Está en la página 1de 8

Al borde del precipicio.

De nuevo despierto en la madrugada, la angustia me consume,


mi corazón está acelerado, mi visión es borrosa pero sé que
estoy en mi guarida, no hay nadie alrededor. Cierro mi puño
con ira y maldigo viendo hacía arriba… no estoy teniendo un
mal día ni fue una pesadilla, mi grito y lágrima son el
producto de despertar de nuevo y tener que seguir con esta
puta vida. Me emputa que ni onírico deje de quemarme un
fuego patológico, mi propia mente me traiciona, ansiedad,
frustración, angustia, dolor, desesperación. Mi soledad y yo,
mi oscuridad y esta agobiante sensación.

No quiero ni puedo hacer nada, sólo sentir dejarme sumergir y


no intentar oponerme o sonreír porque eso solo intensifica mis
ganas de no existir. Tampoco quiero hablar con alguien
porque nadie lo va a entender y ya me tienen harto esas
mierdas motivacionales, la porquería de "tienes mucho porque
vivir" "vales mucho" "todo va a estar bien" en este punto si
alguien me dijese "no te desanimes, mataste" tal vez pudiese
hacerme sonreír. Y sí que lo he intentado, inclusive con
personas que al igual que yo les han diagnosticado, medicado
y tratado pero no funciona, sí uno lo escupe, llora, se siente
escuchado pero realmente no alivia nada y pensar que alguien
lo va a entender es estar muy, muy putamente equivocado.

La persona más empática, profesional de la salud mental, gurú


de la sabiduría oriental, máster motivacional o el puto
cantinero local nunca van a estar ni cerca de entender lo que
pasa por mi mente, ni siquiera yo lo entiendo y no necesito
que me recuerden que tengo, cuanto valgo, a quien le importo,
mi potencial y/o virtudes y capacidades… yo sé todo eso y
más que nadie y no se me olvidan cuando estoy en crisis, no
tengo alzheimer ni amnesia temporal (ojalá, pero no) lo
gonorrea del asunto es saber todo eso y seguir sintiéndose de
la mierda y escuchar a alguien mencionar todo eso y
haciéndome sentir dramático, fatalista, estúpido, débil,
cobarde y/o ignorante ya hace que pase del fastidio al
mandacomermierdalismo y por más que le tenga afecto,
respeto, confianza y que la persona quiera ayudar paila, es
inútil. Admito que un "te quiero" un abrazo o el simple
silencio y escucha reconfortan pero es momentáneo, una
anestesia temporal que ya no quiero y la madre que prefiero
sentirme mal con ganas e intensificar la malparidez con
valevergalismo y autodestrucción para así tal vez volverme
insensible o generar resistencia a esta inmunda agonía que es
mi existencia.

"No piense esas cosas" "no te sientas mal" ¡Jueputa! ¿Cómo


no lo había pensado? No pienso cosas malas y no tengo
sentimientos, fácil (?). Maldita sea sí yo pudiese controlar al
igual que con mis máquinas què proceso, qué almaceno, qué
borro sería una chimbita pero no, ni yo ni nadie con sangre en
las venas controla eso y el que diga que sí y es iluminado
mental y emocionalmente que coma mierda, no es posible
física, social, biológica, ni químicamente, ni sano, ni
demente… el que diga "estoy bien" sabe en el fondo que
miente ¿La felicidad y plenitud absolutas son imposibles? Sí,
absolutamente.

No quiero y tengo la certeza de que nadie va a venir a


"salvarme" es más, no quiero ver a nadie, no tengo ganas de
hacer ni mierda, no quiero levantarme o quizá empacar un par
de cosas y largarme, tal vez poner música deprimente
ponerme en posición fetal y llorar hasta dormirme, tomar mis
medicamentos para no solo estar deprimido sino medio
zombie y a demás sentirme un ahuevado malparido, consumir
alcohol para ponerme más imbécil y hacer o decir cosas para
mañana no solo estar vuelto mierda sino avergonzado
mirarme al espejo y decir "¡Qué pirobo tan bobo!". Opciones
es lo que tengo, mil ideas en la cabeza, voces que retumban y
me desesperan más, pasan las horas y yo sigo en modo
patético ojalá tuviese algo que hacer, una responsabilidad
ineludible o alguien a quien obedecer pero no y muy chimba
mi soledad, mi libertad y todo lo que puedo hacer pero paila
acá puedo escribir mil hojas sin poder darme a entender bien,
hasta yo mismo pienso que es una maricada, ganas de llamar
la atención y darme mala vida porque visto desde afuera no
me falta nada y debo estar agradecido y sentirme privilegiado
y bendecido al tener más de lo que merezco y decir que me
siento mal son solo ganas de joder.

Sinceramente no es que me sienta bajoneado y achantado todo


el tiempo, con la minora en la mano un soga en el cuello y
música emo de fondo autocompadeciendo la desgracia de ser
un poeta maldito incomprendido recitando los versos más
ridículos llenos de apologías al suicidio culpar a los humanos
por ser malos conmigo y sentirme un auténtico artista
incomprendido, un mártir victimizado y un agujero negro
colapsado de sentimientos y pensamientos únicos e intensos
que nadie más siente porque yo soy diferente, yo soy el
pobresito al que nadie quiere ni entiende. No no es así,
sostengo que nadie puede entender los pensamientos,
emociones y sensaciones de otro a no ser que exista un fuerte
vínculo afectivo y conexión fuerte pero es complicado y no es
mi caso, lo tenido, lo he sentido y es lo más severo de la puta
vida cuando se tienen crisis y/o se padecen trastornos, pero
eso es otro cuento. Volviendo a que no todo el tiempo estoy en
modo plasta e' mierda es porque así mismo como uno no
puede estar todo el tiempo bien tampoco se puede estar mal
24/7 y se trata de patalear para salir del pozo y en ocasiones se
logra oxigenar, despejar o entretener la mente ya sea
camellando -bueno marica, se acabó el tiempo de malparidez,
toca producir- o haciendo alguna actividad divertida solo o en
combo pero que haga decirme -la vida no es del todo una puta
mierda- uno sigue roto por dentro pero con una auténtica
alegría superficial y momentánea pero con la intensidad
adecuada, reconfortante. Mi firma favorita de sacudirme y
reiniciarme es cultivar una pasión (escribir, cacharrear
aparatos, descubrir letras, animes, películas, música) esas
chimbaditas simples pero apasionantes porque uno puede
estar en la inmunda, es parte de la vida, sea cual sea la causa o
magnitud pero no hay nada más infausto y deplorable que
carecer de pasión y he estado en ese laberinto y de alguna
manera me reencuentro apasionado, es cómo revivir, algo que
nadie puede darme ni quitarme, tan íntimo y personal que
puede ser simple pero tan valioso que el temor constante a
perder esa llama es posiblemente mi mayor tormento. Debo
mencionar que las experiencias intensas son sin duda mi
mejor terapia y absolutamente más efectivas que
medicamentos y ayuda profesional, pasar de cero a cien en un
instante, sin exagerar, me ha mantenido vivo, paradójicamente
poniendo mi integridad en riesgo en ocasiones y es que salir
de mi zona de confort espontáneamente sin paracaídas, sin
expectativas, sin ataduras sólo atreviéndome y canalizando el
importaculismo en probar cosas nuevas, experimentar fuerte,
ver de cerca vainas tan fascinantes que no pueda describir,
probar mis límites, tentar al peligro, sentir adrenalina, cultivar
mi humanidad compartiendo con humanos extraordinarios,
ampliar mi visión del mundo y de mí mismo, la genuina y
pura puta sensación de que así cómo me dan ganas de
matarme no tengo nada que perder y si mucho por sentir sin
miedo a nada, obviamente sin lastimar ni deberle nada a
nadie, sin culpas ni remordimientos sólo yo y mi libertad en
búsqueda de placer y por supuesto amante de lo simple y los
detalles haciendo de lo que puede ser común u ordinario para
algunos lo puedo convertir en algo memorable e intenso una
parte de mí que nunca tuve los huevos para explotar cómo lo
hago ahora esporádicamente, convertir una comida ordinaria
en una experiencia gastronómica original, sumergirme en la
naturaleza sin algún motivo particular ni expectativa no es
senderismo ni caminata ecológica o maricadas hippies para
tomar fotos en la madre naturaleza, es cuando me siento
perdido seguro de que nadie me encontraría cuando me
enfrento más brutalmente con lo peor y lo mejor de mí. Ser un
niño curioso y facinado por algo nuevo ya sea un bicho, un
lugar, un dulce, una bebida y todas esas huevonaditas que mi
yo adulto arrogante no apreciaba porque "ya lo he probado
todo" . Millones toman Pola y en eso no hay nada
extraordinario o memorable, mi mejor Pola me la tomé
desnudo a campo abierto viendo al cielo y escuchando mis
canciones favoritas y si puedo hacer de una cerveza una
experiencia memorable lo que puedo hacer con el sexo y los
placeres carnales es tan estimulante que no pienso tener un
polvo simple jamás, follar cómo si fuese la última vez, no me
sirve si no exploto de placer.

¿Ya estoy bien? ¿Estoy curado? ¡No! Sigo derrumbado en


ruinas completamente destrozado, tener mil opciones y a mi
alcance tantas formas de divertirme, sentir placer y evadirme
me hace sentir peor al saber que después de un momento, un
día o hasta semanas de risas, alegría y placer inevitablemente
volveré a éste vacío, no puedo escapar de mí mismo, haga lo
que haga entre más me elevo más fuerte caigo más me hundo
y he perdido la cuenta de las veces que he dicho "ahora sí he
tocado fondo" y así como puedo volver lo simple algo mejor
tengo el doble de talento para hacer de mí existencia un
auténtico infierno. Ver todo tan claro, ser consciente de mis
problemas, causas y efectos, razonar fríamente y tener tantas
posibilidades y oportunidades, haber intentado con todas mis
fuerzas, tener presente que no me ha faltado apoyo ni
recursos, sentirme renovado, íntegro y meritorio para que con
la violenta e impredecible explosión de un volcán destruyo
todo desde mi interior hasta mi alrededor, no solo vuelvo a ser
autodestructivo sino que hago daño a los que me rodean,
entiendo perfectamente porque las personas que no saqué de
mi vida se alejaron voluntariamente, asumo con honor las
consecuencias de mis actos y lo sorprendente de llegar al
punto en el que si muriera o desapareciera sin que nadie lo
notara en días o semana es que no hubiese pasado antes, no
digo que es injusto porque los huevos que no tengo para
matarme los tengo para admitir que he hecho cosas terribles e
irremediables imposibles de compensar y bien merecido tengo
lo que me pasa. Por años deseé mi libertad, autonomía e
independencia… ¡Lo logré! Puedo hacer lo que quiera sin
consultar sin preguntar sin avisar nadie me ordena a nadie le
rindo cuentas, no tengo de sobra pero tampoco me hace falta
nada, nadie me jode nadie me limita, soy libre ¿Entonces por
qué esta gonorrea de dolor? Puedo hacer lo que quiera pero no
estar con quién quiero y los que me quisieron verme ya no
quieren y aunque puedo y quiero hablarles no lo haré porque
les quiero y así cómo yo saco gente de mi vida, asumo por
más que duela cuando quien me amó hoy me olvida.

Me gusta estar solo porque me fastidia la gente, acá estoy sin


gato sin perro volviéndome demente, nada me impide salir a
alguno de mis sitios favoritos y sigo acá refugiado en mis
escritos, podría estar culiando salvajemente pero estoy
llenándome de humo caliente.

Pierdo la fuerza, no quiero ni siquiera perder la cabeza, inerte


sin reacción mil cosas me atormentan me traiciona mi propia
mente el corazón me duele, frustrado impotente al ver a
alguien en crisis no supe qué decir o qué hacer, aunque mi
credo sea que entre rotos nos abrazamos las grietas, hay
momentos en que la carga se torna desesperante, nos
quebranta el ser y nos es imposible sumar por más anhelo que
tengamos de dar afecto. Reconozco cuando no estoy en
condición de dar y prefiero antes que restar, hacerme a un lado
cuando no puedo aportar, brindar silencio y ausencia también
es querer. Ver a alguien en la inmunda y reducir su sentir a
una tontería o atribuir su estado a un mal día, cambio
hormonal o pataleta y pretender que se sienta mejor con frases
rebuscadas de algún positivista malparido, no sólo es una falta
de respeto, empatía, humanidad sino ser un completo imbécil
me cago en los que en esta era no toman en serio lo hijueputa
que es padecer un trastorno, una enfermedad mental, una
patología psiquiátrica o alteración psicosocial.

Sabiendo que nadie nos va salvar gritamos por ayuda, si


expresamos tristeza, melancolía o dolor no es por llamar la
atención o estemos desesperados por afecto, si hablamos de lo
que nos desgarra el alma no siempre estamos buscando
consejo o solución simplemente desahogarnos, si estamos
cagados de la risa y atentos a hacer sentir bien a todos
alrededor posiblemente ya estemos tan rotos que perdimos la
esperanza de repararnos y solo nos queda cuidar a los que
queremos sin que nos vean llorar.

Desde mi anhelada libertad y mi absoluta soledad: grito,


canto, lloro y sonrió. Trastornado, degenerado, melancólico,
obsceno, sensible y decadente obsequio mi íntimo sentir, mi
absurda situación, mis letras como intento de acto de amor,
amor propio al intentar inmortalizarme y amor puro al saber
que alguien en algún lugar sonrió al leerme o se identificó con
algo de este auténtico escribiente, seguramente será más
fuerte y resiliente. Por eso lleno de amor sonrío al borde del
precipicio.

Cristian C. Calderón.

También podría gustarte