No 2 | año 2018

ausculta

ausculta |
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 ausculta No 2 | año 2018

despierta
AUSCULTA, primera palabra que san Benito nos dirige
en el Prólogo de su Regla, y que traducido del latín sig-
nifica "escucha", es una revista editada por los monjes
benedictinos de Santo Domingo de Silos.

Dirección: Fr. Ángel Abarca, OSB.

Fr. Luis Javier García-Lomas, OSB

al
mundo
Maquetación: Abadía de Silos

Contacto: info@sermonje.eu

ÍNDICE
1- LA LITURGIA DE LAS HORAS.

2- EL OFICIO DIVINO: EL ORA DE NUESTRO LABORA.

4- LA JORNADA DEL MONJE.

6- EN EL CORAZÓN DE LA COMUNIDAD MONÁSTICA.

10- CONOCEMOS A FRAY JOSÉ ANTONIO.

13- BREVE VOCABULARIO BENEDICTINO (I).

© Abadía benedictina de Santo Domingo de Silos, 2018

W hi l e thi s i s sue o f K a n sa s Monk s may not c ar r y th i s theme, I fe el that it ’s imp or t ant
that I exp re s s my g rat i tude to th e s e Kans a s Monk s .

LA LITURGIA
W he n I w a s j u st 11 ye a rs o ld, my moth er a ske d me, “ would you like to go to Oly mpic
D e vel o p m e nt S o cce r C a mp, or wou ld you like to go to C amp St . Maur ?”
I c a n ne ve r b e cer t a in why, b u t for s ome re a s on I ch o s e C amp St . Maur. At the time it

DE LAS HORAS
m ay h av e b e e n the g u a ra nte e d tr ip to World s of Fu n – or the pro sp e c t of sp ending a
we ek w i th my co u sin s (w ho were, and remain to th i s d ay, my b e st f r iend s). For s ome
re a s on I cho s e C a mp St . Mau r.
At th e ti m e i t s e em e d a n ins ig nif ic ant de c i s ion, b u t in tr uth, that 11- ye ar- old de c ide d
the a rc oElf tiempo
my e nt esiun
re donlifeque
. AtDios nos regala
c amp I foucon
nd lamy
vida.f irs
En tel, transcurrir
and p erhap de los días,stacogemos
s mo b elov e pro-
d, j ob.
I fou nd avechosaj o b aty conscientemente
M aur Hi ll- Mou la gracia
nt Ac delademy
Señor. Una
th at comunidad
wou l d allowmonástica
meestáto llamada
p ay fora tomar
colle ge;
B e ne d i c conciencia
t i n e C o lledegello.
e, wSabehere queI aquí
wou yldahora
b e g pasa
u ide el
d Señor
b y th oque s e llama
same yBespera
ene dicser acogido.
tine monk s .
Perh ap s m o s t i mp o r t a ntly of all, b e c au s e of c amp I me t a g irl; a g irl who had re ceiv e d
that s a mLos e Bdías,
e nelos
di caños,
t i n elae vida entera del
duc ation and monje
wouyndde la
u pcomunidad
at th at same monástica estána en
c amp; función
g irl whodeto d ay i s
my w i fe.la «Liturgia de las Horas», de la «santificación del tiempo mediante la oración pública y común del
pueblo de Dios, la oración de la Iglesia con Cristo y a Cristo». Sólo Dios da sentido a la vida de una
Mu ch ha s o cc u r re d sin ce my 1 1 - ye ar-old s elf de c ide d to s e e what Atchi s on had
comunidad monástica, por ello, siete veces al día lo dedican a la oración de la Iglesia y a orar con
to o f fe r ; b u t I c a n say n o w th at , w ith ou t a dou b t , th e monk s hav e g iv en me all
la Iglesia.
that I h ave . When I lo o k a rou nd at th e end of th e d ay, my life i s a pro duc t of the
env i ro n m e nt anteponer
«Nada that ha slabobra e en de
c re atepide
Dios» d b ysan
thBenito
e monk s . monjes
a sus My philo s ophy,
porque «nadamy f aith,
deben e v en my
anteponer
am i l y, aalreamor
g i f tde
s Cristo».
that haveEl rezo pausado y solemne de las Horas se convierte así en una señalthan,
come f rom th e monk s . Th ere i s little I c an say other
“tha nk yinequívoca
o u.” de amor a Dios y de comunión con la Iglesia.
Th at p h r a s e , “tha n k yo u,” c annot b e g in to ar tic u l ate what I hav e b e en g iv en, but I
La salmodia enlaza los días y los años de los monjes a la par que va modelando sus almas y sus
ho p e th at i t i s en o ug h. There i s noth ing I c an do th at c an e v er re p ay the g if t that I
have re cecorazones
i v e d . a imagen de Cristo. El correr de los minutos impregna su vida de tal forma que toda
ella se convierte en culto a Dios. Así, en la soledad y el silencio, los monjes asumen en nombre
S a nt a C l au s i s re a l — a n d h e we ars a b l ack h ab it .
de la Iglesia y con la Iglesia, las esperanzas y sufrimientos de la humanidad, y es que todo lo
- J .D. B e nhumano
n i n g tiene cabida en la Liturgia de las Horas, en una oración que sube hasta el Padre como
Ed i to r, suave
Ka n solor de incienso.
a s Mo n k s , B C ’0 8

AS WE PROG RESS y
Pedid I Nse
T Hos
I S WAY
dará, O Fbuscad
L I F E A N DyIhallaréis,
N FA I T H , W E S
R U N O N T H E PAT H O F G O D ’Sllamad CO M M A y ND seM Eos N Tabrirá.
S, OUR H
O V E R F LO W I N G W I T H T H E I N E X P R E S S I B L E -DMateo
E L I G H 7,7T O-F
-r u l e o f s t . b e n e d i c t , p r o lo
ausculta | 1
 el
OFICIO
DIVINO
el ora de nuest ro labo ra
Orar es dar la sangre del propio corazón. Esta frase de un monje del Monte Athos puede resultar un poco
desconcertante, pero encierra dentro de sí el sentido de la oración en al vida del monje: dar la vida para
la salvación del mundo. La vida monástica es, ante todo, una vida de oración. La oración es para los
monjes la entrega de la propia vida por los demás.
En la vida monástica tiene una gran importancia la oración celebrada en comunidad, en el coro, si-
guiendo el ciclo litúrgico del misterio de la salvación. El mysterium salutis es Jesucristo, Hijo de Dios,
nacido, crucificado, resucitado, ascendido a los cielos y esperado al fin de los tiempos como juez y reca-
pitulador del universo. El coro es para los monjes el atrio de la Jerusalén celestial, el lugar de la vigilia
nupcial. Y eso es así no sólo porque nos levantamos en la noche para madrugar con el Esposo, como dice
Dante sino, sobre todo, porque la alabanza coral es el preludio de la alabanza perenne que cantaremos
unidos a las muchedumbres de los ángeles y de los santos en la fiesta del cielo.
Por ello, San Benito inculca al monje el sentido de la presencia de Dios y quiere que celebre la divina
liturgia como si se hallara delante de la majestad divina, con santo temor y alegre asombro (cfr. RB 19).
Por eso el encontrarnos siete veces al día en comunidad para orar no significa sólo orar juntos, sino el
colocarnos juntos delante de la presencia de Dios para ser la voz de todos los hombres orando ante el
Señor. Somos voz de los que oran y de los que no oran, de los que creen y de los que no creen, de los
alegres y de los que lloran, de todos los hombres. Con razón se dice que el monje es presencia de Dios
para los hombres y al mismo tiempo presencia de los hombres para Dios. En nombre de todos y con
todos se coloca el monje ante Dios en cada una de las horas del Oficio Divino.

2 | ausculta
Pero es cierto asimismo que el coro es para los monjes un lugar de fatiga y de combate espiritual por-
que, como ya hemos dicho, los orantes son constructores de la ciudad de Dios bajo los ataques direc-
tos del enemigo, que hace lo posible para que el esfuerzo parezca demasiado duro y que la salmodia
parezca inútil; para llevar al desánimo y al tedio. Hay que mantenerse siempre vigilantes para prestar
atención, para no distraerse, para mantener el corazón recogido en el Señor. Ya lo dice el adagio latino:
si cor non orat in vanum lingua laborat.
El Oficio Divino, la Liturgia de las Horas, tiene como componente fundamental la Palabra de Dios, en
concreto los Salmos. ¿Qué mejor que la Palabra pronunciada por Dios y contenida en las Sagradas Es-
crituras para dirigirnos a Él? Los salmos son la parte más importante y la que ha contribuido a dar
fisonomía propia a cada una de las horas, de los días y de las celebraciones de la Liturgia de las Horas a
lo largo de la historia. De ellos hablaremos en el próximo número de Ausculta.

ˮ
Salmodiemos de tal manera
que nuestro pensamiento
concuerde con lo que dice

ˮ
nuestra boca
(RB 19, 7)

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 LA JORNADA
DEL MONJ
TRABAJO
Intelectual, artístico y manual

TERCIA
11 12 13
misa conventual 10 14
9 15
laudes 8 16
Lectio Divina
7 1
vigilias
6 1
5 1
4 20
3 21
2 22
1 24 23

descanso nocturno

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JE
El Oficio divino ocupa un lugar esencial en la vida
de los monjes. Los reúne siete veces al día en la
iglesia del monasterio, interrumpiendo otras obli-
sexta gaciones. De esta manera se subraya la primacía de
la alabanza divina -la primacía de Dios- y se busca
realizar el ideal de la oración continua.

Los monjes se unen con la oración litúrgica a la

6
NONA intercesión de Cristo. De esta manera la Liturgia
de la Horas no sólo marca el ritmo de la jornada
17 trabajo
monástica, sino que permite al monje participar
en los Misterios de Señor. De esta manera cele-
18 bra, canta y contempla durante toda su vida.

19
vísperas Sin embargo, la “Obra de Dios” no se agota en la
Lectio Divina oración litúrgica. El monje ha de dedicarse tam-
0 cena
bién a otras actividades: la lectio divina, el trabajo,
el servicio a los hermanos, el encuentro fraterno
con otros miembros de la comunidad... «Por eso los
completas monjes deben ocuparse a unas horas en el trabajo,
y a otras, en la lectio divina”» nos dirá San Benito
en su Regla (RB 48, 1). Por eso todas estas activida-
des son, cada una a su modo, “Obra de Dios”, servi-
cio a Dios, existencia de cara a Dios.

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 EN EL CORAZÓN DE
EL OF
El Oficio divino, la celebración litúrgica en general,
es el lugar donde la comunidad se construye sobre
la única roca que es Cristo: " Acercándoos a él, pie-
dra viva rechazada por los hombres, pero elegida
y preciosa para Dios, también vosotros, como pie-
dras vivas, entráis en la construcción de una casa
espiritual [...], a fin de ofrecer sacrificios espirituales
agradables a Dios por medio de Jesucristo" (1Pe 2,5)
La espiritualidad benedictina es una espiritualidad litúrgica;
de hecho San Benito dedica 18 capítulos de la Regla al ordena-
miento del Oficio divino. Indicaciones que llevan la marca de su
tiempo pero que manifiestan un espíritu que no pasa. Así, el cami-
no del monje es el camino de la celebración del misterio de Cristo .
A lo largo del año, atenta a la Palabra de Dios, reunida en torno a
la Eucaristía, sostenida por el canto de los salmos, la comunidad
monástica evangeliza y, al mismo tiempo, es evangelizada. De
este modo, "celebrar" no es simplemente realizar un rito, sino
entrar uno mismo, con todo el ser, en la Pascua del Señor en
cada etapa del tiempo litúrgico.
A pesar de los momentos de desierto y de las dificultades del
día a día, el monje sabe que está allí para entregar su corazón,
más para escuchar que para cantar.
"Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones"
(RB Pról.). Este corazón al que el Señor llama e interpela, es el
mismo que el monje ha tenido que "preparar" en la oración
personal "con toda humildad y pura devoción" (RB 20).

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E LA COMUNIDAD MONÁSTICA
FICIO DIVINO
La tarea de un monje, su ministerio en el corazón de la Iglesia, y su responsabilidad en nombre
de todos los hombres, es cantar la gloria de Dios, decir que Dios es Dios. La espiritualidad de
San Benito está toda ella marcada por la convicción de la trascendencia: "consideremos cómo
debemos de estar en presencia de Dios y sus ángeles" (RB 19).
Para ser fieles a este ministerio de alabanza que les fue confiado, los monjes emplearon las ma-
ravillas del arte, de la arquitectura, del canto y de la música puestas al servicio de la celebración
litúrgica. Pero es lo invisible, el corazón, lo que mejor hablará. El corazón que encuentra su paz,
su lugar, la curación de sus heridas al olvidarse de sí para volverse hacia Dios.
Nunca se dirá suficientemente que el Oficio Divino celebrado por la comunidad es el primer lugar
de su apostolado. Cualquier persona que entra a nuestra iglesia puede sentarse a la mesa abierta
de la oración fraterna. Quizá hoy en día, más aún que en otros tiempos. Atraídos por la fe que allí
manifiestan los monjes ocupados solamente en Dios, cuántos han encontrado allí la presencia
de Aquel de quien habían soltado la mano, perdido el rastro, tal vez desesperado.
Icono de la Iglesia, de la Iglesia fraterna y orante, estando así, la comunidad invita a pasar un
umbral, a encontrar la casa. Es ahí donde se encarnan las palabras del Evangelio: "Maestro,
¿dónde vives? -Venid y lo veréis" (Jn 1, 38.39).

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 CONOCEMOS A

8 | ausculta
 dad y una sencillez que me chocaban mucho. Yo
FRAY JOSÉ ANTONI
¿De pequeño qué querías
ser de mayor? quería eso también para mí. No entendía nada
y quería entenderlo todo. Así que antes de irnos
Cuando mis amigos del colegio pensaban y decidí pedir por mí mismo unos días para ir yo
hablaban de su futuro yo me quedaba callado sólo. Como era menor de edad me tuvieron que
y pensativo. Todos lo tenían tan claro...y yo sólo acompañar otra vez, pero allí viviría yo sólo la
sabía que nada de lo que ellos decían tenía que experiencia de conocerles. Un monje bajito, del-
ver mucho conmigo: médico, arquitecto, abo- gado y con barba canosa me vio con ganas de
gado...Teniendo una familia profundamente preguntarle algo y acertó. ¿Qué tengo que hacer
cristiana y con miembros pertenecientes a ór- para ser monje? Eso fue lo que le dije. En ese mo-
denes religiosas, tenía muy claro lo que yo que- mento no sabía ni siquiera a que se dedicaban los
ría ser para los demás. Lo que yo vivía en casa monjes, pero sus caras, sus miradas, su serenidad,
me llenaba, lo que yo veía en mis familiares su cercanía, su alegría quería que fueran también
religiosos me hacía sentir que yo pertenecía a las mías. Eso es lo que me llamó la atención y yo
ese mismo ambiente. Así que, desde siempre, o quería vivir aquello.
por lo menos desde que tengo uso de razón, la
opción religiosa ha sido la ÚNICA.
¿qué te atrae más de
la vida monástica
¿por qué benedictina?
te hiciste monje?
Sinceramente, su equilibrio. Cuando te has mo-
Dentro de las opciones que en aquel momento vido durante tiempo en ambientes de mucho
podía barajar, la de ser monje quizá no era la más estrés y mucho trabajo valoras de verdad ese
inmediata porque pensaba que posiblemente equilibrio: Oración en Comunidad, Oración Per-
una vida más activa podría encajar mejor conmi- sonal, Lectio Divina, Trabajo tanto intelectual y
go. Ya había conocido a los Religiosos Pasionistas manual... Estos elementos se suceden durante
(tres primos de mi madre lo son), también a los las horas del día haciendo que cada día tenga un
Hijos de la Sagrada Familia (con ellos me eduqué valor distinto al anterior. Para nada es una vida
en el colegio) pero un día conocí un monasterio monótona. Muchas personas que se relacionan
cercano a mi ciudad. Yo tenía unos 13 años y un conmigo se asombran de que diga que cada día
amigo que ahora es sacerdote me invitó a pasar es diferente a otro en el monasterio. No se lo
unos días allí. Este amigo sabía de mis inquie- creen. Pues es cierto. Un ejemplo. Nuestra Lectu-
tudes y pensó... ¿por qué no probar? Desde el ra Divina (Lectio Divina). Cada día oramos con un
momento en que entré allí todo me hacía sentir texto distinto que vertebra nuestros encuentros,
como en casa, silencio, oración...veía en las caras nuestro trabajo, nuestra forma de relacionarnos,
de aquellos hombres que allí vivían, una felici- porque el texto orado nos enseña valores que nos

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 ayudan a enfocar todos esos momentos del día y
a enfocarlos a la luz de Dios y por supuesto nos
hace crecer, siempre bajo esa misma luz. La Vida
Fraterna también es un elemento que me gusta.
Una vez me preguntaron en el claustro que qué
era lo que más me gustaba del monasterio (en
realidad esa persona se refería a algún lugar fí-
sico). Ni me lo pensé y le dije: mis hermanos de
comunidad. ¿Porqué? Porque nuestro claustro,
ciertamente es impresionante, hermoso, lleno
de simbolismo..., pero quienes realmente forman
un monasterio son los monjes que lo habitan y
las relaciones fraternas que se forman, entrelazan
y hacen fuerte a la comunidad.
¿Qué consejo darías
a alguien que se está
planteando su vocación?
Primero de todo que sea valiente. Que hable de
ello con un sacerdote o con alguien en quien pue-
da confiar y que le pueda orientar. Santa Teresa
Benedicta de la Cruz (Edith Stein) decía que la
vocación monástica/religiosa consiste en estar
delante de Dios por todos. En la Regla de San Be-
nito encontramos los ejes identificativos de una
verdadera vocación monástica: buscar a Dios de
verdad; amor y solicitud por el Oficio Divino, por
la obediencia, por las dificultades (RB 58, 7). Por
lo tanto, esos indicios son necesarios para valo-
rar si seremos capaces de vivir como monjes. De
antemano hemos de ser conscientes que esta no
es una vida de facilidades. San Benito mismo nos
dice que debemos conocer todas las cosas duras
y ásperas a través de las cuales ser va a Dios (RB
58, 8).
10 | ausculta
BREVE VO
BEN
ABAD
Para san Benito es el eje de la vida del mo-
nasterio, ya que de él depende la actividad
material y espiritual de la comunidad. Le
dedica los capítulos 2 y el 64. Las funciones
principales del abad son:
• Maestro, que hace las veces de Cristo en el
monasterio, y como Él, ha de enseñar, es-
tablecer y mandar, siendo docto en la Ley
divina para guiar a sus hijos a las cumbres
más elevadas de doctrina y de virtudes.
• Pastor, que ha de cuidar y velar por su
rebaño como el Buen Pastor, Cristo.
• Siervo y administrador de la casa de Dios,
responsable de la organización material del
monasterio, con prudencia y moderación,
con calma y misericordia.
• Médico, que sabe curar las heridas y vicios
de sus monjes.
• Padre espiritual, responsable del camino
espiritual de la comunidad en general, y de
los monjes y seglares que a él, en particu-
lar, le abran su corazón.
CUARESMA
A ella le dedica el santo todo el capítulo 49,
la cual se halla orientada hacia la espera
OCABULARIO
NEDICTINO
gozosa de la Pascua. Toda la vida del monje
debería estar imbuida de esta espirituali-
dad penitencial de la cuaresma, pues lo que
él ha de desear ciertamente es el encuen-
tro con Cristo resucitado, más allá de esta
vida. En espera de ese gozo inabarcable, el
monje vive el presente en la espera, con
espíritu penitencial, sin atarse a los bienes
y comodidades de este mundo.
La cuaresma, lejos de ser un tiempo triste
por el “peso” de una mayor ascesis im-
puesta por el mismo monasterio sobre cada
monje, ha de ser un tiempo en el que vivir
más intensamente la conversión particular,
la oración más convencida e intensa y la ca-
ridad fraterna, en una cada vez mayor de-
pendencia de Dios.
PRIMERA PARTE
La escucha del monje ha de ir primeramen-
te dirigida hacia la Palabra de Dios, para
dejarse transformar por Ella. En segundo
lugar, el oído ha de estar atento a la Regla
de vida que el santo monje Benito ha lega-
do a sus hijos, y que es una aplicación a la
vida diaria del Evangelio. En tercer lugar, al
P. Abad, a quien hay que escuchar con cora-
zón dócil y abierto, teniendo en cuenta que
es la mediación más importante por parte
de Dios para los monjes y para aquellos que
le tienen por padre espiritual.

ESCUCHAR
Con este verbo se sintetiza la actitud bási-
ca que recomienda san Benito al que desee
gozar de días felices, tal y como dice en
el Prólogo. Pero no sólo “Escuchar” resu-
me el Prólogo, sino toda la Regla, pues sin
esta dimensión en el corazón es imposible
la conversión de vida y el seguimiento de
Cristo.

ausculta | 11
 Y finalmente, en cuarto lugar, la escucha está comunidad unida va a ser el lugar privilegiado
dirigida hacia el hermano de comunidad, hacia de la presencia y del encuentro con Dios, en
cualquiera de ellos, pues a través de la frater- la que todos los hermanos están llamados a
nidad también se puede discernir la Voluntad de ejercer la caridad fraterna hasta el extremo,
Dios en el día a día, especialmente en el ejercicio de que como dice el capítulo 72: “A llevar con la
lo que denominamos como “corrección fraterna”. mayor paciencia las debilidades tanto físicas
como morales de unos y otros”.
El espíritu de fraternidad supone una depen-
ESTABILIDAD dencia mutua, una ayuda para progresar gra-
La utilización de este vocablo en san Benito se cias al buen ejemplo de los demás hermanos.
inspira en la doctrina del Nuevo Testamento, No hay verdadera comunidad benedictina si
con el sentido de perseverar hasta el fin (Mt los monjes no forman una verdadera familia,
10), de mantenerse firmes en la fe (1 Co 16), en la que están dispuestos a dar la vida y sa-
de resistir hasta la muerte (AP 2). Con ella crificarse los unos por los otros.
trata de proteger a los monjes del detesta-
ble vicio de los giróvagos, que andan toda la
vida de acá para allá, y que tan poco beneficio HUMILDAD
causa al alma. Mientras que el orgullo separa al hombre de su
La estabilidad, en definitiva, es la promesa que verdad y de Dios, la humildad es la virtud que se
hace el monje junto con la conversión de cos- va a encargar de poner al monje frente a sí mis-
tumbres y la obediencia, de permanecer estable mo, cara a cara y de modo transparente. Ésta le
en el seguimiento de Cristo, en el monasterio, va a enseñar a conocerse en profundidad, sus
en una comunidad concreta y bajo una Regla riquezas y sus miserias, y desde esa realidad,
y un Abad. Perseverancia y paciencia hasta la le ayudará a ponerse en manos de Dios, que es
muerte van a ser, por lo tanto, dos cualidades capaz de sanar la raíz del corazón humano heri-
básicas en el monje que promete estabilidad. do por el pecado. Sin humildad, para san Benito,
no puede haber conversión, y sin ésta, no hay
camino seguro para encontrar a Dios.
FRATERNIDAD Es tan rara la humildad en el hombre que mu-
En la comunidad benedictina, la fraternidad chos nos sentimos tentados de abandonar su
entre los hermanos es realmente importan- búsqueda, pero aunque nunca podamos lograr
te. El término “hermano” aparece casi 100 una humildad perfecta, por la gracia de Dios y
veces en la Regla, con lo que podemos intuir si nos empeñamos en alcanzarla rogándola con
la significación tan grande que concede san corazón sincero, el Señor nos hará avanzar en
Benito a las relaciones entre sus monjes. La ella algún grado de los doce que señala el santo.
Desearla es ya un buen comienzo.

12 | ausculta
experienciamonástica
31 de julio al 6 de agosto de 2018

La experiencia monástica consiste en un retiro de dis-

cernimiento para hombres de entre 18 y 45 años, en
el monasterio benedictino de santo Domingo de Silos.
Se trata de una ocasión para vivir unos días en el seno
de una comunidad monástica y ser acompañados en
la reflexión sobre la vocación y los medios adecuados
para responder al amor de Dios.

MÁS INFORMACIÓN EN NUESTRA WEB:

www.sermonje.eu
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