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Valeria Aldana Mercado

Heridas del alma

“Para sanar, hemos de invertir nuestro sistema de pensamientos,


debemos decidir quién dirigirá nuestra mente”. -Enric Corbera.

Sanar es agotador; no es un proceso, es un estilo de vida.

Hay algo que si esta estipulado de forma segura, el hecho de querer sanar para ser
exitosa comienza con el paso de primero sanar la relación que tienes contigo misma, eso
implica irse más a fondo y sanar nuestra primera herida que es la materna.

Hoy a mis 24 años me siento frente a esta pagina en blanco a dar registro de mi nueva
forma de ver la vida, pero para seguir adelante tengo que presentar ante este escrito a
mi niña interior, en el cual juntas agarradas de la mano nos adentraremos en esta
montaña rusa de emociones.

En mi caso he podido atender mi vida hasta ahora de forma automatizada, sin estar
presente y consciente de mi entorno y emociones, lo cual ha traído más bajos que altos
en mi realidad.

El suceso de la muerte de mi madre hace 7 años dio un giro de 180 grados a mi vida,
conocí más a fondo al hermano de mi mamá y con su esposa se volvieron mis padre
adoptivos. Adriana, la esposa de mi tió, empezó su proceso de sanación hace ya varios
años, con la ayuda de ella y la facinación que tengo por como el universo conspira a su
lado para que ella pueda realizar todo lo que se propone, llevo a mi una necesidad de
que es el momento para convertirme en esa persona que siempre quise ser.

Adriana ha estado en este proceso de sanación desde hace más de 10 años y cada día
aprende cosas nuevas, ha implementado en su vida la meditación, la ley de la atracción,
es una persona que es su diario vivir esta presente y consciente siendo coherente con lo
que piensa, dice y hace. En parte, ella me motivo a indagar más en mi interior y buscar
esas diversas practicas de autosanación y de cuestionarme principalmente sobre el
origen de mis emociones y pensamientos.

Con Adri desde hace rato hemos querido juntar mis habilidades de producción
audiovisual y sus habilidades de ayudar al desarrollo y bienestar personal para comenzar
una búsqueda de prácticas y herramientas que ayudaran a sanar las heridas de las
mujeres que quieren abrir su energia a lo sagrado femenino. De allí surgió el interés
sobre este trabajo y sobre el comienzo de mi proceso de sanación. Ella fue la persona
clave para poder abrir mi mente y darme cuenta que no puedo seguir así, ya que esta
forma en la que he actuado en mi vida está haciéndome daño y haciendo daño a las
personas que están a mi alrededor.

La presencia de mi mamá se ha visto reflejada en la mayoría de mis proyectos de la


universidad, el tema es que a través de esos procesos artísticos me he encerrado sin
crear para sanar, solo crear para poder mostrar la ayuda que solo yo puedo hacerle
frente, este tema lo he tratado de forma apersonal sin adentrarme en los confines de
mis pensamientos, tapando la herida con una curita y no dejándola respirar evitando así
mismo su sanacación.

LO PRIMERO QUE VI

Los recuerdos como la oscuridad del océano, en esa calma abrumadora donde el pensamiento que
surge es el desencuentro con tu niño interior, el bloqueo de las imágenes, de la película, el
comienzo de tu historia, esa historia muda en blanco y negro con sonidos en vivo.

Luego de lo profundo se escapa un mínimo recuerdo, los segundos y la familia reunida en la


naturaleza, con caballos dentro del paisaje, con risas y música, la diversión y el calor del
hogar hace presencia en el panorama.

Lo primero que vi fue la sonrisa de mi hermano menor,


Mi hermano menor con esa inocencia,
Mi hermano menor con la alegría de explorar el mundo,
Mi hermano menor con el deseo y la añoranza de jugar,
Mi hermano menor sin saber que esa familia en uno años se desboronaría.
5 y 10 años, mi hermano menor y yo, sin saber lo que vendría en el futuro.

La sensación se asemeja a un puñal al momento de recordar, ¿por qué recordar el pasado? Si en


el presente ya nada es igual ¿por qué añorar cosas, situaciones y personas que ya no van a estar
más? Suelta el pasado, sana, crece y déjalo ir, pero no, mejor enciérralo como una caja de pandora,
nunca le hagas frente y sin curar la herida sigue adelante, ¿mucho mejor, no crees?

¿Qué fue lo primero que vi?


Vi tu sonrisa,
Vi tus ojos brillar de emoción,
Vi tu cariño reflejándose en tus acciones,
Vi ese amor de madre que inundaba toda la escena,
Vi como los rayos de ternura abrazaban la película,
Como mis memorias se volvían a color,
Como los sonidos y la música empezaban a aparecer.

La nostalgia te carcome viva, te hace sentir, te hace tener emociones, al instante te hace daño y
luego te dan ganas de vivir, porque no quieres seguir pensando en algo que no volverá, en algo
que no veras, que no tocaras, que no abrazaras, que no lograras tener a tu lado, ni siquiera por un
milisegundo, que tu yo de vidas pasadas volvió a perder y que en esta viniste a perderla
nuevamente y a aprender a sanar esa perdida, que horrible es tener que sanar dos veces para que
esta sea la última, y no volver a sufrir, no volver a sentir lo mismo vida tras vida, pero después de
tanto tengo claro que el tiempo no sana la herida, la sana abrir esa caja de pandora, hacerle
frente, no luchar contra ella, abrazarla y con una sensación de paz pasar la página y soltar.

¿Qué fue lo último que vi?


A ti dormida,
En ese frio lugar,
No despertaste,
Después de 7 años sigues sin volver,
Aunque no te pueda ver,
Tocar,
Abrazar,
Tenerte a mi lado,
Se que estas ahí,
Siento tu energía a mi alrededor,
Es lo que me da ganas de vivir,
Porque, aunque quiera estar a tu lado,
Aunque quiera irme ya contigo,
Algo me dice que todavía no es mi momento.
Te doy gracias,
Te enfrento,
Abro la caja de pandora.

¿Y ahora qué sigue?..

Como este hay varios textos que dejan en visto el dolor que tengo con la ausencia de mi
mamá.

Me dí cuenta que cuando no tomamos conciencia del dolor, los conflictos que no hemos
resuelto en nuestra infancia se derrumban encima de uno como si de una cascada se
tratase, llegando al punto de que el vaso de agua no aguanta más y explota por la presión
de esos problemas internos. La caja de Pandora de mantiene abierta y no hay curita que
la cierre.

“Cuando recuperamos nuestra infancia, el amor vence al miedo”. (Tom Robbins)

Ese miedo de dejar la rutina y la comodidad con la que has venido luchando toda tu vida
hace que el proceso de sanación quede escondido detrás de una pared de hierro en tu
interior. Por lo tanto, la pregunta principal que guía mi texto es: ¿Cómo a través de mi
idagación para lograr un proyecto de lo sagrado femenino, logro incorpóralo a mi
experiencia de autosanación para mi vida cotidiana? Ya que antes de poder realizar el
curso para mostrar el conocimiento de Adriana al mundo, tengo que implementar esa
ideología en mi misma, ya que uno solo puede hablar de algo desde la experiencia
propia.

Para responder esta inquietud, viene un proceso de búsqueda e investigación sobre


diversas practicas para sanar y junto a la prueba y error poder interiorizar esta
experiencia, tomar en cuenta que cambia y que toca mejorar, para poder lograr dejar
atrás el modo a tu ático y ser presente y consciente de cada uno de mis pensamientos,
palabras y acciones.

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