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RESUMEN EL ALMA DE LA TOGA

En este libro el autor Ángel Ossorio expresa la situación de los juristas actualmente, así
como también es una especie de manual que manifiesta como ser bueno en el desempeño
de la carrera del derecho, lo que se necesita para llegar hasta allá y cuáles son esos errores
que se tienen que reformar y que le dan mala fama a esta carrera, instruye a no decaer en la
corrupción y todo aquello que haga perder la conducta profesional.
Con respecto a la pregunta que plantea el autor ¿Quién es un abogado? Podemos inferir
primeramente que el título universitario no es de “abogado”, sino de “licenciado en
derecho”, el abogado debe apasionarse por su profesión y para ejercerla debe emplear su
vida a otorgar consejos jurídicos, ya que un abogado es quien desempeña de manera
constante la abogacía. En cuanto a la fuerza interior esta diferencia el derecho de las otras
profesiones. Ossorio afirma que: El hombre debe confiar en sí mismo, ante todo, además
alude a que el abogado debe cooperar con esa fuerza que si no la encuentra en él no puede
hallar en más nadie. Por otra parte, “la sensación de la justicia no es fruto del estudio sino
una sensación” lo que indica que la justicia no se puede aprender por libros, sencillamente
es algo que solo se aprende en la vida. Hoy en día la justicia en los abogados es escaza
puesto que la sociedad le importa el dinero y se dejan llevar por la corrupción y no por lo
que en realidad es justo, lo importante siempre será brindarle ayuda al cliente sin la
necesidad de caer en la injusticia. En relación con la moral del abogado “la abogacía no se
cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia” lo malo sería
defender la moral como lo que no es, ya que para lo que mucho es correcto quizás para
otros no, pero sí de forma u otra hay equivocaciones y se aceptan conscientemente la
conciencia queda tranquila.
Sobre el secreto profesional el autor hace una aclaración sobre como guardar un secreto.
Sencillamente es no contándoselo a nadie. Debido a que un abogado está obligado a
guardar un secreto y que el hecho de no guardarlo sería un delito, como abogados esto debe
evitarse y así valga la redundancia evitar caer en una mala conducta. En lo que concierne a
la chicana es una triquiñuela usada por los abogados para ampliar los procesos, queda en la
conciencia de cada abogado y esta no debe ser empleada por los abogados íntegros, puesto
que mostrarían su mala conducta y su poca ética profesional. En la sensibilidad el abogado
tiende a tener una lucha de pasiones, pero está en cada quien no ceder o entregarse a ellos.
Con respecto a el desdoblamiento psíquico es importante lo que el autor plantea, una
conexión con el cliente lo que sería bueno dejar los intereses y colocarse en los zapatos del
cliente. Por el eso Ángel dice “El abogado se compenetra con el cliente de tal manera, que
pierde toda su postura personal”. Sobre la independencia está claro que el derecho se ejerce
con libertad, al momento de defender se debe tener en cuenta la moral y el sentido de la
justicia.
En cuanto al trabajo “sería osado querer dar consejos, pues sobre la materia es tan
aventurada escribir como sobre la del gusto” expresaba Ossorio, reduciendo todas las reglas
del trabajo en que hay que trabajar con gusto y no viendo el trabajo como una forma de
ganarse la vida. En relación con la palabra el autor acierta a la hora de explicar de algún
modo la clave para usar bien la palabra, el buen uso del léxico hace que se entienda y se
transmita de una manera agradable y con mucha calidez. Dentro del elogio de la
cordialidad el autor transmite que a pesar de lo que todos dicen de los abogados y de los
jueces, se crea cierta desconfianza entre ellos. Sobre los conceptos arcaicos los jueces
cumplen la regla al pie de la letra, si los jueces no se vuelven cómplices de la corrupción
deben usar su propio criterio para obtener resultados satisfactorios en un juicio. Acerca del
el arte y la abogacía entre estas dos no existe antagonismo, el arte es desarrollada por
medio de las pasiones y los sentimientos y no es abogado quien no tiene una delicada
percepción artística. La clase no implica desnivel personal sino la diferenciación en el
cumplimiento de los deberes.
Expresa el autor en el libro cómo se hace un despacho:
a) La asociación: Trabaja en colaboración, estableciéndose bajo una razón social dos
o más compañeros creando entre varios un consultorio.
b) El anuncio: La mayoría lo considera como una degradación.
c) La exhibición: Esta palabra hay que usarla en su acepción noble, para venir a parar
en que ese es el único medio licito de darse a conocer. También es estrictamente
profesional y por nadie puede ser tachada.
Los especialistas Un abogado debe saber de todo, tener entendimiento de todos los
aspectos instituyen el campo de la abogacía, las especializaciones no son malas siempre hay
un aspecto de la profesión que es interesante y que llama la atención. En cuanto a la
hipérbole es normal entre los juristas la exageración de la verdad, así que el Ossorio hace
un llamado de atención para dejar esa hipérbole a un lado diciendo que no es necesario
usarla. Sobre la abogacía y la política, así como lo expresa el autor no es común que un
político quiera cuerpo abogado, pero si se dan varios casos en donde los abogados quieren
cuerpos políticos. Otro punto es libertad de defensa se refiere a ser libre para defenderse
por sí mismo, en excepción de los casos donde esa libertad dañe el derecho de las otras
partes. Sobre el amianto explica que el abogado tiene una disconformidad con las finanzas,
ya que farsea dinero que es ajeno.
Expresa el autor en el libro Los pasantes tienen un orden establecido:
a) Leer periódicos
b) Liar cigarrillo y fumarlos. en abundancia cuidando mucho de tírar las cerillas, la
ceniza y las colillas fuera de los ceniceros y escupideras
c) Comentar las gracias, merecimientos y condescendencias de las actrices y
cupletistas de moda.
d) Disputar siempre a gritos sobre política, sobre deportes y sobre el crimen de
actualidad.
e) Ingerir a la salida del despacho cantidades fabulosas de patatas fritas a la inglesa,
pasteles, cerveza y vermouth.
f) Leer distraídamente autos, saltándose indefectiblemente los fundamentos de
derecho en todos los escritos y, en su integridad, el escrito de conclusiones.
En la defensa de los pobres establece una defensa de asistencia pública, como el cuidado
de los enfermos menesterosos. La toga no representa por sí misma una calidad, cuando no
hay propiedades verdaderas debajo de ella se reduce un disfraz irrisorio. Por otra parte, la
mujer en el bufete la mujer se convertirá aparte de ser una compañera de vida es la mejor
consejera.
Hacia una justicia patriarcal los requisitos indispensables, para un procedimiento judicial
muy bueno son la: oralidad, publicidad, sencillez y eficacia.
Y para concluir la recapitulación que se ha hecho hasta el momento el autor expresa el
decálogo del abogado:
a) No pases por encima de un estado de tu, conciencia.
b) No afectes una convicci6n que no tengas.
c) No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.
d) Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
e) No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas
ser menos.
f) Ten fe en la razón que es lo que en general prevalece.
g) Pon la moral por enésima de las leyes.
h) Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.
i) Procura la paz como el mayor de los triunfos.
j) Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de
tu saber.
Como conclusión de este libro se puede analizar lo que realmente es un abogado, se sabrá
lo que se puede hacer y no, en otras palabras, es el manual que todo abogado debe tener en
cuenta.

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