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I.S.F.

D N°21 Ricardo Rojas

Materia: Historia Mundial II 3° Vespertino

Profesor: Rodríguez Goñi

Alumnos: Martínez Mirta -Alvez Gorsky Esteban

Trabajo Práctico del 2° cuatrimestre

Las causas de la revolución

Se puede evidenciar que la causa inmediata de la revolución fue de origen financiero. El


monarca Luis XVI fracasó en sus intentos por evitar la bancarrota del estado, además no
contaba con una buena estructura burocrática y la maquinaria estatal del régimen absolutista
centralizada, iba deshaciéndose gradualmente. Unos cuantos intendentes que gobernaban de
manera positiva gran parte de la provincia francesa, pero poco pudieron hacer frente al
inminente colapso del sistema. El conjunto del sistema legal y judicial necesitaba urgentes
reformas, la ley tenía que ser codificada para que desaparezcan resabios medievales, como
también para finalizar la unión de ambos sistemas legales (el romano y el feudal) que
predominaban en Francia. Muchos jueces y abogados compraban o heredaban sus puestos
dentro del gobierno, los cual les servía para enriquecerse y como ascenso de la aristocrática de
la de la vestidura.

Uno de los últimos actos de su reinado fue el reemplazo por tribunales superiores con
funcionarios elegidos por él, entre las primeras medidas que tomó el rey Luis XVI estaba la de
restaurar los parlamentos, lo que para muchos significó un órgano de control para la
monarquía absoluta, sin que pudieran considerar que en realidad era una piedra para las
reformas sociales y económicas. Se debe mencionar dentro de las causas que propiciaron la
revolución, las inequidades sociales como germen del descontento social.

En Francia tanto la nobleza como el clero fueron las clases privilegiadas, conformaban el
primer estado y, a pesar ser una conformación reducida, el clero controlaba alrededor del 15%
de las tierras de ese país, además controlaban funciones esenciales dentro de la sociedad
francesa como por ejemplo; dirigía las escuelas, tenía control de las estadísticas vitales y
presentaba asistencia a los desvalidos. Sin embargo la iglesia se hallaba dividida en su interior,
encontramos el clero bajo que procedía casi totalmente del tercer estado, era de condición
humilde, mal remunerado y hacia el trabajo más sacrificado en general. Los obispos y los
abades se acercaban al punto de vista de la nobleza a la que pertenecían, aunque algunos eran
fieles a su actividades otros solo buscaron tener un buen ingreso personal.

Los contribuyentes no estaban de acuerdo con el diezmo que recaudaba la iglesia, si bien el
total del 10% rara vez se pedía .Como también se quejaban de la eximición de impuestos a la
que estaba adscripta la iglesia.

Mientras que los campesinos eran moderadamente fieles católicos y veían con estima a los
sacerdotes del pueblo, la burguesía estaba más de acuerdo con el punto de vista anticlericales
de los filósofos.

Al igual que el alto clero, los nobles ricos del Régimen que conformaban el segundo estado se
volvían cada vez más impopulares. Constituían menos del 2% de la población pero poseían
cerca del 20% de la tierra. No pagaban impuestos y monopolizaban las misiones del ejército,
como también los nombramientos a los altos puestos eclesiásticos.
No obstante, la aristocracia francesa no constituía una unidad social, sino que se trataba de
una serie de grupos en cuya cima se encontraban los nobles por herencia, es decir, unos
cuantos descendientes de la realeza o de los señores feudales, pero sobre todo las familias que
se habían vuelto nobles durante los dos o tres últimos siglos. Estos nobles de la espada
consideraban a la mayoría de sus compatriotas, incluyendo la nobleza baja como vulgares
forasteros .Después de la nobleza de la espada estaba la nobleza de la investidura que incluía
los jueces de los parlamentos y otros tribunales y toda la gran cantidad de funcionarios. Los
nobles de la vestidura o sus antepasados se convirtieron en nobles originalmente al comprar
sus puestos. A fines del siglo XVIII ya se hacía muy poca distinción entre la nobleza de la
vestidura y la de la espada y eran muy comunes los matrimonios entre los miembros de ambos
grupos. Se consideraba que los nobles de la vestidura eran más ricos que los de la espada y su
sólido control sobre los puestos gubernamentales claves les otorgaba más poder e influencia.
También se encontraban muchos nobles con poca fortuna y poder, eran el nivel más bajo
llamados, pequeños halcones. En su intento por conservar parte de su estatus tradicionales
insistieron en la recaudación de todas las obligaciones feudales y señoriales del campesinado
francés. Su búsqueda de antiguos documentos para justificar unos impuestos olvidados hizo
estallar un odio constante de los campesinos y abrió el camino a la quema de documentos
durante la revolución.

Los primeros Estados estaban constituidos por una pequeña parte de la población, sin
embargo el tercer estado reclutaba aproximadamente el 97% de la urbe, la mayoría eran
campesinos, cuyo estatus era mejor en Francia que en cualquier otro lugar de Europa.

La servidumbre mayoría en Europa central y oriental había desaparecido casi por completo, si
bien en Inglaterra, los cercados expulsaban gradualmente a los pequeños productores en
Francia abundaban los campesinos que eran pequeños propietarios .Sin embargo la miseria
crecía cada vez más en el campo, los campesinos no entendían las múltiples guerras en las
cuales Francia participaba y que hacían que la recaudación de sus impuestos fueran más altos.

Pero no pasaba desapercibido la enorme diferenciación social entre la nobleza el clero y los
campesinos. Esta situación se evidenció cuando ante el acelerado aumento demográfico el
campesinado tuvo muy poco o ningún excedente para vender .Una parte del problema tenía
que ver con los principios económicos fundamentales como; los atrasos en los métodos
agrícolas, la escasez de tierra y, la sobrepoblación. Gran cantidad de tierras se hallaban
improductivas o se dejaban descansar cada dos o 3 años de acuerdo con la práctica medieval.
Los campesinos en la absoluta pobreza emigraban a las ciudades o se dedicaban al
bandolerismo, la inflación los devastó , también llevaban una gran carga de impuestos y otras
obligaciones ; como la del diezmo a la Iglesia, los derechos señoriales y feudales a la nobleza y
al estado ,un impuesto sobre la tierra, otros sobre el ingreso, uno más por el escrutinio y otras
obligaciones de las cuales las más repudiada era la gabela, el pago obligatorio de un impuesto
sobre la sal a los financieros, qué como agentes del gobierno era habitual que exageraran. La
falta de trabajo y la pobreza habían dado paso a un carácter revolucionario entre los
campesinos .Aunque no querían un cambio de gobierno, sino contar con tierra de ser
necesario a expensas del clero y la nobleza. También quería liberarse de los impuestos que
eran cada vez más intransigentes con ellos y que menos podían pagarlos.

Otros miembros del tercer estado eran los trabajadores urbanos y la burguesía también se
encontraban descontentos con las visibles inequidades sociales .Las clases trabajadoras que se
encontraban separadas por grupo comenzaron a sentirse identificadas unos con otros, con el
paso del tiempo ese grupo conocido como los sans- culottes(los que usaban pantalones cortos)
se sintieron unidos por la miseria en la cual se encontraban sumidos.

Sin embargo fue la burguesía la que tomó el descontento y se convirtió en la cabeza del
mismo. La burguesía contenía en su interior a personas con distintos recursos e intereses
aunque con una situación menos apremiante que los campesinos y la de los trabajadores pero
resentían más profundamente de la situación de desequilibrio del Antiguo Régimen. Aunque
pagaban menos proporción de sus ingresos en impuestos denunciaron con violencia la
desigualdad entre los gravámenes. Se sentían despreciados por la nobleza, tratados como
súbditos de segunda por la monarquía y excluidos de los puestos de poder en el gobierno, la
Iglesia y el ejército.

Una de las principales causas, sin lugar a dudas, que contribuyeron a la revolución fueron los
problemas financieros crónicos que afianzaron la autoridad de los reformistas de la clase
media.

Ya en la asunción del trono de Luis XVI, la deuda del gobierno era considerable, con su
gobierno se triplicó. En 1786 los banqueros convulsionados por el movimiento de precios y
enterados de los malos manejos del gobierno no quisieron hacer nuevos anticipos al gobierno
francés, quién estaba cercado entre los pedidos del tercer estado con respecto a la liberación
de impuestos y el rechazo de los otros estados a abandonar sus privilegios fiscales. Con la
esperanza de convencer a los dos primeros estados para que aceptaran pagar impuestos más
altos la Asamblea de Nobles fue convocada en 1787, pero éstos no se dejaron convencer,
razón por la cual el rey disolvió la Asamblea.

En 1788 el panorama se tornó aún más complicado cuando el rey quiso imponer un impuesto
uniforme sobre toda propiedad territorial, sin tomar en cuenta el estatus social del
propietario. Fue entonces que el Parlamento de París declaró que ese impuesto era ilegal,
sostuvo que únicamente la Nación en conjunto reunida con los Estados Generales podía
establecer un cambio tan rotundo. Con pocas soluciones a disposición el rey recurrió a las
mismas acciones de Luis XV, de trasladar la autoridad judicial de los parlamentos a los nuevos
tribunales de apelación. Estas nuevas acciones causaron la desaprobación general y un inicio
de revuelta encabezado por los aristócratas y los burgueses, razón por la cual el rey volvió
sobre sus pasos y anunció la convocatoria de los Estados Generales en la primavera de 1789.
Con esta convocatoria el monarca estimuló a una institución casi olvidada y creyó que era poco
probable que ésta pudiera llevar adelante reformas económicas y sociales drásticas.

Los tres Estados a pesar de sus considerables diferencias cuantitativas habían tenido una
representación equitativa, así como el mismo derecho al voto, lo cual podría resumir que: los
dos órdenes privilegiados derrotarían en votación a los plebeyos. En cambio los Estados
Generales de 1798 se reunieron en circunstancias especiales, su elección y sus siguientes
encuentros se concentraron en el curso de una crisis económica signada por la inmigración
continua de campesinos desempleados a las ciudades y por una constante inflación. En
concomitante los precios que pasaban a ser el doble del valor de los salarios, sumado a este
descalabro económico el desempleo como resultado de la firma del tratado de 1786 con
Inglaterra, que elevó las importaciones británicas de vino y licores franceses, a cambio de la
eliminación de las barreras francesas a la importación de textiles y sombreros ingleses más
baratos .El clima también contribuyó a este panorama sombrío ,el granizo y la sequía habían
afectado la cosecha de trigo de 1788 y el invierno de 1789 fue tan duro que el río Sena se
congelo en París. Este fenómeno meteorológico impidió la llegada del grano y harina en
barcazas, que era el transporte habitual de productos voluminosos. Para la primavera de 1789
el precio del pan había casi duplicado su precio, Francia había sobrevivido a los problemas del
tiempo y a las malas cosechas en el pasado sin haber llegado a una revolución, pero en estas
circunstancias las terribles condiciones económicas llegaron a un punto sin retorno. La
preocupación por la carne y el pan en París hizo desatar una revuelta en abril de 1789.

El sistema para elegir a los diputados colaboró con los campeones de la reforma. En cada
distrito de Francia el tercer estado decidió directamente, en una reunión pública, al escoger
electores, quienes posteriormente seleccionaron a un diputado. Los diputados reformistas del
tercer estado encontraron simpatizantes en el segundo estado y muchos más en el primero.
En conjunto una mayoría de diputados estaba preparado para solicitar que se llevarán a cabo
cambios drásticos en las prácticas del Antiguo Régimen .En 1789 el rey y los órdenes
privilegiados favorecieron la retención de este voto por orden, pero el tercer estado solicitó
voto por cabeza y que los diputados de todos los órdenes deliberarán en conjunto y cada
diputado tuvo un solo voto, por lo menos en lo referente a los impuestos. El tema del
procedimiento fue esencial, después de que los Estados Generales se reunieron el 5 de mayo
de 1789 en Versalles, un sacerdote Emanuel Siéyes y el conde Honoré Mirabeau, un noble
renegado, ambos diputados del tercer estado encabezaron la campaña para que se aprobara el
voto por cabeza. El 17 de junio la Asamblea resolvió el problema del procedimiento, al aceptar
la invitación de Sieyes, de que se proclamara como una Asamblea Nacional.

El tercer estado invitó a los diputados de los otros dos a unírseles, una mayoría de diputados
del clero particularmente la de sacerdotes parroquiales aceptó, aunque la nobleza que había
encabezado las primeras fases del movimiento de reforma se negó. Es circunstancias en que el
rey hechó a los plebeyos del lugar frecuente de reunión los diputados del tercer estado y sus
simpatizantes del clero se reunieron en una cancha de tenis en las cercanías. En ese lugar el 20
de junio prometieron nunca separarse antes de que Francia tuviese una Constitución. El
monarca replicó el juramento de la cancha ordenándole a cada estado que resumiera sus
deliberaciones por separado. Tanto el tercer estado como algunos miembros del primero
desobedecieron, el rey como siempre indeciso cedió ante las reformas sobre todo cuando
percibió que el ejército no era confiable.

El 27 de junio el soberano ordenó a los diputados de la nobleza y del clero a que se unieran a
la nueva Asamblea Nacional. Por intermedio de sus elegidos la Nación se había enfrentado
con éxito al rey y a los intereses establecidos de los Estados Generales que habían dejado de
existir y, en su lugar la Asamblea General convencida de las reformas a la sociedad francesa y a
darle a la Nación una Constitución .La revolución ya era una realidad.
I.S.F.D N°21 Ricardo Rojas

Materia: Historia Mundial II 3° Vespertino

Profesor: Rodríguez Goñi

Alumnos: Martínez Mirta -Álvez Gorsky Esteban

Trabajo Práctico del 2° cuatrimestre

La 1° República

El tiempo que siguió entre el 10 de agosto y la reunión de la Convención el 21 de septiembre


se tornaron marcadamente tensos. Los asignados se evaluaron en un 40% solamente en
agosto.

Los propagandistas jacobinos encabezados por Jean Paul Marat quién constantemente
provocaban al pueblo de París, llegando al nivel más elevado cuando se supo que las tropas
prusianas habían invadido el noreste de Francia. Frente a los sucesos Danton, por aquel
entonces ministro de Justicia, instó a los patriotas a qué recurrieron a la valentía multiplicada.
En París el arrojo tomó forma de las masacres de septiembre, los asesinatos en masa de
supuestos traidores y agentes enemigos, lo cual fue factible gracias al colapso de la autoridad
policíaca normal.

A partir del 2 de septiembre y por 5 días el populacho peregrinaba de una prisión a otra, en
cada posta improvisaban tribunales y ejecuciones sumarias; se contabilizaron más de 1000
víctimas, (gente que no habían prestado el juramento) quienes a menudo eran inocentes del
cargo de traición que se les imputaba .Las masacres de septiembre precedieron a la época del
terror. Para el verano de 1793 una Francia medio derrotada se enfrentó a una coalición hostil
que incluía a prácticamente todas las grandes potencias europeas.

Desde una mirada teórica, la elección de diputados para la Convención Nacional de 1792,
signo el inicio de la democracia política en Francia. Prácticamente todos los ciudadanos
varones fueron convidados para asistir a la votación ,en la convención predominaban los del
centro o llanura en número, pero de nueva cuenta como en la Asamblea Legislativa, los de la
llanura eran indecisos desde el punto de vista político, ahora simpatizaban con la idea de una
República.

Había muchos vínculos entre la Gironda, a la derecha y, la montaña, llamados así porque los
diputados se sentaban en la parte superior de la sala constituían la izquierda. Tanto la Gironda
y la montaña se juntaron para declarar la República en Francia el 21 de septiembre de 1792.
Los girondinos querían un respiro en la legislación revolucionaria, por lo tanto la Gironda
favoreció una amplia medida de federalismo o sea descentralización y un gobierno nacional
limitado por muchos controles. Los poderes ejecutivos y legislativos serían independientes
entre sí y serían elegidos de manera separada. Los resultados de los comicios se ajustarían de
acuerdo con la representación proporcional. Las leyes se someterían a referéndum popular y
los electores podrían despedir a los funcionarios que no sean efectivos. Pero los líderes de la
montaña denunciaron el federalismo y propugnaron por un gobierno centralista. El líder de la
montaña era Maximilian Robespierre, éste estaba seguro de conocer la voluntad general y que
ésta quería una República de virtud. Robespierre y la República de la de la virtud triunfaron, la
montaña dominó la Gironda en la Convención.
Las primeras actuaciones se dieron después de 100 horas de votación continua, la Convención
declaró al rey ciudadano Luis Capeto culpable de traición y por un mínimo lo sentenció a la
guillotina. Este murió con valentía el 21 de enero de 1793.

En el mes de febrero la Convención rechazó el proyecto de Constitución de Condorcet y le


declaró la guerra a Inglaterra, España y los Países Bajos. Así Francia se enfrentó con una
durísima coalición de enemigos incluyendo a Austria y Prusia .En el mes de marzo el ejército
francés recibió una serie de derrotas en los Países Bajos y en abril su comandante girondino
desertó ante el enemigo. Marat denunció en voz alta a muchísimos girondinos de traidores, los
diputados girondinos respondieron y pidieron que se enjuiciara a Marat, pero fue absuelto,
aunque en julio era asesinado. Para entonces los girondinos habían sido vencidos por
completo.

Las secciones o distritos de Paris solicitaban el control de precios y presionaron para que se
expulsara a los girondinos de los clubes de jacobinos y de la Convención. Finalmente el 2 de
junio de 1793 una muchedumbre de sans culottes armada, de las secciones y repitiendo lo de
agosto de 1792 invadió la sala y obligó al arresto de 29 diputados girondinos .Ayudados por los
parisinos armados, los montañeses intimidaron a los de la llanura y la Convención envió a los
girondinos a la guillotina. El reinado del terror se había iniciado.

La Convención votó por una Constitución democrática que esbozaron los montañeses y que
garantizaba el voto universal a la humanidad y le otorgaba poder superiores, libres de
controles y balances de los girondinos, a una sola cámara legislativa. La Constitución de 1793
fue aprobada por una gran mayoría pero su funcionamiento fue diferido a tal punto que nunca
entró en vigencia.

El gobierno del terror se plasmó en un comité de Seguridad Pública integrada por 12 hombres
entre los que se encontraban Robespierre y otros montañeses. Un segundo comité de
Seguridad General supervisaba las actividades de la policía y llevaba los sospechosos de ser
enemigos de la República ante un nuevo tribunal revolucionario. Los clubes jacobinos de la
localidad propugnaban las administraciones comunales y de los departamentos de los
miembros considerados como no confiables desde el punto de vista político. La rápida, severa
e inflexible justicia qué describirá Robespierre costó la vida de aproximadamente 20000
personas. Muchas de las víctimas procedían de la región de Vendee, una zona profundamente
católica y realista del oeste de Francia que se había revelado. La locura bélica que ayudó a
justificar los excesos del terror.

El ejército reclutó a todos los soldados los solteros y viudos que tenían entre 18 y 25 años de
edad. A fines de 1793 las fuerzas republicanas habían expulsado a las tropas extranjeras del
suelo francés. La movilización total requería igualdad en el sacrificio económico para combatir
la inflación y la escasez, el terror emitió una legislación máxima estableciendo un techo en los
precios y salarios. El gobierno raciono la carne y el pan y prohibió el uso de harina blanca la
más cara, ordenando a todos los patriotas que comiencen el pan de la igualdad. En 1794 la
convención aprobó las leyes de Ventoso, mediante la cual confiscaban las propiedades que
aún quedaban de los emigrados y, de otros opositores a la República y recomendaban que
fuesen distribuidas entre los ciudadanos franceses que no tenían tierras.

El terror ofreció su aspecto más revolucionario en las drásticas reformas sociales y culturales.
La Convención abolió la esclavitud en las colonias, si bien Napoleón la volvería a instituir una
década después. En todo el país hubo cambios, pués la República de la Virtud no podía ver
nada que recordara al Antiguo Régimen. Inclusive las formas tradicionales para dirigirse como
señor y señora cambiaron por las de ciudadano y ciudadana. En ocasiones las fuerzas de la
tradición resistieron al terror, que buscó destruir a la antigua religión pero nunca logró legislar
una nueva fe. A Robespierre no le gustaba el culto a la razón; la República de la Virtud creía él,
debía aceptar a un autor definitivo de la moralidad. Por lo tanto, la convención decretó en
mayo de 1794 que el pueblo francés reconocía la existencia del ser Supremo y la inviolabilidad
del alma. En la primera mitad del año 1794 Robespierre ejerció tal presión sobre el terror que
inclusive los miembros de los comités de Seguridad Pública comenzaron a temer que ellos
serían las siguientes víctimas.

Robespierre comenzó a perder seguidores tanto en la Convención como los dos grandes
Comités, el día crucial fue el 27 de julio de 1794, cuando los gritos de! abajo el tirano ¡y el
rechazo del funcionario que presidía la sesión a darle la palabra a Robespierre, impidieron sus
esfuerzos de dirigirse a la Convención .Está ordenó su arresto y al día siguiente era enviado a la
guillotina.

Los líderes de la reacción termidoreana o movimiento a favor de la moderación, muchos de los


cuales habían sido jacobinos en otros tiempos, ahora desmantelaron la maquinaria del terror.
Disolvieron el tribunal revolucionario, trajeron nuevamente a los diputados que estaban en
misión y privaron a los comités de Seguridad Pública y Seguridad General de su autoridad
independiente. Cerraron el club jacobino de París e invitaron a los diputados girondinos
supervivientes a que retornarán a su lugar en la Convención. No obstante la inestabilidad y la
inseguridad personal y el odio de clase y de casta predominaban por entonces.

Los líderes del termidor dieron lugar a una aguda inflación al cancelar las legislación
económica del terror; al no estar controlados al máximo algunos precios de ciertos alimentos
aumentaron un 100% en comparación con los de 1790. La desdicha de la población se hizo más
intensa de lo que había sido durante el reinado del terror. La reacción termidoreana concluyó
con la aprobación de la Constitución de 1795, el último al acto de la Convención. Los
termidoreanos querían conservar la República y garantizar el predominio de las clases que
poseían propiedades. Por lo tanto la nueva Constitución le negaba el voto a la cuarta parte de
la población que era la más pobre de la nación y establecía que los candidatos a ocupar
puestos públicos poseyeran propiedades de consideración.

La Constitución de 1795 era una muestra de que la fase más radical de la revolución había
terminado, sin embargo 3 semanas antes de que se entrara en vigor surgieron más problemas
en París. Los insurgentes contra revolucionarios fueron derrocados en la masacre del 5 de
octubre de 1795 y dispersados en parte por el joven Napoleón Bonaparte, quien comandaba
las tropas leales a la Convención termidoriana.

El primer invierno del Directorio de 1795- 1796 trajo a la población francesa el sufrimiento más
intenso que hubiera tenido durante el periodo revolucionario, como consecuencia de la
inflación, la escasez crónica de alimentos y el frío extremo. Posteriormente la situación
comenzó a mejorar constantemente, gracias a las buenas cosechas y a la vigorosa forma en
que el Directorio atacó los problemas económicos. El nuevo régimen fijó impuestos elevados
como una medida de guerra contra Inglaterra, así como una manera de concesión a los
negocios en Francia.

EL Directorio sofocó sin problemas la Conspiración de los Iguales en 1796- 1797, sin embargo
tuvo muchas dificultades para conservar un prudente curso entre ambos extremos: la
restauración de la monarquía o bien el retorno del terrorismo jacobino.
La Constitución de 1795 era mansillada constantemente a medida que los directores y los
consejos legislativos se enfrentaban, buscando cada uno modificar según a conveniencia .Los
políticos irritados y los aprensivos moderados, temiendo el colapso del régimen comenzaron a
maniobrar para ayudar al ejército que obtenía cada vez más triunfos. El resultado fue el golpe
de Estado del 9 de noviembre de 1799 y la instauración de la dictadura de Napoleón.

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