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El manejo de la basura en Chile

Por Diego Reyes

Es conocido que en todo el mundo se está viviendo una gran época de


prosperidad, si bien últimamente aspectos internacionales como lo han sido la
pobreza y desestabilidad generados por la pandemia del Covid-19 o la guerra
entre Rusia y Ucrania no demuestran lo anteriormente dicho. Muchos historiadores
afirman que estamos viviendo la época más pacífica de nuestra historia.
Antiguamente tener propiedades, lujos o tan siquiera los alimentos básicos para
poder sobrevivir eran cosas que no muchos podían darse el gusto de tener. Pero
desde la segunda mitad del siglo XVIII con la revolución industrial el acceso a los
bienes básicos y de lujo se expandieron a lo largo de todo el mundo llegando a
nuestra situación actual en la que obtener productos está a la facilidad de
presionar un click por internet. Gracias a que el ser humano, entre comillas, tiene
sus necesidades básicas cubiertas, como lo son la comida, un lugar donde dormir,
mantener una familia, entre otros. La sociedad con el funcionamiento que tiene le
permite a gran parte de la población comenzar a consumir productos
principalmente de entretención y de ocio que ayudan a saciar nuestra sed de tener
y demostrar a los demás lo que tenemos. Nos hemos vuelto una sociedad
consumista que busca en el adquirir un estatus para con los demás y esta
búsqueda del tener se ha transformado en uno de los grandes problemas de
nuestros tiempos. La población en general tan solo busca saciar sus ansias de
comprar sin siquiera ponerse a pensar como es que impacta el producto desde su
fabricación hasta su desecho. Esta tendencia es propia de los países
desarrollados tales como Estados Unidos, China, Alemania, Reina Unido que dado
al gran poder de adquisición de su población y en Latinoamérica es Chile el que se
encuentra dentro de los mayores productores de basura, problema que no parece
haber encontrado solución al igual que los países anteriormente nombrados, con
problemas tan grandes como lo son su almacenamiento, afectando enormemente
el ecosistema y la población que se encuentra cercana a estos puntos propiciando
plagas, malos olores, entre otros. Una preocupación creciente en la población a lo
largo y ancho de todo el país pero que desgraciadamente parece invisible para la
mayoría de las autoridades de nuestro país.

Chile durante las últimas décadas a destacado frente a sus vecinos


latinoamericanos, desde 1974 cambió radicalmente su modelo de desarrollo
pasando desde una economía estatal a una abierta al mercado exterior. Este
cambio trajo consigo grandes reformas como al sistema de educación, de salud y
de vivienda que trajeron gran estabilidad a las familias chilenas reduciendo
también drásticamente la pobreza. Todo lo anteriormente nombrado dotó a gran
parte de las familias chilenas una tranquilidad y poder adquisitivo que propició la
compra de artículos de ocio y entretención al por mayor, cayendo en una sociedad
consumista al igual que la gran mayoría de países desarrollados nombrados
anteriormente. A primera instancia esto no suena tan malo, ya que la población
tiene la opción y la posibilidad de comprar artículos que van más allá de los
necesarios, pero el problema está en que todos estos artículos o servicios generan
un impacto en su fabricación, su distribución y su desecho, un impacto y un
problema al que no muchas personas prestan la verdadera atención que necesita.
Según un estudio realizado por el Sistema Nacional de Información Ambiental
(SINIA) En 2019 se generaron 7.860.784 toneladas de residuos municipales, con
una población proyectada de 19.107.216 habitantes, lo que significa un promedio
de 1,13 kilos al día por habitante (2022). posicionándolo como uno de los mayores
productores de basura en la región.

¿Pero qué se puede hacer para contrarrestar este creciente aumento de


desperdicios en las familias del país? Bueno, el reciclaje parece ser la mejor
respuesta a esta problemática ya que en otras partes del mundo a demostrado
reducir drásticamente la cantidad de residuos y aumentado los destinados al
reciclaje, por ejemplo, en continentes como lo es Europa siendo el que cuenta con
la mayor tasa de reciclaje del mundo y una población habituada a esta actividad
demuestra que si es posible implementar iniciativas, que la población en general
las apoya y que genera un impacto positivo al medio ambiente. Viendo este
favorable panorama en países más desarrollados el reciclaje parece ser una idea
que debió ser implementado hace mucho tiempo atrás en chile, pero ¿es este el
caso? Lastimosamente la respuesta es negativa ya que gran parte de la población
no a logrado implementar el reciclaje a su diario vivir y parecen no verse afectados
por los efectos nocivos que los desperdicios generan, es más, “En todo lo que es
reciclaje, Chile es uno de los países que menos recicla, con un promedio entre el
1% y 4% de nuestros residuos. Estamos en nada” (Schiappacasse, 2017).

Conocemos el problema, por lo cuál la solución es simple, ¿cierto? Este no parece


ser el caso en nuestro país, si bien es ampliamente conocido por la población y las
autoridades que el reciclaje es el camino a seguir para contrarrestar esta creciente
problemática, pero el 45% de los municipios en Chile no tiene un servicio de
reciclaje municipal. Y los que declaran tenerlo, varían desde los que solo disponen
de un par de contenedores, hasta aquellos que han incorporado servicios para
recolección domiciliaria (Levi, 2021). He aquí el problema, la población no se
encuentra interesada en reciclar y de así quererlo las autoridades no entregan la
infraestructura necesaria para ello. Dejando a la población encerrada en un ciclo
de querer y no poder.

En definitiva, queda bastante claro que en el país sudamericano no se le está


dando la importancia que un problema tan grande y contingente a la actualidad
como el de los desechos necesita que, a la larga y de no hacer nada para
solucionarlo llegaremos a un punto de no retorno, en la que la basura acumulada
por los productos que hemos ido utilizando a lo largo de nuestra vida irán
agotando cada vez más sus espacios de almacenamiento y junto con ello debilitar
aun más nuestro medio ambiente por medio de la emisión de productos químicos
debido a la descomposición. Aun así y habiendo escuchado este poco prometedor
escenario aun queda tiempo para remediar el desperdicio y el impacto generado
durante los últimos años y comenzar a incluir un nuevo modelo de consumo
responsable y amigable con el medio ambiente.
En cuanto al problema de la basura no se puede señalar a un culpable de todo y
hacerlo pagar por el daño generado, esto es imposible, ya que esta es una
problemática en la que todos estamos envueltos, quizás en mayor o en menor
medida, pero al fin y al cabo relacionado igualmente. Por lo cual es importante que
como población seamos conscientes que todo lo que utilizamos en nuestro día a
día genera un impacto, desde su creación, distribución, su uso y finalmente su
desperdicio. Con esto como sociedad seremos capaces de ser más responsables
con lo que utilizamos y discriminaremos entre comprar o no un producto ya que
sabremos que cualquier cosa por lo mas mínima que sea generará un impacto.
También las empresas productoras de estos productos deberán por lo menos
crear productos biodegradables y hacerse cargo de hacia dónde van a parar sus
productos y cómo estos afectan al medio ambiente, ya que actualmente la mayoría
de las empresas tan solo se preocupan de producir, al menor costo y tiempo sin
siquiera preocuparse del impacto que están generando, con esto se le está
obligando a las empresas a poner más atención en sus productos ya que estos
estarán pensados para ser reutilizados o de lo contrario ser biodegradable todo
esto con el objetivo de generar el menor impacto posible al medio ambiente.
Finalmente, la mejor herramienta que tenemos para contrarrestar este problema
es el reciclaje, pero este sistema debe ser implementado desde cero, ya que como
se nombró anteriormente, ni la población está habituada a reciclar y ni siquiera
existe la infraestructura necesaria para reutilizar correctamente. Primero que todo
se deberá educar a la población sobre qué es reciclar y cómo es que esta
actividad que a primera instancia parece fácil, puede ayudar de gran manera al
medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos naturales, luego enseñar
cómo se separa la basura y en qué contenedores se deberá situar cada
desperdicio. Finalmente, la educación de la población en general no bastará si no
se dispone con una infraestructura necesaria y apta para afrontar la demanda de
reciclaje, las municipalidades deberán encargarse de propiciar y facilitar el acceso
del reciclaje a la población por medio de la creación de una red que conecte a las
personas con el centro de acopio, esto con el objetivo de facilitar a la población, en
la mayor medida de lo posible, el poder reciclar.
De esta manera se tendrán cubiertos los puntos más importantes para generar un
verdadero cambio en nuestra forma de consumo, la mentalidad de la población en
cuanto a los productos que consumimos, la responsabilidad de las empresas que
tienen frente a los productos que generan y la creación y fortalecimiento de las
redes de reciclaje en la población en general. Estos puntos a primera instancia
parecen sencillos, pero bajo su sencillez esconden una gran dificultad de
básicamente cambiar nuestra forma de vivir, si bien será difícil este es el camino
correcto a seguir.

Referencias
Levi, N. V. (09 de Abril de 2021). Reciclaje domiciliario en Chile: queremos, pero no nos dejan.
Chile.

Schiappacasse, M. C. (28 de Marzo de 2017). Chile es uno de los países que menos recicla: entre
un 1 y 4% de nuestros residuos. (S. N. Martínez, Entrevistador)

SINIA. (27 de 01 de 2022). SINIA. Obtenido de SINIA:


https://sinia.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2022/01/C10-residuos-rema-2021.pdf

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