Está en la página 1de 2

NOMBRE DEL ESTUDIANTE: Alejandra Gómez Sánchez

GRADO: 10-1
TALLER: Guía de aprendizaje de Ética y Cultura de Paz NO. 2

EVALUACIÓN
Teniendo en cuenta los videos que acabas de observar, reflexiona un poco y da los
argumentos necesarios para contestar la siguiente pregunta:

¿QUÉ SENTIDO TIENE MI VIDA?

Es una pregunta que tal vez pueda llegar a tener un gran significado, o tal vez no; tal vez
sea una pregunta que nos genere muchas dudas, o tal vez no; pero en este caso, lo único que
es seguro es que nosotros somos quien daremos una respuesta a aquello, y aquí viene la
mía.
La vida está llena de esos momentos, y sólo es cuestión de saber prestarles atención para
resolver esta pregunta, pues hay momentos de dudas, de preguntas sin responder, y de
temores ocultos que salen a la luz. Estos momentos son dignos de ser analizados, porque de
cada uno puede aprenderse algo nuevo.
Para resolver esta pregunta, primero tuve miedo de hacérmela, porque, ¿qué pasaba si
realmente no tenía un sentido? Necesitaba saber si realmente estaba aquí por algo y para
algo, si haciendo todo el esfuerzo que hacía lograría conseguir algo, pero lamentablemente
mi miedo pasó a hacerse realidad. Con el tiempo me di cuenta de que todo lo que el destino
tuviera preparado para mí, no iba a lograrlo; me di cuenta de que mi vida simplemente no
tenía sentido alguno, y que no valía la pena nada de lo que hacía o intentaba hacer, todo era
en vano porque mi tristeza se encargaba de arruinarlo todo, así que ya no le veía sentido a
nada. No entendía por qué ni para qué estaba aquí, e incluso pensaba que no debería estarlo.
Estos sentimientos negativos comenzaban a consumirme poco a poco, pues me sentía una
inútil, y con alguien que en aquél tiempo era tan importante para mí recordándomelo
siempre no había forma de que aquello saliera de mi cabeza. Me sentía triste, y aún peor,
me sentía sola. Aunque estuviera rodeada de personas, me sentía sola, me sentía aterrada,
porque no tenía nadie a quién acudir, y me daba miedo hacerlo.
Todo se había vuelto un bucle sin fin para mí, todo era tan oscuro, todo terminó por
agobiarme tanto que quise acabar con mi vida, pero tal vez mi cobardía y mi valentía se
encontraban en una disputa sobre qué pasaría conmigo, y al final ganó mi cobardía. No me
sentí capaz de desaparecer, aunque en ese momento era lo que más deseaba.
Desafortunadamente, luego de aquél incidente las cosas no mejoraron para mí, los mismos
pensamientos seguían plasmados en mi cabeza, haciéndose cada vez más fuertes y
significativos, logrando destrozarme por completo, hasta el punto en el que mis ganas de
cualquier cosa habían desaparecido, lo que solía divertirme ya no lo hacía, lo que me
distraía en mis tiempos libres era un espacio más para agobiarme con mis pensamientos
negativos, no conocía esa palabra llamada “motivación”, y mi única razón para seguir
levantándome de mi cama todos los días era aquello llamado “monotonía”, y, por supuesto,
intentar esconder todo aquello que me pasaba por miedo a saber la reacción de los demás,
pues tal vez pensarían que era una forma de llamar la atención, y lo único que terminaría
por conseguir sería el rechazo.
Las cosas seguían sin mejorar, y de nuevo, mis ganas de desaparecer se hicieron más
fuertes que nunca; y sí, fue mi segundo intento de suicidio, que de nuevo dejé de lado por
mi cobardía, y por miedo a el daño que podría generar a causa de eso. Pero, estoy
agradecida de que esto haya pasado.
Comencé a preguntarme: “¿es realmente esto lo que quiero para mí?, ¿estár enterrada,
dejando que los gusanos se encarguen de mí, mientras mis personas más queridas me
olvidan?”, una parte mía decía que sí, que no merecía algo más, pero por suerte había otra
que decía que no, que yo merecía algo más que eso, mucho más.
Nuevamente las preguntas volvieron a mí, pero esta vez preguntándome por qué mi vida no
tenía sentido, o si es que acaso en mi vida pasada había sido tan mala como para tener que
sentirme de esta manera en la que tengo ahora, pero también me hice la pregunta más
importante que pude haberme hecho hasta ahora, la cual era: ¿la vida tiene un sentido, o soy
yo quien debo darle un sentido?, y fue esa pregunta la que me ha ayudado a seguir adelante.
Me dio motivación a tratar de buscarle un sentido, pues no quería ser una inútil toda la vida,
realmente quería ser algo y hacer algo por mi vida, quería triunfar, conseguir mis objetivos,
y, sobre todo, revivir los sueños que mi tristeza había terminado por destruir.
A día de hoy, las cosas siguen siendo difíciles, pues aquellos pensamientos no se van del
todo, pero ahora sé que tengo personas a mi lado que nunca me rechazarán, y siempre
estarán ahí para mí, apoyándome.
Y bueno, mi respuesta a esa pregunta no era la que le había dado primero, mi respuesta
ahora es que soy yo quien debe darle un sentido a mi vida, esforzándome por lograr lo que
me propongo, dejando mis pensamientos negativos de lado, siendo más fuerte cada día,
evitando que la tristeza me agobie, buscando cada vez más formas de seguir adelante, sin
rendirme, y sobre todo, buscando más alternativas para ser feliz, porque ya estuve triste
mucho tiempo, y por fin puedo decir que aquello valió totalmente, porque es momento de
ser feliz, es tiempo de brillar, dejar salir de mí lo bueno que tengo y enfocarme en ello,
logrando así conseguir eso que a día de hoy es mi sueño: darle un sentido a mi vida.

También podría gustarte