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Lenguaje Cultura y Magia

Introducción.

La Cultura ha sido un terreno bastante labrado dentro de las Ciencias Sociales.


Una de las características principales que nos llevan hoy en día a seguirnos
preguntando acerca de la misma es la gran apertura que su teorización, tanto a
nivel conceptual como a nivel funcional, ha traído consigo a nuestro campo. Otro
elemento que suma a esta ardua tarea por definirla e identificarla radica en que la
Cultura permanece en constante movimiento y cambio, por ende, tratar de llevar a
cabo un análisis de tipo meramente conceptual y totalizante difícilmente dará
cabida a la comprensión de las maneras en que la Cultura se instrumentaliza y
opera externa e internamente a nosotros.

Una vez que tenemos en cuenta algunas dificultades que son características del
tema de la Cultura, entonces, podemos esclarecer el objetivo en torno al que
girará el presente ensayo; Como objetivo principal, buscare analizar y contrastar
las funciones de la Cultura respecto a las funciones de la Magia que se presentan
dentro del texto La Cultura de Bronislaw Malinowski. Así mismo, tratare de
identificar si existen similitudes entre ambas que permitan una equiparación en
tanto concepto y función.

Entendemos por Cultura a una realidad instrumental que ha aparecido, a través de


una herencia social , para satisfacer necesidades del hombre que sobrepasan la
mera adaptación, anatómica, al medio ambiente [CITATION Mal \p 127 \l 2058 ], está
realidad instrumental se encuentra complementada por la masa de conocimientos
intelectuales, un sistema de valores morales, espirituales y económicos en la
organización social y en el lenguaje. Podemos esclarecer que el autor está
concibiendo a la Cultura como un segundo orden que media al hombre y a su
ambiente. Respecto a la función, Malinowski puntualiza que la cultura determina
límites, impone un orden y una ley a la cual el individuo o los individuos tienen que
someterse para dar continuidad a la misma Cultura; La Cultura transforma y
organiza.
Por otro lado a la Magia, Malinowski la define como una cualidad intrínseca y
específica de una situación y de un objeto o fenómeno que consiste en hacer
asequible el objeto al control humano [CITATION Mal \p 115 \n \y \t \l 2058 ] . La Magia
opera ahí donde el hombre con sus cualidades no son suficientes para controlar al
medio ambiente, dominar accidentes y tratar de engañar a la suerte; El hombre
recurre a la magia donde los fenómenos u objetos parecen estar controlados por
una fuerza que está más allá de la experiencia y los conocimientos [CITATION Mal \p
109 \l 2058 ]. Cuando el hombre se ve rebasado por algo del orden de lo natural,
entonces recurre a la Magia en un intento de llegar a significar y reordenar ese
caos que se le presenta.

En este primer momento, quizá se han podido vislumbrar grosso modo ciertas
semejanzas entre Magia y Cultura, ya sea a nivel de definición o función. No
obstante, a lo largo del ensayo intentaré desglosar ambas de una manera un poco
más completa para de esta forma, poder explicitar aquel vínculo que las atañe.
Con lo anterior intentare justificar el siguiente argumento: Debido a que la Magia
opera de manera bastante similar a la Cultura, ésta es un instrumento que la
última utiliza a manera de ampliación en tanto que se recurre a ella a partir de
situaciones que se consideran necesidades culturales.

Este ensayo tendrá como primer momento una explicación más detallada
respecto a las definiciones que se proporcionaron anteriormente, así como a las
funciones propias de ambos términos y algunos elementos constitutivos que de
igual forma se relacionan y operan dentro de las dos. Posterior a ello realizaremos
una comparativa entre la Magia y Cultura para intentar encontrar las similitudes y
diferencias que nos facilitará observar si nuestro argumento se corresponde de
manera adecuada o no con ellas.

Desarrollo

Cultura

Muchas propuestas teóricas conciben al ser humano como un ser cultural


partiendo únicamente desde el momento en el que el humano nace, sin embargo,
desde antes que ocurra el momento del parto y el ser humano pueda ex-sistir, éste
ya se ha visto rebasado por algo del orden de la cultura. Un ejemplo de ello
podemos situarlo en el nombre que los padres buscan darle, ese elemento
simbólico cumplirá su función de ordenador y delimitará al sujeto inscribiéndolo en
una estructura de acciones y modelos de dirigirse al otro [CITATION Jac71 \l 2058 ]. En
ese primer momento o estadio, por así decirlo, se puede identificar que el pequeño
humano a punto de adentrarse a su entorno, en cierta forma ya ha sido introducido
y adentrado a este mismo gracias al orden precedente de la Cultura.

Sin embargo, esta característica de ordenamiento tan propia de la Cultura se


acompleja de maneras distintas a la par que el humano va avanzando en sus
etapas de crecimiento incluso llegando a incidir dentro de sus pensamientos y
acciones. Uno de los elementos que constituyen a la Cultura y opera como un
principal ordenador es el lenguaje, una vez que al ser humano se le transmite el
lenguaje y éste comienza a hablar entonces queda atravesado y atrapado en una
red de representaciones que irán moldeando la manera en que se acerca y
significa el ambiente a través de una manipulación indirecta que consiste en
manipular directamente al organismo.[ CITATION Mal \l 2058 ]

El lenguaje es indispensable para moldear y condicionar al ser humano [CITATION


Mal \p 86 \l 2058 ]. Así mismo a través de él, poco a poco vamos estableciendo los
pilares de aquello que Malinowski llama “segundo ambiente”, y podríamos decir
que este segundo ambiente permanece en una conexión intrínseca al humano.
Para el autor el segundo ambiente se consolida a manera de hábitos que se
adquieren en tanto el ser humano se confronta con una incapacidad anatómica
para satisfacer algunas necesidades que van más allá de el, ante ello opta por
remitirse al conocimiento de las leyes, costumbres y maneras que acompañaron a
la misma inscripción del lenguaje.

Estas leyes son resultado de la interacción con la Cultura, y también productos de


la misma, debido a ello traen consigo el mismo carácter de ordenamiento y por
ende, se reproducen en tanto que el ser humano se remite a ellas, de esta forma
comienza una continuidad cultural. Por lo tanto debemos tener en cuenta el papel
del contexto en el que las leyes están operando partiendo de la configuración
preescrita del espacio-tiempo.

No obstante, las leyes, reglas y costumbres no son fortuitas o azarosas. Cada una
de ellas al ser un producto de la interacción cultural se derivan del conocimiento
perteneciente al ser humano, he aquí otro elemento fundamental que constituye la
función de la Cultura: El conocimiento. El conocimiento es un elemento
necesario para intentar asir los problemas que aparecen dentro de la interacción,
ejemplo de ello lo vemos explícitamente en el siguiente párrafo; Es necesario el
conocimiento para fabricar, manejar y utilizar los artefactos, los instrumentos, las
armas y otras construcciones, y está esencialmente relacionado con la disciplina
mental y moral[CITATION Mal \p 86 \l 2058 ].

De igual manera para Malinowski el conocimiento opera en gran medida similar a


la cultura, organiza e integra, se materializa a través de los procedimientos que el
mismo requiera. También a la par de las leyes o reglas, puede establecerse como
una necesidad derivada de la cultura. Sin embargo este elemento no se detiene
únicamente en proveer al ser humano la capacidad de planificación o desarrollo
respecto a sus actividades o costumbres [CITATION Mal \p 102 \l 2058 ], si no que da
paso a otro tipo de necesidades donde una vez más el humano se encuentra
limitado y por ende recurre a nuestra otra definición que abordaremos: La Magia.

Magia

La Magia aparece dentro de una interacción con el ambiente como herramienta


que se emplea para satisfacer una nueva necesidad que demanda algo donde al
humano, nuevamente, sus capacidades corpóreas no dan cabida para poder
satisfacer. Algo inexplicable penetra y frustra las previsiones dadas por el
conocimiento[ CITATION Mal \l 2058 ]. Esta necesidad puede ser tal como lo dice el
autor un intento de ayudar al humano a protegerse o resolver necesidades nuevas
a través de la dominación de accidentes y el engañar a la suerte. En otras
palabras, propongo que concibamos a la Magia más apegada al campo de las
representaciones, esto quiere decir que la pensemos como un medio a través del
cual el humano trata de reordenar, siguiendo su bagaje cultural, el caos que
repentinamente acontece como producto de la interacción con el primer ambiente,
el natural.

Por ende, si la Magia se deriva de una necesidad específica para una situación
entonces también está determinada de un límite contextual. Por ejemplo, el ser
humano tiene un sistema de supersticiones que lleva a cabo para asegurar que
sucedan cosas; En las ceremonias matrimoniales se consigue buena suerte para
la pareja de casados mediante la estricta observancia de métodos mágicos tales
como arrojar la zapatilla o la lluvia de arroz [CITATION Mal \p 110 \l 2058 ]. Por otro lado
tenemos a los ritos que se implementan en los viajes de avión, a grandes rasgos
estos consisten en: no utilizar el color verde durante el vuelo, no prender tres
cigarros del mismo cerillo o no viajar en martes[CITATION Mal \p 111 \n \y \t \l 2058 ].

Encontramos que ambos sistemas de ritos tratan de asegurar y direccionar a la


suerte para evitar que sucedan acontecimientos que pongan en riesgo al humano,
sin embargo estos permanecen supeditados tanto a una situación como a un
espacio- contexto en específico donde su eficacia se muestra, a veces en relación
con las acciones que se realizarán después.Esto quiere decir que la suerte que se
desea a los novios arrojándoles arroz, no funcionaría si a cada avión preparado a
punto de emprender vuelo se le arrojase arroz, o en que arrojar las zapatillas de
los pilotos provocará un buen vuelo. La función de ambos ritos radica en el
ordenamiento y la significación propia de la estructura que permiten al humano
sentirse seguro ahí donde no le queda otro método para sostenerse. Un
elemento , que considero importante, es cuando Malinowski puntualiza que la
Magia necesita un sentimiento de afinidad, por parte de los humanos que llevarán
a cabo el mito, respecto al fin que buscan empleándola, esto lo traduzco en la fe.
El rito exhibe una tendencia hacia la asimilación formal del fin deseado o hacia los
medios normales de promilación formal del fin de seado [CITATION Mal \p 114 \l 2058 ].

De igual manera encontramos que estos sistemas por donde se manifiesta la


Magia, como ya lo dijimos anteriormente, al estar ligados estrechamente a un
contexto, entonces, la producción de estos necesariamente deberá de partir de un
conocimiento previo que englobe a la misma Cultura; La fuerza de la magia solo
puede producirse dentro de los ritos tradicionalmente preescritos [ CITATION Mal \l
2058 ]. Los miembros se organizan e imponen tareas que la misma Magia
“necesita” para funcionar eficientemente.

Equiparación Cultura/Magia

Me parece que llegando a este punto y con los conceptos y funciones


desglosados, es inevitable no haber encontrado ciertas similitudes que grosso
modo otorgan chispazos acerca de nuestra propuesta de argumento; Debido a
que la Magia opera como la Cultura, entonces la Magia es un instrumento que la
Cultura utiliza a manera de ampliación en tanto que se recurre a ella a partir de
situaciones que se consideran necesidades culturales. No obstante, intentare
puntualizar aquellas convergencias que me permiten expresar lo anterior.

Principalmente tenemos la función de ordenamiento, la Cultura con sus métodos


de difusión y transmisión, particularmente el caso de los padres buscando el
nombre o la ayuda de los mismos ayudando a inscribir en el orden del lenguaje al
pequeño humano, cumple su función de ordenar el pensamiento como la manera
de significar tanto al ambiente al que es expuesto el ser humano como a lo que
cohabita con él, así mismo esta forma en la que se intenta asir al mundo se va
materializando en hábitos, costumbres y leyes que reproducen a la misma cultura.
En el caso de la Magia, también encontramos la función de ordenar, no obstante,
ese ordenamiento que se realiza dentro de la Magia se realiza como una
herramienta a la que recurre la Cultura para trata de cubrir aquellos espacios
donde hasta el humano ha sido rebasado, y por ende, busca dotar de sentido al
caos que los acontece. Así mismo ambas tienen ciertos límites que si bien la
cultura los impone a los humanos, la Magia los expresa a través de su
especificidad respecto a situaciones.

De qué manera se podría dotar de sentido? Si no es integrando el caos a su


sistema de representaciones en el que el humano ya habitó por mucho tiempo y
en cierta forma a través de lo que conoce puede ir sorteando o prediciendo las
condiciones futuras. He aquí el segundo punto clave que nos remite al argumento
es el papel que juega el lenguaje dentro de ambas. Si por un lado ya expusimos
que ordena el pensamiento y posterior a ello consolida leyes que dan paso a
determinados hábitos, así como permite que el humano manipule indirectamente
el ambiente manipulando directamente su organismo [CITATION Mal \p 87 \l 2058 ].

Entonces, debemos percatarnos que dentro de la Magía también opera un


lenguaje que si bien se rige por un ordenamiento previo, parte de la Cultura,
también lleva a cabo determinadas acciones que le permiten al ser humano hacer
el intento por moldear, en segunda ocasión, al ambiente peligroso; En la Magia el
objeto se hace asequible al control humano por que los medios que se emplean
dentro de la misma permanecen conectados con el objeto [CITATION Mal \p 117 \l 2058
].

El tercer punto que me parece pertinente abordar en esta equiparación es el


conocimiento. Si bien dentro del orden de la cultura, el conocimiento es aquel
elemento que dota al ser humano la capacidad para lidiar con las diversas
manifestaciones del ambiente de una manera “adecuada” o culturalmente
aceptada, quizá por este factor constitutivo es que Malinowski desglosa al
conocimiento como una derivada cultural que busca cumplir necesidades.

Si consideramos que el conocimiento es lo que determina como el humano actúa


dependiendo de las distintas necesidades, entonces este elemento tampoco
puede escapar a la Magia. Efectivamente, la Magia necesita partir de un
conocimiento previo de la Cultura para poder entender de qué manera deberá
operar y que elementos son los que adentrará en sus métodos para asegurar la
eficacia o sentimiento de simpatía de quienes la utilizan.

Conclusión

La Cultura es una realidad instrumental que ha aparecido para satisfacer


necesidades que sobrepasan al hombre. En cambio, cuando Malinowski aborda a
la Magia, de la misma forma la plantea como un instrumento, no obstante es un
instrumento que recurre a esa previa realidad instrumental con el mismo fin de
satisfacer necesidades.
En este punto ya podemos ir identificando que la Magia si bien permanece
operando de la misma manera respecto a la Cultura, comienza a presentarse
como instrumentalidad en se realiza a partir de que la Cultura opta por emplearla
como recurso frente a situaciones . Sin embargo es sumamente importante
esclarecer que, aún cuando ambas operen, dentro de la obra de Malinowski, de
manera bastante similar, esto no sucede manera unilateral puesto que la Magia al
retomar como base la Cultura, entonces le atribuye a esta misma características
de principalidad.

Ante esta posible conclusión, me parece fundamental y como objetivo posterior


indagar un poco más respecto a la función estructural que tiene la Magia y la
Cultura, con ello quizá podremos refutar o seguir complementando nuestro
argumento que, si bien considero fue conciso y las equiparaciones le fueron
correspondientes faltó ser un poco más riguroso e incluir otra perspectiva teórica
complementaria. Esa otra perspectiva que considero nos podría ayudar es La
eficacia Simbólica de Levi Strauss donde se ofrece un análisis un poco más
completo del que podríamos extraer buenos razonamientos para verificar nuestra
postura.

Bibliografía
Lacan, J. (1971). Escritos 1 . Buenos Aires: Siglo XXI.

Malinowski, B. (s.f.). La Cultura. En J. S. Kahn, El concepto de cultura: textos fundamentales (págs.


85-127). Barcelona: Anagrama.

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