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Quien es abogado
En este capítulo hace énfasis en responder esta pregunta y aclarar sobre todo
la diferencia que hay entre un Abogado real y un Licenciado en Derecho, ya
que nos hace mención a la degradación de la profesión misma, un ejemplo
que da y que quiero resaltar es el que nos menciona: ‘’ya que no sirves para
nada, estudia para abogado’’, comentarios despectivos como este y otros
asumiendo que quien sea pude ser abogado enfurecen a don Ángel que
también hace critica a sus universidades tachándolas de que producen vagos,
rebeldes etc. Recalcando que de nada sirve memorizarse las leyes si no se
fomenta el criterio propio, que la enseñanza se estanca en la historia pasada
e ignorando la realidad de sus días como el Derecho Social.
También nos proporciona datos que nos dice que de 12.000 licenciados en
Derecho que salen a solo 200 se les puede llamar realmente abogados ya que
para don Ángel un abogado tiene que dedicar su vida a dar consejos jurídicos
y pedir justicia en los tribunales en fin ejercer la abogacía permanentemente,
quien no cumpla con todo esto no pude llamarse abogado y será un
Licenciado en Derecho y nada más.
La sensación de la Justicia
En este capítulo nos habla de la sensación de justicia que se la da al cliente y
al público, don Ángel nos dice que antes de fijarnos en la ley positiva escrita
nos pongamos en el lugar de nuestro cliente para analizar el trasfondo de su
demanda para saber cómo padecer y conseguir lo justo y poder transmitir al
cliente y al público esa sensación de justica como si se tratase de una obra de
arte que tiene la finalidad de causar sensaciones, emociones de alegría,
identificación, dejando de complemento el ensayo, estudio, reglas técnicas
para poder llamar a algo arte.
El Secreto profesional
En resumen, en este capítulo nos habla del compromiso que tenemos que
tener con la confidencialidad entre el abogado y el cliente, nos muestra
muchos ejemplos de casos que podría pasar a cualquier abogado, pero al
final llegamos a la conclusión de que por más de que esta llegue a afectarnos
en cuanto a especulación o hasta difamación no debemos dar a conocer lo
hablado entre el abogado y el cliente a menos que pueda tratarse de quedar
involucrado en un delito o de vida o muerte de un inocente siempre y cuando
sea la verdad ya que la verdad es lo que nos lleva a hacer justicia, si no
puedes llegar a guardar un secreto y se te escape por descuido nos dice en el
libro mejor cambia de profesión.
La Chicana
La chicana significa artimaña, enredo o triquiñuela, esto es algo insólito y
condenable en la abogacía en un 98%, pero en este capítulo nos cuenta que
hay momentos en los que se pude llegar a usar la chicana en un juicio para
un fin, pero este fin que buscamos tiene que ser bueno, absolutamente
bueno y que los medios malos como la chicana son los únicos para que el fin
prospere y no causen daño a nadie. En el capítulo nos muestra ejemplos muy
interesantes en los que se pude llegar a usar la chicana con buenas
intenciones.
La Sensibilidad
En este corto capitulo nos habla de la empatía que uno tiene que tener con
un cliente, porque si somos insensibles ante cualquier caso y el corazón no se
conecta con el asunto ¿cómo procederá el cerebro? Aquí nos recalca que no
tenemos que derrumbarnos por los comentarios o resultados desfavorables
en algún caso y mantenernos abiertos y empáticos con los casos venideros
porque así es la vida de un abogado.
El desdoblamiento Psíquico
En este capítulo don Ángel nos habla de la personalidad y de las emociones
que tiene que tener un abogado a la hora de defender a un cliente, el
abogado debe ser capaz de tener una actitud objetiva y desapasionada hacia
un caso que defiende, sin dejarse llevar por las emociones del él o de su
cliente, pero a la vez sin dejar de tener empatía y comprensión. También nos
dice que tenemos que tener paciencia y auto control con los clientes que
puedan ser emocionalmente sensibles.
La independencia
Nos habla de la independencia que tiene que tener el abogado para ejercer
su trabajo a la hora de defender a un cliente, nos dice que, si la forma de
proceder del cliente con ideas o mañas para su beneficio más allá de lo que
es justo y esta perjudica la reputación del abogado, este está en todo el
derecho de reclamar, porque hace lo que le pide puede perjudicar el caso.
También nos habla de no debemos dejarnos llevar por la codicia,
sentimientos o interés político ya que si lo hacemos se pierde la
independencia que tiene un abogado.
El trabajo
En resumen, en este capítulo nos habla de las formas en las que se pude
desempeñar un abogado para realizar su trabajo, nos dice que si lo hacemos
bien a la larga nuestro trabajo pude hablar por nosotros y que llegado a ese
punto no hay que denigrar nuestra reputación como un excelente profesional
nos dice también que al ser una profesión de carácter personal que mucho
hace nuestra conciencia y carácter, hay que hallar el gusto al trabajo diario y
verlo como vía para alcanzar anhelos, agradecimiento, etc. Porque si no nos
sentiremos como esclavos.
La Palabra
En esta parte nos muestra la fuerza que tiene la palabra en el campo del
derecho y de cómo la oralidad puede ser de tus mejores armas en un juicio
ya que nos dice que los hechos tienen en si más fuerza que la palabra, pero
sin la palabra previa los hechos no se producirían. También nos da muchos
consejos para ser un buen orador en el tribunal, de las cuales las principales
son el ser claro y sobre todo breve, ya que los jueces están saturados de
discursos a lo largo de sus carreras y hay que tratar de ser conciso.
El Estilo Forense
en este capítulo nos hace conocer que los abogados son infra valorizados
hasta por los mismos abogados citano que la profesión del abogado es ser
amante de la justicia y defensor de la libertad, a tal punto que nos dice que
sin la justicia no existiría la vida como la conocemos y todo sería en síntesis
una anarquía. Nos menciona que se descuida a la mejor y talvez única arma
que el abogado posee que es la palabra, pues nos dice que la usemos bien,
pues no solo es importante lo que se dice sino también el cómo se dice para
para algún interés del asunto, también nos dice que hay que decir lo que se
quiere con el menor número de palabras de manera que no se pueda quitar
una sola sin menoscabar el sentido y dentro de la oralidad también el no
desaprovechar algún aspecto cómico en un pleito siempre que lo ágamos con
inteligencia. También nos deja su opinión sobre si el Derecho es una ciencia
en la cual el opina que No porque todo es circunstancial y movedizo y eso
hace que el Derecho no tenga un principio y argumentando de que el
Derecho no es más que unas normas de convivencia trazadas por la flaca e
inconsciente realidad.
Elogio de la Cordialidad
Nos habla sobre el prejuicio que se tiene entre el abogado y el juez que por
lo general son pensamientos malos entre sí, nos dice que le espíritu tosco
mira recelosamente no a la humanidad sino a uno por uno y esos juicios en el
pensamiento son veneno para el carácter ya que difícilmente se calcula el
influjo deletéreo que sobre las almas ejerce el habito de pensar mal. Hay que
darle importancia a la cordialidad ya que así los pleitos se fallarían con más
aciertos y las almas ganarían en desembarazo y en limpieza.
Conceptos Arcaicos
Este nos habla sobre la necesidad de simplificar el lenguaje utilizado en la
práctica del derecho. Don Ángel argumenta que, a menudo, el lenguaje
utilizado por los abogados y jueces es demasiado complicado y lleno de
términos técnicos, lo que dificulta su comprensión para la mayoría de las
personas, nos dice que hay que ser más claros y cansillos ya que de esa
forma, se evita generar desconfianza en el público y se mejora la
comunicación entre todas las partes involucradas.
El arte de la abogacía
Nos hace una reflexión para que dejemos de pensar que un abogado puede
ser cualquiera y menosprecien a la misma profesión, don Angel nos dice que
la Abogacía más que interés rige pasiones pues detrás de un interés hay una
pasión y reafirma que también es un arte porque la abogacía manipula almas
vivas y para eso usamos la palabra escrita y hablada que es la más noble, la
más elevada y artística manifestación del pensamiento humano. Si el
abogado no es tal orador y escritor no es abogad. Hace una crítica a que hay
más abogados que no leen mucho, y nos da 3 cosas que todo abogado
debería tener sin excusas: 1.- una revista jurídica nacional y otra extranjera
2.- la mitad de todos los libros jurídicos que se publiquen en su país 3.- libros
diversos que pueden ser de novelas Historia o Sociología y política, si no hay
lectura en la vida de una bogado que excite la imanación acaba por dejar a
abogado muerto.
La Clase
Nos dice que la clase es una positiva manifestación la ferocidad humana, es el
alto deber, que cada grupo social incumbe para su propia decantación y para
servir abnegadamente a los demás. No habla de que a diferencia de otras
profesiones en las que prevalece el odio y mofa al contrario o colega en su
misma disciplina, el abogado jamás recuerda su triunfo al derrotado y eso se
debe a que el oficio es de suyo propenso al individualismo pero que eso
también puede ser malo ya que nos afecta en lo científico y afectivo por
cerrarnos al no estarnos actualizando a cada momento como lo hacen los
médicos y también porque nadie cono la desgracia que lleva cada un
abogado y devora sus propios dolores sin hallar consuelo, también son dice
que la clase no implica desnivel personal sino diferenciación en el
cumplimiento de los deberes sociales .
Especialistas
En este capítulo nos recalca que el campo de acción del abogado es el alma y
que como en otras profesiones existen especializaciones para todo en
Derecho también es lo propio peor esto se mas que todo porque hay
abogados que tienen experiencia en un área específica del derecho que
pueden ser el Derecho civil o el Penal, también nos dice que si no tenemos
mucha experiencia en un campo del Derecho no hay que mentir al cliente y
mejor no aceptar ese caso.
La Hipérbole
Nos dice que la hipérbole es una manifestación del perverso sentido estético
que tanto abunda entre nosotros, es un recurso que muchos llegan usar de
forma exagerada en el tribunal, pero nos dice que esto pude hacer ver la falta
de fundamentos en nuestras palabras así que hay que usarla con
responsabilidad por eso hace énfasis en que hay que mirar bien si el caso lo
merece o no y en caso de duda mejor no usar la hipérbole ya que usarla de
mala manera te puede llegar a perjudicar.
La Abogacía y la Política
En esta capitulo don Angel deja claro la diferencia entre un licenciado en
derecho que se involucra en la política y un Abogado que trata de hacer bien
las cosas por su país, nos dice en el libro ‘’la abogacía no ha trazado rumbo a
la política; es la política la que marco el rumbo de la abogacía. Nos habla de
ambos casos citando primero que en la primera parte de la política de España
eran en su mayoría mandatos monárquicos o militares en pocas
oportunidades se pudo ver la intervención de una bogado en la política como
en el caos del Abogado Maura que contribuyo la más alta categoría moral de
la España contemporánea, recalca una vez más que el número de abogados
es muy escaso si se compara con el número de licenciados en derecho. Luego
nos habla de cómo la política ha influido en la abogacía perturbándola,
desquiciándola y deprimiéndola de forma que muchos van a solicitar consejo
legal de un licenciado en derecho que ocupa un cargo de ministro o concejal,
aunque este sea visto como inepto ante los abogados hace una crítica aún
más fuerte sobre a donde se dirige la política de España y nos dice que están
ante un problema de dignidad que dejan heridas que llegan a ser incurables.
Libertad de Defensa
En esta parte nos habla del Derecho que tiene una persona a tener una
bogado que lo defienda en un proceso, pero también no habla de que este
pude negarse a ello y defenderse a sí mismo, aunque eso es debatible
siempre y cuando este esté en facultades e poder hacerlo y si al hacerlo no se
daña de alguna manera los derechos de otras partes o el interés público.
El Amianto
En este capítulo hace mención de los abogados financieros haciendo una
pequeña crítica hacia ellos más que todo porque todos estos se dejan seducir
por la codicia y anqué la forma en la que gana su dinero es legal y honesta
estos hacen Cuota-Litis que para un verdadero abogado está mal porque se
debe sentirse superior a ese apetito y saber que su palabra es serenidad
prudencia y justicia, nos dice que la grandeza del abogado radica en merecer
la confianza de ambos, sin ser consorcio de ninguno.
Los Pasantes
En este capítulo hace una reelección a los pasantes que por primera vez
están entrando en el mundo de la abogacía ni bien salen de la universidad,
nos dice que en su mayoría los pasantes disfrutan más de placeres externos a
la abogacía que a la materia misma durante su pasantía, nos dice que hay un
0.10 % de todos los pasantes que llegan convertirse en verdaderos abogados.
También habla del abogado que recibe al pasante, nos dice que ahora él es
un maestro que tiene que generar indirectamente inspiración y hablar con él
con decoro y profesionalidad de otro modo lo califica de corrupto de
menores.
La toga
Nos menciona que la toga es una representación de sabiduría y justicia, que
ante los ojos del público marca una diferenciación o critica equivocada, ya
que nos dice que la importancia de diferenciar el uso de la toga en la
sociedad porque cuando un abogado la usa fuerza el cambio a su conducta y
proceder, le hace pensar no solo que pensaran de mi sino también que
pensaran de los abogados. La toga es un llamamiento a la verdad, belleza y
justicia.
La mujer en el bufete
Aquí nos dice que la mujer requiere especial consideración para el abogado
ya seas la mujer propia y la mujer cliente, nos menciona la importancia de
tener una mujer en la vida de un abogado a tal punto que nos dice que, si no
esas casadas eres un abogado incompleto ya que la mujer te genera una
comprensión de la piedad y compañía para desahogo en una profesión
espiritual, también nos dice que hay que poner ciertos límites para cuidar el
secreto profesional y que la mujer no tiene que ponerse celosa de alguna
cliente mujer que pueda proceder con otras intenciones para conseguir algo,
el bogado no tiene que mirarla a la cara por más bonita que fuese y tratarla
como si fuera nuestra madre que está buscando ayuda legal.