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Introducción
Ficha Técnica
1. Visión General
1.1. Características distintivas del MACI
1.2. Aplicaciones del MACI
1.3. Limitaciones del MACI
1.4. Cualificación requerida
4. Características psicométricas
4.1. Relación entre las tasas Base del MACI y las Tasas Base del MAPI
4.2. Efectos de las transformaciones en Tasas Base
4.3. Correlaciones internas de las escalas
4.4. Fiabilidad
4.5. Validez
9. Casos clínicos
9.1. Casos clínicos
9.2. Puntos fuertes y débiles del MACI
Apéndices
Apéndice A. Muestra de adaptación española
Apéndice B. Ajuste de las puntuaciones
Apéndice C. Correlaciones de las escalas de MACI (Datos americanos)
Apéndice D. Tablas de justificación estadística de a adaptación española
Apéndice E. Tablas de transformación para la muestra de desarrollo original.
INTRODUCCIÓN
El inventario Clínico para adolescentes de Millon (MACI) constituye un importante instrumento de
evaluación que puede ser útil para el estudio sistemático de la personalidad adolescente y sus trastornos.
Basado en el modelo de personalidad de Millon (1969/1983) permite integrar la observación sistemática
de las características de la personalidad y de sus trastornos, así como detectar la presencia de síndromes
clínicos relevantes en el contexto de la evaluación clínica de los adolescentes.
La confianza en el Inventario se fundamenta en el conocimiento y utilización de otros instrumentos de
evaluación psicológica del propio Millon como el Millon Behavioral Heallth Inventory, el Millon
Clinical Multiaxial Inventory- II (MCMI-II) y el Millon Adolescent Personality Inventory. En esta
introducción vamos a presentar algunas consideraciones relativas a la evolución del modelo teórico y al
proceso de adaptación del Inventario.
En cuanto a la teoría, Millon ha evolucionado desde el modelo biosocial hasta su actual concepción
integradora de una ciencia de la personalidad basada de forma sinérgica en la teoría evolutiva. En los
párrafos siguientes esbozaremos brevemente algunas características de esta evolución.
Modelo Biosocial
En 1969, Millon describía su modelo basándose en el aprendizaje biosocial y aproximadamente en
estos términos: “los individuos, en su vida cotidiana, aprenden a utilizar estilos de personalidad cuyas
características básicas dependen de: a) su constitución biofísica que facilita un determinado
comportamiento instrumental y b) de las experiencias vividas en las que los otros actúan como fuente de
refuerzo.”
Existen estilos vitales problemáticos que pueden hacerse patológicos y que pueden codificarse en
términos de qué tipo de refuerzos busca el individuo, hasta dónde se orienta para encontrarlos y cómo se
las arregla para obtenerlos; todo ello constituye lo fundamental de los estilos y trastornos de personalidad
que orientan las conductas de afrontamiento de cada persona
Modelo evolutivo
En 1990, Millon introduce una modificación conceptual en el modelo de la personalidad y sus
trastornos incorporando toda la amplitud de las teorías tanto en su dimensión filogenético como
ontogenética. Apela al “Teorema de la incompletad” de Godel para poner de manifiesto la necesidad de
recurrir a fuentes externas para demostrar los principios de la propia ciencia. Destaca que los principios y
procesos de la evolución son básicamente universales y se manifiestan de forma evidente, en una
variedad de esferas diferentes, tal como puede observarse en campos tan diversos como la física, la
química, la biología y la psicología.
Millon 1990) recuerda que todos los organismos buscan evitar el daño, encontrar elementos nutrientes
y reproducirse para lograr la supervivencia y el mantenimiento de las poblaciones: Cada especie muestra
características comunes en cuanto a su estilo de supervivencia o forma de adaptación. Sin embargo,
dentro de cada especie existen diferencias en cuanto al estilo con que los individuos se adaptan a sus
diversos y cambiantes entornos y en cuanto al éxito que logran mediante sus procesos de afrontamiento.
En estos términos sencillos, la personalidad puede ser considerada como la representación del estilo de
adaptación, más o menos diferenciado, con que un individuo se comporta y relaciona dentro de un
entorno que es característico para la especie concreta a la que pertenece. Por tanto, los trastornos de la
personalidad podrían entenderse como representaciones concretas de funcionamiento individual
inadaptado, que reproduce el rastro de las deficiencias, desequilibrios o conflictos que la propia especie
ha mostrado en cuanto a capacidad para relacionarse con el entorno en el que se desenvuelve.
Millon evoca la noción de que en el individuo humano existen periodos sensibles de desarrollo que
hacen que los estímulos produzcan efectos distintos en diferentes edades; es decir, existe periodos
limitados durante la maduración del individuo, en los que un estimulo concreto tiene marcados efectos
que no tendría ni antes ni después de esos periodos. De esta forma se integran las aportaciones anteriores
del modelo al establecer la relación existente entre polaridades evolutivas que concretan las fases
filogenéticos y el desarrollo neuropsicológico, observable en los estadios ontogenéticos.
Para dotar de un marco conceptual externo, en el modelo de los estilos y trastornos de la
personalidad, adopta cuatro principios ecológicos y evolutivos solidamente asentados que concretan las
fases filogenéticos y las polaridades evolutivas diferenciadas y que Millon denomina Existencia,
Adaptación, replicación y abstracción.
Es evidente que las cuatro fases no tienen una secuencia lineal y que permanecen activas a lo largo de
la existencia del individuo, a pesar de que haya momentos de desarrollo privilegiados.
Utilizando las polaridades evolutivas como base, Millon articula su conocido esquema de clasificación
que combina en una matriz las tres primeras polaridades que se articulan formando prototipos de
personalidad; cuando éstos devienen rígidos se hacen disfuncionales y dan lugar a los trastornos de
personalidad.
El pensamiento sinérgico
No quería acabar estas parte de la introducción sin hacer mención al término que mIllon propone al
citar los elementos de una ciencia clínica madura en donde apela a la necesidad de un proceso de
tratamiento sinérgico.
Traduciendo las palabras del propio Millon: “el concepto sinergia representa la conjunción de
aportaciones aisladas que, al coincidir, crean un proceso de relación entre ellas y producen efectos que
contribuyen al éxito del “trabajo den común”. La naturaleza es intrínsecamente sinérgica a pesar de
que hayamos establecido separaciones por razones tradicionales y pragmáticas. He denominado
psicosinérgia a la nueva síntesis que reagrupa nuestro ámbito dividido. Este articulo pretende avanzar
en la integración sinérgica de nuestro interés compartido por los amplios y diversos temas de la teoría
científica de la personalidad.”
Se entiende por sinergia la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos
individuales. La sinergia es una de esas nociones evidentes pero poco integradas que sería arriesgado no
tener presente en el ámbito de la psicología clínica. De la misma forma que el daño de un músculo o de
un órgano tiene efectos sistémicos y no se debe hacer un diagnóstico del trastorno sin tenerlos en cuenta,
tampoco podemos hacer un diagnóstica psicopatológico mediante la mención de una única dimensión o
característica aislada.
Millon recuerda la concepción holística de sus instrumentos de evaluación que crean un puente entre
los Síndromes clínicos del Eje I y los Trastornos de personalidad del Eje II del DSM-IV. Tomando sus
palabras, dice: “La sinergia de estos instrumentos de evaluación fluye de la reciprocidad de aportaciones
clínicas. Saber que un paciente es distímico es útil. Pero sin embargo tendrá mucho más valor saber si
ese paciente presenta el núcleo de características que corresponden a una personalidad Histriónica con
distimia o a una personalidad evitativa con distimia.
En este ámbito conceptual se ha desarrollado el MACI aportando la posibilidad de integrar los
síndromes clínicos no solo en el contexto de la personalidad del adolescente sino que además evalúa
aquellas preocupaciones evolutivamente normales que, por exceso o defecto, pueden agregar matices de
comorbilidad.
Sobre el proceso de adaptación
El proceso de adaptación del MACI ha seguido una elaboración progresiva en la que han colaborado e
intervenido de manera decisiva diversas personas y entidades que lo han hecho posible. Originariamente
fue planteado como un proceso de estudio, revisión e investigación que valoraba un instrumento de
diagnóstico para proceder o no a su adaptación a la población española.
Al igual que los otros inventarios de Millon, el acceso al MACI fue posible gracias al profesor
Alejandro Ávila Espada, director de la Unidad de Investigación en Psicología aplicada y psicoterapia de
la Universidad de Salamanca, a través de cuyo laboratorio de Psicología clínica y psicodiagnóstico
habíamos adaptado el MBHI, con el que estábamos llevando a cabo diversas investigaciones en le
ámbito de la Psicología de la salud.
La adaptación del MBHI, así como nuestra colaboración en los procesos de adaptación del MMPI.2 y
del MCMI-II, nos fue de gran utilidad para tomar algunas decisiones que garantizaran la continuidad del
proceso y disminuyeran el riesgo de sesgos en la obtención de una muestra clínica representativa.
Habíamos comprobado dos tipos de riesgos:
a) Con el MBHI, nuestro grupo, gracias a una beca de Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS),
trabajó en dos áreas básicas de salud cuyos equipos habían aceptado participar en el proyecto, a
realizar en tres años, que llevaba por titulo Variables psicológicas intervinientes en procesos
crónicos de enfermedad. Los médicos de cabecera de ambos centros estaban de acuerdo en
solicitar a sus pacientes crónicos la participación en el estudio, como realmente hicieron; ahora
bien, los primeros cincuenta pacientes se caracterizaban por ser mayores y jubilados, “tenían más
tiempo libre”, por lo que fue necesario volver a concretar la demanda para no escoger a los más
accesibles.
b) Con el MMPI-2 y el MCMI-II, deberíamos obtener una muestra determinada en cuanto a grupos
de edad y sexo, la petición concreta llegaba a los clínicos a través de los coordinadores de centro
y no se facilitaba al clínico los resultados obtenidos en el test. Obviamente no había ninguna
motivación para
c) que el profesional dedicara parte de su escaso tiempo a recoger un material que fácilmente se
convertía en una interferencia al no poder integrar los resultados.
En el caso del MSCI, dada la complejidad que supone la adaptación de un instrumento psicométrico,
se programaron dos fases. Una primera fase de investigación para determinar la idoneidad del Inventario
para la evaluación clínica de los adolescentes que consultan el los diferentes dispositivos de nuestra red
pública de atención a la salud mental. Si los resultados eran satisfactorios, abordaríamos una segunda
fase que completara la adaptación de la prueba y que contara con población lo suficientemente amplia
para considerarla representativa. Para el desarrollo del proyecto fue decisivo el hecho de poder contar
con colaboradores, psicólogos clínicos experimentados que coordinaran equipos motivados para la
investigación.
Fase de investigación
El comienzo de esta fase supuso la toma de decisiones previas y el desarrollo de los siguientes pasos:
1. Versión castellana
Se comenzó con una primera versión llevada a cabo por la adaptadora con la colaboración de Alejandro
Ávila y Marta Pérez-Campepadrós. La incorporación de nuevos miembros, colaboradores clínicos,
supuso la primera revisión de la traducción de los ítems por tres componentes distintos de nuestro grupo.
En vez de hacer una traducción inversa, se pidió al departamento de ingles de la Escuela de idiomas
modernos de la Universidad de Barcelona que llevara a cabo una nueva versión y accediera a una
discusión personal de las divergencias entre versiones, para mantener la fidelidad al original y la
adecuación a las expresiones y modismos comunes en el lenguaje de los adolescentes.
2. Contexto de desarrollo
Tomamos en cuenta la consideración de Hambleton (1996) que en las directrices para la traducción-
adaptación de tests indica que, en el proceso de adaptación, los aspectos del entorno que influyen en la
aplicación del test deberían mantenerse lo más parecidos posible a los de las poblaciones a las que va
dirigido el test. Por tanto, si la prueba pretende “abarcar toda la extensa gama de variabilidad de los
grupos clínicos” deberíamos recoger la información acerca de su idoneidad obteniendo las muestras de
estudio en los mismos contextos en que posteriormente sería aplicada y abarcar los diferentes niveles de
los dispositivos asistenciales de salud mental.
3. Objetivo de esta fase
El primer objetivo fue obtener una primera muestra de aplicaciones del MACI a 100 adolescentes,
consultantes en los servicios de salud mental que estuvieran en proceso de diagnóstico, lo que permitiría
observar la aceptación por parte de los pacientes, recoger la impresión de los clínicos acerca de
diferentes aspectos de la aplicación entre grupos determinados por el motivo de consulta.
4. Procedimiento
a) En esta fase contamos con la colaboración de los siguientes dispositivos:
b) El MACI fue aplicado como un elemento más del proceso diagnóstico por el clínico
responsable del caso.
c) La hoja de respuestas junto con la hija de datos del adolescente eran eviadas por fax a la
adaptadora, corregida mediante un programa realizado al efecto y los resultados eran
devueltos al clínico para que hiciera una valoración de los mismos y de su coherencia con
respecto a las otras informaciones (entrevistas y pruebas) obtenidas durante el proceso.
d) Se abrió un banco de datos en donde se acumulaba la información de todos los casos.
5. Resultados
Desde los primeros casos; MACI resultó fácil de utilizar y rico en aportaciones. El obtener de forma
sistemática información acerca de Prototipos de personalidad, Preocupaciones expresadas y Síndromes
clínicos permitía ampliar el campo de observación por parte del clínico.
Los resultados de esta primera fase se concretaron en dos comunicaciones.
a) Sistematización de los motivos de consulta en la adolescencia. Segundo Congreso Europeo de
Psicopatología del niño y del adolescente
b) El Inventario clínico para adolescentes de Millon, utilidad clínica. Comunicación en F. Jiménez,
Evaluación, aportación de las técnicas de Millon y del MMPI-2 de Hathaway. Simposio
desarrollado en la Vi Conferencia Internacional de Evaluación Psicológica, Salamanca.
A partir de la comunicación realizada en Sevilla se unió al estudio el Centro de Salud Mental infanto-
juvenil de Lleida y las consultas periféricas dependientes del mismo, con lo cual quedaba cubierta una
parte muy amplia de la población adolescente perteneciente a zonas muy diversas y con características
sociodemográficas muy diferentes. El contar con dispositivos completos permitía además cubrir todos
los niveles de demanda asistencial, desde la atención primaria especializada en salud mental a las
unidades funcionales especializadas, o los diferentes niveles de hospitalización, con lo que en la muestra
estaban representados todo tipo de motivos de consulta y, en consecuencia, todo tipo de trastornos.
Fase de adaptación
La excelente relación coste-rendimiento del MACI lo convierte en un instrumento necesario y útil para
la evaluación clínica de los adolescentes, para la observación sistemática de las características de
personalidad y los trastornos o síndromes que presentan los adolescentes que acuden en demanda de
atención a los servicios especializados. Además, ofrece la posibilidad de acumular información relevante
sobre un periodo evolutivo de cuyos trastornos existen pocas fuentes de datos de prevalencia.
El mejor indicador de la utilidad de un instrumento de diagnóstico es el nivel de utilización del mismo
por parte de los clínicos. La utilización del MACI no ha tenido que ser algo encarecidamente solicitado
para poder llevar a cabo el estudio, sino que existían el deseo y la necesidad de utilización, por lo que,
sin ningún encargo previo, comenzamos una segunda fase de recogida amplia de muestra con vistas a la
adaptación de la prueba cuando ésta fuera concertada.
Dado los buenos resultados obtenidos en la fase de investigación, la adaptación se propuso siguiendo
los pasos que Millon describe en los capítulos tres y cuatro del Manual para intentar reproducir un
proceso semejante.
Se ha querido organizar este manual de la forma más fiel al original y más cómoda para el lector, por
ello los primeros capítulos corresponden a la traducción del manual original, en el capítulo 8 se detalla el
procedimiento seguido en el proceso de adaptación española y en el capítulo 9 se ofrecen ejemplos de
casos de la muestra de adaptación, junto a los comentarios sobre los puntos fuertes y las debilidades del
MACI.
En el capítulo 7 se ofrecen los ejemplos de casos de la muestra de desarrollo original, obviamente con
los nombres que el autor les atribuyó y con la corrección correspondiente al baremo de su población de
referencia. Los casos del capítulo 9 se han seleccionado para que representaran características
psicopatológicas de la muestra española y con la presentación del caso que ha realizado el profesional
que atendió al adolescente.
Se han unificado las referencias bibliográficas del manual original con la bibliografía complementaria
utilizada en la adaptación, puesto que parece más cómodo utilizar una sola lista de referencia.
Tras la bibliografía los apéndices siguen un orden práctico. Al tratarse de un manual el primer
apéndice A corresponde a las tablas de conversión de puntuaciones de la adaptación española (que son
las que manejará el profesional que utilice el MACI). Sigue el apéndice B que corresponde a la
especificación de los procedimientos de ajuste de puntuaciones. EN el apéndice C se hallan las tablas
extensas que sintetizan datos de la muestra de desarrollo norteamericana. En el apéndice D se agrupan
todas las tablas extensas de la adaptación española- Por último en el apéndice E se hallan las tablas de
conversión de puntuaciones que corresponden también al baremo original, como objeto de interés o
curiosidad para los lectores.
FICHA TÉCNICA
Tabla 1.1 Denominación de las escalas del MACI y número de ítems por escala
ESCALA NOMBRE NÚMERO DE ÍTEMS
Prototipos de personalidad
1 Introvertido 44
2A Inhibido 37
2B Pesimista 24
3 Sumiso 48
4 Histriónico 41
5 Egocéntrico 39
6ª Rebelde 39
6B Rudo 22
7 Conformista 39
8ª Oposicionista 43
8B Autopunitivo 44
9 Tendencia limite 21
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 32
B Desvalorización de sí mismo 38
C Desagrado por el propio cuerpo 17
D Incomodidad respecto al sexo 37
E Inseguridad con los iguales 19
F Insensibilidad social 39
G Discordancia familiar 28
H Abusos en la infancia 24
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación 20
BB Inclinación al abuso de 35
sustancias
CC Predisposición a la delincuencia 34
DD Propensión a la impulsividad 24
EE Sentimientos de ansiedad 42
FF Afecto depresivo 33
GG Tendencia al suicidio 25
Índices modificadores
X Transparencia *
Y Deseabilidad 17
Z Alteración 16
W Fiabilidad 2
*Esta puntuación se calcula a partir de las puntuaciones de las escalas no de los ítems.
cuatro nuevas escalas del MACI son: Pesimista (que refleja la nueva personalidad depresiva según
el DSM-IV), Rudo (que representa la personalidad sádica del DSM-III-R), Autopunitivo (similar a la
personalidad autodestructiva del DSM-III-R) y Tendencia límite (que comparte la denominación del
DSM-III-R e introduce una indicación de gravedad en la evaluación de la personalidad).
2. Se ha procedido a la asignación de nuevos nombres a las escalas de Preocupaciones expresadas
para que reflejen con mayor claridad los problemas que evalúan (p. ej. Autoconcepto es ahora
Difusión de identidad). Se ha anulado una escala, Confianza escolar, por Abusos en la infancia,
en respuesta a la creciente importancia del abuso infantil en las evaluaciones clínicas.
3. Se han añadido procedimientos correctores para varios fenómenos de distorsión (p. ej. Respuesta
al azar, simular estar mejor, simular estar peor). Con este objetivo se han desarrollado tres escalas
“modificadoras” (Transparencia, Deseabilidad y Alteración), que son semejantes a las que, con
idéntico objetivo, se incorporaron al MCMI-II
4. Otra diferencia importante radica en la revisión y adición de varias escalas diseñadas para
identificar y cuantificar diversos síndromes clínicos típicos del Eje I. Se han revisado y se les ha
asignado nuevo nombre a dos escalas del MAPI (Conformidad Social y Control de impulso) que,
en el MACI, han pasado a denominarse respectivamente, Predisposición a la delincuencia y
Propensión a la impulsividad. Se han desarrollado, específicamente para el MACI, nuevas escalas
de Síndromes clínicos que son: Trastornos de la alimentación, Inclinación al abuso de sustancias,
Sentimientos de ansiedad, Afecto depresivo y tendencia al suicidio.
5. Para servir de base a estas escalas adicionales, y como resultado de la validación cruzada y de los
estudios de generalización cruzada, únicamente se han conservado 49 ítems del MAI (y del
MAPI) y se han introducido 111 nuevos ítems, lo que ha dado como resultado los 160 ítems del
MACI. Cuando fue factible y adecuado, estos nuevos ítems se redactaron de forma que reflejaran
las adiciones y los cambios de criterio diagnóstico del DSM-III-R y el DSMIV.
6. En la valoración del MACI, se ha incorporado un sistema de ponderación de ítems para reflejar la
diferencia de los ítems en cuanto a su concordancia con la teoría en que se basa el instrumento y
el alcance del soporte que aportan los datos de validación.
Los párrafos que figuran a continuación describen brevemente las características que distinguen el
MACI de otros instrumentos de personalidad. Los capítulos siguientes orientarán de forma más amplia
estos aspectos diferenciales del Inventario.
1 El MACI fue construido pensando específicamente en la población adolescente. Las frases del
Inventario se presentan en el lenguaje que utilizan los adolescentes, y tratan los temas que son
relevantes en sus preocupaciones y experiencias. Esto lo diferencia de otros inventarios clínicos de
uso frecuente que fueron diseñados para ser utilizados principalmente con población adulta.
2 Incluso el instrumento psicométrico más esmeradamente construido es probable que no tenga una
aceptación amplia si su contenido, longitud y estilo lingüístico se hacen pesados. Un objetivo
prioritario en el desarrollo del MACI fue la construcción de un Inventario que tuviera ítems
suficientes para evaluar de forma precisa diversos rasgos de personalidad, preocupaciones
psicológicas y síndromes clínicos y que a su vez fuera lo suficientemente corto para fomentar su uso
en diversos contextos clínicos. Tanto el nivel de lectura como el vocabulario se seleccionaron de
forma que permitieran su rápida comprensión por la inmensa mayoría de adolescentes. El inventario
final, de 160 ítems, se adapta al nivel de lectura de 6º grado y la mayoría de os adolescentes pueden
completarlo en menos de 20 minutos. La brevedad y la claridad del instrumento facilita que la
aplicación sea rápida, con un mínimo de resistencia por parte del cliente.
3 La existencia de un sistema teórico amplio que sirva de base a un instrumento diagnóstico aumenta
de forma significativa su utilidad clínica. Las escalas de personalidad y clínicas del MACI están
basadas en una teoría comprehensiva.
4 En todas las fases del desarrollo del MAI, el MAPI y el MACI colaboraron psicólogos clínicos,
orientadores y psiquiatras que trabajaban con adolescentes. Durante los primeros estadios de su
desarrollo, los orientadores, psiquiatras y psicólogos fueron entrevistados a fin de identificar los
temas que estaban relacionados con los trastornos de los adolescentes. En consecuencia, las
Preocupaciones expresadas evalúan de forma precisa las actitudes que los adolescentes tienen con
respecto a problemas significativos del desarrollo y los Prototipos de personalidad y los Síndromes
clínicos reflejan áreas significativas de sentimientos patológicos, pensamientos y comportamientos
que requieren atención profesional.
5 La capacidad para diferenciar cada una de las diversas áreas de problemas es crucial para la eficacia
del Inventario. De ahí que toda la selección de ítems del MACI se hiciera mediante comparación de
un grupo diana tomado como criterio (p. ej. Basado en Prototipos de personalidad y Síndromes
clínicos) con una población general de adolescentes con problemas. La utilización de un grupo de
referencia como éste debía incrementar de forma importante la eficacia en cuanto a discriminación, a
la vez que potenciaba la precisión de la evaluación.
6 Generalmente, los instrumentos psicológicos tradicionales utilizaban transformaciones estándar de
las puntuaciones. Con ello se asume una distribución similar de los individuos dentro del continuo de
cada rasgo o síndrome. Sin embargo, ni la teoría ni la investigación fundamentan dicha suposición.
Consecuentemente, el MACI, al igual que el MAPI, emplean Tasas Base de tipo actuarial o datos de
prevalencia para establecer las líneas de corte de las escalas. Esta forma de proceder asegura que la
frecuencia de los diversos “puntos altos” de las escalas del MACI y las configuraciones de los
perfiles se corresponderán de forma muy aproximada con la distribución real y la frecuencia del
trastorno dentro de una población clínica adolescentes.
7 La selección de ítems y el desarrollo de las escalas avanzaron a través de tres estadios de validación
(a) de la base teórica, (b) de la estructura interna y (c) conforme a un criterio externo. Este
procedimiento dio lugar a un instrumento que satisface los criterios exigibles por aquellos que se
implican en la construcción y validación de métodos. Además, en estos estadios se avanzó de forma
secuencial. En consecuencia, cada ítem tuvo que pasar satisfactoriamente a través de cada uno de
estos tres estadios e desarrollo para ser mantenido en el inventario. De esta forma, el MACI cumple
con todos los criterios básicos de los procedimientos de construcción, no quedando limitada su
validación a un solo procedimiento.
El MACI fue diseñado para ser utilizado por profesionales de la salud mental como ayuda para la
identificación, predicción y comprensión de un amplio rango de dificultades psicológicas que son típicas
de los adolescentes. Puede ser utilizado de forma sistemática como un instrumento de evaluación clínica
del adolescente al entrar en el dispositivo de la red de salud mental. Las escalas empíricamente validadas
que configuran el MACI, han sido diseñadas para identificar los problemas personales (tales como las
dificultades con los iguales, la confusión acerca de sí mismo y los problemas familiares) y para ayudar a
los clínicos a valorar qué clientes tienen mayor probabilidad de mostrar comportamientos actuadotes,
sentimientos de ansiedad y tendencias suicidas. Al evaluar los posibles “puntos fuertes” asó como las
debilidades, el MACI puede ayudar al clínico a incrementar el potencial del adolescente, puesto que
podrá intervenir profesionalmente teniendo como perspectiva una visión amplia de las características de
la personalidad, en vez de utilizar como foco únicamente las áreas problemáticas del sujeto. Por otra
parte, la brevedad y la facilidad de aplicación, corrección e interpretación del MACI facilitan su uso en
una amplia diversidad de contextos clínicos.
El MACI fue desarrollado para evaluar a los adolescentes en diversos ámbitos de salud mental. Las
normas de referencia fueron establecidas empleando muestras de 13 a 19 años en contextos clínicos. Su
uso con cualquier otro grupo de edad puede ser inadecuado y llevar a informaciones diagnósticas
erróneas.
1.4 Cualificación requerida
Las personas que son responsables de supervisar el uso del MACI y sus informes deben tener una
formación suficiente en métodos psicométricos y práctica profesional pertinente para comprender este
Manual. A excepción de los estudiantes graduados que llevan investigaciones supervisadas, todos los
individuos que utilizan el MACI deben tener al menos una cualificación de postgrado en un ámbito
relevante de la salud mental.
Los resultados del MACI pueden suministrarse en forma de perfil, que ofrece una información
limitada y asume que el usuario posee un conocimiento más extenso de la literatura clínica relevante para
realizar un informe interpretativo más detallado y amplio. La confidencialidad debe ser garantizada en el
procedimiento utilizado para guardar los protocolos, hojas de respuesta y material de corrección. La
utilización de números de identificación en lugar de nombres es un buen método para garantizar el
anonimato. Únicamente el profesional responsable de la evaluación debe tener acceso al código de
identificación.
Resulta enormemente útil contar con un sistema teórico consistente en el que fundamentar una
clasificación coherente de la personalidad y que, a la vez, sirva como marco para desarrollar de forma
paralela el conjunto de las escalas de un cuestionario. El texto en el que se basan las escalas de
personalidad del MACI, Psicopatología moderna (Millon 1969), describe el sistema teórico mencionado.
A pesar de su amplio rango de utilidad clínica, la teoría está basada en supuestos que se derivan de la
simple combinación de unas pocas variables o constructor.
2.1 Prototipos de personalidad
Las 12 escalas que configuran los Prototipos de personalidad del MACI reflejan la manera en que
los rasgos y características de personalidad se combinan para construir un prototipo. Los fundamentos
teóricos de estos prototipos de personalidad han sido publicados en diversos libros a lo largo de las
tres últimas décadas. La teoría propone que tanto los estilos de personalidad normales como los
anormales se pueden derivar mediante la combinación de tres polaridades: dolor-placer, actividad-
pasividad y sí mismo-otros. Por ejemplo, el estilo de personalidad dependiente (Sumiso) puede ser
observado en una persona que sea pasiva en su forma de adaptación y que esté orientada hacia las
necesidades de los otros. Por el contrario, una personalidad antisocial (Rebelde) se considera que es
activa en cuanto a la adaptación y orientación hacia sí misma. A los lectores interesados en el modelo
teórico, se les recomienda que lean alguno de los libros anteriormente mencionados. En las secciones
que presentamos a continuación se ofrece la descripción de las bases teóricas de cada uno de los
Prototipos de personalidad.
Escala 1: INTROVERTIDO
Los adolescentes introvertidos carecen de capacidad para experimentar la vida tanto de forma
dolorosa como placentera. Su personalidad es semejante a la personalidad esquizoide del DSM por su
tenencia a ser apáticos, indiferentes, distantes y poco sociables. Sus emociones y necesidades de
afecto son escasas y el individuo funciona como un observador pasivo, indiferente a las recompensas
y afectos, así como a las demandas que se derivan de las relaciones humanas. Los adolescentes
introvertidos caracterizados por su escasa capacidad de experimentar tanto dolor como el placer no
parecen estar interesados en las satisfacciones personales o sociales, ni tampoco manifiestan excesiva
incomodidad cuando se ven enfrentados con las dificultades personales o las discordias sociales. Este
tipo de déficit en ambos extremos de la polaridad placer-dolor constituye la base de lo que se ha
denominado estilo pasivo-indiferente.
Determinados aspectos del contexto evolutivo y de las características clínicas de este tipo de
personalidad pueden suministrar al lector el sentido de cómo conceptos abstractos d¡como dolor y
placer pueden ser concebidos como atributos etiológicos importantes. Los adolescentes introvertidos
no luchan por los premios ni intentan evitar los castigos. Este tipo de carencias se pueden derivar de
varias fuentes. Algunos pueden carecer de los fundamentos constitucionales requeridos para buscar,
percibir o discriminar los acontecimientos placenteros o dolorosos. Otros pueden haberse visto
privados de los estímulos necesarios para la maduración de las capacidades de motivación y emoción.
Otros aún, pueden haber estado expuestos a formas de comunicación familiar irracionales o
generadoras de confusión o a pautas de aprendizaje contradictorias; ambas situaciones pueden dar
lugar a la perplejidad cognitiva o a la apatía en cuanto a motivación. Cualquiera que haya sido el
conjunto de causas determinantes, los adolescentes introvertidos experimentan escaso o ningún placer
o dolor que pueda motivar su comportamiento.
Escala 2ª: INHIBIDO
La segunda combinación, clínicamente significativa, basada en problemas de la polaridad dolor-placer
incluye a adolescentes con una capacidad disminuida para experimentar placer pero con unas inusuales
características de anticipación del dolor psíquico y de sensibilidad frente a él. Esperan de la vida que
resulte dolorosa, con pocas gratificaciones y mucha ansiedad. El desequilibrio derivado de la
anticipación de dolor psíquico y la disminución de satisfacciones psíquicas constituye el núcleo de este
tipo de personalidad. Los prototipos Introvertido, Inhibido y Pesimista comparten un sentimiento mínimo
de gozo y escasa capacidad de disfrutar, pero únicamente el tipo Inhibido está, a la vez, inclinado a sentir
angustia y aprensión. La teoría clasifica a los prototipos Introvertido e Inhibido como retraídos
(Introvertido = pasivo-retraído e Inhibido = activo-retraído). Incapaces de experimentar placer, ambos
tipos retraídos (al igual que el Pesimista) tienden a caer en situaciones de aislamiento y en
comportamientos que favorecen la propia alienación.
Escala 2B: PESIMISTA
Existen puntos comunes entre los tres primeros Prototipos de personalidad, especialmente el
abatimiento, el pesimismo, la falta de alegría, la incapacidad para experimentar placer y una aparente
torpeza motriz. En el prototipo Introvertido, que es similar al Trastorno de personalidad de tipo
esquizoide del Eje II del DSM, existe una incapacidad para la alegría (al igual que para la tristeza). EN el
prototipo Inhibido, hay un incremento de la alerta para anticipar el dolor y, en consecuencia, una falta de
atención para la alegría. Para el Pesimista, ha habido una pérdida significativa, una sensación de
abandono y la pérdida de la esperanza de poder encontrar la alegría. Ninguno de estos prototipos de
personalidad experimentan el placer, pero por razones diferentes: una deficiencia, una orientación al
dolor, desesperanza acerca del futuro, desaliente, un panorama desconsolador, un irreparable e
irrecuperable estado de cosas por el cual aquello que pudo haber sido ya nunca volverá a ser posible.
Semejante tipo de personalidad Depresiva del DSM IV, el Pesimista experimenta el dolor como algo
permanente y no puede considerar el placer como algo ni siquiera posible. ¿Qué experiencias o química
es responsable de esta típica y persistente tristeza? Evidentemente hay predisposiciones biológicas a
tener en cuenta. Hay datos importantes a favor de una predisposición constitucional, muchos de ellos
favorecen la hipótesis genética. Los umbrales implicados en hacer posible el placer o que sensibilizan
para la tristeza varían considerablemente. Algunos individuos están predispuestos al pesimismo y a los
panoramas desalentadores. De forma semejante, la experiencia puede condicionar la orientación a la
desesperanza. Una pérdida significativa, una familia desconsolada, un ambiente restrictivo, la falta de
perspectivas esperanzadoras pueden igualmente conformar un estilo de carácter Pesimista.
Escala 3: SUMISO
Siguiendo el modelo teórico de las polaridades, es posible preguntarse si determinadas consecuencias
clínicas ocurren en adolescentes que están marcadamente desequilibrados en virtud de estar orientados
casi exclusivamente o bien hacia los otros o bien hacia sí mismos como una forma de experimentar el
placer y evitar el dolor. Estas personas difieren de los prototipos Introvertido, Inhibido y Pesimista. Por
ejemplo, estos tres tipos no experimentan placer a partir de sí mismos ni de los otros. Los adolescentes
cuyas dificultades se hallan en el problema de elegir entre ambos polos de la dimensión uno mismo-otros
son capaces de experimentar el placer y el dolor; en cambio, sus problemas provienen del hecho de que
ellos se ligan, casi exclusivamente, a los otros o a sí mismos como fuente de dichas experiencias. La
distinción entre estas dos estrategias opuestas subyace a las orientaciones dependiente e independiente de
la personalidad. En algunos párrafos más adelante se hallará la descripción del tipo ambivalente, aquel
que se halla en conflicto tanto al volverse sobre sí mismo como al orientarse hacia los otros. Sin
embargo, se describen clínicamente los tipos dependientes.
Los adolescentes que muestran e prototipo Sumiso (como en su equivalente personalidad dependiente
del DSM) han aprendido que al sentirse bien, seguro y confiado (sentimientos asociados con el placer o
la evitación de dolor) deriva casi exclusivamente de su relación con los otros. En sus compromisos, estos
adolescentes muestran una gran necesidad de apoyo externo y de atención. Si se hallan carentes de afecto
y cuidados, sienten un gran malestar, tristeza y ansiedad. Cualquiera que sean sus experiencias tempranas
pueden preparar el marco para este desequilibrio por dependencia. Un adolescente con una personalidad
sumisa puede haber estado sobreprotegido y en consecuencia haber fracasado en la adquisición de la
capacidad de autonomía e iniciativa. La experiencia de una baja autoestima y el fracaso con los iguales
pueden llevar a estos individuos a evitar el desarrollo de tentativas de aserción y gratificación de sí
mismos. Aprenden tempranamente que las experiencias gratificantes no se logran fácilmente por uno
mismo pero se aseguran apoyándose en otros. Aprenden a contar con los otros, no únicamente para su
subsistencia y seguridad, sino que también aprenden a esperar pasivamente a que los otros tomen la
iniciativa en cuanto a suministrarles seguridad y sostén. Clínicamente, la mayoría de ellos se caracterizan
por una búsqueda de las relaciones en las que los otros les garanticen afecto, protección y dirección.
Aceptan, de forma pasiva, cualquier cosa que las circunstancias les aporten.
Escala 4: HISTRIÓNICO
Su principal estrategia de afrontamiento consiste también en estar orientados hacia los otros, son un
grupo de personalidades que adoptan una postura de dependencia activa. Logran sus metas de alcanzar el
máximo de protección y cuidado ocupándose enérgicamente en una serie de maniobras caracterizadas
por la manipulación, la seducción, el comportamiento gregario y la búsqueda de atención. Es este
desequilibrio por dependencia activa lo que caracteriza el comportamiento de la personalidad Histriónica
según el MACI, al igual que en su paralelo, el trastorno histriónico de la personalidad del DSM.
A pesar de que se apoyan en los otros en un grado no menor que lo sujetos con prototipo Sumiso
pasivo-dependiente, los adolescentes con una personalidad Histriónica, a primera vista, parecen bastante
diferentes de sus homólogos pasivos. Esta diferencia en el estilo manifiesto es el resultado de la fácil y
emprendedora manipulación de los acontecimientos por parte del activo-dependiente que potencia la
atención y apoyo de los otros y evita la falta de aprobación o el abandono. Este adolescente,
frecuentemente muestra un hambre insaciable, a veces indiscriminada, de estímulos y afecto. Su
inteligente y con frecuencia astuto comportamiento social de la apariencia de confianza interna y de una
independiente seguridad en sí mismo. No obstante, bajo este disfraz subyace el temor a una autonomía
auténtica y la necesidad de constantes señales de aprobación y aceptación. Los elogios y el afecto deben
ser repuestos constantemente y son buscados en cada fuente de refuerzo interpersonal en la mayoría de
los contextos sociales.
Escala 5: EGOCÉNTRICO
Algunos adolescentes con un tipo de personalidad independiente muestran también un desequilibrio en
sus estrategias de afrontamiento. Sin embargo, en este caso, existe una confianza primordial en sí mismo
más que en los otros. Han aprendido que el máximo placer y el mínimo dolor se logran confiando
exclusivamente en sí mismos. La tendencia a centrarse en sí mismos da lugar al desarrollo de dos líneas
principales de personalidad. La primera, el prototipo Egocéntrico, incluye la adquisición de una imagen
altamente valorada de sí mismo, aprendida en gran parte como respuesta a unos padres que le admiran y
contemplan. Premiarse a sí mismo es altamente gratificante para el individuo que posee un sentido real o
exagerado del apropia valía. Al mostrar su seguridad, su arrogancia narcisista y un egocentrismo
explotador en contextos sociales, el individuo con estas características manifiesta lo que en la teoría se
denomina un estilo pasivo-independiente porque tiene el sentido de que posee todo aquello que es
importante, es decir, él mismo.
Estos adolescentes destacan por su sentido de un derecho otorgado sobre los otros y porque
experimentan placer simplemente ocupándose de sí mismos. Las experiencias tempranas les han
enseñado a supervalorarse a sí mismos. Esta seguridad y superioridad, a veces basada en falsas premisas,
pueden ser insostenibles en función de logros verdaderos o maduros. No obstante, asumen alegremente
que los otros deben reconocer que son especiales. Al igual que en su paralela personalidad narcisista del
DSM, mantienen un aire arrogante, seguros de sí y explotan a los otros en beneficio propio sin
pensárselo demasiado o incluso si intentarlo conscientemente. Aunque os elogios de los otros son bien
recibidos y alentados, su aire de esnobismo y de pretenciosa superioridad requiere escasa confirmación a
través de auténticos logros o del reconocimiento social. Su confianza sublime de que las cosas irán bien
les dota de escasos incentivos para comprometerse en la reciprocidad del toma y daca de la vida social.
Las ocho escalas siguientes se centran en los sentimientos y actitudes acerca de cuestiones que tienden
a preocupar a la mayoría de adolescentes con problemas. La intensidad con que se experimentan queda
reflejada en la elevación de las puntuaciones de cada escala. Hay que destacar que estas escalas
representan percepciones más que criterios o comportamientos objetivamente observables.
Escala A: DIFUSIÓN DE LA IDENTIDAD
La adolescencia es, principalmente, un periodo de examen de sí mismo, de los otros y de las creencias.
Antes de que los adolescentes puedan abandonar de manera confortable la seguridad de la dependencia
infantil, deben formularse alguna idea acerca de quiénes son, adónde van y cómo podrán llegar allí. Su
tarea consiste en construir un puente que les permita cruzar el abismo desde la irreflexiva vinculación
infantil a lo establecido hasta la propia independencia con una comprensión clara de quiénes son.
Esta transición, a veces caótica y perturbadora, desde la inconsciencia de la infancia a la identidad
adulta constituye el foco de la escala de Difusión de la identidad. Para facilitar el desarrollo eficaz de la
identidad, deben existir factores tales como relaciones satisfactorias entre padres e hijos y adecuados
modelos de rol del propio sexo. A la inversa, pueden darse circunstancias que lleven a aumentar la
dificultad y hacer que el adolescente no sea capaz de desarrollar una identidad madura. Al comenzar con
los cambios corporales todo un amplio mundo de posibilidades de elección se ofrece al adolescente, que
debe adaptarse y seleccionar sus metas. Los adolescentes que carecen de adecuados modelos de rol o que
han recibido mensajes son confusos o malhumorados de sus padres o de sus iguales, pueden sentir estos
cambios como abrumadores o como algo espantoso. Si las perspectivas son suficientemente aterradoras,
pueden evitar el cambio, dando lugar a adolescentes que continúan inseguros de quiénes son o de adónde
pueden ir y que eligen quedarse con la confusión y la incomodidad de su familia antes que enfrentarse a
lo desconocido. Una posición de este tipo únicamente produce futuros problemas.
La resolución del tema de la identidad es central para que el adolescente sea capaz de establecer su
independencia, de convertirse en miembros de un grupo de iguales y de desarrollar su identidad sexual.
Sin un sentido claro de los valores y una identidad personal es muy poco probable que se produzca un
desarrollo saludable. Sin embargo, a pesar de las dificultades, la mayoría de los adolescentes construyen
las bases de su identidad en la adolescencia temprana y media. Esta base se ve fortalecida cuando
adquieren pautas de afiliación social y objetivos vocacionales.
Un cierto grado de cuestionamiento y de dudas acerca de sí mismo es no solamente inevitable sino
también necesario para el progreso del desarrollo. Los adolescentes que simplemente abrazan los ideales
formulados por sus padres pueden haber adquirido un rol, pero quizás más tarde llegará, a tener graves
dificultades en aceptar este sentimiento de sí mismos, externamente impuesto. Simplemente se ha
retardado un proceso necesario. El desarrollo de la identidad no demanda simplemente el rechazo de los
valores paternos, sino más bien el examen e integración de esos valores junto con los valores de un
mundo más amplio al que se están incorporando los adolescentes.
Escala B: Desvalorización de sí mismo
En ningún momento antes de la adolescencia se halla el individuo en evolución sujeto a un examen tan
crítico de sí mismo. Los niños suelen percibirme a sí mismo en términos de cómo deberían ser, con un
ideal que frecuentemente se halla muy próximo al de sus padres. Sin embargo, con los ideales que
parecen mucho más lejanos de lo que el adolescencia había considerado previamente. Es la disparidad
entre ambos, y la lucha por resolverla, o que constituye el foco de la escala de Desvalorización de sí
mismo. Esta lucha está íntimamente ligada con los esfuerzos del adolescente para desarrollar su propia
identidad. Lo que se observa es que el adolescente formula un sentido tentativo de lo que es. Se observa
en esta área, quizás más que en ninguna otra, que la fuerza de la adolescencia frecuentemente intensifica
los conflictos aunque, en última instancia, le ayudará a crecer, y revolver las dificultades.
El ideal de nosotros mismos que todos creamos suele ser bastante constante a través de los individuos.
Todos queremos ser valientes, inteligentes y atractivos. Sin embargo, los individuos varían
considerablemente en cómo se perciben con relación a este ideal. Dos factores importantes afectan a esta
percepción: la presencia de auténticas deficiencias que hagan imposible el logro del ideal y la intensidad
crítica con la que una persona se evalúa a sí misma. Los adolescentes se han planteado ideales que
consisten en riquezas y poder pero sienten que no podrán alcanzar estas metas si tienen capacidades
limitadas o se les niegan oportunidades por pertenecer a minorías en situaciones de desventaja. Por otra
parte, estos ideales elevados pueden parecer muy lejanos para los adolescentes más aventajados o más
perspicaces que son capaces de analizar y reconocer las diferencias entre ellos mismos y los niveles o
expectativas que se habían marcado. La introspección de estos adolescentes podrá serles útil más tarde y
quizás incremente una mayor congruencia entre sí mismo y la realidad.
Es significativo que el adolescente con una baja autoestima sea menos popular entre su grupo de
iguales aunque muestre la mayor necesidad de aprobación social. Buscando cómo lograr esa aceptación y
el reconocimiento social se convierten en simples peones de otros miembros del grupo, frecuentemente
se comportan de forma que en otras circunstancias no hubieran ni considerado, únicamente por su
necesidad desesperada de ser aceptados por los otros.
A pesar de tales escollos, el proceso de desarrollo continúa su progreso. El proceso prosigue en la
adolescencia tardía, generalmente con mayor comodidad y aceptación de sí mismo. La insatisfacción con
respecto a sí mismo se convierte entonces en un marcador muy personal de falta de felicidad y no
simplemente en un índice común a la mayoría de los adolescentes. Con la madurez, los adolescentes
aprenden a no culpar a los otros de sus propias dificultades.
Escala C: Desagrado por el propio cuerpo
Los niños aceptan crecer y cambiar como aceptan cualquier otro aspecto de su existencia cotidiana.
Cuando ocurren los cambios, los sienten como algo gradual y son integrados con escasa conciencia. Por
el contrario, los cambios que tienen lugar en la adolescencia temprana y media son de naturaleza
diferente. El crecimiento es rápido, afecta a la sexualidad y crea cambios físicos significativos en cuanto
a configuración, forma y atractivo. Los deseos y sueños referentes a la apariencia se confrontan ahora de
forma clara con la propia identidad física que emerge. La manera en que el adolescente se ve así mismo
se basa en parte, en aspectos objetivos de su desarrollo corporal, pero este físico es juzgado en el
contexto de una miríada de experiencias y de normas sociales. Este proceso crítico es muy complejo,
producto de las actitudes parentales, de los temores personales, de las reacciones de los iguales y de la
propia conciencia crítica.
La edad en que tienen lugar los cambios de la pubertad es significativa, especialmente para los chicos.
El desarrollo temprano, evidente en el vello facial y en el aumento de la musculatura, es vista de forma
muy positiva, dando lugar frecuentemente a un sentimiento de propia satisfacción, interés en las
prácticas atléticas y confianza de tipo general. El retraso en este tipo de cambios en el chico adolescente
ocasiona a menudo una menor asertividad y menor tendencia a asumir el papel de líder, pautas que
pueden persistir después me de la maduración. Mientras que la forma corporal ideal en los chichos se
hallan en consonancia con las características típicas de la maduración, las chicas adolescentes quedan
frecuentemente atrapadas en una situación dolorosa cuando se desarrollan físicamente. Algunos de los
cambios más esperados (p. ej. El desarrollo del pecho) están vinculados a otras características menos
atrayentes, que incluyen muslos más gruesos y caderas más anchas. Los beneficios del desarrollo son
complejos y, con frecuencia, la chica adolescente es duramente crítica con lo que ella ve como
imperfecciones obvias, cuando lo compara con el ideal femenino de ser bien proporcionada, con caderas
delgadas y piernas largas. Una sensación dolorosa de disminución del atractivo puede complicar otros
aspectos de la adaptación de la adolescente, especialmente la relación con sus compañeros varones.
Este proceso de examen de sí mismo, de crítica y de integración de la apariencia física y de la imagen
corporal se ve muy afectada por las reacciones de los otros. Un primer factor lo constituyen las
actividades que los miembros de la familia adoptan de cara a minimizar o mejorar los problemas. Las
actitudes negativas de la familia pueden crear e intensificar la insatisfacción por la imagen facial y
corporal, incluso entre adolescentes que está, experimentando los cambios normales de crecimiento.
En la adolescencia tardía, la mayoría de los cambios físicos han ocurrido ya. Bien o mal, el individuo
ha asumido una relativamente acabada configuración facial y corporal. Desgraciadamente para muchos
adolescentes, la insatisfacción por su apariencia se mantiene también, frecuentemente, inmutable.
Escala D: Incomodidad respecto al sexo
Desde el primer momento en que a un niño lo visten de rosa o azul comienza su preparación para el rol
de adulto (de adulto definido en cuanto al sexo). Incluso hoy en día, a pesar del significativo proceso
iniciado hacia la igualdad en el tratamiento y la igualdad de oportunidades para niños y niñas, el proceso
de inculcar en los chicos y chicas roles masculinos y femeninos tradicionales sigue actuando. A medida
que el niño progresa en su maduración, crece la conciencia acerca de las actitudes y expresiones
parentales referidas a la sexualidad. Con frecuencia, los niños aprenden a no tocar sus genitales y si los
sorprenden, tienen la sensación de vergüenza o de desconcierto. La exploración temprana cambia
generalmente desde una curiosidad inocente hacia una exploración furtiva y cargada de culpa. Incluso
cuando los padres son tolerantes, otras personas transmiten a menudo la actitud de que el sexo es
problemático.
La adolescencia temprana aporta con frecuencia, la anticipación de nuevas oportunidades y retos. El
adolescente se enfrenta a la tarea de reconciliar las creencias previamente aprendidas con un nuevo y
fuerte despertar sexual. Este proceso impone que se desarrolle la imagen de ser una persona con
impulsos sexuales que son capaces de expresarse y de proporcionar placer. La capacidad de integrar
estos impulsos sexuales en el marco de la imagen de uno mismo tendrá una influencia clara en los
sentimientos del adolescente con respecto al sexo y en su manera de establecer relaciones sexuales.
La transición eficaz hacia la sexualidad consiente y cómoda no es una consecuencia simple de la
maduración y de la aceptación parental. Más bien es algo que ocurre como producto de una interacción
compleja entre la oportuna maduración biológica, la aceptación del cambio y el sentimiento de sí mismo
en desarrollo que permite la integración de este nuevo aspecto. Otro elemento a considerar es la
disposición del adolescente para ir más allá del rol seguro y dependiente de la infancia hacía uno nuevo
que lleva a asumir las responsabilidades adultas.
El adolescente se las arregla para armonizar todos los aspectos (los estímulos biológicos, las
inseguridades sociales y la propia conciencia amorosa) a fin de lograr el idealizado rol de adultos.
Después de un trémulo comienzo, la mayoría de adolescentes logran una expresión sexual plena de
significado, en la que se combinan la amistad y la intimidad. La facilidad y el ritmo de esta transición es
evaluada por la escala de Incomodidad respecto al sexo que refleja las actitudes parentales, las creencias
culturales y el impacto de los iguales, todo lo cual contribuye a la sexualidad y a su aceptación. Las
actitudes y el impacto de los iguales, todo lo cual contribuye a la sexualidad y a su aceptación. Las
actitudes inmaduras y un perturbador sentimiento de culpa o de vergüenza es lo que se evalúa para
asesorar al clínico en la ayuda a los adolescentes con este tipo de problemas.
Como en la infancia, los grupos de compañeros de su edad permiten a los adolescentes ejercitarse en
las relaciones, dentro de un estadio del desarrollo que es común para todos. Es evidente que existen
normas de iguales y que hay una presión para adaptarse a ellas, pero parece ser que los adolescentes
utilizan el grupo de forma primordial para equilibrar sus necesidades de dependencia con sus
aspiraciones de independencia. Los adolescentes ven al grupo de iguales como una fuente de apoyo en
un momento en el que están intentando distanciarse de los valores y del dominio de los padres. Aunque
la afiliación al grupo de iguales no abarca todos los aspectos de la vida del adolescente, conforma y tiene
influencia significativa en su comportamiento social. La mayoría de los adolescentes más jóvenes buscan
un número grande de amigos y son poco selectivos en la elección de su grupo de iguales. Sin embargo, a
medida que la confianza en sí mismo y la conciencia de sí aumentan, los adolescentes comienzan a elegir
dentro del grupo de iguales para desarrollar amistades más íntimas y dar apoyo a los valores que han
comenzado a abrazar. La mayoría de los adolescentes pasan desde un periodo de implicación intensa con
su grupo de iguales a un distanciamiento gradual a medida que son aceptados por otros y se sienten libres
para cambiar hacia las amistades más íntimas de la adolescencia tardía. Sin embargo, los adolescentes
con una baja autoestima se sienten capturados en una situación especialmente desesperante. Puesto que
esperan el rechazo, frecuentemente permanecen como observadores tímidos y pasivos al margen de la
vida. Al ser evaluados como nuevos miembros del grupo, sus compañeros valoran su personalidad y
comportamiento y, con frecuencia, les otorgan únicamente en acceso limitado. En consecuencia, fracasan
en cuanto a recibir la atención y el reconocimiento que anima a sus compañeros, que tienen más éxito, a
aumentar su confianza en sí mismos y su autonomía. Estos adolescentes permanecen bloqueados en ese
estadio temprano de la afiliación al grupo. Patéticamente necesitados de la aprobación de sus iguales,
aceptan incluso el bajo estatus que se les otorga, lo cual sienten que es necesario para mantener cierta
apariencia de permanencia al grupo.
Aquellos con mayores ventajas (adolescentes animados, alegres, afables y con sentido del humor)
reciben la recompensa de la aprobación de sus iguales que estimula su crecimiento. Los que tienen
dificultades (individuos intranquilos, tímidos y nerviosos) están atrapados por una autoestima que
disminuye, buscando algo a lo que adherirse. Estos infortunados individuos son blancos fáciles para
aquellos que les premiarán con su reconocimiento a cambio de una lealtad absoluta y esta sumisión
puede llevarles a compromisos que quedan muy lejos de sus valores intrínsecos y de su verdadero
potencial. Esta escala, Inseguridad con los iguales, mide el grado en que el adolescente tiene éxito en
lograr una posición cómoda y satisfactoria dentro del grupo de iguales.
Escala F: Insensibilidad social
Desde muy temprano, la familia inculca al niño, los valores relativos al comportamiento adecuado.
Esto se logra a través de una combinación de advertencias, elogios y modelado implícito. En ausencia de
estos esfuerzos tempranos y algunas veces a pesar de ellos, algunos niños pueden carecer de o rehusar
aceptar estas creencias como propias. El grado en que se desvían de estos principios afectará a sus vidas
y a su comportamiento interpersonal. ¿Qué sentimientos tiene una persona que se desvía por esos
cauces? ¿Cómo se expresa la insensibilidad interpersonal y qué comportamiento se puede esperar de esa
persona? Aún más, ¿qué impacto producirá este individuo en los otros y qué reacciones evocará como
consecuencia? La escala de Insensibilidad social se centra sobre estos temas.
La característica más destacada del comportamiento de este tipo de personas es una indiferencia
generalizada hacia los sentimientos y reacciones de los otros. Esto es diferente de la hostilidad abierta;
antes bien, lo que muestra es una despreocupada indiferencia ante la presencia de la incomodidad o el
dolor de los otros. Con frecuencia esta persona, poco compasiva y aparentemente inconmovible ante la
necesidad de reciprocidad en las relaciones sociales, puede elegir el aislamiento, la apatía o la
insensibilidad. Se trata de un individuo que puede evitar las limitaciones ordinarias y adoptar
activamente puntos de vista que son contrarios a los derechos de los otros. La mayoría de las veces se
observa o bien una disminución de la vida interpersonal o bien un deseo de tratar sin ningún miramiento
a aquellos que se cruzan en su camino. Para estos individuos es simplemente más fácil no preocuparse
que modificar su comportamiento.
Aunque la intensidad de estos sentimientos se extiende a lo largo de un continuo, la distribución no es
en absoluto normal. Más bien, la inmensa mayoría de los adolescentes desea, como sus padres, como
mínimo alabar de boquilla, si no se adhieren realmente a ellas, las creencias que incluyen el respeto por
los derechos de los otros. No obstante, algunos individuos, pueden sobrepasar esta posición asumiendo
una actitud bastante más violenta que tenga graves consecuencias para la familia, la escuela y la
sociedad. Ahora bien, este programa aislado y negativo crea una situación en la que le adolescente
permanece virtualmente impasible ante los incentivos para que mejore su adaptación social. ¿Con cuánta
frecuencia los psicólogos que han entrevistado adolescentes que han tenido problemas con las normas, se
han quedado simplemente asombrados por su indiferencia absoluta ante el dolor de los otros cuando les
ven revolverse en su silla, de forma insolente, esperando que se acabe la “lección”, en cuyo momento
quitarán importancia a todo el incidente como irrelevante? La frustración que experimentan los clínicos
se deriva de la incapacidad de entrar en contacto con estos adolescentes, de despertar esos sentimientos
que son necesarios para estimular el cambio. En este caso no se trata de una cuestión evolutiva en el
sentido de que todos los adolescentes deban pasar por esta fase para lograr una mayor madurez. Antes
bien, el tema adquiere su significación en virtud de una mayor madurez. Antes bien, el tema adquiere su
significación en virtud de la necesidad que tiene la sociedad de influir en estos individuos para que
desarrollen las consecuencias para ellos mismos.
Las siete escalas que configuran esta sección se relacionan con trastornos que se manifiestan bajo
formas relativamente específicas, es decir, la sintomatología se agrupará en síndromes clínicos claros y
bien definidos, tales como la ansiedad y la depresión. Habitualmente éstos son el foco inicial del
tratamiento, destacándose como comportamientos, pensamientos o sentimientos relativamente
llamativos, que se hacen notar y atraen la atención hacia esa persona indicándola como alguien que
requiere ayuda profesional.
En contraste con los Prototipos de personalidad, los Síndromes clínicos se consideran más bien como
extensiones o distorsiones de la personalidad básica de un adolescente. Estos síndromes suelen ser
estados relativamente diferenciados y transitorios, que crecen y disminuyen en un periodo de tiempo,
dependiendo de las situaciones estresantes. La mayoría se caracterizan por ser una caricatura o una
acentuación del estilo básico de personalidad del adolescente y deben ser evaluados con referencia a ese
patrón. A pesar de la observación de que algunos de los síntomas aparecen con mayor frecuencia
conjuntamente con algunos estilos concretos de personalidad, cada uno de estos estados sintomáticos
podrán aparecer en varios prototipos. Por ejemplo, el Afecto depresivo (escala FF) aparece más
frecuentemente en las personalidades Inhibidas, Pesimistas y autopunitivas. La inclinación al abuso de
sustancias (escala BB) se encuentra comúnmente en los prototipos rebelde y Rudo.
Dado que existen diversas variaciones posibles entre Síndromes clínicos y prototipos de personalidad,
es de suma importancia construir un modelo en el que estas relaciones entre unos y otros puedan ser
especificadas. Aunque los Síndromes clínicos y los Prototipos de personalidad son evaluados de forma
independiente, cada Síndrome clínico debe ser coordinado también con el Prototipo específico de
personalidad con el que se relaciona. La mayoría de los Síndromes clínicos descritos en esta sección son
de tipo reactivo siendo substancialmente de una duración más breve que los trastornos de personalidad.
Normalmente representan estados en los que se manifiesta claramente un proceso patológico activo.
Muchos de sus síntomas se desencadenan por acontecimientos externos. Como se ha indicado, la
mayoría aparecen de forma brusca o llamativa, con frecuencia acentuando o intensificando las
características más prosaicas del estilo básico de personalidad promórbido. Durante periodos de activa
patología, nos es raro que varios síntomas estén presentes a la vez y que con el tiempo cambien en su
nivel de importancia.
Escala AA: Trastornos de la alimentación
Al igual que con los otros Síntomas clínicos, el impulso que subyace al comportamiento anoréxico o
bulímico varía considerablemente, así como el nivel de peligro que supone la gravedad de la
psicopatología asociada y el grado en que constituye una reacción a estresores del entorno. Dependiendo
e la interacción de estos factores en la vida del adolescente, los trastornos de la alimentación pueden
materializarse a partir de la nada, desaparecer durante un periodo y luego volver a surgir con o sin un
precipitante manifiesto. Únicamente a partir de la última o dos últimas décadas se ha empezado a
acumular datos longitudinales sobre la prevalencia de esas disfunciones y sobre su curso creciente o
menguante.
La anorexia nerviosa fue identificada en las postrimerías del siglo diecinueve como una importante
disfunción psicológica que puede llegar a la muerte por una inanición en chicas jóvenes. Sin embargo, la
bulimia es un trastorno moderno, podría ser “apetito voraz”; éste ha llegado a significar atracón de
comida, vómito purga. Al igual que la anorexia nerviosa, está asociada con una excesiva preocupación
por el cuerpo e inquietud por el peso, ambos trastornos pueden presentarse de forma simultánea. La
escala de Trastornos de la alimentación evalúa la probabilidad de que el adolescente esté sufriendo un
trastorno alimentario.
Escala BB: Inclinación al abuso de sustancias
La mayoría de los adultos tienen la impresión de que los adolescentes han incrementado de forma
destacada su consumo de alcohol y drogas durante la última o las dos últimas décadas. Los hechos no
justifican tales conclusiones. Los adolescentes que usan y abusan del alcohol no han aumentado de forma
apreciable en la última generación y la “revolución de las drogas”, parece haber sido una frase entre los
años 1960 y 1970, alcanzando su cima durante ese periodo y descendiendo a partir de él. Lo que se ha
podido ver en los últimos años es la continuación del abuso de sustancias entre ciertos adolescentes
perturbados más que una tendencia de masa cultural. El tema en discusión es quiénes usan drogas y
alcohol en exceso, por qué lo hacen, qué grupos de edad y qué trayectoria siguen, qué sustancias
emplean, por cuánto tiempo, con qué propósitos.
Ese evidente que el abuso de sustancias es un problema importante para la sociedad y para los
servicios de salud mental. Este problema es mucho más importante entre los pobres marginados que
buscan la sustancia para mejorar sus sentimientos de desesperanza y su rechazo de las normas sociales.
En el ámbito de los servicios de salud mental es donde la evaluación psicológica puede jugar un papel
principal. Este es el caso, especialmente cuando los instrumentos pueden no solamente identificar la
presencia del abuso o la predisposición al mismo, sino que también pueden indicar el contexto personal
dentro del cual aparece el abuso. Mediante la escala de Inclinación al abuso de sustancias, el MACI
pretende suministrar una comprensión de por qué se produce el abuso y para qué finalidad le sirve a un
adolescente con un determinado patrón de personalidad.
Escala CC: Predisposición a la delincuencia
Numerosos conflictos y luchas internas pueden provocar que los adolescentes tengan problemas, y un
número igualmente amplio de acontecimientos y desórdenes internos pueden llevar a los adolescentes a
convertirse en problemas. Generalmente los adolescentes que tienen problemas, hacen notar su malestar
mediante la exhibición de comportamientos problemáticos con la familia, amigos y profesores. Los
adolescentes que son problemáticos consiguen la atención mediante el malestar que infligen a os otros y
a través de la independencia por las limitaciones ordinarias de la sociedad. ¿Cuál es la esencia de esa
incapacidad o desgana para cumplir con las normas sociales? ¿Cómo se ha desarrollado ese hábito de
despreocupación y qué vías se han mostrado más eficaces para su remedio?.
Lo que subyace al comportamiento “delincuente” no es un rasgo único sino una constelación de
sentimientos, cogniciones (o su ausencia) y comportamientos que culminan en actos contra otros. No
existe un único tipo de individuo delincuente. Antes bien parece que existan, como mínimo, dos grupos
diferentes de adolescentes en gran parte divididos por límites socioeconómicos. Aunque poseen
conjuntos muy diferentes de sentimientos y rasgos de personalidad, los pocos comportamientos que
comparten les llevan a ser etiquetados de forma conjunta. Algunos individuos tienen una autoestima muy
baja en lo que hace referencia a su vida académica, que puede estar basada en dificultades reales con los
esfuerzos que la escuela requiere; entre ellos existe un rechazo general del éxito escolar. En otros, la vida
familiar es descrita frecuentemente como caótica u hostil, con padres que frecuentemente actúan de
forma antisocial. Una característica central en estos adolescentes es su impulsividad, sin que les
preocupen las consecuencias finales. Incluso cuando esas consecuencias son conocidas, estos
adolescentes pueden preferir ignorarlas, mostrándose indiferentes ante la posibilidad de sufrir y
quedándose con frecuencia impasibles cuando esto ocurre. La situación es más complicada por el hecho
de que la cultura del grupo de iguales puede dar apoyo al comportamiento ilegal. El maco social más
amplio castiga el comportamiento concreto por el que estos adolescentes se ven recompensados dentro
de su grupo social más íntimo.
La ansiedad es una emoción universal. Sin embargo, se la considera un grave trastorno psicológico si
se presenta frecuentemente, persiste por largos períodos de tiempo, no puede ser explicada por estresores
objetivos y desbordada la capacidad del individuo para relacionarse socialmente o para funcionar de
forma adecuada. Con frecuencia, los adolescentes ansiosos refieren sentimientos que son o bien
vagamente aprensivos o explícitamente fóbicos. Están característicamente tensos, indecisos e inquietos,
tienden a quejarse de diversos problemas físicos, tales como opresión, sudoración excesiva, dolorosa
musculares inespecíficos y náuseas. Una revisión de los ítems concretos de la escala Sentimientos de
ansiedad ayuda a determinar si el paciente es principalmente fóbico y, de forma más específica, si la
fobia es de tipo “simple” o “social”.
No obstante, la mayoría de los adolescentes ansiosos muestran un estado generalizado de tensión que se
manifiesta por la incapacidad para reflejarse, inquietud motriz y predisposición a reaccionar ya
sobresaltarse fácilmente. Los trastornos somáticos (por ejemplo, las manos humedad o los desarreglos de
estómago) son también características frecuentes. Cabe destacar asimismo el estado de preocupación, el
sentimiento aprensivo de que los problemas son inminentes, un estado acentuado de alerta frente a su
entorno, irritabilidad y susceptibilidad generalizada.
No es raro que la ansiedad se exprese a través de canales somáticos, periodos persistentes de fatiga y
debilidad, preocupación por la mala salud y una variedad de dolores fuertes, aunque generalmente
inespecíficos, en diferentes regiones no relacionadas del propio cuerpo. Algunos adolescentes ansiosos
formulan múltiples quejas somáticas, a menudo presentadas de forma dramática, vaga o exagerada. Otros
tienen una historia que puede considerarse como hipocondríaca; interpretan los pequeños malestares o
sensaciones físicas como algo que índica un grave trastorno. Cuando realmente sufren un trastorno, éste
tiende a ser valorado excesivamente, a pesar de ser tranquilizados desde el punto de vista médico. Es
típico de este grupo, que empleen quejas somáticas para obtener más atención.
Escala FF: Afecto depresivo
La mayoría de los adolescentes deprimidos siguen inmersos en la vida cotidiana pero están
preocupados por sentimientos de desaliento o culpa, falta de iniciativa, apatía, baja autoestima, inutilidad
y desaprobación de sí mismos. Durante estos periodos de abatimiento puede haber accesos de llanto,
ideación suicida, actitud pesimista, aislamiento social, poco apetito o necesidad de comer en exceso,
fatiga permanente, baja concentración, pérdida de interés en actividades placenteras y disminución de la
eficacia en la realización de tareas corrientes o rutinarias. A menos que la escala Afecto depresivo sea
notablemente elevada, no es probable que se den las características de la depresión mayor. Una detallada
investigación de los ítems concretos puede permitir al clínico el diferenciar las características especificas
del estado de ánimo distímico (p. ej. baja autoestima o desesperanza).
Los adolescentes deprimidos ingresados en unidades de hospitalización pueden ser incapaces de
funcionar en un entorno normal, están gravemente deprimidos y expresan temor ante el futuro, ideación
suicida y un sentimiento de resignación desesperanza. Algunos muestran una acentuada lentitud motora,
mientras que otros despliegan características de agitación, paseándose incesantemente y lamentando el
penoso estado de sus vidas. Algunos procesos somáticos se alteran durante estos periodos,
especialmente, disminución del apetito, cansancio, pérdida o ganancia de peso, insomnio o despertar
muy temprano. Son corrientes los problemas de concentración al igual que los sentimientos de inutilidad
y culpa. Muchas veces son evidentes el temor y la tristeza casi permanentes. Dependiendo de las
características del estilo de personalidad de ese adolescente, puede existir un prototipo de vergüenza,
introversión y aislamiento, caracterizado por lentitud o por un tono irritable, quejoso y apesadumbrado.
Escala GG Tendencia al suicidio
Puede decirse que existe un continuo que incluye: pensamientos acerca de lesionarse a sí mismo de
forma intencionada o muerte (ideación suicida), lesionarse a sí mismo intencionadamente
(comportamiento autodestructivo), comportamiento suicidas fracasados (tentativas de suicidio) y,
finalmente, tentativas logradas (suicidio). Cualquier elevación en la escala de Tendencia suicida, debe ser
tomada en serio.
Aunque los adolescentes confrontados con problemas psicológicos piensan con frecuencia en el
suicidio como una solución, son pocos los que seriamente ponen en acto estos pensamientos. No
obstante, los datos epidemiológicos indican que el suicidio logrado aumenta bruscamente durante la
adolescencia. El daño infligido a sí mismo es la causa más frecuente de muerte en el grupo de 25 a 19
años, lo que no ocurre en ningún otro grupo.
Muchas razones que a menudo actúan conjuntamente sirven de impulso para el suicidio. A pesar de
que las acciones impulsivas son poco frecuentes, pueden ocurrir en adolescentes que han tenido
dificultades familiares persistentes o que han experimentado una ruptura dolorosa de una relación
significativa. Los sentimientos de aislamiento emocional, la falta de una red de apoyo social y el
sentimiento de alejamiento de los compañeros aparecen como los factores principales en la vida de los
adolescentes que consideran el suicidio como su único recurso.
El proceso de revisión del MAPI comenzó con la selección de 181 ítems nuevos a partir de un amplio
fondo de ítems. Estos nuevos ítems fueron redactados con dos propósitos: a) realizar un muestreo de los
ámbitos que representaban los nuevos síndromes clínicos del MACI y b) obtener ítems para revisar las
escalas de Prototipos de personalidad y de Preocupaciones expresadas del MAPI. Cada ítem estaba
constituido por una afirmación que describía un sentimiento o un comportamiento. Los adolescentes
debían indicar (mediante la respuesta de Verdadero o Falso) si las afirmaciones describían o no sus
sentimientos y actitudes. Estos nuevos ítems fueron añadidos a los 150 ítems originales del MAPI, y el
resultado, un formulario de 331 ítems, recibió el nombre de Forma de investigación del MACI.
En la primera fase de este proyecto (Muestra A y Muestra B) se aplicaron a los adolescentes otros dos
instrumentos además de la Forma de investigación del MACI. Estos instrumentos auxiliares fueron
utilizados para la construcción y validación de las escalas incluyéndose los siguientes: a)el Inventario de
trastornos de la conducta alimentaria – 2(EDI-2) b) el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), c) la
combinación del Inventario de depresión de Beck y la Escala de desesperanza y d) el Instrumento de
sondeo orientado sobre problemas de los adolescentes.
A los clínicos, se les dio la instrucción de que aplicaran a cada cliente el instrumento auxiliar que
mejor se adaptara a su diagnóstico inicia (por ejemplo, a los adolescentes que acudían con problemas de
depresión o estado de ánimo se les aplicaba el BDI/BHS). Además, a cada participante en la
investigación (clínico individual o equipo) se les asignaba un segundo instrumento auxiliar para que
fuera aplicado a todos los adolescentes de ese lugar (cuando el test asignado a un determinado lugar
coincidía con el test que más se adaptaba al problema que presentaba el adolescente, el clínico era libre
de escoger el otro test que debían ser aplicado). A los adolescentes de la Muestra C se les aplicó
únicamente la Forma de investigación del MACI, sin que les fuera aplicado ningún otro instrumento
auxiliar
En el Proyecto de desarrollo del MACI un total de 1.017 adolescentes, y sus clínicos, participaron (806
en la primera fase y 211 en la segunda). En ambas fases, se mantenía a los adolescentes en la muestra de
investigación si s ajustaban a diversas condiciones de Validez. Os adolescentes eran eliminados de la
muestra de Investigación si se daba alguna de las condiciones siguientes:
1. No se indicaba el sexo
2. El protocolo del MAPI (basado en los 150 ítems originales) era inválido (utilizando las
condiciones de validez vigentes para el MAPI)
3. La edad era menor de 13 o mayor de 19 años
4. Se omitían 11 o más respuestas de ítems dentro del conjunto de los 18 ítems nuevos.
5. El adolescente se atribuía dos de los tres ítems de “fiabilidad”, originales del MAPI, o al menos
uno de los ítems originales de “valide” del MACI.
Después de haber desarrollado las escalas del MACI, se añadió otra condición para la validez (y se fue
utilizando en ambas fases). Los adolescentes eran eliminados si se daba la siguiente condición:
6. La puntuación directa de la nueva Escala X (transparencia) era inferior a 201 o superior a 589
Después de todo ello, el tamaño final de la Muestra A fue de 579 casos a partir de los que se
desarrollaron las Tasas Base para el MACI. Las dos muestras de validación cruzada (muestra B y
Muestra C) fueron sometidas a una nueva condición de validez, basada en los valores finales de las Tasas
Base del MACI. Se eliminaron de las muestras B y C adolescentes cuyos protocolos cumplían la
siguiente condición:
7. Las puntuaciones, según Tasas Base, de las escalas desde la 1 a la 8Bdel MACI tenían valores
iguales o menores de 59.
En consecuencia, los tamaños finales de las muestras B y C fueron 139 y 194, respectivamente. Las
características demográficas de las muestras de desarrollo y de validación cruzada se ofrecen en la tabla
3.1
A un subconjunto de adolescentes de la primera fase del proyecto de desarrollo del MACI, se les
aplicó la Forma de investigación del MACI en dos ocasiones diferentes; el intervalo test-retest oscilaba
entre tres y siete días. Los datos de la primera aplicación fueron incluidos en la Muestra A y en la
Muestra B; los datos de la segunda aplicación fueron utilizados únicamente para estimar la estabilidad
test-retest de las escalas del MACI.
Tabla 3.1. Características demográficas de las muestras de desarrollo y de validación cruzada.
Población de EE.UU
Muestra de desarrollo Muestra de validación cruzada
A B C
N % N % N %
Sexo
Varón 313 54 74 53 127 65
Mujer 266 46 65 47 67 35
Etnia
Blancos 460 79 115 83 144 74
Negros 41 7 11 8 23 12
Hispánicos 35 6 5 4 15 8
Asiáticos 1 0 2 1 0 0
Indios americanos 15 3 1 1 9 5
Otros 16 3 3 2 0 0
No consta 11 2 2 1 3 2
Edad
13 años 76 13 19 14 25 13
14 años 119 21 29 21 32 16
15 años 132 233 31 22 37 19
16 años 137 24 33 24 52 27
17 años 93 16 23 1 42 22
18 años 19 3 4 3 6 3
19 años 3 1 0 0 0 0
Los cínicos que evaluaban o trataban a los adolescentes que participaban en el proyecto de desarrollo del MACI
suministraban información acerca de cada uno de sus clientes (a todos los clínicos se les pagó por su
participación). La mayoría de los clínicos que participaban hacía muy poco tiempo que se habían hecho cargo de
los adolescentes antes de evaluarlos; la mayoría hacían sus valoraciones al poco tiempo de que el adolescente
empezara su tratamiento o fuera incluido en un programa que requiera el ingreso.
En la primera fase, se presentó a los clínicos una lista de 10 prototipos de personalidad, solicitándoles que
indicaran qué prototipo se aproximaba más exactamente a su visión del cliente. Entonces, se les solicitaba también
que indicaran un segundo prototipo que también se adecuara al individuo, aunque no tan bien como el primero.
Los 10 prototipos de personalidad que se presentaron a los clínicos fueron: Introvertido, Inhibido, Cooperativo;
Sociable, Seguro, Rebelde, Rudo, Respetuoso, Negativista y sensible. Se observa que Pesimista (escala 2B del
MACI) y Tendencia límite (escala 9) no están presentes en esta lista de prototipos de personalidad y que los
nombres de varias de las otras escalas de personalidad no son iguales a los nombres actuales. Estas escalas
cambiaron de nombre más tarde durante el proceso de desarrollo.
A los clínicos se les solicitó también que realizaran una valoración semejante utilizando una lista de
Preocupaciones expresadas y categorías diagnósticas (más tarde denominados Síndromes clínicos). Se suministró
a los clínicos una breve descripción de cada Prototipo de personalidad y Preocupación expresada para ayudarles en
sus valoraciones. Estas descripciones se ofrecen en la tabla 3.3, que también muestra la lista de las Categorías
diagnósticas que se habían entregado a cada clínico. Se puede observar que los nombres de algunas de algunas de
las Preocupaciones expresadas y categorías diagnósticas (Síndromes clínicos) no son los mismos que los nombres
finales de las escalas del MACI.
Las primeras siete Preocupaciones expresadas corresponden a las escalas del MACI, de la A hasta la G, y
la novena corresponde a la Escala H. La octava Preocupación expresada, Inadecuación escolar, fue eliminada de
las escalas finales del MACI. Las 10 Categorías diagnósticas corresponden a los siete Síndromes clínicos (escalas
de la AA a la GG); cuando se desarrollaron los Síndromes clínicos finales, las categorías de la bulimia y la
anorexia se combinaron para formar la escala de Trastornos de la alimentación y as categorías de alcohol y drogas
se combinaron para formar la escala de Inclinación al abuso de sustancias. “Otros” se eliminó de las escalas finales
del MACI.
En la segunda fase del proyecto de desarrollo del MACI (a saber, el análisis de datos a partir de la Muestra
C para validación cruzada), los clínicos elaboraron sus juicios mediante un formulario de valoración modificado.
Este formulario incluyó dos Prototipos de personalidad adicionales (Pesimista y Tendencia límite). La lista de las
Preocupaciones expresadas fue idéntica a las Preocupaciones expresadas actuales, y Categorías diagnósticas eran
semejantes a los síndromes clínicos actuales.
Utilizando los datos de la muestra de desarrollo del MACI, el desarrollo de las escalas comenzó con el
examen de las frecuencias de atribución (a sí mismo) de los ítems. Cualquier ítem con una frecuencia no era
inesperada dado el contenido del ítem. Los ítems con frecuencias de atribución inesperadamente altas o bajas
fueron descartados del estudio.
Cada ítem mantenido después de este primer sondeo, fue inicialmente asignado a una escala específica del
MACI a partir del contenido de dicho ítem. Estos ítems fueron definidos como ítems “prototipos” par cada escala
y se les asignó un valor ponderado de 3, cuando se calcularon los totales de las puntuaciones directas de las
escalas.
Tabla 3.3 Instrucciones e información suministrada a los clínicos para la elaboración de valoraciones relativas a
cada uno de los adolescentes
PROTOTIPOS DE PERSONALIDAD
Introvertido: Estos individuos se caracterizan por su falta de afecto y su indiferencia social. Tienden a ser
tranquilos, pasivos, y a no involucrase. Frecuentemente se les considera como algo soso, tranquilos y
descoloridos, incapaces de hacer amigos, y frecuentemente indiferentes apáticos.
Inhibidos: estos individuos suelen ser vergonzosos, tímidos y nerviosos en las situaciones sociales, desean
fuertemente caer bien y ser aceptados por los otros, pero muy a menudo temen ser rechazados. Son sensibles y
capaces de responder emocionalmente pero a la vez, por desconfianza, solitarios y aislados.
Cooperativo: estas personas tienden a dejarse a dejarse llevar por los otros y a relacionarse de forma sumisa y
dependiente. Pueden establecer fuertemente vínculos con algunas personas que entonces toman un rol
dominante en el proceso de toma de decisiones. Preocupados por la posible pérdida de amigos, esconden sus
verdaderos sentimientos, especialmente cuando estos pueden ser vistos como criticables por aquellos a quienes
desean agradar.
Sociable: son personas que buscan estimulación, excitación y atención. Pueden reaccionar aparatosamente a las
situaciones que ocurren a su alrededor, con frecuencia se implican en ellas pero es típico que rápidamente
pierden el interés. Son pintorescos y socialmente encantadores, aunque también pueden ser exigentes y
controladores de los otros.
Seguro de sí: estos individuos tienden a considerar que son más competentes y dotados que aquellos que les
rodean. Son egocéntricos y de pensamiento independiente, con frecuencia dicen las cosas tal como las piensan y
están centrados en sí mismos. Muchas personas los ven también como arrogantes, poco considerados y
explotadores de los otros.
Rebelde: estos individuos tienden a actuar de forma antisocial. A menudo se resisten a seguir las normas
convencionales de comportamiento; muestran una actitud rebelde que les puede llevar a entrar en conflicto con
los deseos parentales, al igual que con la escuela y las normas legales.
Rudo: estas personas son asertivas y con frecuencia dominantes y hostiles. Tienden a considerarse a sí mismos
como fuentes, audaces y competitivos. Consideran la calidez, la gentileza y la compasión como signos de
debilidad que evitan duros, enérgicos y agresivos.
Respetuoso: Estos sujetos suelen describirse con conscientes, eficaces, perfeccionistas y muy controlados. Se
relacionan con aquellos que tienen autoridad de una forma excesivamente respetuosa, zalamera y dependiente.
Tienden a ser socialmente formales y correctos y es poco probable que sean francos o que actúen de forma
espontánea con los otros.
Negativista: estas personas se caracterizan por su pasividad agresiva, resentimiento y descontento general. Su
humor y comportamiento son enormemente cambiantes. A veces tratan a los otros de forma amable y amistosa,
en ocasiones son irritables y hostiles, expresando el sentimiento de ser incomprendidos y poco apreciados.
Sensible: estos individuos son los peores enemigos de sí mimos. Parecen disfrutar con el sufrimiento, tienden a
desvalorizarse a sí mismos, actúan de forma autodestructiva, con lo cual convierten en eficaces los esfuerzos de
los otros por ayudarles puesto que evitan el contacto con las oportunidades de disfrutar, y fracasar repetidamente
en sus metas a pesar de que poseen las capacidades para lograrlas.
Preocupaciones expresadas
Difusión de la identidad: Las personas con este problema expresan su preocupación acerca de sus confusos
sentimientos con referencia a quienes son y lo que quieren. Poco seguras de su identidad, se muestran descentradas
con referencia a las metas y valores futuros de sus vidas. Parece que carezcan de dirección y con frecuencia no
tienen claro el tipo de persona que les gustaría ser.
Desvalorización de sí mismos: los individuos con este tipo de preocupación pueden tener un sentido de quienes
son, pero manifiestan que sienten una extensa gama de insatisfacciones con respecto a esa imagen de sí mismos.
Hablan directamente de sentimientos de baja autoestima. Encuentran en sí mismos muy pocas cosas dignas de ser
admiradas y temen que se van a quedar muy lejos con referencia a aquello a lo que aspirar.
Desagrado por el propio cuerpo: los jóvenes que refieren este problema están, descontentos con las deficiencias
que perciben en la maduración o morfología de sus cuerpos. Es probable que también expresen su descontento
acerca de su encanto y de su nivel de atractivo físico y social.
Incomodidad respecto al sexo: los pensamientos y sentimientos referidos a la sexualidad son experimentados
como algo que confunde o que desagrada a estos adolescentes. Se hallan inquietos por sus impulsos y con
frecuencia temen la expresión de la sexualidad, estando preocupados o en conflicto con respecto a los roles que
ésta puede requerirles.
Incomodidad con los iguales: los jóvenes preocupados por este ámbito refieren consternación y tristeza por
rechazados y no elogiados por sus compañeros. Desean su aprobación, pero no logran obtenerla, muchos están
dispuestos a abandonar, se sienten infelices y, en consecuencia, se vuelven incluso más aislados.
Insensibilidad social: los adolescentes que manifiestan este problema es probable que sean fríos e indiferentes
con relación al bienestar de los demás. Quieren anular los derechos de otros para lograr metas, carecen de empatía
y muestran escaso interés por construir vínculos personales cálidos o afectuosos.
Discordancia familiar: los jóvenes que informan de este tipo de dificultades encuentran que su familia es tanto
una fuente como un foco de tensión y conflicto. Destacan muy pocos elementos de apoyo mutuo y existe un
sentimiento general de distanciamiento de los padres. De pendiendo de factores de personalidad, estas dificultades
pueden reflejar tanto rechazo parental como, por el contrario, rebelión adolescente.
Inadecuación en la infancia: estos adolescentes que tengan esta historia expresarán vergüenza o disgusto por
haber sufrido abusos bien sea verbal, física o sexualmente, de forma ostensible por sus padres, hermanos, otros
parientes próximos o amigos de la familia.
Categorías diagnósticas
Vulnerabilidad a la bulimia
Susceptibilidad a la anorexia
Predilección por el alcohol
Propensión a la droga
Predisposición a la delincuencia
Tendencia a la impulsividad
Sentimientos de ansiedad
Tendencia al suicidio
Otros
Una ve construidas estas escalas preliminares (es decir, escalas que contenían únicamente ítems
prototípicos) se calcularon los siguientes estadísticos:
- coeficiente de fiabilidad por consistencia interna (alfa);
- correlación entre cada ítem y el total de puntuación de sus escala (con ambas puntuaciones totales, con
inclusión del ítem y con exclusión del ítem);
- correlación entre las respuestas al ítem y las puntuaciones de las escalas restantes;
- alfa ajustado para cada ítem en cada escala (es decir, alfa con exclusión del ítem)
- correlación entre respuestas al ítem y valoración del clínico
- correlación entre puntuaciones en la escala y valoración del clínico
- correlación entre las puntuaciones de las escalas del MACI
- correlación entre las puntuaciones de as escalas del MACI y puntuaciones en los otros instrumentos
auxiliares
- correlaciones entre las puntuaciones de las escalas del MACI y puntuaciones en las escalas del MAPI
La creación de las escalas finales del MACI fue un proceso iterativo en el que todos los estadísticos de la lista
que acabamos de ofrecer se volvieron a calcular y a evaluar en cada iteración cada vez que se agregaba o
eliminaba un ítem de alguna escala. A los ítems que no tenían la consideración de “prototípicos” se les asignó un
peso ponderado de 2 ó 1 dependiendo de su consonancia con la teoría subyacente y del valor de los estadísticos
del ítem.
La longitud del test MACI decreció en cada iteración a medida que los ítems eran eliminados a partir del
estudio. En cada iteración, cada uno de los ítems que se mantenían debía aparecer como ítem prototípico para una
escala concreta. Después de la primera iteración, la mayoría de los ítems aparecía también como no prototípicos en
otras escalas. Como resultado de este proceso de desarrollo de las escalas, el número de ítems se redujo de 331 a
loa 10 del total final. Los elementos finales pasaron a constituir la versión definitiva del MACI que aparece en el
cuadernillo de aplicación los pesos ponderados asignados a cada ítem siguen formando parte de los
procedimientos de obtención de las puntuaciones directas (PD)
Antes de definir cualquier transformación TB, fue necesario especificar la tasa de prevalencia en la
población de las características representadas en cada una de las escalas de Prototipos de personalidad.,
Preocupaciones expresadas y Síndromes clínicos del MACI. Esto fue hecho de forma separada para cada uno de
los cuatro grupos normativos, la tasa de prevalencia objetiva para cualquier escala es la prevalencia de esa
característica en la población de referencia. Por ejemplo, la tasa de prevalencia objetiva para la Escala 2A, para
niños de 13 a 1 años, es la prevalencia del prototipo de personalidad Inhibido en esa población. Esta tasa de
prevalencia puede ser diferente de la tasa de prevalencia para la Escala 2A para chicos de 16 a 19 años o para
chicas de 13 a 15 años. Las tasas de prevalencia objetivas se especificaron mediante los pasos que se describen a
continuación.
En el primer paso, las valoraciones clínicas que se elaboraron de cada adolescente fueron utilizadas para
especificar el objetivo inicial de la tasa de prevalencia de cada escala de cada escala y grupo normativo. Es decir,
en cada grupo normativo el porcentaje de veces que una característica era valorada como “notablmente destacada”
por los clínicos fue tomado como la tasa inicial de prevalencia de esa escala en ese grupo normativo.
Su asumió que ese era el porcentaje de adolescentes en la población de referencia para los que esa
característica era notablemente destacada. De manera semejante, las valoraciones de los clínicos de las segundas
características que mejor que mejor se adaptaban a los sujetos fueron utilizadas para especificar el porcentaje de
adolescentes en la población para los que esa característica estaba presente (aunque no destacada)
En el siguiente paso, estas estimaciones, empíricamente derivadas de las tasas de prevalencia en la
población, fueron ajustadas para dar cabida a: a) resultados de diversos estudios epidemiológicos concernientes a
las tasas de prevalencia de estas características en la población y b) el hecho de que a los clínico, en la primea fase
del proyecto no se les pidió que realizaran valoraciones relativas al prototipo Pesimista de personalidad (Escala
2B). Estas proporciones ajustadas se convirtieron en tasas de prevalencia objetivas a partir de las que se
desarrollaron las transformaciones en Tasa Base.
Las puntuaciones que determinaban las TB en cada escala se fijaron a las puntuaciones transformadas de
75 y 85, o cual fue realizado de la siguiente forma:
Se calculó la distribución de frecuencia de las puntuaciones directas de cada escala (de forma separada
para cada grupo normativo). Las puntuaciones TB de 75 y 85 se asignaron a las puntuaciones directas que
correspondían a la puntuación centil que representaba la tasa objetivo de prevalencia. Por ejemplo, se suponía que
el prototipo de personalidad Introvertido era estimado como la característica notablemente destacada para el 12%
de la población y se estimó también que estaba presente (aunque no destacada) en otro 7% de la población. En este
caso, la puntuación directa de la Escala 1 (Introvertido) que correspondía al centil 88 (es decir 100- 12) quedaba
determinaba como la correspondencia a una TB de 85. De forma similar, las puntuación directa de la Escala 1
(Introvertido) que correspondía al centil 81 (es decir 100 – [12+7+]) fijaba el punto que marcaba la TB de 75.
Estos puntos de anclaje fueron definidos de esta forma para las escalas de la 1 a la GG del MACI. En
consecuencia, la proporción de adolescentes, en la población, con una puntuación TM mayor de 85 para una
característica concreta establece la proporción objetiva de adolescentes para los que esta característica es
notablemente destacada. De manera semejante, la proporción de adolescentes que en la población tienen
puntuaciones TB mayores de 75 establece la proporción objetiva de adolescentes en los que esta característica está
presente o destacada.
En el caso de las escalas 9 a GG, y para cada uno de los cuatro grupos normativos que determinan la edad
y el sexo, se siguieron los procesos de las TB que se refieren a continuación:
1. A una PD (es decir, a la suma ponderada de las puntuaciones asignadas a los ítems) de cero se les
asignaba una TB de cero y a la máxima puntuación directa alcanzada en cada escala se le asignaba una
TB de 115. A continuación se utilizó una interpolación lineal para asignar puntuaciones TB iníciales a los
puntos entre los valores de anclaje de 0,75 y 115. Estos valores se utilizaron como las tablas iníciales de
transformación de puntuaciones TB.
2. Utilizando estas tablas iníciales como un punto de partida, se asignaron puntuaciones TB iníciales a cada
uno de los adolescentes de la muestra de desarrollo.
3. Dependiendo de los valores de estas puntuaciones TB para las escalas EE (Sentimientos de ansiedad), FF
(Afecto Depresivo), X (Transparencia), Y (Deseabilidad), Z (Alteración), y de la elevación de las escalas
de la 1 a la 8B, se realizaron ajustes a las puntuaciones TB de determinadas escalas.
4. Después de obtenidas las puntuaciones TB ajustadas para cada uno de los adolescentes del grupo
normativo, se volvió a calcular la distribución de frecuencias de las TB. Estas distribuciones fueron
evaluadas para determinar cuán exactamente se correspondían con las tasas de prevalencia objetiva para
las TB entre 75 y 84 (inclusive) y entre 85 y 115 (inclusive).
5. Si esta evaluación mostraba que las frecuencias de esos grupos normativos se distanciaban, más allá de un
ligero porcentaje de puntos en cualquier escala, la tabla de valores TB entre los puntos de anclaje de 75-
85-115 se modificaba en esa escala, en la tabla de transformación de ese grupo.
6. Finalmente, todas las puntuaciones TB de ese grupo normativo fueron nuevamente asignadas, ajustadas y
vueltas a evaluar. Este paso se repitió hasta que las frecuencias de la muestra quedaron tan aproximadas
como era posible a las tasas de prevalencia objetiva de ese grupo en cada una de las escalas.
Definición para las puntuaciones TB para las escalas 1 a 8B
Para el desarrollo de las TB de las escalas 1 a 8B, se siguió un procedimiento ligeramente diferente. En las
escalas 9 a GG, el propósito consistía en asignar las tasas de prevalencia objetiva a los puntos de anclaje de 75 y
85. Sin embargo, para las escalas de la 1 a 8B se planteaba una nueva restricción en las transformaciones TB. Es
decir, se las había definido también a partir de la proporción de veces en las que se había observado que una
puntuación específica en esa escala era la puntuación más elevada para un individuo determinado y resultaba
equiparable al objetivo de tasa de prevalencia como característica notablemente destacada. De forma similar, la
puntuación TB final de la escala se observaba que correspondía a la segunda puntuación más alta de un individuo,
con lo que se obtenía la tasa de prevalencia objetiva que correspondía a la presencia de esa característica. Esta
restricción adicional en el tipo de transformación de las TB significaba que la interpolación lineal no se podía
aplicar de forma rutinaria para las puntuaciones TB entre 0 y 74 y 85 y entre 86 y 115.
Los estudios llevados a cabo paralelamente al desarrollo de las escalas de Transparencia (X), Deseabilidad
(Y) y Alteración (Z) del MCMI-II (Millon, 1987) indicaron que, para cada una de estas escalas, las TB≥ 85 solían
incluir al 10% más elevado de la población de pacientes, las TB de 75-84 (inclusive) solían incluir el 15%
siguiente, el rango de 35 – 74 (inclusive) incluían al grupo medio del 60% de pacientes y las TB < 35 solían incluir
al 15% más bajo de la población. Las TB entre los puntos de decisión 35, 75 y 85 fueron obtenidos suavizando la
distribución. Un procedimiento similar fue utilizado para el MACI. La tabla 3.4 muestra la distribución.
Tabla 3.4 Frecuencias. Tabla de puntuaciones TB para las escalas X, Y y Z (Muestra normativa americana total)
Escala
Rango de puntuación TB X Y Z
0-34 13,0% 12,1 % 6,4 %
35-74 62,7% 66,1 % 72,5 %
75-84 14,0 % 13,1 % 11,9 %
85-115 10,4 % 8,5 % 9,2 %
Existen varias diferencias importantes entre las características técnicas del MACI tal como se ha descrito
más arriba y las características del MAPI. La primera y principal radica en que los grupos normativos para los dos
instrumentos son significativamente diferentes. El grupo normativo del MACI está compuesto exclusivamente por
adolescentes atendidos en centros clínicos o de tratamiento, mientras que los grupos normativos del MAPI están
formados por una combinación de adolescentes clínicos y no clínicos.
Las puntuaciones directas y las Tasa Base de estos dos tests so también diferentes en aspectos importantes.
Concretamente el uso de pesos ponderados diferenciales en el MACI se aparta del uso de la “ponderación uno” de
todas las respuestas a los ítems del MAPI. Además, los únicos puntos de las TB del MACI que están fijados a
puntuaciones directas con valores específicos son 1, 75, 85 y 115.
Durante el desarrollo de las Tasa Base del MAPI, únicamente se tomaron en consideración las tasas de
prevalencia de las escalas aisladas. EN el MACI, el rango en que se ordenaban las características de personalidad
era también tomado en consideración.
Las escalas de fiabilidad y validez del MAPI han sido reemplazadas por una única escala de dos ítems, la
VV, que se utiliza para identificar los protocolos inválidos del test. Además, el MACI contiene tres escalas nuevas
(Transparencia, Deseabilidad y Alteración) que han sido diseñadas para estimar las tendencias de respuesta del
adolescente y que se utilizan para ajustar las puntuaciones de las Tasas Base.
4. CARACTERÍSTICAS PSICOMÉTRICAS
En este capítulo, se describen las diversas características psicométricas del MACI que fueron sometidas a
evaluación. Las puntuaciones de las escalas del MACI se compararon con sus homólogas del MAPI y viceversa,
y las propias puntuaciones TB se compararon con las puntuaciones directas del MACI. Se calcularon, y se
presentan más adelante, las estimaciones tradicionales de fiabilidad (de manera especial la consistencia interna y
la estabilidad test-retest). Además, se evaluó la validez por diferentes procedimientos, especialmente mediante
la comparación de las puntaciones de las escalas del MACI con las valoraciones de los clínicos y con las
puntuaciones de otros instrumentos que evalúan las mismas características.
Las tablas que recogen análisis estadísticos referentes a este capítulo pero cuya extensión dificultaría la
lectura se hallan en el Apéndice C.
4.1 Relación entre las Tasas Base del MACI y las Tasas Base del MAPI
La tabla 4.1 presenta las correlaciones entre las Tasa Base del MACI y las Tasa Base del MAPI. La
observación de esta tabla revela que algunas de las escalas del MACI se aparatan significativamente de sus
homólogas del MAPI. Las correlaciones que se ofrecen en esta tabla cubren un rango bastante amplio
extendiéndose desde una puntuación alta de 0,84 (en la escala 5) a una puntuación baja de 0,08 (en la escala 1). En
parte, las correlaciones más bajas reflejan dos cambios importantes: modificaciones en algunos de los constructos
subyacentes (p. ej. La Escala 1 Introvertido) y las diferencias en las poblaciones normativas entre el MAPI y el
MACI. EL MACI está totalmente basado en una muestra clínica, casi la mitad de la cual está compuesta por
adolescentes con tendencia a la actuación, lo que da lugar a que aparezcan diferencias en las distribuciones de las
puntuaciones de ciertas escalas (p. ej. Escala D, Incomodidad respecto al sexo, y Escala F Insensibilidad social).
Por lo que se refiere a las escalas 2B, 6A, 8A, M9, H, o cualquiera de los Síndromes clínicos, no se puede
establecer ninguna comparación entre el MAPI y el MACI puesto que únicamente aparecen en el MACI.
Tabla 4.1 Correlaciones entre las TB del MACI y las TB del MAPI y entre las TB del MACI y las PD del MACI
Escala del MACI Tasas base del MAPI Puntuaciones directas del MACI
Prototipos de personalidad
1 Introvertido 0,08 0,94*
2A Inhibido 0,62* 0,88*
2B Pesimista - 0,91*
3 Sumiso 0,55* 0,91
4 Histriónico 0,74* 0,90*
5 Egocéntrico 0,84* 0,94*
6A Rebelde - 0,94*
6B Rudo 0,70* 0,95*
7 Conformista 0,74* 0,95*
8A Oposicionista - 0,92*
8B Autopunitivo 0,60* 0,88*
9 Tendencia limite - 0,94*
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 0,71* 0,97*
B Desvalorización de sí mismo 0,67* 0,97*
C Desagrado por el propio cuerpo 0,57* 0,98*
D Incomodidad respecto al sexo 0,36* 0,94*
E Inseguridad con los iguales 0,73* 0,95*
F Insensibilidad social 0,44* 0,97*
G Discordancia familiar 0,73* 0,92*
H Abusos en la infancia - 0,97*
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación - 0,99*
BB Inclinación al abuso de sustancias - 0,99*
CC Predisposición a la delincuencia - 0,99*
DD Propensión a la impulsividad - 0,99*
EE Sentimientos de ansiedad - 0,94*
FF Afecto depresivo - 0,93*
GG Tendencia al suicidio - 0,99*
Índices modificadores
X Transparencia - 0,98*
Y Deseabilidad - 0,99*
Z Alteración - 0,95*
Nota: las correlaciones fueron calculadas utilizando los datos combinados de las muestras B y C
*p<0,001
Los efectos de transformar las puntuaciones directas del MACI en Tasa Base fue evaluado mediante la
correlación de las puntuaciones Tb con las puntuaciones directas en las que estaban basadas. Estas correlaciones se
ofrecen en la segunda columna de la tabla 4.1. Las correlaciones se calcularon utilizando los datos combinados de
las dos muestras de validación cruzada (B y C)
De acuerdo con la tabla 4.1, las transformaciones en TB tienen escasos efectos prácticos en cuanto a
ordenación relativa de los adolescentes. Para las escalas 9 a GG, por ejemplo, todas las correlaciones fueron
mayores o iguales a 0,92; únicamente cinco de esos coeficientes fueron inferiores a 0,95. Esta relación tan alta
entre las puntuaciones Tb y las puntuaciones directas era de esperar, dadas las características de las
transformaciones TB (esto es, la interpolación lineal entre 0 y 74, entre 75 y 85 y entre 86 y 115).
Aunque las transformaciones TB para las escalas de la 1 a 8B fuero más complejas, la relación entre los dos
tipos de puntuación siguió siendo francamente alta; todas las correlaciones fueron mayores o iguales a 0,88,
alcanzando algunas de ellas (escalas 6B y 7) puntuaciones de 0,95.
De esta comparación se podría concluir que la transformación en puntuaciones según TB cumple dos
objetivos de forma simultanea: a) permite una sencilla interpretación de la elevación de la escala y de la
configuración de las puntuaciones en términos de tasas de prevalencia en la población y b) mantiene la
información original acerca del orden relativo de los adolescentes en base a las condiciones métricas de las
puntuaciones directas que es familiar para los investigadores y para los clínicos profesionales.
4.3 Correlaciones internas de las escalas
Las correlaciones existentes entre las puntuaciones de las escalas del MACI han sido calculadas tomando como
muestra única la combinación de las muestras B y C (de validación cruzada). Los resultados en la tabla C-1 del
Apéndice C.
4.4 Fiabilidad
Consistencia interna
La tabla 4.2 ofrece información acerca de la fiabilidad de las escalas del MACI. Se incluyen en ella el
número de ítems de cada escala y los coeficientes de fiabilidad referida a la consistencia interna (alpha) calculados
a partir de los datos de la muestra de desarrollo (Muestra A) y de las dos muestras de validación cruzada (Muestra
B y Muestra C) combinadas.
Tabla 4.2 Longitudes de las Escalas del MACI. Consistencia interna y estimación de la fiabilidad test-retest de las
puntuaciones TB
Escala del MACI Número Consistencia interna Test-rests
de ítems
A* B+C* A+B*
Prototipos de personalidad
1 Introvertido 44 0,83 0,82 0,63
2A Inhibido 37 086 0,86 0,70
2B Pesimista 24 0,86 0,85 0,83
3 Sumiso 48 0,74 0,73 0,88
4 Histriónico 41 0,82 0,84 0,70
5 Egocéntrico 39 0,80 0,82 0,82
6A Rebelde 39 0,84 0,83 0,79
6B Rudo 22 0,83 0,81 0,85
7 Conformista 39 0,86 0,86 0,91
8A Oposicionista 43 0,85 0,82 0,76
8B Autopunitivo 44 0,90 0,89 0,88
9 Tendencia limite 21 0,86 0,86 0,92
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 32 0,79 0,76 0,77
B Desvalorización de sí mismo 38 0,91 0,90 0,85
C Desagrado por el propio cuerpo 17 0,85 0,84 0,89
D Incomodidad respecto al sexo 37 0,73 0,69 0,74
E Inseguridad con los iguales 19 0,75 0,77 0,57
F Insensibilidad social 39 0,79 0,79 0,83
G Discordancia familiar 28 0,79 0,76 0,89
H Abusos en la infancia 24 0,83 0,81 0,81
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación 20 0,86 0,85 0,78
BB Inclinación al abuso de sustancias 35 0,89 0,88 0,90
CC Predisposición a la delincuencia 34 0,77 0,76 0,80
DD Propensión a la impulsividad 24 0,79 0,75 0,78
EE Sentimientos de ansiedad 42 0,75 0,75 0,85
FF Afecto depresivo 33 0,89 0,88 0,81
GG Tendencia al suicidio 25 0,87 0,87 0,91
Índices modificadores
X Transparencia - - - 0,86
Y Deseabilidad 17 0,73 0,75 0,71
Z Alteración 16 0,87 0,85 0,84
*Muestra de desarrollo A (N = 579)
*Muestras de validación cruzada B y C combinadas (N = 333)
*Test-retest en un intervalo de 3-7 días, subgrupo de las muestras A y B (N= 47)
Los coeficientes alfa fueron calculados utilizando datos de la Muestra A; los resultados obtenidos cubren
un rango que va desde 0,73 el más bajo (en las escalas D e Y) hasta 0,91 el más alto (en la Escala B). Los
coeficientes alfa de las escalas de Prototipos de personalidad, calculados sobre la Muestra A, varían de 0,74 (en la
Escala 3) a 0,90 (en la Escala 8B). Cuando la fiabilidad se estima utilizando las muestras B y C combinadas la
pauta de los coeficientes es bastante semejante. En este caso, los coeficientes cubren un rango que va desde 0,69
(en la Escala D) a 0,90 (en la Escala B). Los coeficientes alfa para las escalas Prototipo de personalidad cubren un
rango que va de 0,73 (en la Escala 3) a 0’89 (en la Escala 8B).
La semejanza entre los coeficientes de fiabilidad de ambas muestras es algo sorprendente porque los ítems
para cada escala fueron seleccionados, en parte, en función del valor de la correlación ítem-total. Hubiera sido
esperable una cierta reducción en esos coeficientes cuando la correlación se calcula con una muestra independiente
de adolescentes. Si embargo, para esos datos, no se observa un decremento consistente de la fiabilidad.
Test-retest
La última columna de la tabla 4.2 muestra la fiabilidad test-retest en cada escala. Este coeficiente fue
calculado en un subgrupo de adolescentes de las muestras A y B. Las dos aplicaciones del test fueron realizadas
con un intervalo de entre tres y siete días. Estas correlaciones ocupan un rango que va desde 0,57 (en la Escala E)
a 0,92 (en la Escala 9); la mediana del coeficiente de estabilidad fue de 0,82.
4.5 Validez
La validez de las puntuaciones de las escalas del MACI fue evaluada utilizando diversos estadísticos. Se
utilizaron correlaciones entre las puntuaciones de los diferentes test utilizaos colateralmente. Los detalles relativos
a esta evaluación se presentan a continuación.
Como se destacaba con anterioridad, las valoraciones de los estudios de los clínicos con respecto al
carácter general y a la prevalencia observados por ellos era de esperar que fueran razonablemente acertados; es
decir, “sabían” que aproximadamente entre el 25 y 30 % de sus clientes eran adolescentes actuadotes y que
aproximadamente el 20% de los chicos y aproximadamente el 30 % de las chicas experimentaban niveles clínicos
de depresión. No obstante, si se les solicitara que identificaran qué clientes concretos estaban deprimidos o
predispuestos a la delincuencia sin haber tenido la oportunidad de observarlos, entrevistarlos o aplicarles algún
tipo de test con una cierta clama, sus tasas de éxito serían, en el mejor de los casos modestas. Por ejemplo, las
correlaciones obtenidas en nuestros estudios entre las puntuaciones mencionadas, quedaban en la zona más baja,
alrededor del 0,20. Dado que la depresión es un estado emocional relativamente obvio y diferenciado, el resultado
es sorprendente, aunque no tanto cuando se constata que los clínicos hacen sus valoraciones antes de llegar a
conocer bien a sus pacientes. Este problema es bastante más complicado cuando se trata de síndromes menos
obvios y más complejos, que tienen una probabilidad apreciablemente menor de obtener una correlación elevada.
De aquí que no pudiéramos esperar que los resultados de nuestros estudios de validación cruzada con los juicios
fueran impresionantes, de forma especial con referencia a características tan complicadas como los prototipos de
personalidad.
Las correlaciones obtenidas en la validación cruzada entre las puntuaciones TB del MACI y el criterio
clínico se presentan en la tabla 4.3. Dado que el procedimiento de valoración fue algo diferente para las muestras
de validación cruzada B y C, las correlaciones de la validez se calcularon por separado en cada grupo.
Tabla 4.3 Correlaciones entre las Tasas Base del MACI y las valoraciones de los clínicos en dos muestras de
validación cruzada.
Escala del MACI Muestra B Muestra C
Prototipos de personalidad
1 Introvertido 0,11 0,12
2A Inhibido 0,27** 0,27***
2B Pesimista - 0,22**
3 Sumiso 0,18* 0,03
4 Histriónico 0,17* 0,15*
5 Egocéntrico 0,19* 0,20**
6A Rebelde 0,20* 0,27***
6B Rudo 0,27** 0,28***
7 Conformista 0,17* 0,25***
8A Oposicionista 0,14 0,02
8B Autopunitivo 0,08 0,20**
9 Tendencia limite - -
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 0,00 0,17*
B Desvalorización de sí mismo 0,13 0,25***
C Desagrado por el propio cuerpo 0,15 0,09
D Incomodidad respecto al sexo -0,02 0,21**
E Inseguridad con los iguales 0,14 0,20**
F Insensibilidad social 028** 0,39***
G Discordancia familiar 0,13 0,25***
H Abusos en la infancia 0,43** *
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación 0,09 *
BB Inclinación al abuso de sustancias 0,36** 0,52**
CC Predisposición a la delincuencia 0,28** 0,34***
DD Propensión a la impulsividad 0,15 0,25***
EE Sentimientos de ansiedad 0,20* 0,30***
FF Afecto depresivo 0,37*** 0,31***
GG Tendencia al suicidio 0,27** 0,24***
Índices modificadores
X Transparencia
Y Deseabilidad
Z Alteración
*En ningún adolescente de la Muestra C se consideró que las características asociadas a esta escala fueran sus
características más destacas, en primer o segundo lugar.
*p < 0,05** p < 0,01*** p < 0,001
A los clínicos de la Muestra B se les pidió que valoraran cuál de las 10 personalidades características (que
correspondían a las escalas de la 1 a la 8B, con exclusión de la 2B y la 9) se aproximaban con mayor
exactitud a la impresión que tenía de su cliente. Se les solicitaba también que indicaran cuál era el segundo
prototipo de personalidad que mejor se adaptaba. Para las otras características evaluadas por el MACI,
Preocupaciones expresadas y Síndromes clínicos, se solicitaron valoraciones semejantes. La primera columna
de la tabla 4.3 muestra las correlaciones entre las puntuaciones TB del MACI y la variable dicotómica que
corresponde a la valoración clínica de primera y segunda característica más adecuada.
Los clínicos de la Muestra C tenían una tarea diferente. Se les pidió que hicieran el mismo tipo de
valoración de la primera y segunda característica más adecuada, pero se les ofreció una lista de 12
personalidades características (que correspondían a las escalas de la 1 a la 9). Más tarde se decidió mantener
la Escala 9 (Tendencia límite) separada de las escalas 1 a 8B. Por lo tanto, en esta evaluación se ignoraron las
valoraciones de los clínicos referentes a la Escala 9. Por ejemplo, suponiendo que en un adolescente se
hubiera valorado la Tendencia límite como característica más adecuada, con el estilo Introvertido como la
segunda característica que más se adaptaba al adolescente, y la valoración quedaba codificada de forma que
Introvertido era la característica que más se adaptaba al adolescente. Estas valoraciones de los clínicos,
codificadas de nuevo, fueron utilizadas para calcular las correlaciones de la segunda columna de la tabla 4.3.
Las valoraciones de las escalas A a GG fueron tratadas y codificadas de la misma manera que se había hecho
con los adolescentes de la Muestra B. la validez de estas correlaciones está, obviamente, afectada por la
prevalencia de la característica en la muestra. Es decir, el tamaño de las correlaciones está limitado por la
proporción de adolescentes cuyos clínicos consideran que presentan esa característica como su rasgo más
destacado.
En la Muestra C los coeficientes fueron ligeramente más elevados, con una mediana de 0,25. Veinte de los
24 coeficientes calculados fueron estadísticamente significativos (p< 0,05). Los tres coeficientes más altos se
dieron en Predisposición a la delincuencia (0,34), Insensibilidad social (0,39) e Inclinación al abuso de
sustancias (0,52).
Correlaciones entre las puntuaciones de las escalas y las puntuaciones de los instrumentos
auxiliares
Todas las puntuaciones obtenidas en las escalas del MACI se correlacionaron también con las
puntuaciones de otros test que pretenden medir constructos semejantes (cuando no idénticos) y que fueron
utilizados como instrumentos auxiliares. Estos instrumentos y sus subescalas, fueron:
1) Inventario de depresión de Beck (BDI)
2) Escala de desesperanza de Beck (BHS)
3) Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)
4) Inventario de trastornos de la conducta alimentaría -2 (EDI-“), con las siguientes subescalas:
5) Instrumentos de sondeo orientados hacia problemas de los adolescentes, con las siguientes subescalas:
• Uso o abuso de sustancias
• Salud física
• Salud mental
• Relaciones familiares
• Relaciones con los iguales
• Nivel educativo
• Situación profesional
• Habilidades sociales
• Ocio/diversión
• Comportamiento agresivo/Delincuencia
La correlación de las puntuaciones de las escalas del MACI con las puntuaciones de cada una de estas
subescalas se ofrece en el Apéndice C. Al utilizar estas tablas, se pueden comparar las puntuaciones de cada una
de las escalas del MACI con las puntuaciones obtenidas en otros instrumentos que intentan medir constructos
semejantes. Por ejemplo, la correlación entre las puntuaciones de la escala de trastornos de la alimentación del
MACI y las puntuaciones en las medidas de Obsesión por la delgadez e Insatisfacción corporal del EDI-2 fueron
de 0,75 y 0,88, respectivamente. Por poner otro ejemplo, las correlaciones entre las puntuaciones de la escala de
Afecto depresivo del MACI y las puntuaciones del Inventario de depresión de Beck y de la Escala de desesperanza
de Beck fueron de 0,59. En aquellos casos en que los constructos que estaban siendo evaluados eran bastante
semejantes, las correlaciones fueron manifiestamente elevadas.
5. Procedimientos de aplicación del test
El MACI está disponible en dos formatos del tipo “papel y lápiz”, uno de ellos para corrección y elaboración
del perfil (con ayuda de un programa informático facilitado en un disquete), y el otro para su corrección
mecanizada (mediante lectura óptica). En ambos casos los materiales incluyen un Cuadernillo no fungible (que
contiene los enunciados de los ítems) y una Hoja de respuestas de tipo normal o especial. La corrección
mecanizada exige una hoja de respuestas especial para ser procesada mediante lectura óptica.
El MACI ha sido desarrollado para ser utilizado con adolescentes que demandan tratamiento en servicios
de salud mental y que poseen una capacidad lectora equivalente, como mínimo, al final de la educación primaría.
Las condiciones óptimas de aplicación demandan que el cliente se sienta razonablemente cómodo, sin elementos
de distracción y que no esté excesivamente fatigado. La presencia de una fuerte ansiedad, un estado de confusión,
una intoxicación por drogas o el haber sido sedado pueden alterar significativamente los resultados del test. Si el
inventario se aplica en algunas de estas circunstancias, sería sensato aplicar nuevamente el test a ese cliente en una
fecha posterior.
5.2 Preparación y encuadre
Las instrucciones para cumplimentar el MACI se hallan impresas en el cuadernillo y constituyen una clara
explicación. Puede decirse que se trata de un instrumento autoaplicable, aunque algunos examinandos pueden
requerir de una cierta ayuda. EL MACI ha sido diseñado de forma que el contenido no resulta amenazador para la
mayoría de los adolescentes y puede ser presentado como un breve inventario que es utilizado por los clínicos
como una ayuda en la evaluación de las potencialidades de los adolescentes.
Una vez entregado el cuadernillo se debe solicitar al cliente que dedique unos minutos a leer las
instrucciones cuidadosamente y a rellenar la información relativa a los datos personales (fecha de nacimiento,
sexo, nivel de escolaridad…) y problemas personales en la hoja de respuestas. Si fuera necesario, se debe ayudar a
completar dicha información. Dado que los clínicos recomiendan la utilización de números de identificación para
mantener el anonimato de sus clientes, en ese caso no se requerirá de los pacientes que completen la parte opcional
relativa al nombre. Si existe cualquier duda acerca de si el examinando entiende las instrucciones, el examinador
debe leerlas en voz alta y atender a cualquier duda que se pueda suscitar. Las preguntas planteadas por los
examinandos y relativas a cuestiones de procedimiento o a la aclaración de determinadas palabras deben ser
contestadas para asegurar la exactitud y la actitud adecuada ante la situación de prueba. Se debe animar a los
examinandos a que contesten a todos los ítems del test sin ayuda externa. A pesar de que ciertos examinandos
pueden necesitar que se les asegure que es común tener problemas al responder a determinados ítems, es
preceptivo que sen ellos los que tomen sus propias decisiones acerca de cuál es la elección que les parece mejor.
Para lograr resultados realmente significativos, es importante que exista por parte del adolescente buena
voluntad para abordar el Inventario con honestidad y seriedad. Puede ser útil dar a entender a los examinandos que
será mejor para ellos mismos si asumen una actitud franca y abierta al responder al test. Algunas personas pueden
expresar preocupación con referencia a la utilización de sus resultados. Para ser consecuente con los derechos
individuales y con la práctica profesional adecuada se deberá responder francamente a estas preocupaciones. Por
ejemplo, es aconsejable informar de antemano a los clientes acerca de si los datos del test serán utilizados para
evaluación clínica, investigación u otros usos adecuados. De forma semejante, se informará a los clientes sobre las
medidas que se adoptarán para mantener la confidencialidad de sus respuestas y para garantizar la seguridad de los
protocolos del test y de los informes derivados. Una decisión voluntaria e informada de participar en la respuesta
al Inventario se puede lograr mejor si se le proporciona al adolescente una base para ponderar la ganancia
potencial frente a los posibles riesgos de darse a conocer. Dado que toda evaluación mediante test psicológicos
descansa sobre un conjunto implícito entre aquel que realiza un diagnóstico profesional y un examinando, es
responsabilidad de los clínicos el informar completamente a los examinandos de las ventajas y desventajas que
potencialmente puedan concurrir en dichas evaluaciones con lo cuál ellos podrán adoptar decisiones informadas y
voluntarias acerca de su participación.
5.4 Registro y codificación de la información
Cuando el examinando devuelve el material, el examinador debe revisar la hoja de respuestas para
asegurarse de que toda la información requerida haya sido facilitada y observar si existen respuestas doblemente
marcadas (V y F seleccionadas a la vez) o un número excesivo de ítems omitidos (10 ó más). Si se encuentran
errores, la hoja de respuestas debe ser devuelta y se debe animar al examinando a completar las deficiencias o
corregir los errores. Además, para evitar retrasos en el caso de la corrección mecanizada, es importante comprobar
si todas las respuestas han sido rellenadas con un lápiz de mino blanda (las marcas de bolígrafo no son legibles
para las lectoras ópticas); se deben borrar todas las marcas que existan fuera del espacio correcto y ver si la hoja
no presenta desgarros o perforaciones.
5.5 Opciones de corrección
Existen tres opciones de corrección del MACI: corrección manual con plantillas transparentes, corrección
un situ con ayuda de un disquete y corrección mecanizada. La corrección manual es un procedimiento muy
complejo, en el que los errores de corrección son bastante comunes. Si se utiliza la corrección manual, es
aconsejable que cada test sea corregido dos veces para garantizar la precisión.
La corrección in situ mediante ordenador es con frecuencia la opción más rápida y más conveniente; una
vez tecleadas todas las respuestas la programación obtiene las puntuaciones directas, la Tasa Base y hace las
transformaciones necesarias para la obtención de las puntuaciones finales; en todos los casos es necesario que el
profesional decida la tabla del baremo a utilizar para la conversión de TB. Para disponer de una corrección
mecanizada las hojas de respuesta deben ser enviadas al Departamento de informática de TEA ediciones para su
procesamiento.
6. Correcciones del MACI
Las puntuaciones directas de cada escala (excepto para la Escala X) se calculan, en primer lugar, a través
de la conversión de las respuestas “Verdadero/Falso” que se han dado a los ítems en valores ponderados, de 0 a 2
puntos, según se especifica en las plantillas de corrección disponibles para cada una de las escalas. La suma de
esos ítems ponderados constituirá la puntuación directa (PD). Obsérvese que todos los ítems de las escalas Y y Z
(Deseabilidad y Alteración respectivamente) tienen un valor ponderado de uno. A las respuestas omitidas se les
asigna un valor de cero.
La única excepción a este procedimiento de cálculo de las puntuaciones directas se da en la Escala X
(Transparencia). La puntuación directa de la Escala X es una combinación ponderada de las puntuaciones directas
de las escalas 1 a 8B y se calcula de la siguiente forma:
Escala X = (1,5 x escala 1)+ (1,5 x escala 2A)+ (2x Escala 2B)+ (0,7 x Escala 3)+ (0,7 x Escala 4)+ Escala 5 +
escala 6A + (3x Escala 6B)+ (0,7 x Escala 7)+ Escala 8A + Escala 8B
Los pesos atribuidos compensan el diferente número de ítems de las diversas escalas. El valor final
obtenido en este cálculo se redondea al entero más próximo.
Transformaciones en TB
En un principio, las PD se convierten en puntuaciones TB utilizando la tabla correspondiente del Apéndice A.
Obsérvese que existe una tabla de transformación TB diferente según la edad y el sexo del adolescente que está
siendo examinado. Para la escala VV (Fiabilidad) no existe transformación TB porque su puntuación es
utilizada directamente.
Ajuste de las TB
Después de que las puntuaciones directas se hayan transformado en TB, puede ser necesario llevar a cabo uno ó
más de los siguientes ajustes antes de alcanzar la puntuación final de cada adolescente.
1. Ajuste de la transparencia
La Escala X (Transparencia) evalúa la franqueza y la disposición a darse a conocer o la reticencia o reserva de un
cliente cuando responde a los ítems del MACI.
La puntuación directa de la Escala X determina si debe realizarse un ajuste de las puntuaciones TB
obtenidas inicialmente en las escalas de los Prototipos de personalidad (de la 1 a la 8B) y la Escala de Tendencia
Límite (9):
• Cuando la puntuación directa de la Escala X tiene un valor bajo (< 275), se aumentan las puntuaciones TB
de estas escalas
• Cuando el valor de la puntuación directa en la Escala X es alto (> 400) se reducen las puntuaciones TB de
estas escalas.
• Cuando las puntuaciones directas de la Escala X tienen valores comprendidos entre 275 y 400 (inclusive),
no se realiza ningún ajuste en las puntuaciones TB de las escalas 1 a 9
La cantidad específica del aumento o disminución de las puntuaciones TB depende del valor de la puntuación
directa de la Escala X (los detalles se concretan en el Apéndice B).
2. Ajuste Ansiedad/Depresión
Las puntuaciones de algunas escalas del MACI pueden verse distorsionadas si el sujeto ha realizado la prueba
mientras se hallaba bajo un estado emocional o intenso. El ajuste de la Ansiedad/Depresión (ajuste A/D) se
aplica a cuatro escalas que con mucha frecuencia se ven afectadas por el trastorno o la confusión psíquica
(escalas 2A , 2B, 8B y 9). Este ajuste puede disminuir las puntuaciones TB de dichas escalas en función de los
valores de las puntuaciones TB de las escalas EE (Sentimientos de ansiedad) y FF (Afecto depresivo). Para
realizar este ajuste es preciso que al menos una de las escalas (EE o FF) tenga una puntuación TB igual o mayor
de 85. El valor del ajuste Ansiedad/Depresión se determina en el Apéndice B.
3. Ajuste Deseabilidad/Alteración
Las puntuaciones de algunas escalas del MACI pueden verse distorsionadas si el sujeto ha intentado
mostrarse socialmente atractivo, moralmente virtuoso y emocionalmente sereno, o ha querido expresar
desaprobación o desvalorización de sí mismo presentando más problemas y dificultades de los que realmente
experimenta. El ajuste de la Deseabilidad/Alteración (ajuste D/D) afecta a las puntuaciones directas de las
escalas de Preocupación expresadas (de la A hasta la H) y de las escalas de Síndromes clínicos AA, EE, FF y
GG:
• Si la persona obtiene una puntuación TB en la escala Y que supere en 4 o más puntos a la puntuación TB
de la escala Z, las puntuaciones TB de estas escalas se verán incrementadas.
• Si la puntuación TB en la escala Z supera en 4 o más puntos a la puntuación TB de la escala Y, las
puntuaciones TB de estas escalas se verán reducidas.
Nuevamente, la cantidad específica de la variación de esas puntuaciones TB depende de los valores relativos
de las escalas Y y Z (véase apéndice B).
4. Ajuste Negación/Queja
El ajuste Negación/Queja (D/C) ajusta las puntuaciones TB (de las escalas A, B, G, EE, FF y GG) en función
de la defensividad psicológica. Si, en un adolescente, el Prototipo de personalidad cuya escala tiene el valor más
alto es el 4, el 5 o el 7, entonces las puntuaciones TB de las escalas A, B, G, EE, FF y GG serán incrementadas
en 4 puntos TB. Si el prototipo de personalidad cuya escala tiene el valor más alto es el 2A , 2B u 8B, entonces
las puntuaciones Tb de las escalas A, B, G, EE, FF y GG serán reducidas en 4 puntos TB.
Consideraciones adicionales
Los valores TB resultantes son las puntuaciones TB finales. Estos serán los que se utilicen para la
realización del perfil y para la interpretación. Además, ninguna puntuación TB deberá ser ajustada a un valor
inferior a 1 o superior a 115. Después de realizados todos los ajustes, cualquier valor que sea inferior a 1 será
transformado en 1 y cualquier valor que sea mayor de 115 será transformado en 115.
Códigos personales
Los códigos personales están formados por los números o letras de las escalas elevadas agrupados en tres
secciones: Prototipos de personalidad (Escalas 1-9), Preocupaciones expresadas (Escalas A-H) y Síndromes
clínicos (Escalas AA-GG). Cada uno de estos agrupamientos va seguido de dos barras inclinadas (//).
Para las escalas de prototipos de personalidad únicamente serán listados, en orden descendente, los
números (y letras en el caso de 2A, 2B, 6A, 6B, 8A, y 8B) de aquellas escalas que tengan una puntuación TB
igual o superior a 60. Las escalas con una puntuación TB igual o superior a 85 irán seguidas de dos asteriscos (**),
las puntuaciones TB de 75 a 84 irán seguidas de un asterisco (*) y las puntuaciones TB en el rango de 60-74 irán
seguidas por la doble barra (//). Si en algunos de los rangos descritos no hay ninguna puntuación TB incluida, se
colocará un guión (-). Los números (y letras) de aquellas escalas cuya diferencia de puntuación TB sea igual o
menor de dos puntos deberán ir subrayados. Los empates en las puntuaciones TB se resuelven dando precedencia
en el orden a la escala que parezca primero en la siguiente lista: 9, 2B, 6A, 8B, 6B, 2A, 8A, 7, 4, 5, 3, 1.
En las Preocupaciones expresadas el código se forma exactamente igual que para los Prototipos de
personalidad, excepto que las letras de las escalas son diferentes. Los asteriscos, doble y sencillo, el guión y el
subrayado se utilizan de la misma manera. El empate, en su caso, se rompe dando precedencia a las escalas según
el siguiente orden: A, B, C, D, E, F, G, H
La codificación de los Síndromes clínicos se realiza de la misma manera. El orden de precedencia para el
desempate es GG, BB, FF, EE, CC, AA, DD. Por ejemplo, para un cliente que tenga las escalas siguientes con
puntuaciones TB iguales o superiores a 60:
6A = 89 8A = 77 5 = 75 1 = 64 3 = 64
F = 96 G = 65 H = 65
CC = 80 DD = 78 FF = 76 AA = 69 BB = 69
Reglas de invalidación
Un protocolo del MACI será considerado inválido si se cumple cualquiera de las siguientes condiciones:
1.Se desconoce el sexo del adolescente. Son esta información no es posible seleccionar la tabla correcta para
obtener su puntuación TB
2.La edad es inferior a 13, mayor de 19 o desconocida. Sin esta información o con una edad fuera de este
rango no es posible seleccionar la tabla correcta para obtener su puntuación TB.
3.Hay 10 o más respuestas omitidas (o con doble marca). Con tantas respuestas omitidas no es posible
asegurar la precisión de la puntuación dado que no se ha completado el número de ítems correcto para
cada escala.
4.Los dos ítems de “validez” (ítems 114 y 126) han sido aceptados por el adolescente (es decir, ha optado
por la respuesta V); puntuar en estos ítems que tienen una tasa de atribución extremadamente baja, indica
que el adolescente no ha prestado atención suficiente al contenido del ítem o que ha tenido dificultades
para leer y entender los ítems. La atribución a sí mismo de uno solo de estos ítems indica que el protocolo
del test es de validez cuestionable y el clínico deberá tomar esta información en consideración cuando
interprete los resultados del test.
5.La puntuación directa de la Escala X (Transparencia) es menor de 201 o mayor de 589. Estas
puntuaciones extremas indican que el adolescente está exagerando o minimizando síntomas significativos
a un nivel tal que puede hacer que los resultados no sean interpretables.
6.Ninguna de las puntuaciones TB de las escalas de Prototipos de personalidad (1 a 8B) es superior a 59. En
este caso, ningún prototipo de personalidad emerge claramente a partir de los datos del test y por tanto no
se debe intentar su interpretación.
7. Interpretación del MACI
En este capítulo se ofrece al profesional que interpreta los resultados del test una serie de orientaciones
para: a) evaluar los protocolos dudosos, b) tomar decisiones de evaluación a partir de una única escala y c)
elaborar evaluaciones completas basadas en la configuración de los perfiles.
El cuadro 7.1 brinda una representación gráfica de los pasos que se deben seguir al interpretar la configuración de
las puntuaciones del MACI:
• Primero, el clínico revisa la información del paciente: características clínicas, observaciones y entrevistas
clínicas, resultados de otros instrumentos de evaluación y el historial y datos demográficos del paciente (p.
ej. Sexo, edad, etc.).
• Segundo, se revisan los cuatro índices modificadores (es decir, Transparencia, Deseabilidad, Alteración y
Fiabilidad) mide el grado en que el paciente se ha mostrado abierto, sincero y revelador acerca de sí
mismos. La Escala Y (Deseabilidad) evalúa el grado en que los resultados del test pueden haberse visto
afectados por la inclinación del paciente a mostrarse socialmente atractivo, moralmente virtuoso y
emocionalmente sereno. La Escala Z (Alteración) evalúa la inclinación del paciente a denigrarse o
desvalorizarse mostrando problemas emocionales y personales más complicados de los que probablemente
se descubriría mediante una revisión objetiva. La Escala VV 8Fiabilidad) está compuesta por dos ítems
enormemente improbables y refleja el nivel de atención que el paciente presta a los ítems. Si la puntuación
en Fiabilidad es cero (0) el test es válido. Si la puntuación es uno (1) los resultados del test pueden ser
cuestionables. Si la puntuación es dos (2) el test debe ser considerado inválido.
• Tercero, se revisa y analiza cada sección del perfil (a saber: Prototipos de personalidad, Preocupaciones
expresadas y Síndromes clínicos). El análisis por secciones del perfil comienza con una revisión de la
configuración de las escalas 1 a 9 (Prototipos de personalidad). A continuación se revisan las elevaciones
y la configuración de las escalas A a H (Preocupaciones expresadas). La última sección que se analiza es
la de las escalas AA a GG (Síndromes Clínicos). Únicamente se analizan las elevaciones individualizadas
de estas escalas.
• Cuarto y último paso, el clínico integra en un informe la interpretación generada a partir del estudio con la
información sobre le paciente considerada en el primer paso.
Evaluación de los protocolos dudosos
La cuestión de cómo diversos factores afectan a las respuestas y a los resultados de los inventarios de
autoinforme ha sido extensamente discutida en diversas publicaciones. Las distorsiones que se producen pueden
requerir el ajuste de los datos del test; en algunos casos, es evidente que estas distorsiones pueden hacer que los
resultados sean inservibles. Los datos relativos a la importancia de los factores distorsionadores son
heterogéneos. El engaño deliberado o la respuesta al azar son poco frecuentes en las respuestas a los inventarios
de personalidad o a los inventarios clínicos, con lo cual detectar o controlar la distorsión suelen ser muy poco
problemáticos cuando las personas que se implican en responder al test lo hacen con propósitos semejantes y
cuando el instrumento es aplicado en contextos esencialmente iguales. Por ejemplo, son muy conocidos los
motivos de distorsión que se encuentran con mayor frecuencia entre los adolescentes que responden a un
inventario de autoinforme y por tanto, deben ser esos factores los que sean controlados, identificados o
corregidos. Tres de esos factores se producen entre los adolescentes que se ven en contextos clásicos de
diagnóstico:
a) Tendencia a negar los problemas emocionales (fingir que se está bien); es decir que los adolescentes
intentan esconder sus problemas emocionales o mostrarse más sanos de lo que se aprecia de manera
objetiva, en parte porque no se ven a sí mismos como alguien que tienen problemas emocionales.
b) Tendencia a quejarse de forma excesiva (fingir que se está mal); es decir que intentan aparecer más
perturbados y preocupados de lo que es objetivamente justificable;
c) Tendencia a responder al azar; es decir que las personas, intencionalmente o por otra causa, no logran
responder a los ítems de forma consistente y significativa.
Otro factor que puede crear distorsiones es la pertenencia a un grupo especifico que por edad, sexo o cultura
tenga actitudes y comportamientos que pueden desviarse de los que caracterizan a la población a partir de la que se
obtuvo el grupo normativo.
Prototipos de personalidad
Se incluyen las interpretaciones de los doce Prototipos de personalidad, basados en los esquemas teóricos
del autor y en las versiones más recientes del DSM-III y el DSM-IV. Dado que toda persona puede mostrar cada
uno de los estilos de comportamiento descritos, el nivel en que el adolescente los manifiesta de forma
predominante se expresa mediante la configuración que adoptan las escalas en el perfil.
Escala 1: Introvertido (44 ítems): Los que puntúan alto suelen ser reservados, mostrándose bastante tranquilos y
poco emotivos. Suelen ser apáticos, indiferentes, distantes y poco sociables. Las necesidades afectivas y los
sentimientos son mínimos. Tienden a no involucrarse emocionalmente con los demás ni se sienten fuertemente
implicados en las cosas; carecen del deseo y de la capacidad para experimentar tanto la alegría como la tristeza
con cierta profundidad. No evitan a las otras personas sino que sencillamente sienten indiferencia con respecto a
verse rodeados de gente.
Escala 2A: Inhibido (37 ítems). Los que puntúan alto tienen tendencia a ser bastante vergonzosos o a sentirse
incómodos en las relaciones con los otros. A estas personas les gustaría la proximidad de los otros pero han
aprendido que es mejor mantener su propia distancia y no confiar en la amistad de otros. A pesar de que a menudo
se sienten solos, evitan la intimidad con otras personas por temor al rechazo y tienden a guardar para sí mismos
sus sentimientos a veces imperiosos.
Escala 2B: Pesimista (24 ítems). Los que puntúan alto suelen sentirse abatidos y desanimados, a veces desde la
infancia. Tienen una perspectiva vital pesimista, ven el futuro como algo amenazador y triste. La mayoría tienden
a desarrollar sentimientos de culpa y remordimientos, viéndose a sí mismos como inadecuados e incluso inútiles.
Escala 3: Sumiso (48 ítems). Los que puntúan alto suelen ser bondadosos, sentimentales y amables en sus
relaciones con los demás. Sin embargo son extremadamente renuentes a imponerse y evitar tomar la iniciativa o
asumir el rol de líder. No solo tienden a ser bastante dependientes sino que muestran un comportamiento
subyugado y temor a la separación. Es típico de ellos “minimizar” sus propios logros y minusvalorar sus
capacidades.
Escala 4 Histriónico (41 ítems). Los que puntúan alto suelen ser habladores, con encanto social y frecuentemente
exhibicionistas o emocionalmente expresivos. Tienden a mantener relaciones intensas pero breves con los demás.
Estos adolescentes buscan experiencias interesantes y nuevas formas de excitación. Frecuentemente les aburre la
rutina y las relaciones que duran demasiado tiempo.
Escala 5: Egocéntrico (39 ítems). Los que puntúan alto suelen estar bastante seguros de sus capacidades y
frecuentemente son vistos por los demás como pendientes de sí mismos y narcisistas. Raramente dudan de su
propio valor y actúan con confianza en sí mismos. Estas personas no suelen valorar a los demás y a menudo son
arrogantes y explotadores, sin compartir o preocuparse por las necesidades de los otros.
Escala 6A: Rebelde (39 ítems). Los que puntúan alto suelen actuar de forma antisocial, frecuentemente se
resisten a los esfuerzos que se hacen para que se comporten de acuerdo con las normas socialmente aceptadas.
Estos adolescentes pueden exhibir una actitud marcadamente rebelde que puede llevarlos a tener conflictos con los
padres y la escuela o con loa autoridades legales.
Escala 6B: Rudo (22 ítems). Los que puntúan alto son sujetos duros y obstinados que tienden a dominar y a
abusar de los otros. Frecuentemente cuestionan los derechos de los demás y prefieren asumir el control en la
mayoría de situaciones. A menudo son directos y poco amables tienden a impacientarse con los problemas o
debilidades ajenas.
Escala 7: Conformista (39 ítems). Los que puntúan alto son muy formales, eficientes, respetuosos y conscientes
de las normas, son individuos que intentan hacer lo correcto” y lo “adecuado”. Suelen contener las emociones y
son muy controlados y tensos. Prefieren vivir su vida de manera muy ordenada y bien planificada, evitando las
situaciones imprevistas o inesperadas.
Escala 8A: Oposicionista (39 ítems). Los que puntúan suelen mostrarse descontentos, hoscos y pasivo-agresivos.
Frecuentemente se comportan de forma imprevista. Pueden ser extrovertidos y agradables en un instante e
irritables a continuación. Estas personas se sienten frecuentemente confusas por su mal humor; pero parecen
incapaces de controlar ese humor por mucho tiempo.
Escala 8B: Autopunitivo (44 ítems). Los que puntúan alto en esta escala suelen ser sus peores enemigos, actúan
de forma lesiva para ellos mismos y, a veces, dan la sensación de que están contentos de sufrir. Muchos de ellos
parecen socavar los esfuerzos que los otros hacen por ayudarles. Estos adolescentes pueden negarse el placer a sí
mismos y pueden sabotear sus propios esfuerzos para lograr el éxito.
Escala 9: Tendencia límite (21 ítem). Los que puntúan alto muestran habitualmente graves trastornos de
personalidad, desarrollando variantes más patológicas de los rasgos y características de personalidad precedente.
También se pueden observar en ellos importantes inestabilidades afectivas, relaciones interpersonales erráticas,
comportamientos caprichosos, hostilidad impulsiva, temor al abandono y acciones autodestructivas.
Preocupaciones expresadas
Las ocho escalas siguientes se centran en áreas vitales que frecuentemente son consideradas problemáticas
por los adolescentes que tienen dificultades. La intensidad del problema se refleja en la elevación de la puntuación
de la escala.
Escala A: Difusión de la identidad (32 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala están confusos
de quiénes son y de lo que quieren. Inseguros de su propia identidad, parecen descentrados en cuanto a sus metas
futuras y sus valores. Parecen desorientados y con frecuencia no están seguros de la clase de personas que les
gustaría ser.
Escala B: Desvalorización de sí mismos (38 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala pueden
tener conciencia de quiénes son, pero se hallan muy insatisfechos con esa imagen de sí mismos. Hablan
abiertamente de sus sentimientos de baja autoestima. Encuentran que hay muy poco que admirar en ellos mismos
y temen que se quedarán muy lejos de aquellos que querrían llegar a ser.
Escala C: Desagrado por el propio cuerpo (17 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala están
descontentos con las deficiencias o desviaciones que perciben en la maduración o morfología de sus cuerpos. Es
probable que también expresen su descontento acerca de su encanto y de su nivel de atractivo físico y social.
Escala D: Incomodidad respecto al sexo (17 ítems). Los pensamientos y sentimientos referidos a la sexualidad
son experimentados como algo que confunde o desagrada por los adolescentes que puntúan alto en esta escala. Se
hallan inquietos por sus impulsos y con frecuencia temen la expresión de su sexualidad. Se encuentran a veces o
bien preocupados o bien en conflicto con respecto a los roles que su sexualidad puede requerir.
Escala E: Inseguridad con los iguales (19 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala refieren
consternación y tristeza por ser rechazados por sus compañeros. Queriendo su aprobación, pero incapaces de
obtenerla, muchos están dispuestos a abandonar, con lo cual se vuelven incluso más aislados.
Escala F: Insensibilidad social (39 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala es probable que sean
fríos e indiferentes con relación al bienestar de otros. Queriendo anular los derechos de los demás para lograr sus
propias metas, carecen de empatía y muestras escaso interés por construir vínculos personales cálidos o
afectuosos.
Escala G: Discordancia familiar (28 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala refieren que sus
familiares son una fuente de tensión y están llenas de conflictos. Se observan muy pocos elementos de apoyo y
existe un sentimiento general de distanciamiento de los padres. Dependiendo de la personalidad del individuo
estas dificultades pueden reflejar tanto el rechazo parental como, por el contrario, la rebelión adolescente.
Escala H: Abusos en la infancia (24 ítems). Los adolescentes que puntúan alto en esta escala expresan vergüenza
o disgusto por haber estado sometidos a abusos verbales, físicos o sexuales por parte de sus padres, hermanos,
otros parientes o amigos de la familia.
Síndromes clínicos
Las siete escalas finales del MACI incluyen áreas con una significación clínica directa que apela a la
intervención por parte del terapeuta. Estas categorías diagnósticas representan dificultades que han sido halladas
en una proporción significativa de los adolescentes atendidos por los profesionales de la salud mental.
Escala AA: Trastorno de la alimentación (20 ítems) Los adolescentes que puntúan alto en esta escala muestran
una clara tendencia a la anorexia o la bulimia nerviosos. Las personas anoréxicas tienen un temor intenso a
volverse gordas, incluso a pesar de que su peso, con frecuencia, se halla muy por debajo de lo normal. En la
bulimia, el paciente cae en un círculo que consiste en una forma incontrolada de comer seguida de una fase de
vómito provocado por el propio sujeto o de un uso inadecuado de laxantes o diuréticos.
Escala BB: Inclinación al abuso de sustancias (35 ítems). Los que puntúan alto muestran un patrón inadecuado
de abuso de alcohol o de drogas que les ha llevado a un deterioro significativo de su rendimiento o
comportamiento. Muchos de ellos gastan una gran cantidad de tiempo en obtener estas sustancias, se comportan de
manera socialmente inaceptable y mantienen el consumo de alcohol o drogas a pesar de que saben que dicho
consumo tienen un efecto persistente y perjudicial sobre sus vidas.
Escala CC: Predisposición a la delincuencia (34 ítems). Los que puntúan alto muestran un comportamiento que
les ha llevado, o que es probable que les lleve, a situaciones en las que se violan los derechos de otros. Esta
inclinación se puede traducir en la ruptura de diversas normas o reglas sociales. En ello se puede incluir las
amenazas a otros, el uso de armas, practicar el engaño o la mentira de forma persistente, robar y otras conductas
antisociales.
Escala DD: Propensión a la impulsividad (24 ítems). Los individuos que puntúan alto en esta escala, están
inclinados a poner en actos sus sentimientos a partir de una provocación mínima. Tienen un pobre control de sus
impulsos sexuales y agresivos, los cuales emergen como fuertes emociones durante la adolescencia. Fácilmente
excitables por cuestiones menores, estos adolescentes descargan sus ansias de forma repentina, impetuosa y
frecuentemente temeraria.
Escala EE. Afectos depresivos (33 ítems). Aquellos que puntúan alto en esta escala muestran un nivel de
actividad disminuido, claramente diferente de lo que ha sido habitual en ellos en el pasado. Se observa en ellos una
clara disminución de la eficacia, sentimientos de culpa y fatiga, una tendencia a mostrarse desesperanzados con
respecto al futuro, aislamiento social, pérdida de confianza y disminución de los sentimientos de adecuación y del
propio atractivo.
Escala GG: Tendencia suicida (25 ítems). Los que puntúan alto admiten la presencia de ideaciones y planes
suicidas. Expresan sentimientos de falta de valor y de falta de objetivos. La sensación de que los otros estrían
mejor sin ellos es un aspecto común a este tipo de pensamientos. Las puntuaciones elevadas apelan a la atención
profesional y a la situación de alerta por parte de los miembros de la familia.
Uno de los objetivos de un manual es el de suministrar datos y orientaciones para aquellos clínicos que
deseen valorar si sus habilidades pueden ser transferidas a un nuevo instrumento. Éste es el propósito de esta
sección, resumir los pasos y procedimientos para utilizar el patrón constituido por la configuración de las
puntuaciones del MACI, como fundamento para la interpretación clínica del perfil.
En primer lugar, las características de personalidad y clínicas distintivas de cada una de las escalas
deberán ser revisadas cuidadosamente. Esto debe hacerse de forma habitual, antes de acometer la interpretación de
un perfil porque la precisión de esa interpretación dependerá no sólo de la validez sino también del sentido y de la
significación de cada una de las escalas concretas que componen ese perfil. La interpretación es una síntesis
deductiva lograda mediante refinamiento, combinación e integración de las características independientes
aportadas por cada escala.
Segunda, al igual que con todos los test de personalidad o de diagnóstico, si las interpretaciones deben ser
lo más precisas posible, deberán ser realizadas dentro del contexto del historial demográfico de cada cliente, de su
historia vital y otras características clínicas. Las interpretaciones “a ciegas” pueden ser útiles durante la formación
universitaria pero son imprudentes en contexto clínico. Por tanto, toda la información relativa al sexo, edad, el
nivel socioeconómico, el estado mental y las entrevistas, deberá ser tenida en cuenta puesto que suministra la
perspectiva para evaluar el perfil del MACI. Será dentro de esta esfera de datos auxiliares del historial donde el
clínico se encuentra en una posición superior con respecto al programa de ordenador que produjera informes
automatizados. Estos programas pueden tener en cuenta, como mucho, el rol de las características potencialmente
adecuadas para el grupo, pero no tanto las evidentes características moderadoras que son tan específicamente
individuales. Estas variables siempre pueden incorporarse más tarde con el fin de mejorar la calidad de la
interpretación con la ventaja de conocer la significación potencial de esos factores, totalmente individuales, del
historial.
Tercero, en la fase inicial de la interpretación se deberá realizar una separación básica entre aquellas
escalas que pertenecen a los Prototipos de personalidad (1-9), aquellas que se dirigen a las Preocupaciones
expresadas por los adolescentes (A-H), y aquellas que indican la presencia de Síndromes clínicos (AA-GG). Cada
una de estas secciones del perfil refleja diferentes e importantes dimensiones del cuadro diagnóstico. Por esta
razón, el perfil deberá ser dividido en una serie de subsecciones y el intérprete se deberá centrar en primer lugar en
la significación de las elevaciones de las escalas y los patrones del perfil dentro de cada sección.
El valor de este procedimiento de interpretación radica en que rompe la pauta de etiquetar a los individuos
y ajustarlos dentro de categorías discretas y rígidas. Al acentuar la compleja red de los rasgos de personalidad y de
los sentimientos, el análisis de la configuración permite al clínico crear una semblanza que refleja la
individualidad de cada adolescente al añadir la dimensión de las relaciones entre los elementos a lo que de otra
manera serían categorías diagnósticas estáticas.
En este punto, la ilustración mediante un ejemplo puede servir de ayuda para la comprensión del
fundamento que sirve de base a la síntesis de las secciones cuando se analiza un perfil. Dos adolescentes tienen sus
puntuaciones más altas en los Prototipos de personalidad en la Escala 3 (Sumiso). En un caso, la segunda
puntuación más alta corresponde a la Escala 2A (Inhibido); en el otro, la Escala 4 Histriónico) es la segunda más
alta. Considerada de forma aislada, el predominio de la Escala 3 puede sugerir características tales como la
necesidad de fuertes figuras de sostén, tendencia a ser poco asertivo y a ser pacífico, una visión de sí mismo de ser
menos capaz que la mayoría y una actitud ingenua y carente de crítica con relación a las dificultades
interpersonales. Volviendo al caso con el código de dos puntos altos 3, 2A, podríamos esperar que encontraríamos
una variación, en cierta forma diferente, de la descripción de la personalidad: un aislamiento defensivo de las
relaciones sociales proveniente del temor a un posible rechazo, tendencia a amortiguar la sensibilidad
interpersonal, ansiedad persistente y callada, soledad y resentimiento oculto hacia aquellos de los que depende. El
contraste que emerge entre un tipo de elevación 3, 2A, y un tipo de elevación 3,4 es especialmente sorprendente.
En el último caso, podemos anticipar que además de la sumisión, ingenuidad y dependencia que hemos visto como
distintivos de los tipos 3 puros, hallaremos las siguientes características de personalidad: tendencia a llamar la
atención a través de una cierta espectacularidad en sus manifestaciones, esfuerzos persistentes por lograr la
armonía interpersonal, incluso a expensas de valores internos, así como periódicos cambios de humos. Como
puede verse en estos ejemplos, al añadir a la escala original la escala que constituye el segundo punto alto cambia
la descripción de la personalidad de una manera significativa, mediante un solo paso en el progreso del análisis del
perfil.
Otras dos comparaciones pueden ayudarnos a entender la interacción entre los Prototipos de
personalidad del MACI y los Síndromes clínicos. Dos adolescentes que, en la sección de Síndrome clínicos, tienen
puntuaciones altas en la Escala FF 8Afecto depresivo) pueden manifestar su estado de ánimo depresivo de modo
diferente, dependiendo de la configuración de sus puntuaciones en los Prototipos de personalidad. Una persona
con un código de puntos altos 3,2A, (mezcla del tipo Sumiso e Inhibido) puede mostrar una conducta tranquila o
aislada, expresiones frecuentes de autocrítica y manifestaciones persistentes de letargo y fatiga. A pesar de
compartir el tono depresivo, un adolescente con un código de puntos altos 8A, 4 (mezcla del tipo Oposicionista e
Histriónico) es más probable que exprese su abatimiento a través de una conducta tensa y agitada, lamentándose y
desesperándose, y con quejas amargas e irreflexivas acerca de sus familiares y amigos.
Si dos adolescentes puntúan por encima de la línea de corte de 75 en la Escala BB (Inclinación al abuso de
sustancias) pero difieren en sus dos escalas más altas de prototipo de personalidad (en un caso 4, 6A, en el
segundo 7,3) seguramente manifiesten de manera muy diferente su abuso de sustancias y se las arreglarán también
de forma distinta con el problema. EL 4, 6ª, (mezcla de tipo Histriónico y Rebelde) podrá ser con toda
probabilidad poco convencional e irresponsable, descargará sus actuaciones de forma extrapunitiva e impulsiva y
reaccionará con rabia e irritabilidad a los esfuerzos externos para controlar su abuso de sustancias. Por el contrario,
la combinación 7,3 (mezcla del tipo Conformista y Sumiso) podrá ser convencional y controlado, excepto en los
episodios de abuso de sustancias, podrá sentirse en grave conflicto por su abuso de sustancias, actuará de forma
autopunitiva, habrá intentado sin éxito controlar su abuso y reaccionará a las preocupaciones de los otros con
arrepentimiento y culpa.
Cuanto mayor sea la magnitud de la puntuación TB en una escala mayor será la probabilidad de que el
adolescente posea la característica clínica o de personalidad medida por esa escala. Las líneas de corte para las TB
de 75 y 85 deberán servir al clínico para identificar la “presencia” y la “prominencia”. Cuanto más alta sea la
elevación de una puntuación, mayor será la probable intensidad o gravedad de la característica puesta de
manifiesto por la escala, especialmente si la Escala 9 (Tendencia límite) supera el nivel de TB 75.
Las escalas cuyas puntuaciones alcanzan los niveles más altos en una sección del perfil, pueden ser útiles
como puntos de anclaje que se modificarán e integrarán con las otras puntuaciones secundariamente elevadas de
esa sección. Al igual que en el caso de instrumentos semejantes, la magnitud relativa de las puntuaciones TB
queda reflejada de forma más clara mediante la construcción del “código personal” que resume la distribución de
la elevación de las escalas. Los siguientes párrafos sintetizan el sistema de notación que debe ser empleado con las
puntuaciones TB del MACI. Con el fin de posibilitar al lector una mejor comprensión del sistema, utilizaremos el
siguiente código como elemento de referencia:
8A3**2A6A*-//AB**D*G//FF**-*GG//
A pesar de que al principio estos códigos pueden parecer complicados son realmente fáciles de usar y
ayudan al análisis del perfil.
1. Las 27 escalas clínicas se dividen en tres categorías principales: Prototipos de personalidad (escalas 1-9),
Preocupaciones expresadas (escalas A-H) y Síndromes clínicos (escalas AA-GG). Estas categorías están
divididas en el código mediante tres conjuntos separados por dos barras inclinadas (//). Se comienza con el
primer grupo de escalas de personalidad elevadas, a la izquierda de la primera marca de doble barra y se
acaba con el grupo final de escalas elevadas de Síndromes clínicos, situado a la izquierda de la tercera
marca de doble barra.
2. Únicamente aquellas escalas de Prototipos de personalidad que tengan una puntuación TB superior a 59
serán listadas en el código, de mayor a menor, según su elevación. Las escalas con una puntación TB igual
o superior a 85 serán colocadas a la izquierda de la señal de dos asteriscos (**), las puntuaciones TB
dentro del rango 75 a 84 irán seguidas de un asterisco (*) y las puntuaciones TB en el rango de 60-74 no
irán seguidas por ningún símbolo sino que simplemente se cerrará el conjunto de la izquierda con la
primera doble barra (//). Si en alguno de los rangos descritos no hay ninguna puntuación TB incluida, se
colocara un guión (-). Las puntuaciones de aquellas escalas cuya diferencia de puntuación TB sea igual o
menor a dos puntos deberán ir subrayadas. Los empates en las puntuaciones TB, se resuelven dando
precedencia en el orden a la primera escala que aparezca en la siguiente lista: 9, 2B, 6A, 8B, 6B, 2A, 8A,
7, 4, 5, 3,1.
3. Únicamente aquellas escalas de Preocupaciones expresadas que excedan la puntuación TB de 59 serán
listadas en el código según su orden descendente de elevación. Las escalas con puntuaciones TB iguales o
superior a 85 serán colocadas a la izquierda de dos asteriscos (**), las puntuaciones TB dentro del rango
75-84 irán seguidas de un asterisco y las puntuaciones TB en el rango de 60-74 no irán seguidas por
ningún símbolo sino que simplemente se cerrará el conjunto de la izquierda con la segunda doble barra
(//).Si en alguno de los rangos descritos no hay ninguna puntuación TB incluida, se colocara un guión (-).
Las puntuaciones de aquellas escalas cuya diferencia de puntuación TB sea igual o menor a dos puntos
deberán ir subrayadas. Los empates en las puntuaciones TB, se resuelven dando precedencia a las escalas
según el siguiente orden: A, B, C, D, E, F, G,H
4. Únicamente aquellas escalas de Síndromes clínicos que excedan la puntuación TB de 59 serán listadas en
el código según su orden descendente de elevación, igual que se ha indicado previamente, dos asteriscos
se utilizan para las puntuaciones TB superiores a 84 y se usa un asterisco para las escalas dentro del rango
de puntuaciones TB de 75 a 84; las puntuaciones TN en el rango de 60 a 74 no irán seguidas por ningún
símbolo sino que simplemente se cerrará el conjunto de la izquierda con la tercera doble barra (//). Las
puntuaciones de aquellas escalas cuya diferencia de puntuación TB sea igual o menor a dos puntos
deberán ir subrayadas. Los empates, en su caso, se resuelven dando precedencia en el código a la primera
escala que aparezca en la siguiente lista: GG, BB, FF, EE, CC, AA, DD
Utilizando las orientaciones descritas, el código personal presentado previamente se puede traducir de la
siguiente forma. En la primera parte del perfil, la Escala 8A es la más alta, seguida de la Escala 3, y ambas tienen
un nivel superior a 84. Las Escalas 2A y 6A están dentro de un intervalo de 2 puntos de diferencia entre ambas y
se hallan entre las puntuaciones Tb de 75 a 84. No hay escalas entre las TB 60 a 74. Todas las otras escalas de
personalidad son más bajas de TB 60. En el grupo de Preocupaciones expresadas, las escalas A y B están por
encima de la TB 84 y la Escala D está entre la Tb 75 y 84. La Escala G está entre las TB 60 a 74, sin ninguna otra
escala superior a TB 59 en esta sección. En la categoría de Síndromes clínicos, la Escala FF está por encima de la
TB 84 y la Escala GG se halla entre las TB 60 y 74.
Como se ha señalado anteriormente, cada una de las tres secciones del perfil deberá ser analizada por
separado a fin de extraer las características esenciales de su contenido. Las orientaciones siguientes podrán servir
de ayuda.
1. Prototipos de personalidad (Escalas 1- 8B y Tendencia Límite): Se puede emplear una configuración
que incluya las dos o tres escalas con puntuaciones más altas para identificar y sintetizar de forma
clínicamente lógica las diversas dimensiones del patrón interpersonal del adolescente, afectividad, estilo
cognitivo y tendencias de comportamiento. No obstante, las escalas incluidas en este análisis deberán
limitarse a aquellas cuyas TB tengan un nivel igual o superior a 60; se pueden hacer excepciones en los
casos en que todas las puntuaciones TB sean bajas. Cuando se dan elevaciones claramente destacadas (una
escala con una TB superior a 85 y ninguna otra escala cuya TB esté dentro de un intervalo de 20 puntos),
las interpretaciones se deberán ajustar a las características de personalidad destacadas de esa escala cuya
descripción se incluye en la sección destinada a los prototipos de personalidad, en este capítulo. Las
descripciones de las escalas se ofrecen con mayor amplitud en Psicopatología moderna (Millon 1976) y
Distorsiones de la personalidad (Millon 1981).
2. Preocupaciones expresadas (Escalas A-H): En primer lugar se deberán considerar por separado cada una
de las escalas. Esa área puede ser considerada como un punto fuerte del adolescente si la Tb fuera
especialmente baja (es decir, TB menor de 35). Las puntuaciones TB 60 y 74 sugieren que se trata de un
tema ligeramente problemático para el adolescente. Las escalas con elevaciones TB en el rango de 75 a 84
sugieren que esa es un área que el adolescente considera pendiente de resolver y problemática. Las
puntaciones TB de 85 o superiores muestran que se trata de un tema que probablemente constituya el área
principal de preocupación para quien responde al test y que exista una probabilidad elevada de que sus
sentimientos y conductas se vean afectados de forma significativa y constante. Una vez llevada a cabo la
revisión de cada escala, el clínico deberá considerar la sección entera para determinar cuáles con las áreas
fuertes que pueden ser utilizadas para manejar o resolver las dificultades en otras áreas.
3. Síndromes clínicos (Escala AA-GG): Estas escalas deberán ser consideradas por separado aunque son
semejantes a las Preocupaciones expresadas por el hecho de que, con frecuencia, covarían en patrones más
o menos esperables. Estas escalas indican el grado en que las respuestas de un cliente son semejantes a las
de las personas que, según las descripciones de los profesionales de la salud mental, manifiestan los
síndromes identificados por cada una de esas escalas. Las puntuaciones de 0 a 60 indican que es muy poco
probable que el cliente sea semejante a los adolescentes que manifiestan esas características clínicas. Las
puntuaciones en el rango entre 61 y 74 indican que hay una semejanza entre el examinando y aquellos que
manifiestan los síndromes objeto de estudio. Las puntuaciones en el rango de 75 a 84 sugieren la presencia
de niveles moderados de las características del síndrome, y las puntuaciones de 85 o más significan una
probabilidad elevada de que el adolescente manifieste claramente las características del síndrome clínico.
No existe una manera simple o mecánica de adquirir las habilidades requeridas para sintetizar el patrón
total de un perfil. La madurez profesional en orientación o la pericia clínica se desarrollan lentamente a través de
años de experiencia. Sin embargo, como se ha hecho notar con anterioridad, los clínicos bien formados tendrán
escasa dificultas para transferir al MACI las habilidades adquiridas con otros instrumentos de diagnóstico tales
como el MAPI y el MCMI-II.
Es probable que algunos patrones aparezcan con mayor frecuencia que otros en contextos que asisten a
poblaciones concretas (p. ej. Adolescentes fugados, o con baja capacidad de éxito, o jóvenes aislados, etc.). En
tales contextos se deben desarrollar una especial pericia que refine las capacidades interpretativas del clínico hasta
el punto de poder apreciar lo que parecen mínimas diferencias de puntuación y ser capaz de evaluarlas
rápidamente.
Una guía y un breve comentario de algunos códigos personales y perfiles pueden servir únicamente como
un anticipo del alcance de la interpretación que podemos realizar con el MACI. Además, algunos comentarios que
tengan en cuenta la interacción de los datos biográficos con las puntuaciones del MACI nos pueden indicar la
utilidad potencial del análisis del perfil. A continuación se hallan tres ejemplos de historiales de adolescentes de la
muestra de desarrollo recibidos en consulta clínica. En el capítulo 9 se ofrecerán otros casos de la muestra de
adaptación española.
CASO 1 Harold P.
Este chico de dieciséis años, estudiante del segundo curso de secundaria, fue enviado a su consejero orientador
debido a su aislamiento social, su llanto inmotivado y sus periódicas explosiones emocionales en la escuela.
Después de una breve observación y una entrevista, se contactó con sus padres y se les derivó al psicólogo de su
centro comunitario para una evaluación adicional y posible terapia familiar. Durante las tres sesiones en las que
participaron Harold y sus padres, se pudo saber que siempre había sido un niño tranquilo, algo triste y aislado que
se relacionaba muy poco con sus dos hermanos, mucho mayores que él y que ya no vivían en casa. En una sesión
individual se obtuvo información referente a sus recurrentes pensamientos suicidas, su marcada insatisfacción
consigo mismo, timidez con los otros, dificultades para continuar con su trabajo escolar, sentimientos de culpa
acerca de sus fantasías masturbatorias y la creencia de que las dificultades de sus padres eran, en gran parte, culpa
suya. La persistencia de la ideación suicida motivó su derivación a una unidad de hospitalización en un hospital
general local donde se le aplicó una batería psicológica completa en el momento de la admisión. El siguiente
informe fue presentado por el psicólogo que le atendió en el hospital antes de revisar la batería de tests.
“Este adolescente es muy crítico consigo mismo, se considera una persona inútil y sin atractivo que crea
problemas a los demás. Socialmente torpe e inseguro, se aísla de la relación con sus iguales y pasa mucho tiempo
solo, fantaseando acerca de sus esfuerzos no satisfechos por lograr aceptación y reconocimiento. Su estilo modesto
y su tendencia a rebajarse parecen provocar comentarios despectivos de los otros, lo cual incrementa aún más su
incomodidad social. Manifiesta accesos de llanto, comportamiento autodestructivo (p. ej. Tendencia a los
accidentes), breves explosiones de rabia y pequeñas rabietas. Su ideación suicida es lo suficientemente reflexiva y
persistente como para justificar una observación más continuada. La mezcla de síntomas ansiosos y depresivos, las
explosiones emocionales periódicas y el potencial suicida sugieren un desequilibrio del estado de ánimo
superpuesto a un cuadro, entre moderado y grave de trastorno límite por evitación de la personalidad.”
Su perfil del MACI se muestra en la figura 7.1.
Figura 7.1 Caso Harold p.
CASO 2 Bruce D.
Este chico de quince años, alumno de primer curso de secundaria, fue detenido por la policía en una redada de
traficantes y consumidores de drogas en su barrio. Era su segundo arresto. En vez de ser procesado como
traficante, fue colocado bajo la custodia de su madre con el requisito de entrar en un programa de rehabilitación de
la drogadicción ingresado en un centro de tratamiento cercano. En el momento de la admisión le fue aplicada una
batería completa de test psicológicos; lo que sigue a continuación resume el informe de admisión del clínico a
partir de la entrevista inicial, una revisión del historial de Bruce, los informes de la escuela y dos entrevistas con la
familia.
“Bruce es un adolescente alto, fornido, que muestra un poco esperable estado de ánimo arrepentido, parece como
si viniera a pedir perdón y quisiera enmendarse y reconciliarse con su vida. Sin embargo, con toda rapidez,
comienza a atribuir la culpa de sus dificultades a los demás, asumiendo muy poco o ninguna responsabilidad por el
papel que ha jugado en los problemas a los que se enfrenta. Su momentánea contrición ha desaparecido,
rápidamente manifiesta el estilo personal asertivo y arrogante por el que se le conoce generalmente. Cuando se le
señala este estilo, él dice que no le gusta mostrar ninguna “debilidad” (p. ej. Afecto o sensibilidad) ante los demás
para evitar la provocación de reacciones despectivas y humillantes. Estaba convencido de que mostrando
“delicadeza” y “amabilidad” podía llevar a otros a ridiculizarle. El ser socialmente dominante e intrépido es una
imagen pública importante que necesita presentar ente el mundo. Ha conseguido un aspecto bronco, está
defensivamente en guardia y es desconfiado con los demás y dispuesto a enzarzarse en luchas de poder con ellos,
especialmente con aquellos que desempeñan roles convencionales de autoridad, tales como profesores y agentes
de policía.”
Figura 7.2 Caso Bruce D.
Poco inclinado a aceptar la debilidad en los otros, se mostró poco preocupado por lo que podía ocurrirles a
aquellos que habían sido arrestados con él y no habían podido conseguir dinero para la fianza. Mucho más
problemático, desde el punto de vista, es su entorno familiar lleno de conflictos y tensiones, no tanto con su madre
sino con sus numerosos compañeros. Asimismo, nunca ha conseguido llevarse bien con sus hermanos y
hermanastros. En posteriores entrevistas, quedaron bien patentes su historia de delincuencia, su forma
autodestructiva de beber y su abuso de drogas.
CASO 3 Peggy S.
Peggy S. 16 años, la mayor de dos hermanas, no era “el paciente identificado” en una serie de sesiones de terapia
familiar en régimen ambulatorio. Su hermana más pequeña, de 14 años, había sido localizada recientemente tras
fugarse de casa por tercera vez; este último periodo había durado más de cuatro meses. Cuando se comprobó que
la hermana pequeña había sido víctima de abusos sexuales por su padrastro durante los últimos dos o tres años.
Peggy reveló que ella había sufrido la misma experiencia, pero por un periodo de tiempo más largo. La
manifestación de estos hechos dio lugar a graves repercusiones en la familia, las cuales a su vez motivaron que
Peggy y su hermana fueran colocadas en una residencia-hogar para la posterior evaluación y orientación.
Desde muy pequeña, Peggy había servido tanto de modelo como de responsable de la disciplina para su
hermana. Su madre era una alcohólica que estaba borracha la mayor parte del tiempo. El padrastro seguía con la
familia a pesar de su indiferencia y rechazo hacia su mujer, La razón para permanecer con la familia se debía en
parte a poder disponer de ambas niñas como parejas sexuales, empezando una relación incestuosa con cada una de
ellas a la edad de 11 ó 12 años. De acuerdo con los informes anteriores a la aplicación de los tests, Peggy mostraba
un patrón, de largo tiempo de duración, caracterizado por la irritabilidad y la volubilidad, quejándose
repetidamente de ser incomprendida. Sentía resentimiento a causa de las responsabilidades que había tenido que
asumir debido a la negligencia e ineptitud de su madre. Cuando su hermana pequeña empezó a servir como
favorita de su padrastro, Peggy comenzó a actuar de forma impaciente, enfadada y llorosa, se sentía fácilmente
provocada y rápidamente ofendida por pequeños desaires e indiferencias. Esperando ser criticada y rechazada,
frecuentemente intentaba precipitar el rechazo que anticipaba, especialmente por parte de su padrastro. Aunque su
propio negativismo provocaba el rechazo, ella se sentía incapaz de controlarlo. Su último recurso era mostrarse
indiferente, dura y poco compasiva, cuando no abusiva y rechazadora con los otros. De forma interesada, en vez
de simpatizar con su hermana por sus fugas, se volvió crítica y severa condenándola por su “inmoralidad”.
Muchas de las características mencionadas pueden ser observadas en su protocolo del MACI (ver figura
7.3). Lo más notable es su estilo de personalidad Oposicionista (es decir, negativista, ambivalencia y
comportamiento pasivo-agresivo), matizado por sus características de personalidad Ruda y Rebelde (es decir,
“actuadoramente” abusiva y con un comportamiento inconformista). Entre sus Preocupaciones expresadas, cabe
señalar sus elevadas puntuaciones en las escalas de Abusos en la infancia y en Discordancia familiar. En la sección
de Síndromes clínicos destacan también de manera notable la propensión a comportarse impulsivamente y la
inclinación al abuso de sustancias.
Sobre la aplicación
Se acordaron las siguientes instrucciones de procedimiento:
a) La prueba debía ser aplicada de forma individual y el clínico debía permanecer junto al paciente para
atender cualquier duda u observación
b) El adolescente, antes de empezar a responder a las frases del Inventario, debía rellenar los datos referentes
a características sociodemográficas y al reconocimiento de la presencia de problemas que figuran en el
anverso de la hoja de respuestas, según modelo de la hoja original. El nombre y los apellidos del
adolescente no debían figurar en la hoja sino un código de identificación para mantener la
confidencialidad de los datos.
c) Una vez completada la hoja de respuestas, se debía comprobar la presencia de dobles marcas u omisiones
d) Después de finalizada la aplicación, el clínico debía anotar en el lugar de la hoja destinado a ello el código
correspondiente al motivo de la consulta.
e) Posteriormente se revisaron todos los expedientes a fin de obtener el código del diagnóstico definitivo
según la Clasificación Internacional de enfermedades (CIE-9)
Tiempo de transición
Durante los tres años dedicados a la obtención de la muestra, los equipos participantes recibieron
la corrección de los casos enviados a través de una hoja donde aparecían:
a) En la parte superior, el gráfico de barras que resume las puntuaciones correspondientes a las 30
escalas que constituyen las cuatro secciones del MACI (Prototipos de personalidad,
Preocupaciones expresadas, Síndromes clínicos e Índices modificadores).
b) En la parte inferior:
• Código de identificación, fecha de nacimiento y grupo de baremo empleado con constancia
de grupo de edad y sexo.
• Las denominaciones de las escalas, diferenciadas por secciones, seguidas de una columna
con las puntuaciones directas (PD), una segunda columna con las puntuaciones
transformadas (TB), columnas parciales para reflejar las aportaciones de los ajustes en
aquellas escalas sobre las que debían ser aplicadas y una última columna con las
puntuaciones TB definitivas.
En esta fase de transición la transformación de PD en TB se realizaba con las tablas correspondientes
al baremo original.
Durante todo el periodo de adaptación, el grupo de colaboradores siguió realizando estudios a medida que
la muestra se incrementaba, lo que permitía constatar, a través de la configuración de los perfiles de las escalas, el
rendimiento de la prueba en cuanto a su capacidad de discriminar entre grupos, en función de un criterio clínico.
Este tipo de valoración permitía salvar los problemas de la falta de normas adecuadas ya que el tratamiento
estadístico de los datos se realizaba siempre sobre puntuaciones directas (las referencias a los trabajos realizados
aparecen en el capítulo Bibliografía).
Tamaño de la muestra
En el proceso de adaptación fueron evaluados 1145 adolescentes que siguieron todo el proceso
diagnóstico. Se eliminaron 58 casos de la muestra porque sus protocolos presentaban alguna de las siguientes
características:
• 11 o más ítems habían sido omitidos o estaban doblemente marcados 44
• La puntuación directa de X era inferior a 201 2
• La puntuación directa de X era superior a 589 1
• La puntuación de la escala VV era mayor de 1 4
• La edad era inferior a 13 años 7
Se obtuvieron 1.097 casos válidos, 674 mujeres y 413 varones. Las características demográficas de la muestra
de investigación aparecen recogidas en la tabla 8.1. La observación de la tabla permite constatar la menor
presencia de adolescentes de 18 y 19 años. Que se explica por el hecho de que los servicios de salud mental de
adultos atienden a la población a partir de 18 años y a pesar de que ese nivel de edad puede ser también atendido
en los Centros de Salud infanto-juvenil (CSMIJ) generalmente parece más conveniente iniciar el proceso de
atención al paciente en el dispositivo con más posibilidades de garantizar la continuidad del caso. A pesar de ello,
el MACI es muy adecuado para la evaluación de trastornos de personalidad característicos de ese momento
evolutivo. McCann (1999) al platear la elección del inventario más adecuado en este nivel de edad considera que
la opción entre el MACI y el MCMI-II está en función del adolescente. Si vive con los padres, si sus problemas
son característicamente propios de la tarea evolutivo de la individualización y la independencia, el MACI nos
aproximará a la vivencia del adolescente; si se trata de una persona que vive independiente, que está en la
universidad o trabaja a tiempo completo, es decir que lleva una vida de adulto, será mejor optar por el MCMI
Primeros análisis
Para poder progresar en el proceso de adaptación debíamos valorar:
1. Si las versiones castellana y catalana eran equivalentes y
2. Si los cuatro grupos normativos, diferenciados por Millon, en función de la edad y el sexo eran también
significativamente diferentes en sus respuestas a la prueba en nuestra muestra.
Los sucesivos análisis realizados a medida que se incrementaba la muestra de adaptación han permitido
evaluar la coherencia teórica y clínica de los resultados obtenidos mediante la aplicación del MACI en cuanto a las
diferentes configuraciones de las escalas según motivos de consulta; las características de los pacientes que
consultan por haber sido víctimas de abuso sexual; la diferenciación de subgrupos, dentro de la muestra de
pacientes que han sufrido abusos sexuales o el valor de contexto que juega la personalidad en los trastornos de
conducta.
8.3 Desarrollo de las Tasas Base
Todas las puntuaciones directas (PD) del MACI se han transformado en puntuaciones de estimación de
Tasa base TB mediante la utilización de la tabla correspondiente de transformación de PD en TB que aparece en el
apéndice A. Las tablas de la A1 a A4 son tablas de conversión diferenciadas para cada uno de los cuatro grupos
normativos anteriormente descritos. En el proceso de desarrollo de las TB se han seguido las pautas que se
describen a continuación.
Especificación de las tasas de prevalencia
Se ha considerado necesario especificar en la muestra las tasas de prevalencia de los posibles trastornos
vinculados a cada una de las escalas prototipos de personalidad, Preocupaciones expresadas y Síndromes clínicos
del MACI. Esto ha sido realizado integrando las aportaciones de las fuentes de datos que describimos a
continuación:
• La primera apreciación del clínico al valorar el motivo de la consulta
• Los diagnósticos codificados por los clínicos y revisados a partir del estudio de los materiales de cada
sujeto
• Datos publicados sobre prevalencia de trastornos en la adolescencia
• La tasa de prevalencia objetiva que, como se describe en el capítulo 3, corresponde a la proporción de
veces que la característica valorada por cada escala aparece en primer o segundo lugar en los individuos
de la muestra
Determinación de los puntos de anclaje
Teniendo en cuenta toda la información recogida respecto a la prevalencia y partiendo de la prevalencia
objetiva que indica el comportamiento en la prueba, se han ajustado los datos en función de la prevalencia clínica,
de manera que los puntos de anclaje de las puntuaciones TB de 75 y 85 que marcan la incidencia clínica de una
determinada puntuación fueran sensibles a la presencia de una característica concreta o destacaran su nivel que
podía indicar la presencia de trastorno.
El criterio seguido para ajustar las puntuaciones en todas las escalas a sido el de mantener el porcentaje de
la zona de significación (TB igual o superior a /%) dentro de los límites de la tasa de prevalencia teórica para los
trastornos asociados.
En este capítulo se describe el procedimiento seguido y el criterio que ha servido de base para la sucesiva
toma de decisión. Se ofrecen los datos fundamentales para que cada profesional que utilice la prueba pueda valorar
las decisiones tomadas.
Todos los procedimientos de la adaptación se han desarrollado de forma diferenciada para cada uno de los
cuatro grupos demográficos. Las puntuaciones directas vienen dadas por la suma ponderada de los ítems
prototípicos (valor 3) secundarios (valor 2) y terciarios (valor 1) que configuran cada escala (se han tomado la
denominación de referencia de McCann)-
La tabla 8.4 ofrece datos relevantes acerca del proceso de transformación en los cuatro grupos; en ella y
para cada grupo normativo las columnas indican:
1. Las escalas identificadas por su código
2. La puntuación máxima que sería posible obtener si el individuo hubiera contestado a todos los ítems que
conforman la escala en la dirección en que puntúan.
3. La puntuación mínima observada en el grupo normativo
4. La puntuación máxima observada en el grupo normativo
5. Las puntuaciones directas que corresponden a los puntos de anclaje de 75 y 85
6. El centil que corresponde a cada una de las dos puntuaciones anteriores (redondeando al entero más
próximo para poder mostrar todos los datos en una sola tabla)
La consideración de la tabla lleva a comprobar la evidente diferencia entre poblaciones que se constata sobre todo
en las diferencias importantes que existen en las puntuaciones mínimas, entre la muestra normativa original y la
muestra de adaptación española. En el apéndice D, la tabla D-9 ofrece una visión paralela de ambas muestras
aunque más limitada para la muestra original, dado que en el manual americano no se ofrecen las puntuaciones
centiles que corresponden a los puntos de anclaje.
A partir de la observación de esta tabla, parece ser que algunos ítems que pueden tener significación
clínica en un contexto sociocultural quizás no sean relevantes en el otro, lo que facilita su mayor aceptación y da
lugar a puntuaciones mínimas elevadas. Por otra parte, vemos que las puntuaciones máximas son más parecida, lo
que hace que las zonas de presencia y prominencia de posibles trastornos aparezcan más semejantes salvo en el
caso de los siguientes prototipos: 3 Sumiso, 4 Histriónico, 5 Egocéntrico y 7 Conformista.
En nuestra muestra, estas escalas alcanzan los porcentajes más altos de prevalencia objetiva y su
significación ha sido corregida (a la baja) según los datos y estudios de prevalencia clínica
Tabla 8.4 Puntuaciones, puntos de anclaje y centiles equivalentes. Escalas 1 a 8B.
El hecho de que en el manual original algunas de estas escalas no alcancen la puntuación máxima o
incluso que en algún caso no lleguen al nivel de significación clínica, a falta de referencias concretas, puede
interpretarse como que esas escalas no han ocupado nunca el primer o segundo lugar (en el estudio de la
prevalencia objetiva) en la muestra normativa original.
Determinación de los puntos de anclaje para las escalas 9 a GG
En la transformación de puntuaciones para estas escalas se han mantenido los mismos puntos de anclaje
que en la sección de Prototipos de personalidad; la única diferencia es que para estas escalas la puntuación TB 50
corresponde al centil 50 del grupo normativo y no a la media, ya que estas escalas se alejan más de la distribución
normal.
La tabla 8.5 muestra para cada grupo normativo la síntesis de los datos siguientes:
1. La puntuación máxima que sería posible obtener si el individuo hubiera contestado a todos los ítems que
conforman la escala en la dirección en que puntúan.
2. La puntuación mínima y máxima observada en el grupo normativo
3. Las puntuaciones directas que corresponden a los puntos de anclaje de 75 y 85
4. El centil que corresponde a cada una de las dos puntuaciones anteriores (redondeando al entero más
próximo).
Tabla 8.5 Puntuaciones, puntos de corte y centil equivalente. Escalas 9 a GG
Escalas Mx Mn Mx 75-85 Centil Mn Mx 75-85 Centil
posible
Varones (13 a 15 años) Varones (16 a 19 años)
9 Límite 40 0-35 24-27 87-92 0-39 25-28 85-93
A Difusión de la identidad 49 1-38 24-28 87-93 2-39 26-29 83-89
B Desvalorización de sí mismo 67 1-61 37-43 85-91 3-64 42-46 84-91
C Desagrado por el propio cuerpo 32 0-30 16-20 84-91 0-30 15-21 84-91
D Incomodidad respecto al sexo 57 11-46 38-40 87-92 11-52 33-35 83-90
E Inseguridad con los iguales 34 0-34 17-22 85-91 1-31 18-22 84-90
F Insensibilidad social 65 3-56 32-36 84-91 10-57 33-35 84-91
G Discordancia familiar 44 1-40 22-25 83-91 3-35 23-25 85-93
H Abusos en la infancia 37 0-30 14-17 86-93 0-32 14-16 86-94
Síndromes clínicos
AA Trastornos de la alimentación 44 0-38 22-25 93-96 0-41 23-28 91-94
BB Inclinación al abuso de 64 0-54 23-31 83-93 0-51 30-35 85-91
sustancias
CC Predisposición a la delincuencia 52 1-49 31-36 86-95 3-47 33-36 85-93
DD Propensión a la impulsividad 38 2-34 24-27 83-91 2-33 24-26 82-89
EE Sentimiento de ansiedad 57 6-54 38-41 84-92 5-51 38-41 85-92
FF Afecto depresivo 56 1-53 29-34 84-91 1-52 32-36 83-89
GG Tendencia al suicidio 41 0-38 23-29 90-95 0-39 23-26 89-94
Síndromes clínicos
AA Trastornos de la alimentación 44 0-44 31-34 85-93 0-44 34-36 85-91
BB Inclinación al abuso de 64 0-56 22-31 85-94 0-54 26-32 85-91
sustancias
CC Predisposición a la delincuencia 52 2-49 25-28 86-92 2-41 24-27 84-92
DD Propensión a la impulsividad 38 1-35 23-26 84-92 0-35 23-26 85-91
EE Sentimiento de ansiedad 57 9-54 43-46 84-92 12-54 45-47 82-88
FF Afecto depresivo 56 0-55 40-44 85-91 1-56 44-47 82-90
GG Tendencia al suicidio 41 0-41 32-34 90-95 0-41 33-35 87-93
Las tablas 8.4 y 8.5 además de su función de resumen, ayudan a situar cada caso con relación a su grupo
normativo.
Frecuencia de atribución
Se han calculado los porcentajes de las frecuencias de atribución (respuesta V), rechazo (respuesta F) y
omisión (ambas o ninguna alternativa marcadas) de las respuestas a los ítems.
En la tabla D-10 del apéndice se ofrecen dichos porcentajes; puede observarse que los porcentajes de
omisión son muy bajos, lo que era esperable dado el procedimiento de aplicación.
La respuesta a los ítems que constituyen la escala de fiabilidad VV (114 “No he visto ningún automóvil en
los últimos diez años” y el 126 “El año pasado crucé el Atlántico en avión 30 veces”) es casi unidireccional, como
es de esperar, puesto que la respuesta V, en ambos casos, invalida el Inventario por indicar que se ha respondido al
azar
Existen otros ítems cuyo porcentaje de rechazo es muy elevado si bien no parece llamativo, puesto que
hacen referencia a problemas muy evidentes y poco frecuentes, como por ejemplo el ítem 134 (“Yo acostumbraba
a tomar drogas duras para ver el efecto que hacían”) cuyo porcentaje de aceptación del 6,5 parece objetivamente
adecuado.
En las tablas D-11 a D-13 se ofrecen las correlaciones de cada uno de los ítems con todas las escalas que
configuran el MACI.
Fiabilidad
Consistencia interna
El coeficiente de fiabilidad ha sido valorado, en la muestra total, por consistencia interna mediante el alfa
de Cronbach. Los resultados se ofrecen en la tabla 8.7 en la que aparecen los datos de la adaptación española
(primera y segunda columna) y los coeficientes que se obtuvieron en la muestra norteamericana de desarrollo
(tercera columna).
• En la primera columna, los coeficientes alfa calculados con los ítems sin ponderar (valor uno)
• En la segunda columna, los coeficientes se han calculado con los ítems con sus valores ponderados
(valores uno, dos o tres)
• En la tercera columna, se ofrecen los coeficientes de la muestra de desarrollo original para facilitar la
comparación.
Tabla 8.7 Fiabilidad por consistencia interna
Escala Ítems sin Ítems ponderados Muestra original
ponderar
Prototipos de personalidad
1 Introvertido 0,82 0,80 0,83
2A Inhibido 0,86 0,86 0,86
2B Pesimista 0,89 0,88 0,86
3 Sumiso 0,72 0,69 0,74
4 Histriónico 0,85 0,83 0,82
5 Egocéntrico 0,83 0,79 0,80
6A Rebelde 0,81 0,80 0,84
6B Rudo 0,78 0,79 0,83
7 Conformista 0,83 0,78 0,86
8A Oposicionista 0,83 0,80 0,85
8B Autopunitivo 0,92 0,90 0,90
9 Tendencia limite 0,84 0,84 0,86
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 0,75 0,75 0,79
B Desvalorización de sí mismo 0,91 0,91 0,91
C Desagrado por el propio cuerpo 0,88 0,85 0,85
D Incomodidad respecto al sexo 0,63 0,65 0,73
E Inseguridad con los iguales 0,74 0,75 0,75
F Insensibilidad social 0,76 0,74 0,79
G Discordancia familiar 0,70 0,72 0,79
H Abusos en la infancia 0,83 0,80 0,83
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación 0,89 0,88 0,86
BB Inclinación al abuso de sustancias 0,85 0,85 0,89
CC Predisposición a la delincuencia 0,76 0,74 0,77
DD Propensión a la impulsividad 0,70 0,73 0,79
EE Sentimientos de ansiedad 0,78 0,78 0,75
FF Afecto depresivo 0,89 0,89 0,89
GG Tendencia al suicidio 0,90 0,89 0,87
Escalas
Prototipos de personalidad rxx`
1 Introvertido 0,98
2A Inhibido 0,94
2B Pesimista 0,95
3 Sumiso 0,94
4 Histriónico 0,95
5 Egocéntrico 0,92
6A Rebelde 0,97
6B Rudo 0,97
7 Conformista 0,98
8A Oposicionista 0,98
8B Autopunitivo 0,95
9 Tendencia limite 0,98
Preocupaciones expresadas
A Difusión de la identidad 0,97
B Desvalorización de sí mismo 0,93
C Desagrado por el propio cuerpo 0,88
D Incomodidad respecto al sexo 0,94
E Inseguridad con los iguales 0,96
F Insensibilidad social 0,90
G Discordancia familiar 0,98
H Abusos en la infancia 0,93
Síndromes clínicos
AA Trastorno de la alimentación 0,97
BB Inclinación al abuso de sustancias 0,93
CC Predisposición a la delincuencia 0,88
DD Propensión a la impulsividad 0,94
EE Sentimientos de ansiedad 0,96
FF Afecto depresivo 0,90
GG Tendencia al suicidio 0,98
Índices modificadores
Y Deseabilidad 0,97
Z Alteración 0,91
X Transparencia 0,97
Actualmente como referencias empíricas solo contamos con la satisfacción de los clínicos participantes en el
proceso, con las aportaciones a congresos del grupo de trabajo que aparecen en la bibliografía y con el hecho de
que existen tres tesis doctorales en curso de realización.
9. CASOS CLÍNICOS
En este capítulo se ofrecen algunos ejemplos tomados de la muestra de adaptación que pueden ayudar a
valorar la aportación que supone el integrar el MACI en el proceso del diagnóstico.
En este contexto no se trata de desarrollar un estudio completo de los casos sino que se realiza una
presentación de los mismos tal como son descritos por los clínicos, con un comentario global sobre el MACI
cuyas aportaciones han permitido sondear y constatar aspectos que aparecen en la prueba, como puede ser la
presencia de abusos en la infancia, la ideación suicida o los aspectos distímicos o emocionales que muchas
veces quedan enmascarados por la conducta o los síntomas.
Al final de este capítulo se comentan los puntos fuertes y débiles del MACI.
Característica de esta configuración, le gr¡usta la proximidad de los otros pero ha aprendido a ser cauto y a no
confiar en la amistad ajena, evita la intimidad por temor al rechazo y guarda sus sentimientos para sí mismo.
De forma coherente con este patrón, en las preocupaciones expresadas vemos su baja autoestima, la escasa
valoración de su nivel de atractivo físico y social y el temor a ser rechazado por su grupo de edad.
Con ello no es de extrañar la presencia de un síndrome depresivo e incluso de una cierta tendencia s la
ideación suicida.
Completando el cuadro, están presentes en el MACI otros aspectos relevantes como son la discordancia
familiar, los abusos en la infancia que tras la exploración relata haber sufrido por parte de un tío suyo y la
inclinación al abuso de sustancias que conectan con su comportamiento disocial.
A pesar de todo el pronóstico no es negativo, según el terapeuta, se encuentra bien en el centro en que
reside y prefiere de momento no volver a casa.
CASO 4 Andrea P.
Andrea acude a la unidad funcional de atención a los abusos sexuales a los 16 años de edad, después de
haber revelado a una amiga que estaba siendo agredida sexualmente por su padre.
Es la hija mayor de una familia compuesta por el padre de 37 años. La madre de 33 y una hermana de 9
años. Los padres separados hacía un año y la paciente vivía con el padre.
Durante la primera entrevista la paciente muestra un estado de ánimo triste y llora con facilidad.
Manifiesta que le cuesta dormirse y que se despierta a menudo durante la noche. Refiere que se había
autolesionado varias veces para atenuar el dolor interno que sentía por lo que estaba viviendo.
Sus padres empezaron a tener problemas de relación durante su gestación. El padre maltrataba físicamente
a la madre que no se planteaba la separación porque confiaba en que cambiaría. EL padre perdía a menudo el
trabajo debido a su alcoholismo y su situación se agravó cuando, coincidiendo con el nacimiento de su segunda
hija, murió el abuelo paterno, Andrea tenía entonces siete años y su padre empezó a abusar sexualmente de ella,
efectuándole tocamientos y pidiéndole que le masturbara a él.
El padre tenía una actitud violenta y se imponía por el miedo que despertaba en la madre y las hijas. Con
la hija pequeña se mostraba más amable y solícito que con la mayor. Andrea explicaba que, sin embargo, cuando
abusaba de ella se mostraba cariñoso y le decía que la amaba. Eran los únicos momentos en que sentía que le hacía
caso.
Cuando los padres decidieron separarse se sintió liberada suponiendo que cesarían los abusos, dado que el
padre se fue a vivir solo. Sin embargo, el padre no soportaba la soledad, lloraba y le suplicaba que fuera a vivir
con él, prometiéndole que ya no abusaría de ella. A Andrea le hacía sufrir ver a su padre en esta situación y aceptó
ir a vivir con él.
Su buen rendimiento escolar hasta el momento en que debía comenzar 8ª de E.G.B., descendió al pasar a
la E.S.O. (coincidió con el curso de adaptación al nuevo plan docente). Cuando se fue a vivir con el padre
estudiaba 3º de E.S.O. y el padre la convenció de que dejara los estudios reforzando la idea de que no servía para
estudiar. Andrea se pasaba el día en casa escuchando música y viendo la televisión. EL padre restringía las salidas
con amigas y le prohibía salir con chicos. Cuando Andrea se quejaba, le gratificaba comprándole discos y la
indujo a la ingesta alcohólica y al consumo de cannabis que él mismo le proporcionaba.
La única obligación cotidiana de Andrea era estar disponible para el padre siempre que él deseara
mantener relaciones sexuales.
La relación de Andrea con su madre parecía buena, pero era superficial y nunca se atrevió a contarle lo
que le ocurría. La madre confiaba en que si había decidido ir a vivir con el padre era porque estaba bien con él.
Cuando la madre se enteró de lo que le sucedía, a través de la amiga a quien Andrea se l había explicado, fue a
buscarla y puso la denuncia. A partir de este momento Andrea vivió con la madre y la hermana.
En el test de Raven obtiene una puntuación que corresponde al centil 25. En el CBCL de Achenvach
muestra problemas de conducta internalizante de tipo depresivo-ansioso. Presenta síntomas traumáticos derivados
de la situación vivida por lo cual se inicia tratamiento psicoterapéutico.
El MACI se aplicó antes de iniciar el tratamiento (septiembre de 1999) y 18 meses después (marzo de
2001)
Si observamos los índices modificadores (escalas X, Y y Z) que nos describen cómo se está respondiendo
a la prueba vemos que en la evaluación, Andrea responde abierta y honestamente mientras que en la segunda
aplicación se muestra más cauta, más pendiente de lo socialmente deseable, pero sin que las puntuaciones de las
escalas indiquen que esté intentando falsear los datos.
Lo indicado por los índices aparece también en el patrón de personalidad que configuran los prototipos. En
la primera el perfil es casi uniformemente bajo, solo aparece claramente su tendencia Sumisa y Autopunitiva lo
que corresponde a la realidad no elaborada que está viviendo. En el segundo MACI aparece claramente su
esfuerzo defensivo. Su código 7**-*2A3 (Prototipos Conformista, Inhibido y Sumiso) con la diferencia de 20
puntos TB entre las primera y la segunda escala indica su (de momento excesiva) adhesión a las normas y su
tendencia a ser cauta y dependiente. Aparecen como elementos positivos la disminución del Pesimismo a la zona
de prácticamente ausencia y disminución de los aspectos Autopinitivos y Límite.
Las dos Preocupaciones expresadas relevantes para ella (Incomodidad respecto al sexo y Abusos en la
infancia) siguen obviamente presentes pero vemos que su identidad es menos difusa, que se siente más incómoda
con los iguales; el aumento de la insensibilidad social está indicando que puede despegarse algo más de los
sentimientos y reacciones de los otros.
En cuanto a los Síndromes clínicos es lógico que la Inclinación al abuso de sustancias se mantenga igual
puesto que los ítems hacen referencia al pasado y al entrono. Como elementos positivos en esta sección vemos que
ha aumentado la ansiedad (a nivel subclínico) y ha desaparecido el Afecto depresivo y más aún la ideación suicida
que previamente aparecía como tendencia.
En este caso la prueba permite objetivar la evolución constatada por el terapeuta y establecer un plan de
seguimientos si es preciso.
CASO 5 Celia N.
La psiquiatra que atiende a Celia hace la siguiente descripción:
Paciente de 16 años que acude a urgencias por haber realizado una tentativa de suicidio mediante ingesta de
medicamentosa de 15 comprimidos de 20 mg. De fluoxetina que encontró en el botiquín familiar, por tratarse de
un tratamiento prescrito a su madre. Se trata de un acto impulsivo que realiza tras un decepción sentimental. No
escribe nota pero tiene la sensación de que la dosis que toma es letal.
Hace un año que sale con un chico con el que tiene una relación muy tormentosa; él no la deja que se vea
con otros amigos y han establecido una relación de gran dependencia. Ha sabido que sale con otra chica y ha
tomado las pastillas cuando su madre estaba en casa. Se lo ha dicho después de pasada una hora y ha acudido al
hospital donde, tras un lavado gástrico y una observación psiquiátrica de 24 horas, se valora la ausencia de riesgo
físico o psicológico y se orienta para seguimiento ambulatorio en las 48 horas.
Antecedentes familiares: episodios depresivos en la madre. La madre sufrió un primer duelo grave al
quedar viuda a la edad de 30 años. Se casa en segundas nupcias y pierde a su hijo mayor a la edad de ocho años en
un accidente de coche, cuando Celia tenía cinco años. Celia nació en la provincia de Barcelona, luego sus padres
se trasladaron a Cuba donde vivió de los seis a los doce años.
Los padres describen a Celia como una niña autoritaria en casa pero muy inhibida fuera. Poco flexible, con
dificultad para negociar con las compañeras y con pocas amigas.
Al volver a España no consigue integrarse, sigue bastante aislada y muy protegida dentro del medio
familiar. Pasa la mayor parte del tiempo en casa, está cursando 4º de E.S.O. y tiene unos resultados escolares
correctos hasta estos últimos meses. Hace seis meses que inició la relación con este chico, en la que se vuelca de
manera total.
La sintomatología en el momento de la tentativa autolítica es francamente depresiva con tristeza,
pesimismo, labilidad emocional y una ansiedad muy severa. No se imagina vivir sin este chico y no crítica el
episodio suicida. Muestra actitud de desprecio hacia las personas que podrían ayudarle, sentimiento de
desesperanza e incapacidad para hacer frente a su vida.
Iniciamos tratamiento antidepresivo en la primera consulta ambulatoria. Una semana más tarde aplicamos
el MACI junto a cuestionarios de depresión de Beck y ansiedad de Hamilton.
Semanas después, tras cinco entrevistas terapéuticas y tratamiento antidepresivo, los síntomas de tristeza
mejoran, anula dos entrevistas y se distancia del tratamiento. Vuelve a consulta por nuevos trastornos de conducta,
consumo de drogas y actitudes desafiantes hacia los padres. Su asistencia a la escuela se ha vuelvo irregular, tiene
relaciones amistosas en ambientes poco recomendables, mayores que ellas y conocidos por el abuso de tóxicos.
Ella se da cuenta de la pérdida de control y acepta acudir durante unas semanas al hospital de día.
En el MACI, a pesar del efecto de descarga que hubiera podido representar la tentativa autolítica y del
hecho de llevar una semana de tratamiento, sigue apareciendo un cuadro de grave perturbación del estado de
ánimo (elevación de FF, EE y GG) que supone una importante inestabilidad a lo que constituye también su
propensión a la impulsividad.
El cuadro se presenta en una adolescente cuya personalidad se caracteriza por la marcada elevación del
estilo Sumiso que se relaciona con la necesidad de adaptarse a las normas, lo que puede estar indicando la
búsqueda de ayuda y una forma de vinculación ansiosa. El resto de los Prototipos de personalidad
significativamente elevados ponen de manifiesto otros aspectos relevantes y coherentes con la descripción que
hacen los padres en cuanto al estilo Introvertido o coherentes con el cuadro clínico como son el estilo
Autopunitivo y la Tendencia límite que manifiesta un déficit estructural.
En las preocupaciones expresadas se vuelve a poner de manifiesto aspectos vinculados con la
sintomatología actual como son la Desvalorización de sí mismo, la Inseguridad con los iguales y su dificultad para
saber quién es ella misma (Difusión de la identidad). En este grupo de escalas es de destacar también su actitud
discordante con la familia y el desagrado por su propio cuerpo.
La configuración de los Índices modificadores expresa también la petición de ayuda (elevación de la X) y
la situación de tumultuoso desbordamiento en que se halla y que la lleva a esa segunda actuación que relata su
psiquiatra.
CASO 6 Marta H.
La psicóloga clínica que le atiende realiza la descripción del caso que reproducimos a continuación.
Se trata de una joven universitaria de 19 años que acude a consulta por sentimientos de tristeza e
irritabilidad. La demanda de atención, en un consultorio privado, ha sido solicitada por la madre.
En la fecha acordada, 20 minutos después de la hora convenida, se recibe una llamada de Marta diciendo
que se ha perdido y pidiendo que se le indique dónde se halla el consultorio y que llegará enseguida; el consultorio
se halla en una zona céntrica y bien comunicada, en la que abundan despachos profesionales, pero Marta lo estaba
buscando por una zona urbana caracterizada por la presencia de empresas de transporte. Cuando llega se escusa y
manifiesta que no sabe ir sola por la cuidad (en la que ha vivido siempre), que realmente siempre la acompañan; a
la Facultad la lleva su padre, pero hoy no lo ha hecho porque ella y la madre piensan que no estaría de acuerdo en
que acudiera a la consulta.
Marta es una joven de aspecto agradable, muy delgada y cuidadosamente vestida. Dice que está triste,
nerviosa y que no sabe lo que quiere, piensa que incluso lo que estudia (Ciencias de la información) no le servirá
para nada; a pesar de todo, ha aprobado todas las asignaturas en la convocatoria de junio. Es hija única y
manifiesta que ahora está preocupada porque sus padres están empezando un proceso de separación, aunque
entiende que lo hagan porque se llevan fatal, se pasan la vida discutiendo o sin hablarse, a veces pueden estar
meses sin dirigirse la palabra.
Comenta que durante el verano, desde el año pasado, trabaja porque su padre dice que le conviene tener
experiencia de lo que supone adaptarse a las exigencias de la situación laboral. El año pasado estuvo de camarera
en una cafetería, en la localidad donde pasan las vacaciones; este verano la volvieron a contratar pero acaba de
dejarlo porque se siente mal. Se le plantea y acepta el desarrollo de un proceso de evaluación psicológica que
pasamos a resumir a continuación.
Proceso de evaluación
Observaciones en las entrevistas y aplicaciones de las siguientes pruebas cuyos resultados resumimos en
sus aspectos más significativos:
• Pruebas graficas: Dibujos de HTPP( casa, árbol, personas del otro sexo=
a) Ejecución rápida y segura no borra
b) En la casa, (representación de la vida familiar) aparecen importantes fallos de síntesis; se expresa la
necesidad de comunicación y aparecen elementos de tensión y de inseguridad.
c) El árbol es viejo, con una copa enredada (¿Cómo su pensamiento?) y desarraigado.
d) En las figuras humanas destaca la figura del propio sexo más semejante a una muñeca que a una
representación de una persona, no está ni vestida ni desnuda, podría ser asexuada; la figura del otro sexo
es descrita como raro pero en cambio es un estudiante que cursa los mismos estudios que ella e
igualmente poco diferenciado.
• Escala de inteligencia de Wechsler para adultos WAIS-III. Obtiene los resultados que sintetizan los CI e
Índices siguientes.
• CI Verbal: 113, CI manipulativo: 93 y CI Total: 104
• Comprensión Verbal (CV): 129
• Organización perceptiva (OP): 99
• Memoria de trabajo (MT): 79
• Velocidad de proceso (VP): 89
Son valores muy heterogéneos. Junto a una CV superior (centil 97) hallamos una MT inferior (centil 8) y una
VP normal-baja: la OP es normal así como los tres CI.
Su actitud durante la prueba es de colaboración y atención pero sus resultados en los diferentes subtests, a
excepción de Vocabulario y Comprensión, son también heterogéneos: falla en elementos fáciles y logra otros
mucho más difíciles. En el subtest de Aritmética obtiene una puntuación escalas de 6 puntos (lo mismo que en
Dígitos); da respuestas rápidas francamente desviadas y no parece considerar que hay una forma de respuesta
mejor que dar un número que se aproxima solo ligeramente a lo que sería una respuesta correcta. Avisa de que es
incapaz de realizar operaciones sin papel y lápiz y comenta que en el colegio ya le dijeron que si se hiciera una fila
de manejo de operaciones ella estaría siempre la última; agrega que en la cafetería era incapaz de devolver un
cambio sin ir a la barra y hacer la operación con papel y lápiz. No le preocupa porque siempre ha tenido buenas
notas y nunca ha suspendido una asignatura.
3. Test de Rorschach. El número de respuestas (19) es normal. Aparece muy vulnerable a la pérdida de
control en situaciones de estrés. Puede funcionar bien en contextos muy estructurados y con actividades de
rutina. Existe una considerable impulsividad potencial que afecta a los procesos de pensamiento, al afecto
y a la conducta.
Está muy motivada, pero es muy poco eficaz en las tareas de procesamiento porque analiza el campo de
estímulos de forma apresurada y poco eficiente. La actividad ideacional es poco consistente. Puede anular sus
propias determinaciones y le cuesta tomar decisiones. La expresión del afecto sigue esta misma pauta y, una vez
más, se comprueba el efecto irritativo de esta situación no resulta.
La percepción de sí misma está basada en la introspección, con un concepto de sí misma y una autoestima
muy bajos. Parece poco interesada en los otros pero confía en ellos para lograr su apoyo.
4. Inventario de Personalidad para Adolescentes de Millon (MACI). Los resultados del MACI apoyan el
diagnóstico de un trastorno de personalidad caracterizado por una reacción de ansiedad de separación con
humor ansioso (309.21) con una personalidad de base Sumisa, Conformista y Pesimista.
La dependencia de Marta adopta una característica de rigidez que le convierte en disfuncional y que está siendo
mantenida por un entorno que le trata como si fuera incapaz de actuar autónomamente. El último día del proceso
diagnóstico comenta que no se ha vuelto a perder porque a todas las entrevistas le han acompañado el padre o la
madre (a pesar de que ambos trabajan).
Hay una inhibición grave de su capacidad de tomar decisiones o de enfrentarse a situaciones nuevas.
Comenta que su padre le dice que necesita un novio para poder separarse de ellos.
No se siente bien consigo misma, le desagrada su cuerpo (su nariz, su figura) a pesar de tener un aspecto
agradable y cuidado. Sus respuestas en el MACI son semejantes a las que aparecen cuando existe un trastorno de
la conducta alimentaria y está presente también una cierta tendencia a experimentar sentimientos de ansiedad.
Todo ello se activa en situaciones como la actual en la que siente que su medio familiar puede cambiar.
9.2 Puntos fuertes y débiles del MACI
Puntos fuertes
Se pueden considerar elementos de la fortaleza del MACI los puntos que a continuación se reseñan:
1. La longitud del Inventario influye en la disposición, mantenimiento de la atención y cooperación del
adolescente; es más fácil contar con su cooperación en un test de 160 ítems que en otros tests de escalas
múltiples que, por su base empírica, requieren de un número considerablemente mayor de ítems.
2. El formato de escalas múltiples evalúa un amplio conjunto de dificultades psicológicas. Las escalas de
Prototipos de personalidad, Preocupaciones expresadas y Síndromes clínicos representan un enfoque de
amplio espectro para evaluar la psicopatología del adolescente, que reconoce la importancia de muchas
facetas diferentes del funcionamiento psicológico del adolescente.
3. Está basado en un modelo teórico comprehensivo que permite entender la personalidad y la
psicopatología. El hecho de que la teoría sea la piedra angular de MACI ayuda a crear una conexión lógica
y racional entre el contenido de los ítems, las propiedades psicométricas y la composición de las escalas.
En consecuencia la interpretación del MACI se ve facilitada por la presencia de un modelo teórico
también la construcción del test.
4. Tiene un mayor rango de aplicación que otros inventarios de 13 a 19 años
5. La muestra normativa está dividida en dos grupos de edad (13 a 15 años y 16 a 19 años) que permiten
diferenciar la adolescencia temprana y la tardía.
6. Tiene una elevada fiabilidad, por consistencia interna, que constituye un indicador de la precisión de
medida. Ha sido desarrollado con un enfoque moderno de la construcción de tests que utiliza la validez
fundamental, la de la estructura interna y la concurrente con un criterio externo.
7. La ponderación de ítems facilita la interpretación.
PD 1 2A 2B 3 4 5 6A 6B 7 8A 8B 9 A B C D E F G H AA BB CC DD EE FF GG Y Z
43 88 93 10 40 64 85 78 11 46 94 78 11 85 105 105 115 115 107 105 103 107
9 5 5
44 91 93 11 42 67 89 81 11 49 98 80 11 91 108 105 115 115 108 107 106 106
1 5 5
45 91 93 11 45 70 92 83 11 50 100 81 11 92 112 107 108 109 107 106
3 5 5
46 95 95 11 46 73 98 85 53 102 82 11 93 115 107 109 113 109 109
5 5
47 100 97 11 50 75 102 90 55 105 86 11 96 115 110 111 113 110 110
5 5
48 103 99 11 54 79 105 94 58 110 84 11 97 115 110 111 113 111 112
5 5
49 106 99 11 56 82 106 96 61 110 85 11 98 115 110 112 115 111 112
5 5
50 107 100 59 85 110 100 63 111 86 100 115 114 114 115 112 112
51 109 102 63 93 113 102 66 111 89 101 115 114 114 115 113 112
52 111 106 65 102 114 102 69 111 91 105 115 114 114 115 114 113
53 113 107 68 105 114 102 72 112 93 107 115 114 114 114 115
54 113 108 70 107 115 102 73 114 100 109 115 114 115 115 115
55 114 108 73 108 115 103 75 114 100 109 115 114 115 115 115
56 114 110 75 110 115 105 81 114 102 110 115 115 115 115 115
57 114 113 81 113 115 107 85 114 104 110 115 115 115 115
58 114 113 84 114 115 107 92 114 109 111 115 115
59 114 113 85 115 115 107 98 114 109 112 115 115
60 114 114 89 115 115 110 106 114 111 114 115 115
61 114 114 94 115 115 112 112 115 111 115 115 115
62 115 115 99 115 115 112 114 115 111 115 115 115
63 115 115 100 115 115 113 115 115 111 115 115 115
64 115 115 106 115 115 113 115 115 113 115 115 115
65 115 115 109 113 115 115 115 115 115
66 115 115 112 115 115 115 115
67 115 115 113 115 115 115 115
68 115 113 115 115 115
69 115 113 115 115 115
70 115 114 115 115 115
71 115 114 115 115 115
72 115 114 115 115 115
73 115 115 115 115
74 115 115 115
75 115 115
76 115
77 115
78 115
79 115
80 115
81 115
82 115
83 115
PD 1 2A 2B 3 4 5 6A 6B 7 8A 8B 9 A B C D E F G H AA BB CC DD EE FF GG Y Z
43 80 84 11 44 65 82 75 11 50 108 73 11 76 113 113 115 115 106 112 97 108
5 5 5
44 82 85 11 47 68 84 80 11 55 108 73 11 80 113 113 115 115 106 112 106 108
5 5 5
45 83 91 11 48 71 85 83 11 59 108 75 11 83 113 113 108 112 109 111
5 5 5
46 85 91 11 50 79 93 85 63 111 79 11 85 113 113 110 112 109 111
5 5
47 96 91 11 53 75 96 87 65 114 81 11 88 113 113 113 115 109 111
5 5
48 96 95 11 55 80 99 89 65 114 83 11 88 113 113 113 115 109 111
5 5
49 100 101 11 57 85 107 91 68 115 85 11 91 113 113 113 115 109 113
5 5
50 100 101 59 93 110 96 69 115 86 94 113 113 113 115 112 113
51 105 101 63 96 113 100 72 115 86 94 113 113 115 115 115 113
52 105 101 68 101 113 102 75 115 87 94 115 113 115 115 115 115
53 108 105 69 104 113 113 85 115 90 94 115 113 115 115 115
54 113 108 70 104 115 113 92 115 93 99 115 113 115 115 115
55 115 108 73 107 115 113 99 115 98 99 115 113 115 115 115
56 115 112 75 113 115 113 99 115 104 105 115 113 115 115 115
57 115 112 77 113 115 113 101 115 106 105 115 115 115 115
58 115 112 80 115 115 113 105 115 106 108 115 115
59 115 115 85 115 115 113 110 115 109 108 115 115
60 115 115 88 115 115 113 113 115 109 110 115 115
61 115 115 94 115 115 113 113 115 109 113 115 115
62 115 115 97 115 115 115 113 115 112 113 115 115
63 115 115 100 115 115 115 115 115 112 115 115 115
64 115 115 103 115 115 115 115 115 115 115 115
65 115 115 106 115 115 115 115 115
66 115 115 106 115 115 115 115
67 115 115 109 115 115 115
68 115 109 115 115 115
69 115 112 115 115 115
70 115 115 115 115 115
71 115 115 115 115 115
72 115 115 115 115 115
73 115 115 115 115
74 115 115 115
75 115 115
76 115
77 115
78 115
79 115
80 115
81 115
82 115
83 115
PD 1 2A 2B 3 4 5 6A 6B 7 8A 8B 9 A B C D E F G H AA BB CC DD EE FF GG Y Z
43 82 71 10 27 77 104 85 11 48 85 66 11 65 83 113 115 114 110 114 75 82
6 5 5
44 83 72 11 28 81 106 88 11 50 91 67 11 66 85 113 115 115 110 114 78 85
1 5 5
45 85 74 11 31 85 108 91 11 51 94 68 11 68 93 113 110 114 82 94
3 5 5
46 89 75 11 36 90 110 94 54 95 69 11 69 99 113 110 114 85 96
4 5
47 94 81 11 37 92 111 96 57 97 70 11 70 105 114 111 114 94 99
5 5
48 99 83 11 40 97 112 98 59 101 72 11 72 110 114 111 114 97 103
5 5
49 102 85 11 42 102 113 100 62 104 73 11 73 111 114 112 115 103 105
5 5
50 105 88 45 106 114 101 65 106 74 74 111 114 112 115 105 109
51 107 90 47 107 114 104 68 109 75 75 112 114 112 115 107 111
52 108 94 50 108 114 105 70 110 78 77 114 114 112 115 111 113
53 109 97 53 109 114 107 72 110 81 79 115 114 112 114 113
54 111 102 57 111 114 107 75 111 85 82 115 114 114 115 114
55 111 105 59 113 114 108 80 112 87 85 115 114 114 115 115
56 113 109 62 113 115 111 83 112 92 93 115 115 115 115 115
57 114 110 65 114 115 112 85 112 97 99 115 115 115 115
58 115 112 68 115 115 112 94 113 101 104 115 115
59 115 114 71 115 115 112 99 114 102 108 115 115
60 115 114 74 115 115 112 107 114 104 110 115 115
61 115 115 75 115 115 113 109 114 104 111 115 115
62 115 115 82 115 115 113 112 115 105 112 115 115
63 115 115 85 115 115 113 114 115 108 112 115 115
64 115 115 94 115 115 113 115 115 108 113 115 115
65 115 115 98 114 115 115 108 114 115
66 115 115 102 115 115 110 115
67 115 115 104 115 115 112 115
68 115 107 115 115 113
69 115 110 115 115 113
70 115 111 115 115 113
71 115 113 115 115 114
72 115 113 115 115 115
73 114 115 115 115
74 114 115 115
75 115 115
76 115
77 115
78 115
79 115
80 115
81 115
82 115
83 115
Paso 1-1: Localice en la tabla B-1 de la derecha el factor de ajuste de la Transparencia que corresponde a esa
puntuación directa del examinando en la Escala X
Paso 1-2: Halle la columna de la derecha el factor de ajuste de la Transparencia que corresponde a esa puntuación
directa del examinando en la escala X
Paso 1-3: Agregue este factor (sumando o restando su valor, en función del digno a cada una de las puntuaciones
TB de as escalas de los Prototipos de personalidad (1,2A, 2b, 3, 4, 5, 6A, 6B, 7, 8A, 8B) y a la escala de
Tendencia límite (9). Después de aplicar este ajuste, cualquier valor Tb resultante menor de 1 deberá ser
cambiado a1 y cualquier valor Tb mayor de 115 deberá ser cambiado a 115.
Tabla B-1 Ajuste de transparencia
PD Escala X Ajuste Transparencia PD Escala X Ajuste Transparencia
200 ó menor 275-400 0
201-202 25 401-408 -1
203-205 24 409-416 -2
206-208 23 417-424 3
209-211 22 425-432 -4
212-214 21 433-440 -5
215-217 20 441-448 -6
218-220 19 449-456 -7
221-223 18 457-464 -8
224-226 17 465-472 -9
227-229 16 473-480 -10
230-232 15 481-488 -11
233-235 14 489-496 -12
236-238 13 497-504 -13
239-241 12 505-512 -14
242-244 11 513-520 -15
245-247 10 521-528 -16
248-250 9 529-536 -17
251-253 8 537-544 -18
254-256 7 545-552 -19
257-259 6 553-560 -20
260-262 5 561-568 -21
263-265 4 569-576 -22
266-268 3 577-584 -23
269-271 2 585-589 -24
272-274 1 590 ó mayor Protocolo inválido
2º Ajuste Ansiedad/Depresión (A/D)
El ajuste Ansiedad/Depresión está basado en las puntuaciones del examinando en la Escala EE (Sentimientos de
ansiedad) y en la Escala FF (Afecto depresivo). El ajuste se aplica a las escalas de Prototipos de personalidad 2A,
2B y 8B y a la Escala 9 (Tendencia límite).
Nota: Recuerde que debe utilizar las puntuaciones TB actualizadas tras el ajuste anterior (si lo ha habido).
Paso 2-1: observe las puntuaciones TB de las escalas EE y FF (Únicamente se llevará a cabo el ajuste si el menos
una de estas escalas tiene una puntación TB igual o superior a 85
Paso 2-2: calcule el valor A/D que se utiliza para seleccionar el ajuste A/D adecuado, basado en las puntuaciones
TB de las Escalas EE y FF:
• Se EE y FF son ambas menores de 85, no es necesario el ajuste A/D. Pase directamente al paso 3º
“Ajuste Deseabilidad/Alteración (D/D)”
• Si EE es igual o mayor de 85 y FF es menor que 85, calcule (EE-84) = valor A/D
• SI FF es igual o mayor de 85 y FF es menor que 85, calcule (FF-84) = valor A/D
• Si EE y FF son ambas iguales o mayores que 85, calcule [(EE-84)+(FF-84)] = valor A/D
Paso 2-3: utilizando el resultado (valor A/D) del cálculo precedente, halle en la tabla B-2 el ajuste que
corresponde a ese valor.
Paso 2-4: reste este factor de ajuste de las puntuaciones TB de las escalas 2A, 2B, 8B y 9. Después de
aplicar este ajuste, cualquier valor TB menor de 1 deberá ser cambiado a 1 y cualquier valor
TB mayor de 115 deberá ser cambiado a 115.
• Si el valor absoluto e (Y-Z) es de 4 puntos TB o menos no es necesario el ajuste D/D. Pase a la sección 4º
“Ajuste Negación/Queja (D/C)”
• Si el valor absoluto de la diferencia entre Y y Z es mayor de 4 puntos proceda al paso 3-3
Paso 3-3: utilizando el resultado de (Y-Z) halle el ajuste D/D en la tabla B-3
Paso 3-4: el ajuste (positivo o negativo) se suma a las puntuaciones TB de las escalas de Preocupaciones
expresadas (A, B, C, D, E, F, G, H) y a las escalas de Síndromes clínicos AA, EE, FF y GG. Después de aplicar
este ajuste, cualquier valor TB menor de 1 deberá ser cambiado a 1 y cualquier valor TB mayor de 115 deberá ser
cambiado a 115.
El ajuste D/C (Negación/queja) se calcula utilizando el rango de elevación de las puntuaciones TB,
actualizadas, de las escalas de Prototipos de personalidad (1, 2A, 2B, 3, 4, 5, 6A, 6B, 7, 8A, 8B). Se utiliza para
ajustar las últimas puntuaciones TB de las escalas de Preocupaciones expresadas A, B y G, y de las escalas de
Síndromes clínicos EE, FF y GG
Paso 4-1: determine cuál de las escalas de Prototipos de personalidad (1, 2A, 2B, 3, 4, 5, 6A, 6B, 7, 8A, 8B) tiene
la puntuación más elevada basándose en las puntuaciones TB actualizadas. Cualquier empate entre las
escalas con igual puntuación deberá ser resuelto dando prioridad a la escala que aparezca primero en la
siguiente lista: 2B, 6A, 8B, 6B, 2A, 8A, 7, 4, 5, 3, 1.
• Si el prototipo de personalidad cuya escala tiene el valor más alto es el 4, el 5 o el 7, el valor del ajuste
será 4
• Si el prototipo de personalidad cuya escala tiene el valor más alto es el 2A, el 2B o el 8B, el valor del
ajuste será -4
• Si el prototipo de personalidad cuya escala tiene el valor más alto es cualquier otro, no se realiza ningún
ajuste.
Paso 4-3: añada el factor del ajuste D/C a las puntuaciones TB de las escalas de Preocupaciones expresadas A, B
y G y a las escalas de Síndromes clínicos EE, FF y GG. Después de aplicar este ajuste, cualquier valor
TB menor de 1 deberá ser cambiado a 1 y cualquier valor TB mayor de 115 deberá ser cambiado a
115.
Los valores TB resultantes son las puntuaciones TB finales. Estos serán los que se utilicen para la
realización del perfil y para la interpretación.
Apéndice C. Correlaciones de las escalas del MACI (Datos americanos)
Tabla C-1 Correlaciones internas de las escalas del MACI
Esc. 1 2A 2B 3 4 5 6A 6B 7 8A 8B 9 A B C D E F G H AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
1 0,68 0,55 -0,05 -0,82 -0,74 -0,21 -0,02 -0,42 0,40 0,47 0,45 0,64 0,63 0,40 0,00 0,61 -0,43 -0,06 0,32 0,33 0,03 -0,33 0,01 0,08 0,56 0,48 0,55 -0,50 0,56
2A 0,68 0,47 0,27 -0,74 -0,69 -0,50 -0,32 -0,07 0,11 0,49 0,24 0,27 0,65 0,46 0,27 0,77 -0,67 -0,26 0,33 0,35 0,35 -0,62 -0,32 0,35 0,62 0,39 0,34 -0,32 0,53
2B 0,55 0,47 -0,22 -0,58 -0,65 0,03 0,15 -0,56 0,64 0,74 0,67 0,58 0,75 0,37 -0,33 0,27 -,034 0,30 0,50 0,37 0,32 -0,16 0,26 -0,11 0,70 0,68 0,75 -0,41 0,77
3 -0,05 0,27 -0,22 0,06 0,06 -0,72 -0,76 0,74 -0,56 0,22 -042 -0,45 -0,10 0,03 0,58 0,22 -0,52 -0,56 -0,25 0,03 -0,64 -0,61 -0,67 0,74 -0,02 -0,30 -0,53 0,39 -0,20
4 -0,82 -0,74 -0,58 0,06 0,83 0,28 0,05 0,46 -0,37 -0,49 -0,45 -0,57 -0,72 -0,43 0,00 -0,67 0,49 0,11 -,040 -0,32 -0,02 0,40 -0,01 -0,10 -0,67 -0,53 -0,59 0,51 -0,65
5 -0,74 -0,69 -0,65 0,06 0,83 0,19 0,00 0,55 -0,50 -0,64 -0,59 -0,62 -0,83 -0,61 0,13 -0,50 0,59 -0,09 -0,45 -0,51 -0,17 0,41 -0,10 -0,04 -0,75 -0,66 -0,66 0,64 -0,74
6A -0,21 -0,50 0,03 -0,72 0,28 0,19 0,75 -0,53 0,48 0,06 0,34 0,26 -0,13 -,015 -0,64 -0,48 0,67 0,55 0,05 -0,07 0,72 0,81 0,77 -0,82 -0,25 0,04 0,30 -0,19 0,00
6B -0,02 -0,32 0,15 -0,76 0,05 0,00 0,75 -0,63 0,47 0,21 0,45 0,38 0,10 0,04 -0,52 -0,30 0,60 0,50 0,17 0,10 0,61 0,60 0,75 -0,66 0,01 0,16 0,54 -0,24 0,16
7 -0,42 -0,07 -0,56 0,74 0,46 0,55 -0,53 -0,63 -0,77 -0,53 -0,71 -0,74 -0,55 -0,31 0,60 0,00 -0,11 -0,58 -0,46 -,029 -0,67 -0,30 -0,70 0,55 -0,46 -0,61 -0,93 0,64 -0,61
8A 0,40 0,11 0,64 -0,56 -0,37 -0,50 0,48 0,57 -0,77 0,58 0,67 0,64 0,57 0,35 -0,54 0,01 0,09 0,52 0,55 0,39 0,57 0,23 0,60 -0,47 0,44 0,61 0,80 -0,47 0,58
8B 0,47 0,49 0,74 -0,22 -0,49 -0,64 0,06 0,21 -0,53 0,58 0,67 0,54 0,79 0,52 -0,32 0,25 -0,35 0,37 0,50 0,50 0,35 -,022 0,29 -0,11 0,70 0,63 0,73 -0,41 0,75
9 0,45 0,24 0,67 -0,42 -0,45 -0,59 0,34 0,45 -0,71 0,67 0,67 0,72 0,64 0,33 -0,47 0,09 -0,09 0,40 0,41 0,31 0,54 0,08 0,63 -0,38 0,53 0,61 0,73 -0,49 0,71
A 0,64 0,27 0,58 -0,45 -0,57 -0,62 0,26 0,38 -0,74 0,64 0,54 0,72 0,62 0,32 -0,42 0,21 -0,06 0,30 0,41 0,30 0,51 0,10 0,43 -0,30 0,51 0,61 0,75 -0,54 0,66
B 0,63 0,65 0,75 -0,10 -0,72 -0,83 -0,13 0,10 -0,55 0,57 0,79 0,64 0,62 0,68 -0,20 0,49 -0,52 0,21 0,53 0,59 0,24 -0,40 0,17 0,07 0,89 0,73 0,79 -0,42 0,85
C 0,40 0,46 0,37 0,03 -0,43 -0,61 -0,15 0,04 -0,31 0,35 0,52 0,33 0,32 0,68 -0,01 0,27 -0,49 0,12 0,38 0,90 0,11 -0,42 -0,02 0,11 0,66 0,56 0,44 -0,37 0,47
D 0,00 0,27 -0,33 0,58 0,00 0,13 -0,64 -0,53 0,60 -0,54 -0,32 -0,47 -0,42 -0,20 -,001 0,26 -0,29 -,049 -0,01 -0,06 -0,63 -0,45 -0,54 0,59 -0,14 -0,28 -0,45 0,43 -0,31
E 0,61 0,77 0,27 0,22 -0,67 -0,50 -0,48 -0,30 0,00 0,01 0,25 0,09 0,21 0,48 0,27 0,26 -,047 -0,30 0,28 0,21 -0,25 -0,54 -0,33 0,36 0,45 0,30 0,26 -0,16 0,34
F -0,43 -0,67 -0,34 -0,52 0,49 0,59 0,67 0,60 -0,11 0,09 -0,35 -0,09 -0,06 -0,52 -0,49 -0,29 -0,47 0,20 -0,14 -0,37 0,39 0,80 0,47 -0,57 -0,57 -0,33 -0,03 0,26 -0,41
G -0,06 -0,26 0,30 -0,56 0,11 -0,09 0,55 0,50 -0,58 0,52 0,37 0,40 0,30 0,21 0,12 -0,49 -0,30 0,20 0,36 0,15 0,49 0,34 0,59 -0,44 0,17 0,40 0,46 -0,25 0,26
H 0,32 0,33 0,50 -0,25 -0,40 -0,45 0,05 0,17 -0,46 0,44 0,50 0,41 0,41 0,53 0,38 -0,01 0,28 -0,14 0,36 0,39 0,35 -0,08 0,19 -0,06 0,50 0,70 0,58 -0,23 0,54
AA 0,33
0,35 0,37 0,03 -0,32 -0,51 -0,07 0,10 -0,29 0,39 0,50 0,31 0,30 0,59 0,90 -0,06 0,21 -0,37 0,15 0,39 0,15 -0,35 0,03 0,11 0,60 0,53 0,46 -0,27 0,43
BB 0,03 -0,17 0,32 -0,64 -0,02 -0,17 0,72 0,61 -0,67 0,57 0,35 0,54 0,51 0,24 0,11 -0,63 -0,25 0,39 0,49 0,35 0,15 0,59 0,65 -0,71 0,11 0,32 0,54 -0,35 0,35
CC -0,33 -0,62 -0,16 -0,61 0,40 0,41 0,81 0,60 -0,30 0,23 -0,22 0,08 0,10 -0,40 -0,42 -0,45 -0,54 0,80 0,34 -0,08 -0,35 0,59 0,58 -0,73 -0,52 -0,20 0,06 0,03 -0,24
DD 0,01 -0,32 0,26 -0,67 -0,01 -0,10 0,77 0,75 -0,70 0,60 0,29 0,63 0,43 0,17 -0,02 -0,54 -0,33 0,47 0,59 0,19 0,03 0,65 0,58 -0,69 0,07 0,23 0,55 -0,19 0,26
EE 0,08 0,35 -0,11 0,74 -0,10 -0,04 -0,82 -0,66 0,55 -0,47 -0,11 -0,38 -0,30 0,07 0,11 0,59 0,36 -0,57 -,044 -0,06 0,11 -0,71 -0,73 -0,69 0,21 -0,09 -0,32 0,31 0,00
FF 0,56 0,62 0,70 -0,02 -0,67 -0,75 -0,25 0,01 -0,46 0,44 0,70 0,53 0,51 0,89 0,66 -0,14 0,45 -0,57 0,17 0,50 0,60 0,11 -0,52 0,07 0,21 0,71 0,68 -0,35 0,79
GG 0,48 0,39 0,68 -0,30 -0,53 -0,66 0,04 0,16 -0,61 0,61 0,63 0,61 0,61 0,73 0,56 -0,28 0,30 -0,33 0,40 0,70 0,53 0,32 -0,20 0,23 -0,09 0,71 0,70 -0,46 0,71
X 0,55 0,34 0,75 -0,53 -0,59 -0,66 0,30 0,54 -0,83 0,80 0,73 0,73 0,75 0,79 0,44 -0,45 0,26 -0,03 0,46 0,58 0,46 0,54 0,06 0,55 -0,32 0,68 0,70 -0,44 0,78
Y -0,50 -0,32 -0,41 0,39 0,51 0,64 -0,19 -0,24 0,64 -0,47 -0-41 -0,49 -0,54 -0,42 -0,37 0,43 -0,16 0,26 -0,25 -0,23 -0,27 -0,35 0,03 -0,19 0,31 -0,35 -0,46 -0,44 -0,42
Z 0,56 0,53 0,77 -0,20 -0,65 -0,74 0,00 0,16 -0,61 0,58 0,75 0,71 0,66 0,85 0,47 -0,31 0,34 -0,41 0,26 0,54 0,43 0,35 -0,24 0,26 0,00 0,79 0,71 0,78 -0,42
Tabla C-2 Correlaciones entre las puntuaciones de las escalas del MACI y las puntuaciones de las subescalas del
POSIT
Escala Uso o Salud Salud Relaciones Relación Nivel Nivel Habilidades Ocio/aficiones Comportamiento
Abuso de Física Mental familiares con los educativ vocacional sociales agresivo/
sustancias iguales o delincuencia
1 -0,01 -0,01 0,41 0,23 0,08 0,40 -0,08 0,41 0,13 -0,06
2A -0,25 -0,16 0,20 -0,14 -0,06 0,26 0,07 0,19 -0,12 -0,08
2B 0,07 0,05 0,47 0,26 0,09 0,31 -0,07 0,32 0,16 -0,05
3 -0,28 -0,19 -0,27 -0,44 -0,18 -0,07 -0,08 -0,39 -0,30 -0,13
4 0,10 0,01 -0,29 -0,16 -0,06 -0,28 -0,03 -0,34 -0,07 -0,02
5 -0,04 -0,05 -0,45 -0,24 -0,07 -0,40 -0,03 -0,41 -0,20 0,04
6A 0,41 0,19 0,11 0,46 0,28 -0,02 0,01 0,29 0,36 0,36
6B 0,45 0,18 0,24 0,37 0,26 0,11 0,08 0,33 0,32 0,29
7 -0,37 -0,17 -0,43 -0,56 -0,23 -0,25 -0,07 -0,51 -0,32 -0,15
8A 0,37 0,25 0,50 0,48 0,28 0,27 0,03 0,39 0,42 0,12
8B 0,17 0,14 0,44 0,37 0,09 0,30 0,01 0,44 0,20 0,12
9 0,28 0,16 0,42 0,34 0,09 0,37 0,07 0,63 0,27 0,24
A 0,36 0,20 0,43 0,41 0,18 0,35 0,08 0,46 0,25 0,12
B 0,07 0,05 0,39 0,28 0,09 0,29 0,07 0,35 0,12 0,02
C 0,05 0,05 0,27 0,21 0,00 0,14 0,08 0,18 0,13 -0,04
D -0,33 -0,08 -0,19 -0,44 -0,17 -0,06 0,02 -0,23 -0,22 -0,10
E -0,24 -0,02 0,12 -0,14 0,00 0,17 -0,06 0,18 -0,26 -0,11
F 0,34 0,17 -0,06 0,15 0,21 -0,11 0,05 0,06 0,19 0,32
G 0,31 0,17 0,10 0,55 0,41 -0,07 -0,16 0,13 0,17 0,04
H 0,18 0,13 0,23 0,21 0,27 0,12 0,11 0,22 0,15 0,12
AA 0,12 0,15 0,34 0,21 0,02 0,18 0,04 0,17 0,14 0,02
BB 0,64 0,29 0,27 0,44 0,21 0,14 0,25 0,49 0,41 0,33
CC 0,44 0,11 0,00 0,27 0,22 -0,14 0,07 0,18 0,30 0,37
DD 0,39 0,19 0,28 0,48 0,24 0,14 0,02 0,54 0,33 0,34
EE -0,43 -0,16 -0,17 -0,36 -0,21 -0,03 -0,01 -0,42 -0,32 -0,24
FF -0,07 -0,01 0,37 0,20 0,03 0,29 0,07 0,28 0,04 -0,16
GG 0,11 0,13 0,34 0,26 0,13 0,18 0,02 0,30 0,13 -0,10
Tabla C-3 Correlaciones entre las puntuaciones de las escalas del MACI y las puntuaciones de las subescalas del
EDI-2
Escala Obsesión Bulimia Insatisfa- Ineficacia Perfeccio- Desconfianza Conciencia Miedo a Ascetismo Impulsividad Inseguridad
por la cción por nismo interpersonal introspectiva la
delgadez el cuerpo madurez
1 0,34 -0,04 0,44 0,54 -0,08 0,45 0,32 0,34 -0,12 0,15 0,49
2A 0,35 0,04 0,38 0,41 0,13 0,22 0,06 0,11 -0,05 0,10 0,01
2B 0,29 -0,14 0,58 0,52 0,06 0,14 0,34 0,04 -0,13 0,32 0,31
3 0,17 0,25 0,08 0,07 -0,01 -0,07 -0,06 0,52 -0,18 -0,06 -0,27
4 -0,30 0,12 -0,42 -0,54 0,03 -0,41 -0,28 -0,15 0,04 -0,18 -0,47
5 -0,51 0,04 -0,78 -0,74 0,06 -0,31 -0,45 -0,16 0,01 -0,38 -,54
6A -0,15 -0,11 0,09 0,02 0,12 -0,08 0,16 -0,48 0,13 0,36 0,16
6B -0,03 -0,16 0,15 0,12 0,11 0,02 0,17 -0,44 0,24 0,32 0,18
7 -0,19 0,18 -0,41 -0,47 -0,05 -0,28 0,45 0,33 -0,10 -0,41 -0,56
8A 0,35 0,08 0,67 0,64 0,10 0,11 0,54 -0,01 0,16 0,63 0,49
8B 0,49 0,12 0,74 0,69 0,26 0,20 0,58 -0,13 0,17 0,62 0,41
9 0,36 0,06 0,67 0,60 0,17 0,26 0,55 -0,07 0,20 0,38 0,41
A 0,37 -0,02 0,57 0,60 0,07 0,28 0,55 -0,03 0,10 0,58 0,58
B 0,52 -0,01 0,78 0,81 0,16 0,37 0,60 0,11 0,07 0,51 0,59
C 0,68 0,25 0,86 0,73 0,14 0,34 0,54 -0,08 0,33 -0,43 0,48
D -0,12 0,02 -0,36 -0,27 -0,18 0,09 -0,38 0,20 -0,22 -0,16 -0,14
E -0,03 -0,17 0,03 0,14 0,09 0,16 -0,08 0,07 -0,21 -0,43 -0,02
F -0,48 -0,04 -0,48 -0,48 0,10 -0,31 -0,26 -0,35 0,16 -0,04 -0,30
G 0,08 0,03 0,34 0,23 0,24 -0,05 0,27 -0,38 0,05 0,27 0,23
H 0,15 0,08 0,38 0,54 0,30 0,25 0,38 -0,38 0,15 0,43 0,64
AA 0,75 0,44 0,88 0,75 0,19 0,31 0,65 0,03 0,43 0,57 0,43
BB -0,03 0,01 0,23 0,20 0,17 0,04 0,24 -0,37 0,25 0,53 0,25
CC -0,29 -0,07 -0,24 -0,27 0,05 -0,06 -0,01 -0,52 0,27 0,11 -0,05
DD -0,11 -0,14 0,18 0,06 0,12 0,02 0,19 -0,23 0,03 0,38 0,13
EE 0,20 0,07 -0,03 0,08 -0,13 0,09 0,00 0,49 -0,21 -0,25 -0,01
FF 0,49 -0,02 0,68 0,73 0,11 0,36 0,52 0,21 -0,06 0,45 0,63
GG 0,39 -0,01 0,69 0,77 0,14 0,26 0,50 0,05 -0,09 0,54 0,74
Tabla C-4 Correlaciones entre las puntuaciones de las escalas del MACI y las puntuaciones del BID, el BHS y el
BAI
Tabla D-1 Diferencias observadas entre la versión castellana y la versión catalana en el grupo de varones de 13 a
15 años.
Ítems A B C D E F G H
1 0,079** 0,118** 0,064* 0,126** 0,157** -0,170** -0,072 0,095**
2 -0,576** -0,367** -0,296** 0,163* -0,174** 0,190* -0,163** -0,241**
3 0,153** 0,059 0,000 0,075* ,0120** 0,067* -0,048 0,082**
4 0,213** 0,273** 0,139** -0,075** 0,116** -0,049 0,141** 0,184**
5 -0,129** 0,009 0,029 0,220** 0,045 -0,350** -0,161** 0,010
6 -0,241** -0,225** -0,187** 0,146** -0,076* 0,053 -0,533** -0,338**
7 0,246** 0,210** 0,140** -0,202** 0,181** 0,074* 0,196** 0,186**
8 -0,185** -0,125** -0,089** 0,326** 0,028 -0,129** -0,276** -0,0165**
9 -0,241** -0,110** -0,091** 0,314** 0,064* -0,212** -0,297** -0,067**
10 -0,366** -0,598** -0,731** 0,011 -0,212** 0,435** -0,199** -0,305**
11 0,197** 0,409** 0,626** -0,013 0,135** -0,298** 0,192** 0,250**
12 0,249** 0,149** 0,083** -0,028 0,105** 0,052 0,139** 0,178**
13 0,298** 0,304** 0,137** -0,016 0,543** -0,033 0,006 0,281**
14 0,175** 0,215** 0,189** 0,243** 0,178** -0,178** 0,103** 0,554**
15 -0,023 0,054 0,054 0,256** 0,050 -0,358** -0,157** -0,043
16 0,476** 0,557** 0,557** -0,080** 0,320** -0,271** 0,369** 0,515**
17 0,244** 0,249** 0,249** 0,059 0,278** -0,139** -0,111** 0,231**
18 0,204** 0,130** 0,130** -0,205** -0,095** 0,254** 0,360** 0,133**
19 0,352** 0,456** 0,456** -0,139** 0,24** -0,230** 0,170** 0,291**
20 0,391** 0,389** 0,389** -0,065* 0,257** -0,204** 0,201** 0,345**
21 0,180** 0,094** 0,094** -0,235** -0,063* 0,266** 0,382** 0,105**
22 0,106** 0,111** 0,111** -0,058 0,041 0,006 0,241** 0,291**
23 0,005 0,055 0,055 0,149** 0,116** -0,101** -0,131** 0,082**
24 -0,195** -0,258** -0,258** -0,133** -0,567** 0,245** 0,198** -0,171**
25 0,404** 0,453** 0,453** -0,114** 0,273** -0,129** 0,243** 0,408**
26 0,390** 0,644 0,644** -0,023 0,285** -0,417** 0,220** 0,381**
27 -0,255** -0,282** -0,248** 0,144** -0,094** 0,085** -0,504** -0,282**
28 0,217** 0,148** 0,110** -0,210** 0,022 0,236** 0,237** 0,127**
0
29 0,295** 0,440** 0,678* 0,022 0,127** -0,285** 0,236** 0,309**
30 0,190** 0,179** 0,110** -0,193** 0,085** 0,064* 0,178** 0,195**
31 0,346** 0,564** 0,634** 0,100** 0,288 -0,352** 0,162** 0,351**
32 0,327** 0,384** 0,229** 0,008 0,420** -0,215** 0,092** 0,333**
33 0,259** 0,299** 0,351** -0,097** 0,110** -0,065* 0,214** 0,295**
34 0,677** 0,612** 0,408* -0,179** 0,342** -0,311** 0,337** 0,538**
35 0,322** 0,466** 0,262** 0,013 0,655** -0,201** -0,002 0,398**
36 0,193** 0,196** -0,082** -0,02 0,267** 0,039** 0,084** 0,230**
37 0,084** 0,054 -0,014** 0,009 0,095** 0,250** 0,049 0,062*
38 0,306** 0,457** 0,237** -0,002 0,648** -0,209** 0,056 0,373**
39 -0,139** -0,269** -0,282** 0,032 -0,161** 0,364** -0,043 -0,142**
40 0,153** 0,070* 0,012 -0,241** -0,002 0,147** 0,187** 0,159**
41 0,137** 0,009 -0,005 -0,203** -0,090** 0,341** 0,232** 0,040
42 0,525** 0,632** 0,414** -0,136** 0,298** -0,262** 0,251** 0,375**
43 0,542** 0,547** 0,335** -0,232** 0,308** -0,207** 0,356** 0,488**
44 0,069* 0,038 0,037 -0,232** -0,151** 0,281** 0,288** 0,034
45 -0,055 0,028 0,046 0,137** 0,043 -0,362** -0,140** -0,123**
46 0,453** 0,502** 0,343** -0,178** 0,237** -0,190** 0,253** 0,366**
47 0,497** 0,453** 0,261** -0,071 0,297** -0,118* 0,175** 0,341**
48 0,306** 0,473** 0,673** -0,027 0,159** -0,342** 0,219** 0,302**
49 0,107** -0,007 -0,063* -0,095** 0,023 0,385** 0,077* 0,022
50 -0,035 0,024** -0,005 0,083* 0,007 -0,002 -0,050 -0,013
Ítems A B C D E F G H
51 0,017 0,072 0,038 0,496** 0,123** -0,203** -0,067* 0,045
52 0,176** 0,089** 0,069* -0,233** 0,041 0,276** 0,156** 0,028
53 0,218** 0,244** 0,197** -0,179** 0,027 0,034 0,583** 0,307**
54 0,512** 0,549** 0,437* -0,166** 0,275** -0,187** 0,393** 0,577**
55 -0,022 -0,009 -0,043 -0,258** -0,072* -0,058 -0,036 -0,391**
56 0,089** 0,055 0,008 -0,231** -0,078* 0,215** 0,303** 0,28
57 0,082** 0,066* 0,052 -0,235** -0,009 0,116** 0,170** 0,065*
58 0,195** 0,176** 0,144** -0,234** -0,097** 0,078 0,319** 0,111**
59 0,012 -0,033 0,014 -0,442** -0,191** 0,240** 0,255** 0,015
60 0,067* 0,012 -0,003 -0,032 ,0,062* 0,235** 0,048 0,046
61 0,171** 0,074* -0,010 -0,111** 0,079** 0,233** 0,119** 0,107**
62 0,040 -0,025 -0,059 -0,544** -0,064* 0,226** 0,35** -0,008
63 0,232** 0,354** 0,235** 0,017 0,206** -0,297** -0,058 0,308**
64 0,568** 0,678** 0,495** -0,089** 0,455** -0,385** 0,368* 0,622**
65 0,287** 0,480** 0,718** 0,005 0,164** -0,318** 0,222** 0,319**
66 0,239** 0,180** 0,082** -0,152** 0,145** 0,031 0,129** 0,098**
67 0,245** 0,246** 0,139** -0,136** 0,133** -0,033 0,233** 0,243*
68 -0,275** -0,486** -0,726** 0,037 -0,166** 0,410** -0,161** -0,253**
69 0,396** 0,500** 0,290** -0,024 0,642** -0,227** 0,147** 0,437**
70 -0,224** -0,251** -0,102** -0,109** -0,582** 0,258** 0,213** -0,192**
71 0,324** 0,386** 0,221** -0,012 0,309** -0,286** 0,037 0,245**
72 0,07 0,017 0,036 0,007 -0,010 -0,038 -0,018 0,002
73 0,119** 0,034 0,009 -0,256** -0,075* 0,192* 0,190** 0,070*
74 0,205** 0,138** 0,088** -0,228** -0,118** 0,190** 0,348** 0,143**
75 0,173** 0,102** 0,036 -0,315** -0,046 0,176** 0,294** 0,159**
76 0,326** 0,326** 0,220** -0,297** 0,078* -0,028 0,338** 0,305**
77 -0,002 -0,044 -0,019 -0,208** -0,203** 0,193** 0,279** 0,000
78 0,256** 0,176** 0,121** -0,258** 0,052 0,195** 0,286** 0,164**
79 0,177** 0,254** 0,147** -0,035 0,200** -0,170** 0,051 0,214**
80 0,345** 0,385** 0,200** -0,100** 0,180** -0,041 0,181** 0,295**
81 -0,008 0,113** 0,085** 0,079** 0,081** -0,339** -0,086** 0,102**
82 0,170** 0,226** 0,235** -0,063* 0,134** -0,056 0,118** 0,181**
83 0,240** 0,253** 0,193** -0,182** 0,104* -0,043** 0,511** 0,365**
84 0,542** 0,690** 0,478** -0,129** 0,328** -0,380** 0,369** 0,556**
85 0,263** 0,279** 0,156** 0,006 0,355** -0,061* 0,048 0,260**
86 -0,086** -0,117** -0,138** -0,079** -0,097** 0,255** 0,059 -0,059
87 0,311** 0,451** 0,283** 0,014 0,366** -0,235** 0,077* 0,303**
88 0,528** 0,509** 0,399** -0,089* 0,251** -0,207** 0,371** 0,476**
89 0,269** 0,265** 0,141** -0,056 0,219** -0,049 0,147** 0,231**
90 0,219** 0,166** 0,113** -0,193** 0,069* 0,096** 0,205* 0,211**
91 0,316** 0,302** 0,165** -0,049 0,199** -0,109** 0,138** 0,270**
92 0,157** 0,081** 0,046 -0,339** -0,124** 0,251** 0,380** 0,038
93 -0,062* 0,006 -0,020 0,919** 0,077* -0,126** -0,188** -0,022
94 0,041 -0,014** -0,031 -0,552** -0,106* 0,148** ,0120** -0,056
95 0,399* 0,413** 0,301** -0,096** 0,251** -0,103** 0,394** 0,402**
96 -0,077* -0,033 -0,073 0,140** 0,060 -0,126** -0,296** -0,055
97 0,118** 0,101** 0,085** -0,189** 0,008 0,186** 0,214** 0,103**
98 0,300** 0,321** 0,186** -0,065* 0,255** -0,094** 0,176** 0,309**
99 0,,337** 0,508** 0,514** 0,095** 0,295** -0,423** 0,081** 0,282**
100 0,219** 0,207** 0,040 -0,010 0,319** 0,022 0,058 0,245**
Ítems A B C D E F G H
101 -0,156** -0,172* -0,159** -0,043 -0,150** 0,248** 0,050 -0,127**
102 0,151** 0,145** 0,050 -0,076* 0,149** 0,043 0,094** 0,125**
103 0,071* 0,047 -0,001 -0,238** -0,048 0,195** 0,300** 0,051
104 0,281** 0,195** 0,159** -0,311** -0,151** 0,301** 0,448** 0,181**
105 0,270** 0,434** 0,609** -0,014 0,141** -0,297** 0,231** 0,285**
106 0,356** 0,483** 0,291** 0,053 0,590** -0,304** 0,049 0,431**
107 0,535** 0,553** 0,404** -0,119** 0,283** -0,208** 0,391** 0,522**
108 0,196** 0,253** 0,171** -0,039 0,142** -0,184** 0,125** 0,255**
109 0,237** 0,336* 0,239** 0,011 0,177** -0,257** 0,040 0,256**
110 0,411** 0,450** 0,303** -0,107** 0,209** -0,165** 0,256** 0,382**
111 0,110** 0,028 -0,046 -0,281** -0,063* 0,340** 0,227** 0,110**
112 0,360** 0,611** 0,746** -0,102** 0,204** -0,387** 0,265** 0,328**
113 0,216** 0,245** 0,133** -0,067* 0,200** -0,088 0,080** 0,162**
114 0,046 0,025 -0,023 0,012 0,025 0,030 0,060* 0,077*
115 0,586** 0,438** 0,272** -0,158** 0,168** -0,155** 0,198** 0,320**
116 0,165** 0,193** 0,111** 0,191** 0,167** -0,089** 0,087* 0,253**
117 0,230** 0,128** 0,091** -0,229** -0,002 0,373** 0,300** 0,136**
118 0,452** 0,391** 0,260** -0,265** 0,129** -0,052 0,306** 0,318**
119 0,274** 0,361** 0,169** 0,020 0,595** -0,151** 0,057 0,336**
120 0,175** 0,089** 0,039 -0,202** 0,003 0,137** 0,210** 0,156**
121 0,376** 0,390** 0,234** -0,290** 0,149** -0,091** 0,249** 0,267**
122 0,305** 0,229** 0,110** 0,035 0,229** -0,151** 0,004 0,198**
123 0,336** 0,364** 0,332** -0,072* 0,219** -0,141** 0,315** 0,447**
124 0,182** 0,172** 0,190** -0,149** 0,046 0,058 0,131** 0,110**
125 0,434** 0,521** 0,366** -0,106** 0,275** -0,319** 0,227** 0,470**
126 0,074* 0,056 0,055 -0,010 0,056 0,033 0,077* 0,190**
127 0,484** 0,703** 0,573** -0,091** 0,280** -0,451** 0,282** 0,446**
128 0,189** 0,092** 0,066* -0,181** 0,017 0,317*+ 0,244** 0,113**
129 0,206** 0,237** 0,148** 0,186** 0,192** -0,106** 0,163** 0,559**
130 -0,097** 0,023 0,043 0,173** 0,085 -0,186** -0,110** 0,060
131 -0,346** -0,556** -0,743** 0,005 -0,190** 0,385** -0,217** -0,316**
132 0,398** 0,458** 0,314** -0,105** 0,287** 0,210** 0,210** 0,349**
133 0,391** 0,443** 0,266** -0,110** 0,234* -0,209** 0,264** 0,386**
134 0,179** 0,081** 0,016 -0,197** 0,014 0,143** 0,155** 0,120**
135 -0,057 -0,052 -0,042 -0,134** -0,193** 0,292** 0,234** -0,052
136 0,348** 0,381** 0,286** -0,135** 0,227** -0,149** 0,191** 0,305**
137 0,092** 0,140** 0,138** 0,264** 0,136** -0,128** 0,070 0,441**
138 0,149** 0,185** 0,202** -0,079** 0,114** -0,017 0,115** 0,164**
139 0,176** 0,095* 0,081** -0,167** -0,03 0,209** 0,190** 0,106**
140 0,528** 0,650** 0,473** -0,169** 0,288** -0,307** 0,303** 0,422**
141 0,509** 0,546** 0,332* -0,255** 0,204** -0,130** 0,390** 0,384**
142 0,266** 0,332** 0,160** 0,034 0,554** -0,194** -0,043 0,280**
143 0,055 0,017 -0,021 -0,521** -0,095** 0,194** 0,179** 0,081
144 0,306** 0,421** 0,597** -0,058 0,145** -0,187** 0,264** 0,332**
145 -0,317** -0,142** -0,091** 0,012 -0,059 0,154** 0,061* 0,004
146 0,039 -0,033 -0,075* -0,088** -0,067** 0,285** 0,148** 0,028
147 0,607** 0,519** 0,344** -0,186** 0,283** -0,207** 0,289** 0,457**
148 0,243** 0,161** 0,061* -0,255** -0,135** 0,227** 0,459** 0,203**
149 0,317** 0,253** 0,196** -0,304** -0,052 0,149** 0,531** 0,220**
150 0,181** 0,063* 0,032 -0,435 -0,092** 0,296** 0,319** 0,124**
Ítems A B C D E F G H
151 0,347** 0,449** 0,2255* -0,043 0,339** -0,233** 0,097** 0,329**
*
152 0,205** 0,123** 0,082** -0,308** -0,039 0,150** 0,280** 0,166**
153 0,562** 0,631** 0,394** -0,093** 0,506** -0,338** 0,243** 0,566**
154 0,682** 0,550** 0,339** -0,185** 0,321** -0,232** 0,308** 0,467**
155 0,283** 0,140** 0,106** -0,299** -0,011 0,222 0,301** 0,135**
156 0,385** 0,409** 0,336** -0,057 0,219** -0,164** 0,311** 0,432**
157 0,143** 0,050 0,031 -0,303** -0,021 0,308** 0,250** 0,100**
158 0,440** 0,509** 0,387** -0,103** 0,242** -0,269** 0,554** 0,562**
159 -0,004 0,034 -0,003 0,038 0,03 -0,081** -0,013 0,013
160 0,295** 0,279** 0,177** -0,365** 0,053 0,046 0,274** 0,170**
Tabla D-13 Correlaciones de los ítems con las escalas de Síndromes clínicos e Índices moderadores
ítems AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
1 0,050 -0,098** -0,175** -0,140** 0,206** 0,153** 0,083** 0,059 0,024 0,097**
2 -0,260** -0153** 0,146** -0,048 -0,091** -0,355** -0,342** -0,331** 0,515** -0,365**
3 0,002 0,026 ,008 -0,005 -0,029 0,052 0,073* 0,149** 0,005 0,058
4 0,154** 0,208** -0,028 -0,157** 0,055 0,199** 0,195** 0,264** -0,079** 0,208**
5 0,033 -0,274** -0,255** -0,237** 0,251** 0,027 -0,030 -0,137** 0,303* -0,013
6 -0,155** -0,217** 0,022 -0,140** 0,062* -0,243** -0,305** -0,246** 0,245** -0,244*
7 0,161** 0,223** 0,082** 0,178** -0,041 0,0166** 0,213** 0,285** -0,072* 0,200**
8 -0,088** -0,532** -0,286** -0,283** 0,293** -0,103** -0,189** -0,211** 0,204** 0,146**
9 -0,094** -0,401** -0,219** -0,319** 0,251** -0,073** -0,135** -0,234** 0,354** -0,108*
10 -0,647** -0,109** 0,403** 0,028 -0,241** -0,563** -0,447** -0,358** 0,493** -0,448**
11 0,709** 0,090** -0,242** 0,009 0,169** 0,368** 0,341** 0,268** -0,195** 0,316**
12 0,085** 0,168** 0,084** 0,116** 0,001 0,163** 0,199** 0,267* -0,010 0,179**
13 0,132** 0,134** -0,076* 0,065* 0,100 0,293** 0,264** 0,354* -0,142** 0,300**
14 0,153** 0,053 -0,114** -0,016 0,140** 0,214** 0,299** 0,205** 0,015 0,218**
15 0,063* -0,429** -0,504** -0,285** 0,394** 0,135** 0,011 -0,056 0,064* 0,049
16 0,401** 0,224** -0,242** 0,107** 0,143** 0,631** 0,677** 0,528** -0,231** 0,563**
17 0,118** 0,018 -0,172** -0,084** 0,420** 0,248** 0,209** 0,231** 0,007 0,274**
18 0,055 0,501** 0,216** 0,637** -0,275** 0,087** 0,161** 0,306** -0,025 0,143**
19 0,295** 0,123** -0,220** 0,110** 0,181** 0,390** 0,377** 0,372** -0,199** 0,392**
20 0,237** 0,164** -0,167** 0,095** 0,132** 0,371** 0,369** 0,405** -0,166** 0,383**
21 0,124** 0,499** 0,331** 0,451** -0,294** 0,073* 0,161** 0,294** -0,048 0,122**
22 0,050 0,263** 0,021 -0,121** -0,018 0,104** 0,160** 0,159** 0,070* 0,130**
23 0,049 -0,151** -0,125** -0,180** 0,232** 0,075 0,035 0,029 0,341** 0,038
24 -0,123** 0,081** 0,274** 0,182** -0,221** -0,237** -0,192** -0,153** 0,418** -0,203**
25 0,22** 0,216** -0,139** 0,122** 0,092** 0,403** 0,489** 0,456** -0,178** 0,493**
26 0,578** 0,147** -0,370** 0,052 0,229** 0,597** 0,530** 0,442** -0,254** 0,497**
27 -0,218** 0,252** 0,062* -0,183** 0,029 -0,299** -0,335** -0,287** 0,223** -0,312**
28 0,131** 0,296** 0,204** 0,314** -0,155** 0,122** 0,157** 0,322** -0,023 0,134**
29 0,728** 0,119** -0,250** 0,052 0,185** 0,406** 0,398** 0,334** -0,160** 0,355**
30 0,141** 0,373** 0,099** 0,206** -0,112** 0,165** 0,189** 0,223** -0,122** 0,187**
31 0,510** 0,123** -0,293** 0,017 0,230** 0,521** 0,430** 0,378** -0,232** 0,409**
32 0,214** 0,083** -0,294** -0,008 0,408** 0,382** 0,336** 0,370** -0,103** 0,395**
33 0,435** 0,204** -0,032 0,127** 0,003 0,303** 0,325** 0,296** -0,124** 0,289**
34 0,412** 0,236** -0,303** 0,115** 0,288** 0,614** 0,651** 0,578** -0,296** 0,716**
35 0,243** 0,066* -0,224** -0,035 0,235** 0,427** 0,362** 0,392** -0,197** 0,406**
36 0,094** 0,158** -0,019 0,131** 0,056 0,181** 0,216** 0,322** 0,036 0,221**
37 -0,016 0,072* 0,056 0,086** -0,011 0,036 0,044 0,155** 0,077** 0,045
ítems AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
38 0,244* 0,089** -0,203** 0,007 0,216** 0,413** 0,370** 0,414** -0,132** 0,387**
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ítems AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
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ítems AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
112 0,704** 0,141** -0,341** 0,035 0,210** 0,561** 0,493** 0,398** -0,327** 0,504**
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145 -0,032 0,040 0,116** 0,081** -0,061* -0,095** -0,057 -0,023 -0,085** 0,396**
146 -0,022 0,181** 0,211** 0,253** -0,142** -0,048 0,014 0,131** 0-0,06 0,147**
147 0,338** 0,238** -0,187** 0,129** 0,154** 0,603** 0,604** 0,554** 0,624** 0,700**
148 0,094** 0,469** 0,360** 0,535** -0,286** 0,105** 0,208** 0,371** 0,172** 0,645**
ítems AA BB CC DD EE FF GG X Y Z
149 0,232** 0,458** 0,176** 0,597** -0,158** 0,209** 0,292** 0,437** -0,058 0,262**
150 0,052 0,572** 0,511** 0,443** -0,414** 0,002 0,148** 0,254** -0,024 0,082**
151 0,275** 0,099** -0,244** 0,021 0,229** 0,398** 0,352** 0,366** -0,070* 0,396**
152 0,099** 0,507** 0,262** 0,308** -0,270** 0,088** 0,172** 0,242** -0,111** 0,147**
153 0,393** 0,175** -0,340** 0,041 0,322** 0,681** 0,603** 0,592** -0,271** 0,700**
154 0,333** 0,239** -0,221** 0,138** 0,188** 0,567** 0,569** 0,563** -0,289** 0,645**
155 0,136** 0,357** 0,283** 0,366** -0,259** 0,092** 0,170** 0,87** -0,084** 0,131**
156 0,316** 0,240** -0,132** 0,151** 0,103** 0,429** 0,580** 0,426** -0,193** 0,423**
157 0,031 0,306** 0,270** 0,330** -0,268** 0,029 0,100** 0,245** -0,030 0,069*
158 0,379** 0,211** -0,233** 0,148** 0,145** 0,531** 0,557** 0,517** -0,175** 0,507**
159 0,024 -0,089** -0,079** -0,037 0,114** 0,034 -0,012 0,012 0,302** 0,044
160 0,190** 0,328** 0,078 0,289** -0,084** 0,246** 0,251** 0,376** -0,040 0,285**