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Los abusos y atropellos de la monarquía, en la que el rey no daba cuenta de sus

actos a nadie, pues el poder de este era:

 Ilimitado, sin sujeción a control alguno.


 Falta de libertad individual.
 Falta de libertad de conciencia; el predominio de la censura.
 Falta de la igualdad ante la ley.

Sociales
La sociedad existente no contaba con la misma igualdad y privilegios. Francia se
encontraba dividida en tres Estados que tenían grandes contradicciones y diferencias
entre sí.

 Primer Estado,el Clero: Dividido internamente en el alto clero, dueño de


grandes riquezas y privilegios que estaba exonerado del pago de impuestos, y
poseía enormes extensiones de tierras que lo convertían en el más grande
terrateniente de Francia. El bajo clero por su parte, de modesta condición, ejercía
su misión en provincias; y estaba mucho más ligado con el pueblo. Una parte
importante del bajo clero apoyaba el proceso revolucionario francés.
 Segundo Estado,la Nobleza: dividida en gran nobleza, poseedora de enormes
riquezas y la pequeña nobleza que residía en provincias y no era de vastos
recursos.
 Tercer Estado o Estado llano: El resto de la población, la cual carecía de
privilegios y de sus principales derechos. De él, solamente la burguesía,
integrada por industriales, comerciantes y profesionales, disfrutaba de una buena
situación económica. Sobre el Estado Llano descansaba el fisco y los ingresos del
Estado francés.

El Estado Llano soportaba el pago del mayor número de impuestos al Estado. De la


población de Francia (23 millones), solamente 300 000 pertenecían a las clases
privilegiadas (clero y nobleza).

Económicas
 La riqueza del país se encontraba monopolizaba por los dos primeros Estados.
El pago de impuestos a cargo solamente del Tercer Estado y la decadencia del
comercio y la industrias unido a las trabas aduaneras y al comercio, arruinaban al
Estado francés y creaban una situación de miseria que se generalizaba. A ésto se
le unía el derroche existente por parte del Rey y la corte, que llevaron a la
bancarrota a Francia obligando así al rey a convocar a los Estados Generales.

El inicio de la Revolución
El Juramento del Juego de Pelota.

Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono en 1774, el Estado francés
había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por las largas guerras
emprendidas durante el reinado de Luis XV, la mala administración de los asuntos
nacionales en este reinado y el aumento de la deuda generado por los préstamos a
las colonias británicas de Norteamérica durante la Guerra de la Independencia de las
Trece Colonias (1775-1783). Pero la situación económica existente en 1789 superó
las precedentes por suma y acumulación, y colocó a la monarquía francesa en una
situación desesperada y al Estado francés en franca bancarrota. El Rey ante esta
situación, para sanear las finanzas necesitaba aumentar los impuestos existentes y
fijar nuevos, pero tanto el clero como la nobleza, amparados en sus privilegios se
negaban a contribuir con los gastos del Estado.

Para solucionar los problemas económicos, Luis XVI convocó a los Estados
Generales del Reino a una asamblea consultiva. Esta convocatoria fue exigida por los
"privilegiados" (clero y nobleza) quienes se negaban a pagar los tributos
indispensables para conjurar la crisis económica.

Los burgueses se aprovecharon de estas circunstancias y, ante la amenaza de la


nobleza armada que pretendió mantener sus privilegios, movilizaron a toda la nación.
El 14 de julio de 1789, el pueblo tomó; las calles de París, apoderándose de la vieja
fortaleza - prisión de La Bastilla, la cual constituía un símbolo del Absolutismo francés.
La Revolución Francesa es uno de esos pocos eventos de la historia de la humanidad,
cuyas consecuencias sísmicas continuan reverberando a traves de los siglos y más allá
de las fronteras de Francia. La tempestad que se desató después que el pueblo de París
finalmente se rebeló y se tomó el odiado símbolo de La Bastilla el 14 de julio de 1789, no
solo marca el final de una débil monarquia y del llamado "antiguo régimen". No fue
simplemente el caso de una turba empobrecida que se alzó contra sus despotas
gobernantes en un desesperado intento de revancha y de reivindicaciones. Fue todo eso
y mucho más. Ya el escritor inglés Charles Dickens, en 1859, intentó definir lo que fue la
Revolución Francesa: una época contradictoria, caótica, que dio para todo. "Fue una era
de sabiduría, una era de torpeza, fue una época de fe, una época de incredulidad, fue la
estación de las Luces, pero también la estación de la Oscuridad...".
La Revolución Francesa fue eso y mucho más. Los hechos que estremecieron a Francia
entre 1789 y 1799 son los más complejos y contradictorios de la historia de Europa. En
Francia misma, la Revolución trajo consigo profundos cambios económicos, políticos
sociales y culturales. 

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