no sin antes darle una
mirada discreta a Hoseok quien les observaba con molestia.
Llegaron al estacionamiento en silencio, Jungkook le abrió la puerta y el
entro al asiento del copiloto de aquel Mercedes. Una vez ambos dentro,
Taehyung suspiró.
-No debiste pelear con Hoseok ni con Wendy-chasqueo la lengua.
-Que tú te dejes pisotear por ellos no significa que yo dejaré que te
pisoteen-se encogió de hombros.
Taehyung sonrió ladino. -Eres todo un caso, pero gracias.
-Tienes que terminarlo Tae, porque si sigues involucrandote, el único que
terminara mal eres tú.
-No te preocupes, lo tengo controlado, hablando de controles ¿Qué se
supone que planea Yoongi?
-No lo sé, papá dice que sólo está ayudando a la familia, con que no se
meta en problemas es más que suficiente.
-Se acostó con Jimin ¿Lo sabías?
-Lo intuía-suspiró-. Él sabe lo que hace.
-Me da lástima por Jimin, se ve que es un buen chico, espero que se hayan
cuidado.
Jungkook levantó una ceja consternado. -Por el bien de Yoongi, espero lo
mismo.

Cuando llegaron al departamento lo hicieron en completo silencio. Jimin


vio lo elegante que este era, en su vida había visto un lugar tan pulcro y
rebosante de elegancia pura, en colores oscuros y blanco, se sintió pequeño.
Yoongi le llevó a través del recibidor hasta la sala de cuero negro, se sentó y
espero.
-Pediré de comer ¿Quieres algo en específico?
-No-negó-. Lo que tu quieras está bien.
Yoongi asintió, mientras pedía la comida, Jimin miró las pinturas artísticas
en la pared, estaba nervioso, no podía pensar claramente debido a la
preocupación de su padre, se quedó quieto escuchando a lo lejos las palabras
de Yoongi.
-Toma-dijo alargandole un vaso con un líquido amarillento-. Es fuerte,
pero te ayudará a relajarte, es Whisky.
-Ammm gracias-susurró.
Se sentó a su lado, en uno de los sillones individuales. -Todo va a salir
bien, pronto mi abuelo y tu estarán en su hogar tranquilos.
-Debimos irnos antes-suspiró-. Él quería irse.
-¿Por qué? -le preguntó con una ceja alzada-. Tú conoces mejor que nadie
a mi abuelo, debe haber una razón por la cual él no quería estar cerca.
-Si existe una razón, yo no la sé, él sólo decía que ustedes eran personas
sin empatía por los demás.
Yoongi le miró con profundidad. -Y ahora que nos conoces ¿Crees lo
mismo?
Pensó la respuesta por unos momentos para negar ligeramente. -No lo creo.
-Es esa la síntesis de la vida, las personas cambian, no somos los mismos a
los que repudió mi abuelo, si el se hubiera dado el tiempo de conocernos otra
cosa seria.
-No quiero juzgarlos antes de saber quiénes son-suspiró-. Supongo que él
tiene sus razones.
-Y son validas, pero a veces es mejor dejar el pasado atrás.
Jimin asintió. -Lo es.
El timbre interrumpió su conversación, Yoongi se levantó y fue a abrir,
después de unos momentos regresó con la comida en las manos.
-Vamos a comer.
La dejo sobre la mesa y comenzó a abrir los recipientes, Jimin tenía mucha
hambre y no se había dado cuenta hasta que no la tuvo frente a él.
-Vamos Jimin, come-le indicó con una media sonrisa.
Comieron envueltos en un silencio cómodo, de vez en cuando Jimin
miraba a Yoongi con apacibilidad, no quería admitir que su corazón se sentía
cálido cada que estaba cerca de él, sus piernas temblaban nervioso, al igual
que sus manos que sudaban, su mente no paraba de evocar aquel recuerdo
que se había quedado tatuado en su ser y en su cuerpo, aún recordaba esos
besos y las caricias que ambos compartieron.
-Te prestaré una pijama, a menos que quieras desnudarte-le dijo con una
sonrisa traviesa.
Jimin enrojeció. -Pijama.

Jimin temblo ante las manos de aquel pálido pelinegro que le acariciaba sin
prudencia, en esa noche, donde el cansancio le estaba matando, se distraía
siendo amado por aquel hombre del que había caído completamente
enamorado.
Perdido entre sus besos escucho a la lejanía el teléfono, el cual Yoongi
intentaba ignorarlo hasta que se hizo insoportable, a regañadientes se separó
de Jimin para alargar la mano sin salir de él.
-¿Que mierda quieres? ....-pero su expresión fastidiada cambio de un
momento a otro, Yoongi trago en seco y miro a Jimin-. Iremos para allá.
Colgó sin dejar de mirar a Jimin. -¿Paso algo?
-El abuelo...él...tuvo otro paro cardíaco...lo siento Jimin. Murió.

Espero que les haya gustado, perdonar la espera.


11

El lugar estaba transitado por una cantidad de gente considerable, envueltos


en un silencio sepulcral, nada se escuchaba, sólo pequeños sonidos y el ligero
llanto de un muchacho. Nadie se había acercado a él, porque no lo conocían,
porque para aquellos grandes ejecutivos y amigos cercanos de la familia, era
un complejo desconocido, nadie podía ver en sus ojos el dolor y la
desolación, ninguna de aquellas personas que parecían estar en una cena de
negocios, estaba al tanto de que su corazón estaba roto, porque había perdido
a la única persona en el mundo que le amaba. Su padre.
El tiempo pasaba sin reparo, Jimin no podía creer que su padre se hallara
en aquella caja de madera oscura, no cuando había visto sus ojos brillantes
doce horas antes, le era difícil comprender que su vida haya cambiado en
menos de tres días.
—Jimin—llamarón a su lado, no se había dado cuenta que alguien estaba
sentado a su lado hasta que miró de reojo a Jungkook, este iba sobriamente
vestido de negro, con un semblante lleno de seriedad—. Lo siento mucho
Jimin.
—También lo siento Jungkook—susurró volviendo su vista a sus manos
sobre su regazo.
—Ninguno de nosotros lo conocía, no de la forma en la que tú lo hacías,
éramos muy jóvenes cuando él decidió que quería irse, nuestros padres
hablaban de él con afecto y admiración, es por eso que cada uno de sus nietos
aprendió a guardarle respeto, pensamos que ahora que había regresado las
cosas podrían cambiar, ser una familia, pero el tiempo es cruel.
—A él no le gustaba hablar mucho de su vida en la ciudad, lo poco que yo
sabía era que después de la muerte de su esposa, nada fue lo mismo, vivía con
la esperanza de reencontrarse con ella—pequeñas lágrimas recorrieron sus
mejillas—. Lo único que puede confortar mi corazón es saber que ahora ellos
pueden estar juntos.
—Jimin ¿Qué es lo que harás ahora? —preguntó mirándolo fijamente—.
Mi padre comentó que él era todo lo que tenías, estamos preocupados por ti.
—Yo...regresaré a mi casa—susurró con voz temblorosa—. Ahí tengo un
trabajo y mis cosas.
Jungkook entrecerró los ojos. —¿No te quedarás a la lectura del
testamento? Estoy seguro que mi abuelo no te dejaría desprotegido—dijo
aquello en voz muy baja, para que sólo Jimin pudiese escucharlo.
—Eso no me importa, sólo quiero ir a casa—suspiró mordiendo su labio
inferior.
Se quedaron en silencio unos momentos, Jimin no se encontraba con la
capacidad de entablar conversaciones con nadie, no quería mirarlos a la cara,
se sentía desdichado, todo el dolor se acuñaba en su pecho, impidiéndole
respirar correctamente, nunca antes había experimentado tanto dolor, las
lágrimas no dejaban de descender por su rostro, cada que cerraba los ojos, la
imagen de su padre llegaba a su mente, recordaba su sonrisa, la forma en la
que sus ojos se arrugaban cada que soltaba una carcajada, cuando cantaba
mientras pescaba aunque eso ahuyentara a los peces, las noches de películas y
los días de campo, toda su vida había estado a su lado, le había enseñado, le
dio carió y cuidado. Y ahora ya no estaba.
—Necesito fumar un cigarrillo ¿Vienes? —preguntó Jungkook
despertándolo nuevamente de su ensoñación.
—Yo no fumo—dijo con una ligera mueca.
—Ya lo sé, sólo acompáñame, has estado aquí por muchas horas, te hará
bien algo de aire fresco—le tendió la mano con una sonrisa amable.
Estaba por negarse, no quería salir de ahí, no quería dejar a su padre, pero,
al mismo tiempo necesitaba aire, porque sentía que se estaba ahogando,
asintió, tomó su mano y Jungkook le ayudó a levantarse, aún llevaba la ropa
deportiva negra que Yoongi le había prestado, ni siquiera recordaba cómo
habían llegado ahí o las palabras que vanamente le dijo Yoongi para hacerlo
sentir bien. Estaba en blanco.
Salieron a extenso jardín de la funeraria, había mucha más gente ahí, todos
completos desconocidos. Jungkook sacó de su bolsillo una cigarrera plateada,
llevó un cigarrillo a sus labios y lo encendió con un encendedor plateado.
—¿No es malo fumar? —preguntó abrazándose a sí mismo.
—La vida es efímera, bien puedo morir mañana en la ducha, caer y golpear
mi cabeza, entonces me arrepentiré de no haber fumado un cigarrillo—se
encogió de hombros—. La gente y sus vicios Jimin, aquí la mayoría lo hace,
de hecho, Yoongi fuma como chimenea cuando esta estresado que es la
mayor parte del tiempo.
—No me quiero imaginar cómo están sus pulmones—negó con una mueca.
——Hechos un asco como nuestra estabilidad emocional—suspiró—.
Debe ser tranquilo donde vives ¿No? Me he dado cuenta que hay muchas
cosas que no sabes, supongo que no hay mucho que ver por allá.
—Es muy diferente de estar aquí—asintió relamiendo sus labios—. Más
tranquilo y menos problemático.
Jungkook rio por lo bajo. —Eres mayor que yo por un año Jimin, pero
parece que no has vivido nada, como un príncipe en una burbuja, espero que
entiendas que el mundo puede ser duro a veces.
—He perdido a la única persona que alguna vez se preocupó por mí,
créeme que sé que el mundo puede ser un asco—suspiró—. Soy ignorante,
eso es lo que quisiste decir, lo soy, realmente no sé cómo vivir, pero no es
tarde para aprender.
Jimin miró a Jungkook quien a su vez le observó con el cigarrillo en los
labios, le sonrió de forma ladina. —¿Quieres un consejo mío?
—Claro—asintió expectante.
—Nunca pierdas la inocencia Jimin, tienes algo especial—asintió
desviando la mirada—. A loa lobos les gusta la carne tierna del cordero.
—Yo no soy un cordero—bufó.
—Pero tampoco eres un lobo—se encogió de hombros.
Volvieron a quedarse en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos,
no era un silencio incomodo, Jimin de alguna manera se sentía tranquilo al
lado de Jungkook, no creía que este fuera una mala personas, estaba
confundido, por una parte, estaban todas aquellas cosas que su padre le dijo
sobre su familia, pero por el otro lado, se encontraba su propia experiencia
estando cerca de ellos, hasta el momento ninguno parecía ser peligroso, o al
menos eso era lo que quería creer.
—Hola—una voz conocida se acercó a ellos, Jimin miró a Taehyung, sin
arreglarse, en ropa cómoda, pero luciendo hermoso, le intrigaba su belleza—.
Jimin—dijo acercándose a él y dándole un sorpresivo abrazo, que Jimin
recibió con lágrimas en los ojos, no sabía que necesitaba tanto un abrazo
hasta que lo tuvo—. Lo lamento mucho.
Jungkook miró el abrazo que compartían con alivio, Taehyung a diferencia
de él era alguien demasiado expresivo, eso le agradaba, sabía que Jimin
necesitaba ese apoyo.
—Gracias—susurró Jimin contra su cuello, antes de separarse y limpiar sus
lágrimas.
—Esto ha sido muy sorpresivo, llamé a Jin en la mañana, dice que tomaran
un vuelo esta noche, no pudieron encontrar uno más temprano, veo que todos
están aquí ¿Cuándo volvieron los mellizos?
—No lo sé, están aquí desde la mañana, pero se mantienen cerca de mis
tíos, Hoseok y Wendy pasaron un rato aquí, deben de haberse ido a comer
algo, Jae, Chae y Bom están adentró con ChanYeol—hizo una mueca—.
Supongo que la familia sólo se reúne en estas ocasiones.
—¿Y Yoongi? Tampoco vi a tus padres—dijo Taehyung mirando
alrededor.
Jungkook miró de reojo a Jimin antes de contestar. —Están aquí, pero en
una de las oficinas, están arreglando todos los papeles para...no tardan en
llegar.
—Entiendo—suspiró abrazando por los hombros a Jimin—. ¿Has comido
algo? Me imagino que no, vamos por un té o algo ligero.
—No tengo mucha hambre—suspiró.
—Lo sé, pero tienes que comer algo, vamos, no saldremos de aquí—le
sonrió de forma cálida, haciendo que Jimin terminara por asentir.
—Los alcanzo en un momento—dijo Jungkook con tranquilidad, espero a
que Taehyung asintiera para dar media vuelta y volver al establecimiento.
Camino por uno de los pasillos, donde casi no había personas, a medida
que se alejaba de las miradas curiosas, sus hombros dejaban aquella tensión,
guardar las apariencias cuando se estaba realmente cansado era difícil, pero
tenía que hacerlo, era su deber, sobretodo, al estar en un lugar lleno de
personalidades importantes de los negocios, tomó una bocanada de aire antes
de entrar a la puerta de donde salían algunas voces molestas.
Esta no estaba cerrada, por lo que sin problema alguno pudo entrar, de
inmediato las miradas de tres pares de ojos dieron con su persona, relajándose
por el segundo de temor que experimentaron al no saber quién había
irrumpido en tan acalorada discusión.
—Se pueden escuchar sus voces a través de la puerta—dijo con seriedad,
echando seguro a la puerta y recargándose en ella.
Yoongi desvió la mirada y se centró en su padre, sus mejillas estaban rojas,
sus ojos duros y fríos, estaba molesto y en ese estado podía resultar aterrador,
pero no tanto como Min Seunghyun, quien mantenía un semblante firme.
—¿Qué está pasando? —preguntó Jungkook intrigado por la escena, su
padre JiYoung le miró con una mueca.
—La decisión está tomada Yoongi—dijo SeungHyun con dureza—. Sé
que no te gusta, lo entiendo, pero no hay otra cosa que podamos hacer,
mucho menos en este momento, sal y ve a tu alrededor, todos están como
buitres esperando, sólo esperan aquella lectura del testamento, si nuestras
sospechas se hacen realidad estamos jodidos, completamente jodidos ¿Qué
pasa si ese chiquillo figura en los beneficiarios? ¿Lo has pensado?
—Claro que lo he pensado—dijo con una mueca—. Pero, te estas
adelantando a los hechos, ni siquiera sabemos si está ahí, no creo que el
abuelo haya sido tan desgraciado como para dejarle una gran cantidad de
beneficios sabiendo que no es nadie, es un mocoso ignorante en todo sentido,
tenemos que confiar en el juicio del abuelo.
—¿Confiar en su juicio? ¡Por favor Yoongi! —respondió exaltado, quienes
estaban alrededor de él podían ver su desesperación, por sentirse acorralado,
temiendo perder el imperio que con esfuerzo había desarrollado—. Estamos
hablando de la misma persona que se negó a firmar en todo momento la
expansión, él no quería tener nada que ver con los planeas que nosotros
habíamos hecho para la empresa ¿Crees que no hizo cambios? Me
informaron que hace un tiempo se vio con su abogado ¿Crees que es una
coincidencia?
—Entiendo a dónde quieres llegar, pero ¿Casarme con Jimin? —reprochó
poniéndose de pie, tratando de defender su punto a toda costa—. ¿No crees
que eso es extremista? ¿En qué ayudaría?
Seunghyun suspiró acomodándose el traje, él sabía que pedirle eso a su
hijo era increíblemente insensato, pero por el momento no veía otra salida. —
Es una opción que tenemos en caso de que las cosas salgan mal, entiende que
posiblemente sea la vía más factible, si Jimin se ha quedado con acciones de
tu abuelo, y si te casas con él por bienes mancomunados, y puede firmar un
contrato para que tú te hagas cargo, por él puedes comenzar a tomar las
decisiones de la empresa.
Yongi bufó. —Pero él también tendrá acceso a la mitad de mis bienes ¿No
ves que suena contraproducente?
—No si lo enamoras hasta el punto de que crea por completo en ti—le
respondió de forma sombría—. No me digas que no te atrae, si así fuera no te
hubieses acostado con él ¿O me equivoco?
Yoongi desvió la mirada con la mandíbula apretada al igual que las manos,
para él todo lo que decía su padre era un completo disparate, no negaba el
hecho de que se había acostado con Jimin, de que de alguna manera este le
atraía, pero ¿Casarse con él? eso era algo que no se podía permitir, porque no
lo amaba, porque no quería amarrarse a una persona que no causaba en él
nada más que molestia.
—Hablando de eso—interrumpió su otro padre, quien se había mantenido
en completo silencio como en todas las reuniones—. ¿Usaste protección?
Porque dudo que ese chiquillo de campo sepa lo que es un condón.
El semblante de Yoongi palideció, si bien, la primera vez que había estado
con él se encontraba tan borracho que no midió sus actos, la segunda se
hallaba en sus óptimos sentidos, no estaba acostumbrado a encamarse con
cualquier persona que llegara a su vida, sólo había una constante y esa era
Jennie, quien se encargaba de cuidarse, él realmente no pensó en las
consecuencias hasta ese momento, donde un escalofrío glacial, recorrió su
columna vertebral, terminando en su nuca, sus ojos parecían vagar de un lado
al otro intentando buscar una justificación, una que no tenía, porque por
primera vez había sido descuidado.
—Eso nos ayuda—respondió Seunghyun—. Si el chiquillo esta
embarazado es mejor, vi su expediente médico, es un portador, pero eso lo
sabías ¿No Yoongi?
—Lo intuía. No, debe haber otra manera, una cosa es casarme con él como
una maldita farsa, otra muy diferente es tener un hijo ¿Entiendes eso?
—Lo entiendo, pero no parece que tú lo hayas hecho, si realmente está
esperando un hijo tuyo ¿Qué se supone que vas a hacer?
Yoongi le miró con frustración. Jungkook suspiró mirando a su hermano
con condescendencia. —Creo que se están adelantando mucho a las cosas, en
días sabremos la resolución del abuelo, mientras tanto simplemente debemos
mantener a Jimin tranquilo, este es un funeral, no es momento para hablar de
negocios o planes. Padre, mis tíos están comenzando a preguntar por ti.
Seunghyun asintió, sin mirar a Yoongi dijo. —Resolveremos esto en otro
momento, por lo pronto quiero que te hagas cargo del chico—avanzó hasta la
puerta, Jungkook se hizo a un lado permitiendo que él saliera, JiYoung hizo
lo mismo salvo que esté miró atento a sus hijos y asintió.
En la habitación sólo quedaron Jungkook y Yoongi quienes se mantenían
al margen, a una distancia considerable. —Tú y yo sabemos que es una mala
idea traer a un hijo a nuestra familia, sobre todo en esas circunstancias ¿No?
—Lo sabemos—asintió Yoongi.
—La solución en simple, tienes la suerte de que Jimin parece no saber
nada, es demasiado inocente, te aseguro que ni siquiera le ha pasado por la
mente estar embarazado, puedes aprovecharte de eso.
—¿Cómo? —Yoongi le miró con una ceja alzada.
—Han pasado por lo menos dos días y medio desde la primera vez que lo
hicieron o a lo mucho tres, la boda de Namjoon fue el domingo, hoy es
martes, la pastilla del día siguiente puede ser una opción, Taehyung una vez
me comentó que tenía una eficacia en las primeras 72 horas, puede funcionar,
dale más de una si quieres asegurarte—se acercó a él—. Si Jimin tiene un
hijo no sólo serás desdichado tú, sino que lo harás desdichado a él, o ¿Hay
alguna posibilidad de que puedas enamorarte de él?
—No—dijo con frialdad—. No hay ninguna posibilidad de que yo pueda
enamorarme de Jimin, eso es imposible.
—Entonces, sabes qué hacer, llévate a Jimin, hazlo que descanse y dale esa
pastilla, papá dijo algo cierto, Jimin hará todo lo que le pidas, tú sabes qué
hacer con esta información.

Jimin esperaba sentado en una banca de aquel jardín a Taehyung, quien


después de una merienda, se había despedido momentáneamente para ir al
baño, poca atención prestaba a su alrededor, en lo único que estaba
concentrado era en sentir aquellas impetuosas ganas de dormir, estaba
cansado, pero debía soportarlo, aún quedaba un largo rato para estar en ese
lugar.
—Hola, tú debes de ser Jimin ¿Me equivoco?
Levantó la mirada, sólo para ver a un chico frente a él, no lo reconoció,
parpadeo perplejo antes de asentir. —Yo...sí.
—Yo soy Lee Taemin, hijo de DongHae—explicó tras darse cuenta que
Jimin mantenía un semblante de duda.
Jimin reconoció el nombre de uno de los hijos de su padre, asintió con una
sonrisa amable, por lo que sabía aquel muchacho era uno de los mellizos.
—Soy Jimin, es un gusto—dijo con un asentimiento.
—¿Puedo sentarme? —preguntó señalando ligeramente el espacio vació a
su lado.
—Claro.
Tomó asiento a su lado, ambos manteniendo una distancia considerable,
Jimin enlazó sus manos sobre su regazo, algo que hacía cada que se sentía
intimidado o nervioso. Taemin le miró de reojo con una media sonrisa.
—Lamento que hayan sido estas las circunstancias en las que nos hemos
encontrado—dijo con un suspiro—. Lamentablemente no pude regresar a
tiempo.
Jimin sintió compasión por el chico, quien había bajado la mirada de forma
mortificada, suspiró, no lo culpaba, el deceso de su padre había sido rápido y
repentino, nadie esperaba que algo así sucediera.
—Lo lamento—dijo de manera empática.
—Está bien, a decir verdad, no conocí al abuelo, era muy pequeño cuando
él se fue, pero eso no deja de lado la pena que siento por no haberlo visto en
vida—suspiró—. Cuando llegue todos hablaban de ti.
—Espero que haya sido de buena manera, aunque lo dudo—chasqueo la
lengua.
—Mi familia tiende a ser desconfiada, no tiene nada que ver contigo, es
más por el hecho de que ninguno de nosotros sabía realmente tu existencia,
fue una sorpresa.
Jimin le miró con seriedad. —¿Tú también crees que estaba con tu abuelo
por interés?
—¿Lo estabas? —preguntó con una ceja alzada.
—No, claro que no—negó con tristeza—. Eso jamás, él era mi padre.
—Entonces yo no creo nada—se encogió de hombros—. No me gusta
inferir sobre una persona que no conozco, es por eso que me acerque a ti,
tuve curiosidad, los Min tienen una sangre perceptiva, estoy seguro de que mi
abuelo no hubiese apostado por ti de ser una persona oportunista, eso era lo
que él más odiaba, o al menos eso dice mi padre.
—Lo hacía—asintió con una nota de melancolía, aun no se acostumbraba a
nombrar a su padre en tiempo pasado, era algo que le dejaba un mal sabor de
boca y una dolorosa opresión en su pecho.
—Luces cansado ¿No es mejor que vayas a descansar un poco? —preguntó
con preocupación genuina.
—No quiero irme de aquí.
—Creo que al abuelo no le hubiese gustado verte en este estado, aún nos
quedan días largos, deberías descansar un poco ¿No quieres que te lleve a la
casa del abuelo?
—Yo...
—No es necesario que lo hagas Taemin—una tercera voz irrumpió en
aquella amena conversación.
Jimin se volvió a mirar a Yoongi, quien no posaba sus ojos en él, sino en
su primo, al que fulminaba con una mirada fría.
—Yoongi—dijo Taemin de forma seria—. No sabía que Jimin estaba a tu
cuidado, pero creo que no me sorprende en lo más mínimo.
—Lo está—dijo con un asentimiento seguido de una media sonrisa—. El
abuelo me encomendó su cuidado, ahora mismo lo llevaré a descansar.
—Yo no quiero irme de aquí—respondió Jimin con una mueca.
Yoongi posó entonces su vista en Jimin, aligeró su gesto acercándose a él,
bajo la intensa mirada de Taemin, lo tomó de la mano y le sonrió.
—Estás cansado, no has dormido mucho y tampoco comido, vamos a
descansar por lo menos unas horas, estaremos aquí pronto, si algo ocurre
Jungkook me llamará, vamos.
Jimin no supo si era la forma tan cálida en la que le hablaba o si realmente
estaba demasiado cansado para mantener su postura, sólo supo que asintió
con la mirada triste, se levantó y miró a Taemin quien observaba a Yoongi
con una mueca.
—Nos vemos más tarde, muchas gracias—le dijo con una sonrisa amable.
—No tienes qué agradecer—dijo respondiendo a su sonrisa con una similar
—. Nos vemos y descansa, Yoongi cuida de él.
—Claro que lo haré—respondió en un tono tajante—. Vamos Jimin.
Lo condujo por el pasillo, cuando estaban por salir Jimin se detuvo de
manera abrupta. —No le avise a Tae que me fui.
—No te preocupes por eso, Jungkook sabía que nos iríamos y lo estaba
buscando cuando me despedí de él—le explicó antes de reanudar el camino.
No pararon hasta que llegaron al estacionamiento, Yoongi abrió la puerta
del auto para Jimin, quien entró en completo silencio. Cuando Yoongi hizo lo
mismo y puso en marcha, Jimin se encogió en el asiento, abrazando su propio
cuerpo, estaba cansado y eso hacía que las emociones afloraran en su pecho,
mordió su labio inferior, no quería llorar en frente de Yoongi y de alguna
manera llegar a incomodarlo.
—Pararé en la farmacia, necesito comprar algo, ¿Quieres algo de beber?
—No—susurró con una negación, Yoongi aparcó cerca de la farmacia y
bajo.
Jimin se quedó sumido en sus pensamientos, estaba adormecido, así que no
se dio cuenta cuando Yoongi regreso o cuando subió al auto, estaban camino
a su departamento cuando despertó de su ensoñación. Al llegar al
estacionamiento subterráneo, bajaron en silencio, Yoongi llegó a su lado y lo
tomó del brazo para conducirlo al ascensor, no lo soltó, era como si de alguna
manera estuviese impidiendo que callera de bruces contra el piso, no se
quejó, en esos momentos necesitaba ese apoyo.
Cuando llegaron a su departamento, Yoongi lo condujo hasta la habitación,
en donde lo sentó. —Te ves demasiado cansado—suspiró agachándose para
quitarle los zapatos—. Acuéstate, voy a pedir algo de comer, mientras tomaré
un baño, ya regreso.
—Gracias—susurró acomodando la cabeza en la almohada, cerró los ojos
por un momento, pensó que podría desfallecer en la cama y dormir, pero
sintió como se sentaban a su lado, abrió los ojos y miró a Yoongi, en una de
sus manos llevaba un vaso con agua—. ¿Qué es eso?
—Son unas pastillas, son para el dolor de cuerpo y cabeza, creo que las
necesitas—le mostró dos pastillas blancas pequeñas.
—No quiero tomar nada—bufó inconforme, luchando contra las ganas de
dormir.
—Te van a hacer bien, Jimin, esto es por tu bien, sólo estoy cuidándote,
anda, tómalas y te dejaré dormir.
No estaba en condiciones de pelear, por lo que asintió, tomó ambas
pastillas y las puso en su boca tomando grandes tragos de agua, volvió a
acostarse cerrando los ojos. Yoongi le miró con profundidad, sabía que eso
era lo mejor, para ambos.

Salió largo jajajjaa


12

Salió de su edificio con una mueca en el rostro, miró alrededor hasta que vio
en la otra acera la camioneta negra que conocía muy bien, era de madrugada,
apenas había alcanzado a ponerse un abrigo, cruzo la calle con cuidado y
abrió la puerta trasera de la camioneta, subió y se acomodó con un suspiro.
—Lamento si te desperté, pero necesitaba verte—dijeron a su lado.
Taehyung miró con seriedad a Hoseok, quien le sonrió como si nada, no
habían hablado desde aquella noche antes de la hospitalización del señor
Min, cuando despreció su compañía y dejó que su novia intentara humillarlo
en el hospital, diciendo que no debía estar ahí por no ser parte de la familia,
cuando era él quien conocía a los Min desde niños.
—Pensé en eso cuando fuiste tan insistente—bufó con los brazos cruzados.
—¿Sigues molesto conmigo? —preguntó con una ceja alzada—. Sé que tal
vez pude hacerse sentir mal, pero yo no controlo lo que Wendy dice, sabes
bien que ella no te soporta, sabe que entre nosotros hubo algo en el pasado.
—¿En el pasado? No creerás que ella es lo suficientemente idiota como
para no saber que coges conmigo cada que te da la gana ¿Verdad? —atacó
con ferocidad, podía amarlo, pero sabía que era despreciable y se odiaba a sí
mismo por caer por aquella sonrisa.
—Si lo sabe o no eso no es algo que importe en este momento—alargó la
mano hasta tocar su pierna, le miró de la misma manera que hacía siempre
que quería algo, Taehyung era débil, sin embargo, se mantuvo en la misma
posición—. Necesito de ti.
—No quiero estar contigo ahora—negó con una mueca.
—No hablo de eso cariño, hay algo que me tiene preocupado y sé que eres
el único que puede resolver mis dudas—se acercó un poco a él, lo suficiente
para que Taehyung pudiese oler el aroma a su colonia, las ganas de tocarlo
crecieron en él, era imposible resistirse—. Alguien me dijo que Yoongi sacó
de la cuidad a Jimin, tú debes saber a dónde fueron.
—¿Qué te hace creer que yo sé dónde están? —preguntó con una ceja
alzada.
—Eres buen amigo de Jimin y mejor amigo de Jungkook, estoy seguro de
que él te dijo algo, es importante saberlo.
—¿Qué te hace pensar que voy a traicionar la confianza de Jungkook? —
susurró contrariado, sin despegar la mirada de sus ojos.
—A mí no me interesa nada de esto, pero la familia sabe que mi tío y
Yoongi planean algo con ese mocoso, la lectura del testamento es en cuatro
días, les parece extraño que Yoongi se lo haya llevado a quien sabe dónde, no
es algo en lo que me quiera meter, tú sabes que no me importa nada que tenga
que ver con mi familia.
—Si no te importa como dices ¿Por qué quieres saber? No tiene sentido
alguno—entrecerró los ojos fulminándolo con la mirada.
—Tengo muchos asuntos pendientes como para que mi familia me rompa
las pelotas con esto—bufó—. Quiero arreglar unas cosas para antes de este
fin de semana, después de la lectura del testamento, tenía planes especiales.
Taehyung bajo la vista, aquello era como darle un golpe de realidad, una
en donde Hoseok tenía viajes especiales con su novia y a él lo veía en la
madrugada dentro de una camioneta polarizada.
—No tienes que restregármelo en la cara—susurró.
—Hey—dijo acercándose, con la mano que había estado en su pierna
levantó su barbilla haciendo que le mirara fijamente—. Creo que no me estoy
dando a entender, quiero que nosotros nos vayamos un fin de semana, a Paris,
sé que te he descuidado mucho, hagamos este viaje, como en los viejos
tiempo, solos tú y yo. ¿No te parece bien?
Sus mejillas se sonrojaron, su corazón explotaba con todas aquellas
emociones que tenía que ocultar bajo una máscara de indiferencia, tragó en
seco a medida que los dedos expertos de Hoseok acariciaban su mentón
recorriendo sus labios, su mirada no abandonó en ningún momento sus ojos,
siguió observándolo, esperando aquella respuesta que sabía vendría en
cualquier momento, y sucedió, Taehyung acortó la distancia entre ambos con
un beso, al principio cálido, pero al paso de los segundos se tornó profundo,
esa era la manera en la que Hoseok le besaba con fuerza y pasión, dejándolo
sin aliento.
—¿Te gustaría escapar un fin de semana conmigo?
—Sabes que sí—susurró sin aliento.
—Para eso tienes que ayudarme Tae, sólo necesito saber dónde está
Yoongi y ya, nadie sabrá que me dijiste—besó su mandíbula bajando
lentamente hasta su cuello, Taehyung suspiró de forma profunda ante la
caricia—. Así yo puedo estar relajado y terminar todo para este fin de
semana.
—Bueno—susurró mientras seguía sintiendo los besos húmedos de
Hoseok en su cuello y oreja—. Jimin quería irse de regreso a su pueblo, eso
fue lo que me dijo Jungkook, Yoongi lo convenció de quedarse hasta la
lectura del testamento, pero al parecer Jimon no está en su mejor momento,
por es, se lo llevo a la casa de campo, en las afueras, lo traería de vuelta para
la lectura del testamento, así ganaban tiempo. Me pidió que le consiguiera
ropa para tres días.
—Ganar tiempo ¿Para qué? —preguntó mirándolo curioso.
—Yoongi y Seunghyun piensan que el señor Min ha puesto el nombre de
Jimin en el testamento, temen que haya sido mucho más de lo que pueden
aceptar, sólo lo están distrayendo, eso es lo único que sé.
Hoseok sonrió ladino. —Esta situación es preocupante, ahora todos estarán
detrás del huerfanito, por eso quiero pedirte que me mantengas al tanto, de
todo lo que te diga Jungkook ¿Puedes hacer eso por mí?
Taehyung dudo por unos, hasta que los besos y las caricias de Hoseok
fueron lo suficientemente distractoras como para terminar asintiendo. —Sí,
puedo hacer eso.
Jimin miraba por la ventanilla del auto el paisaje verde, apenas estaba
amaneciendo, hacía un poco de frío por lo que Yoongi tuvo la amabilidad de
poner la calefacción, ambos estaban en silencio, escuchando la música del
mayor. Después del entierro de su padre lo único que quería hacer era
quedarse en cama o bien, volver a su hogar, necesitaba ese calor de casa que
tanto disfrutaba, aunque sabía que estaría completamente solo, quería llegar
al lugar que guardaba sus mejores memorias.
—Podemos parar a desayunar en un lugar cercano—dijo Yoongi llamando
su atención—. O seguir hasta llegar a la casa de campo, pero tendrías que
esperar un poco hasta que prepare algo.
—¿Tú cocinarás? —preguntó con una ceja alzada.
—Claro que lo hare—le sonrió sin mirarlo—. ¿Olvidas que eres mi
invitado a este viaje?
—Podemos parar así descansas—dijo con una media sonrisa.
Podría haberse vuelto loco de no ser por Yoongi, quien en esos días se
había vuelto una mano amiga a la cual podía acudir por cobijo, era quien
estaba al pendiente de él, cuidando que se alimentara correctamente, que
despertara o incluso que hablara, se había estado quedando en su
departamento, era quien le abrazaba por las noches cuando no podía dejar de
llorar. Cuando le habló de sus planes para regresar a su hogar, este le pidió
que no lo hiciera, le dijo lo preocupado que estaría si se iba de repente, por lo
que le propuso un viaje a las afueras de la cuidad con él, donde podía
descansar antes de volver a la normalidad, a su vida de antes. Pensaba que era
una buena forma de despedirse, aunque cada que lo pensaba, su corazón
dolía.
—Es aquí—dijo aparcando en lo que parecía ser una cabaña grande, afuera
de esta había largas enredaderas verdes que cubrían gran parte de las paredes
exteriores, la hacía lucir hermosa.
Bajaron del auto, Jimin pudo oler el aroma a flores y naturaleza, era todo
lo que le gustaba, sus ojos casi se llenan de lágrimas, Yoongi puso en sus
hombros un abrigo negro que iba a juego con el suyo, lo miró de reojo y le
sonrió con agradecimiento, ambos entraron, dentro era mucho más hermoso,
con mesas y asientos de madera, lleno de flores y luces, pensaba que por la
noche su vista sería mucho más increíble.
—Vamos por aquí—dijo conduciéndolo a una mesa, la cual estaba cercas
de la ventana.
Se sentaron en silencio, una chica con una enorme sonrisa se acercó a
ellos. —Buenos días, sean bienvenidos—dijo antes de entregarles el menú,
ambos contestaron los buenos días con amabilidad—. Cuando estén listos
para ordenar, por favor háganmelo saber.
Asintieron antes de verla alejarse. —¿Has venido aquí antes? —preguntó
curioso.
—Sí, antes veníamos mucho, mis padres, Jungkook y Taehyung, a medida
que crecimos nos fuimos olvidando.
—Es un paisaje hermoso, pero el de mi casa es mejor—rio por lo bajo—.
Tengo muchas flores y árboles frutales.
—Sería interesante ir—asintió con una ligera sonrisa—. Jimin ¿Cuál es tu
plan? Sé que no quieres hablar de eso y no quiero ponerte mal, pero
¿Realmente quieres regresar a esa vida?
—¿Qué otra cosa puedo hacer? —preguntó con una ceja alzada—. Lo he
pensado, aunque no lo creas lo he hecho, sin mi padre, ahora, literalmente
quedé en la nada, intento pensar de qué manera viviré mi vida ahora, pero
nada se me ocurre, lo único que puedo hacer es regresar a lo que conozco.
—Sé que este no es el plan inicial que tenía el abuelo, pero ahora eres
libre, sé que él no te dejó desprotegido, eso ambos lo sabemos ¿Por qué
volver a esa vida cuando puedes hacer una nueva?
—¿Una nueva vida? —preguntó confundido—. Yo no te entiendo.
—Principalmente ¿No quisieras aprender? ¿Estudiar una carrera? Poder
trabajar en algo que te guste, hacer tu propio patrimonio, no sé—se encogió
de hombros—. Casarte y tener hijos, conocer el mundo, las fiestas, las
tiendas, hay mucho de lo que te has perdido, entiendo que lo hacías por amor,
pero prácticamente fuiste su enfermero.
Jimin boqueo incapaz de decir algo, porque simplemente no lo había
pensado de esa manera. —Yo no sé en lo que sería bueno, no sé qué podría
aplicarse a mí, realmente no lo sé.
—Puedes comenzar a pensar lo que te gustaría hacer, algo que realmente te
llame la atención, ambos sabemos que mi abuelo no te dejaría desprotegido,
te aseguro que él pensó en ti en todo momento y previó que algo así podría
ocurrir, te está dando una nueva oportunidad de vivir como realmente quieras
¿No es mejor tomarla?
—¿Por qué eres tan bueno conmigo? —le miró con ojos cristalinos, una
mirada que Yoongi observó con un nudo.
—¿Debe haber una razón? —preguntó con una ceja alzada—. Jimin creo
que los dos sabemos que nos hemos acercado.
—Lo sé, realmente me daba miedo de preguntar qué es esta cercanía—dijo
bajando la mirada—. Porque nosotros...bueno...hay cosas que hacemos que
no sé qué significan, pero entiendo, tú eres...ambos somos muy diferentes, no
sé qué significa esto.
—Jimin—suspiró tenso —. No voy a mentirte, no sé lo que siento por ti,
me gustas, eso lo sabes bien, creo que ambos nos hemos dado cuenta, pero
realmente, no sé qué es esto, me atraes, eres un chico hermoso, con un cuerpo
precios, me gusta cuando estas en mis brazos, disfruto hablar contigo y pasar
tiempo a tu lado, pero no puedo prometerte que en algún momento
comenzaré a sentir algo por ti, porque simplemente no lo sé.
Jimin asintió. —Yo lo entiendo, quiero que sepas que lo comprendo, tú
eres un gran hombre y yo...realmente no soy nada, también me gustas, pero
no te pediré nada ¿Cómo podría pedirte algo? Apenas nos conocemos, es
imposible que sientas algo por mí.
Yoongi entrecerró los ojos, estaba preparado para que Jimin hablara de
ellos como si fueran algo más, pero le sorprendió saber que este, comprendía
que ellos sólo se conocían en la intimidad y que no había nada realmente que
los uniera, sus hombros se aligeraron por esa carga menos.
—Yo lo único que puedo ofrecerte es mi amistad, es apoyarte y ayudarte
cuando lo necesites, porque sé que eres alguien que necesita apoyo sobre todo
ahora, podemos pasar un buen tiempo juntos sin necesidad de ponerle un
nombre ¿No lo crees?
Jimin le miró con una sonrisa melancólica. —Está bien, tú has sido tan
amable y bueno conmigo que realmente no podría pedirte más que eso, yo sé
que nuestros caminos se van a separar, esto será como una despedida ¿No?
Ambos tenemos una vida aparte, yo no podría pedir otra cosa.
Jimin le observó con tristeza, porque la idea de una despedida de la única
persona que realmente se había preocupado por él, le dolía.
—¿Están listos para ordenar? —dijo la mesera con amabilidad.
Yoongi despegó la vista de Jimin y asintió, pidió por ambos, alegando que
era lo mejor que ese lugar ofrecía, después de que la mesera se fuera ambos
quedaron en completo silencio, hasta que Yoongi lo rompió al preguntarle a
Jimin sobre sus plantas.
Desayunaron en silencio, ambos perdidos en sus pensamientos, cada uno
consiente de sus propios miedos y preocupaciones, Jimin de la soledad y
Yoongi del deber. Fue así hasta que terminaron su taza de café y se
levantaron. Jimin salió del establecimiento mientras Yoongi pagaba, en su
camino al auto se encontró con un gran gato amarillo echado en la grava al
lado de una jardinera repleta de margaritas, se acercó a él con cautela
evitando asustarlo, se hinco a su lado comenzando a acariciar su pelaje suave,
el felino reaccionó a sus caricias con pequeños ronroneos, cosa que hizo a
Jimin sonreír hasta que sus ojos desaparecieron, por lo abultado de sus
mejillas.
—¿Jimin? —llamó Yoongi haciendo que despegara la vista del gato—.
¿Nos vamos?
Asintió antes de levantarse. —Adiós amiguito—suspiró, se acercó a
Yoongi con una sonrisa, este no dejó de verlo con seriedad.
Ambos se encaminaron al auto, Yoongi lo detuvo tomándolo del brazo, lo
volvió hasta que estuvo frente a él, a escasos centímetros, Jimin le observó
con profundidad, hasta que se acercó, besando sus labios, beso que respondió
posando sus brazos en su cuello, Yoongi lo tomo de la cintura y lo pegó a su
cuerpo, haciendo una danza en sus bocas, el beso que dio inició a unos días
alejados del mundo, donde sólo existían ellos dos.

Espero que les haya gustado, perdón la tardanza tengo problemas con
mi compu.
Los amooooo muchooo, no se olviden votar y comentar.
Gracuas patitos
13

La tarde era agradable, aunque dudaba que en esa casa algo pudiera
desagradarle, habían llegado aquella mañana, al principio Yoongi le mostró
lo que estaba alrededor, era una casa de campo de tres pisos, enorme, esa es
la palabra que la definiría a la perfección, era amplia, con muebles
relucientes, blancos y pulcros, el piso de madera clara, algunos cuadros de
marco dorado y figuras de cerámica en las repisas de la chimenea, jarrones
pintados a mano, mesas de cristal y una cocina completamente equipada,
además de un comedor para quince personas, le explicó que esa casa la había
construido su padre, para pasar las vacaciones de verano alejados del bullicio
de la cuidad.
En la segunda planta estaban las habitaciones, eran ocho, cada una con su
popio baño, a la que llevaron sus maletas, pertenecía a Yoongi, la decoración
era sobría, había dos puertas de cristal que daban a un balcón, con una cama
enorme de sábanas grises y almohadas rojas, había algunos discos bajo una
televisación plasma. Las demás habitaciones estaban bajo llave. El tercer piso
había un espacio de juegos.
La primera planta también tenía cosas interesantes como un estudio donde
Yoongi se había encerrado al recibir una llamada y una biblioteca, donde
Jimin estaba mirando, le gustaba leer, su padre compraba libros para él y le
escuchaba leer en voz alta después del té, antes de dormir, era algo que
ambos compartían, eso y escuchar los viejos discos de su padre en los días de
lluvia.
Salió llevando en sus manos un libro, Sueño de una noche de verano, de
William Shakespeare. Una comedia romántica, donde dos parejas terminan
enamorados de las personas equivocadas por culpa de las hadas, ese tipo de
relatos era los que disfrutaba, donde no había malos finales, donde todo se
solucionaba como por arte de magia, quería pensar que la vida podía ser de
esa manera. Él también soñaba con enamorarse y vivir en un cuento de hadas,
pero a diferencia de lo que soñaba, su corazón se encontraba dubitativo, entre
la realidad y lo que sentía, no podía ignorar los sentimientos que florecían en
su interior por Yoongi, quien dejó claro que no sabía realmente qué era lo que
sentía por él.
Podía aceptarlo, pero debía mantener su distancia, porque su corazón no
era de piedra. Vagaba por la casa mirando lo que había alrededor, así hasta
llegar al patio trasero, ahí había una piscina, se preguntaba lo interesante que
sería nadar en una, si tan solo él pudiese nadar, había un granero, una
caballeriza, Yoongi le había dicho que le gustaba montar a caballo, un jardín
de flores de colores, todas diferentes, compartiendo la única característica de
ser plantas de sol, pero lo que llamó realmente su atención fue una jaula de
gran tamaño que estaba cerca de la puerta trasera, ahí dentro habían pajaritos
de colores, azules, amarillos, verdes, blancos, de colores brillantes y
hermosos. En otra había pájaros más pequeños, amarillos que cataban
precioso.
—Buenas tardes señor—dijo una mujer que estaba por entrar a la casa.
Yoongi lo había presentado a ellos, eran la familia que cuidaba de la casa,
personas de confianza del padre de Yoongi, la mujer de unos treinta tantos
años se llamaba Mia, su esposo Dan y sus dos hijos mayores, June y Kangin,
tenían una niña también llamada Gina, no parecían ser coreanos, pero eso no
lo aseguraba, y no iba a preguntar.
—Buenas tardes—hizo una reverencia con la cabeza—. Lamento si la he
interrumpido.
—Oh no joven—dijo ella sorprendida con la amabilidad del chico—.
¿Gusta que le sirvamos el té?
Jimin la miró confundido, pero asintió. —Oh, está bien.
—¿Dónde le gustaría tomarlo?
—¿Se puede aquí? —dijo señalando la mesa de jardín, que estaba a unos
pasos bajo la sombra de aquella gran sombrilla amarilla.
—Claro que sí, si gusta yo se lo llevaré.
—Muchas gracias—dijo con una pequeña venia, antes de encaminarse a la
mesa blanca, se sentó en la silla mirando alrededor, hace mucho que
necesitaba algo de aire fresco, todo ahí era agradable, le recordaba a su hogar,
sólo que este era menos lujoso, tan sólo una pequeña y acogedora casa, una a
la que regresaría muy pronto.
Abrió el libro y comenzó a leer, con una ligera sonrisa, perdido en la calma
del momento, tanto así, que no se dio cuenta de que alguien se acercaba, con
las manos guardadas en sus pantaloncillos negros, con una mirada curiosa,
Yoongi se acercó después de una plática no muy grata con un cliente, miró a
Jimin, su cabello castaño claro brillaba por la luz del exterior, le pareció lindo
como sus labios se movían de forma casi imperceptible mientras leía.
—Flor de color púrpura, herida por la flecha de Cupido, penetra en el
globo de sus ojos. Cuando llegue su enamorada hazla resplandecer con el
esplendor de una luz viva y pura, como irradia la Venus del firmamento. Si
tú, al despertar, joven enamorado, te ves alumbrado con su hermosura,
pídele la recompensa.
La voz dulce de Yoongi hizo que Jimin levantara la mirada, le observó por
unos segundos con la boca abierta. —¿Lo has leído? —preguntó finalmente,
aún impresionado con su discurso.
—Lo he hecho, cuando estábamos aquí pasando las vacaciones, mi padre
no nos permitía hacer otra cosa que no fuese disfrutar del campo o leer, nada
de televisión durante el día, claro que eso cambio cuando la rebeldía de la
adolescencia nos atrapo.
—Tienes una excelente memoria, ya quisiera yo tener una así—dijo con
una cálida sonrisa.
Yoongi tomó asiento frente a él. —Mi memoria es buena, sobre todo, con
las cosas que me importan o gustan, ese libro era mío, una colección de
clásicos que mi abuela me heredó.
—Oh, lo lamento—dijo cerrando el libro—. No pensé eso al tomarlo.
—No te preocupes—rio negando—. Seguro que tú le darás un uso mejor,
puedes quedártelo.
—No podría—negó mortificado con la idea de tomar algo con gran
significado emocional.
—No es nada Jimin, es sólo un libro—se encogió de hombros—. Los
recuerdos en torno a ese libro están aquí—dijo señalando su sien—. Nunca he
sido aprensivo con las cosas o las personas, sólo de momentos. Guardo en mi
memoria momentos memorables, como este, estando aquí, con este clima y
contigo, hoy pareces brillar. ¿Te sientes mejor?
Jimin aún se encontraba pasmado por sus palabras, era como si Yoongi
siempre supiera qué decir y en qué momento hacerlo, asintió delicadamente.
—Hoy es un buen día, me gusta aquí.
—Ciertamente, me trae buenos recuerdos—suspiró—. De hecho, por allá
—señaló unos plantíos—. Hay un viñedo, a mi familia le gusta cosechar su
propio vino, aunque ese es el negocio de Jungkook, igual no creo que le
moleste que robemos una botella para la cena de esta noche.
—Oh, espero que no le moleste—mordió la punta de su pulgar pensativo.
—No lo hará—rio por lo bajo—. Yo mismo prepararé la cena.
—¿Sabes cocinar? —preguntó con una ceja alzada.
—Sí, lo sé, algún día te contaré la razón.
Cuando Yoongi hablaba del futuro, había algo en el pecho de Jimin que se
inflamaba, una posibilidad, a medida que pasaba el tiempo con él, no sentía la
soledad a la que estaría inmerso a partir de ese momento, le daba miedo la
ilusión de un mañana, uno que no pasaría fácilmente. Mia interrumpió el
momento llevando el té de Jimin, cuando lo puso sobre la mesa, lo hizo con
un cuidado preciso, miró entonces a Yoongi.
—Señor Min ¿Desea algo de café?
—Claro Mia—dijo con un frío asentimiento, ese era el comportamiento
que le había visto tener con las demás personas, se preguntaba por qué con él
no era de la misma manera, aunque ciertamente no lo prefería de esa manera.
—Veo que hay muchas cosas aquí, ¿Ellos se encargan de todo? —preguntó
cuando la mujer se alejó.
—Sí, mis padres les tienen confianza, son emigrantes, han estado al lado
de mi familia por décadas, ella los deja vivir aquí mientras ellos mantienen en
orden la casa y los caballos, los trabajadores de Jungkook son quienes se
encargan de los viñedos, él viene más seguido y se encarga de decir que es lo
que se necesita—se encogió de hombros—. Quiero pensar que es una buena
vida la que están viviendo.
—Es muy amable lo que tu familia hace—dijo con una ligera sonrisa.
—Claro Jimin, pero nada es gratis en la vida, se les paga por su trabajo, en
realidad no es caridad, sólo un proceso normal de bienes y servicios.
Jimin asintió confuso. —A veces hablas muy formal, soy ignorante, me es
difícil llevarte el ritmo.
—No es que seas ignorante a propósito, sólo te falta vivir y aprender, pero
está bien, aprender todos los días es lo ideal ¿Has pensado en eso de
encontrar una universidad?
—Realmente no sé en qué sería bueno—sonrió ladino—. Supongo que me
falta buscar, no sé conocer de qué tratan las diferentes carreras en la cuidad,
pero posiblemente regrese a mi casa una temporada.
—Bueno, esa es tu decisión—asintió con seriedad—. Lo que decidas hacer
con tu vida está bien, pero la juventud acaba y el tiempo avanza, podrías
tener un excelente futuro si así lo deseas, no seas conformista, una vida de
campesino no va a ayudarte, siempre busca mejorar.
Jimin le miró fijamente. —No lo había pensado de esa manera, supongo
que soy menos ambicioso de lo que pensaba, pero lo pensaré muy fuerte.
—¿Alguna vez dejas de brillar? Pareces demasiado inocente ¿Eres real? —
preguntó con los ojos entrecerrados—. Cada que habló contigo me parecer
irreal, ¿Cómo eres realmente?
—No sé realmente a qué te refieres ¿Cómo tengo que ser? —preguntó con
el ceño fruncido debido a su confusión.
—Nada—susurró, Mia le trajo el café, ambos se quedaron en silencio,
pensando en las palabras del otro.
La tarde transcurrió con esa misma tranquilidad, Yoongi le había mostrado
las cabellerizas, en donde había cuatro caballos y un potrillo, eran hermosos,
este le prometió que al día siguiente podían montar, no estaba seguro de
poder hacerlo, pero la sonrisa de Yoongi le dio calma. Cuando la tarde cayó,
anunciando el inicio de la noche, ambos entraron a la casa, Mia se despidió
dejando todo listo en la cocina, ellos no molestarían, eso es lo que había
dicho Yoongi, aunque no supo cómo interpretar sus palabras.
—¿Necesitas que te ayude? Aunque debo advertirte que no soy bueno
cocinando—dijo en tono de disculpa.
—Puedes hacerme compañía mientras picas esas verduras, no es necesario
que lo hagas perfectamente, como sean servirán—le indico con una mano el
banco que estaba en la encimera, él se acercó a los cortes de salmón,
comenzando a marinarlos—. ¿Hay un estilo musical que prefieras?
—Disfruto cualquier—se encogió de hombros—. Pero este día quisiera
escuchar Jazz.
Yoongi le miró con una media sonrisa. —Mi abuelo adoraba el Jazz y el
rock clásico. Bueno, será como nuestro querido Jimin quiera.
Se separó para ir a su celular, buscó hasta que puso una canción, no supo
cómo, pero Lionel Hampton se escuchó en toda la cocina, Jimin sonrió al
reconocer I dont mean a thing.
—Es una buena canción para cocinar—reconoció con una sonrisa
iluminada.
—Supongo que sabes cómo bailarla—dijo Yoongi con una ceja alzada, vio
como Jimin asintió apenado—. Algún día te llevaré a un club de jazz que está
en Nueva York.
—¿Nueva York? Eso es....claro que no pasará.
Yoongi le miró con una ceja alzada. —No me retes Jimin. Me gusta esta
música, pero es tan anticuada que nadie reamente la aprecia, ni ha querido
acompañarme y bailar mientras bebo. ¿No crees que sería una buena
aventura?
Ahí estaba otra promesa, una que no sabía si sería cumplida, pero Jimin
asintió. —Sería encantador. Me gustaría.
—Tu eres encantador—negó al momento de sonreír—. Como un pequeño
colibrí que explora el mundo por primera vez. Demasiado inocente.
Las mejillas de Jimin se colorearon de rosa, bajó la mirada comenzando a
cortar las verduras, ambos se envolvieron en el sentimiento alegre de aquellas
canciones, cocinando en un cómodo silencio. Jimin después de una hora supo
que Yoongi era un maestro en la cocina, se movía alrededor con encanto,
sabiendo con exactitud qué era lo que tenía que hacer, tomaba los
ingredientes con seguridad, no mirando una receta, todo salía de su mente,
eso le impresionó, el aroma era exquisito.
—Muy bien Jiminie, ayúdame a llevar las verduras, mientras sirvo los
platos, la mesa tiene que estar lista.
Obedientemente, Jimin tomó el recipiente y se encaminó al comedor,
cuando cruzó las puertas de vidrio miró al comedor, la mesa para dos estaba
puesta, en medio de los platos de cerámica blanda, las copas de cristal, de
encontraban tres velas sobre una base plateada, un vino descansaba en la
mesa, coloco el recipiente que llevaba en las manos con sumo cuidado de no
dañar nada de la decoración.
Estaba por volver con Yoongi, cuando lo vio entrando con dos platos en la
mano. —Normalmente esto lo hace Mia, pero por hoy quise que tuviéramos
un poco de privacidad, ya sabes, algo no tan formal. Por favor toma asiento
¿Es demasiado?
—Oh no, es hermoso—dijo con una enorme sonrisa—. Y eso huele
delicioso.
—Es delicioso, un excelente cocinero—dijo poniendo el plato frente a él
—. Bon appétit.
—Gracias—susurró encantado, el salmón salteado, con puré y pasta se
veía y olía delicioso, se le hizo agua la boca.
Yoongi descorchó el vino tinto, sirviendo las copas. —Se supone que debe
ser vino blanco, pero aquí entre nos, disfruto más el tinto, además es una
buena forma de probar el nuevo vino que Jungkook piensa sacar al mercado.
—No sé nada de vinos—sonrió con disculpa—. Pero creeré si me dices
que es delicioso.
—Entonces escucharas mi opinión honesta—asintió—. Por favor come,
quiero que me digas que te parece.
Jimin corto un poco del salmón, lo llevo a su boca bajo la intensa mirada
de Yoongi, quien esperaba expectante, cuando su boca probó aquellos
sabores, soló un gemido de tota satisfacción, era delicioso.
—Esto es increíble—asintió con los ojos iluminados. Yoongi sonrió con
suficiencia.
—Bien, creo que has inflado mi ego Jimin—rio por lo bajo—. Disfrutemos
de la cena mientras escuchamos a Ella Fitzgerald.
Cenaron en completa tranquilidad, una parte de aquel momento se parecía
a un momento donde dos conocidos compartían, Jimin sentía que se conocían
de años, y no dejo de pensar en que realmente algo en la sonrisa de Yoongi le
quitaba el aliento, estaba perdido, sus ojos eran amables, la forma en la que
tomaba la copa y la llevaba a sus labios era perfecta. Todo en aquella noche
parecía ser perfecto, completamente formidable y sintió miedo, porque no
quería perderse de eso.
Yoongi despertó en medio de la noche, debido a la lluvia que golpeaba la
ventana, sus ojos intentaron acostumbrarse a la oscuridad de la habitación,
cuando lo hizo gruñó, no le gustaba despertar en medio de la noche, se volvió
incómodo, intentando volver a conciliar el sueño, pero al hacerlo un dato
importante llamó su atención. Se sentó en la cama mirando alrededor, pero
comprobó que estaba solo, Jimin no se encontraba ahí, se levantó vistiéndose
de nuevo, la cena había culminado en una serie de besos y caricias que los
llevaron a la intimidad, esa vez asegurándose de usar los condones que había
llevado.
Salió de la habitación, caminando por el pasillo sin iluminación, aquella
escena podría ser perfecta para una película de terror, pero él conocía tan bien
aquella casa que no le importunó. Bajando las escaleras el sonido de la
música le hizo fruncir el ceño. Fue entonces que apresuró el paso, no sabía la
hora, pero estaba casi seguro que no debía pasar de las tres de la mañana.
Llegó a la primera planta, caminó por el pasillo, observando la luz que
emanaba la chimenea, cuando estuvo cerca, se dio cuenta de que Jimin estaba
sentado en la alfombra frente a esta, sus piernas estaban en su pecho y por el
sonido, se dio cuenta que este estaba llorando, escuchando otro tipo de
canciones, las reconoció, la escena que se presentó en su mente, fue la de su
abuelo bailando con su abuela mientras le susurraba en el oído, había visto
aquello cuando era niño, en la fiestas de navidad. Era el cantante favorito de
su abuelo, entonces comprendió que Jimin no estaba tan bien como lo había
dicho, se acercó sin hacer mucho ruido.
No llamó su atención, este tenía la cabeza enterrada en sus rodillas, él se
sentó a su lado, siendo acogido por la calidez de la chimenea. No quiso
interrumpirlo, pero acercó su mano, acariciando su cabello, tragando aquel
nudo en su garganta, normalmente no sabía cómo reaccionar cuando alguien
estaba llorando, le ponía ansioso.
—When you'pre smiling, when you're smiling, the whole world, smiles with
you...When you'pre laughing, when you're laughing, the sun, comes shining
trough, but when you're crying, you bring on the rain, so stop your sighing,
and be happy again, keep on smiling, and the whole world smiles with you...
Jimin levantó la mirada, le observó con los ojos llenos de lágrimas, los
labios temblorosos y la nariz roja, a pesar de su lamentable estado, para
Yooogi lució tierno, tomó sus mejillas e intento quitar aquellas lágrimas con
sus pulgares, acariciando de manera tan delicada que Jimin comenzó a
sollozar con el ceño fruncido.
—Oh no, no llores más—dijo con voz aterciopelada, ni siquiera él estaba
seguro de dónde había salido todo eso—. Si lo haces seguirá lloviendo.
—No hagas esto—suplicó negando—. Por favor, sea lo que sea que estás
haciendo termínalo de una vez.
Yoongi se detuvo por unos momentos. —Jimin...
—No hay nadie en este mundo que me ha amado, sólo mi padre, él me
enseño todo lo que sé—sus labios temblaron—. Tal vez para ti sea una vida
mediocre, pero es lo que soy, no sé nada, soy un ignorante y ahora me
encuentro tan perdido. Así que por favor para.
—¿Qué es lo que quieres que pare? —miró sus ojos de una forma confusa,
pero cálida, Jimin estaba despertando en él sensaciones que no había
experimentado en mucho tiempo.
—No finjas que te gusto, no hagas cosas lindas por mí, no me hagas la
cena o me hagas el amor, no cuando puedo...
—¿Puedes qué? —cuestionó cuando se quedó callado.
Jimin le miró desesperado, relamió sus labios, sus ojos buscaban en el otro,
como un grito de auxilio. —Harás que llegue a amarte, pero tú no podrás
amarme a mí.
Yoongi se quedó quieto, sintiendo como Jimin temblaba bajo sus manos.
Vio en sus ojos la desesperanza, pero al mismo tiempo un brillo, uno que le
hizo sonreír ladino, porque lo tenía ahí, completamente a sus pies, dispuesto,
alguien que lo idealizaba, que lo amaba, que estaba tan enamorado como para
desmoronarse en sus manos ¿Así era cómo se sentía ser amado? Yoongi
sintió que podía tener todo el poder sobre él, que podía poseer aquel puro
corazón, Jimin era todo lo que no coincidía en su mundo de falsedad y
frialdad, él era lluvia en medio de la sequía, sol entre la oscuridad y belleza
entre la monstruosidad,
¿Podía hacerlo? Eliminar por completo aquella inocencia, ser para él lo que
nadie había sido en su vida, tomarlo, como a él lo habían tomado, llevarlo al
cielo, como a él lo habían llevado, porque ciertamente Yoongi estaba
enamorado, pero no de él, no sentía más que ternura por aquel brillante ser y
pasión, quería tomarlo en ese momento saboreando sus lágrimas. Siento él lo
único en su vida, necesitaba eso, un refugio y Jimin podría serlo, porque era
todo lo que él no conocía y no tenía.
—¿Quién dice que no puedo enamorarme de ti? —preguntó con el
entrecejo fruncido—. ¿Quiénes somos nosotros para decidir sobre el sentir
del otro? Si eres hermoso ¿Por qué no podría atraerme tu belleza? Y qué me
dices de tu corazón ¿No podría buscar un lugar para descansar?
—Harás que te amé y me vas a romper el corazón—susurró con dolo—.
No quiero sufrir, tengo tanto miedo de hacerlo. Tanto miedo de estar solo.
—No te dejaré solo—susurró entre sus labios—. Dime que confías en mí y
yo te tomaré como mío.
—¿Y si no logras amarme? —negó—. ¿Qué haré yo con este amor?
—Jimin, no pienses, sólo entrégate—dijo con una media sonrisa—. Yo
cuidaré de tu corazón, sólo sígueme.
—Yoongi, por favor, no me lastimes, te lo suplico—sollozo.
—No lo haré—susurró antes de besar sus labios, saboreando lo salado de
sus lágrimas. Tomando todo de él. Yoongi jugaba, mientras que Jimin se
enamoraba.

Espero que les haya gustado, el Yoongi se puso romántico


14

—Sujétate bien—dijo al tiempo que sostenía su cintura.


—Esto se siente extraño—susurró no estando seguro de su cuerpo.
Yoongi río por lo bajo, acercó sus labios a su oreja y beso de manera
tierna, al momento que afianzada su agarre sobre la cintura de Jimin,
tomando al mismo tiempo la correa del caballo. Aquella mañana Yoongi le
había despertado con besos en toda la extensión de su rostro, ambos, después
de la noche de música y llanto, se quedaron dormidos en la sala, al despertar,
tomaron el desayuno y un baño relajante, donde Yoongi cuidó de él, le dijo
que al ser uno de sus últimos días, quería intentar algo nuevo, así que lo llevó
a dar un paseo a caballo, era la primera vez que lo hacía, por lo que ambos
iban juntos en uno, pensó que sería incómodo después de la madrugada, pero
se equivocó.
Ninguno de los dos había hablado de lo sucedido o de las cosas que se
dijeron, sin embargo, parecía que en aquel momento algo marcaba un antes y
un después en su manera de relacionarse, Jimin no quiso preguntar, tuvo
miedo, por lo que simplemente se dejó llevar, guardando en su interior la
incertidumbre y la angustia. Cada una de las alarmas se encendía cuando era
tocado por Yoongi, pero ¿Cómo negarse a algo que él también quería? Era
imposible.
—Tú cabello huele bien—dijo con un suspiro—. A cítricos, amo el aroma
cítrico.
—Cambie de shampoo—río mirándolo sobre su hombro.
Yoongi aprovechó para tomar sus labios y comenzar a besarlo de manera
dulce, sintió sobre el beso, haciendo que Jimin se sonrojara fuertemente.
—Me gusta la forma en la que respondes a mí—beso su mejilla—. Tus
reacciones son tan inocentes, no las había visto en nadie más, eso me gusta.
Me gustas Jimin.
—Tú...tú sabes la respuesta, lo que siento por ti—susurró bajando la
mirada a sus manos que estaban sobre las de Yoongi, la diferencia de tamaño
era palpable, jugó con ellas un poco.
El paisaje era increíble, Jimin estaba acostumbrado a los paisajes de la
naturaleza, pero aquel, era más hermoso que el plantío de arroz en el que
trabajaba, las moreras y los viñedos eran verdes, Yoongi lo llevo por un
sendero, a cada lado había árboles y flores, pudo reconocer algunos duraznos,
por su flor blanca.
—¿Es muy lejos? —preguntó sobre su hombro.
—Iremos al lago—explicó—. Esta cerca.
Siguió concentrado en el camino, algunas veces era difícil si tenía a
Yoongi besando su cuello, no entendía por qué estaba siendo más y más
expresivo, pero la sensación que llevaba a través de su cuerpo era
maravillosa. Pasaron un camino my angosto, sus pies colgantes pudieron
tocar algunos arbustos, Yoongi estabilizaba el caballo de forma experta,
tendría que preguntarle desde cuando lo hacía, llegaron entonces al lado, una
enorme extensión de agua, cristalina, había un pequeño muelle de madera y
arena cerca.
Yoongi bajó sorprendiendolo tanto que casi cae de espaldas,
afortunadamente las manos frías se afianzaron en su cintura y lo hicieron
bajar. Sus zapatos tocaron la fina arena, después bajo las cosas que había
montado al caballo, una mochila un poco grande.
—Vamos—dijo tomando la correa del caballo para llevarlo cerca de los
árboles para que se pusiera a pastar.
—¿No se irá? —preguntó Jimin siguiéndolo.
—No, esta entrenado para no hacerlos —se encogió de hombros.
Ambos caminaron hasta la sombra de un gran árbol, Yoongi se acomodó
hincado en esta para sacar de la mochila una manta amarilla y algunos
recipientes. Jimin le ayudó a acomodar la manta, esta era de buen tamaño.
—Pedí que nos prepararan algunas cosas, hoy tuve una llamada
importante, sino lo hubiese hecho yo—le dijo con una media sonrisa.
—Esto es...lindo, eres muy lindo—sonrío hasta que sus ojos
desaparecieron, un gesto que hizo a Yoongi alargar la mano para acariciar su
mejilla con los nudillos.
—Eso no se comprará a ti—río por lo bajo—. No te he pedido que traigas
ropa, pero si quieres podemos nadar ¿Te gusta la idea?
—Yo no sé nadar—confesó con una mueca risueña—. Mi padre me llevó
al lago cuando era niño, recuerdo que en ese entonces no le tenía miedo a
nada, tampoco mi padre, me criaba para ser muy fuerte—suspiró desviando la
mirada al lago—. Esa tarde todo parecía ser perfecto, pero caí del barco en el
que estábamos, casi muero ahogado—rio por lo bajo, pero el escalofrío de
pensar en ese día recorrió su cuerpo—. Caí enfermo por la casi hipotermia,
desde ese entonces papá fue más cuidadoso, diría que demasiado.
—Entonces de ahí viene su sobreprotección—suspiró sonriendo ladino—.
Proteger a quienes amamos quitándoles su propia independencia, es lo peor
que puedes hacer. No es bueno depender de nadie.
—¿Alguna vez has dependido de algo o de alguien? —preguntó Jimin con
curiosidad.
Yoongi le miró directo a los ojos, una mirada que hizo que Jimin se
encogiera ligeramente. —No, jamás, ni siquiera de mis padres, ellos siempre
estaban ocupados, me tocaba ser independiente—se encogió de hombros—.
Amo mi independencia, mi libertad.
—Somos muy diferentes—dio una sonrisa temblorosa.
—Lo somos—asintió—. Pero ¿Eso no es lo interesante? Conocer a alguien
diferente, con otros pensamientos o aspiraciones, eso me agrada.
—No creo que yo sea interesante—negó con una sonrisa ladina—. En
cambio, tú, siempre logras sorprenderme.
El ego de Yoongi se hincho, haciendo que le mirara con suficiencia,
porque amaba cuando era el centro, cuando le hacían ver que era un hombre
interesante, comparó entonces a Jimin con Jennie, pero el recuerdo de esta
última ensombreció su mente. Jimin era muy diferente a ella, como el agua y
el aceite, Jennie jamás hubiese aceptado ser llevada a ese lugar, ella era
demasiado elegante para eso, a Jimin no le importaba ensuciarse, parecía un
chiquillo que no había sido bien educado, muy diferente a lo que estaba
acostumbrado, en otras personas lo repudiaba, pero en él no, porque le
entretenía.
—Eres interesante para mí Jimin—dijo elevando una mano con la cual
acaricio su mejilla derecha, vio como esta se tornaba rojiza, algo que le
gustaba, ver como Jimin reaccionaba a él lo engrandecía.
—Una vez que regresemos las cosas cambiaran ¿No es así? —cuestionó
Jimin con una ceja alzada.
—¿Tú quieres que cambien? —respondió acercándose lo suficiente como
para besar su mandíbula, Jimin se quedó quieto, conteniendo la respiración,
fue besando sin prisa parte de su piel, hasta llegar a su oreja, donde suspiró
—. Yo creo que aún nos falta mucho por conocer ¿No?
—Pero...
—A menos que te quedes en la cuidad—respondió volvieron la vista a sus
ojos, juntando sus frentes, una de sus manos viajó a su cadera la cual apretó
—. Aún hay mucho que quiero mostrarte.
Vio en sus ojos la duda y sonrió, eso era lo único que le importaba en esos
momentos, sus labios casi se juntaron, Jimin soltó el aire que tenía retenido.
—Dime que lo vas a pensar—susurró.
—Sí...lo pensaré—susurró entrecortado antes de sentir los labios de
Yoongi sobre los suyos.
Fue un beso tierno, lento y pausado, Yoongi intentaba profundizar
tomándolo de la cintura, hasta que lo puso a horcajadas sobre su regazo, las
palabras de Hoseok cobraron sentido en su mente, tener a un chiquillo
inexperto como él era un deleite, porque nadie más lo había tocado, todo su
cuerpo le pertenecía, podía ver en su cuello las marcas que había dejado en él
la noche anterior y lo disfrutó. Jimin se aferraba a su cuello jugando con los
cabellos oscuros que estaban en su nuca, aún le costaba mantenerse al margen
al sentir aquellas grandes manos sobre su cuerpo.
—Quiero hacerte el amor aquí—susurró mientras mordía el lóbulo de su
oreja—. Deja que lo haga.
Jimin no podría negarse, no cuando lo deseaba tanto, por lo que asintió,
aquella afirmación hizo que Yoongi se volviera de manera brusca,
colocándolo bajo su cuerpo. Sus manos se adentraron a su camisa y comenzó
a acariciar su abdomen, Jimin temblaba bajo su toque, era suave y cálido,
como las tardes de verano, poco a poco deshizo los botones, para dejar
expuesta su piel, no era pálida como la suya, tenía un color acanelado, los
huesos de sus clavículas y cadera se notaban, su boca salivó, llevó sus labios
a aquellos lugares que faltaban por ser marcados, permitiendo que Jimin se
deshiciera en sus brazos.
Él mismo se despojó de su negra camisa, para estar piel con piel,
compartiendo el mismo calor, mientras sus labios luchaban juntos en un beso
voraz. Con su diestra recorrió su costado, hasta que le dobló una pierna,
necesitaba colocarse en medio, frotarse contra él, la dureza le estaba
alentando a más, sus dedos desesperados dieron al botón de su pantalón el
cual desabrochó, bajando la bragueta, su fría mano se adentró, sintiendo la
calidez de su intimidad, Jimin gimió entre sus labios, acariciaba, eso era todo
lo que deseaba en esos momentos, se separó, para mirarlo desde arriba, el sol
hacía que su cabello castaño brillara, sus ojos estaban entrecerrados y sus
labios hinchados dejaban ver la punta de su húmeda lengua, sonrió ladino.
Podía controlarlo, se dijo a sí mismo una y otra vez, cuando lo despojó de
lo que quedaba de su ropa para dejarlo desnudo frente a él, bajó, besando la
extensión de sus piernas, a diferencia de las mujeres o donceles con los que
había estado, estás eran un poco más firmes, le gusto que Jimin fuera amorfo,
sin la dureza masculina o la delicadeza femenina, era una mescolanza de
ambos, una dualidad que estaba aprendiendo a disfrutar.
Toco aquellos puntos erógenos claves para tenerlo bajo su cuerpo
gimiendo, sus jadeos eran tan provocativos, que al segundo dedo, no pudo
soportarlo y se adentró a su cuerpo, la calidez de su estrechez le hizo gruñir,
tomó sus labios con fuerza, mientras embestía con fuerza, Jimin no pudo
soportarlo y después de un buen rato sintiendo como su punto de máximo
placer estaba siendo estimulado, se vino entre sus cuerpos, la tensión en su
interior apreso de manera exquisita el miembro de Yoongi quien salió de su
cuerpo para venirse sobre su mano, dejó caer la cabeza en su cuello sudoroso,
tragando con dificultad, con los ojos entrecerrados, esperando que las oleadas
de placer terminaran.

La sala estaba envuelta en susurros intermitentes, los hombres trajeados,


las mujeres con mirada sería y maquillaje ligero, sentados con formalidad,
esperaban en aquella notaria al abogado de Min HongJae, quien daría lectura
a su testamento, el nerviosismo era algo que podía palparse alrededor,
Seunghyun miraba de vez en cuando a la puerta, esperando, llamando la
atención de algunos miembros de la familia.
—Buenas tardes—dijo el notario entrando junto al abogado Choi Minho
—. Lamento la espera—se sentó en su silla y miró a los presentes—. ¿Están
todos presentes?
—Sus hijos estamos aquí—respondió KyungSoo con la misma seriedad
que lo caracterizaba.
—Si me permiten, los nombraré—dijo el hombre dando un asentimiento de
cabeza—. Min SeungHyun.
—Estoy aquí—hizo una ligera reverencia con la cabeza.
—Min KyungSoo.
—Sí—respondió sintiéndose extraño de escuchar su apellido de soltero.
—Min Donghae.
—Esta aquí—dijo su esposo, DongHae se inclinó para ser visto.
—Min Somi.
—Presente—dijo acomodando su cabello, a su lado estaba su hijo Hoseok
mirando expectante el espectáculo.
—Min Boyoung—terminó levantando la mirada.
—Aquí estoy—respondió esta con frialdad.
—¿Los nietos se encuentran presentes? Tengo entendido que algunos son
menores de edad—cuestionó con una ceja alzada.
—Sólo Jung Hoseok, Min Jungkook, Lee Taemin y Kim Namjoon—
respondió Somi.
Tanto el abogado como el notario se miraron repasando con la mirada la
sala, fruncieron el entrecejo.
—¿Dónde está Park Jimin? —preguntó el notario sin rodeos.
—No ha llegado—respondió Seunghyun—. Pero que eso no nos detenga,
puede comenzar.
—Sin Jimin presente es imposible—respondió el abogado Choi mirando a
Leeteuk—. ¿Dónde se encuentra?
—Salió el fin de semana con el joven Min Yoongi—dijo con seriedad—.
Se supone que ya debería estar aquí.
—¿Por qué es tan importante que esté presente? —bufó HyukJae con una
ceja alzada.
—Sin la presencia de los hijos legales no se puede dar lectura al
testamento, eso fue algo que específico su padre.
—Jimin no es hijo de mi padre—soltó Somi indignada.
—Legalmente lo es—respondió el abogado mostrando una hija—. Park
Jimin legalmente es Min Jimin desde los ocho años de edad, por lo tanto, es
un hijo legal de Min HongJae.
Los ojos de todos se encontraron, sabían que algo así podía suceder, pero
el temor creció, al no saber cómo su padre había hecho la repartición de la
herencia familiar, no les gustaba los cambios y aunque por mucho tiempo
habían realizado movimientos para acrecentar el capital de la empresa matriz
y mover las acciones en las bolsas de valores, seguían dependiendo de la
aprobación de su padre.
La puerta fue abierta, al frente estaba Yoongi con un traje color azul
petróleo, Jimin venía detrás de él, con un pantalón de vestir y una camisa
blanca. Las miradas fueron a parar de inmediato sobre ellos, al mayor no le
importó, pero Jimin se sintió intimidado, caminaron hasta sentarse en dos
asientos vacíos.
—Hasta que te dignas a hacer tu aparición Yoongi—soltó Namjoon con
una mueca divertida.
—Lamentamos la tardanza, el tráfico a esta hora es terrible—respondió
Yoongi sin expresión alguna—. Por favor, continúe.
El abogado miró a Jimin y asintió al notario. —¿Park Jimin? —le preguntó
de forma directa, Jimin miró de reojo a Yoongi antes de asentir, el secretario
Lee se sentó a su lado—. Empezaremos con la lectura del testamento de Min
HongJae.
Jimin sintió una opresión en el pecho, él no quería estar ahí, haber
regresado a la cuidad fue un golpe de realidad, donde nuevamente
comprendió que su padre estaba muerto y que él se había quedado sin su
compañía, era difícil de comprender, estaba a nada de ponerse a llorar, pero
en vez de eso apretó la mandíbula.
—A lo largo de la vida he aprendido a estar agradecido por las cosas que
se presentan de manera inesperada, las cuales nos dan aprendizajes y nos
hacen enfrentarnos a nosotros mismo, como mis hijos lo saben, viví la vida
sin remordimiento, sin el miedo de emprender algo nuevo, fue eso lo que me
enseñó mi padre y lo que intenté enseñarles, lo que me llevó a tener todo lo
que quería, bueno, hablando monetariamente. Tras mi muerte, dejó cosas
inconclusas, que deseo que ustedes concreten con trabajo y dedicación, sé
que a la mayoría no les parecerá esta repartición, los conozco tan bien que sé
que en estos momentos saben a dónde se dirige esta carta. Críe hijos e hijas
astutos, fuertes y trabajadores, han logrado mucho en la vida y ese es el mejor
regalo que les dejo, y lo que espero que les muestren a sus hijos y a sus
nietos.
Los ojos de Jimin fueron los únicos que se cristalizaron con aquellas
palabras, porque en su corazón podía sentir cada una de ellas y escucharlas en
su mente con la voz de su padre, quien siempre le repitió el valor del trabajo
duro.
—Yo, Min HongJae en pleno uso de mis facultades mentales, le dejo a mis
hijos Min Seunghyun, Min Kyungsoo, Min DongHae, Min Somi y Min
BoYoung les dejó el diez por ciento de la empresa que mi padre creo y yo
hice crecer y el veinte por ciento de las acciones en las inversiones de las
empresas automotrices a cada uno y la casa de su madre en Seoul—los
nombrados abrieron los ojos incapaces de creerlo—. Sé que cada uno de ellos
ha realizado su patrimonio, tienen matrimonios y negocios exitosos, algunos
de ellos nunca han puesto un pie en la empresa, pero merecen obtener algo
por ella, sin embargo, hay una persona que no ha tenido el mismo privilegio.
A mi adorado hijo Min Jimin, a ti querido te dejo la casa de Busan, sé que
quieres regresar a ella, cuídala, en cuanto a mi herencia, te dejo todas mis
acciones sobre la empresa, el cincuenta por ciento de ella y el cien por ciento
de las acciones de la industria petrolera. Eres joven para manejarlo, por lo
que tendrás asesoría, esto hasta que cumplas los veinticinco años y culmines
una carrera.
Jimin entrecerró los ojos, nervioso miró alrededor, Yoongi a su lado soltó
una pequeña risa antes de mirarlo. —Te lo dije, él no te iba a dejar
desprotegido.
—Debe haber un error—dijo KyungSoo con una mueca—. Le dejó la
mayor parte de la herencia a alguien que no es un Min.
—No hay ningún error—respondió el notario cerrando la carpeta—.
Secretario Lee, usted deberá explicarle al joven Park sobre lo que procederá
ahora, me retiro.
Hoseok observo a su madre roja de la furia, todos a su alrededor estaban en
silencio, aunque sabía bien que lo que en realidad pasaba, era que dentro de
sus cabezas se encontraban maquinando su próximo movimiento, porque no
había forma de que aceptaran aquella resolución, cuando su vista se posó en
Yoongi y en como este le sonreía a Jimin, negó con picardía.
Yoongi lavaba sus manos, mientras se miraba al espejo, estaba tranquilo,
aunque sabía que la reunión que tendría en casa de su padre más tarde le
quitaría aquella sensación de libertad, el sólo hecho de pensarlo le causaba
fastidio.
—¿Desde cuándo lo sabes? —preguntó Hoseok entrando al baño.
—Es muy fácil convencer a las secretarias—se encogió de hombros—.
Todo se trata de estrategia Hoseok.
—¿Qué es lo que planeas hacer? —negó recargándose en la pared con los
brazos cruzados.
—Primero—sonrió ladino—. Beber, segundo, convertirme en el príncipe
encantador, tercero, los bienes mancomunados, bueno, es una suerte que
existan.
—Voy a decir que es un plan muy bueno, aunque ¿Qué pasa con Jennie?
—Los matrimonios jóvenes fracasas en el primer año Hoseok—le guiñó un
ojo—. Park Jimin, se va a arrepentir de habernos quitado lo que por derecho
es nuestro. Yo me encargaré de eso, cuando termine con él, deseará jamás
habernos conocido, doy mi palabra y mi palabra siempre se cumple.
—Pobre niño—soltó una carcajada—. Te veo en la reunión esta noche.
—Nos vemos, llevaré al ignorante a comer—hizo una mueca de fastidio
antes de salir del baño, Hoseok le siguió, viendo a lo lejos la forma en la que
Jimin miraba a Yoongi mientras este se acercaba, chaqueo le lengua y negó.
—Esto será divertido de ver.

Nos leemos
15

—Me debato entre un corte de carne o un salmón—torció el gesto mirando la


carta.
—Pide los dos—se encogió de hombros restándole importancia al asunto.
—No puedo—chasqueo la lengua dejando la carta en la mesa—. Pediré
salmón, tengo que estar en dieta está última temporada.
—Te ves bien—le miró fijamente, en su boca murieron las demás palabras
que deseaba decirle para explicarle cómo sus ojos le miraban de manera
perfecta—. Cada año te vuelves más hermoso.
Taehyung rio por lo bajo, una parte de él amaba los halagos de Jungkook,
pensaba que este era demasiado observador, demasiado sensible y tierno para
hacerle ver lo que no muchos veían en él, aunque desearía en su corazón que
aquellas palabras se las dijera alguien más.
—Gracias—le dijo con una sonrisa—. ¿Cómo estuvo la sesión de hoy?
¿Qué tal la repartición de la herencia?
—¿No te lo dijo Hoseok?
—Cuando estoy con él no hablamos de estas cosas—suspiró con simpleza
—. Hay cosas más importantes en las cuales centrarnos.
—Me imagino—rodó los ojos.
—No comiences con tus celos—respondió de forma burlesca.
—Me pregunto ¿Cuándo será el día que te des cuenta que sólo te está
usando?
Taehyung le miró con molestia. —No empieces, tú no sabes nada.
—¿Qué es lo que tengo que saber? No soy estúpido para no ver lo que está
sucediendo—bufó sarcástico—. ¿Me vas a decir la misma mierda de
siempre? Eso de que es temporal.
—Porque lo es—gruñó con los brazos cruzados.
—No lo es Taehyung, ¿No puedes darte cuenta? Él no dejará a Wendy.
—Claro que la dejará—entrecerró los ojos—. Hoseok me ama a mí, él dijo
que esto sería temporal mientras sus familias concretan ese negocio, ha
tomado tiempo, pero...
—Tres años.
—Hoseok me ama, ambos iremos de viaje mañana, pasaremos un fin de
semana juntos.
—Claro, te sacará del país como el amante que eres—levantó una ceja,
molesto—. No entiendo cómo siendo tú, que puedes tener a quien sea a tus
pies, estés obsesionado con la ilusión de ser el hombre de la vida de Hoseok,
ese hijo de puta que te ha humillado y hecho promesas que jamás cumplirá,
siempre serás su maldita diversión, un cuerpo caliente donde meter la verga
—rio por lo bajo—. ¿A eso te has rebajado? Todo el mundo sabe que eres su
amante, ¿No tienes dignidad?
—Eres un maldito hijo de puta Jungkook—dijo poniéndose de pie—. En
eso, no eres diferente a Hoseok, así que, por favor, no te creas mejor, porque
no lo eres-se alejó abandonando la mesa y poco después el restaurante.
Jungkook se quedó solo en aquella mesa, con el odio corriendo por sus
venas, porque para él era imposible creer que Taehyung prefería ser el
pañuelo usado de alguien más, que permitiera la humillación de cualquiera
por un hombre, él que creía que era el mejor chico que había pisado la tierra,
de quien estaba enamorado desde sus años escolares, mordió su labio inferior
con rabia, se levantó de ahí y salió del restaurante, el hambre se le había ido,
no comería nada en todo el día debido al nudo que se había alojado en la boca
de su estómago, llegó al estacionamiento, usando sus lentes oscuros, subió a
su mercedes y rápidamente se fue de aquel lugar, iría a su empresa, era un
hombre joven con un emprendimiento exitoso, con una marca de vinos y
licores en ascenso, un buen cuerpo y un rostro apuesto, provenía de una de
las mejores familias del país, entonces ¿Por qué eso no era suficiente?
—Señor Min—dijo su asistente, corriendo hacia él.
—YeoSang—soltó sin mirarlo—. Quiero que despejes mi agenda para hoy
en la noche, tengo una reunión en casa de mi padre.
—Muy bien señor—dijo siguiéndolo de cerca—. El señor Chang está aquí,
dice que es importante que hablen sobre la planificación del nuevo producto.
—Llévalo a la sala de juntas—paró en la puerta de su oficina, le miró, lo
que hizo que el chico parara en seco—. Tráeme un café, con el toque
especial-le guiñó un ojo antes de entrar.
Cerró la puerta tras de sí, desabotonó los dos primeros botones de su
camisa negra y se quitó el saco gris, estaba sudando, peinó su cabello hacía
atrás y se sentó en su silla, recargando la cabeza en el respaldo, estaba harto,
aquel día estaba empeorando poco a poco, sabía que la reunión con su familia
sería un desastre, no le importaba el dinero de su abuelo, ni Jimin, pero no
consideraba sus métodos para acceder a este, moralmente aceptables.
—Lo esperan en la sala de reuniones señor Min—dijo Yeosang cargando
unas carpetas negras—. Su café está allá.
—Eres un ángel—suspiró con una sonrisa, se levantó y tomó nuevamente
su traje—. Llama a la pastelería del centro, quiero que manden una orden de
pastelillos de fresa al departamento de Taehyung, que pongan en la tarjeta Lo
siento. Kook.
—Sí señor—dijo anotando lo que este le decía.
Jungkook se sentía un estúpido, pero no podía dejar las cosas así con
Taehyung, durante mucho tiempo se había conformado con ser un amigo fiel
que se quedaba a su lado a escuchar su llanto cuando era herido, o que
compartía sus alegrías, dejarlo en estos momentos sería lo peor que podría
hacer, porque, estaba seguro que este le necesitaría, más si las sospechas que
tenía resultaban ciertas.
Cuando entró a la sala de juntas miró a sus socios con una sonrisa, tanto
estos como él estaban satisfechos de la forma en cómo estaban resultando los
negocios, se sentó a la cabeza y tomó un sorbo de su café, mientras que
Yeosang repartía las carpetas con la información del nuevo producto, sus
papilas gustativas sintieron el sabor del tequila en el café y sonrió satisfecho,
era lo que necesitaba en esos momentos.
—Hemos estado investigando sobre este viñedo francés que necesita
comprador, creemos que es una buena opción—dijo Chang con una sonrisa
experta—. Nuestro contador, dice que es rentable, necesita algunas
inversiones, pero a largo plazo es una de las mejores opciones que tenemos,
vinos franceses de exportación y abrirá al negocio internacional.
Jungkook miró la fotografía del viñedo y ladeo la cabeza, era estéticamente
hermoso, pero faltaba mucho para tener su aprobación. —¿Se ha concretado
alguna cita para asistir a verlo?
—Podemos hacer una y viajar la próxima semana—dijo el contador con un
asentimiento de cabeza.
—Prefiero que sea este fin de semana, iré yo personalmente—suspiró
tomando otro sorbo de café, pensaba que eso le ayudaría a tener la mente
tranquila, para no imaginar a Taehyung en la playa con Hoseok—. Que más
tenemos para hoy.
La casa de sus padres seguía siendo la misma que su mente recordaba,
había sido donde creció, le gustaba ir, cuando si familia no estaba
maquinando un plan macabro para destruir la vida de un muchacho inocente.
Estacionó el auto y bajó, estaba cansado, ese había sido un día muy largo, la
puerta fue abierta por una de las mucamas a la cual pasó de largo, se
encaminó a donde sabía que estarían, el estudio de su padre, no tocó para
entrar, estaba llegando tarde como siempre.
Hizo una mueca al ver quienes estaban ahí, Yoongi estaba parado
recargado en una de las paredes, su padre estaba sentado en su escritorio, al
lado de este estaba su otro padre, observando con fastidio, sus tíos
KyungSoo, JongIn, Somi y JinYoung sentados en los sillones, Namjoon y
Hoseok en la esquina fumando un cigarrillo, cuando vio a este último su
malhumor aumentó.
—Llegas tarde—dijo su padre JiYoung con una mirada de desaprobación.
—Tuve una reunión—se encogió de hombros, porque no era del tomo
mentira, claro, que omitiría la parte en la que se quedó dormido en su oficina
—. ¿Y bien? ¿Cómo mataran al chiquillo?
—Que chiste de mal gusto—bufó Yoongi rodando los ojos.
—Aunque no es mala idea—soltó KyungSoo.
—Claro que lo es—reprochó Somi—. Él aun no puede acceder a la
herencia, si muere ahora, todo será para el banco o el gobierno, aún tenemos
que ponernos de acuerdo con la multa para poder acceder a la herencia.
—Eso lo veremos cuando estemos todos juntos—interrumpió Seunghyun
con dureza.
—¿Dónde están los tíos DongHae y la tía Boyung?
—Sabemos que la Boyoung no aceptará, ella hace todo lo que ChanYeol
dice y la familia de este está muy bien posicionada, no haría nada para
manchar su apellido, DongHae, bueno, no creo que su corazón sea capaz de
hacer esto-contestó Somi con una mueca.
—¿Y cuál es el plan? —cuestionó Namjoon con una ceja alzada—. Porque
presiento que no dejarán nada así ¿Verdad? Por algo hemos sido llamados.
—A Jimin lo asesora el mejor bufete de abogados no sólo de Corea, sino
también de Estados Unidos—contestó JongIn—. Investigue sobre estos, el
abuelo Min presintió todo esto, lo dejó más protegido que una caja fuerte en
un banco.
—Yoongi tiene una idea—dijo Seunghyun con orgullo, cosa que hizo a
Jungkook alzar ambas cejas.
—Claro que la tuvo—susurró con una negación, amaba a su hermano, pero
cuando este actuaba como el peón de su padre, era un desgraciado.
—Jimin está enamorado de mí—dijo con suficiencia.
—Siempre un paso adelante—rio por lo bajo Namjoon—. Realmente no
me sorprende.
—Bueno, ¿Qué se supone que haremos con eso? —preguntó KyungSoo
con una ceja alzada y los brazos cruzados.
La sala se quedó en silencio por unos momentos, mientras Yoongi se
preparaba para hablar, todos estaban atentos a él. —Un matrimonio por
bienes mancomunados.
—La idea es buena—dijo Jungkook con una media sonrisa—. Pero Jimin
tiene veintitrés, no podrá acceder a la herencia hasta los veinticinco y apuesto
mi viñedo a que hay un contrato prenupcial, donde dicte que Jimin sólo
puede darte acceso a su parte si llevan un tiempo casados ¿Aguantarás estar a
su lado por lo menos tres años?
—Debe haber otra forma—negó KyungSoo—. Yoongi no puede estar con
ese chiquillo campirano por tanto tiempo.
—No me casaré ya con él, primero tengo que hacer que entre a la
universidad, tiene que acabar una carrera, es uno de los requisitos, un año de
juego, unos meses de planeación de boda y un año de casados, eso es lo que
requiero-se encogió de hombros.
—El tiempo necesario para planear la ampliación—asintió Namjoon—.
Entonces Jimin queda en tus manos, aunque después de esto, querrá decir que
tú serás el mayor beneficiario.
—Sabes bien que mi objetivo es el mismo que el de ustedes—dijo con
seguridad sosteniendo la mirada de Namjoon, quien terminó asintiendo—.
Necesitaremos la ayuda de Jin, pero como este es moralmente más correcto,
dile lo elemental.
—Claro—asintió.
—Y de Taehyung—dijo ahora mirando a Jungkook quien elevó una de sus
cejas.
—De Taehyung me encargo yo—sonrió cínicamente Hoseok, haciendo
que la sangre de Jungkook ardiera por dentro.
—Deberías de tener vergüenza—negó Somi—. Sólo que Wendy no se
entere de tus estupideces.
—Tranquila lo tengo todo cubierto.
Jungkook estaba enojado y mareado por el alcohol que había tomado en el
transcurso de la tarde, suspiró negando antes de acomodar su saco. —Yo me
retiro, si necesitan que haga algo me avisan, me iré de viaje de negocios—
hizo una reverencia con la cabeza—. Tengan una buena y productiva noche.
—Descansa hijo—dijo JiYoung con ganas de levantarse y hablar con él,
pero estaban en medio de una reunión.
Salió de aquella oficina con dolor de cabeza, no estaba de acuerdo en lo
que hacían, pero tampoco le importaba, Jimin no tenía nada que ver con él.
estaba fuera de la casa cuando escuchó pasos viniendo hacía él.
—Si eres Hoseok te voy a romper la cara—gruño antes de darse la vuelta,
para ver a su hermano que le observaba con una ceja alzada—. ¿Qué?
—Gracias por el consejo del otro día—dijo con una media sonrisa—.
Quisiera saber que cuento contigo.
—No me importa Jimin o el dinero—se encogió de hombros—. En lo que
quieras te ayudaré, pero Yoongi, siempre has sido frío y duro, pero nunca un
desgraciado completo, nunca has jugado con una persona, está es tu primera
vez.
—¿Qué quieres decir con eso? —bufó.
—¿Estás seguro que Jimin no despierta ningún sentimiento en ti? —
cuestionó con una ceja alzada.
—Sólo tengo ganas de cogerlo, nada más.
—Si tú aprendes a separar tus emociones del plan, entonces esto saldrá
bien para nosotros, pero si te enamoras de él y le haces daño, entonces, no
sólo vas a joder el plan y a él, te vas a joder a ti mismo por el resto de tu vida
¿Estás dispuesto a pagar ese precio? Porque amar es una mierda—respondió
con una mueca.
Yoongi comenzó a reír por lo bajo. —¿Yo? ¿Enamorado de Park Jimin?
No Jungkook, jamás me enamoraré de él, en menos de lo que piensas ese
niño saldrá de nuestras vidas.
—Si estás seguro de eso, entonces está bien—suspiró—. Nos vemos en
tres días.
Se dio la vuelta y avanzó a su auto, había algo en la mirada de Yoongi que
le impidió ver la sinceridad, pero él no se metería, entre menos involucrado
estuviera, era mejor.

—Sí YeoSang—bostezo con el celular en la oreja—. Acabo de llegar y


traigo todo lo que necesito, gracias, tomate este fin de semana para descansar.
Caminaba por el aeropuerto, la terminal que le tocaba en el vuelo de
primera clase, hacía Francia estaba cerca, iba distraído en sus pensamientos,
anoche, pensó que recibiría un mensaje de Taehyung agradeciendo los
pastelillos, pero no fue así, quería que no le importara, pero le dolía y no
podía evitarlo. Su celular sonó, lo miró y una sonrisa se asomó.
—¿Me estás siguiendo? —tras escuchar su voz, su corazón comenzó a latir
con fuerza.
—¿No deberías estar en la playa disfrutando de un mojito y del perro de mi
primo? —preguntó mordiendo su labio inferior.
—Date la vuelta—susurró.
Cuando Jungkook, con el corazón desbocado se dio la vuelta, detrás de él
se encontraban los asientos de espera, paso unos segundos antes de verlo,
negó con una sonrisa, una que lamentablemente no podía detener, se acercó
mirando de reojo alrededor, para ver si Hoseok estaba cerca, pero no.
—Te dejó plantado ¿Verdad? —preguntó con las manos en los bolsillos al
llegar.
Taehyung bajo la mirada a sus manos. —Yo...la madre de Wendy cumple
años mañana y tenía que estar con ellos.
—¿Apenas te aviso? Hijo de puta—siseo.
—Jungkook—le miró con los ojos agrandados y cristalinos—. No quiero
empezar de nuevo una pelea, no digas nada.
—Bueno—asintió con un mal sabor de boca.
—¿Qué haces aquí? Además ¿Me quieres ver gordo? Anoche comí todos
esos pasteles y eran cinco—bufó claramente estaba intentando aligerar el
ambiente.
—Ya te dije que no estás gordo—bufo—. Voy a Francia a ver unos
viñedos ¿Tú?
—Iba a París—se encogió de hombros.
—¿Quieres ir conmigo? —preguntó inseguro.
Taehyung sonrió ladino. —¿Un viaje de mejores amigos? —preguntó con
una ceja alzada.
Aquello lastimaba más que miles de cuchillas enterradas en su carne. —
Viaje de mejores amigos-le tendió la mano, la cual Tsehyung tomó con una
sonrisa.
Jungkook sólo quería estar a su lado y Taehyung sólo quería olvidar las
ganas que tenía de llorar.
Se me había olvidado de qué trataba esta historia, que cosas
jajajajjaja
Gracias por leer, ya no tardaré
Odio a Wattpad esta muy raro últimamente. Bueno
16

—¿Por qué tengo que hacerlo? —cuestionó con una ceja alzada.
—Porque eres mi esposo lindo y perfecto y me ayudarás—le dijo con una
sonrisa acercándose a él para besar su frente.
SeokJin bufó. —Sabía que cuando nos casáramos comenzarías a exigir
cosas—negó con una mueca—. ¿Qué planean con ese niño?
—Ya no es un niño—rio por lo bajo—. Y es mejor que no lo sepas, sólo
haz esto, tenemos que hacer que Jimin no regrese a Busan, la única manera es
que elija una universidad en Seoul.
—Hablaré con mi abuelo—se encogió de hombros—. Pobre—suspiró con
una mueca—. ¿Están seguros que no hay otra manera de obtener ese dinero?
—No la hay—mordió su labio inferior—. Al menos no una que garantice
que las cosas saldrán en beneficio a nuestra familia.
—No me digas nada, entre menos sepa es mejor para mi consciencia—
chasqueo la lengua al momento que veía a su hijo dormir plácidamente en el
portabebés—. Iremos al infierno sólo para que ellos no tengan que hacerlo.
Trágico.
—Yoongi me pidió otro favor—dijo Namjoon con una mueca—. Quiere
que lleves a Jimin a un ginecólogo y que le dé un método.
—¿No es más sencillo que lo embarace y se casen? —rio irónico.
—No, la cláusula dice que Jimin tiene que terminar una carrera o estar a la
mitad—relajó el gesto—. Los bebés no son la respuesta, si un niño nace será
peor para ambos, es mejor que Jimin nunca tenga un hijo de Yoongi.
—En eso tienes razón—asintió—. Él no ha dejado de amar a Jennie, sigue
con aquella ilusión estúpida, porque todos sabemos que ella nunca lo amará.
—No podemos elegir de quien enamorarnos—beso su mejilla—. En eso
tenemos suerte ¿No?
—Clara cariño—tomó sus mejillas y beso sus labios de forma tierna y
cálida—. Iré a verlo hoy ¿Dónde se está quedando?
—Con Yoongi—dijo encogiéndose de hombros.
Jimin estaba mirando por los grandes ventanales la cuidad, era muy
temprano, en sus manos llevaba un café recién hecho, Yoongi había
preparado para ambos, aunque tuvo que ponerle leche por lo amargo que
estaba, mordió su labio inferior, ese no era su hogar, pero no le molestaba
estar ahí, siempre y cuando Yoongi estuviese cerca.
—Jimin—llamaron a sus espaldas, se volvió mirando a Yoongi con un
traje impecable—. Me tengo que ir a la empresa, SeokJin dijo que pasaba en
una hora por ti, no creo que quieras que ten encuentre así—dijo con una
media sonrisa al ver sus piernas descubiertas, pues sólo llevaba una camisa
blanca larga que le pertenecía, enrojeció y bajo la mirada—. Nos vemos en la
cena—se acercó con tranquilidad—. Toma—le extendió una cartera roja—.
Desde ahora tienes que llevar esto a todas partes, está tu identificación, dinero
en efectivo y una tarjeta sólo tienes que firmar con tu nombre ¿Bien?
—¿Por qué me das esto? —preguntó pasmado mirándolo a los ojos.
Yoongi sonrió con suficiencia. —Es para que compres algo si quieres—
suspiró—. Lo recorridos en las universidades son pesados—se acercó para
besar su mejilla—. Nos vemos en la cena.
—Adiós, que te vaya bien—caminó detrás de él para acompañarlo a la
puerta y poder despedirse con una sonrisa, Yoongi rio antes de dejarlo solo.
Se había quedado solo en aquel departamento que parecía ser
excesivamente grande para una persona, caminó alrededor, siempre había una
persona que hacía el aseo por el medio día, pero ese día no se encontraba, no
sabía las razones. Miró la hora, aún quedaba tiempo, por lo que se encaminó
a la cocina equipada y lavó las dos tazas de café y se sirvió un tazón de cereal
de azúcar con leche, caminó a la sala donde se sentó tranquilo.
Yoongi le había dicho que antes de tomar la decisión de regresar a su
hogar, podía ver algunas universidades, no sabía realmente qué hacer, pero lo
tomó como una buena oportunidad, una de las últimas voluntades de su padre
era que estudiara una carrera, así que lo intentaría.
Terminó el cereal y regresó a la cocina, después de lavarlo subió corriendo
las escaleras hacía las habitaciones, se supone que él debería quedarse en la
de huéspedes, en donde estaban sus cosas, pero por alguna razón Yoongi
siempre lo quería en su cama, ambos dormían después de hacer el amor, esa
era la otra razón por la cual no quería irse aún.
Se metió a la ducha y tomó un relajante baño con agua caliente,
recordando que, si quería tomar esa clase de baños en su casa en el campo,
tenían que calentar previamente el agua, no había muy bien sistema de
calefacción. Al salir se preparó con unos pantalones de mezclilla y una
playera de manga larga a rayas, no se veía mal, así que decidió por eso, tomó
una mochila donde dejo su cartera, algo para tomar apuntes y una chaqueta.
Bajó para esperar a SeokJin acostado en el sillón, estaba cansado, por lo
que quiso tomar una siesta, pero estaba cerrando los ojos cuando escuchó el
timbre, se levantó y fue a abrir. Cuando lo hizo miró a SeokJin, desde la boda
no lo había visto, lucía increíblemente apuesto, con el cabello ligeramente
más claro.
—Hola Jimin—saludó con una enorme sonrisa.
—Hola Jin hyung—hizo una pequeña reverencia con la cabeza—. ¿Quiere
pasar?
—No es mejor que nos pongamos en marcha y no me hables de usted—
dijo con calma.
Jimin se puso los zapatos rápidamente, y salió del departamento
ingresando la clave virtual, ambos listos, caminaron por el pasillo, era un
edificio lujoso, SeokJin parecía andar sin preocupación o sorpresa, lo que
confundía a Jimin ¿En qué momento se habían acostumbrado tanto a eso?
—Lamento lo de tu padre Jimin—dijo cuándo subieron al elevador.
Jimin bajo la mirada por unos momentos, la herida seguía abierta, no había
día en que no pensara en él, habían pasado dos semanas y no era el tiempo
suficiente para poder asimilar lo sucedido, asintió ligeramente antes de
mirarlo.
—Gracias.
—Para todos fue un golpe fuerte, pensamos que ahora que la relación se
había restablecido podríamos ser una familia, pero las cosas suceden por una
razón, de igual manera me alegro que hubiese podido pasar un tiempo al lado
de las personas que lo amaban, ahora estaremos para ti Jiminie—puso una
mano en su hombro y apretó con cariño.
—Muchas gracias, todos han sido muy amables conmigo.
—En especial Yoongi ¿No? —dijo al momento que las puertas del
elevador se abrían al estacionamiento subterráneo—. Fue amable de su parte
pedirte que te quedarás con él mientras todo se aclara, así se hacen compañía
mutuamente, él es muy solitario, me recuerda al abuelo.
Jimin ladeo la cabeza. —Bueno, sí, él ha sido de gran ayuda, me llevo a
una salida al campo por unos días para distraerme, le he dicho que puedo
quedarme solo, pero dice que quiere estar ahí para mí.
—Oh, que amable—rio internamente pensando en las verdaderas razones
que tenía Yoongi para llevarlo consigo, el control de la situación y su
satisfacción personal.
—Dijo que me llevarías a una universidad—dijo subiendo de copiloto al
auto blanco.
—Sí, es una prestigiosa universidad privada—asintió poniendo en marcha
el auto—. Es de mi abuelo, así que podrás entrar sin problema si te gusta
alguna.
—¿Eso...no sería hacer trampa? —susurró con una ceja alzada.
SeokJin le miró con una ceja alzada. —¿Qué? No Jimin, no es trampa, es
usar tus recursos, créeme que cualquiera que tuviera una oportunidad como la
tuya la tomaría sin pensarlo, porque en esta vida es importante tomar las
oportunidades que se presentan sin pensarlo mucho, es por tu bien y el de tu
futuro.
—Oh, entiendo—asintió no muy convencido—. ¿Cómo estuvo la luna de
miel? ¿Fue divertido?
—Sí—asintió con una sonrisa iluminada—. Viajar es una de las cosas que
más disfrutamos, nos encanta, antes cuando éramos sólo dos lo disfrutábamos
mucho, ahora es un poco más complicado, gracias al cielo existen las niñeras
—bufó—. Quieres un consejo, no tengas hijos tan pronto, disfruta primero lo
que sea que tengas con Yoongi.
—Nosotros no...
La risa de SeokJin le interrumpió. —Jimin no quieres que piense que
Yoongi y tú son sólo amigos ¿No? —suspiró—. En tus ojos veo que sientes
algo por él.
—No sé qué se supone que debo de responder, porque no sé realmente que
hay entre nosotros—hizo una mueca inconforme.
—Lo que sea que haya, eso es lo de menos, a veces las acciones dicen más
que las palabras y está bien, pero lo que te dije es importante ¿Usan algún
método anticonceptivo?
—A veces condón—se hizo pequeño en su asiento.
—¿A veces? No Jimin eso está mal, ¿O quieres un bebé?
—No—dijo con los ojos muy abiertos mirándolo.
—Entonces sino lo quieres tienes que cuidarte, es responsabilidad de
ambos, pero nunca debes de dejarle el trabajo a ellos, es mejor que el control
lo lleves tú, tengo un excelente doctor, si quieres en la semana podemos
verlo, pero estos días hazlo con condón, por favor.
—S..í—asintió nervioso y temeroso de lo que escuchaba, porque no había
pensado en eso—. Espera, Jin ¿Cómo sabes que soy Doncel?
—Yo lo sé todo Jiminie—dijo guiñiendo un ojo—. Hemos llegado.
Puso la vista al frente, donde dos puertas grandes y blancas de portón se
abrían, había campos verdes y muchos estudiantes alrededor de los edificios
de piedra, que parecían castillos, era hermoso, podía ver a los chicos en los
jardines o caminando alrededor.
—Hablaré con mi abuelo, después nos veremos con una guía y nos
enseñara las carreras que tienen, si te interesan algunas, podemos hacer el
recorrido. Vamos.
Jin se bajó del auto que estaba estacionado en una de las zonas exclusivas
para profesores, Jimin se dio cuenta que esta tenía su nombre. —¿Eres
profesor?
—Coordinador de servicios—le sonrió—. Ayudo a mi abuelo mientras
encuentra a alguien más.
—Vaya hyung eres genial—dijo con una enorme sonrisa.
—Gracias Jimin, mira ¿Por qué mejor no esperas un poco acá abajo? —le
sugirió con una sonrisa—. Entraré a las oficinas, tardaré un poco—señaló un
edificio de enormes ventanas—. Esa es la cafetería, pide lo que quieras, para
que no te aburras.
—Bueno...—asintió con timidez—. Está bien.
—Toma—dijo haciendo ademán de sacar su cartera.
—No es necesario—negó con ambas manos—. Yo tengo dinero.
—Muy bien, espera ahí, sino igual te llamo—le sonrió antes de darse la
vuelta.
Jimin se arrepintió de inmediato de haber aceptado quedarse solo, pero se
dijo a sí mismo que no era más un niño y que tenía que comenzar a cuidarse
solo, su padre ya no estaba para protegerlo de todo lo que había en el mundo,
caminó indeciso aquel camino de piedra hasta la cafetería, parecía haber
varios estudiantes alrededor, mucho más jóvenes que él. Al entrar al lugar se
dio cuenta que eso parecía ser un restaurante de lujo, camino indeciso, nadie
le prestaba atención, pero la ansiedad seguía ahí, se acercó a donde se hacían
los pedidos.
—Buenas tardes—dijo con voz baja.
—Buenas tardes ¿Qué pedirá?
—Una malteada de vainilla—dijo mirando lo primero que estaba en el
menú al lado de la mesa.
—Perfecto ¿Fría o al tiempo?
—Fría—dijo asintiendo.
—Son cinco mil quinientos setentaitrés wones, por favor.
Jimin sacó de su mochila la cartera y contó el efectivo, pagando con este.
—Aquí tiene.
—Gracias.
Espero unos momentos hasta que la chica le entregó la malteada, se volvió
y miró las mesas, había unas cuantas vacías, eligió una que estaba cerca de
una de las ventanas, pensaba que era buen momento para jugar algo en su
celular, así calmaría sus nervios, se preguntaba qué estaba haciendo Yoongi
en esos momentos, cabizbajo miró la ventana, sintiéndose perdido.
—¿Jimin? —preguntaron al frente, haciendo que retirara la vista de la
ventana para ver a la persona desconocida que le había llamado.
Frente a él estaba un chico alto, delgado, de cabello negro y facciones
finas, le sonrió aún sin saber realmente quien era, estaba seguro de que su
rostro lo había visto antes, pero no recordaba de dónde.
—Soy Lee Taemin, uno de los nietos de HongJae—dijo al comprender que
este no lo reconocía.
—Oh, lo lamento no te he reconocido—sonrió ladino—. ¿Cómo estás?
¿Estudias aquí?
—La mayoría de los Min estudiamos aquí—asintió—. ¿Qué haces aquí?
—SeokJin hyung me trajo, estoy buscando alguna universidad, creo que
tengo que estudiar—respondió asintiendo—. ¿Quieres sentarte?
—Claro—asintió tomando asiento frente a él—. Hace mucho que no te
veía, desde el funeral, debí acercarme, pero, realmente no sabía cómo, esas
cosas son complejas.
—Lo son—asintió jugado con sus manos.
—Y dime Jimin ¿Qué carrera planeas tomar? —preguntó con una ceja
alzada.
—No lo sé—suspiró terminando por hacer un pequeño puchero—. ¿Qué
estudias tú?
—Lo que la mayoría de la familia estudia, administración empresarial, mi
hermano mellizo JongSuk estudia finanzas, cosas aburridas—se encogió de
hombros.
—Suena algo complicado—frunció el ceño—. Pero genial.
—Realmente no sé en qué sería bueno—chasqueo la lengua.
—¿Qué es lo que hacías en Busan? —preguntó con una ceja alzada.
—Ayudaba a sembrar o recolectar la cosecha, cuidaba de animales de
granja y a veces inyectaba a las personas—ladeo la cabeza recordando.
—Bien, Licenciatura en agronomía, veterinario zootecnista o enfermero.
—Realmente no disfrutaba sembrar, me dan miedo los animales grandes y
le tengo pavor a la sangre.
Taemin rio por lo bajo. —¿Educación infantil?
—Me desesperan los niños—hizo un puchero.
—¿Algo más que hicieras? —preguntó con una sonrisa encantadora.
Jimin le miró perplejo, no había mucho que pudiera hacer en su hogar,
pero, al cabo de unos momentos repasando dolorosamente lo que hacía con
su padre, recordó que le ayudaba a algo más.
—Papá por mucho tiempo se hizo pasar como contador, yo pensé que lo
era, uno retirado hasta que me explicó la verdad—suspiró mirando el vaso
medio lleno de su malteada—. Me había dicho que le ayudaba a los granjeros
a llevar las cuentas y las declaraciones, cosas por el estilo, tenía libros...—
paró un poco ladeando la cabeza, entrecerró los ojos confundido dándose
cuenta de que tal vez, esos no eran libros de los granjeros, sino de la misma
empresa—. Ahora tiene sentido—susurró—. Me enseñó todo eso, llevar un
control, contabilizar y organizar las finanzas.
Taemin le observó con una ceja alzada, quiso hacer preguntas sobre ese
tema, indagar, pero se abstuvo, no pensó como pensaría alguno de los
miembros de su familia, quienes desconfiaban por completo de Jimin, no
creía que este fuera un oportunista, podía corroborarlo mirando sus ojos, tenía
una mirada que le ponía nervioso, porque era muy diferente a lo que estaba
acostumbrado.
—Ves, sabes hacer más de lo que piensas—sonrió ladino—. Puedes tomar
contabilidad financiera, eso te ayudaría mucho Jimin, mis padres me dijeron
que parte de la empresa es tuya, si no es que la mayor parte, tienes un equipo
que estuvo al lado de mi abuelo, es excelente, pero si quieres un consejo
tienes que saber en dónde estás, no quieres que los demás piensen que eres
demasiado inocente para manejarte a su antojo.
—Lo había pensado, quiero renunciar—dijo con una mueca torcida—. No
quiero esto, ni siquiera sé qué hacer, a quien dirigirme, es frustrante.
—Puedes venderle las acciones a mi familia, pero para eso tienes que
acceder a ellas, haciendo lo que el abuelo pidió, una carrera, mira, hazlo, tal
vez en el camino descubras que te gusta y ayudes al crecimiento de la
empresa.
—Tú familia me odia—rio con ironía—. No creo que ellos acepten
opiniones de alguien como yo.
—No es sencillo, pero, si ellos ven que realmente te interesa el imperio
familiar y no quieres gastar dejarlos de lado, las cosas serán diferentes, pero
Jimin, no sólo la familia Min son los terribles lobos del bosque, hay muchas
personas que querrán entrar a tu nuevo mundo, destruirlo o beneficiarse,
tienes que tener mucho cuidado, no confíes en cualquiera.
Se observaron por unos momentos, la atmosfera había cambiado a una
mucho más seria, Jimin se sintió nervioso, no creía ser capaz de poder
realizar lo que los demás esperaban, pero Taemin tenía razón, ni siquiera
podía renunciar sin tener que cumplir con los decretos de su padre, si no lo
hacía y sólo lo ignoraba, entonces estaría suspendido en el tiempo sin
encontrar una salida.
—Gracias por decirme esto—dijo con tranquilidad—. Eres uno de los
únicos que no me habla como si fuera un chico indefenso.
—Jimin me agradas, confieso que al principio no estaba muy de acuerdo
en esto, porque no te conocía, pero veo que eres buena persona, quisiera
seguir conociéndote, si aceptas esta universidad o cualquiera de estas
carreras, entonces, ten por seguro que te ayudaré en todo lo que pueda,
incluso fuera de lo académico, cuentas conmigo.
—Eres igual de amable que Yoongi y Jungkook, gracias.
Taemin le miró pasmado. —¿Yoongi y Jungkook? —rio por lo bajo—.
Jimin, cualquier lobo puede vestirse de cordero y parecer tierno, sólo ten
cuidado.
—¿Por qué? —preguntó ladino.
—Porque Yoongi es el heredero de todo, es el primer nieto—susurró—. Su
padre es, bueno, lo irás conociendo, sólo ten cuidado, las personas no son lo
que parece, ¿Quieres un consejo de un amigo? No le digas a Yoongi que estás
dispuesto a dejarles toda tu herencia.
Jimin boqueo, estaba por decir algo cuando a lo lejos vio que se acercaba
SeokJin y por una razón desconocida no dijo nada, dejó que este se acercara y
observó cómo su sonrisa decayó cuando se dio cuenta con quien estaba.
—Taemin—dijo volviendo a sonreír—. Es bueno verte.
—SeokJin—dijo él con respeto y una inclinación de cabeza—. Lo mismo
digo, bueno yo me retiro, tengo clases—volvió su vista hacía él—. Jimin,
espero verte pronto, cuídate.
Aquella última palabra dicha antes de que se marchara, le dejó con un
escalofrío recorriendo su cuerpo, SeokJin le miró amable, antes de sentarse
frente a él.
—¿De qué hablaban? —preguntó de manera casual.
—De la universidad—respondió asintiendo—. Es linda, me gusta.
—Bueno, eso es excelente, cualquier programa que elijas está disponible,
en un mes comienzan las clases, podemos ir por el montón de folletos, ¿Te
parece? Puedes checarlo con Yoongi, él es muy sabio, seguro te ayuda.
—Claro—sonrió incómodo, gesto que no pasó desapercibido por SeokJin.

—¿Contabilidad financiera? —preguntó con una ceja alzada.


Jimin asintió, siendo consciente de que estaba mucho más al pendiente de
sus reacciones, Yoongi sonrió ladino, estaba sentado en el sillón, Jimin estaba
a sus pies, sentado en el piso, mientras tenía los folletos en la mesa de centro,
se agachó para acariciar su mejilla.
—Cualquier cosa que desees está bien, es una buena carrera, si no llega a
convencerte puedes cambiarla—dijo con simpleza.
Las palabras de Taemin aún estaban en su mente, resonando con fuerza,
pero, toda preocupación o atisbo de desconfianza desaparecieron, se acercó
sin dejar de mirarlo, permitiendo que el mayor tomara sus mejillas y acortara
la distancia, terminando por besar sus labios de una forma cálida, su cuerpo
entero reaccionaba a aquel beso con deseo, sin embargo, se separó cuando
recordó algo más.
—¿Pasa algo? —preguntó Yoongi confundido.
—SeokJin me habló de...sabes que...las cosas que hacemos...yo...creo que
tengo que ir a un doctor.
Yoongi suspiró. —Si nosotros, seguimos con esto, entonces lo mejor es
que se haga eso—acarició su mejilla—. No podemos tener un hijo, no aún.
Aquella afirmación sobre el futuro hizo que su corazón comenzara a latir
con fuerza. —SeokJin dijo que me llevaría con uno en estos días.
—Muy bien—asintió—. Confió en Jin, él es muy bueno y amable, estoy
cansado, ¿Podemos ir a dormir?
—Claro—asintió perdido en sus ojos, Jimin no se daba cuenta de la sonrisa
de satisfacción de Yoongi al tenerlo tan sumiso a sus pies, de haberlo hecho
habría corroborado que no todos los corderos tienen piel de oveja.

Paso mucho tiempo desde la última vez que actualice xD gracias por
esperar, los amoooo
17

Taehyun amaba cada espacio de esa habitación, era preciosa, tintada de


colores azules claros, que hacían un contraste perfecto con el dorado y el
cristal, arte en las paredes, muebles vintage sin dejar el romanticismo de lo
que aquel lugar detonaba, caminó al balcón, por donde era fácil ver la
hermosa vista que le daba la torre Eiffel, habían llegado esa noche al Shangri
en Paris, no sabía si era el lugar que Jungkook tenía pensado desde un
principio para hospedarse, durante el vuelo lo vio hacer unas cuantas
llamadas, pero no estaba seguro si tenía que ver con su estadía, tampoco era
como si lo considerara necesario, por qué su mejor amigo se tomaría esa
molestia.
—Mi habitación está justo al lado—dijo Jungkook dejando el equipaje en
el suelo—. Ha sido un viaje cansado, puedes pedir algo a la habitación, yo iré
a dormir.
—Está bien—dijo volviéndose para sonreírle—. Gracias.
—No hay de qué, por la mañana tengo una reunión importante de
negocios, termino a las dos, podemos almorzar juntos y tener un día
entretenido, porque, pasado mañana iremos a los viñedos.
—¿A dónde iremos? Siempre que vengo es aquí, no conozco mucho de
Francia, no como quisiera.
—Iremos al Valle de Loira, específicamente a los viñedos, pero, si quieres
conocer el castillo de Chenonceau, podemos hacerlo.
—Vaya, eso sería increíble—sonrió ladino.
—Mañana mientras no estoy ve de compras—le guiñó el ojo—. Busca un
lindo traje para una cena elegante, si todo sale bien mañana, entonces
celebraremos.
—Perfecto—asintió sin dejar de sonreírle.
Jungkook le miró con un suspiro antes de encaminarse a la puerta y dejarlo
solo, Taehyung le acompañó y se despidió, cuando se quedó solo suspiró
pesadamente, se encaminó a su maleta para sacar su pijama y dormir, estaba
cansado, no sólo por el vuelo, sino también por lo que había sucedido antes
de este, su teléfono no había sonado ni una vez, esperaba un mensaje después
de aquella llamada, uno donde Hoseok se disculpaba, pero no era así, se
sentía un idiota, limpió algunas de las lágrimas que habían salido y decidió
meterse a la tina para tomar un baño y relajarse antes de dormir, por alguna
razón estaba nervioso y entusiasmado por el siguiente día.
Al siguiente día, Taehyung despertó con la luz de la mañana mojando su
rostro, era delicioso, la cama en la que había dormido era una de las más
cómodas, sentía que el cansancio se había ido de sus hombros, se sentó
estirando su cuerpo, eran apenas las ocho de la mañana, sonrió ladino, pasaría
la mañana comprando antes de tenerse que reunir con Jungkook para el
almuerzo. Revisó su teléfono donde tenía un mensaje de Jin preguntando en
dónde estaba, decidió no contestar, su primo se conformaría con saber que
leyó el mensaje, se levantó para ir al baño y mojar su rostro, lucía bien
después de un sueño reparador, a pesar de haberse dormido llorando.
Salió al tiempo que la puerta era tocada, se acomodó el cabello y fue a
abrir, un chico vestido de negro llevaba un carrito con el desayuno que él no
había pedido.
—Bonjour monsieur, votre petit déjeuner (Buenos días señor, su desayuno)
—no dijo nada, sólo dejó que acomodara la bandeja en la mesa enana.
—Merci—agradeció antes de que este saliera por la puerta, cuando se
acercó a la bandeja el aroma que esta desprendía era esquicito, sonrió al ver
una nota cerca, al abrirla, en perfecta caligrafía estaba un mensaje.
Buenos días Tae, espero que hayas descansado, supuse que tendrías
hambre, disfruta de una buena mañana, nos vemos a las dos en el café Le
Dome"
Sonrió cerrando la tarjeta y mirando su desayuno, estaba hambriento, antes
de comer, sacó su celular para mandarle un mensaje a Jungkook,
agradeciendo el gesto y deseándole buena suerte en su reunión, eran amigos
desde muchos años atrás, sabía de buena manera que Jungkook se había
esforzado muchísimo para crear su propia marca de vino, y para posicionarse
en el mercado sin la ayuda de su familia, había crecido enormemente y estaba
muy orgulloso.
Mientras desayunaba, mirando por las puertas abiertas del balcón la torre,
afirmaba que Jungkook era un amante del romanticismo oculto, rio por lo
bajo imaginando lo afortunada que sería la persona que estuviera a su lado,
aunque ese simple pensamiento lo llenó de melancolía, si Jungkook se
enamoraba, era posible que sus atenciones no volverían a estar sobre él, no
era estúpido, nunca lo fue, sabía que el corazón de su mejor amigo estaba
ocupado por una persona que no le correspondía, él, muchas veces intentó
imaginar qué pasaría si se enamoraba de Jungkook, estaba seguro de que sus
atenciones serían así, todos los días, que lo consentiría, que le tomaría de la
mano en la calle y no ocultaría su amor, era el partido perfecto, sin embargo,
él no sentía más que cariño y respeto, era su mejor amigo y su corazón estaba
ocupado por Hoseok.
Pero aquel amor se estaba ensombreciendo poco a poco por el dolor, de
saber que él no era su prioridad, porque mientras él lloraba su ausencia,
Hoseok mostraba fotografías de su novia en la playa, no comprendía por qué
no la dejaba sino la amaba, si lo había prometido en más de una ocasión, sino
dejaba de llenarle la cabeza diciendo que era especial.
Con la melancolía creciente en su interior, se obligó a levantarse, tomar un
baño y vestirse, para hacer una de las cosas que más le gustaba, comprar,
tenía que encontrar un traje lindo para aquella noche, porque estaba seguro de
que Jungkook tendría una buena reunión.
Las calles de Paris estaban llenas de vida, de arte, de una clásica
decoración que siempre le impresionaría, era afortunado de haber asistido en
varias ocasiones como modelo, embajador de marcas internacionales y con
un renombre que pesaba dentro de la industria, disfrutó probarse varios
atuendos, comprar cosas para su sobrino, para Jin y para Jimin, este último le
causaba ternura. Mirando los trajes encontró uno que sin duda iba con su
personalidad y no dudo en comprarlo, estaba listo y antes de las dos ya se
encontraba en aquella cafetería, en una de las mesas de afuera esperando a
Jungkook.
Pensaba en llamarlo cuando lo vio bajar de un taxi, este llevaba un traje
gris sencillo, al verlo le sonrió, se acercó y se sentó frente a él. —Lamento
haberte hecho esperar, estaba despidiéndome de algunas personas.
—Por la sonrisa en tu rostro supongo que todo ha salido bien ¿Verdad?
Jungkook agrandó aún más su sonrisa. —Oh cariño, espero que hayas
elegido un buen traje para esta noche.
—¡Felicidades Jungkookie! —dijo emocionado—. Aunque sabía que lo
lograrías, siempre logras lo que te propones, eres como un chico con mucha
suerte.
—Si estoy sentado aquí, con esta maravillosa vista en esta increíble tarde,
mirando al chico más hermoso de todo Francia, claro que soy un chico con
mucha suerte—le dijo con una sonrisa ladina.
—Oh tienes suerte de tenerme Jungkook, soy el modelo más solicitado—
sonrió sarcástico con una ceja alzada—. Pronto serás muy importante
¿Debería de casarme contigo?
—No lo sé lindo, allá hay una joyería ¿Quieres que te compre un
diamante?
Taehyung soltó una carcajada. —Gracias—dijo seriamente, con el
agradecimiento adornando sus ojos—. Sé que siempre lo digo, pero sin duda
estaría perdido sin ti, eres y siempre serás mi tabla de salvación, no sé qué
habría hecho sin ti, creo que me habría quedado en mi departamento siendo
patético y llorando hasta quedarme dormido.
—Te quiero, eso lo sabes, pero Tae, no siempre podré estar a tu rescate,
mucho menos cuando me alejas de ti—suspiró con una mueca—. Estoy
preocupado, no hablaré de él, porque sabes que nada bueno pueda salir de mi
boca, pero Taehyung, es momento de que comiences a ver que esta situación
te está lastimando. Ya no eres el mismo, estas esperando por él cuando antes
sólo querías vivir y disfrutar la vida.
—Es difícil ¿Sabes? Porque realmente lo amo, no pensé que me
enamoraría, al principio era un juego solamente, pero después de un tiempo,
la admiración y el cariño, se convirtieron en amor y este está creciendo día
con día, no puedo evitar amarlo, tal vez no me entiendas.
—Te entiendo—aclaró la garganta—. No puedes evitar amar a alguien, es
imposible, pero, ¿Realmente es sano? Deberías encontrar a una persona que
se desviva por ti, porque tienes todo para tener loco a alguien, si yo estuviera
en su lugar, no dejaría de decirte lo mucho que te amo, lo demostraría con
cosas que merezcas, como un desayuno en Paris.
—Qué cosas dices—rio por lo bajo, pero sus mejillas se colorearon
ligeramente—. Aunque ciertamente, este lugar es precioso.
—Lo es—asintió—. Mis padres amaban venir aquí, pero con el tiempo
dejaron de hacerlo, supongo que el trabajo se volvió su prioridad, espero que
eso no me pase, si algún día tengo a alguien lo llevaré a viajar conmigo por el
mundo.
—Eso sería encantador—concordó—. Aunque, mis padres siempre
viajaban, nunca me llevaban, casi no los vi, por eso me críe con SeokJin.
—Debió ser difícil, seamos mejores padres—sacó de su chaqueta un
cigarrillo, el cual puso en sus labios—. ¿Estás listo para pedir algo?
—Sí, creo que si—le observó fijamente, tenía la torre detrás, con aquellos
lentes oscuros, la sonrisa de conejo y un porte espectacular, sin duda era
divino verlo. Negó ligeramente y se limitó a mirar la carta, estaba pensando
de más.
Después del almuerzo, ambos decidieron caminar por la plaza, antes de ir
al hotel para prepararse, Jungkook le hablaba animadamente sobre sus
negocios y sobre la esperanza de poder estar cerrando uno de los acuerdos
más grandes, que posicionaría a su marca en un puesto superior, compitiendo
con los grandes, a medida que escuchaba él mismo se emocionaba.
—Pero, eso significa que tienes que mudarte aquí ¿Verdad? —preguntó
cuándo el tema de conversación se puso mucho más serio.
—Por un tiempo, por lo menos un año—asintió—. O puede que hasta más,
depende del proceso, sabes que me gusta mucho supervisar mis negocios de
cerca, sobre todo si estos son nuevos, quiero estar presente. ¿Por qué el
puchero?
—Creo que será difícil no verte todos los días, es sólo eso—se encogió
ligeramente de hombros.
—Siempre puedes venir conmigo.
—Tengo un trabajo.
—¿Y? Puedes ser el mejor modelo de Paris si te lo propones—alargó el
brazo para rodear sus hombros—. Yo preparo mi vino, mientras tú te
preparas para posar con las marcas más reconocidas a nivel mundial.
—No creo tener lo necesario—rio por lo bajo, rodeando con su brazo su
cintura—. Tan vez me vuelva camarero.
—Entonces tendría que ir todos los días por un desayuno que se enfriará
porque estaré muy ocupado mirándote, creo que serás un éxito a donde quiera
que vayas.
—Lo dices porque me aprecias—bufó, pero su ego estaba por las nubes
por todo lo que le escuchaba decir—. Me encantaría casarme aquí.
—Eres un romántico empedernido Tae—negó sin dejar de reír.
—No fijas que tú no lo eres—chasqueo la lengua—. Jungkook casémonos
en Paris.
—No me ilusiones Tae, porque en este momento puedo estar planeando el
nombre de nuestros hijos.
Taehyung se permitió imaginarlo por unos momentos, corroborando que
efectivamente, su vida sería diferente si se hubiese enamorado de Jungkook,
lamentablemente todo era una ilusión creada por el momento y por la vista,
nada entre ellos era real, porque su corazón le pertenecía a Jung Hoseok.
Estaba nervioso, no muchas veces se había sentido así, se trataba de
recordar a sí mismo que esa no era una cita, sólo una celebración con su
mejor amigo, pero había tenido especial cuidado en su vestuario y en su
arreglo, se miró nuevamente en el espejo, llevaba un traje color ladillo claro
de seda, sobre una camisa blanca con dos botones descubiertos y su cabello
castaño ondeando alrededor de su rostro, le gustaba mucho como lucía, tomó
un abrigo negro y salió de su habitación, olvidando por completo su celular,
no quería seguir al pendiente de un mensaje o una llamada que no recibiría,
esa noche estaba para disfrutar el logro de su querido amigo, bajo en el
ascensor hasta el lobbie, buscó con la mirada hasta que lo vio.
Casi deja caer la mandíbula, nunca iba a negar a admitir que Jungkook era
muy apuesto, su cuerpo era fornido y su rostro una adquiría un semblante
seductor cuando lo quería, como en ese momento, llevaba unos pantalones de
vestir negros, una playera de cuello de tortuga del mismo color y una
gabardina color gris Oxford, su cabello estaba peinado hacía atrás y le
sonreía, se acercó sintiendo una extraña sensación en la boca del estómago.
—Te ves espectacular Tae—dijo con un tono de voz muy profundo, nunca
antes había empleado ese tono con él, pero no le molestó, al contrario.
—Mérate nada más, creo que decir que luces increíble es poco comparado
con la realidad, estás apuesto esta noche—sin saberlo le había hablado al
tiempo que tomaba su brazo y le sonreía con picardía.
—Bueno, es una noche especial, ciertamente merecía este tipo de
vestuarios, vamos que muero de hambre.
Lo condujo a la salida del hotel, mordió su labio inferior, aquello parecía
ser una cita, una en donde no tenía que esconderse, le gustaba la sensación de
estar al lado de alguien que, en vez de esconderlo, hacía todo lo posible
porque se luciera, era nuevo, y le encantaba.
Un auto negro les esperaba, Jungkook le abrió la puerta de atrás, donde
subió, este lo acompañó enseguida, ambos estaban sonrientes y tranquilos,
mostrando un aura de jovialidad, no tuvieron que decir la dirección, porque el
chofer ya sabía a donde se dirigían, menos Taehyung, quien le miró curioso.
—¿A dónde vamos?
—Una sorpresa—se encogió de hombros, alargó la mano y acaricio
ligeramente su mejilla—. Hueles delicioso.
—Compre un perfume hoy, Paris merece ser vivido como un nuevo yo
¿No te parece?
—La idea es maravillosa, seamos nuevas personas aquí—asintió riendo
por lo bajo—. Si hubiera sabido que Paris saca lo mejor de ti, te habría traído
mucho antes.
—Amo esta ciudad—hizo un puchero—. Quedémonos aquí para siempre.
—Esta tarde dijiste que no.
—Bueno he cambiado de opinión, estoy a nada de decir que sí, que te
acompañaré ese año, supongo que sería agradable.
Jungkook tragó en seco antes de asentir. —Lo sería, imagina, una casa en
el campo cerca de los viñedos, donde pudiéramos explorar, beber hasta la
madrugada con la chimenea encendida y desayunos al aire libre, compras los
fines de semana, fiestas elegantes, pero, sobre todo, la mejor compañía.
—Jungkook—dijo sin dejar de mirarlo—. ¿Estás pidiéndome que viva
contigo?
—Claro—asintió.
—Quiero aceptar—rio encantadoramente—. Pero aun quiero estar en
Seoul para navidad. Tus padres nos matarían sino asistimos.
—Faltan dos meses para eso, pero tienes razón, regresemos después de
navidad.
—Es un trato—elevó una de sus cejas.
—Lo es—suspiró.
Cuando llegaron, Jungkook sonrió, espero a que el chofer les abriera la
puerta y le tendió la mano al bajar. Taehyung estaba encantado, flotando en
un cuento de hadas, cuando miró el restaurante supo que la noche no iba más
que mejorando. Le pré Catelan, era uno de los mejores restaurantes de Paris,
Jungkook no soltó su mano, la puso en su antebrazo y avanzó por la alfombra
hasta la entrada, donde estaba un guardia de uniforme impecable, quien les
dejó entrar abriendo la puerta para ellos, el interior, era mucho mejor de lo
que lucía por fuera, una señorita se acercó a ellos.
—Bonsoir messieurs—les dio las buenas noches con una sonrisa
encantadora.
—Bonne soirée mademoiselle—respondió Jungkook—. Nous avons une
réservation, au nom de Jeon Jungkook.
—D'accord suivez moi s'il vous plait—les indicó un pasillo, el cual
recorrieron con tranquilidad, el interior era precioso, elegante y costoso,
siguieron a la señorita hasta una de las mesas alejadas, que estaba cerca de
una ventana que daba al exterior, había algunos comensales disfrutando de la
comida y la música intrumental.
—Merci—dijeron al unisono, Jungkook le alejó la silla para que se sentara,
aquello le impresionó porque nunca había hecho eso antes, se sentó sin dejar
de mirarlo.
La mujer se alejó no sin antes decirles que pronto vendrían a atenderlos,
Taehyung miraba con anhelo todo lo que había a su alrededor. —¿Te gusta?
—preguntó Jungkook satisfecho de ver su sonrisa.
—Es hermoso—asintió—. Nunca había tenido la oportunidad de venir,
siempre que he venbnido a Paris es po trabajo o de compras, este viaje esta
siendo muy interesante.
—Me alegro que te guste—suspiró para evitar sonreír de satisfacción—.
En otra ocasion podremos recorrer Paris entero, aunque nos tomaría más de
un año, ¿Y si nos quedamos aquí toda una vida?
—Eso me suena interesante—asintió—. Pero centremonos en el presente,
estamos aquí para celebrar tu logro Jungkook, uno en el que has trabajado
demasiado.
—Me estoy convirtiendo en alguien genial, respetado, pronto mis vinos
competiran con los mejores del mercado, me expandiré, me gusta lo que he
logrado, ¿Pretencioso?
—No—negó—. Es realista.
—Y tú mi querido Tae ¿Estás logrando lo que has soñado? —preguntó
acomodando los codos en la mesa, y dejando su barbilla en sus manos.
—Supongo que sí, no pienso mucho en eso, poco a poco me estoy
haciendo conocido, eso es bueno, mejores contratos, marcas exclusivas—se
encogió de hombros—. Soy feliz con mi estatus profesional.
—¿Y ese es tu sueño?
—Sí, es parte de él, para estar completo se necesita una buena solvencia
económica y ser catalogado como el mejor en cualquier cosa a la que uno se
dedique, en ese aspecto me siento satisfecho, aún hambriento por más.
—Tienes todo para comerte el mundo Taehyung—elevó una ceja—.
Belleza, inteligencia, ingenio y un hermoso corazón.
—¿Por qué me sigues viendo de esa manera? Me incomoda—dijo
desviando la mirada.
—Bueno, también eres un poco idiota a veces—bufó acomodándose en la
silla—. ¿Mejor?
—Un poco—asintió riendo por lo bajo—. Para ti siempre seré idiota.
—Tú sabes bien por qué pienso que eres un idiota, pero, no todo es tu
culpa, sino de él.
—No pude evitar enamorarme JungKook y cuando te enamores lo vas a
entender.
Jungkook lo miró fijamente, tanto que se sintió desnudo, como si este
pudiese ver a través de sus ojos, directo a su interior, y podía, estaba seguro
de que podía hacerlo.
—Te entiendo mejor de lo que puedes llegar a imaginar Taehyung—dijo
con una ligera mueca—. Nadie decide de quien enamorarse, lo entiendo, pero
sí de poner un alto cuando lastima, el amor no debe doler.
—No hablemos de eso ahora, no en este momento. Por favor.
Jungkook suspiró y asintió. —Tengamos una buena noche, ya sé, yo seré el
músico que trabajo horas para pagarle un lindo restaurante a quien quiere
impresionar.
—¿Ah si? ¿Y por qué haría eso?
—Porque se siente muy enamorado—se encogió de hombros.
Taehyung comenzó a reír y asentir. —Bien, sólo te la dejaré más fácil
porque es un lindo lugar—podía sentir como sus mejillas estaban sonrojadas.
El mesero volvió, dejando la carta y una botella de vino, les sirvió, ambos
se concentraron en ver lo que había y pidieron la especialidad, Jungkook
tomó su copa y la acercó a él, Taehyung sonrió ladino y la chocó ligeramente.
—Salud, por un buen negocio—dijo el pelinegro con orgullo.
—Salud, por las nuevas oportunidades y por está noche en Paris.
Sin dejar de mirarse probaron el vino, Jungkook bufó. —Los míos son
mejores.
—De eso no hay duda.

La noche era hermosa, cuando llegaron al Hotel, lo hicieron en medio de


una sesión de risas, era bueno pasar el tiempo con el otro, Jungkook llevaba
de la mano a Taehyung quien no dejaba de hablar de lo deliciosa de la
comida, había decidido regresar temprano, porque por la mañana tendrían un
pequeño viaje al Valle de Loira, donde visitarían uno de los viñedos que
estaría produciendo el nuevo vino de Jungkook.
—Bueno—suspiró Jungkook recargando la espalda en la pared de cristal
del elevador—. Ha sido una buena noche.
—Una de las mejores—rio Taehyung mirándolo—. Siempre me divierto
estando contigo.
—He de tomar eso como uno de los mejores halagos que me han dado.
—¿Esperabas menos? Somos mejores amigos, pasar buenos momentos
juntos es un requicito.
Jungkook suspiró. —Tienes razón, lo es.
Las puertas del elevador se abrieron, ambos salieron y caminaron en
silencio por el pasillo, aquellas últimas frases habían puesto tenso el ambiente
sin saber, Jungkook se paró en la puerta de la habitación de Tae, mientras que
este entraba, lo miró unos mometos, sosteniendo la puerta, la mirada de
ambos era profunda y sus respiraciones aumentaron.
—Te veo por la mañana—dijo Jungkook con una ligera sonrisa.
—Descansa—asintió alejándose para cerrar la puerta, se recargó en esta
sintiendo sus mejillas arder—. ¿Qué carajo estás pensando? —se recriminó a
sí mismo.
Se preparó para ir a la cama, antes de apagar la luz de la lámpara, miró su
teléfono, había un mensaje de Hoseok, que le removió las entrañas.
Hobi bebé
Regresé antes a Seoul, pude escaparme de ellas, pensé que estarías en
casa, así que compre comida y bebidas...

Pero no estás, Jin me djo que estabas en un viaje, no es difícil adivinar con
quien, Tae, sé que estás molesto, lo entiendo muy bien, créeme que lo sé,
pero, por favor, sólo dime que estás bien, dime que estamos bien.
No me contestas, yo estoy listo para dormir, ¿Estabas vestido así como la
foto que subiste a instagram? ¿Hay algo con lo que no luzcas bien?
No te voy a prometer un viaje, pero, podemos ir a cenar, a ese restaurante
que te gusta mucho, el de cortes de carne, sólo responde.
Tae...por favor, lo siento.

Bloqueó el teléfono dejándolo en visto, hizo una mueca, la foto que le mandó
era algo que hizo latir su corazón con fuerza, ¿Por qué? Cómo era que
después de todo no podía sacarlo de su mente, ¿Por qué no podía enamorarse
de alguien más? Intentó no pensar en nada para dormir, pero a duras penas lo
logro, los mensajes de Hoseok estaban rondando en su mente y la noche con
Jungkook también, estaba confundido.
No canten victoria o elijan aún, este trío tiene muchas cosas preparadas
xD
Nos leemos el jueves
18

—No pensé que te vería este día, ha pasado mucho tiempo.


La vio sonreír, aquella sonríes pequeña y tierna, la que le robaba el aliento,
había intentado ignorar su ausencia, aunque en las noches se quedara más de
la cuenta despierto pensando en ella, en lo que podría estar haciendo y con
quien, por más mensajes y llamadas que le hacía esta parecía no tener
intención de comunicarse, lo cual le dolía en el alma. Estaba enamorado, la
había amado desde el primer momento en que la vio, era la mujer de sus
sueños, a quien quería para permanecer, com quien deseaba casarse y formar
una familia, claro que esos nunca fueron sus planes, desde el inicio de su
unilateral relación ella dejó claro que lo suyo era solo satisfacción y
diversión, nada los ataba.
—He viajado—dijo como si él no lo supiera—. New York, amo esa
ciudad, amo todo de ella, quisiera mudarme para vivir ahí por siempre.
—¿New York? —elevó su ceja—. Viajar es lindo, pero al vivir ahí pierde
su encanto.
—Estoy segura de que jamás me desencantantaré de esa cuidad—río
catarina—. Mi padre me regaló ese viaje por cerrar un trato, no pude
negarme, y sabrás que estaba disfrutando de la cuidad como para atender el
teléfono.
—Lo entiendo—dijo intentando que no le afectará—. Debes haberlo
disfrutado mucho.
—Lo hice Yoongi, ¿Y tú? Sigues siendo aburrido como siempre—dijo
burlesca.
—No todos tenemos la fortuna de tener una vida más relajada Jennie—
rodó los ojos.
—He sabido por algunas personas que has estado muy ocupado
últimamente ¿Cómo es que se llama tu acto de caridad? Pobre chico,
huérfano en una cuna de lobos hambrientos.
—¿Crees que sería capaz de hacer algo en contra de alguien? —preguntó
ofendido.
Jennie se acercó a él, eso lo puso nervioso, todo en ella le ponía los pelos
de punta, había sido un alivio que Jimin no estuviera en el departamento
cuando ella llegó. Ella puso sus manos en su pecho y suspiró.
—Mi lindo títere, es feo ver como tu familia te maneja a su antojo
¿Siquiera te gusta?
—No, sabes bien cuales son mis sentimientos—la tomó de la cintura y la
acercó a su cuerpo—. ¿Quieres cenar conmigo está noche?
—No puedo—suspiró separándose de él—. Tengo una cena de negocios, y
mañana viajo de regreso a Estado Unidos.
—Pensé que estarías aquí, ¿Por qué tienes que irte?
—Dejé algo importante allá—se encogió de hombros—. Sólo quise venir a
verte, después de todo somos amigos ¿No es así?
—Sí—asintió—. Amigos.
—Me alegra saber que estás bien, aunque no puedo cenar contigo, acepto
que me des algo de beber.
Sus ojos brillantes y llenos de picardía le hicieron sonreír, todos tenían su
debilidad y la suya era Kim Jennie.

—No te muevas tanto—dijo posicionando una mamo en su pierna


izquierda, la cual mantenía un movimiento incesante y rápido.
—Perdón, me siento nervioso—hizo una mueca abrazándose a sí mismo.
Esa mañana SeokJin había pasado por él temprano para llevarlo al doctor,
nunca antes había estado en un ginecólogo y eso le erizaba la piel, su padre
no le hablaba mucho sobre relaciones sexuales o lo que implicaban, de hecho,
no le había mencionado nada, lo único que sabía venia de la boca de sus
compañeros de instituto, nunca se interesó, no hasta que llegó Yoongi a su
vida. Era un ignorante y eso le incomodaba.
—Todo estará bien, entraré contigo, sólo por hoy, las demás veces entrarás
solo.
—¿Debo venir más de una vez? —preguntó con una ceja alzada.
—Sí—asintió—. Mínimo dos veces al año, siempre debes cuidarte Jimin.
—Bueno—hizo una ligera mueca lleno de preocupación—. ¿Crees que
pueda tener un bebé?
SeokJin le miró extrañado, suspiró y negó. —No lo sé, eso lo
descubriremos ahora—se encogió de hombros—. Aunque si me preguntas, no
lo creo, pero, en un futuro si no son cuidadosos puede suceder.
—No me gustaría que pasara, no aún. En unos años...si tengo una
pareja...esas cosas.
—Nadie quiere un hijo antes de lograr sus metas, es mejor así Jiminie.
Jimin asintió, si bien, nunca se había planteado la posibilidad de tener un
hijo, en esos momentos su mente voló en la imaginación, recreando un
pequeño niño, lo imaginó con el cabello negro, piel pálida, ojos pequeños y
mejillas regordetas, a sus ojos era hermoso, esa simple imagen le hizo sonreír
con nostalgia, porque, no podía seguir pensando en esas cosas, él y Yoongi
no eran una pareja y dudaba mucho que este tuviese un poco de afecto hacia
él.
—Pero también hay quienes quieren ser padres y no les importa la edad,
por ejemplo Namjoo y yo, vaya que Soobin fue buscado, aunque creo que fue
en el viaje a Bora Bora en donde se concibió.
—¿De verdad?
—Claro, Namjoon siempre quiso ser padre y a mi me gustaba la idea,
aunque nuestros padres no se pusieron felices, aman a mi hijo, nadie podría
no hacerlo.
Jimin rio encantado. —Es un niño hermoso.
—Lo es—asintió.
—Park Jimin—una enfermera llamó su atención, ambos se volvieron hacia
ella—. Puede pasar.
—Muy bien, gracias—fue SeokJin el que respondió, porque estaba tan
nervioso que se había quedado sin habla.
Ambos se levantaron y caminaron el pequeño tramo de pasillo que
quedaba para llegar al consultorio, Jin se encargó de abrir la puerta, dentro
todo era claro y elegante, un hombre sentado en un escritorio color marrón se
puso de pie para recibirlos.
—Buenos días doctor Choi—dijo Jin con la formalidad que le
caracterizaba.
—El bueno verlo de nuevo joven Kim, bienvenidos, por favor, tomen
asiento. Soy Choi Siwon, doctor especialista en donceles.
Jimin asintió, estaba inhibido, por lo que Jin se comportó como su
hermano mayor y hablo por él.
—Traje a mi amigo, es Park Jimin.
La vista del hombre recayó en él. —Es un gusto conocerlo ¿Es su primera
vez?
—Sí, nunca había asistido a un doctor, bueno sí, usted me entiende.
—Lo hago, no te preocupes, todo lo que pase aquí siempre será por tu bien
y con todo tu consentimiento, ¿A qué debo su consulta?
Jimin relamió sus labios. —Quiero un método anriconceptivo.
—Entiendo, muy bien, te voy a hacer algunas preguntas—dijo mirando su
computador—. ¿Cuántos años tienes?
—Veintitrés, cumpliré veinticuatro el trece de de octubre.
SeokJin le miró con una ceja alzada. —En una semana.
—Sí—asintió.
—¿Cómo supieron que erás un doncel?
—Análisis de sangre, tenía siete años.
—Muy bien, ¿Eres sexualmente activo?
Sus mejillas enrojecieron, asintió sin mirarlo. —Hace dos meses que lo soy
—dijo con una mueca.
—¿Te cuidas con algo?
—Condón...a veces—suspiró.
—¿Cuándo fue tu última relación sexual sin preservativo?
—Por lo menos dos o tres semanas—dijo con una mueca.
—Bien, antes de recomendarte un método, tengo que ver si hay
posibilidades de un embarazo, ¿Tienes la vejiga llena?
—Algo—asintió recordando que SeokJin le había hecho tomar mucha
agua.
—Te haré un ultrasonido transuterino, a estas semanas es posible por lo
menos ver el saco gestacional—explicó—. Pasa por aquí, ahí hay un baño,
tienes que quitarte la parte de abajo de tu ropa, incluyendo ropa interior.
Jimin miró alarmado a SeokJin quien le sonrió. —Es algo normal, te
acompaño.
Estaba demasiado nervioso e incomodo, no quería estar en ese lugar, ni
siquiera comprendía cómo era que harían el ultrasonido, no se mostraba
como en las películas, mientras se quitaba la ropa inferior, su fastidio era tal
que quiso llorar ¿Y si estaba embarazado? ¿Cómo se supone que serían las
cosas con Yoongi si ellos ni siquiera eran una pareja?
—¿Estás bien Jimin? —preguntó SeokJin en la puerta.
—Sí, ya voy—suspiró al tiempo que enredaba en su cadera una manta azul
y salía a paso lento.
El docto estaba sentado al lado de una camilla, Jin le ayudó a subir y se
posicionó a su lado, el doctor le miró.
—Tienes que abrir tus piernas, colocar cada pie en uno de estos—señaló
dos posa pies cerró los ojos y lo hizo—. No te preocupes, ahora. Mira.
Cuando abrió los ojos vio que en las manos del doctor había un aparato
blanco alargado y no tan grueso. —Induciré esto en el conducto anal, verás,
la anatomía de los donceles es diferente a la anatomía masculina y a la
femenina, tiene ambas composiciones pero no a un nivel completo. Sus
características masculinas son menores que las de un hombre normal,
secretan también menos testosterona, y en cuestión anatómica cuentan con un
útero que se encuentra un poco más abajo que la vejiga, entre la próstata,
cuenta con ovarios y la matriz, pero sólo eso.
Jimin no estaba entendiendo nada de lo que decía, pero asintió. —¿Qué
significa eso?
—Las mujeres cuentan con ciclos menstruales, donde hay cambios
endócrinos y anatómicos, en un doncel pasa algo diferente, ellos cuentan con
ciclos de calor, no es como celos de animal ni mucho menos, sino son días en
donde están más sensibles, el crecimiento del endometrio sucede después de
la fecundación, no antes, es por eso que los embarazos de donceles en las
primeras semanas son muy peligrosos, porque la implantacion es débil—sacó
un botecito con sustancia acuosa—. Ahora bien, hay una misma entrada, pero
hay dos conductos diferentes, uno de ellos es el conducto anal, que está
conectado al intestino, y el otro es el conducto uterino, cuando hay un
orgasmo, el conducto anal se cierra, dejando sólo libre el conducto uterino,
así puede haber un embarazo, sin embargo, no siempre sucede de esa manera.
—¿Por eso algunos donceles son infertiles? —preguntó esta vez Jin.
—Es normal que a veces los conductos no se cierren, pero hay días de
calor, donde al haber un orgasmo este se cierra y además, el útero está en
condiciones para cerrarse por cuarentaiocho horas y que la fecundación
ovular será más eficaz, los tratamientos con donceles van, desde no permitir
que los conductos se abran o cierren, dependiendo si quieren hijos o no. Hay
donceles que tienen un sistema anatómico muy deficiente y eso impide una
implantación, los conductos no funcionan bien y son infertiles, hay hombres
que no saben que son donceles hasta que sus esposas no pueden concebir, la
eyaculación de los donceles, es más flujo lubricante que espermatozoides.
—Jamás me explicaron esto en la escuela—susurró Jimin.
—Eso es porque la población de donceles sigue siendo pequeña, y algunos
saben que lo son, pero deciden tener parejas diferentes.
—Entiendo.
—Voy a introducir esto—explicó—. Sentirás presión e incomodidad, pero
te voy a pedir que te relajes.
—Flojito y cooperando Jimin—dijo Jin acariciando sus cabellos.
El doctor no mentía cuando dijo que sería incomodo, porque lo fue, sin
embargo, no era algo de lo cual alarmarse. —Mira—dijo señalando la
pantalla—. Las ondas muestran el estado de tus órganos y estructura interna,
no hay implantación, así que no hay embarazo—sintió con el alma regresaba
a su cuerpo—. Revisemos el estado de tu útero tiene un tamaño promedio, los
ovarios miden menos de diez centímetros, lo cual es excelente, voy a sacarlo.
Cuando estuvo libre de esa cosa, bajó los pies y cerró las piernas, el doctor
siguió con su explicación y le permitió ir a cambiarse, al hacerlo se sentía
más seguro y tranquilo de no estar embarazado, regresó al escritorio y se
sentó.
—Ahora que vimos que todo está bien, hablemos de tu método, para las
mujeres hay muchos métodos, para los donceles, sólo dos que realmente
funcionan, las inyecciones y las pastillas. Las dos tienen el mismo grado de
eficacia, son seguras, tienen algunos efectos secundarios, dolor de cabeza,
aumento de peso, claro que depende de cada cuerpo. ¿Qué tan bueno eres
recordando tomar pastillas?
—Sinceramente no soy bueno—negó con una mueca.
—Podemos probar con la inyección, hay una que se pone cada tres meses
—dijo con una sonrisa amable—. Sólo tienes que venir a tus consultas y te la
ponemos, y no hay problema.
—Creo que esa está bien—asintió.
—Muy bien, te pondremos la primera dosis, pero no puedes tener
relaciones sexuales sin condón por siete días. ¿Está bien?
—Sí, está bien.
Jimin suspiró, no estaba realmente seguro si quería hacer aquello, sin
embargo, SeokJin tenía razón, si iba a tener relaciones, entonces, debía ser
responsable.

—Muchas gracias por haberme llevado—dijo a Jin quien le sonrió.


—No tienes de qué preocuparte—dijo con una sonrisa—. Sólo recuerda tus
citas y ya. Nos vemos Jiminie, descansa, cualquier cosa me llamas.
—Gracias hyung—dijo saliendo del auto, se despidió con la mano y entró
al edificio, tenía muchas cosas en su mente.
Estaba distraído, no prestaba atención y cuando salió del elevador, chocó
contra alguien. —Lo siento mucho—dijo al tiempo que miraba a aquella
persona, era una mujer, cabello negro, rostro angelical, está sonrió.
—Descuida—dijo pasando a su lado para entrar al elevador—. Buena
tarde.
—Igualmente—dijo sin dejar de mirar como las puertas se cerraban,
cuando pasó a su lado por un momento pudo oler el aroma a la colonia de
Yoongi, negó creyendo que se había confundido, caminó a la puerta y abrió
con el código que Yoongi le había dado, cerró y se quitó los zapatos.
Caminó por el pasillo, estaba cansado, no pensó encontrar a Yoongi
sentado en la sala, este estaba vistiendo un bata de baño negra, su cabello
estaba mojado, se acercó a él y le sonrió.
—Pensé que no estarías.
—Me iré en unos minutos—dijo con seriedad.
—Oh, Jinnie me llevó al doctor—dijo sentándose a su lado—. Todo está
bien, usaré la inyección dura tres meses, dijo que no podíamos hacerlo sin
protección por siete días. Yo...aprendí mucho hoy, fue interesante, después
fuimos a un café...
—No me interesa—gruñó molesto poniéndose de pie.
Jimin se quedó ahí, sentado y confundido, suspiró recargándose en el sillón
y bajando la mirada, estaba triste, era en esos momentos donde más extrañaba
a su padre y su hogar. Se quedó en silencio, mirando algunos videos en el
celular, cuando Yoongi apareció de nuevo completamente cambiado.
—No me esperes, llegaré tarde.
Eso fue lo único que escuchó, quería ponerse a llorar, se sentía mal, fue a
la cocina por un yogurt y subió escaleras arriba, recostándose en la cama para
así dormir. Su día estuvo lleno de aburrimiento y melancolía, en una semana
sería su cumpleaños y su padre no estaría a su lado para celebrarlo, después
de eso la navidad estaba cerca, el sólo hecho de pensar en esas dos fechas que
habían sido muy especial para él una nube negra se posó sobre su cabeza.
Temeroso de todo lo que estaba a su alrededor y de lo que la vida le
deparaba, la universidad, estar en una relación que no era una relación, las
personas que amablemente se acercaban a él a darle consejos que no creía si
eran lo ideal para él.
Esa tarde lloró, comió solo, tomó un baño y se fue a su habitación a
dormir, no a la de Yoongi, porque por esa noche quería estar solo, estaba
profundamente dormido, cuando el sonido de la puerta lo despertó, miró a la
entrada encontrándose con una silueta que se iba acercando, prendió la luz de
noche mirando a Yoongi.
—Ya llegaste ¿Pasa algo?
—¿Por qué no estás en la cama?
Parpadeó perplejo. —Estoy en la cama.
—Sabes bien de lo que hablo—dijo arrastrando las palabras.
—No sabía si querías que estuviera ahí—respondió cabizbajo.
Yoongi comenzó a reír. —Sigues siendo un niño Jimin.
Lo vio comenzar a quitarse la ropa, estaba confundido, parecía ebrio y eso
no le agradaba, Yoongi de forma brusca quito las cobijas sobre su cuerpo y se
adentró a la cama, Jimin estaba por hablar, pero los labios insistentes lo
callaron, le besó de una manera que nunca antes le había besado, demasiado
pasional, el sabor a alcohol y el aroma hicieron que corroborara su
pensamiento sobre su ebriedad. Se acostó sobre él y comenzó acariciar su
cuerpo, no era delicado como antes, cosa que no le gustó, bajo esos besos a
su cuello donde chupo con fuerza haciendo que soltara un jadeo de la
impresión.
—Te gusta—susurró adentrando su mano a sus pantalones y acariciando.
Jimin estaba envuelto en un nudo de emociones y pensamientos, unos más
negativos que otros, Yoongi bajo sus pantalones, hizo que abriera las piernas
y se posicionó entre ellas, Jimin miraba todo pasmado, él mismo se despojó
de su ropa interior y alargó la mano a su chaqueta de donde sacó un condón,
se lo puso en tiempo record, entonces, lo que Jimin temía paso. Yoongi se
adentró a él de una forma brusca, tan sólo una estocada, otro día no habría
sido tan conflictivo, pero estaba lastimado de su visita al doctor.
No esperó y se movió, hizo una mueca incomodo, pero no dijo nada, pensó
que todo aquello era normal, que estaba bien, que había diferentes formas de
dar amor y de hacer el amor, pero en su corazón la opresión creció, porque no
se sentía amado, sino usado, Yoongi besaba su cuello, acariciaba su cuerpo,
pero nada más, no le sonreía o se preocupaba por su mueca, por primera vez
deseo que aquello acabara rápido, cuando Yoongi llegó al clímax y salió de
él, Jimin jadeo de dolor, el pálido lo beso en la boca antes de acostarse a su
lado y abrazarlo. Jimin tembló, cerró fuertemente los ojos evitando pensar,
así hasta que se quedó dormido.
—Jimin—sintió que lo llamaban.
Abrió los ojos, estaba acurrucado en la cama, parecía ser de día, pero él no
quería levantarse. Yoongi estaba frente a él, sentado a su lado, vestido y
presentable.
—Buenos días—susurró Jimin con voz ronca.
Yoongi parecía preocupado, sonrió ligeramente. —Te preparé la tina, no
tardes en ir, esta caliente, dejé el desayuno en la barra—tragó en seco—.
Tengo que ir a una reunión, pero vendré para llevarte a cenar, podemos salir
¿Te parece?
—¿Ya no estás molesto?
—No, lamento eso cariño, el trabajo me tiene muy presionado—se acercó
para besar su frente—. Te quiero, nos vemos esta noche.
—Que te vaya bien, también te quiero.
Yoongi suspiró antes de levantarse, se alejó a la puerta, no sin antes darle
una sonrisa, Jimin suspiró cuando lo vio desaparecer se sentó, pero gimió
debido al dolor de su cuerpo, hizo una mueca, él nunca había sido nada bueno
manejando el dolor. Se levantó como pudo, sin importar que estaba desnudo
y se adentró al baño, al mirarse al espejo, sus ojos se abrieron en demasía al
ver las marcas amoratadas en su cuello y pecho, negó, aquello no le gustaba,
sus ojos se cristalizaron y sin más se puso a llorar.
N.A. Cuando hay sospechas de embarazo y han pasado pocas semanas,
se hace una ecografía transvaginal. Sólo lo cambie un poco.
N.A. 2. No sé si antes se ha manejado el ser doncel así, sólo lo puse así
para dar una explicación al ultrasonido
No insulten a Jimin, entiendan, Jimin literal no sabe nada de la vida es
demasiado inocente.
Los amo mucho
19

Suspiró cansado, mirando de nuevo el teléfono que no había dejado de sonar,


lamentablemente cada que lo veía, se daba cuenta que no era el mensaje que
esperaba, ni de la persona que quería. Relamió sus labios, leyendo
rápidamente en la bandeja de entrada los mensajes de Wendy, donde le
hablaba de lo mucho que le extrañaba, de que deseaba que estuviera ahí y de
todo lo que hacía con sus padres, era cansado, ella era insoportable. Miró la
foto de pantalla, sonrió ladino, una fotografía de la última sesión de
Taehyung, donde el traje que llevaba lo hacía ver esquicito, bloqueo el
teléfono, haciendo aparecer su fachada, la foto de él y de su novia.
Estaba trabajando hasta tarde, intentando distraer su mente de aquellos
pensamientos que lo llevaban a posibilidades poco sanas, en esos instantes
odiaba con todo su corazón a Jungkook, porque sabía bien que este se estaba
aprovechando de la situación, no era estúpido, se enteró del amor unilateral
de su primo cuando comenzó a verse con Taehyung, y le reclamó, claro que
jamás le hizo caso, no se separó de él y ahora es cuando se arrepentía.
Fingir estaba siendo cada día más difícil, sentirse orgulloso de su engaño,
mentirle a la cara a sus amigos y familia, engañar a una chiquilla que pensaba
que estaba enamorado de ella, y al principio así había sido, Wendy era
hermosa, era amable y educada, lo que un hombre desearía, pero no era lo
que él necesitaba.
Taehyung era una explosión, era así como podía describirlo, como una
explosión de sentimientos que no comprendía del todo, de risas y de lujuria,
porque lo deseaba más de lo que alguna vez deseo algo y eso era un
problema, no sólo para él sino para el legado de su familia.
—Señor Jung, su madre está aquí—dijo su secretaria por el
intercomunicador.
Hoseok suspiró rodando los ojos. —Hazla pasar, pero en unos diez
minutos ven avisando que tengo una junta.
—Sí señor.
Espero acomodando su traje y su cabello, su madre era demasiado especial
con su apariencia, Jung Somi entró luciendo más elegante de lo que
cualquiera pudiera pensar, se acercó a él y le sonrió, se sentó frente al
escritorio.
—Tu secretaria me dijo que tenías una reunión pronto—dijo con una
mueca—. ¿No será una táctica para no verme aquí?
—Tu imaginación es oro madre—negó rodando los ojos—. Tengo una
semana ocupada.
—¿Por eso volviste de tu viaje con los Son? —dijo en un tono retador—.
Wendy me mandó un mensaje diciendo que estaba triste porque te habías ido
antes ¿Quiéres explicar eso Hoseok?
—Y te lo dije, me iba a ver con unos inversionistas de Loreal—dijo con
tranquilidad—. El trabajo es primero madre, y lo sabes bien, ella también
tiene que entenderlo, deberías decírselo.
—En eso tienes razón y no tendría problema si lo que me dijeras fuera
verdad, pero ambos sabemos que no es así, te lo dije hace meses, deja de
jugar, deja a Kim.
—Mi relación con Kim no es algo que te deba de importar madre.
—¡Estás loco! ¿Cómo puedes decir que eso no me debe importar? Sabes
bien que los Son son nuestros mayores socios, nuestras familias tienen una
alianza desde que ustedes eran unos niños y no quiero sonar de esta manera,
pero si quieres que esta empresa se mantenga a flote y que tus tíos no se den
cuenta de las dificultades que atravesamos, entonces, tu deber como futuro
CEO es mantener a esa niña feliz. ¿Crees que no desconfía de ti?
—Sé todo lo que me dices, no has permitido que lo olvide desde que tengo
quince años, lo entiendo, pero, madre, yo no pienso cargar con una maldita
posesiva y mientras no me case yo puedo ver a las personas que quiera, ella
no tiene que enterarse y si ya lo hace, no te preocupes, no dirá nada.
—Entiendes que te casaras con ella más pronto de lo que te puedes
imaginar ¿Verdad? El compromiso está a la vuelta de la esquina, así que te
recomiendo que acabaes cualquier cosa que tengas con él.
—Lo amo—dijo con seriedad, empuñando sus manos—. ¿Aún así me
pedirás que deje de lado lo que me hace feliz?
—La vida está llena de sacrificios—dijo con frialdad—. Termínalo
Hoseok, porque a la larga quien sufrirá más será él. Hazlo.
Se levantó y suspiró acomodando su cabello. —Y llama a Wendy, por
favor, no destruyas lo que hemos construido por años, sólo por un par de
piernas bonitas, la lujuria no es lo mismo que el amor.
Era temprano cuando tomaron el tren a La Villa de Loria, Jungkook no
dejaba de verlo, sabía que este presentía que algo estaba sucediendo, por su
rostro, siempre fue un libro abierto, no le preguntó nada, se limitó a mirar por
la ventana, o comer, Taehyung se acomodó en su hombro para poder dormir,
de pronto su aroma inundó todos sus sentidos, suspiró contra su cuello
haciendo que Jungkook apretara la mandíbula.
—Taehyung. ¿Estás bien?
—Sí, sólo cansado, no pude dormir muy bien—chasqueo la lengua—.
¿Tú? ¿Emocionado?
—Lo estoy, posiblemente puedas descansar en la posada, mientras yo
tengo la reunión, después, por la tarde antes del aterdecer podremos catar el
vino ¿Te agradaría?
—Suena a un plan maravilloso—rio ligeramente—. Eres bueno
organizando viajes Kookie.
—Bueno, eso se debe a que estoy en buena compañía.
Taehyung levantó un poco la cabeza mirándolo, Jungkook suspiró
haciendo lo mismo, no se habían dado cuenta que sus rostros estaban muy
cerca, pero eso no pareció importar, Taehyung le sonrió con cariño y
Jungkook negó desviando la mirada.
—Jeon, somos amigos, lo sabes ¿Verdad?
—Lo sé—asintió con el fastidio en cada una de sus facciones.
El camino fue entonces silencioso, cada uno de ellos estaba inmerso en sus
pensamientos, Taehyung no podía dejar de pensar en el dolor que le causaba
seguir enamorado de Hoseok, y Jungkook, no paraba de reprocharse estar
enamorado de alguien que sólo lo veía como un amigo más, como su
salvador, sin sentimientos de por medio, tenía que aceptarlo, pero era difícil
comprenderlo. Él no creía que Hoseok se merecía a alguien como Taehyung.
Llegaron después de dos horas, la estación del tres estaba en medio de un
campo, era hermoso, el paisaje, las casas acogedoras y el cielo despejado,
Francia era un país extraordinario, caminaron saliendo de la estación, donde
un auto negro les estaba esperando, un hombre, bajo de este y se dirigió a
Jungkook con una enorme sonrisa.
—Mr, Jeon, bon après-midi.
—Bonjour, c'est mon ami. Kim Taehyung.
El hombre le miró y dio un asentimiento de cabeza. —Bonjour—dijo con
una sonrisa.
Este los dirigió al auto, en donde subieron sus cosas, Jungkook entró en la
parte de adelante con el hombre quien manejaría, él lo hizo en la parte de
atrás, agradeciendo tener un momento a solas para mirar su teléfono. Al
prenderlo, se dio cuenta de la cantidad de mensajes que tenía, todos de la
misma persona, mordió su labio inferior.
Hobi bebé
Hola, ¿Cómo amaneciste? Espero que tengas un buen día.
Hoy estuve pensando en ti, en lo que me dijiste hace tiempo.
Creo que sería buena idea ¿No? Un bebé de ambos sería lindo.
Me gustó la foto que subiste a instagram, te ves tierno con ese gorro, aún
usas la cadena que te he regalado, gracias por eso.
Te quiero Tae, espero que cuando vuelvas podamos hablar.
Come bien, duerme bien y ten un lindo día.
Buenos días, hoy estaba en una reunión, hay una campaña, una que sería
perfecta para ti, ¿Debería comunicarme con tu manager? ¿Tus honorarios
son altos? No importa, lo que sea lo pagaré.
Taehyung, por favor, responde, al menos un hola.

Hola

Mierda, al fin jajaja, estaba a punto de volverme loco


¿Pagarás por eso?
No, ese no es mi problema
Deja de hostigarme, sigo molesto

Ya lo sé, pero, de verdad, no sabía que ella llegaria a mi casa en ese


momento
No pude quitarmelos de encima.
Te lo voy a compensar

Estoy cansado de que tengas que hacer cosas para compensar


Simplemente deja de joderlo todo, es injusto

Yo sé que es injusto, lo sé, pero Tae.


Ambos sabíamos que sería así.

Ya lo sé, lo supe el día que me metí con alguien que tenía una relación
Sé que no te puedo exigir más, pero Hoseok
Si al menos no me trataras como basura

No te trato como basura, las cosas que hago son por protegerte
Lo del hospital te lo expliqué mil veces, si ella te veía ahí sería un escándalo
No es estúpida, ya lo sospecha

Deberíamos terminarlo ¿No lo crees?


Sería lo mejor.

¿Es lo que quieres?


Bien, entonces, terminemos con todo Taehyung.


Ten un lindo viaje.

Eres un imbecil
¿Ahora que dije?

¡Ese es el problema!
Nunca dices nada

¿Quieres que pelee por ti?


Bien, dime dónde estás, tomaré un avión para ir por ti
No juegues

No lo hago y lo sabes

Hablamos cuando regrese


Deja de joder

Te quiero, por favor no te olvides de eso


Yo te amo Hoseok.
El mal sabor de boca quedó en su garganta, porque el sólo hecho de pensar
en separarse de él le ocasionaba dolor, su relación con Hoseok había iniciado
por juego, a ambos les gustaba pasarla bien sin compromiso, él estaba
enterado de que Hoseok tenía pareja y en ese momento no le importó, porque
no era serio, pero con el paso del tiempo, las cosas se intensificaron al igual
que sus sentimientos, unos que a esas alturas era difícil parar, estaba
ahogándose debido al peso de sus malas decisiones.
Prestó atención al camino, era hermoso, ahí se sentía libre, desearía
quedarse en medio de la nada, el camino entonces se redujo, a viñedos
inmensos, se acercaban a una gran casa de piedra, rodeada de plantas, le
fascinó. El aroma era delicioso, cuando llegaron más cerca de la casa el auto
se detuvo, los tres bajaron, el hombre ordenó a uno de los mozos que sacará
las maletas. Jungkook estuvo a su lado, seguía hablando con el hombre,
frente a ellos habían unas enormes escaleras, lo tomó de la mano y ambos
subieron siguiendo al hombre.
Si la casa por fuera era increíble, por dentro era inimaginable, la
decoración artística que mantenía un toque medieval y clásico le hicieron
abrir los ojos sorprendido de la belleza. Los condujo escaleras arriba a donde
estaban las habitaciones, llegaron a una.
—Está es nuestra habitación, ellos no sabían que iba a venir acompañado
así que sólo prepararon una ¿Te molesta? —preguntó con inocencia.
—No, está bien—dijo restándole importancia.
—Bien, descansa, vendré a las siete por ti, ponte lindo—dijo con una tierna
sonrisa—. Intenta dormir, dicen que te traerán el té con algunos aperitivos.
—Muy bien—asintió entrando—. Nos vemos—dijo con una sonrisa.

—En unos días es el cumpleaños de Jimin—dijo Yoongi bebiendo de su


copa.
Ambos habían acordado verse en un bar que conocían bien, era tarde, pero
no lo suficiente, Hoseok le miró con una ceja elevada.
—El pollito crece—rio por lo bajo—. ¿Qué planes tienes?
—No lo sé—se encogió de hombros—. Pensé en alguna joya, eres experto
dándole regalos a tu amante y a tu novia ¿Qué me recomienda?
—Si te son sincero, los regalos de ella siempre los elige mi madre, cuando
hago alguno para Tae, bueno me apoyo de los asesores, podrías hacer eso,
una cadera, un anillo—dijo con burla.
—No seas idiota—gruñó por lo bajo—. Yo no puedo ver a Jimin de forma
romántica.
—Pero si como un pedazo de carne el cual puedes comer y usar cuando
quieras.
—¿No es lo mismo que tú haces con Taehyung?
Hoseok le miró con odio. —Eres un imbécil.
—Hoy estás muy sensible ¿Por qué?
—No creo que te importe ¿O sí?
—No realmente, pero no es divertido cuando no me sigues la corriete, así
que sólo preguntaré una vez ¿Qué pasa?
—¿Alguna vez has sentido que tu vida no es tuya, sino que la vives a
beneficio de alguien más?
—Soy la niñera de un mocoso estúpido de campo ¿Realmente me
preguntas eso?
—¿Y eso está bien? Últimamente me he preguntado si así es como quiero
vivirir, no me gusta, quisiera ser libre, tomar mis propias decisiones.
—En la vida hay que hacer sacrificios, puedes tenerlo todo o perder todo,
cualquier camino que elijas esta lleno de sacrificios. Si yo viviera para
complacer sólo mis deseos, en este momento estaría en un avión directo a
New York, pero no siempre las cosas son como las queremos, debes entender
eso.
—Yo estaría en un avión a Paris, pero lo sé, nosotros no nacimos para vivir
como queremos, sino como debemos.
Era la hora de la cena, Jungkook había tenido el tiempo suficiente para
tener su aclamada reunión, una que había sido un éxito, no podía dejar de
sonreír, así que no dudo en ir por Taehyung, estaba hambriento, cuando tocó
la puerta, espero paciente, la tranquilidad había regresado a su cuerpo y
cuando la puerta se abrió perdió el aliento. No era que estuviese vestido como
en una pasarela, no, su ropa era casual y cómoda, pero en él todo parecía lucir
precioso.
—Tengo hambre—dijo saliendo de la habitación.
—Vamos entonces—asintió sin despegar la vista de él.
Hasta ese momento se había dado cuenta de que ambos iban a dormir
juntos, tal vez él lo haría en el piso, aunque, no era la primera vez que
dormían juntos, al final de cuentas eran mejores amigos, eso en sus tiempos
escolares era normal, pero ahora, todo se sentía tan extraño.
—Iremos a catar los vinos—dijo guiándolo por un pasillo que llevaba a la
parte trasera de aquella casa.
La fachada era mucho más impresionante a esa hora del día, con algunas
lamparas prendidas que iluminaban el camino, cuando llegaron al patio
trasero, las luces de navidad estaban alrededor.
—Vaya, esto es hermoso—suspiró sin dejar de abrir los ojos debido a la
impresión.
—Lo es—asintió.
En la parte trasera había lo que parecía ser un granero de gran tamaño, al
entrar se dio cuenta de los barriles de vino, el aroma a madera era delicioso,
Jungkook lo tomó de la mano y lo llevó hasta una mesa, había algunas cosas
ahí, quesos de aromas fuertes, fruta, pan y embutidos, al igual que carnes
frías.
—Vamos a divertirnos está noche—dijo eligiendo una de las botellas—.
Quiero celebrar.
—¿Qué tal la reunión? —preguntó con una ceja alzada recibiendo la copa
de vino.
—Bueno, en unos meses se estará produciendo aquí una edición especial
de mi marca—dijo con el orgullo inundando sus ojos.
—¡Eso es inreíble Kookie! —dijo poniéndose de pie para ir a su encuentro
abrazándolo por los hombros, Jungkook lo tomó de la cintura y le sonrió de
forma adorable.
—Lo es—asintió con un suspiro, sin soltarlo—. Y no hay con nadie con
quien quiera compartirlo que contigo, es bueno que estés aquí.
—Gracias por haberme invitado—sonrió, separándose—. Hay que festejar,
catemos esos vinos.
—Hágamozlo—asintió tomando su copa y acercándola a la de Taehyung,
ambos brindaron, sin dejar de mirarse—. Por un buen futuro.
—Por las cosas buenas que se vienen—asintió llevando la copa a sus
labios.
El vino era deliciosos, la comida también, pero la compañía, esa
sobrepasaba cualquier adjetivo, ambos estaban relajados, riendo de las
anécdotas, haciendo planes a futuro, sin dejar de mirarse y sonreír, estaban
pasando el mejor del momento.
—Deberíamos retirarnos—dijo Jungkook después de un par de horas.
—Sí, es momento de dormir—asintió mordiendo ligeramente su labio
inferior.
Entonces, la atmosfera cambio casi por completo, los dos estaban un poco
entonados por la cantidad de vinos que habían bebido, llenos por la comida,
Taehyung no pudo pensar en nada, ni siquiera cuando Jungkook tomó su
mano y los condujo de regreso, las cosas estaban adquiriendo un tono
diferente, y, cuando llegaron a la habitación, cuando Jungkook cerró la
puerta, no le importó ser rechazado, era como si el alcohol le hubiese dado
los cojones que le faltaban desde hace años.
Se acercó a Taehyung quien le observaba con profundidad, tomó sus
mejillas y lo beso, al principio hubo tensión, una que se disipó, cuando
Taehyung cerró los ojos y comenzó a mover sus labios, profundizando aquel
beso, tomando su cabello negro entre los dedos y enredándose, junto a sus
lenguas, era apetecible, ese momento lo dejó hambriento, deseoso de más.
Ambos cayeron en la cama, tirando de sus ropas, que en ese instante
estorbaban, era algo que necesitaban, uno por amor y el otro por despecho.
Jungkook observó su piel, besando su cuello, dándose cuenta de la cadena
con el corazón, dentro de esta había un H, mordió su labio inferior,
acariciando su cuello, quitando de vista aquello que sólo le recordaba que no
era suyo.
El calor del momento los guiaba, así hasta que Jungkook tuvo una de las
mejores sensaciones de su vida, cuando se enterró en su cuerpo cálido, que lo
recibió con gusto, los sonidos de su boca le excitaban aún más, era como una
droga, estaba enamorado y era imposible no demostrarlo.
Taehyung, en cambio, se estaba dejando llevar por las sensaciones de su
cuerpo, no por lo que estaba en su interior gritando que estaba cometiendo
una equivocación, se dejó ser, llevándose por el placer.
Bajaron del avión en silencio, ninguno había dicho gran cosa, Taehyung
era quien se había levantado primero y bañado, dejándolo en la habitación,
Jungkook comprendió horas después que aquel momento, maravilloso para
él, había sido un desastre.
—Te llevo a tu casa—dijo con aire ausente, entristecido.
—No, traje mi auto, lo deje en el estacionamiento, está bien, nos vemos.
—Tae...
—No pasó nada—dijo mirándolo—. Olvida lo que pasó, por favor Kookie.
Quería gritarle en frente de todos que no, que no podría olvidarlo y que
tampoco quería que actuara como si nada hubiera pasado, pero el miedo a
perderlo era más fuerte, tragó en seco antes de asentir.
—No vemos Tae.
Lo vio alejarse, con unas enormes ganas de llorar, no era justo, se sentía
como un idiota, usado y engañado. Taehyung tampoco se sentía mejor,
llegando a su auto comenzó a llorar, aquello había sido un error, se sentía
mal, por esa noche, una que nunca debió pasar, se dio cuenta de que los
sentimientos de Jungkook no eran transitorios, y que él, estaba jugando con
su corazón, aunque lo había disfrutado, eso no quitaba el hecho de que se
sentía mal.
El camino fue difícil, no dejó de llorar y reprocharse ser un completo
idiota, todo había sicedido tan rápido, que no tuvo tiempo de actuar con
cordura, por eso no bebía, por eso no se lo permitía.
Llegó a su piso, empujando su maleta, con la mirada baja, pero cuando
miró la puerta de su departamento se pasmó.
—Tal vez pregunté a tu manager cuándo regresabas—dijo con total
tranquilidad.
Taehyung tragó en seco, se acercó a la puerta, Hoseok se hizo a un lado y
abrió, empujó la maleta dentro, mirándolo con seriedad, haciendo que este
entrara, entonces cuando cerró la puerta fue aprisionado contra esta, con unos
labios dulces sobre los suyos, y sólo en ese momento pudo darse cuenta, no
podía amar a Jungkook.

El HopeV y el KookV me pueden acá jajaja a ver con quien se queda


20

Yoongi nunca había elegido un regalo que no fuera para sí mismo, a sus
padres y conquistas les regalaba lo que el asesor de la joyería o de la tienda
departamental le sugería, pero esa vez, la culpa le estaba haciendo tomar otro
rumbo. Había tomado y lastimado a Jimin en un arrebato, este no le había
dicho o reclamado nada, se dio cuenta que Jimin era peligrosamente inocente,
aunque eso para él era una ventaja significativa. Podía hacer con él lo que
quisiera y con algunas palabras Jimin pensaría que estaba bien, era como
tener un cachorro listo para adiestrar. Si las cosas seguían de esa manera,
entonces, obtener su firma en la renuncia de la herencia serían un juego de
niños. Algo tan sencillo.
Pero, tenía que hacerlo caer, si lo enamoraba al punto de volverlo
dependiente, entonces, las cosas serían más sencillas. Por eso, había ido a la
joyería esa mañana, al siguiente día sería su cumpleaño, al menos tenía que
darle un lindo regalo. Pero, nada parecía ser suficiente, hasta que vio un
collar con un diamante que formaba una flor, con una piedra amarilla en
medio y pequeños diamantes blancos simulando las hojas. Era infantil, pero
lo único de ahí que se veía con más alegría.
—Quiero ese—dijo a la dependienta quien asintió con una sonrisa—. Y
ese—señaló un anillo, de compromiso, una piedra cuadrada grande, en el aro
había dos hileras de diamantes, era lindo.
—Muy bien señor Min.
No estaba satisfecho con lo que hacía, era complicarse la vida, sin
embargo, sabía que su familia dependía de él y no podía fallarles. Suspiró
saliendo de la tienda, con el regalo de Jimin y el de Jennie. Entre ellos dos
había mucha diferencia, era una forma graciosa Jimin estaba enamorado de
él y él de Jennie quien a su vez no amaba a nadie. Dos corazones estaban
sufriendo en esa ecuación, y no se podía hacer nada para detenerlo. Estaba
jodido.
Jimin estaba inmerso en una depresión que le carcomía desde dentro, era el
primer cumpleaños que no pasaba al lado de su padre y eso le dolía en el
alma, lo necesitaba, hace mucho que no había intentado recordar cómo era la
vida cuando era niño y vagaba por las calles, no recordaba mucho, sin
embargo, estaba seguro de que el vacío que sentía en esos momentos era
peor, su padre le dio el cariño, la comprensió y la protección que necesitaba,
siempre estuvo a su lado, enseñándole, tal vez lo sobreprotegio de muchas
cosas, pero sabía que lo había hecho porque lo amaba, ahora estaba solo por
su cuenta en un lugar que no conocía, con personas que realmente nunca
antes había tratado.
—Jimin, te estoy hablando—dijo Yoongi pasando la mano frente a sus
ojos—. ¿Me escuchas? ¿Te sientes mal?
—Oh, lo siento, estaba soñando despierto—le sonrió apenado.
—Te preguntaba si querías algo de cenar—dijo levantándose.
—No tengo hambre—dijo con un puchero.
—Al menos come de ese cereal de colores que te gusta, no es bueno que
duermas sin nada en el estómago.
—Bien—asintió.
—Te lo serviré—caminó a la cocina.
Jimin se quedó en la mesa esperando, las cosas entre él y Yoongi parecían
estar normales, eso le hizo pensar que todo lo que englobaba su relación con
Yoongi era normal, no sabía nada sobre el amor, sobre las cosas que estaban
bien o mal dentro de el, por lo que intentó decirse a sí mismo que todo estaba
bien y que Yoongi lo quería y no podría hacerle daño.
—Toma—dijo poniendo el plato frente a él.
Jimin le sonrió. —Gracias—dijo con un suspiro antes de comenzar a
comer.
Yoongi le miraba de reojo mientras tomaba una copa de vino, Jimin
parecía un niño pequeño en ese pijama, no podía entender cómo es que
existía una persona tan inocente y sin malicia. Era extraño viniendo de un
lugar lleno de egoísmo.
—Estás muy serio ¿Pasa algo?
Jimin negó. —No es nada.
—Jimin, sobre el otro día, yo, lo lamento, estaba muy ebrio, no quise
hacerte daño.
—No lo hiciste, está bien.
Afirmó con una ceja alzada. —No quiero que esto cambie algo entre
nosotros, recuerda que soy tu amigo, quien se preocupa por ti y le interesa tu
bienestar, no dejes de confiar en mí, por ahora soy lo que tiene y cuidaré de
ti.
Los ojos de Jimin eran cálidos, Yoongi podía reflejarse en estos y le
incomodaba, suspiró para acercarse y acariciar su mejilla. Si quería que todo
marchara bien, tenía que convencer a Jimin de que era la única persona en la
que podía confiar.
Recargó la cabeza en la palma de su mano y cerró los ojo, suspiró de forma
pesada.
—Extraño a mi parte. Demasiado—una pequeña lágrima cayó por su
mejilla.
Yoongi tragó en seco, él no era bueno consolando a nadie, ni siquiera
consigo mismo. Simplemente le abrazó, dejó que Jimin llorara en su pecho
pensando que era patético, las emociones no llevaban a nada bueno, la
debilidad radicaba en las lágrimas de dolor e inocencia, creía que en un
mundo lleno de lobos, Jimin era el pequeño cordero que se perdía, que
confiaba hasta ser devorado, pero no era su culpa, sino de su abuelo, este sólo
le mostro que había bondad, pero nunca supo de la maldad.
—Debe ser difícil, lo lamento.
—Me siento tan solo.
—No estás solo, ahora somos tu familia. Debes confiar en nosotros, no
haremos nada para lastimarte Jimin.
Hubo silencio por unos momentos, uno que le preocupó, pero Jimin
terminó suspirando. —Lo sé, gracias Yoongi, todos se han portado muy
amables conmigo.
—Sé que es imprudente decirlo, pero me preguntaba si mañana querías
salir conmigo, es tu cumpleaños y quiero festejarlo, pero si dices que no, está
bien, lo entiendo.
Jimin se separó de su pecho y le miró con ojos brillantes por las lágrimas,
sonrió de forma aniñada y dulce, una sonrisa tierna y asintió. Yoongi se alejó
para tomar nuevamente su copa, a veces, estar cerca de Jimin era complicado.
—Sí, me gustaría.
—Entonges vendré por ti en la tarde, iremos a un lindo lugar.
Jimin asintió, Yoongi sacó un cigarrillo y comenzó a fumar bajo la intensa
mirada del menor.
—Eso puede hacerte daño.
—Hay pocos placeres que puedo disfrutar en la vida, el fumar es uno de
ellos, así que, aunque haga daño, lo voy a disfrutar.
—Jungkook dijo algo parecido en el funeral de mi padre—suspiró—. Pero,
disfrutan la vida con algo que puede arrebatar la vida, es irónico.
—Soy el rey de las ironías—le guiño un ojo—. Jamás había conocido a
alguien como tú, demasiado inocente y puro.
—No soy de esa manera—bufó.
—Eres un bebé, eso es lo que eres—dijo con burla—. Pero, ahora tengo
curiosidad, Jimin ¿Cuales son tus placeres peligrosos?
Jimin le miró ladeando la cabeza, pensativo, relamió sus labios y suspiró.
—No lo sé, jamás me he puesto a pensar en eso.
Yoongi asintió tomando lo que quedaba de su copa, sin saber que en la
mente de Jimin sólo una frase estaba vigente. Eres tú, mi placer peligroso.

Jimin dejó las flores blancas sobre la tumba de su padre, miró la lápida con
los ojos inyectados de dolor, no dejaba de llorar, esa mañana se había
despertado con ganas de visitarlo, así que llamó al secretario Lee y le pidió
que lo llevara. No le dijo nada a Yoongi, quería hacerlo solo, lo necesitaba.
—No sabes cuánto te extraño, desearía que estuvieras aquí, cantando feliz
cumpleaños al despertar como todos los años. Jamás me había puesto a
pensar en la falta que me haces, ahora estoy solo, hay personas, pero no las
conozco, te necesito—sollozo—. No estoy listo para vivir sin ti, papá, donde
quiera que estés quiero decirte que te amo.
Se quedó unos minutos donde su llanto era lo único que se escuchaba, no
mentía, la ausencia de su padre le había demostrado que lo necesitaba más de
lo que imaginó, la soledad estaba acechando su mente, porque aunque tuviese
a Yoongi, quien se había portado amable y comprensivo con él, no era lo
mismo, su padre fue su todo y ahora tendría que aprender a vivir sin él.
—Voy a ser lo que siempre quisiste que fuera, nada va a cambiarme padre,
te lo prometo.
Limpió sus lágrimas, a su lado Leeteuk le tendió un pañuelo que tomó sin
mirarlo, limpió su rostro y suspiró, ese era un frío y gris cumpleaños, uno que
quería que pasara desapercibido. Se levantó y miró con una sonrisa tenue al
secretario.
—Gracias.
—No tiene nada qué aparecer joven Jimin. Hay una cafetería por aquí
¿Quiere tomar algo caliente?
Jimin asintió, estar solo en el departamento sería peor, caminaron
tranquilos hasta el auto, el chófer ya los esperaba, subieron en silencio y el
rápido viaje fue de esa manera, bajo un silencio incomodo, Jimin estaba
seguro de que al secretario Lee también le dolía la muerte de su padre, ellos
lo habían conocido lo suficiente para llegar a amarlo.
Llegaron a la pequeña cafetería, por fuera se veía acogedora y entraron,
eligiendo una mesa cercana a la ventana, el día era frío, por lo que el calor del
interior les vino bien.
—Esté será un frío invierno.
—Lo será—asintió Jimin—. Me pregunto cómo será en la cuidad, siempre
lo pasábamos en el campo, ahora el panorama ha cambiado.
—Joven Jimin ¿Piensa quedarse aquí por un tiempo largo?
—No lo sé—se encogió de hombros—. Probaré la universidad un tiempo,
si eso no es para mí, regresaré a mi casa y trabajaré, como siempre lo he sido.
—Tiene el dinero suficiente para no volver a preocuparse por trabajar.
Jimin suspiró. Ni siquiera podía comprender lo que se decía de la herencia
y con sinceridad pensaba que eso realmente no le importaba mucho.
—Si no termino la carrera no puedo acceder a ella. Tampoco es como si la
quisiera.
—No debería decirle esto, pero sé que está información la llevará con
prudencia. Hay una cláusula, donde dice que el dinero puede estar a su
disposición si enferma o si tiene un hijo. Pero ambos escenarios son
demasiado prontos, yo creo que si se esfuerza, le irá bien en la universidad.
—Eso espero. Es difícil adaptarse a una vida de cuidad.
—Puede que lo sea, pero no tiene que pasar por esto solo, si necesita ayuda
no dude en acudir a mí, le prometí a su padre que cuidaría de usted y lo
cumpliré.
—Gracias, es bueno conocer a alguien en quien mi padre confiaba.
Leeteuk le miró con una ceja alzada. —¿Ha sucedido algo que le haya
hecho pensar en la confianza de su padre?
—No, no me mal entienda, todos se han portado muy bien conmigo, sobre
todo Yoongi y su familia, pero, aún los desconozco, y no puedo dejar de
pensar en las palabras de mi padre.
—Le daré un consejo, uno que le ayudará mucho si planea quedarse en
Seoul. A veces, los lobos se ponen piel de oveja, aquí, sobre todo en está
clase social, las verdaderas intenciones se pueden ver con el tiempo, nadie da
algo sin querer recibir algo a cambio. Tenga cuidado, es inocente, alguien
puede llegar a aprovecharse de su amabilidad.
Jimin asintió pensativo, recordaba que su padre había dicho lo mismo
cuando llegaron a Seoul, sin embargo, seguía sin entenderlo, porque para él,
las personas que estaban alrededor le habían llenado de atenciones y cariño.
—Esto tiene que ver con la familia Min ¿Verdad? ¿Usted piensa que debo
cuidarme de ellos?
—HongJae siempre dijo que su familia estaba enferma de poder, los
conozco bien, son egocéntricos, sólo piensan en sí mismos, no he visto más,
tampoco he sabido sobre algo que hayan hecho en contra de alguna persona,
pero, el poder enferma, por eso tiene que tener cuidado, joven Jimin, no
confié demasiado, al final del día usted tiene algo que ellos habían estado
esperando por años.
—¿Qué es eso? —preguntó cauteloso.
—La herencia del imperio Min—suspiró—. Tenga cuidado, no hable de
más y manténgase cauteloso. Yo le ayudaré en todo lo que usted requiera,
HongJae, nunca lo dejaría desprotegido, antes de morir, quiso comprar un
regalo para usted. Lo tengo aquí.
Tomó su maletín y de este sacó una caja colorida con un moño rojo, se la
tendió con una sonrisa, Jimin no pudo evitar que sus ojos se llenaran de
lágrimas, tomó la caja, acarició con sus dedos sintiendo una opresión atroz en
su pecho, las lágrimas recorrían sus mejillas, en su mente sólo había espacio
para el rostro de su padre, ese sería el último regalo que recibiría de él. Abrió
la caja, dentro, había otra caja rectangular de madera blanca, con detalles de
flores en colores pasteles azul, púrpura y amarillo, con cuidado la extrajo,
mirándola de cerca, era una caja de música.
Cuando era niño, le había contado a su padre que lo único que recordaba
de su verdadera madre era una melodía dulce que venía desde una caja,
entendía el significado de ese regalo, por lo que su llanto se intensificó, la
abrió, reproduciendo una melodía dulce y encantadora, tenía un espejo
decorado con flores en los bordes, en medio había una pequeña figurilla de
bailarina que daba vueltas, era hermosa. La dejó sonando en la mesa, con una
sonrisa melancólica. Ese era el mejor regalo que había recibido en toda su
vida y venía de la persona más importante. Su padre.

Cuando llegó al departamento entró sin esperar aquellos ramos de flores,


cada uno con una tarjeta, podía ver que la mayoría era de la familia Min, eso
le confundió demasiado, sólo esperaba que lo que el secretario Lee le había
dicho no aplicara en él, quería pensar que en ellos había bondad y que
estaban teniendo esas atenciones porque se preocupaban por él.
Eran flores hermosas y caras, así que las disfruto, tomando fotos para
guardar en sus recuerdos. Llegó a una caja delgada pero grande, tenía una
tarjeta.
"Para un lindo chico que cumple años, llévalo esta noche, con cariño
Taehyung".
Abrió la caja con una sonrisa. Dejó de lado el papel blanco y suave, para
ver un traje perfectamente acomodado color azul petróleo, era un color
hermoso, suave al tacto. Eso era lo que usaría esa noche.
Uso lo que quedaba de la tarde para arreglarse, no era bueno en ello, nunca
había tenido la ansiedad de verse bien, por lo que no pudo hacer mucho, su
belleza era simple y él creía que no es suficiente, pero era esa misma
simpleza que le daba un aire inocente y dulce.
Espero en la sala la llegada de Yoongi, estaba nervioso, hace mucho había
terminado por aceptar que le gustaba, que estaba enamorado de él y cada una
de sus atenciones no hacia más que acrecentar ese cariño. No quería llamarlo
amor, porque no deseaba caer por completo, aunque muy dentro sabia que
había caído hace mucho tiempo.
La puerta se abrió, Yoongi entraba con un traje que le quedaba a la
perfección, no era el mismo con el que se había ido aquella mañana, le miró
de pies a cabeza y esbozó una tenue sonrisa.
—Te ves precioso—dijo acercándose a él, acarició su mejilla antes de dar
un beso en su sien—. Encantador y dulce. ¿Estás listo?
—Sí—asintió sin dejar de ver sus ojos, perdiéndose en ellos.
—Entonces vamos, muero de hambre.
Jimin asintió tomando la mano que este le ofrecía, así ambos salieron del
departamento, era diferente, se sentía en las nubes, su mano era cálida sobre
la suya, bajaron por el ascensor, directo al estacionamiento, en donde
subieron al auto negro.
—¿Qué tal tú tarde? —preguntó Yoongi con una sonrisa.
—Fue tranquila. ¿Y la tuya? No llevabas ese traje por la mañana—
observó, se veía muy bien en traje.
—Lo cambié—le sonrió—. Era una noche especial, iremos a un sitio que
me gusta, sé que te gustará.
El camino fue ameno, Yoongi le hablaba de la empresa, de algunas
reuniones que había tenido y de algunas preocupaciones, lo escuchaba atento,
se sentía bien que le hablara de esas cosas, podía sentir la escena más
hogareña, como si fueran una pareja de verdad.
Aparcaron frente a un gran edificio, parecía ser un hotel, Jimin bajó y le
miró confundido, Yoongi se acercó y lo tomó de la mano para entrar.
—Sé lo que estás pensando, pero el restaurante está dentro del hotel, es
delicioso, el Mugunghwa. Me gusta venir aquí, reservé una mesa con la
mejor de las vistas.
Y no mintió cuando dijo eso, el restaurante al que llegaron era hermoso,
demasiado lujoso, los condujeron a una mesa que daba la vista a los
ventanales, desde ahí podía verse la cuidad, era de noche, las luces daban un
panorama especial.
—Es hermoso—dijo mirándolo con una enorme sonrisa.
—Lo es—asintió—. La comida también es excelente, y el vino lo es más.
J
imin le miró con ojos brillantes, cada cosa que Yoongi hacía, acrecentada
su admiración, al mayor le gustaba ser admirado de esa manera por alguien,
así que Jimin, elevaba su ego sin siquiera saberlo.
—Debemos disfrutar, en unos días entras a la universidad, te va a gustar,
es un nuevo mundo por explorar.
—Tengo más miedo que entusiasmo.
—El miedo es normal—sonrió ladino—. Sobre todo cuando comienzas
algo nuevo, pero no te preocupes, estarás bien.
—Siento que en estás semanas he vivido más de los que viví en toda mi
vida.
—Así se siente la libertad—suspiró—. En estos momentos eres un niño
que aprende a explorar el mundo, un mundo que está lleno de cosas, algunas
más increíbles que otras y de personas, algunas más buenas que otras.
Jimin asintió.—Creo que muchas personas se han encargado de decirme
eso, sobre todo lo de las personas, me han advertido que tenga cuidado de
quienes tienen dobles intenciones. Soy demasiado estupido para saber eso.
—¿De verdad? Que interesante, dime ¿Quien te ha dado esos útiles
consejos?
—Mi padre y... amigos—dijo sin saber si era adecuado decir el nombre del
secretario Lee o de Taemin.
—Ellos tienen razón, este mundo está lleno de personas sin corazón,
oportunistas, pero, tienes la suerte de tenernos a nosotros para comprenderte
y protegerte.
Jimin le miró con una ligera sonrisa. —Esas palabras me gustan.
—¿De qué hablas?
—Mi padre decía que había una regla, sobre cómo querer y la forma en
que debes relacionarte con los demás. Él decía que en el amor hay tres cosas
importantes, el cariño, la comprensión y la protección.
Yoongi le observó fijamente. —La abuela tenía un libro que hablaba de
eso—asintió serio—. Es una buena regla, pero no todas las relaciones
cumplen con eso, puedes querer proteger a alguien, cuidarlo y comprenderlo,
sin sentir cariño, o puedes sentir cariño por alguien, pero poca comprensión y
protección, las relaciones no pueden tenerlo todo.
—¿Por qué no? ¿Por qué si quieres alguien, no puedes tener cuidado con
su corazón, cariño por su persona, comprensión por sus incertidumbres y
porqué no puedes protegerla? No sé necesita mucho, sólo querer de verdad.
—Piensas como todos deberíamos de pensar, pero lamentablemente este
mundo está lleno de personas que se dejan llevar por sus peores instintos, no
existe en el mundo alguien que ame de verdad, ni quien quiera
comprometerse. Esa es la triste realidad.
—Si tú encontrarás a alguien a quien pudieras amar de verdad ¿No estarías
dispuesto a comprometerte?
—Lo estaría, pero esa persona no ha llegado, a menos que este frente a mí
—le dijo con una sonrisa tan encantadora que sonrojo sus mejillas—. Hoy es
tu cumpleaños y tengo algo para ti.
Se levantó y se posicionó detrás de él, Jimin guardó el aliento, espero hasta
que sintió sus manos frías sobre su cuello, ahí dejó algo después se alejó,
miró entonces la cadena con el dije de flor.
—Es hermoso, no tenías por qué molestarte, me encanta, gracias.
—Los regalos no son molestia—suspiró—. Me alegro que te guste, pensé
en algo que fuera igual de especial que tu, no me equivoque.
La cena fue tranquila, Yoongi no dejaba de hacerle cumplidos, se sentía
lindo y adorado, él mismo comenzaba a sentirse especial, cada una de las
palabras de Yoongi se metían en su pecho, haciéndole sentir amado, quería
tener la posibilidad de amarlo, de mostrarle que el amor era dulce y hermoso.
—Dean Martín—susurró escuchando la música.
Yoongi elevó una ceja. —Todos amamos a alguien alguna vez—asintió—.
Me sorprende tu excelente gusto musical.
Mirando a Jimin pudo darse cuenta de que este brillaba, con una sonrisa
sincera y dulce, lo que no existía en su mundo, ambos tenían mucho en
común, pensaba que de haberlo encontrado en otras circunstancias se habría
enamorado de él, pero la realidad era otra, él no lo amaba, sólo lo usaba. El
amor sincero no estaba hecho para ellos.
Ya se que me tarde mucho, espero no volver a hacerlo, peri para eso
no dejen de votar y comentar.
Gracias por esperar, los amo, nos leemos pronto.
21

No había sensación más maravillosa que estar entre su cuerpo, que absorber
su calor y hacerlo propio, le gustaba forma en la que su piel acariciaba la
suya, lo hacía sentir vivo. Siempre le gustó, a medida que iban creciendo, su
interés se hizo más fuerte, era un chico lindo, amable y seguro de sí mismo,
le gustaba tanto que en ocasiones hablaba con él, de una manera no amigable,
sino coqueteando, fue meses después que se metió con él, su cuerpo era un
escape perfecto, ambos no se sintieron listos para ponerle nombre a su
relación, pero era intensa, tanto que los dejaba sin aliento, sin embargo, su
familia le presentó a Wendy y en vez de que eso hiciera que terminara su
relación, por el deber que tenía con su familia, aceptaron tener una relación
secreta, porque Hoseok sabía que Taehyung estaba perdidamente enamorado
de él y aceptaría todo lo que tuviera para darle.
Pero, el peligro de perderlo estaba ahí, los celos enfermos que sentía cada
vez que Jungkook se acercaba a él, le estaban haciendo perder la cordura, ya
no quería seguir la línea que su familia había dictado, quería a Wendy, pero
estaba harto de estar a su lado.
—¿Tienes que irte pronto? Puedo preparar la cena—dijo Taehyung
mirandolo con una sonrisa.
—Me quedaré—suspiró antes de tomar sus mejillas y besar tenuemente sus
labios—. Me iré por la mañana, tengo trabajo qué hacer.
Los ojos de Taehyung se iluminaron, había pasado un par de días desde su
regreso de Francia, Hoseok no se había separado de él y no quería dejarlo ir,
esos días a su lado habían sido maravillosos, sin embargo, en su mente aún
estaba tatuada la noche que pasó con Jungkook, quien no había dejado de
llamar, estaba nervioso y tenía miedo de enfrentarse a él y a una situación en
la que jamás tuvo que meterse.
—No me has contado sobre tu viaje con Jungkook ¿Qué tal estuvo?
Taehyung se concentró en hacer la cena, sin despegar los ojos de lo que
hacía, porque no podía mirar a Hoseok, este sabría que le estaba ocultando
algo, tampoco era como si quisiera hablar de lo sucedido.
—Bien—respondió secamente.
—¿Nada importante que tengas que decir? —cuestionó con una ceja
elevada.
—No, no hay nada, fue un viaje sin importancia.
—¿Crees que no me di cuenta de las marcas en tu cuerpo? Yo nunca te
dejo marcas—suspiró muy cerca. Taehyung dejó lo que estaba haciendo y
cerró los ojos con fuerza—. No tienes que decir nada, sé lo que pasó, pero, no
quiero saber los detalles, sólo quiero que me digas algo.
—¿Qué? —susurró por lo bajo.
—¿Lo quieres? ¿Estás enamorado de él? Porque si es así, lo mejor es que
me aleje de ti.
Taehyung le miró con los ojos muy abiertos y el terrible miedo en su
pecho, no quería imaginar perderlo. —No, no lo quiero, somos amigos, lo
que pasó fue un error. Jamás volverá a pasar, yo te amo a ti, lo sabes bien.
Hoseok se acercó y tomó sus mejillas. —No quiero que él te toque.
—Tampoco quiero que la toques a ella.
—Sabes bien que tiene el sueño de llegar al matrimonio virgen, no la he
tocado, y no lo haré.
—¿Cuándo la vas a dejar? Estoy cansado de esperar, odio verte con ella,
me enferma.
—Es complicado, tengo que encontrar la manera de que la empresa salga
de ese declive, espera, por favor.
—Lo haré—asintió abrazándolo con fuerza.
Taehyung sabía bien que había una enorme posibilidad de que Hoseok
estuviese mintiendo, que no cumpliera ninguna de sus promesas, que siguiera
usándolo a su antojo, pero cuando estaba entre sus brazos no podía pensar de
manera coherente, le creía, cualquier cosa que dijera para él resultaba siendo
la verdad absoluta, lo amaba tanto que estaba dispuesto a tomar cualquier
cosa que este quisiera darle, aún si su corazón sufría.
Jungkook estaba perdido en la miseria, habían sido días sin recibir llamada
o mensaje de Taehyung, no dejaba de pensar en él y en aquella noche que
habían compartido juntos, no podía sacarlo de su mente, recordaba
vívidamente su piel, sus besos, los sonidos de placer que salían de su boca, lo
bien que se había sentido al entrar en calor entre sus brazos, no pensaba en
nada más que en la felicidad que le dio estar a su lado, pero ahora, al regresar
a su miserable vida, comprendía que nada era lo que parecía, que todo había
sido un vil juego, una ilusión que él mismos se creó.
Estaba en la oficina, era tarde, pasaban de las doce, bebía lo último de la
segunda botella de vino, sus sentidos estaban ligeros, podía oír todo sin
escuchar realmente, sonreía a pesar de haber estado llorando como un idiota,
su corazón dolía, ese dolor en el pecho se encontraba aplastando su corazón,
le impedía respirar, estaba cansado y harto de amar.
Quería sacarlo de su mente, tenía que hacerlo, por eso, siempre creyó que
el amor no era más que una estupidez, porque nadie amaba de verdad, eran
personas con miedo a la soledad, o peor aún, queriendo obtener algo a
cambio del otro, pensó en su hermano, Yoongi estaba jodiendole la vida a un
chico inocente, sintió lastima por él.
Cuando se acabó la botella marcaba la una de la mañana, tomó sus cosas y
su abrigó, relamió sus labios y salió de ahí. Estaba por tomar el ascensor,
pero algo que llamó su atención le detuvo, el escritorio que estaba afuera de
su oficina seguía prendido, en este, recargado en la madera durmiendo estaba
su asistente, maldijo en su mente, había olvidado por completo decirle que
podía irse, se acercó y movió ligeramente su hombro.
—Yeongsan—susurró—. Despierta.
Pero, no funcionaba, estaba profundamente dormido, a la luz de aquella
lámpara le miró fijamente, lucía dulce durmiendo, sin preocupación alguna,
se preguntó, cómo alguien podía dormir así de plácidamente en un incómodo
escritorio, sonrió de lado, aunque estaba ebrio, podía fácilmente darse cuenta
de lo lindo que este era, tenía un rostro delicado, unos labios pequeños y
rosáceos, que estaban ligeramente abiertos, su cabello rubio cubría parte de
sus ojos, siguió moviéndolo, ahora con más insistencia.
—Vamos muchacho, tienes que despertar.
Lo vio removerse poco a poco, sus ojos se abrieron parpadeando con
rapidez, suspiró y se levantó de golpe, mirandolo ahora con los ojos bien
abiertos, luego miró alrededor.
—¿Señor Jeon?
—Sí, lo siento, debí decirte que te fueras a casa hace horas, vamos, y no te
preocupes esto se te pagará.
Yeongsan tomó sus cosas y asintió. —Muchas gracias.
—Vamos.
Caminó primero, subiendo al ascensor, dejando que Yeongsan subiese
detrás de él, ambos bajaron en silencio, aunque pasaban mucho tiempo en la
empresa, realmente eran pocas las ocasiones en donde se quedaban
completamente solos, y no había una montaña de papeleo entre ellos. Para
Jungkook, su asistente era uno de los mejores, siempre estaba al pendiente,
era amable y sobre todo eficiente.
—¿Tienes auto? —preguntó cuándo llegaron a la planta baja.
—Ammm no—respondió con una mueca—. Tomaré un taxi.
—Te llevo.
—¿No ha bebido? Puede ser peligroso para usted—dijo con una tenue
sonrisa—. No quiero desviarlo de su camino, su departamento está más cerca,
yo estaré bien.
—Es lo menos que puedo hacer, no te preocupes estoy bien.
—Es mi trabajo señor, estoy bien...
Jungkook le miró con una mueca. —No quiero que te niegues, ven.
Se encaminaron al estacionamiento, el mercedes negro era el único auto
que se encontraba ahí, abrió la puerta del copiloto y espero a que Yeongsan
entrara, se encogió en este poniéndose antes el cinturón de seguridad,
Jungkook subió después con una mueca, no estaba tan ebrio, podía manejar,
aunque en otras circunstancias se hubiera negado a hacerlo, pero no podía
dejar que el chico se fuera solo, podía ser peligroso.
—Dime dónde vives—dijo encendiendo el auto.
—Más allá del centro—respondió mirándolo con preocupación.
—Bien, es lejos ¿No tienes problemas para venir por la mañana?
—No, el esposo de mi hermano me trae, le queda de pasada—asintió.
—¿Vives con ellos?
—Algo así—suspiró—. Hace dos años que lo hago. Creo que debería
encontrar un espacio.
—Entiendo, algo más cerca de la empresa sería lo ideal, eres joven para
pasar tantos peligros.
—Estoy bien, sé cuidarme señor.
Jungkook le sonrió mirándolo. —Lamento haberte hecho quedar hasta
tarde.
—No es la primera vez que pasa señor, está bien.
—Lo sé, pero es la primera vez que te quedas no por algo laboral sino por
tu estúpido jefe, lo siento igual.
—No es estúpido, yo ammm...me preguntaba ¿Se encuentra bien? —
preguntó nervioso de estar cruzando una línea delgada, no quería que su jefe
pensara que era entrometido.
—He estado mejor y he estado peor, así que no es nada con lo que no
pueda, todo bien.
Yeongsan se quedó en silencio. Jungkook manejaba bien, había ligera
música que animaba un poco el ambiente, miraron las calles, la cuidad estaba
más despierta de lo que cualquiera pensaría, llegaron en tiempo record,
Jungkook estaba cansado y quería dormir, no era el mejor de los barrios,
había una gran zona departamental, él no estaba acostumbrado a ellos, eran
pequeños y sucios.
—Gracias por traerme señor Jeon, por favor vaya con cuidado, nos vemos
mañana.
—Hasta mañana Yeongsan, que descanses.
Lo vio bajar y despedirse con una inclinación de cabeza, espero a que
subiera las escaleras, suponía que vivía en uno de los departamentos de la
segunda planta, espero hasta que lo vio parar en una de las puertas y entrar,
suspiró, su noche apenas comenzaba, porque no podría dormir, era un
desastre, miró a su lado y se dio cuenta de una libreta azul cielo, la tomó con
cuidado, en letras doradas estaba el nombre de Yeongsan, se encogió de
hombros, se la entregaría mañana. Arrancó y se fue a su casa, solo y
desdichado.

Jimin miraba con una sonrisa a Yoongi quien estaba jugando con los
cubiertos, le estaba platicando cómo había cerrado un buen negocio, ambos
se encontraban en un restaurante, Jimin estaba a un par de días de entrar a la
universidad y necesitaba cosas, así que Yoongi decidió acompañarlo.
—Y así es como se gana en una junta de negocios—dijo con una sonrisa
ladina, completamente orgulloso de él mismo—. En la vida es necesario
aprender a manejar a las personas.
—¿Manipularlas? —preguntó con una ceja alzada.
—La manipulación no es mala si la usas para los fines correctos, este
negocio le dará muchos empleaos a personas que lo necesitan, así que es un
buen fin ¿No lo crees?
—Creo que sí—asintió—. Si esto ayuda a las personas es bueno.
—Buen chico, siento que poco a poco estás aprendiendo de la vida Jimin,
¿Estás listo para la universidad?
—No realmente—suspiró—. Estoy nervioso.
—Está bien estarlo, pero mis mejores años fueron en la universidad, tienes
mucho por aprender y vivir, así que no te preocupes, todo estará bien.
Jimin le sonrió con cariño, para él tener el apoyo de Yoongi lo era todo, se
sentía tan temeroso y perdido, pero el mayor parecía que siempre tenía las
palabras perfectas para hacerlo sentir bien, protegido, se sentía seguro a su
lado.
—Gracias.
—No hay que agradecer—le sonrió—. Vamos, hay cosas qué hacer y en la
noche quiero ir a un lugar, eso te va a relajar antes de todo el nerviosismo que
se viene.
Se levantaron, Yoongi pagó la cuenta mientras él tomaba sus cosas,
estaban en uno de los centros comerciales más grandes, caminaron hacía
algunas de las tiendas entrando a una, se veía demasiado lujosa, una señorita
se acercó a ellos.
—Buenas tardes, bienvenidos, ¿Puedo ayudarles en algo?
Yoongi asintió. —Ropa para él, con asesor, ropa casual, todo lo que
necesite, ropa de gala y formal.
—Enseguida señor...
—Min—respondió con frialdad.
Ella asintió de inmediato. —Acompáñeme joven.
Jimin la siguió, mirando cómo Yoongi tomaba asiento en un cómodo
sillón. A él lo llevan con otro hombre quien le reverenció, algo que le puso
realmente nervioso, la mujer le dio las especificaciones, ellos asintieron, lo
guiaron por otro pasillo donde estaban algunas prendas. Tomaron muchas de
ellas, después de saber su talla.
—Está es una colección nueva, está hecha con las mejores telas, puede ver
la calidad. ¿Quiere probársela? Los zapatos están por aquí.
Jimin se sentía mareado con tantas cosas que le decían, ni siquiera habían
dejado que él tomara algo que le gustara, miró el precio de una de las prendas
y sus ojos se agrandaron, eso era mucho más de lo que tenía planeado gastar,
era excesivo, quería negarse y salir de ahí, pero el hombre ya lo había llevado
a los probadores, metió algunas prendas y cerraron la puerta, para ser un
probador era muy grade, tres de las paredes estaban cubiertas por espejo, se
miró con una mueca, tomó una camisa y unos pantalones, la tela se sentía
bien, pero no creía que era para tanto.
Se cambió, se probó la mayoría de las cosas, no salió a mostrarlo, era ropa
linda, se amoldaba bien a su cuerpo, sin embargo, se sentía extraño, un
payaso, se quedó en boxers y se sentó en el pequeño sillón que estaba en la
esquina, hizo un puchero, no le gustaba nada de lo que sucedía, era tan
diferente que le abrumaba, abrazó sus piernas y lloro en silencio.
No supo por cuánto tiempo lo hizo hasta que escuchó la puerta ser tocada.
—¿Jimin?
La voz de Yoongi le sacó de su ensoñación, estaba por contestar, cuando la
puerta se abrió lentamente, Yoongi le miró entonces con la confusión en su
rostro, se adentró.
—¿Por qué lloras? ¿No te gustan? Podemos ir a otro lugar.
—No es eso—susurró limpiando sus lágrimas—. Esto es demasiado caro.
—¿Qué? —soltó una ligera carcajada—. ¿Por eso lloras? Jimin tienes el
dinero para comprar esto y más, ahora no tienes qué preocuparte por eso,
todo está resuelto—se sentó a su lado—. El abuelo fue egoísta, te privo de
una buena vida, pero ahora la tienes, no te preocupes, es ropa linda y de
diseñador, es ideal, te verás lindo en todo esto, espera—dijo tomando unos
pantaloncillos negros y una camisa azul con una chaqueta negra—. Ponte
esto. Vamos.
Lo tomó de la mano para levantarlo, Jimin se puso un poco nervioso, pero
tomó la ropa que Yoongi le habñia dado, se cambió bajo la intensa mirada del
mayor quien sonreía de lado al verlo, cuando terminó de colocarse la
chaqueta Yoongi se levantó, lo tomó de la cintura desde atrás y lo acercó al
espejo.
—Ves, te ves muy bien, esa ropa te sienta.
—No lo sé.
—Jimin ahora tienes una vida diferente—habló muy cerca de su oído—. Y
eso requiere un cambio, qué mejor que nueva y linda ropa, deja atrás tu yo
desdichado, ahora ya no tienes que ser así, puedes tener el mundo a tus pies.
—¿Te gusta cómo me veo en está ropa?
Una parte de él esperaba que Yoongi le dijera que le gustaba cómo se veía
siempre, una parte de su corazón quería gustarle al mayor con lo que era
antes, pero cuando Yoongi sonrió y asintió comprendió que no sería así.
—Me gusta como se ve en ti, te ves mucho mejor usando esto, créeme, te
queda bien y debes llevar todo, es momento de que comiences a prestar
atención a tu aspecto, eso habla bien de ti y te le da una buena impresión a los
demás.
—Bueno, supongo que tienes razón—susurró con un puchero.
—Siempre la tengo Jimin, jamás haría algo que te lastimara, todo lo que
hago es por tu bien—besó su mejilla—. Les diré que queremos todo,
cámbiate.
Se miró al espejo, no comprendía por qué usar esa ropa le parecía tan
incómodo, parecía que los días donde estaba corriendo por el campo
quedaron muy atrás. Realmente no comprendía por qué tenía que cambiar,
pero lo hizo, no dijo nada.
Cuando salieron de la tienda, Yoongi le sonrió, era una sonrisa bonita,
como un premió, por lo que había hecho, subieron las cosas al auto, era de
noche, el momento para ir hacía el lugar que Yoongi dijo que le llevaría. El
camino estuvo lleno de risas, se divertía mucho estando a su lado.
—Las noches son bonitas ¿No lo crees? —preguntó el mayor con una
sonrisa a medias—. Cuando era niño pasaba horas mirando las estrellas,
ahora no puedo hacerlo, pero no deja de traerme buenos recuerdos ¿Tú lo
hacías?
—Las estrellas que ves desde la cuidad, no son las mismas que ves en el
campo, ahí todo parece más brillante y hermoso, también las veía, mucho,
cuando era niño, papá ponía mantas y nos recostábamos para verlas, él dijo
que a su esposa también le gustaban.
—Lo hacía—suspiró—. ¿Sabes? Siempre me he preguntado sobre los
abuelos, ellos tenían una buena relación, hay fotografías donde se ven felices,
no he encontrado a otra pareja como ellos.
—¿Tus padres? —preguntó con una ceja alzada.
—Ellos se demuestran amor cuando están cerca de otras personas, pero
cuando se encuentran solos son como dos desconocidos, la mayoría de los
matrimonios en la familia son por conveniencia, creo que el único diferente
es el de Jin y Namjoon, ellos sí se aman.
—Papá decía que el peor infierno en el que podía vivir una persona era
estar al lado de alguien que no lo amaba, que la costumbre y la monotonía
eran armas que mataban lentamente el espíritu, porque sin amor era fácil caer
en la repulsión. Yo no quiero algo así, quiero estar con una persona que me
ame.
Yoongi le miró de reojo. —Tu corazón es demasiado puro Jimin, recuerda
no salir herido, vamos hemos llegado.
Jimin asintió, estaba enamorado de Yoong, él era con la persona que quería
pasar el resto de sus días, porque pensaba que era una persona amable, dulce
y encantadora, que siempre sabía qué decir para hacerlo sentir bien, que le
cuidaba y que no tenía sentimientos de maldad hacía él, estaba enamorado, y
creía que el amor podía florecer entre ambos, pero sentía también que no era
suficiente, a pesar de haberle entregado su corazón y su cuerpo, él nunca
hablaba de amor, jamás lo hacía y Jimin estaba triste por esperar algo que no
llegaría.
Llegaron a un lugar extraño, parecía ser un club de deportes, caminaron
hacía un lugar techado.
—Venia aquí a menudo antes, hoy hice que lo prepararan, conozco al
dueño—le sonrió de lado.
Al abrir la puerta se dio cuenta que había una enorme alberca, el lugar era
amplio, había tenue luz azulada, del agua salía vapor, posiblemente porque
esta estaba caliente.
—¿Cómo?...
—Nunca subestimes mi capacidad para hacerte feliz Jimin—le sonrió—.
Sé que no sabes nadar, pero no te preocupes, yo sé cómo hacerlo y conmigo
nada malo pasará.
Jimin estaba nervioso, pero asintió, vio que Yoongi se despojaba de su
ropa, este le miró con una ceja alzada, dándole a entender que podía hacer lo
mismo, llevó sus manos a su ropa, sin despegar la mirada del suelo, pero, por
curiosidad elevó la mirada, observando a Yoongi quedar desnudo, se quedó
sin habla, lo único que le quedaba sacarse era su ropa interior.
—Vamos, no hay nada que no haya visto antes—soltó una ligera carcajada.
Enrojeció hasta las orejas, pero llevó sus manos a su bóxer y lo sacó,
dejando que se deslizara por sus largas piernas hasta el piso, Yoongi alargó
su mano y él la tomó, fue así que comenzó a adentrarse al agua, estaba
caliente, deliciosa al tacto, de pie, e agua llegaba hasta sus hombros, Yoongi
se zambulló, mojando su cabeza, saliendo después para peinarse hacia atrás.
Le sonrió antes de acercarse a él y tomarlo de la cintura.
—Nademos.
—No sé hacerlo—susurró temeroso.
—No necesitas saber, yo no dejaré que nada malo te suceda—bajó sus
manos a sus muslos y lo levantó, Jimin enredó sus piernas alrededor de su
cadera y abrazó por los hombros, Yoongi cerca de su cuello rio.
Se movió hasta la parte honda, Jimin no dejó de ver sus ojos en ningún
momento, Yoongi estaba nadando con él sobre su cuerpo, no parecía
molestarle, dio ligeras vueltas haciéndolo reír, él también reía, el momento en
la mente de Jimin se volvió una fotografía mágica.
—Ves, si yo estoy a tu lado nada malo te va a suceder—besó la punta de su
nariz—. No olvides eso Jimin, cuando todo...no olvides este momento.
—No creo ser capaz de olvidarlo jamás—sonrió en grande, desapareciendo
sus ojos, tomó de las mejillas a Yoongi y lo besó, era un beso tierno y dulce.
Yoongi se detuvo por unos instantes, llevó una de sus manos a la nuca de
Jimin y profundizó el beso, movió su boca con pasión, era eso lo que Jimin
despertaba en él, además de ternura, se había encontrado a sí mismo
sorprendido, aquel chico que suspiraba por sus besos, era la persona más
extraña y ajena a su mundo, quien disfrutaba de trivialidades comunes que él
no podía hacer con nadie más, desde paseos en carretera, caricaturas con
cereal en las noches, desayunar o comer en restaurantes pequeños dentro del
centro comercial, cosas que para otros eran comunes, pero que para las
personas en su mundo eran actividades innecesarias y decadentes, con Jimin
sentía que podía ser alguien diferente, más relajado y normal.
No dejó de besarlo, lo acorraló en el borde de la piscina y lo llenó de
caricias, hacerlo en lugares poco convencionales era una de sus fantasías y se
llenó de éxtasis cuando se adentró en el cuerpo de Jimin de forma lenta,
recibiendo el calor ajeno, Jimin se separó para mirarlo sorprendido.
—Si es incómodo dímelo—susurró sobre su hombro.
Jimin asintió, entonces comenzó a moverse, dando estocadas delicadas,
besando el rostro de Jimin, era diferente de las otras veces que lo hacían, no
por el lugar, sino por lo que el momento significaba, Jimin jadeo antes de
negar.
—Se siente raro.
—Vamos a salir—salió de su cuerpo y lo llevó a la orilla, ambos salieron,
pero Yoongi no dejó que se escapara, lo acorraló en la pared, tomando una de
sus piernas y llevándola a su cadera, volviendo a entrar en su cuerpo,
continuando con las estocadas lentas, Jimin tomó con fuerzas sus hombros,
apretando, saciándose con el placer que desbordaba ese momento.
Yoongi lo miró a los ojos antes de relamer sus labios y volver a besarlo, no
conteniendo las ganas que tenía de tocarlo, las emociones que le transmitían
ese momento le dejaban en el suelo, era demasiado, y aunque tenía claro que
no podía bajar la guardia con él, dejó esos pensamientos de lado para
disfrutarlo.
Los sonidos que Jimin soltaba eran maravillosos, jadeaba, invitándolo a
tomarlo con mayor fuerza, sus caderas se movían rápidamente, Jimin
encajaba sus uñas en sus hombros, sus piernas temblaban y sentía que en
cualquier momento iba a caer, pero las manos de Yoongi lo sostenían
manteniéndolo en su lugar.
No pudo aguantar cuando este toco con su miembro el punto máximo de
placer, gritó haciendo eco alrededor, llenando sus cuerpos, Yoongi no dejó de
dar estocadas hasta que llegó llenando su interior, teniendo la certeza de que
nada malo sucedería porque Jimin estaba usando inyecciones.
Yoongi rio y acarició las mejillas de Jimin. —Eres lindo. Me gustas.
Para él, esas palabras no significaban más, pero para Jimin fueron
suficientes para caer por completo, le sonrió en grande.
—Te quiero Yoongi.
Entonces, el miedo de esas palabras vino con fuerza, Yoongi tragó en seco,
salió de su interior y le dio la espalda. —Tenemos que irnos.
Y esa fue una de las primeras grietas en el corazón de Jimin.

Aunque no lo crean esta es de la historia que más planeación tengo


hahaha.
Lamento la espera, gracias por esperar, si les gusto no olviden
comentar y dar estrellita
22

—No pensé que me volverías a llamar.


—No seas rencoroso, he estado muy ocupada—bufó antes de tomar un
poco más de agua.
Para Yoongi haber recibido la llamada de Jennie aquella mañana diciendo
que quería verlo, fue como revivir, no había otra forma de describir su
emoción, verla ahí, como siempre, impecable y perfecta le hizo perder la
noción del tiempo, olvidó por completo todo lo que sucedía a su alrededor,
ella era perfecta, había estado enamorado por años, la amaba desde el primer
momento en que la vio y la hizo suya. Pero, Jennie no era de nadie y eso le
torturaba.
—Lo entiendo ¿Cómo van los negocios? Espero que bien.
—Van bien—asintió—. Ya sabes, juntas, contratos y dinero, lo que más
nos gusta.
—Lo entiendo—suspiró—. Es difícil.
—Pero, no es eso por lo que te llamé, necesito que me hagas un favor.
Yoongi asintió incluso antes de saber lo que quería, era así siempre, él le
daba todo con tal de que ella permaneciera a su lado.
—Venderé mi departamento, necesito con quien quedarme un mes por lo
menos—suspiró con un puchero—. ¿Me darías asilo?
—Claro, no tienes que pregúntalo ¿Cuándo sería?
—En una semana, te avisaré días antes—le sonrió alargando la mano para
tomar la de Yoongi—. No sabes cuánto te agradezco.
—Yo haré todo por ti, lo sabes.
Jennie sonrió a lo grande. —Por eso eres mi mejor amigo Yoonie.
Y ahí estaba, el dolor del rechazo, él la quería, estaba dispuesto a dar todo
por ella, pero no era correspondido, y eso le estaba carcomiendo el alma, cada
que ella le rechazaba su corazón se rompía en miles de pedazos, no entendía
qué es lo que debía hacer para que ella lo aceptara, estaba perdido en sus
propios sentimientos.
Sin embargo, tarde se dio cuenta de que había aceptado que ella estuviese
en su departamento y que Jimin vivía ahí, no podía permitir que ellos se
encontraran, que Jennie supiera sobre su extraña relación con él, no quería
tener que explicarlo, deseaba que las cosas permanecieran como hasta ese
momento, entonces, decidió que Jimin era quien debía abandonar su
departamento, tendría que buscar la manera de hacerlo sin fallar a su plan.
Había pocas personas en las que realmente confiaba, y sólo una de ellas
podía llegar a comprenderlo, así que Taehyung llegó esa tarde al café de
siempre y se sentó frente a él con una incógnita en el rostro.
—Hola—dijo con una sonrisa—. Siempre que me llamas es para algo malo
¿Qué es esta vez?
Yoongi bufó. —No es siempre para algo malo y lo sabes.
—¿Pasó algo con Jimin? —cuestionó con una ceja alzada.
—Algo así, necesito tu ayuda.
—¿Con qué? —elevó una ceja, curioso.
—Necesito que hables con Jimin y que lo convenzas de que se quede en un
departamento cercano a la universidad, lo quiero fuera de mi departamento en
menos de una semana, él te ve como un amigo, hará caso de todo lo que le
dices. Sabes bien usar las palabras ¿Me ayudarías con eso?
—¿Por qué lo quieres fuera? —preguntó con una ceja alzada—. Según
Hoseok lo necesitas ¿No es así?
—Jennie vivirá conmigo un mes—suspiró antes de morder ligeramente su
labio inferior—. Jimin y ella no pueden encontrarse, sabes bien las razones.
No te lo pediría si no fuera importante ¿Me ayudarás?
—Pobre Jimin—negó con una mueca.
—No seas melodramático, ambos sabemos que pronto Jimin se irá.
—Eres tan cruel, está enamorado de ti.
—Yo no lo estoy de él, es mejor que me ayudes, vamos, sabes que esto
también le beneficia a Hoseok.
—¿No sientes nada al jugar con él?
—¿Tú sientes algo al jugar con mi hermano? —cuestionó elevando una
ceja.
—No es lo mismo—respondió con una mueca.
—Es lo mismo, engañamos a dos personas que están enamoradas de
nosotros, porque nuestros corazones pertenecen a otros.
Taehyung suspiró pesadamente, sin dejar de mirar su bebida. Yoongi no
estaba equivocado, ellos tenían más en común de lo que deseaba admitir.
—Bien, lo haré—chasqueo la lengua—. Pero, me debes una, nada es gratis
en esta vida.
Yoongi sonrió ladino. —Si estás a mi lado no tienes de nada de qué
preocuparte, al final del día, el que se quedará con todo el imperio Min soy
yo. Y no me importa ir contra cualquiera.

Jimin estaba nervioso, pronto entraría en la universidad y no sabía si


realmente lo haría bien, miró su celular, había un mensaje de Taehyung quien
le decía que quería pasar a verlo, le entusiasmaba, él siempre era amable,
podía considerarlo un buen amigo. Se arregló, Yoongi le había dicho que
llegaría tarde, aunque un poco de compañía no le haría mal.
Poco a poco estaba sintiendo ese departamento como un hogar, Yoongi le
había dicho que podía hacer y tomar lo que quisiera, al principio era difícil,
pero la comprensión y el calor de Yoongi lo hacía más sencillo, nunca había
estado solo, así que agradecía estar a su lado, una parte de su mente quería
pensar que estaban viviendo como una pareja, ambos reían, pasaban tiempo
juntos, cenaban y dormían abrazados, se había dado cuenta que en medio de
la noche Yoongi buscaba su calor y eso le aceleraba el corazón.
Era más de medio día cuando el timbre de la puerta sonó, de inmediato se
levantó y abrió, con una sonrisa recibió a Taehyung, quien le abrazó.
—Jimin, te he extrañado ¿Cómo estás? Te ves radiante.
—Pasa, también te he extrañado—dijo con cierta vergüenza—. Te ves
perfecto como siempre.
—No digas esas cosas.
—¿Quieres algo de tomar?
—Un té estaría bien—asintió con una sonrisa.
—Prepararé algo—ambos se encaminaron a la gran cocina, Jimin buscaba
las cosas bajo la intensa mirada de Taehyung, mientras esperaba a que el agua
estuviese caliente se sentó a su lado en la isla—. Yoongi me dijo que estabas
en Paris ¿Qué tal estuvo el viaje?
Taehyung abrió los ojos antes de suspirar. —Cansado—relamió sus labios
—. Me dijeron que en unos días comienzas la universidad ¿Cómo te sientes
con eso?
—Nervioso—sonrió a medias—. No sé qué esperar, hace mucho que dejé
de estudiar, así que he perdido la costumbre, pero supongo que estará bien,
Yoongi me dijo que no me preocupara de más.
—Veo que ambos se han vuelto más unidos—asintió—. ¿Qué tal su
relación?
—No sé si pueda llamarlo una relación, es extraño, no me malentiendas,
me gusta Yoongi, creo que he quedado completamente enamorado de él,
pero, nunca hemos hablado de una relación.
—Entiendo—tragó en seco—. Más de lo que puedes imaginarte, te ves
feliz.
—Lo estoy—sonrió haciendo que sus ojos se cerraran de manera tierna.
Taehyung sintió una presión en su pecho, verlo tan feliz y animado hizo
que por un momento quisiera decirle la realidad, pero, se calló, porque no le
convenía tener de enemigo a Min Yoongi.
—Bueno, eso es normal, supongo que apenas comienzan, además, Yoongi
es así, nunca demuestra lo que en verdad siente, es tan diferente a Jungkook.
—Los conoces muy bien ¿Verdad?
—Sí, Jungkook ha sido mi mejor amigo durante toda la vida, estudiamos
juntos y somos inseparables, conozco a Yoongi desde siempre, nunca es
expresivo.
—Oh, entiendo—asintió.
—El amor es complicado a veces Jimin—sonrió a medias—. Pero, lo que
he aprendido a lo largo del tiempo es que, para poder tener una relación sana
en pareja, primero se debe aprender a estar solo.
—No entiendo—susurró.
—La independencia ayuda a no caer en la dependencia emocional, tú
siempre has estado al lado de una persona que te ha ayudado a resolver tu
vida, así que, no sabes realmente lo que es valerte por ti mismo, eso crea una
relación insana.
—¿Qué?
—Velo de esta manera, siempre estuviste protegido por tu padre, ahora que
estás libre y que puedes hacer tu vida, estás dependiendo de Yoongi, no digo
que está mal, pero ¿No es mejor comenzar de cero?
—No estoy entendiendo muy bien, lo siento.
—Iniciarás la universidad, es una etapa importante, sería bueno que
comenzaras a hacerlo solo, me refiero a vivir solo, estudiar, conocer gente,
vivir tu vida sin tener que depender de alguien más, conocerte realmente.
¿Amas a Yoongi?
Jimin bajó la mirada apenado. —Lo hago—susurró.
—Para amar a alguien debes amarte a ti, para conocer a alguien debes
primero conocerte tú y para tener una relación sana e independiente, debes
aprender a hacerte cargo de ti mismo, no esperar a que alguien te salve, sino
aprender a resolver tus problemas por tu cuenta.
—¿Cómo hago eso?
—Principalmente, creo que vivir con Yoongi no es lo mejor, ustedes
apenas se conocen, estás dentro de una relación que no tiene estabilidad,
osea, ni siquiera sabes si están saliendo o no, creo que lo mejor para ti sería
vivir solo mientras estás en la universidad, conocer que te gusta, ver el
mundo y sólo así complementarte con la persona que te gusta.
—¿Hablas de irme de aquí?
—Es sólo un consejo—le sonrió alargando la mano para tomar la suya—.
Empieza a vivir, yo creo que eso sería lo mejor para su relación. Gana tu
independencia.
—Eso me da miedo—hizo una mueca—. Nunca he estado por mi cuenta.
—Creo que es momento de que comiences a hacerlo, yo podría ayudarte.
—¿Cómo? —preguntó entrecerrando los ojos confundido.
—Hay varios complejos de departamentos cerca de la universidad, puedes
tratar de vivir solo, empezar a disfrutar tu libertad y hacerte independiente.
Mira, a Yoongi no le gusta tener que cuidar de los demás, siempre ha salido
con personas independientes que saben lo que quieren, creo que, si ve que lo
haces, él se sentirá seguro de tener una relación amorosa contigo, no te verá
como un hermanito al cual cuidar, sino alguien que se da a respetar y de
quien no debe preocuparse tanto ¿Me entiendes?
—¿Eso le gusta a Yoongi? —hizo un puchero—. Oh, ahora me siento
como si fuera una carga.
—Así puede verte la gente si no demuestras que no eres un niño.
—¿Es difícil vivir solo?
—Lo es al principio—asintió—. Pero, créeme que es lo mejor del mundo,
aprendes mucho de ti mismo, estarás viviendo los mejores años de tu vida, la
universidad es genial, hazlo siendo libre, no viviendo como si fueras el
esposo de alguien.
—Yo...no sé qué se debe hacer.
—Puedo ayudarte, no es complicado, sólo es que te decidas.
Jimin estaba por decir algo más, pero la tetera sonó, se levantó y fue a
hacer el té, con un dolor en el pecho, él no había pensado en vivir solo, la
idea de no estar cerca de alguien que se preocupara por él le traía angustia, no
quería significar una caga para nadie, menos para Yoongi, tampoco quería
que este pensara que era un niño desprotegido, aunque se sintiera de esa
manera.
Taehyung y él no hablaron más del tema, se la pasaron platicando sobre las
vacaciones de este, pero cuando se fue, le pidió que lo pensara y que le diera
una respuesta, estaba confundido y no sabía qué hacer, su vida estaba
cambiando rápidamente, aún se sentía como aquel chico de campo que no
tenía nada, a quien su padre le enseñó a trabajar por lo que deseaba, entonces,
¿Por qué ahora estaba tan asustado?
Cuando Yoongi llegó lo hizo con comida, le saludó con una sonrisa, y
ambos se sentaron en la mesa para cenar, estaban en silencio, realmente no
sabía qué decir en esos momentos, porque las palabras de Taehyung
rondaban en su mente sin dejarlo tranquilo.
—¿Pasa algo? —preguntó con una ceja alzada—. Has estado vagando en
el espacio.
Sonrió a medias. —No es nada.
—Vamos Jimin, es obvio que algo está pasando, sabes que puedes confiar
en mí, ¿Es sobre la universidad?
Jimin relamió sus labios, nervioso. —Supongo que tiene que ver con eso,
yo...estaba pensando en lo que haré a partir de ahora.
Yoongi bajó su copa de vino, poniendo especial atención en Jimin. —¿A
qué te refieres?
—Bueno, yo...pensaba en que estaba siendo una molestia, creo que lo
mejor sería vivir solo ¿No lo crees?
Yoongi le miró profundamente, Jimin deseaba que este dijera que no, que
lo quería cerca. Quería confirma si su presencia era bien requerida ahí.
Deseaba que Yoongi lo quisiera.
—Yo pienso que tú puedes decidir lo que quieras Jimin, si deseas irte está
bien, eso no quiere decir que nos dejaremos de ver, al contrario, escucharte
hablar de esto me hace pensar en lo maduro que eres, estas por comenzar una
nueva etapa, como te lo dije antes, es momento de que comiences a disfrutar
de tu libertad.
Jimin reprimió un sollozo, un nudo le atragantaba, bajó la mirada e intentó
con todas sus fuerzas no ponerse a llorar, tomó con fuerza su pierna casi
pellizcando.
—Si me voy de aquí ¿Me extrañarás? —susurró sintiéndose desolado.
—Claro que lo haré Jimin—se levantó para ir a su lado, lo abrazó con
fuerza—. Como te dije que vivas por tu cuenta no es algo malo, al contrario,
quisiera que fueras más independiente y que disfrutaras tu nueva vida, eso no
quiere decir que te vas a deshacer de mí, siempre me vas a tener.
Jimin asintió, cerrando los ojos y embriagándose con su aroma, sin darse
cuenta de la sonrisa de satisfacción que Yoongi tenía en el rostro.
—Te ayudaré siempre, Jimin, soy lo único que tienes ahora y nunca te voy
a dejar.
En ese momento Jimin sollozó, tratando de decirse a sí mismo que todo lo
que estaba haciendo Yoongi era porque lo quería y se preocupaba por él,
porque nadie podía fingir de esa manera cariño.
Yoongi lo tomó de los hombros y lo alejó, llevando una mano a su mejilla
acariciando con ternura mientras le sonreía, se acercó de forma peligrosa
terminando por besar sus labios con el sabor a sus lágrimas, lo tenía en sus
manos y lo sabía.
Después de esa noche, Jimin había llamado a Taehyung para que le
ayudara a conseguir un lugar, no pensó que este tendría todo listo sólo dos
días después, el nuevo departamento estaba a tres calles de la universidad, era
un edificio grande, Yoongi le había ayudado a empacar sus cosas, haciéndolo
reír en todo momento, sin dejar de repetir que estaba haciendo algo bien.
El departamento estaba en el quinto piso, al entrar se sorprendió, no era tan
grande como el de Yoongi, pero era perfecto para una persona, lindo,
espacioso y elegante, Taehyung no dejaba de decir que era hermoso, incluso
le había ayudado a instalarse, dejando su alacena lista, Yoongi se quedó esa
noche con él, pero por la mañana se fue, dejándolo solo, se sentía miserable,
tan pequeño en un enorme foso.
Había un parque cruzando la calle, esa tarde estaba realmente triste,
Yoongi sólo le mandaba mensajes para saber cómo estaba, apenas habían
pasado dos días, pero los sentía como una eternidad, no supo en qué
momento comenzó a necesitar tanto del mayor, pero ahora entendía lo que
Taehyung estaba tratando de decirle, él quería crecer, ser independiente y
libre, para que Yoongi lo amara.
Salió del departamento, cuidando de no olvida sus llaves y su celular,
esperaba el ascensor, las puertas se abrieron y dentro de este miró un rostro
conocido, el chico al verlo le sonrió en grande.
—¿Jimin? Vaya, es raro verte aquí ¿Cómo estás?
Entró y le dio una sincera sonrisa. —Hola Taemin, estoy bien ¿Y tú? Vivo
en este piso, me he mudado hace dos días ¿Vives aquí?
—Sí, en el séptimo piso, me sorprende, pensé que estabas viviendo con
Yoongi ¿Sucedió algo?
—No—negó—. Es sólo que es más cerca de la universidad.
Le observó con desconfianza, pero terminó asintiendo. —Bueno, entonces
bienvenido, si necesitas algo no dudes en llamarme, estoy para lo que se te
ofrezca.
—Gracias, lo mismo digo, cuentas conmigo.
Taemin rio amablemente, él pensaba que Jimin era el chico más tierno y
amable del mundo. —¿A dónde vas?
—Pensaba tomar algo de aire ¿Y tú?
—Voy al restaurante de unas calles adelante, quiero comer algo, y no
deseo cocinar ¿Comiste?
Jimin negó. —Lo olvidé.
—Entonces ¿Te parece si comemos juntos?
—Por mí no hay problema—asintió con una sonrisa animada, verlo le
había levantado el ánimo.
Salieron del edificio, y caminaron por la acera al restaurant, Jimin iba
mirando alrededor, había algunas tiendas de conveniencia, de ropa y una
heladería, Jimin sabía que no saldría de ahí.
—¿Nervioso por la universidad?
Jimin suspiró pesadamente. —No tienes idea.
—No te preocupes, te irá bien, de igual manera andaré por ahí por si
necesitas algo.
—Oh, no tienes qué hacerlo, no quiero incomodar—sonrió apenado.
—No me incomodas, en verdad que quiero ayudarte, seamos amigos Jimin
¿Te parece?
—Claro, me gustaría ser tu amigo.
Taemin asintió. —Y como amigo quiero que sepas que siempre estaré para
escucharte.
Jimin le miró con una sonrisa melancólica. —¿Por qué eres tan amable
conmigo?
—Porque sé lo difícil que puede ser sentirse solo.
Sus ojos casi se cristalizaron, relamió sus labios, nervioso, asintió sin decir
nada más porque podría ponerse a llorar, estaba feliz de encontrar un amigo,
Taemin se veía alguien en quien podía confiar.

Jimin siendo manipulado por todos U.u


23

Nada se comparaba a lo que estaba sintiendo en ese momento, por más que
trataba de localizarlo, Taehyung lo ignoraba monumentalmente, estaba
casado de seguir pensando en él, de revivir en su mente esa noche, quería
olvidar. Se había ahogado en el trabajo, si no tuviera a Yeosang,
posiblemente habría colapsado, era un buen asistente, lo mantenía ocupado,
ambos hacían un buen equipo. Esas últimas semanas se había quedado hasta
tarde en la empresa planeando su nuevo lanzamiento. Deseaba mantenerse
ocupado, bebiendo y trabajando, no podía estar solo pensando.
Fue un día largo, el reloj marcaban las diez, no era tan tarde, pero, estaba
hambriento, no había comido nada en todo el día, se levantó tomando sus
cosas, moría por una buena pasta italiana, salió de la oficina mirando a
Yeosang sentado en su escritorio tecleando con rapidez. Sabía que él
tampoco había comido, porque lo había mantenido haciendo un informe del
nuevo lanzamiento.
—Es momento de irnos—dijo acercándose—. Anda, mañana terminaremos
eso.
Yeosang le miró con una ceja alzada, se quitó los lentes claros y sonrió.
—No es mucho lo que falta, puedo quedarme a terminarlo sin problemas.
—No, es tarde, vamos, mañana lo haces—insistió.
—Está bien señor—asintió Yeosang tomando sus cosas y guardando el
archivo, para después apagar la computadora.
En todo momento Jungkook se quedó observando sus acciones, era torpe y
trataba de ser rápido, porque sabía que lo estaba mirando, sonrió de lado,
hace dos años que era su empleado, al principio pensó que no duraría ni un
día por lo exigente que llegaba a ser, pero le sorprendió por completo, porque
era inteligente, práctico y muy eficiente, tenía la solución para todo y era
gratificante trabajar a su lado, era leal, cosa que llegaba a ser difícil en su
mundo. Su silencio le había ayudado en mucho, sabía que podía confiar en él.
Ambos caminaron al ascensor, en donde entraron, estaban en un cómodo
silencio.
—¿Ya comiste?
—No, lo haré llegando a casa señor Jeon, usted debe hacer lo mismo, hoy
no quiso pedir nada.
Jungkook sonrió, le gustaba la amabilidad de Yeosang. —¿Quieres ir a
cenar algo? —dijo al tiempo que las puertas del elevador se abrieron en el
subterráneo—. Te llevo a tu casa después.
Yeosang le miró consternado. —No quiero incomodar.
—Claro que no—se encogió de hombros—. Ambos tenemos hambre,
podemos hacernos compañía. Vamos.
No le dejó oportunidad para negarse, caminó a su auto, Yeosang le seguía
de cerca, subió en el asiento del conductor y este hizo lo mismo en el asiento
del copiloto.
—¿Te gusta la comida italiana?
—Sí—asintió abrochando su cinturón de seguridad.
—Perfecto.
No siguió esa conversación, en otras ocasiones tendría una sonrisa y haría
bromas, pero su estado de ánimo había decaído casi por completo debido a
Taehyung, se sentía perdido y adolorido, con un corazón roto.
—Señor Min...
—Ya te dije que no me llames así, dime Jungkook, me haces sentir viejo.
—Bien, Jungkook, quería preguntar si se encuentra bien.
—¿Bien?
—Lo siento, no quiero que sienta que me estoy entrometiendo, pero, estoy
preocupado, desde su viaje a Paris ha estado más serio y triste.
Jungkook rio por lo bajo, por la ironía de la situación. —Eres el único que
lo ha notado. No ha sido un viaje bueno, pero estaré bien, volveré a hacerte
bromas por las mañanas.
Yeosang rodó los ojos. —Si austarme le trae felicidad, puede hacerlo.
Jungkook soltó una carcajada, habían llegado a su restaurante favorito, uno
que estaba cerca de su edificio, estacionó y bajaron, Yeosang miró todo con
ojos abiertos, él jamás podría costearse algo de ese lado de la ciudad,
Jungkook estaba relajado, caminando al interior, intercambio palabras con la
señorita de la entrada quien les guió a una mesa para dos en el fondo,
demasiada discreta, se sentaron en silencio.
—Enseguida viene el mesero a tomar su orden—les tendió los menus—.
Con permiso.
Jungkook asintió con la cabeza, ni siquiera abrió el menú, porque sabía lo
que quería, se concentró en ver a Yeosang, este fruncia ligeramente el gesto,
le pareció gracioso, era muy expresivo con su rostro.
—Pide lo que quieras, no te preocupes por nada.
Le vio mirarlo antes de asentir, nunca había cenado con él, pero, le parecía
buena idea, porque lo menos que quería hacer en ese momento era estar solo,
la buena compañía de su asistente le ayudaba a no pensar en lo desdichada
que era su vida, porque a pesar de tenerlo todo, la vida parecía decirle que
había cosas que el éxito y el dinero no podían comprar y eso era el amor.
El mesero llegó a la mesa para pedir su orden. Jungkook le miró con
seriedad.
—Un bucatini y ossobuco, trae una botella de batasiolo barolo—dijo
rápidamente—. ¿Yeosang?
El chico mordió ligeramente su labio inferior, gesto que no pasó
desapercibido por Jungkook.
—Una lasaña y una limonada mineral—sonrió tímidamente.
El mesero asintió. —En un momento traemos su orden señor Min.
—Parece que lo conocen bien—dijo cuando el mesero tomó su camino.
—Es mi restaurante favorito, vengo aquí a menudo—de encogió de
hombros—. Es bueno que abran hasta media noche, es un lugar elegante y la
comida es deliciosa ¿Estás seguro que sólo quieres eso?
—Sí, no como mucho.
—Si quieres más no dudes en pedir, aunque hacen buenos postres.
—No soy fanático de los postres—rio por lo bajo.
—¿A no? Bien, entonces no recibirás postres—bufó—. El vino también es
bueno, no tanto como el mío, pero, ya sabes.
—Su vino es delicioso, es bueno en eso. ¿Cómo supo que quería decidirse
a ello?
—En mi familia siempre estuvo presente, cuando cumplí trece años mi
padre me dejó probar un poco en una cena, era delicioso, una cosecha
especial, supe que quería dedicarme a hacer el vino más delicioso, mi padre
me ayudó, entonces lo hice, y no creía que sería tan bueno.
—En los negocios es excelente.
—Ya lo creo, no es por alardear, pero me gusta hacer un buen trabajo,
sobre todo en una rama donde mi familia no tiene tanto peso, todo lo que he
hecho ha sido mediante mi esfuerzo, sigo aprendiendo y creciendo,
cometiendo errores y reindivicandome para llegar a los mejores mercados.
—Es admirable—susurró—. Con la apertura del viñedo en Francia, las
cosas serán mucho mejores.
—Estoy apostando mucho a este proyecto, algunos concejales pensaban
que era una locura, pero si nunca piensas en grande, te vas a quedar unido en
la conformidad y eso no es lo que quiero, lo peor para mí es ser conformista.
Yeosang asintió. —Las personas como usted están destinadas al éxito,
tiene una gran visión.
—¿Lo dices por qué soy tu jefe?
—No, lo digo porque es la realidad, he visto lo mucho que se esfuerza y las
visiones que tiene sobre su marca, es alguien de admirar.
—Dime Yeosang ¿No has tenido un sueño de grandeza como el mío? Algo
que quieras hacer.
—No realmente—bajó su mirada a sus manos—. En este momento lo
único que estoy haciendo es disfrutar mi libertad.
—Hablas como si hubieses estado dentro de una cárcel—elevó una ceja.
—No estuve dentro de una prisión, bueno, no literalmente, pero durante
dos años no fui libre de tomar mis propias decisiones, ahora trato de disfrutar
mi vida.
—Eso es profundo—asintió—. En mi familia todos estamos atrapados en
una jaula de oro, el poder no da la libertad.
Yeosang tomó más vino, su copa estaba medio vacía, por lo que Jungkook
volvió a llenarsela.
—¿No es feliz con su vida?
—Eso es lo malo del ser humano, nunca está conforme, a pesar de tenerlo
todo hay puntos vacíos. Cosas que el dinero no compra.
—¿Cómo qué?
—El amor—sonrió amargamente—. Puedo tener a la persona que quiera,
pero no a la que amo.
—¿Está enamorado?
—Lo estoy—asintió.
—El amor no siempre es la respuesta—rodó los ojos—. No para mí.
—¿Por qué? —preguntó curioso—. Eres lindo, apuesto a que muchos
quisieran estar contigo.
—Mi última relación fue un infierno—rio secamente—. Es peligroso,
amar, se vuelve un arma de doble filo, uno quiere ser amado, y lo da todo,
hasta quedarse sin nada, es fácil llegar a confundirse y comenzar a aceptar
cosas que no están bien por el hecho de venir de la persona que amamos.
—Tienes mi edad y eres más sabio que yo.
—No soy sabio, soy un idiota, pero estoy aprendiendo a no serlo.
El mesero llegó con la comida interrumpiendo, ellos se concentraron en
comer, dando uno que otro dato sin llegar a conversar profundo, Yeosang
estaba enamorado de aquella comida, era deliciosa y más el vino, no se daba
cuenta cuando Jungkook llenaba su copa, este parecía tranquilo.
—Se acabo, pediré otra—dijo sirviendo lo último de la botella.
A esas alturas sus mejillas ya estaban rojas y su mente un poco dispersa. —
No controlo bien el alcohol.
—Entonces no lo hagas, disfruta un poco—se encogió de hombros.
—Pero...
—No estamos en horario laboral, además, me gusta tú compañía, sigue
hablando ¿Qué te gusta hacer cuando no soportas al idiota de tu jefe?
—No mucho realmente, soy una persona demasiado aburrida. Sólo veo
series.
—Hace mucho que no me siento a ver alguna buena serie o a jugar
videojuegos, es cansado ser un adulto.
—Y estresante—rio por lo bajo, se tomó de una lo que quedaba en su copa
y Jungkook volvió a servirle—. ¿Me quiere emborrachar?
—Tal vez—bufó—. No es divertido ser el único borracho.
—La verdadera pregunta es ¿Cuándo está sobrio?
—Nunca—le guiño el ojo.
—A estas alturas subiré las escaleras arrastrándome.
—No seas dramático, vamos a brindar.
—¿Por qué?
—Porque el próximo lanzamiento sea un éxito.
Yeosang asintió y levantó la copa, Jungkook chocó ligeramente y ambos
bebieron hasta el fondo. Siguieron de esa manera, poco a poco, lo que era una
cena normal se volvió en un momento lleno de risas y de vino, llevaban tres
botellas cuando les avisaron que iban a cerrar. Yeosang estaba mareado
debido al alcohol y Jungkook, quien tenía más resistencia, se burlaba de él.
Pagó la cuenta y salieron.
—Ese vino era delicioso—suspiró caminando al auto.
—¿Te quedaste con ganas? —preguntó con una ceja alzada, sonriendo más
de lo normal.
—Sí—rio de manera divertida.
—En mi departamento tengo mucho, ¿Quieres venir?
Yeosang le miró con una ceja alzada. —¿Me darás prórroga de media hora
mañana?
—Hecho.
Su departamento no estaba lejos, entró al estacionamiento y ambos
bajaron, tomando el ascensor que lo llevaría al penthouse, Yeosang lo
conocía, había estado ahí un par de veces recogiendo algunas cosas de
Jungkook, pero el asombro por lo lindo que era siempre resultaba siendo el
mismo.
Dejaron las cosas en la entrada, Jungkook se deshizo de su saco y
desbotonó tres se los botones de su camisa, dejando al descubierto parte de su
pecho, Yeosang sólo se quitó la chaqueta, quedando en aquel suéter oscuro.
—Tengo vino, pero también vodka, whisky, ron y otras cosas.
—No sé mucho de alcohol.
—Creo que esto te gustará, un buen whisky en las rocas—sacó dos kanars,
buscó hielo en el refrigerador de su bar y sirvió un whisky importado que
sabía excelente.
Caminó a la sala, prendió las bocinas y puso algo de música, le dio el vaso
a Yeosang que le sonrió. Jungkook se daba cuenta que con algo de alcohol
en las venas este dejaba de ser tímido. Le gustaba esa personalidad vivaz.
—¿Algo que quieras escuchar?
—Rock—dijo bebiendo, sabía muy bien, con un sabor moderado que le
hizo volver a probarlo.
Jungkook prendió un cigarrillo antes de poner una playlist especial de
rock, se sentó a su lado y dio una calada.
—¿Fumas?
—Me gusta más beber que fumar, no lo hago.
—Bien—rio bebiendo casi de un trago su bebida, se sirvió más, ambos
escuchaban música y trataban de cantar, riéndose del otro en el camino—.
¿Quién es tu ex?
Yeosang hizo una mueca. —Lo conocí en en instituto, éramos tan
diferentes, pero eso no nos impidió estar juntos, aunque era una persona
demasiado posesiva, y agresiva, me pidió que viviera con él y durante dos
años no pude salir sin su permiso, no podía ver a mi familia y lo peor de todo
es que pensaba que lo hacía porque me amaba, salí de ahí una noche porque
descubrí que me engañaba.
Jungkook gruñó. —A esos hijos de puta deberían meterles un palo por el
culo para que dejen de joder, apesta, mereces estar con alguien mejor.
—¿Y tú? —se acomodó para verlo de frente—. ¿Quién es tu amor
imposible?
—Mi mejor amigo, que es el amante de mi primo, nos acostamos en Paris
y ahora no responde mis mensajes ni llamadas, es una forma de rechazo
¿Verdad?
—Lo siento.
—No lo sientas, es mi culpa, sabía que no debía mostrar mis verdaderos
sentimientos, pero lo hice, pensé que tenía un oportunidad.
—Es un idiota, eres una gran persona, busca a alguien que lo valore.
—¿Habrá alguien?
—Claro—negó—. Ven, bailemos, pon música cool para bailar.
Jungkook soltó una carcajada, pero se levantó para comenzar a brincar
como idiota siguiendo a Yeosang que estaba más ebrio en cada momento. Se
estaba divirtiendo, lo miraba con ojos diferentes, no era su asistente
asustadizo y tímido, era un chico risueño, que bailaba muy bien, tan
malditamente bien que comenzó a sentir un tirón en su entrepierna, se acercó
a él, bailando y cantando este dio un paso atrás y casi cae, por lo que lo tomó
de la cintura y lo acercó a su cuerpo.
—Que lindos ojos tienes—susurró sin aliento.
Yeosang sonrió antes de lanzarse a sus brazos, lo tomó de los muslos y lo
besó, Jungkook cayó de espaldas en el sillón, con el chico a horcajadas sobre
su regazo, sus labios eran suaves, demasiado dulces, sabían a whisky caro y a
menta, le gustaba, suspiró tomando con fuerza su cadera, haciendo que se
moviera sobre su regazo, en el fondo I was made for loving you empezó y fue
lo que les dio la atmósfera para besarse con mayor pasión.
Jungkook tomó su feo suéter y lo sacó por su cabeza, dejándolo con el
pecho al descubierto, era delgado, no desaprovechó la oportunidad para besar
cada extensión de piel, mientras que este acariciaba su cabello.
Se levantó como pudo, para llevarlo a la habitación, al llegar a tientas
prendió la luz y lo dejó caer en la cama, rio lascivo al verlo, alargó la mano a
la mesa de noche de donde sacó un condón, sin saber que eso no sería
suficiente, porque esa noche lo harían por lo menos tres veces antes de caer
rendidos.
Su cuerpo era exquisito, que se erizaba con cada uno de sus toques y besos,
estaba demasiado excitado para parar, tampoco Yeosang quería parar, porque
Jungkook sobre él, restregandose y compartiendo el calor de su cuerpo
desnudo era demasiado, entonces sólo se dejó llevar, dejó que lo elevara al
cielo a pesar de saber que la caída sería dolorosa.
Su cabeza dolía, un dolor que era bien conocido, apretó los ojos no
queriendo abrirlos, gruñó, tentando la cama, encontrandola completamente
vacía, abrió los ojos de golpe, era de día, el reloj al lado de su cama marcaba
las diez de la mañana, estaba atrasado, pero eso no fue lo que le preocupó,
miró alrededor y se encontró solo.
—Te fuiste—bufó.
Sabía bien lo que había pasado la noche anterior, Jungkook no perdía por
completo la consciencia, creyó que al despertar se encontraría abrazado a
Yeosang, justo como habían terminado durmiendo, pero la realidad fue
diferente y eso le molestaba. Estana enojado porque no podía creer que ellos
pensaran que podían tener sexo con él y dejarlo a la deriva como si no tuviera
sentimientos.
Se dio una ducha rápida, se cambió y bajó, necesitaba agua para hidratarse.
El aroma peculiar le hizo detenerse, olía bien, a café recién hecho, se acercó a
la cafetera, además del café había una nota que tomó con una ceja alzada.
Señor Min, me ha llamado uno de los planeadores, pidiendo el protocolo
que estaba a punto de terminar. He ido a la empresa a acabarlo y entregarlo,
recuerde que tiene una cita a las doce, espero que le guste el café.
Yeosang.
Rio por lo bajo, guardó la nota en la alacena y sacó una taza donde sirvió el
café para calentarlo, lo bebió sin azúcar para que le ayudara a despertar.
Estaba demasiado ansioso, no era la primera vez que tenía sexo casual, pero
sí, la primera vez que lo hacia con alguien de su empresa, un trabajador y
peor aún su asistente. Había caído en el prototipo de jefe que se lleva a la
cama a sus asistentes, sólo esperaba que las cosas no se confundieran.
Salió de su departamento, y manejó hasta la oficina, pensando en la hora
en la que había salido Yeosang, el café no estaba caliente, por lo que habían
pasado horas. Al llegar a la oficina subió al elevador y sus entrañas se
contrajeron, un poco nervioso por su actuar, ¿Qué debería hacer? ¿Qué
debería decir?
Las puertas se abrieron, pudo ver entonces a Yeosang escribiendo en el
computador, con los lentes puestos, su cabello lucía más desastroso de lo
normal, pero le daba un aire angelical, lo que llamó su atención fue verlo con
un suéter blanco que le quedaba grande, lo reconocería en cualquier parte,
porque era suyo.
Se adentró con seriedad, Yeosang se levantó llevando la agenda, no lo
miró, simplemente hizo una reverencia.
—Buenos días señor Min.
Contuvo el aliento. —¿Qué tenemos para hoy? —dijo caminando a su
oficina.
Como todas las mañanas Yeosang le siguió de cerca, pero aquel día todo
era diferente, al entrar cerró la puerta, Jungkook se volvió, lo tomó
desprevenido, abrazando su cadera y juntandolo a su cuerpo, la libreta cayó al
suelo, Yeosang le miró con los ojos muy abiertos, Jungkook rio antes de
besarlo, por alguna extraña razón quería probar nuevamente sus labios sin el
alcohol de por medio y estos sabían incluso mejor.
—No debiste irte—dijo al separarse.
—Tra...trabajo—susurró con las mejillas encendidas.
—Hagamos el trabajo entonces—relamió sus labios antes de volver a
besarlo.
¿Qué estaba haciendo? Ni él mismo lo sabía, pero no se daba cuenta que
no había pensando en Taehyung esa noche, ni esa mañana.

Yo creando ships inexistentes


24

—¿Vas a salir?
Jennie le miró con una sonrisa. —Sí, tengo asuntos que atender con mi
padre, ammm, creo que llegaré tarde o tal vez salga con las chicas, nos
vemos.
—Te preparé el desayuno.
—Lo siento cariño—dijo con una mueca—. Pero, voy tarde, come tú. Ten
lindo día.
La vio irse, como todos los días, se sentía patético, había llegado apenas
hace dos semanas y ni siquiera podía verla, tenía un horario restringido,
muchas obligaciones en la empresa de su padre y le gustaba salir de noche.
Era diferente a lo que había pensado, Jennie se quedaba en la habitación de
huéspedes, la que había sido de Jimin, ellos no tenían contacto más que
palabras amigables, ella no estaba interesada en él y se preguntaba con dolor
la razón. Sus esfuerzos estaban siendo en vano, tomó el desayuno y lo tiró a
la basura, no tenía sentido si ella no estaba, agarró sus cosas y salió de aquel
departamento que parecía tan silencioso que le asustaba. Algo faltaba.
No había visto a Jimin desde que se mudó, continuaba diciéndole que tenía
trabajo, pero la realidad es que sólo quería deshacerse de él, sin embargo, este
no dejaba de mandarle mensajes platicando sobre su vida en la universidad,
respondía algunos, pero aunque ignorara sus mensajes, estos siempre
aparecían a la mañana siguiente, con un buen día, y terminaban con un
buenas noches, descansa. Era una constante a la que se estaba
acostumbrando, Jimin siempre estaba ahí.
Jimin había tenido que pasar por dos semanas llenas de información que en
muchas ocasiones no podía comprender. La universidad era enorme, así que
se perdía, sólo hablaba cuando era necesario, sus profesores parecían
demasiado exigentes y duros, les tenía miedo, sin embargo, Taemin cumplió
su promesa, estaba ahí para él, le ayudaba en todo lo que podía, con los
recorridos de la escuela, a la entrega de algunos trabajos y a usar la
plataforma de tareas, lo cual estaba siendo muy difícil, era demasiado para su
mente. Se preguntaba si realmente podría lograrlo.
—Vamos quita esa cara—le dio un codazo.
Estaban en la sala de su departamento, enseñándole cómo mandar los
trabajos, para Taemin era sencillo, pero para él significaba una serie de pasos
imposibles, se sentía un inútil.
—Voy a reprobar sin antes comenzar—bufó con un puchero.
La tarde estaba entrando, siempre se quedaban juntos después de clases,
Jimin había descubierto que era un gran chico, muy amable, divertido y que
siempre estaba dispuesto a ayudarle. Le había presentado también a sus
amigos, tres chicos y una chica, Minho, JongHyun, Kibum y JiEun, personas
amables, pero muy diferentes a él, sentía que no encajaba.
Taemin sacó su teléfono y leyó algo con una mueca. —¿Pasa algo? —
preguntó Jimin.
—Es mi hermano, Jongsuk—relamió sus labios—. Quiere que vayamos a
cenar algo.
—Casi nunca hablas de él ¿Por qué?
Taemin se encogió de hombros. —Él es muy diferente a mí, no hablo
porque casi nunca estamos en buenos termino, es muy apegado a mis tíos, por
lo que piensa de manera distinta.
—¿A qué te refieres? —preguntó confuso.
—Demasiado superficial, se cree la gran cosa, y hace lo que quiere sin
importarle que eso nos dañe de alguna manera, manipula muy bien a mis
padres—bufó—. Como ya sabrás, papá Donghae es sordo, no es hereditario,
sufrió un accidente cuando era niño, entonces sus padres lo sobreprotegieron
demasiado, papá también lo hace, yo no, siempre soy su cómplice, pero si
JongSuk se entera le dice a papá o a mis tíos y estos le llaman la atención a
DongHae, no me gusta, deberíamos estar de su lado, no del lado de la familia.
—Los Min parecen cada vez más aterradores.
—Sólo toma tu distancia y no te pierdas en lo que ellos consideran
correcto.
—Deberías comer con él—le sonrió—. Al menos hablar.
—Sí, tengo que ir, él va a otra carrera, lo hemos visto en la escuela, pero
siempre se mantiene con sus amigos. Algo debe necesitar, y soy curioso,
como tú—dijo aplastando ligeramente su mejilla con el dedo índice.
Jimin soltó una ligera risa, estaba por añadir algo, pero el timbre indicó que
alguien estaba ahí, se levantó confundido.
—¿Esperas a alguien? —preguntó Taemin con una ceja alzada.
—No realmente—negó antes de ir a abrir.
Aparte de Taemin, sólo Taehyung le había visitado un par de veces, no era
común que recibiera visitas menos a esa hora, por eso al abrir la puerta lo
hizo con curiosidad, una que se volvió sorpresa al ver de quien se trataba. Al
verlo, sus ojos se agradaron y su corazón comenzó a latir con una fuerza
descomunal, estaba ahí, lo había extrañado mucho más de lo que pensó,
frente a él se encontraba guapo e imponente, quien le hacía sentir su cuerpo
como gelatina.
—Hola—dijo sonriendo.
—Hola Jimin—respondió Yoongi con una sonrisa—. ¿Puedo pasar?
Asintió frenéticamente, se hizo a un lado para permitirle entrar, Yoongi lo
hizo con total naturalidad, hasta que vio a Taemin parado en el pasillo. Al
encontrarse, su rostro volvió a la seriedad.
—Lo siento, no sabía que estabas ocupado—dijo con reproche—. Es mejor
que me vaya.
Jimin negó ligeramente, antes de que Yoongi se volviera tomó su mano
para detenerlo, Taemin vio aquello con una mueca.
—No te vayas—susurró.
—Sí Yoongi, no tienes porqué irte, de hecho soy yo quien tiene que irse—
suspiró tomando su mochila—. Jimin, nos vemos mañana, con permiso.
—Nos vemos.
Taemin pasó muy cerca de Yoongi quien le miró con reproche, su primo
era menor, casi no pasaban tiempo juntos, pero no le gustaba que otro
miembro de la familia estuvieran tan cerca de Jimin, no sin saber sus
intenciones, porque podría arruinarlo todo.
Después de que Taemin se fue, la tensión se quedó en el ambiente, Jimin
observaba a Yoongi, este permanecía con una mueca inconforme.
—¿Por qué estaba aquí?
—Oh, porque vive en el departamento de arriba, me estaba ayudando con
unas cosas de la universidad.
Asintió. —Bueno, si estás ocupado me voy.
—¡No! —afianzó el agarre en su brazo—. Yo...hace mucho que no te veía.
—Paso tiempo, lo siento, he estado muy ocupado con el trabajo.
—Está bien, lo entiendo—sonrió con melancolía.
Algo dentro se Yoongi se movió, no recordaba lo lindo que era Jimin y las
expresiones que hacía, tan genuinas y simples, más que nada reales. Se
acercó a él, relajando su gesto, llevó ambas manos a sus mejillas, las cuales
apretó, Jimin hizo un puchero con sus labios abultados, no dejó de mover sus
mejillas en círculos, riendo de lo tierno que se veía.
—Quita esa cara—rio—. Ya estoy aquí—sin contenerse, agachó la cabeza
para dar un ligero beso en sus labios abultados, sintiendo de nuevo la
suavidad de estos. Era electrizante.
Al soltarlo, Jimin se lanzó a sus brazos, dando un abrazo fuerte, suspiró
cerrando los ojos, recargado en su pecho, oliendo aquel aroma varonil que
tanto le gustaba. Estaba feliz de verlo y de ninguna manera lo iba a ocultar.
Yoongi suspiró, la confusión nublada su mente, lo separó de su cuerpo y
miró alrededor. Era un departamento lindo, le había pedido a Taehyung que
eligiera uno cómodo y elegante, aunque parecía más vacío que su propio
departamento, desprendía un aura vivaz.
—Es lindo, has cambiado algunas cosas ¿No?
—Movi unas cosas—sonrió—. Y otras creo que quiero reemplazarlas,
poner más color. Taehyung me dijo que me ayudaría a elegir algunas cosas.
—Eso es bueno ¿Qué tal la universidad?
Suspiró profundamente. —Soy un asco, apenas empezó, pero, siento que
fracasare, mucha información, demasiada tecnología y soy un ignorante. Me
siento fatal.
—Nadie nace sabiendo las cosas—elevó una ceja—. Es algo nuevo para ti,
es normal que te cueste al principio, pero no te desanimes, yo sé que podrás
lograrlo—despeinó sus cabellos—. No seas fatalista, anda, ¿Ya comiste algo?
—Ammm, estaba por preparar algo de ramen—sonrió.
—¿Ramen? Eso no es comida, no me digas que no has cocinado de forma
decente.
Jimin enrojeció y se encogió de hombros. —Lo intenté, pero no soy bueno
en la cocina, se preparar cosas básicas, cereal, ramen y sopas. Como en la
escuela y a veces en el restaurante cercano, hacen buena comida y es
económico.
Yoongi rodó los ojos. —Vamos a preparar algo, pero primero veré qué es
lo que tienes, debes de tener más cuidado con lo que comes, enfermaras del
estómago.
Se encaminaron a la cocina, Yoongi miró todo tan ordenado, abrió las
alacenas encontrando decenas de ramen y comida instantánea, el refrigerador
tenía lo ideal para cocinar y había algo de carne en el congelador. Tomó lo
necesario para hacer una comida decente, se quitó el saco y lo dejó por ahí,
entonces, se arremango las mangas y miró a Jimin quien le observaba atento.
—¿Tienes mandiles?
Jimin se acercó a una de las cómodas y sacó un mandil negro, se lo tendió
a Yoongi quien lo acomodó sobre su ropa.
—¿En qué ayudo?
—Lava y corta esos vegetales, y hazlo con cuidado no quiero que te
lastimes.
—A la orden.
Yoongi comenzó a preparar un marinado para la carne, de reojo miraba a
Jimin quien estaba concentrado en cortar cuidadosamente los vegetales,
sonrió a medias y se ocupó en lo que estaba haciendo, trataba de no pensar ni
darle vueltas a lo que estaba haciendo en esos momentos, dejaba que las
cosas fluyeran, aunque la pregunta estaba en el aire. ¿Por qué estaba ahí?
Estaba cocinando, podía sentir la presencia de Jimin cerca, este se acercó,
puso las manos en su hombro y la barbilla sobre éstas, le miró y observó su
sonrisa traviesa, parecía un niño pequeño curioso.
—¿Por qué me ves así?
—Te extrañé ¿Tú me extrañaste? Aunque sea un poco.
—Lo hice—asintió desviando la mirada a la comida—. Y ahora no sólo te
voy a extrañar, sino también me voy a preocupar de que estés comiendo
basura.
—No es basura, lo siento no soy bueno cocinando, sé hacer pocas cosas—
rio por lo bajo sin dejar de mirarlo.
Yoongi negó, elevó la cuchara a sus labios. —Prueba.
Jimin abrió la boca y lo probó, cerrando los ojos por el esquicito sabor,
suspiró satisfecho. —Es demasiado bueno—le sonrió—. Eres un experto en
la cocina ¿Por qué?
—Te lo contaré después, arregla la mesa, ya está listo.
Lo vio de reojo asentir frenético antes de separarse para acomodar la mesa,
Yoongi apretó la mandíbula, tratando de dejar de lado el hecho de que su
pecho experimentó un calor tenue al ser mirado de esa manera. Estaba
actuando como un demente, ni siquiera sentía que era lo correcto estar ahí.
Sirvió los dos platos y los llevó a la mesa, Jimin había acomodado todo de
forma sencilla, diferente a como lo hacían en su casa, los dejó sobre la mesa y
se sentó, Jimin sirvió dos vasos de jugo, le observó con una ceja alzada.
—Bien, provecho—dijo con un suspiro.
—Provecho—rio animado.
Un tipo de risa singular, Jimin era extraño, para él era un experimento que
salía de su mundo, raro en su forma de expresarse, tan genuina, sin tener que
cuidarse de nada, como si no temiera lo que los demás pensaran de él.
—Esto es delicioso.
—Necesitamos hacer algo con tu forma de comer, puedes enfermar, tal vez
contratar a alguien.
—No me sentiría cómodo con eso.
Yoongi suspiró. —Trata de comer algo sano, hay restaurantes que pueden
traerte las tres comidas. ¿Por qué te ríes?
—Porque te preocupas por mí—dijo con orgullo.
—Como sea, come—bufó llevando la vista al plato.
No quería que las cosas se malinterpretaran, su boca estaba más suelta que
otros días, no pensaba con claridad, lo que le estaba ocasionando muchos
problemas, aunque una parte de él, la que quería mantener en margen sus
sentimientos, le decía que todo lo que estaba haciendo ayudaba a su plan, que
Jimin estuviera enamorado, no hacía más que facilitar las cosas.
Terminaron de comer, con una plática trivial sobre el clima y el trabajo,
recogieron la mesa, Jimin le miró con una sonrisa.
—¿Te quedarás?
—¿Quieres que me quede? ¿No estabas haciendo la tarea? —elevó una
ceja.
—Puedo terminarla rápido—tomó su brazo con la frente fruncida, como si
se negara a soltarlo.
—Bien—suspiró—. Puedo revisar unos correos en el celular mientras
tanto, anda.
Se encaminaron a la sala, la mesa de centro estaba llena de libros y de un
portátil, Jimin se sentó en el piso frente a este, Yoongi lo hizo en el sillón. Se
acomodó sacando su celular y revisando sus pendientes, últimamente y
después de la muerte de su abuelo había mucho qué hacer. De reojo miraba a
Jimin, este mordía ligeramente su labio inferior, concentrado en lo que sea
que estuviera leyendo, el gesto era tierno, negó ligeramente sacándolo de su
mente, para concentrarse en lo que estaba leyendo, pero no podía evitar verlo,
parecía confundido.
—¿Qué sucede? —preguntó con un suspiro.
—No sé nada de finanzas—dijo al tiempo que le observaba con un
puchero.
Yoongi chasqueo la lengua. —Ven—señaló en medio de sus piernas.
Jimin acercó sus cosas, posicionándose en medio de las piernas de Yoongi,
esté se encorvó para ver sobre su hombro, estaban realmente cercas, Jimin
estaba sonrojado, le dio un beso en la mejilla, cosa que sorprendió a Yoongi
por unos momentos. Sonrió a medias, para besar la punta de su nariz, y
regresar la mirada al portátil.
—Concéntrate—dijo explicando.
Era una tarde diferente, repleta de cosas que no estaba acostumbrado a
hacer, después de ayudar a Jimin ambos se quedaron en el sofá, mirando una
película, que a sus ojos no tenían ningún sentido, pero que Jimin parecía
disfrutarla demasiado, porque reía en las partes graciosas y arrugaba la frente
cuando el protagonista hacia algo cuestionable.
No le importaba el tiempo, ni que la noche estuviera cubriendo el cielo,
tampoco le importaba no mantener aquel semblante formal, era como si al
lado de Jimin pudiera ser una persona completamente diferente.
Lo llevó a la habitación, sin despegar sus labios, era gratificante besarlo
después de mucho tiempo, su cuerpo seguía siendo cálido y real, disfruto de
los sonidos de placer que lanzaba cuando atacaba con su boca su pecho, o la
forma en la que sus dedos se enredaban en su cabello y apretaban sus
hombros.
—Te extrañé—susurró contra su cuello, quería llenarlo de él, saciarse con
su ser.
Porque, para Yoongi, Jimin era el único que demostraba emociones y
sentimientos reales, era el único que lo amaba. Aunque él no pudiera amarlo.
Jimin despertó sintiendo todos los músculos de su cuerpo doler, no de una
forma insoportable, si no, de una placentera, recordando lo que había
sucedido la noche anterior, su corazón comenzó a latir con fuerza, se sentó en
la cama, dándose cuenta que estaba solo e hizo un puchero, se preguntaba si
Yoongi se había ido mientras dormía y la respuesta le decepcionaba.
Se levantó poniéndose una sudadera y salió a la cocina a comer algo antes
de tomar un baño, estaba aún adormilado, pero algunos sonidos le
despertaron, se acercó lentamente, quedándose en la entrada, mirando a
Yoongi concinar, este no llevaba camisa, sólo los pantalones de dormir, que
estaba seguro que había tomado de su closet, su espalda pálida tenía algunas
marcas rojas de araños, se avergonzó al pensar que él pudo hacer algo así.
Sigilosamente se acercó, abrazando su cintura desnuda y acomodando la
mejilla en su espalda, Yoongi suspiró antes de reír.
—Al fin despiertas, ve a bañarte, el desayuno casi está.
—¿Qué haremos hoy?
—Tú irás a la universidad y yo a la oficina. Anda que se hace tarde.
Jimin hizo un puchero, pero asintió, besó el hombro de Yoongi antes de
salir corriendo, dejándolo con un nudo en la garganta, Yoongi se volvió hacía
donde Jimin se había ido y mordió su labio inferior.
—¿Qué mierda estás haciendo Yoongi? —se dijo a sí mismo.
La burbuja se estaba reventando lentamente.
—¿Te veré pronto? —preguntó Jimin cuando aparcaron en la entrada de la
universidad.
—Haré lo posible—respondió Yoongi con una media sonrisa—. Cuídate
mientras tanto.
Jimin se acercó a él y le dio un beso ligero en los labios, Yoongi acarició
su mejilla sin dejar de mirarlo.
—Nos vemos entonces, cuídate—dijo Jimin con una enorme sonrisa antes
de salir del auto y despedirse con la mano.
Yoongi lo observó irse y cerró los ojos unos momentos, se repetía a sí
mismo que nada de lo que hacía estaba mal, porque seguía siendo parte del
plan, y que lo que sentía no era nada.

Holi
25

Jungkook se encontraba muy ansioso, trataba con todas sus fuerzas


concentrarse en el trabajo, pero no podía, su mente estaba dispersa, había
pasado una semana desde que estuvo con Yeosang y este estaba más distante
que antes, se dirigía a él sólo por trabajo, y se iba temprano, no comprendía
qué es lo que hizo mal, no podía sacarse esa noche de la mente, su presencia
lo ponía ansioso, lo deseaba y no quería dejarlo pasar, era un idiota, no
debería sentirse de esa manera, pero era inevitable.
—Yeosang, ven a mi oficina—dijo por el intercomunicador.
No escuchó la respuesta, pero sí se percató del movimiento fuera de su
oficina, se arregló el traje y espero, la puerta se abrió y lo vio entrar, se veía
tan bien como siempre, con aquella ropa anticuada, que cubría su cuerpo, uno
que él ya había visto.
—Señor—dijo con un asentimiento de cabeza.
—Siéntate—indicó la silla que estaba frente a él—. Tenemos que revisar la
agenda.
—Bien—se sentó y abrió la agenda en el escritorio.
—¿Qué es lo que tenemos?
—Hay una junta hoy a las doce, mañana tiene una reunión con los
franceses y el fin de semana tiene la ida a los viñedos.
Jungkook asintió. —Necesito que me hagas una reservación en primera
clase a New York para año nuevo.
—Claro señor.
—Y prepara todo para el viernes, vendrás conmigo a los viñedos.
Yeosang le observó fijamente antes de asentir. —¿A qué hora quiere
partir? Para arreglar todo con el chófer y la casona.
—Voy a llevar mi propio auto, sólo avisa que iremos, también manda una
regalo a mi tío KyungSoo quien cumple años el sábado. Y...ven, tengo que
mostrarte cómo es que quiero que queden las hojas de la reunión de mañana.
Yeosang tragó en seco, asintió nuevamente levantándose, se acercó
lentamente, había tenido cuidado especial para no acercarse de más, para
olvidar aquella noche que fue un descuido, se sentía atemorizado, porque a
pesar de saber que lo suyo era imposible, le gustaba demasiado.
Jungkook se hizo a un lado, sin pararse, permitiendo que Yeosang se
acercara a la computadora, se agachó mirando el diseño, era simple y
elegante, como la marca que caracterizaba a Min Jungkook.
—Puede mandarlo, trabajaré en ellos de inmediato.
Sintió que se acercaba, no lo miró, pero Jungkook, estaba tan cerca, que
podía sentir su aliento, uno que le erizo la piel, Jungkook lo tomó del brazo y
se puso de pie, haciendo que se volviera para que quedara frente a él,
recargado en el escritorio. Lo miró fijamente a los ojos.
—¿Por qué me estás evitando?
—No...yo...
—Lo haces, me evitas, pero no entiendo por qué.
—Señor Min—susurró pesaroso—. Lo que paso, fue...
—No digas que fue un error—dijo con una mueca—. ¿Por qué parece que
acostarse conmigo siempre termina siendo un error?
Estaba por alejarse, sintiéndose herido e indignado, Yeosang lo tomó de la
mano impidiendo que se alejara más.
—Creía que tú estabas...yo...para mí no fue un error, pero pensé que para ti
sí.
Jungkook sonrió de lado. —¿Te gustó?
Asintió inseguro, estaba por responder, pero los labios expertos de
Jungkook le callaron por completo, comenzó a besarlo de una forma
desesperada, trató de llevarle el ritmo, sus manos tomaron su cintura y lo
subió al escritorio, posicionándose entre sus piernas, abrazando su cuerpo sin
despegar sus labios, era un beso intenso, uno lleno de erotismo que le hizo
temblar, suspiró lleno de satisfacción, estaba perdido en el momento, perdido
en las caricias y besos.
Estaban por llegar a más, pero fueron interrumpidos por el teléfono,
Jungkook gruñó, se separó y contestó.
—¿Diga? —espero unos segundos—. Sí Yoongi, puedo hablar.
Yeosang se bajó del escritorio y tomó su libreta, hizo una reverencia y
salió de la oficina, sintiendo su corazón latir con fuerza y sus mejillas
sonrosadas. Definitivamente sabía, que no saldría ileso de aquella extraña
situación.
Yoongi no comprendía por qué estaba guardando en aquella pequeña
maleta una muda de ropa, mucho menos el por qué había cambiado parte de
su agenda para tener libre ese dia, trataba de ignorar las razones y
simplemente actuar.
Salió de su habitación, bajo las escaleras y recorrió la sala, encontrándose
con Jennie, quien bebía una copa de vino, lucia tan hermosa y elegante como
siempre, al verlo sonrió. Era una sonrisa bonita, pero dentro de él sentía que
no era la mejor que había visto.
—Yoonie, al fin bajas ¿A dónde irás?
—Tengo algo qué hacer.
—Oh, me preguntaba si querías salir a comer algo conmigo—se acercó y
le tomó la mano con cariño—. No hemos pasado mucho tiempo juntos.
—Tú siempre estás ocupada.
—Pero, hoy no, vamos, salgamos los dos.
Yoongi se vio en una encrucijada, por un lado estaba Jennie, su amor
incondicional, a quien amaba desde los quince años, pero que jamás se había
dado cuenta de sus sentimientos y por el otro estaba Jimin, en quien había
estado pensando más de la cuenta, en esos últimos días. La respuesta estaba
frente a él, pero se sentía confundido.
Era esa misma confusión la que le había mantenido pensativo esos últimos
días, sabia que estaba haciendo lo correcto, porque Jimin era una piedra en el
camino, porque él no podía tener lo que pro derecho era de su familia, no
podía permitir que el legado de los Min cayera en manos que no lo merecían,
en un niño ignorante y campirano, que no sabía nada de la vida. Lo único que
estaba esperando es que Jimin pudiera firmar, y que renunciara a la herencia,
es lo que todos esperaban y confiaban en que Yoongi podría convencerlo.
Si para ellos no era nada, entonces, ¿Por qué Yoongi sentía que su familia
le tenía miedo a Jimin? Todo a su alrededor le estaba consumiendo, jamás se
había considerado una mala persona, pero ahora ¿Por qué sentía que estaba
haciendo algo mal?
No comprendía nada de su comportamiento, ni de sus sentimientos, porque
si amaba a Jennie, entonces ¿Por qué estaba afuera de la universidad de Jimin
esperándolo?
Se encontraba recargado en el auto fumando un cigarrillo, decepcionado de
sí mismo porque había rechazado la invitación de Jennie ¿Qué mierda le
pasaba? Se encontraba malhumorado, sintiéndose un idiota, cuando lo vio
salir.
No era el chico más apuesto, no llamaba tanto la atención como otros,
Yoongi había salido con modelos, actrices y personas que parecían muñecos
de porcelana, Jimin carecía de todo eso, sin embargo, había algo en su
aspecto que lo hacía más interesante que los demás, no tenía que llevar
maquillaje, porque su rostro era lindo, sin alguna imperfección, no tenía que
llevar ropa extravanjante o cara, porque su cuerpo se amoldaba perfecto a lo
que fuera que llevaba, y por último, no tenía que verse feliz todo el tiempo de
manera falsa, porque las sonrisas que daba al mundo eran reales y cálidas.
Jimin no era como los demás, pero podía ser más especial.
Y Yoongi estaba molesto por eso, porque su abuelo era un desgraciado que
viendo al niño, criandolo ignorante del mundo y después dejándole todo a
sabiendas de cómo era su familia, era cruel, no podía describirlo de otra
manera, su abuelo lo lanzó a los lobos y tiburones sin ninguna clase de
protección. Estaba enojado, de tener que destruirlo, porque estaba en un
punto donde no podía parar.
Cuando Jimin lo vio, sus ojos se iluminaron y corrió hacia él. Nadie había
mostrado esa clase de emoción al verlo y dentro de él algo se engrandecio.
Tenía todo el cariño de Jimin, sólo para él.
—Hola—dijo con una enorme sonrisa—. ¿Qué haces aquí?
—Quería verte—se encogió de hombros—. Vamos a comer algo ¿Te
parece?
—Claro.
Le abrió la puerta del auto, subiendo él poco después, Jimin no dejaba de
sonreír.
—¿A dónde iremos? —preguntó expectante.
—Conozco un lugar que hace buena comida, es cerca.
—Me encanta.
—¿Qué tal la escuela? —preguntó entrando al tráfico.
—Demandante, tengo tarea, pero es fin de semana, puedo relajarme un
poco, ¿Qué tal el trabajo?
—Un dolor de cabeza como siempre—chasqueo la lengua—. Pero, no es
nada que no se pueda resolver, ya casi es navidad ¿Tienes algo en mente?
Jimin hizo una mueca triste. —Realmente no, ¿Tú?
—La familia siempre hace una fiesta de navidad, supongo que haré algo
como eso, te ves bien hoy.
—Gracias, creo que no se nota que no he dormido bien.
—¿Por qué no has dormido bien?
—La escuela y...estar solo realmente ha sido un poco atemorizante,
Taemin dice que me iré adaptando conforme pase el tiempo, ¿Crees que
ocurra?
—Es un cambio duro para ti ser independiente, pero, con el tiempo se
volverá mucho más sencillo, no tienes de qué preocuparte.
—Gracias, tienes razón, debo darle tiempo ¿Cómo estás tan acostumbrado
a vivir solo?
—Era mejor que vivir con mis padres, además, es más libertad, puedo
hacer lo que quiera.
—Taehyung dice lo mismo.
—¿Te has visto con él?
—Ha ido un par de veces a visitarme, dice que tiene una pasarela el fin de
año, así que esta estresado, yo le dije que no se preocupara que lo haría muy
bien, es excelente en lo que hace, me enseñó algunos vídeos.
—Es bueno—asintió—. Tiene una clase de belleza etérea, que hace que le
quede bien cualquier cosa que use.
Jimin elevó una ceja. —¿A ti te gusta esa clase de belleza?
—A mí me gusta tu belleza—rio por lo bajo, mentía tan bien.
Jimin enrojeció. —Probablemente estás mintiendo.
—¿Por qué lo haría?
—Porque no soy hermoso, debes de conocer a gente que realmente lo es
¿No?
—La belleza es subjetiva, depende de quien la vea y de cómo la aprecie—
se encogió de hombros—. Hay algo más que la belleza física, el interior, y tú
eres hermoso, jamás había conocido a una persona tan dulce, eso te hace
especial, sobre todo en un mundo donde la banalidad es primordial, me gusta
eso de ti, que seas tú mismo, que seas amable y tierno, eres especial Jimin.
—¿Tú podrías llegar a enamorarte de mí?
La pregunta lo tomó por sorpresa, Yoongi le miró de reojo y sonrió.
—¿Quién dice que ya no lo estoy?
Jimin bajo la mirada. —Si lo estás, entonces ¿Por qué no somos algo más?
—¿Quieres ser algo más que amigos?
—Quiero.
Yoongi aparcó en el estacionamiento del restaurante y le miró, estaba
seguro de que su fachada resultaba creíble para cualquiera que lo viera de
lejos, sin embargo, dentro era algo completamente distinto.
—Entonces seamos novios Jimin ¿Te parece?
Jimin asintió, se acercó y le besó tenuemente en los labios.
—Me encantaría ser tú novio.
—Ahora lo somos, y como tu novio, siempre tienes que confiar en mí,
porque nadie te va a querer como yo, sólo quiero tu bienestar ¿Lo entiendes?
—Lo entiendo—Jimin quien estaba enamorado creyó aquellas palabras sin
problema alguno, porque sabía que Yoongi no le mentiría, porque pensaba
que lo conocía. Pero, no era así.

—Tenemos está reserva, será para el próximo lanzamiento.


Jungkook asentía al encargado del viñedo, a su lado estaba Yeosang quien,
escribía algunos datos importantes, la bodega con los grandes barriles de vino
estaban acomodados alrededor, el lugar era un poco oscuro, con luz amarilla,
para conservar bien el vino.
—Bien, prepara los prototipos de botella como te los pedí.
—Si señor, hablaré de inmediato con el fabricante.
El hombre se fue no sin antes dar una reverencia. Jungkook y Yeosang se
quedaron solos, el segundo miraba interesado una bodega más pequeña.
—Ese vino es una cosecha especial, lleva ahí cinco años, aún le falta
mucho, vamos a verlo.
Tomó su mano y lo llevó al interior, era diferente, Yeosang le sonrió.
—Creo que su vino será el mejor.
—No me hables de usted si estamos solos—susurró acercándose,
abrazandolo por la espalda y comenzando a besar su cuello, Yeosang ladeo la
cabeza para darle mayor acceso—. Tengo la fantasía de tomarte aquí, cogerte
muy duro, pero los condones se quedaron en la casa.
—Oh—suspiró sintiendo las manos ajenas colarse debajo de su camisa,
acariciando la piel cálida de su vientre.
—A menos que me dejes hacerlo, estoy sano—lamió el lóbulo de su oreja
lo cual llevó una descarga a todo su cuerpo.
—Yo...yo también lo estoy—suspiró deseando más.
Jungkook hizo que pusiera las manos en la pared y comenzó a besar sus
labios con astucia, antes de deshacerse del cinturón y del botón del pantalón
ajeno, llevo las manos por su carrera bajando su ropa, dejando al descubierto
su trasero el cual amasó.
Relamió sus labios abriendo su pantalón y sacando su erección, la cual
frotó en medio de aquellas nalgas, llegando al punto, gruñó cuando empezó a
adentrarse, Yeosang gritó, pero cubrió su boca antes de que volviera a gemir.
—Shhh—dijo besando su cuello—. Sin ruido.
Yeosang asintió gimiendo contra la mano de Jungkook, quien no se detuvo
y comenzó a dar estocadas rápidas, alguien podría entrar y verlos, no podía
arriesgarse a tal vergüenza, mientras embestia, besaba el cuello y oreja de su
asistente, que parecía derretirse entre sus brazos, lo hizo llegar al clímax y él
lo logró minutos después en su interior, ambos se miraron profundamente.
Jungkook se estaba divirtiendo mucho, y no ignoraba que estaba sintiendo
un cariño especial por Yeosang, sólo quería olvidar y lo estaba haciendo de
una buena manera.
Hoseok escuchaba, realmente lo hacía, su hermoso chico reía mientras le
contaban algo que había echo en el día, pero él no podía concentrarse.
—Hobi amor, ¿Pasa algo?
—Nada, ven aquí.
Taehyung gateo hasta su regazo donde se sentó, ambos estaban en su
departamento, el que se había vuelto su nido de amor desde su regreso de
Francia, estaba en una nube de ilusión que nadie podía romper.
—Te amo—susurró Hoseok sobre sus labios.
—También te amo ¿Por qué estás así?
—Estoy cansado, ¿Podemos ir a dormir?
—Vamos.
—Antes, quiero que me des un beso.
Taehyung asintió tomando su rostro con ambas manos y besando sus labios
de forma dulce. Hoseok lo abrazó con fuerza intensificando el toque, su
mente estaba jodida, en el único que podía perderse por completo era en
Taehyung, aún si estaba siendo un hijo de puta egoísta, porque en ningún
momento confesó que se iba a casar y no era con el que amaba.

Capítulo patrocinado por SheilaMolinaFeria muchas gracias por tu


aportación
Espero que les haya gustado, casi entramos en lo más jugoso.
Cuentenme ¿Cuál es el personaje que mas odian? Yo a Jin, pronto
sabrán por qué.
Gracias por leer, no sé olviden votar y comentar
26

La víspera de navidad era la temporada perfecta para que la familia se


juntara, el ambiente dulce y lleno de alegría, colores y luces daba paso a tener
sensaciones armoniosas y tranquilas, Jimin siempre había amado esas épocas,
normalmente, se levantaba temprano, junto a su padre hacían el desayuno,
reían mientras hacían panqueques, su padre decía que era así como
celebraban en otros lugares, después del desayuno limpiaban y tenían trabajo
en el campo, para después preparar la cena, que siempre era cerdo con
patatas, veían películas después de una cena divertida, para terminar bebiendo
chocolate caliente antes de dormir. Pero, lo que más destacaba de esa noche
era el abrazo sincero y lleno de cariño que se daban.
Pero, ahora, tenía un vacío que no podía llenar con nadie, y después de
mucho tiempo se sintió solo, con un dolor apabullante, que le dejaba sin
aliento, sus ojos ardían por el llanto de madrugada y ni siquiera hablaba,
porque el nudo en su garganta se lo impedía. Estaba solo, lejos del único
lugar que había considerado un hogar, sin la persona que le amaba, la tristeza
le estaba consumiendo.
Había recibido la invitación de los Min para asistir a la fiesta familiar,
pensó que Yoongi le pediría ir con él, pero no fue así, su corazón estaba roto,
porque no podía ocultar que estaba perdidamente enamorado de Yoongi y
que su presencia le hacía mucha falta.
El timbre sonó y sólo así pudo salir de la cama, estaba hecho un desastre,
cuando abrió y vio a Taemin sonrió cálidamente, era uno de los pocos amigos
que tenía y que de verdad se preocupaba por él.
-Hola, pasa.
Taemin lo observó de pies a cabeza. -Vaya, luces como si hubieses estado
despierto toda la noche ¿Qué son esos ojos? ¿Lloraste?
-No ha sido una buena noche, recuerdo mucho a papá.
-Lo lamento Jimin-se acercó para darle un abrazo, uno que necesitaba, se
estrecharon por unos momentos, hasta que Taemin se separó y le sonrió-.
¿Irás a la fiesta?
-No lo sé ¿Tú lo harás?
-El tío Soo me mataría sino lo hago, también mi madre, ¿Quieres ir
conmigo? Si estás ahí no será tan aburrido.
Jimin dudó unos momentos, sin embargo, terminó por asentir, porque
realmente no quería estar solo y también, porque esa era una buena
oportunidad para ver a Yoongi.
-Bien, vamos.
-Perfecto, paso en una hora por ti, ponte lindo, vamos a divertirnos esta
noche.
-Hagámoslo.

La puerta se abrió, Jungkook miró a Yeosang entrar apurado debido a su


llamado inmediato, estaba igual que siempre, vistiendo esa ropa fuera de
moda, con sus anteojos y el cabello sobre su frente, tenía dos años trabajando
para él, pero era apenas que se fijaba en su atuendo. Los días que habían
pasado fueron más interesantes de lo que llegó a imaginar, le gustaba, eso no
lo iba a negar, tenían varios encontrones saliendo del trabajo, cuando nadie
estaba en la empresa, teniendo sexo en su oficina, o besándose cuando
pensaban que nadie los veía, era una sensación de peligro que elevaba la
tentación.
-¿Dónde están los permisos de Flex?
Yeosang relamió sus labios. -No están completos señor, se ha trabajado en
ellos, pero faltan algunas cláusulas, el equipo legal dijo que lo tendría listo a
más tardar mañana por la mañana.
-¿Les pago para procrastinar? Necesito esos papeles hoy, tienes que
resolverlo.
Boqueo incapaz de decir algo, asintió con los ojos temerosos, sus manos
sudaban, asintió. -Está bien, hablaré de inmediato con ellos y...
La carcajada de Jungkook lo hizo parar, le miró desconcertado, al tiempo
que Jungkook se ponía de pie y se acercaba a él.
-No pongas esa cara-terminó de reír antes de tomarlo de la cintura para
acercarlo a su pecho-. Estaba bromeando, quería una excusa para verte aquí.
-¿Una excusa? ¿No podía simplemente llamarme? -elevó una ceja.
-Eso le quita la diversión a todo.
Estaban demasiado cerca, tanto que sus respiraciones chocaban, Yeosang
sentía sus mejillas arder, y Jungkook lo notó, a diferencia de sus parejas
antiguas, quienes pocas veces demostraban qué es lo que sentían, él tenía
reacciones más genuinas, que le gustaban mucho, por lo que terminó por
juntar sus labios, fue un beso tierno, sin llegar a ser demandante.
Robó todo su aliento, cuando quiso aumentar el ritmo, Jungkook se alejó y
le sonrió. Se alejó para ir por una caja blanca con un moño negro de regalo.
-Antes de que lo abras, dime ¿Qué harás está noche?
-Ammm, planeaba quedarme en casa preparando la reunión de la próxima
semana.
-¿No celebrarás noche buena?
-No acostumbro a hacerlo, mi hermana y su esposo van a salir, así que me
relajaré en casa.
-Bueno, eso es excelente, porque te tengo una mejor propuesta, está noche
habrá una cena en casa de un tío, quiero que vayas conmigo.
Sus ojos se agradaron. -Pero...
-Ahora sí, abre la caja. Anda.
Yeosang le miró confundido, pero curioso al mismo tiempo comenzó a
abrir la caja, quitando con especial cuidado el moño de seda, cuando la abrió
vio un papel marrón claro con pequeños dibujos, sonrió ligeramente
quitándolo para descubrir una prenda, al sacarla del empaque se dio cuenta
del gran abrigo rojo, lucía espectacular, elegante, pero sobre todo muy caro,
pensaba que en sus manos tenía más de un año de salario.
-Yo...no puedo aceptar esto, es demasiado.
-No lo es, y claro que lo vas a aceptar, lo usarás está noche en la cena,
pasaré por ti a tu casa a las nueve ¿Entendido? -la sonrisa que le regaló era
tan cálida que no tuvo opción más que asentir, en ese instante se dio cuenta
que no importaba lo que él le diría, porque siempre aceptaría todo sin
dudarlo.

-Te ves muy hermoso-dijo Taemin cuando abrió la puerta.


Jimin enrojeció, no pensaba que se veía bien, estaba usando un traje negro
simple con una gabardina color crema, su cabello castaño claro estaba
peinado hacía atrás y su rostro un poco retocado, como Jin le había enseñado
hace unas semanas atrás.
-No digas esas cosas, te ves muy bien ¿Nos vamos ahora?
-Vamos.
Salió de su departamento, cerrando, ambos caminaron al ascensor, siempre
que estaban juntos se divertían, había aprendido que Taemin tenía un sentido
del humor único, el tiempo pasaba rápido si estaba a su lado. En el camino
ambos cantaron algunas canciones que estaban de moda, no paraba de reír, su
estómago dolía, el viaje no fue largo, llegaron a una parte de la cuidad que
conocía bien, porque ahí estaba la antigua casa de su padre, un nudo volvió a
colocarse en su garganta, pero intentó dejarlo de lado. Llegaron a una casa
grande, de colores cálidos, bajaron del auto, donde un hombre vestido de
negro les esperaba, Taemin le dio las llaves de su auto.
Jimin pensaba que estaría en una pequeña reunión familiar, pero fue todo
lo contrario, era una fiesta demasiado grande, con invitados de élite, que
entraban con hermosos vestidos, lujosas joyas o elegantes trajes, Taemin le
sonrió.
-A los Min les gusta lo extravagante, las familias más poderosas están
aquí. ¿Mucha presión?
-No estoy acostumbrado a tanto-se encogió de hombros.
Si la fachada externa era preciosa, ver la casa por dentro lo dejó
boquiabierto, la decoración era excepcional, como si estuviese dentro de un
castillo antiguo, un mesero se acercó a ellos para ofrecerles vino blanco,
Taemin tomó ambas copas y le dio una.
-Lo bueno de estas fiestas es la comida y la bebida-dijo dando un sorbo de
la copa. Jimin hizo lo mismo, el sabor no era malo, bebió un poco más.
Pudo distinguir algunos rostros conocidos, porque los había visto en el
funeral de su padre, sólo que esa vez reían y se veían alegres, buscó con la
mirada a Yoongi, pero no pudo encontrarlo.
-Mi tío Soo es muy bueno con las decoraciones, le encanta llamar la
atención, ahora sabes de dónde salió Namjoon, y peor aún, SeokJin, a este le
fascina ser el centro de atención, sino lo tiene igual lucha porque las miradas
estén sobre él. Tienen gran ego.
-Jin no me parece ególatra-hizo una mueca-. Tal vez no he convivido
mucho con él.
-Todos tratamos de esconder nuestras peores caras, es mejor mostrarnos
amables y buenas personas ¿No es así?
-Supongo-asintió-. ¿Qué cara escondes tú?
-Soy un mediocre cobarde-suspiró.
Jimin le miró con una ceja alzada. -Eso no es verdad.
-Así es como me siento-suspiró sonriendo a medias-. Como te darás cuenta
mi familia está llena de personajes interesantes y poderosos, basta con la
imagen que los menores tenemos de Yoongi, Namjoon y Hoseok para tener
claro que entre más hábil e inteligente eres para los negocios, más importante
eres para esta familia, ellos hacen que compitamos, mi hermano y yo nos
llevamos mal por esto, pero a diferencia de mí, él es increíble, y yo...bueno,
soy un desastre, no he logrado nada en estos años que sea motivo de halagos
para la familia, y jamás he tenido la fuerza para decir en voz alta lo que
pienso, por eso, soy la oveja negra.
-Bueno, pero para mí eres increíble, muy inteligente y genial-suspiró-.
Papá decía que en el mundo no vales por lo que tienes, sino por quien eres,
porque puedes ser el hombre más poderoso y tener la aprobación de todo el
mundo, pero el vacío será enorme, porque vivirás para complacer a los
demás, vales demasiado para que pienses que eres un mediocre.
Taemin tragó en secó y le sonrió. Alargó la mano para acariciar su mejilla.
-¿Por qué alguien como tú está aquí? No quiero que nadie te lastime.
-No sucederá, tranquilo, soy fuerte.
Pero lo que Taemin quería decir es que no quería que su familia lo
lastimara, pero la cobardía pesaba más, no quería que Yoongi desacreditara
sus palabras y lo alejara de él, si eso pasaba no podría cuidarlo. Jimin era
especial, alguien con características muy diferentes a cualquiera dentro de su
estatus, una persona real, que no dudaba en mostrar sus sentimientos, dulce y
bueno.
Jimin buscaba con la mirada, algunos le observaban, pero no estaba seguro
de que estos le reconocían, sus ojos pararon hacía una mujer hermosa,
delgada, con un entallado vestido negro, y cabello largo y oscuro, su piel era
nívea y clara, parecía ser una modelo, ella estaba al lado de Yoongi,
caminando de su brazo, este se veía espectacular, apuesto, y su corazón dolió
¿Era por eso que no lo había invitado? Porque estaba al lado de alguien más,
una persona que estaba más allá de cualquiera, sintió ganas de llorar, claro
que él preferiría mostrarse y caminar al lado de una persona tan hermosa, él
estaba de más, era nada al lado de ella.
-Ella es Kim Jennie-dijo Taemin después de haber seguido el punto al que
miraba-. Es una íntima amiga de Yoongi, pensé que estaba fuera del país,
pero al parecer volvió, ellos eran muy unidos, todos pensaban que
terminarían juntos, lo siento, dije demasiado.
-Está bien, Yoongi y yo...-no sabía si era correcto decir que estaban en una
relación, por lo que simplemente asintió-. Somos...amigos.
-Se ve que te interesa mucho, ¿Lo quieres?
-Lo hago-susurró inaudible.
Taemin suspiró, lo tomó de la mano y lo jaló hacía el centro, Yoongi
estaba cerca, Jimin quiso retroceder, no se sentía cómodo con el hecho de que
su novio estaba ahí con una chica hermosa.
-Hola Yoongi, hola Jennie-dijo Taemin con una sonrisa.
Al verlo, Yoongi frunció ligeramente el ceño. -Jimin ¿Qué haces aquí?
-Yo le dije que viniera conmigo-provocó con una sonrisa burlesca.
-Hola-saludó con una sonrisa tímida.
Jennie le sonrió. -Hola, soy Kim Jennie, amiga de Yoongi.
-Park Jimin-no estaba seguro si debía presentarse como un Min. No quería
que las personas malinterpretaran las cosas.
Yoongi apretó la mandíbula. -Pensé que dijiste que no te gustaban estas
celebraciones, ni estar con personas desconocidas.
-No le gusta-asintió Taemin-. Pero, lo obligué, no quería que se quedara en
su departamento solo.
-Muy considerado de tu parte Taemin-soltó agresivo-. Sin embargo,
cuando le hago una pregunta a Jimin espero que sea él quien responda.
-Lo siento. Vamos por algo de beber Jiminie.
No dejó que Jimin contestara, simplemente lo tomó de la mano y lo llevó a
otra parte, Yoongi los vio irse con un amargo sabor de boca. Jennie se dio
cuenta de su semblante, pero no dijo nada, se limitó a beber de su copa.
-Un niño tonto ¿Es él el heredero de tú abuelo? Ahora entiendo porque
todos están molestos.
-No encaja en nuestras vidas-dijo por lo bajo.
-Pero es lindo, mucho, parece un ángel-suspiró-. Espero que no le hagan
daño, no tiene la culpa de las decisiones de tu abuelo.
Yoongi no dijo nada, se limitó a ver la entrada, porque Jungkook había
llegado de la mano de un chico que reconoció como su asistente, elevó una
ceja, no se veía como otras ocasiones, el chico en cuestión lucía muy lindo, y
Jungkook sonreía a los presentes haciendo chistes sin sentido.
Quien también se había dado cuenta de su llegada fue Taehyung, quien se
encontraba cerca de Jin, había pasado mucho tiempo desde que lo vio por
última vez, cuando regresaron de aquel viaje que fue un completo desastre, se
arrepentía de muchas cosas y la mayor de ellas era haber dañado su amistad,
se estaba acercando cuando escuchó que llamaban a la cena, Jin le tomó del
brazo y lo llevó a la mesa, no quería estar ahí, menos si era para ver a Hoseok
de la mano de Wendy, quien sonreía de forma cínica, la odiaba por completo.
En el salón principal había varias mesas, entre ellas una grande y
rectangular, donde se sentaría la familia directa, Yoongi se sentó frente a
Jimin quien no regresaba la mirada, estaba nervioso, habían pasado algunos
días desde que decidió hacerlo su novio, se había arrepentido por completo,
no pensó que asistiría a la fiesta, y ahora tendría mucho que explicar sino
quería que las cosas se arruinaran.
Estaba entre la espada y la pared, por una parte, se hallaba al lado de la
mujer que amaba, que esa noche lucía espectacular, y por la otra sentía la
mirada desaprobatoria de su padre y sus tíos por no estar con Jimin, no
confiaba en Taemin, este no era afín a sus creencias, era quien menos estaba
al tanto del plan, por lo tanto, no lo quería cerca de Jimin.
La cena fue servida, todos comenzaron a comer con tranquilidad, entre
pláticas amenas, Namjoon quien estaba a su izquierda se acercó a su oreja.
-No se suponía que traerías a Jimin.
-Hubo un cambio de planes.
-Tú padre está molesto.
-Ya lo sé, deja de joder.
-Creo que no eres el único que está interesado en Jimin, ten cuidado sino
quieres que todo se arruine. No estamos para juegos.
No le respondió, simplemente se limitó a mirar a Jimin con una mueca, no,
definitivamente no aprobaba que estuviera cerca de Taemin.
En el otro extremo Jungkook miraba de forma discreta a Taehyung, quien
bebía sin control, siempre hacía eso cuando estaba molesto, Yeosang tomó
ligeramente su mano.
-¿Sucede algo? -preguntó cerca de su oreja.
-¿Qué se supone que es esto?
-Son galletas con caviar.
Arrugó ligeramente la frente. -Sabe horrible.
-Es muy caro.
-Parece que los ricos no saben comer.
Rio por lo bajo. -No lo comas sino te gusta, pronto traerán el plato fuerte.
-¿Cuántos platos son?
-Es una cena de cinco tiempos.
-Mucha comida.
-Y toda igual de mala, así que aguanta. ¿Quieres ir a mi casa después de
esto? Podemos beber.
-Suena bien-sus mejillas enrojecieron.
Jungkook suspiró, cuando regresó la mirada hacía Taehyung, se dio cuenta
que este le estaba viendo, sus miradas se encontraron y lo vio sonreír, era una
sonrisa hermosa, entonces todos aquellos sentimientos que pensaba que se
habían quedado atrás renacieron, no había forma de olvidarlo.
La cena había culminado, todos ahora, se encontraban en el salón
conviviendo, la decoración navideña era excepcional, Jimin observaba todo
con una ligera sonrisa, Taemin se había disculpado para ir al baño, y lo
esperaba cerca de las escaleras, no estaba cómodo ahí, nadie se acercaba a él,
pero no dejaban de mirarlo, eso le ponía ansioso. Miraba la copa que tenía en
las manos, no sabía cuánto había estado bebiendo, pero no se sentía mareado.
-¿Por qué no me dijiste que vendrías? -no quiso elevar la vista, Yoongi se
tomó el atrevimiento de tocar su mentón y levantar su cabeza. Al verlo sus
ojos demostraron tristeza-. ¿Estás molesto conmigo? ¿Por qué?
-¿Por qué viniste con ella?
-¿Estás celoso? Jimin ella es mi mejor amiga, no la veo desde hace mucho
tiempo, además me dijiste que no te gustaban este tipo de cosas y ahora estás
aquí con Taemin, a quien por cierto le dejas que responda por ti.
-Taemin insistió para que viniera y yo...
-¿No se supone que eres mi novio? Deberías de decirme, y no venir aquí
para pasearte con él, ¿No ves que le gustas?
-Eso es mentira, es mi amigo Yoongi.
-Y ella también es mi amiga, una que quiero mucho Jimin, no me gustan
las relaciones posesivas, te lo dije alguna vez, y pensé que contigo iba a ser
diferente.
-Pero...
-Creo que es mejor que nos veamos otro día.
Yoongi se dio la vuelta y se fue, dejándolo con unas ganas enormes de
llorar, Jimin se perdió entre la gente saliendo al jardín, quería estar solo, se
sentía miserable.
Jungkook miraba atento a las personas que estabana alrededor, de vez en
cuando su ojos se posaban en Taehyung, quien sonreía al lado de Jin, quería
ir en su encuentro, hablar con él, pero se hallaba cerca de Yeosang y no le
parecía correcto, una parte de su ser estaba arrepentida de haberlo llevado, de
repente lo que había sucedido hace algunos días dejó de tener el peso que
tenía antes de ver a quien amaba, se sentía miserable.
Hoseok y sus padres llamaron la atención de todos, quienes observaron
confundidos.
-Buenas noches queridos invitados, está noche mi hijo tiene algo muy
importante que anunciar.
El semblante de Hoseok era igual al que tenían los condenados, parecía sin
vida, desdichado, este se acercó a sus padres y sonrió a medias.
-Espero que estén teniendo una buena velada-relamió sus labios-. Está
noche quiero anunciar algo importante, yo, Jung Hoseok, quiero pedirle a mi
hermosa novia, Son Wendy que se una a mí.
Wendy, se acercó confundida, Hoseok tomó su mano, y ante la vista de
todos se hincó frente a ella. Todos alrededor se quedaron en silencio,
Taehyung miró la escena en cámara lenta. Tan irreal, que no podía creer que
se tratara del mismo hombre con el que había compartido la cama la noche
anterior.
-Eres la mujer más generosa y hermosa, y yo, sería el hombre más
afortunado si te tengo a mi lado para siempre, Wendy ¿Te casarías conmigo?
Ella cubrió su boca con la mano, abrió mucho los ojos antes de asentir y
dejar que este colocara el gran diamante en su dedo, los aplausos no se
hicieron esperar.
Jungkook posó rápidamente los ojos en Taehyung quien salió corriendo, no
espero ni un segundo cuando salió disparado detrás de él, Yeosang miró todo
con un nudo en la garganta.
-¡Taehyung detente!
Habían llegado a la salida, dentro aún se escuchaban las felicitaciones por
el compromiso tan esperado. Taehyung paró y se dio la vuelta, mostrando su
rostro húmedo y lleno de dolor.
-¿Qué quieres?
-Saber si estás bien. Taehyung...
-No digas te lo dije, no lo hagas.
-Pero, lo hice, siempre te dije que Hoseok no era una persona confiable,
que te estaba usando y quien iba a salir lastimado eras tú, sin embargo, no me
alegra, al contrario, lo siento mucho.
Taehyung limpió sus lágrimas. -Pensé, yo de verdad pensé que él me
elegiría a mí al final de todo.
-No es tu culpa.
-Ya lo sé, nadie elige de quien enamorarse, me tengo que ir.
-Espera-dijo tomando su mano-. Te llevo.
-Quiero estar solo-hizo una mueca separándose de él.
-Si me necesitas llámame, siempre estaré para ti, independientemente de
todo Tae, porque eres alguien a quien amo y me duele verte sufrir.
Taehyung sonrió a medias, se acercó a él y le abrazó con fuerza. -No tienes
idea de cuánto te extrañé, gracias, por todo lo que me das.
-Siempre serás mi prioridad.
Y no mentía, en su corazón sentía que Taehyung era el único al que podía
amar, en quien podía confiar y quien lo haría feliz. Lo amaba.
Jimin estaba sentado en el borde de la piscina, que tenía flores blancas
flotando en la superficie, escuchaba aplausos y música, pero no le tomó
importancia, limpiaba sus mejillas que eran mojadas con lágrimas que no
dejaban de caer, no le gustaban las sensaciones que estaba sintiendo. Escuchó
algunos ruidos, se volvió ligeramente viendo a un chico rubio que tomaba de
una botella.
-Oh, lo siento, pensé que estaba solo, yo...¿Estás llorando?
Negó bajando la mirada, estaba avergonzado, sintió que el chico se
acercaba, hasta que se sentó a su lado.
-Toma-dijo dándole un pañuelo desechable-. También estaba llorando,
pero al salir del baño, me pedí, entre en la cocina y encontré esto-dijo
levantando la botella-. Nunca había probado el ron, pero no es malo ¿Quieres
un poco?
Jimin limpió sus ojos y nariz con el pañuelo, miró al chico que estaba a su
lado, era lindo, tenía una sonrisa dulce y ojos amables, le ofrecía la botella, la
cual tomó y dio un trago, el sabor no era el mejor, pero tampoco le
desagradó.
-Gracias....-le miró con disculpa.
-Ah, soy Kang Yeosang, ¿Tú eres?
-Mi nombre es Park Jimin.
Yeosang le observó con una ceja alzada. -Lo siento señor, no fue mi
intención hablarle con tanta falta de respeto.
-No entiendo. Yo...
-Usted es hijo de Min HongJae ¿No?
-Sí, pero no tienes que hablarme así, no te preocupes, ¿Cómo sabes quién
soy?
-Soy el asistente de Min Jungkook, vine con el está noche.
-El hermano de Yoongi-asintió bajando la mirada-. ¿Por qué estabas
llorando?
Dio un suspiro antes de beber más, le pasó la botella a Jimin quien también
lo hizo. -Porque me siento usado, es una sensación tan deprimente, nunca
quise que mis sentimientos se interpusiera en mi deber, pero ahora, es
horrible estar enamorado.
-Lo es-asintió-. También estoy enamorado, de Yoongi, suena estupido
decirlo en voz alta, me siento mal.
-¿Min Yoongi? Él me da miedo.
-¿Por qué? Es alguien muy dulce cuando lo conoces.
-No lo sé, los Min en general me aterran, cuando Jungkook se pone
molesto casi me orino en los pantalones.
-¿De él es de quien estás enamorado? -preguntó bebiendo más, a esas
alturas ya estaba sintiendo que sus labios se entumecian y su lengua se
soltaba.
-Siempre me gustó, ¿Sabes? Es apuesto, y muy inteligente, tiene una mente
brillante y realmente no estoy seguro de que exista algo que no pueda hacer,
sin embargo, siempre fue mi jefe y lo respeté por eso, aunque hace unas
semanas algo cambio y creo que me he enamorado, y ahora mi corazón está
roto.
-Sigue bebiendo-suspiró-. Se supone que Yoongi es mi novio, pero está
aquí con alguien más y se molesta porque yo estoy con un amigo, ¿Cómo se
supone que debo reaccionar ante eso? Me siento inseguro, mi padre siempre
dijo que era hermoso y especial, pero ahora, siento que soy menos que nada,
este no es mi mundo y no soy suficientemente bueno para él.
-¿Por qué todos hablan del amor como si fuera la mejor sensación? -
suspiró antes de sonreírle-. Si me permites decirlo, tú novio es un tonto, y tú
eres hermoso y muy suficiente para cualquiera.
-Tú también lo eres, Jungkook no se da cuenta lo que tiene.
-No lo culpo, él ama a otra persona, y está bien, nosotros no somos nada.
Ambos bebieron con una mirada triste. Sin darse cuenta que alguien los
observaba por la puerta de cristal que daba al jardín.
Yoongi fumaba un cigarrillo mientras veía a Jimin reír, Jennie estaba
hablando con algunas personas, siendo lo sociable que era siempre, él podía
estar haciendo lo mismo, pero la incomodidad no se alejaba de su pecho, no
le había gustado ver a Jimin de la mano de Taemin, ya no podía entenderse a
sí mismo, pensaba que era por lo que su familia pudiera decir o pensar, pero
la realidad es que le importaba poco lo que estos hacían, era algo más, y
estaba sospechando que Jimin, le gustaba más de lo que quería admitir.
-¿Buscas a alguien? -preguntó cuando vio a Jungkook acercándose
mirando para todas partes-. ¿Estás saliendo con tu asistente? Pensé que no te
gustaba.
-No te incumbe-bufó, pero se paró a su lado sacando un cigarrillo-. Ahí
están, los dos juntos ¿No es extraño?
-¿Qué?
-Ellos no encajan aquí, cualquiera puede notarlo, pero en vez de ser algo
negativo, es bueno, tienen todo lo que nosotros carecemos.
-¿Y eso es?
-Son reales y sinceros, son transparentes, disfruto estar a su lado, pero no
es suficiente ¿No te pasa lo mismo con Jimin?
-A diferencia de ti, yo sí puedo controlar mis emociones.
-Entonces ¿Por qué estás aquí mirándolo mientras el amor de tu vida se
encuentra allá dentro?
-Sólo vigilo-se encogió de hombros-. ¿Taehyung ya se fue? Por eso
recordaste con quien llegaste.
-Es diferente. Yo no estoy usando a Yeosang.
-Eso es lo que tú piensas.
Jungkook apretó la mandíbula, no, lo que él pasaba era diferente. Ambos
estaban perdidos en sus pensamientos, cuando escucharon un chapoteo de
agua y a alguien gritar, su vista recayó en frente, donde Yeosang estaba
quitándose el saco para saltar a la piscina helada, no había rastro de Jimin.
Yoongi salió corriendo, llegando a donde saltaba el chico que se hallaba a
un paso de saltar.
-¡¿Y Jimin?!
-Se cayó, se iba a levantar para ir al baño, pero cayó.
Yoongi no escuchó más, seguro de que Jimin no sabía nadar, se lanzó y
nadó hasta el fondo donde Jimin manoteaba para salir, lo tomó de la mano y
lo sacó, Jungkook junto a otras personas ya lo esperaban en la orilla, le paso
su cuerpo, estaba entumecido por el agua helada, salió y miró a Jimin quien
no respondía.
-¡Mierda! -puso sus manos sobre su pecho y comenzó a reanimarlo,
llevando también sus labios a los más fríos, soplo, repitió todo unas cuentas
veces bajo las miradas asustadas y confundidas de los invitados que habían
escuchado el escándalo.
-Vamos Jimin-susurró Yoongi.
-La ambulancia está en camino-escuchó, pero no puso atención. Su
respiración estaba detenida, sus ojos posados en Jimin y algo desconocido
despertó en él.
Jimin escupió el agua que había tragado, haciendo que todos soltaran el
aire que habían retenido debido a la preocupación, abrió los ojos y comenzó a
sollozar. Yoongi lo tomó de los hombros y lo abrazó a su cuerpo, parecía que
el alma le había regresado.
-¿Estás bien? -dijo tomando sus mejillas.
Asintió. -Me...duele la garganta...y tengo frío.
-Llévalo adentro, tienen que cambiarse-dijo Namjoon acercándose-.
Cancelare la ambulancia, les daremos ropa limpia.
Yoongi cargó a Jimin y lo llevó dentro, pasaron a través de los invitados
que les miraban confundidos, subieron escaleras arriba y se adentraron a una
de las habitaciones. SeokJin venía con ropa para ambos.
-Es lo que pudimos encontrar, cambiense, si necesitan algo nos dicen, ahí
hay agua.
Se fueron dejándolos a solas, Yoongi tomó una de las toallas y comenzó a
secar a Jimin.
-Quítate la ropa.
Jimin empezó a despojarse de la ropa empapada, al igual que Yoongi,
cuando quedaron desnudos, Yoongi lo volvió a abrazar, se separó antes de
que Jimin reaccionara y le ayudado a cambiarse con ese pijama que le
quedaba enorme, él hizo lo mismo, seco su cabello y lo ayudó a meterse a la
cama, se recostó a su lado y volvió a abrazarlo.
-¿Qué sucedio?
-No lo sé, iba al baño, pero creo que no me levanté bien.
-Me diste un susto de muerte Jimin.
Jimin le miró con lágrimas en los ojos. -Lo siento.
-No vuelvas a despegarte de mí, no cuando estés bebiendo, parece que
debo cuidarte más de lo que pensaba, no hagas esto de nuevo, casi me matas
del susto, no sabría qué hacer si algo te sucediera.
Y lo peor de esas palabras, era que no pertenecían a una mentira, Yoongi sí
se había asustado, y mucho, besó a Jimin tenuenente en los labios.
-¿Sigues molesto? -preguntó el menor con una mueca.
-No, no lo estoy, y lamento haberme comportado así, en sólo que estaba
celoso, no quiero que descubras que hay personas mejores que yo.
-Pero, tú me gustas, estoy enamorado de ti, no hay nadie mejor para mí, yo
también estoy celoso, ella es hermosa.
-Ya te dije que la belleza es subjetiva, depende de los ojos de quien la
admira y a mí me gusta tu belleza. Me gustas tú Jimin.
-Bésame.
Yoongi lo besó, era un beso lento, y delicado, cargado de un sentimiento
que se negaba a sentir, pero también de alivio. Jimin se acurrucó en su pecho.
-Jimin, debo enseñarte a nadar.
-Está bien.

-Creo que quiero ir a casa-susurró Yeosang cuando subieron al auto.


-Sí, está bien.
El camino estuvo lleno de silencio, Yeosang, pensó que irían a su
departamento, quería acurrucarse en su cama y llorar, pero Jungkook dio
vuelta en la dirección opuesta. Llegaron a un parque cercano, donde aparcó.
-Lamento que hayas visto eso, pero Taehyung es importante para mí, es mi
mejor amigo y tenía que estar con él.
-Está bien.
-No, no está bien, estás molesto ¿Verdad?
-¿Por qué debería estar molesto? Es comprensible.
Jungkook le miró con una sonrisa. -Tengo algo para ti.
Sacó de su bolsillo un pequeño saquito azul cielo, se lo puso en la mano,
Yeosang lo abrió sacando una pulsera de oro con un dije de corazón.
-¿Te gusta?
-Sí, es muy lindo, gracias.
-Úsalo siempre ¿Está bien?
-¿Por qué quieres que lo use?
-Porque lo compre pensando en ti.
Y la sonrisa que le dio lo dejó en el suelo, estaba sufriendo, porque era
dulce y esa dulzura lo haría caer en el abismo, Jungkook le puso la pulsera y
beso el dorso de su mano, lo miró con cariño, pero sabía que jamás llegaría a
mirarlo de la misma forma en la que miraba a Taehyung. Se sentía usado y
dentro de un juego que no ganaría.
-Feliz navidad.
-Feliz navidad-sonrió a medias.

Más de 5mil palabras, me ayudarían mucho votando y sobre todo


comentando. Muchas gracias.
¿Qué les parece la historia hasta el momento? ¿Les gusta? Gracias
27

Era una sensación atroz, el dolor más horrible que había experimentado en
toda su vida, no podía dejar de llorar, no podía dejar de gritar debido a la
injusticia, a sentirse traicionado y olvidado, su corazón dolía, estaba roto, en
miles de pedazos que jamás podrían juntarse de nuevo, su cuerpo estaba
enfermo, le dolían todos los músculos y había vomitado debido a la ansiedad.
Estaba solo porque no quería ver a nadie.
SeokJin no había dejado de llamar, pero no atendía sus llamadas, Jungkook
le mandaba mensajes para saber cómo estaba, pero lo único que podía hacer
era verlos, y Hoseok, el causante de su dolor, le mandaba notas de voz
suplicando que lo perdone, que podía explicarle, pero para Taehyung ya no
había nada más que explicar, le había arrebatado todo. Ahora estaba sin nada
más que dolor y sufrimiento.
Era su cumpleaños, estaba a unas horas de que iniciara el año nuevo, todo
acabaría entonces, no quería seguir viviendo, no quería estar en un mundo
donde la persona que amaba se casara con alguien más, era tan doloroso que
no podía ni respirar.
El timbre no dejó de sonar, pensaba que era Jin, preocupado, sus padres
estaban en Daegu, no se encontraban enterados de lo que pasaba, le habían
llamado, pero él les dijo que no podía verlos porque estaba ahogado en
trabajo, una mentira más a la cuenta.
Se levantó, porque no tenía opción, abrió la puerta para encontrar a
Jungkook quien le sonrió cálidamente, siempre le había gustado su sonrisa, le
reconfortaba.
—No atiendes, sé que no has comido, así que traje algo, debes comer.
—De verdad que no puedo—suspiró haciéndose a un lado para dejarlo
pasar—. Pero, gracias.
—Tae...
—No quiero hablar de eso, de verdad que no quiero hacerlo—tragó en seco
—. Si quieres quedarte aquí, entonces, no hablemos de esas cosas.
Jungkook suspiró, se sentía impotente de verlo sufrir de esa manera. —
Está bien, no hablemos de eso. Veamos una película mientras comemos algo
¿Te parece?
—No suena mal—se encogió de hombros, realmente ya nada le importaba.
Jungkook sirvió la comida, era la favorita de Taehyung, lo conocía tan
bien, que sonrió cuando sus ojos se iluminaron, posiblemente llevaba desde
aquella noche sin comer, ambos se sentaron en la sala, esperando a que
iniciara la película, una de acción, donde no había más drama de por medio,
ninguno de los dos necesitaba eso.
Fue más cómodo de lo que pensó, llevaban semanas sin hablarse, pero
parecía que el tiempo no había pasado, Taehyung se recostó en su hombro.
—¿Cómo es que siempre sabes qué hacer para hacerme sentir bien? Eres
un angel Kookie.
—Te conozco desde que somos niños Tae, es obvio que sé qué hacer para
hacerte sonreír, no me gusta verte mal.
—Tal vez pienses que soy un idiota y créeme que sé que lo soy, pero,
realmente pensé que él me elegiría, ¿Por qué no lo hizo? Siempre hablaba de
lo mal que la pasaba estando con ella, no lo entiendo.
—Él es el idiota, no pudo ir en contra de lo que mis tíos querían para su
vida. Se vendió.
—¿Tú habrías ido en contra?
—Si es alguien a quien amo, lo haría, no desperdiciaria mi vida viviendo
con quien no quiero, esa es otra clase de tortura.
Taehyung suspiró con una mueca melancólica. —¿Quién es el chico con el
que ibas a la fiesta? Es muy lindo.
—Es Yeosang, mi asistente, lo conoces.
Taehyung se separó para mirarlo con una ceja alzada. —¿Estás saliendo
con él? Se supone que tienes una política de no salir con tus trabajadores
¿No?
Jungkook mordió su labio inferior. —No, no estamos saliendo, lo invité
porque somos buenos amigos.
Se sentía un estúpido, ni siquiera sabía por qué estaba mintiendo, Yeosang
le gustaba mucho, le hacia vivir sensaciones que nunca antes experimentó,
pero, no era Taehyung, había estado enamorado de Tae por años, eso no
podía cambiar por un corto tiempo de jugueteo, ambos eran diferentes,
Taehyung era un Dios, tan seguro de sí mismo, talentoso e inteligente, que
sabía lo que quería y que le gustaban las cosas extravagantes, mientras que
Yeosang, era dulce, amable, humilde, no le importaba el dinero ni lo caro que
era el restaurante, vestía mal, pero llegaba a ser sensual cuando se lo
proponía, en el sexo era increíble. Le gustaba, ambos le gustaban de diferente
manera. Y estaba confundido.
—Me gusta que estés aquí, gracias por regresar, sé que me porté como un
idiota contigo.
—Está bien, para eso estamos los amigos ¿No? Te lo dije, siempre serás mi
prioridad.
—Debía enamorarme de ti, debí hacerlo.
—¿Por qué no lo haces ahora? No te quiero presionar, no lo haré, pero
quiero que sepas que estoy aquí y que si me eliges no te vas a arrepentir,
daría mi vida por ti Tae.
Taehyung le sonrió acariciando su mejilla. —Sé que lo harías, créeme que
todo sería más sencillo si lo hiciera, pero, no estoy listo aún ¿Puedes darme
tiempo para pensarlo?
Aquello hizo que su corazón latiera con fuerza, porque no se estaba
negando por completo, al contrario, le estaba dando una chispa de esperanza,
una que le decía que posiblemente podrían estar juntos, lo que él no sabía era
que Taehyung simplemente no quería quedarse nuevamente solo.
Ambos se abrazaron mirando la película, riendo y compartiendo un
momento amigable juntos, como muchas veces antes lo habían hecho, cuando
llegó la madrugada, Taehyung suspiró adormilado.
—Feliz año nuevo Kookie.
—Feliz año nuevo cariño.
No se quedó a dormir, le ayudó a arroparse en la cama y lo dejó, se fue a
su casa con una enorme sonrisa, una que se desvaneció cuando vio un
paquete en su puerta, se acercó tomándolo.
No estabas, pasé a verte, era una sorpresa.
Feliz año nuevo Kookie.
♡Yeosang♡
Entró a su departamento, abrió la caja y sacó una chaqueta de cuero con
parches de bandas de rock, se sorprendió al ver que muchas de ellas eran sus
favoritas, sonrió antes de cerrar los ojos y recargar la cabeza en el respaldo
del sofá, estaba siendo un imbecil, abrazó la chaqueta ¿Por qué sus
sentimientos no podían ser menos confusos?
La cena estaba marchando tal y como lo había planeado, quedaban un par
de horas para la media noche, un nuevo año comenzaba. Muchas cosas
habían pasado después de la fiesta de navidad, Yoongi se sentía en las nubes,
Jennie y él se habían acercado demasiado, hacían más cosas juntas
incluyendo hacer el amor a todas horas, estaba enamorado, no le importaba
nada más, ni siquiera el deber que tenía que cumplir con su familia, no
importaba Jimin, a quien no había visto desde la fiesta, nada importaba ya.
La amaba, nunca en su vida había sido más feliz, la quería a pesar de todo,
aún si eso significaría el final para su familia.
—Este lugar es lindo—dijo ella antes de tomar de su mojito—. Siempre
has tenido buenos gustos.
—Claro que los tengo, estás hablando con Min Yoongi.
—Aunque la modestia no figura entre tus atractivos—rio por lo bajo—.
Mis padres me han llamado, quieren que regrese a Los Ángeles, supongo que
es una buena despedida, no sé hasta cuándo volveré a verte.
—El mes ha pasado demasiado rápido ¿Estás segura que quieres irte?
—Tú sabes que siempre he sido un alma libre, no me apego a ningún lugar,
me gusta conocer y explorar. Tengo muchos viajes planeados antes de sentar
cabeza y quedarme en un sólo lugar.
—Desde que te conozco has sido de está manera, ¿Por qué?
—No lo sé, realmente es algo que amo hacer ¿Y tú?
—¿Yo qué?
—¿Hasta cuándo comenzarás a vivir tu vida?
—¿Quién dice que no lo hago ahora?
—Pasas tu vida a expensas de lo que diga tu familia, no eres realmente
libre para tomar tus propias decisiones, me gustaría que hicieras algo porque
realmente quieres hacerlo.
—Hay algo que haré, porque realmente quiero hacerlo, y créeme cuando te
digo que es algo que mi familia repudia.
Jennie elevó una ceja. —Bueno, eso es interesante. Sabes que te quiero, y
me gustaría verte ser feliz.
Yoongi estaba nervioso, su corazón latía con fuerza, tenía en mente lo que
estaba por hacer y se sentía listo y seguro, no había nada que quería más que
estar a su lado.
La cena estaba terminando, ambos hablaban del viaje que hicieron a Milan,
donde Yoongi se enamoró de ella, Jennie era ajena a sus sentimientos, ambos
habían estado juntos, dejando en claro que eran amigos y que nada estaba
sucediendo entre los dos, sin embargo, Yoongi no podía parar lo que sentía
por ella, era su primer amor.
La presión estaba sobre sus hombros, tomó una enorme bocanada de aire,
se levantó arreglando su traje y se paró frente a ella, Jennie le miró
confundida.
—¿Pasa algo? —sus ojos eran curiosos, pero pronto su expresión cambió a
una de horror cuando lo vio hincarse frente a ella y que los comensales les
observaron curiosos—. Yoongi...
Yoongi sacó de su traje una cajita negra, la abrió dejando ver el gran
anillo, con el hermoso diamante redondo, alrededor del aro habia diamantes
más pequeños, era una joya invaluable.
—Kim Jennie, nos conocemos desde que teníamos quince años, y desde
ese entonces mi corazón ya te pertenecía, sé que siempre has dejado claro que
no quieres ataduras, pero yo nunca frenaría tu libertad, al contrario, quiero
que brilles y que seas feliz, me encantas, eres hermosa, perfecta e inteligente,
la mujer más fuerte que he conocido, yo, quisiera que me dieras la
oportunidad de estar a tu lado, Jennie ¿Te casarías conmigo?
Todos los miraban esperando, con sonrisas en los rostros, pensando que
aquella era una preciosa escena de una pareja que se amaba, pero no era así,
Jennie sentía cariño por Yoongi, le gustaba estar con él y ser ella misma, pero
no lo amaba, jamás lo había hecho, sus ojos vieron en el rostro del otro que
sus intenciones eran reales, que estaba perdidamente enamorado de ella, que
la amaba, y entró en pánico.
—Yoongi...
—Por favor, di algo.
—No—susurró con ganas de llorar por rechazarlo de esa manera, porque
sabía que después de ese día nada volvería a ser lo mismo, hizo una mueca
melancólica—. Lo siento, pero no quiero casarme contigo.
El dolor era más grande que la humillación que experimentaba en ese
momento, sobre todo, cuando ella se levantó.
—Jennie...
—Creo que has confundido todo Yoongi, nosotros éramos amigos, nada
más, yo...creo que iré por mis cosas a tu casa, de igual manera parto mañana
a Los Ángeles, de verdad lo siento.
Ella tomó su bolso y se fue, dejándolo ahí, siendo observado por todos con
pena. Yoongi apretó la mandíbula para no ponerse a llorar ¿Era eso por lo
que quería ponerse en contra de todos? Por una ilusión estupida. Se levantó,
guardando el anillo en su bolsillo, sacó dinero, suficiente y lo dejó en la
mesa, para después salir despavorido sin mirar a nadie.
Corrió a su auto, en el camino no pudo verla, estaba seguro que si lo hacía
terminaría rogándole de rodillas, subió al auto y dejó salir todo, sollozo como
nunca lo había hecho, su corazón estaba hecho añicos, a ella no le había
importado destrozarlo, su amor era unilateral. Se sentía un asco, un ser
despreciable que no podía amar jamás.
¿Por qué tenía que sentirse de esa manera? ¿Por qué la persona que amaba
no podía amarlo? Lloró como un niño, no había nadie a quien pudiera
contarle, estaba solo, y eso le destruía.
Encendió el auto, yendo al único lugar donde podía dejar de pensar, ya
nada importaba, ni lo que sus padres querían ni lo que él mismo quería para
su vida, todo era un asco, vivía sin siquiera saber cómo era vivir, estaba en el
borde de un acantilado.
Aparcó, bajando, no sin antes limpiar sus lágrimas y acomodar su cabello,
subió es ascensor y se encaminó a la puerta de aquel departamento, tocó con
insistencia, ¿Qué más daba si lo hacía ahora o más adelante? No había nada
que lo detuviera de seguir su deber, ya no había nadie a quien quisiera como
para ir en contra de lo que estaba escrito para él.
La puerta se abrió, Jimin le miró confundido, estaba en pijama, parecía que
iba a dormir apenas.
—Hola—dijo con una sonrisa dulce, una que le jodio.
No me sonrías, no antes de joderte la vida como me la han jodido a mí.
No dijo nada, se hincó en el piso y sacó el anillo el cual abrió.
—Jimin, ya no puedo esperar más, cásate conmigo—no hubo palabras
dulces ni sentimientos de por medio, Jimin abrió mucho los ojos, sabía que lo
había tomado por sorpresa, boqueo, por un momento Yoongi pensó que se
negaría.
—¿De verdad quieres casarte conmigo? ¿No es muy pronto?
—Te quiero y deseo casarme contigo, Jimin ¿Quieres hacerlo?
—S..sí—sonrió de forma hermosa, sacó el anillo y se lo puso en el dedo
corazón.
Estaba hecho, ahora sí su vida estaba jodida, pero ya nada le importaba, se
puso de pie y lo abrazó antes de besarlo con insistencia, llevándolo dentro.
Jimin era bueno, haciéndolo olvidar.
28

Yoongi estaba nervioso, apretaba las manos dentro de sus pantaloncillos,


había sido una mañana muy movida, entre besos y caricias llenas de culpa,
Jimin estaba a su lado, luciendo brillante, podía ver en su dedo el anillo que
un dia atrás le dio tras un arranque producto del rechazo de quien amaba,
ahora el nerviosismo lo estaba jodiendo duro, y es que, aún con su basta
inteligencia, no sabía exactamente qué hacer a partir de ese momento. Las
puertas del ascensor se abrieron, vio al asistente de Jungkook, quien se
levantó para recibirlos.
—Buenos días, sean bienvenidos—hizo una reverencia.
—¿Mi hermano está?
Yeosang asintió. —Anunciare su llegada, permítame.
Los condujo a la oficina, abriendo la puerta. —Señor Min, su hermano y el
joven Park están aquí.
—Hazlos pasar, por favor.
Yeosang se hizo a un lado para que entraran, la oficina de Jungkook era
muy grande y con decoraciones divertidas alrededor, Jimin miró todo con
curiosidad. Jungkook se puso de pie y les miró.
—Bienvenidos.
—Tengo que hablar contigo Jungkook.
Por la forma en la que lo dijo, Jungkook supo que necesitaban estar solos.
—Oh bien, Jimin ¿Has desayunado?
El nombrado sonrió apenado. —No.
—Eso es excelente, Yeosang estaba por tomar su hora de comida ¿Por qué
no lo acompañas? La cafetería de la empresa tiene cosas deliciosas, Yeosang
pidan lo que quieran, diles que es a mi cuenta, mientras Yoongi y yo
hablamos de negocios.
Yeosang elevó una ceja, porque esa no era su hora de comida, sin
embargo, asintió, pensando que ambos tenían que hablar de algo importante.
—Acompáñame—le dijo con una sonrisa.
Jimin asintió. —Nos vemos—dijo acercándose a Yoongi y besó su mejilla.
Jungkook miró con una ceja alzada a su hermano, quien le sonreía a
medias a Jimin. Los vieron saliendo de la oficina, esperaron en silencio unos
segundos, hasta que Yoongi gruñó tomando sus cabellos desesperado.
—Hice algo malo.
—¿Estás saliendo con Jimin?
—Jungkook lo arruine—bufó—. Todo se fue a la mierda, en un arranque
estropee todo.
—¿De qué estás hablando? No entiendo. Siéntate.
Yoongi se sentó en la silla y espero a que Jungkook hiciera lo mismo,
salvo que este espero unos momentos para servir whisky en dos vasos de
cristal, le tendió a su hermano uno de ellos antes de sentarse frente a él. La
curiosidad le estaba carcomiendo.
—Ahora sí, dime ¿Qué hiciste?
—Le pedí matrimonio a Jennie.
Jungkook casi se ahoga con su trago, le observó alarmado. —¿Qué
mierda? Pero...Yoongi ¿Le dijiste a nuestros padres? Creo que Jimin tampoco
lo sabe, mira, está bien, es algo que querías, podemos resolverlo y...
—Me rechazó.
—Vaya, lo siento—hizo una mueca.
Yoongi soltó el aire lentamente, bebiendo de un trago el whisky, miró a su
hermano perdido, pocas veces mostraba sus sentimientos y esa no sería una
de ellas, porque estaba en medio de un problema mucho más importante.
—En un arrebato busqué a Jimin y le pedí matrimonio.
—Bueno, al menos no desperdiciaste el anillo—rio por lo bajo—. ¿Eso te
preocupa? ¿No es ese el plan que tenias con mis padres?
—Adelanté mucho las cosas, como tres años, yo...realmente no pensaba
con claridad.
—¿Tienes miedo de molestar a nuestros padres? —elevó una ceja.
—Sabes que ellos odian este tipo de sorpresas.
—Pues enfrentalo, así como se supone que ibas a enfrentarte a ellos por
Jennie.
—El problema es que Jimin no es Jennie, no son iguales.
—Ya lo creo, Jimin me cae mejor.
—No me estás ayudando en nada—gruñó poniéndose de pie y caminando
hasta la ventana, por donde se veía toda la avenida.
—¿Cómo quieres que te ayude? Tú te has metido en esto solo, te dije que
las intenciones de nuestra familia te iban a joder la existencia, pero dijiste que
lo tenias todo controlado, disculpa, pero esto no se ve para nada en control—
hizo una mueca agria—. Simplemente adelantaste tu infierno, nada más,
afrontalo, a menos que hagas algo mejor, algo que realmente te hará ser libre.
—¿Qué? —dijo mirándolo de golpe con los ojos llenos de esperanza.
—Dile toda la verdad a Jimin y deja de ser el peón de nuestra familia.
Los ojos esperanzados de Yoongi se apagaron, volviéndose nublosos, su
rostro decayó debido a la melancolía, ambos sabían que lo que Jungkook
decía era lo correcto, pero imposible de hacer a menos que quisiera perderlo
todo.
—Tú bien sabes que no puedo hacer eso.
—Jimin es un buen chico, inocente y dulce, es hermoso y tiene un aspecto
de ángel, puedes hacer algo para evitar que nuestra familia lo joda,
simplemente cásate con él, hazlo que renuncie a la herencia y dale una buena
vida, puede darte hijos sanos y hermosos, sé que te gusta y está bien, tal vez
no es a quien ames, pero quien sabe, tal vez con el tiempo lo hagas.
Yoongi se quedó en silencio, la resolución de Jungkook no era equivocada,
sabía bien que Jimin le gustaba, que disfrutaba pasar tiempo a su lado, que
era un buen chico y que podía llegar a vivir bien a su lado, sin embargo, el
hecho de tener que vivir con alguien a quien no amaba y mentir, le estaba
costando demasiado.
—Yoongi ¿Me escuchaste?
—No ¿Qué sucede?
—¿Sabes si Jimin le dijo del compromiso a Jin?
—No lo sé ¿Por qué?
—Nuestros padres vienen en camino—dijo desviando la mirada de su
teléfono—. Deberías enseñarle a Jimin que Jin es un bocón.
—Mierda—gruñó cerrando los ojos.
—Llamaré a Yeosang, bajaré y le diré que se lleve a Jimin de paseo. Bebé
toda la botella si quieres, así no duele el fracaso.
—Vete a la mierda.
—Claro.

Yeosang se encontraba nervioso al lado de Jimin, porque aunque este fuera


un chico amable y dulce, se sentía avergonzado por la noche en la que se
conocieron. Pero, al chico que tenía en frente comiendo y sonriendo por lo
delicioso que estaba parecía no importarle.
—¿No vas a comer? —preguntó con una ceja alzada—. Es muy rico, come
más.
—Oh, tengo el estómago un poco revuelto—sonrió apenado—. Puede
comer usted, si desea algo más sólo tiene que decirme.
Jimin rio. —No me hables de usted, estoy seguro que tenemos la misma
edad.
—Soy menor que usted—suspiró.
—Igual dime sólo Jimin, por favor, realmente no estoy muy familiarizado
con esas formalidades y no me molesta que me digas Jimin, me gusta. Por
favor, hazlo.
—Si usted lo autoriza está bien.
—No te vi después de la fiesta, quería disculparme por haberte asustado.
Debí ser más cuidadoso.
—No, yo también debí tener mas cuidado.
—Estábamos bebiendo, los accidentes ocurren, deberíamos hacerlo de
nuevo alguna vez.
—Claro—dijo con una sonrisa.
Jimin suspiró mirando la comida. —Yeosang ¿Recuerdas lo que hablamos
esa noche?
—Sobre lo difícil que es el amor—asintió—. Fue interesante ¿Algo nuevo?
—Después de pensarlo mucho tome una decisión—dijo mirándolo con
tristeza—. Si Yoongi prefería estar ahí con alguien que no era yo, tal vez era
la respuesta ¿No? Pensé mucho, demasiado, fueron cinco días muy difíciles,
así que decidí terminar nuestra relación.
—Vaya, eso debió ser duro, decidir terminar con alguien que quieres ¿Por
qué lo decidiste?
—No quería que Yoongi fuera infeliz, sentía que estaba conmigo por
obligación, para no lastimarme, pero que no me quería, lloré mucho cuando
lo entendí. Estaba por hacerlo, llamarle para pedirle vernos y decirle lo que
sentía, pero sucedió algo esa noche.
—¿Qué ocurrió? —preguntó con preocupación.
—Llegó a mi departamento, no entendí nada, pero él...—sus ojos se
iluminaron, sus mejillas se sonrojaron y Yeosang pensó que era el chico más
lindo del mundo—. Me pidió matrimonio.
—¡¿Qué?! ¡¿De verdad?! —sus ojos se abrieron en demasía.
—Sí—asintió enérgico, mostrando su mano izquierda que estaba adornada
con un hermoso anillo.
—Es precioso Jimin, vaya muchas felicidades, pero dime ¿Qué te dijo?
—Me dijo que quería casarse conmigo, que no deseaba esperar y yo dije
que sí, después, hablamos un poco, me hizo sentir tan lindo y querido, me
dijo que quería estar a mi lado, que era un chico diferente y que siempre soñó
con alguien como yo—suspiró enamorado—. No dejo de decirme que me
quería hasta que me dormí.
Yeosang sonrió enternecedoramente, le gustaba el romance, creía en los
cuentos de amor eterno y las escenas de novela, ver a Jimin tal feliz le hizo
que creyera que su relación s encontraba bien, tal vez, porque los ojos de
Jimin demostraban lo enamorado que estaba.
—Eso es muy dulce, ¿Estás feliz o sigues teniendo dudas?
Jimin negó. —Creo que anoche Yoongi me demostró que me quiere y que
desea estar conmigo, así que sí, me siento muy feliz.
—Es lo que importa, que ambos sean felices, también la comunicación y la
comprensión son elementales, pero si se quieren creo que pueden sobrepasar
cualquier prueba.
—Siento que podemos, aunque no creo que la boda sea pronto, eso es algo
que debemos hablar después. SeokJin me dijo que esas cosas se planean con
anticipación.
—Espero que ese día sea el más feliz de tu vida Jimin.
—Estás invitado, puedes ir con Jungkook ¿Todo bien con ustedes?
—Al igual que tú estuve pensando, y yo creo que lo nuestro va a terminar,
no creo, estoy seguro de que será así, él está enamorado de alguien más y
yo...—podía ser muy fuerte delante de los demás, pero el peso de sus
sentimientos estaba siendo aún mayor, así que no pudo evitar que sus
lágrimas se derramaran, de inmediato se limpió el rostro, pero Jimin lo había
visto, alargó la mano para tomar la suya y apretar—. Igual no soy lo
suficientemente fuerte como para decirle que se acabó, duele, así que voy a
esperar a que él lo termine. Es lo mejor.
—Si eso pasa ¿Qué es lo que harás?
—Me iré, es lo mejor.
—Yeosang...
—Chicos—escucharon que alguien se acercaba.
Yeosang no levantó la vista porque no se sentía seguro de verlo, sus ojos
siempre se ponían muy rojos al llorar, Jimin en cambio sonrió tenso a
Jungkook.
—La reunión con Yoongi se va a alargar, Yeosang ¿Podrías acompañar a
Jimin? Pueden salir a pasear cerca, hay una plaza comercial cruzando la calle.
—Claro señor Min—dijo asintiendo sin mirarlo.
Jungkook entrecerró los ojos confundido. —¿Todo está en orden?
—Todo está bien—dijo Jimin—. No se preocupen.
—Bien—tragó en seco sin despegar la mirada de Yeosang—. Nos vemos
—esperó, pero terminó suspirando y dándose vuelta.
Cuando se alejó Yeosang hizo un puchero. —Se nota mucho que lloré, es
mejor que no lo sepa.
—¿Vamos por helado? —dijo Jimin con una sonrisa.
—Helado suena bien.

La tensión marcaba cada una de las facciones de su padre, ambos, habían


llegado y se encontraban sentados en la sala de la oficina de Jungkook frente
a ellos. SeungHyun repasaba la mirada por el rostro de su hijo y apretaba las
manos, JiYong lucia tranquilo, pocas cosas eran las que le incitaban, se
mantenía apacible ante los desastres de sus hijos y el malhumor de su esposo.
—¿Por qué lo hiciste? Se supone que tenemos un plan que debe ser
seguido al pie de la letra ¿Quién te dio el derecho de cambiarlo?
—Fue...no lo pensé, lo lamento.
Yoongi jamás iba en contra de sus padres, los obedecían sin reclamo
alguno, dejando que estos movieran su vida como si fueran piezas de ajedrez.
—Jimin y Taemin se estaban haciendo cercanos—dijo Jungkook llamando
la atención de sus padres y de Yoongi, quien le observó confundido—. No
puedo saber las intenciones de mi primo, pero vamos, todos están detrás de lo
mismo ¿No? Yoongi tenía que actuar rápido, es mejor que estén
comprometidos, eso da más seguridad.
JiYong asintió. —Tiene razón, el tiempo no importa, es algo que tenía que
suceder tarde o temprano.
Seunghyun bufó. —Bien, puede ayudar, pero deber tener cuidado con tus
movimientos, cualquier cosa puede arruinarlo todo, que estés más cerca de
Jimin es lo ideal ahora.
—Haremos una cena de celebración por el compromiso este sábado—
continuó JiYong—. Amigos y familiares tienen que estar enterados de tu
compromiso, mandaremos el comunicado a la prensa.
Yoongi sintió como si alguien apretara desde dentro sus intestinos,
estrujando todo su interior, el aire le faltaba, y apretaba con fuerza su
mandíbula, de modo que simplemente asintió a las exigencias de sus padres.
—Recuerda cuál es el objetivo Yoongi, créeme que estamos al tanto de tu
sacrificio, pero esto es lo mejor para la familia.
—Lo entiendo padre.
—Prepárate para este sábado, queremos que todos se traguen la primicia de
que ustedes se han enamorado, no deseamos curiosos ni entrometidos
¿Entendido?
—Claro padre, no te preocupes, el sábado todo saldrá bien.
Se pusieron de pie y se despidieron de forma rápida, comentando que
tenían asientos importantes qué atender y una cena que preparar. Jungkook le
observó fijamente.
—Gracias por eso—dijo Yoongi con una mueca.
—Ellos te atemorizan tanto ¿Por qué?
—No sabes el peso que está sobre mis hombros.
—Yoongi, estás a tiempo de salir de todo esto, ser el malo trae
consecuencias, sé que no quieres lastimar a Jimin y...
—Si no lo hago yo lo hará alguien más ¿No entiendes? Cualquiera de
nuestros primos estará feliz de hacerlo, Jimin está enamorado de mí, eso hace
todo más sencillo. Tampoco soy un monstruo, no le haré daño.
—Bueno, eso es cuestionable, el daño emocional estará ahí cuando sepa la
verdad.
—¿De qué lado estás?
—Del tuyo—suspiró pesadamente—. Por eso quiero que sepas que aún
estás a tiempo de evitar cometer un terrible error.
—Jimin no se va a enterar.
—Lo intenté—se encogió de hombros—. Llamaré a Yeosang para que
vuelvan.
—Iré a remojar mi rostro.
Yoongi no espero la respuesta de su hermano, simplemente camino hasta
la salida de la oficina, cruzando el pasillo, sintiéndose dentro de una brumosa
realidad, llegó a los baños y se encaminó a loa lavabos para abrir la llave y
mojar su rostro, necesitaba despertar, estaba cayendo en la realidad y las
consecuencias de sus actos, no había tenido el tiempo para asimilar que
Jennie, la mujer de la que estaba enamorado, lo había rechazado, yéndose de
su departamento y evitando responder llamadas o mensajes. Pensaba en
Jimin, estaba de más negar que sentía cosas por el chico, que lo hacía reír y
relajarse, que parecía que a su lado podía dejar de ser el perfecto heredero
Min Yoongi, era normal, las palabras de Jungkook martillaban en su cabeza,
¿Podría tener una buena vida con Jimin? Pero, eso significaría entrar en
terreno desconocido, si se enamoraba de él ¿Sería capaz de seguir con las
exigencias de sus padres?
El sentimiento era atroz, estaba confundido, pero no podía dar vuelta atrás.
Salió del baño, y regresó a la oficina, cuando entró escuchó la risa de Jimin y
eso le hizo sentir peor, al menos uno de los dos estaba feliz por el
compromiso.
—¿Se divirtieron? —dijo cuando había entrado por completo.
Los ojos de Jimin se iluminaron al verlo y fue en su encuentro, sonriente
como siempre.
—Nos la pasamos muy bien, Yeosang es increíble.
El nombrado bajo la mirada apenado, Jungkook no le quitaba la vista de
encima.
—Me alegro, tenemos que irnos—dijo Yoongi con seriedad.
—Está bien, muchas gracias por todo—refirió su mirada a Jungkook y a
Yeosang, quien les acompañó a la salida.
Yoongi tomó el brazo de Jimin y lo llevó al ascensor, una vez dentro le
miró melancólico.
—¿Estás feliz con el compromiso?
—Lo estoy ¿Tú no?
—Nervioso—suspiró antes de abrazarlo, escondiendo la cabeza en su
cabello—. Jimin promete que sin importar nada siempre confiaras en mí.
—Confío en ti—asintió, separándose para tomar sus mejillas y acariciar.
Yoongi no lo evitó, así que recibió su beso que era dulce, suspiró
acariciando su cabello. Las palabras de Jungkook se habían convertido en su
peor pesadilla.

—Lloraste.
Yeosang quien estaba por irse de la oficina se quedó petrificado, tomó un
poco de aire y negó.
—No señor Min yo...
—Me gustó mucho la chamarra—se acercó—. Gracias.
—No es nada.
Sintió los brazos de Jungkook rodear su cuerpo, acomodó el mentón en su
hombro, su corazón latió con fuerza descomunal, sintió los besos húmedos en
su cuello y cedió por completo.
—Ve a mi casa está noche, quiero tenerte y que duermas ahí, mi ropa no te
queda mal.
Jungkook sabía que pedirle eso era cruel, que juzgaba a su hermano pero
era la misma mierda de persona. Sin embargo, no podía evitarlo, Yeosang le
gustaba, muchísimo y disfrutaba estando a su lado, en su presencia se
olvidaba de todo.
—Está bien.
29

Abrió sólo uno de sus ojos, mirando borroso aquella espalda nivea y suave,
con algunos lunares repartidos de forma estratégica en toda su extensión, una
cintura pequeña y marcada, con una curva discreta, pero perfecta, suspiró
sonriendo adormilado, sin duda esa era una buena manera de despertar,
alargó el brazo para agarrarlo de la cintura y acercarlo a su cuerpo,
acostandolo de nuevo en la cama, comenzó a besar su cuello cálido, él se
removió entre sus brazos.
—Tengo que irme—susurró lleno de placer, porque su mano había bajado
por su vientre hasta su entrepierna.
—No, no tienes que hacerlo.
—Debo poner en orden los papeles de la junta de hoy—jadeo.
—Hazlo más tarde—rio entre su mentón y su cuello.
—A mi jefe no le va a gustar eso—casi ronroneaba.
—Bueno, que se joda tu jefe—se posicionó arriba de él.
Jungkook tomó con insistencia sus labios, sacándole un suspiro profundo,
el día anterior, saliendo del trabajo, Yeosang estaba seguro de que lo dejaría
en su casa, pero cambió el rumbo y terminaron en su departamento, gozando
de sus cuerpos toda la noche, Jungkook parecía no estar satisfecho, y le
gustaba, la forma en la que lo tomaba entre sus brazos, besaba su cuerpo y le
sonreía, le tenían sobre una nube espesa de ilusiones y lujuria.
Era peligroso estar enamorado de esa manera, desear sus besos a todas
horas o pensar en sus ojos antes de dormir, estaba seguro de que saldría muy
herido, porque no eran nada, seguía siendo su asistente, a quien podía tener
cuando le diera gana, no se cegaba, Jungkook no estaba enamorado de él sino
de otra persona.
—¿Quieres salir conmigo mañana por la noche? Sé que es tu día libre, pero
estaba pensando en que podiamos cenar ¿Te parece?
—¿Cómo una cita? —sonrió apenado.
—Sí, como una cita ¿Es un sí?
—Me encantaría salir contigo en una cita—dijo mirándolo fijamente,
tomando sus mejillas con cariño.
Jungkook suspiró sintiendo la calidez, le gustaba enredarse en su cuerpo,
sentirse completo, recibiendo el cariño que tanto había esperado, pensaba que
Yeosang le daba aquello que necesitaba, pero, no lo amaba. Aún así, dejó que
se perdiera en sus ojos y lo besó con fervor, regresando al calor de su interior.

SeokJin servía tres copas de vino, Taehyung estaba a su lado riendo, y


Jimin se encontraba disfrutando de aquella tarde con amigos. Hablaban de su
compromiso y de lo felices que estaban por él, Jimin no dejaba de sentirse
apenado, si bien, su compromiso lo tenía muy feliz, aún había muchas cosas
que debía asimilar, porque todo fue demasiado rápido.
—¿Tienes qué ponerte para está
noche? —pregunrtó Taehyung.
—No realmente ¿Qué se supone que debo usar?
—Algo formal—dijo Jin después de beber de su copa—. Es tu cena de
compromiso y estará toda la familia, no han dejado de hablar de eso, por lo
que sé JiYong, el padre de Yoongi está vuelto loco con los últimos detalles.
Jimin asintió con una mueca. —No me gusta ser el centro de atención,
pero, Yoongi quería hacer todo formalmente.
—Es como se debe de hacer Jimin, y no mereces menos que eso—Jin le
miraba con una sonrisa amable—. Todos estamos sorprendidos, no creímos
que llegaría el día en que Yoongi sentaría cabeza, ha sido una sorpresa, pero
en la familia se habla muy bien de su compromiso, tienen todo el apoyo.
—De hecho, su compromiso hizo que el de Hoseok y esa desabrida pasará
desapercibido—soltó una carcajada—. Ya quiero ver su cara en la cena
¿Podré ir?
—No sé, Jimin es quien debe invitarte.
—Claro que estás invitado—dijo Jimin con ojos de cachorro.
Taehyung suspiró al verlo, no estaba al tanto de todo el revuelo de su
compromiso, y Jin no le había querido decir nada acerca de ello, pero,
presentía que no era más que un show que los Min habían planificado,
deseaba por el bien de Jimin que no fuera de esa manera o que no llegara
nunca a enterarse.
—Ponte muy bonito, es más mandaré a alguien a tu departamento para que
te arregle, déjamelo a mí, también te voy a conseguir un traje nuevo.
—¿Es eso necesario?
—Claro que sí Jiminie—SeokJin rio por lo bajo—. Así que deja que Tae te
ayude, es tu noche especial, Yoongi se volverá a enamorar al verte.
—Gracias por su ayuda chicos.
—No hay nada qué agradecer, somos tus amigos y te queremos, también
deseamos tu felicidad—sonrió Taehyung alargando la mano para tomar la de
Jimin con cariño.
Para Jimin ser apoyado por sus amigos en ese momento era sumamente
importante, no había dejado de pensar en su padre desde que Yoongi le pidió
matrimonio, las imágenes de recuerdos llegaban a su mente llenándolo de
melancolía. Ambos habían hablado muchas veces de su futura boda,
planeando cosas cuyo significado suponía un lazo de amor fuerte e
irrompible. Ahora que su padre no estaba, comenzaba a echar de menos su
compañía.
Cómo Taehyung le había dicho, dos personas llegaron a su departamento
esa tarde, una chica hermosa con un cabello perfecto que se encargaría de su
peinado y un chico que haría maravillas con su rostro, o al menos eso era lo
que había dicho.
El chófer de Taehyung también se había encargado de llevarle una enorme
caja que contenía un traje color vino, con una nota que decía que ese color se
vería maravilloso en él, jamás había usado algo así, sin embargo, no dudaba
en el buen gusto de Taehyung.
Las cosas estaban resultando sencillas, se relajaba mientras trabajaban en
su cabello y rostro, respondía sus preguntas con amabilidad y sonreía ante sus
buenos deseos, estaba feliz, se sentía en calma, sin embargo, cuando quedaba
menos de una hora para que Yoongi pasará por él, comenzó a sentirse
nervioso.
Conocía muy bien a los Min, los había tratado en diferentes ocasiones,
algunos de ellos se alejaban, actuando distantes, otros, los más cabecillas, le
habían hecho una que otra declaración que llegó a lastimarlo, aún recordaba
cómo KyungSoo insinuó que estaba con su padre por dinero.
Le ponía nervioso saber que ellos estarían ahí, tal vez juzgando su relación
o decisión ¿Pensarían que también quería a Yoongi por su dinero? Le ofendía
que lo tratarán como un cazafortunas, porque su intensión nunca había sido
tener mucho dinero, eso no era lo que le importaba.
—Se ve fantástico, por eso sonría—dijo el maquillista antes de irse.
Jimin le sonrió en grande. —Muchas gracias.
Cuando los despidió de su departamento, se encaminó a su habitación a
verse en el espejo, lucía bien, se sentía apuesto, el traje, cómo Taehyung dijo,
se amoldaba a la perfección a su cuerpo, su cabello se veía bien peinado hacia
atrás, lo hacía ver más maduro, y su maquillaje aunque discreto, acentuaba
sus ojos y labios. Sonrió a medias, ¿Qué pensaría su padre si lo viera de esa
manera? Seguramente le diría que él no necesitaba todo eso para verse lindo,
sin embargo, Jimin estaba cambiando, lo sentía y le gustaba como su aspecto
lucía más pulcro y hermoso.
Escuchó el timbre, se encaminó a la puerta, tomando una bocanada de aire,
el cual fue soltando lentamente, abrió la puerta, Yoongi estaba ahí, luciendo
un traje negro a la medida, siempre se veía bien y formal, pero esa noche
parecía brillar.
—Mi Jiminie, te ves hermoso—dijo acercándose para darle un beso ligero
en los labios.
—Tú también te ves muy bien—dijo con una sonrisa.
—Gracias, vamos.
Salieron del departamento, y en menos de cinco minutos ya estaban sobre
el auto, Yoongi tenía musica tenue, él estaba nervioso.
—Estás callado ¿Todo bien?
—Pues...—suspiró—. Estoy nervioso.
—No debes estarlo ¿Por qué te sientes así?
—No creo que tú familia este feliz de que te quieras casar conmigo, siento
que ellos pensaran que no encajo...ya sabes.
—Lo que ellos piensen no me interesa, quiénes se van a casar somos
nosotros, yo he decidido casarme contigo—suspiró—. Además, eso de que no
encajas es mentira, así que tranquilo.
Jimin asintió y sonrió a medias, pero aquello no le convenció mucho, había
escuchado mucho de los Min por parte del secretario Lee y de Taemin, este
último no sabía que había aceptado casarse con Yoongi, y es que aún estaba
la duda en su interior, sobre no confiar en los Min. Tenía la cabeza hecha un
lío.
La casa a la que llegaron era inmensa, de un color blanco, con árboles y
grandes jardines, que le daban un toque más elegante. Estaba asombrado.
—Es enorme, y muy hermosa.
—¿Enorme? Sí, lo es—suspiró—. A veces demasiado grande y vacío ¿Te
gustan las construcciones así?
—Se ven lindas, pero, si me preguntas ¿Cómo llenarías un lugar tan
grande?
—Con más y más lujos—rio por lo bajo—. Ven, acabemos con esto de una
vez.
Yoongi lo condujo por el camino de piedra blanca, la puerta de cristal
decorado fue abierta por una mujer vestida de negro, está les hizo una
reverencia.
—Mis señores, bienvenidos, su padre y sus tíos lo están esperando en la
sala.
—Gracias—dijo Jimin, porque Yoongi ni siquiera miró a la mujer
simplemente entró.
Si la casa era linda por fuera, por dentro lo era aún más, podía ver algunas
flores blancas decorando grandes jarrones que se veían muy caros. Eran
demasiados lujos, por un momento pensó que entendía a lo que Yoongi se
referia, pero no era así.
Yoongi odiaba estar en esa casa, había pasado muchos años en ella,
viviendo entre lujos y caprichos cumplidos, no había nada que sus padres no
le dieran, claro que el cariño, la comprensión y el amor se mantenían
ausentes, al igual que ellos, no estaban en casa, había sido criado por los
trabajadores de la casa, quiénes simplemente estaban ahí recibiendo un
sueldo, no porque realmente los quisieran, se sentía atrapado entre tanga
inmensidad, por eso, optó por irse a la primera oportunidad.
La familia Min estaba en la sala, bebiendo una copa de vino blanco
mientras hablaban de forma amena, al verlo, se pusieron de pie y les
sonrieron. Min Seunghyun se acercó a ellos.
—Es bueno que estén aquí, bienvenidos, hablábamos de ustedes hace unos
momentos.
JiYong rio. —No los abrumes, acaba de llegar.
—Gracias por estar aquí—dijo Yoongi de formalmente.
—No nos lo perderíamos—respindió KyungSoo con una nota de burla en
la voz, una que solo Namjoon entendió, rodando los ojos a su padre.
—Jimin parece confundido, no te preocupes querido, en la familia siempre
somos así ¿Cómo te sientes con el compromiso? A decir verdad nos tomó por
sorpresa, sabíamos que estaban saliendo, sin embargo, no teníamos claro que
era tan formal y serio.
—Tío ChanYeol, espero que no estés insinuando que mis intenciones no
eran serias.
—No Yoongi, lo que él quiere decir es que siempre se mantuvieron
discretos—interrumpió Boyoung mirando con cautela a su esposo.
—Bueno, tampoco es como si Yoongi tuviera que contarnos todo lo que
hace, sabemos que es discreto—bufó HyukJae, a su lado
DongHae observaba tratando de leer sus labios, sonrió después de eso,
acercándose a Yoongi y dándole un abrazo.
Él lo acepto gustoso, de sus tíos DongHae era a quien más apreciaba,
porque no era como los demás, siempre dulce y amable, se separó para
abrazar a Jimin quién sonrió de forma cálida.
—Los compromiso siempre son una buena noticia—sonrió Somi—. ¿No
cariño?
JinYoung asintió. —Después del compromiso de Hoseok, no esperábamos
que hubiese otro en un tiempo, pero, nos han sorprendido de buena manera.
SeokJin miró de reojo a Wendy y a Hoseok, la primera parecía molesta,
suponía que estaba fastidiada por no ser el centro de atención y que su
compromiso pasada desapercibido, y el segundo lucía miserable, ¿Cómo es
que ella no se daba cuenta de lo atrapado e infeliz que se encontraba su
novio? Todos estaban llenos de farsas, nadie era realmente sincero.
Yoongi apretó la cintura de Jimin, este le miró y le sonrió discreto. —
Tranquilo—susurró.
—Jungkook se está tardando como siempre—negó JiYong—. Deberíamos
empezar a comer.
Jimin perdió la mirada en una esquina de la habitación, ahí vio a Jongsuk y
a Taemin, que le observaba con seriedad, sintió un tirón en el estómago, se
sintió juzgado, sus ojos eran duros, y él se sentía desprotegido. Yoongi le
observó, para después fijar su mirada en Taemin, sin decir nada, abrazó a
Jimin para acercarlo a su costado.
—Pasemos a la mesa—indicó Seunghyun—. Tú padre se esforzó eligiendo
el banquete de hoy.
—Debió de ser difícil elegir entre un montón de cosas, imagínate si supiera
cocinar.
JiYong le observó tajante. —Deja de ser grosero, le darás una mala imagen
a Jimin.
—Dudo que Jimin vea algo mal en Yoongi, si así fuera nosotros no
estaríamos teniendo está cena ¿No es así primo?
Namjoon bufó. —Taemin, no digas cosas que pueden llegar a
malinterpretarse.
El nombrado suspiró. —Me disculpo—dijo ante la mirada desaprobatoria
de su padre.
Jimin mordió su labio inferior, parecía que Taemin estaba molesto con él y
no le gustaba esa sensación, al final del día era su amigo, uno muy querido.
Pasaron al gran comedor, donde los servicios se hallaban en cada uno de los
puestos. Tomaron asiento, Yoongi parecía divertido de la situación, aunque
no quisiera mostrarlo, el que Taemin estuviera tan molesto le hacía entrar en
un juego donde él tenía todo el poder.
—Creo que ha llegado.
Seunghyun no se equivocaba, Jungkook llegó acompañado de Taehyung,
quién le sonrió a todos.
—Hermosa familia, buenas noches.
—Llegas tarde como siempre—reprochó JiYong a su hijo, quién tomó
asiento frente a Hoseok, Taehyung a su lado ni siquiera le miraba.
Hoseok estaba perdido, observaba a Taehyung llegar de la mano de
Jungkook y dentro de él la furia despertaba, ni siquiera había podido llegar a
él para explicarle, pero sabía que nada de lo que dijera podría arreglar las
cosas.
—Es bueno que me extrañen, pero, no estamos aquí por mi, sino por la
feliz pareja, felicidades.
Yoongi rio por lo bajo. —Tú descaro ya es divertido.
Jimin se relajó aún más teniendo frente a Taehyung, a quién sonrió. El
primer platillo fue servido, todos parecían enfrascados en conversaciones
ligeras que los hacían reír, menos Seunghyun, quién tenía una conversación
discreta y seria con JongIn, eso llamó la atención de Yoongi, quién estaba
casi seguro de lo que estaban hablando, porque conocía muy bien a su padre
y a su sed de poder, claro que su matrimonio con Jimin le ayudaría
demasiado a lograr lo que siempre habia querido, sólo bastaba con que Jimin
firmara para dejarlo a él a cargo de su participación en la empresa y listo.
—¿Cuándo piensan casarse? —preguntó Namjoon con una ceja alzada,
mientras servian el platillo fuerte.
—Apenas se comprometieron—negó Jin—. Déjalos que lo piensen mejor.
—En un año posiblemente—dijo Yoongi con seriedad—. Oh puede ser
antes, depende de lo que ambos querramos.
—¿Por qué la prisa? No será que hay más sorpresas aparte de una boda—
cuestionó Hoseok con una ceja alzada.
—No Hoseok, los embarazos no son la única razón por la cual existen las
bodas, tampoco los negocios—dijo Jungkook con burla.
Wendy quien estaba en completa seriedad fulminó con la mirada a
Jungkook, quién soltó una carcajada. Ella se volvió hacia Jimin.
—Nosotros nos casamos porque nos amamos, tenemos mucho tiempo de
salir, considero que es un error casarse de repente por simple atracción,
además, lo lamento, creo que sonare grosera, pero ustedes no parecían ser una
pareja antes del anuncio ¿Eran esa clase de amigos?
—Lo que ellos hayan sido y la razón por la cual quieren casarse no es de tu
incumbencia—soltó Taehyung molesto.
Jimin estaba avergonzado, bajo la mirada, Yoongi a su vez entrecerró los
ojos observando a los adultos que comían con tranquilidad, entonces supo
todo, ellos dejarían que Wendy despotricara contra Jimin, porque ellos no
eran capaces de hacerlo por si solos. Aceptaban la unión, porque les
convenía, pero odiaban la idea de que Jimin perteneciera de esa forma a la
familia, aborrecian lo que su abuelo había hecho al dejarlo bien protegido con
más de la mitad de la fortuna Min.
—Pero, los felicito, Jimin tal vez no sea lo que Yoongi buscaría en una
persona, siempre tuvo gustos muy específicos en cuestión de parejas, es lindo
que ahora se haya fijado más en los sentimientos, Jimin tiene una belleza
simple, pero destaca también, claro que debe aprender muchas cosas antes de
casarse, no basta con tener dinero para ser de alta sociedad, también se
necesitan modales y elegancia, supongo que el señor Min no tuvo mucho que
enseñarle ¿No te criaste en el campo?
Yoongi se puso de pie, miró a Wendy con una profundidad y seriedad, que
hizo que está se estremeciera, después posó su vista en Hoseok quién tenía la
mandíbula apretada.
—Jimin, es hora de irnos.
—Yoongi...
—Gracias por la grata cena—dijo gelido—. Sobre mi compromiso con
Jimin, eso es algo que sólo a nosotros dos nos concierne, por lo demás, no
tienen qué preocuparse, no les importa, buenas noches.
ChanYeol suspiró. —Yoongi, estoy seguro que Wendy lo lamenta,
disculpate.
—Lo siento, no debí decir esas cosas.
Yoongi levantó del brazo a Jimin e hizo una reverencia antes de
encaminarse a la salida.
—Yoongi, espera...
Recorrió el pasillo y salió de la casa, llevó a Jimin a un rincón e hizo que
alzará la vista, sus ojos estaban cristalinos por el llanto que había estado
reteniendo.
—Escucha bien, hay dos cosas que tienes que saber y que quiero que estés
atento a ello—estaba molesto, porque, no había estado listo para una
confrontación de esa magnitud—. Cualquier cosa que digan ellos no importa,
su opinión es una mierda y no vale nada para nosotros dos ¿Entendiste? Y la
segunda es que nunca Jimin, por ningún motivo, jamás, puedes mostrar que te
afectan sus comentarios, no bajes la mirada ni mucho menos llores frente a
ellos, te prohíbo que hagas de nuevo lo que hiciste está noche, hacerte
pequeño.
—Yo...
—Nada Jimin, no, no vamos a dejar que comentarios estúpidos nublen lo
que tenemos, esa mierda de la clase social y los modales es un asco, ninguno
de ellos tiene la cara para decirnos algo, nadie, mis padres no duermen en la
misma habitación porque se aborrecen, ChanYeol engaña a mi tía con chicos
mucho menores que él y es estúpido de Hoseok está en una relación secreta
con Taehyung—al ver los ojos sorprendidos de Jimin rio—. Sí, es por eso
que se ve tan miserable con el teatro de su matrimonio arreglado, ella lo sabe
por eso está tan molesta, porque la envidia los cega, tu no eres como ellos,
por eso no te aceptan, porque eres alguien bueno y puro. Ellos son una
mierda, todos lo somos, eres mejor que cualquiera de nosotros, así que no te
sientas menos.
El labio inferior de Jimin tembló, así que Yoongi lo abrazó fuertemente,
permitiendo que llorará en su hombro, acarició su cabello como forma de
consuelo.
—Les mostraremos que se equivocan, porque a diferencia de ellos,
nosotros estamos juntos porque así lo queremos ¿No? Nos queremos Jimin.
Jimin se aferró a su cuerpo, en ese estado, analizaba la situación dando
como resultado la única cosa de la que estaba seguro en ese momento, y es
que Yoongi era su lugar seguro, por su parte Yoongi, trataba de decir aquello
que pensaba que lo calmaría, porque no necesitaba que Jimin comenzará a
tener dudas sobre lo suyo.
—No llores más y vamos.
—¿A dónde? —preguntó con un puchero y con la voz entrecortada.
—Es una noche para celebrar ¿No? Vamos a hacerlo a mi manera.
Tomó su mano y lo jalo al auto. Jimin estaba confundido, pero sin dudarlo
seguiría a Yoongi a dónde fuera.

Terminaron en un bar, era elegante, pero no tanto como para sentirse


extraño o fuera de lugar, Yoongi pidió una sala privada, estaban en una mesa
cuadrada sentados frente al otro, con algo de comida y bebidas frente a él.
—Este es uno de los mejores whisky—le sirvió un vaso con hielos y vertió
el líquido oscuro—. Pruébalo, puede que te resulte fuerte, pero tiene un sabor
amaderado. Es bueno.
Lo bebió, era amargo, y picaba en su garganta, hizo un gesto que ocasionó
una carcajada en Yoongi, le dio otro trago, un poco más acostumbrado.
—Sabe horrible.
—Dejate llevar, ven aquí—palmeo el asiento a su lado, estaban sentados
en cojines en el piso, a puerta cerrada, por lo que se acercó sin temer que
alguien pudiera verlos.
Yoongi le abrazó por los hombros y acercó su rostro para besar sus labios.
—Así está mejor, dime ¿Estás rojo por el alcohol o por mis besos?
—El alcohol.
—Eres muy mal mentiroso Jimin, sigue así, siendo tú.
—¿Realmente te gusta cómo soy?
Yoongi suspiró, había sentimientos encontrados en su interior, por una
parte, la personalidad de Jimin le molestaba, era tan inocente, que fácilmente
podrían aprovecharse de él, dulce y sencillo, que se conformaba con las cosas
más simples, quién reía sin importar nada y lloraba no importando mostrar
debilidad, lo odiaba por se algo que no conocía, y al mismo tiempo esas
características únicas no hacían más que atraerlo a él, porque a su lado todo
era más sencillo, podía ser una persona completamente diferente y le gustaba.
—Me gustas como eres, dulce, tierno, una buena persona con un corazón
lleno de luz, me gustan tus ojos, y todo de ti, realmente me gustas Jimin, por
algo estamos aquí ¿No es así?
Jimin tomó sus mejillas y le beso, no era un beso tenue, sino uno más
profundo, Yoongi suspiró y lo tomó de la cintura acercándolo a su cuerpo.
Estaba haciendo un buen trabajo fingiendo, pero ¿Por qué sentía que no le
costaba hacerlo?
Al separarse y ver sus ojos y su sonrisa, se preguntó ¿Podría llegar a querer
a Jimin? Y de hacerlo ¿Qué pasaría con el deber familiar que estaba
cumpliendo?
—Te quiero—dijo Jimin con el temor de ser rechazado nuevamente. Sin
embargo, lo que recibió está vez fue una sonrisa cálida.
—Yo te amo Jimin.
Capitulo patrocinado por ElBootyDeTae Gracias por el apoyo.
Espero que les haya gustado ¿Qué pensamos hasta el momento?
30

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó con una ceja alzada.


Seunghyun miró a su hijo mayor con detenimiento. —La noticia de tu boda
ha sido muy bien recibida, me gustaría que los dos fueran a Jeju, a una
reunión laboral, será en tres meses, lleva a Jimin, preséntalo, ya sabes qué
hacer.
—Hay mucho trabajo en la empresa como para pensar en unas vacaciones
y Jimin tiene escuela.
—Me preocupa la carrera que ha decidido, tú sabes que entre más aprenda,
más peligroso es.
Yoongi elevó una ceja. —¿Y qué pretendes? No me digas que quieres que
haga que salga de la universidad, ¿No se supone que tiene que tener una
carrera? Eso venía en el contrato.
—Convencelo de cambiar de carrera, que elija algo más adecuado a él.
—¿Y eso es?
—Algo que no sea derivado de la administración, no queremos que
empiecen las preguntas. Tú deber es encargarte de que Jimin no sé de cuenta
del poder que tiene.
Yoongi soltó una ligera carcajada. —¿No has pensado que alguien puede
decirle? No confío en Taemin.
—Ellos no saben nada Jongsuk tiene todo controlado, déjame eso a mí,
concéntrate en tu compromiso, tú deber es el más importante en está
ecuación.
Se sentía incómodo, sabía que tarde o temprano tendria esa conversación
con su padre, sin embargo, no imaginó que fuera de esa manera. Hablaron de
cosas triviales, de los próximos negocios de la empresa y de lo que tenía que
esperar a partir de ese momento, asentia sin problema alguno, no podía
negarse a las exigencias de su familia, ellos siempre habían decidido, no tenía
caso llevarles la contraria.
En la tarde, después de sus obligaciones, pasó al departamento de Jimin, le
sorprendió saber la cantidad de tiempo que pasaba ahí, pero no podía evitarlo,
era extraño, parecía que estando en ese lugar podía dejar de lado la fachada
que había construido. Jimin le recibió como siempre, con una enorme sonrisa.
—Hoy estás más animado que otras veces ¿Sucedió algo inherente en la
universidad?
—¡Aprobé un exámen importante!
Le sonrió. —¿Lo hiciste? Vaya, eso es fantástico, felicidades cariño—besó
su frente con cariño.
Después de haberle dicho que lo amaba, parecía que tenía a Jimin
comiendo de su mano, había sido difícil decirlo, dentro de él lo sentía tan
incorrecto, porque no lo amaba, estaba mintiendo, pero mantendría la fachada
el tiempo que fuera necesario.
—Deberiamos celebrar ¿Quieres salir está noche?
—¿A dónde?
—¿Alguna vez has ido a un club?
Jimin negó, una de las cosas que a Yoongi le gustaba de él era su
inexperiencia, era esa ignorancia que mantenía viva la chispa, porque era
sencillo sorprenderlo, dejarlo sin aliento, se conformaba con tan poco.
—Entonces iremos, te va a gustar, conozco un buen lugar.
—¿Qué se supone que debo llevar?
—Vamos a elegir algo para ti—tomó su mano y lo llevó a su habitación.
Jimin se quedó a su lado, mirando lo que estaba haciendo, mientras
revisaba su ropa, tomó un conjunto simple, pero medio formal, un pantalón
de mezclilla oscura ajustado, una camisa roja de botones y un saco negro.
—Esto está bien—asintió.
Jimin elevó una ceja. —¿Qué se hace ahí?
—Bailar y beber. De verdad pareces un niño—sonrió de forma amable.
Probablemente la cosa que más le gustaba sobre Jimin era su inocencia,
parecía no saber muchas cosas, como un niño explorando el mundo por vez
primera, él, estaba ansioso de mostrarle todo, Jimin le daba una chispa a su
vida, diversión, dónde podía revivir algunas experiencias con otro
significado.
Se acercó a él y llevó sus manos a su cintura, era pequeña, y cálida, el
cuerpo de Jimin siempre mantenía una temperatura cálida, le recordaba a
cuando salía por las mañanas a recibir los primeros rayos de sol. Se agachó y
tomó sus labios, suaves y dulces, besó lentamente, al principio sin
precipitarse, le gustaba dejarlo sin aliento con un buen beso.
Bajó sus manos lentamente por su cuerpo, yendo más allá de su cintura, a
su trasero que era digno de admirar, Jimin tenía un cuerpo bonito. Y él,
disfrutaba de tenerlo a su merced, aunque no lo amara, la idea de casarse no
era mala si sabía que iba a tener su cuerpo. Se estremecía con cada pequeña
caricia, soltaba susurros llenos de placer, que le invitaba a avanzar. Pronto, su
cuerpo suave quedó al descubierto, ideal para besarlo, para acariciar cada
centímetro de piel.
Besaba sus labios al momento que se empujaba dentro de su cuerpo, era
delicioso, un éxtasis que le dejaba sin aliento y lo que más disfrutaba, es que
Jimin era honesto con lo que estaba sintiendo, no fingía el placer. Jimin era
real.
Dentro de ese departamento quería olvidar quién era y cuál era su misión,
lo único que deseaba y esperaba era disfrutar de Jimin y de su compañía, la
cual era perfecta.
Jimin gimió con fuerza, cuando tocó su erección y la acarició, el buen sexo
siempre era la respuesta a todo.
—¡Yoongi!
Se sentía tan importante, tan elemental, que no había manera de que Jimin
alguna vez le dejara, no, porque era suyo, lo sería para siempre. Llegaría a
enamorarse, posiblemente lo haría, tendrían hijos y él jamás sabría lo que
estaba sucediendo con la empresa, se encargaría de eso. De hacerlo feliz en la
ignorancia, tal y como su abuelo lo había hecho.
—Eres tan dulce, tan hermoso Jimin.
Vio sus ojos brillar y sus mejillas encenderse y apretó su agarre,
empujando más fuerte, llegando al clímax dentro de él. No había ningún
problema, todo estaba controlado, todo estaba en su poder.
—Te amo Yoongi, soy tuyo—susurró sobre sus labios.
—Claro que eres mío.
Y nadie podía ser capaz de quitárselo, jamás.
Maldijo al darse cuenta de la hora que era, sino se apuraba podían perder la
reservación, chasqueo la lengua, la comida con su padre JiYong había
tomado más tiempo del pensado. Sacó su teléfono y mandó un mensaje,
mientras que terminaba de perfumarse.
Hola Yeosang, voy tarde y podemos perder la reserva ¿Nos vemos ahí?
Claro, no hay problema n.n
Sonrió al ver el mensaje, Yeosang siempre estaba al pendiente, era una de
las cosas que le gustaba de él. Lo atento que podía llegar a ser, creció rodeado
de personas que solamente se preocupaban por sí mismas, no había atisbo de
empatía, desde niño fue lo que aprendió, a valerse por su propio pie, porque
no habría nadie que le tendiera la mano cuando lo necesitaba. Conocer a
alguien que pensara diferente y actuará de forma dulce y empática con él, fue
refrescante.
Le gustaba Yeosang y no tenía miedo de admitirlo, tal vez, el gustar era
corto comparado a lo que sentía cuando estaba cerca de él, era gratificante
escucharlo hablar y estar a su lado, siempre divertido, amable y dulce,
además de que la intimidad con él lo volvía loco, no podía saciarse de su
cuerpo. Esa noche sería su primera cita juntos, habían salido antes, pero era
después del trabajo y no algo tan elaborado, se hallaba nervioso, cuidando
que su aspecto se viera bien, repasaba una y otra vez lo que tenía que llevar.
¿Debería comprarle un regalo? No había pensado eso antes, era
emocionante, vivir esa experiencia después de haber pasado una temporada
oscura debido al amor.
Amaba a Taehyung, sí, más de lo que quisiera, pero ese amor no era
correspondido, lo había dejado mal, inseguro de sí mismo, sabía bien que su
mejor amigo estaba perdido por su primo, y odiaba esa situación, quería
intentar algo con Yeosang, ver si era posible olvidar del todo a Taehyung.
Estaba a punto de salir de su departamento, cuando escuchó el sonido de
golpes en la puerta, insesantes y agresivos, confundido, decidió abrir
cauteloso. Al hacerlo la vista que descubrió le dejó atónito.
Con llanto recorriendo su rostro, su cabello rubio hecho un desastre,
vestido con lo que parecía ser una pijama y un abrigo, hipeando y con un
fuerte aroma a alcohol. Taehyung, dando una vista tan lamentable, entró, y se
lanzó a sus brazos, lo sostuvo con fuerza, su corazón se estrujaba cada que lo
veía sufrir de esa manera, eran esos momentos donde realmente odiaba a
Hoseok.
—¿Qué sucede? —preguntó tratando de no caer.
—Ya no puedo más Kookie, no puedo, duele mucho.
Besó su cabello, consolandolo, porque aunque tenía rencor, no deseaba
verlo mal, eso también le dolía. Taehyung se separó cómo pudo de sus
brazos, y se tambaleó hacia el mini bar, dónde tomó una botella de ron y la
abrió sin dificultad alguna.
—Tae, no, no hagas eso—dijo con pena, tratando de quitársela.
—Bebe conmigo, por favor, Jungkook te necesito.
No supo si fue su llanto, la súplica en su voz o que lo amaba tanto que no
quería dejarlo solo, suspiró dejando que bebiera, le ofreció la botella y bebió
también. Tenía tiempo, tal vez si lo ponía a dormir podía ir con Yeosang.
Aunque, lamentablemente esa no era su prioridad en esos momentos. El
tiempo pasaba y ellos bebían, ajenos a todo, sin hablar de más.
Escuchaban música y Taehyung cantaba a todo pulmón, sin dejar de
lamentarse. Sentía toda emoción a flor de piel, porque su corazón estaba
abierto y padeciendo un dolor sofocante.
—Es mi culpa ¿Sabes? Jamás debí aceptarlo, no debí hacerlo, pero, me
mentí, me dije que estaba bien porque me quería, que ella no era nada para él,
y veme ahora, me ha jodido.
—Es un imbecil.
Le miró desolado. —Debiste ser tú, yo debí haberme enamorado de ti.
Porque eres mejor que él. Siempre lo fuiste.
—Tae...
Estaban sentados en el sillón, uno al lado del otro, Taehyung se acercó
mucho, de forma tan peligrosa, subiendo a su regazo, tan rápido que no pudo
actuar, se quedó helado.
—No hagas esto.
—Te necesito—sollozo—. Por favor, te lo suplico, no me rechaces.
No pudo rechazarlo, no a él, tomó su nuca y lo acercó a sus labios,
besándolo de forma posesiva, necesitado de su ser, aunque, todo lo que estaba
haciendo parecía incorrecto. La intensidad del beso creció y la ropa sobraba,
fundidos en el placer comenzaron a frotarse buscando libertad.
Lo llevó a rastras a la habitación, dónde tomó un condón y se lo puso, hace
tiempo que no los usaba, con Yeosang todo era tan natural que se olvidaban
de hacerlo, pero con Taehyung nada parecía ser real, todo era una nube
oscura, no sabía en qué momento comenzaría la tormenta.
Tuvieron sexo, de forma violenta, no parecía haber sentimiento alguno
como la primera vez, ese acto era más un grito de ayuda, el cuerpo de
Taehyung era delicioso, un dios, pero sentía que su mente no estaba ahí, que
pensaba en alguien más y eso le dolía.
No supo cuánto tiempo estuvieron en esa situación, pero, cuando ambos
llegaron al clímax y terminaron, Taehyung se acurrucó en las sábanas y se
quedó dormido, demasiado ebrio para pensar. Él se sentó en la cama tomando
su cabeza entre sus manos, casi quería llorar, se sentía tan usado.
—Mierda—siseo, fue a la sala a buscar su celular, tenía varias llamadas
perdidas y mensajes de Yeosang, y se sintió fatal.
—¿Hola? —dijo cuando contesto—. Lo lamento mucho, tuve un problema,
lo siento, no pude llegar.
—No te preocupes, ya estoy en casa.
Su voz sonaba apagada, no podía imaginar lo que estaba sintiendo y se
reprochó lo idiota que era, su pecho tenía un peso que no había sentido antes.
—Lo voy a compensar.
—No tienes qué hacerlo, yo...nos vemos mañana en la oficina.
—Bien, descansa, perdón.
Y colgó, dejó el celular en el sillón y gruñó, estaba hecho una mierda, pero
dentro se preguntaba ¿Podía ser capaz de amar a dos personas al mismo
tiempo? Y si era así ¿Cuál de los dos sentimientos era más fuerte y real?
No se imaginó, y no sabría que Yeosang no estaba en su casa, sino en
aquel restaurante, sentado solo esperando. Había estado bebiendo té mientras
esperaba, cuando colgó, sus ojos ardían debido a las lágrimas.
—Señorita—llamó a la mesera—. ¿Podría traerme la cuenta? Por favor.
—En un minuto.
Mordió su labio inferior, al pagar, se dio cuenta que ese lugar era caro,
salió de ahí sin dinero para el pasaje, se abrigo bien, había usado su mejor
ropa, se había arreglado minuciosamente para verse lindo, se decía que no
debía ponerse así, que Jungkook tuvo que tener una buena razón para faltar,
pero no dejaba de doler.
Lloró camino a casa, sintiéndose tan miserable, tan triste por una razón que
no sabía aún, algo dentro de él le decía que la razón real por la cual no había
llegado a la cita era porque estaba con alguien más.
—Es tú culpa, no debiste enamorarte.
Yeosang dudaba que a esas alturas estuviera sólo enamorado, no, lo que
sentía era más fuerte y doloroso, lo amaba, y no como había amado antes,
sino de una forma más fuerte, una que lo destruiría, su amor era unilateral.
Pero, ya no había marcha atrás.

La música era fuerte, ambos estaban en una mesa, en la zona exclusiva,


bebiendo de una buena botella de whisky, Jimin hacia caras que ocasionaban
una carcajada en Yoongi cada que bebía.
—Entonces, estamos aquí celebrando—dijo con una sonrisa.
—Creí que no lo lograría, pero lo hice—sonrió con orgullo.
—Jimin—susurró relamiendo sus labios—. ¿Te gusta esa carrera?
Tenía que poner en marcha el plan de su padre, pero al verlo tan
emocionado, realmente no estaba tan seguro de sus palabras y del poder que
sabía que tenía sobre Jimin. Cualquier cosa que le dijera, sin importar qué,
Jimin lo haría, no pondría peros, porque había sucedido antes, confiaba
demasiado en él.
—Al principió me dije que fallaría, que no sería bueno para esto, pero,
ahora, siento que puedo hacerlo, me siento orgulloso del camino que elegí,
me gusta esa carrera, soy bueno con los números, mejor de lo que pensaba.
Yoongi asintió ligeramente. —Pero...—tragó en seco, las palabras
murieron en su garganta, no podía hacerlo.
Y eso le llenaba de furia, ¿Por qué no era capaz de hacerlo? Tenían un plan
y su deber era acatar órdenes, sin embargo, no quería borrar esa sonrisa de la
cara de Jimin. La estaban pasando tan bien, y realmente a él no le interesaba
la carrera que estaba cursando, era su decisión.
Nunca decidió nada por sí mismo, entonces ¿Sería capaz de quitarle esa
libertad a Jimin? Su familia lo estaba por joder en grande, qué más daba en
donde estudiará. Cada que estaba ahí, se sentía inadecuado. Su abuelo tenía
razón, ellos eran malos.
—¿Pasa algo?
—No, no pasa nada—negó—. Yo sé que vas a lograrlo, tengo mi fe puesta
en ti.
Su sonrisa se hizo más grande, se acercó y beso ligeramente sus labios.
Yoongi sonrió, sus toques inocentes siempre hacían que su corazón latiera
con fuerza.
—Gracias.
—Ahora festejemos—sirvió más en los vasos. Tratando de despejar su
mente.
Jimin trató de seguirle el ritmo con la bebida, pero era inexperto, cómo en
mucho de su vida, así que estaba mareandose, Yoongi lo llevó a bailar un
poco, no era bueno haciéndolo, pero, esa noche en particular, se sentía con la
energía para hacerlo.
—No sé hacer esto—dijo Jimin alto.
—Dejate llevar—susurró en su oreja.
Llevó sus manos a su cadera y lo acercó más, haciendo que se moviera de
forma lenta y sensual, estaba ahogado, quería más, pero, tenía que
contenerse.
—Espera.
Se fue dejandolo en la pista, estaba a unos pasos de distancia, se dirigió a
la barra a pedir algo más, pidió un preparado, y mientras esperaba se dio la
vuelta a checar a Jimin. Por el estado de ebriedad en el que se encontraba, no
alcanzó a pensar en sus acciones, era la primera vez que Jimin estaba ahí, y lo
había dejado, en medio de un tumulto de personas en las mismas condiciones.
Vio a un chico acercarse demasiado a Jimin, le hablaba al oído y Jimin
parecía incómodo, lo peor fue cuando el tipejo tomó a Jimin de la cintura,
Yoongi experimentó en ese momento la bilis subir por su garganta, una
sensación en su estómago y pecho que le estrujaron, no era alguien celoso,
pero al ver qué tomaban lo que era suyo, sintió un enojo incontrolable, se
acercó a grandes zancadas, empujando al tipo hasta que cayó al piso, se
agachó y le propinó un puñetazo en la barbilla.
De había hecho un círculo alrededor, parando de bailar para ver el
espectáculo que estaban montando.
—¡No te atrevas a tocarlo hijo de puta!
Estaba por darle otro golpe cuando el tipo se abalanzó contra él, Yoongi no
era bueno manejando sus emociones, sobre todo el enojo, lo cegaba, no podía
controlarse y el que aquel hombre se hubiese defendido fue la gota que
derramó el vaso. Empezó a golpearlo, repetidamente en la cabeza y el rostro.
—¡Yoongi basta!
La voz de Jimin resonaba, alguien lo tomó de los hombros, al darse la
vuelta se dio cuenta que se trataba de uno de los guardias, los separaron, así
pudo percatarse de que al otro tipo le sangraba la nariz, lo soltaron, pero se
mantuvieron impidiendo que volviera a lanzarse contra él.
Yoongi, cabreado, tomó de la mano a Jimin y salieron de ahí, estaba furico,
no comprendía por qué se sentía de esa manera, le atribuía todo al alcohol y a
poco control que tenía. Jimin se dejó llevar, estaban en la calle.
—¿Yoongi?
Se volvió a mirarlo de forma molesta, vio entonces el temor en sus ojos,
estaba atemorizado de su reacción, soltó su mano y se alejó tratando de
respirar para controlar su enojo, pero no estaba funcionando.
—Lo siento—dijo conteniendo la voz.
—¿Estás bien?
Jimin, en un acto dulce aún preguntaba sobre su estado, después de ver la
escena que había montado. Se volvió a mirarlo, ambos a una distancia
considerable, los ojos de Jimin mostraban temor, pero también preocupación,
se sintió un asco, era ese sentimiento que siempre estaba vigente, suspiró
pesadamente y se acercó a él.
—No te voy a hacer daño.
—Lo sé, confío en ti, pero, ¿Tus manos?
Miró sus manos, tenía abiertos un par de nudillos, chasqueo la lengua.
—No es nada.
—Deberiamos irnos...
—Nadie debe tocarte Jimin, nadie, sólo yo.
Ni siquiera él podía parar aquellas palabras saliendo de su boca, ¿De dónde
había salido esa posesividad? No era normal.
—¿Estás molesto conmigo?
—No—gruñó acercándose hasta tomar sus mejillas—. No es tu culpa, no
tienes la culpa de ser tan hermoso, tan dulce y bueno, es mi culpa Jimin, todo
lo que va a suceder será mi culpa y no sé cómo parar.
—No entiendo.
—No quiero dejarte, no quiero que estés en manos de nadie más, eres mío,
solamente mío, ese hijo de puta no tuvo por qué tocarte, porque eres mío,
sólo yo puedo tomarte, nadie más que yo.
Jimin asintió lentamente, puso sus manos en sus hombros y acaricio. —
Tranquilo, no pasó nada, y...
—¿Estás asustado? ¿Te hizo daño?
—Estoy bien, preocupado por ti.
Yoongi rio de forma amarga. —¿Por qué tuviste que cruzarte en mi
camino? Jimin no soy bueno para ti, soy un asco y temo que cuando te des
cuenta sea tarde, porque te voy a amar. Estás haciendo que te ame como no
ame.
Jimin sonrió ligero. —Yo también te amo Yoongi. Y soy tuyo.
Miró alrededor, demasiado ansioso, había una pequeña calle, que bien
podía ser un callejón, tomó a Jimin de la mano y lo guío dentro, estaba
oscuro, y había varios contenedores de basura, lo dejo en la pared,
acorralandolo, besó sus labios de forma insistente, haciendo que abriera los
suyos para meter su lengua y acariciarlo, sus manos no podían parar de tocar
su cuerpo. Jimin gemia sobre sus labios.
—No puedo esperar...
—Yoongi no creo...alguien puede vernos—sus piernas temblaban mientras
la boca húmeda torturaba su cuello.
—Shhh—sonrió lujurioso—. No hagas nada de ruino.
—Pero...
Yoongi lo volvió, para que quedara mirando a la pared, acaricio su cintura
y fue a desabotonar su pantalón, bajandolo junto a la ropa interior, hasta la
mitad de sus muslos, abrió sus propios pantalones sacando su erección, la
cual acaricio entre las nalgas de Jimin, este jadeo, no podia dejar que fuera
tan ruidoso, por lo que le cubrió la boca, al tiempo que enterraba su pene en
la entrada cálida, sacándole un grito ahogado, comenzó a dar estocadas
rápidas. Jimin temblaba de placer entre sus brazos, elevando más su trasero,
tomó con fuerza su cadera, enterrando sus dedos, dejando marca, al tiempo
que mordía el lóbulo de su oreja.
Estaba perdiendo el control, nada dentro de él era de confianza. Porque,
estar con Jimin estaba siendo más placentero de lo que quería admitir. Le
gustaba.
Te amo AdoraDevonne gracias por tu amor y apoyo.
Espero que les haya gustado.
Dejen su comentario y estrellita, nos leemos muy pronto.
Cosas muy interesantes se vienen, no se lo pueden perder patos
31

Jungkook se despertó solo, esa ya parecía una costumbre cruel. Se estiró,


sintiendo la tensión de sus músculos, había sido una noche larga, tenía un
cúmulo de pensamientos no precisamente positivos, se sentía usado ¿Por qué
no podía ser amado como los demás? ¿Qué había mal con él? Y sobre todo,
se reprochaba ¿Por qué no había ido con Yeosang?
Se levantó, poniéndose los boxer, fue al baño porque su vejiga le estaba
matando, y lavo su rostro, debía tomar un baño, pero necesitaba café con
urgencia. Salió de su habitación, con una mueca, ni siquiera sabía cómo
reaccionar, suponía que tenía que estar acostumbrado, pero eso no dejaba de
joderlo. En ese momento odiaba a Taehyung.
Pero, el aroma a tocino le hizo caminar cauteloso, llegó a la cocina, en
donde Taehyung estaba cocinando, llevando solamente su camisa, que le
llegaba a los muslos, estaba escuchando música bajito, bailando de vez en
cuando, se quedó ahí observándolo, no creyó que se quedaría, pensaba que
había huido.
—Te quedaste.
Su voz lo asusto, Taehyung dio un ligero brinco y se volvió con la espátula
en la mano, le miró con susto antes de comenzar a reír.
—Me asustaste, te iba a despertar cuando el desayuno estuviera listo, pero
ahora que estás aquí, pon la mesa. Anda. También hice café, te pones de un
pésimo humor sino lo bebes.
Jungkook entrecerro los ojos, con muchas preguntas, sin embargo, acató la
orden, yendo a buscar un par de platos y tazas para el café. Miraba de reojo a
Taehyung quién parecía estar de buen humor, sin estragos por haber bebido
demasiado, su cabello estaba ligeramente húmedo, lo que le dijo que tomó un
baño mientras él dormía.
—¿Cómo es que puedes estar tan fresco después de la borrachera que te
pusiste anoche?
—Estoy acostumbrado—se encogió de hombros—. Puedo beber hasta
ahogarme y al día siguiente tener una sesión de fotos a las cinco de la
mañana. Tú eres el que parece miserable ¿No dormiste bien?
—Dormí bien, sabes que no funciono muy bien por las mañanas. ¿No
tienes trabajo?
—Hoy no—suspiró—. Me han dado una semana, lo cual es excelente, así
puedo arreglar unas cosas antes de tener que viajar a Nueva York. ¿Quieres
venir conmigo?
Se acercó a la mesa sirviendo el desayuno, Jungkook servía el café en las
tazas y le miró elevando una ceja.
—También tenía planeado ir.
—Entonces vamos juntos—le sonrió con complicidad—. Antes lo
hacíamos mucho ¿Te acuerdas?
—Nuestra adolescencia fue salvaje—rio antes de beber un poco de café, el
cual le supo a gloria.
—Tienes razón, teníamos la suerte de que a nuestros padres no les
importaba lo que hacíamos.
Jungkook asintió. —¿Te sientes mejor?
—Hoy si, ayer fue un día duro, recibí flores de él, y me enoje ¿Cómo
puedes mandar flores a alguien que has jodido tanto?
—Siempre supe que Hoseok era un imbécil, pero no pensé que lo sería
hasta ese grado, no te convenía, siempre te lo dije.
—Ya sé que lo dijiste, todos lo hicieron, pero, a veces simplemente son
cosas que no puedes evitar ¿Soy muy estúpido?
—Mucho—suspiró pesadamente—. Pero, de cierta forma lo entiendo, no
puedes evitar amar, a pesar de que eso te destruya ¿No?
Taehyung dio vueltas a su café con la cuchara, sabiendo que las palabras
de Jungkook tenían otro significado, uno que le hizo sentir vergüenza de sus
actos, estaba mal hacerlo de esa manera, lo sabía, pero, últimamente no tenía
el control de sus acciones.
—Sé que puedes pensar que lo que pasó en la noche fue para olvidar o que
te estoy usando como paño de lágrimas.
—¿Y no es así? Dime, ¿Por qué venir a mi cuando te sientes perdido? ¿Eso
no es usar?
—No fue así.
—En Paris fue lo mismo ¿No?
—Jungkook...
—Taehyung, he dejado claros mis sentimientos por ti. Pero, tú haz hecho
provecho de ellos. Igual, no es como si yo te pusiera un límite ¿Sabes? Es
doloroso.
—No me fui, porque no quiero que pienses que te estoy usando, yo,
realmente quiero olvidar a Hoseok, sacarlo de mi mente y desechar estos
sentimientos que no me están llevando a nada bueno, quiero hacerlo, y quiero
hacerlo contigo...
—Tú no estás enamorado de mí.
—Me gustas Jungkook, realmente me gustas mucho. Después de París no
podía dejar de pensar en ti, me dio miedo, no quería que las cosas se
confundieran y terminaramos mal, pero, yo sé que puedo llegar a sentir algo
mucho más fuerte de los que sentí por Hoseok.
Jungkook le miró sin habla, analizando sus palabras, por mucho tiempo
soñó que Taehyung le daría una oportunidad, le gustaba desde niños, ambos
siempre fueron inseparables, pero tras el paso del tiempo comenzó a sentir
que era imposible, y ahora la oportunidad estaba ahí, frente a él y se había
quedado sin habla.
—Taehyung...
—Jungkook—interrumpió—. Quisiera que me des una oportunidad de
enamorarme de ti, me gustas mucho, y te quiero cerca, yo sé que lograré
hacerlo muy pronto. Tal vez lo que te pido es egoísta, pero ¿Podrías
aceptarme?
Sabía que debía de guardar lo poco que le quedaba de dignidad y negarse,
que tenía que mantenerse firme y no aceptar ser usado como clavo que saca
otro clavo, porque estaba seguro de que para que Taehyung olvidará a
Hoseok, podía pasar mucho tiempo, inclusive había una posibilidad de que
nunca saliera de su corazón, entonces ¿Qué sucedería con él? ¿Sería
desechado? Si, lo aceptaba corría el riesgo de enamorarse más, de perderse,
tenía que decir que no, que ambos debían ser sólo amigos. Pero no hizo eso.
Sus ojos eran dulces y amables, siempre divertido, seguro y sensual, era la
primera persona de la que se había enamorado, lo quería tanto, que la parte de
él que le decía que podía lograr enamorarlo, estaba ganando, llegando al
punto de poner en segundo plano las consecuencias que tendría. Eso ahora no
importaba, lo que importaba era que estaba frente al amor de su vida y este le
estaba pidiendo que le dé una oportunidad.
—¿Estás seguro que quieres esto?
Taehyung soltó ligeramente el aire, se levantó de la silla y se acercó a él,
rodeando con sus brazos su cuello, estaba desesperado, el dolor y la angustia
no le dejaban tranquilos, sólo lograba calmarse cuando estaba al lado de
Jungkook, por eso sentía que lo necesitaba y que podría llegar a olvidar a
Hoseok con él, estaba seguro de ello.
—Es lo que quiero, no pienses que eres mi segunda opción, porque no,
realmente me gustas Jungkook, demasiado, y quiero intentarlo y hacer que
funcione.
Jungkook mordió ligeramente su labio inferior y asintió. —Está bien,
podemos intentarlo.
—Bien—asintió acercándose a sus labios para besarlos, era dulce y tierno,
un beso cargado de cariño, pero nada más—. Volvamos a la cama.
—Aunque me encantaría, tengo que ir a la oficina.
Taehyung hizo un ligero puchero, pero asintió. —¿Te parece si paso por ti
más tarde para irnos a comer?
—Sería perfecto—dijo sin poder evitar sonreír, al tiempo que le daba un
beso en la sien.
—Entonces me quedaré aquí ¿Te molesta? ¿Aún tienes mi ropa?
—Está en la habitación de huéspedes, si quieres también puedes usar la
mía.
—Gracias—le sonrió de forma tierna.
Mientras se arreglaba para ir a la oficina, pensaba en su decisión, ¿Había
sido lo mejor? No lo sabía, pero deseaba que funcionará. Se despidió de
Taehyung y salió rumbo a su trabajo, había muchas cosas qué hacer, pronto
tendría el nuevo lanzamiento de uno de sus vinos, en el que había trabajado
arduamente. Todos le saludaron con amabilidad, era un buen jefe, nadie tenía
duda de eso, al llegar a su piso y ver a quien estaba detrás del escritorio fue
que la realidad le golpeó.
No había pensado en Yeosang mientras aceptaba la propuesta de
Taehyung, no se había acordado de la relación—no relación, que ambos
compartían, y entonces, supo que había cometido un error. Yeosang le
gustaba, mucho, le hacía sentir cosas que no había sentido antes, le gustaba
su compañía y sin duda el sexo con él estaba cargando de emociones fuertes
y duraderas, no sucedió con Taehyung la noche anterior, había olvidado que
estaba haciendo y ahora se sentía un idiota.
—Buenos días señor Min—dijo regalándole una dulce sonrisa, una que aún
tenía después de haber cancelado su cita.
—Yeosang, buenos días. ¿Podrías venir a mi oficina? Por favor.
El rubio asintió, se puso de pie y lo siguió a la oficina, pensaba en cómo
decirle, pero no había forma de aligerar el impacto de sus palabras ni de sus
acciones. Estaba nervioso y temeroso.
—¿Necesita algo?
—Quiero hablar contigo, siéntate por favor.
Se sentó frente a él, lucía tan confundido, tan triste, que las ganas de
levantarse y abrazarlo fueron inmensas.
—¿Señor?
—Lo siento Yeosang, en verdad lo lamento, pero, hay algo que tengo que
decirte.
—Lo escucho.
—Quiero que sepas que eres alguien muy importante para mí, y que me
siento como un imbécil, pero, hoy he comenzado una relación con Taehyung,
sabes que él siempre ha estado en mi corazón, y se ha dado la oportunidad, en
verdad lo lamento.
No recibió respuesta de inmediato, Yeosang le miraba tratando de entender
sus palabras y luchaba contra las ganas de llorar, fingió una sonrisa, que le
dolía mucho, y suspiró.
—No se preocupe señor Min, lo entiendo, no tiene que sentir pena por mí,
de mi parte todo está bien, ¿Quiere que me vaya de la empresa?
—¡No! —soltó rápidamente—. No quiero eso, sé que es egoísta pedirlo,
pero eres la única persona en quién confío y haces tu trabajo tan bien que no
quisiera que te vaya, si no es mucho pedir, quiero que te quedes.
—Está bien—susurró.
—Yeosang, lo siento.
Se levantó dando una sonrisa tensa. —No se preocupe señor Min, son
cosas que suceden y de verdad estoy feliz porque usted tiene lo que desea,
por favor no se sienta mal por mi. Seguiré haciendo mi trabajo como hasta
ahora, y le agradecería que no volvieramos a hablar de ese tema.
—Sí, sería lo mejor, pero...
—Ahi están las carpetas con los documentos que tiene que firmar señor, en
media hora es la junta con los franceses via online, no se preocupe que lo he
preparado todo.
—Muchas gracias.
—Si me disculpa, tengo que volver a mi puesto—hizo una reverencia.
Jungkook asintió, se estaba comportando bien, como antes de iniciar lo
suyo, salió de la oficina dejandolo con la duda ¿De verdad no tenía o sentía
nada?
Lo que Jungkook no sabía era que Yeosang había corrido al baño,
encerrándose en un cubículo para comenzar a llorar, estaba seguro de que
algo así sucedería, de que Jungkook le rompería el corazón, y se había
arriesgado a cualquiera que fuera el resultado, pero no por eso dejaba de
doler, se sentía deshecho, no podía parar el llanto, porque se había enamorado
tanto. Pasaron varios minutos para salir del cubículo y mojar su rostro,
volviendo al trabajo. Fue duro.
Pero más duro fue ver horas después al magnífico Kim Taehyung entrando
y sonriendo amable, lo trató con respeto y este hizo lo mismo, minutos
después ambos salieron de la oficina tomados de la mano, Jungkook le miró
unos momentos, pero él desvío la mirada. Caundo se fueron, tomó su pecho
porque el aire le faltaba, dolía tanto, que lo único que quería hacer era
desaparecer.
¿Qué sucedería ahora? ¿Cómo iba a lidiar con ver a quien amaba en los
brazos de alguien más? ¿Por qué había aceptado seguir en ese empleo? Se
sentía tan usado. Pero, ¿Qué más podía esperar? No era nadie para él.

Habían pasado algunos días desde el desastre de la fiesta de compromiso,


muchas dudas surgían a raíz de esta, se encontraba dudoso, porque de
ninguna manera creía que su primo, estuviese así de enamorado de Jimin,
simplemente no tenía sentido alguno.
Min Yoongi siempre fue un rompecorazones, nunca le importó la familia,
estaba completamente seguro de que no se había enamorado nunca, era un ser
despreciable, egoísta, narcisista, que sólo pensaba en él, en sus metas y no
importaba lo que hiciera, si le beneficiaba no se tentaba el corazón a la hora
de usar a los demás.
Su familia tenía claras intenciones, querían a Jimin por el simple hecho de
que esté tenía la mitad de la herencia, no había forma que lo aceptarán sino
existiera este hecho. La forma cruel en la que lo miraban, estaba
completamente seguro de que ellos tramaban algo en contra de Jimin, y él no
podía quedarse de brazos cruzados.
Lo encontró en la universidad, leyendo un libro, podía ver lo mucho que se
esforzaba por ser un buen estudiante y estar a la par de los demás. Eso era lo
que más le molestaba, Jimin era alguien bueno y puro y no merecía que ellos
jugarán con sus sentimientos.
—Hola—dijo sentándose frente a él—. ¿Te sigue gustando esa malteada?
—Si, realmente me gusta—respondió con una sonrisa—. Hace mucho que
no te veo.
—Estuve ocupado con algunos proyectos, ¿Y tú? ¿Cómo va todo?
—Bien, tengo exámenes la próxima semana, estoy estresado, pero estudio
mucho.
Taemin suspiró. —Creo que no tuve la oportunidad de felicitarte por tu
compromiso. ¿Cómo fue que sucedió?
—No lo sé realmente, Yoongi dijo que me amaba y que no quería esperar,
así que ahora estamos comprometidos.
—Jimin ¿Eso es lo que tú querías?
Lo vio pensarlo por unos momentos antes de asentir. —Me tomó
desprevenido, es todo, no pensé que sucedería tan rápido, pero estoy feliz.
—¿Yoongi realmente te hace feliz?
Jimin no comprendió a dónde iba con su pregunta, pero no le vio nada
negativo.
—Sí, me hace muy feliz, es muy lindo y me apoya, no tienes que
preocuparte.
—Tengo que hacerlo Jimin—chasqueo la lengua—. Mira, sé que si no te
digo esto, y dejó que vivas en una burbuja de amor y falsedad, me voy a
arrepentir toda mi vida, por eso tienes que saberlo de mi boca, porque yo
estoy de tú lado.
—No entiendo—fruncio el entrecejo.
—Creo que Yoongi te está usando, a mi familia sólo les interesa la
herencia del abuelo, nada más y tú tienes la mayor parte, estoy seguro de que
ellos hicieron este plan para quitarte todo, y Yoongi está involucrado. Jimin
no te cases con él, aléjate de ellos mientras puedes.
Jimin boqueo, era la primera vez que escuchaba algo así tan directo, todos
le decían que tenía que cuidarse de las ambiciones de los Min, pero ¿Acusar a
Yoongi de usarlo? Siendo que estaban comprometidos, era una idea dura de
escuchar.
—Yoongi dice que no le importa la herencia, que se enamoró de mí.
—Jimin, eso no es verdad, Yoongi estaba saliendo con alguien antes de ti,
con varias personas, ¿Cómo es posible que te haya pedido matrimonio unos
días después de que estuvo con Jennie? No te ama Jimin, te está haciendo
creer que es así, pero te puede lastimar.
—¿Tienes pruebas de ello?
—No, no las tengo, pero Jimin, por favor, no te cases con él, mi familia te
va a joder la existencia hasta que no les des lo que quieren.
—Taemin...
Se acercó tomando sus manos, Jimin parecía tan perdido.
—Piensa Jimin, ellos comenzaron a sentir interés en ti en cuanto te vieron
con el abuelo, caundo supieron que te había adoptado, y después ¿Qué pasó?
Murió y te dejo gran parte de la herencia, una que ellos querían para sus
proyectos personales, proyectos que el abuelo no quería, Yoongi es el mayor
de los nietos, quién tiene más derecho del imperio, ¿Por qué se acercaría a ti
de esa manera? Sin siqueiras ser novio, enamorarte y después pedirte
matrimonio de forma tan repentina ¿No crees que es extraño?
Jimin lo sabía, porque lo había pensando, la forma en la que sucedieron las
cosa fue tan repentina, que llegó a preguntarse la razón de esa propuesta, lo
reafirmó el día de la cena, los Min no creían que era merecedor de estar en la
familia, sin embargo, escuchar todo de forma directa, dónde no era más que
usado, le hizo sentir miserable. Si Taemin estaba en lo cierto, entonces
Yoongi sólo jugaba con su corazón.
—Yo...tengo que irme—se soltó de sus manos y tomó sus cosas para irse.
Estaba tan confundido, que comenzó a llorar en un lugar solitario del
jardín, ¿Era verdad lo que decía? Su corazón sufrió una gran presión, no
podía creerlo, ¿Cómo es que Yoongi mentía cuando se portaba tan dulce y
amable? ¿Cómo fingir amor de esa forma? ¿Y los te amo?
Durante el resto del día se quedó perdido en sus pensamientos, llegó a su
departamento, ¿Por qué estaba ahí? ¿Era una forma de deshacerse de él? Se
hizo bolita en el sillón sin dejar de llorar ¿Qué era real?
Era tarde, no había comido nada en todo el día, pero no tenía apetito, la
puerta sonó varias veces, tuvo miedo de abrir, sin embargo lo hizo.
—¿Por qué no abrías? Pensé que algo te había pasado.
Yoongi estaba como siempre, luciendo esos trajes caros, con las bolsas de
comida de un restaurante elegante, pero, a diferencia de otros días, cuando se
lanzaba a sus brazos, se quedó quieto con la cabeza gacha. Yoongi notó este
cambio repentino de actitud y se acercó, quiso abrazarlo, pero Jimin se separó
de él.
—¿Estás molesto conmigo? ¿Hice algo mal?
—No lo sé...
—Jimin ¿Lloraste? Dime qué pasó por favor.
Jimin le miró con lágrimas en los ojos. —Yoongi, ya no quiero casarme
contigo.
La sangre huyó de inmediato de su cuerpo, le observó como si no
entendiera lo que estaba diciendo, como si fuese un loco hablando.
—¿Qué? —hizo una mueca consternado—. No entiendo ¿Por qué? Amor...
—Me engañaste.
—Jimin, sé claro por favor, que no te entiendo.
—La razón por la cual te quieres casar conmigo es por la herencia
¿Verdad?
Dejó de respirar, por un instante todo se volvió blanco, estaba jodido, pero
¿Cómo es que se enteró? No tenía sentido, estaba entrando en pánico.
—¿Qué? ¿Por qué dices eso? ¿Cómo puedes decir eso Jimin? Si me voy a
casar contigo es porque te amo, porque estoy enamorado y quiero vivir a tu
lado para siempre. ¿Mi amor no significa nada para ti?
Jimin sollozo, Yoongi suspiró y se acercó para abrazarlo, pensó que lo iba
a rechazar de nuevo, pero en vez de eso se aferró a su saco, su llanto era
doloroso, hizo que se creara en su garganta un nudo, alguien había metido
ideas en la cabeza de Jimin, y sólo pudo pensar en una persona. Estaba
cabreado.
—¿De dónde sacaste eso? Por favor dime.
—Alguien me lo dijo, que la única razón por la cual tú y tu familia han
sido amables es por la herencia y que realmente no me amas.
Yoongi lo separó de su cuerpo y tomó sus hombros, haciendo que le mirara
a la cara.
—¿Y le creíste? Jimin, eso es mentira.
—No lo es, porque tiene sentido ¿Por qué te enamorarias de mi?
—Porque eres un ángel—llevo las manos a sus mejillas, las cuales acarició
tratando de eliminar sus lágrimas—. Por ser tan dulce, amable, hermoso y por
ser tan sexi, me gustaste desde el principio, desde la primera vez que te vi,
quedé cautivado, y sólo quiero estar contigo y protegerte, porque te amo
Jimin y nunca había amado a alguien, esto es tan nuevo para mí, que me he
adelantado, pero pensé que también lo querías.
—Lo quiero, porque te amo, muchísimo Yoongi, mi corazón, mi alma y mi
cuerpo entero son tuyos. Pero, tengo miedo.
—Conmigo nunca debes tener miedo, porque mi amor es sincero, Jimin,
hay personas que envidian lo nuestro, que quieren separarnos, pero no
debemos dejarlos, nadie quiere la herencia, eso es tuyo, amor, no dejaré que
nadie te haga daño, ni mi familia, pero créeme que ellos te aprecian. Tal vez
estén un poco celosos, porque tú pudiste pasar más tiempo con el abuelo,
pero entienden que no es tu culpa.
Jimin estaba deshecho ¿Que era real y que no? ¿Por qué veía los ojos de
Yoongi y creía en cada una de sus palabras? ¿Por qué tenía esa necesidad de
creer que lo amaba?
—Taemin...—el nombre salió sin querer, se arrepintió, pero al ver a
Yoongi bufar y separarse molesto, se quedó callado.
—Ahora todo tiene sentido, es eso—negó—. Te lo quería decir antes,
porque lo vi cerca de ti, pero no pensé que haría algo como esto, Taemin es
egoísta, siempre fue así, tiene tantos celos de mi y de Jungkook, hasta de su
hermano, que cada que a uno de nosotros le pasaba algo bueno, él quiere
arruinarlo. Amor, no es una mala persona pero la envidia te hace decir y
hacer tantas cosa, todo lo que pudo decirte es mentira.
—Taemin no me parece alguien así...
—Claro que no bebé—susurró mortificado, pensaba que alguien debería
darle un Oscar—. Porque las personas pueden fingir, además, lo he notado,
no quería decirte, tú le gustas a Taemin, está enamorado de ti y hará de todo
para alejarte de mí.
Jimin boqueo sorprendido, nunca había imaginado algo así, pero Yoongi se
veía tan molesto y mortificado que comenzó a caer en la red de mentiras.
—Yoongi, veme a los ojos, dime qué lo que dijo no es verdad.
Yoongi volvió a su labio, tomando sus mejillas y acercándolo a su rostro lo
miró directo a los ojos.
—Te amo Park Jimin, con todo mi ser, por favor amor, te lo suplico—su
voz se quebró—. No dejes que ellos destruyan lo nuestro o te alejen de mi,
porque me moriré sin ti, me quiero casar porque quiero una vida a tu lado
para siempre.
Jimin soltó ligeramente el aire, llorando. Aliviado.
—Yo...también te amo, perdón por dudar.
—No es tu culpa bebé, entiendo todo, pero Jimin, no quiero ser esa clase
de persona, sin embargo, pienso que deberías de alejarte de Taemin, puede
traer más problemas.
Jimin mordió su labio inferior. —No lo sé...
—Hazlo por mí, de verdad que no me gustaría que estés al lado de alguien
que nos quiere separar. ¿Podrías amor? Para proteger lo nuestro.
Terminó asintiendo. —Te amo.
—No más de lo que te amo a ti amor—suspiró antes de besar sus labios.
Fue un beso largo, y lento, ambos abrazados, Jimin aliviado de que el amor
de su vida no estuviera mintiendo y Yoongi con el alivio de saber que sus
planes no habían sido arruinados. Un corazón enamorado y otro obligado a
estar en esos brazos, sin embargo, la mayoría de las cosas que dijo, no fueron
difíciles de imaginar y pronunciar, además del miedo de arruinar el plan de su
familia, el miedo de perder los brazos de Jimin lo pusieron nervioso, estaba
cayendo y no pasaría mucho para darse cuenta.

Taemin abrió la puerta de su departamento, y no paso ni un segundo para


estar en el piso con un fuerte dolor en la mandíbula. Yoongi le observaba con
odio.
—Primera advertencia, aléjate de él, sino quieres que olvide que somos
familia.
Capitulo patrocinado por Magenta813 muchas gracias por el apoyo y
la confianza n.n.
Espero que les haya gustado, Jimin estuvo a punto de salvarse, pero
eso sería muy sencillo, y Jungkook, siendo un tonto como siempre.
Gracias por esperar, no se olviden de votar y comentar patitos
32

La sensación de su piel bajo las yemas de sus dedos era maravillosa, aspiró el
aroma de su cabello, tan dulce, y al mismo tiempo fresco. Besó tenuemente la
piel expuesta de su cuello, y hombro, estaba exhausto, ¿Cómo era que no se
cansaba de su cuerpo? Era como una nueva adicción, porque el cuerpo de
Jimin era perfecto. Estaba tan cómodo, que olvidó que tenía asuntos
pendientes esa mañana, dejaría que su asistente los cancelara, porque no
había forma que se fuera sin volver a probar sus labios, o sin tocar su cuerpo
entero.
Jimin hizo un sonido gracioso, como el de un bebé renegando por ser
despertado, rio en su nuca y trasladó los besos a su mejilla.
—¿Piensas quedarte en la cama todo el día?
—Hoy no tengo clases—susurró contra la almohada.
Yoongi subió sobre su espalda y se posicionó entre sus piernas, quería
cojerlo duro, y Jimin no puso resistencia, sólo gimió cuando entro de nuevo a
su cuerpo, tan cálido y apretado, preparado, debido a todo el sexo que habían
tenido la noche anterior, descubrió que la intimidad con él servía más contra
el estrés que una botella de alcohol.
Había aceptado el hecho de que sería su esposo, no podía dar marcha atrás,
por lo que empezar a acostumbrarse era lo mejor, y Jimin le gustaba, su
cuerpo de era muy hermoso, disfrutaba el sexo con él, al menos no la pasaría
mal. Estar con él, en aquel departamento, exento de la vida que conocía, de
su familia y de aquellos que pensaban que tenía que comportarse de cierta
manera, era un tanto liberador. Bajo las sábanas entre esas cuatro paredes
podía relajarse.
—Eres tan dulce—susurró mientras besaba su cuello.
—Está es una buena forma de despertar.
Yoongi mordió el lóbulo de su oreja, mientras entraba en su cuerpo con
estocadas lentas y profundas, quería disfrutarlo, Jimin jadeó aún con el rostro
contra la almohada. Yoongi aumentó el ritmo, disfrutando del calor de su
piel, hasta que lo sintió tensarse debido al orgasmo, apretó su cuerpo y le
ayudó a llegar al climax, besó su espalda hasta que se acomodó en la cama,
tomó un cigarrillo y lo prendió, Jimin le miró con una mueca.
—¿No es muy temprano para eso?
—Si, pero fumar después del sexo es lo mejor, te relaja ¿Te molesta?
Negó. —Está bien si tú lo quieres hacer.
Yoongi elevó una ceja, porque Jimin, parecía que le estaba dando un pase
libre para hacer muchas cosas que quisiera en su departamento, por una parte
le gustaba, nunca había desprendido en alguien ese nivel de admiración y
apreciación, su ego de elevaba, pero por otro lado, sentía que no era lo
correcto, que la dependencia que Jimin pudiera sentir hacia él no les haría
ningún buen.
—Es tu casa, puedes decirme si algo de lo que hago te molesta, ¿Bien? Tus
reglas se cumplen.
Asintió. —¿Irás a trabajar?
—Uy ¿Quieres que me vaya?
—No—rio posicionando su cabeza sobre su hombro—. Tengo una
exposición mañana en la mañana, tendré que estudiar, por eso te pregunto.
—¿Por qué no estudias ahora?
—Si estás aquí no puedo concentrarme.
Yoongi sonrió. —Tomo una ducha y me voy, tal vez venga por la noche,
oh, hay una cena de negocios ¿Me acompañas?
Jimin mordió su labio inferior, tenía mucho que estudiar, aquella
presentación sería parte primordial de la calificación, no podía perderselo y
aún no se sentía listo para presentarla.
—¿Quieres que vaya?
—Sí, ahora que estamos comprometidos, es primordial que asistas a estás
fiestas conmigo, tengo que presentarte a la sociedad.
—Oh—asintió.
—Vendré por ti a las nueve, sabes que no me gusta esperar así que tienes
que estar listo por completo a esa hora.
—Entiendo.
Se puso de pie, dando de n ligero beso en su frente, y se dirigió al baño.
Jimin abrazó sus piernas, recargando el mentón en sus rodillas, sonreía,
estaba extasiado, viviendo el mejor momento de su vida, se sentía tan feliz y
tranquilo, Yoongi era el amor de su vida, todo lo que sentía por él estaba más
allá de su entendimiento. Y tenía miedo, pero no era un miedo que le
imposibilitara, sino que le motivaba. Deseaba formar una nueva vida a su
lado, una dónde sabía que sería feliz.
Su padre siempre le habló del amor, como el elemento más importante de
la vida de un ser humano, lo llamaba el motor que movía al mundo, decía,
con seguridad, que amor se trata de dar, de mostrarse ante el otro sin barreras,
dar todo el amor que se tenga sin esperar nada a cambio, él le habla a mucho
de su matrimonio y de lo feliz que fue con su esposa, una mujer excepcional,
como la describió, alguien que veía por los demás antes que por ella misma,
la reencarnacion de la bondad, él la amaba con todo su ser, y sólo estaba
esperando volver a verla. Su padre quería que Jimin fuese como su antigua
esposa, que tuviera esa personalidad amable y dulce, decía que el mundo ya
estaba lleno de tiranía, y que él tenía que ser más que eso.
Jimin aprendió a ver por los demás, a dejar de lado sus intereses para
centrarse en los ajenos, ser buena persona, amable, caritativo y nada
rencoroso, a ver siempre lo mejor de los demás. No desconfiaba de nadie.
Haber sido criado con esas enseñanzas, alejado de los peligros, sólo
conociendo a personas que eran amables y serviciales, le crearon una idea
errónea sobre los demás, en su inocencia e ignorancia, no podía ver qué las
intenciones de las personas no siempre eran positivas. Le era fácil caer en sus
mentiras.
La tarde la pasó estudiando, pero, se sentía perdido, había pasado mucho
tiempo desde que estudió de esa manera, sabía que se encontraba en una gran
desventaja con sus compañeros, aún así se esforzaba. Dieron las ocho y ya
era tarde estaba arreglando, no sentía que era oportuno asistir a la fiesta,
sabiendo que tenía responsabilidades, pero, no podía decirle que no a Yoongi.
—Te ves muy bien—dijo este cuando lo vio salir de la habitación.
—Gracias, también te ves muy bien.
—Tenemos que irnos—se acercó para besar su mejilla—. Ahí no debemos
de dar tantas muestras de afecto, así que deberíamos tener cuidado, son
personas muy tradicionales.
—Está bien—asintió con una sonrisa.
Yoongi sonrió tenso, ambos salieron del departamento. Había algo que el
mayor no quería decirle, y eso era que estaba temeroso por mostrarse con
alguien como Jimin, quien a pesar de ser el gran heredero de Min HongJae,
seguía siendo un niño ignorante y de campo, sus modales no eran como el de
los demás y aunque su familia y él estaban al tanto y llegaban a entenderlo,
los demás no lo harían. No sólo podían burlarse de él, sino que su reputación
quedaría deshecha.
No tuvieron conversaciones profundas en el camino, Jimin trataba de
repasar en su mente el tema de su exposición.
—¿Todo bien? Te ves preocupado.
—Estaba pensando en mañana, estoy nervioso.
—Estoy seguro de que lo harás bien, por está noche trata de relajarte.
Jimin suspiró y asintió. —Tienes razón, debería relajarme un poco ¿No?
—Debes y lo harás—asintió—. Siempre debes de vivir el momento, sin
lamentaciones.
—Siempre sabes qué decir—rio por lo bajo—. Eres muy inteligente.
—Lo soy—dijo con suficiencia—. Sólo se usar las palabras.
—Deberías enseñarme.
—No, tú debes ser como eres ahora, no cambies nada de eso.
—¿Realmente te gusta como soy? ¿No estás mintiendo?
Yoongi suspiró y se encogió de hombros. —Ya hay muchas personas
como yo en el mundo, pocas como tú. Eres especial.
Jimin quedó satisfecho con esa respuesta, alargó la mano tomando la de
Yoongi que se encontraba sobre la palanca, Yoongi no lo miró, pero envolvió
su mano con la suya y así se quedó hasta que llegaron. La atracción que
sentían podía verse a la distancia. Yoongi le miró cuando aparco en la salida
del hotel lujoso dónde se llevaría a cabo la cena.
—Vamos, después podremos beber vino y dormir un poco.
Jimin sonrió. —Haces demasiado, está bien, vamos.
Bajaron, Yoongi puso un semblante más serio y entraron, fueron guiados al
salón del hotel, Jimin miraba todo con asombro, era un lindo lugar. El salón
estaba lleno de personas, trajeadas y elegantes, mujeres cuyo aspecto era
salido de una pasarela. Jimin nuevamente se sintió fuera de lugar, sin
embargo, mantuvo la frente en alto. Estaba al lado de Yoongi quien saludaba
con respeto, con esa seriedad que le caracterizaba.
—Min Yoongi—dijo un hombre alto de mediana edad—. Es bueno verte
aquí, manda mis saludos a tu padre.
—Lo haré director Han—asintió con una ligera reverencia de cabeza.
—A diferencia de otras veces vienes acompañado, es un gusto—dijo
refiriéndose a Jimin.
—El gusto es mío—hizo una reverencia—. Soy Park Jimin.
—Mi prometido—soltó Yoongi con una ligera mueca, una de las razones
por las cuales estaba ahí, era para pasar la voz sobre su compromiso, todo
había sido idea de sus padres. Odiaba la idea.
—Escuché que te comprometiste, estoy muy feliz por ustedes.
—Gracias director.
El hombre les regaló una sonrisa, antes de disculparse y marcharse, si
Jimin pensó que las veladas en casa de los Min estaban llenas de protocolos,
ahora estaba seguro de que jamás iba a encajar en ese mundo. Saludaron a
todos, se pasearon por ahí sonriendo y hablando fugazmente, Yoongi era tan
recto y serio como siempre, hablaba de forma formal y tranquila, presentaba a
Jimin, quien a demás de sentirse en desventaja, también creía que estaba
siendo juzgado con las miradas que le lanzaban. Algunos amables, otros con
una burla escondida tras una sonrisa educada.
—Ellos fueron unos de los grandes amigos de mi abuelo—susurró muy
cerca—. Se llevaban bien, fueron al funeral a mostrar sus respetos.
—Oh, no lo sabía. Mi padre no hablaba mucho de su vida aquí. Salvó de su
esposa.
Yoongi asintió. —La abuela era alguien especial, había muchas personas
que la amaban, la familia no fue la misma luego de su pérdida, dicen que es
una de las razones por las cuales mi abuelo se fue.
—Él jamás se repuso, pero siempre hablaba de ella con un enorme cariño.
—Jimin, has sido criado de una forma diferente a la de todos nosotros, y
tengo curiosidad ¿Cuál es tu historia? Hablo de antes de que mi abuelo te
adoptara.
El semblante de Jimin cambió a uno más serio, sus ojos se volvieron
tristes, Yoongi quiso arrepentirse de sus palabras, porque se notaba que eran
recuerdos que le hacían mal.
—No recuerdo.
—¿De verdad?
—Si, lo siento, quisiera contarte más, pero es imposible.
—No tienes por qué disculparte—bufó mirando alrededor—. Esto se está
poniendo un poco aburrido ¿No? Deberíamos subir y distraernos un poco.
—Mañana tengo clases y...
—Estaremos ahí a tiempo, no te preocupes, anda, vamos.
Mordió su labio inferior con fuerza, incapaz de negarse, asintió, dejando
que Yoongi lo llevará a través del salón, hasta el lobby del hotel, lo dejó un
momento, mientras conseguía la llave de una habitación, todo estaba siendo
tan abrumador, tenía encima la preocupación de la clase y el no saber cómo
decir que no.
Subieron al ascensor, Yoongi lo tomaba de la cintura mientras besaba su
cuello. Cerró los ojos disfrutando del momento. Llegaron a una de las
habitaciones y el mayor no perdió el tiempo cuando empezó a desvestirlo. No
se sentía seguro de continuar, su mente no estaba en el lugar adecuado, pero
no dijo nada, dejando que Yoongi lo besara y acariciara. Correspondiendo
aunque no se sentía bien para hacerlo. Eso no le gustaba ¿Por qué se sentía
así?

—¿Cree usted que esto es una broma señor Park? Le acabo de hacer una
pregunta ¿Va a responder?
Jimin se quedó en blanco, sabía que no tenía muy buena retención de
memoria, que no había estudiado lo suficiente y que aún existían cosas que
no comprendía, que estaba muy atrasado a diferencia de sus compañeros. No
pudo seguir con la exposición, se notaba que estaba nervioso y que dudaba,
más cuando el profesor le hizo una pregunta sencilla, pero su mente estaba en
blanco.
—¿Va a responder? —repitió, haciendo que bajara la cabeza—. Está
reprobado en mi clase. Siéntese.
Humillado regresó a su lugar, con ganas de llegar, estaba apretando sus
manos y mandíbula para no hacerlo, pero le era imposible, sus compañeros le
miraban, posiblemente pensaban que era un fracasado. Ya no quería regresar,
quería rendirse.
Era en esos momentos dónde pensaba que su padre estaba en lo correcto,
que la vida en la cuidad no era para él, por algo no había insistido en seguir
con su educación, nunca fue bueno en la escuela y ahora lo comprobaba.
Estaba tan molesto consigo mismo. Al término de la clase salió de la
universidad y se fue a su departamento, dónde lloro hasta que se quedó
dormido. Ya nada más importaba. Se sentía mal.
No supo cuánto tiempo se quedó dormido, hasta que sintió una mano
acariciando su cabello.
—¿Has dormido toda la tarde? ¿Comiste algo?
—¿Qué hora es?
—Mas de las ocho, ¿Quieres salir a cenar?
—¿Podemos beber?
—¿Quieres beber? —lo miró con una ceja alzada.
—Sí.
—¿Por qué quieres beber tan de repente?
—Dicen que es bueno cuando no te sientes muy bien—se encogió de
hombros.
—¿No te sientes bien? —al verlo negar, suspiró—. Bueno, vamos,
conozco un lugar de buen pollo frito y alcohol. Ponte una chaqueta.
Se levantó caminando al closet dónde se puso una chaqueta, bajo la intensa
mirada de Yoongi quien estaba confundido con su repentina petición.
Salieron del edificio, Yoongi manejó tranquilo a un pequeño restaurante,
nada elegante, acostumbraba a ir cuando quería alejarse de la etiqueta de su
apellido. Era al aire libre, Jimin se sentó mientras esperaban pedir.
—Trae pollo picante y dos botellas de soju.
—Enseguida.
Jimin suspiró pensativo. —Este lugar es muy diferente a lo que
normalmente estás acostumbrado ¿No?
—Lo es.
—Me agrada.
Yoongi asintió. —¿Por qué querías beber? Dime qué sucedió.
—Dejaré la universidad.
—¿Por qué? —preguntó con seriedad.
—¿Sabes? Hay cosas que están hechas para cada uno de nosotros, papá
siempre decía eso, Jiminie estás hecho para tener una vida tranquila y feliz,
sin preocupaciones, yo siempre pensé que me haría cargo de la granja, que
estaría ahí hasta el final de mis días, ahora el panorama ha cambiado, pero no
el destino, soy un fracaso para estás cosas, socializar y estudiar, no estoy al
nivel, es una pérdida de tiempo que siga pretendiendo ser alguien que no soy.
—¿Y qué es lo que no eres?
—No soy bueno con las palabras, soy malo memorizando y
comprendiendo cosas, no hago un buen trabajo en la cuidad, no soy fino, no
tengo modales, no tengo una buena educación, ni siquiera sé mi origen o mi
fecha exacta de nacimiento, no soy nadie.
Yoongi bufó, sirviendo el alcohol. —Bebé, mira, no hay un patrón exacto
que te diga cómo debes ser, todos somos diferentes, puede que haya cosas
que se están haciendo difíciles, pero no significa que tengas que renunciar.
—¿Para qué seguir? Además acabo de reprobar una materia. Eso no es
bueno.
—¿Por qué?
Jimin le contó lo que había sucedido en la clase, la forma en la que se
había quedado en blanco, Yoongi escuchó atento, había notas de frustración y
dolor en la voz de Jimin, aunque la situación era conveniente para él y su
familia, era lo que su padre le había pedido hacer, convencer a Jimin de dejar
la universidad, mantenerlo ignorante, estaba bien, todo se acomodaba, pero,
una parte de él no se sentía bien.
—¿Confías en mí?
—Sí—asintió limpiando sus lágrimas—. Sabes que si.
—Esto es lo que haremos, terminaremos la comida, dejaremos de beber,
porque si, beber cuando estás mal sienta bien, pero, eso puede llevar a más
problemas que beneficios. Iremos a casa y descansaremos, mañana será otro
día, y el lunes volverás a la escuela, como si nada hubiera pasado, te vas a
esforzar y lo vas a hacer mejor.
Jimin bajó la mirada. —¿Por qué no puedo simplemente renunciar?
—Porque serás mi esposo, y mi esposo no va a ser un bebé asustado que
renuncia a cualquier mínima provocación.
—¿No deberías casarte con alguien que esté a tu nivel?
—Estas a mi nivel, ahora come, deja de llorar, nada vas a ganar
haciéndolo, si quieres algo tienes que luchar para obtenerlo.
Jimin mordió su labio inferior y asintió. —Tienes demasiada fe en mí.
—Lo que pasa es que no te has dado cuenta aún Jimin, quien eres a partir
de ahora.
—¿Qué?
—Tranquilo, verás que el lunes todo estará resuelto.
No supo el significado de sus palabras hasta que llegó el lunes, había
estado buscando toda la mañana a su profesor, para pedirle otra oportunidad,
pero no lo encontró.
—¿Has visto al profesor Kang?
La chica a la que le preguntó negó. —Fue despedido, ahora habrá un nuevo
profesor cubriendo su puesto.
—¿Despedido? ¿Por qué?
Ella le miró con una sonrisa. —No digas que yo te dije, bueno, hay un
rumor que dice que se metió con uno de los estudiantes intocables. Un
miembro de la mesa directiva lo quiso fuera y los demás apoyaron.
—¿Qué miembro de la mesa directiva? —trataba de no pensar de más,
posiblemente todo era una coincidencia.
—Kim SeokJin, cuídate del prometido de Min Yoongi, escuché que está
estudiando aquí, esa familia es muy poderosa, pero bueno, eso es todo.
Cuídate.
Jimin se quedó en medio del pasillo perplejo ¿El profesor había sido
despedido por su culpa? No era justo, entonces las palabras de Yoongi
cobraron sentido...Jimin, ya eres parte de los Min, y nosotros no caemos por
los demás, ellos lo hacen por nosotros.
Pero, Jimin no era así, a él no lo habían criado de esa forma y era injusto,
por primera vez, sintió que Yoongi no estaba haciendo las cosas correctas y
se molestó por ello.

Uy hola
33

Escuchaba el infernal ruido de la alarma, pero estaba acostado boca arriba


mirando el techo sin intención de levantarse. Antes, podía despertar y estar en
pie antes de que la alarma sonara, con una sonrisa, lleno de entusiasmo, pero
ahora era diferente, estaba tan cansado, tan deprimido, que el esfuerzo que
hacía de levantarse de la cama le absorbía mucha energía.
Apagó la alarma y se puso de pie, estaba frío, el ambiente era más frío que
de costumbre, fue al baño y encendió la regadera, mientras tomaba un baño
rápido, comenzó a llorar, dolía. Mucho. Después de haber terminado una
relación tormentosa, dónde había sufrido un infierno, no estaba preparado
para enamorarse de nuevo, pero Min JungKook tenía la destreza de hacerlo
caer, era dulce, divertido y asombroso, siempre lo admiró, no era ciego, le
gustaba físicamente, y cuando empezaron a salir, a sobrepasar la intimidad
sus ilusiones crecieron como espuma, pero así como crecieron, fue
desapareciendo.
Sabía que no lo amaba, sabía que no significaba gran cosa para él. Estaba
bien con eso, hasta que se enamoró, llegando a un punto dónde no podía
retroceder, estaba claro que JungKook no lo iba a elegir, sin embargo, no
pensó que la caída fuese tan rápido. No podía compararse a Taehyung, él
estaba sobre cualquiera de las espectativas, tan perfecto, hermoso y talentoso,
a su lado no era nada, y no podía evitar estar molesto, porque estaba seguro
que Kim Taehyung no amaba a Jeon JungKook.
No estaba en su naturaleza pensar mal de las personas, ser cruel o
vengativo, y no era como si tuviera la energía para hacerlo, estaba tan
decaído que apenas y podía comer.
Salió de su casa, tomó el autobús y llegó a la empresa temprano, a esas
horas su jefe apenas estaba llegando, por lo que no se molestó en ir más
rápido, fue a la cafetería por el café del señor Min y subió al ascensor, tenía
ligeras nauseas, que podían ser producto de la mala alimentación que había
tenido. Dejó sus cosas en su escritorio, y fue a la oficina de JungKook a
dejarle unas carpetas y el café.
Abrió la puerta y miró al frente, los sonidos de besos y jadeos le hicieron
abrir los ojos en demasia, ahí estaba él, en su silla besando el cuerpo
semidesnudo de Taehyung sentado en su regazo. Boqueo, ellos le miraron,
sorprendidos.
—Lo lamento—dijo haciendo una reverencia y saliendo.
Cerró la puerta y dejo las cosas en su escritorio, quería llorar, y no sólo
eso, salió corriendo al baño, se metió al primer cubículo y vómito lo
inexistente en su estómago. Estaba llorando, recargando en la puerta, con un
asco que recorría su esófago, verlos fue muy duro, demasiado, un golpe que
le lanzó al suelo sin piedad, lloró hasta que sus ojos quedaron adoloridos,
salió del cubículo, rogando que no hubiera nadie, se lavó las manos, el rostro
y la boca.
—Hola—dijo Taehyung entrando al baño—. JungKook te estaba
buscando. La reunión inicia pronto.
—Sí, enseguida voy.
—¿Estás bien? —dijo mirándolo a través del espejo mientras lavaba sus
manos.
Su cabello estaba hecho un lío, sus labios rojos y ojos brillantes. Yeosang
asintió, dando una sonrisa falsa.
—Lamento la interrupción señor, el señor Min nunca llega tan temprano.
—No te preocupes—sonrió Taehyung—. Me siento avergonzado.
—No se preocupe señor, yo jamás diré nada.
—Claro, lo sé, nos vemos Yeosang.
—Adiós señor—hizo una reverencia.
Cuando lo vio salir mordió con fuerza su labio inferior. No podía, estaba
seguro de que no podría soportar todo por mucho tiempo, estaba enfermando.
Se arregló y salió, volviendo a su lugar de trabajo, tomando el café y las
carpetas y volviendo a la oficina de JungKook. Quien ya estaba en la silla,
completamente arreglado y pulcro.
—Lamento mucho lo sucedido señor, no volverá a suceder.
—Yeosang, lo lamento yo...
—La junta es en veinte minutos señor, aquí está su café y las carpetas que
tiene que revisar de los contactos del centro comercial.
El vino de JungKook estaba ascendiendo, ahora podía encontrarse en los
centros comerciales más grandes del país y de Estados Unidos. Pronto,
llegaría a todo el mundo, eso era algo por lo que tenía que estar feliz, pero
JungKook se sentía mal, esa mañana Taehyung ofreció a llevarlo al trabajo,
aceptó, porque su auto de trabajo estaba en servicio, no pensó que se
quedaría, no creyó que lo besaría de esa forma y mucho menos que Yeosang
llegaría, se sentía avergonzado. Podía ver sus ojos tristes y se sentía un
imbécil.
—Perfecto, yo...Yeosang ¿Estás bien?
—Sí señor.
—Bien. Quería pedirte un favor, haz una reservación para dos, está noche
al restaurante italiano.
Asintió. —¿Algo más?
—Nada más.
JungKook le invitaría a cenar, quería hablar con él, era más una necesidad,
lo deseaba cerca, volver a verlo reír, a escuchar su plática, su corazón latía
con fuerza cada que estaba cerca de ese chico, lo quería y hasta ese momento
es que se daba cuenta de cuánto.
El día laboral fue normal, lo único que cambiaba era su estado de ánimo
decaído y las náuseas que sentía, no había comido nada, no estaba bien de
salud y se sentía vacío. A la hora de la salida, tomó sus cosas y los pendientes
que tenía para el día siguiente, fue a la oficina de JungKook quien se
preparaba pasa salir.
—Señor Min, no olvide que su reservación es en media hora. ¿Quiere que
llame para que la atrase?
—No, está bien, muero de hambre, vamos.
—Claro.
Ambos salieron de la oficina y subieron al ascensor, Yeosang estaba
nervioso, el perfume de JungKook le hacía tener ganas de llorar, recordaba
las mañanas que se había despertado con ese aroma en su cuerpo, el ascensor
se abrió en la primera planta, estaba por salir, pero JungKook lo tomó del
brazo y se lo impidió, hayas que las puertas se cerraron, no lo soltó de la
muñeca, siguió sosteniendolo hasta que llegaron al estacionamiento
subterráneo.
—Vamos.
—¿A dónde?
—A cenar.
Negó confundido. —Pensé que la reservación era para...
—Taehyung trabaja hasta muy tarde, ven, no has comido y yo tampoco.
Celebremos los contratos en el extranjero.
—No creo que sea buena idea.
JungKook paró en su auto, el que habían llevado esa tarde, le miró con una
media sonrisa.
—Debemos hablar. Por favor.
—Está bien.
Trataba de mentirse, diciéndose que estaba bien, que aún podían hablar
cómo jefe y empleado, pero la realidad es que necesitaba un poco más de
tiempo con él, que quería su atención tan sólo un momento. Estar en el auto a
solas con él, sin pronunciar una palabra era una tortura, aguantó las ganas de
decirle algo de lo que podría arrepentirse. Estaba mareado, abrumado por
todas las emociones que sentía en ese momento.
JungKook apretaba el volante, para evitar tocarlo, le estaba tomando una
gran fuerza de voluntad no ir directo a su departamento y amarlo. No sabía lo
que pasaba en su cabeza, Taehyung era lo que más amaba, siempre había
soñado con estar a su lado, con verlo sonreír, besarlo, y estar en su cama, por
mucho lo espero y ahora que estaba sucediendo, no se sentía pleno, algo
faltaba, una emoción que sólo había sentido con Yeosang.
Llegaron al restaurante, bajaron y JungKook en todo momento lideró el
camino, les guiaron a un apartado privado, y se sentaron, no hablaban, era
incómodo siquiera estar en el mismo lugar donde anteriormente habían
estado, era una situación distinta y la lejanía era notoria. Pero no porque
quisieran, ambos estaban haciendo un esfuerzo por mantener el límite.
—¿Tienes hambre?
—No mucha.
—Has perdido peso—dijo JungKook sin evitar sentirse preocupado y
culpable—. No debes dejar de comer, es importante que estés bien.
—Estoy bien.
Lo miró con una mueca. —Vamos a cenar, quiero que comas.
—Bien.
Pidieron lo que más les apeteció del menú, la mesera les había llevado una
copa de vino que JungKook pidió con anterioridad.
—No debes beber si estás manejando, es peligroso.
—Sólo es una copa, recuerda que tengo más tolerancia al alcohol que tú.
—De igual forma, puede tener problemas con la policía.
JungKook rio. —Un amigo cercano de papá es jefe de policía, realmente
nunca hemos tenido problemas y no te preocupes, puedo manejar sin
problema.
—A veces olvido quien es.
—No me hables de usted.
—Es mayor y es mi jefe, tengo que hablarle con respeto.
—Hablame de tu, por favor, me incómoda que te dirijas a mi de esta
manera.
—No creo que pueda. Lo siento, suficiente es con estar aquí.
—¿Tan malo es estar conmigo? —preguntó con un nudo en la garganta.
—Malo no, doloroso si. Perdón, no quería hablar de eso.
JungKook suspiró, bebió un poco de su copa y asintió.
—Jamás quise lastimarte, no fue mi intención, pero sé que eso no basta
para remediar lo sucedido, eres especial, mucho, me gustas, eres una persona
excepcional, no hay muchos como tú, estoy seguro que vas a encontrar a
alguien que te pueda dar el lugar que mereces.
—No tienes que decir nada, lo entiendo, y no estoy molesto contigo,
comprendo que él significa mucho para ti.
—Taehyung y yo nos conocemos desde niños, hemos vivido muchas cosas
juntos, siempre estuve enamorado de él, pero él no de mi, sin embargo,
quiero intentarlo.
—Si ustedes quieren, estoy seguro de que van a tener una buena relación.
—¿Por qué sigues siendo tan amable a pesar de todo? Esto lo hace más
difícil, deberías gritarme y hacerme sentir mal.
—¿Ganaría algo con eso? —negó—. No ganaría nada, cuando quieres a
alguien deseas que sea feliz aunque no sea contigo.
—Yeosang...
Fueron interrumpidos con la llegada de la comida, ambos se quedaron en
silencio mientras servían los platos, cuando la mesera se fue, miraron la
comida, pero ninguno de los dos tenía hambre.
—Come, no has comido nada. Anda.
Asintió con un nudo en la garganta, ambos comieron en silencio,
JungKook no dejaba de verlo, sus ojos brillantes, y su rostro pálido, Yeosang
por su parte trató de comer a pesar de las náuseas. Todo estaba mal entre
ellos.
—¿Quieres algo más?
—No.
Al terminar de comer, una comida que tenía un sabor amargo debido a la
situación, se levantaron y salieron, JungKook pagó la comida y ambos se
encaminaron al estacionamientos, subieron en silencio y puso marcha a su
casa. Quería decir más, quería acercarse y abrazarlo, pero no podía. Cuando
llegaron al edificio de Yeosang, espero que esté bajara.
—Gracias por la comida. Nos vemos mañana.
Iba a bajar, necesitaba alejarse, pero JungKook lo tomó de la mano y lo
volvió hacia él.
—Dime que lo deje, dime qué este contigo.
Sus ojos se abrieron en demasia al escucharlo, sonaba desesperado.
—No haré eso.
—¿Por qué no?
—Porque te quiero.
Se iba a ir, cuando tomó sus mejillas y le beso, fue un beso duro, triste y
mortificado, se separó de inmediato, le miró con dolor y no evito que las
lágrimas recorrieran sus mejillas.
—¿Por qué eres cruel conmigo? No juegues así con las personas.
JungKook lo soltó. —Lo lamento.
—Está bien, nos vemos mañana señor Min.
Salió del auto casi corriendo, estaba mareado, no dejaba de llorar, no se
volvió a verlo, subió a su piso y al llegar a su departamento se metió en su
habitación y lloro como nunca antes lo había hecho. Estaba siendo tan
insoportable, no podía más, no era justo para él.
Fue en ese momento que tomó la decisión.

Taehyung ni siquiera sabía por qué estaba ahí, por qué había aceptado,
espero que la puerta de abriera, para verlo. Hoseok lucía cansado,
reprochando su vida, ver a Taehyung le hizo sonreír, se acercó para abrazarlo,
estrechando su cuerpo entre sus brazos, aspirando su aroma que era ya tan
familiar y dulce.
Entraron al departamento, Taehyung se separó con un nudo en la garganta.
—Debes parar, deja de llamarme por favor.
—No puedo, me cuesta el alma hacerlo.
—Es injusto, para mí. Además, estoy con JungKook ahora.
—Lo sé, lo odio, pero no tengo derecho a evitarlo.
Su respuesta le dolió, le hizo sentir tan miserable y enojado.
—Podrías.
—Tae...
—¿Por qué no puedes elegirnos? Si sabes que nos amamos, que con ella
nunca vas a ser feliz ¿Por qué no puedes elegirme a mí?
—Mi familia depende de esto.
—¡¿Hasta cuándo vas a dejar que te usen?! No les debes nada y lo sabes.
Es tu vida Hoseok, no la de ellos.
Hoseok se acercó a abrazarlo, lo necesitaba tanto. Que dolía un infierno.
—No quiero hacerte pasar por eso, si te elijo, no vamos a ser felices, ellos
no lo dejarán.
—Por favor, te lo suplico, lucha por nosotros, te lo imploro, duele
demasiado.
—Debes ser feliz, conmigo no lo serás, te prometo que yo jamás lo seré,
porque mi corazón y mi alma son tuyos, siempre.
—¿Vas a estar bien si acepto casarme con JungKook? Y si tenemos hijos
¿Lo vas a aceptar?
—Odio esto—sollozo, dejando que las gruesas lágrimas recorrieran sus
mejillas—. No puedo aceptarlo, no quiero aceptarlo, quiero estar contigo,
casarme contigo, tener una familia sólo contigo.
—Entonces hazlo, lucha, por favor.
—Duerme conmigo, sin hacer el amor, sólo duerme a mi lado, un última
vez.
—Después de esta noche ya no quedará nada.
—Será el mejor recuerdo de mi vida. Porque te amo, te amo demasiado.
—Me haces sufrir tanto—sollozo agarrando con fuerza su playera—.
Mucho, me duele mucho.
—Ya lo sé, también me duele. Ven, vamos a dormir.
Lo separó para mirarlo con una sonrisa triste. Acercó su boca y lo besó con
labios temblorosos, no podía alejarse, pero tampoco podía ir en contra de su
familia, en menos de dos meses estaría casado y todo sería diferente.

Yeosang tomó con fuerza la hoja antes de entrar a la oficina de JungKook,


este le sonrió al verlo, estaban tensos, debido a lo sucedido la noche anterior,
se acercó al escritorio y le tendió la hoja.
—Es mi carta de renuncia.
—¿Qué? —el nudo en su garganta le impedía decir más.
—Pense que podía, pero la realidad es que no puedo, lo siento, quise ser
profesional.
—No te vayas, yo...te prometo que no volveré a cruzar la línea, te
aumentaré el sueldo, lo que sea, pero no te vayas.
—Ya lo he decidido, ya no puedo estar un día más aquí, dijiste que querías
que fuera honesto, bueno, estoy enamorado de ti, te amo, mucho, y es
horrible verte con otra persona, lo odio y me está enfermando, no duermo, no
como, no puedo dejar de llorar ni de pensar en ti, es por eso, que lo mejor que
puedo hacer es alejarme de lo que me hace daño.
JungKook apretó la mandíbula, se sentía horrible, porque también deseaba
decirle que lo amaba, pero no podía.
—¿Estás seguro?
—Lo estoy—le sonrió—. Te respeto mucho, y no quiero llegar a odiarte,
me iré con este sentimiento y los buenos recuerdos, yo espero que seas muy
feliz, es lo más que quiero.
—Bien, firmaré—dijo tomando su carta—. Yo mismo haré tu carta de
recomendación, puedes venir por ella y recogerla en recursos humanos
mañana, puedo hacer unas llamadas y conseguirte un nuevo empleo.
—No es necesario, con la carta es más que suficiente.
Espero que JungKook firmara, una firma que le costó mucho. Le tendió de
nuevo la carta y le miró con tristeza. Yeosang alargó la mano, JungKook se
levantó para tomarla, su tacto cálido ardía sobre su piel.
—Fue un placer haber trabajado con usted señor Min.
—El placer fue todo mío Kang Yeosang.
Se alejó sonriendo por última vez, antes de salir de la oficina y tomar la
caja con sus cosas que estaba sobre el escritorio, JungKook quiso seguirlo,
pero se quedó ahí parado.
Salió de la empresa, bajo la intensa mirada de todos, se sentó en la parada
de autobuses y lloro como un niño desconsolado, sólo Dios sabía lo difícil
que fue tomar esa decisión, miró al frente, estaba un auto rojo, Taehyung le
miró, ambos fijaron la vista en el otro, Yeosang desvió la mirada, no podía
compararse con él. Ya no.

Pobre Yeosang, pero bueno


34

Jimin estaba confundido, era una confusión que no estaba llevándolo a


ninguna parte, se sentía extraño, lo sucedido con Yoongi y el profesor le tenía
molesto, pero no había tenido la oportunidad de decirle algo, porque este
estaba trabajando hasta tarde, no lo veía hace una semana y se sentía
intranquilo. Ya no estaba seguro de nada.
No podía hablar con nadie, en Jin confiaba, pero, al final del día había sido
este quien despidió al profesor, no se sentía cómodo hablando con él,
Taehyung tenía sus propios problemas, y no habían cruzado palabra alguna.
Sólo quedaba una persona, pero prometió no acercarse a ella.
Taemin había sido un buen amigo, lo apreciaba, y lo extrañaba también.
No dejaba de pensar en lo que Yoongi le había dicho, sin embargo,
necesitaba a alguien con quién hablar, relamió sus labios cansado, podía
hacer muchas cosas, decirle a Yoongi lo que sentía, pero no dejaba de ser un
cobarde.
Hizo lo que su corazón le decía, y fue al departamento de Taemin,
esperaba que este no estuviera molesto con él. Aunque, entendería si eso
pasaba. La puerta se abrió, mostrando a Taemin quien al verlo sonrió a
medias.
—Hola Jimin ¿Necesitas algo?
—Hola Taemin ¿Podemos hablar?
Lo pensó unos momentos antes de suspirar y asentir. —Pasa.
Jimin entró al departamento, estaba lleno de color y de cuadros, muy al
estilo divertido de Taemin. Este le indicó que se sentara en el sillón.
—¿Quieres beber algo?
—No, gracias. ¿Cómo has estado?
—Ocupado en las clases ¿Y tú?
—También.
—¿Se te ofrece algo? —dijo sentándose en el sillón individual, lejos de él.
—Quería hablar, hace mucho que no nos vemos.
—Es debido a lo sucedido con Yoongi, pensé que no querías verme más.
Lamento haberme entrometido en algo que no me interesa.
Jimin hizo una ligera mueca. —Yoongi me dijo que no hablara contigo.
—¿Y le harás caso? Bueno, por algo no hemos hablado en semanas ¿No?
—Lo siento, es sólo que...ya sabes, a nadie le gusta que juzguen su
relación. Supongo.
—Te ves mal ¿Ocurrió algo? ¿Peleaste con Yoongi? ¿Pasó algo en la
escuela?
—Escuchaste los rumores ¿Verdad?
—Hay cosas que se hablan en los pasillos ¿Te molesta?
—Yo no le pedí que hiciera eso.
—Claro que no lo hiciste, ellos hacen lo que quieren cuando quieren, sobre
todo Yoongi, es algo que debes de saber, lo conozco desde niño, todo lo que
quiere lo tiene y hace lo que le plazca, no le interesa sobrepasar contra
cualquiera. ¿Estás seguro que conoces a la persona con la que quieres
casarte?
Jimin mordió el interior de su mejilla, negó resignado, porque la realidad
es que no conocía a Yoongi del todo y eso estaba generando dudas en su
cabeza.
—No lo hago.
—Jimin, no quiero dañarte, de ninguna manera, te aprecio, por eso te pido
que lo conozcas antes de pensar en casarte con él.
—¿Qué es lo que debería hacer? ¿Romper el compromiso? No sé cómo lo
vaya a tomar.
—Aquí lo único que importa es lo que tú sientes, si crees que no es el
momento, entonces toma tu tiempo.
Jimin suspiró pesadamente. —Hay cosas de las que no estoy seguro, lo
quiero mucho, no, yo lo amo, pero a veces no siento que él me ame, no sé es
una sensación extraña, algo que me dice que me tengo que cuidar de él. Y no
me gusta.
—Lo que te dije ese día es verdad, lo siento Jimin, pero Yoongi no te ama,
él sólo está contigo por la herencia.
El corazón de Jimin sufrió un aumento en su ritmo, le miró con una mueca,
su corazón le gritaba que lo que escuchaba no era verdad, pero la razón, una
que pesaba más en esos momentos, le dijo de forma tranquila que lo que
Taemin decía no era más que la verdad, que Yoongi no lo amaba como decía,
que ocultaba algo.
—¿Estaría dispuesto a casarse con alguien que no ama por la herencia?
—Lo estaría, temo que te hagan daño, Jimin, termina con ese compromiso,
puede que vaya a doler, pero, será mejor que sufrir cuando todo explote y la
realidad salga a flote.
—Yo...¿Por qué? —sus ojos se llenaron de lágrimas—. Una parte de mi
quiere creerte, pero estoy tan enamorado de él que me aterra que sea verdad.
—Jimin...—se acercó a él, sentándose a su lado y abrazándolo con fuerza
—. No quiero que él te lastime.
—Cuando estoy a su lado es dulce y amable ¿Cómo puedes fingir eso?
—Yoongi es malo, Jimin, Yoongi es muy peligroso, pero, todo está en ti,
tú eres quien decidirá al final.
Jimin sollozo, abrazando con fuerza a Taemin quien lo sostuvo entre su
pecho, acariciando sus hombros. Besó su cabello, no podía dejar de fingir, él
era quien estaba enamorado de Jimin en verdad, no Yoongi.
—Yo...estoy enamorado de ti.
Se separó de él y le miró a los ojos, sosteniendo sus mejillas con cariño,
limpiando sus lágrimas con sus pulgares.
—Taemin...
—Ya sé que no me amas, lo sé muy bien, estoy al tanto que tú corazón
sólo está para Yoongi, pero, tenía que decirlo, para que sepas que hay
personas que te pueden llegar a amar de forma honesta. No me vas a elegir,
pero al menos quiero que elijas no estar con alguien que te va a hacer mucho
daño.
—Lamento...lo siento yo...
—No digas nada, no me rechaces aún, me dolerá más escucharlo, sólo
decide ser libre, estoy seguro de que mi abuelo ni querría que vivieras en una
mentira.
Jimin susurró algo que Taemin no podía escuchar, estaban tan cerca, se
lamento el rumbo de sus pensamientos, pero se acercó más, hasta que sus
alientos se mezclaron, Jimin abrió mucho los ojos cuando sintió los labios
cálidos de Taemin sobre los suyos, no hizo nada, no se movió, Taemin
aprovecho para besarlo, juntando más sus bocas, Jimin cerró los ojos y se
dejó guiar, sus movimientos eran dulces, tiernos y lentos. Era calidez, muy
diferente a besar a Yoongi, sin embargo, aunque se sentía bien, su corazón no
vibraba como lo hacía con Yoongi, correspondió al beso, herido, su mente y
su corazón estaban desechos, algunas lágrimas salieron acariciando su
mejilla, Taemin se separó de él y ambos abrieron los ojos mirándose.
—Lo siento, me tengo que ir—dijo Jimin poniéndose de pie.
Taemin suspiró levantándose para acompañarlo en silencio a la salida.
—Sólo piénsalo Jimin, lo que te dije es verdad, no es una táctica, lo que no
quiero es verte sufrir, yo...yo sería mejor que él, pero es tu decisión, si me
necesitas estaré aquí.
Jimin asintió casi huyendo del departamento, su mente estaba hecha un lío,
comenzaba a pensar en todo como una vil mentira, y eso le destrozaba el
interior. ¿Yoongi realmente no lo amaba?

No quería estar ahí, menos después de aquella mañana, sus labios aún
sentían los de Taemin, su corazón aún estaba roto, pero, había tenido que
asistir, por cortesía.
Estaba en un restaurante al lado de Jin quien no estaba nada feliz de estar
en ese lugar, se encontraban celebrando la fiesta de despedida de soltera de
Wendy, quien se casaría en una semana.
—Tae ¿Por qué no vino?
—Tae se lleva muy mal con Wendy—algo en su respuesta le dejo con
dudas, se estaba dando cuenta que todos tenían más secretos de los que
podían sostener.
—Entiendo, hace semanas que no lo veo ¿Cómo está?
—Se ha mantenido ocupado todo este tiempo, tuvo una pasarela y ya sabes
que sale con JungKook, así que ambos están pasando el rato.
—Oh, entiendo, espero que le vaya bien, me alegra que sea feliz con
JungKook.
Jin hizo una ligera mueca. —Algunas personas, son expertas en
complicarse la vida.
—¿Por qué lo dices?
—Dejan de lado lo que sienten, por lo que deben hacer, es una encrucijada,
nadie puede ser realmente feliz, y se condenan por sus propias decisiones.
Jimin bajó la mirada a sus alimentos, no tenía hambre, escuchaba las
pláticas de todos, sus risas, sin siquiera ponerles atención, dejando de lado el
hecho de que estaba ahí para celebrar. No estaba de humor.
—Jimin es quien sigue de casarse—dijo Bom, la prima de Yoongi con una
sonrisa—. ¿Estás listo Jimin?
—S..sí.
Ni siquiera sabía cómo responder aquello. Wendy le miró con suficiencia.
—¿De verdad? Vaya, pero ¿Su relación no fue muy rápida? Yo llevo años
con Hoseok y apenas y siento que lo conozco, debe ser difícil para ti quien
apenas lo conoces de un año ¿No?
Jin a su lado se tenso. —Eso no tiene nada que ver, conocer a alguien de
hace mucho no significa que tendrán un matrimonio duradero, ten cuidado
con eso.
—Bueno Jin, para ti es sencillo decirlo, Namjoon está loco por ti—dijo
Irene, una de las mejores amigas de Wendy—. Ganaste la lotería, él es tan
atento contigo, aunque bueno, su matrimonio de veía venir ¿No? Digo, por el
bebé. Ya debe estar muy grande ¿Cuánto tiene?
—Eso es información personal, nosostros íbamos a casarnos, este o no
Soobin.
Irene sonrió bebiendo un poco de vino, Wendy no despegaba la vista de
Jimin, quien se estaba poniendo cada vez más incómodo.
—Dime Jimin ¿Cómo es que tú y Yoongi se enamoraron?
—También tengo dudas—dijo Lisa con una sonrisa—. ¿No sé supone que
estaba enamorado de Jennie?
Jimin palideció, Wendy soltó una ligera carcajada. —Chicas, no digan eso,
es obvio que paso de ella, bueno, aunque es una empresaria, rica desde la
cuna, con una belleza exhuberante, Jiminnie también tiene lo suyo ¿No Jin?
Puede que venga del campo, que no haya tenido la educación que cualquiera
de nosotros tuvo, pero es lindo y honesto, obviamente a Yoongi le gustó eso.
—Claro, porque Yoongi se fija en los sentimientos—soltó Mina con una
risa contenida.
Jimin permaneció escueto, Jin se puso de pie, sonrió a Wendy y levantó la
copa.
—Voy a dar un brindis—los invitados tomaron sus copas confundidos—.
Voy a brindar por Son Seungwan, a quien todos conocemos como Wendy,
este es un momento para celebrar ¿No? Aún recuerdo cuando estábamos en la
universidad, siempre detrás de Hoseok, como un pequeño cachorro,
realmente no creímos que él se fijaría en ti, pero bueno, ayudó mucho que tu
padre y el suyo se hicieran socios ¿No es así? Has mantenido una relación
sana ante los ojos de la sociedad, espero que tu matrimonio este lleno de
bendiciones, y que el amor que Hoseok te da no se extinga, aunque todos
aquí sabemos quién es el dueño de ese corazón ¿Verdad linda? ¿Puedes
competir con eso?. Salud.
Wendy se quedó helada, todos miraron a SeokJin en silencio con cara de
horror, cada uno de los presentes sabía que Hoseok engañaba a Wendy, pero,
nadie se había atrevido a sacarlo a colación. SeokJin tomó del brazo a Jimin y
lo levantó, ambos avanzaron a la salida, tomando sus abrigos. Salieron al
ligero frío de finales de marzo y esperaron al chófer.
—No hagas caso de lo que ellas dijeron.
—¿Por qué es tan cruel?
—Está molesta, todos saben que su matrimonio es arreglado, que la farsa
de la pareja perfecta que le ha querido vender al mundo no existe. De cierta
manera te tiene envidia.
—¿A mí? ¿Por qué?
—Bueno, tú llegaste de la nada, siendo ajeno a la vida que llevamos, y
Yoongi se enamoró de ti, aunque ella piense que eres menos, lo cual es
mentira.
Jimin miró a Jin con un nudo en la garganta. —¿Es cierto lo que dijeron de
Jennie? ¿Yoongi estaba enamorado de ella?
—Lo estaba—dijo mirándolo con una mueca—. Pero, eso fue antes de
conocerte, ella lo lastimó mucho, siempre estuvieron en una relación que no
era una relación, ella lo usaba para divertirse, él se deprimía cada que ella
desaparecía o la veía saliendo con alguien más, bebía mucho y también era
miserable—suspiró—. No pensé que pudiera salir de eso, todos estábamos
muy preocupados, hasta wue llegaste tu.
—¿Qué?
—Él ha cambiado sabes, se nota en sus ojos lo mucho que te quiere, está
más animado y hasta hace bromas, Yoongi no era así, sólo se preocupaba por
sí mismo, pero, ha cambiado por ti, y te ama demasiado como para pedirte
matrimonio, Yoongi no creía en eso, pero ahora ha decidido formar una vida
contigo y es lindo.
Jimin mordió su labio inferior con fuerza, lo que Jin decía no estaba para
nada acordé a lo que Taemin le confesó, tragó en seco, pero el nudo no se
disolvió.
—¿Yoongi realmente me quiere?
—¿Por qué preguntas eso? ¿Estás dudando? —observo con una ceja
alzada.
Llegó el coche y ambos subieron a la parte trasera, Jin lo iba a llevar a su
departamento.
—¿Jimin?
—No sé, a veces lo siento ¿Sabes? No le encuentro ningún sentido que yo
haya llegado a su corazón, pienso, que tal vez es algo más...
—¿Cómo que?
—Nada—negó cabizbajo—. Sólo creo que Yoongi no me ama.
—Deberías preguntarle todo esto, para que él te responda desde el fondo
de su corazón, pero, lo que yo puedo decirte, quien ha crecido con él, es que
te ama, y que quiere ser feliz contigo, está emocionado por la boda.
—¿De verdad? —le miró confundido.
—Sí, me ha pedido que busque un lindo lugar al cual llevarte en su luna de
miel. Anda, quita esa cara, no dejes que esa arpía o que alguien más ponga
cosas estúpidas en tu cabeza, ustedes se aman y serán muy felices, los demás
están celosos.
—Gracias por esto Jin, y por lo que hiciste ahí.
—Hey—dijo tomando su mano y sonriéndole—. Somos amigos y pronto
seremos familia, claro que te cubriré la espalda, no dudes eso.
Llegaron a su departamento, bajo después de despedirse, más confundido
que antes ¿Quien decía la verdad?
SeokJin miró como entraba al complejo y suspiró sacando su celular,
marcando el número de Yoongi, quien no tardó en contestar.
—¿Qué pasa?
—Jimin está dudando.
—¿Ha que te refieres?
—Él piensa que no lo quieres y que te casas con él por otras razones, no
ayudó que la perra de Wendy le hablara de Jennie.
—Mierda, todo esto es culpa de Taemin.
—Creo que lo tranquilice, pero habla con él.
—Bien. Gracias Jin.
—De nada.
Colgó, bajando la mano miró por la ventana. —Lo siento Jimin, pero es el
bienestar de mi familia contra el tuyo. Perdón.
Ay cómo van a odiar a Jin jajajaja espero que les guste
35

—De verdad tienes que ir al doctor.


—Ya te dije que estoy bien, es la depresión. Sabes que no soy bueno
lidiando con mis emociones y está vez, fue más difícil.
Eunbi, su hermana, le miró con desconfianza, estaban desayunando, pero
no tenía hambre, su apetito había disminuido, estaba más mareado y cansado
de lo normal, pero eso se debía a la fuerte depresión que tenía. Yeosang
siempre fue alguien muy emocional, desde niño, las emociones fuertes
golpeaban su mente y cuerpo y lo ponían en un estado lamentable. Había
pasado un mes y medio, desde que dejó la empresa, desde que se alejó por
completo de JungKook, ya no tenía noticias de él, trataba de no pensar en él,
de olvidarlo, pero por las noches aún miraba sus fotografías en el celular y se
ponía a llorar.
Los primeros días fueron tan lamentables que terminó por decirle todo a su
hermana, ella le regaño, por haberse metido en una situación tan injusta para
él, pero después lo reconfortó, lo abrazo y le dijo que todo estaría bien. Pero,
el tiempo pasaba y nada parecía mejorar.
Estaba más delgado, demacrado, con ojeras en los ojos debido a que no
podía dormir, comía muy poco, a veces llegaba a vomitar y se marcaba
constantemente, trataba de dormir en las tardes porque estaba fatigado, pero
no lo conseguía del todo, a eso se le agregaba que no podía encontrar aun un
trabajo, sobrevivía con la jugosa liquidación que recibió, pero nada más,
estaba seguro que JungKook le había pagado más de lo que era, pero no se
quejaba.
—Moonbin también está muy preocupado. Por favor, ve al médico, sino
vas hoy por tu cuenta te voy a llevar yo.
Yeosang suspiró rodando los ojos. —Lo haré, ya deja el fastidio.
—Yeosang, hay algo que te he querido preguntar.
—Dime.
—¿Hay una posibilidad de que estés esperando un bebé? Eres un doncel.
—Sabes que no, yo no puedo tener bebés. Lo intenté mucho con Mingi.
—Agradezco que no haya pasado con ese imbécil, pero este imbécil no es
mejor.
—Al menos no me golpeaba—rio, pero su hermana le miró mal—. No los
compares, JungKook siempre me trató muy bien, demasiado bien, era dulce y
tierno, creo que por eso me ha costado tanto olvidarlo. Realmente me
enamoré.
—Antes de ir al médico, ve al laboratorio pide una prueba de sangre de
embarazo, no perderemos nada y te darían el resultado hoy, ya es tarde, si
haces una cita con el médico no te la darán hoy.
Yeosang le miró con lágrimas en los ojos. —Yo no puedo...¿Qué haré?
—No estás solo, okey, sólo tienes que ir, me parece muy raro que estés así,
puede que sea porque te sientes deprimido, pero debemos descartar todo, no
pienses en eso, vas a ver qué no es.
Yeosang mordió su labio inferior. —Bien, iré está tarde, después tengo una
entrevista de trabajo.
—Muy bien, yo iré a trabajar, cuídate mucho, si te sientes mal me dices, ve
a hacer eso, por favor.
—Está bien.
Espero a que ella se fuera para desechar el desayuno, no tenía hambre,
pensó un poco con temor lo que su hermana había dicho, ¿Podría estarlo?
Negó, era imposible, antes lo había intentado y no funcionó, esa era una de
las interminables peleas con Mingi. Se había acostado muchas veces con
JungKook, la mitad de ellas sin protección, ninguno puso en tela de juicio
que algo así sucedería y él no se preocupó. Estaba decepcionado ¿Por qué?
Podría ser que una parte de él quería que fuera verdad, al menos así tendría
algo de la persona que amaban.
Porque amaba a JungKook, no lo había olvidado y la lejanía le tenía mal,
arregló un poco su aspecto, aunque estaba lamentable, tomó sus cosas y salió
del departamento, a veces se sentía un estorbo, su hermana estaba casada y
aunque ellos eran muy dulces y protectores, entendía que también
necesitaban estar solos, necesitaba encontrar un lugar donde quedarse.
El laboratorio no estaba lejos, vivía cerca de una plaza comercial, hizo el
pago y le sacaron sangre, casi vomita.
—¿Me pueden mandar los resultados por correro?
—Sí. Aquí tiene su ticket.
Lo tomó y le sonrió saliendo, era una pérdida de tiempo, pero si no lo hacia
su hermana estaría muy molesta y le insistiría, prefería no hacer que faltará al
trabajo sólo por sus berrinches. Estaba en el autobús, sentado mirando por la
ventana, pensativo, llevo una mano a su estómago, tenía una pequeña pancita
en su vientre bajo, pero estaba seguro de que era por lo mal que había comido
y porque dejó de hacer ejercicio, él tendía a engordar fácilmente, se trataba de
convencer, cuando recibió una llamada de un número desconocido.
—¿Bueno?
—¿Habló con el joven Kang Yeosang?
—Sí, soy yo—por un momento se emocionó pensando que sería sobre un
trabajo.
—Hablo de parte del señor Min JungKook, soy su asistente, Choi
Beomgyu, le llamó porque el señor Min quiere verlo, al parecer hay una
serie de archivos que están perdidos y cree que usted puede saber en dónde
están.
Sus ojos se abrieron en demasia, el nudo en su garganta se hizo
insoportable de sostener, relamió sus labios y tomó aire, no podía controlar la
sensación de ansiedad que se acumulaba en la boca de su estómago.
—Puede...puede decirme qué archivo es el que busca y yo puedo decirle
desde aquí en dónde está.
—El señor Min dijo que era algo importante y confidencial, que prefería
que viniera y le ayudará, dice que su tiempo será remunerado.
Cerró los ojos unos momentos. No quería hacerlo, verlo sería el doble de
difícil, pero, tampoco podía dejar de lado su petición, él había sido la persona
en la que Min JungKook más había confiado, claro que sabía de qué
documentos estaba hablando y no cualquiera podía verlos, era sobre la
patente de sus productos y una fórmula que había estado bajo llave.
—Bien, llegaré en quince minutos. Colgó.
Bajó en la siguiente parada, a pie, llegaría en unos diez minutos, haría lo
que fuera para retrasar lo más posible su llegada. Tenía el estómago revuelto,
un mes y medio era mucho tiempo para alguien a quien estaba acostumbrado
a ver todos los días, que le seguía a todas partes, con quién había compartido
una buena temporada de juegos íntimos.
Llegó a la empresa y compró una botella de agua, su boca estaba seca y de
repente tenía mucha hambre, antes de subir, le dieron un gafete de visitante,
se metió al baño y miró su aspecto, trató de acomodar su cabello rubio, y su
suéter azul cielo que le quedaba grande, así no se vería su cuerpo, tomó una
bocanada de aire y salió para tomar el elevador.
Mordía sus uñas nervioso, sosteniendo con fuerza su mochila, todo estaba
mal, se encontraba completamente seguro de que si su hermana se enteraba le
rendiría pleitesía, las puertas se abrieron, bajo, para ver al chico que se
levantó del escritorio, pulcro con aquel traje negro, se acercó a él y le hizo
una reverencia, se veía muy joven.
—Buenos días, usted debe ser el señor Kang, por favor pase, el señor Min
lo está esperando.
Se detuvo unos momentos para asentir y apretar sus manos, entró a la
oficina de gran tamaño, el aroma a madera y café inundó sus sentidos,
haciendo que sintiera un vuelco en el estómago, fijo su vista en JungKook
quien estaba de pie cerca del escritorio, se veía increíblemente bien, con
aquel traje gris, su cabello peinado hacia atrás, su rostro limpio y hermoso.
—Señor Min—hizo una pequeña reverencia.
—Kang Yeosang—susurró—. Déjanos solos por favor, antes trae dos
cafés, americanos sin azúcar.
Le sorprendió que aún recordará cómo es que le gustaba tomar el café.
JungKook se acercó cuando Beomgyu salió, le indicó que se sentara en uno
de los sillones, apenas y pudo hacer que sus piernas reaccionarán. Se sentó,
JungKook lo hizo frente a él mirándolo fijamente.
—¿Cómo has estado?
—Bien señor Min, ¿Usted?
—Sobrevivo—se encogió de hombros.
La realidad que Yeosang no podía ver era que JungKook la estaba pasando
mal, que todo el tiempo se encontraba cansado, triste, con un humor del
demonio, trataba de distraer su mente trabajando, salía con Taehyung, pero
este estaba ahogado en el trabajo también, y sus convivencias eran
incómodas, sabía que mientras más se acercaba la fecha del matrimonio de
Hoseok, Taehyung estaría más distante y triste, aunque no lo dijera en voz
alta. Él estaba igual, en una relación dónde no estaba recibiendo nada, ni
dando tampoco, pensando día y noche en otra persona, pero, estaba inseguro,
de su propio ser ¿Por qué estaba actuando de esa forma si todo lo que había
querido en la vida ya lo tenía? Siempre quiso a Taehyung, entonces ¿Por qué
no dejaba de pensar en Yeosang?
—Su asistente me dijo que necesitaba ayuda para encontrar unos
documentos.
—Sí, creo que sabes bien de cuáles te hablo, te di a guardar bien esos
papeles.
—Claro señor, pero yo recuerdo haberle dicho dónde estaban cuando me
fui, le dejé un mensaje con todas las especificaciones.
—Creo que lo olvidé, he estado días tratando de recordar, pero no puedo,
por eso te llamé.
—Entiendo. Yo...
Beomgyu entró con ambas tazas de café, dejó una frente a cada uno.
—¿Algo más señor Min?
—No, puedes retirarte.
—Bien.
Esperaron a que saliera, Yeosang relamió sus labios, JungKook tomó el
café y le dió un sorbo haciendo una mueca.
—No hace bien el café, nadie lo hace como tú, ni siquiera yo puedo
hacerlo.
—No es difícil señor.
—No me digas señor, dime JungKook, por favor.
—Señor Min, si vine aquí es porque necesitaba ayuda, no vine a nada más.
—Yo nunca dije eso—suspiró—. Sólo quiero saber cómo estás ¿Eso está
mal?
Yeosang negó. —Ya le dije que estoy bien.
—Lo sé, pero no te creo, te ves...más delgado ¿Has comido?
—Sí, estaba a dieta.
—¿Por qué? No lo necesitas.
—Capricho personal.
JungKook le observó fijamente. —¿Podrías regresar? Te necesito. No es lo
mismo sin ti.
Su corazón latio con fuerza, desvió la mirada y negó. —No, no puedo.
—¿Has encontrado ya trabajo?
—Sí—mintió—. Hoy es mi día libre.
—Tuve suerte entonces. Yo...
—¿Podemos ver lo de los papeles? Tengo que irme.
—Si—dijo con amargura—. Vamos.
Se levantaron, para salir de la oficina, llegaron a una bodega que estaba
cerca, entraron, ahí había varios libros, papeles y planos, JungKook cerró la
puerta y miró atento a Yeosang.
—Lo voy a dejar.
Yeosang se detuvo y se volvió mirándolo. —¿Qué?
—A Taehyung, no está en la cuidad, vuelve la próxima semana, voy a
dejarlo. Terminaré con él.
—¿Por qué?
—Porque...pensé que lo amaba, pero, no es así, yo...
—Lo que usted haga señor Min, no es asunto mío—dijo con hilo de voz.
—Creo que si.
—No, no es.
—Lo es, porque no sales de mi mente, porque estoy pensando en ti todo el
maldito tiempo, por eso es tu asunto, eres la razón por la cual no puedo seguir
con Taehyung.
Yeosang boqueo incapaz de decir algo. —¿Por eso me llamaste? Tú sabes
dónde están esos papeles ¿Verdad?
—No sabía de qué forma traerte aquí, pensé en ir a tu casa, pero, no sabía
si me ibas a recibir. Pensé en llamarte, pero me bloqueaste las llamadas.
—Tengo...tengo que irme.
Estaba por pasar a su lado, cuando tomó su mano y lo detuvo, Yeosang le
miró descolocado, JungKook se acercó a él, pegándolo a la pared, juntó sus
frentes y aspiró.
—No sabes, lo difícil que ha sido.
—No...
Sus ojos se llenaron de lágrimas ¿Qué es lo que estaba pasando?
JungKook estaba a nada de besarlo, él sollozo haciendo que se detuviera.
Bajó la mirada llorando con los ojos fuertemente cerrados, haciendo puños
sobre la camisa de JungKook.
—Basta, no puedo, mírame ¿Por qué eres tan cruel? ¿Por qué juegas así
conmigo?
—Lo que te dije es verdad.
—¿Crees que soy un objeto? Al que puedes usar, aburrirte, botar y después
volver a usar. ¿Y mi dignidad?
JungKook se separó con un nudo en la garganta. —Pensé que la idea te
gustaría, pensé que también me querías.
—Lo hago, pero, tú no sabes que es lo que quieres.
—Te quiero a ti.
Elevó la vista, mirándolo fijamente, JungKook sufrió al ver su mirada llena
de dolor.
—¿Qué tan seguro estás de eso?
Se quedó en silencio, mirándolo, estaba seguro, pero ¿Y si no? Toda esa
situación era tan confusa.
—Yo...—el teléfono sonó, pensó en ignorarlo, pero Yeosang suspiró.
—Responde—dijo cruzándose de brazos.
JungKook respondió y escuchó, Yeosang le vio fruncir el ceño, antes de
colgar. Se acomodó el pelo hacia atrás y le miró.
—¿Te gustan las bodas?
—¿Eh?
—Mi hermano está a punto de casarse en secreto y quiere que sea su
testigo, y que lleve a alguien ¿Vienes?
—¿Tú hermano? ¿Yoongi? ¿Con quién?
—Jimin.

Uy qué creen ¿Cáncer o bebé?


36

Yoongi tomó un momento para bajar de su auto, era muy temprano, apenas
estaba amaneciendo. Había estado trabajando hasta tarde, teniendo en cuenta
que estaba a punto de cerrar un trato para la empresa, no tenía tiempo para
pensar en Jimin, o siquiera en comer algo, pero, lo que había dicho Jin hace
unas horas le había confundido y puesto a la defensiva. Taemin era una
persona que quería lejos de Jimin, sabía poco, pero era inteligente y no era
nada estúpido a la hora de especular, era obvio que lo llegaría a intuir en
algún momento, no quería que le llenará la cabeza a Jimin de cosas. Era
peligroso.
Bajó y entró al edificio, Jimin estaría durmiendo, podría hablar un poco
con él y descansar, antes de tener que volver a sus labores. Estaba harto, sus
padres y tíos no dejaban de hablar de la boda, del momento clave, no lo
dejaban decidir y dudaba que le preguntarán a Jimin que quería, ni siquiera
podían tener libertad de decidir qué querían usar. Era estresante estar cerca de
ellos.
Llegó al departamento de Jimin, tenía la clave por lo que entró sin
problema, se quitó los zapatos, el saco y dejo sus cosas al lado de la puerta,
bostezo al tiempo que se acercaba a la habitación, el departamento de Jimin
siempre era cálido, no como el suyo, helado y sin vida.
Entró a la habitación, Jimin no estaba durmiendo, se encontraba en el
escritorio, escribiendo algo, posiblemente haciendo tareas.
—¿No vas a dormir?
—No—dijo sin mirarlo.
—¿Así es como me recibes?
—Si.
—¿Estás molesto? —preguntó elevando una ceja—. Salgamos.
—Estoy ocupado, quiero terminar esto, no desearía que alguien más
perdiera su trabajo.
—Oh, ¿Estás molesto por lo del profesor? Pensé que te estaba haciendo un
favor.
—¿Un favor? —dijo mirándolo con molestia—. Le quitaste el trabajo a
alguien.
—Yo no, le dije a Jin la situación, él dijo que lo iba a arreglar, no pensé
que su forma de hacerlo era despidiendo al hombre, ¿No hablaste con Jin
sobre eso?
—No—mordió su labio inferior.
Jimin estaba en pijama, lucía tierno, se acercó al closet y saco un abrigo.
Volvió hacia él y lo levantó del brazo, afortunadamente no puso resistencia.
—Vamos, salgamos. Debemos hablar.
—Está bien, hay algo importante de lo que quiero hablar contigo.
—Eso asusta, pero bien, vamos—le ayudó a ponerse el abrigo y salieron de
la habitación.
Lo llevó a través del departamento de la mano, tomando sus cosas, al
parecer no dormiría esa noche, salieron y Jimin le soltó la mano, ambos
bajaron en el ascensor, había algo extraño en Jimin, algo que no podía
descifrar. Entendió entonces porque la preocupación de Jin, trató de mantener
la calma, pero la ansiedad de no saber lo que pasaba era mucha, salieron del
edificio y subieron al auto, tuvo que pensar rápidamente a dónde llevarlo.
Había un parque con un lago hermoso, podían ver la cuidad desde ahí, apenas
estaba amaneciendo, manejó en silencio, sintiendo la tensión en el ambiente.
Jimin estaba callado mirando por la ventana, tomó aire.
No saber qué estaba pasando por la mente de Jimin le traía problemas,
porque no estaba preparado para nada, mordisqueaba sus labios en busca de
una respuesta, debido al ambiente que habían creado el viaje en auto fue más
largo, una tortura total para ambos.
Cuando por fin llegaron, bajaron en silencio, con las manos en los bolsillos
del abrigo, caminaron por el parque, en otras circunstancias Jimin estaría feliz
hablando de lo lindo que era todo, pero ahora no era así, se mantenía escueto,
observando al frente. Yoongi paró en la barandilla del lago, Jimin se puso a
su lado.
—¿De qué querías hablar? —preguntó con cautela.
—Yo...hay mucho que quiero decir, realmente no sé cómo comenzar.
—Sería bueno si lo hicieras desde el inicio.
—Bien—tomó aire y lo soltó lentamente, se notaba que lo que estaba por
decir le causaba dificultad, eso lo puso aún más alerta—. Yo...hace mucho
que he tenido ciertos pensamientos, a veces son más fuertes. Y, me
confunden.
—¿No has escuchado que es malo escuchar nuestros pensamientos a
veces? Nos juegan mal.
—No los míos, creo que me hacen más daño los pensamientos llenos de
ilusión, porque no me dejan ver la realidad.
—¿Y cuál es esa realidad?
Miró a Jimin en todo momento, evaluando sus reacciones, estaba nervioso.
—Ya no quiero casarme contigo Yoongi—dijo mirándolo con dolor en los
ojos, alargó la mano y le entregó el anillo, Yoongi lo tomó y entrecerró los
ojos.
—¿Qué? ¿Por qué? No lo entiendo.
—Ya lo sé todo, sé que tú sólo estás conmigo por la herencia, que en
realidad no me amas.
Yoongi sintió que la sangre huía de su cuerpo. —¿Por qué dices esas
cosas?
—No hay otra respuesta, yo, no quiero seguir con esto, porque te amo, y
me duele, si me caso teniendo dudas de tu amor, será peor.
—¿Dudas de mi amor? ¿Alguna vez te he hecho algo para que dudes que
te quiero?
—Taemin me dijo todo y...
Yoongi gruñó. —¿Taemin? ¿No hablamos de él? Por dios Jimin, él miente.
—Hay cosas que no me gustan de esto, yo, me he enterado de cosas, que
jamás me dijiste, tú dijiste que Jennie era tu mejor amiga, pero la realidad es
que estuviste enamorado de ella, ¿Cómo se que no sigues enamorado?
¿Cómo se que realmente me quieres a mi? Tiene más lógica que sólo estés
conmigo por la herencia que por otra cosa.
—Que poco te quieres Jimin.
Las lágrimas rodaron por las mejillas de Jimin. —Dices que no me has
tratado mal, pero, hay veces que...
—Sigue...
—Me gusta estar contigo, me gusta amarte, pero, hay veces que siento que
lo haces sólo para satisfacerte, no te importa lo que yo sienta, no me gusta
que me dejes marcas, no me gusta que no te intereses por las cosas que hago
o que no pienses que son más importantes que una cena de negocios. Yo
quiero que me ames por como soy, no que me quieras cambiar—sus labios
temblaban—. Ni siquiera sé si estás con alguien más cuando no me visitas ni
me llamas. ¿Realmente me quieres, o es por la herencia? Yo puedo dárselas,
no me importa tenerla, pero no me mientas. Puedo ceder a ella de forma
voluntaria, hacerlos representantes, no sé. Lo que sea, pero, no tienes que
mentir.
Yoongi se quedó petrificado, viendo a Jimin, con una opresión extraña en
el pecho, estaba la respuesta ante sus ojos, él estaba cediendo a todo, no
necesitaba seguir con la farsa, estaba seguro de que si le explicaba a Jimin el
miedo de su familia y la razón por la cual habían hecho eso, él lo entendería,
Jimin hablaría con la familia, les diría que renuncia a la herencia, se iría, a su
hogar, viviría tranquilo, porque Jimin no necesitaba lujos o poder para ser
feliz, tal vez conocería a alguien, se enamoraría y tendría una familia. Podía
deshacerse de él para siempre. Renunciar a todo, él podría casarse con quién
quisiera, ser libre.
Entonces, si tenía la respuesta ¿Por qué le dolía? ¿Por qué sentía que no
podía dejarlo ir? La respuesta llegó con una mueca y un labio tembloroso,
estaba enamorado de Jimin. No lo amaba, no aún, pero sí lo quería, le
gustaba, estaba enamorado, por eso pensaba en él cuando no lo tenía cerca,
por eso usaba cualquier oportunidad para quedarse en su casa, deseaba sus
besos, escuchar su risa, ver su cuerpo dormir sobre su pecho, le gustaba
comer a su lado, mirar la televisión y descansar, con Jimin no fingía, le podía
comprar flores en vez de joyas y él las pondría en ese jarrón bonito en la
mesa de centro de la sala, como siempre lo hacía.
Desvió la mirada ¿Qué se supone que tenía que hacer? Debía dejarlo libre,
tenía que dejarlo, pero, no quería, por primera vez no quería renunciar a algo
que deseaba. Ni siquiera por su familia. Si su padre se enterará que estaba
haciendo, al desaprovechar esa oportunidad, lo repudiaria para siempre.
—Les daré la herencia Yoongi, y me iré, saldré de sus vidas para siempre,
no te odio, no los odio, no entiendo sus razones, pero no me importa, yo no
quiero sufrir. Soy estúpido e ignorante, soy alguien sin educación ni modales,
pero soy un ser humano que siente y que tiene miedo de ser lastimado, papá
jamás me trató mal, no quiero una relación dónde mi esposo sea miserable.
De verdad que lo haré. Te lo prometo.
—No te quiero por la herencia—dijo sin pensarlo, pero con la
desesperación en su voz, porque Jimin se iba a ir y no quería perderlo—. Me
enamoré de ti—susurró, aquellas palabras salían de forma honesta, pero
estaba tan sorprendido que le miraba perdido—. Me gustas, hay cosas de ti
que me gustan mucho, como la forma en la que ríes, tus labios, como lloras
por películas infantiles, cuando comes y manchas tu camisa, como un niño, la
forma en la que tus ojos se iluminan al conocer algo nuevo. Me gusta eso de
ti, porque eres diferente y estoy siendo lo más honesto posible, te metiste en
mi mente y corazón, he descuidado el trabajo, por estar contigo, por eso estos
días no he podido comer o dormir, pero, te necesito ¿Sabes? Si duermo solo,
duermo muy mal, mi maldito penthouse es enorme y frío, tú me haces falta.
Jimin escuchaba cada una de las palabras que se clavaban en su corazón,
veía sus ojos, mortificados, no sentía que estaba mintiendo, sino en una lucha
consigo mismo.
—Estaba muy enamorado de ella, Jennie era mi perdición—recordó lo que
había sufrido por su amor imposible y bufó—. Le llamaba llorando y
borracho, porque ella no me quería, sigue sin quererme, ella me usaba, al
principio, cuando comencé a salir contigo, aún pensaba en ella, pero, ya no lo
hago, ni siquiera me preocupa si está o no bien, yo me preocupo por ti, yo
siento que contigo mi corazón estará a salvó, y me aterra.
—Yoongi...
—Sí me dejas, sería lo mejor ¿Sabes? Soy un asco de persona, ahora me
doy cuenta que te he lastimado con mis acciones y he hecho que dudes de mí,
pero, estoy enamorado y quiero casarme, porque quiero verte todos los días,
todas las noches, quiero hijos con tu sonrisa, quiero amarte, deseo hacerlo
todos los días, no me dejes—hubo un temblor en su voz, sus ojos se llenaron
de lágrimas y por primera vez no estaba fingiendo, estaba tan aterrado que
quería salir corriendo—. Por favor no me dejes, sigue queriéndome, porque si
una persona tan bonita como tú, tan pura y tan buena me ama, quiere decir
que no soy un asco, que aún hay partes buenas que amar.
Las primeras lágrimas salieron y Jimin soltó el aliento, se acercó más,
alargando para tomar la mejilla de Yoongi y acariciarla.
—¿De verdad me amas? Mírame a los ojos y dime qué me amas y no por
interés.
Lo tomó de los hombros y miró sus ojos. —No sé que me hiciste, estoy
aterrado, porque me siento miserable de sólo pensar en perderte, estoy
enamorado de ti y te quiero, no me dejes Jimin, porque si te pierdo no sé que
va a ser de mí.
Jimin le abrazó con fuerza, Yoongi pegó su rostro a su cabello, aspirando
al tiempo que lloraba ¿Qué estaba pasando con él?
—Tenia miedo de pensar que todo era verdad y que tú no sentías nada por
mi.
Lo separó de su cuerpo. —Casate conmigo.
—Lo haré, dame el anillo.
Yoongi miró el anillo, aquel que había comprado para Jennie y apretó la
mandíbula, lanzandolo al río. Jimin gritó de la sorpresa.
—No, ese anillo no es para ti.
—¿Qué?
—Vamos a la joyería, después al centro comercial.
Tomó su mano y lo arrastro camino de vuelta. Jimin estaba confundido,
pero lo siguió, con el corazón latiendo con fuerza, Yoongi había mostrado sus
sentimientos hacia él, de una forma sincera y le creía, estaba más enamorado
que antes.
Subieron al auto. Yoongi le miró con una sonrisa. —¿Qué tanto quieres
una boda con invitados y mucho lujo?
—Realmente no quiero eso.
—Casemonos hoy, sin nadie, tu y yo, en el juzgado, después vamos a
viajar a dónde queramos, esto es romper las reglas en mi familia, pero no me
interesa. Quiero decidir esto.
—¿Hoy? Pero...¿Cómo?
—Primero un anillo, uno bonito, que te guste, no, tú vas a esperar afuera,
yo elegiré.
—¿Por qué ese no?
—Porque lo compré pensando en los gustos de las personas como yo, no es
un anillo digno de ti.
Puso el auto en marcha, tomó la mano de Jimin para ponerla en la palanca,
iba sonriendo y eso lo hizo sonreír. Estaban haciendo una locura, los dos lo
sabían, pero, no parecía tan malo, llegaron a un centro comercial, bajaron y
entraron, Yoongi le dijo que esperara, era temprano y apenas estaban
abriendo los establecimientos, se sentó en una banca, con una sonrisa y el
nerviosismo en su estómago, sus mejillas dolían, no sabía qué hacer. Yoongi
tardó mucho, miraba alrededor aburrido, cuando lo vio salir, este se detuvo a
mirar que había pocas personas y después se hincó en una rodilla ante él.
—Jimin, prometo no volver a hacerte sentir mal o hacerte dudar de lo que
siento, prometo ser una mejor persona para ti, escucharte y ser un apoyo,
prometo quererte y cuidarte. Prometo seguir la regla, del cuidado, la
proyección y el cariño. ¿Te casarías conmigo?
Abrió la caja, el anillo era muy diferente al otro, sus ojos brillaron, era un
delgado aro de oro blanco, con un diamante mediano redondo, era pequeño,
discreto y elegante.
—Sí—sonrió.
Yoongi le puso el anillo en el dedo, se paró y se acercó para besarlo en los
labios. Un beso tierno. Rápido, porque había personas mirando.
—Ahora a comprar ropa para esta ocasión. Iremos al juzgado y nos
casaremos, iremos a tu departamento, tomaremos cosas y nos iremos al
aeropuerto. ¿Te gusta mi loco plan?
—Suena bien.
—Aquí hay bueno trajes. Toma el que quieras.
Jimin asintió, tomó un traje blanco, las solapas del saco eran negras, se lo
midió rápidamente, supo que le quedaba bien, eligió una camisa blanca y una
corbata negra, salió vestido, se veía bien, Yoongi salió después con un traje
negro, con una corbata gris, le miró con una sonrisa.
—Pagaremos y nos vamos, ya llame a JungKook servirá de testigo, le dije
que trajera a alguien más. Vamos.
Jimin estaba emocionado, él no quería una boda gigante como los Min
deseaban, quería algo discreto, y estaba feliz, ese día estaba siendo
maravilloso.
Salieron de la tienda, y buscaron la salida del centro comercial, porque
irían al juzgado, sin importar nada.

Cuando JungKook aparcó y Yeosang bajo, miraron el juzgado con una ceja
alzada.
—¿Esto no es repentino?
—Lo es, pero era de suponerse, Yoongi nunca hace lo que le dicen.
Vamos.
—¿No sé molestarán si estoy aquí?
—No.
—Bien.
Entraron y buscaron la sala, cuando entraron Yoongi y Jimin estaban
firmando unos papeles, Yoongi fue el primero en verlo, le sonrió.
—Espero que no hayas dicho nada.
—No, y preferiría que dijeras que yo no participe en esto.
Jimin le sonrió a Yeosang en grande. —¡Hola! Es bueno verte—se levantó
a abrazarlo.
—Te ves muy lindo.
—Muchas gracias. Todo fue repentino, pero bueno. Está bien.
—Lo importante es que sean felices.
El juez entró. —Buenos días, son el primer matrimonio de la mañana, bien
empecemos.
JungKook se acercó a la oreja de Yeosang. —¿Te quieres casar algún día?
—Creo que sí.
—¿Qué te parece París?
Le miró con una interrogación en el rostro. —¿Qué?
—Nada.
—Estamos reunidos para unir en matrimonios a estas dos personas que se
aman ¿Vienen contra su voluntad?
—No—respondieron tomándose de la mano.
—Perfecto.
La pequeña ceremonia comenzó, Jimin estaba feliz y Yoongi estaba aún
sorprendido de lo que estaba haciendo. El juez pidió firmar a los testigos y
después les hizo decir unas palabras el uno al otro, Yoongi compro anillos de
matrimonio de oro blanco con relieves, se los pusieron y sonrieron. Estaban
felices. Por último, firmaron y ya estaba.
—Ahora son esposos.
Yoongi abrazo a Jimin, susurrando en su oreja.
—No te vas a arrepentir de esto, te lo prometo.
—Lo sé.
Yeosang estaba por bajar del auto de JungKook cuando esté le tomó la
mano.
—Lo que dije en la oficina fue en serio.
—Jungkook, pon en orden tus sentimientos, decide, mientras tanto, déjame
tranquilo.
Bajó rápidamente, entrando corriendo al complejo, su corazón latía con
fuerza, se encerró en su habitación cuando entro al departamento y se lanzó a
la cama.
—¿Por qué siento que me estás mintiendo?
Suspiró, antes de dormir un poco, reviso su buzón, y ahí estaba el mensaje,
tomó aire y lo abrió, entrecerró los ojos leyendo, y el celular cayó de sus
manos a la cama, miró al techo, pequeñas lágrimas se formaban en el borde
de sus ojos, temblando bajo sus manos a su estómago.
—Por dios.

Después de leer esto entenderán que cuando se sepa la verdad va a ser


aún más doloroso.
37

—Elige un lugar de esa pantalla.


Habían llegado al aeropuerto en la noche, después de una comida en un
restaurante tradicional, hicieron las maletas a ciegas, afortunadamente
Leeteuk, le había arreglado los papeles como visa y pasaporte, era quien
llevaba el mando de su parte legal y de la empresa, su representante ante la
mesa directiva, tenían contacto constante, Jimin pensaba que al volver
debería hablar con él sobre su matrimonio apresurado.
—No sé a dónde ir.
—Veamos ¿Playa? —al verlo asentir sonrió—. Hay un lugar a donde
fuimos de viaje familia hace muchos años, éramos unos niños ¿Qué te parece
Santorini en Grecia?
—¿Grecia? —preguntó con los ojos muy abiertos.
—Sí ¿Te apetece la idea? Es un lindo lugar.
—Sí, claro que sí.
—Perfecto, vamos entonces, ah sí, dos guardaespaldas irán con nosotros,
no los ves porque son discretos, pero cuando suban al avión, puede que te
preocupes. Es por seguridad.
—Entiendo ¿Siempre viajan contigo?
—Sí, mi padre lo prefiere de esa manera. Vamos por los boletos, espero
que no tengamos que esperar mucho tiempo.
—Está bien.
Esperaron una hora y media para poder abordar el avión en primera clase.
Jimin estaba emocionado, pero nervioso al mismo tiempo, no dejaba de
pensar que todo aquello no era más que un sueño, uno muy bonito del que no
quería despertar. Yoongi sostuvo su mano cuando despegaron, pidió vino
para ambos y le sonrió cuando le dijo que era el día más feliz de su vida.
—Duerme, el vuelo dura casi veinte horas.
Jimin le miró con una sonrisa. —No puedo dormir, pienso que si lo hago,
vas a desaparecer, que todo esto es un sueño.
—No es un sueño—dijo riendo—. Es una realidad, estamos aquí los dos,
juntos.
—¿Crees que tú familia se moleste?
—Lo harán, por como llevamos las cosas, ellos querían una enorme boda,
invitar a grandes personajes. No era algo que me apeteciera y sé que tú
tampoco.
—La única persona que me hubiese gustado que estuviera presente era mi
padre—bajo ligeramente la cabeza—. Pero eso es imposible.
—Estuvo, porque él siempre está contigo, en tu corazón, fuiste afortunado,
el abuelo te trató muy bien.
—Fue un gran padre.
Yoongi asintió, aún no despertaba de su ensoñación, de la forma en la que
había llevado la situación, estaba seguro de que su familia le iba a reprochar
la forma en la que realizó las cosas, pensaba en qué decirles, ahora estaba en
una especie de reconocimiento propio. Había descubierto recién que quería a
Jimin, estaba enamorado de él y deseaba permanecer a su lado, le mintió
diciendo que no estaba con él por la herencia.
Ahora, tendría mayor cuidado para que él no se enterará de nada, ya no
sólo por el bien de su familia, sino por el propio, no quería que Jimin lo
dejara o lo odiara.
Había pensado que jamás podría enamorarse de alguien como él, pero la
realidad es que Jimin era muy especial, estaba tranquilo con su decisión y con
llevar una vida a su lado, nada podía salir mal, Jimin confiaba en él y era todo
lo que importaba.
El vuelo estaba siendo muy largo, era de madrugada, no había más que una
pareja más en primera clase, Jimin estaba a su lado a punto de quedarse
dormido de nuevo, él trataba de relajarse, mirando la película, pero le estaba
costando bastante, había bebido y tenía la ansiedad de fumar.
—¿Estás bien? —preguntó Jimin mirándolo curioso.
—Sí, yo...estaba pensando en algo, ve al baño, espera ahí.
—¿Por qué?
—Hazlo, anda.
Jimin se puso de pie y fue al baño, Yoongi miró alrededor, la pareja
parecía dormida, las azafatas no estaban cerca, tomó unos momentos para
levantarse y caminar al baño, había visto eso en muchas películas, no pensó
que un día estaría intentándolo. Tocó un par de veces y la puerta se abrió.
Jimin le miró curioso, el baño era pequeño, pero sería suficiente.
—¿Ahora que?
—No seas tan inocente—elevó una ceja.
Después de sonreír, Jimin se acercó para besarlo, tomó su cintura y le
apretó a su cuerpo, bajo las manos a sus glúteos, afortunadamente llevaba
deportivos, tenía una necesidad enorme por tomar su cuerpo.
Lo volteó, besando su cuello, Jimin jadeó, cubrió su boca con una mano.
Susurrando en su oreja.
—Shh, tienes que ser silencioso—bajo su pantalón y ropa interior hasta sus
muslos y abrió su bragueta, sacando su miembro erecto—. Muy silencioso
nene—su mano acariciaba sus glúteos, Jimin gimió sobre la palma de su
mano, él mordió el lóbulo de su oreja y le hizo jadear, sonrió lascivo cuando
dos de sus dedos lo preparaban.
Cuando pensó que estaba listo, se fue introduciendo, lento, no quería hacer
ruido de más, apretó su cadera al tiempo que daba estocadas profundas, pero
lentas, Jimin se removió, pidiendo más, le gustaba esa parte insaciable de su
ser, Jimin era muy sensual cuando quería serlo.
Empezó a dar estocadas más rápidas, gruñendo sobre su oreja, el sonido de
sus muslos golpeando sus glúteos se escuchaba alrededor, masajes su propia
erección haciéndolo retorcerse. Estaba tan cálido, apretaba tan bien, era mejor
que cualquier cosa.
Jimin arqueo su espalda cuando se vino en su mano. Yoongi siguió
golpeando ese punto de placer hasta que llegó al climax en su interior. Apoyó
la cabeza en su nuca, respirando con dificultad, le quitó la mano de la boca y
Jimin respiró profundo.
—Debo volver—dijo besando su mejilla, y saliendo de él.
—Voy en un momento.
—Bien.
Antes de salir le sonrió, volvió a su asiento, con el calor aún emanando de
su cuerpo. Jimin volvió unos minutos después, despeinado con las mejillas
rojas, se veía lindo.
—¿Estás bien?
—Sí, jamás pensé hacer estás cosas. Me haces hacer cosas que jamás creí.
—Aunque no lo creas, tu también me haces hacer cosas que no creía
posibles.
Tomó su mano y enlazó sus dedos. Jimin sonrió y se recostó, cerrando los
ojos con comodidad.
Santorini era esplendoroso, una isla en Grecia que tenía todo, era hermoso,
con sus casas pintadas de blanco en la montaña, las preciosas playas y un
puerto grande. Se quedaron en un hotel que parecía ser un castillo, todo
pulcro, podían ver el mar azul por las ventanas. Los llevaron a su suite, una
grande y lujosa, la cama, blanca estaba decorada con pétalos de rosa, Yoongi
dijo que al hacer la reservación les dijo que iban de luna de miel.
Jimin miraba por el balcón la inmensidad del mar, no sabía nadar, le tenía
miedo, pero al mismo tiempo estaba seguro de que era lo más hermoso que
vería en su vida. Unos brazos le rodearon la cintura, Yoongi lo abrazó por la
espalda dejando un beso en su oreja.
—¿Te gusta la vista?
—Me encanta, todo aquí es increíble.
—¿Te parece bien tomar un baño juntos y después salir a cenar? No falta
mucho para el anochecer.
—Me parece perfecto—dijo volviéndose, dejando sus brazos en su cuello,
juntando sus cuerpos, con una sonrisa encantadora.
—Te ves muy hermoso con este tipo de luz. Me encanta.
—Haces que me sonroje.
—Espero que esta luna de miel sea lo que has esperado, sino, no importa,
viajaremos por todo el mundo.
Jimin rio de forma adorable, le dió un beso en los labios y suspiró.
—Anda, vamos a tomar un baño.
—Bien.
Lo condujo de vuelta a la habitación, entraron al extenso baño, con una
tina jacuzzi, Yoongi abrió la llave y espero sentado ahí.
—Es bueno tener estás cosas aquí.
—Se ve bien.
—¿Quieres espuma? —tomó un bote blanco y vertió un poco en el agua
cuando vio a Jimin asentir—. Y esto—dijo lanzando unos pétalos de rosa.
Se levantó para comenzar a quitarse la ropa, Jimin hizo lo mismo,
metiéndose lentamente, el agua caliente hizo que gimiera, Yoongi entró
frente a él. Y suspiró.
—Ven.
Jimin se movió hacia él, Yoongi le ayudó a colocarse a horcajadas sobre su
cuerpo, acarició su espalda y besó su frente.
—Esto es muy glorioso ¿No lo crees?
—Estar contigo lo es Jimin. Y pensar que hace unas horas querías dejarme,
sólo pensarlo me causa pesar.
Jimin lo miró hacer un puchero y rio, besando sus labios, acarició su
mejilla pálida, su piel era perfecta.
—Jamás volverá a pasar, estaré contigo para siempre.
—Igual, no planeo dejar que te alejes de mí, soy egoísta, pero, es lo que
hay.
—Está bien, me gustas.
Yoongi tomó su nuca y lo besó, de una forma profunda, moviendo sus
labios, probando la dulzura de su boca, masajeando sus lengua, estaba tan
excitado, Jimin se removió sobre su cuerpo, con un suspiro lleno de
satisfacción. Acarició su cuerpo, queriendo más.
Jimin se levantó, salió de la tina y alargó la mano, invitándolo a tomarla,
Yoongi lo hizo sin pensarlo, y los dos volvieron a la habitación, Jimin se
recostó en la cama mirandolo, pétalos se pegaban a su piel mojada y se veía
glorioso, Yoongi subió sobre su cuerpo, acariciando sus piernas largas, las
cuales abrió para colocarse entre ellas, bajo sus besos a su cuello, probando la
dulzura de su piel, le sonrió besando sus mejillas y después sus labios.
Esa fue la primera vez que Yoongi le hizo el amor, porque estar a su lado
significó mucho más que el hecho de sólo tener relaciones y Jimin lo sintió,
tan profundo en su pecho que pequeñas lágrimas de felicidad rodaron por su
sien, estaba perdido por él.
El restaurante era lindo, la comida deliciosa y la compañía aún más,
Yoongi llenaba su copa con una sonrisa cada que estaba vacía.
—¿Acaso me quieres embriagar?
—Debería ¿No? —rio por lo bajo—. Quiero ver tú límite.
—¿No recuerdas que mi límite hizo que nosotros estuviéramos juntos la
primera vez?
Yoongi asintió con una mueca. —Me tengo que disculpar por esa noche,
no es como debieron haber pasado las cosas.
—Eso ya pasó, ahora estamos aquí y es lo que importa.
—A veces siento que eres demasiado bueno, para mí y para este mundo, no
es común encontrar a alguien como tú, tan dulce, inocente, y puro.
—También tengo defectos, no soy tan bueno como dices.
—Jamás he encontrado uno.
—Tal vez lo hagas pronto, las personas sorprenden.
—Dudo que algo de ti me desagrade—suspiró elevando la copa de vino—.
Vamos a brindar, por nosotros, por el futuro que nos espera y por siempre
estar juntos.
—Salud—susurró Jimin descolocado.
No había conocido esa nueva faceta de Yoongi, pero le gustaba, lo tenía
volando entre las nubes, ya no sabía dónde estaba la tierra, sus pensamientos
y sentimientos se llenaban de anhelo, era como conocer a una nueva persona,
era más dulce que antes, sentía que haberse abierto en el lago les había
ayudado.
Su luna de miel era especial, porque estaban los dos juntos, paseaban,
hacían compras, bebían vino en la habitación, hacían el amor, al segundo día,
ambos habían creado una rutina que era increíble, Yoongi estaba tranquilo,
más relajado y se divertía, algo que no pasaba a menudo.
Miró a Jimin aquella tarde, casi a la puesta de sol, sentado en la arena
blanca, lo observó, con su cabello brillante y después miró el mensaje de su
padre. Estaban molestos, ya se encontraban enterados de lo que sucedió, no
respondió, pero tenía que estar de vuelta lo más rápido posible. No quería irse
de ahí, había encontrado una tranquilidad que parecía imposible, además de
que al regresar tenía mucho que explicar.
Se acercó a Jimin, y se sentó detrás de él, abrazándolo.
—Lamento que tengamos que volver tan rápido, pero casi es la boda de
Hoseok.
—Está bien, fue muy divertido, me ha encantado estar aquí.
—Te llevaré a otros lugares, me gustó aquí, no recordaba que fuera tan
bueno.
—¿Viniste aquí hace mucho tiempo?
—Tenía unos diez años, mis padres quisieron probar por primera vez un
viaje familiar, fue interesante, no volvimos a hacerlo.
—¿Por qué?
—Mis padres ya no se quieren, no soportan estar en la misma habitación
mucho tiempo, es por eso.
—Es triste.
—Bueno, ellos han decidido vivir de esa manera—se encogió de hombros.
—Te amo Yoongi.
—También te amo, y no debes dudar jamás de mis sentimientos, no
importa lo que digan.
Jimin se volvió y le beso, fue un beso dulce, ahí en la puesta del sol,
Yoongi deseo, que Jimin jamás supiera la verdad, porque eso los condenaría
a ambos.

Todo sería súper lindo si no supiéramos el contexto


38

Bebía una copa de vino al tiempo que terminaba de desempacar, si por él


fuera habría estado en otra parte hasta el término de esa semana, pero, no fue
así, tenía que regresar a la dolorosa realidad, una en dónde el amor de su vida
se estaría casando al siguiente día.
No quería hacer nada, ver a nadie, deseaba encerrarse en su departamento
hasta que todo pasara, no había tenido contacto con Hoseok y era lo mejor,
porque verlo casarse con alguien más era una tortura.
Estaba por tomar un baño cuando su teléfono sonó, no era difícil adivinar
quién era. Sentía pena por JungKook, porque aunque lo quería, no sentía nada
más fuerte por él, no lo amaba y a esas alturas dudaba llegar a amarlo algún
día.
—¿Hola?
—Hola ¿Ya llegaste?
—Sí, hace un par de horas. Llegue bien.
—Perfecto, ¿Podemos vernos? Hay algo muy importante de lo que tengo
que hablarte.
—¿No podemos vernos mañana por la mañana? Estoy muy cansado, sólo
quiero tomar un baño y dormir. ¿Podemos? Antes de que tengas que ir a la
boda.
—Bueno, entiendo, sí, podemos hablar mañana, descansa, nos vemos.
—Adiós.
Colgó, entrecerrado los ojos miró el teléfono, era extraño, porque
JungKook no se comportaba de esa manera, lo dejo pasar, porque no quería
pensar en nada. Tomó su baño y bebió lo que quedaba del vino para ir a
dormir, lloró, porque no podía más. Su corazón estaba herido. Pronto se
quedó dormido.
Estaba cansado, se mantuvo durmiendo unas horas, hasta que el sonido del
timbre en la puerta y de su celular le hicieron levantarse, posiblemente era
JungKook, tal vez querría ver cómo estaba, esa idea no le encantó, pero
tampoco le molestó.
Cuando abrió la puerta, Taehyung sabía que estaba lamentable, nada
presentable para recibir a nadie, estaba recién levantado, con los ojos
pequeños y el cabello despeinado.
Fijó su vista en la persona que tenía en frente y su boca se seco, su corazón
latio con fuerza y la incomodidad en la boca del estómago creció. Estaba ahí,
se miraba miserable.
—¿Qué haces aquí? ¿Tu boda no es mañana u hoy? ¿Qué hora es?
—Las cuatro de la mañana—dijo entrando sin invitación.
Tiró de la mano de Taehyung y lo llevó a través del pasillo hacia la
habitación, el castaño estaba confundido, esperó viendo cómo Hoseok abría
su clóset y sacaba una maleta, la misma que había desempacando horas atrás,
la puso en la cama y la abrió.
—¿Qué se supone que estas haciendo? ¡Hoseok!
Dejó de meter cosas y se acercó. —Tae, Vamonos.
—¿Qué?
—No me cansaré, no con ella, vámonos. Tú y yo.
—¿Qué? —preguntó nuevamente pasmado, abriendo mucho los ojos,
como si estuviese escuchando la mayor de las locuras, y lo era—. Pero, te vas
a casar en unas horas y....
—No me importa—se acercó a él, tomando sus mejillas—. No quiero, no
puedo casarme con ella.
—No soy tu tabla de salvación...
—No quiero casarme con alguien que no seas tú.
—¿Y tú familia?
—¡Que se jodan! Toda mi maldita vida hice lo que ellos querían, pero no,
no me casaré con una persona que no amo, la odio, es tan, mezquina. En
cambio tú, eres el amor de mi vida, te amo, he sido miserable estos días, he
muerto en vida, te necesito para vivir.
Taehyung no podía creer lo que estaba escuchando, muchas veces soñó
con ese momento y ahora que estaba sucediendo, se quedó en blanco, los ojos
de Hoseok eran tan honestos, que soltó el aire que detuvo y comenzó a llorar.
—No juegues, por favor no lo hagas.
—No es ningún maldito juego, nos iremos.
—¿A dónde? —preguntó descolocado.
—Los Angeles, estaremos ahí un tiempo antes de que todo se arregle, sé
que es egoísta, pero ¿Quieres hacer esto? Me pediste que luchara por nuestro
amor, lo estoy haciendo, ¿Estás bien con irte conmigo?
No había nada que pensar, tuvo que tomar un respiro para saber si estaba
soñando, pero no, asintió con un nudo en la garganta, por más que quisiera,
no podía dejar atrás el hecho de que estaba perdidamente enamorado de él,
que lo amaba como nadie amo.
—Vamos.
Le ayudó a terminar de tomar sus cosas y hacer sus maletas, Hoseok le
beso la frente antes de tomar su mano y salir del departamento. Bajaron,
guardaron las cosas en el maletero y subieron al auto. Hoseok le regaló la
sonrisa más hermosa y brillante.
—Vamos al aeropuerto, mi amor.

JungKook no podía dormir, bebía una copa de vino mientras comía algo,
jamás comía en la madrugada, pero, tenía mucha hambre. Estaba nervioso,
tenía el plan de verse muy temprano por la mañana con Taehyung para hablar
con él, quería terminar su relación y está vez estaba decidido, porque aunque
lo quería, no lo amaba, no como amaba a Yeosang.
Esos días habían sido una tortura, quería regresar el tiempo y jamás haber
aceptado, necesitaba y quería cerca a Yeosang, una persona que se había
metido muy adentro en su corazón, no podía seguir pretendiendo algo que no
sentía. Lo amaba.
Estaba por tomar una ducha, cuando su celular sonó, no era normal que
Taehyung le llamara a las cinco de la mañana, sin embargo, pensó que estaría
mal, porque era el día de la boda de Hoseok.
—Tae ¿Sucede algo?
—Jungkook—no sonaba a qué estuviera en su casa—. Lo lamento, en
verdad lo siento, jamás debí haberte usado, porque no estaba en mis planes
lastimarte, te aprecio tanto, eres mi mejor amigo.
—¿De qué hablas? —preguntó confundido.
—Estoy a punto de abordar el avión, con Hoseok. Me iré con él, lo siento,
no puedo negarme, nos amamos. No me odies por favor.
Pensó que escuchar eso sería doloroso, pero un alivio llenó todo su
interior.
—Estoy enamorado de Yeosang, lo amo, quería verte para terminar todo,
está bien Taehyung, sé feliz por favor.
—Sé feliz JungKook, espero que cuando regrese aún podamos ser amigos.
Te quiero.
—Buen viaje—dijo antes de colgar.
JungKook sonrió, estaba tranquilo, se preocupaba por Taehyung, está
travesía, les iba a costar mucho, sin embargo, lo entendía, él también quería
tener su momento de felicidad, pero aún tenía que ver el desastre que su
primo dejo atrás con la familia.

Todo era un caos cuando se despertó, pero desecho la idea de ir a ver,


porque no quería enfrentarse a sus padres aún, Yoongi beso la mejilla de
Jimin quien seguía durmiendo, lo abrazo a su pecho. Este se removió.
—¿Qué hora es?
—Es casi medio día, estuvimos durmiendo mucho.
Estaban en el departamento de Jimin mientras decidían dónde se
quedarían. Jimin suspiró.
—Tengo que levantarme, iré al salón, hoy es la boda y...
—Ya no—interrumpió—. La boda se ha cancelado.
—¿Por qué?
—Hoseok ha huido con Taehyung.
—¿Con Taehyung? —preguntó con los ojos muy abiertos—. ¿Por qué?
—Son amantes.
La cara que Jimin puso, no tenía precio, Yoongi asintió y lo atrajo a su
cuerpo.
—¿Y JungKook?
—Estará bien.
—¿Cómo sabes eso?
—Corazonada. Vamos a dormir, ven.
—Mmmm.

Chan chan chan ¿Lo esperábamos?


39

Yeosang salió de aquel lugar con una sonrisa, guardaba los papeles que le
habían dado y las recetas médicas. Caminaba por la calle tranquilo, estaba
mucho mejor, su humor había mejorado de forma considerable en esa
semana, comía más, dormía más también, estaba con el ánimo para salir a
caminar por las tardes con su hermana, todo parecía estar volviendo a la
normalidad, aunque, ahora pensaba mucho más en JungKook, habían pasado
días desde que lo vio en la boda improvisada de su hermano, sus palabras aún
resonaban en su mente, una parte de él quería creerlo, pero la más sensata
decía que estaba siendo estúpido.
Llegó a casa, su hermana ya se encontraba ahí preparando la cena, dejó sus
cosas en la mesa y se acercó para ayudarle.
—¿Te ayudo? ¿Por qué tantos vegetales?
—Debemos de ser sanos.
Yeosang rodó los ojos. —Si tú lo dices.
—Oh, oye, te tengo un chisme.
—¿Sobre?
—Hubo drama entre las familias de ricos—dijo con burla—. Hoy se iba a
casar un tal Jung Hoseok con la hija del dueño de las empresas Soo.
—Es primo de JungKook, estuve cuando se comprometieron.
—¿De verdad? Sabía que los conocerias, bueno, el punto es que no hubo
boda, todo indica que el novio salió huyendo del país con su amante.
Los ojos se Yeosang se agrandaron, su respiración se detuvo por unos
momentos. Estaba tratando de no pensar en lo peor.
—¿Sabes con quién fue?
—Claro, todo el mundo lo sabe, por eso es tendencia, se fue con un modelo
famoso, Kim Taehyung.
Su boca se seco, negó aún con la impresión en sus ojos. —Oh no, no puede
ser.
—¿Qué pasa?
—Él es el novio de JungKook.
Eunbi abrió los ojos en demasia, antes de chasquear la lengua. —Así que el
karma comienza a actuar. Que bueno, por estúpido.
—No seas así, JungKook lo quería mucho, debe estar destrozado.
—¿Estás mostrando compasión por él? ¿Después de lo que hizo?
—Fue mi culpa.
Ella le miró con una ceja alzada. —¿Disculpa? ¿Desde cuándo sólo se
necesita una persona para hacer esto? Fui a la escuela, para formar un bebé se
necesitan dos.
Yeosang hizo una mueca. —No me refiero a mi hijo, me refiero a que yo
sabía que él estaba enamorado de Taehyung y aún así acepte tener algo,
sabiendo que no se iba a enamorar de mi.
—Hermanito eres un tonto.
—Ya se—bajo la mirada—. ¿Crees que este muy mal?
—Espero que si.
—Yo no, no quiero que sufra, a pesar de todo te juro que no es una mala
persona. Siempre fue atento y amable, me trató muy bien el tiempo donde
trabajé en su empresa, así que no lo merece.
—Yo creo que sí.
—Debería llamarlo.
—Ay Yeosang, no entiendo porqué te gusta tanto la mala vida. ¿No ves
que te dejo? Lo prefirió y ahora lo han dejado porque prefirieron a alguien
más, no creo que sea buena idea que lo veas.
—No es lo que piensas, sólo quiero saber que está bien, al final del día es
el papá de mi hijo. No quiero que se mate o algo.
El simple hecho de pensarlo le causó molestia, estaba muy molesto con ese
Kim Taehyung y con el primo de Hoseok, no estaba bien lo que hicieron, ni a
la prometida de este, ni a JungKook.
—¿Le dirás?
—Eso es algo diferente.
—Hablando de eso ¿Cómo te fue? —le preguntó con una sonrisa enorme.
Ella había sido la más emocionada de saber la noticia.
Le ayudó mucho, después de salir del shock y de llorar por todas las
emociones encontradas, ella estuvo ahí para sostener su mano y decirle que
todo estaba bien. Aún no podía decidir si era buena idea decirle a JungKook,
pero no creía que este tuviera cabeza para eso después de lo sucedido con
Taehyung.
—Todo está muy bien, tiene catorce semanas, pude verlo y vi si corazón
latir, no se pudo escuchar, dice que posiblemente es por su posición, pero que
en la semana dieciséis es seguro que podré escucharlo. Está bien, sano a pesar
de que no tuve muchos cuidados iniciales. Me dieron medicamentos.
—¿Catorce semanas? Espera, estamos en abril, eso fue...
—Diciembre, antes de navidad, fue cuando deje de cuidarme.
—Quien iba a pensarlo, tú qué decías que no podías tener bebés, pero,
Yeosang pronto se va a notar más y si él te ve, bueno, sabemos cómo son los
ricos, ¿Y si te lo quiere quitar?
—No, eso no pasará. No creo que él quiera...está responsabilidad, debe
tener el corazón roto, esperaré un poco, pensaré si es bueno decirle o no.
—¿Lo vas a llamar?
—Para preguntar si está bien. Ya vuelvo.
Ella le vio alejarse y suspiró con una mueca. —A veces quiero ahorcarlo,
para que entienda. Pero bueno.
—¡Te escuché!
—¡Ese era el plan! ¡Rogon!
Yeosang entró a su habitación, se sentó en la cama e hizo una mueca,
pesando si era buena idea o no hacerlo, suspiró, y marcó, pareció que
JungKook estaba usando el celular, porque contesto al primer timbre.
—¿Yeosang?
—Hola, lamento la molestia, quería saber cómo estas. Supe lo de tu primo
y Taehyung.
—Oh, te enteraste, pues...no estoy bien sabes, me siento muy mal ¿Podría
verte? Por favor. Necesito hablar contigo es algo urgente.
—¿Dónde nos vemos?
—Sal de tu casa estoy afuera, estaba a punto de llamarte.
—Ya voy.
Colgó confundió ¿Qué hacía fuera de su casa? Eso no tenía mucho sentido,
se puso una sudadera ancha, esperaba que no se diera cuánta que algo
sucedía, tomó su cartera y salió. Su hermana le miró con una ceja alzada.
—Lo bueno es que no lo vas a ver.
—Estaba aquí.
Ella elevó una ceja. —¿Y qué planeaba? Tocar y que le recibiríamos con la
puerta abierta.
—Ya deja eso, vuelvo pronto.
—A veces el corazón es terco, pero, recuerda que ahora no eres sólo tú, por
favor ten cuidado.
Yeosang asintió con una media sonrisa. —Sé que siempre te he dado una
visión muy débil de mí mismo, pero, no soy tan débil, lo amo, pero no cederé
tan fácil. Nos vemos.
Salió con el corazón latiendo con fuerza, sí, él había dicho la verdad,
amaba a JungKook, estaba tan enamorado, pero, también sabía que no podía
pretender que eso no estaba sucediendo, y caer, porque debería de estar bien
para que su bebé estuviera creciendo sano y fuerte. Caminó intranquilo, tal
vez estaba en un error, tal vez no debería verlo, pero ya estaba a escasos
pasos de distancia. Subió al auto, JungKook al verlo le sonrió.
No se veía mal, llevaba ropa casual, lucía descansado y bien, eso le
confundió demasiado, boqueo, porque se había quedado sin habla.
—¿Tienes frío? Parece gruesa.
—Sí, hace frío. Soy friolento.
—Te ves bien, yo...¿Quieres ir a un bar a beber?
—Estoy tomando medicamentos, antibiótico, me enferme de la gripe, no
puedo beber.
—Oh, está bien, entonces vamos a cenar ¿Ya cenaste? ¿Se te antoja algo?
Yeosang estaba todo menos hambriento, su estómago estaba revuelto,
relamió sus labios.
—Pues...cualquier cosa está bien.
—¿Pollo frito? Tengo un antojo terrible de pollo.
—Sí, está bien para mí.
—Conozco un lugar.
Puso en marcha el auto, prendiendo el reproductor, cuando sonó I Was
Made For Loving You, pensó que era una casualidad, pero no evito pensar en
aquella primera noche y su corazón latio con fuerza, JungKook alargó la
mano y tomó la suya en un alto, su manga se bajó, mostrando que llevaba el
pulsera, se le había olvidado quitársela. No soltó su mano, la puso en la
palanca y rio.
—Estás muy tenso.
—Y tú muy raro ¿No dijiste por teléfono que te sentías mal?
—Sí, pero no te dije por qué.
Se soltó de su agarre y apretó sus manos a sus jeans, JungKook suspiró,
pararon en un restaurante al aire libre. Bajaron en silencio, se sentaron y
esperaron, había oscurecido, ese lugar se veía bien.
—Pollo frito para dos, una cerveza ¿Tú?
—Jugo de naranja.
—Enseguida lo traigo.
Se quedaron en silencio, mirando la mesa. JungKook rompió el silencio y
le miró.
—¿No vas a preguntar por qué estaba mal?
—¿Por qué estabas mal? —dijo mirándolo nervioso.
—Porque te extrañaba.
—Te llamé para saber cómo estabas con lo de Taehyung. No para esto.
—¿Recuerdas lo que dijiste esa vez? Dijiste que pusiera en orden mis
sentimientos, lo hice, pensé mucho en todo, y me di cuenta de muchas cosas,
recordé muchas otras también. Llegué a una conclusión.
—¿A cuál?
—Me enamoré de Taehyung cuando estaba en la universidad, siempre
estaba con él, fue mi primer amor, pensé que lo amaba, y creo que lo hice,
hasta que llegaste tu, pusiste mi vida de cabeza, toda tu escencia se quedó
impregnada en mi mente y corazón, me gustaron muchas cosas de ti, tu voz,
tu belleza y tú forma de ser, tanto así que cuando no estaban conmigo no
dejaba de pensar en ti, acepte el trato de Taehyung, él sólo quería ver si podía
olvidar a Hoseok conmigo, debí negarme. Pero, pensé que era lo que quería,
me sentí mal desde el inicio, no me sentía como cuando estaba contigo,
entonces, empecé a pensar más y más en ti. Después de vernos, supe que no
estaba enamorado de ti, sino que te amaba.
—Jungkook...
—Espera, quería esperar a que Taehyung regresará de su viaje para
terminar todo, podía hacerlo por mensaje, pero eso no estaba bien, esa noche
que llegó, le pedí que nos viéramos, pero él me dijo que estaba cansado que
pasaría a verme en la mañana—rio negando—. Pero Hoseok fue a verlo en la
madrugada y le dijo que se fueran juntos, me llamó, se disculpo, y lo único
que puede decirle es que estaba enamorado de ti, me deseo lo mejor y yo hice
lo mismo con él.
Yeosang no podía creer lo que escuchaba, se quedó en silencio, bajo la
mirada y tuvo ganas de llorar.
—No juegues conmigo.
—No estoy jugando, estaba confundido y sé que te lastimé, no me voy a
disculpar, todo lo que pueda decir será estúpido, Kang Yeosang te amo,
mucho, quiero abrazarte, besarte y casarme contigo, te quiero hacer mío para
siempre.
—Pero...
La mesera llegó con la comida y la dejo en la mesa junto a las bebidas, olía
bien. JungKook tomó una pieza y comenzó a comer.
—Maldición esto es delicioso, come, está rico.
—¿Tenías muchas ganas de comer esto? —preguntó curioso tomando una
pieza.
—Mucho, así que sabe muy bien.
Lo probó y en efecto, sabía muy bien. —Está rico.
—Con cerveza sabe mejor. ¿Seguro no quieres?
—De querer, quiero, de poder, bueno, eso es otra cosa, está bien, bebe.
—¿Cómo has estado?
—Bien, mejor, he comido más y dormido también.
—¿Te va bien en tu nuevo empleo?
—Me estoy tomando un descanso.
JungKook asintió. —Te ofrecería tu empleo, pero no te quiero como
empleado.
—¿Por qué no? —preguntó con una ceja alzada.
—Quiero que seas mi novio—dijo sin más—. Lo que hice estuvo mal y la
forma en la que comenzamos no fue la ideal, por eso quiero hacerlo bien, no
estoy dispuesto a dejarte ir.
—¿Y si ya no quiero estar contigo? —dijo sin aliento.
—Me esforzaré, mucho, para enamorarte de nuevo, y que estemos juntos.
Te amo, y estoy enojado conmigo mismo, porque no supe valorarte, y me
odio, porque contigo tenía muchas cosas, que siempre quise y soñé, fui
egoísta, pero quiero remediarlo.
Yeosang bebió un gran trago de jugo, le miró con confusión, su
nerviosismo aumentaba, estaba demasiado acalorado, nervioso, su corazón
estaba como loco, no podía creer lo que escuchaba y la forma en la que le
hacía sentir.
—¿Cómo sé que no volverás a lastimarme?
—Mi palabra ya no vale, los hechos lo harán. Viajaré a París, tengo que
ver qué todo esté bien con el lanzamiento del vino, pero, volveré en dos
semanas, quiero pedirte que vengas conmigo ¿Lo harías?
Yeosang negó. —No, perdón.
—Sabía que dirías eso, así que quiero pedirte permiso para cortejarte.
—¿Eso no es muy antiguo?
—Seamos así ¿Puedo llamarte cuando esté allá? No quiero ir, pero, es algo
que no puedo deslindar. ¿Me lo permites?
¿Qué podía decir cuando lo miraba con esos ojos? Suspiró pesadamente.
—Está bien.
—No merezco una oportunidad, pero gracias.
—Come. Anda.
Empezó a comer, ambos más tranquilos, Yeosang tenía muchas dudas,
pero, quería creer que JungKook estaba hablando con la verdad. Porque
realmente lo amaba.
JungKook estaba feliz, de verlo, de escucharlo, de saber qué estaba mejor,
lo amaba, y ya no tenía ninguna duda de ello. Y quería estar a su lado cueste
lo que cueste.
—Fui hecho para amarte—dijo JungKook mirándolo con una sonrisa.
Sus mejillas enrojecieron. —Esto no salió como esperaba.
—¿Creías que estaría llorando por Taehyung? No, ahora voy a llorar por ti.
—No quiero que llores por mi.
—Haré todo por ti, mañana viajo temprano, ¿De verdad que no quieres
venir conmigo? Necesito un buen asistente, Beomgyu no tiene pasaporte.
Yeosang no pudo evitar soltar una carcajada. —Es un requisito tener visa y
pasaporte vigente para entrar a tu empresa.
—Mala jugada.
Terminaron de comer, hablaron un poco de lo bueno que estuvo el pollo, y
subieron al auto para irse, JungKook trató de no tomarlo de la mano, Yeosang
quería que lo hiciera, pero, no iba a dejarle las cosas sencillas. Ya no.
Llegaron a su departamento y bajaron, JungKook se acercó a él con una
sonrisa.
—Me voy, te mandaré un mensaje cuando salga y llegué a París.
—Eso estaría bien.
—¿Te puedo dar un abrazo?
Dudo unos momentos, suspiró cediendo, sólo porque era algo que
necesitaba, se acercó para abrazarlo, sus brazos se sentían muy bien sobre su
cuerpo, cerró los ojos y sonrió. Estaba siendo un idiota ¿Pero como podía
controlar su corazón?
—Ten buen viaje—dijo separándose.
—Espera por mi, por favor, te lo voy a demostrar. Descansa.
Lo vio subir al auto, e irse, Yeosang se quedó en silencio, llevando la mano
a su vientre.
—¿Le estás haciendo pasar un mal momento a papá? Yo creo que sí.
Fue un fin de semana de mucho contenido, espero que les haya
gustado. Los amo, y muchas gracias patos
40

Se detuvo un momento en frente de la puerta, tomó aire, anticipando la


guerra, porque el haber ido en contra de lo que su familia quería terminaría
por costarle caro, muy caro, los Min eran personas poderosas, con un ego
enorme, cuya palabras creían que era la ley absoluta, no les gustaban los
cambios, mucho menos si estos ponían en peligro su estatus y poder.
Abrió la puerta, para ver a sus padres, Seunghyun estaba detrás del
escritorio, con una expresión severa, su padre JiYong estaba sentado en uno
de los sillones, lucía apacible como siempre. Muchas veces se había
preguntado porque sus padres eran de esa forma, tan rectos y fríos entre ellos.
—¿Qué mierda hiciste Yoongi?
—Hice lo que tenía qué hacer.
—No era la forma Yoongi—dijo JiYong con tranquilidad.
—¿Y qué otra opción tenía? ¿No dijeron que querían que me casará con
él?
—Teníamos un plan, lo que tú debiste hacer es adaptarte a el, sin
problemas.
—Las cosas no siempre salen como uno las desea padre.
—¡Yoongi!
—¿Qué quieres que te diga? —bufó molesto—. Jimin estaba dudando,
quería terminar conmigo, porque Taemin no dejó de meterle mierda en la
cabeza, así que hice lo que creía mejor.
Era cuidadoso de no mencionar lo que Jimin dijo sobre la herencia, porque,
haber aceptado hubiese sido mucho más sencillo, que el plan inicial, si su
familia sabía que había dejado ir una provechosa oportunidad, lo joderían de
por vida, no lo dejarían tranquilo y le harían ver si error en cada oportunidad
que tuvieran, por eso tenía que ser cauteloso y no hablar de más.
—¿Taemin? —preguntó JiYong con una ceja alzada.
—Está enamorado de Jimin.
—Vaya, que sorpresa—dijo Seunghyun con una sonrisa torcida—. Ese
Jimin tiene más sorpresas bajo la manga de lo que pensamos.
—No fue culpa de Jimin.
—Por dios, Yoongi, es obvio que Jimin miente, nadie en el mundo es tan
inocente e ignorante—bufó JiYong—. Desde que lo ví lo supe, esa mirada
misteriosa, siempre siendo tan cauteloso, Jimin nos ha engañado a todos,
estoy seguro de que planeo todo desde el comienzo, igual y manipuló a tu
abuelo para ponerlo en la herencia, tenemos que tener cuidado, tú más que
nadie.
Yoongi rio por lo bajo. —El león piensa que todos son de su condición, no
Jimin no es como nosotros, Jimin no trama nada.
—¿Lo estás defendiendo? —Seunghyun le miró fijamente—. No me digas
que estás enamorado de él.
—Claro que no, pero, sé bien de quién se trata, Jimin no es como piensan,
es demasiado inocente.
—Más nos vale que sea así, de igual manera no tenemos que bajar la
guardia—suspiró Seunghyun con fastidio—. Ese viejo nos dejó más
problemas de los que llegamos a imaginar, prepárate el día de mañana
haremos una cena para festejar tú matrimonio. También mandaremos la nota
a los medios, nuestra familia ha recibido prensa muy negativa después de lo
de Hoseok.
—Mis tíos deben estar molestos.
—Más que eso, pero no es nuestro problema, tenemos cosas más
importante en qué centrarnos que en las estupideces de tus primos.
Yoongi asintió, no lo diría en voz alta, pero la "falla" de Hoseok, le parecía
una osada valentía, luchar por quién amaba a pesar de su familia y de todo lo
que estaba en juego, era algo que debía admirar, él no se sentía capaz de
hacerlo, mirando a su padre de frente aseguró que jamás podría ir en contra
de él. Estaba tan acostumbrado a hacer lo que ellos pedían, a dejarse manejar
como un títere, que la libertad de pensamiento y de sentimiento era imposible
de imaginar.
Sin embargo, había ido en contra de ellos si se refería a Jimin, con él había
roto muchas reglas. ¿Podría seguir haciéndolo?
Después de su reunión, salió directo a la oficina a trabajar, sabía que
JungKook no estaba en la cuidad, había huido a París tras lo de Taehyung, su
hermano siempre había dejado claro que amaba a su mejor amigo, y que no
depararía en ningún intento por estar a su lado, otro valiente, que al mismo
tiempo era estúpido ¿El amor podría llegar a hacer que alguien cometiera
tantas estupideces? Él lo había tratado de hacer por Jennie, pero lo de ellos
nunca fue concreto, sin embargo, estaba seguro de que la había amado con
fuerza.
¿Llegaría a amar a Jimin? Le gustaba, mucho, lo quería, sí, eso era notorio,
pero, ¿Llegar a amarlo? En su cabeza eran palabras muy grandes, no se creía
capaz.
Cuando llegó esa tarde al departamento de Jimin, entró en silencio, todo
estaba en completa calma, le gustaba estar ahí por esa razón, se encontró con
Jimin durmiendo plácidamente en el sillón, su rostro apacible, sus cabellos
castaños cubriendo su rostro y sus manos sobre su estómago, estaba vestido
con una sudadera y unos pantaloncillos de chandal, demasiado cómodo,
Jimin era eso para él, una comodidad que sabía que jamás encontraría por sí
solo.
Se acercó, sentándose en la mesa de centro para estar más cerca, acarició
su cabello, descubriendo su rostro, parecía un bebé, era dulce y tierno, su
rostro no tenía esas marcas de dureza, era puro. Lo vio abrir los ojos y verlo
desorientado.
—No quise despertarte, sigue durmiendo.
—Hola—susurró adormilado—. Termine la tarea, debo haberme quedado
dormido ¿Cómo estás?
—Bien, pero con hambre ¿Comiste algo?
—Comí en la universidad—se sentó y se acercó para abrazarlo. Olía muy
bien.
—Vamos a cenar fuera ¿Te parece?
—Sí, sólo me cambio.
Bajó sus manos por sus costados a su cintura, subiendo ligeramente la
sudadera, acariciando la piel de su cadera, era tan suave, no podía cansarse de
su cuerpo.
—¿Debo ayudarte?
—Mmmm eso suena bien.
Lo separó de su cuerpo para encontrar sus labios, lo besó de forma
necesitada, últimamente no podía estar lejos de sus labios, le gustaba besarlo,
sabía tan bien y su boca era tan cálida.
Terminó por quitar su sudadera, besando la piel expuesta de su cuello y
pecho, deleitándose por los sonidos obscenos que salían de su boca, llegó a su
ombligo, lamiendo por encima, bajando lentamente, la piel suave de su
vientre, con un sabor exquisito, chupo, haciendo algunas marcas, guiando sus
besos, bajando sus pantalones, dejándolo a su merced, tan indefenso.
—No...hagas eso—dijo evitando que su cabeza quedará entre sus piernas.
—¿No te gusta?
—Sí.
—¿Entonces? —le miró con una ceja alzada—. ¿Estás avergonzado?
Jimin asintió, Yoongi sonrió y tomó sus muñecas para apartarlo, besando
el interior de sus muslos, Jimin dió un grito ahogado y él siguió dándole
placer, le gustaba. Sus reacciones eran increíbles. No pasó mucho tiempo
para que estuviera embistiendo su interior con fuerza sobre aquel sofá, Jimin
jadeaba, tomando sus hombros con fuerza, moviendo también su cadera, el
orgasmo vino en sintonía, con un gruñido sordo.
Descansó la cabeza sobre su hombro sudoroso, sonrió sobre su piel, Jimin
acariciaba su cabello.
—Esto es agradable ¿Sabes?
Yoongi hizo un sonido con su boca, a modo de pregunta.
—Estar contigo, llegar a casa y saber que puedo esperar que llegues, me
hace sentir que no estaré solo nunca más, porque tú vas a estar conmigo.
—Lo estaré—suspiró contra el calor de su piel—. Ve a arreglarte, vamos a
pasar una buena velada juntos.

La comida era deliciosa, sabía que Yoongi era muy bueno eligiendo
lugares para comer, disfrutaban de la cena con una copa de vino, Yoongi le
había hablado un poco de su día y él también le platicó sobre su día en la
universidad, las cosas estaban mejorando, aún se sentía inseguro de sus
habilidades, pero trataba de esforzarse.
—Mis padres han planificado una cena en honor a nuestro matrimonio, es
mañana.
—Está bien, es muy amable de su parte ¿Están molestos?
—No están brincando sobre un pie, pero, han respetado nuestra decisión,
no te preocupes por eso.
Jimin asintió, aún estaba muy inseguro sobre la familia Min y los padres de
Yoongi, no sabía si estos realmente le aceptaban como esposo de su hijo o
no.
—Yo...¿Estás seguro que ellos se encuentran de acuerdo con que te hayas
casado conmigo?
—Ellos respetan mis decisiones, soy un hombre adulto Jimin, tranquilo.
—Supongo que tienes razón—sonrió apenado.
—Mi padre va a mandar la noticia de nuestro matrimonio.
—¿A dónde?
—A los medios. Aunque no lo creas estás noticias son de interés público.
—Eso quiere decir que las personas lo sabrán ¿Verdad?
—¿Sucede algo? Parece que la idea de que sepan que eres mi esposo no te
gusta.
—No es eso—se apresuró a decir—. Es sólo que, no me gustaría que en la
universidad piensen que tengo algún tipo de privilegio, ya hay rumores con lo
sucedido con el profesor.
—Jimin hay algo que tienes que entender, tu eres privilegiado y no está
mal hacer uso de esos privilegios, no es tu culpa que los demás no lo sean,
ahora eres un Min, y eres mi esposo, con esto vienen muchas cosas
implícitas.
Se quedó en silencio unos momentos, no quería que las personas pensaran
que él tenía más capacidades o beneficios que los demás, le incomodaba.
Pero, lo que Yoongi decía también tenía una parte de razón, ya no podía
negar lo imposible. Pertenencia a una familia poderosa.
—Nada de lo que tienes es gratis, te lo has ganado.
—¿Cómo?
—Siendo un buen hijo para mi abuelo y siendo un excelente novio, disfruta
de lo que nuestro apellido te da, si alguien tiene algún problema es su
estupidez, no la tuya.
—Aun así es incómodo. Yo no estoy acostumbrado a esto.
—Lo harás, tener privilegio y beneficios no es malo. Además, en algún
momento tendrán que enterarse que somos pareja y estamos casado, no es
algo que puedas ocultar.
—Tienes razón—sonrió a medias.
—Eso me molesta, parecería que no estás feliz con nuestro matrimonio.
—No, claro que no es eso, sabes que soy muy feliz, sólo me da miedo lo
que los demás piensen.
Yoongi le sonrió, alargando la mano para tomar la suya.
—Tranquilo, nada malo va a suceder, nadie puede juzgarte o lastimarte,
quien lo haga se las vera conmigo, no dejaré que nadie te lastime.
—Te amo.
—Yo también, lo sabes bien—se alejó para tomar más de su copa de vino
—. Estaba pensando en dónde viviremos. Nos hemos estado quedando en tu
departamento, pero creo que el mío tiene mayor espacio y es más céntrico, es
la misma distancia que tiene de la oficina a tú universidad.
Jimin asintió, no quería dejar su departamento, pero tampoco quería traerle
problemas a Yoongi, sabía que su departamento quedaba lejos de la empresa.
Además, quería volver, siempre le pareció bonito.
—Está bien.
—Deberiamos mudar parte de tus cosas, las demás podemos comprarlas,
ese departamento se quedará por si llegamos a necesitarlo. ¿Te parece bien?
—Muy bien.
—¿Sabes? Agradezco que seas tan comprensivo, eso ayuda mucho, no eres
demandante, me gusta eso.
—Es que no me importa dónde esté, mientras esté contigo.
—Siempre estarás conmigo, de eso no tienes que preocuparte—Jimin bajó
la mirada, mordiendo su labio inferior—. ¿Sucede algo?
—Me da temor.
—¿Qué te da temor?
—Llegar a depender mucho de ti, de tu amor, dependía de mi padre y
cuando se fue...todo se volvió demasiado difícil para mí, no quiero ahogarte.
—Yo siempre estaré contigo, pero, también quiero que seas capaz de tomar
tus propias decisiones y de ser libre, tranquilo, con el tiempo haremos que
esto funcione para ambos.
—Me siento un tonto por haber dudado de ti. Lo lamento.
—No tienes de qué disculparte, es normal que suceda, pero, ahora sabes
que yo soy la única persona en la que debes confiar, yo no te voy a mentir, y
siempre veré por ti y tú bienestar.
Jimin estaba satisfecho con lo que escuchaba y confiaba plenamente en
Yoongi, pensaba que con él jamás volvería a estar solo y que todo lo que su
padre deseaba para su vida, lo hallaría con Yoongi de su lado. No sospechaba
nada extraño.
Decir que ver a su familia fue incómodo era quedarse corto, todos estaban
a la defensiva, por su matrimonio y por la vergüenza que significó la huida de
Hoseok, sus tíos no estaban ahí, pero evitaban a toda costa hablar de ello.
Era una cena familiar, sintió a Jimin tenso en todo momento, sabía la
razón, Taemin les observaba en silencio, pero con ojos duros. No le gustaba
la competencia, y dado que Taemin se había acercado tanto a Jimin, para
decirle la verdad y hacerlo dudar, no podía tomarlo con calma, mucho menos
dejarlo que se acercará demasiado. Era peligroso.
—¿Cómo se sienten de haber dado el gran paso? —dijo KyungSoo con una
sonrisa.
—Se siente bien ¿Verdad Jimin?
—Sí—dijo con una ligera sonrisa.
—Estamos felices por ustedes.
—Mi hermana tiene razón—continuo KyungSoo—. Ahora que están
casados ¿Han pensando en un hijo? No deben tardar tanto, es mejor cuando
se es padre en la plenitud de la juventud.
—No tenemos planeado eso aún.
—Yoongi tiene razón, un hijo es más problemático—bufó ChanYeol.
Seunghyun rio por lo bajo. —Eso es decisión de ellos. Dejen que cenen
tranquilos.
Yoongi miró la expresión que su padre hizo y su cuerpo se erizó, conocía
muy bien su mirada, aquella tan controladora, que le decía que casarse con
Jimin no era el final de los planes que su familia tenían para él, porque el
siguiente paso era un hijo, de esa forma tendrían mayor control, lo supo y le
aterró. Podía aceptar un matrimonio, pero no tener hijos.
Después de la cena, de hablar de cosas triviales, regresaron al
departamento, más cansados de lo normal, porque estar cerca de la familia
mermaba sus energías.
—Jimin—llamó a este quien estaba bebiendo agua en la cocina.
Jimin se volvió y le sonrió. —¿Si?
—No hagas caso de lo que ellos dijeron, no porque estemos casados
significa que debemos tener un hijo.
—Lo sé, no quiero un hijo aún—asintió—. Pero, es lo que ellos esperan
¿No?
Yoongi se acercó, posicionándose frente a él y poniendo las manos en su
cintura para mirarlo fijamente.
—Lo que ellos esperan no importa, sólo importa lo que nosotros queremos
y un hijo no figura en nuestros planes, ¿Está bien?
—Sí, está bien.
—¿Sigues yendo al médico por los anticonceptivos?
—Claro, cada mes voy a recibir la inyección, tranquilo, eso está
controlado.
—Bien—suspiró tranquilo abrazándolo a su pecho.
No dejaría que su familia mandara en aquello, no en un hijo, pero, Yoongi,
no tenía idea de que había formas crueles y traicioneras de actuar. Porque de
ninguna manera su familia los dejarían tranquilo.

Doble actualización patrocinada por SheilaMolinaFeria muchas gracias


por la confianza.
Ahora, necesito que elijsn dos opciones para el próximo cap.
Opción 1
Opción 2
Espero que les este gustando está historia, gracias patos
41

—¡Yeosang, llegó algo para ti!


Se levantó de la cama a regañadientes, habían pasado dos días desde su
reunión con JungKook y desde que este se había ido a París, estaba pensativo,
si bien, habían hablado un poco por mensaje aún no se sentía con la
tranquilidad necesaria para analizar lo que estaba pasando entre ellos. Por
más que deseaba, no confiaba del todo en él.
Bajó las escaleras, yendo a la cocina en donde su hermana se mantenía,
está, estaba mirando la mesa con seriedad, Yeosang se dió cuenta del gran
arreglo de flores coloridas que estaba sobre ella.
—¿Qué es esto?
—Lo mismo te pregunto a ti, son para ti.
Elevando una ceja, se acercó, tomando la tarjeta, al abrirla, se quedó en
silencio, pero una ligera sonrisa se dibujo en sus labios.
Para la flor más hermosa del mundo.
JungKook
Tocó una de las rosas y suspiró, era suave y hermosa.
—¿Y bien? ¿Qué es lo que está pasando?
—Me dijo que me quiere, que desea estar conmigo y que iba a cortejarme.
—¿Y le crees?
—No lo sé aún—dijo con una mueca.
—No le dijiste del bebé ¿Verdad? Me preocupa la forma en la que va a
reaccionar, su familia es muy poderosa ¿Y si intentan algo contra ti?
—Yo...se lo diré cuando vuelva, ya te dije que no era el momento
indicado.
—Te amo, y por eso tienes que tomar en cuenta que tal vez él no quiera un
hijo.
—Si es así, no importa, yo cuidaré de mi hijo.
—No tardes mucho en decirle Yeosang, es mejor que lo sepa, antes de que
todo se complique.
—Entiendo.
—¿No le darás las gracias?
—Si aquí son las diez de la mañana, allá son las tres de la mañana, le
dejaré un mensaje.
—El desayuno casi está listo, tenemos muchas cosas que hacer.
Yeosang asintió, el cumpleaños de su cuñado era en unos días y su
hermana estaba emocionada. Siempre había pensado que la relación de su
hermana era hermosa y sana, ella había logrado romper con ese patrón
enfermo de su familia, sus padres estaban separados, su madre con una nueva
familia y su padre desaparecido, desde los ocho años que no lo veía, pero
sabía que estaba bien. Estaba feliz por su hermana.
Subió, sentándose en la cama y prendiendo el celular, mordió su labio
inferior intimidado, JungKook lo intimidaba, más, porque no sabía su
reacción sobre el bebé que esperaban.
JungKook
Muchas gracias por las flores, son hermosas.
10:30am
Me alegro que te hayan gustado.
3:30am
¿No deberías estar durmiendo?
Es tarde.
10:32am
No podía dormir, estaba pensando.
3
:33am
¿Mal día?
10:33am
Todo va excelente.
Pensaba en ti.
3:34am
Es mejor que duermas, ya estás diciendo incoherencias
10:35am
¿Incoherencias?
¿Así se le llama a estar enamorado?
Podría ser.
3:35am
Tengo que salir, por favor duerme, descansa.
10:36am
Mándame una foto tuya para poder dormir
3
:36am
No lo sé...
10:38am
Por favor
3
:39am
Está bien
10:40am
Creo que dormiré soñando con un ángel.
Te quiero tanto
3:41am
También te quiero, pero ve a dormir.
Descansa.
10:42am
¿Y sí te pago el vuelo para que vengas a París?
Por favor.
3:43am
¿De verdad quieres que esté ahí?
10:44am
Si, quiero, por favor, ven.
3
:45am
No estoy seguro.
Me tengo que ir
Descansa.
10:45am
Piénsalo, ten buen día cariño.
3
:46am

Dejó el celular en la mesa de noche y se acostó en la cama mirando al


techo, suspiró pesadamente, su corazón latía con fuerza, sentía cada palabra
que leía, estaba dentro de una montaña rusa de emociones, porque aunque
había prometido ser precavido, la realidad era que estaba demasiado
enamorado para pensar coherentemente.
—¿Qué hago bebé? —susurró acariciando su estómago.
Al siguiente día llegó a su departamento un paquete de dulces que sabía
eran caros, recordaba vagamente cuando un día JungKook le ofreció uno,
sabían delicioso, pero era más de lo que podía costearse, así que de vez en
cuando, robaba uno, porque JungKook acostumbraba tener un tazón lleno
para los invitados.
Jungkook
Gracias por los dulces, pero no debes molestarte.
12:03am
¿Han llegado?
Perfecto, y no es molestia, sé que te gustan.
5:03pm
¿Cómo sabes eso?
12:04am
El día que te enfermaste busque algo en tu escritorio, ahí ví las envolturas
Por eso procuraba siempre tener de esos dulces en específico.
No ha muchos les gustan, compartimos ese gusto.
5:05pm
Lamento haber hecho eso, fue grosero de mi parte.
12:06am
No, fue lindo.
Hoy estuve pensando en eso, siempre hice cosas para tenerte cómodo, sin
saber la razón, pero quería que estuvieras feliz trabajando conmigo.
5:06pm
Fuiste un gran jefe
Me gustaba trabajar contigo.
12:07am
Lamento haberlo arruinado, aunque no me arrepiento de lo que iniciamos,
si por la forma en que lo terminé, pero no de lo demás.
5:08pm
Yo no sé qué decir.
12:09am
No te pido que digas nada, sé que lo arruine, pero te quiero y voy a
compensarlo, quiero regresar, pero apenas llevo unos días aquí.
5:10pm
¿Lo del vino va bien?
12:10am
Estoy haciendo negocios que van a ser excelentes para mí marca, ya
quiero contarte.
5:11pm
Eres un gran empresario, y tú visiones siempre fueron increíbles, estoy
seguro que tendrás mucho éxito
12:12am
Cuando regrese haré que pruebes el nuevo vino, saldrá el próximo año.
Una exclusiva.
5:13pm
Vaya, es un honor, ya quiero probarlo, a mi hermana le encanta, cuando
era navidad y se lo dabas a los trabajadores como regalo, ella se lo bebía
todo en la cena.
12:14am
¿Le gusta?
Muy bien, es bueno saberlo.
5:15pm
Debes estar ocupado ¿No?
12:15am
Algo así, pero, quiero seguir hablando contigo
5:17pm
¿De qué quieres hablar?
12:17am
De muchas cosas
¿Qué te gustaba hacer de niño?
5:18pm
Jugaba dentro con mi hermana
Mamá era sobreprotectora
12:18am
¿Y tú?
12:19am
Era un desastre, teníamos todo un equipo de niñeras e instructores,
aprendí muchas cosas.
5:20pm
Pero, era solitario, pocas veces hacíamos cosas en familia, siempre estuve al
cuidado de Yoongi
5:21pm
Debió ser duro
12:21am
Ya no lo es.
Dime sobre tu familia.
5:22pm
Mis padres eran un desastre juntos, se separaron cuando era niño, no he
visto a mi padre desde entonces, él era maestro, y mamá estuvo con nosotros
hasta que se casó y se fue a vivir a otra cuidad, pocas veces hablo con ella.
12:24am
¿Muy dramático?
12:26am
Mis padres viven juntos pero se odian, mi familia es cruel.
No confío en ellos, por eso trato de estar alejado.
5:27pm
Pasa, hasta en las mejores familias
¿Puedo hacerte una pregunta?
12:28am
Adelante, todas las que quieras
5:30pm
¿Quieres hijos? Hablo de formar una familia
12:31am
¿Tú quieres una familia?
5:32am
Sí, pero te he preguntado a ti
12:33am
Entonces si la quiero
Yo quiero todo lo que tú quieras
Me gustaría una vida a tu lado
5:35pm
Debo ir a dormir, hablamos más tarde,
Descansa.
12:36am
Descansa cariño
5:37pm

No contestó, porque estaba llorando, se sentía tan confundido y adolorido,


tan extraño y perdido, no sabía qué hacer, no sabía si era conveniente creerle,
aunque quería hacerlo.
A la mañana siguiente, había un nuevo paquete, una caja medianamente
grande y pesada, al abrirla vio diez botellas de la marca de vino de
JungKook, ediciones especiales, su hermana al verlas se puso como loca a
gritar feliz.
—Yo digo que el padre de mi adorado sobrino es el mejor del mundo.
—¿No lo odiabas ayer? Dijiste que quería comprarme con dulces
asquerosos.
—Ya sé, pero este es vino cariño, está noche es la fiesta de mi esposo y
vamos a beber.
—Yo no puedo hacerlo.
—Te dejaré beber sólo una copa, anda, agradecele de mi parte.
Pero, no lo hizo, se fue a descansar un rato, con la confusión en toda su
mente, estaba jodido ¿Y si JungKook no estaba siendo honesto? ¿Qué iba a
pasar cuando se enterará del bebé? ¿No era demasiado pronto para todo?
Esa noche, mientras festejaban a su cuñado le dieron celos. Amaba a su
hermana, pero no podía evitar sentirse celoso por lo que ella tenía, una
persona a su lado que la amaba, que daba todo por ella, suspiró pesado, ellos
disfrutaban del vino con música, era tarde, las dos de la mañana, se sirvió un
copa y salió al balcón, tomando aire.
JungKook
Mi hermana está muy agradecida por el vino
Gracias
2:45am
Pensé que estabas molesto conmigo
Estoy cenando
A tu salud
Me alegro que les haya gustado
7:45pm
No estoy molesto, sólo confundido.
2:47am
Esperaba su mensaje, pero, en vez de eso, su celular comenzó a vibrar,
estaba llamándolo. Tomó aire antes de contestar, bebiendo un sorbo de vino.
—¿Qué es lo que te tiene confundido?
Escuchar su voz era tan gratificante, que su pulso palpito con fuerza, su
estómago se contrajo, mordió su labio inferior, tratando de no sonreír, pero
fue imposible.
—Tú me confundes.
—Maldición, no sabes lo mucho que extrañaba tu voz. Te necesito aquí,
estoy cenando solo, me siento triste.
—También extrañaba tú voz, por cierto, deja de mandar regalos, es
suficiente.
—Nunca será suficiente, ¿Qué haces?
—Estoy en el balcón tomando una copa, mientras mi hermana y mi cuñado
están cayendo de borrachos, es un buen vino. Muy delicioso.
—Ven a probar el nuevo. Anda.
—¿De verdad me quieres ahí?
—Si, no tienes que hacer nada, sólo estar listo, yo me ocuparía de todo.
—Estás loco—susurró.
—Ven aquí, no conoces París, te lo mostraría, los viñedos son preciosos.
—Está bien—dijo sin pensarlo, sólo guiado por lo que sentía.
JungKook se quedó en silencio unos momentos, lo escuchó soltar el aire de
golpe.
—¿De verdad? ¿Lo harías? Dime qué no es una broma. No es gracioso.
—Diablos, no sé lo que estoy haciendo, pero sí, iré.
—Haré los preparativos, tú haz las maletas, suficiente para dos o tres
semanas.
—No te estreses con eso, hay tiempo.
—Es que no entiendes que no quiero esperar, no te preocupes ya lo tengo
resuelto, sólo, no te arrepientas. Te quiero aquí, te necesito.
—Sí lo dices así harás que realmente lo crea.
—No miento, de verdad quiero que estés aquí.
—Bien, entonces lo haremos, hay algo que tengo que decirte en persona.
—Esa frase hará que no pueda dormir, ve a hacer las maletas.
Yeosang rio por lo bajo. —Muy bien, trata de dormir.
—Dormiré pensando en ti, descansa.
—Adiós JungKook.
—Nos vemos pronto Yeosang.
Colgó, mirando el teléfono, mordiendo su labio inferior, se sentía demente
¿Qué acaba a de hacer? Bebió lo que quedaba de la copa, suspirando, a pesar
de saber que las cosas podrían salir muy mal, estaba emocionado.

—¿Estás jugando?
Su hermana le miró confundida y molesta, señalando la maleta que estaba
cerca de la puerta, JungKook lo había despertado esa mañana, diciendo que
todo estaba preparado y que alguien pasaría por él para llevarlo al aeropuerto.
—Dijiste que tenía que decirle sobre el bebé.
—Sí, pero no que viajarás a otro país para hacerlo ¿Qué sucederá si las
cosas salen mal?
—Regresaré. Te amo, eres mi hermana y se que estás pensando que hago
una estupidez y probablemente lo este haciendo, pero, necesito viajar, estoy
tan estresado y deprimido, quiero verlo—bajo la mirada tras confesar la
verdad—. Necesito verlo, saber si lo que está haciendo es una farsa y decirle
sobre el bebé, para ver si estaré solo en esto o no. Necesito hacerlo. Por favor,
no te pido que me entiendas, te pido que me apoyes.
Ella le observó con un nudo en la garganta. —Bien, pero, tienes que estar
en constante comunicación conmigo, no estoy tan de acuerdo que viajes en tu
condición, por lo que tienes que cuidarte mucho ¿Entendiste? Si algo sale mal
tienes que decirme.
—Lo haré, me tengo que ir, han llegado por mí.
—Cuidate mucho—dijo abrazándolo, estrechandolo entre sus brazos—.
Pase lo que pase, recuerda que no estás solo.
—Gracias, te llamaré cuando aterrice.
Tomó la maleta con su mochila y salió del departamento, trataba de no
pensar mucho lo que estaba haciendo para no arrepentirse. Abajo, se
encontraba el chófer de JungKook, lo conocía, le saludó amable, este le dio el
boleto de avión y arrancó al aeropuerto, en todo el camino se hallo nervioso.
Los boletos eran de primera clase, jamás había viajado tan cómodo, pensó
que estaría despierto, lamentando su situación, pero se quedó dormido,
despertó cuando estaban aterrizando, por lo que JungKook le había dicho,
alguien estaría esperándolo para llevarlo a los viñedos, estaba un poco
alejado de París, pero, estaba bien, el aire se sentía diferente.
Recogió su maleta y miró alrededor, avisando a JungKook que estaba ahí,
un hombre alto y rubio se le acercó.
—Monsieur Kang.
—Yes, I'm.
—Venga conmigo, por favor—se sintió un tonto al darse cuenta que aquel
hombre hablaba su idioma.
—Bien.
—Deme su maleta.
Se la entregó, caminando cerca de él, al salir sonrió en grande, tomando
una fotografía, el aeropuerto lucía espectacular.
—¿Es su primera vez en Francia?
—Sí, lo es.
—Entonces disfrutará mucho del paisaje.
—De eso estoy seguro.
Caminaron hasta un auto negro, subió atrás, como el hombre le indicó,
tomó un respiro, estaba cansado, pero, ver el paisaje era más interesante que
dormir, estaba fascinado.
—El señor Min me dijo que le ofreciera parar para que pueda comer algo.
—Oh no, sigamos, puedo aguantar.
—Es viaje de una hora y media.
—Está bien. Aguantaré.
El hombre asintió, regresando la atención completa al camino. Yeosang
suspiró, estaba ahí, en otro país, siguiendo su corazón, siguiendo una ilusión,
una que deseaba que se hiciera realidad. Acarició su vientre ligeramente,
esperando que JungKook lo aceptará, que ambos pudieran ser una familia,
pero al mismo tiempo gritándose que estaba siendo iluso.
Estaba bien cubierto, con una sudadera que le quedaba grande, hacía un
poco de calor y estaba sofocado, así como nervioso, no se sentía de la mejor
manera, así que trató dormir.
No supo cuánto tiempo se quedó dormido, pero sintió cuando el auto se
detuvo, abrió los ojos, estaba en una hacienda vinícola, se estacionaron frente
a una casona de enorme tamaño, con una fachada rústica, digna de la
infraestructura francesa. Bajó con temor, el aroma era delicioso, a naturaleza,
el viento soplaba fuerte, pero no era frío. Se quedó ahí parado sin saber qué
hacer. Hasta que la puerta principal se abrió.
JungKook apareció como una luz en medio de un oscuro camino, así era la
descripción que le daba su corazón, este bajó corriendo, acercándose a él, ni
siquiera pudo reaccionar cuando ya estaba entre sus brazos, oliendo su aroma,
que era delicioso, sintiendo el calor de su cuerpo, sus ojos se llenaron de
lágrimas, ¿Por qué alguien que había causado tanto daño le hacía vivir esas
sensaciones? Lo abrazó tambien, enterrando la cabeza en su hombro.
—Estás aquí—dijo su voz, que sonó como coro de angeles.
Lo separó de su cuerpo y le miró fijamente.
—Hola—fue lo único que pudo decir.
—De verdad estás aquí—se miraron unos segundos, hasta que JungKook
tomó sus mejillas y las acarició—. Lo siento, no puedo controlarme.
No supo a qué se refería hasta que sintió sus labios sobre los suyos, era un
toque tan necesitado, Yeosang cerró los ojos y siguió el movimiento de su
boca, quedando sin aliento. Se sentía tan bien, tan correcto.
—Te extrañe mucho. Demasiado, estoy seguro que si no hubieses venido
yo habría vuelto lo antes posible.
—¿Y el trabajo? No puedes dejar todo así.
—Por ti puedo hacer todo lo que quiera. Ven, entremos, dejaremos tu
equipaje y comeremos algo, ya me dijeron que no quisiste parar.
Yeosang se sentía mareado, estaba sucediendo todo tan rápido que sintió
náuseas. Entraron a la casa, por dentro era igual de hermosa, no pudo ver
mucho, porque JungKook lo guiaba escaleras arriba, lo condujo a una
habitación, la principal, dejó la maleta a un lado de la puerta y lo abrazó
nuevamente.
—De verdad estás aquí.
—Estoy aquí, deja de decir eso—rio divertido.
JungKook lo miró tan dulce, que su estómago se estrujó.
—Yo...
El sonido de un celular los interrumpió. JungKook lo sacó de su bolsillo.
—Atiende.
—Será sólo unos momentos. Espera aquí.
—Jungkook no desapareceré.
—Ya vuelvo—dijo con una sonrisa.
Cuando lo vio salir, sufrió un colapso, se acercó a las puertas del balcón y
las abrió, saliendo a tomar aire, se recargó en la barandilla de concreto, el
paisaje era precioso, pero, se sentía tan mareado, que no podía apreciarlo.
Era una combinación de todo, estrés, no comer bien, cansancio y las
emociones que JungKook despertaban en él. Quería vomitar, estaba mirando
desenfocadamente. Tocó su estómago antes de caer inconsciente.
Despertó con un dolor en la cabeza terrible, abrió los ojos cegado por la
luminosidad de la habitación. Se quedó unos momentos pensando en lo que
había sucedido, pero estaba muy confundido, se sentó de golpe, un mareo le
atacó, tragó en seco, al darse cuenta que estaba en la habitación de un
hospital.
—No, no, no.
La puerta se abrió, y su piel se erizó, JungKook venía acompañado de un
doctor, le miró fugazmente. El doctor se acercó y le sonrió.
—¿Cómo te sientes?
—Yo...¿Por qué estoy aquí?
—Sufriste un desmayo, no despertabas así que te trajeron, has estado
inconsciente un par de horas.
—Yo...—su voz se quebró—. Yo estoy...
—El bebé está bien.
Miró rápidamente a JungKook quien lucía preocupado, este se acercó.
—¿De verdad está bien?
—Sí, lo está, pero, para que se sientan más tranquilos podemos hacer una
ecografía rápida.
—Sí—respondió Yeosang atento al silencio de JungKook, tenía tanto
miedo, no era así como tenía que enterarse.
El doctor llamó a una enfermera, la habitación se quedó en silencio,
mientras que ella traía el equipo para realizar una ecografía. Yeosang dejo
que el doctor actuará, sin mirar a JungKook, estaba aterrorizado.
La imagen comenzó mostrando a su bebé, estaba más grande que la última
vez que lo vio.
—Aquí está, todo se ve normal, no hay desprendimiento ni algo que nos
indique un posible riesgo, lo que pudo pasar es que el viaje te descompensó
por completo, ¿Comiste algo?
—No.
—Debes comer bien, ahora tienes aproximadamente dieciséis semanas,
¿Ya has escuchado su corazón?
—Aún no.
—Entonces escucharemos muy rápido. Bien. Aquí está.
El sonido que inundó la habitación les dejo pasmados, no se atrevía a mirar
a JungKook pero si sentía la mirada de este sobre su cuerpo.
—Eso es todo, mandaré que traigan tus papeles con el alta, si te sientes
mal, puedes venir. Te daré unas vitaminas.
Le tendió unos pañuelos, pero, no pudo tomarlos, estos estaban en la mano
de JungKook, quien le ayudó a limpiarse, fue cuando lo miró. No se dieron
cuenta en qué momento se quedaron solos.
—Jungkook...
JungKook le miró con una expresión que no pudo identificar, y tuvo
mucho miedo de ella.

Espero que les haya gustado, nos leemos pronto


42

—Por favor, dime algo.


JungKook suspiró, cerrando los ojos unos momentos, tomando aire,
aquello estaba siendo muy abrumador, desde el momento en que lo vio tirado
en el piso, el miedo que sintió al no saber lo que sucedía, el camino a la
clínica y el descubrir que Yeosang estaba embarazado, de un bebé que era
suyo, y no sólo eso, que tenía cuatro meses de gestación, lo que significó que
lo había abandonado llevando a su hijo sin saberlo. Estaba confundido.
—¿Por qué no me dijiste nada? —abrió los ojos y le miró con tristeza.
—Me enteré hace poco—suspiró—. Fue el día que se casó tu hermano, esa
mañana antes de recibir la llamada de la empresa fui a hacerme los análisis de
sangre, me había sentido muy mal, yo pensé que era porque me encontraba
deprimido, pero mi hermana sembró la duda en mí, yo...te lo iba a decir
cuando volvieras.
—Yo...no sé qué decir.
Yeosang mordió su labio inferior. —Sé que puede resultar abrumador.
Para mí lo fue al principio, yo pensé que no podía tener hijos.
—¿Por qué pensabas eso?
—Lo intenté con mi ex pareja por más de un año, ese fue el mayor de
nuestros problemas, él quería una familia y yo no podía dársela, nunca tuve
mucho cuidado cuando estuvimos juntos, lo lamento JungKook debí ser más
responsable en ese aspecto, pero es que en verdad pensé que no podía suceder
nada.
—Yo tampoco fui cuidadoso, siempre lo había sido, pero contigo no fue
así.
—No te quiero obligar a nada, iba a decírtelo cuando volvieras, pero,
cuando me pediste venir aquí, acepté, porque tenía que decírtelo, quería
terminar con el suspenso, saber si cuento o no contigo, yo, estoy feliz—dijo
tocando su vientre—. Porque te amo, realmente no había amado de la forma
que lo hago ahora, y este bebé es fruto de mi amor por ti, por eso estoy más
que satisfecho, me hubiera gustado decírtelo de otra manera, pensé mucho en
eso, pero supongo que las cosas nunca salen como se piensan o desean.
JungKook se sentó a su lado, mirándolo de frente. —¿Y si hacemos que
esto nunca pasó?
—¿Qué?
—Sí, empecemos de nuevo, quiero escucharlo de ti, di lo que tenías
pensado decirme. .
Yeosang le miró apenado, bajo unos momentos la mirada, no sabía lo que
JungKook esperaba o pretendía, pero, su voz no era dura, sino dulce. Eso le
dió la fuerza para continuar.
—Me da gusto verte, quería verte—le miró a los ojos avergonzado—.
Necesitaba decirte algo muy importante.
—¿Qué sucede? Sabes que puedes decirme lo que sea.
—Cuando lo nuestro termino me encontraba mal, muy mal—mordió su
labio inferior—. Me sentía triste, no comía bien y estaba desolado. Fue ahí
que me di cuenta lo mucho que te amaba.
JungKook agachó la mirada, escuchar de sus labios que lo había lastimado
tanto, hasta enfermarlo le dolió, jamás se había detenido a pensar en el dolor
de los demás, mucho menos después de actuar mal, siempre veía por sus
propios intereses, por su propio dolor y deseos. Pero, desde que había
conocido a Yeosang y se habían acercado esas cosas estaban cambiando, se
preocupaba por él mucho más de lo que alguna vez alguien le había
preocupado, ni siquiera se comparaba con Taehyung. Cuando lo vio
inconsciente en el piso sintió que su alma salía de su cuerpo, el miedo a
perderlo era más fuerte que cualquier cosa que había experimentado antes.
—Jamás me perdonaré lo que hice, en ese momento pensé que estaba
haciendo lo correcto, pero tomar la decisión me costó mucho, los días
posteriores fueron tan extraños, me sentí tan incorrecto, se suponía que lo
amaba, pero, la realidad es que no podía dejar de pensar en ti. Me porte como
un desgraciado, lo siento mucho.
—Lo entendí en ese entonces, ¿Sabes? Lo supe cuando empezamos, que tú
corazón no era mío, que no me amabas o estabas enamorado, no era una
historia como de película, tú no me querías, pero yo si, y me conforme,
sabiendo que en cualquier momento todo terminaría, y acepté, no me
arrepiento de haberlo hecho, tampoco te culpo por haber terminado, era lo
que tú querías en ese momento y me conformé.
—Escucharte sólo me hace darme cuenta de lo estúpido que fui ¿Cómo te
deje ir? ¿Por una ilusión estúpida? No, eso no debió ser. Lo lamento, pero,
sigue.
—Yo no me sentía bien, pero trataba de sobrevivir, porque era lo correcto,
cuando los síntomas empeoraron, me hice una prueba, JungKook tendremos
un bebé, y amo demasiado a este bebé, es tan hermoso saber que estoy
esperando un hijo de la persona que amo. Yo, no sé lo que tú quieras, pero,
está bien, este bebé es lo que más amo y puedo conformarme con tenerlo solo
a él.
JungKook tragó en seco, una emoción interna le hizo sonreír y tomar su
mano.
—¿Tendremos un bebé?
—Estoy esperando un bebé tuyo.
Las lágrimas de Yeosang mojaron sus mejillas, JungKook no espero para
abrazarlo. Lo estrechó en sus brazos, tenía miedo, porque aquello era nuevo,
pero, estaba bien con tomar el reto, ya no tenía dudas, amaba a Yeosang.
—Tendremos un bebé, yo también lo amo, ya lo amo como te amo a ti.
Gracias por venir aquí y decírmelo, te amo Yeosang. Estoy muy feliz.
Yeosang sintió que su corazón latio más rápido que nunca, sollozo, y
JungKook beso su cabeza, estaba llorando como un niño, aquello parecía tan
irreal, JungKook lo separó de su cuerpo, tomó sus mejillas y le miró, sus ojos
también estaban acuosos, se sentía feliz, siempre había querido una familia, y
ahora Yeosang le estaba dando una noticia tan inesperada, pero hermosa.
—De verdad te amo.
—Jungkook yo te amo demasiado, muchísimo, tenía tanto miedo.
—¿De mí? —preguntó con tristeza.
—De tú reacción, de que me abandonaras. Lo habría soportado, pero, sería
doloroso.
—Te he dado una imagen mala de mí, pero, no soy así, cuando amo lo
hago con intensidad, me entrego, siempre había querido tener a alguien a
quien amar y que me correspondiera, y cuando llegaste, me mostraste cosas
tan dulces, tu corazón es oro puro, yo jamás debí dejarte, porque me hacías
feliz, porque estaba tranquilo a tu lado. Ahora, tomé la decisión de no dejarte
ir nunca, puede pasar los años, pueden pasar muchas cosas, pero yo estaré
aquí amándote.
—¿Lo que dices es verdad?
—Sí, lo es, te amo, y ahora tendremos un bebé y formaremos una familia.
—Eso suena...extraño, estaba preparado para otra cosa.
—Yo estoy preparado para salir de aquí y llevarte a comer algo.
Una enfermera entró, ella sonrió mostrando una carpeta y una bolsa de
medicinas, hablaron un poco con ella, se prepararon y salieron de la clínica,
las calles estaban oscuras, había anochecido, subieron al auto, el chófer le dió
una mirada amable, lo cual hizo que se relajara. A su lado JungKook tomó su
mano.
—Hay un restaurante muy bonito, la comida es muy buena, debes tener
hambre.
—No tengo mucho apetito, pero debo comer.
—En tres días podemos viajar a París, no estamos muy lejos ¿Te gustaria?
—Sí, suena muy bien—sonrio apenado.
—¿Habías viajado a Europa antes?
—Sólo cuando viaje contigo a esa expo, en Italia, fue hermoso, me prometí
que algún día regresaría.
—¿Italia? Es un país maravilloso.
—Lo es—asintió.
—No recordaba la expo, ¿Te causé muchos problemas?
—Estabas muy ebrio, apuesto a que no recuerdas nada ¿Verdad?
—No mucho, era cuando bebía más, ahora lo hago con moderación. Dime
¿Te irrite demasiado?
Yeosang bajo la mirada y sonrió. —Me besaste. Cuando te acosté para que
durmieras, fue un beso muy bueno, desde ahí empecé a mirarte más.
JungKook boqueo, soltó el aire y comenzó a reír negando.
—No hay peor perdedor que yo ¿Verdad?
—No eres un perdedor. Está bien si no lo recuerdas.
—Eso era algo que no debería haber olvidado.
—Yo estaba muy feliz de que lo hayas hecho, me habría muerto de
vergüenza.
Jungkook llevo sus manos enlazadas a la boca y besó el dorso de su mano
con cariño. Yeosang se puso rojo de la pena, no era extraño que JungKook le
diera muestras de cariño, lo hizo mientras ellos estaban saliendo, pero, de eso
había pasado un tiempo, y acostumbrarse de nuevo le estaba llevando a
pequeños ataques en el corazón. Estaba en una nube, y no quería caer de ella.
Llegaron a un restaurante, era lindo y elegante, entraron sentándose en una
mesa cercana a la ventana, las calles se veían salidas de una película, con una
iluminación perfecta. Pidieron algo del menú, y esperaron.
—¿Puedes beber vino? Aún quiero mostrarte en el que he estado
trabajando.
—Una copa sería suficiente, me encantaría probarlo.
—Yo...estoy nervioso.
—¿Por qué?
—Por tenerte frente a mí, te ves hermoso.
—Acabo de salir de la clínica, creo que debo verme terrible.
—No, te ves perfecto, tan hermoso. No sabes lo que tú belleza hace.
—No exageres—desvió la mirada.
—Hace un par de días me encontré a Fabio Santoro, me preguntó por ti, le
dije que ya no trabajabas para mí, y pidió tu número.
—No recibí una llamada de él—dijo en tono de burla.
JungKook bufó. —Porque no se lo di, le dije que estabas en una relación
conmigo.
—Pero, nosotros no estamos en una relación.
—Lo sé, pero estaba celoso—dijo con una mueca—. Me daba celos a
veces, cuando te ibas me preguntaba si te verías con alguien.
—Siempre fuiste muy dulce. Eras un gran jefe.
—Yo estaría perdido sin ti, me ayudaste mucho, de muchas formas.
La mesera trajo sus platillos, Yeosang se saboreo la comida.
—Esto luce y huele exquisito.
—Come, te aseguro que sabes delicioso también, hablando de eso ¿Has
tenido síntomas? Jin no podía acercarse a la comida sin sentir náuseas.
—Pues, no realmente, sólo cansancio, náuseas matutinas, pero puedo
comer sin problema.
—Me alegra que no la estés pasando mal.
Yeosang asintió, si bien, había tomado positivamente lo del bebé, y le
confesó sus sentimientos, aún no había nada claro entre ellos. Quería estar
con él, formar una familia, pero, también se encontraba inseguro, no quería
sufrir nuevamente.
—¿En qué piensas?
—En nada—sonrió.
—¿Quieres postre?
—Estoy lleno.
JungKook asintió. —Vamos a que descanses, muchas cosas sucedieron en
este día, debes estar agotado.
—Lo estoy.
Después de pagar la cuenta, salieron al frío de la noche, estaban exhaustos,
Yeosang ya no se sentía mal, pero, quería dormir, estaba realmente cansado.
Por eso, en el camino de regreso no habló, JungKook tampoco dijo nada, no
sabía si era porque quería dejarlo descansar o porque estaba perdido en sus
pensamientos. Llegaron a la hacienda, bajaron en silencio y entraron, había
luces encendidas, la casa no parecía estar realmente sola.
—¿Viven personas aquí?
—Quienes cuidan, yo estoy en pláticas para comprar este lugar.
—¿Un nuevo lugar de producción?
—Sí, y también porque me gusta estar aquí, es tranquilo y lindo, hay
caballos, pero creo que no puedes montar.
—No, no puedo.
JungKook asintió, llegaron a la habitación principal, dónde había quedado
inconsciente. Se adentraron, las maletas seguían al lado de la puerta.
—Ahí está el baño, si quieres puedes bañarte, yo...estaré en la habitación
de al lado, por si necesitas algo.
—Oh, está bien—asintió un poco desanimado.
—Mañana podemos hablar, creo que ambos estamos asimilando todo.
—Claro, descansa.
JungKook se encaminó a la puerta. —Descansa cariño.
Yeosang lo vio salir y suspiró profundamente, tomó una de sus maletas y
la abrió, sacando ropa limpia, se metió al baño y tomó una ducha rápida, el
agua caliente hacía cosas maravillosas en su cuerpo, estaba tan cansado, que
no quería pensar en nada, pero JungKook no salía de su mente, no quería
dormir separado a él, deseaba que la incomodidad y las dudas se fueran y
simplemente pudieran estar juntos.
Se miró al espejo, lucía bien, pero cansado, lavo sus dientes y salió del
baño, estaba por meterse en la cama, cuando la puerta se abrió. Se volvió para
ver a JungKook mirarlo con derrota.
—Lo siento, pero no puedo hacerlo.
—Lo entiendo, no te preocupes, cuidaré bien del bebé por mi cuenta y...
—¡No! No me refiero a eso—negó de inmediato—. Hablo de que no puedo
estar en otra habitación sabiendo que te encuentras cerca, tal vez es estúpido
pedirlo, pero, ¿Puedo dormir contigo?
Yeosang soltó el aire, ya estaba por ponerse a llorar, pensando que
JungKook había cambiado de opinión sobre el bebé.
—Sí, está bien.
—Gracias, tomaré un baño—se acercó al closet sacando ropa—. Puedes
ver algo en la televisión.
Asintió distraído, se acostó en la cama y suspiró, escuchando la ducha, casi
se queda dormido. Estaba tan confundido, las cosas avanzaban de forma
veloz. JungKook salió del baño, se recostó a su lado, no lo toco mantuvo la
distancia y eso le molestó.
—¿Qué es lo que va a pasar con nosotros?
—Te invité a este viaje pensando en qué sería una buena forma de volver a
enamorarte, ahora, no sé qué hacer. No sé si quieres que vaya lento, o rápido,
hablo por el bebé. Si por mí fuera ya estaríamos casados.
—¿Casarnos? No hablas en serio—rio mirándolo.
JungKook mordió ligeramente su labio inferior. —Claro que si, mientras
me bañaba lo pensaba, ¿Y si nos casamos en Italia?
—Ah, eso sería lindo, ¿Cuando?
—En un mes.
Pensó que estaba jugando, así que comenzó a reír. Pero JungKook se
mantuvo serio. Avergonzado.
—No es en serio ¿Verdad?
—Si tú no quieres, que sea una broma.
—Casarnos por el bebé no estaría bien.
—Me quiero casar contigo porque te amo, no hay diferencia, el bebé sólo
hace que las cosas vayan muy rápido, pero nada más.
—Yo...no sé qué decir.
—¿No me amas como para casarte conmigo?
—Te amo, pero, no sé si tú me ames, ¿Qué pasará cuando te des cuenta
que no era lo que querías? No quiero volver a sufrir.
—Y yo no volveré a hacerte sufrir, no lo haré.
Se miraron por unos momentos, JungKook bufó, se acercó más, hasta estar
casi sobre él, mirando sus ojos, relamió sus labios antes de besarlo, Yeosang
lo abrazó, necesitaba ese beso, sabía muy bien, se sentía tan cálido y le daba
una sensación de confort.
—Te amo, Kang Yeosang te amo demasiado, y no te quiero dejar ir.
—Basta, me harás llorar.
Acarició su mejilla. —Vamos a casarnos, en Italia.
—Estas loco.
—Anda, hagamos esto, dame una oportunidad.
Yeosang mordió su labio inferior. —Te diré por la mañana. Déjame
pensarlo.
—Muy bien. Oye, la he pasado mal, ahora que lo pienso he estado de mal
humor y he tenido muchos antojos.
—El bebé te está haciendo pasar a ti un mal rato, espero que siga así.
JungKook bajo su mano hasta su estómago y acarició. —No me importa,
está bien si tú no lo sufres.
—Abarazame, quiero dormir.
JungKook se acomodó mejor y lo abrazo, muy cerca de su cuerpo,
Yeosang cerró los ojos sintiendo los dedos acariciar su cabello. Era
reconfortante y especial. Pronto, ambos se quedaron dormidos.

El celular no dejaba de sonar, se levantó adormilado, tomándolo de la mesa


de noche.
—¿Bueno?
—¡Kang Yeosang! ¿Por qué carajo no me avisaste que estabas bien? Me
he vuelto loca.
El sueño se fue por completo de su sistema. —Lo siento, en verdad lo
lamento, me olvidé por completo. Pero estoy bien.
—¿Ya lo sabe?
—Sí, lo sabe.
—¿Cómo reaccionó?
—Me quiere, y quiere estar conmigo y con el bebé, está feliz. Hasta me ha
pedido casarnos.
—No confíes tanto en él, me da miedo que haga algo para lastimarte.
—Estaré en calma, ve a trabajar.
—Allá deben ser las cinco de la mañana, ve a dormir otro rato. Te amo,
cualquier cosa llámame.
—Lo haré.
Cuando colgó se dió cuenta que la cama estaba vacía. Se recostó
nuevamente, con el corazón desbocado, escuchó ruidos en el balcón y curioso
se levantó.
Camino sigiloso, la puerta estaba medio abierta, por ahí podía ver a
JungKook fumar un cigarrillo, mirando las viñas. Se preparó para salir, había
una brisa fría, pero no lo suficiente para hacerlo regresar. Se posicionó al lado
de JungKook quien le miró y le sonrió.
—¿Tú hermana?
—Sí, olvidé llamarla cuando llegue.
—Debio estar molesta.
—Un poco. ¿Qué haces despierto a esta hora?
—Tengo que trabajar muy pronto. No quería despertarte.
—No lo hiciste. ¿Estás bien?
—No dormí.
—¿Te molesté? Lo lamento.
—No, duermes como bebé, no te mueves mucho—sonrió con dulzura—.
Pensaba, en muchas cosas, creo que apenas asimilé que seré papá.
—¿Cómo te sientes? Fue repentino.
—Mucho, pero ¿Sabes? Me siento feliz, yo no sé cómo lo llames tú, pero
esto no fue casualidad, quiero creer que fue el destino. Debemos estar juntos.
Yeosang rio por lo bajo. —JungKook gracias por no actuar de forma
negativa.
—Me siento culpable. Debía estar ahí para ti.
—Posiblemente si no hubiéramos terminado no nos habriamos dado cuenta
hasta mucho después.
—Yo quería estar ahí. Lo siento.
—Está bien, puedes estar en muchas otras cosas.
JungKook le abrazó, estrechandolo en sus brazos y besando su cabeza.
—¿Quieres volver conmigo? Te prometo que está vez lo haré mejor, haré
que tú decisión se sienta correcta, te voy a amar, voy a cuidar de ti y de mi
bebé, yo seré un buen hombre y un buen padre, no tendrás quejas, por favor,
te necesito tanto. Y te amo.
—Me siento un estupido, porque debería hacerte sufrir, dejarla más difícil,
pero la realidad es que no soy esa clase de persona, porque te amo y quiero
estar contigo, también te necesito. Sólo espero que está vez no me hagas
daño.
—No lo haré. Acompáñame a trabajar. Como antes.
—¿Cómo asistente?
—No, como mi compañero. Y después tengo una sorpresa para ti.
Yeosang asintió. —Suena bien.
—Vamos entonces.

Doble actualización patrocinada por paroxwtina muchas gracias


Espero que les este gustando la historia. Más drama adelante jajaja los
amo
43

—Su suegro está aquí.


SeokJin hizo una mueca antes de levantarse del escritorio.
—Lleva té a la sala.
—Claro señor Kim.
Se encaminó a la sala, su suegro era una de las personas más difíciles del
mundo, y sabía bien que no caía en su gracia, porque decía que había lavado
el cerebro de su hijo. Ellos se conocían desde niño, habían ido a las mismas
escuelas y sus familias eran unidas, SeokJin realmente no comprendía por
qué estaba tan molesto, al final de cuentas su familia también pertenecia a la
alta sociedad, cada que estaban solos el campo de guerra se preparaba,
ninguno de los dos podía quedarse callado.
—Buenos días señor Kim.
KyungSoo elevó la mirada y le observó con seriedad, en sus manos tenía a
Soobin quien estaba tranquilo.
—El niño pesa más que la última vez que lo ví, deberías cuidar lo que
come, no queremos que sea un niño obeso.
—Mi hijo come lo que yo digo, suegro—respondió con una sonrisa
sarcástica—. Lleva a Soobin a su cuarto—le dijo a la nana que se mantenía
apartada.
Se sentó en un sillón mirando a su suegro.
—Siempre tan insolente.
—Que gusto verlo.
—Como sea, tengo un trabajo para ti.
—No lo necesito.
—Tienes que hacer algo, es por la familia.
Se puso serio, una de las cosas que más odiaba de los Min, era tener que
hacer cosas que estaban fuera de su moral para mantenerlos felices.
—¿Qué es lo que quiere el culto de lo Min ahora?
—Como sabes Leeteuk es quien está llevando todo el trabajo que se
supone que Jimin tiene que hacer, quiero que entres a su oficina y veas el
testamento de mi padre, creemos que hay clausulas que no hemos visto.
—¿Cómo se supone que haré eso?
—Piensa en algo, eres bueno engañando, esto es provechoso para todos.
—Creí que era suficiente con el matrimonio de Yoongi.
—No, tenemos que hacer más, el plan apenas comienza, hazlo lo más
rápido posible. Me retiro, espero tener respuesta pronto.
Se puso de pie y le miró con desden antes de encaminarse a la salida.
SeokJin se quedó ahí sentado, todos estaban tras el gran premio. La herencia
de Min HongJae.
No podía negarse, le habían prometido que eso era beneficioso también
para Namjoon, y él sólo veía por su familia. Sentía lastima por Jimin, pero no
había otra forma de actuar. Todos estaban manchando sus manos.
Al día siguiente estaba en la oficina de Leeteuk, lo conocía de vista, era
quien se encargaba de todos los movimientos de HongJae antes de su muerte
y quién representaba a Jimin, su oficina estaba en la empresa de los Min, la
asistente al verlo se acercó.
—Buenos días señor Kim ¿Puedo ayudarlo en algo?
—Vengo a ver al señor Park Leeteuk.
—Oh, él no se encuentra en su oficina, está en una reunión.
Sonrió internamente. —Tengo algo de tiempo, lo voy a esperar en su
oficina—dijo con una sonrisa amable, encaminandose a la puerta.
—Yo...no creo que el señor.
Abrió la puerta y se adentró. —Traeme un café late con leche descremada,
dos sobres de endulzante. Por favor.
Se sentó esperando, ella dió una reverencia y salió en cuanto la vio hacer
eso, se puso de pie. Miró alrededor, había muchas cosas ahí, se acercó al
escritorio y comenzó a buscar en los cajones, había papeles, pero no eran lo
que buscaba, estuvo así un rato, con la adrenalina al cien, cuidando la puerta,
abrió un cajón pequeño dónde había unos documentos, bajo estás se
encontraba una carpeta de piel, la abrió sonriendo, sacó su teléfono y tomó
fotos de todos los papeles sin leerlos, sólo le importaba saber que ese era el
testamento, cuando terminó lo guardo y se puso de pie en el momento justo.
La asistente entró con su café.
—Aquí tiene señor.
—¿Crees que tarde demasiado? —le dió un sorbo, ideal para calmar sus
nervios.
—Por lo menos una hora más.
Suspiró mirando su reloj. —No tengo tanto tiempo ¿Puedes decirle que me
llame? Es urgente.
—Claro.
—Me tengo que ir, muchas gracias.
Dejó el café en la mesa y se encaminó a la salida sosteniendo la
respiración, era muy buen actor, se despidió de ella y subió al ascensor.
Mandando las fotos a su suegro. Su labor estaba terminado.

Jimin salía de la universidad, estaba por tomar el autobús cuando su celular


sonó, lo contestó con una sonrisa mirando de quién se trataba.
—¿Hola?
—¿Saliste de clases?
—Sí.
—Toma un taxi a la oficina, vamos a cenar.
Jimin sonrió. —Estaré ahí pronto.
—Te espero lindo.
Yoongi lo tenía en las nubes, estaba tan feliz, viviendo una gran ilusión,
vivir con Yoongi era increíble, siempre se portaba bien con él, era dulce y
cariñoso, ahora estaba seguro que lo amaba y nadie podía hacerle cambiar de
opinión.
Tomó un taxi, yendo a la empresa, no había estado ahí en mucho tiempo,
porque el recuerdo de su padre seguía muy vigente, Leeteuk le mantenía
informado sobre todo lo que sucedía, pero tampoco era como si entendiera
mucho, entró, siendo recibidos con educación, todos ahí sabían quién era y
que estaba casado con Min Yoongi.
Subió al ascensor directo al piso donde Yoongi tenía la oficina, el asistente
de Yoongi le recibió cuando las puertas se abrieron.
—Señor Min, lo están esperando.
—Muchas gracias.
Entró a la oficina, Yoongi estaba detrás del escritorio leyendo algo en el
computador, se acercó y salto sobre él cuando Yoongi le miró. Le dió un beso
en los labios, lo extrañaba tanto.
—Llegaste antes de lo que pensaba, terminó de responder este correo y
vamos.
—Me sentaré ahí.
Yoongi lo sostuvo de la cintura. —Quedate, no me molesta. ¿Que tal tu
día?
—Cansado, pero bien, todos me miran extraño, ya saben sobre el
matrimonio.
—No les hagas caso, ellos quisieran ser tú.
—Me da pesar que piensen que soy un cazafortunas.
—Mi dulce niño, la gran parte de esta empresa es tuya, no tienes la
necesidad de hacerlo, en todo caso ellos pensaran que yo lo soy.
Jimin negó. —Lo mío es tuyo.
—¿De verdad lo ves así?
—Claro, incluso estaba pensando en qué tú manejes lo que a mí me
corresponde, me siento mal con Leeteuk, creo que le doy mucho trabajo.
Yoongi le miró conteniendo una sonrisa. —Podemos hablar después de
esto, sería algo bueno, también podría comenzar a enseñarte lo básico.
—Suena bien, aún no entiendo porqué mi padre hizo esto.
—Porque confiaba en ti. Eso es bueno Jiminie.
Beso su mejilla, contesto rápido el correo y le sonrió.
—No pienses mucho en esas cosas, vas a ver qué todo se irá acomodando,
mejor vamos a cenar algo que muero de hambre.
Jimin se levantó para dejar que Yoongi hiciera lo mismo, alargó la mano
para tomar la suya y ambos salieron de la oficina, Yoongi iba con un
semblante serio, uno que siempre tenía con las personas alrededor. Bajaron
en ascensor hasta el subterráneo dónde se hallaba su auto. Llegaron abriendo
la puerta para Jimin quien se acomodó tranquilo.
—¿A dónde iremos?
—A un restaurante muy popular estos días. La comida es buena, de la
mejor calidad.
—¿Hay código de vestimenta? —habia aprendido que los lugares a donde
Yoongi iba casi siempre tenían código de vestimenta. No estaba vestido mal,
pero no creía que iba acordé.
—Te ves bien, usarás mi gabaradina, eso le dara más elegancia a tu
atuendo. Debes comenzar a vestir más formal.
—Sí, debería hacerlo.
—Te tengo una sorpresa, bueno, en estos días llegará.
Jimin le miró curioso. —¿Qué es?
—Es una sorpresa, no te voy a decir, pero, será bueno para ti, es una forma
de que ganes más independencia.
—Ahora estoy curioso.
—Tú siempre eres curioso—bufó.
—Sí, eso lo sé.
El viaje en auto no duró mucho, cuando menos lo pensó ya estaban en un
restaurante de un hotel muy elegante, bajaron, acomodando su ropa para
entrar, el encargado se acercó a Yoongi y dió una reverencia.
—Señor Min, por favor acompañeme, su mesa está lista.
Yoongi asintió, el hombre los guío a una mesa privada, Yoongi le corrió la
silla para que pudiera sentarse, después tomó asiento frente a él.
—Trae la especialidad, por favor, el vino de una reserva del noventa, por
favor.
—Enseguida señor.
Se fue dejándolos a solas. Jimin elevó una ceja.
—A veces me sorprende tu personalidad. Con los demás pareces ser más
demandante, conmigo eres dulce.
—No a todas las personas las tienes que tratar de la misma forma, la gente
me respeta, soy cortante, pero no grosero, contigo no quiero ser así, sino
amable. ¿No te gusta?
—Me gusta como eres conmigo. ¿Eres igual con tu familia?
—No, todos somos distantes, es la costumbre, según mi padre, el abuelo
era igual con ellos.
—Conmigo fue diferente.
—Tienes el poder de hacer que las personas sean dulces contigo, tu
personalidad lo permite.
—¿Lo crees?
—Claro que si. Por eso estamos aquí.
—Es lindo salir contigo. Me gusta.
—También me gusta, hoy tuve especial interés en verte, te extrañe.
—Yo también te extrañe.
—Estaba pensando en salir del país, podríamos tener unos días de
descanso, puedes elegir el lugar que desees.
—Tendré que ver los horarios de la universidad, pero sí estaría bien.
—El trabajo está siendo ligero, pero llegará la temporada donde más
ocupado este, por eso debemos pasar tiempo juntos, a veces hasta me es
difícil llegar a casa, cuando eso pasa me quedo a dormir en la oficina.
—Trabajar mucho puede hacerte daño.
—Asi es como debe de ser.
—Está bien, procuraré tener paciencia, no quiero ser un problema.
—Tú nunca eres un problema—le sonrió—. Vamos a cenar y disfrutar la
noche. ¿Quieres?
—Me encantaría.

Iban en el auto de regreso al departamento cuando comenzó a llover, Jimin


sonrió en grande, ese gesto no pasó desapercibido por Yoongi, quien le miró
con una ceja alzada.
—¿Te gusta la lluvia?
—Antes podía jugar en la lluvia, era divertido.
—¿Era divertido quedar empapado?
—Si ¿Nunca lo hiciste de niño?
—No, mis padres no lo permitían.
Jimin asintió suspirando. Yoongi lo pensó ¿Por qué estaba tan interesado
en mantener feliz a Jimin? No lo entendía, mucho menos cuando aparco en la
acera y abrió su puerta.
—¿Qué haces?
—Vamos a empaparnos con la lluvia.
Jimin sonrió en grande y bajó del auto, la lluvia golpeó su cuerpo, pero se
sentía increíble, cerró los ojos y miró al cielo, permitiendo que las gotas
mojaran su rostro, Yoongi estaba incómodo, pero cuando Jimin se acercó y
tomó su mano se sintió mejor, este le abrazó y rio.
—Bailemos.
—¿Aquí? ¿Bajó la lluvia?
—¡Sí! Vamos.
Bufó, algunas personas les miraban curiosos, eso le puso nervioso, pero
Jimin posicionó la mano en su hombro y tomó su mano, rodó los ojos y
termino tomando su cintura para bailar con él, sin música, sólo escuchando su
risa, que era encantadora. Le dió algunas vueltas y rio también.
Lo alzó ligeramente y Jimin levantó las manos, estaba feliz, muy feliz,
cuando lo bajo tomó sus mejillas y lo beso, un beso bajo la lluvia, con las
gotas corriendo por su rostro, era húmedo, y cálido al mismo tiempo, disfruto
del momento probando su boca, acariciando su rostro y sonriendo. Besó sus
mejillas y sus párpados, terminado con un pequeño beso en su nariz.
—Ere tan extraño, pero me encantas.
—Dices eso porque estás enamorado de mí.
—Sí, Jimin, estoy muy enamorado de ti.
No mentía, estaba comenzando a sentir cosas por Jimin, unas muy fuertes,
que iban acompañadas de una necesidad por estar a su lado que nunca antes
había sentido por alguna otra persona, ni siquiera por Jennie. Estaba temeroso
de sus sentimientos ¿Y si lo amaba? ¿Que pasaría si eso pasaba?
Al ver la sonrisa de Jimin sentía que todo era correcto, que no estaba mal
amarlo, pero, aún quedaba la realidad, lo estaba usando por el bien de su
familia, si se llegaba a enterar ¿Podría perdonarlo?
Sabía que encontrarse esa mañana con aquel par de personas era el peor
error que podía cometer, pero, no podía hacer nada para evitarlo, cuando lo
guiaron a una habitación privada, tomó aire, JiYong y KyungSoo estaban
sentados, esperándolo. Hizo una reverencia y sonrió.
—Lamento la tardanza había mucho tráfico.
—Esta bien, acabamos de llegar—dijo KyungSoo con tranquilidad.
—Sientate Jin, tenemos mucho de que hablar.
Se sentó con la garganta seca. —Podriamos terminar con esto, no me gusta
darle vueltas al asunto ¿Que necesitan?
—Eso me gusta—sonrió JiYong—. Es simple, tú conoces al doctor con el
que está yendo Jimin ¿Verdad? El ginecólogo.
—Sí, yo se lo recomendé.
KyungSoo sonrió de una forma que a SeokJin no le gustaba. Espero
cualquier cosa, menos lo que estaba por escuchar.
—¿Qué método usa Jimin?
—Las inyecciones.
—¿Se las pone él?
—Segun lo que sé, va a qué se las pongan, todos los meses sin falta ¿Por
qué?
—Quiero que hagas que el doctor le de un método equivocado, no quiero
que use anticonceptivos, debemos hacer que Jimin se embarace en menos de
seis meses.
—¿Qué? ¿Es una broma?
—Es más rápido—dijo KyungSoo—. Entre más rápido tenga acceso a su
parte de la herencia sin restricciones es mejor y hay una cláusula que dice que
Jimin puede disponer de todo si está casado y esperando un bebé.
—¿Y como se supone que haré eso?
—Podemos pagar lo que el doctor quiera, todos tienen un precio, es mejor
que lo encuentres, sino convence a Jimin de que vaya a otra parte o cambie
de método, lo que sea, tiene que hacerlo lo más pronto posible.
Por primera vez en mucho tiempo, SeokJin comprendió que la familia Min
era más peligrosa que cualquier otra. Sin embargo, con el miedo en su
interior, asintió.
—Está bien.
Nos leemos pronto
44

Llegó al departamento cargando algunas bolsas de suministros, lo básico para


mantenerse en pie esa semana, porque aún no sabía por cuanto tiempo
estarían ahí y tampoco era como si pudiera preguntar, Hoseok no estaba de
buen humor, se encontraba estresado, su familia fue clara a la hora de decir
que lo dejarían de lado, que había fallado y que no merecía más su ayuda,
además de que le advirtieron que no regresara si no estaba dispuesto a hacerle
frente al desastre que dejaron atrás y afrontar las consecuencias. Taehyung
estaba nervioso, temeroso de lo que estaba pasando, tampoco ayudaba que él
hubiera comenzado a tener serios problemas en su empresa debido al
escándalo, sus actividades estaban detenidas, sus padres molestos por la
vergüenza que les causó.
—Llegué amor—dijo dejando las bolsas en la encimera de la cocina y
caminando a la sala, donde Hseok miraba el celular con seriedad—. ¿Pasa
algo?
—Llamó Yoongi.
—¿Y qué dijo? —se sentó a su lado.
—No mucho, sólo necesitaba las claves de unos contratos, mencionó que
mis padres están en medio de un lío legal con los padres de Wendy, me siento
tan mal por eso Tae.
—¿Te arrepientes? —preguntó con temor.
Hoseok negó, se volvió para tomar sus manos y sonreía a medias. —No,
estoy feliz y aliviado de haber roto ese compromiso, yo te amo y te elegí, no
me arrepiento de eso, pero, me siento mal por causar tantos problemas.
—Entiendo—asintió.
—Cancelaron todas mis tarjetas y vaciaron mis cuentas.
—Yo tengo dinero.
—Debo conseguir un empleo, empezar de nuevo. Lamento que también tú
tengas que pasar por esto.
—No me molesta, lo elegí porque te amo, hallaremos la manera, tranquilo.
—Te amo Tae.
—También te amo Hobi.
—Te voy a preparar la cena—dijo besando tenuemente sus labios—. Ponte
cómodo.
Taehyung no le dijo nada, sólo sonrío, Hoseok no podía saber que sus
padres también habían cancelado sus cuentas, tenía dinero, pero no creía que
alcanzara para el tiempo indefinido que se quedarían ahí, estaba bajo un
castigo por parte de su empresa, así que tampoco podría trabajar, al menos no
en el modelaje, debía encontrar algo, a menos que pidiera ayuda.
Esa noche, mientras que Hoseok dormía, llamó al número que no tenía
derecho de marcar, pero, estaba seguro que era la única persona que podría
ayudarle con eso.
—¿Bueno? —la voz que contestó no era la de Jungkook, suspiró pensando
que era su asistente.
—¿Está Jungkook? Necesito hablar con él, dile que es Taehyung.
Hubo silencio en la otra línea. —Sí, enseguida le paso su llamada.
—Gracias.
Esperó un par de minutos antes de que se escuchara movimiento en la otra
línea.
—Taehyung.
—Sé que es descarado de mi parte llamarte, lo siento, pero no tengo a
quien más acudir.
—No te preocupes, está bien, dime ¿Qué pasa?
—No sé si lo sepas, pero no estamos muy bien, causamos muchos
problemas.
—No estoy en Seoul, pero me imagino que sí, ¿Necesitan ayuda?
—Han cancelado nuestras cuentas, mi empresa ha detenido mis actividades
y dudo que me den algo, buscaremos un empleo, pero, ya sabes...yo—estaba
completamente avergonzado—. Necesito dinero.
—Claro que te ayudaré, no hay problema con eso, haré que te llame mi
contador, dile la cantidad que necesites, no seas modesto en eso.
—Lo siento—cerró los ojos—. He jodido mucho de nuestra amistad por
egoísmo y ahora te pido ayuda.
—Seguimos siendo amigos Tae, siempre estaré aquí cuando lo necesites.
No te sientas mal.
—En verdad gracias. ¿Cómo estás? ¿Pudiste hablar con Yeosang?
—No son los únicos que harán enojar a la familia—suspiró—. Sabes a lo
que me refiero.
—Tus padres no aceptarán que estés con él.
—No, pero no me van a separar de él, ambos luchamos por lo que
queremos, siempre hemos sido tercos Tae, siempre fuimos duros y tiranos
cuando los obstáculos se ponen en frente. Podremos salir de está, confía en
eso.
—Siempre sabes qué decir para hacerme sentir mejor, gracias por todo.
—No hay de qué, haré la llamada, si necesitas algo más, no dudes en
llamarme.
—Descansa Kook.
—Descansa Tae.
Y colgó, sintiendo un peso menos en sus hombros, pero apareció uno más
en su pecho, amaba a Hoseok, pero, también le gustaba Jungkook, no era lo
suficientemente fuerte como para estar a su lado, sin embargo, siempre se
sintió seguro de él, ahora ambos estaban luchando por amor y no podían dar
marcha atrás. Regreso a la habitación, se recostó al lado de Hoseok y besó su
mejilla, no le diría que Jungkook les ayudaría, no era algo que pudiera
manejar, y estaba suficientemente estresado como para darle más problemas.
—Todo saldrá bien.
Yeosang estaba despertando cuando escuchó el sonido de un celular, miró
el reloj de la cómoda, eran las nueve de la mañana, no acostumbraba a
levantarse tan tarde, pero la diferencia horaria no le estaba sentado bien, si le
añadía el cansancio por el embarazo, no era una buena combinación. Alargó
la mano, era el celular de Jungkook, quien estaba bañándose, por el sonido de
la ducha, lo contestó sin mirar el número, siempre lo hacía cuando trabajaba
para él, era una costumbre que no había eliminado.
—¿Bueno?
—¿Está Jungkook? Necesito hablar con él, dile que es Taehyung.
Se quedó petrificado, relamió sus labios despertando por completo, tomó
aire. —Sí, enseguida le paso su llamada.
—Gracias
Se levantó de la cama, dejó el celular sobre la cama, entró al baño y habló
lo más claro que pudo a pesar del nudo en su garganta.
—Te llama Taehyung por celular, dice que necesita hablar contigo.
Las llaves de la regadera se cerraron. Jungkook salió tomando una bata de
baño y salió de ahí casi corriendo, Yeosang se quedó parado en la puerta del
baño, se adentró y cerró la puerta, estaba actuando de forma infantil y
estúpida, pero no podía luchar contra el sentimiento que le atacaba en ese
momento, se sentó en la tapa del baño y comenzó a llorar, había muchas
dudas en su mente, unas que dolía siquiera pensar, ¿Y si llamaba para
recuperarlo? ¿Y si Jungkook seguía amándolo? No le tomó ni dos segundos
correr hacía la llamada ¿Cómo podía luchar contra eso? Se sentía mal, de
repente comenzó a sentir que estar en ese lugar era un error.
Las nausea llegaron para coronar esa mañana como una de las peores, se
hincó rápidamente en el retrete, abrió la tapa y comenzó a vomitar, era algo
que había estado haciendo últimamente y lo que más odiaba, estaba
vomitando de forma atroz, su garganta ardía, no dejaba de llorar, era horrible.
—¿Yeosang? ¿Estás bien?
No respondió, Jungkook intentó abrir la puerta, pero esta estaba cerrada,
cuando terminó, se levantó jalando la palanca y se encaminó al lavabo para
lavar su rostro y su boca, estaba pálido, lo que quería hacer era recostarse.
Tomó aire y abrió la puerta, Jungkook intentó tocarlo, pero se alejó, caminó
mareado a la cama y se acostó cerrando los ojos, respirando inestable, aun
llorando.
—¿Estás bien cariño? —Jungkook se sentó a su lado y acarició su cabello,
lo que le hizo sollozar más—. ¿Quieres que llame al doctor?
Negó, se sentía tan patético, Jungkook bajó la mano a su estómago,
acariciando tenuemente, se acercó a su rostro y besó su mejilla, su cabello
mojado cayó sobre su rostro, se separó y se sentó en la cama, alejado de él,
abrazando sus piernas.
—¿Qué ocurre?
—No sé.
—¿Hice algo mal?
—Sí.
Jungkook se quedó mirándolo unos momentos antes de suspirar. —Es por
la llamada—no era una pregunta, sino una afirmación que no pudo refutar—.
No es lo que piensas, Taehyung y Hoseok tienen problemas y necesitaban mi
ayuda.
Yeosang cerró los ojos. —Lo siento.
—No, no te disculpes—subió a la cama y se sentó frente a él, acomodó una
mano en su rodilla y la otra en su mentón—. Creo que soy un imbécil, no lo
creo, realmente lo soy, Taehyung y yo hemos sido amigos desde siempre,
tiene la costumbre de acercarse a mí o llamarme cuando tiene problemas, no
puedo dejar de ayudarlo.
—Lo sé—hizo una mueca—. Pero, corriste hacía el teléfono, Jungkook,
quiero que seas sincero contigo mismo ¿De verdad piensas que lo has
olvidado? No lo has hecho.
—¿Por qué no me crees? —bufó.
—No lo sé, será porque literalmente me usaste para olvidarlo y cuando
regresó a ti me botaste como nada. ¿Crees que estoy exagerando?
Jungkook se alejó y se levantó, caminó por la habitación, hasta que regresó
para mirarlo. —Sé que nunca voy a compensar lo que hice, que siempre será
una brecha entre los dos, pero no significa que no te amo. A quien amo es a
ti.
—No te creo—susurró dolido—. Fue un error que haya venido aquí.
—¿Te quieres ir?
—Sí.
—¿Y qué va a pasar entre nosotros? —tragó en seco—. Llevas a mi hijo.
—Jamás sería capaz de alejarte del bebé Jungkook, puedes verlo y estar en
su vida, si eso quieres.
—¿De verdad estás haciendo esto?
—Ponte en mí lugar.
Jungkook negó. —Taehyung y yo terminamos, no, no lo amo, simplemente
le tengo cariño por los años de amistad que tuvimos, me preocupé porque las
cosas en la familia no están bien por la decisión de Hoseok, pensé que les
había sucedido algo por eso mi prisa para contestar.
—Eso lo sé, y créeme que me siento terrible, porque yo no soy una persona
rencorosa o posesiva, pero, me siento inseguro, pienso que será así siempre,
tú corriendo a sus brazos, tengo miedo que me vuelvas a lastimar.
—No lo haré, porque te amo, y ahora nosotros tenemos algo mucho más
valioso o importante.
—No quiero que te quedes conmigo por el bebé, eso no está bien.
—¿Realmente crees que todo esto lo hago por el bebé? Te recuerdo que no
sabía del bebé cuando te invite a venir aquí.
Yeosang bajó la mirada. —Creo que esto fue muy rápido.
—No me vas a creer—suspiró con tristeza—. ¿Quieres irte de verdad?
—Sí.
—Bien, hazlo entonces.
Jungkook se encaminó a la puerta y salió de la habitación, Yeosang lloró
como nunca, porque quería quedarse, darle el beneficio de la duda, creer que
lo amaba, pero al mismo tiempo estaba aterrado de caer de nuevo y de salir
lastimado. No sabía qué hacer.
Ese día fue terrible, no hubo momento en que no llorara, no podía salir de
la habitación, no sabía si Jungkook seguía ahí o se había ido a atender sus
negocios, había pocas cosas que guardar en la maleta porque aún no había
desempacado. Guardó sus cosas y buscó vuelos, mordió su labio inferior,
había uno que salía en tres horas, lo compró, con eso se quedaría sin dinero,
se recostó en la cama y esperó unos minutos, después llamaría a un taxi o
pediría a alguien que lo llevara al aeropuerto, ¿Debería despedirse? No sabía.
Eran las ocho de la noche, sentía nauseas por no haber comido nada,
alguien le había llevado el almuerzo, pero él no pudo comer, no dejaba de
llorar, ¿Estaba haciendo lo correcto? Nunca había sido bueno manejando sus
emociones, ni mucho menos con la presión, había sufrido mucho, tenía
heridas que no sanaban, miedos que lo imposibilitaban, desde el abandono, al
dolor, amar a la persona equivocada y sentirse insuficiente. No podía luchar
con todos sus demonios. Pero nada dolía tanto como amar a Jungkook,
porque lo amaba como nunca antes había amado, porque para él era la mejor
persona y ahora estaba por perderlo todo.
La puerta fue tocada y él tuvo que levantarse, pensaba que le llevarían más
comida, no tenía hambre, pero podía aprovechar, para pedir que alguien lo
llevara al aeropuerto. Una mujer de aspecto maduro le sonrió cuando abrió.
—El señor Min quiere verlo.
Mordió su labio inferior, suponía que Jungkook había regresado, era un
buen momento para despedirse, aunque la realidad era que internamente
deseaba algo para quedarse.
—Gracias—dijo saliendo por completo.
Ella lo condujo escaleras abajo, esa casa era preciosa, le gustaba la
decoración tradicional y el aspecto vintage que le daba, llegaron al primer
piso, no había nadie alrededor, ella siguió caminando, a la parte trasera de la
casa, salieron a un jardín, había muchas plantas y árboles, además de flores,
todo estaba iluminado por luces amarillas, caminaron un poco más, hasta que
divisó a Jungkook.
Estaba parado al lado de una mesa adornada con velas, se veía fresco en
una camisa blanca con los dos primeros botones abiertos, un pantalón de
vestir negro y su característica sonrisa.
—Ven—dijo alargando la mano, Yeosang negó temeroso—. Sí, ven.
Se acercó, tomando su mano, todo se veía tan hermoso, sonrió apenado. —
¿Qué es esto?
—Pasé toda la tarde preparándolo, todo lo hice yo—separó una silla para
que se sentara—. Vamos a cenar y a hablar.
—Yo...
—Ninguno de los dos ha comido nada, por favor.
—Está bien.
Una joven trajo los dos platos, los cuales puso frente a ellos. Se veía
delicioso, era un corte de carne que tenía una salsa especial y pasta con
parmesano.
—Este es el vino en el que he estado trabajando ¿Puedes beber un sorbo?
—Un poco.
Jungkook sirvió ambas copas, le entregó la suya, espero a que lo probara,
el sabor era delicioso, pero de inmediato sufrió una arcada, cubrió su boca y
negó poniendo la copa en la mesa.
—Creo que a tu hijo no le gustó.
—Lo dejaremos para después, tiene previsto salir el próximo año. Come,
tuve antojo de esto, mientras lo hacía sufrí para no comerlo en el momento.
Yeosang probó la comida, era deliciosa, asintió con una sonrisa cálida. —
Esto si le gustó a tu hijo.
—Excelente.
Ambos comieron, había ligera música para ambientar, lo cual era bueno,
porque entre ellos aún existía la incomodidad por la pelea de la mañana, pero
ninguno quiso traer el tema a colación mientras comían.
—No sabía que cocinabas tan bien.
—Me independice joven y me gusta comer bien—se encogió de hombros
—. Hay muchas cosas que no sabemos del otro.
—Sí.
—No quiero que te vayas, no debes irte—lo miró fijamente—. La sola idea
de que te vayas me pone mal, no quiero que subas a ese avión pensando que
no te amo, y que esta distancia se haga mayor, quiero que te quedes y me
dejes demostrarte que te amo y que lucharé contra lo que sea por estar a tu
lado.
—Compré un boleto de avión, se supone que debería estar camino al
aeropuerto, pero aquí estoy. Es más difícil hacerlo que decirlo.
—¿Y sabes por qué es difícil? Porque ambos sabemos que no es el camino
correcto.
—¿Y cuál es el camino correcto?
—Este—dijo con seriedad—. En donde te amo y tú me amas y estamos
felices celebrando que tendremos un hijo juntos.
—Jungkook...
—Déjame terminar—suspiró—. Mi familia es la peor, son fríos,
calculadores, y realmente egoístas, así crecí, pero, siempre deseé más, por eso
pensé que estaba enamorado de Taehyung, porque fue el primero que me
trató bien, que me hizo sentir que valía la pena y me impulso a cumplir mi
sueño, pero, después de estar a tu lado, de compartir parte de mi contigo, me
doy cuenta que nunca será lo mismo. Porque a ti te amo. Antes buscaba quien
me diera amor, pero contigo, quiero darte todo el amor del mundo, darte todo
de mí, lo bueno y lo malo, quiero una familia, por eso lo siento, pero no
dejaré que te vayas. No sí sé que me amas como yo.
Una ligera lágrima recorrió su mejilla, relamió sus labios y sonrió con
melancolía. —Tengo miedo, mucho.
—Estaremos bien—se levantó y se acercó, tomando su mano para ayudarle
a levantarse también—. Mi bebé quiere que también me sienta cerca de
ustedes, por eso tengo síntomas, porque estamos destinados.
—¿Y si no funciona?
—Haremos que funcione—susurró cerca de su oreja—. Soy alguien muy
terco, y no dejaré ir a alguien como tú.
—Yo no soy nada.
—Lo eres, sólo que no puedes darte cuenta de lo que vales, eres precioso,
tu corazón es tan puro, obviamente no te merezco, pero quiero hacerlo.
Yeosang lo abrazó con fuerza, escondiendo la cabeza en su cuello, su
aroma era delicioso, tan hogareño, y conocido, lo amaba y no quería alejarse.
—Te amo—susurró contra su piel.
—Te amo Yeosang y no miento, perdón por no haberme dado cuenta
antes.
—Hubiese sido más sencillo.
—Hay algo que quiero hacer, y me voy a arriesgar—dijo separándose de
él, tomó aire nervioso, se hinco frente a él y sacó del pantalón una cajita color
vino, la abrió mostrando un hermoso anillo de oro blanco con un diamante
cuadrado y grande—. Sé que es pronto, pero no quiero esperar ni un minuto
más para comenzar mi vida contigo, te amo, eres todo lo que siempre esperé,
quiero ver tus ojos todos los días, cada mañana, que nuestro hijo o hija sepan
que te amo y que crezcan felices de tenernos, quiero todo contigo Kang
Yeosang, te casarías conmigo.
Yeosang se quedó helado, sentía tantas cosas en ese momento, la emoción
recorría todo su pecho, no podía hacerlo, irse y separarse de Jungkook dolía
mucho más que todo lo demás. Boqueo, las lágrimas no dejaban de salir,
terminó sonriendo, y asintió.
—Sí—susurró.
Jungkook sonrió en grande, sacando el anillo y deslizándolo delicadamente
en su dedo, se levantó, besó su mano y después tomó sus mejillas para darle
un beso, intenso, por las emociones que compartían, dulce y lleno de entrega.
Era el comienzo de algo nuevo y también, de la guerra contra su familia.
Yoongi elevó una ceja leyendo el mensaje de Jungkook y la fotografía, se
acercó a Jimin quien estaba haciendo tarea en la sala, puso en el cuaderno el
celular, este lo vio, y sus ojos se abrieron en demasía, miró a Yoongi
confundido.
—¿Comprometido? ¿Con quién?
—El que era su asistente.
—¿Yeosang? Oh dios, que buena noticia. Debe estar muy feliz, le mandaré
un mensaje. ¿Cuándo se casan?
—Pues—rio—. ¿Estás libre en una semana para viajar a Italia a una boda?
—Suena interesante—rio negando—. Ustedes sí que hacen las cosas
diferentes.
—Lo hacemos, Jimin no le digas a nadie de esto, mucho menos a Jin.
—¿Por qué no? ¿Ellos no irán?
—No, te contaré después, sólo no lo hagas, por favor.
Jimin asintió, no entendía mucho, pero tampoco preguntó más, en vez de
eso sacó su celular para mandarle un mensaje de felicitaciones a Yeosang.
Yoongi suspiró mirando por la ventana, Jungkook estaba rompiendo las
reglas y eso lo hacía el más valiente de los dos ¿Algún día podría hacer lo
mismo?

45

Jin miró al doctor con una sonrisa. —Es simple, inyecta vitaminas o que sé
yo, también funcionaria de esas hormonas para que sea más fértil, sabes bien
de lo que hablo.
—No...yo no puedo hacer eso.
—Puedes y lo harás, porque los Min pueden destruir tu carrera en cuestión
de minutos, decide, todos tienen un precio—dijo al momento de poner un
cheque en blanco sobre el escritorio—. Escribe el tuyo.
El doctor le miró fijamente, Jin mordía el interior de su mejilla, pensando
en otras formas para convencerlo, tenía que conseguirlo, porque quería
sacarse de encima a JiYong y a KyungSoo, no le gustaba estar tan
involucrado en sus problemas, pero se repetía constantemente que era debido
a Namjoon y a Soobin.
El hombre suspiró, tomó el cheque y escribió un número, SeokJin sonrió
en grande.
—Has tomado una buena decisión.
—Si esto sale mal, no quiero mi nombre involucrado.
—No te preocupes, nada saldrá mal. ¿Cuándo es que le toca venir?
—Hoy, su cita es a las dos.
—Perfecto, prepara todo—dijo poniéndose de pie—. La familia Min
agradece mucho tú cooperación.
Jimin estiró los brazos, haciendo que sus músculos se relajarán, le costó
más que otros días despertar, era sábado por la mañana, el día anterior había
dormido hasta tarde estudiando y cuando Yoongi llegó al departamento,
ambos tuvieron una noche muy intensa, estaba cansado y adolorido.
Se sentó en la cama bostezando, no había rastro de Yoongi por ninguna
parte, miró alrededor, vio la camisa blanca tirada de Yoongi a los pies de la
cama y se la puso cubriendo su desnudez, salió de la habitación y bajo las
escaleras, ese departamento era inmenso, y a veces se sentía muy solo cuando
llegaba de la universidad.
Anduvo por el lugar, confundido, Yoongi siempre le avisaba cuando se
iba, su mente comenzó a armar mil teorías, Yoongi pocas veces hablaba de su
familia o de la empresa, de hecho, era cuidado al decir cualquier cosa, por
eso, sabía muy poco sobre los problemas de los Min, por lo poco que sabía,
estaban atravesando una crisis por culpa de Hoseok, porque haberse ido
dejando tirando ciertos contratos, fue desventajoso para la empresa.
—Ya despertaste—dijo Yoongi con un café en la mano, este estaba
saliendo de la oficina. Tan fresco como cada mañana—¿Vas a desayunar?
—Ammm, no tengo mucha hambre iré al doctor.
—¿A la inyección?
—Sí.
—Yo tengo que ir a la empresa, medio día, en la noche hay una cena de
beneficencia, y tenemos que ir—se acercó mirándolo fijamente—. Puedo
llevarte al doctor, me voy a la empresa y vas ahí cuando termines ¿Te parece
bien?
—Suena bien—sonrió.
—Tengo una reunión y después estoy libre, vamos a comer algo.
—¿Nos dará tiempo para estar listos?
—Sí, nosotros nunca llegamos tarde, los demás tienen que esperar.
Jimin rio por lo bajo, lo abrazó, besando su mejilla, Yoongi lo tomó de la
cintura y acarició sobre la ropa.
—Ve a tomar un baño.
—Está bien—se separó para sonreír de manera seductora—. No tardo.
Subió las escaleras, yendo a la habitación, se adentró al cuarto de baño y se
quitó la camisa, adentrándose en la regadera, estaba cerrada por canceles de
cristal, abrió el agua caliente y se metió mojando su cuerpo entumecido, el
baño le sentaría muy bien, estaba enjabonando su cuerpo, tallando y
disfrutando, cuando la puerta del cancel se abrió, Yoongi entró desnudo, para
tomarlo con fuerza y besarlo con intensidad, lo acorraló en la pared,
acariciando su piel, llevando pequeñas descargas a todo su cuerpo. Se sentía
glorioso.
Hizo que su pierna subiera a su cadera y se adentró en su cuerpo
haciéndolo jadear, debido a toda la actividad que habían tenido por la noche,
no necesito preparación, estaba tan deseoso como él. Las estocadas
comenzaron siendo profundas, Yoongi comía su cuello, besándolo con
fervor, Jimin no dejaba de jadear y gemir con fuerza, aferrándose a su cuello.
—Maldición como te deseo—gruñó contra su cuello.
Jimin llegó al orgasmo, Yoongi lo volvió, elevando su trasero para volver a
embestirlo, está vez con más fuerza, apretando su cadera, llegando hasta lo
último, así, hasta que llegó al climax, lo abrazó por la espalda, besando su
hombro y su oreja.
—Me encanta esta imagen que tengo de ti. Tan preciosa, tan perfecta.
—Esto me encanta, buena forma de iniciar el día.
Yoongi salió de él y le ayudó a acomodarse, tomó la esponja y volvió a
bañarlo, ambos se miraron con complicidad, realmente tenían algo, que
estaba creciendo y ya no podían dar marcha atrás.
—Buenas tardes joven Min—dijo el doctor cuando entró—. Es bueno
verlo de nuevo.
—Gracias, digo lo mismo, la enfermera dijo que usted me pondría la
inyección ¿Por qué?
—Porque necesitaba hablar con usted, son asuntos importantes.
—¿Sucede algo malo?
El doctor sacó un frasco con pastillas. —A partir de mañana por la mañana
tiene que tomar esto, es ácido fólico, es muy importante, porque la inyección
puede causar alguna deficiencia de vitamina, ¿Recuerda que me dijo que
tenía mareos? Esto ayudará y también estás vitaminas, ambas cosas son
importantes.
Jimin parpadeo perplejo. —¿Esas no son vitaminas para personas que están
embarazadas? ¿Por qué debo tomarlo yo?
—Por precaución, no son sólo para personas en estado, las vitaminas
ayudan a todos, le recomiendo que las tomé para evitar una anemia grave.
Jimin asintió. —Si dice que me ayudarán, está bien.
—Te pondré la inyección ahora. Puede recostarse.
—Bien, no son fanáticos de las inyecciones.
—Hay otro tipo de inyección, se usa en el estómago, la aguja es mucho
más pequeña y delgada, no causa ninguna molestia. ¿Le gustaría intentar eso?
Es como una plumilla.
—¿Y es la misma sustancia? ¿Tiene alguna variación?
—Ninguna, es eficaz, de hecho es el método que Kim SeokJin usa, puede
preguntarle.
Jimin mordió su labio inferior, sabía muy poco de eso, así que suspiró.
—¿Puedo llamarle para preguntar?
—Claro, siéntase libre de hacerlo.
Sacó el teléfono y marcó el número de Jin, tal vez estaba mal desconfiar,
pero en eso no quería que nada fallara, no se sentía listo para tener un bebé y
Yoongi tampoco.
—Jiminie, hola ¿Necesitas algo? Estoy de compras.
—Jin hyung, lamento la molestia, sólo quería saber algo acerca de la
inyección, estoy con el doctor y me ha recomendado una nueva que se pone
en el estómago, me dijo que usted la usaba ¿Es verdad?
—Oh, si, claro que sí Jiminie, él es un profesional, confía en todo lo que te
recomiende.
—Muy bien, gracias hyung.
—No pienses mucho Jiminie, esas cosas no fallan.
—Está bien. Adiós.
—Nos vemos esta noche, adiós.
Jimin colgó, miró al doctor con una disculpa y sonrió.
—Lamento el inconveniente.
—No pasa nada.
—La nueva inyección está bien.
—Venga aquí.
Sacó una inyección, que parecía una pluma gruesa, se acercó a él, con
permiso le levantó el suéter, limpio para terminar pinchandolo bajo el
ombligo, no sintió más que un pellizco, era menos doloroso, terminó en
menos de lo que pensaban.
—Listo, algunos síntomas son normales, no deje de tomar las vitaminas.
Nos veremos el próximo mes ¿Le parece bien?
—Perfecto, nos vemos, y gracias—tomó los frascos y salió, había algo que
no estaba bien.
No se sentía bien con la situación, había algo que no le sabía bien, algo que
le parecía extraño, pero confiaba en Jin, era una buena persona y fue quien lo
llevo ahí en primer lugar, quien le dijo que no debía apresurarse, desecho sus
dudas y salió de la clínica, ahí estaba el chófer de Yoongi que le esperaba, no
usaba mucho ese servicio, pero, era eficaz.
Llegaron a la empresa, entró en esta, conocía bien el camino, no le gustaba
estar ahí, porque recordaba a su padre, era un recuerdo amargo, subió el
ascensor y llegó al último piso, bajó y sonrió al asistente.
—Buenas tardes, Yoongi espera por mí.
—Sigue en la sala de juntas, pero...
—¿Jimin?
Se volvió para ver a JiYong, lo reconocía como el padre de Yoongi, no
tenían muchas interacciones en solitario, ambos mantenían la distancia, pero
esa ocasión se encontraban solos.
—Señor Min—dijo con una reverencia.
—Yoongi está aún en la junta, ¿Quieres tomar algo?
—Sí, claro.
—Ven, acompañame a mi oficina.
Jimin asintió, siguiéndolo por uno de los pasillos, había pocas personas en
ese piso, algunos se abrían paso para dejarlos pasar. Llegaron a una oficina
moderna, había muchas cosas alrededor, tan pulcro e iluminado.
—Sientate—dijo señalando los sillones blancos.
—Gracias.
—¿Quieres beber algo?
—Ammn no sé—susurró nervioso, el aura que desprendía era aterradora.
—Me acaban de traer un té muy especial desde China ¿Quieres un poco?
—Claro, está bien.
JiYong apretó un botón en el teléfono que tenía al lado, y hablo
claramente.
—Sirve el té—dijo antes de soltar el botón.
Se quedaron en silencio unos momentos antes de que la puerta se abriera y
entrará un mujer cargando una bandeja con el té, puso ambas tazas y lo
sirvió. JiYong le indicó con la cabeza que se fuera, sin dirigirle una palabra.
—Pruebalo, es delicioso.
—Bien—susurró tomando el té para dar un ligero sorbo—. Es delicioso.
—Lo es—asintió—. Me sorprende que siendo el esposo de mi hijo mayor
nunca hayamos tenido la oportunidad de hablar a solas.
—Lo lamento, eso ha sido descortés de mi parte.
—Puedo entenderlo, no tienes las mismas costumbres que nosotros y eso
está bien.
Jimin bajó la mirada. —Me ha costado adaptarme a esta vida.
—Es difícil, sobre todo porque no has tenido ninguna guía, hay cosas que
en ti me parecen dulces, pero otras que no. ¿Quieres saber cuáles son esas
otras cosas?
—Sí.
—La boda estaba planificada para ser grande, elegante, tendría a las
personas más importantes de este país, pero, decidieron ir en contra del
protocolo para tener una boda secreta, eso no está bien, sin embargo, los
entiendo, sobre todo porque sé cómo es mi hijo.
—No queríamos ofenderlos.
—Está familia es poderosa, de hecho, proviene de la realeza, este apellido
es influyente y hay responsabilidades y obligaciones que vienen implícitas.
Socialmente tienen un deber, no pueden hacer las cosas como las personas
cualquiera.
Jimin se quedó en silencio, asintió, puede que Yoongi le haya dicho que
todo el tema de la boda estaba arreglado, pero hablando con JiYong se daba
cuenta que no era así.
—Lo lamento.
—Antes de decidir que quería un cambio, tu padre era muy cuidados con
todo lo referente a las reglas y a los protocolos, los seguía al pie de la letra,
eso es lo que nos enseñaron, y, ustedes tienen que seguir con las tradiciones,
Yoongi no lo hará, pero tú Jimin, tienes que impulsarlo, ese es el deber de un
esposo ejemplar.
—Aun hay muchas cosas que no comprendo acerca de esta vida. Me
esfuerzo, pero, no sé qué se supone que deba hacer.
JiYong le sonrió. —Para eso estoy yo, puedo ayudarte, pero también tienes
que poner de tu parte y obedecer.
—No quiero hacer pasar vergüenza a Yoongi, quiero ser un buen esposo
para él y agradecería su ayuda.
—Me alegra escucharte, eres un buen chico, pero aún te falta mucho por
conocer y por aprender. No te preocupes, déjamelo a mí.
—Gracias.
—La tarea de un padre es esta, tratar de llevarlos siempre por el buen
camino, pero es difícil cuando son rebeldes.
—¿Considera que Yoongi y JungKook lo son?
—Mucho—dijo con un suspiro—. Siempre se les dió todo, son
caprichosos, no les gusta que alguien lideré su vida, pero, también son
obedientes.
—Son buenas personas.
—Lo son—rio por lo bajo—. JungKook es más problemático que Yoongi,
es quien menos obedece, hace lo que quiere, sólo estoy esperando a limpiar
sus errores, espero que no cometa alguna imprudencia.
Jimin tragó en seco, seguramente si JiYong se enterará que JungKook
estaba por casarse con Yeosang estaría molesto, muy molesto.
—Entiendo.
—Cuando tengas hijos lo vas a entender, hablando de eso ¿Planean tener
bebés pronto?
—No, no está en los planes aún—susurró apenado.
—¿Es por tu decisión o por la de Yoongi?
—Mía.
—¿De verdad? Yoongi no es una persona hogareña, jamás quiso tener
hijos, me sorprende que se haya casado, pero no esperes que acepte ser padre
alguna vez, en cambio ¿Tú quieres serlo?
—Sí, creo que más adelante estaría bien, la universidad es pesada.
—Entiendo, piensa en lo que te digo, si hay algo que desees, no puedes
esperar a que Yoongi lo acepte, tienes que ser más inteligente que eso.
Jimin asintió, no se sentía cómodo con aquella conversación. La puerta se
abrió, ambos se volvieron a ver a Yoongi, quien les observaba con el
semblante serio, se adentró con gracia.
—Lamento interrumpir, pero Jimin, tenemos que irnos, despídete.
Jimin se puso de pie, hizo una reverencia a JiYong quien sonreía mirando a
su hijo.
—Claro, nos vemos en la gala de esta noche. Jimin, piensa en lo que te
dije.
—Lo haré, con permiso.
Salieron de la oficina, Yoongi iba a su lado, distante, cruzaron el pasillo
hasta que llegaron a su oficina, abrió y entraron, Yoongi suspiró
pesadamente, tomó a Jimin del brazo y lo acercó a su cuerpo, beso su sien, su
frente y después su mejilla.
—Lo que sea que mi padre te haya dicho ignóralo.
—No me dijo nada malo, simplemente estaba preocupado, pero fue
amable.
—Sus preocupaciones no son las nuestras—bufó.
—¿Por qué dices eso? ¿Hay algún problema con tus padres?
—No—negó, caminó a su asiento frente al escritorio y alargó la mano,
Jimin le siguió terminando por sentarse en su regazo—. Mi familia tiende a
ser muy controladora, no quiero que te metan preocupaciones en la cabeza
que no interesan.
—¿Crees que no puedo con ellas?
—No, claro que puedes—suspiró besando su cuello—. Pero, no quiero que
hagas nada de lo que ellos dicen.
—¿Por qué? Tiene que haber una razón. ¿No quieres que sea un buen
esposo?
—Tú eres un buen esposo—suspiró—. Yo no quiero que seas como ellos
Jimin, no quiero que encajes en mi mundo, no, deseo que te quedes de la
misma forma. Siento tan dulce y puro, así me gustas, no hay nada que
cambiar.
—Entiendo—dijo jugando con su cabello—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Hazla.
—¿Quieres tener hijos?
—Nunca fue mi sueño tener hijos, pero tampoco lo era casarme, la vida da
muchas vueltas, cuando llegue el momento, creo que un bebé estaría bien.
—Muy bien.
—¿Mi padre te habló de eso? No hagas caso, nosotros decidiremos cuando
será el momento, nadie tiene que influir en nuestras vidas, menos en un tema
tan importante, sólo seamos nosotros por el momento ¿Está bien?
—Sí, aún no quiero tener hijos.
—En eso estamos en sinfonía. Te quiero Jiminie.
—También te quiero. ¿Estarán muchas personas en esa gala?
—En estos eventos salen las ratas elegantes—rio por lo bajo—. No tengas
miedo yo estaré ahí.
—Si estás a mi lado no tengo nada que temer. Eso lo sé.
—Jamás dejaré que nadie te haga daño, lo prometo.
Pero, lo que Yoongi no podía prometer era no ser él quien le hiciera daño.

Me gusta esta historia ¿Quieren más, bebés?


46

—¿Estás nervioso?
Jimin lo miró con una ligera sonrisa en el rostro. —Algo.
—No tienes que estarlo, te ves muy bien.
—¿De verdad lo piensas? —sus mejillas enrojecieron.
Estaban en la parte trasera de aquel auto oscuro y lujoso, Yoongi llevaba
un traje de etiqueta negro y él uno gris claro, estaba muy arreglado,
normalmente no vestiría así en lo absoluto, pero, las palabras de JiYong
rondan en su mente, si no quería hacer quedar en vergüenza a Yoongi debía
de esforzarse mucho más. Eso significaba cambiar un poco el estilo que tenía,
ya no estaba en el campo, sino en la cuidad, siendo parte de una familia
poderosa.
—Siempre te ves bien, pero esta noche hay algo en ese traje que te hace
ver muy especial. No sé, creo que es por la forma en la que tus ojos brillan.
Antes de que Jimin pudiera responder la puerta se abrió, Yoongi bajó
cambiando su semblante a uno más serio, le dio la mano a Jimin quien bajó
también, la gala se llevaría a cabo en un museo, las personas que llegaban en
autos importados iban vestidos tan elegantes que él se sintió pequeño,
mujeres con vestidos largos y joyas caras, trajes a la medida y encantadoras
sonrisas. Yoongi lo tomó del brazo, era la primera vez que ellos se
presentaban en sociedad juntos después de su matrimonio, se sintió cohibido,
no pudo caminar debido al nerviosismo.
—¿Pasa algo? —preguntó Yoongi muy cerca de su oído.
—No, es sólo que...hay muchas personas y algunos nos miran.
—Estás conmigo Jimin, sólo debes pensar en eso, que los demás se vayan
al carajo.
—Bueno—susurró inseguro.
—Sonríe como siempre lo haces y mantén la vista levantada—suspiró—.
Lo demás déjamelo a mí.
—Jamás encajaré aquí.
—No tienes que hacerlo, te lo dije. Jimin, yo no quiero que encajes en mi
mundo.
Asintió, nunca había comprendido aquella petición de Yoongi, menos la
forma en la que decía que no quería que cambiara, era como si entre sus
palabras hubiese un conflicto interno que no podía controlar, ni mucho menos
hablar en voz alta, lo llegaba a confundir. Subieron los escalones de mármol
y entraron, los condujeron a un salón enorme, elegante, con personas mirando
las obras de arte que serían subastadas esa noche, según lo que Jimin sabía
todo era para la beneficencia, aunque desconocía su propósito.
—Señor Min, bienvenido—dijo un hombre en la entrada—. Por favor,
disfruten la noche—les entregó unos folletos, que hablaban sobre las obras,
Jimin no era fanático del arte, su padre sí, pero jamás le impuso el aprender.
—¿Para qué asociación es esto? —preguntó Jimin mirando alrededor.
—Una asociación que se encarga de ayudar a niños de la calle—se encogió
de hombros—. De aquellos que se han quedado sin hogar o familia y tienen
que trabajar siendo pequeños. Hacen esto todos los años, según papá, mi
abuela fue una impulsora.
Jimin se quedó quieto, había un momento en su vida que no quería
recordar, que dejó enterrado en su interior, con miedo a que volviera a surgir,
y eso era su infancia, había heridas que su padre ayudó a sanar, pero que la
cicatriz se quedaba como un recuerdo de por vida, asintió bajando la mirada.
—Quiero comprar algo.
—Oh, está bien—Yoongi le miró curioso—. ¿Sucede algo?
—No, nada.
—¿Seguro?
—Recordé.
—¿Qué fue lo que recordaste?
—Ammm, nada importante—sonrió a medias—. Son buenas obras, estoy
seguro de que a papá le hubiesen encantado.
—Sí, él era bueno en el arte—asintió, pensando que Jimin había recordado
a su abuelo—. ¿Quieres champagne?
—Sí—dijo distraído en una pintura, se trataba de una hermosa ave de
plumaje en diferentes tonalidades de azul, en una jaula dorada, en el fondo
había un paisaje precioso, la puerta estaba abierta, pero ella se quedaba sobre
sus patas dándole la espalda.
—¿Interesante no lo cree? —preguntaron a su lado.
Jimin se volvió a ver a un hombre que desconocía. —Sí, es encantadora—
asintió.
—Nunca antes lo había visto en estos eventos, me presento, soy Kim
Yesung—alargó la mano.
—Park Jimin—la sostuvo con timidez, soltándola casi al instante.
—Lo siento, no lo reconozco ¿Viene acompañado?
—Ah, con mi esposo, Min Yoongi.
Yesung elevó una ceja. —Entiendo, con su permiso.
Jimin miró confuso como se alejaba, preguntándose si había dicho algo
malo, se volvió sin encontrar a Yoongi muy cerca, suspiró temeroso, algunas
personas le miraban discretos. Estaba por alejarse cuando Yoongi apareció a
lo lejos, quienes estaban cerca se hicieron a un lado para dejarlo pasar,
mirándolo con temor, eso le pareció curioso a Jimin.
—Aquí tienes—dijo tendiéndole la copa—. ¿Por qué me miras así?
—Las personas te ven como si tuvieran miedo de ti—susurró.
—Digamos que soy un desgraciado, sobre todo para los negocios—se
encogió de hombros—. Realmente no me interesa caerles bien.
—¿No eres amable con ellos?
—No me importa serlo.
—Siempre es bueno ser amable con las personas. Papá decía que era lo
más importante, ser bondadoso.
Yoongi bufó antes de sonreír. —La mitad de las personas que están aquí
sólo les importa sí mismas, no todos merecen amabilidad.
—No eres amable por los demás, sino por ti mismo.
—Supongo que puedes tener algo de razón, sólo un poco.
Namjoon y Jin se acercaron, Jimin les sonrió al instante y Yoongi hizo una
mueca, siempre que veía a algún miembro de su familia se molestaba, nunca
estaba seguro con qué intenciones se acercaban.
—Hola, es bueno verlos, Jimin te ves increíble.
—Gracias Jin, tú también te ves muy bien.
—Lo sé—rio por lo bajo.
—Pensé que no vendrías—Namjoon miró específicamente a Yoongi—. No
te gustan estás cosas.
—¿Tengo opción?
—No, realmente no, la familia tiene obligaciones.
—¿Te pidieron tener otro hijo? —rio bebiendo su copa.
—No, ahora esperan el tuyo—elevó una ceja—. Hay una pequeña apuesta
familia, todos esperan un bebé del heredero antes del año de casado.
Yoongi apretó la mandíbula. —Deja esa estupidez.
—Ambos sabemos que no es estupidez, ¿Cuánto tiempo pasará hasta que
sientas la presión? Nunca has sido bueno negándole algo a tus padres.
—Es mejor que te calles. A mí no me importa hacer un escándalo, a tí no
sólo te mandan tus queridos padres sino también tu excéntrico esposo.
—Yoongi.
—¿Qué quieres?
—Sonríes al ver a Jimin—susurró.
Yoongi miró a Jimin quien hablaba con Jin manteniendo la sonrisa en su
rostro, Namjoon no estaba mintiendo, sonreía más estando al lado de Jimin,
se sentía más tranquilo y lo demás dejaba de tener sentido, tragó en seco y
desvió la mirada, entonces la vio, ahí, en aquel vestido negro brillante, su
cabello negro elevado en una coleta, sus ojos brillantes y sus labios tintados
de rojo.
—¿Pasa algo? —Jimin estaba a su lado.
—No, nada, vamos, ¿Encontraste algo que te gustó?
—El cuadro del pájaro. Es lindo.
—Oh, conozco al organizador de la galería—asintió distraído.
Jimin miró alrededor entonces también pudo verla, su estómago se estrujo,
Yoongi parecía tan nervioso que eso le dijo que la presencia de ella aún
causaba algo en él. No ayudó mucho que la chica les mirara fijamente y
comenzará a acercarse del brazo de un hombre extranjero.
—Yoongi que alegría verte—dijo acercándose y sonriendo.
—Jennie, que sorpresa, pensé que estabas en el extranjero—relamió sus
labios mirando al hombre que sonreía amable.
—Regrese hace dos días, tenía que terminar unos pendientes, oh, él es
Jason Walker, mi prometido.
La sangre huyó de su cuerpo, hace unos meses ella lo había rechazado,
rompiendo su corazón y ahora se aparecía de nuevo con su prometido, aclaró
su garganta y dió un asentimiento de cabeza.
—Un gusto, Min Yoongi, él es mi esposo Min Jimin.
Jimin quien había estado con la cabeza ligeramente abajo sonrió y asintió.
—Un gusto.
—Supe de tu matrimonio, mis felicitaciones.
—Recibe también mis felicitaciones por tu compromiso, espero que sean
muy felices.
—Gracias—dijo con una ligera mueca—. Con permiso.
Jennie se alejó, sin dejar de mirar a Jimin, había incomodidad en sus ojos,
mordió su labio inferior, al reconocer su nombre.
—¿Estás bien? —preguntó Jimin cerca de Yoongi.
—No sé de qué hablas. Vamos, nos presentamos y podemos irnos.
Su humor se había ido, sus pensamientos estaban divididos, no esperaba
volverla a ver aunque sabía bien que eso era estúpido, porque su familia
siempre estaba en los eventos especiales, no quería pensar en ella, en lo que
hubiese sido de haber aceptado su propuesta, ahora era diferente.
La velada pasó rápido, saludaron a algunas personas importantes, bebieron
algunas copas de vino y se retiraron, el viaje en auto fue silencioso, Jimin
estaba sumido en sus pensamientos, unos que no lo estaban llevando por un
buen lugar, en cambio, le hacían sentir muy inseguro.
Al entrar al departamento la distancia se hizo más notoria, Yoongi se quitó
la corbata y el saco, sirvió un whisky y lo bebió tranquilo mientras prendía un
cigarrillo, Jimin suspiró, se sentó en el sillón y mordió su labio inferior.
—¿Aún sientes algo por ella?
—No.
—Entonces ¿Por qué estás así?
—Estoy cansado, estás cosas siempre me cansan, no me gusta estar cerca
de personas, no es nada.
—¿De verdad?
Yoongi le miró elevando la ceja. —¿Me estás diciendo mentiroso?
—No, es sólo que me parece que te ha afectado la noticia de su
compromiso.
—Me sorprendió, ella siempre fue clara en que no le gustaban los
compromisos a largo plazo.
—¿Alguna vez intentaste proponerle un compromiso serio? No sé,
¿Matrimonio?
Yoongi bufó. —No, Jimin, a la única persona que le he propuesto
matrimonio fue a ti, ella y yo compartimos algo, sí, pero nunca fue serio,
ahora deja de pensar de más.
—Si me dices que estás incómodo no me voy a molestar.
—No estoy incómodo.
—Yoongi...
—¡Jimin basta! —gruñó—. ¿No entiende que no? Estoy bien, que ella se
case no me interesa, yo estoy casado contigo. ¡Puedes dejar el tema! Me estás
cansando.
Los ojos de Jimin se cristalizaron, Yoongi le había hablado de forma muy
dura, no pudo evitar llorar, porque sentía que algo estaba mal y no sabía
cómo resolverlo, se sentía tan indefenso y insignificante, no pensaba que
podía competir contra ella, que era perfecta y aún causaba algo en Yoongi.
No sabía nada de su historia, de sus deseos o de su pasado, era muy reservado
y estar en la oscuridad le estaba costando mucho.
—Lo siento—Yoongi suspiró dejando la bebida de lado y se acercó a
Jimin sentandose en la mesa de centro frente a él.
—Yo lo siento.
—No debí reaccionar de esa forma, la verdad es que si me sorprendió,
Jennie fue la primera persona que me gustó y también la primera que me
rompió el corazón, pero, eso quedó en el pasado, ahora mi presente y futuro
eres tú. No debes sentirte amenazado, por favor.
Jimin asintió, permitió que Yoongi limpiará sus lágrimas y besara sus
labios, suspiró sobre su dulce toque, sentía que tal vez estaba exagerando
todo, que ellos estaban bien y que lo demás tenía que dejarlo en el pasado. El
beso aumentó de intensidad, Yoongi comenzó a desabotonar su camisa y dejo
su pecho al descubierto, Jimin jadeó sobre su toque, subió a horcajadas sobre
su cuerpo y comenzó a restregarse, Yoongi se olvidó por ese momento de
todo, se perdió en los besos de Jimin, se fundió en su cuerpo, que era donde
quería estar.

Doble actualización patrocinada por SheiMolina. Muchas gracias.


Listos para todo los que se viene. Estamos a nada de que explote la
bomba. Chan chan chan
47

Iba pegado a la ventana, mirando el lugar con demasiado asombro, después


de aceptar la propuesta de matrimonio de JungKook, le dijo que podían
casarse en Italia, al principio pensó que era una broma, sin embargo, cuando
abordaron el Jett privado, y aterrizaron en Amalfi, una cuidad en la costa
Italiana, supo que las cosas iban en serio, tal vez demasiado, tomando en
cuenta el poco tiempo que tenían de haber regresado, todo estaba sucediendo
en un abrir y cerrar de ojos, y aunque quería decir algo, una parte de él no
quería romper aquella burbuja, además que sentía algo dentro de su ser,
parecía que JungKook estaba apresurando las cosas, por una razón oculta.
Llegaron a una enorme casa frente al mar, JungKook bajó hablando en
italiano con un hombre que les dió la bienvenida, Yeosang bajó después de
tomar su teléfono, tenía que llamar a su hermana, aunque sabía que está le
gritaría hasta el cansancio.
—¿Te gusta?
—Es muy hermosa.
—Tiene unas tierras preciosas, Yoongi llamó estará aquí con Jimin pronto,
vamos.
Lo condujo dentro, tenía una decoración tradicional italiana, era hermosos,
personas bajaban sus maletas, JungKook lo llevó a la habitación de ambos, se
acostó en la cama y suspiró cansado.
—¿Muy pesado? Necesitan descansar.
Se sentó a su lado, levantando su camisa hasta el pecho, acarició con
parsimonia su vientre hinchado, haciéndole cosquillas.
—Puedo dormir una hora y estaré bien.
—Deberías, la boda es en la noche.
—¿Estás seguro de esto?
—¿Tienes dudas?
Yeosang se sentó en la cama, mirándolo de frente. —No dudo que quiero
casarme contigo, pero siento que no estás siendo honesto JungKook, así que
dime la verdad ¿Hay una razón por la cual quieres casarte aquí tan pronto?
—Si te la digo, tal vez puedas malinterpretarlo.
—Aun así quiero saberlo, merezco saberlo.
JungKook suspiró pesadamente. —Es complicado.
—¿Es por tu familia?
Lo vio asentir y hacer una mueca. —Ellos harán todo lo posible porque
nosotros no nos casemos allá. Sabes cómo es mi familia, querían que me
casará con alguien...
—¿De tu clase social? Lo entiendo. ¿De verdad tenemos que hacerlo de
esta forma?
—Lo siento mucho, pero no me voy a arriesgar a nada, no permitiré que
ellos intervengan y si vamos allá lo harán, Yeosang, ¿Quieres luchar a mi
lado?
—Lo haré, pero, promete que de ahora en adelante serás honesto, con todo.
—Lo prometo—se acercó para besar sus labios.
Fue un beso tierno, que poco a poco se volvió más intenso, JungKook
cambió de posición, quedándose sobre el cuerpo de Yeosang sin tratar de ser
pesado, lo necesitaba, pero, se separó sólo besando su frente.
—Descansa un poco.
Yeosang tomó su mano, acercándolo a su cuerpo, JungKook sonrió de
lado, besándolo con necesidad, había extrañado mucho su cuerpo, sus besos,
sus caricias, la forma en la que reaccionaba a él, todo era perfecto estando a
su lado. Poco a poco ambos quedaron sin ropa, compartiendo el calor, en
aquella cama cómoda, JungKook beso cada parte de su cuerpo, preparándolo,
Yeosang estaba perdido en las sensaciones, cuando ambos se unieron en uno,
y las lentas y profundas estocadas comenzaron, se miraron a los ojos,
compartiendo ese sentimiento.
No era la forma que había imaginado para llegar a casarse, pero era la
única alternativa que tenía si quería frenar a su familia. Había cosas que con
orgullo podía decir que construyó sin ellos, su carrera y su empresa, pero no
podía negar el poder que los Min tenían, y de las cosas atroces que podían
hacer si alguien iba en contra de sus enseñanzas o de lo que querían para
cualquiera, lo había visto con Hoseok, con Namjoon y con su hermano, no
iba a permitir que ellos lo separaran de Yeosang ni de su hijo.
—¡Es hermoso!
Yoongi miró a Jimin disfrutar del viaje en carretera a la costa, sonrió a
medias, eran cosas tan simples para él que ya ni siquiera se ponía a ver
alrededor.
—Jimin, ver el mundo a través de tus ojos me hace sentir que jamás he
visto nada.
—¿Qué? —se volvió a mirarlo después de estar distraído.
—Nada, ¿Te gusta este lugar? La costa es muy hermosa.
—Es un día especial para una boda ¿Habrán varios invitados?
—No lo creo, es una boda secreta.
—¿Ya me vas a decir por qué es secreto?
Yoongi suspiró. —Mis padres jamás dejarían que JungKook se casará con
alguien de una clase social inferior.
El rostro de Jimin se quedó en blanco por unos momentos. —Yoongi, yo
no soy de clase social alta ¿Por qué ellos dejaron que estuvieras conmigo?
—Mi abuelo te adoptó, él te acogió y protegió, tú eres de mi clase social,
por todo lo que él te dejó.
—Entiendo—hizo una mueca—. Yoongi, si nos hubiéramos conocido en
otras circunstancias ¿También te habrías enamorado de mí?
—Claro, es difícil no hacerlo amor.
—Y ¿Harías lo que JungKook está por hacer?
Yoongi suspiró, tomó sus mejillas y besó la punta de su nariz. —Me
enfrentaría a todo por ti y nos iríamos a la Antártida de ser necesario.
—Eso suena bien, pero hace frío.
—Conmigo jamás tendrías frío. Creo que hemos llegado.
Jimin se volvió a la ventana, y miró la casa donde se había estacionado con
una enorme sonrisa.
—Woow, es increíble.
—Lo es—asintió Yoongi impresionado.
La puerta del auto se abrió y ambos bajaron, caminaron a la entrada, la cual
fue abierta por una mujer que los dejó pasar, JungKook estaba ahi
acompañado de Yeosang, Jimin corrió hasta este último para darle un abrazo,
Jungkook elevó una ceja.
—Es bueno que estén aquí ¿Cómo estuvo el viaje?
—Estuvo bien—Yoongi miró de reojo cuando Jimin se separó de Yeosang,
el estómago ligeramente abultado, llevaba una sudadera apretada y era difícil
no verlo—. Deberíamos hablar ¿No lo crees?
—Debemos—asintió—. Yeosang cariño, llevaba a Jimin arriba, dile que
tome la habitación que quiera.
—Claro, vamos Jimin.
Ambos se encaminaron a las escaleras, Jungkook le hizo un movimiento de
cabeza a Yoongi, para que lo acompañará a la biblioteca privada del lugar.
—¿Quieres beber algo?
—Whisky—dijo con seriedad, sentandose en una de las sillas.
—¿Alguien supo la razón por la cual venías?
—No, dije que era un viaje de placer—se encogió de hombros.
JungKook le dió el trago y bebió del suyo. —Gracias por no decir nada.
—Está embarazado ¿Verdad?
—Lo está, tiene cuatro meses y medio.
—Estas jodido hermano, ¿Desde cuándo lo sabes? ¿No terminaste hace
poco con Taehyung?
—Lo sé hace unos días.
—¿Seguro que es tuyo?
—Te puedo romper la cara—dijo con frialdad.
—Ya, sólo era una pregunta. ¿Qué vas a hacer si ellos lo descubren?
—Si me quieren joder yo puedo hacerlo también, y tú me vas a ayudar.
—¿Yo? ¿Por qué tendría qué hacerlo?
—Porque si no lo haces, te juro que le diré a Jimin todo, sabes que no
juego.
Yoongi soltó una carcajada, admiraba algo de su hermano menor y eso era
su perseverancia y la forma en la que luchaba por lo que quería, ambos eran
muy diferentes.
—Calma, te ayudaré, debes tranquilizarte y disfruta el día.
—Me hubiese gustado que esto fuera de otra manera, pero no es así, eso es
lo jodido de la familia, si me está pasando a mí que estos más independiente
de ellos, ¿Qué no podría pasarte a ti Yoongi? Debes de comenzar a pensar en
tu vida.
—Soy el heredero, es diferente para mí.
—Espero que eso no te golpee en la cara.

—Esto es algo rápido ¿No lo crees?


Jimin sonrió y negó. —Nosotros también tuvimos una boda complicada
¿No lo crees?
—La familia Min es complicada—asintió.
—Si lo amas, debes estar feliz, ambos se quieren y es lo que importa.
—No se lo he dicho a mi hermana, porque estoy segura que se va a
molestar, ella siempre tiene razones para creer que estoy haciendo un desastre
con mi vida.
—Papá siempre me dijo que los demás pueden hablar de las cosas que
tienes qué hacer, que el amor a veces quiere proteger, pero al final del día es
tu vida, tú tienes que cometer tus propios errores y aprender, ella lo
entenderá.
Yeosang asintió. —Jimin, estoy embarazado.
Los ojos de Jimin se abrieron en demasía, había notado algo, pero pensó
que Yeosang había subido un poco de peso, sonrió al instante.
—Oh, dios, eso es hermoso—dijo con total honestidad—. ¿Puedo?
—Claro—dijo tomando sus manos para ponerlas sobre su vientre—. No es
muy grande.
—Es precioso ¿Cómo te sientes?
—Bien—asintió—. Tenía una relación que no era una relación con
Jungkook mientras que trabajaba con él, después lo terminó todo y empezó
algo con Taehyung, pero me aseguró que me amaba, ahora estamos por
casarnos y ser padres, es abrumador.
—¿Tienes miedo de que algo malo pase?
—Sí, ¿Alguna vez te has sentido así con tu relación?
—Siempre—suspiró—. La forma en la que amo a Yoongi, es algo que
jamás había sentido y que no volveré a sentir, me aterra que algo suceda que
lo arruine.
—¿Eres feliz?
—Mucho. es normal sentir miedo, pero, nada malo tiene que pasar, ahora
tendrás un bebé con la persona que amas y ambos serán felices. Es lo único
que tienes que pensar en este momento.
Yeosang se acercó más para darle un abrazo fuerte. Jimin lo correspondió
con una sonrisa. —Gracias, de verdad gracias.
—Todo estará bien, este es un día especial.
Las palabras de Jimin se quedaron muy presentes en su mente, así que
mientras se arreglaba pensaba en lo mucho que amaba a Jungkook y lo que
deseaba construir a su lado, tenía entendido que la familia Min era poderosa y
tenían formas de hacer las cosas, les tenía miedo, pero, confiaba en
Jungkook.
A las siete de la noche bajó las escaleras, pudieron ir de compras antes de
ir a Italia, así consiguió el traje blanco que vestía, se veía bien, se esmeró en
su arreglo, Jungkook en un traje negro le esperaba en el último peldaño de la
escalera, la tendió la mano y la tomó, dio un beso en esta y se sintió en las
nubes. Ambos caminaron al jardín delantero, que daba a la playa, estaba
adornado con guirnaldas de flores blancas, luces y era mágico. Yoongi y
Jimin ambos en un traje ligero gris estaban ahí sonriendo, al igual que el juez
que los casaría, entonces la ceremonia comenzó.
Con las manos entrelazadas, las palabras de apoyo, las firmas, sus
corazones latiendo con fuerza cuando decían los votos y el besó final,
después de colocarse unos aros dorados en los dedos, y la felicitación, porque
estaban casados.
La pequeña recepción fue una cena especial los cuatro riendo y hablando
de muchas cosas, ni Jimin, ni Yeosang habían visto lo relajados que podían
ser Yoongi y Jungkook, no habían bebido mucho, pero sus lenguas se
aflojaron y hablaban hasta por los codos de las diversiones de su infancia. Se
llevaban bien a pesar de todo.
—Este vino es delicioso—dijo Jimin bebiendo más.
—Gracias—sonrió Jungkoom con suficiencia.
—Quiero más.
Yoongi le sirvió más, dejando su copa de lado al entender que Jimin
bebería hasta quedar ebrio, era tarde, las doce, Yeonsag se recargó en el
hombro de Jungkook sumamente cansado.
—Nosotros nos retiramos, el bebé lo tiene muy cansado, ustedes sigan
disfrutando, Jimin hay más vino, no te límites.
—Gracias ¡Buenas noches! —dijo muy feliz.
—Buenas noches hermano y felicidades.
—Gracias.
Tomó de la mano a Yeosang quien apenas se pudo despedir, antes de
entrar a la casa, lo cargó en brazos, ahora eran recién casados, lo llevó dentro
y subió con él encima, estaba tan cansado que podía dormir en su hombro sin
problema, cuando llegaron a la habitación, lo sentó en la cama, le quitó la
ropa y le puso una playera larga, lo metió en las cobijas y entró después sólo
con boxers, lo abrazó sonriendo, besando su frente.
—Lamento no estar despierto.
—Duerme amor, está bien, los mañaneros siempre son buenos.
—Buenas noches esposo.
—Buenas noches mi dulce esposo.

—Este vino es asombroso.


—Ya casi te acabas la botella, es la una ¿Quieres ir a la cuidad?
—¿Seguiremos bebiendo?
—Sí. Vamos.
Aunque Yoongi había dejado de beber, se estaba divirtiendo viendo a
Jimin tan relajado, disfrutando, era muy divertido ebrio, salieron de ahí,
yendo a la cuidad, había un gran estilo medieval, Jimin y él fueron a un bar
cercano donde bebieron, Yoongi sólo bebió una copa, mientras que Jimin reía
pidiendo preparados dulces, bailando con la música, estaban en la calle,
paseando, Jimin reía sin parar y Yoongi no dejaba de seguirle el ritmo, esa
salida estaba siendo muy interesante, descubrió una faceta de Jimin que
adoraba.
—Falta una hora para las seis de la mañana, está por amanecer.
—Quiero ver el amanecer ¡Tenemos que verlo!
—Conozco un lugar, lo vi cuando veníamos, ven el chofer espera.
Jimin asintió tomando su mano, estaba cantando, feliz, Yoongi jamás había
conocido a alguien tan feliz como Jimin y de cierta manera lo envidiaba,
sentía que ñel podía ser tan transparente, que nadie exigía algo de él o
esperaban más de lo que podía dar, era fascinante. Lo llevó a un campo de
flores, donde podían ver el amanecer, estaban llegando a tiempo, Jimin
anduvo por el campo, corriendo y tomando flores, que después puso en su
cabello.
Cuando el sol salió, iluminando el rostro de Jimin, de una forma tan
especial, cuando su sonrisa acaparó toda su mente lo supo, lo amaba, no de
una forma falsa, no de una forma sencilla, realmente lo amaba, todo lo que
sintió antes de él dejó de tener sentido, entendió que nunca antes había amado
con esa intensidad, para querer tenerlo siempre a su lado, mirando sus ojos
brillantes o sus sonrisas amables, era Jimin, todo lo que necesitaban era él y
lo amaba, tanto que asustaba.
Se acercó a él, abrazándolo de la cintura para levantarlo ligeramente y
darle un par de vueltas, con tal de escuchar su risa. Cuando lo bajó tomó sus
mejillas y besó sus labios.
—Jimin, te amo.
—Yo también te amo Yoongi.
—Te amo más que a nada, eres mi todo, por favor, nunca me dejes.
—No lo haré, jamás.
Si tan sólo esas palabras pudieran ser reales...
Ya casi explota todo
48

—No creo poder hace esto.


JungKook suspiró mirándolo con una mueca, habían regresado después de
una semana más de luna de miel en Italia, su primera semana como
matrimonio fue especial para ambos, por unos días, dejaron de pensar en lo
que les recibiría al regresar, sobre sus familias y sobre cualquier problema.
Pero, ahora, tenían que hacerle frente.
—Estoy contigo, aceptaré todo lo que ella me diga.
—Preparate entonces.
Bajaron del auto, en todo el viaje había mantenido en contacto con su
hermana, pero, evitó decirle lo de la boda, no quería alterarla, necesitaba
explicarle las cosas de frente y JungKook deseo acompañarlo. Subieron al
departamento, a esas horas su hermana y cuñado ya estarían ahí. Tocó la
puerta y espero, hasta que fue abierta por su hermana, quien al verlo lo
abrazo con fuerza.
—Cariño estás aquí.
—EunBi te extrañe mucho—sonrio al tenerla cerca—. Yo...te presento a
Min JungKook.
Al separarse ella miró a JungKook con seriedad, dió un asentimiento. —
Entren.
Entraron al pequeño departamento, Moonbin estaba en la cocina al verlos
sonrió.
—Él es mi cuñado, Moonbin, él es JungKook.
—Un gusto—dijo este.
—El gusto es el mío—sonrió JungKook.
—Tomen asiento—indicó el sillón—. Nos alegra que estén bien.
—Yeo ¿Has tomado tus vitaminas?
—Sí, todos los días sin falta. Me he sentido mucho mejor.
—Me alegra, y usted señor Min ¿Cómo ve la salud de mi hermano?
Cuando se fue de aquí estaba pasándola realmente mal, me preocupa que no
me este diciendo todo.
—Él está bien, me he encargado de ello, aunque hemos estado haciendo
actividades y viajando un poco, estoy al pendiente de sus comidas y
medicamentos.
—Te dije que estaba bien, no seas pesada.
—Me preocupa solamente, también el bebé, se nota más, es dulce.
—EunBi, hay algo que tengo que decirte, te vas a molestar, pero, quiero
que sepas que es una decisión que tomamos porque nos amamos y por el bien
del bebé.
—Me estás asustando ¿Qué pasa?
—Nos casamos en Italia hace una semana.
Eunbi elevó la ceja, mordió su labio inferior antes de negar.
—¿Cómo es que ha pasado eso?
—Simplemente paso.
—No fue así—dijo JungKook aclarando su garganta—. Sé que no me he
portado bien con tu hermano, que lo he lastimado, pero lo amo, y cuando él
me dijo sobre el bebé, pensé en hacer bien las cosas, corresponderle cómo es
debido, nos amamos y yo de ahora en adelante responderé por él y por mi
hijo. Espero que nos den su apoyo.
Moonbin tomó el brazo de EunBi quien estaba por alterarse.
—Para ella es difícil, casi crío a Yeosang y en el pasado él sufrió mucho,
tiene miedo, pero, él debe tomar sus propias decisiones. ¿No cariño?
—Me duele que no me hayas dicho antes o que no quisieras que estuviera
ahí.
—No es eso—negó Yeosang—. Fue tan rápido que no pudimos tener
invitados, lo siento, pero, estoy feliz, por favor, no estés molesta conmigo.
—No estoy molesta Yeo, te amo, mucho, y siempre me voy a preocupar
por ti, pero, si esto es lo que quieres, te voy a apurar. Siempre.
Yeosang sonrió, se acercó para abrazarla, JungKook suspiró.
—Yeosang me dijo que te gustaba el vino, traje una botella, podemos
celebrar.
—Ya me estás cayendo bien.
JungKook estuvo tranquilo después de la visita, pero, ese era el menor de
sus problemas, lo supo cuando fue a la empresa de sus padres por insistencia
de estos, al legalizar su matrimonio en su país, ellos ya deberían de estar
enterados de todo, y no se quedarían de brazos cruzados.
—¡¿Cómo pudiste hacer eso?!
JiYong daba pasos de un lado al otro, completamente molesto.
—Lo hice y ya, es mejor que lo acepten.
—¿De qué estás hablando JungKook? Queríamos que contrajeras
matrimonio con la hija de Soon.
—Pues, no se podrá.
—Te vas a divorciar.
—No, no lo haré papá y es mejor que lo vayan aceptando, además tendré
un hijo, serán abuelos, felicidades.
—¡Mocoso estúpido! —gruñó Seunghyun.
—Este es el maldito dilema, yo soy feliz y todos somos felices, pero si
ustedes tratan de alejarme de Yeosang yo les juro que le digo todo a Jimin y a
Leeteuk, su maldito juego para quedarse con la empresa del viejo se acaba,
decidan.
JiYong bufó. —No te atreverías.
—Lo haría, sin pensarlo dos veces, yo no soy Yoongi, que no se te olvide.
—Bien, por el momento dejaremos está conversación aquí, pero, no te
salvas de nada JungKook—dijo Seunghyun con seriedad—. No puedes salirte
de las normas, no puedes.
—No me amenaces, te conviene tenerme de tu lado y lo sabes bien padre.
Así que déjenme vivir tranquilo y yo haré lo mismo con ustedes.
JungKook sentía que tenía el control, por ahora.

—¿Eres Park Jimin? —preguntó la chica que se acercó a él aquel día en el


campus de la escuela.
—Si, soy yo.
—Te mandan esto—dijo entregándole un sobre.
—¿Quien?
—No lo sé, era un chico joven, dijo que te lo diera, bueno, adiós.
Jimin tomó el sobre con una mueca, aquello era muy misterioso, su
nombre estaba escrito en el frente, abrió con cuidados extrayendo una hoja
con una frase en ella.
¿Estás listo para conocer la verdad?
En esta USB está todo lo que tienes que saber.
Sacó del sobre una memoria USB, jugó con ella en sus manos, tenía que
ser una broma ¿Quien podría darle algo así? Lo guardó todo en su mochila y
suspiró. Algo de lo que sucedía no le gustaba nada.
49

—Haz que Jimin firme esto.


La carpeta que su padre puso frente a él le llamó la atención.
—¿Y esto es?
—Una carta poder, dónde te deja a ti tomar las decisiones que a él le
corresponden en la empresa.
—¿Por qué ahora? Jimin nunca ha tenido participación.
—Para la próxima fase de la extensión la tendrá, asegúrate de que firme, es
todo.
Yoongi asintió, miró como su padre salió de la oficina con una mueca bien
marcada, no estaba seguro de lo que sus padres querían hacer, no estaba bien,
relamió sus labios, sólo esperaba que Jimin no hiciera preguntas.

Jimin estaba en aquella cafetería después de clases, el día anterior no había


podido dormir bien debido al mensaje que recibió, tampoco uso la memoria,
por miedo a que está tuviera algún virus, pero, la curiosidad que estaba
sintiendo era cada vez mayor, no entendía mucho de lo que pasaba, sin
embargo, había cosas que por mucho que ignorara, le dejaban pensando
seriamente en todo. Todos tenían secretos, había muchos misterios y él a
veces se sentía dentro de uno de ellos. Parecía que las demás personas sabían
algo que él ignoraba por completo.
Bebía su café tranquilo, tratando de asegurarse que nada malo estaba
pasando, que todo se trataba de una broma, porque era mejor que comenzar a
averiguar y pisar terreno peligroso.
—¿Jimin? ¿Park Jimin?
Al escuchar su nombre elevó la vista, quiso desaparecer en ese momento
cuando vio a Jennie sonreírle.
—Hola, si, soy yo—dijo incómodo.
—Es extraño verte por aquí ¿Me puedo sentar?
—Claro.
—Y dime ¿Que estás haciendo por estos rumbos?
—Mi universidad está cerca, vengo aquí a veces después de clases.
—¿Estás estudiando? Eso es bueno, y dime ¿Cómo te va? Sé que nunca
hemos hablado, pero, me gustaría conocerte.
—¿Por qué te gustaría conocerme? —preguntó con una ceja alzada.
—Me pareces alguien agradable, y yo...necesito decirte algo. Más bien
preguntarte algo.
—¿Qué es?
—¿Yoongi es bueno contigo?
—Lo es—asintió con una mueca—. No entiendo tú pregunta. Y me estás
incómodando.
—No me vas a creer, pero no importa si no lo haces, yo no quiero tener en
mi consciencia que pude haber hecho algo y no lo hice. Yoongi te miente.
Jimin entrecerró los ojos. —¿Qué? ¿De qué hablas?
—Yoongi y yo teníamos algo ocasional, no era serio, pero él estaba
enamorado, en uno de esos encuentros me habló de ti, y de cómo su familia y
él estaban planeando algo para quitarte todo lo que el señor Min te había
dejado.
—Eso no tiene...—estaba sintiendo como la sangre huía de su cuerpo, no
entendía, sus manos comenzaron a temblar.
—Después me dijo que sus padres querían que se casará contigo, pero, me
pidió a mí matrimonio, jamás lo ví de esa forma, así que lo rechace, y un día
después ya estaba comprometido contigo, vi la foto que pusieron en aquella
revista, ese anillo fué el que él me ofreció. Aunque ahora veo que tienes otro,
lo cual está bien.
—Estas mintiendo—susurró contrariado.
—No Jimin y tampoco hago esto por venganza, o porque quiero lastimarte,
estoy haciendo esto porque no soy una mala persona y no mereces que nadie
te trate de esa forma, menos mereces vivir en una mentira. Me creas o no,
sólo puedo decirte algo, alejate de la familia Min, alejate de ellos ahora que
puedes.
Jimin se quedó en silencio, sólo observándola, con un peso en su corazón,
si lo que ella decía era verdad, entonces, moriría en vida.
—Los Min son personas peligrosas, crueles, que no les importa pasar sobre
cualquiera para conseguir lo que quieren, todos son de esa manera, Yoongi
no es malo, pero es el títere de su familia, nunca piensa por él mismo, Jimin,
tienes que alejarte antes de que te quiten todo o te hagan daño.
—Yo... tengo que salir de aquí.
—¿Quieres que te lleve a algún lugar?
—No, yo...me voy... gracias.
Salió de ahí rápidamente, sus ojos se llenaron de lágrimas, no quería
creerle, quería seguir confiando en las palabras de Yoongi, pero, algo dentro
de él estaba tan herido que no podía pensar en otra cosa, tomó un taxi y
regreso al departamento, posiblemente a Yoongi le avisarían cuando el chófer
llegará y no lo viera afuera de la cafetería como siempre, pero no importaba.
El camino a casa, el recorrido al departamento lo tenía nubloso, entró dejando
caer su cuerpo contra la puerta, necesitaba saber la verdad.
Sacó su laptop y metió la memoria que había recibido, comenzaba a sentir
náuseas debido a la presión y al nerviosismo, sólo había un archivo de audio.
Lo reprodujo esperando lo peor.
—Yoongi está tardando mucho Seunghyun.
—Basta KyungSoo, y dejen de quejarse de Yoongi que es el único que se
ha sacrificado por esta familia, mira que tener que casarse con ese ignorante
campesino, entre más rápido consiga la firma para él manejar las acciones
de Jimin o la renuncia de este de la herencia mejor para nosotros, podrá
destacarse de él.
—No creo que el chiquillo sea tan estúpido como para aceptar, ¿Y si nos
está tendiendo una trampa?
—Por dios JiYong ¿No lo has visto? Es un estúpido ignorante, no sabe
nada—rio ChanYeol.
—Como sea, tenemos que sacarlo de nuestras vidas.
—Si tan sólo el viejo no se hubiera muerto antes de firmar nada de esto
estaría pasando.
—Lo hecho, hecho está, no podemos dar marcha atrás, dile a Yoongi que
entre más rápido tengan un hijo es mejor, el viejo dejo muy protegido a ese
niño.
—Un matrimonio por la herencia—rio—. Yoongi es un genio.
—Todos sabemos que Yoongi quiere ser el heredero universal, esto
también le beneficia—bufó Jin—. Es el único que juega por sus intereses.
—Jimin no es feo, seguro se divierte con su ignorancia—soltó Namjoon.
—Oh vamos, todos sabemos que quien está disfrutando más es Yoongi, no
entiendo cómo puede mentirle a la cara o besarlo sin sentir repulsión, es un
asqueroso campesino, tan simple. Ni con ropa cara puede dar una buena
imagen...
No pudo escuchar más, se levantó corriendo al baño para vomitar, debido a
la presión, a todos los sentimientos que lo estaban ahogando, comenzó a
sollozar con fuerza, era imposible, no podía creer lo que le hicieron, entonces,
todo cobró sentido, las palabras de Taemin, las advertencias de Leeteuk,
cuando le dijo que no le cediera nada a Yoongi, que usará sus derechos, y
Jennie.
Una realidad que no comprendía, se estaba abriendo paso hacia él, nada
fue verdad, ni las caricias, abrazos o palabras de afecto, Yoongi no lo amaba,
nunca lo hizo, sólo lo había utilizado para obtener una herencia que él estaba
dispuesto a darle con tal de que no le engañé, pero, había jugado con sus
sentimientos, se burlaron de él. Y no entendía por qué. ¿Qué les había hecho?
Se lavó tratando de eliminar las lágrimas, pero era imposible. No podía dejar
de llorar, sintiéndose tan roto por dentro.
Se sentó en la sala, mirando la laptop, sollozando, no era justo, no estaba
bien, ¿Por qué? Era en esos momentos que entendía la razón por la cual su
padre había querido que creciera lejos de esa vida vacía y cruel. Siempre lo
protegió y ahora estaba solo.
La puerta se abrió, limpio sus lágrimas y cerró la laptop, Yoongi entró con
una sonrisa. Una vil sonrisa falsa. Jimin ya no le creía.
—Amor que bueno que estás aquí, necesito algo.
—¿Qué ocurre? —preguntó con voz débil.
—Hay un pequeño problema en la empresa—suspiró pesado—. Necesito
que firmes algo, es sólo para darme más poder ante el consejo, me ayudaría
mucho, no es algo importante.
Comenzó a reír y las lágrimas se desbordaron por sus mejillas, se levantó
encarando a Yoongi, quien se puso serio al ver su rostro.
—Jimin, amor ¿Pasa algo?
—¡No me digas amor! Eres...eres un...¡Desgraciado! Te odio, no puedo
creer lo que hiciste.
—¿De qué estás hablando?
Jimin podía ver el miedo en esos ojos que tanto amaba.
—Lo sé todo—balbuceo—. Todo lo que hiciste, lo que hicieron. ¿Por qué
Yoongi? ¿Por una herencia?
—No, déjame explicarte...
—¡No te atrevas a mentirme a la cara! ¡Te odio! Mi padre tenía razón,
sobre ustedes, son despreciables. No tenían que hacerlo, si hubieran sido
honestos, yo habría renunciado si eso aseguraba que no sentiría lo que siento
en este momento ¡Son unos desgraciados!
—Jimin, escucha, al principio fue así, pero te amo, en eso no mentí.
—¡Tú no me amas! Jamás me amarías, ¿Cómo amar a un estúpido
campesino? Esto...yo...
—Escucha, por favor.
—No, no quiero escuchar, quiero que me dejes tranquilo.
—¡Jimin!
—¡Maldigo el momento en que me enamoré de ti! —sollozo desgarrando
su voz.
Yoongi se quedó pasmado, Jimin corrió a la puerta, salió de ahí
rápidamente, necesitaba irse, para siempre, jamás regresaría, no con él, jamás
olvidaría lo que le hicieron, ni lo herido que estaba, porque desde ese día,
Jimin ya no sería el mismo, sólo pensaba en una cosa. Morir.

Exploto la bomba, a lo mejor piensen que Jimin debió de ser mas


explosivo, pero esto apenas comienza .
Gracias por leer
50

Miró la fachada con una angustia terrible, con un nudo en la garganta y una
opresión en su pecho. La casa donde creció, dónde vivió lo mejor de su vida
y la que nunca debió dejar. Sacó sus llaves y entró, el aroma conocido hizo
que comenzará a llorar, se sentía deshecho, con un dolor que nunca antes
había experimentado. Se sentía usado, era esa la palabra exacta.
No tenía nada, pero subió escaleras arriba a su habitación, llegó a su
pequeño closet, ahí estaba su ropa, la que conocía, se desvistió y se puso unos
jeans gastados y una playera, se tiró en la cama y comenzó a llorar, lloraba
fuertemente, no había podido dejar de llorar desde el momento en que supo la
verdad. Se preguntaba ¿Por qué? ¿Qué les había hecho para ser tratado de esa
forma? No era justo. Pero, la vida no lo era.
Se quedó dormido, despertó cuando era de madrugada, se cobijo y volvió a
dormir, el dolor no se iba y dudaba que se fuera en algún momento. Lo
habían jodido para siempre.

—¿Fuiste tú? —preguntó cuando la puerta se abrió.


—¿De qué hablas? —elevo una ceja confuso.
—¡Contesta JungKook! ¿Tú le dijiste a Jimin la verdad?
JungKook boqueo, no comprendía lo que su hermano le estaba diciendo,
tampoco tenía sentido, ni lo que veía, estaba desalineado, con el pelo hecho
un desastre y claramente borracho, era de madrugada, él no tenía que estar
ahí, entró a su departamento, caminando con molestia.
—No entiendo de qué estás hablando. Cálmate y habla.
—Jimin se enteró de todo, se fue, tú dijiste que le dirías.
—No, jamás dije eso, yo dije que le diría si ellos se metían con nosotros,
pero no lo hice Yoongi. ¿Tienes idea de dónde está?
Yoongi apretó la mandíbula, bajo la mirada y despeinó más su cabello,
JungKook lo vio destrozado, jamás había visto a Yoongi mostrar una
emoción genuina, siempre se mantenía al margen, sin sentimientos, sin nada,
como un muñeco.
—Yoongi...¿Sabes dónde está?
—No.
—¿Quieres que te ayude a buscarlo?
—No.
Se dió la vuelta y se fue, dejando a Jungkook sumamente confundido, hizo
una mueca, si Jimin se había ido, entonces, toda la familia se convertiría en
un total desastre. Sabía que algo así ocurriría y sin decirlo en voz alta, estaba
aliviado de que Jimin se haya ido. Regreso a la habitación con una mueca,
miró a Yeosang que estaba plácidamente dormido, mordió su labio inferior.
—Si sabes la verdad ¿Me odiarias? Si conocieras quien es mi familia ¿Te
arrepentirías?
Acarició su cabello, preocupado por Yoongi. ¿Qué haría después de ese
día?

Jimin despertó aquella tarde, sabía que era tarde por la luz que se filtraba
de la ventana, estaba anocheciendo, quiso volver a dormir, pero no podía
más, se levantó para tomar un baño, el agua estaba caliente, no tenía
entendido cómo es que la casa y las tierras de su padre se habían mantenido
bien, suponía que Leeteuk se hacía cargo de eso, quería agradecerle, pero,
realmente ya no quería tener ningún contacto con nadie, se baño y lloro, salió
de la ducha, se vistió y bajo a comer algo, no había nada en la despensa, ni en
el refrigerador, suspiró pesadamente, tenía que salir de compras, pero no
quería, lo único que deseaba era hundirse en su cama, subió nuevamente y se
metió bajo las cobijas, sollozo al recordar el viaje a Italia, ¿Cómo alguien
podía fingir todo eso? Sin duda Yoongi merecía un premio.

—Tenemos que buscarlo—dijo JiYong—. Debe estar en su antigua casa en


Busan.
—No nos dejará hablar con él—bufó KyungSoo—. La única persona que
puede hacerlo es Yoongi ¿Dónde está?
Seunghyun suspiró. —No contesta, no está en su departamento o al menos
no abre, no ha ido a trabajar, no entiendo qué le está pasando, debería estar
haciendo algo para resolver este problema.
—¿Y si Yoongi lo quería? —elevó una ceja ChanYeol—. ¿Qué otra
explicación podría haber?
—Eso es imposible—bufó JiYong como si se tratara de una mala broma—.
Yoongi debe estar disfrutando no estar cerca de ese estúpido.
—Los planes se tienes que atrasar más—gruñó Seunghyun—. Namjoon,
busca a Yoongi. Averigua que está pasando y si tiene algún plan.
—Bien.
La reunión familia acabo, cada uno de los presentes salió de ese lugar con
seriedad, sabían que la huida de Jimin sólo retrasaba lo que habían estado
esperando por muchos años, tenerlo todo. Namjoon subió al auto, miró al
chófer y le dió la dirección de Yoongi, estaba pensando en qué hacer, era
obvio que su primo estaría cabreado por haber fallado a su misión, por quedar
mal y por el temor de que alguien se enterará que había sido abandonado.
Llegó al edificio, subió al departamento y llamó a la puerta, espero unos
momento sin obtener respuesta, estaba por irse, cuando la puerta se abrió.
Yoongi lucia como si no hubiera dormido en días, le miró con burla antes
de hacerse a un lado.
—¿Que mierda te paso? Todos esperaban que estuvieras en la reunión y...
—Diles que no—susurró—. Ellos no van a intervenir, yo veré lo que hago.
Que dejen a Jimin en paz.
—¿Sabes dónde está?
—No.
—¿Está en Busan?
—No, no está ahí, es el primer lugar en donde busque, huyo, puede estar
en cualquier lugar, estoy buscando, así que denme tiempo.
Namjoon miró a Yoongi con la mandíbula apretada. —Si quieres que ellos
se convenzan de eso, tienes que guardar apariencias.
—¿Insinuas que miento?
—Cambiate, date un maldito baño y actúa como el hijo de puta que eres
siempre, sino quieres que ellos lo busquen por su cuenta.
Yoongi rio por lo bajo. —Gracias, pero, no intentes comportarte como una
buena persona, ambos sabemos las mierdas que somos.
—Porque lo sabemos bien, haz lo que te digo.
Se dió la vuelta y salió de ahí, ¿Por qué lo estaba ayudando? Tal vez,
porque jamás había visto a Yoongi con marcas de lágrimas secas en sus
mejillas.

Se levantó tambaleándose, su estómago dolía por la falta de comida, su


cabeza punzaba debido a todo el llanto, su boca estaba seca y unas náuseas
terribles lo llevaron al baño para devolver nada, no tenía el estómago para
seguir así, debía hacer algo, pero no podía.
Con un nudo en la garganta entró a la habitación de al lado, a la de su
padre, su aroma seguía ahí, se recostó en la cama abrazando su almohada. Lo
extrañaba tanto.
—Papá, no puedo más. Ya estoy muy cansado.
Lo estaba, el cansancio, la soledad y el dolor de un corazón
destrozado, porque no podía olvidar sus caricias, sus besos y su rostro,
suspiró pesadamente antes de levantarse y buscar en el cajón de su padre, ahí,
había cajas y cajas de medicamentos, busco uno en específico, unas pastillas
que le habían recetado para dormir, había dos frascos semi llenos de ellas, los
junto en uno solo y salió de la habitación, bajo por agua, ya no podía, no
quería seguir luchando en un mundo tan duro y cruel, él no estaba hecho para
eso, no podía, abrió el frasco, estaba por verter las pastillas en su mano para
tomarlas cuando un mareo muy fuerte lo atacó de repente, su cuerpo se sentía
frío y desorientado, su visión se puso oscura y cayó al piso derramando las
pastillas, perdiendo el conocimiento.

JungKook entró a aquella oficina elegante, miró a su hermano quien estaba


detrás del gran escritorio revisando unas carpetas, se adentró sentandose
frente a él, Yoongi ni siquiera levantó la mirada.
—Tenemos que hablar.
—Dime.
—Yoongi, lo mejor es que digas la verdad, mis padres están encojonados y
se preguntan porque no lo has buscado como se debe, ellos comenzarán a
hacerlo.
—¿Por qué hablamos de esto? No entiendes que no me interesa.
—Habla conmigo, no te ves bien. Ya pasaron dos semanas desde que él se
fue y...
—Vete, no necesito hablar con nadie.
—Por una maldita vez, admite que te equivocaste, manda al carajo a la
familia y búscalo, habla con él, se honesto, Yoongi lo amas.
Yoongi rio por lo bajo. —Que tu hayas elegido tu estúpido cuento de
hadas, no significa nada para mí, así que mejor vete y déjame en paz.
—Bien, pero te vas a arrepentir Yoongi.
No dijo nada, regresó a sus pendientes con la mirada fría y perdida, suspiró
y negó antes de levantarse e irse.

Se levantó de golpe, unas manos estaban sobre su cuerpo, miró alrededor


asustado ¿Dónde estaba? Había pisos y paredes blancas, luces cegadoras,
monitores y personas vestidas de azul con bata blanca.
—Tranquilo—dijo una mujer—. ¿Te sientes desorientado? ¿Mareado?
¿Cuántas pastillas ingeriste y hace cuánto? Tenemos que hacerte un lavado de
estómago rápido.
Recordó entonces los últimos momentos antes de caer inconsciente, negó,
su boca estaba seca y su cabeza dolía.
—Ninguna, no tome nada.
—Quien te trajo dijo que había un frasco de pastillas para dormir al lado
tuyo, tienes que decirnos cuántas tomaste.
—No tome ninguna lo juro, no iba...yo no iba a tomar nada—balbuceo—.
Las estaba guardando, se quedaron en la sala, las iba a subir cuando, me
mareé, me sentí tan mal que me desmaye. Digo la verdad.
No estaba diciendo la verdad, pero por algún motivo admitir que quería
morir y explicar a alguien la razón, le era complicado. La doctora lo examinó.
—Esos son síntomas de intoxicación por medicamentos, no estás diciendo
la verdad, te daremos un lavado de estómago.
—No, no tomé nada, lo prometo—sus ojos estaban acuosos. La doctora le
miró impacible—. Bien, quería hacerlo, quería matarme, pero, ni siquiera eso
sale bien, cuando estaba a punto de hacerlo me desmayé, no tome ni siquiera
una, pero desearía haberlo hecho.
Ella suspiró, miró a sus ojos y sonrió con lastima, Jimin desvió la mirada a
su regazo, sus ojos picaban, quería llorar.
—Mira—dijo sentandose a su lado, tomando su mano—. No sé por lo que
estés pasando, pero necesitas ayuda ¿Tú familia? El chico que te trajo dijo
que era un amigo, pero ¿Dónde está tú familia?
—Estoy solo, no tengo a nadie—sus labios temblaron.
—Hay un lugar de centro de ayuda. ¿Quieres que te derive ahí? Pueden
ayudarte.
—Sólo quiero ir a casa—hizo un puchero.
—Jimin...
Pero ella no pudo terminar la frase, porque Jimin cerró fuerte los ojos y se
acostó.
—Me siento muy mareado.
—¿Has comido algo?
—No, cuando como vómito, creo que estoy enfermo.
—Abre la boca, grande.
Ella reviso su garganta en busca de alguna infección, después palpo su
estómago, pero no dolía. Suspiró tomando su brazo.
—Te sacaré sangre, te haré unos análisis y veremos qué está pasando, te
vas a quedar aquí.
Jimin asintió desviando la mirada, tratando de no prestar atención a la
aguja sobre su piel, contuvo la respiración ¿Podría ser que estaba enfermo?
En ese momento deseo que fuera una enfermedad peligrosa y mortal, así
dejaría de tener tanto dolor. Cerró los ojos dejando que las lágrimas se
derramaran por sus sienes. Se quedó solo, sobre esa camilla de hospital, sólo
quería desaparecer.
Lo estaban monitoreando, y un par de horas después, la doctora apareció
con un aparato que arrastro hasta al lado de la cama, se sentó en el banquillo
y suspiró.
—¿Cuántos años tienes?
—Veinticinco—susurró confuso.
—¿Tienes pareja?
—No.
—¿Sabías que eres un doncel?
—Si.
—¿Eres sexualmente activo?
—Lo soy, pero, uso anticonceptivos, inyecciones.
—Según los análisis de sangre tienes cinco semanas de embarazo, ¿Sabías
sobre esto? ¿Tenías alguna sospecha?
—Eso es imposible—negó relamiendo sus labios—Yo, me puse la
inyección todos los meses.
—El problema de los métodos anticonceptivos es que no son cien por
ciento efectivos, tienen un margen de error, puede que la inyección haya
fallado, es una posibilidad.
Jimin sintió que el alma escapaba de su cuerpo, si tenía cinco semanas, eso
quería decir que se había concebido en el viaje de la boda de JungKook, ese
viaje ..ese maravilloso viaje donde se sintió más feliz que nunca, comenzó a
llorar. No era posible.
—Te haré una ecografía, para saber si todo está bien, en esta etapa
gestacional no hay mucho que ver, bien.
Levantó su camisa, puso gel en su estómago y uso el aparato para moverlo
sobre su vientre, Jimin miró sin aliento la imagen en la pantalla, a simple
vista, no veía nada diferente, pero ella señaló un punto.
—Esta mancha negra que se ve es el saco gestacional, dentro hay una
bolita más pequeña, ese es el saco vitelono y dentro, eso pequeño que se ve,
es el embrión, mide dos milímetros, no podemos ver mucho, es muy pequeño
aún, pero, está bien ubicado e implantado. ¿Estás bien?
Jimin entrecerró los ojos. No era posible, no podía creerlo, su corazón se
destrozó, quería salir corriendo, no era justo todo lo que le estaba pasando.
—Y si no lo quiero.
—Estas a tiempo de hacer una intervención, si eso es lo que quieres—dijo
con una sonrisa amable.
—Bien.
—¿Quieres que se realice la intervención? O ¿Deseas tiempo para
pensarlo? Se puede hacer lo que tú quieras y decidas.
—Quiero ir a casa, estoy en shock.
—Te vamos a poner antes una intravenosa, estás deshidratado, necesitas
suero.
Jimin asintió sin dejar de mirar la imagen. —¿Me puedes dar la imagen?
—Te imprimiré unas imágenes.
Se levantó, le ayudó a limpiarse y lo dejo solo. Jimin estuvo ahí, sin saber
qué hacer, sin saber qué decir, congelado, con el dolor a flote. Lo habían
jodido de todas las formas posibles.

—Tenemos una reunión la próxima semana ¿Vas a asistir?


—¿Se requiere mi presencia?
—No, pero, siempre tienes que estar al pendiente de estás cosas—dijo
Seunghyun con un mueca—. Sobre todo si vas a tomar posesión cuando sea
el momento, las conexiones siempre son buenas.
Yoongi elevó una ceja. —¿Me puedo retirar ya?
—Si, pero antes, dime ¿Cómo va ese asunto? ¿Ya lo encontraste?
—Están en eso—su mandíbula se apretó con fuerza.
—Bien, Yoongi, puedes irte.
Yoongi salió de ahí, Seunghyun hizo una mueca, esperaba que sus
sospechas no fueran verdad, sino, todo se arruinaría. Pero, aún confiaba en
Yoongi.

Salió del hospital, Daniel no dejaba de decirle lo preocupado que estaba,


pararon en el supermercado y le hizo comprar comida, estaba feliz de tener
cerca a su viejo amigo.
—Jimin ¿Estás seguro que quieres estar solo? Puedo quedarme.
—Estoy bien—le aseguró—. Te visitaré muy pronto.
—Vendré mañana a asegurarme de que has comido, mira, sé que no
quieres hablar de lo que pudo haberte pasado en Seoul, pero, estoy aquí. No
estás solo.
—Gracias Daniel—le dió un abrazo y le sonrió, una sonrisa que no iluminó
sus ojos.
Entró con las bolsas que dejó en la cocina, se sentó en la sala y suspiró,
mordió su labio inferior y volvió a llorar ¿Qué se supone que tenía que hacer?
Sacó del bolsillo de sus jeans la ecografía, ¿Debería? ¿Qué era lo mejor
para él? Odiaba a Yoongi, pero también lo amaba tanto que dolía, sollozo con
fuerza llevando una mano a su vientre.
—Tú eres mío, completamente mío, no dejaré que nadie te lastime.
Apretó los ojos ¿Podía volver a luchar? Se levantó y fue por algo de
comer, el sentido de su vida había cambiado, y el dolor se estaba convirtiendo
en enojo.

Doble actualización patrocinada por la linda paroxwtina


51

Segunda parte.
Cuatro meses después.

La tensión se sentía en aquella habitación, era una cena familiar, a la que no


había podido faltar, ya no podía huir de ellos, se le estaban acabando las
opciones y las escusas para evitarlos.
—Y bien Yoongi ¿Has tenido suerte?
—No.
—¿Lo estás buscando siquiera?
Su tío KyungSoo no era más que una víbora venenosa disfrazada, relamió
sus labios antes de beber algo de vino, los odiaba, envidiaba a JungKook por
no estar ahí, ese tenía la escusa de que su hijo estaba a días de nacer.
—Lo he hecho.
—Yoongi...
Golpeó con el puño la mesa, no tenía cabeza, no podía más.
—¡Les dije que lo estoy buscando! Si tanto quieren encontrarlo vayan a
buscarlo ustedes y dejen de joderme ¡Todo esto es su maldita culpa!
—Calmate Yoongi—ordenó Seunghyun con molestia—. Nadie duda de ti.
Yoongi rio incrédulo. —¿De verdad? Pues no parece. Déjenme en paz.
Se levantó y salió al patio, prendió un cigarrillo y fumo una gran calada,
sus ojos de ensombrecieron de nuevo, no quería hablar, no quería pensar, no
quería hacer nada. Estaba destrozado, no podía dejar de pensar en los ojos
decepcionados y dolientes de Jimin, era algo que no lo dejaba dormir, que lo
hacía consumir grandes cantidades de alcohol. Nunca se había sentido de esa
manera, jamás, amaba a Jimin y el peso de sus decisiones le estaba costando
todo, sin embargo, no dejaría que su familia lo buscará, él no tenía la cara de
mirarlo de frente.
Pero, estaba siendo muy difícil, porque lo que más quería era ver qué
estaba bien.
Namjoon llegó a casa aquella tarde, entró y sonrió al escuchar la risa de su
pequeño bebé, se acercó a la sala, dónde Jin jugaba en el suelo con su
pequeño Soobin de dos años y medio, lo levantó besando su mejilla.
—Hola mi bebé precioso—sonrió cuando el bebé acarició su cara. Lo bajo
dejándolo con sus juguetes.
Se acercó a Jin y besó sus labios, SeokJin se levantó del piso y se sentó a
su lado en el sillón, volvió a besarlo, está vez con más intensidad, Namjoon
suspiró pesadamente, con un par de besos ya estaba excitado y no era para
menos, teniendo de esposo a SeokJin.
—¿Qué tal el trabajo? —dijo este separándose un poco.
—Lo mismo de siempre—se encogió de hombros—. ¿Qué tal tu día?
¿Algo interesante que hayas hecho?
—No mucho—se encogió de hombros.
Namjoon había notado algo en los últimos días, algo extraño en Jin,
siempre estaba atento a todo y vivaz, pero de un tiempo para allá, comenzaba
a comportarse más asustadizo y pensativo. Algo ocultaba.
—¿Qué es lo que está mal? Y no me digas que no tienes nada, porque
obviamente es falso, habla.
Jin suspiró tembloroso. —Es algo que he estado pensando mucho...
—Ajam. ¿Qué es? Te tiene muy distraído, ¿Hiciste algo?
Jin boqueo, tragó en seco, se levantó para servirse una copa de whisky, le
sirvió una también a Namjoon, regreso al sillón y bebió antes de hablar.
—Bueno, yo...hace meses tuve una reunión con tu padre KyungSoo y con
JiYong.
—Eso no puede ser algo bueno ¿Te dijeron algo?
—Ellos querían que hiciera algo.
—Jin...¿Fue malo?
—Le pague al doctor de Jimin para que dejara de suministrarle los
anticonceptivos, llevo días preguntándome si algo sucedió. Tal vez por eso no
quiere que lo encuentren y se ha escondido muy bien.
Namjoon hizo una mueca. —Era de esperarse, sorprende hasta donde
pueden llegar—suspiro bebiendo más—. ¿Te sientes mal por eso?
—Si.
—No digas nada, menos a Yoongi, deja que las cosas sigan su curso, él irá
a verlo, sabe dónde está, tarde o temprano va a caer.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque lo ama. Está mierda se va a poner muy interesante, sobre todo
porque Yoongi ya no confía en nadie de la familia, alguien le dijo a Jimin y
lo peor es que tenía grabaciones de las reuniones, es una trampa.
—Eso sucede cuando tú familia es tu peor enemigo—se encogió de
hombros—. Por el bien de Jimin, espero que no esté embarazado.
Yoongi pensaba mucho sobre todo, había algo que lo impulsaba a buscar a
Jimin, una opresión en su pecho, pero, ¿Por qué no lo hacía? ¿Qué le impedía
ir y buscar a Jimin? La respuesta era clara, porque no tenía la forma de
mirarlo a la cara, no después de todo el daño que le había hecho. Intentaba
olvidarlo, regresar a su vida antes de él, pero era imposible, todo lo que
estaba dentro de ese departamento le recordaba a Jimin.
Odiaba sentirse de esa manera, pero odiaba más el hecho de saber que
jamás volvería a tener esas muestras hogareñas de afecto. Extrañaba el
aprecio y el calor de Jimin.
Amaba a Jimin, tanto, que por un momento quería desaparecer todo y salir
de aquella maldita familia. Quienes lo habían jodido todo, pero, no había más
culpable que él. Lo extrañaba, sus besos, su voz, su sonrisa, extrañaba todo
de Jimin, sus días se habían vuelto grises sin él. Pero, tenía que aguantar,
hasta averiguar qué hacer, esconder la verdad de su familia. Era lo mejor.
Pero, una paquete que llegó a su oficina ese día lo descolocó, Leeteuk le
miró con seriedad y odio, intuía que este sabía todo.
—Jimin te ofrece un trato.
—¿Qué? —susurró sintiéndose estúpido—. ¿De qué estás hablando?
—Él acepta en trato que tú familia les de, renuncia a sus acciones de la
empresa, lo único que quiere es la casa en Busan y las tierras alrededor, lo
demás lo deja, a cambio de que firmes estos papeles de divorcio y jamás
vuelvas a aparecer en su vida.
Su respiración descendió, tragó en seco, pero, no podía deshacer el nudo en
su garganta, relamió sus labios y buscó las palabras correctas, que no
encontró. Sabía que Jimin jamás querría verlo de nuevo, pero ver esos
papeles de divorcio con su firma sobre su escritorio hizo todo más real, su
corazón dolió.
—Pero...
—No quiere nada, sólo su casa, lo demás ustedes pueden quedarselo, yo
haré todos los trámites, sólo firma.
—No, esto, él no puede...
—Deja de actuar Yoongi, es lo que ustedes querían.
—Tú sabes que por algo mi abuelo le dejo todo a él.
Leeteuk bufó. —¿Ahora tienes consciencia? No me hagas reír.
—No la tengo, tampoco vergüenza, pero ambos sabemos que Jimin no
debe hacer eso.
—Jimin fue claro, no quiere saber nada de ninguno de los Min, deja de
aferrarte y por una vez haz lo que te pide, firma y él firmará.
Yoongi mordió su labio inferior. —¿Cómo está?
—No te interesa, menos cuando eres tú quien lo destruyó, firma Yoongi,
vendré por esa firma mañana.
Leeteuk salió de su oficina a paso veloz, Yoongi se hundió en la silla,
mortificado, tomando esos papeles, con la firma de Jimin, era todo, era el
final. Fue lo que buscaba, podía firmar, esperar la renuncia de Jimin a la
herencia y todo estaría bien, su familia sería feliz y él podía vivir su vida
como le plazca. Siempre fue esa la única alternativa, su única salida, su
objetivo desde la muerte de su abuelo, entonces, si es lo que más quería, ¿Por
qué se sentía tan miserable pensando en el divorcio? La respuesta era tan
clara, que sus ojos se llenaron de lágrimas, amaba a Jimin, no quería dejarlo
ir, se sentía un desgraciado egoísta, porque sabía todo el daño que le había
hecho, sin embargo, aún quería que lo amara de la forma que nadie pudo
amarlo antes.
Tomó sus cosas y esos papeles y salió de la oficina. Miró a su secretaria y
trato de sonar normal.
—Cancela todo lo de mi agenda para esta semana, saldré, si mi padre
pregunta dile que no te dije a dónde iba.
Salió sin esperar su respuesta, nada más importaba, nada, sólo ver a Jimin,
manejó en tiempo récord a su departamento, entró, dirigiéndose a su
habitación, aún estaba todo como Jimin lo había dejado, no toco sus cosas,
encontró una pequeña maleta dónde puso lo necesario, si Jimin no lo quería
cerca podía quedarse en cualquier motel, empacó y salió directo a la
carretera.
Se estacionó frente de aquella casa de campo, el aroma a campo era muy
diferente al aroma de la cuidad, bajo sintiendo sus rodillas temblar, estaba
nervioso, podía sentir como el sudor bajaba por su nuca y eso le desagradó,
tomó una bocanada de aire antes de avanzar, no sabía lo que se encontraría,
no había visto a Jimin en meses ¿Qué le diría? ¿Qué podría decirle? Era
estupido que se encontrara ahí, pero ¿Qué más podía hacer? Necesitaba verlo,
asegurarse de que estaba bien y hablar con él de lo que estaba sintiendo, rogar
su perdón de ser necesario.
Subió los tres escalones de madera hasta llegar al porche, camino con
temor hasta la puerta y tocó, sus nudillos golpearon la puerta en un sonido
sordo, espero conteniendo la respiración, sintiendo su pulso golpear contra su
piel. Estaba ansioso, espectante ante una situación en la que no podía saber
cuál sería el resultado.
Espero impaciente, hasta que escuchó como el seguro de la puerta era
retirado, entonces esta se abrió, su corazón latió con fuerza y su respiración
se detuvo, cuando miró aquellos ojos castaños que muchas veces le habían
observado con anhelo, ahora eran distintos, Jimin le miró con sorpresa para
después entrecerrar los ojos y hacer una mueca disconforme. No lo quería
ahí, lo supo tan sólo con mirarlo.
—Jimin—susurró casi atragantandose con la palabra.
Jimin chasqueo la lengua, pensó que le cerraría la puerta en la cara, pero
sólo le observo.
—¿Qué haces aquí?
Escuchar su voz le devolvió la tranquilidad que no sabía que había perdido.
—Quiero que hablemos, por favor ¿Me dejas entrar?
Le miró por unos momentos antes de asentir, se hizo a un lado y le dejó
pasar, al hacerlo, Yoongi pudo sentir el calor que emanaba esa pintoresca
casa, se dio la vuelta para mirarlo, pero al hacerlo, se quedó petrificado. Jimin
ni siquiera intento ocultarlo, ¿Cómo podría? Estaba vestido con unos
pantalones de mezclilla claros y una camisa de manga larga amarilla, una que
se pegaba muy ligeramente a su cuerpo, marcando aquella barriga, su
respiración falló, Jimin estaba embarazado.
—¿Tú? —susurró.
—¿Yo qué? —le reto con la mirada—. ¿A qué viniste? ¿Qué es lo que
quieres?
—¿Por qué? —balbuceo—. ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Decirte qué? —levantó una ceja confuso.
—Sobre el bebé, yo...no entiendo.
—¿Por qué tendría que decirte? Tú no tienes nada que ver con eso.
—¿Es mío? —preguntó con un nudo en la garganta.
—No lo es.
Yoongi no lo creía, no podía creerlo, porque sabía que Jimin no era así,
que no había forma que lo hubiera engañado, suspiró.
—No me mientas.
—¿A qué viniste?
—Leeteuk fue a verme.
—¿Y? ¿Tines alguna duda? Si la tienes habla con él, tú y yo no tenemos
nada de qué hablar.
—¿Por qué estás haciendo eso? Renunciar a la herencia y el divorcio,
Jimin, no lo hagas.
Jimin rio de forma dolida, le miró con incredulidad, con una mueca de
asco.
—¿No es lo que tú y tu familia querían? No me vengas con chantajes ¿Qué
más quieres? Ya no tengo nada que darte.
—Necesito que me escuches.
—No, no quiero escucharte, no quiero ni mirarte ¿No te cansas de hacerme
sufrir? ¿Esto te divierte?
—No, Jimin, sé que lo que hice, lo que mi familia hizo estuvo
terriblemente mal, pero, escúchame, no quiero que esto termine así, no quiero
darte el divorcio, te amo.
El rostro de Jimin se deformó en una mueca llena de dolor.
—¡Largo de aquí! No te quiero ver ¿No entiendes? ¡Te odio!
—Tienes que escucharme, por favor hazlo, primero escucha y después
toma una decisión.
—No, vete ahora y jamás vuelvas.
—Estamos casados, y ese bebé es mío, no podemos divorciarnos tan fácil y
lo sabes.
—¿Me estás amenazando? ¿De verdad? —le miró con odio puro—. Me
quieres quitar todo ¿Verdad?
—No, no quiero eso, quiero que me escuches.
—Ya escuché suficiente. Vete.
—No me iré, no hasta que me escuches.
—Bien, pero antes tendrás que escucharme a mí. Yoongi, eres lo peor que
me pasó en la vida.
Y Yoongi sintió como su corazón se rompió, la desesperación de ver a la
persona que amaba quien lo observaba con asco y desprecio, dónde antes
hubo amor, ahora había odio, y sólo así, entendió la gravedad de sus actos.
—Y tú lo mejor que le pasó a la mía...

Ya estamos en el drama. Nos leemos pronto. Gracias por leer bebés


52

Jimin se quedó en blanco, escuchando la última frase que salió de la boca de


Yoongi, la presión en su pecho creció aún más, apretando su interior,
estrujando sus entrañas, tuvo ganas de llorar, por el dolor que le causaba, sin
embargo, el enojo era aún mayor. Pasó esos meses preguntándose qué le diría
si lo tuviera frente a él, tenía un repertorio de reclamos e insultos, pero, al
verlo ahí, se dió cuenta que las palabras no salían de su boca.
Se arrepentía de haberlo dejado entrar, de mostrarse ante él de esa forma,
porque no estaba listo para enfrentar a Yoongi, no se sentía seguro de nada.
—Vete, no quiero hablar contigo.
Yoongi suspiró. —Sé que me odias, lo entiendo, pero, Jimin, sólo
escúchame.
—¿Me vas a seguir mintiendo? Por Dios, no hay forma de que vengas a
seguir con tu red de mentiras.
—No te voy a mentir—mordió su labio inferior—. Te voy a decir la
verdad, toda la verdad.
—Tú eres incapaz de decir la verdad Yoongi, firma el divorcio y yo
firmaré la renuncia a la herencia, entonces los dos podemos seguir nuestro
camino.
Yoongi negó, dió un paso al frente, pero Jimin se alejó. Tenía que poner
distancia entre ambos.
—Lo haré después de que sepas todo, por favor escúchame.
—Escucha tú, no te quiero cerca, no tienes idea del daño que me has
hecho, no lo imaginas, pero, sí quiero saber algo, es tan simple y sencillo.
¿Por qué yo? ¿Qué les hice para merecer esto?
—Lo único que hiciste mal fue estar en medio de una lucha de poder—dijo
con un nudo en la garganta—. Mi familia estuvo detrás de mi abuelo por
muchos años, para vender acciones de la empresa y expandirla, pero el
abuelo jamás quiso eso, quería que todo se quedará en familia, no quería
personas extrañas teniendo poder de decisión.
—Mi padre tenía razón, ustedes son malas personas, por algo se alejó de
ustedes. Jamás debimos regresar.
—No, mi abuelo jamás debió de ponerte en medio de todo Jimin, jamás
debiste heredar tanto poder de la empresa sin saber absolutamente nada de
ella, sin protección, sin enseñarte sobre negocios, sobre la vida.
—¿Y esa es justificación?
—No, no lo es, al principio nadie iba a tocarte, no te veíamos como una
amenaza, pero el abuelo cambio el testamento y fue así que todo empezó.
Jimin apretó los puños. —¿Amenaza? Hablas como si no fuera un ser
humano, sino el villano de una novela.
—Para ellos lo eras, entonces me pidieron que te vigilará, no me gustabas,
esa es la verdad, me parecías alguien extraño, me molestaba lo amable que
eras, tu personalidad me repelía por completo, jugué contigo, tenía que
sacarte información, me acosté contigo por accidente y entonces el abuelo
murió.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, escuchar las frías palabras de Yoongi era
lo más doloroso que había sentido en su vida, trató de no sollozar, intentó ser
fuerte.
—Cuando supieron que tú nombre estaba en la herencia, surgió el plan,
debía enamorarte, hacer que confiaras completamente en mí, para que me
cedieras todo, pero no te quería, no lo hacía, te mandé a otro departamento
porque Jennie quería quedarse conmigo un mes, al mismo tiempo te pedí ser
mi novio porque Taemin se estaba entrometiendo—ver los ojos de Jimin le
estaba consumiendo, pero, tenía que decirlo todo—. Le pedí matrimonio y
ella me rechazó, ese mismo día te lo pedí a ti con ese anillo, mi familia estuvo
feliz, porque por fin estaban cerca de obtener lo que querían, pero, yo lo
arruiné.
—No, créeme que la actuación salió de maravilla, lo hiciste muy bien—
susurró con voz ahogada.
—Fallé porque me enamoré de ti, lo hice, no sé que fue, tal vez tu
sencillez, la forma en la que sonreías o lo dulce que eras, que me amaste
como era, como nunca antes alguien lo hizo, y te amo, y no quiero que ellos
te hagan daño, no quiero que les entregues lo que quieren, yo te amo y quiero
estar a tu lado, quiero protegerte y quiero ganarme tu perdón, porque estos
meses sin ti han sido una agonía, porque no dejo de pensar en ti, porque estoy
tan preocupado y me siento un desgraciado, soy el peor ser humano, pero te
amo. Y esa es la verdad Jimin y ahora, el bebé...jamás quise hijos, pero, ya lo
amo, los amo a los dos. Por favor...
—Nunca sentí que podría tenerte Yoongi, esa es la diferencia, yo sabía que
no estabas enamorado de mí, que éramos diferentes, pero me quise aferrar a
aquella ilusión, porque estaba enamorado, siempre he estado enamorado de ti.
Yo sé que estás aquí sólo porque te sientes culpable, pero no te preocupes,
estaremos bien—tragó en seco, algunas lágrimas recorrían sus mejillas—. No
fue justo lo que hicieron conmigo, te lo dije una vez, les hubiera dado todo
sin dudarlo, no creo que me ames, no lastimas a quien amas, te burlaste de
mí, me heriste y ahora vienes a pedir perdón, no, Yoongi, no quiero que estés
cerca, ya no.
Sus ojos no estaban llenos de enojo, ni de rencor, sólo de dolor. Yoongi
quiso acercarse pero su cuerpo se sentía tan pesado que no podría hacerlo.
—¿A quienes te refieres? ¿No queda nada para nosotros? Y el bebé, es mi
hijo Jimin.
Jimin colocó sus manitas en su vientre y sonrió tenuemente. —Yo y él o
ella estaremos bien, no tienes qué hacer esto, puedes seguir tu vida y dejar
que yo siga con la mía, me heriste, me destruiste y por nada del mundo voy a
dejar que te acerques a mi hijo y lo jodas como me has jodido a mí. Quiero
decirte que te odio, pero realmente no lo hago, no te odio, pero, no quiero
seguir amándote, quiero olvidarte, quiero que me dejes libre.
Pero Yoongi negó, se acercó tan rápido que Jimin no pudo moverse, se
hincó frente a él, colocando su cabeza en su vientre, el calor que este
emanaba era abrumador, tomó sus manos y las apretó, las manos de Jimin
eran pequeñas, y suaves. Como las manos de un bebé, pero estaban
temblando, Jimin entero estaba en shock.
—No, yo no podré seguir sin ti—levantó la vista mirándolo de forma
mortificada, relamió sus labios de forma nerviosa, mirar los ojos de Jimin,
que alguna vez los miraron de forma esperanzadora, le desnudaba por
completo—. Jamás...creí que podría enamorarme así, pero lo hago, estoy
enamorado de ti, te amo Jimin.
—No digas eso—intentó alejarse, pero Yoongi lo tomó de la cadera y se lo
impidió—. No—susurró con su voz perdiendo fuerza—. Te suplico que me
perdones, que me des una oportunidad, te lo imploro Jimin, por favor. Te
amo Park Jimin, te amo, y esto no va a cambiar, te amo como no pensé amar
y sé que no lo he demostrado, cuando empecé a hacerlo, te enteraste de lo
hijo de puta que soy, pero te amo. Te amo, te amo, te amo, Jimin te amo.
Los ojos de Jimin se agrandaron, volviéndose cristalinos, alejó con fuerza
las manos de Yoongi y se alejó, caminó hasta estar lejos de él y temblando se
volvió a mirarlo con desprecio.
—¡¿Por qué sigues haciendo esto?! ¡No te bastó jugar conmigo de esa
manera ¿Verdad?! ¿Qué necesitas ahora? ¿Una firma del chico idiota? ¡Lo
que quieras te lo doy, pero deja de decir eso!
—Te quiero a ti—dijo poniéndose de pie, para mirarlo fijamente.
—Todo menos eso—respondió con la mandíbula apretada.
Camino unos pasos antes de caer de rodillas, no podía soportarlo, había
intentado hacerlo desde que lo dejó, desde que se fue de aquella casa y pasó
noches frías, lo intentó por el bien de su bebé, pero no podía más, era
doloroso, aquel dolor creaba un nudo en su garganta y oprimía su pecho hasta
no dejarlo respirar. Cubrió su rostro con sus manos temblorosas y comenzó a
llorar, desgarrando su garganta, era una combinación de enojo, tristeza y
desprecio.
Lloró ahogándose con sus propias lágrimas, hasta que sintió un abrazo por
detrás, Yoongi lo aferró a su pecho, llevando sus labios a su cabeza.
—Perdóname, por favor, perdóname.
—N...o, no, no... queiro—balbuceo—. Déjame en paz....por favor....ya no
tengo nada...
Entonces, Yoongi no dijo nada, dejó de hablar de él, de lo que sentía, para
concentrarse en Jimin y en lo que este hacia, mecio un poco, intentando
mediante sus caricias y besos ligeros que dejara de llorar, así hasta que su
llanto se volvieron hipidos. Se levantó, tomándolo en brazos, Jimin se dejó
llevar, porque estaba tan débil, su cabeza dolía mucho, sólo quería descansar.
Yoongi lo llevó a la habitación y lo recostó en la cama, cubriéndolo hasta el
cuello, se sentó a su lado y acarició su cabeza.
—Jimin...
—No.
No quería escucharlo, no estaba en condiciones de hacerlo, por lo que
simplemente se dio la vuelta, mirando a la pared, sintió las manos
temblorosas de Yoongi sobre su cabello, cerró los ojos y llorando en silencio
se quedó dormido.
Yoongi lo observó, limpiando sus propias lágrimas, se despreciaba por
completo y la culpa no lo dejaba tranquilo, dejó la habitación, para
desplomarse en el piso cerca de la puerta para llorar en silencio, no importaba
si se veía como alguien débil, no le importaba nada, más que el dolor que les
causó, y odio a su familia, se odio a sí mismo por aceptar hacerle daño a
alguien inocente. Pero, lo amaba y no quería rendirse, sonrió a pesar de las
lágrimas, porque tendría un bebé, uno que no merecía.
Tuvo un sueño dulce, uno donde estaba recostado bajo la sombra de un
árbol, mirando a lo lejos las flores de los campos meciéndose por el soplar
del viento, era una imagen increíble, todo lleno de paz y tranquilidad. Una
que fue rota por la risa de un niño, se volvió mirando a todas partes, hasta que
a lo lejos observó a Yoongi acercarse a él, en sus brazos sostenía un pequeño,
llevaba un sombrero de pesca pequeño, sus manitas estaban sobre el rostro de
Yoongi, este sonreía de forma cálida, como nunca antes lo había hecho. La
imagen lo llenó de tranquilidad y afecto.
Despertó al ser movido ligeramente, parpadeo, sus ojos ardían debido al
llanto, estaban hinchados, por la ventana supo que estaba anocheciendo.
Volvió la cabeza enfocando a Yoongi. Y la amargura creció, porque esperaba
que aquello hubiese sido una pesadilla.
—No has comido nada—dijo con delicadeza.
—No quiero comer, quiero dormir—sin quererlo su voz sonó más como un
susurro ronco .
Yoongi asintió. —Cuando hayas comido algo, puedes seguir durmiendo.
—No tengo hambre—susurró.
—Por el bebé necesitas comer, anda, sólo un poco y te dejare tranquilo.
Se sentó en la cama, dejando que Yoongi pusiera la bandeja en sus piernas,
esa era la misma que usaba cuando estaba su padre, el recuerdo le dio
melancolía y pequeñas lágrimas recorrieron sus mejillas.
En la bandeja, había un plato humeante de sopa de carne y verduras, se le
hizo agua la boca, un poco de queso y pan, además de algo para untar, que
identifico como mantequilla de maní, últimamente la comía demasiado.
—Espero te guste—dijo tomando con la cuchara un poco de carne y
zanahoria.
Acercó la cuchara a su boca, Jimin estaba por negarse, pero se encontraba
tan cansado que no puso resistencia. La comida sabía bien, había olvidado lo
deliciosa que era la comida hecha por Yoongi.
—Está rica—asintió ligeramente.
—Me alegra saber que te gusta—dijo sin poder ocultar su sonrisa—.
Cuando era niño, fui muy enfermizo, no podía elegir un deporte, así que mi
padre dijo que sería bueno aprender algo de arte, yo elegí música y cocina,
porque, la comida que mi padre hacía era mala.
Jimin no contestó, no podía, lo único que quería era que Yoongi se fuera,
porque era tan débil, tan estúpido que cada que sentía su presencia tenía
miedo de caer.
—Yo...sobre lo que te dije yo...
—¿Cuándo te vas a ir? —preguntó mirándolo a la cara.
—Jimin...
—No, no digas nada, Yoongi ¿No lo entiendes? ¿No sabes lo que me has
hecho? ¿Qué más quieres de mí?
—Quiero...te quiero a ti. Por favor, no sabes lo que pase estos meses.
—Yoongi, basta—le miró desecho—. Ya no puedo, y no quiero, por favor,
déjame ser feliz.
—Sé que debo dejarte, que soy yo quien te hace mal, pero no puedo, Jimin
no quiero dejarte, eres lo que más amo.
—Yoongi...
—Pídeme lo que quieras, pero no que me aleje de ti.
—Yo no puedo pedirte nada.
—¡Pídemelo! Pide todo lo que quieras de mí y te lo daré Jimin, te juro que
te lo daré. Me arrastraré por tu perdón, te lo prometo, me voy a enfrentar ante
todos por ti. Pero, déjame estar a tu lado.
—Tú eres quien me hace daño, ¿No lo entiendes? Eres un maldito egoísta,
no te importa nadie más que tú mismo, jamás te he importado y no te voy a
importar, sólo quieres dejar de tener culpa, por una vez deja de pensar en ti, y
dame mi libertad. No quiero estar casado contigo, no quiero que estés en la
vida de mi hijo, quiero que me dejes.
Yoongi suspiró, bajo la mirada a sus manos temblorosas y asintió.
—Te daré el divorcio, te dejaré en paz, jamás me acercaré a ti ni al bebé, te
voy a dejar que seas feliz.
—Bien.
—Pero, con una condición.
—No me jodas, no estás en posición de poner ninguna condición.
Yoongi elevó la vista y le miró. —Lo sé y también sé que no vas a aceptar,
pero, te doy mi palabra de que haré todo eso, sin trucos, sin mentiras, lo haré,
pero a cambio quiero que me dejes estar contigo un mes, no te voy a tocar, no
voy a intentar nada, no pediré tu perdón, es más, ni siquiera te miraré. Me
conformó con verte.
Jimin estaba descolocado, no entendía nada. —¿Y si digo que no?
—Pediré parte de la custodia del bebé.
—No puedo creerlo...
—Lo siento, pero, necesito esto, si aceptas después de ese mes no volveré
a verte, déjame estar con el bebé, verlo crecer por lo menos en tu vientre por
un mes.
Los ojos de Jimin se volvieron más oscuros. —Eres despreciable, maldigo
el momento en que me enamoré de ti.
—Yo lo agradezco, tu amor es lo único honesto que he tenido en la vida.
—Eres tan egoísta.
—Puedes pensarlo, por la mañana puedes decirme tu decisión, estaré
abajo, por favor come.
Se levantó dejándolo solo, Jimin miró la puerta cerrarse con angustia.
Yoongi por su parte bajo cansado, no era verdad, no le haría eso a Jimin,
pero, necesitaba que este aceptará, porque tenía planeado estar a su lado a
toda costa, lo amaba y esa vez no se rendiría e iría contra cualquiera por él.

¿Qué les está pareciendo todo?


Gracias por leer patos
53

—¿Qué estás haciendo aquí? —se levantó de la silla en cuanto lo vio entrar,
caminó hacia él, llevó sus manos hacia sus mejillas y besó sus labios—. ¿Te
sientes mal?
Yeosang rio y negó. —Estoy bien, tranquilo. Vine porque tú asistente me
llamó, me preguntó sobre unos documentos.
—Le dije que no hiciera eso, está bien que estos últimos meses nos has
ayudado, pero, ya no puedes venir aquí, es peligroso.
—El chófer me trajo, no es como si hiciera algo realmente y me aburro
mucho en el departamento.
JungKook suspiró pesadamente, en los meses que había estado al lado de
Yeosang, aprendió el verdadero significado del amor y la preocupación, el
bebé estaba a nada de llegar, podía suceder en cualquier momento y eso lo
tenía sumamente ansioso, quería conocer a su bebé, sabían que sería un
varón, tenían un nombre, su habitación lista y muchos regalos más que tenía
que estrenar. Fue un embarazo tranquilo, Yeosang no tuvo muchos síntomas,
sólo antojos, que JungKook trataba de cumplir al pie de la letra, le gustaba
hablarle y cantarle a su bebé antes de dormir, era bueno moviéndose. En su
trabajo, Yeosang les ayudó a poner todo en orden, su nuevo asistente era
bueno, sin embargo, aún le faltaba mucho para ser excelente como Yeosang
había sido.
Su familia los dejaron tranquilos, no hablaba mucho con ellos, ni siquiera
iba a las reuniones o fiestas, y no era como si les importará, estos estaban más
concentrados en la huida de Jimin, de la que nadie sabía, ni siquiera Yeosang,
este pensaba que Jimin se había ido de viaje, no quería que se enterará de la
verdad, porque era atroz y nadie estaría bien sabiendo lo que sucedió con
Jimin.
JungKook trataba de no involucrarse en los problemas familiares,
intentando seguir con su vida y formar su propia familia, diferente a la que
había pertenecido y dónde había crecido, quería comenzar de nuevo. Hoseok
y Taehyung no habían vuelto, pero algo le decía que lo harían pronto, la
familia de Wendy no estaba feliz, era cuestión de tiempo para que Hoseok
regresará a explicar lo que hizo. No era un ambiente bueno para un bebé, por
lo que alejaba a Yeosang de aquel estrés innecesario.
Lo único que le importaba era que su esposo estuvieran bien y que su bebé
llegará al mundo con tranquilidad y salud. No había nada que le interesará
más, amaba a Yeosang, como nunca pensó amar y no dejaría que nadie se
interpusiera en su amor. Lo protegería contra cualquiera.
—Falta poco cariño, pronto lo tendremos aquí—dijo acariciando su vientre
—. No puedo esperar para conocerlo. Estoy muy emocionado.
Yeosang sonrió. —Yo también, hace que mi espalda duela mucho, así que
realmente espero que llegue pronto.
—Dijo el doctor que faltaba una semana más, pero que podía llegar en
cualquier momento, por eso tienes que decirme si sientes algo, lo que sea
¿Está bien?
—Lo haré—rio acariciando la mejilla de JungKook—. No pierdas la
cabeza, dime ¿Qué tal el trabajo?
—Tranquilo, este día no tengo pendientes importantes, ¿Quieres ir a comer
algo?
—Sí, muero por algo de pasta—sonrió.
JungKook tomó su abrigo y sus cosas, regresó tomando la mano de
Yeosang y salió de la oficina, vio a su asistente quien se levantó al verlos
salir.
—Iré a comer, por favor, que nadie me moleste, a menos que sea muy
importante sino lo es sólo toma el recado.
—Claro señor Min.
Yeosang le sonrió. —Nos vemos.
—Hasta pronto señor Min.
Fueron directo al ascensor, para llegar al subterráneo, dónde el auto de
JungKook esperaba, este aviso al chófer que había llevado a Yeosang que
regresará al departamento, a él le gustaba manejar, pero, tuvo que usar los
servicios de su chofer para que Yeosang se moviera con más seguridad, a
veces sentía que quería tenerlo en una caja fuerte, a salvo, sin que nadie lo
dañará, estaba seguro que era por el amor que le tenía, no quería perderlo,
estaba viviendo la mejor etapa de su vida a su lado, y si perdía eso,
posiblemente se perdería por completo a sí mismo.
Llegaron al restaurante italiano que tanto le encantaba a Yeosang, pidieron
una mesa privada y ordenaron lo que más les gustaba comer cuando iban ahí,
veía a Yeosang hablando y sonriendo, él mismo se hallaba encantado
escuchándolo.
—Mi hermana quiere que vayamos a buscar las cosas que faltan para el
bebé, aunque creo que es suficiente ¿No?
—No lo sé amor, pero, puedes comprar lo que sea que pienses que
necesites.
—Ammm, no sé, no quiero emocionarme demasiado—suspiró.
—¿Por qué no? ¿Pasa algo? —alargó la mano para sostener la suya sobre
la mesa.
—No es nada importante, sólo que a medida que se acerca el momento
comienzo a tener miedo. Supongo que es normal.
—Todo va a salir bien, el doctor dice que el bebé y tú están muy bien, en
perfecta salud, no tiene por qué salir algo mal, no pienses mucho en eso
cariño.
Yeosang le sonrió y asintió. —Yo, sé que tienes cosas que hacer aún, pero
¿Puedes tomarte el día para quedarte conmigo? Hoy estoy algo ansioso.
—Claro, también me siento ansioso, me es cada vez más difícil salir del
departamento y alejarme de ustedes—rio por lo bajo—. Supongo que ese es
el más grande indicio del inicio de la vida como padre.
—¿Te sientes bien con todo esto?
—Sí, ¿Por qué lo preguntas? ¿Tú no te sientes bien?
—Me siento muy bien, jamás estuve más feliz en mi vida—suspiró con
una sonrisa—. Cuando estaba con mi ex, me convencí de que algo estaba mal
conmigo, con mi cuerpo, por eso no podría tener un bebé propio, pensaba que
estaba bien, pero, sin pensarlo me dolía, comencé a estar contigo y una parte
de mí deseaba tener un hijo tuyo, incluso si tú no me correspondias, y ahora
que lo tengo, me siento muy feliz y especial.
JungKook apretó el agarre de sus manos y sonrió de forma dulce, cada día
se sorprendía con el corazón honesto y dulce de Yeosang, jamás pensó
encontrar a alguien como él, mucho menos viviendo en su mundo, dónde lo
único que importaba era el poder, el dinero y las relaciones por conveniencia.
—Te amo Yeosang, no sabes cuánto te amo.
—Yo te amo aún más.
El mesero interrumpió su momento con la comida, ambos separaron sus
manos para comenzar a alimentarse, reían y se miraban con complicidad. La
vida de casado no era sencilla, pero, JungKook quería ser el mejor padre y
esposo para su familia. Cuando terminaron, y Yeosang tuvo helado de postre,
salieron del restaurante, él llamó a su asistente, pidiendo que nadie lo
molestara ese día, fueron al departamento y se acostaron a tomar una siesta,
podía sentir los movimientos de su hijo mientras acariciaba su vientre,
vigilando su sueño, todo era perfecto que él también se fue quedando
dormido.
—Kook—dijo Yeosang moviendolo, unas tres horas después.
Abrió los ojos adormilado. —¿Qué pasó cariño?
—Me siento raro.
Eso fue suficiente para que abriera los ojos de golpe. —¿Raro? ¿Qué
sucede?
—Mi panza se pone muy dura y tengo ligero dolor en la cadera, ¿Cree que
sea algo normal?
—Dijeron que habría contracciones falsas, pero, vamos al hospital, para
checar que todo esté en orden, llevaré las maletas por si acaso.
Vio la preocupación en los ojos de Yeosang, suspiró tomando sus mejillas
y acariciando tenuemente, besando su nariz.
—Hey, todo va a estar bien, yo estoy contigo.
—Bien, vamos.
JungKook se levantó de la cama y le ayudó a ponerse de pie, no sin antes
besar su barriga, estaba nervioso y tenía miedo, pero, debía ser fuerte por su
esposo, él lo necesitaba en ese momento.

Había dormido terriblemente mal, gruñó cuando el frío calo en sus huesos,
estaban en el inicio de invierno y el ambiente se volvía más crudo y seco, se
sentó en aquel incómodo sillón y miró alrededor, la sala aún estaba a oscuras,
según su reloj, apenas eran las cinco de la mañana, estaba acostumbrado a
levantarse a esa hora, fue al baño de visitas, se lavó el rostro y se miró al
espejo, lucía lamentable, tenía marcadas las ojeras y los ojos hinchados
debido al llanto. Se había quedado dormido llorando, ahora no por extrañar a
Jimin, sino por verlo tan destruido, no podía con el peso de la culpa, era algo
que lo mataba lentamente.
Salió y se puso su abrigo, no sabía con exactitud a qué hora despertaba
Jimin, esperaba que fuera tarde, sin embargo, comenzó a preparar café,
necesitaba un buen café para comenzar el día, puso la cafetera y esperó, el
lugar era cálido y hogareño, pero, no dejaba de ser muy solitario, le
preocupaba que Jimin estuviera en ese lugar.
Miró la despensa, aliviado de que al parecer Jimin estuviera alimentándose
bien, no sabía mucho sobre bebés, menos sobre embarazos, pero, estaba
seguro que alimentarse era lo básico, le dolía saber que hizo sufrir a Jimin
estando embarazado, pero él no lo sabía, se preguntaba cuándo lo había
descubierto y si se lo ocultó.
Hizo el desayuno, tardo un poco, porque estaba distraído, cuando dieron
las seis y media de la mañana, escuchó las escaleras, estaba colocando los
platos en la mesa, la boca de su estómago se contrajo nervioso cuando vio a
Jimin, lucía mal, sus ojos apagados e hinchados, sus labios mordidos, estaba
vestido con un suéter grande que ocultaba bien su cuerpo, este le miró
deteniendose en la puerta.
—Yo...hice el desayuno.
Jimin no le respondió, se dirigió al refrigerador y saco de este una jarra de
jugo de naranja, se sirvió un vaso que fue bebiendo poco a poco, con una
mueca, parecía que no le gustaba, después tomó una galleta de arroz inflado y
comenzó a comerla, en completo silencio.
—Jimin...
—¿Cuándo te vas a ir? Espero que sea pronto, no toques mis cosas.
Tomó lo que quedaba del jugo y se encaminó a la puerta trasera, se puso
una cazadora blanca, Yoongi se quedó ahí, apretando la mandíbula para
evitar decir algo, bajo la mirada y se acercó a la ventana para ver qué Jimin se
dirigía a un granero. Mordió su labio inferior, no lo lograría, Jimin jamás lo
perdonaría.
Por su parte Jimin, al entrar al granero, cerró la puerta y se recargó en ella,
sentía sus ojos arder debido a las lágrimas y sus manos temblar, odiaba
sentirse de esa forma, todos los días desde que se enteró que estaba esperando
a su bebé, sufría por las náuseas, podía manejarlas, pero ese día en específico
no, estaba muy asustado, de que Yoongi estuviera ahí, odiaba su presencia,
por el simple motivo de que no podía controlarse estando cerca de él, porque
aún lo amaba, porque sus sentimientos lo sumergían. No quería caer, no
quería perdonar, no quería que él pensará que podía seguir jugando con sus
sentimientos, mucho menos ahora que tenía a su bebé.
Se sentó en el suelo del granero, sin importarle llenarse de heno y aserrín,
abrazó su propio cuerpo y comenzó a llorar ¿Cuándo lo dejarían tranquilo?
No estaba siendo justo. Lo único que quería era avanzar, vivir y hacer feliz a
su bebé, sólo a su pequeño, porque estaba seguro de que él jamás podría
volver a ser feliz, no como lo era, antes de que le robaran su inocencia y su
corazón.
Su padre siempre le dijo que debía de ser una buena persona, que tenía que
ser generoso y comprensivo, era una regla que no tenía que romper, en su
interior no debían haber emociones negativas, como el odio, el rencor y la
venganza, él no podía hacerle daño a nadie, pero, entonces, ¿Por qué se lo
hacían a él? ¿Por qué los demás tenían que herirlo? No era justo vivir de esa
forma, pero la realidad es que Jimin no sabía cómo odiar, no sabía cómo
hacer sufrir a los demás.
Se sentía patético, un ser despreciable y estúpido, porque en su mente
nunca tuvo sentido que Yoongi lo amará, pero, se aferró a una ilusión que era
ilógica, ahora estaba sufriendo las consecuencias, ni siquiera sabía cómo
sacar a Yoongi de su casa, era débil.
Comenzó a hacer sus labores, tenía caballo, gallinas y un par de vacas, su
padre siempre amo los animales, le gustaba tenerlos y cuidarlos, al igual que
los plantíos de arroz, su padre prestaba sus tierras para que se plantara todo el
arroz que quisieran, él recibía un poco de dinero de cada cosecha, antes no
estaba realmente interesado en ese tipo de negocios, sólo trabajaba en los
plantíos para ganar algo de dinero propio, sin embargo, ahora, tenía que
hacerse cargo de muchas cosas, era tedioso, pero, mucho mejor que hacerse
cargo de una empresa llena de buitres que querían su cabeza.
Siempre estuvo más cómodo en ese lugar, su hogar, que en la cuidad,
dónde todo era más grande y dónde no conocía bien a nadie, ahora estaba
cerca de las personas que lo querían y que deseaban su felicidad, con quiénes
había crecido, estaba seguro que su padre hubiese deseado que él se quedará
en la granja, que en la cuidad, siempre se preguntó por qué su padre se había
alejado de todo, y por qué lo había alejado a él de la vida cómoda que podía
tener sin problema y ahora que sabía la razón, estaba de acuerdo con su
padre, nunca debieron regresar a la cuidad, jamás debieron quedarse ahí. Ese
lugar era cruel.
Se quedó ahí, llorando, descargando todo lo que llevaba dentro, no
deseando salir, para no enfrentarse a su realidad, estaba tan triste, las palabras
de Yoongi dichas la noche anterior, dónde le decía toda la verdad, sobre el
juego de enamoramiento y como todos estaban enterados de ello. Le vieron la
cara.
Salió un par de horas después, cabizbajo, vio a Yoongi recargado en su
auto, fumando un cigarrillo, no vio su rostro, así que mordió su labio inferior
y desvió la mirada, en el camino pudo identificar la camioneta de Daniel,
sonrió a medias y se acercó, llegando justo cuando se estacionó frente a su
casa, Jimin paso al lado de Yoongi aún sin prestarle atención.
—¡Daniel! —se acercó para abrazarlo, necesitaba sentir el abrazo de
alguien querido.
Daniel lo estrecho en sus brazos y le sonrió. —Jiminie. ¿Cómo estás?
¿Cómo te has sentido? ¿Siguen las náuseas?
Al separarse Jimin suspiró. —Son peores en la mañana, pero el jugo cítrico
y las galletas ayudan, no puedo comer nada hasta después de las doce. ¿Qué
haces aquí?
—Mi madre te manda esto—sacó una bolsa que contenía varios Toppers
—. Es comida rica en nutrientes, dice que te van ayudar mucho.
—No debió molestarse—dijo sonrojado.
—No es molestia—miro sobre el hombro de Jimin al hombre que le
miraba con odio—. ¿Quien es él? ¿Estás ocupado? Lo siento.
Jimin miró de reojo a Yoongi quien estaba atento a ellos. —No es nadie
importante.
—Ah...bueno. Vine de paso, pero recuerda la fiesta del pueblo, será en una
semana.
—No sé si iré, pero lo pensaré.
—Vamos Jiminie, siempre te gustó—dijo pellizcando su mejilla—. Me
tengo que ir, vendré a verte el vienes, llámame si necesitas algo.
—Claro, por favor dale las gracias a tu mamá. Nos vemos.
Se volvieron a abrazar, Jimin le sonrió hasta que subió a su camioneta y se
fue, sentía la mirada de Yoongi sobre su espalda, lo ignoro y entró a la casa,
sabiendo que este le seguía.
—¿Nadie importante? Soy el padre de tu hijo.
—No, Yoongi, tú no eres el padre de mi bebé, no eres nadie para mí.
Ni siquiera lo miró, se limitó a guardar la comida en el refrigerador.
—Jimin...
—No, no quiero hablar contigo ¿Por qué no te vas?
—¿Pensaste en lo que te dije?
Jimin lo encaró. —¿Qué es lo que pretendes?
—No pretendo nada, sólo quiero estar cerca, por lo menos un mes, después
me iré.
—¿Me vas a dejar en paz?
—Lo haré.
Jimin estaba por decir algo, cuando el celular de Yoongi sonó, este
contesto con una mueca.
—¿Bueno?...¿Ya?...vaya, felicidades, espero que estés bien...claro, adiós.
La mirada curiosa de Jimin le hizo sonreír ligeramente. —El bebé de
JungKook acaba de nacer, es un niño.
—Ah.
Se quedaron en silencio, Jimin mordió con fuerza su labio inferior. —
¿Yeosang lo sabía?
—No, él no sabe nada, JungKook lo sabe, pero, él no intervino en nada...
sólo...
—Dejo que pasará—rio de forma amarga—. Le mandaré una felicitación a
Yeosang, pobre, no sabe en dónde se metió.
—Jimin... sé que no tengo derecho de pedirte nada, pero, me gustaría
quedarme un mes, sólo para asegurarme que el bebé está bien.
—Mi bebé no necesita de ti ¿No entiendes?
—Te lo suplico, por favor.
Jimin cerró los ojos con fuerza, no sabía qué hacer, no sabía qué era
correcto.
—Si te dejo quedarte este mes, ¿Me das tu palabra de que me vas a dejar
en paz?
—Lo haré, jamás vas a volver a saber de mí o de la familia, te daré el
divorcio y estarás bien.
—No confío en ti—saco su teléfono y puso la grabación de voz—. ¿Si te
dejo sólo quedarte cerca un mes prometes renunciar a todo intento de estar a
mi lado o en la vida de mi hijo?
—Lo prometo, jamás volverás a saber de mí.
Jimin no sabía si realmente podía hacer eso, era algo que debía hablar con
Leeteuk, pero por el momento, fue algo que le lleno de alivio.
—Bien, te vas a quedar en la sala, procura que todo esté limpio, yo no voy
a limpiar por ti, puedes usar la cocina, pero no me vas a cocinar a mí, tú y yo
no somos nada, no quiero que te acerques, no quiero que me toques ni que me
hables de perdón ¿Entendiste?
Yoongi tragó en seco. —Lo entiendo, gracias por esto Jimin.
Jimin lo ignoró, salió de la cocina subiendo escaleras arriba, estaba
molesto y muy cansado, sólo esperaba que ese mes pasara rápido.

Doble actualización patrocinada por Shei Molina (no encuentro tu


usser?
¿Qué les parece hasta el momento? Ay dios, espero que les guste lo que
sigue.
Gracias por leer
54

Habían pasado tres días desde que Jimin le permitió quedarse, pero, era como
si no existiera para él, no lo miraba, no le hablaba y trataba de no cruzarse en
su camino, Yoongi estaba desesperado, no sabía qué hacer, trataba de
distraerse con un poco de trabajo a larga distancia, pero, no era suficiente,
empezó a salir a correr por las mañanas, para despejar su mente, porque era
una maraña de ideas y malos pensamientos.
Necesitaba a Jimin, se sorprendía con lo poco que se conformaba, porque
él estaba bien simplemente teniéndolo bajo el mismo techo, topándose con su
rostro, lo amaba y quería hacer algo para ganar su perdón, pero, no sabía
cómo, jamás había tenido que luchar por algo en su vida, todo siempre fue
tan simple para él, sólo bastaba con alargar la mano para que las cosas
cayeran sobre ella y jamás tuvo que luchar por una persona que amaba,
dentro de su mundo eso era considerado una estupidez, ¿Por qué perder el
tiempo con una sola persona cuando podía tener a otras a sus pies? Creció así,
de esa manera, sin importarle nada más que él mismo, hasta que Jimin llegó a
su vida y se enamoró de él, ahora que sabía que estaba por tener un hijo, no
se iba a dar por vencido, sin embargo, no sabía cómo actuar. Estaba perdido.
Nada funcionaba, ni los buenos días que le daba, ni las pocas preguntas
que le hacía, nada, Jimin no lo quería cerca y eso le dolía, jamás se sintió más
herido, veía las fotografías que su hermano menor le había mandado, junto a
su esposo y a su bebé, estaba tan feliz, él también quería esa felicidad, pero lo
arruinó todo, no había forma de que Jimin volviera a confiar en él.
Llegó de correr esa mañana, sudando y con frío, dormía muy mal, su
espalda dolía demasiado, pero, quería aguantar hasta el final, poco importaba
si tenía que dormir en el piso, tomó de la botella de agua que tenía, dejándola
en la mesa de centro, camino a la cocina y ahí estaba Jimin, aun en pijama,
con un suéter de cierre enorme, sonrió a medias, sin entender de donde
sacaba ropa tan holgada. Estaba tomando un vaso de jugo, no lo miró,
simplemente observaba a la nada.
—Buenos días—dijo con tranquilidad.
Sin respuesta, mordió su labio inferior desviando la mirada, su orgullo
estaba herido, nadie lo había tratado con tal indiferencia, quiso decir algo más
cuando escuchó a Jimin salir corriendo, confundido y preocupado lo siguió al
baño, donde el menor se hincaba frente al retrete a vomitar de forma violenta
cualquier cosa que tuviese en el estómago, se acercó a él, hizo una mueca al
escuchar, con temor acaricio su espalda, Jimin con la mano manoteo para
quitarlo debido a la vergüenza que sentía, Jimin dejó de vomitar unos
momentos bajando la cadena, pensando que sería suficiente, pero las náuseas
volvieron a atacarlo, Yoongi miraba con preocupación la forma en la que
devolvía todo, sus lágrimas recorrían sus mejillas y no dejaba de sollozar,
desesperado, quería que todo acabara. Yoongi se levantó, había una toalla de
manos, la cual mojó, regresó con Jimin, este trataba de respirar profundo,
volviendo a bajar la cadena, Yoongi tomó un poco de papel higiénico y
limpió con cuidado la comisura de sus labios, Jimin mantenía los ojos
cerrados, muy pálido, con una de sus manos tomaba su vientre.
—¿Ya pasó? —preguntó con una arruga en la frente debido a la
preocupación de verlo tan enfermo.
Jimin no contestó, simplemente sollozo, odiaba vomitar, lo aborrecía,
Yoongi llevó la toalla mojada a su frente y palpó ligeramente, limpiando el
sudor en su frente y cuello, Jimin hizo ademán de volver a vomitar, pero sólo
fueron un par de arcadas y bufó. Quiso acostarse en el piso hasta que pasara
el malestar, como acostumbraba a hacer, pero Yoongi se lo impidió.
—El piso está frío, vamos a tu habitación, tienes que recostarte.
—Mmmm—no pudo responder bien, estaba demasiado mareado para
hacerlo.
Yoongi pasó uno de sus brazos por su cintura y el otro por debajo de sus
piernas para levantarlo, a pesar de su embarazo estaba muy ligero, subió con
mucho cuidado las escaleras, sin moverlo demasiado para no incomodarlo, lo
puso en su cama, Jimin estaba con los ojos cerrados, pero jadeando, se sentía
realmente mal.
—Calor—susurró.
—Es por el mareo—le quitó los calcetines, él se estaba bajando el cierre
del suéter, el cual apenas y pudo quitárselo, debajo de este, llevaba debajo
una playera de manga larga que se pegaba ligeramente a su cuerpo, pudo ver
su vientre, estaba abultado, no era muy grande, pero tampoco pequeño,
contuvo la respiración, Jimin dio una arcada y él le acercó el cesto de basura,
no vomitó mucho, lo ayudó a acostarse de nuevo de lado—. Espera ya
vuelvo.
Bajó rápidamente las escaleras sirviendo un vaso con agua fría y colocando
algunos hielos, regresó y se sentó a su lado.
—Bebe esto, ayuda, bueno en la resaca ayuda mucho, tal vez te refresque,
vamos.
Jimin negó con un puchero de asco. —No.
—Sí, tienes que mantenerte hidratado—suspiró—. Anda, al menos un
sorbo.
Le sostuvo la cabeza, Jimin dio un par de sorbos, pero el sabor en su boca
era asqueroso, negó recostándose de nuevo, Yoongi miró alrededor, encontró
al lado de la mesa de noche un botiquín, lo abrió encontrando una botella de
alcohol.
—Una vez vi que Namjoon hizo esto para Jin, también sufría muchos
vómitos—dijo abriendo la botella y vertiendo un poco en sus manos—. Te
voy a poner un poco—con las manos mojadas acarició la frente de Jimin, su
nuca, sus muñecas y los pies, mordió su labio inferior al ver los ojitos
llorosos que le observaban—. ¿Puedo ponerlo en tu estomago?
Jimin estaba tan desesperado por sentirse un poco mejor que levantó su
playera hasta el pecho, no mostrando de más, Yoongi miró su estómago, la
piel estirada formando una bolita, su ombligo pequeño y su piel delicada,
tomó más alcohol y lo puso de forma delicada en su vientre, cerca de su
ombligo, la sensación le dejó petrificado, había tocado la piel de Jimin antes,
muchas veces, pero, ese día era diferente, no sólo lo estaba tocando a él, sino
también a su bebé a través de su cuerpo, se preguntaba si se movía, Jimin
bajó la playera haciendo que alejara sus manos y se acostó de lado cerrando
los ojos.
—Trata de dormir—dijo cobijándolo con una manta que estaba a los pies
de la cama.
Jimin no contestó, no porque no quisiera, sino porque no quería ni siquiera
mover su boca, por el miedo de vomitar de nuevo. Yoongi apagó la luz y
cerró las cortinas, para que la oscuridad le ayudara a descansar, bajó a la
cocina y se propuso a preparar algo que Jimin pudiera comer cuando
despertara.
Se detuvo unos momentos para cubrir su rostro con las manos, ver a Jimin
de esa manera le dolió, se preguntaba con mortificación, cuánto había
soportado estando solo, cada día que pasaba se odiaba aún más, se aborrecía
por completo, porque le estaba haciendo daño y eso nunca podría repararlo.
Pasó la mayor parte de la tarde cocinando a fuego lento una sopa de
verduras, cuando dieron las cinco de la tarde, sirvió en un cuenco un poco de
sopa, y otro vaso de jugo, pero ahora de manzana, no estaba seguro si Jimin
quería naranja después de haber sido lo último que vómito, también puso algo
de pan con mantequilla de maní, había visto que comía eso por las tardes,
creía que podría ser un antojo.
Subió las escaleras y dejó la bandeja en la cómoda, se sentó al lado de
Jimin, estaba durmiendo profundamente, se cuestionó si estaba bien
despertarlo, pero, tampoco quería dejarlo sin comer, lo movió ligeramente,
como lo hacía cuando vivía juntos.
—Mmmm—suspiró—. Yoonie—Yoongi tragó en seco, seguro que estaba
diciendo eso porque se hallaba adormilado.
Poco a poco Jimin fue abriendo los ojos, cuando lo enfocó, se alejó de su
agarré.
—Te traje algo de comer, es sopa de verduras, debes de comer algo.
—No tengo ganas—su voz era un susurró.
—Vomitaste mucho y debes tener el estómago vacío, no creo que sea
bueno para el bebé.
Jimin hizo una mueca, quería rechazarlo, no estaba de humor para que
alguien le llevara la contraria ni mucho menos para que le dijera que es lo que
tenía qué hacer, aún si era con buenas intenciones, pero, Yoongi tenía razón,
no podía quedarse sin comer, lo había hecho antes y las náuseas resultaban
ser peores al día siguiente.
Se sentó en la cama, Yoongi puso la bandeja en sus piernas y le sonrió. —
Espero que te caiga bien en el estómago.
—Gracias—dijo a regañadientes.
—Yo, estaré abajo, por favor, llámame si necesitas algo.
No contestó, y esperó a que se fuera para comenzar a comer,
lamentablemente la comida estaba mucho mejor de lo que pensaba, comió la
sopa completa y sonrió cuando vio su panecillo con maní, mordió su labio
inferior negando, o podía ver eso como un lindo gesto, no viniendo de
Yoongi, terminó de comer y se recostó a dormir un poco más.
Horas después, al despertar, se dio cuenta que eran las diez de la noche, se
levantó, se metió a bañar, lavo sus dientes y se puso algo abrigador, listo para
regresar a dormir, sin embargo, el sonido de las teclas del piano, hicieron que
detuviera todo lo que estaba haciendo, salió de su habitación, inundado por la
melodía, una que conocía muy bien, porque su padre la tocaba a veces por la
noche, cuando el cielo brillaba con mayor intensidad, bajo las escaleras
escuchando con un nudo en la garganta, extrañaba mucho aquella melodía.
Yoongi estaba frente al piano de cola negro que había en la sala, cerca de
la ventana, tocaba como un experto, cerró los ojos dejando que una lágrima
ligera recorriera su mejilla, recordaba su infancia, a su padre tocando el piano
mientras que él lo observaba sentado cerca de la chimenea con galletas y
leche, tuvo una de las infancias más hermosas, sin preocupaciones, seguro de
que su padre siempre estaría ahí para él, lo extrañaba demasiado.
Abrió los ojos cuando el piano dejó de tocar, su mirada se encontró con la
de Yoongi, este parecía cansado, relamió sus labios, dando un paso hacia
atrás, pero la voz de Yoongi lo detuvo.
—¿Te desperté? Lo lamento, de verdad que no era mi intención.
—Oh, no, me levante a tomar un baño, lamento interrumpirte.
—No interrumpes nada—dijo con una media sonrisa—. Siempre toco
cuando estoy...pensativo.
Jimin asintió, se abrazó a su cuerpo, no sabía si debía irse o si estaba bien
quedarse. —Gracias por lo que hiciste hoy por mí—dijo con una mueca, él
tenía la educación para agradecer cuando alguien hacía algo por él, pese a lo
sucedido.
—No tienes que dar las gracias, lo hice de corazón.
—Bien—mordió su labio inferior—. La canción que tocabas, ¿Cómo la
conoces?
—Mi padre me la enseñó, decía que era la favorita de la abuela.
—Papá también la tocaba, cuando estaba triste—asintió—. Buenas
noches...
—Jimin—interrumpió antes de que se fuera—. ¿Quieres que la toque para
ti?
Lo pensó unos momentos, tenía que negarse, era su deber hacerlo, sin
embargo, ese día había sido tan difícil y cansado, además de confuso, que
realmente necesitaba sentirse cerca de su padre, asintió. Yoongi se hizo a un
lado en el banquillo y palmeo a su lado, Jimin dudo hasta que suspiró y se
acercó sentándose guardando la distancia, no lo miró, estaba atento a sus
dedos, que comenzaron a moverse sobre las teclas como seda, era bueno
tocando, demasiado.
Dejó que la melodía lo envolviera, suspiró, para no llorar, esos últimos días
había llorado demasiado, estaba completamente seguro que eso no era nada
justo para su pequeño bebé, sonrió cuando sintió un ligero movimiento en su
vientre, desde hace unas semanas comenzaba a sentirlo con más intensidad,
estaba por cumplir los seis meses y no podía esperar para sentirlo con más
fuerza.
Yoongi miró como Jimin ladeaba la cabeza y sonreía con los ojos cerrados,
y con su diestra acariciaba su estómago, recordó entonces la sensación de
tocarlo y un nudo se formó en su garganta.
—¿Se mueve? —preguntó rompiendo con el silencio.
—Sí.
—Jimin ¿Puedo sentirlo?
Jimin se tensó, se puso de pie y se dio la vuelta. —Buenas noches.
—Des...descansa—no pudo evitar que su voz se cristalizara al final.
Jimin estaba por salir de la sala cuando se dio la vuelta para mirarlo,
Yoongi estaba encorvado sobre el piano, con la cabeza baja, mordió su labio
inferior, era débil, mucho, regresó lentamente, sobre las teclas había gotas de
lágrimas, eso hizo que el nudo en su garganta se hiciera más grande, nunca
fue bueno para ignorar el dolor de otros, podía incluso ponerlo sobre su
propio dolor. Tomó su mano sin pensarlo, y la llevó al costado izquierdo de
su barriga.
Yoongi se volvió sorprendido, le miró con los ojos cristalinos, sintió las
caricias de sus dedos sobre su cuerpo y apretó la mandíbula. Jimin suspiró.
—Aquí están sus piernas—dijo explicando, esperando que su bebé se
moviera rápido para alejarlo de él—. De este lado—dijo moviendo su mano
—. Está su cabeza, o al menos así estaba posicionado la última vez que lo vi.
—¿Sabes qué será?
Jimin asintió. —Lo sé.
—¿Podría saberlo? —susurró conteniendo la respiración.
—Prefiero que no—relamió sus labios—. Aquí ¿Sientes eso?
—Dios—dijo abriendo mucho los ojos, era muy tenue, pero
definitivamente había sentido algo—. Esto es impresionante—se acercó
demasiado, Jimin no pudo detenerlo, cuando beso donde le había indicado
que estaba su cabeza, sintió los besos nuevamente, a pesar de que la tela del
pijama cubría su piel—. Crece bien, no hagas sufrir tanto a papi.
Abrumado con todo lo que estaba sucediendo, Jimin se alejó, tragó en seco
regresando a la salida.
—La habitación de huéspedes, está arriba, es la última puerta del pasillo,
no entres a la mía ni a la de papá. Descansa.
Yoongi le vio irse con una sonrisa melancólica, sabía que lo merecía, pero
eso no dejaba de lado que dolía como el demonio.
Nos leemos pronto, muchas gracias por el apoyo, no olviden comentar
y votar bebés
55

JungKook podría haber pensado que era feliz, que estaba orgulloso con la
vida que llevaba o que estaba enamorado de su empresa y lo que había
logrado con esfuerzo y dedicación, así es como pensaba, pero, en ese
instante, mientras veía a Yeosang sonreír en grande con sus bebé en brazos,
sabía que todo lo que vivió, y todo por lo cual se sentía bien en la vida,
dejaba de tener sentido. Ahora lo entendía, era ese instante el que quería
guardar en su mente para siempre. Estaba enamorado y feliz.
Se acercó a ellos y se sentó en un lado de la camilla, su bebé había nacido
sano y fuerte en la madrugada, Yeosang a pesar de haber estado horas
nervioso y haber pasado por una cirugía mayor, se veía hermoso, besó la
frente se su pequeño hijo.
—Es perfecto. Muy hermosos los dos.
Yeosang suspiró. —Es tan pequeño, siento que puede lastimarse con
cualquier cosa.
—No, él es fuerte, ¿Cómo te sientes?
—Me siento bien—sonrió—. A pesar de todo el miedo y el dolor estoy
muy feliz.
—Min Jaemin, has venido a darnos mucha felicidad.
—Lo sé, Jimin me mandó un mensaje, me felicitó por el bebé y me dijo
que esperaba que fuera muy feliz.
JungKook le miró fijamente, con la sorpresa en sus ojos. —¿Jimin? ¿El
esposo de mi hermano?
—Sí ¿Qué otro Jimin conoces? Es muy dulce, espero verlo pronto.
—Aún está en el extranjero estudiando, Yoongi viajó para verlo, también
nos manda sus felicitaciones.
—¿Le dijiste a tú familia?
—No, pero conociendolos, ya deben de saberlo.
—Lo siento, no puedo dejar de pensar que fue por mi culpa que te alejaste
de ellos.
—No fue tu culpa, mientras ellos estén más alejados de nosotros es mejor,
no los quiero cerca.
—Jungkook, son tú familia.
—No, mi familia eres tú y Jaemin.
Yeosang le miró con una mueca, no sabía a ciencia cierta el porqué
JungKook se había alejado de repente de su familia, pero no era tonto, sabía
que eso tenía que ver con él y con el hecho de que su familia no estaba feliz
por su matrimonio con una persona inferior a su clase social, quien antes era
su asistente y quién se había embarazado, tal vez los Min pensaban que su
embarazo fue a propósito, es lo que cualquiera pensaría.
—Dámelo, tienes que dormir un poco.
JungKook tomó al bebé de sus brazos y le sonrió. Yeosang se relajó en la
camilla esperando dormir un poco. El alumbramiento de su bebé fue una
descarga de emociones y miedos que jamás había sentido antes, ahora quería
tranquilidad, y disfrutar de su pequeña y amada familia.

Park Boyoung era la hija menor de Min HongJae, a quien siempre se le


concedió todo lo que quería, vivía bien, en una gran casa, rodeada de los lujos
más exorbitantes que cualquiera pudiera imaginar, sin preocupación alguna,
estaba casada con Park ChanYeol un hombre poderoso, que amaba y que le
había dado tres hermosos hijos Bom de diecinueve años, Chaeyoung de
diecisiete y Jae, de quince, los tres eran adolescentes, niños bien portados,
excelentes estudiantes y muy educados, su alto estatus podía verse en el porte
que tenían.
Ella llevaba una vida feliz y tranquila, ajena a los problemas de sus
hermanos, quien tomaba las decisiones y quién se plantaba frente a ellos
cuando debía era su esposo, quien no dejaba que ella sufriera nada de estrés,
la consentía en todo lo que pedía. Ella sólo veía por su seguridad. Nada más
importaba más que ella.
—Ya deja de pensar tanto, te vas a arrugar de las preocupaciones Soo—
dijo Boyoung a su hermano.
—La familia está pasando por una crisis y a ti no te interesa nada más que
como luces.
—¿Crisis? ¿Por ese idiota de pueblo? Por Dios, ¿Qué puede hacer ese
escuincle? Nada, piensa bien, ¿Él contra todos nosotros?
—No lo entiendes, si ese idiota como lo llamas lo quiere nos puede hundir.
—¿Con ayuda de quién?
—Ya no confío en Yoongi—bufó bebiendo un poco de vino—. Algo me
dice que nuestro sobrino de oro va a hacer algo en contra de nosotros, puedo
apostarlo.
—No, no creo que lo haga, Seunghyun no dejaría que eso pase, así que
relájate, todo estará bien.
—Eres una idiota, me olvidaba que para cosas importantes debo reunirme
con ChanYeol, ¿Qué no puedes sacar la cabeza de tu maldita mente para
ocuparte de lo que está a tú alrededor?
—Estás celoso de que mi vida sea perfecta, yo no tengo que preocuparme
por ningún problema de la familia, porque no dependo de ustedes, mi esposo
es una persona poderosa, no necesito el dinero de mi padre.
KyungSoo negó. —Sigues siendo una niña—se levantó para irse del
restaurante—. Reza, para que ChanYeol nunca te deje, porque sino, entonces
estarás arrastrándote por el dinero de nuestra familia. Haz algo por ti misma,
por favor.
—Como digas—bufó desviando la mirada—. ChanYeol jamás me dejara,
él me ama.
—¿Amor? No sabes lo que es eso.
La dejo ahí, mirando la ventana, ella trataba de pensar con claridad que
nada malo le iba a suceder a su familia, que la perfección se quedaría para
siempre. Lo que ella creía que era una familia perfecta, estaba llena de
secretos y de fachadas, que en cualquier momento podían caer como un
manto inestable.
—¿Por qué estás tan estresada?
Bom miró a su amigo con una ceja alzada, mientras llevaba el cigarrillo a
sus labios, ambos detrás del instituto.
—No lo entenderías, a diferencia de mí eres un muerto de hambre becado,
no sabes las dificultades que tenemos las personas que contamos con un alto
poder. Es estresante siempre ser perfecta.
Baekhyun elevó una ceja antes de soltar una carcajada. —Tus problemas
son mundanos, pero, de tus problemas a los míos, preferiría tener los tuyos.
—No sabes lo que dices.
—Como sea, tengo lo que me pediste—dijo sacando una caja alargada.
—¡Baja eso! —miró alrededor—. ¿Estás loco? Alguien puede verte.
Tomó la prueba de embarazo y la guardó rápidamente en su bolso, bufó
fulminando con la mirada a Baekhyun quien seguía riendo.
—Ten tengo en mis manos—alargó la mano, ella puso unos billetes, que
Baekhyun se guardo—. Me tengo que ir, los mundanos como nosotros
tenemos que trabajar.
—Que asco, nos vemos mañana.
—Como sea mami—le guiñó el ojo y caminó de regreso a la escuela.
Salió como si nada a la calle y caminó unas cuadras hasta que vio un auto
negro estacionado, suspirando con una sonrisa, espero a que el chófer abriera
la puerta, entró sentandose al lado de aquel hombre quien le observó con una
mirada lasciva.
—Hola cariño ¿Qué tal tu día?
—Divertido, reí mucho. ¿El tuyo?
—Aburrido, estaba ansioso por verte—lo acercó hasta que lo sentó en su
regazo—. Te has portado muy bien últimamente.
—Deberías llevarme de compras, he trabajado mucho amor—hizo un
puchero.
—Iremos a dónde quieras—dijo besando sus labios—. Creo que pronto
tendremos otro paquete que entregar.
—¿Al mismo chico? ¿Cómo es que se llamaba?
—Jimin.
—Ah, ese ¿Vas a mandarle mas vídeos?
—Sí, pero no sólo a él, sino a más miembros de la familia, los tengo en la
mira.
—Pero, ¿Qué es lo que te hicieron amor?
—Nada, no me hicieron nada, es simplemente diversión, siempre se han
creído que están sobre todos, yo les voy a demostrar que no, y usaré un arma
muy grande, ese mocoso ignorante será la perdición de todos.
Baekhyun sonrió ladino, acarició el rostro de su novio. —¿Y después la
vas a dejar? Me lo has prometido por años.
—Lo haré, te lo juro, con quién quiero estar es contigo. Te amo pastelito.
—Te amo ChanYeol, con todo mi corazón.

JungKook dejó a su bebé en la cuna del hospital, se irían a casa esa tarde,
lo cual agradecía, no podía dormir más tiempo en la incomodidad del sofá,
Yeosang también parecía desesperado por estar ahí. Había en la habitación
muchos regalos y flores, que mandaron conocidos de ambos, más de
JungKook, entre ellos un arreglo de su padre JiYong, este quería hacer las
pases, pero JungKook no estaba en condiciones de pensar en ellos, lo único
que quería hacer era estar con su familia. Besó la frente de su esposo quien
dormía cómodamente y saco su teléfono que no dejaba de vibrar.
—¿Bueno?
—Jungkook, soy Taehyung, volví a Corea, ¿Podemos vernos?

Hay más y más secretos muajja


56

Yoongi despertó, era muy temprano, apenas estaba amaneciendo, pero no


podía dormir, estaba demasiado cansado, a pesar de haber dormido en una
habitación con una cama cómoda, no dejó de pensar en la noche anterior, en
Jimin dejando que tocará su vientre, sintiendo a su bebé, cosa que lo ponía
más melancólico, se estaba dando cuenta de todo lo que había perdido. Se
vistió con algo abrigador, estaba haciendo mucho frío, no dudaba que en
algún momento comenzaría a nevar, salió de la habitación y miró la de Jimin,
esta estaba abriera, no dudo en acercarse, se mantuvo en la puerta viendo la
cama hecha y las cosas acomodadas, bajó entonces las escaleras, la sala y la
cocina estaba completamente vacías, salió al jardín y a lo lejos miró el
granero con la luz encendida, caminó inseguro, últimamente no sabía cómo
actuar, como hablar, estaba inseguro de su propia persona.
Se quedó en la entrada del granero, Jimin estaba alimentando a sus
animales, iba vien abrigado, con un gorro acolchado, su pancita cubierta por
una enorme chamarra, lo cual le tranquilizaba, porque a pesar de todo, Jimin
quería a su hijo, siendo que llevaba la sangre de la persona que más le había
lastimado.
—¿No deberías estar descansando?
Jimin se tensó, esa era la respuesta que siempre recibía cuando él estaba
cerca. No se volvió, siguió alimentándolo a los caballos.
—No puedo dormir hasta tarde.
—¿Por qué no? —dijo acercándose más.
—No lo sé.
—¿Será el embarazo? ¿Tienes náuseas?
—Sí, creo que es eso.
Jimin fue a cargar algo, Yoongi se acercó de inmediato y tomó sus manos
evitando que levantará el pequeño bulto.
—No debes cargar cosas pesadas, puede ser malo para el bebé.
—Tengo cosas qué hacer.
—Yo lo haré.
Jimin le miró antes de soltar una carcajada. —¿Tú? Tú no sabes hacer nada
de esto, no levantas ni un plato.
—¿Me estás llamando inútil? Eso es muy grosero.
—No dije nada—se encogió de hombros—. Yo lo hago.
—Lo haré yo—dijo cargando el bulto—. ¿Dónde lo vas a poner?
—En la esquina—dijo señalando el lugar, ahora más serio—. Gracias—
dijo saliendo de ahí.
Yoongi dejo las cosas en dónde Jimin le había indicado, antes de
alcanzarlo, saliendo del granero, se puso frente a él y lo encaró.
—¿Qué sucede?
—Dijiste que no me ibas a hablar, por favor, cumple tu promesa.
—Jimin, por favor, sé que no merezco nada, pero al menos, podemos
llevarnos cordialmente ¿No?
—Odio estar cerca de ti, odio ser una persona odiosa y mala al responderte,
no puedo controlarlo y no me gusta ser así.
—No me quejó, si quieres tratarme mal, puedes hacerlo, pero no dejes de
hablarme.
Jimin hizo una mueca herido, no podía controlar aquellos sentimientos que
aún tenía por él, deseaba tratarlo mal, gritarle, hacerlo sentir miserable, sin
sentir remordimiento o dolor por la forma triste como lo miraba, estaba tan
enojado consigo mismo, que lo último que deseaba hacer era verlo o hablar
con él.
—Sólo basta, déjame en paz.
Antes de que se fuera, Yoongi lo tomó del brazo. Jimin le miró alarmado.
—Tratame como quieras, pero no dejes de hablarme por favor.
—Te odio.
—Lo sé.
—Hubiese deseado no haberte conocido ¡Eres lo peor que me pasó!
—Lo sé.
—¿Tienes idea del daño que me has hecho? ¿Qué harías si alguien jugará
con tu corazón de esa forma? Fuiste cruel, jamás te importó lo que yo sentía,
sólo te importas tu mismo, estás aquí, porque sientes culpa, no porque estés
arrepentido por lo que me hiciste.
—Lo sé.
—Me das asco, no quiero verte, no quiero escucharte, no quiero mirarte—
sus ojos se cristalizaron—. No quiero pensar en ti, no quiero....yo no quiero...
—¿No quieres qué?
—¡No quiero amarte Yoongi!
El pálido le miró a los ojos, con confusión, pero, su pecho, sonrió una
opresión que nunca antes había sentido, un alivio que se apoderó de él, acercó
más a Jimin, sorprendido de que esté no lo rechazara.
—¿Aún me amas?
—Lo hago, y eso me hace sentir miserable, no quiero amarte, me siento
patético, quiero odiarte ¿No lo entiendes? Me estás haciendo daño.
—Lo siento Jimin, lamento lo que voy a hacer.
—¿Qué?
No terminó de decir nada más cuando sintió los labios delgados y fríos
sobre los suyos, Jimin se tensó, mientras Yoongi lo abrazaba, se intentó
separar, empujando con sus puños su pecho, pero la sensación de tenerlo ahí,
besando sus labios, con su respiración acariciando su rostro hizo que cediera,
cerró los ojos y correspondió, sintiendo sus lágrimas derramarse sobre sus
mejillas, su sollozo ahogado por el beso que compartían, era indudable que
ambos estaban jodidamente perdidos por el otro, Jimin sollozo alejándose,
miró a Yoongi quien observaba con ojos brillantes, y no dudo en levantar un
puño y darle un golpe en el rostro.
Yoongi cayó de espaldas en el suelo y maldijo por el dolor, al tiempo que
tomaba su rostro y sollozaba, Jimin vio la sangre que salía de su nariz y se
sintió mal y culpable.
—¡Te dije que no me provocaras! —dijo molesto, pero se acercó para ver
cómo estaba—. ¡Eres un idiota! ¿De qué te ríes?
Yoongi negó riendo. —Eres la primera persona que ha logrado darme un
buen golpe en la cara ¿Boxeas o algo?
—Callate, vamos adentro.
Yoongi se levantó y ambos entraron a la casa, se sentaron en uno de los
sillones, Jimin busco una toalla con la cual pudiera limpiar su rostro, Yoongi
observandolo atento.
—Creo que me rompiste la nariz.
—Eso espero.
—Va a dejar moretón.
—Eso me encantaría.
—Pero, no me arrepiento, lo haría de nuevo.
Jimin conecto con sus ojos y suspiró, negando. —Ves todo esto como un
juego Yoongi, no estás entendiendo, realmente no comprendes aún lo que
hiciste, y por eso, jamás vas a poder entender cuánto me lastimaste.
—Lo sé, ¿Crees que no sé lo que hice? No duermo pensándolo, no duermo
por el miedo de saber que jamás te volveré a tener, que me vas a odiar y que
me vas a olvidar, que vas a encontrar a alguien mejor y que jamás veré a mi
hijo, veo eso y mucho más, y me maldigo, y me odio, no estoy jugando, sólo
trato de tener aunque sea un poco de ti.
—¿Qué más quieres de mí? —susurró—. Ya te lo di todo.
—Te amo, mucho, por favor perdóname por haberte besado, no me
arrepiento necesitaba aunque sea un último beso tuyo. Ahora sí puedo irme
tranquilo, no tiene caso que me quedé un mes, no sabiendo que eso te lastima,
me iré mañana por la mañana. Lo siento.
Se levantó dejándolo a solas, Jimin mordió su labio inferior viendolo irse,
cubrió con sus manos su rostro, no podía dejar de llorar, debía estar tranquilo
y feliz de saber que Yoongi se iba a ir, porque era lo que necesitaba, no debía
de estar cerca de la persona que le había lastimado, no así, no podía
arriesgarse a perderlo todo. Y se sentía un imbécil, uno que aún estaba
enamorado de la persona que debería odiar, uno que había sentido el cielo
con ese beso, uno cuyo corazón se rompió cuando escuchó que se iba a ir.
Porque una parte de él, las más estúpida e irracional, quería que Yoongi lo
intentará, aún si no iba a aceptarlo de nuevo, quería que le demostrará que de
verdad lo amaba.
Se negaba a pensar que todo lo que vivieron era una mentira, se negaba a
aceptar que el amor que sentía era producto de un juego, de una escenografía,
él quería sentir que alguien realmente lo amaba.
Salió de la casa, necesitaba irse, necesitaba escapar, por eso, fue al pueblo,
caminando, estaba a unos veinte minutos, no le importaba si después estaría
cansado, necesitaba alejarse y pensar en todo, esperaba que cuando llegara no
tuviera que toparse con Yoongi.
—¿Jimin? —dijo Millie, una de sus compañeras en la primaria, hace años
que no la veía—. ¡Por Dios eres tú! Me alegra tanto verte ¿Cómo estás?
—¡Millie! Hola, estoy bien ¿Y tú?
—También estoy bien, es bueno verte por aquí, ¿Tienes tiempo?
Podríamos tomar un café.
—Sí, eso suena bien.
Millie sería tal vez, la última persona que pensaría encontrarse ahí, pero, le
alegraba tener a alguien con quién distraerse, ambos entraron a una cafetería
pequeña, ella se sentó en una mesa apartada y cuando la camarera se acercó,
pidieron dos tazas de café, descafeinado para él.
—Hace tiempo me encontré a Daniel, y me dijo que te habías ido a Seoul.
—Sí, fui con mi padre a qué recibiera un mejor tratamiento,
lamentablemente él falleció.
—Oh, lo siento tanto cariño—tomó su mano—. No puedo saber lo que
estás sintiendo, estoy aquí para lo que necesites.
—Gracias, es muy amable de tu parte, yo...estoy bien ahora. Pero, dime
¿Qué ha sido de ti?
—Pues, no fui a la universidad, me embarace y ahora estoy casada, mi hijo
mayor tiene tres años y tengo también un bebé de un año.
—Vaya, eso es lindo, deben ser preciosos.
—Lo son—asintió—. Pero, también es muy cansado, agradezco a mi
esposo, es un ángel, siempre cuida de mí y de ellos, estoy feliz a su lado. Y
dime ¿Tú encontraste el amor?
—Lo hice—sonrió. No mentía, él había encontrado el amor en Yoongi—.
Estoy esperando un bebé, tengo cinco meses.
—Oh dios, eso suena increíble, deben estar felices ¿Viven aquí?
—No, vine de visita—mintió, porque le avergonzaba decir su realidad y
causar lastima por su desdicha.
—Siempre fuiste un niño muy bueno y amable, Jimin, me alegro bien que
a pesar de todo estés bien y hayas encontrado el amor y más ahora que
esperas un bebé, no sabes la dicha que es.
—¿Lo es?
—Lo es, vale la pena, yo amo a mis pequeños, con todo el corazón, ellos
son lo que me impulsa día con día, mi esposo también los ama, somos un
buen equipo, amo que ellos lo necesiten tanto como a mí.
—Deben ser una familia feliz y linda.
—No te voy a mentir, a veces es difícil, pero siempre querré lo mejor para
ellos.
Jimin asintió. —Ambos padres son importantes para un bebé ¿No?
—Sí, ambos padres son impresionantes, ¿Tú pareja está feliz?
—Lo está, él...le gusta tocar el piano para el bebé.
Jimin estaba mintiendo, pero en su mente no podía dejar de pensar en
Yoongi tocando el piano y después besando su vientre, hablandole al bebé,
esa imagen estaba demasiado presente y le dolía.
—Los bebés siempre sacan lo mejor de las personas. Bueno, la mayor
parte del tiempo.
—Sí—bajó la mirada tomando su café.
Después de eso hablaron de sus vivencias, de la vida como niños en la
provincia, y Jimin recordó lo feliz que había sido como niño, y la oportunidad
tan grande que le había dado su padre para tener una mejor vida, ahora,
estaba solo, con su bebé, entonces el miedo comenzó a llegar ¿Y si algo le
pasaba a él? ¿Qué sería de su bebé? ¿Su bebé estaría bien teniendolo a él?
¿Necesitaría de Yoongi? No lo sabía, y eso lo tenía tan triste y confundido.
Se despidió de ella, cuando su esposo llegó a la cafetería, cargando un bebé
hermoso y de la mano de un pequeño risueño, él la había besado y mirado de
forma tan dulce, que sintió envidia, él quería eso, deseaba una familia, quería
amor y era desdichado debido a las decisiones y actuaciones atroces de los
demás.
Regreso cuando era tarde, casi anochecía, entró a la casa escuchando el
silencio, fue a la cocina y vio la cena servida, también una nota.
No comiste nada, lamento eso.
Espero te guste.
Yoongi
Negó dejando todo dónde estaba, relamió sus labios y fue a su habitación,
cuando estaba en el último escalón de la escalera, y puso un pie en el pasillo,
la puerta de la habitación de huéspedes se abrió, Yoongi le miró, estaba
preocupado, podía verlo en su mirada.
—¿Estás bien? Yo...no volvías, quise ir a buscarte, pero no te encontré en
ninguna parte, vine e hice la cena...¿Estás bien?
Se acercó a él cuando lo vio llorando, sollozando con fuerza, Yoongi dudo,
antes de abrazarlo, pensó que se ganaría otro golpe, pero para su sorpresa
Jimin se aferró a su pecho sin dejar de llorar, acarició su espalda y tragó sus
propias lágrimas, no podía llorar, no tenía derecho a hacerlo, siendo que él
era el causante del dolor de Jimin.
Lo levantó en brazos y lo llevó a su habitación, lo dejó en la cama, dando
más palmadas a su espalda, Jimin enterró la cabeza en la almohada, estaba
vulnerable.
—Te voy a traer agua.
Cuando iba a levantarse, Jimin lo tomó de la camisa y lo acercó, Yoongi se
petrificó cuando sintió los labios salados y húmedos sobre los suyos,
parpadeo perplejo, pero, tomó su nuca y siguió el beso. Cuando se quedaron
sin aire se separó un poco.
—¿Me vas a golpear por eso?
—Yoongi—susurró Jimin con dolor—. Hazme el amor, por última vez.
Chan chan chan. Espero que les haya gustado. Nos leemos pronto
bebés
57

—Yoongi. Hazme el amor, por última vez.


El susurro de Jimin, uno doliente y desgarrador, se quedó en su mente, no
podía pensar claramente, simplemente le miró, observó fijamente esos ojos
cristalinos, sus labios rojos y sus mejillas sonrojadas, tragó en seco, relamió
sus labios, tratando de comprender lo que estaba escuchando y de buscar las
palabras correctas para responderle sin herir sus sentimientos.
—Jimin—susurró acariciando su mejilla—. ¿De qué estás hablando?
—Quiero hacerlo, el amor o sexo, como quieras llamarlo, necesito hacerlo,
por última vez.
—Jimin...no...no me quiero aprovechar de esto, no creo que lo estés
pensando bien.
—De modo que puedes aprovecharte de mí para tu propio beneficio, pero
no cuando yo lo pido ¿No es injusto?
Era un reproche claro, uno que le dejó mudo, los ojos de Jimin eran duros,
pero las lágrimas seguían saliendo.
—Me siento un hijo de puta, por todo lo que te hice, no hay forma en la
que pueda remediarlo ¿Verdad?
—No—negó tragando en seco, se separó de él, sentándose en la cama, con
la espalda recargada en la cabecera, abrazó su propio cuerpo, poniendo una
clara distancia.
—Lo siento—dijo haciendo ademán de levantarse.
—Aún quiero hacerlo—lo detuvó con el sonido de su voz, no lo miraba,
tenía la vista clavada en la ventana—. Así que ¿Puedes dejar tus
lamentaciones y tus propios deseos por esta noche?
—¿Por qué quieres esto? —le miró confundido.
—Ya te dije.
—No, no me lo has dicho.
—¿Importa?
—Sí, importa lo que sientes. No quiero aprovecharme de la situación,
menos si estás vulnerable.
—¿Ahora te preocupa eso? —rio por lo bajo—. Sé lo que quiero ¿Puedes
hacerlo o no?
Yoongi le miró fijamente, Jimin regreso la mirada, sintió que s corazón
palpitaba con fuerza, no podía negar que lo necesitaba, que quería estar a su
lado nuevamente, besarlo, tocarlo, era algo que anhelaba y que pensaba que
jamás volvería a tener, pero, al mismo tiempo se debatía si era lo mejor, si
podía hacerlo, sino sería una forma de aprovecharse, de lastimarlo.
—¿Estás seguro de esto?
—Sí. Sólo es sexo, no importa—tragó en seco—. Ven...
Cerró los ojos unos momentos, antes de acercarse a la cama, estaba cerca
de él, podía sentir su calor, alargó la mano para acariciar su mejilla, Jimin
cerró los ojos y suspiró apoyándose en su toque.
—Bien—susurró antes de besar sus labios.
Eran cálidos, salados debido a las lágrimas, los movió con lentitud,
saboreando el momento, esperando que Jimin lo detuviera, estaba yendo
lento, tentando el terreno, pero, cuando Jimin lo tomó del cuello y lo acercó a
su cuerpo suspirando sobre sus labios, dudo en que lo detendría, tomó su
cintura, colocándose en medio de sus piernas, besando con mayor
profundidad, disfrutando la forma en la que sus manos suaves acariciaban su
cabello y cuello, necesitaba más, perderse en su cuerpo, envolverse en su
alma, sentir que lo amaba, aunque no lo merecía.
Estaba siendo egoísta. No quería dejarlo ir, era lo único honesto que había
tenido en su vida, la única persona que le había amado sin pedir algo a
cambio. Lo tomó de la cintura y lo subió a horcajadas sobre su regazo,
abrazando su cuerpo, mientras besaba sus labios, bajando tenuemente a su
mandíbula y después a su cuello. Deseaba mostrarle a través de sus besos y
caricias lo que no podía decir en palabras. Jimin jadeó, y lo tomó como una
invitación para ir más allá.
Agarró el dobladillo de su suéter para sacarlo lentamente, dejándolo al
descubierto, su piel seguía siendo la misma de siempre, tan suave y hermosa,
lo devoró con la mirada, viendo su vientre redondeado, sus ojos se llenaron
de lágrimas, acarició su pecho, hasta llegar ahí. Dudo unos momentos.
—¿No te haré daño? ¿Está bien si lo hacemos?
Jimin mordió su labio inferior, un gesto que lo hizo ver más tierno. —No
pasa nada. Está bien.
—¿Estás seguro?
Su respuesta fue tomarlo de las mejillas para besarlo nuevamente, ahora
llevando las manos a su camisa, que desabotonó botón por botón, dejándolo
también con el torso descubierto, la sacó sobre sus hombros, sus pieles
cálidas se tocaron, sacándoles un gemido ronco, Yoongi acarició su espalda,
bajando a su trasero, apretando, era más grande ahora. Le excitaba mucho,
podía sentir dolor en su entrepierna por lo duro que estaba, lo dejo en la
cama, besó su cuello, su pecho, lamiendo sus pezones sensibles, Jimin gemía
con los ojos cerrados, mientras que él, trataba de hacerlo sentir bien, bajo a su
cadera, deshaciendo su botón y bajando la cremallera de sus jeans, los fue
deslizando por sus piernas, junto a la ropa interior, acarició sus piernas,
abriendo sus muslos, besando el interior de esto, cosa que le hizo arquear la
espalda, llegó a su entrepierna, la cual acarició, beso y chupó. Sus dedos
trabajaban en su entrada, primero un dedo, así, hasta que pudo prepararlo y
estirarlo, Jimin temblaba bajo su toque, sonrió dulcemente, quitó su propio
pantalón, quedando desnudo sobre él, separó sus piernas y se fue adentrando
en su cuerpo, maldijo por lo bien que se sentía, por su calor y la forma en la
que sus paredes internas lo apretaban, dió una ligera estocada, que le sacó un
pequeño grito de placer, el vaivén de su cadera era lento, besó sus labios sin
parar de penetrarlo.
Jimin jadeaba en su boca, agarrando con fuerza sus hombros, enterrando
sus uñas, pasó a sus mejillas húmedas debido al llanto, no sabía si era de
placer o dolor, paró un momento y acarició sus mejillas, juntando sus frentes,
lo vio abrir sus ojos acuosos y se miraron intensamente.
—No puedo hacer esto Jimin...
—Por favor, no pares.
—No quiero dejarte.
—No pares—repitió con los labios temblorosos.
Yoongi sollozo, y lo besó, el placer se volvió entonces dolor puro dentro
de su cuerpo, era el acto más hermosamente doloroso que ambos compartían,
porque era la última vez que podían disfrutar de sus cuerpo, de amarse, entre
gemidos y lágrimas, Jimin se desmoronó en sus brazos, y él lo hizo también,
llegando al climax, dejando un camino de besos húmedos en su cuello.
Entonces, separarse fue lo más difícil que pudo hacer en su vida.
Se recostó a su lado y lo atrajo a su cuerpo, Jimin se aferró a su cuello y
sollozo, ambos lloraron en silencio hasta que se quedaron dormidos, sin la
intención de soltarse.
Jimin despertó con frío, a pesar de que estaba bien cubierto con las mantas,
talló sus ojos, había sol filtrándose por la ventana, miró a su derecha, era
medio día, había dormido mucho, pero su cuerpo aún se sentía pesado, estaba
solo en la habitación, enterró la cabeza en la almohada, el aroma de Yoongi
seguía ahí, pero no su cuerpo, algunas lágrimas descendieron de sus ojos,
¿Por qué se sentía de esa forma? ¿Por qué dolía tanto si él fue quien tomó la
decisión de despedirse para siempre? Estaba en un dilema.
Se sentó, tenía un ligero dolor en la cintura baja, uno que le recordaba a la
noche anterior, acarició sus labios, era increíble que aún pudiera sentir
aquellos besos, su piel expuesta estaba caliente, suspiró y se levantó, yendo al
baño, necesitaba tomar una ducha y comenzar de nuevo.
Estaba seguro que Yoongi ya se había ido, y lo prefería de esa forma, no
quería verlo partir en la puerta, cuando salió del baño, después de mirar su
lamentable reflejo mientras lavaba sus dientes, se cambió con algo deportivo
y cómodo, salió de la habitación y bajo las escaleras, no quería levantarse,
pero necesitaba comer algo, tenía hambre y su bebé debía alimentarse.
Tenía que ser fuerte, seguir adelante, no por él, estaba seguro que en otras
circunstancias se habría dejado morir, pero, su bebé lo necesitaría. Llegó al
recibidor, todo estaba en completo silencio, suspiró y caminó a la cocina.
Pero, algo le hizo detenerse, olía bien, tanto que su estómago gruñó.
Se quedó en la entrada. Yoongi se encontraba frente a la estufa preparando
algo, había una serie de cosas en la barra, incluso verdura, se quedó pasmado,
mirando con los ojos muy abiertos, remalio sus labios y se acercó.
—¿Qué estás haciendo?
Yoongi suspiró antes de mirarlo, sus ojos estaban hinchados, como si
hubiese estado mucho tiempo despierto o llorando, lucía lamentable, igual
que él.
—Sé que me dijiste que no tocará nada, pero, pensé que no tendrías ganas
de levantarte y cocinar algo.
Jimin mordió su labio inferior. —¿Necesitas ayuda?
—No—le miró nuevamente con una sonrisa melancólica—. Ve a sentarte.
Ya está listo.
Jimin camino al comedor, todo estaba bien acomodado, suspiró con la
mirada fija en la mesa, tenía muchos sentimientos encontrados, entre el
miedo y la calma, ambos por la misma razón, porque Yoongi no se había ido,
tenía curiosidad, pero la calló, no necesitaba saber nada en ese momento.
Yoongi apareció con la comida, sirvió los platos y se sentó en silencio a su
lado, lucía muy bien, carne con verduras y no dudo en comerlo, era delicioso.
Comieron en completo silencio, ninguno de los dos hizo ademán de querer
decir algo, sabía que si comenzaban a hablar todo a su alrededor iba a
explotar, y no estaban en condiciones para sobrellevarlo, sobre todo Jimin,
quien no podía controlar lo que sentía y lo que pensaba en esos momentos.
Terminando de comer, Jimin se levantó para recoger todo.
—Yo limpio, no te preocupes.
—No, tú hiciste la comida, lo menos que puedo hacer yo es limpiar.
—Yo lavo y tú secas ¿Te parece?
—Bien.
Llevaron la loza y Yoongi comenzó a lavar, pasándole lo que terminaba
para que él lo secara con una pequeña toalla, acomodó a su lado lo que estaba
limpio para después ponerlo en su lugar, ambos estaban tan tensos. Yoongi le
ayudó a mantener todo en orden, cuando terminaron de poner en su lugar
cada plato, Jimin se recargó en la barra, mirando la pared.
—¿Por qué no te fuiste?
Yoongi suspiró limpiando sus manos y se recargó frente a él, sin embargo
ninguno de los dos se miraba.
—Si te soy completamente honesto, no lo sé, me iba a ir, pero no pude.
—Dijiste que lo harías, eso quiere decir que jamás debo de creer tus
palabras.
—¿Por qué me pediste que te hiciera el amor?
Esa pregunta lo tomó con la guardia baja, tragó en seco y negó, alejándose.
Yoongi fue detrás de él y lo tomó del brazo para hacerlo que le mirara, sus
ojos se encontraron, unos deseosos de saber y otros con temor a su propia
boca.
—Tenía ganas de sexo y eras el único que te estaba cerca.
—Mientes.
—No, no lo hago, todos tenemos necesidades, vamos, no fue para tanto—
trató de sonar cruel, pero ver los ojos dolidos de Yoongi no ayudaron a su
fachada.
—No te queda este papel, tú no eres así.
—¿Y cómo soy? ¿Un estúpido ignorante al que todos pueden pasar
encima? ¿Por qué no puedo ser el cruel por una vez?
Yoongi negó acercándose más a su cuerpo. —No, no puedes, tú no puedes
ser como nosotros, me niego a que seas como yo.
—Que conveniente ¿No?
—Tú no eres una mala persona, no eres cruel, no debes cambiar, no dejes
que esto te quite quien eres.
—¿Jodes así de alguien y esperas que siga siendo el mismo?
—¿Por qué quisiste acostarte con alguien como yo entonces? —preguntó
dolido.
—Porque soy un estúpido—dijo intentado separarse, pero Yoongi no lo
dejo.
—Dime la verdad, te lo suplico.
Sus labios temblaron. —¡Porque quería seguir sintiendo que alguien me
amaba! Quería sentir lo que sentía hace meses, quería...yo deseaba sentir que
era especial y no un simple juego...
Yoongi lo detuvo, porque cada una de sus palabras dolía, como si se
estuviera quemando a carne viva, lo besó, estampó sus labios juntos
besándolo hasta que Jimin cedió, después de la sorpresa, se aferró a su cuello,
moviendo sus labios con mayor necesidad, quien lo viera y supiera todo lo
que estaba sucediendo alrededor podría pensar que era patético, él mismo se
sentía de esa manera, pero, no podía evitarlo, estaba tan dolido, tan solo, que
necesitaba a Yoongi, no lo perdonaba, dudaba que algún día pudiera hacerlo,
era más la necesidad de sentirse amado, aunque supiera que era una mentira.
Yoongi lo tomó de la cintura y no despegó sus labios, lo hizo jadear en su
boca por la intensidad, por la forma en la que tocaba su cuerpo sobre la ropa,
como si él también hubiese estado esperando eso para regresar a la vida.
Lo llevo a rastras a la sala y se sentó, llevándolo a él a horcajadas sobre sus
piernas, acarició su rostro, beso sus labios, así, sin piedad, hasta que sus
respiraciones faltaron y tuvieron que separarse.
—Tú eres tan especial, que mereces todo el amor que alguien pueda dar—
susurró Yoongi muy cerca de su rostro—. No porque yo sea un desgraciado
significa que los demás también lo serán.
—Sí, lo sé—se separó y se levantó—. Regreso al rato.
—¿A dónde vas?
—Tengo que comprar unas cosas. Adiós.
—Voy contigo, hace frío y...maldición, a quien engañó, sólo quiero estar
contigo un rato. No hablaré.
—Bien.
Ambos salieron y subieron al auto de Yoongi, Jimin hizo una mueca.
—¿No tienes un auto más llamativo? Todos nos mirarán.
—No creo que...
Jimin le miró fijamente, Yoongi suspiró. —En mi defensa no sabía que
sería así.
—¿Así como?
—Es un lugar muy pequeño, y...
—De campesinos, dilo, yo soy uno.
—No lo digo en mala forma, no pensé que sería así, de saberlo me habría
traído algo menos llamativo.
—Los de tu clase siempre se van a creer mejores que nosotros.
—¿Por qué peleas conmigo? Fuiste tú quien preguntó del auto.
—¿Por qué llevas traje?
—No llevo traje completo, falta el saco.
—Es lo mismo, te ves como tonto.
—¿Y que quieres que vista? Sólo tengo esto.
—No encajas aquí.
Yoongi soltó una carcajada. —Cuando quieres puedes ser cruel.
—Ni que te hubiera dolido.
—Cuando lo dices tú me duele.
—Superalo entonces.
—Fue un beso Jimin, no estés tan molesto por eso.
Jimin no respondió, miró simplemente a la ventana, estaba molesto, por ser
tan débil, por no poderse resistir a Yoongi, llegaron al pueblo, y como pensó,
muchas personas se les quedaban viendo, se encogió en el asiento, no quería
que nadie lo viera ahí.
—Aquí es, espera aquí.
Bajó rápidamente entrando a la ferretería, necesitaba unas cosas de forma
urgente, pagó y salió, Yoongi aún estaba dentro del auto mirando un puesto
de alimentos.
—Ya.
—Vamos.
Quiso preguntarle qué es lo que tanto miraba, pero siguió en su mente,
estaba algo frustrado, lo único que quería era regresar y dormir. El camino
fue tenso, y cuando llegaron, subió a su habitación, para tirarse en la cama,
no supo cuando se quedó dormido.
Después de unas horas y al abrir los ojos, se dió cuenta que estaba oscuro,
no tenía hambre así que se quedó acostado, pero al escuchar la puerta
abriéndose cerró los ojos, se quedó muy quieto, escuchó como pasos se
acercaban y el sonido de algo siendo dejado en la cómoda, cuando la puerta
se cerró de nuevo abrió los ojos. Junto a él estaba un vaso de leche y galletas,
apretó los labios, estaba siendo demasiado difícil mantenerse al margen, casi
imposible.
Se sentía perdido.
58

—¿No te vas a ir?


Ambos estaban tomando el desayuno, Jimin no se había quejado de ver a
Yoongi preparándolo, porque estaba tan cansado que realmente no quería
hacer nada por su cuenta y la comida de Yoongi era deliciosa. Habían pasado
dos días desde el último beso, y desde entonces Jimin había guardado su
distancia, no hablaba con él a menos que fuera estrictamente necesario, como
ese día, tenía curiosidad por saber cuánto tiempo se iba a quedar ahí, pronto
sería su cita en el doctor y no quería que él estuviera cerca, las cosas
referentes a su bebé aún se hallaba renuente a qué Yoongi supiera o
participará en algo.
—No lo sé.
—Mmm—suspiró.
—¿Ya quieres que me vaya?
—Quiero que te vayas desde el primer momento en que llegaste. El
sentimiento sigue en pie.
Yoongi hizo una mueca. —Bien, me iré este domingo.
—Perfecto. Quiero que esté fuera de aquí para el martes.
—Como digas.
Se levantó llevando el plato, Jimin hizo lo mismo, Yoongi estaba
mostrando una nueva faceta que le causaba algo de curiosidad.
—Mañana es la fiesta del pueblo.
Yoongi le miró sobre su hombro, alargó la mano para que Jimin le diera el
plato, lo hizo sin dudarlo, cada día estaba probando más y más la paciencia
de Yoongi, sentía que nada de lo que hacía ahora era verdad.
—¿Vas a ir?
—Claro. Así que posiblemente te vas a quedar solo aquí.
—Iré.
—No, no puedes ir.
Yoongi terminó de secarse las manos y le encaró cruzando los brazos.
—¿No sabía que necesitaba invitación para una fiesta así?
—No quiero que vayas es todo.
—Iré.
Jimin bufó. —¿Y vas a ir así? Se van a burlar de ti, pareces payaso.
Yoongi le miró con una ceja alzada, soltó una carcajada. —¿Realmente te
molesta como me visto? Lo siento, no traje nada más. Pero, si hay algún lugar
donde pueda comprar algo más apropiado, me gustaría ir ¿Conoces alguno?
—Sí.
—¿Me acompañaras?
—Sí, pero no iremos en tu auto lujoso.
—¿Y como iremos?
Jimin le sonrió a medias y Yoongi sintió que era una mala idea.

—Jamás había subido a un autobús.


Jimin le miró con una ceja alzada, ambos estaban sentados en la parte
trasera del autobús, Yoongi había tenido un serio conflicto, porque no sabía
realmente qué hacer, ni cómo pagar, fue Jimin quien hizo todo y subió, había
algunas personas, que afortunadamente no les prestaban atención.
—Realmente no me sorprende ni un poco, ¿Qué otras cosas no has hecho?
Yoongi lo pensó unos momentos. —Son demasiadas, las cosas comunes y
normales para otros son extrañas para mí. A mis padres siempre les gustó
criarnos dejando en claro la clase social a la que perteneciamos.
—Bueno, yo crecí en las calles, después aquí, entiendo lo que estás
sintiendo, eso mismo sentí yo cuando fui a Seoul y me di cuenta de la gran
diferencia que había entre mi vida aquí y tú familia.
—Recuerdo algunos conflictos que tuviste.
Jimin hizo una mueca, no le gustaba hablar sobre su estadía en Seoul, ni lo
que tuvo que hacer para encajar, esfuerzos que ahora sabía no habían valido
la pena.
—Lo siento, no debí comentar eso.
—Está bien, sólo no lo hagas más. Quiero dejar todo eso atrás.
Se mantuvieron en silencio, un silencio incómodo que los envolvía en sus
pensamientos, el dolor y la culpa estaban ahí, no había cambiado nada entre
ellos. Llegaron a la parada, ambos bajaron y se encaminaron por las calles del
lugar, era pequeño, pero, había lo necesario, Jimin lo guío a una tienda de
ropa, estaba lleno de cosas, miró alrededor con una ceja alzada. No parecía
ser ropa costosa, de hecho al mirar una prenda y el precio, se dió cuenta que
con lo que costaba uno de sus trajes podía comprar la mitad de la tienda sin
problemas.
—Bienvenidos—dijo una mujer con una sonrisa.
—Gracias—respondió Jimin.
Lo siguió hacía la ropa masculina, Jimin miraba todo atento.
—¿Qué debería usar? —preguntó Yoongi tomando una chaqueta de cuero
—. ¿Esto?
Lo estaba diciendo en broma, pero Jimin elevó una ceja. —Creo que te
quedaría bien.
—¿De verdad? La llevaré entonces, ¿Qué más? ¿Este sombrero?
Se puso un sombrero grande y marrón, Jimin aguanto, pero no pudo
controlar la risa, negó.
—No, te ves ridículo.
Bufó fingiendo sentirse ofendido, ambos comenzaron a buscar algunas
cosas casuales que pudiera usar, entre jeans, deportivos, camisas a cuadros,
playeras, sudaderas y chaquetas, un par de abrigos y suéteres, también un par
de tenis y unos botines de cintillas, Jimin elegía ropa para él, Yoongi dejaba
que lo hiciera, le gustaba tener esa clase de atención, además que estaba
curioso, hace mucho que no usaba algo así, desde su juventud, aunque sus
padres siempre le decían cómo tenía que vestir.
—Creo que es suficiente, yo voy a buscar algo para mí.
—Elije lo que quieras—dijo con una sonrisa—. Corre por mi cuenta.
—Yo puedo pagarlo por mí mismo.
—Lo sé muy bien, pero, es un regalo, como agradecimiento por la asesoría
de ropa que me has dado.
Jimin rodó los ojos y se fue a buscar algunos jeans, había algunos de
maternidad, con aquel elástico cómodo en la cintura, tomó uno y suspiró.
—¿Para que es eso?
—Oh, aquí va la panza, se supone que es cómodo, mi ropa no me queda.
—Yo veo que esos jeans que traes te quedan bien.
Jimin rio por lo bajo, levantó su suéter y dejo ver cómo el botón estaba
sujeto al ojal con una liga, Yoongi elevó una ceja y acarició su vientre
tenuemente.
—Vaya, ese es un buen truco, pero sí, a este paso no te van a quedar más.
—Agradezco que haga frío, con estos suéteres enormes puedo cubrir casi
todo.
—Te ves muy lindo, lo digo en serio, más radiante, dicen que el embarazo
a veces no le sienta bien a algunas personas, pero a ti te hace ver muy
hermoso.
Jimin enrojeció, no iba a negar que a veces Yoongi tenía la capacidad de
decir cosas que hacía que su corazón latiera con fuerza, trató de ignorarlo y
buscó algo de ropa para él, terminó eligiendo más jeans, suéteres y calcetines
acolchados. Se dirigieron a la caja y Yoongi pagó, cuando salieron de la
tienda había pasado más de una hora y llevaban seis bolsas grandes.
—Déjame ayudarte, también puedo cargar bolsas.
—Prefiero que no, yo puedo hacerlo, no hay problema.
Estaban cerca de la parada de autobuses, Jimin se dió cuenta que Yoongi
miraba el puesto de comida que habían visto días atrás, elevó una ceja
confundido.
—¿Tienes hambre?
—No—negó con una sonrisa avergonzado—. Es sólo curiosidad.
—¿Curiosidad? ¿Desde cuándo las banderillas dan curiosidad? —le
observó fijamente antes de reír—. No me digas que jamás has comido una.
—Entonces no te diré nada.
—¡¿De verdad?! No lo puedo creer.
—Mira, mis padres siempre fueron muy estrictos a la hora de decidir
dónde teníamos que comer, jamás he comido de un puesto como este, puedo
decirte que aquella hamburguesa que comimos las primeras veces que
salimos fue la primera que comí de una cadena de comida rápida.
—¿Estás mintiendo?
—No—desvió la mirada apenado—. Lo haces ver cómo si fuera lo más
extraño del mundo.
—Es que es lo más extraño del mundo para mí.
—Si hablamos de estás cosas, soy bastante ignorante.
—Ven. No podemos irnos sin que hayas probado una banderilla, esto es
casi un sacrilegio.
—Que exagerado eres.
Lo siguió hasta el puesto, Jimin pidió dos banderillas, cuando las tuvo en
sus manos le dió una, Yoongi suspiró, olía muy bien, demasiado, recordaba
vagamente como varias veces quiso comer algo así de niño, pero sus padres y
niñeras no se lo permitían, mucho menos tomando en cuenta lo enfermizo
que era. Jimin le observaba atento, casi divertido sin perderse su reacción,
achicó los ojos y la probó, el sabor era delicioso, el queso dentro hacía todo
mucho mejor. Abrió los ojos elevando ambas cejas, Jimin rio de su reacción y
también comió de la suya.
—¿Y qué tal?
—Esto es delicioso—asintió—. Mucho de hecho. Podría comer esto toda
la vida.
Jimin soltó una carcajada. —Si, la clase alta tiene comida cara, pero nada
se compara con esto.
—No, realmente no.
—¿Qué otras cosas no has hecho?
—Mmm, no estoy seguro, jamás me tire en la nieve o en el lodo.
—Yo comía lodo, mi padre me regañaba por eso—rio.
—Eres un estuche de monerias.
—Vamos, tenemos que regresar. Es tarde.
Regresaron a la parada, se sentaron en silencio, Jimin seguía comiendo,
Yoongi le miraba de reojo.
—Jimin, ¿Qué habría pasado si nos hubiéramos encontrado en otras
circunstancias?
—No lo sé, el hubiera no existe, ya no, sólo existe lo que estamos viviendo
ahora.
—¿Y si lo imaginamos? —suspiró—. Yo siendo una persona normal, no
estando tan jodido, siendo alguien con un propósito diferente ¿Te habrías
enamorado de mí?
Jimin bajo la mirada. —¿Diferente? ¿A qué te refieres?
—No lo sé, simplemente...olvídalo, es estúpido.
Nuevamente hubo silencio, Jimin podía sentir algo diferente en su voz,
mordió su labio inferior, quería saber más, necesitaba entenderlo, tratar de
conciliar todo lo que estaba mal, tal vez así, podría dejar de sentirse como un
idiota.
—¿A qué te dedicarías?
—Pues...tal vez tendría un restaurante aquí, sí, sería acogedor, con comida
deliciosa pero de calidad.
Jimin asintió. —Sería en verano, cuando papá me haya dejado conseguir
un empleo de medio tiempo, ya sabes, en ese entonces quería ser más
independiente.
—Llegarías una mañana y sinceramente aunque no tengas experiencia
alguna, te contrataría porque eres muy lindo. Serías un buen ayudante.
—Atendería a los clientes, siempre fui amable y servicial. Tal
vez...hablaríamos después de cerrar, cuando estuviéramos acomodando todo,
¿No?
—Y así nos conoceríamos, y yo estaría demasiado nervioso—rio por lo
bajo—. Porque realmente eres lindo.
Jimin le miró y bufó. —Tendrías que conocer a mi padre, sería el día de la
fiesta del pueblo, me invitaste a salir y yo acepte, entonces deberás conocer a
mi padre.
—Al principio me va a odiar—chasqueo la lengua—. Eres su bebé y quiere
cuidarte, pero, me lo ganaré, trabajaré duro para eso.
Jimin sintió un nudo en su garganta. —Te besaría esa noche, y seríamos
novios, tendríamos citas, normales y comunes, saldríamos a pasear, a comer
banderillas, a ver las estrellas, hablaríamos por teléfono y nos enviaríamos
cartas, algo romántico.
—No pasaría más de un año para que te pidiera casarte conmigo,
tendríamos una boda linda, discreta, pero con personas que queremos. Mi
familia sería diferente, ellos serían buenas personas, viviríamos juntos, en una
pequeña casa para comenzar, la remodelariamos, pintariamos las paredes de
tu color favorito.
—Me gusta el amarillo—rio por lo bajo—. Sería una casa tipo pollo.
—Se vería bien.
Jimin suspiró, en su mente se estaba imaginando cada escena, y eso era
más doloroso, porque tal vez, si él y Yoongi se habrían encontrado en otras
circunstancias, el amor entre ellos podría ser genuino, podrían ser felices, sin
embargo, la realidad era otra.
—Y ahora, estaríamos esperando a nuestro primer bebé. Hablaríamos
todos los días de cómo sería y buscaríamos nombres.
—Yoongi, ya viene el autobús.
Eso dió por terminada su plática, Yoongi tenía ganas de llorar, porque, por
un momento su yo imaginario parecía ser mucho mejor que la persona que
era realmente.

Se miró al espejo con una mueca, se había puesto unos jeans claros, unos
tenis negros y una playera blanca, con un suéter de botones azul cielo, guardo
sus trajes y el reloj caro que llevaba en la muñeca, lucía como una persona
común y normal, no había lujos, no tenía que comportarse como una persona
con clase y con un porte perfecto, estaba relajado, pero avergonzado, ni
siquiera sabía lo que estaba haciendo.
Bajó a la cocina, era hora de la cena, pensaba en lo que prepararía, pero
Jimin ya estaba ahí, haciendo algo mientras escuchaba música y cantaba
quedito, se quedó observandolo, con el corazón latiendo a mil por hora.
—Deja de verme y ven a ayudar.
Camino hacia él, Jimin le miró y elevó una ceja al verlo.
—¿Tan mal me veo?
—No, no te ves mal.
—¿Qué necesitas que haga?
—Parte esas verduras, haré una ensalada.
—Bien. Yo iba a preparar algo.
—Tuve ganas de cocinar—se encogió de hombros—. Prueba esto.
Tomó con una cuchara pequeña una porción de lo que estaba preparando,
la acercó a su boca, Yoongi estaba sorprendido, sin embargo la probó.
—Mmm, sabe muy bien.
—No eres el único que tiene sus trucos bajo la manga—rio por lo bajo.
—Hay mucho que debería conocer de ti ¿Verdad?
Jimin bajo la mirada y se concentró en lo que hacía, ambos en silencio,
pero queriendo decir más.
—¿Cómo se llamaría el restaurante? —preguntó con un nudo en la
garganta, quería saber más de esa historia ficticia dónde ellos eran felices.
—Eunoia—susurró—. Significa pensamiento bello. Siempre me ha
gustado esa palabra.
—Es bonita—asintió.
—¿Y si fingimos que soy esa persona?
Jimin paró antes de mirarlo fijamente. —¿Qué?
—¿Y si por un momento vivimos esa realidad? ¿Sería malo?
—Sería peligroso.
—Pero, menos doloroso.
Jimin mordió su labio inferior. —Saldremos muy heridos.
—¿No lo estamos ya?
Jimin le observó con una mueca de dolor. ¿Por qué de repente quería
aceptar?

¿Que les está pareciendo todo?


Ojo, ellos no se han perdonado, eso no va a pasar aún, sólo quieren
negar lo inevitable.
59

JungKook sonrió al bebé que tenía en sus brazos, por fin estaban en su
departamento, él trataba de cuidar a Yeosang lo más que podía, no dejaba que
este se levantará para nada, aunque su esposo le decía que estaba bien, quería
asegurarse de que no sufriera algún tipo de dolor. Ser padre era muy diferente
a lo que había imaginado, incluso cuando supo que tendrían un hijo, trato de
imaginarlo, de imaginarse a sí mismo teniendo un pequeño en su vida, pero
nada ni nadie lo había preparado para lo que estaba viviendo en esos
momentos. Era una mezcla de emociones, entre en terror, el miedo de no
saber realmente lo que estaba haciendo y el amor, estaba feliz, no
acostumbraba a sentirse de esa manera, no había precedentes, sin embargo,
era algo que no podía ocultar, ni quería hacerlo, estaba empeñado en seguir
disfrutando de su vida.
—¿Ya despertó? —preguntó Yeosang saliendo de la habitación.
—Sí, lo ha hecho—le sonrió—. Pero, esta a punto de volverse a domir
¿Descansaste?
—Lo hice—asintió—. Muchas gracias por cuidarlo un rato.
—¿Por qué agradeces? Es mi hijo, yo tengo que cuidarlo.
Yeosang le miró con ternura. —Bueno, creo que lo estás haciendo muy
bien, para ser primerisos no hemos perdido la cabeza.
Jungkook rio por lo bajo. —Lo siento amor, habla por ti, yo sé hacer todo
de forma perfecta.
—Oh, vamos, no seas egocéntrico—negó rodando los ojos—. Mi hermana
vendrá esta tarde.
—Eso está bien, aprovecharé para ir a la empresa a dejar unas firmas—le
sonrió besando su mejilla—. Sabes que no me gusta dejarte solo.
—Estaremos bien ¿Vas a tardar?
—No lo sé—hizo una mueca—. Posiblemente unas tres horas, traeré la
cena ¿Hay algo especial que quieras comer?
—Creo que algo con mucha carne serviría—rio por lo bajo.
—Tendrás todo lo que quieras, tienes que comer bien—suspiró dejando al
bebé dormido en su cuna portátil de recién nacido que estaba en la sala,
después se acercó a Yeosang quien había ido a la cocina para prepararse un
té, lo abrazó por la espalda y hundio la cabeza en su cuello, le gustaba que
comenzaba a oler a él, a su detergente a su perfume—. Ya quiero que termine
el tiempo de recuperación, te extraño mucho—susurró mientras besaba la piel
expuesta de su cuello y hombro.
—Tienes que aprender a ser paciente—suspiró ladeando la cabeza para
mejorar el acceso—. Pero, te entiendo, también te extraño de esa manera.
—Desde que tuviste a mi hijo te volviste aún más irresistible—rio contra el
calor de su piel.
—Oh, eso es interesante—se volvió para tomar sus mejillas y dar un beso
dulce a sus labios—. ¿Todo está bien? A veces te noto preocupado.
—No, no es nada—besó la punta de su nariz—. Mis padres quieren ver al
bebé, les dije que lo iba a pensar.
Yeosang mordio su labio inferior preocupado. —¿No crees que tomarán
muy mal si los haces esperar? Sé que me has dicho que no los quieres cerca
del bebé, pero es tú familia, indudablemente tendrán que conocerlo, son tus
padres, y no está mal si lo quieren ver, sólo tenemos que estar presentes, es
nuestro hijo, ellos no pueden influir de ninguna manera en él.
—Últimamente mi familia está pasando por una racha muy grande de
desprecio y negatividad, esperaré un par de semanas, si veo que sus
intenciones son buenas, entonces, los dejaré que lo conozcan, pero si noto
algo extraño, no los quiero cerca.
—Van varias veces que dices eso de tu familia ¿Sucede algo?
Jungkook rio elevando una ceja. —¿Alguien tiene curiosidad? Pues,
problemas con el manejo de la empresa del abuelo, ya sabes, no pueden
tomar decisiones si Jimin o Yoongi no están aquí y ellos ahora se encuentran
viajando, no se sabe cuándo volverán y eso mantiene la tensión en mis
padres.
—Oh—asintió, creyendo cada palabra que decía, a veces, JungKook se
sentía mal por la farsa que llevaba, por ocultar las atrocidades de su familia,
sin embargo, era algo complicado y que le avergonzaba y no quería a su
esposo e hijo involucrados—. Suena a que tu familia es algo...especial, no es
que no lo supiera antes, cuando trabajaba para ti descubrí algunas cosas, pero,
jamás me entrometí.
—Son complejos de millonarios amor, que piensan que tienen el mundo a
sus pies y que todos alrededor tienen que complacerlos—se encogió de
hombros—. Es un drama, no me incumbe, por algo mis negocios están
separados de la familia, no quise que ellos me ayudaran, ni que invirtieran
por la misma razón, no quiero a nadie que me diga qué hacer, Yoongi debería
hacer lo mismo.
—Supongo que es más presión para él ¿No? Una vez dijiste que Yoongi
era el heredero predilecto.
—Eso era antes, ahora las cosas son diferentes—chasqueo la lengua—.
Espero que mi hermano tome la decisión correcta llegado el momento.
Yeosang le miró sin comprender sus palabras, así que, para distraerlo de
más preguntas, comenzó a besar sus labios, al principio de forma dulce, pero,
escaló en profundidad, podía sentir su cuerpo contra el suyo, le gustaba la
sensación que le causaba, estaban acariciándose sobe la ropa tratando de
mantener el calor controlado, cuando escucharon el llanto de su hijo. Se
separaron y se miraron con una sonrisa de complicidad, antes de que Yeosang
fuera a atender al bebé. Jungkook suspiró pesadamente, preguntándose qué es
lo que había pasado con Yoongi, le estresaba no tener una respuesta concreta
de él, pero quería creer que las cosas iban bien, sino ¿Por qué tardaría tanto
en regresar?
—Por aquí señor—dijo el mesero, guiándolo entre las mesas de aquel
elegante restaurante.
Quería mantener su tranquilidad y su fachada, pero, no estaba realmente
seguro de lo que sucedería una vez que llegara a la mesa y viera a las
personas que menos quería encontrar en esos momentos. Porque, aunque su
vida era mejor ahora, teniendo un esposo increíble y un bebé maravilloso, no
dejaba de lado los golpes de su pasado, quería estar alejado de su familia,
pero, había caído, porque a pesar de todo Taehyung siempre fue su mejor
amigo, lo quería, se preocupaba por él, a pesar de todo lo sucedido.
Llegaron a un espacio privado, en la mesa ya se encontraba la pareja
fugitiva, quienes habían causado muchos problemas a la familia, no supo
cómo es que tenía que saludarlos.
—Jungkook—susurró Taehyung poniéndose de pie, fue a su lado y lo
abrazo, Jungkook pudo ver el gesto de incomodidad en el rostro de Hoseok
así que se alejó del contacto—. Gracias por venir.
—Dijiste que era importante, Hoseok—dijo con seriedad.
—Jungkook, por favor siéntate. Hemos pedido vino.
—Bien—se sentó frente a ellos.
No pudo ver mucho tiempo el rostro de Taehyung, porque si bien, ya no
sentía nada por él, la incomodidad por la forma en la que terminaron las
cosas, era algo que aún rondaba por su mente.
—Felicidades por el bebé—dijo Taehyung con voz dulce, pero lo conocía
lo bastante bien como para encontrar en ella un trasfondo de melancolía—.
Nos enteramos cuando llegamos, en verdad estamos felices por ti.
Jungkook asintió. —Gracias, es un bebé sano y hermoso.
—Mi madre habló de tu repentino matrimonio y de cómo fuiste en contra
de tus padres, es admirable.
—Bueno, cuando amas a alguien y sabes que es la persona indicada, nada
más importa ¿No?
Hoseok y Taehyung se miraron y se sonrieron, Jungkook desvió la mirada,
porque sintió ese gesto demasiado íntimo.
—Sé que te preguntas la razón por la que pedimos verte—dijo Hoseok con
una mueca—. No quiero hacerte perder el tiempo, cuando deberías pasarlo
con tu familia, pero, necesito tu ayuda.
Jungkook miró con seriedad a su primo, ellos dos nunca habían sido los
más cercanos, al contrario, tenía una aversión a estar cerca de él, aunque no
sabía si era si la razón era Taehyung o algo más.
—Te escucho.
—Como sabes los Choi y mis padres tenían un trato—relamió sus labios
—. Si yo me casaba con Wendy, ellos iban a mantener su inversión en la
empresa de mis padres, pero, cuando hui, no sólo retiraron el apoyo, sino que
también dejaron a la empresa en una situación lamentable, está al borde de la
quiebra, mis padres venderán sus acciones, ellos son los dueños mayoritarios,
es la única manera de salvarla, pero, no puedo permitir eso, sin embargo, no
podemos mantenerla a flote, mi madre no quiere que nadie de la familia lo
sepa, pero aunque sea así, ellos no moverán un dedo para ayudar.
—¿Y dónde entro yo?
—Por favor Jungkook, compra las acciones de mis padres—suplicó con la
mirada—. Sé que es arriesgado, pero te juro que la empresa puede levantarse,
yo me he quedado sin nada, porque tuve que pagar a los Choi por la falta que
hice, así que, no tengo forma de costarlo, pero te prometo que te compraré las
acciones cuando las cosas mejoren, sólo queremos que seas el accionista
mayoritario por un tiempo.
Jungkook elevó una ceja. —¿Me estás pidiendo que compre una empresa
que está al borde de la bancarrota? Suena estúpido ¿Qué ganaría yo? Es un
riesgo que no puedo correr, mucho menos ahora que mi empresa está en su
mejor momento y tengo una familia.
—Lo sé, pero si las cosas van bien, puedes quedarte con algunas acciones,
sólo necesito unos seis meses para levantar todo y arreglarlo, después de eso,
las cosas serán mejores. No te lo pediría si supiera que es un mal negocio.
—Lo siento Hoseok, pero no es como si alguna vez te hayas interesado en
alguien que no seas tú mismo.
—Eso era antes, ahora he cambiado, te lo pido, sólo deja que nuestros
abogados se reúnan, que te planteen la propuesta, te prometo que no fallará.
Jungkook miró a Taehyung quien se mantenía en silencio, sus ojos se
encontraron viendo la melancolía en ellos, por sus aspectos se veía que no la
habían pasado bien.
—Has una cita para el lunes, lo pensaré, no te diré que aceptaré, si no es
conveniente no lo voy a hacer, sólo lo pensaré.
—Gracias Jungkook—dijo Hoseok con una sonrisa que carecía de
arrogancia, eso era nuevo en él, pero no podía decir con exactitud si era real o
fingida.
—Me tengo que ir, lo pensaré, pero, Hoseok—dijo antes de levantarse—.
Si estas en esto debes de reflexionar si realmente estás listo para luchar contra
tiburones, el egoísmo jamás te llevará a nada bueno—suspiró mirando a
Taehyung quien le sonrió ligeramente—. Estamos en contacto.
Salió del reservado con una mueca, era estúpida esa propuesta, era un
riesgo mayor, no podía tomarlo, era ilógico, pero, entonces ¿Por qué lo estaba
considerando?

Espero que sí les este gustando la historia hahaha


60

Era extraño, como si hubiese sucedido un cambio de realidad, como si un


velo opaco haya caído sobre ellos, acogiéndolos entre una ilusión que era
imposible, haciéndolos caer en la fantasía, porque cualquier cosa era mucho
mejor que estar viviendo su realidad, una tan dolorosa y confusa que los
ponía en un constante vaivén de emociones difíciles de procesar, con un
pasado imborrable, con el temor de siquiera mirarse, Jimin y Yoongi estaban
sobrepasando una línea delgada entre ellos, pero, ninguno quería pensar en
las consecuencias, porque cualquier cosa era mejor que el sufrimiento, la
culpa y el remordimiento.
Comenzó de forma tenue, haciendo cosas tan sencillas, como el desayuno,
no se hablaban, mantenían la distancia, sin embargo, había ocasiones en
donde ambos hablaban de esa vida ficticia donde todo era diferente. Jimin
estaba plenamente consciente que era un error dejar volar a su imaginación,
que las cosas podían salir muy mal, porque no había forma de que ellos
pudieran cambiar lo sucedido. Sin embargo, el pretender que Yoongi no era
la persona que más daño le había hecho, y que sólo era alguien normal de
quien pudo haberse enamorado sin prejuicios, sin una familia con crueles
intenciones de por medio, no ayudaba que Yoongi dejara de vestirse con traje
como en la cuidad, ahora era todo sudaderas, tenis y mezclilla, su postura
también habían cambiado, estaba más relajado. Parecía una persona nueva.
Entonces lo que Yoongi le propuso giraba en su mente ¿Estaría bien
pretender que ambos vivían otra realidad? Eso sin duda ayudaría a aligerar el
dolor en su pecho, porque estaría negando y olvidando una parte de su vida
que lamentaba con el corazón, y al mismo tiempo se preguntaba ¿Estaba bien
confiar un poco en Yoongi? Una parte de él, la que parecía más cruel, pero
sensata, le decía de forma fría que estaba siendo un estúpido, que confiar
mínimamente en la persona que lo había lastimado sólo lo llevaría al fracaso.
—¿Me veo bien? —dijo Yoongi cuando entro a la sala donde Jimin se
encontraba.
Era la fiesta del pueblo, y Yoongi le había pedido que le permitiera
acompañarlo, que no lo molestaría, que sólo quería vivir experiencias que
nunca antes se había atrevido a vivir. No tuvo otra opción más que aceptar,
ahora estaba frente a él, vistiendo unos pantalones de mezclilla clara, con una
camisa de cuadros y una chaqueta de cuero, se veía muy bien, hasta su rostro
parecía menos frío.
—No te ves tan mal—dijo con una mueca desviando la mirada.
—Tú te ves perfecto.
Jimin vestía unos pantalones negros, al igual que el suéter de cuello de
tortuga y sobre este una chaqueta de mezclilla, esa noche no estaba haciendo
tanto frío, era buena temporada.
—Sí, eso...debemos irnos.
—Deberíamos ir en el auto ¿No lo crees?
—¿Sabes manejar todo tipo de cosas?
—Sí, ¿Por?
Jimin mordió su labio inferior, le pidió que lo acompañara a la parte
trasera, donde había una cochera, Jimin abrió las puertas, dentro había un
auto cubierto, al quitarle la manta grande que lo cobijaba, Jimin descubrió un
datsun 81, color blanco en muy buen estado, a veces veía a Jimin entrar a ese
lugar, pero jamás preguntó la razón.
—Era de mi padre—dijo con un suspiro—. Lo uso hasta el día que tuvo
que permanecer en la silla de ruedas, Daniel hace poco lo revisó y está bien,
yo lo mantengo limpio. Podemos ir en este.
—¿Estás seguro? —elevó una ceja.
—Es mejor que tu auto, es demasiado llamativo, sube, espero que manejes
bien.
—Lo hago—dijo ligeramente ofendido.
Jamás había manejado un auto tan antiguo, su fuerte eran los deportivos,
sin embargo, lo hacía bien, él era bueno manejando, salieron del terreno de la
granja y se dirigieron al centro del pueblo, donde se darían a cabo las
celebraciones, Jimin miraba por la ventaba el paisaje, perdido en sus
pensamientos, le era imposible no recordar los días soleados con su padre,
cuando ambos cantaban en el auto mientras paseaban, eran recuerdos vividos
que jamás se irían de su mente.
—Es lindo que hayas conservado así el auto.
—Es una forma de honrar a mi padre y lo que amaba—susurró sin dejar de
mirar por la ventana—. No creo que lo entiendas.
—No, lamentablemente no lo hago, nunca he sentido esa cercanía con
nadie más, ni siquiera con mi familia. Es bueno que tú lo hayas tenido,
aunque para algunos pareciera que no tuviste nada, por la forma en que
vivías, creo que tú Jimin, fuiste el más afortunado de todos, al menos más que
yo, creciste con alguien que te amaba y te enseñó las cosas buenas del
mundo, eso es envidiable.
—Mi padre era una muy buena persona—asintió—. Lo extraño demasiado.
A veces pienso que, si él estuviera aquí, nada malo hubiese pasado.
—Sí, creo que él te habría mantenido lejos de mí.
—Habría sido lo mejor.
Yoongi no dijo nada, porque no quería dejar ver lo mucho que lo dañaban
esas palabras, aunque por dentro sabía que él no tenía derecho a sentirse de
esa forma, no después de todo el daño que le había hecho a Jimin, era obvio
que este se arrepentía de haberlo conocido y Yooongi de cierta forma también
lo hacia, durante las noches se preguntaba qué habría pasado si por una vez
en su vida se hubiese enfrentado a su familia y hubiese dicho que no quería
hacerle daño a Jimin, tal vez todo sería diferente, ellos tomarían caminos
separados y serían felices, o al menos Jimin lo sería.
—Creo que llegamos—dijo Jimin—. Estaciónate ahí—señaló un lugar
vacío en la calle.
Yoongi lo hizo, y cuando ambos bajaron, en un arranque, tomó a Jimin del
brazo y lo atrajo a su cuerpo, Jimin le miró con los ojos muy abiertos antes de
ser besado, de una forma que sus piernas se sintieron débiles, quiso alejarlo,
pero terminó cediendo participando en ese beso como si su vida dependiera
de ello, Yoongi sabía que botones apretar dentro de él para hacerlo caer y ese
poder le asustaba.
—Sólo por hoy, por esta noche ¿Podemos fingir que somos otras personas?
Esa realidad donde yo no soy un desgraciado.
Jimin miró sus ojos y sintió un vuelco en el pecho.
—Sólo está noche.
Yoongi le sonrió antes de besar sus labios, de forma tranquila, apenas
ligeros toques.
—Tienes mucho que enseñarme, vamos—dijo separándose, pero tomando
su mano para llevarlo a través de las calles, al centro de la cuidad dónde
estaría la feria, era un lugar amplio.
Yoongi nunca antes había estado en un lugar así, le daba curiosidad, había
gente alrededor que sonreía, niños que pasaban a su lado corriendo y parejas
que reían sin dejar de mirarse, estaba lleno de puestos de alimentos, juegos y
música, todo parecía ser agradable, miró de reojo a Jimin quien sonreía en
grande.
—Tengo ganas de algo para comer.
—Tú decides.
Jimin lo llevo a un puesto de comida, compró unas brochetas de cordero,
Yoongi las amaba, aunque siempre estaban realizadas con una presentación
diferente dependiendo del lugar al que iba, comió disfrutando cada bocado,
bajo la intensa mirada de Jimin, este parecía divertirse con el hecho de que no
supiera hacer muchas cosas, no le molestaba, así al menos tenía su atención.
—¿Realmente te gusta?
—¿Qué?
—Estar alejado de tus gustos o tu forma de vida.
—Es más cómodo, aunque parezco un estúpido que no sabe de la vida, es
menos estresante estar aquí, en la cuidad todo es diferente.
Jimin asintió. —No hay nada especial ahí.
—No lo hay, al menos ya no para mí.
—¿Cuando te vas a ir?
—¿Por qué me preguntas tanto eso? Sé que quieres que me vaya, pero
últimamente te has puesto más insistente, ¿Sucede algo?
Jimin hizo una mueca. —No, no sucede nada, sólo, es mejor si te vas
Yoongi.
Yoongi tomó su mano. —Ese juego se ve interesante, es de baloncesto, yo
soy muy bueno en ese deporte. Ganaré algo para mi bebé.
Jimin se dejó guiar, lo veía jugar hasta que ganó un peluche de gatito, el
cual le dió, lo apretó entre sus brazos para aferrarse a algo y no tocar a
Yoongi. Jugaron a los dardos juntos, en una pequeña competencia dónde
Jimin termino ganando, aunque sentía que Yoongi lo había dejado ganar.
Cuando menos lo pensó, ambos estaban riendo, era una risa relajada, miraban
alrededor, aceptando jugar y compitiendo.
—Eres malo en este juego—se burló Jimin mientras jugaba a pescar
algunos juguetes.
—Lo siento, señor experto—rodó los ojos.
—No seré un experto, pero al menos soy mejor que tú.
Yoongi soltó una carcajada. —Sigue riendo, no me interesa.
Jimin estaba concentrado, pero Yoongi lo estaba haciendo mucho mejor,
por lo que ganó la contienda, le restregó en la cara el triunfo.
—Debí apostar—dijo Yoongi con suficiencia.
—¿Por qué no dejas de ser desagradable? —gruñó.
—Oh vamos, no seas un bebé llorón.
Jimin rodó los ojos. —Pues si soy.
Ambos se miraron antes de reir, llegaron a dónde algunas personas estaban
escuchando música, bailando y bebiendo. Jimin reconoció a la familia de
Daniel, así que se acercó, Yoongi lo siguió, siendo mirado por algunas
personas, quienes no lo reconocían, Jimin se veía feliz saludando a esa
familia.
—Es bueno que pudieras venir—dijo Daniel mirándolo con cariño.
Yoongi sintió celos de él, parecía ser un buen chico, todo lo contrario a la
persona que él era. El hombre mayor que estaba ahí le miró.
—¿Quien es él? —preguntó a Jimin.
Estaba preparado para escucharlo decir que no era nadie importante, como
antes lo hizo, pero en vez de eso, Jimin sonrió a medias.
—Es un amigo de la cuidad, se llama Yoongi.
Era mejor que decir que no era nadie, pero dolió de igual manera se
presentado como su amigo.
—Un gusto, soy Min Yoongi.
—¿Min? ¿Es pariente de Min HongJae?
—Era mi abuelo.
—Entiendo, es un gusto soy Choi JangMin.
Daniel tomó la mano de Jimin. —Vamos a bailar un poco.
—Está bien.
Era una música alegre, ellos no bailaban juntos, pero, ver a Jimin reír
mientras brincaba cerca de Daniel, le hizo desviar la mirada, pensaba que tal
vez ese chico sería el mejor partido para Jimin, que podría vivir una vida feliz
y tranquila a su lado, que le daría lo que él no podía dar.
—¿Una cerveza?
—Gracias—dijo tomando la botella y dando un trago.
—Es bueno que estés con Jimin, estábamos preocupados, ahora con el
bebé puede ser difícil para él.
—Espero ser de ayuda—dijo de forma amarga.
—Nadie ha preguntado nada acerca de su estadía en la cuidad, pero,
cuando regreso se veía muy decaído, poco a poco está regresando a ser quien
era. Lo que sea que le hizo daño, espero que se quede allá.
Yoongi asintió, con vergüenza, ¿Qué pensaría el hombre o cómo lo miraría
si supiera que fue él el causante del cambio en Jimin?
Siguió mirándolo hasta que se hizo insoportable, aprovechando que todos
estaban distraídos de fue, camino hasta un pequeño campo, ahí estaban
preparándose para los fuegos artificiales, suspiró bebiendo más, no sabía lo
mucho que necesitaba el alcohol hasta ese momento.
Pensó en todo y en nada al mismo tiempo, en Jimin, en el dolor que sentía
al verlo feliz y que no fuera él el motivo de su felicidad, tal vez era momento
de rendirse, de dejar de jugar con una posibilidad que era imposible, tal vez
tenía que hacerse a un lado, sería lo mejor, podría dejarlo sanar y ser feliz,
aunque estaba seguro que su vida jamás volvería a ser la misma.
—Ten—dijo Jimin llegando a su lado para darle otra botella de cerveza, él
traía una de refresco.
—Gracias—dijo tomándola.
—Los fuegos artificiales están por comenzar.
—Creí que aún estarías bailando.
—El bebé no me deja moverme muy bien, estoy cansado.
—Debe ser complicado.
Los fuegos artificiales comenzaron, ambos se quedaron mirando las luces
de colores en el cielo, con pensamientos dispersos. Jimin se acercó más a él y
tomó su mano, la cual apretó sin mirarlo. Yoongi le observó confundido, sin
poder analizar bien sus reacciones debido a las diferentes luces y sobras sobre
su rostro. De igual manera lucía precioso.
—Te amo—dijo sin pensarlo.
Jimin le miró de golpe y suspiró tembloroso. —No puedo amarte Yoongi.
—Lo sé.
Regreso la mirada al cielo, Jimin no se separó.
—Es un niño.
—¿Qué? —volvió a mirarlo con sorpresa, algo crecía en su interior, algo
muy fuerte y melancólico.
—El bebé es un niño.
—Eso es...lo más hermoso que he escuchado—dijo sonriendo.
—No mereces saberlo, pero, al final del día también es tu hijo.
—Gracias por decírmelo.
Se miraron con intensidad, Jimin relamió sus labios. —¿Crees que mañana
puedas cerrar el restaurante y pasear conmigo?
Le observó confundido unos momentos antes de darse cuenta lo que estaba
pasando, sonrió y asintió. Lo atrajo a sus brazos y besó su frente.
—Lo haré, necesito tiempo para ustedes—dijo acercándose a su boca—.
Pídeme lo que quieras Jimin, y lo haré.
—Deja de ser Min Yoongi, y sé quién yo quiero que seas, sólo un tiempo,
haz que deje de doler.
—Lo haré. Lo prometo.
Beso sus labios, de forma dulce, acariciando su mejilla. Estaban entrando
en un terreno muy peligroso, pero, sentían que ya no tenían nada más que
perder.
Espero que les haya gustado, gracias y no se olviden comentar
61

Esa noche, la cama estaba siendo más incómoda que otras, no podía dormir,
se movía sin parar, estaba haciendo frío, tanto que tuvo que levantarse para
tomar otra manta más abrigadora, sin embargo, cuando estaba por volver a la
cama, se quedó parado en medio de su habitación, miró de reojo la puerta y
apretó la manta entre sus manos. Sabía bien de dónde provenía esa extraña
incomodidad, era algo que no podía controlar y se odiaba a sí mismo por no
ser capaz de mantenerse firme en su decisión.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba mal, lo que sentía no era bueno, se
sentó en el borde de la cama, dejando que las lágrimas nuevamente se
derramarán por sus mejillas, ¿Por qué no podía sacarlo de su vida? Recordaba
todo lo que le hizo, el engaño, el dolor, la traición y el ser usado como si no
fuera un ser humano, todo eso lo sabía, estaba presente en todo momento, y le
causaba malestar, dolor emocional y físico, los primeros días que llegó a su
casa, se envolvió en la depresión, estaba dispuesto a acabar con su propia
vida, entonces, ¿Por qué no lo echaba de su vida por completo? ¿Por qué
siquiera permitía que estuviera cerca de él?
Se estaba aferrando a una vida que no existía, a una posibilidad que jamás
sería real, al Yoongi que quería para él, no quien era en realidad, era un juego
peligroso, pero, lastimosamente Jimin sentía que lo necesitaba, deseaba
aferrarse a una mentira, antes de afrontar su dolorosa realidad, tal vez, sólo
necesitaba migajas de amor, tal vez quería sentir que en un mundo paralelo él
tenía todo lo que siempre quiso, su padre siempre lo dijo, el odio y el rencor
sólo podrían el corazón, Jimin, no podía odiar, no de esa forma, sólo podía
sentirse herido, y no sabía la forma de salir del dolor, siempre estuvo solo,
siempre rogó cariño, y ahora lo estaba haciendo de nuevo.
Limpió sus lágrimas y salió de su habitación, era de madrugada, habían
llegado hace unas cuantas horas de la fiesta del pueblo, ninguno dijo nada
después de ese beso y la plática que tuvieron, eso sólo los había alejado más,
era momento de tomar distancia, pero, Jimin se halló a sí mismo caminando a
la habitación de huéspedes. Tocó levemente la puerta, si Yoongi estaba
durmiendo no lo escucharía, pero, para su sorpresa o mala suerte, la voz
grave en el interior le dió permiso de entrar.
Tomó aire antes de girar la perilla, abrió la puerta, mirando el interior,
Yoongi no estaba en la cama, se encontraba frente al pequeño escritorio de
madera, con la laptop prendida, había algunos papeles a su lado, este le
observaba con una sonrisa cansada.
—Hola, ¿Sucede algo?
—Hace frío, bajo la temperatura, te traje una manta extra.
Yoongi asintió. —Pensé que era mi imaginación—rio por lo bajo—.
Muchas gracias Jimin.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó con cautela, mirando la pantalla sin
poder leer algo realmente, estaba muy lejos.
—Oh, trabajo, tengo que mandar unos documentos a la...—Yoongi calló al
ver la mueca de Jimin—. Son del restaurante, no es nada importante o grave,
no te preocupes.
Jimin cambió su expresión, sonrió ligeramente y asintió, entró para dejar la
manta sobre la cama.
—Descansa.
—Jimin...—dijo Yoongi poniéndose de pie, se acercó a él—. ¿Puedo
desearle buenas noches a mi bebé?
Jimin se quedó petrificado, relamió sus labios nervioso, no sabía lo que era
correcto responder, le miró a los ojos, Yoongi le esperaba con mirada
suplicante, suspiró asintiendo. Yoongi se agachó a la altura de su estómago
redondeado, levantó la camisa de mangas largas que llevaba y susurro sobre
su piel cálida y suave.
—Buenas noches cariño—acaricio con ternura, su voz estaba contenida, no
quería mostrar emoción de más—. No patees a papi mientas duerme, necesita
descansar. Te amo bebé, sé que no puedes creerlo, pero te amo con todo mi
ser.
Jimin apretó la mandíbula y desvió la mirada, algunas lágrimas se
acumulaban en sus ojos, llevó la mano temblorosa al cabello de Yoongi y eso
fue suficiente para quebrarlo. Este comenzó a sollozar sobre la piel de su
estómago, podía sentir sus lágrimas quemar su piel.
—Perdón Jimin, soy un maldito egoísta, pero no quiero dejarlos, no puedo.
Pídeme lo que quieras y lo haré, renunciaré a todo por ustedes.
—Ambos sabemos que no harás eso.
—¿Es lo que quieres? Lo haré.
—No...yo no sé que es lo que quiero. Ya no sé ni quién soy, quiero
alejarte, odiarte, pero, no puedo. ¿Por qué no puedo hacerlo?
—¿Hay algo de amor para mí dentro de ti? Si lo hay, aún podemos luchar.
—No, no sé, yo...
Se alejó, pero Yoongi lo tomó de la cintura, poniéndose de nuevo a su
altura, mirándolo a los ojos.
—Por favor.
—Tengo que salir de aquí.
Pero, no se movió, en vez de eso, dejo que Yoongi lo envolviera entre sus
brazos. Escondió la cabeza en su cuello.
—Quiero que sufras por mí Yoongi, quiero que sientas lo que yo sentí.
¿Cómo hago eso?
—Créeme que lo estoy haciendo, me caigo a pedazos.
—No es suficiente.
—Jamás podré borrar lo que hice, pero quiero ser mejor, por ti y por él.
Jimin se separó, le miró con rencor, salió de sus brazos y le golpeó en la
mejilla con la palma abierta, su mano ardió debido al golpe. Yoongi bajo la
mirada, sin demostrar dolor, eso hizo que Jimin siguiera golpeando su pecho
y brazos, con los puños cerrados, gruñendo hasta que su garganta dolió.
—¡Mira en lo que me convertiste!
Yoongi aceptó cada golpe sin decir nada, cuando Jimin paró, lo tomó en
sus brazos y besó sus labios, un beso realmente doloroso para ambos. Jimin
movía su boca con agresividad, Yoongi correspondió, ambos luchando con
sus manos, llegando a sus ropas, las cuales fueron jalando hasta que
estuvieron en el suelo, Yoongi lo llevo a la cama y entró en él, sacándole un
grito de placer, las estocadas eran fuertes y posesiva. Jimin arañó su espalda,
mordiendo su labio inferior, gimiendo por la explosión de emociones que
estaba viviendo, excitado por el dolor que sentía proveniente de Yoongi, era
más de lo que ambos podían soportar, llegó al clímax gritando, dejando un
eco en la habitación, Yoongi lo hizo después al sentir la tensión de su cuerpo,
ambos juntos, sudando, mirándose como si no se reconocieran.
Jimin desvió la mirada, Yoongi beso su mejilla, bajando a su cuello,
separándose sólo para acomodarlo debajo de las cobijas, después lo abrazó
por la espalda, acariciando su vientre, dejando besos temblorosos en su cuello
y hombro.
—¿Te lastimé? —preguntó preocupado.
—No, físicamente no. ¿Te lastimé yo a ti?
—No, está bien.
—No está bien, no debí hacer eso, lo lamento.
—No importa, duerme, te mantendré caliente.
Jimin se volvió ligeramente para verlo. —Odio tanto amarte.
—Yo agradezco que lo hagas, no se cómo, pero, te voy a demostrar que te
amo.
—Yo no necesito tu amor Yoongi, yo lo que necesito es sinceridad y eso
no puedes darme.
No dijo nada, simplemente beso su frente y se recostó mirándolo, Jimin
cerró los ojos, dejando que el cansancio lo envolviera. Estaba mal, el coraje
que sentía por caer en los brazos de Yoongi lo estaba matando, pero, era una
adicción, un sentimiento que no podía simplemente olvidar, no lo odiaba
como decía, sólo estaba molesto y decepcionado. Sin embargo, perdonarlo no
era una opción, nunca lo sería.

—Bien, ahora quiero que te recuestes.


El doctor le levantó el suéter y bajo un poco su pantalón, puso aquel gel
sobre su piel y el aparato conectado al monitor, Yoongi estaba a su lado,
mirando en silencio, no había tenido otra opción más que llevarlo, aunque, la
realidad era que Jimin había entendido que aunque deseaba mantener a su
bebé alejado de él, no podía hacer eso, al final del día era su padre y también
tenía derechos y obligaciones, Yoongi le agradeció el dejarlo entrar. El doctor
no hizo preguntas, en esa pequeña clínica todos eran muy discretos.
Vio a su bebé y el enojo, el rencor y el dolor se fue como por arte de
magia, sonrió con sinceridad, sus ojos brillaban cada que veía a su pequeño,
era precioso a sus ojos, lo único que le había mantenido en pie y con vida en
esos últimos meses.
—Está muy sano—dijo el doctor—. Aquí está su cabeza, y su columna, sus
dos piernas y los brazos, tiene una manita en la cara. Mira.
El bebé tenía la mano en su mejilla, era tierno, estaba bien y eso era lo
único que me importaba, Yoongi a su lado se quedó helado, mirando la
imagen con una sonrisa cálida. Tomó la mano de Jimin y la apretó.
—¿Sigue siendo un niño? —preguntó Jimin.
—Sí—rio—. Te aseguro que es un varón, tiene veinticuatro semanas, está
sano, su peso y medida es la ideal, no veo nada extraño. Aún así tienes que
cuidarte ¿Siguen los mareos?
—Sí, a veces aparecen en las mañanas.
—¿Estás comiendo bien?
—Sí, como todos los días, tres comidas fuertes y dos colaciones.
—Bien, me preocupa tu presión arterial, si tienes mareos, vómito irregular,
dolor fuerte de cabeza o desmayos tienes que venir de inmediato, por el
momento puedo decir que todo está en orden.
—Gracias.
Se limpió y se levantó, recibiendo las nuevas indicaciones, nada de trabajo
fuerte o emociones negativas, Jimin mordió su labio inferior ante la última
indicación de cuidado, se sentía mal de hacer pasar un feo momento a su
bebé, porque estaba seguro que este recibía la energía de su dolor, sólo quería
estar tranquilo, pero, si estaba Yoongi a su lado, eso sería casi imposible.
Cuando salieron, Yoongi estaba en completo silencio, no dijo nada cuando
subieron al auto de su padre ni cuando llegaron a la casa. Jimin se preguntaba
lo que estaba pensando.
—¿Tienes hambre? —preguntó rompiendo el silencio.
—Sí—dijo sentandose en la barra de la cocina.
Desde que estaba ahí, Yoongi se hacía cargo de los alimentos, no se
quejaba, a veces era muy perezoso como para hacer algo por sí mismo.
Calentó la comida y la puso frente a él. Jimin le miró con una ceja alzada,
ambos comenzaron a comer en silencio, perdidos en sus pensamientos, la
comida sabía amarga, había un mal presentimiento rondando entre ambos, no
fue hasta que terminaron, que Yoongi le miró con dolor.
—Me iré está noche.
—¿Qué? —susurró debido a la sorpresa, a esas alturas creía que Yoongi
nunca se iría.
—Mi presencia no ha hecho más que causarte más dolor, y aunque quiero
quedarme, quiero ver a mi bebé crecer en ti, no es bueno que esté cerca, el
doctor dice que no debes de tener emociones negativas, que yo esté aquí sólo
empeora todo.
—Vaya...¿Quieres que te dé las gracias?
—No—dijo con una mueca—. Claro que no, te amo, eso no va a cambiar,
como tampoco cambiará el hecho de que te hice mucho daño, ya no quiero
hacerlo, me iré, te dejare tranquilo, evitaré que cualquiera te moleste, ese será
mi trabajo, sólo quisiera pedirte algo, cuando llegue el momento y el bebé
nazca ¿Podrías avisarme? Quiero saber que están bien. Mis obligaciones
como papá no van a cambiar, aún si no quieres que lleve mi apellido, yo voy
a procurarlo, mandaré dinero para él, también quiero verlo, pero, eso es sólo
si me lo permites, sino lo haces, lo voy a aceptar también, siempre me
tendrás, un mensaje o llamada y estaré dónde me necesites.
—Jamás te voy a necesitar, pero, si el bebé crece y quiere verte, tampoco
lo voy a evitar, eres su padre, eso no es algo que vaya a cambiar.
Yoongi asintió apretando la mandíbula. —Iré a hacer mi maleta—se
encaminó a la entrada de la cocina—. Jimin, gracias por permitirme estar
estos días contigo, lamento todo.
Ni siquiera le miró, simplemente asintió, espero a que los pasos se
escucharán lejanos. Esa era la mejor resolución, después de su partida todo
estaría bien, él podría volver a su vida, centrándose sólo en su bebé y en su
bienestar, sabía bien eso, pero, aún así apretó las manos, conteniendo las
enormes ganas que tenía de seguirlo y decirle que se quede.
El dolor estaba ahí, la huella de la traición también, Jimin no podía ignorar
todo lo que sucedió entre ambos, aún así, las lágrimas amenazaban por salir.
Paso una hora ahí sentado hasta que Yoongi bajo con su maleta, le miró por
última vez antes de que esté decidieran salir por la puerta, no se acercó a
asegurarse que se fuera, en vez de eso, subió a su habitación y se tiró en la
cama, el llanto desgarrador llegó más pronto de lo que pensó, sollozo con
fuerza sosteniendo su vientre, enojado consigo mismo por sentirse de esa
forma, con el corazón nuevamente roto en miles de pedazos, sollozo por todo
lo que perdió y la posibilidad fantasiosa que se fue. Escuchó el auto arrancar
y quiso salir corriendo, pero su cansado cuerpo lo mantuvo en la cama
llorando, ese se sentía el adiós definitivo. Tembló antes de gritar en la
almohada.
—Vuelve, por favor regresa.

¿Qué pensamos hasta ahora de esto? Los leo


62

No se había dado cuenta de que se había acostumbrado a la vida fuera de la


cuidad, hasta que tuvo que volver, las cosas que antes le parecían
completamente normales, ahora no eran más que un recordatorio de lo que
había dejado atrás, no había pasado ni una semana desde que volvió, pero se
sentía como una eternidad, extrañaba a Jimin, pensaba constantemente en él,
cumplió su promesa, no se comunicó, no mandó algún mensaje o llamo en
plena noche después de alguna de sus crisis, estar alejado de él le estaba
costando toda una vida, pero estaba seguro de que era lo mejor, que tenía que
dejarlo en paz, si Jimin no llamaba era porque tampoco lo necesitaba, no lo
culpaba, ¿Cómo podría hacerlo?
Lo más complicado fue regresar a su vida, a su rutina, a esos trajes que
nunca antes le parecieron tan incomodos, en una empresa que le quitaba el
aire, se sentía ahogado en aquellos lujos, todo era más complicado, cumplir
con un protocolo de comportamiento, cosas que antes le parecían normales,
pero que ahora sólo aseguraban lo que mucho le decían, Min Yoongi no era
más que un títere, encerrado en una caja esperando a ser usado por su familia.
Trató de evitar a su familia a toda costa, pero eso era imposible.
—¿Y bien? ¿Te vas a sentar sin decir nada? —cuestionó KyungSoo con
una mueca en el rostro—. ¿No le dirás nada? Ve como se está comportando
Seunghyun.
—Yoongi, la familia está preocupada, primero, te vas sin decir nada, y
cuando regresas tienes esta actitud.
—¿No vas a hablar? —preguntó Sunmi con una ceja alzada—. ¿Qué es lo
que estás ocultando?
—Es por Jimin ¿Verdad? Vamos Yoongi, sabemos que estabas con él,
¿Qué fue lo que dijo? ¿Hiciste que firmara?
Yoongi soltó el aire lentamente. —Jimin no va a firmar nada, y a menos
que quieran meterse conmigo lo van a dejar en paz.
—¿Qué? —dijo Seunghyun con una mueca, sin creer lo que escuchaba de
su hijo—. ¿Cómo te atreves a decir eso? Sabes lo importante que es la firma
de Jimin, ¿Por qué estás hablando de esa forma?
—No es algo que les interese, dejen a Jimin en paz, no va a firmar nada,
además no creo que quieran arriesgarse a hacer un movimiento de este tipo en
el negocio familiar.
—Explica de qué estás hablando—JiYong le miró con una sonrisa
sarcástica en el rostro.
—Jimin quiere divorciarse de mí.
La reacción de su familia fue un poema difícil de leer, Yoongi no estaba
mintiendo y a diferencia de otras veces usaría esa verdad para manipular la
situación, supo que estaba funcionando cuando la sonrisa sarcástica de sus
padres se desvaneció.
—Pero, eso es algo bueno ¿No? —dijo Somi con una sonrisa.
—Claro, porque lo que necesita esta familia es otro escándalo—gruñó
KyungSoo.
—Mi tío tiene razón, gracias a Hoseok, tú hijo, que dejó su compromiso
para huir con su amante el día de la boda, somos el hazmerreír de la gente,
Jimin esta lo suficientemente molesto, si habla a la prensa de lo que sucedió y
con la asesoría de Leeteuk, podría destruirnos en un respiro, no le será
complicado hacerlo, tampoco creo que sea un buen movimiento para la
empresa, nos perjudicaría demasiado.
—Yoongi tiene razón—dijo Namjoon con una mirada que a Yoongi l dijo
que sabía más de lo que él quisiera, algo que le llamó la atención—. Lo que
tenemos que hacer es limpiar el desastre de Hoseok, dejar que esto se olvide,
aquí vale la opinión piblica, el apellido de la familia no esta bien posicionado,
la familia de Wendy no va a dejar el tema tranquilo, estoy seguro de que
Yoongi tiene algún plan ¿No es así?
Yoongi hizo una mueca. —Sí, por el momento deben dejar en paz a Jimin,
provocarlo sólo será peor.
—Bien, nuestro deber es hacer que todos olviden lo de Hoseok—dijo
Seunghyun con seriedad.
—¿Estás seguro que esta es la única razón Yoongi? —preguntó Jiyong con
una ceja alzada.
—¿Debe haber otra? ¿Hay algo que quieras decir padre?
—No—negó con una media sonrisa—. Nada. Confiamos en ti, sólo
recuerda que el futuro de esta familia está en tus manos.
—Lo sé, y no creo que dejen que lo olvide—se puso de pie—. Me retiro,
tengo asuntos pendientes.
Salió de la sala de ruiniones con la tensión aplastando sus múcuslos, por
primera vez vio de manera cruel las intenciones de su familia, su deber en ese
momento era mantenerlos alejados de Jimin, lo suficiente para que este
tuviera al bebé de forma tranquila, había pedido verse con Leeteuk, para
planificar algo en pro de la protección de Jimin y de su hijo, si su familia
sabia que este estaba esperando un hijo suyo sería un drama, ya estaba
cansado de ese plan.
—Yoongi—la voz de Namjoon hizo que se detuviera—. ¿Podemos hablar?
Será sólo un momento.
—Bien.
Entraron a su oficina, Yoongi se sentó en su escritorio y Namjoon lo hizo
frente a él, le miró expectante.
—¿Qué es lo que necesitas?
—SeokJin está preocupado—empezó sin expresión alguna—. Quiere saber
si Jimin está bien.
—No veo por qué le importaría—se encogió de hombros.
—Jin veía como un buen amigo a Jimin, no todos querían hacerle daño.
—Jin es el peón de esta familia como todos nosotros—bufó—. Jimin está
bien porque ese encuentra alejado de este lugar, no quiero que lo contacten.
—¿Por qué no?
—¿Preguntas eso después de todo lo que pasó? —negó con una mueca—.
Lo que le hicimos a él, nos debe llevar al infierno. Lo espero.
Namjoon hizo una mueca. —No es culpa de Jimin, el abuelo fue el
culpable metiendo en medio de un problema familiar a un chico que no tenía
los medios para defenderse.
—Sólo quiero que tomes en cuenta que cualquiera aquí puede ser Jimin, si
hacemos algo que moleste a la familia, nos harán sus enemigos.
—Lo mismo te digo, ve con cuidado.
—¿Sabes Namjoon? —sonrió de forma cínica—. Yo ya no tengo nada que
perder, dime ¿Tú puedes decir lo mismo? No, claro que no.
Namjoon le miró fijamente. —Si tu intención es proteger a Jimin no lo
estás haciendo de la manera correcta, te conviene tener a ciertas personas
cerca, no olvides eso—dijo levantándose—. Nos vemos después, veo que no
estás de humor.
Espero hasta que la puerta se abrió, JungKook al verlo sonrió. —¡Yoongi!
Carajo me dijeron que estabas en la cuidad, te llamé idiota.
—Lo sé, lo siento, pero tenía que arreglar unos asuntos pendientes, ¿Puedo
entrar?
—Claro, adelante.
Paso al departamento de soltero de JungKook, antes este estás pulcro y sin
vida, pero ahora se sorprendía de la alfombra de colores infantiles y los
artículos de bebés en los sillones.
—Vaya, si que se nota que te has convertido en padre.
—Sí, siéntate donde puedas.
Hizo a un lado un peluche y se sentó en el sillón individual. JungKook se
sentó también mirándolo con curiosidad. Yoongi estaba nervioso, hace
mucho que no veía a JungKook, pero su hermano parecía ser el mismo de
siempre, a diferencia de su familia, él siempre dejó muy claro quién era y lo
que quería.
—¿Cómo estás? —preguntó después de unos minutos de silencio.
—Cansado, cuidar de un bebé pequeño no es sencillo, pero poco a poco
nos estamos adaptando ¿Y tú? Desapareciste por semanas, dime ¿Todo está
bien? ¿Por qué regresaste? Pensé que te quedarías ahí definitivamente.
—No puedo hace eso, lo sabes.
—¿Por qué no? —elevó una ceja—. Es tu vida Yoongi, ¿Cuando te vas a
dar cuenta de eso? Tú decides como vivirla.
—Es sencillo para ti decirlo, sabemos que mis padres jamás me dejarán en
paz.
—No te has dado la oportunidad de probarlo, nunca les pones un límite, yo
lo hice.
—Me dijeron que no has dejado que nadie de la familia vea al bebé,
¿Puedo verlo yo?
—Claro, ¡Yeosang, cariño ven con el bebé! Está en la cocina seguro que
escucha.
Yoongi sonrió, JungKook era tan diferente ahora, ya no se veía decaído
como siempre lo hacía, detrás de un amor unilateral, no, él había encontrado a
su pareja perfecta, y ahora tenía una familia, JungKook jamás dió un paso en
falso, dejo claro que era el dueño de su vida, Yoongi lo envidiaba por eso,
creía que si hubiese sido un poco más fuerte antes, su vida sería muy
diferente, pero el hubiera no existía y ahora había perdido la posibilidad de
una familia.
Yeosang apareció cargando al bebé, seguía siendo lindo como siempre
aunque ahora parecía algo cansado, JungKook se acercó a él y besó su frente
tomando al bebé.
—Buenas tardes señor Min.
—No, no me llames así, somos familia ahora, dime hyung, este tonto
nunca me dice así.
—Esta bien, hyung.
—¿Cómo estás Yeosang?
—No fue la mejor noche, pero estoy bien.
Yoongi asintió, JungKook se acercó a él y le pasó al bebé, no tenía mucha
práctica cargando bebés, pero su hermano hizo un buen trabajo acomodando
al pequeño en sus brazos, era chiquito, bonito y se parecía mucho a
JungKook.
—Vaya, es muy hermoso ¿Cómo lo llamaron?
—Jaemin—respondió Yeosang con una sonrisa.
—Min Jaemin, hola, soy tu tío Yoongi.
Mirar al niño en sus brazos, con su rostro apacible, hizo que un nudo
creciera en su garganta, tenía ganas de llorar o gritar desesperado, ¿Así sería
su bebé con Jimin? Veía a JungKook y a Yeosang cansados y no dejaba de
preguntarse si Jimin podría solo con toda la carga.
—Hyung ¿Quiere café?
—Claro, me encantaría.
—Ya lo traigo.
—Gracias amor—Jungkook le miró—. Es lindo, ¿Sabes? Jamás pensé que
sería tan feliz aún a pesar de que no puedo dormir.
—Me alegra que estés viviendo de esta manera, sigue así, tienes una
familia ahora.
—Tú aún estás a tiempo, mira, si no es con Jimin, puede ser con alguien
más, sólo tienes que hscer lo correcto.
Yoongi apretó la mandíbula. —¿Puedes guardar un secreto?
—Lo puedo hacer, lo sabes bien.
—Voy a tener un hijo—dijo mirando a su hermano—. Jimin está
esperando un bebé, tiene seis meses una semana, me enteré cuando fui a
verlo.
JungKook no salía de su asombro, porque sabía lo que eso significaba.
Negó soltando el aire.
—¿Y que haces aquí?
—¿Qué?
—Sí, me acabas de decir que Jimin está embarazado y te encuentras aquí.
¿Por qué regresaste?
Yoongi suspiró mirando nuevamente al bebé que permanecía dormido.
—Jimin no me quiere cerca, le hice mucho daño, lo mejor para ellos es que
yo esté lejos.
—Y a pesar de eso te dejo quedarte con él semanas, Yoongi no deberías
estar aquí.
—No lo entiendes.
—No, lo entiendo, pero, tú no, ¿Lo amas?
—Sí, lo amo, más de lo que pensé que podría amar y esto me está costando
demasiado, pero estoy cansado de hacerle daño a las personas que amo.
—Deberías regresar, hacer más para demostrarle que lo amas y que quieres
estar con él, deja a esta familia, el dinero y el poder no vale nada, empieza de
nuevo con él.
—Jimin no me quiere cerca, ni siquiera me ha llamado.
—¿Qué crees que hará? Esperas que él te mandé un mensaje diciendo que
te necesita, no, eso debes de hacerlo tú, se honesto por una vez en tu vida,
lucha por lo que amas, ayuda a Jimin a darle un merecido a la familia y
empieza de nuevo.
Yoongi suspiró. —Ellos jamás nos dejarán tranquilos.
—Hay formas y lo sabes bien, debes hacer lo correcto, ahora tendrás un
hijo ¿Qué clase de padre quieres ser? ¿Cómo los nuestros? Que les importa
más el maldito dinero que la felicidad de sus hijos, piénsalo bien.
Yoongi asintió, ambos callaron cuando Yeosang regresó con el café, cargo
al bebé unos momentos más antes de que esté tuviera que regresar a los
brazos de Yeosang, sonrió ante la escena, su hermano era feliz y eso era lo
importante.
No regreso a su departamento, necesitaba algo más, así que fue a un bar
que acostumbraba a visitar, pidió la botella de lo más fuerte que tenían y se
sentó a beber solo, pensando en todo lo que había sucedido en ese día, su
familia estaba comenzando a causarle asco, quería irse de ahí, hacer lo que
JungKook le dijo, regresar con Jimin y demostrarle que estaba ahí a pesar de
todo, pero tenía miedo de que esté lo rechazará, no sabía cómo hacer para que
Jimin creyera que lo amaba.
—¿Yoongi?
Maldijo al reconocer esa voz, una que en el pasado había movido su
mundo, la miró, tan hermosa y perfecta como siempre, ella se sentó frente a
él con una copa de vino en su mano.
—Jennie.
—Vaya, hace tanto que no te veo, dime ¿Cómo has estado?
—Bien ¿Y tú? ¿No deberías estar planeando una boda?
—La cancelé—suspiró encogiéndose de hombros—. Sabes que no me
gustan las cosas tan serias. Fue bueno mientras duró. Eso sí.
—No me sorprende.
—En eso somos iguales ¿No? Tú y yo estamos solteros ahora ¿Qué
deberíamos hacer?
Yoongi la miró perplejo. —Yo estoy casado.
—Vamos Yoongi, sé que tu esposo te dejo.
—¿Cómo sabes eso? —elevó una ceja.
—Digamos que hablé con él hace tiempo, no me puedes culpar, sabes que
no me gustan esos juegos, pobre chico, merecía saber la verdad.
Yoongi rio secamente, negó mirándola, siempre pensó que Jennie sólo era
una niña mimada, pero que no sería capaz de hacerle daño a nadie, era
excelente con las palabras, tanto que lo idiotizo por años, pedo ahora podía
ver más allá.
—¿Lo hiciste por eso? O ¿Lo hiciste porque tu juguete ya no estaba a tu
disposición?
—No me culpes por algo que tú hiciste, yo sólo dije la verdad.
—Eres igual a todos aquí, tú no sientes nada por los demás, lo único que te
importa es tú misma.
—¿Y a ti no? Si no fuera así jamás habrías aceptado a ese chico, por Dios,
ni siquiera te gustaba, te hice un favor, o me vas a decir que terminaste
enamorado de él—al no obtener respuesta Jennie rio de forma incrédula—.
Así que es eso, te enamoraste del pequeño juego de tu familia, patético.
—Jimin no es como nosotros, él es diferente.
—Eso es ahora, en un futuro quien sabe, el poder corrompe.
—Sí soy un idiota Jennie, pero, por pensar que tú eras una buena mujer.
Se levantó y salió de ahí, estaba asqueado, todo a su alrededor parecía que
estaba cayendo, que el telón del teatro se cerraba dejando ver la realidad
después del espectáculo, nada era como lo veía antes, algo cambio en él y se
sentía asqueado, manejó hasta su departamento para seguir con otra larga y
lamentable noche, pero, cuando estaba por beber más, recibió un mensaje que
le hizo dejar todo suspendido.
Jimin
Buenas noches.

Se levantó y fue a su habitación, estaba harto, tenía que terminar con todo.
63

Miró la taza humeante de té que estaba en la encimera de la mesa, suspiró


pesadamente eran las seis de la mañana, no pudo permanecer en cama a pesar
de que se sentía cansado, le costaba dormir por las noches, hacía frío, había
ruidos extraños debido a la madera vieja y el viento golpeaba las ventanas.
Jimin se sentía terriblemente harto y cansado, no quería estar ahí, a pesar de
haber sido el único lugar al que podía llamar hogar, no tenía la energía para
nada, cocinaba cosas simples, a veces olvidaba tomar el desayuno y las tardes
eran aburridas, no quería salir al pueblo, no quería hablar con nadie, en dos
ocasiones fingió no estar en casa para no ver a sus amigos, se hallaba de
malhumor, y lloraba con películas de comedia, no escuchaba música porque
eso le hacía recordar y no quería tomar un baño, lo hacía, pero no quería
hacerlo. Todo le costaba el doble, su bebé se movía mucho, le dolía la
espalda, los pies y se sentía gordo y horrible. Y sólo había pasado una
semana desde que Yoongi se fue.
Jimin había comenzado a odiar sus sentimientos y pensamientos que lo
mantenían al borde, por una parte estaba agradecido de no ver a Yoongi, de
no tenerlo cerca, porque su presencia no era más que un recordatorio cruel del
sufrimiento que los Min le habían causado, de la humillación y la burla a la
que fue sujeto, pero, por otra parte, comenzaba a extrañar verlo, no podía
negar que el amor que le tenía estaba ahí, que por más que quisiera odiarlo,
no podía, extrañaba su voz, su comida y pelear con él, se sentía patético y
perdido.
Bebió un sorbo del té antes de que el asco se lo impidiera, ya había pasado
las terribles náuseas, pero, indudablemente estaba comenzando a enfermar de
nuevo, no tenía energía para nada, sólo querían mantenerse en cama y
descansar. Pensar se estaba convirtiendo en su peor pesadilla, en una cuchilla
que le abría heridas internas. La inseguridad, el dolor y la soledad lo hacian
caer en un abismo, no estaba preparado para soportar la vida miserable que
llevaba, quería estar bien para su bebé, pero, se sentía un fracaso total.
No desayuno nada, se sentó en el sofá y miró televisión, así hasta que el
cielo se hizo más claro, entonces, salió a hacer los labores que le mantenían
ocupado y fuera de su mente, sin embargo, el esfuerzo que ponía en ello le
dejaba cansado y adolorido, ya no podía moverse ni ser tan autosuficiente
como antes, pensaba que llegaría el momento en que hacer cosas tan simples
se volverían imposibles, su bebé crecía y mermaba toda energía y fuerza de
él.
No quería pensar en cómo sería su vida cuidando sólo de su pequeño, no
sabía mucho sobre bebés, había comenzado a ver foros en internet sobre
maternidad y los cuidados básicos de un recién nacido y eso sólo le había
llenado de dudas y de miedos ¿Y si no era suficientemente bueno? ¿Cómo
sobreviviría solo? ¿Debería pedir ayuda? Pero ¿A quien? Era en esos
momentos donde la realidad golpeaba su rostro sin piedad, estaba solo en el
mundo.
Era una tarde como cualquier otra, preparo ramen para comer, no porque
tuviera hambre sino porque era su obligación comer algo, su bebé necesitaba
alimento, se sentó en el porche mirando las nubes grises, se pronosticaba una
tormenta, había arreglado todo para recibirla, el clima iba acordé a su estado
de ánimo.
Hace días que no tomaba su teléfono, nadie le llamaba, y no quería admitir
que una parte de él se sentía decepcionado de no haber recibido ni un
mensaje de Yoongi, ¿Tan poco le importaba? Odiaba saber la respuesta, para
él, Jimin no significaba nada, o al menos era eso lo que pensaba. Esa tarde en
especial, su teléfono sonó por primera vez, al verlo se decepcionó.
—Bueno.
—Jimin, hola, ¿Cómo estás?
La única persona que había estado al pendiente de él y a quien sí respondía
sus mensajes o llamadas era Leeteuk, por un tiempo después de haber
abandonado la cuidad, desconfiaba del hombre, pero este le había asegurado
que él no sabía nada acerca del plan de los Min, que lo intuía, pero que jamás
creyó que llegarían tan lejos, Jimin le creyó, al final de cuentas era la persona
que su padre había designado para cuidarlo, su padre era la única persona que
lo había amado, así que sabía que este no pondría a cualquiera a su cuidado.
—Señor Lee, estoy bien, ¿Y usted?
—Estoy bien, estuve hablando con los abogados de lo que me dijiste,
sobre abandonar todo, ellos no recomiendan que lo hagas, tú padre dejó una
serie de documentos bajo llave en un banco en Seoul, sólo tú puedes ir a
verlos.
—¿Sabe qué decían esos documentos?
—No, no sé mucho, pero, dijeron que era importante que los vieras antes
de que tomarás una decisión.
Jimin mordió su pulgar. —No voy a regresar a Seoul.
—Lo sé, no te estoy pidiendo que lo hagas, es mi deber informarte lo que
me han dicho, sobre lo demás, nadie sabe aún sobre tu embarazo, según mi
informante, Yoongi no ha dicho nada, al contrario, ha evitado que su familia
te busque.
—Oh, entiendo—susurró, no le quedaba claro al por qué Yoongi no había
dicho nada, y tampoco quería pensar mucho en ello.
—Sobre el divorcio, hay forma de hacerlo aún si él no está de acuerdo,
pero, sobre el bebé es diferente, puede pedir sus derechos.
—Lo sé, no quiero pensar en eso ahora.
—¿Todo está bien con el bebé?
—Sí.
—¿Te has sentido mal?
—Lo normal.
—¿Has comido y dormido bien?
—Algo, es complicado.
—Entraste a tu tercer trimestre, es escencial que tengas más cuidados,
¿Quieres que contrate a alguien para que vaya a echarte una mano?
—No, por el momento puedo solo, si lo necesito le haré saber.
—Jimin, no estás solo, tú padre era buen amigo mío, cuentas conmigo
para lo que sea.
—Lo sé, muchas gracias.
—Te dejo, seguiré trabajando en lo que te dije.
—Bien. Adiós.
—Cuidate Jimin.
—Lo haré.
Colgó rápidamente, no quería ser descortés, pero, no tenía ganas de hablar
con nadie. Su mente comenzó a trabajar de forma extrañamente rápida, en
temas que no quería, pero que era imposible dejar de lado. ¿Por qué Yoongi
no le había dicho a su familia sobre el bebé? Eso les habría abierto la puerta
para presionarlo o hacerle daño, ¿Será que cumplía su promesa y lo estaba
protegiendo? Realmente no había confiado en él cuando le dijo que haría que
todos le dejarán tranquilo, porque simplemente no tenía sentido alguno, lo
tenía en sus manos ¿Por qué no lo usaba a su favor? ¿Y si realmente está
arrepentido? ¿Y si al final lo quería de alguna manera?
Desechó ese último pensamiento que le hacía daño, no, él no podía confiar
en que Yoongi lo amara, no podía volver a sentir algo de esperanza, no
cuando su corazón se hallaba tan vulnerable, era tarde, así que comió algo
ligero, tenía que hacer la despensa, mataba por una buena comida, pero no
estaba en condiciones de hacerlo, se sentó en el sillón, cubriendo sus piernas
con una manta, miró el piano que estaba en el fondo, lo que daría por
escuchar las melodías que salían de este, recordaba ya no sólo a su padre al
mirarlo, sino también a Yoongi, se había convertido en una pequeña y
desorganizada rutina el escucharlo por las noches, él no sabía tocar, así que
sólo le tocaba mirarlo hasta que las lágrimas o el sueño acabarán con él.
—Bebé, se suponía que estaríamos mejor—susurró acariciando su barriga
—. Pero, no está funcionando ¿Por qué?
Su celular estaba a un lado, entró al chat de Yoongi, no había nada, eso lo
llenaba de tristeza, ¿Tan rápido se había dado por vencido? Estaba cansado,
hambriento y lleno de amargura, por lo que no pensó al tomar la fotografía y
mandar ese "buenas noches" pensó en borrarlo, pero no lo hizo, tal vez era su
forma de decir, que no quería luchar en ese momento más con lo que sentía,
que necesitaba a alguien que estuviera a su lado para que le hiciera compañía,
alguien a quien quería, que tomara el papel de cuidador. Pero, Jimin no
confiaba en que Yoongi pudiera hacerlo, cuando pasaron los minutos y un par
de horas y este no respondía, se recostó en el sillón y lloró.
Nuevamente se había humillado sin recibir respuesta, las gotas de lluvia
comenzaban a caer de forma tenue en la ventana y eso sirvió de arrullo para
que se quedara dormido, esperaba que pudiera descansar esa noche, aunque
tenía frío, no quiso moverse.
El tiempo se suspendió, no supo cuando se quedó dormido, pero, entre
sueños escuchaba el golpeteo fuerte de la puerta a través de la lluvia que caía
con fuerza, abrió los ojos, tenía la luz prendida, pero por la ventana pudo ver
la oscuridad total, estaba haciendo frío, pensó que era producto de su mente
cansada, pero después de un rato, el sonido de la puerta se volvió más
insistente, se sentó con dificultad, su cuerpo estaba entumecido debido a la
mala posición en la que durmió, se asomó por la ventana viendo un auto
blanco en la entrada, no lo reconocía, tuvo miedo de pensar que era alguien
de los Min, pero el modelo de aquel auto se veía tan simple, algo que
conduciría alguien de clase media, era imposible que un Min se rebajara, se
acercó a la puerta, quitó el seguro y abrió.
La primera impresión que tuvo es que estaba durmiendo aún, pero, no fue
así, llevaba unos vaqueros azules y una sudadera roja que estaba empapada al
igual que su cabello despeinado, miró su rostro pálido y sus ojos
preocupados.
—¿Qué haces aquí?
—¿Estás bien? ¿Por qué no contestabas? Estaba llamandote por teléfono.
—¿Qué haces aquí Yoongi?
Dentro de su cuerpo experimentaba una sensación de nerviosismo. De
verdad estaba ahí, mojado y con frío, en la madrugada.
—Mandaste una foto, el bebé se ve más grande en ti, lo siento Jimin, pero
me cansé, no puedo, una maldita semana fue suficiente para saber que no es
lo que quiero.
—Dijiste que me dejarías en paz.
—Sé lo que dije, pero, no puedo. Dime, ¿Quieres que me quede? Porque
he renunciado a muchas cosas en estas horas, deje mi carta de renuncia en el
correo de mi padre, intercambie uno de mis autos por este en una estación de
gasolina en la carretera, dónde me cambié de ropa y, no...ya no sé cómo vivir
sin ti.
Jimin abrió los ojos en demasía. —No te creo.
—Puedes y estás en tu derecho de no hacerlo, pero, estoy siendo honesto,
ya no puedo Jimin, pensé que sería sencillo volver y fingir que la vida seguía,
pero es imposible, odio a cada persona que está allá, odio a mi familia y me
da asco saber que soy como ellos, odio los malditos trajes que jamás me
parecieron incómodos, pero que ahora no me dejan respirar—bufó—.
JungKook tuvo un bebé, ¿Recuerdas? —Jimin asintió lentamente—. Es
chiquito, lo cargué, se parece a él y mientras lo tenía en brazos no dejaba de
preguntarme cómo sería nuestro bebé, espero que se parezca a ti y que se
llame Jihoon, siempre ame ese nombre, yo...quiero lo que está aquí,
despertar, trabajar en las cosas de la granja, hacerte el desayuno, tocar para ti
por las noches, mirarte sin que te des cuenta, quiero abrir un restaurante, tener
una vida lejos del drama, quiero una vida diferente y quiero que sea contigo,
sé que no me vas a perdonar fácilmente, pero, estar lejos de ti no ayudará a
que te haga ver lo arrepentido que estoy.
Jimin se quedó pasmado, relamió sus labios y se hizo a un lado.
—Estas temblando, hace frío, es mejor que entres.
Yoongi se quedó ahí unos momentos antes de asentir. —Traje algo para
hacer de cenar, pero son las cinco de la mañana, será para desayunar, y...
Jimin se volvió para verlo, estaba en la puerta cerrada, mirando todo, se
acercó y le observó fijamente, sus ojos estaban acuosos.
—Deberias subir a tomar un baño, te vas a enfermar.
—Sí, debería, perdón, creo que te desperté.
—Está bien. Ve.
Jimin espero a que Yoongi se fuera para recargarse en la puerta de la
entrada, su corazón latía con fuerza, sus ojos se llenaban de lágrimas, no
estaba molesto, sino confundido, fue a la cocina para poner la tetera, tenía
frío, tenía miedo y tenía dolor, un dolor diferente, porque no quería
ilusionarse cuando sabía que todo podía romperse en pedazos.
Después de unos quince minutos tomó la bandeja y subió las escaleras,
tocó la puerta de huéspedes y espero, Yoongi abrió la puerta, su cabello
seguía mojado, su torso estaba desnudo y llevaba una toalla en la cintura, sus
ojos estaban rojos al igual que su nariz, lo dejo entrar, puso la bandeja en el
escritorio.
—Hace mucho frío, toma esto y, bueno, ahí hay ropa que dejaste, puede
que haya algo cálido, hace frío, te traeré más cobijas, la calefacción en este
cuarto no sirve.
Yoongi se sentó en el borde de la cama. Bajo los hombros y la cabeza,
alargó los brazos y Jimin se acercó, no entendía su reacción, o porque había
dejado de hablar de repente, eso le ponía en alerta. Cuando estuvo cerca,
Yoongi lo tomó de la cintura y besó su estómago, susurró algo que no pudo
entender y recargó ahí la cabeza, se quedó unos momentos, Jimin suspiró
acariciando su cabello, escucho los sollozos y se petrificó, ambos habían
llorado antes, pero todo se sentía diferente.
—¿Qué te pasa?
No contestó, solo se quedó ahí, su bebé se movía en su interior, Jimin no
sabía qué hacer, así que tomó una toalla pequeña que había sobre la silla y
comenzó a secar su cabello, estaba más largo, estuvo en eso, mientras que
Yoongi seguía en trance.
—Me estás asustando, habla.
—Gracias por dejarme entrar.
—Esta lloviendo, no te iba a dejar afuera y...
—No, sabes bien a lo que me refiero. Gracias.
Jimin trató de tragar el nudo en su garganta. —No he dormido en esta
semana—confesó en voz baja—. No he querido salir, me duele la espalda, me
duelen los pies, me siento mal, no he comido bien, apenas comí algo hoy,
duermo una hora y a las seis despierto, me quedo en la sala y pienso en
muchas cosas dolorosas, estoy cansado, mucho, tengo frío y quiero dormir.
Yoongi se levantó, se alejó de él tomó unos pantalones de pijama y se los
puso junto a una sudadera, regreso con Jimin y lo tomó de la mano, salieron
de esa habitación, yendo a la de Jimin al fondo del pasillo, dejo que lo
hiciera, por una vez quería dejar de pensar en todo lo malo que podía salir,
entraron, la calefacción mantenía el lugar caliente, Yoongi apartó las cobijas,
miró el suéter de Jimin y se lo saco, dejándolo con una playera de manga
larga ligera.
—Entra.
Jimin se adentro en la cama y espero, Yoongi apagó la luz, se acostó a su
espalda. Lo abrazo y comenzó a acariciar su pancita.
—Cierra los ojos—susurró en su oreja, empezó a tararear la melodía que
tocaba en piano, Jimin suspiró relajándose, Yoongi beso su mejilla—. Dulces
sueños.

The drama is coming jajaja sorry


64

Bajó las escaleras, sintiendo el frío, no sabía la hora que era, pero, no se
preocupaba por ello, había dormido mejor que en mucho tiempo, estaba
seguro de que al bajar se encontraría con Yoongi, había mucho que quería
preguntar, mucho que necesitaba saber, pero, por lo pronto, quería aclarar su
mente, estaba confundido, porque aunque una parte de él quería que Yoongi
estuviera ahí, otra le costaba entender la razón, él había dicho que se iría, que
lo dejaría en paz para siempre, sin embargo, su confesión la noche anterior le
dejo con un nudo en la garganta.
—Buenos días—dijo Yoongi al verlo, este estaba en la sala bebiendo algo
de café.
—Es tarde ¿Verdad? No encuentro mi teléfono.
—Son las doce del mediodía, ¿Dormiste bien?
—Sí, dormí bien.
—Eso es lo más importante, te prepararé el almuerzo, ¿Algo en especial
que quieras comer?
—No es necesario—dijo con una mueca—. Puedo hacerlo yo.
—No, lo haré yo, tú siéntate.
Jimin asintió, no sabía por qué sentía tan extraña el aura que envolvía a
Yoongi, este parecía melancólico, y evitaba mirarlo a los ojos, Jimin lo siguió
a la cocina, sentandose en un taburete de la barra, observando lo que hacía.
—No hay mucha comida, ¿No has comido bien?
—No me da hambre, y a veces estoy muy cansado para hacer algo.
Yoongi asintió. —Iré al pueblo a comprar unas cosas, dicen que nevara y
cerrarán algunos caminos, hay que prevenir.
—Eso explica el frío, pero, no tienes que hacerlo.
—Lo haré.
Jimin se puso nervioso, la voz fría de Yoongi le decía que algo no estaba
bien, mordió su labio inferior, el control que pensó que tenía estaba
disminuyendo, ahora lo que quería era saber por qué Yoongi estaba de esa
manera, aunque no quisiera, le importaba.
—¿Estás bien?
—Sí, estoy bien.
—Me estás mintiendo de nuevo. Sé que no estás bien.
Yoongi dejó de cocinar para mirarlo, sonrió de forma tenue.
—Es una estupidez, no es algo en lo que debas pensar.
—Esa no es la respuesta que esperaba.
—Es la que te puedo dar por el momento.
—¿Por qué viniste si ibas a estar con esta actitud? Yo no te pedí que
regresaras, parece que haberlo hecho es un castigo.
Yoongi negó acercándose, los separaba la barra de alimentos y eso era
grato, teniendo en cuenta que Jimin perdía la compostura cada que lo tocaba.
—No, no es eso, si vine aquí es porque quería hacerlo, porque necesitaba
verte, lo que dije anoche fue real, me di cuenta que mi vida allá no tiene nada
de sentido, no es un castigo, es estúpido Jimin, sentirme así es tonto.
—No es estúpido si te tiene de esa forma. ¿Qué sucedió ahí?
Yoongi suspiró pesadamente, cerró los ojos unos momentos antes de
mirarlo, parecía mortificado.
—Creo que cometí un error y me siento temeroso de lo que puede suceder.
—¿De qué hablas? —dijo sintiendo el miedo de repente.
—Cuando llegué allá, todos querían saber sobre ti, dónde estabas y si ibas
a volver, tranquilo, no les dije nada, ni siquiera saben sobre el bebé, les dije
que estabas muy molesto y que podías hacer un escándalo, mi familia está en
boca de todos después de lo que Hoseok hizo, así que eso los tranquilizó,
pero Jimin, lo ví en sus ojos, sé bien lo que harán, no dejarán este tema en
paz, por primera vez en mucho tiempo ví la realidad de mi familia, hablé con
JungKook y él me dijo que los dejara y buscará ser feliz, así que renuncie a la
empresa y vine aquí, a estas alturas la familia debe estar muy molesta, no sé
lo que harán y tengo miedo, me di cuenta en el camino de regreso aquí, que
no soy nada sin ellos, si quieren hacerte daño no podré defenderte, me
arrepiento de haber renunciado, porque así, podría enterarme de lo que harán,
pero ahora no puedo. Lo siento mucho, siempre que quiero hacer algo bien,
terminó arruinando todo.
Jimin se quedó en silencio asimilando sus palabras, dentro, sabía que tenía
que tener miedo, que debía estar preocupado por lo que los Min harían si
ellos sabían que él era la razón por la cual Yoongi los había traicionado, pero,
en lo que su mente podía pensar en esos momentos era en que Yoongi estaba
ahí, diciendo que había abandonado a su familia, su puesto en la empresa y
todo por él. No sabía si creerle, no quería hacerlo y volver a ser lastimado, sin
embargo, quería hacerlo.
—¿Y por qué lo hiciste? No tiene mucho sentido.
Yoongi le miró fijamente. —No puedo pertenecer a dos mundos, si estoy
con ellos tú jamás vas a confiar en mí, lo hice porque te amo, porque no
quiero tener que ver a mi bebé de vez en cuando, sé que no me vas a
perdonar, no aún, pero, quiero hacer lo correcto, y no puedo estar con ellos,
menos sabiendo que intentan hacerte daño.
—Yoongi...—chasqueo la lengua—. ¿Eso se quema?
Yoongi maldijo volviéndose para apagar la estufa, lo que estaba cocinando
se encontraba negro y desprendía un olor a quemado, bufó quedándose
mirando el desastre que estaba haciendo, su mente no estaba en el lugar
correcto, a pesar que era donde quería estar.
—Haré más.
—Quiero cereal—Jimin abrió la alacena sacando su cereal favorito del
momento, después fue al refrigerador y tomó la leche que estaba a nada de
caducar, lo vertió todo en un tazón y comenzó a comer.
Yoongi aún estaba con la cabeza baja, sus manos se hacían puños fuertes,
Jimin podía sentir su frustración, era nuevo, normalmente el Yoongi que
había conocido siempre fue muy cuidadoso en demostrar sus pensamientos y
emociones, manipulaba todo a su antojo, así que ahora parecía perdido, y
Jimin se sentía curioso de su nueva faceta.
Suspirando, se acercó a él, tomó la cuchara y la llevo a sus labios, Yoongi
le miró perplejo.
—Odio los sabores frutales en el cereal, pero, a este bebé le encantan, ya
que no lo saco de mí, creo que a ti te gustan eso sabores, está bueno. Prueba.
Yoongi sonrió a medias antes de probar el cereal, asintió después de tragar.
—Sabe muy bien, el bebé tiene buenos gustos.
Jimin rio alejándose, aún había mucho que pensar, necesitaba pruebas de
que Yoongi se había alejado de su familia, sin embargo, ¿Por qué creía que
eso cambiaba algo? No borraría el pasado, ni limpiaría las manos de Yoongi,
no, pero al menos su bebé podría crecer con una vida diferente. Pero, para eso
tenía que conocerlo, ¿Quien era realmente Yoongi? ¿Había algo bueno dentro
de él que fuera rescatable en medio de ese nido de cuervos?
Comió su cereal tratando de estar en calma, el haber dormido bien le estaba
ocasionando una tranquilidad magestuosa, se sentía más ligero y listo.
Acariciaba su estómago mirando la ventana, su bebé estaba moviéndose
mucho, eso hacia cada que escuchaba la voz de Yoongi, parecía que su hijo
sabía quién era su padre.
Desvió la mirada y encontró a Yoongi observandolo, recargado en la
pared, con tranquilidad en su rostro, pero mortificación en sus ojos, no
entendió su reacción, le ponía nervioso, suspiró y se levantó, dejo el plato en
la cocina ya limpia.
—Iré al pueblo, ¿Necesitas algo?
—Aire, creo que iré contigo.
—Claro, vamos.
Salieron de la casa, cerrando la puerta, Jimin vio el auto sencillo blanco
estacionado en la entrada, recordó vagamente las palabras de Yoongi, de
como lo había intercambiado en una gasolinería, subió y le miró con burla.
—¿Qué se siente manejar un auto gama baja?
Yoongi bufó. —Horrible, pero para fines prácticos está bien.
—Si sabes que el problema no son los autos ¿Verdad?
—¿En serio? Recuerdo que la última vez estabas muy molesto por mi
llamativo auto de ricos.
Jimin rio y se encogió de hombros. —Sinceramente estoy molesto contigo,
habría encontrado cualquier cosa para hacerte sentir una mierda.
—¿Y ahora?
—No lo sé, siento que si te digo algo vas a romper a llorar y yo no soy así,
no soy una persona cruel, no quiero que eso cambie.
—Me alegra que no quieras cambiar quien eres, porque tú estás bien.
—¿Te duele tanto haberte alejado de tu familia?
—No, no me duele haberme alejado de ello, es sólo...siempre fui Min
Yoongi, el gran heredero de los Min, el orgullo en los negocios, sin eso, me
preguntó lo que seré.
—¿Así que renunciaste a tu riqueza?
—No, sigo siendo rico, igual que tú, tengo mi propio patrimonio, sólo ya
no quiero estar con ellos, quiero ser como JungKook, que ha formado su
nombre con su propio ingenio.
—Yo no soy rico.
—Lo eres, no quieres serlo, pero lo eres Jimin, ¿Has decidido qué hacer?
—Dejaré todo, no es algo que me importe, no me interesa vivir en el
campo sin nada.
—No creo que deberías hacerlo.
—¿Ah no? ¿Por qué no?
—Porque por algo el abuelo te lo dejo todo a ti. Él vio algo en ti, podrías
ser muy bueno si quisieras, mi familia ha perdido el rumbo de la empresa,
ahora lo que quieren es la expansión para tener mucho más, pero, después de
pensarlo bien, no creo que sea lo correcto, por algo el abuelo no lo quería.
—¿Qué es lo que quería mi padre?
—No lo sé—hizo una mueca—. Jamás hablé con él de eso, nadie más que
mi padre y tíos hablaron con él sobre el futuro de las empresas.
Jimin hizo una mueca. —Jamás debimos volver, nunca, tal vez él estaría
aún aquí.
—No estaba bien de salud, no defiendo a nadie de la familia, pero, esto
pudo suceder en cualquier lugar.
—Pero, al menos habría sucedido en un lugar donde él se sintiera bien y
feliz, no con las personas de las que quería huir.
—Tienes razón.
—Tengo razón, pero tú lo ves de otra forma ¿No? Dime lo que piensas en
verdad.
—No quiero discutir por esto.
—Estamos hablando, dime.
—El abuelo se equivocó, entiendo que no quería estar cerca de nosotros,
pero jamás apareció, no se hizo cargo de nada ¿Cómo esperaba ejercer una
decisión si nunca se involucró en nada referente a la empresa? Además si su
idea desde el inicio fue dejarte a ti como el heredero universal, lo mínimo que
tenía que mostrarte es cosas sobre negocios, como se mueve el mundo, carajo
Jimin fue tan sencillo...
Paró en seco, Jimin le miró con una interrogante en el rostro, por sus
gestos, podía entender que Yoongi estaba evitando decir algo que pudiera
molestarlo o herirlo.
—¿Fue tan sencillo qué? Dilo, puedo con ello.
—Fue tan sencillo llegar a ti, tan fácil manipularte, no estoy orgulloso de
lo que sucedió, no, pero, carajo, si él te hubiese enseñado lo que era la vida
real, tú no habrías caído y...no te habría lastimado.
—¿Es mi culpa por no poder cuidarme de personas como tú?
—No, no es lo que trato de decir, estamos hablando del abuelo.
—Entonces, es su culpa por haberme criado con amor y no como tus
padres te criaron a tí.
—Sí.
—Eso no es verdad, lo que él hizo fue darme el amor que nunca tuve, me
dió un hogar, felicidad y protección, nadie tiene el derecho de hacerme sentir
mal, tú y tu familia son los malos aquí, no él.
—Fue egoísta Jimin, sé que él no quería que fueras como nosotros, lo
entiendo, pero si planeaba que en algún momento te enfrentarás a los Min,
por lo menos debió de prepararte, decirte que el mundo no es bueno y dulce,
las personas somos crueles, nadie debe de ser malo, lo sé, pero eso pasa y tú
no lo sabías, dime ¿Alguna vez pensaste que las personas pueden ser
malvadas?
—No—dijo desviando la mirada a la ventana—. Bueno, no creí que fueran
así, jamás me tope con nadie como ustedes. Sigo siendo estúpido, mírate
estás aquí.
Yoongi asintió. —Tú debes odiarme y no dejar que este en tu vida.
—Sí, debería hacer eso ¿No?
—Sí, pero no quiero que lo hagas.
—¿No es eso ser egoísta también?
—Lo soy, sinceramente no creo que sea una buena persona, tal vez ya
estoy podrido por dentro ¿No? Está en mis genes en mi crianza, como tú lo
dijiste, mis padres criaron un buen empleado, un hijo de puta que no se deja
de nadie, jamás hubo un te amo, o un estoy orgulloso, creo que por eso me
enamoré de ti.
—¿Por qué? —dijo mirándolo curioso.
—Fuiste la primera persona que mostró interés en mi, yo pensé que
conocía el amor, creí que me había enamorado y amaba a Jennie, pero ella
jamás me dió nada, pero tú, me diste lo que nunca imaginé y sigues dándome
más de lo que merezco, por ejemplo, la oportunidad de estar aquí, sé que no
me quieres cerca, que no confías en mí, pero, aún así, me dejas estar a tu
lado.
—Lo hago por el bebé.
—Ambos sabemos que no es así, pero, está bien, quiero ganarme tu
confianza, tal vez algún día hacer que me ames de nuevo.
—No te entiendo, yo conocí a un Min Yoongi diferente, alguien tan seguro
de sí mismo, que no le importaba nadie más y ahora, te presentas así,
vulnerable, ¿Quien eres en verdad? ¿Estás jugando de nuevo?
—Jungkook es feliz, lo ví en sus ojos y yo quiero ser feliz, te amo, me di
cuenta tarde de eso, pero te amo, y amo a mi bebé, quiero ser un buen padre y
no lo seré si estoy al lado de ellos Jimin, jamás seré feliz porque lo que yo
quiero no se adapta a lo que ellos esperan de mí. Incluso si no estás conmigo,
no importa, quiero ser buen papá.
—¿De verdad quieres ser papá? Decías que no estaba en tus planes. Me
confunde.
Yoongi se encogió de hombros. —No, no lo estaba, quiero que entiendas
una cosa, yo no tuve una familia, de hecho todos crecimos sin atención más
que de sirvientes y niñeras, no tuve esa cercanía, no sabía que estás esperando
un bebé, quería que pasara el tiempo, arreglar...las cosas, pero cuando lo
supe, fue lindo, mi hijo está en ti.
Jimin acarició su estómago, Yoongi alargó la mano y acarició también,
después la quito para volver a manejar.
—¿Qué vida le vamos a dar? ¿Crees que estará bien? ¿Ellos pueden
hacerle daño?
—No, no creo que se metan con el bebé, pero si querrán usarlo, por eso
puse el límite, si seguía con ellos se enterarían del bebé, entonces querrían
que usará eso para convencerte.
—¿Están molestos?
—No lo sé, apague mi teléfono, supongo que tengo que encenderlo en
algún momento, pero, quiero tranquilidad por unos días.
Jimin asintió. —Bien.
Llegaron al pueblo, había pocas personas en la calle debido a la próxima
nevada, se estacionaron en el pequeño supermercado y bajaron, Yoongi tomó
un carrito y ambos fueron recorriendo los pasillos tomando todo lo necesario,
Jimin no se dió cuenta que faltaban tantas cosas hasta que vio como se
llenaba el carrito, busco fruta y dulces, que eran sus principales antojos,
Yoongi elegía carne y verduras, de vez en cuando le preguntaba sobre si
quería comer algún platillo especial, Jimin respondía y él buscaba lo
necesario, la escena era tan hogareña, realmente parecían una pareja casada
esperando a su primer bebé. Jimin miró los artículo de bebé, aún no había
nada para su pequeño, pensaba que pronto tendría que comenzar a comprar.
—Esto para mí—dijo mostrando una botella de vino—. Y este jugo para ti.
—No creo que te guste es vino barato.
—Lo que sea está bien, llevo cerveza también, hace años que no bebo
cerveza—rio—. Si te pones a pensar mi vida es críticamente ridícula. ¿No?
—Sí, lo es.
Yoongi rio negando, miró alrededor. —¿Quieres que llevemos algo para el
bebé?
—Ammm, no lo sé...¿No es muy pronto?
—Casi cumples los siete meses, creo que es momento, veamos, mira—
tomó un enterizo abrigador pequeño—. Esto le puede servir, nacerá en
tiempo de frío.
—Es lindo—asintió Jimin tomándolo en sus manos.
—¿Necesitas algo más?
—No, es suficiente.
Llegaron a la caja, Jimin quiso pagar, pero Yoongi no le dejo, salieron con
las bolsas pesada, Jimin llevaba las más livianas, subieron al auto y se
miraron.
—¿Quieres ir a algún lugar por aquí?
—No, está bien.
—Vi una cafetería ¿No quieres pastel?
—Bien, ganas.
—Perfecto, necesito algo dulce.
—¿Se nos antoja cosas dulces? Eso quiere decir que el bebé será muy
dulce ¿No?
—Supongo que sí, no sé cómo funciona.
No tardaron mucho en llegar a la cafetería, pidieron pastel y café con
leche, estaban sentados comiendo tranquilos.
—Las nubes están cambiando, deberíamos irnos rápido.
—Sí—comió más pastel de crema de fresa.
Yoongi le observó con una sonrisa, Jimin entrecerro los ojos.
—Deja de verme.
El mayor alargó la mano y limpio la comisura de sus labios con su dedo,
Jimin enrojeció, Yoongi probó lo que había en su dedo y siguió comiendo.
—¿Quieres que te ame de nuevo? Por eso haces esto.
—¿Funciona?
—No—bufó bajando la mirada pero sonriendo.
65

Trataba de relajarse en la tina caliente, el agua ayudaba mucho con el dolor


en su cuerpo, últimamente su cadera le estaba matando, su cuerpo era
pequeño y aunque su vientre no estaba enorme para alguien de siete meses,
igual era pesado y cansado. Quería relajarse, pensaba en muchas cosas, lo que
había sucedido esa tarde, el paseo por el pueblo, la tranquilidad con la que
habían hablado y convivido, no olvidaba lo que Yoongi era, mucho menos lo
que hizo, sin embargo, su curiosidad estaba creciendo, ¿Ese era el verdadero
Yoongi? ¿Estaba diciendo la verdad? Nunca fue bueno leyendo a las
personas, ese fue su principal problema.
Lo que Yoongi había dicho era verdad, confiaba en las personas, creía que
todos serían buenos, esa era una enseñanza de su padre que tenía muy
arraigada, el jamás juzgar y ser bueno con los demás, y siempre esperar lo
mejor de las personas, su padre jamás le dijo que en el mundo había gente
mala, egoísta y cruel, él creció protegido de eso, y ahora, después de su
muerte se estaba enfrentando a la realidad.
Acariciaba su estómago mientras pensaba en que quería proteger a su bebé,
pero no de la misma forma en la que lo protegieron a él, no quería que
alguien lo lastimara, que le vieran la cara y jugarán con su corazón, justo
como lo hicieron con él. Pero, ¿Cómo lo haría? ¿Cómo lo protegería hasta de
su propia familia? El pensamiento le hizo sentir melancólico ¿Así se sintió su
padre? No podía juzgarlo, lo amaba demasiado para hacerlo.
Salió del baño, más tenso de cómo entró, pero sin dolor, se cambió con
algo cómodo y abrigador, el frío se estaba volviendo insoportable, salió de la
habitación, caminando por el pasillo, escuchaba música de piano en la parte
baja, Yoongi había dicho que prepararía la cena, por lo que estaba seguro que
se hallaba ocupado, paró, mirando la habitación de huéspedes, tragó en seco,
tenía curiosidad, entró en ella encontrando algunas de las cosas de Yoongi
sobre la cama, su celular estaba en la cómoda, se acercó a tomarlo, como dijo
estaba apagado, así que lo prendió esperando.
Estaba sorprendido de no encontrarlo con contraseña, algo extraño
tomando en cuenta que se trataba de Yoongi, dudo unos momentos, pero,
después, comenzó a buscar.
Tenía muchas llamadas perdidas, de sus padres Jiyong, Seunghyun, de Jin,
Namjoon, sus tíos KyungSoo y ChanYeol, también de JungKook y sus
mensajes estaban abarrotados.
Seunghyun
¿En qué carajo estás pensando? ¿Una renuncia? ¿Dónde mierda estás?
Necesito hablar contigo, ya no eres un niño Yoongi, ya no soportaré tus
rabietas, necesito que estés aquí hoy mismo...
JungKook
Me interrogaron, pero no dije nada, sólo mándame un mensaje cuando
puedas, estoy preocupado y saluda a Jimin de mi parte....
Se quedó sin aliento, era verdad, Yoongi había renunciado y su familia no
estaba feliz por ello, mordió su labio inferior con fuerza. No sabía cómo
sentirse.
—¿Encontraste todo lo que buscabas?
Se congelo, miró a la puerta, Yoongi estaba ahí mirándolo con una ceja
alzada.
—Lo siento yo....—dejo el teléfono en la cama—. No debí hacerlo, en
verdad lo lamento.
—Esta bien, esperaba que lo hicieras alguna vez, por eso no tiene
contraseña, sentía que si tenía pensarías que guardo más secretos, no es así,
¿Es muy malo?
Jimin hizo una mueca. —Ellos están muy molestos, menos JungKook, él
está preocupado.
—Entiendo, la cena está lista ¿Bajamos?
Asintió caminando a la puerta, estaba avergonzado, él no era así, jamás
había desconfiado tanto de alguien como para querer vigilar lo que hacía, se
sentía un intruso, pero, Yoongi caminaba a su lado con calma, no parecía
afectado con el hecho de que husmeo en sus cosas. Cuando entraron a la
cocina se impresionó, la mesa estaba adornada con velas, uso todo lo que
tenía para hacer una cena romántica, su corazón latío con fuerza, no pudo
evitarlo, sus mejillas se sonrojaron, y quería llorar, sus hormonas no estaban
ayudando en nada.
—Espero te guste, no puedes tomar vino, pero hay limonada ¿Quieres?
—Puedo tomar una copa de vino, sólo una.
—¿Estás seguro?
Jimin lo pensó mejor. —No, mejor la limonada.
—Bien.
Ambos se sentaron, Yoongi le sirvió limonada en una copa, él se sirvió
vino y ambos se sentaron, la música de fondo y las velas hacía todo más
íntimo y romántico.
—¿Por qué es esto?
—Quise hacerlo para ti, una cena romántica.
—Sólo acepto porque tenemos hambre—bufó desviando la mirada al plato
—. Luce muy bien, se ve delicioso.
—Espero que te guste.
—Eres muy bueno cocinando, lo que dijiste hace tiempo ¿Fue verdad?
—¿El por qué aprendí a cocinar? —preguntó elevando una ceja, al ver el
asentimiento de Jimin continuo—. Sí, fui un niño muy enfermizo, a
diferencia de JungKook, yo no podía hacer deportes, era alérgico a todo, eso
ha cambiado mucho, pero, mis padres no querían que empeorará, así que me
quedaba haciendo cosas diferentes, música, arte y cocina.
—Oh, entiendo, papá me enseñó lo básico, él tampoco sabía mucho, tuvo
que aprender porque yo estaba aquí.
—Ya me lo contaste, pero, ¿Cómo fue que te trajo aquí? ¿Estabas
completamente solo?
—No recuerdo mucho, la verdad, hay recuerdos bloqueados, recuerdo que
vivía con niños en la calle, vendía chocolates, así conocí a mi padre—suspiró
—. Me dijo que si quería comer algo, me llevo a cenar, y me hizo unas
preguntas, después me dijo, si quería tener una vida diferente, era niño, pero
confiaba en él, creo que siempre confíe demasiado. No me arrepiento, él
salvó mi vida.
—El abuelo cambio mucho, no es que fuera una mala persona como mis
tíos, no, pero, no era un hombre amoroso o familiar, le importaba la
perfección y la obediencia, eso los hizo crecer de una manera, es un círculo,
algunos salen de él, otros se quedan a repetir el patrón.
—¿Y ustedes? Me refiero a ti, JungKook, Hoseok y Namjoon, tus otros
primos también, ¿Qué hay para ustedes?
—No lo sé, JungKook rompió con la tradición, él ha vivido su vida a su
manera, el casarse con Yeosang sólo afirmó que no le importan los intereses
de la familia, Hoseok, bueno, al elegir a Taehyung también rompió con el
deseo de la familia, aunque ahora está en sus manos, Namjoon sólo va a estar
del lado ganador, siempre, mis otros primos son pequeños aún, pero, tienen
un ego enorme, Taemin es diferente—hizo una mueca.
—Taemin, debería disculparme con él, siempre dijo la verdad y no lo
escuché.
—Lo hizo, pero no para ayudarte, lo hizo porque le gustabas, también es
egoísta.
—Tus celos no lo harán ver menos bueno a mis ojos—chasqueo la lengua.
—Estuve muy celoso. También de tu amigo Daniel.
—Y eso que no has conocido a su hermano Minho, él era mi mejor amigo,
siempre me cuido, pero, se fue a estudiar fuera. No lo he visto en mucho
tiempo.
—¿Te gustaba?
—No—rio—. Era mi mejor amigo, pero siempre fue cariñoso, deja tus
celos son tontos, tomando en cuenta todo lo que pasó.
—No es algo que pueda controlar. Lo siento.
—Te entiendo, yo también estuve celoso de ella. Sigo estandolo.
—Me encontré con ella cuando volví.
Jimin sintió un estrujón en el estómago, bebió un poco de limonada, para
ocultar su mueca.
—No quiero saberlo, no me interesa si buscaste a tu gran amor y...
—No la busqué, la encontré en un bar, fue casualidad, yo estaba bebiendo
solo, ella llegó y quiso hablar conmigo, me ofreció que volviéramos a nuestra
aventura, dijo que no se casaría y que sabía que mi matrimonio estaba
destrozado, no acepté, al verla ya no sentí nada.
Jimin le miró antes de negar. —Tus conclusiones han llegado tarde ¿No lo
crees?
—¿De verdad es tarde para nosotros?
—Yoongi, no basta con sólo venir a decir que me amas y que renunciaste a
tu familia, hay cosas que no se arreglan fácilmente. Me engañaste, me usaste,
jugaste conmigo y destrozaste mi confianza.
—Sé que no te voy a recuperar, no es que quiera un perdón inmediato, no,
lo que quiero es que me des la oportunidad de intentarlo.
Jimin bajo la mirada y siguió comiendo.
—Vamos a seguir comiendo Yoongi.
—Claro.
No hablaron mucho después de eso, aunque su compañía ya no se sentía
forzada y tensa, aún había mucho por lo cual trabajar, Jimin tenía la cabeza
hecha un nido, no pensaba claramente, aún quería saber quién era realmente
Yoongi y si era alguien en quién podía confiar.
Sin embargo, quería que luchará por él, Jimin necesitaba que Yoongi
demostrará que realmente lo amaba, porque así no se sentiría mal ni culpable
de seguir queriendolo cerca, su corazón estaba eligiendo y eso lo llevaba a
tener un conflicto interno, entre lo que deseaba y lo que era correcto.
Yoongi prendió la chimenea, Jimin lo observaba desde el sillón, ambos
bebiendo un poco de chocolate caliente, la temperatura estaba bajando,
después de encenderlo con éxito, se sentó en el piano, sin decir nada comenzó
a tocar.
Jimin recargó la cabeza en el respaldo del sillón sin despegar la mirada de
su espalda, suspiró cerrando los ojos y dejándose llevar por la calidez del
momento, por la melodía triste y melancólica, que no dejaba de ser preciosa.
—Jimin, mira por la ventana.
Abrió los ojos, se levantó y caminó a una de las ventanas mirando el
exterior, era de noche, pero, podía ver la nieve comenzando a caer.
—Esta nevando.
—Sí, es bello, frío, pero hermoso.
Jimin le miró con una sonrisa, ambos se observaron fijamente, el tiempo
pareció detenerse en aquella burbuja que se creo debido al ambiente, la
chimenea creaba sombras imaginarias, Yoongi dejó de tocar y se levantó,
caminando hacia él, de forma casual, Jimin no se movió, espero, quería
luchar contra su deseo, pero no podía hacerlo, o mejor dicho, no quería,
Yoongi elevó una mano para tomar su mejilla y acariciar su piel.
—Pero, nada es más hermoso que tú.
—Basta, ya no sigas con esto.
—¿Por qué?
—Estás jugando muy sucio, sabes cómo soy, un idiota que va a caer.
—No eres un idiota, y no quiero que caigas, sólo quiero que sientas.
—¿Qué? —susurró sin aliento.
Yoongi no respondió, pero se acercó de forma peligrosa a sus labios,
cerrando el espacio entre ellos, Jimin llevo la manos a su pecho, estaba en la
posición perfecta para detenerlo, pero subió lentamente a sus hombros para
acercarlo más. La forma en la que sus bocas se movían, lenta y
tortuosamente, les lleno de éxtasis, en un abrazo sincero, con caricias
necesitadas de más, Jimin suspiró entre sus labios, deshaciendo los botones
del suéter de punto de Yoongi, quería el calor de su piel.
Poco a poco la incomodidad entre ellos se difuminó, no dejando ver de
forma clara los límites que se suponía debían tener entre ellos, en ese
momento no importaba más que el deseo que los atraía al abismo.
Yoongi desnudó su cuerpo, besando su piel, acariciando con suavidad
aquellos lugares que conocía tan bien, Jimin cerró los ojos perdiendose en la
sensación de cariño y cuidado, su mente se blanqueo, no pensaba en nadie
más que en ellos tocándose y besándose.
Terminaron en el sillón, Jimin subió a horcajadas sobre su regazo, dándole
la bienvenida a su cuerpo, Yoongi llenaba el vacío físico que por un
momento pudo haber llenado su vacío emocional, si no fuera porque le hacía
falta más. Más que besos y caricias, quería un amor sincero, pero, por esa
noche, se conformaría con engañar a su razón.
Los movimientos profundos, lento, los besos y las miradas cargadas de
algo que no querían decir en voz alta, llevaron al límite su alma. Fue dulce,
no como la última vez, que había sido agresivo, ahora Jimin disfrutaba de ser
querido, Yoongi se desvivia por ese momento para hacerlo memorable y lo
estaba logrando.
La sensibilidad de su cuerpo, hizo que Jimin llegará al éxtasis cuando
Yoongi aumento el ritmo, jadenado sobre su boca espero hasta ser absorbido
por el placer del Yoongi, quien llegó al climax gimiendo su nombre.
—Te amo, te amo tanto.
Jimin se quedó en silencio, con la nariz enterrada en el cuello pálido y
sudoroso, Yoongi alargó la mano para tomar una manta y cubrir a Jimin.
—Dime algo, por favor.
Suspiró saliendo de su escondite, mirando los ojos cristalinos de Yoongi
debido al orgasmo, le sonrió, delineando con sus dedos su suave rostro.
—El cuidado, cariño y la protección, es una regla que no sé si deba
cumplir contigo.
—Enseñame Jimin—tomó sus mejillas y besó sus labios tenuemente—. No
me alejes, eres lo único que quiero tener.
—No le tengo miedo a tu familia, ya no, tengo algo mucho más valiosos
que tengo que cuidar, dime ¿Me ayudarás a proteger a nuestro hijo?
—Lo haré con mi vida. Moriré por ti y él si es necesario.
Jimin sonrió con tristeza, lo abrazo, volviendo a acomodar la cabeza en su
hombro. —Quiero amarte Yoongi, tal vez algún día lo haga sin miedo.
—Esperaré todo el tiempo que tenga que esperar. Te mostraré no lo que
soy, sino lo que quiero ser.
Se quedaron ahí, abrazados, sintiendo el calor de sus cuerpos y el anhelo
de sus corazones.
Para está historia tengo tres posibles finales (uno trágico, uno realista,
uno feliz)
66

Miró nervioso nuevamente su reloj, no había pasado mucho tiempo desde la


hora acordada para la reunión, sin embargo, no estaba seguro si aparecería,
no tendría por qué hacerlo, no después de lo que le hizo, pero, aún tenía una
pequeña esperanza, se conocían desde que eran unos niños, se volvieron
inseparables, mejores amigos y el confidente del otro, si miraba en
retrospectiva su vida, él siempre había estado en ella, ayudándolo,
apoyándolo y amándolo como ninguna persona, se sentía avergonzado, por la
forma en la que resolvió la situación. No sé arrepentía, pero se sentía mal de
haberlo lastimado.
Las puerta del privado en aquel restaurante se abrieron, lo vio entrar con su
corazón latiendo a mil por hora por el nerviosismo de tenerlo de frente, ya lo
había hecho, en el incómodo reencuentro que tuvieron, pero, ahí estaba
Hoseok, fue diferente. Taehyung se dió cuenta que había algo muy diferente
en JungKook, era más distante y reservado, por eso, se quedó sentado
simplemente sonriendo.
—Espero no haberte hecho esperar tanto.
—No, no hay problema—sonrió—. Me alegra que hayas decidido venir,
pensé que no lo harías.
JungKook se sentó frente a él, sonrió con amabilidad.
—Nos conocemos desde los doce años Taehyung—rio por lo bajo—.
Seguimos siendo amigos.
—No creí que pensarás así después de lo que hice.
—Ya hemos hablado de eso, te he dicho que está bien, no estoy molesto
contigo.
Taehyung mordió su labio inferior. —No creo que me haya disculpado de
una forma adecuada, lo lamento JungKook, por todo, no quería herirte ni
hacerte sentir utilizado.
—Yo siempre lo supe Taehyung, el que tú no me amabas y que jamás
llegarías a amarme, pero, me cegué, creía que podía hacer que me quisieras
de la misma forma, pero, no fue así, era más mi obsesión por tenerte que
ignoré lo que tú siempre quisiste, no te culpo, no decidimos a quien amar.
Sólo espero que esto haya valido la pena y que Hoseok te ame como mereces.
Taehyung asintió suspirando con tranquilidad, ese era el JungKook que él
conocía, la persona dulce y comprensiva, su mejor amigo.
—Hoseok ha cambiado, sé que me ama y que estará conmigo.
—Eso es bueno Tae, me alegra que seas feliz.
—Gracias, yo también quiero que seas feliz—sonrió a medias—. Pero,
¿Yeosang? Jamás pensé que ustedes tenían algo, me sorprendió cuando me
dijiste que lo amabas y después lo del matrimonio y el bebé, ammm...me hace
preguntarme muchas cosas.
—¿Cómo qué? —dijo elevando la ceja, gesto que hacía cuando no
comprendía algo—. No entiendo.
—Yo...no sé cómo decirlo, me refiero a que tú siempre trataste a Yeosang
como un empleado más, nunca mostraste un interés diferente en él—relamió
sus labios, soltando una duda que cruzaba por su mente—. No hasta lo que
sucedió entre nosotros, no me lo tomes a mal, pero él no es tu tipo, ¿Iniciaste
una relación con él para olvidarme?
—¿Qué?
—Sí, he estado pensando en eso y me mortifica, de alguna manera me
siento ansioso, no sé si estuviste con él porque te sentías herido por mí, y eso
llevo a que quedará embarazado, te conozco, eres un hombre de palabra, así
que lo ideal era que te casarás con él, pienso ¿Y si él está con alguien que no
ama a consecuencia mía?
JungKook frunció el ceño, bebió un poco de su vino y chasqueo la lengua.
—Tae, amo a Yeosang, demasiado, no me preguntes cómo sucedió, sólo
paso, son de esas cosas que no esperas, pero, me alegro mucho que haya
pasado, siempre estuvo ahí, a decir verdad me cuidaba mejor que cualquiera,
cuando me dejaste después del viaje a Paris, estaba perdido, no te voy a
mentir, al principio Yeosang era la distracción perfecta, pero, es tan increíble,
que no pude evitar enamorarme, estuve en negación, ahí fue que regresaste,
tú me pusiste en frente la opción que siempre había querido, estar contigo, lo
lastimé Taehyung, por seguir lo que creía que me haría feliz, pero no fue así,
me arrepiento de haberle hecho daño, fue muy indulgente al perdonarme.
Puede que mi corazón roto me haya acercado a él, pero definitivamente lo
amo, y amo la vida que tengo a su lado, así que no te preocupes, soy muy
feliz.
Taehyung lo observó, escucharlo hablar de esa forma de Yeosang le alivio,
pero al mismo tiempo había un sentimiento un tanto melancólico, al darse
cuenta que el afecto y la admiración que JungKook tenía hacía él ahora se
dirigía a otra persona, siempre creyó que independiente de todo lo tenía como
algo seguro, que su amor nunca se iba a acabar, era egoísta al desear ser
amado por él a pesar de no poder corresponderle como quería. Esa era la
razón por la cual había evitado poner un límite a su amistad.
—¿Lo amas más de lo que me amaste a mí?
JungKook hizo una mueca bajando la mirada unos momentos, antes de
elevar la vista y sonreír de forma amable y dulce.
—Mi amor hacía ti fue sincero, pero era platónico, dentro de mí jamás
sentí que podías ser mío, en cambio él—sonrió negando—. Es mío, me ama y
lo amo, me ha dado un hijo precioso y todos los días despierto feliz de que
esté a mi lado, amo sus imperfecciones y sus virtudes, es todo lo que quiero
para mi presente y mi futuro, tú fuiste una parte especial de mi pasado Tae.
—Estoy muy feliz por ti JungKook, en verdad que sí, me alegro que tengas
a alguien que te ame y te pueda corresponder, y ahora, tienes un bebé ¿Qué
tal la paternidad? Esto si no lo esperaba para nada.
JungKook rio y Taehyung lo sintió tan genuino y tranquilo, que le
transmitió paz, estaban hablando de nuevo como los amigos que eran.
—No lo esperaba, no lo imaginaba, fue una sorpresa cuando me enteré,
pero no me volví loco, al contrario, fue una buena noticia y ahora me siento
más completo, puedo decir que tengo todo lo que quiero en mi vida. ¿Y tú
Tae? ¿Eres feliz?
—No ha sido sencillo—se encogió de hombros—. Te juro que no espere
que esa noche aparecería Hoseok en mi puerta pidiendo huir, no lo pensé, él
tampoco, era algo que queríamos, claro que las cosas después de eso se han
complicado mucho, las personas nos han dado la espalda, nuestras familias,
Hoseok se siente culpable de la mala racha que está atravesando su familia y
su empresa, yo dejé de ser llamado para campañas, pero, aún sigo sintiendo
que fue lo correcto, lo amo y quiero luchar a su lado.
JungKook le regaló una sonrisa comprensiva, sabía que este no estaba muy
de acuerdo con su relación, pero no dijo nada, a diferencia de antes, entre
ellos había un límite que ninguno estaba dispuesto a pasar.
—Estos momentos no son para siempre, las cosas van a mejorar, si se
aman, pueden hacerlo juntos.
—Lo sé—asintió—. ¿Seguimos siendo mejores amigos?
—Sí, siempre serás un amigo muy preciado para mí.
—Pero, las cosas van a cambiar ¿Verdad?
JungKook asintió con una disculpa en los ojos. —No será justo para
Yeosang, no quiero que él se sienta nuevamente desplazado, somos amigos
Tae, siempre que me necesites estaré para ti, pero, no puede ser como antes,
éramos tan cercanos que las cosas se confundieron, tampoco creo que sea
algo que Hoseok acepte.
—Supongo que las cosas cambian—sonrió a medias—. Gracias por esto
JungKook, me alegro que por fin podamos hablar las cosas. Estaba
preocupado, puedes llamarme egoísta, pero, no quería perderte.
JungKook negó. —Es mejor ser felices Tae. Vive una buena vida, lo
mereces.
Taehyung sintió un vacío en el pecho, aunque su amistad seguiría, estaba
consciente de que las cosas cambiarían, que nada sería lo mismo, pero, estaba
bien, ellos tenían que seguir su camino, con las personas que amaban,
buscando su felicidad completa. Taehyung salió de aquel restaurante una hora
después con un peso menos sobre sus hombros, emprendió camino a la
empresa de los Jung, los padres de Hoseok lo odian, porque lo culpaban de
todo lo sucedido, trataba de ser fuerte e ignorar los hechos.
Era incómodo enfrentarse a las miradas de los demás, porque todos sabían
quién era y lo que había sucedido, por algo no se presentaba en los lugares
que frecuentaba anteriormente, ni hablaba con sus amigos, las cosas estaban
muy tensas y la opinión de las personas hacía él no era la más positiva ni la
más amable. Pero, ese era un precio que tenía que pagar por estar con el amor
de su vida.
—¿Está Hoseok? —preguntó a la asistente de este.
—Sí, me dijo que pasara cuando llegara.
Taehyung asintió, entró a la oficina, antes hubiese sido imposible ir a
verlo, todas sus interacciones debían ser secretas, ahora la gente les miraba,
pero al menos no tenían que esconderse.
—Llegué.
Hoseok elevó el rostro para mirarlo, podía ver lo cansado y estresado que
estaba, pero aún así le regaló una enorme sonrisa.
—Hola amor, ¿Qué tal te fue?
—Muy bien, JungKook y yo arreglamos lo que teníamos que arreglar,
estamos bien.
—Eso es bueno, supongo—dijo con una mueca.
—¿Estás celoso? —se acercó para sentarse en su regazo, Hoseok rio
besando su cuello.
—Demasiado, soy muy celoso, estamos bien, y no quiero que nada lo
arruine.
—No, JungKook ya no me ama, él es feliz con su esposo e hijo.
—¿Deberíamos casarnos?
—¿Con las cosas así? Eso terminaría de joder tu relación con tu familia.
—No me interesa Taehyung, ¿Escuchaste que Yoongi renunció? Y
JungKook se casó con alguien considerado no digno para esta familia y ahora
nosotros, poco a poco se está yendo al carajo este culto que tenemos como
familia.
—Mmmm, deberíamos esperar, un poco más, que las cosas se resuelvan
¿No?
—Bien, será como tú digas—beso sus labios—. Habrá una reunión
familiar mañana por la noche.
—¿Te preocupa?
—No realmente, creo que de quién se hablará será de Yoongi, las cosas
están muy tensas.
—¿Ya pudieron localizarlo?
—Todos sabemos que está en Busan con Jimin, pero es terreno peligroso,
hay una disputa en el consejo, Leeteuk está haciendo una revolución. Será
difícil, mañana después de eso, salgamos a algún lugar, ya me harté de
esconderme.
—¿Estás seguro? —elevó una ceja.
—Sí Tae, entre más lo hagamos más parecemos culpables. No somos los
mejores tomando decisiones, debí haberlo hecho de otra forma, pero es lo que
es ¿Te arriesgas conmigo?
Taehyung tomó sus mejillas y lo besó con pasión.
—Ya estamos juntos en esto ¿No?
—Siempre.
—¿Yeosang? Ya llegué ¿Dónde estás?
Dejó sus cosas en la entrada, había mucho silencio, por un momento pensó
que su esposo no estaba en casa, pero, Yeosang apareció casi corriendo, iba
vestido con ropa cómoda y holgada, con una enorme sonrisa en el rostro, su
cabello, ahora castaño claro estaba hecho un desastre, se encaminó hacia él,
saltando a sus brazos, JungKook lo recibió con cariño. Besó sus labios con
ternura, abrazando su cuerpo. Se sentía tan bien tenerlo entre sus brazos.
—Bienvenido cariño. Ya está lista la cena—rio entre su cuello.
—Oh, eso suena muy bien—besó su sien—. ¿Y Jaemin?
—Durmiendo su siesta, le di de comer y quedó tan satisfecho que no se ha
movido, lo he revisado, por lo que intuyo nos dejara cenar en paz.
—Oh, eso suena bien—le guiñó un ojo—. Podemos saltarnos la cena.
—No me tientes Min JungKook.
Fueron a la cocina, dónde había algo que olía maravilloso, JungKook casi
gimió por el aroma, Yeosang era excelente cocinero, le gustaba comer lo que
le preparaba, muchas veces le dijo que no era necesario, que tenía una
persona que hacía ese trabajo, pero, Yeosang le dijo que necesitaba hacer
algo, lo que fuera. Jaemin era pequeño, por lo que sus cuidados eran
especiales, y Yeosang hacía la mayor parte de ello, aunque había personal
para hacerlo.
—Espero te guste.
Le sirvió la cena, JungKook abrió una botella de vino para ambos, no
bebían siempre, menos ahora con Jaemin, pero sentía que era una noche
especial, había visto a Taehyung, y ambos habían cerrado un ciclo en su
relación, ahora no había cabos sueltos, él dejó claro que amaba a Yeosang,
porque esa era la verdad.
—Esto sabe delicioso.
—Me alegra que te guste.
—Pero, me siento mal con ello—hizo una pequeña mueca.
—¿Por qué?
—No deberías hacer todo esto, tenemos personal que puede encargarse.
—Ya te dije que no me molesta, hoy fue un buen día, además Jaemin es
muy tranquilo, me aburro aquí.
JungKook suspiró. —Cuando este más grande puede que te encuentre un
lugar en mi empresa.
—¿Seré tu asistente de nuevo? —rio elevando una ceja con picardía.
—No, algo mucho mejor, de hecho, ya que he adquirido parte de la
empresa de mis tíos, tal vez, manejar algo de ello te haga sentir mejor.
—No se nada de manejo de empresa.
—Las inversiones estarán a tu nombre, no tienes que hacer mucho, sólo
planeación y estar en juntas, ¿No te gustaría?
—No lo sé, podría pensarlo, pero, no quiero arruinarlo.
JungKook le sonrió tomando su mano. —No vas a arruinar nada, pero
puedes pensarlo, también puedes estar en mi empresa, sabes muchas cosas y
sé que tienes talento con el diseño, trabajar en ello podría ser bueno para
ambos.
—Sí, pero, iniciaré desde abajo, ¿Está bien? No quiero tratos especiales.
—Yo quisiera darte todo el trato especial que pueda.
—Lo sé, por eso lo digo. Ser tu asistente fue muy bueno, aprendí mucho.
—Si eres mi asistente nuevamente dudo mucho que pueda tener mis manos
fuera de tu cuerpo, aunque no, creo que eso sería muy bueno para mí.
—Eres un pervertido Min.
JungKook dejó la copa de vino hizo su silla hacia atrás y alargó el brazo
para tomar la mano de Yeosang y hacerlo levantarse, este término a
horcajadas en su regazo, el beso no se hizo esperar, sus bocas se movían con
profundidad, no podía tener sufucilete de él, era imposible, lo besó con
necesidad, porque eso era lo que Yeosang significaba para él, una necesidad
implacable. Lo subió a la mesa sin poder controlar sus impulsos, le quitó el
pantalón y la ropa interior, Yeosang jadeaba y él se introdujo en su cuerpo
con un gruñido, era insaciable el deseo que sentía hacia su esposo, volvió a
besarlo, haciendo un desastre en la mesa mientras lo embestía con fuerza,
Yeosang respondía tan bien a él, no podía evitar tenerlo. Era el amor de su
vida, lo amaba y lo necesitaba.
Era de madrugada cuando despertó por el sonido del teléfono, entrecerro
los ojos cuando vio de quién se trataba.
—¿Si?
—Jungkook necesito que vengas, es urgente.
—¿Sucedió algo? ¿Están bien?
—Te explicaré todo cuando vengas, por favor.
JungKook miró a su lado, a dónde Yeosang dormía plácidamente, suspiró
pesadamente.
—Sí, está bien Yoongi, iré.
Ya estamos en el último arco de la historia. Comenten
67

Miraba el manto blanco que recubría el suelo fuera de la casa, suspiró con
profundidad, en sus manos había una taza de chocolate caliente con pequeños
bombones, Yoongi había tomado nota sobre sus antojos dulces, apreciaba el
gesto, la noche anterior se habían ido a dormir juntos después de lo sucedido
en la sala, aún lo recordaba y su cuerpo se erizaba, fue un golpe duro de
emociones y sentimientos que lo dejaban fuera del ring de pelea, no podía
luchar contra lo que sentía y la parte que quería creerle a Yoongi estaba
ganando.
—Se ve hermoso—dijo Yoongi llegando a su lado, bebiendo café.
—Sí, se ve increíble—asintió—. Cómo los paisajes de las películas
navideñas.
—Faltan tres meses para navidad, pero, sí, da el ambiente. ¿Cómo te
sientes?
—¿Sobre?
—Sobre todo, ayer hablamos muchos.
—No hablamos casi nada—rio por lo bajo—. Me siento bien, estoy más
relajado, no entiendo la razón.
—¿Sigue molestándote mi presencia?
—No, no como antes, eso ha cambiado.
—¿De buena manera o de mala?
Jimin le miró de reojo, Yoongi parecía tener cuidado con sus palabras.
—Supongo que es bueno, no lo sé realmente. ¿Tú cómo te sientes? ¿Sigues
teniendo miedo de lo que pueda pasar con tu familia?
—Lo tengo, pero, llegué a la conclusión de que era necesario, no me
arrepiento, ya no.
—Ya veo.
Yoongi alargó la mano para acariciar la mejilla de Jimin, este sonrió ante el
gesto, era increíble como una persona era capaz de hacerlo sentir el cielo y al
mismo tiempo llevarlo al infierno.
—Te ves lindo hoy.
—¿De verdad? Siento que estoy más hinchado. El bebé ya es muy grande
para mi cuerpo. No creo poder aguantar hasta el final.
—Bueno, tienes que hacerlo, es pronto para que llegue, te ves hermoso de
igual forma, me gusta verte.
Jimin mordió su labio inferior. —Ya basta de eso, tengo cosas que hacer.
Camino al perchero, de dónde tomó sus guantes, un gorro y su chamarra
gruesa, después de calzar sus botas salió dirigiéndose a la caballeriza, en la
granja tenía algunos animales, un viejo caballo que su padre había rescatado
del sacrificio, gallinas y una vaca. No sabía por qué su padre había rescatado
esos animales, antes supuso que tenía un gran corazón como para verlos
sufrir, pero, desde hace días comenzó a sentir algo extraño en su pecho.
—Te ayudo—dijo Yoongi tomando la alfalfa.
—Puedo solo.
—Puedes, pero quiero ayudarte.
Jimin asintió, abrió la puertecilla del caballo y dejo que Yoongi entrara a
dejar el alimento.
—¿Por qué si tenían un caballo me dijiste que no sabías montar?
—Oh, no se puede montar, Hann tiene artritis, fue montado desde muy
pequeño, papá lo salvó del sacrificio.
—Debe pasarla mal.
—Toma sus medicamentos, tiene una buena vida aunque, siento que no le
queda mucho, lo he visto muy recaído, creo que extraña a mi padre.
—Los animales son...sensibles—susurró acariciando el lomo del caballo.
—Lo son, han sufrido mucho, pero papá trató de que llevarán una buena
vida.
—¿De verdad? ¿Cómo?
—A Hann lo iban a sacrificar, lo vimos en el pueblo, papá conocía al
dueño, Daysi la vaca estaba desnutrida en el campo, así que la ayudó, las
cinco gallinas y el gallo estaban en venta, porque su dueño no los quería más.
—Fue una buena obra.
—Sí, lo fue.
—¿Sucede algo? —dijo mirándolo de reojo curioso.
—No es nada.
—Dime.
—Me hace pensar, en mi padre y sus motivaciones—se encogió de
hombros—. ¿Y si yo soy como esos animales? Ya sabes, un proyecto de
caridad. No somos muy diferentes.
—No Jimin.
—Ustedes también lo pensaron ¿No?
Yoongi se acercó a él y lo tomó de los hombros.
—No, no es así, el abuelo te quería, creo que fuiste la persona a la que más
quiso, sólo quería que tuvieras una vida mejor, no eres la caridad de nadie.
Jimin hizo una mueca desviando la mirada. —Últimamente desconfío de
todo.
—No, no lo hagas, no por lo que nosotros hicimos, eres especial Jimin,
cualquiera puede verlo, eres increíble, el abuelo vio eso en ti, que vales todo,
te amo y mereciste ese amor.
Jimin no contesto, últimamente dudaba de todo y de todos, se encaminó a
la salida, estaba en eso cundo sintió un golpe en la nuca, no fue fuerte, pero la
nieve salto alrededor. Se volvió sorprendido, vio a Yoongi sonreírle con
complicidad, frunció el ceño y se agachó para tomar nieve, hizo una bola y la
lanzó a Yoongi, pegándole apenas en el hombro, se miraron unos instantes
antes de comenzar la lucha, Jimin se cubría mientras reía, hace mucho que no
reía de esa forma, lo mismo pasaba con Yoongi, se estaban divirtiendo como
niños, Jimin levantó las manos en son de paz.
Estaba cansado, no podía moverse como antes, como pudo se recostó en la
frialdad, Yoongi corrió hacia él.
—¿Estás bien?
—S...í—dijo sin aliento.
—Ven, tienes que levantarte de ahí, puedes enfermar.
—Yoongi ven.
Tomó su brazo y lo empujó hacia abajo, Yoongi bufó, pero se recostó a su
lado, miraron el cielo más despejado, tomó su manos enguantada y la apretó.
—¿No hiciste esto cuando eras niño?
—Jamás—susurró Yoongi—. Últimamente he hecho muchas cosas por
primera vez, contigo.
—¿Debo sentirme halagado?
—Deberías, hace un tiempo, ni siquiera hubiera pensado en este momento,
pero me gusta.
—Hace frío.
—Te lo dije—negó levantándose, tomó a Jimin de la mano y le ayudó a
ponerse de pie, sacudió el resto de nieve de su ropa, Jimin le miraba con un
mohin tierno.
Volvieron a la casa, Jimin subió las escaleras para tomar un baño caliente,
su corazón latía con fuerza, tener a Yoongi cerca era peligroso para su
bienestar, entró a la ducha caliente suspirando, su cuerpo se sentía
entumecido por el frío, estaba concentrado en sus pensamientos confusos,
cuando sintió el cuerpo cálido que se pegó en su espalda, se tenso por unos
segundos antes de que los besos ligeros en su hombro desnudo le hicieran
relajarse, ladeo la cabeza, dejando que fuera más allá, con aquellas dulces
caricias en su cuerpo, volvió la cabeza y atrapó los labios de Yoongi,
fundiéndose en un beso profundo y lleno de anhelo. Porque si era un sueño
no quería despertar.

—Llegó el correo—dijo Yoongi mostrando los paquetes que había


recogido de la entrada.
—Oh, esperaba unas cosas.
Yoongi le entregó todo a Jimin y se sentó en el otro sillón, siguiendo con
su lectura, estaba aburrido, habían pasado años desde la última vez que tuvo
tanto tiempo libre, necesitaba buscar algo qué hacer, pero, por el momento
estaba bien al lado de Jimin, cuidando de él. Esos días había retrocedido,
miraba al pasado, a la persona que era hace unos meses, despreocupado, cruel
e interesado, pero ahora, las motivaciones que le habían invitado a actuar,
estaban dispersas, no sabía quién era, pero, de lo único que estaba seguro era
de que no quería que su hijo lo odiara o que creciera en su mundo.
—Yoongi...
La voz de Jimin le distrajo, este estaba mirando unos documentos, su
rostro estaba pálido, de inmediato se acercó a él, sentandose a su lado.
—¿Qué sucede?
Jimin le enseño los papeles, reconoció el logo del hospital privado, pocos
segundos después se dió cuenta que era un acta de defunción, la de su abuelo,
tomó los papeles de las manos de Jimin y miró varias veces, sintiendo como
un escalofrío recorría su cuerpo entero. Ahí estaba. Causa de la muerte:
Asfixia mecánica por sofocación.
—¿De dónde sacaste esto?
Jimin estaba en shock, Yoongi tomó el sobre, pero este no tenía
información sobre nada, hizo una mueca, no podían ser reales.
—Jimin..
—¿Tú lo sabías? —balbuceo sin mirarlo.
—No, basta esto puede ser falso.
Jimin le miró de golpe con lágrimas en los ojos.
—¿No dijiste que tú familia era capaz de todo para obtener su maldita
herencia? —gruñó empuñando las manos—. ¡No te creo que no sea verdad!
—¡Espera! Todo esto puede ser mentira Jimin.
—¿Y si no lo es? ....papá estaba bien, se encontraba estable, sólo empeoró
cuando se encontró con tu padre ¡Ustedes le hicieron algo!
Jimin se levantó, alejándose de él, con el odio en sus ojos, Yoongi negó
una y otra vez.
—No, yo no hice nada, yo no sabía nada.
—¡No te creo nada!
—¡Tienes que creerme! Yo no estaba al tanto de esto.
—¡Lo único que han hecho tú y tú maldita familia es arruinar nuestras
vidas! ¡¿Todo por una herencia?!
—Sí Jimin, a eso es a lo que me refería que ellos harán todo para tener el
poder, por eso tenía miedo, si esto es real, cualquiera en la familia pudo
hacerlo, y quién está mandando esto, posiblemente lo haga con intenciones
egoístas no para ayudarte. Sé que estás molesto, pero te juro que yo no tenía
idea, yo estaba contigo ese día, mi único trabajo era estar a tu lado, ellos no
dijeron nada sobre planes que involucran un asesinato, Jimin, te lo suplico,
tines que creerme.
—¡Ya deja de mentir! Eres igual a ellos y siempre lo serás, no puedo creer
que pensé que podías cambiar, son maldad pura, no les importa nadie más.
Yoongi trató de acercarse a él, pero Jimin se alejó.
—Escucha, no es así, yo no sabía de esto.
—¡Te odio Min Yoongi!
—¡Está bien, ódiame, pero no por esto, yo no sabía nada Jimin, yo no soy
un asesino!
—¡Eres cómplice de ellos!
—¡No!
—Dime ¿Si lo hubieras sabido, los habrías detenido?
—Claro que si, no me prestaría para eso.
—Pero, si para engañarme y jugar conmigo. No tienen salvación.
—Jimin, por favor, tienes que calmarte.
—¡No me pidas que me calme cuando acabo de enterarme que asesinaron
a mi padre Yoongi! —sollozo con rabia—. Y...ellos harán lo mismo
conmigo.
—No—negó con firmeza—. Yo jamás dejaré que te hagan daño, por favor,
tienes que confiar en mí.
—¿Cómo me pides eso? —dijo sonriendo amargamente—. Jamás confiaré
en ti.
—No tienes opción, yo los conozco, y soy el único que puede cuidarte.
—No quiero que estés cerca de mí y tampoco de mi hijo, no quiero tu
asqueroso apellido en su nombre, ni que formes parte de su vida ¡Los odio!
—No me hagas esto, escucha, por favor...
—¡No te voy a escuchar!
—Tienes que calmarte, Jimin. Basta.
Jimin estaba demasiado alterado y Yoongi pudo notarlo, por eso, cuando
esté tomó su estómago y se inclino hacia adelante con una mueca de dolor,
sintió que algo terrible iba a suceder.
—¿Estás bien?
—No, me duele.
El terror en sus ojos movilizó a Yoongi, se acercó y lo tomó de la mano
para ayudarlo a sentarse, pero, eso sólo hizo que Jimin jadeara de dolor.
—Yoongi, creo que tienes que llevarme a la clínica. Algo no está bien—
susurró sin aliento.
No recordaba el camino, ni como Jimin había entrado a una habitación
donde estaban revisándolo, no dejaron que entrara, y se estaba volviendo
loco, tomó su teléfono, llamando a la única persona que sabía que necesitaría.
—Jungkook, necesito que vengas. Es urgente.
Yoongi estaba seguro de que su familia era peligrosa, pero jamás imagino
la gravedad del asunto, si ellos tenían que ver en la muerte de su abuelo,
entonces Jimin y su hijo estaban en peligro. Tenía miedo.

Espero que les haya gustado, nos leemos pronto, no se olviden de


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68

—¿Estás seguro de que no quieres que vaya a quedarme contigo?


—Ya te dije que no, puedo con esto, además JungKook dijo que no
tardaría más de un par de días.
—Si necesitas algo, no dudes en llamarme.
Yeosang bufó. —Ya no soy un bebé, pero, si llego a necesitar algo, lo haré.
Te tengo que dejar, Jaemin necesita comer.
—Dale un beso de mi parte, adiós hermanito.
—Adiós.
Dejó el celular en la mesa y recogió las pocas cosas que estaban esparcidas
por alrededor, caminó hacia su bebé que estaba en su cunita, lo tomó en
brazos, no había llorado, pero, ya estaba comenzando a quejarse, sonrió
sentandose en el sillón y acomodando una almohada bajo él para poder
alimentarlo, mientras lo hacía, acariciaba su rostro, su piel era suave, le
gustaba estar a su lado. JungKook se había ido de emergencia, era la primera
vez que estaba a solas con su bebé, tenía miedo, pero, pensaba que debía de
hacerse a la idea, para no depender tanto de otras personas, al final del día,
era su bebé y tenía que acostumbrarse a cuidarlo.
Jaemin era un bebé tranquilo, dormía la mayor parte del tiempo, tenía dos
meses y medio, pero, parecía que estaba más interesado en comer y dormir,
casi no lloraba y le gustaba que le dieran su baño diario, era un bebé especial,
empezaba a ver qué se parecía más a JungKook, lo cual adoraba, amaba a su
esposo y amaba aun más a su hijo. Tenía una familia y era lo que importaba.
Hace meses jamás se hubiera visto en esa situación, se burlaría de
cualquiera que le dijera que terminaría siendo el esposo y padre del hijo de su
jefe, su vida había dado un giro completo, ahora vivía más cómodamente y
podía soñar en grande, sin limitaciones, sabía que JungKook siempre estaría
ahí para apoyarlo.
Cuando el bebé dejo de comer, se quedó completamente dormido, lo
acomodo de nuevo en su cunita y se levantó para hacer algo de limpieza o de
cenar, estaba decidiendo lo que haría, hasta que el sonido del timbre lo
interrumpió, pensaba que era su hermana, ella siempre tan protectora, pudo
haber hecho caso omiso de lo que dijo, así que fue a abrir, pero detrás de la
puerta no era su hermana la que esperaba, se quedó petrificado mirando al
imponente hombre frente a él.
—Hola, tú debes ser Yeosang ¿Verdad?
—Sí señor—susurró haciendo una reverencia.
—Supongo que me conoces ¿No es así? Soy Min Jiyong, el padre de
JungKook.
Claro que lo conocía, lo había visto un par de veces en la empresa de
JungKook, y contestó sus llamadas en repetidas ocasiones, al igual que todos
los Min, la persona que estaba frente a él, le causó terror, iba bien vestido,
como se esperaba de una persona poderosa, su rostro era apacible, pero duro,
le miraba con seriedad.
—Jun...Jungkook no está aquí señor.
—Lo sé, no vine a verlo a él, quería hablar contigo. ¿Me vas a dejar pasar?
Es descortés que me dejes en la puerta.
Yeosang asintió sin poder pronunciar palabra alguna, se hizo a un lado
dejando que Jiyong entrara, este miró alrededor con una mueca. Yeosang
tuvo el impulso de pocisionarse frente a la cuna de su bebé, pero se quedó
dónde estaba.
—¿Desea algo de beber?
—No—dijo acercándose a la cuna. Yeosang apretó las manos para no
apartarla.
Sabía cómo eran los Min, no podía ponerse en contra de ellos, le
aterrorizaban. Jiyong miró a su bebé y sonrió a medias.
—Es parecido a JungKook, eso es bueno—suspiró—. Siéntate, tenemos
que hablar.
Ambos se sentaron en sillones apartados, Yeosang miró a sus manos en su
regazo, tenía un nudo en la garganta, porque no sabía qué esperar de la
persona que estaba frente a él.
—¿Sabes por qué estoy aquí?
—No señor, no lo sé.
—Si eres lo bastante inteligente para engatusar a mi hijo, lo eres para saber
por qué estoy aquí ¿No?
—Yo...yo no hice eso—susurró mirándolo alarmado.
—¿Y quieres que crea que él realmente se enamoró de un simple asistente?
—rio por lo bajo—. Conozco bien a JungKook, siempre fue un niño sensible,
es el menor, así que se le dió todo, tal vez le faltó un poco de atención, de
haberla tenido, nos habríamos dado cuenta de su noble corazón, uno que lo
llevará a la desgracia.
—Yo no planee esto, sólo sucedió.
—Las personas como tú, manipuladoras e interesadas siempre tratan de
hacerse los inocentes, no es así, lo más seguro es que lo hayas seducido para
quedar embarazado, ¿No sabes el futuro que JungKook tenía en sus manos?
Iba a casarse con una persona de su nivel, no con alguien tan simple y
pobreton como tú. Lo siento por mi nieto, lamentablemente tiene tu sucia
sangre.
Sus ojos picaron, tenía ganas de llorar, nunca imaginó que alguien le
hablaría de esa forma, era algo que tenía previsto, que las personas hablarían
de él, que lo llamarían oportunista, pero, escucharlo del padre de JungKook
era algo completamente diferente, ahora comprendía por qué este no quería
cerca a su familia.
—Siento mucho que piense así señor Min, pero, eso no es verdad, jamás
me ha interesado el dinero de JungKook, yo me enamoré de él, por su
persona, no por lo que pueda tener, y aunque mi hijo no fue planeado, lo
amamos. No tiene el derecho de hablarme así.
Aunque quería sonar firme, su voz se quebró, Jiyong bufó.
—Tengo todo el derecho del mundo, si me entero que JungKook se ha
alejado de nosotros por tu culpa, poco me va a importar que seas el padre de
su hijo, te voy a destruir, te quitaré todo, incluso al niño y haré que JungKook
te odie, tengo el poder para hacerlo, así que no te pases de listo ¿Entendiste?
No pudo contestar nada, JiYong se puso de pie, le miró con desden, como
si no fuera nadie.
—Y limpia aquí, sólo sirves para eso, las personas sin clase no son más
que simples sirvientes. No olvides de dónde vienes Kang Yeosang.
Se encaminó a la puerta, saliendo. Al quedarse solo, las lágrimas
comenzaron a descender por sus mejillas, se sentía mal, realmente humillado,
triste y adolorido, también, con temor, porque en los ojos de Min Jiyong vio
que no jugaba, que todo lo que decía era verdad, él podría destruir su vida,
quitarle todo lo que amaba y eso le aterrorizó.
—Cuando me llamaste y me diste la dirección de una clínica, pensé que
Jimin se había puesto de parto—dijo JungKook con seriedad—. Pero, al
juzgar por tu aspecto es algo peor que eso ¿No?
Ambos estaban en una cafetería que se hallaba frente a la clínica, Jimin aún
no estaba recibiendo visitas, tendría que esperar un par de horas, no creyó que
JungKook llegaría tan rápido, pero se lo agradecía mucho, ya que, tras el
paso del tiempo, Yoongi sentía que se estaba volviendo completamente loco.
—Si, por lo que el médico me dijo, ha sufrido un colapso debido a una
fuerte impresión, su tensión arterial bajó y por eso tuvo el desmayo, pero, ese
no es el problema, si no las bajas y altas de tensión que ha sufrido, dicen que
al tener siete meses y medio, esto se pondrá más peligroso si no lleva un
tratamiento adecuando, tratamiento que no tienen, Jimin debe ir a un hospital
más grande.
JungKook hizo una mueca. —Eso es peligroso, claro que tiene que ir, te
puedo recomendar al médico que estuvo al pendiente del embarazo de
Yeosang, también ese hospital, es uno de los mejores en Seoul.
—Ese es el problema Kook, por nada del mundo Jimin va a acceder a ir a
Seoul, mucho menos ahora, esto es por lo que te llamé—susurró pasándole el
sobre con la información que habían recibido, JungKook lo tomó y sacó los
papeles que contenía, concentro leyendo, su rostro fue decayendo poco a
poco—. Se lo mandaron a Jimin, la misma persona que le dijo lo que
estábamos haciendo, sobre el plan y esas cosas.
JungKook se quedó unos momentos en silencio, asimilando lo que acababa
de leer, suspiró pesadamente antes de mirar a su hermano.
—¿Crees que esto sea verdad? ¿Crees que ellos harían algo como esto?
—Ambos sabemos la respuesta, la pregunta real es quién lo hizo y
también, quién está mandado está información y por qué razón. Ellos no
harían estos movimientos en falso, es un gran problema.
—El problema es que todos tienen razones para hacerlo, esto puede ser
también falso, no se puede hacer nada sin investigar.
—Lo sé, es necesario que se haga de esa forma, pero, no tenemos tiempo,
si esa información es real, entonces, quiere decir que nos enfrentamos a algo
mucho más fuerte y peligroso ¿Por qué no le harían daño a Jimin y al bebé?
—¿Qué es lo que quieres que hagamos? Me llamaste aquí, porque
necesitas ayuda, ¿Qué es lo que estás tramando?
—Si Jimin quiere regresar, necesitaré toda la ayuda posible para descubrir
qué está pasando, sé que nunca quisiste involucrarte en nada de esto, pero no
confío en nadie más.
JungKook se quedó el silencio unos momentos. —Jimin ¿Quiere hacerlo?
Espera ¿Cómo lo tomó?
—Me odia, piensa que tuve algo que ver, lo cual es lógico, quiero que sepa
que no hice nada en contra del abuelo, pero, aún si no lo cree, tengo que
ayudarlo. Si ellos mandaron esto, es porque están al tanto de Jimin.
—Nuestros padres y la familia está molesta con el hecho de que te fuiste,
no podremos hacer nada si tú también eres un blanco para ello, debemos
pensar en una forma de descubrir esto, pero teniendo cuidado, ninguno de
nosotros debe de ponerse en riesgo, tenemos más que perder.
Yoongi asintió y bajo la mirada a sus manos. —Tengo que hablar con él,
es la única forma de saber lo que quiere.
—¿Crees que acepte nuestra ayuda?
—No, no lo creo, antes, pensé que sabía cómo controlar a Jimin, que podía
manejarlo a mi antojo, pero no es así, le temo a su reacción, íbamos bien,
estábamos en un punto dónde podíamos avanzar, pero, ahora, eso será
imposible.
—Tienes que hacerle frente a las consecuencias de tus actos, lo principal es
hacer que llegue al término del embarazo bien, después, tendremos que
enfrentar la realidad de la familia, algo no está bien, y están avanzando.
Pensaré en algo mientras tú hablas con él. ¿Te parece bien?
—Gracias, no pensé que querrías ayudarme.
—Somos hermanos Yoongi, tal vez no seamos iguales, no tenemos la
mismo personalidad, pero, seguimos siendo hermanos y te ayudaré.
Yoongi le sonrió. Tanto él como JungKook habían crecido con ideas muy
diferentes sobre el deber y la vida, mientras que él era más frío y sensato,
JungKook siempre fue más sensible e irracional, su deber con la familia no
era tan fuerte como el suyo, él no sería un heredero, no podría, por eso, había
separado su camino para construir un nombre propio, a veces, Yoongi lo
envidiaba.
Regresaron a la clínica, dónde le informaron que Jimin estaba despierto, el
nerviosismo le hacía detenerse en la puerta, inseguro de entrar, pero, tomó
una enorme bocanada de aire que soltó lentamente, así fue que abrió la puerta
y lo miró, lucía pálido, enfermo, sus labios resecos y ojos rojos debido al
llanto, su cabello era un desastre, estaba mirando hacia la ventana, el cielo
estaba nublado, aún había nieve en el suelo, y el frío llegaba a ser
insoportable.
—No quiero verte.
Su voz sonaba distorsionada, perdía la fuerza, Yoongi no se detuvo,
camino hasta quedar al lado de la cama, en el espacio de los pies, a una buena
distancia.
—Tienes que escucharme.
—No hay nada que quiera escuchar de ti.
—Sé que no me crees cuando te digo que no tuve nada que ver en todo
esto, pero es la verdad, jamás haría algo así, nunca, yo no tenía idea de que
alguien pudiera hacerle daño al abuelo, se supone que lo único que
necesitaban de él era una firma, nada más.
Jimin le miró de golpe, sus ojos eran una mezcla de dolor y desolación,
quería acercarse y abrazarlo, pero mantuvo la distancia.
—Todo por una maldita herencia, yo perdí todo gracias a ustedes. Eres
igual a ellos, siempre lo serás.
—Jimin, me cansé, me equivoqué mucho y lo sé, creeme que lo tengo
presente a todo momento, pero, me he esforzado para mostrarte que te amo y
que quiero hacerlo diferente, pero tú te empeñas en ver siempre lo malo de
esto, yo no fui, yo no tenía idea. Quiero que seas honesto conmigo ahora.
—¿Yo tengo que ser el honesto? Me causas risa—rio sin ganas.
—Esto que pasó, sólo deja al descubierto que mi familia no te va a dejar en
paz, que estás en peligro y no sólo tú sino también el bebé, quiero ayudarte,
pero necesito que confíes en mí, dime ¿Puedes hacerlo?
Jimin le miró con tristeza, así hasta que derramó algunas lágrimas, Yoongi
se acercó, sentandose a su lado, tomó su mano con delicadeza.
—¿Tú confiarías después de lo que sucedió?
—Te amo Jimin, te amo y amo a mi bebé, no voy a dejar que nadie los
toque.
—¿Irás en contra de tu familia por mí? Yoongi eso no tiene sentido.
—Tú eres mi familia—susurró acariciando su vientre—. Tú y mi bebé lo
son, Jimin, confía en mí, si no lo haces, no podremos hacer nada contra ellos,
está bien si no me perdonas, incluso si no lo haces nunca, pero, deja que nos
saque de esto. Podemos hacerlo, y sólo lo vamos a lograr si lo hacemos
juntos.
El labio inferior de Jimin tembló. —¿Y si sólo les doy todo y acabamos
con esto?
—Si fuera tan sencillo, claro que lo haríamos, pero, a estas alturas no creo
que ellos sólo busquen eso, planean algo más.
—No sé si quiero eso, menos ahora.
—¿El médico ya habló contigo? Sabes que tienes que ir a un hospital,
tenemos que regresar a Seoul, si ellos ven que estamos huyendo, entonces,
hallarán la manera de traernos de vuelta.
—Tengo miedo...
—Yo también—susurró cerca de su rostro—. Pero, tenemos que hacerlo,
descubrir qué es lo que quieren y parte de eso, significa que tenemos que
entrar en su juego, hay personas que te apoyan, varios miembros del consejo,
y Leeteuk, podemos hacer esto.
—¿Solos?
—Necesitamos a alguien y llamé a la personas que puede ayudarnos.
—¿Quien?
Yoongi se levantó, fue a la puerta y salió un momento, para después
regresar trayendo consigo a JungKook.
—Hola Jimin.
Jimin le miró inseguro. —¿Tú sabías todo?
—Lo sabía, lo básico, pero, no intervine, lamento mucho eso, debí hacerlo
antes. Pero, quiero que entiendas que en ese momento pensé que entre más
alejado de la familia estuviera, era lo mejor. Yoongi me pidió ayuda, hay
cosas peligrosas pasando, necesitamos saber quién te está mandando aquellas
pistas y también si lo que dice ese documento es real, si ellos están detrás de
la muerte del abuelo, significa que son más peligrosos de lo que pudimos
pensar.
Jimin mordió su labio inferior, aún no podía creer lo que decía aquella
acta, tenía miedo de pensar que alguien le hizo daño a su padre.
—¿Y qué se supone que haremos? Estoy embarazado, no sé nada de esto,
seré un blanco fácil si regreso allá.
—No—dijo Jungkook con seriedad—. Si te quedas lejos ellos podrían
actuar, necesitas ser visto, por todos, los que están en contra de las ideas de
nuestros padres y quiénes te odian, ellos necesitan pensar que sigues siendo el
mismo, que no sabes nada del asunto, eso también nos hará atrapar a quien
está mandando las pistas, ya que pensará que estás ahí por su causa.
Yoongi suspiró sin soltar la mano de Jimin.
—¿Y cuál es al plan?
—Van a tener que actuar y fingir, que se odian, Yoongi irás con la familia
y les dirás qué sólo te alejaste para seguir con la fachada con Jimin, por el
bebé, haremos que lo que más te importe sea el bebé, tú heredero, Jimin
actuará como el inocente de siempre, salvó que ahora será más agresivo, ellos
se tragarán eso, la única razón por la que regresaste es por el bebé, porque no
estabas bien. Hablaremos de esto con Leeteuk, necesitarás toda la protección
posible.
Jimin entrecerro los ojos. —¿Fingiremos que nos odiamos para que
Yoongi no sea el blanco?
—Sí, y para que ellos piensen que no tienes idea de lo que pasó. Es la
única forma, se van a descubrir solos, tengo amigos que son investigadores,
¿Creen que pueden hacerlo?
Yoongi dudo. —No lo sé, parece arriesgado, no creo que ellos sigan
confiando en mí.
—Lo harán Yoongi, tú sabes cómo manejarlos. Ellos confían en ti, saben
que te necesitan.
—¿Jimin? ¿Qué piensas?
—No haré nada más hasta que el bebé llegué bien, fingiremos, pero, no
haré ningún movimiento hasta no tener al bebé conmigo. Quiero saber quién
le hizo esto a mi padre, quiero que ellos paguen, la pregunta es si ustedes
están bien con eso.
JungKook suspiró. —Tengo un esposo y un hijo que mi familia
desaprueba, no puedo quedarme de brazos cruzados cuando puede que ellos
también estén en peligro, así que puedo hacerlo, no confío en nadie en este
momento.
—Ya te dije que mi prioridad son tú y el bebé, lo demás no importa. Pero,
Jimin, tienes que confiar en mí, y que la persona que seré llegando ahí, no es
la que está hablando contigo. ¿Puedes hacer tú eso?
Jimin los miró por unos momentos, no estaba seguro de que fuera el
camino correcto, pero, a pesar de su miedo, necesitaba venganza, que ellos
pagaran por lo que hicieron, Jimin miró a Yoongi, no tenía otra opción más
que confiar en él.
—Sí, puedo hacerlo.
—Entonces hablaré con el doctor, regresamos a Seoul.
Pum, se viene lo bueno

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