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EX LIB R I S
HEMETHERII V A L V E R D E TELLEZ

Episcopi Leonensis
NOVENA
A L A S

ÁNIMAS DEL PURGATORIO


SACADA DEL

ANCORA DE SALVACION..

For t . IT. F r .

JOSE MACH
DE LA COMPAÑIA

DE JESUS.

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ZACATECAS? r* . -/„ .
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Imprenta de FranciscfoYyJagrana: .
tSiglwttra Umiermtaria
Calle de ta Compama oum. 22. ^y

1886 * Í i 1D¿
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v* r ' ^rti-fV' i • 1 Ai' *í('Vi'^ * V í ¡ fii^
MODO D E HACER ESTA N O V E N A
-bi e b muta?,} ¿í loo o a v g U esírós- es i 8
//r EN L A I G L E S I A .
• « n n A h n « i n í f í A u n * «»tiín A
y. M ) i h í ) % m j a a bamiví a.
No dado, Rdos. Sres. Párrocos y cristiano«
¿•líl LQkOtS A
< celosos del bien de las almas, que haréis nn
esfuerzo generoso para introducir y sostener
. K 0 I 0 A V J A 8 a a A S O D K A en vuestras parroquias una tan santa é impor-
w
tante devocion. Mas cómo llevar & cabo tan
.;V H fe Í0<rl grande empresa?
Si no se puede celebrar al prinoipio con la
H O A M A C S O R . magnificencia que se acostumbra en CataluSa
y en Madrid en la citada parroquia d e f i a n
A i t A tó 0 ¡> A I Luis, 6i no se puede obtener un predicador pa-.
ra todo el Novenario; procúrese á lo méoos
para los tres últimos dias: ouando no, vístase
de luto gran parte del altar, póngase una pin-
J |
tura que represente el purgatorio y colóquese
un túmulo en el centro de la iglesia. Hecho
esto y rezado el santo Rosario, léase con un-
i i, • -,4
'2l ción y pausa la meditación, el ejemplo y de-
/ v. ; - • ••• — y* ¡ más oraciones que corresponden al dia de la
novena, excítese el pueblo á que oiga cada dia
/7 ia Misa que se dirá en sufragio de los difun-
tos de la parroquia, y comulgue á la misma
$i> «émc^ÉI intención un dia de la novena. Y como este
es el principal fruto del Novenario, convendrá
al efecto anunciar una comunion general para
el último dia, é invitar algunos confesores fó-

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rasteros, para que, oyendo las confesiones des- ro que con ella lograrán los párrocos arraigar
de la vigilia faciliten ia oonfesion y dén mayor la devocion á las Animas en el corazon de ios
imputes ó esta importantísima práctica, v - fieles, y atraerlos al Novenario fácilmente.
Si se arredrase alguno por la penuria de re- Aquí la pongo, pues, devolviéndola el 6r-
cursos, nómbrense algunos administradores de den que tenia en catalán; y permitiéndome
Animas, que haciendo una cuestación ya sea las variaciones que me parece darán todavía
6 -domicilio* ya sea eada noche á la función de más luz y energía al original.
la iglesia, recojan las limosnas ó donativos vo>
MODO DE H A C E R B I E N E S T A N O V E -
luntarios: y JM> teman Íes falte nada. ¿Pues
qué cristiano no contribuirá gustoso á tan pia- N A EN PARTICULAR.
dosa institución? jQu.é hijo, qué padre, qué El que durante el Novenario no pudiere a-
esposo habrá tau ingrato, que con un módieo sistir á la iglesia, ó quisiere en otro tiempo ha-
sacrificio, rehuse aliviar las terribles penas que cer esta novena en casa:
SOS padres, bijod, esposas ó hermanos difuntos Póngase ante alguna imágen de nuestro
padecen en el Purgatorio, sobre todo si se les pon- Señor Jesucristo ó de su dolorosísima Madra
dera lo. agradecidas que les quedarán las Ani- tomándola por protectora de esta novena, á
osas, y la generosidad con que de Dios serán fin de alcanzar por sus méritos contrición de
recompensados? Sí, señores, abrazad, os rue- las culpas y compasion de las penas qu8 pade-
go, esta pía devocion, y vereis qué frutos es- cen las benditas ánimas del Purgatorio.
piritadles y temporales tan fecundos resulta- 2 9 Todas las mañanas tenga especial cuida-
rán fie ella. 4 si eb oiáuso le oe aa do de ofrecer á Dios sus obras, penas y tra-
Una dificultad puede todavía ofrecerse; á bajos en sufragio suyo.
saber, la escasez de predicadores; lo suplirá 3 9 Oiga Mi3a, si puede, todos los nueve
empero esta novena que compuse en idioma diaa y si estuviere impedido de asistir á los
oatalan, y con tanto celo dió á luz elegante- sermone?", lea y haga con atención en casa la
mente traducida al castellano, la piadosa Aso- meditación que corresponde al dia.
ciación de Animas establecida en Madrid en la No pase distraído estos dias como los de-
parroquia de San Luis. No diré con esta ilus- más del año, ántes bien esmérese en guardar
tre Jkfioéaoion que no se haya publicado has* más recogimiento, absteniéndose de visitas y
ta hoy otra novena ni más tierna, ni más sóli* conversación frivolas, y haciendo algunas o
da, ni más llena de unción santa; pero si espe- tras buena« obras á más de las eoostumbrades
2
5 ? Haga alguna ligera mortificación cada dia, "
OBRAS
y sobre todo absténgase de toda culpa, aun-
que sea venial, cometida voluntariamente. Di gran alivio para las Animas del Purgato-
6 9 No olvide el principal sufragio que re-
claman las alujas, y la suya en particular, que rio y de mucho mérito para nosotros.
es una confesión y comunico la más fervorosa
Hacer todos los años esta novena.
que se pueda.
7? Repase la vida pasada, mire si desde la * 2* Celebrar misas, ó mandarlas celebrar
Última confesion general habría ocultado algún y oirías.
pecado grave, ó hecho de otro modo alguna con- 3* Comulgar con fervor ya espiritual, ya
feeion sacrilega; y si así fuese, no se contente sacramentalmente.
con hacer una confesion ordinaria, haga una que 4* Visitar al santísimo Sacramento y rezar
abrace todos los malos hábitos y pecados come- la estación de la Bula.
tidos desde la última confesion general. Hacer un rato de oracion mental, medi-
tando con especialidad en la muerte y pasión
8? Examine atentamente cual es su pasión
de nuestro Señor Jesucristo.
dominante; es decir, la que forma la principal
6 ? Andar el Via-Crucis, llevar el 6anto Es-
materia de casi todas las confesiones, y haga
capulario, etc.
una muy séria resolución de e6tirparla, por-
7 ? Rezar el santo rosario, la corona do los
que i» te condenas, amado cristiano, esta pasión
Dolores, los salmos Penitenciales, cinco Padre
será la causa de tu condenación. # <
Nuestros á las cinco llagas y otras oraciones
NOTA. El que ni sepa leer, ni tenga quien ,
vocales.
le lea la meditación, puede hacer la novena,
8* Sufrir con resignación las penas, humi-
rezando cada dia cinco Padre nuestros y cin-
llaciones, dolores y trabajos de esta vida.
co Ave Marías á las cinco llagas de Jesús, y ,
9* Practicar alguna mortificación corporal
siete Ave Marías á los siete dolores de su san-
(con licencia de un sabio director), y sobre to-
tísima Madre, pidiéndola alivie las penas que
do refrenar ó mortificar los sentidos.
padecen las Animas del Purgatorio.
10* Hacer limosnas y otras piadosas obras
de misericordia.
11* Olvidar las injurias y perdonar á los e-
nemigos por amor de Dios.
cesiones, oficios y reuniones de la Cofradía,
SUMARIO
como también por cualquier obra de miseri-
De la» indulgencia* que los sumo» Pontíficet cordia espiritual 6 corporal que ejercitaren.
acostumbran conceder á la» cofradía» de Las misas celebradas por un Cofrade de
difunto en la iglesia de la Cofradía, gozan del
Animas canónicamente establecida».
mismo privilegio que si se digiesen en el al-
INDULGENCIAS PLENARIAS. tar privilegiado; esto es, que se saca alma del
1* A todos los fieles en el dia de su ingre- Purgatorio.
so en la Cofradía. NOVENA EN SUFRAGIO
En un dia cualquiera-de la Novena.
DE LAS AFLIGIDAS ANIMAS DEL PURGATORIO.
3* En ia fiesta principal ó tutelar de la i-
DIA PRIMERO.
glesia en que se halla establecida la Cofradía.
4* En la hora de ia muerte, invocando, no Por la señal de la santa Cruetc.
pudiendo con la boca, al ménos con el corazon, ACTO DE CONTRICION.
el dulce Nombre de Jesús.
Señor mió Jesucristo, Criador, Padre y Re-
Esta última 6e concede á todo fiel contrito
dentor mió, en quien creo y espero, á quien
aunque no pudiese recibir Sacramento alguno:
amo y quisiera haber siempre amado sobre to-
para ganar las otras es necesario recibir los
das las cosas; me pesa, sí, una y mil veces
eaiatos Sacramentos de Penitencia y Eucaris-
me pesa de haberos ofendido, por Ber Vos
tía, y visitar la iglesia orando un corto espa-
quien sois, bondad infinita; pésame también
cio de tiempo por la intención de Su Santidad.
porque merecí las terribles penas del Purgato-
INDULGENCIAS PARCIALES.
rio, y ¡ay! tal vez las eternas llamas del infier-
1* Siete años y siete cuarentenas de per- no. Propongo firmemente nunca más pecar,
dón en los tres diasdel año que hubiere seña* y apartarme de todas las ocasiones de ofende»
lado el Ordinario, contando desde las vísperas ros, ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh!
primeras hasta que se hubiere puesto el sol Dadme,- Jesús n\io, la gracia de confesarme
en dichas fiestas, y practicando lo que acaba- bien, enmendar la vida y perseverar hasta la
mos de decir. muerte. Os la pido por vuestra SaDgre precio-
Sesenta dias de indulgencia por cada vez sísima, y por los dolores de vuestra afligidísi-
que asistieren loe Asociados á las m i s a s , pro- ma Madre. Amen.
MEDITACION./
ORACION AL P A D R E E T E R N O
• i *I • * ¡i EXISTENCIA DEL PURGATORIO.

para todos los dias de la novena. Punto primero. Es un artículo de fe, qne
las almas de los que mueren con alguna culpa
Padre celestial, Padre amorosísimo, que pa- venial ó sin haber satisfecho plenamente á la
ra salvar las ánimas quisisteis que vuestro Justicia divina por los pecados ya perdonados^
Hijo Unigénito tomando carne humana en las están detenidas en un lugar de expiación qne
entrañas de una Virgen purísima, se sujetase llamamos Purgatorio. Así lo enseña la 6anta
á la vida más pobre y mortificada, y derra- Madre Iglesia, columna infalible de la verdad;
mase su sangre en Ja cruz por nuestro aipor: así lo confirma la más antigua y constante tra-
¿cómo dejaríais sufrir largo tiempo en el Pur- dición de todos los siglos ( 1 ) ; así lo aseguran
gatorio á unas almas qué tanto costaron á Je- unánimemente los Santos Padres griegos y la-
sucristo, y que son vuestras hijas amadísimas? tinos, Tertuliano, pan Cirilo, san Cipriano, san
¿Cómo permitiríais fuese malograda Sangre de Juan Crisòstomo, san Ambrosio, san Agustín
tan grande valot?..Compadeceos, pues, de es- y tantos otros ( 2 ) ; así lo han definido los sa-
tas pobrecitas almas, y libradlas de aquellas grados Concilios de Roma, de Cartago, de Flo-
horrorosas llanas. Compadeceos también de rencia, de Letrán y de Trento (3), dirigidos
la mía y libradla de la esclavitud del vicio. Y por el Espíritu Santo. Y aunque la Iglesia no
si vuestra Justicia divina pide satisfacción por lo enseñase así; ¿no lo insinúa bastante la ra-
las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las zón natural? Supongamos que una alma sale
obras buenas que haga en este novenario. ¡Ahí de este mundo con alguna culpa venial; ¿qué
de poquísimo, de ningún valor son, es verdad; hará Dios? ¿La lanzará al infierno, y siendo
pero yo las uno con los méritos infinitos de su bija y esposa amadísima, la confundirá con
vuestra Hijo divino,, con los dolores de su Ma- los réprobos y espíritus infernales? Eso repug-
d*e santísima, y.;<jon las virtudes heroicas de na á la Justicia y Bondad divina. ¿La intro-
euañtos justos han existido en la tierra. Mi- ducirá en el cielo? Esto se opone igualmente
radnos á todos, vivos y difuntos, con ojos de
comp&sion, y haced que celebremos un dia (1) Vide Gotti.—(2) Bellarm. de Purg.
vuéstrag misericordias en el eterno descanso lib. I, cap. 3 . — ( 3 ) Sese. 6 ; de Justif. cap.
de 1« gloria. Aman. 30; et alio, apud Bellarm.
á la santidad y pureza infinita del Criador, mérito nuestro bajar al Purgatorio con nues-
pues sólo aquel cuyas manos son inocentes y tros sufragios, y á imitación de Jesucristo dea-
cuuo corason está limpio, subirá al monte del pues de su muerte, librar á aquellas almas, y
Señor (1). Nada manchado puede entrar en alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria
aquel reino purísimo i 2 ) . ¿Qué hará, pues, accidental, procurando nuevos príncipes y mo-
Dio» de aquella alma? Ya nos lo dice por Ma- radore3 á aquella patria felicísima. ¡Oh admi-
laquías ( 3 ) , la pondré como en un crisol, es- rabie disposición d é l a Sabiduría divina! ;Oh
to es, en un lugar de penas y de tormentes, . qué dicha y felicidad la nuestra! Viéndose
de donde no saldrá hasta que" haya satisfecho Dios obligado á castigar á aquellas sus hijas
plenamente á la Justicia .divina. ¿Crees tú muy amadas, busca medianeros que intercedan
esto, cristiano? Creas ó no creas, te burles ó por ellas, á fin de conciliar así el rigor de la
no te burles de ello, la cosa es y será así. Ne- w justicia con la ternura de su misericordia infi-
gar el Purgatorio, tan sólo dudar advertida- nita. Y nosotros somos estos dichosos media-
mente de su existencia, es ya pecado grave, ñeros y corredentores; de nosotros depende la
¿Crees tú esta verdad y con tanta indiferencia suertb de aquellas pobres almas. Haz, pues,
miras tan horribles penas? ¿Crees en el Por- amado cristiano, con fervor este santo Novena-
gatorio y con tus culpas amontonas tanta le- rio, no faltes á él ningún dia: ¿quién sabe si
ña pava arder en tan terrible fuego? abrirás el cielo á alguno de tus parientes ó a-
Medita un poco sohre lo dicho. migos ya difuntos? ¿Y serás tan duro é íosen-
Punio segundo. Es también un artículo de sible, que les niegues este pequeño sacrificio,
fe que nosotros podemos aliviar á aquellas al- f pudiéndolas hacer tan gran favor y á tan po-
mas afligidi-imas. Sí. en virtud de la comu- ca costa?
nion de los Santos hay plena comunicación de Medita un poco sobre lo dicho; encomienda
bienes espirituales entre los bienaventurados • ¿ Dios las Animas de tu mayor obligación, y
que triunfan en el cielo, los cristianos que mi- pide por la intercesión de María santísima la
litamos en la tierra, y las almas que sufren en gracia que desees conseguir en esta Novena.
el Purgatorio. En virtud de esta comunica-
ción de bienes podemos con mucha facilidad y EJEMPLO.

( 1 ) Ps. X X I I I , vv. 3 y 4 . — ( 2 ) Apoo. xxi. Entre las muchas apariciones que confirman
v. 2 3 . — ( 3 ) Malach. III,V. 3. el dogma del Purgatorio, y lo aceptos que son
4
liMSiSAB BL KM LEÍfl
BMiteca Valvertí y Tefl»
á Dios los sufragios que ofrecemos por loa di- á los enemigos do mi pueblo Israel [1]. Anima-
funtos, es muy notable la qúa tuvo ei gra-n do con esta visión y armado con esta espada
caudillo de los ejércitos de Dios, Judas Maca- divina, embistió con un pequeño ejército al
beo. Había este piadoso general derrotado á enemigo^' y mató á treinta y cinco mil, de los
Gorjias, mas no sin pérdida de varios soldados cuales fué uno el mismo Nicanor.
que murieron en la batalla; y conociendo por
las alhajas que se les encontraron ocultas en ORACION
los vestidos, que habían muerto er. castigo de.
un robo cometido en el templo de Jamani, ex- á Jesucristo sudando sangre en el huerto.
hortó al ejército á que rogasen por aquellos
infelices. Iíizo una cuestation y reuniendo do- ¡Oh Jesús amantísimo. alegría de los Ange-
ce mil dracmas de'plata, las envió á Jerusalen les y gloria del cielo! ¿Cómo os contemplo a-
para que se ofreciesen sacrificios en sufragio negado en un mar de amargura en el huerto
de aquellas pobres almas. Conducta admira- de Getsemaní? ¡Ahí responde San Agustín, ro-
ble, que el Espíritu Santo alabó con aquellas gabais y sudabais sangre por las horribles pe-
memorables palabras: Santa y saludable cosa nas que habían de sufrir las almas en el Pur-
es rogar por los difuntos, para que se les per- gatorio. ¡Y que no pueda yo consolaros, oh
done el reato de sus pecados (1): conducta que Dios mió, y regocijar á la celeste Jerusalen,
le alcanzó de Dios una insigne victoria: pues librándolas de tan terribles tormentos! A lo
habiendo sucedido á Goijias el soberbio Nica- ménos aceptad, oh Padre celestial la tristeza y
nor con un crecidísimo ejército y gran núme- agonía que Jesús sufrió por ellas y por mí. Sí,
ro de caballos y elefantes, la víspera, cansado por mí está su alma triste hasta la muerte; por
Judas de combinar el plan y de hacer los pre- mi causa baja un Angel del cielo á consolarle;
parativos de la batalla, se queda dormido: mió e3 este sudor, mia es esta sangre preciosa
cuando hé aquí que se le aparecen el profeta que baña la tierra. Yo os la ofrezco, oh Dios
Jeremías, y Otalas el Sumo Sacerdote, ya di- de amor; aceptadla en expiación de mis culpas
funtos, y presentándole una espada muy pre- y sufragio de las Animas. Y pues es Sangre
ciosa, le dicen: Recibe esta espada santa como de valor infinito, dejad caer una gota sobre mi
una dádiva que Dios te envía; con ella abatirás corazon, y quedarán borradas mis culpas. Cai-

. [1] II Mach. xv, 16.


(1) I I Mach. xii, 46
ga uua gota do ella en el Purgatorio, y se a- ¡con cuánta razón desde aquellas voraces lla-
pagarán sus horribles llamas. mas clamais á vuestros amigos pidiendo mise-
¡Ah! no merecemos tan gran favor; pero ricordia! Yo me compadezco de vuestro dolor,
muévaos el afecto con que os saludamos di- y quisiera tener caudal suficiente para satis-
ciendo cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías facer deuda tan crecida: y aunque más pobre
y un Gloria Patri. que vosotras mismas, os ofrezco y aplico cuan-
tas indulgencias pueda ganar en este dia, y
OBSEQUIO. cuantas obras de supererogación hiciere duran-
En sufragio de las santas Animas tomar la te [diga el tiempo que quiera], á excepción de
generosa resolución de asistir al Novenario ca- aquéllas que por alguna necesidad particular
da dia ó de suplirlo haciendo la novena en casa, aplicaren. Pero 6Íendo tan pobres mis méri-
si alguno estuviere impedido de ir á la iglesia. tos, para satisfacer por vosotras á la justicia
NOTA. Alguno quizás encueutre demasiado divina, apelo á la piedad de los justos, á los
larga esta novena; mas acuérdese que se hizo ruegos de los bienaventurados, al tesoro inago-
principalmente para suplir con ella la falta de table de la Iglesia, á la intercesión de María
predicador. Las personas que tengan tiempo santísima, y al precio infinito de la sangre de
y quieran sacar más fruto del Novenario, no Jesucristo. Conceded, Señor, á estas pobres
se contentarán con la meditación que se hace Animas, sobre todo al alma de N. N. el desea-
en la iglesia, sino que procurarán hacerla más do consuelo y descanso. Pero confio también,
despacio en particular, y donde no hubiese pre- Almas agradecidas, que tendré en vosotras me-
dicador, se podrá concluir todos los dias con la • dianeras poderosas, que me alcancen del Señor
siguiente gracia con que deteste mis culpas, adelante en
la virtud, sojuzgue las pasiones y llegue á la
ORACION bienaventuranza. Amen.
D I A SEGUNDO.
á las Animas del Purgatorio.
Por la señal de la santa cruz, etc.
Esposas muy queridas del Señor, que ence- Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
rradas en la cárcel del Purgatorio sufrís inde- Padré celestial, etc., pág. 10.
cibles penas y careceis de la presencia de Dios, MEDITACION
hasta que os purifiquéis, como ei oro en el cri- Sobre la pena de sentido en general.
sol de las reliquias que os dejaron ias culpas; Punto primero. Ven, mortal, tú que vives
5
como si de3pues de esta vida no te quedase na- puntas de hierro; aquellas prendas y máquinas
da qne temer, ni que esperar: ven, penetra con con que los martirizaban; todo este horrible a-
el espíritu en aquellos horrendos calabozos, en parato de dolores y tormentos acerbísimos, no
donde la justicia divina acrisola las almas igualária al Purgatorio? Tampoco, dice san An-
de los que mueren con alguna culpa venial; selmo (1); pues la menor pena de aquel lugar
mira si fuera del inñerno pueden darse penas de expiación es más terrible que el mayor tor-
mayores, ni aun semejantes á las que allí se mento que se pueda imaginar en este mundo.
padecen. Considera todos cuantos dolores han Pues ¡qué penas serán aquellas! ¡Ahí son ta-
sufrido los enfermos en todos los hospitales y les, dice san Cirilo de Jerusalen (2), que cual-
lugares del mundo: aquellos dolores de cabeza quiera de aquellas almas querría más ser a-
y de vientre tan agudos, aquellos tan rabiosos tormentada hasta el día del juicio con cuantos
de costado y de muelas, aquellas convulsiones dolores y penas han padecido los hombres des-
y contorsiones espantosas de miembros, aque- de Adán hasta la hora presente, que no estar
llas llagas y postemas insoportables, aquellos un sólo dia en el Purgatorio sufriendo lo que
dolores de parto y males de corazon tan vivos allí padecen. Pues todos los tormentos y pe-
que han acabado con la vida de tantas perso- nas que se han sufrido en este mundo, compa-
nas: ¿igualarían todos estos males reunidos & rados con los que sufre una alma en el Purga-
los dolores que padece una alma en el Purga- torio, pueden tenerse como por consuelo y ali-
torio? No, dice san Agustín (1); pues exceden vio. Solatia erunt. ¡Ay! ¡Quién no tiembla!
á todo cuanto se puede sentir, ver ó imaginar Medite, etc.
en este mundo. Añadid á todos estos males Punto segundo. ¿Y quiénes son eBtas almas
los suplicios y tormentos que la crueldad de tan horriblemente atormentadas en el Purga-
los Nerones, Dioclecianos, Décios y demás per- rio? ¡Ay! ¡Qué motivo este tan grande para
seguidores de la Iglesia inventó contra los cris- hacernos temblar! Son obra maestra de la ma-
tianos; ¿aquellas tenazas y garfios de hierro no del Omnipotente, y vivas imágenes de su
con que les despedazaban las carnes; aquellas divinidad; son amigas, hijas y esposas amadí-
parrillas con que los asaban vivos; aquellas ca- simas del Señor; ¡y no obstante son tan seve-
tastas y ecúleo8 con que les descoyuntaban ramente castigadas! Dios las amó desde la e-
los miembros; aquellas ruedas de navajas y
(1) S. Anselm. ín Elucid.—(2) S. Cyril.
(1) Mansi, disc, 2, n. 2. Hierosol. in epist. ad. S. Aug.
íernidad, laa redimió con la Bangre de sus ve-
esa enfermedad.» Elijió lo primero: murió, y
nas, ahora las ama con un amor infinito, como
fué al purgatorio. No habia aun pasado un
que están en su gracia y amistad divina; ¡y
dia. cuando el Angel se le apareció de nuevo.
no obstante sufren penas imponderables! ¡Ah!
Apénas le hubo visto aquella pobre alma, «no
¡Purgatorio! ¡Purgatorio! ¡Cuán claramente
es posible exclama, que tu seas el Angel bue-
me manifiestas la justicia y santidad de Diosl
no, pues me has engañado así. Me decías que
¡Qué horror debes inspirarme al pecado! Pues
sólo estaña treB dias en este lugar, y hace ya
si con tantp rigor trata Dios á sus estimadísi-
tantos años que estoy sufriendo aquí las mas
mas esposas por faltas ligeras, ¿cómo serás tra-
horribles penas.—Tú eres quien te engañas,
tado, pecador, tú, que vives abandonado al ar-
respondió el Angel, todavía no ha pasado un
bitrio de las pasiones? Si en el árbol verde ha-
dia, tu cuerpo está aun por enterrar; si pre-
cen esto; en el seco ¿qué harán? (1) Si el hijo
fieres 6ufrir un año más esta enfermedad,
y heredero del cielo es así castigado por fal-
Dios te permite aun salir del purgatorio y
tas que á muchos parecerán virtudes; ¿cómo
volver al mundo.—Sí, Angel santo, repHcó,
serás castigado tú, pecador y enemigo de Dios,
no sólo esta enfermedad durante un año, sino
por vicios y pecados tan horrendos y abomina-
todas las penas, dolores y males de todo el
bles? Piénsalo bien, y enmienda tu vida.
mundo sufriré gustoso, antes que padecer una
Medite etc., como en la -pág. 13. sola hora las peuas del purgatorio.» Volvió,
EJEMPLO. pues, á la vida, y sufrió con admirable ale-
gría un año mas aquella enfermedad, publi-
Tomás de Cantimprato refiere [2], que un cando á todos lo terribles que son las penas
hombre muy virtuoso; pero que á causa de u- del purgatorio.
^ terrible y larga enfermedad estaba muy de-
ORACION.
seoso de morir, se le apareció el Angel del Se-
ñor y le dijo: «Dios ha aceptado tus deseos; A Jesús preso por nuestro amor.
escoje pues, ó pasar tres dias en el Purgatorio •O Padre celestial! no me espanta el ver
y despues ir al cielo, ó ir al cielo sin pasar por á vuestras amadísimas esposas presas y tan
el Purgatorio; pero sufriendo todavía un año severamente castigadas en el purgatorio. Laa
infelices ofendieron un dia á vuestra divina
(1) Luc. X X I I I , v. 3 1 . — [ 2 ] Thom. Cant. Majestad y pisaron vuestra ley santísima.
ib. 2, c. 51. 11. Lo que me pasma es ver entregado por el
6
23
traidor Judas, y preso como un facineroso por el tormento que causa á las almas el fuego a-
hombres vilísimos é inhumanos ¡ay! ¿á quien? brasador del Purgatorio. Si el fuego de este
á Jesús, centro de vuestras complacencias in- mundo, criado para servicio del hombre y efec-
finitas. ¡Ay! le veo con una soga al cuello, to do la bondad divina, es ya el más terrible
tirado por tierra, atadas BUS manos, cargado de todos los elementos; si es ya tal su virtud,
de oprobios y de cadenas. Mas por otra par- que consume bosques, abrasa edificios, calcina
te ¡oh dichosas cadenas! Ellas son mi esperan- mármoles purísimos; hace saltar piedras y mu-'
za, y serán el consuelo y alivio de las bendi- rallas espantosas, derrite metales, y ocasiona
tas almas del purgatorio. Sí Padre de clemen- horrendos terremotos; ¿qué será el fuego del
cia, usad con ellas y conmigo de misericordia; Purgatorio, encendido por un Dios santísimo
y pues Jesús se deja prender para darnos y justísimo, para con él demostrar el odio infi-
libertad, aceptad las ignominias, injurias y gol- nito que tiene al pecado? Es tal, dice san A-
pes cruelísimos que padece por nuestro amor. gustin, (1), que el fuego de este mundo com-
Aceptadlas en remisión de nuestras culpas, parado con él no es más que pintado. Tam-
y en sufragio de nuestros hermanos difuntos; quam ignis dcpictus. ¡Dios mió, qué expresión!
dadles la libertad que con ansia esperan pa- ¡Las llamas que vomitan los Vesubios, las que
ra alabaros eternamente en el cielo. Amen. devoraron á Roma y á tantas otras ciudades,
Para más obligar al Señor digamos cinco el fuego de Babilonia, el que Elias hizo bajar
Padre Nuestros, cinco Ave Marías y un Glo- del cielo, hasta el diluvio de llamas que en
ria Patri. tiempo de Lot llovió sobro las nefandas ciuda-
OBSEQUIO. des de Sodoma y Gomorra, todo esto es fue-
Asistir maSana y todos los dias, que se go pintado en comparación del que atormenta
pueda, al santo Sacrificio de la Misa en su- á las almas del Purgatorio, tamquam ignis de-
fragio de las almas del purgatorio. pictusi Ahora bien, si tener el dedo en la lla-
DIA TERCERO. ma de una vela, seria para nosotros insoporta-
Por la señal de la santa cruz, etc. ble dolor; ¿qué tormento será para aquellas al-
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9. mas estar sepultadas en un fuego que es, di-
Padre celestial, etc., pág. 10. cen santo Tomás y san Gregorio (2), igual en
MEDITACION.
Sobre el fuego del purgatorio. (1) Mansi, disc. 2, n. 2.—(2) Mansi, dise.
Punto primero. Considera, amado cristiano, 2, n. 2.
todo, ménos en duración, ai del infierno? Sí, ta? Pues ¡ay! ¿qué es tu vida sino una serie
secuchad, almas tibias, y pasmaos: con el mis- no interrumpida de pecados? ¡Pecaids cometi-
mo fueg o se purifica el elegido y arde el conde- dos con tus ojos, con tus oídos, con tu lengua,
nado; con la única diferencia, que aquel saldrá con tus manos, con todos los sentidos! ¡Cuán-
cuando haya satisfecho por sus culpas, y este tas culpas por la ignorancia crasa y olvido vo-
arderá allí eternamente. ¿Y en estas abrasa- luntario de tus obligaciones! ¡Cuántas indiscre-
doras llamas quieres t ú caer por tu tibieza? ¡Oh ciones por la distracción de tu espíritu, por la
ceguedad! ¡Oh locura sin igual! violencia de tu genio, por la temeridad de tus
Medite etc. juicios, por la malicia de tus sospechas! ¡Cuán-
Punto Segundo. Considera cuáles son las tas faltas por no mortificarte, por no querer su-
faltas por las que un Dios infinitamente bue- jetarte, por tu ligereza en el hablar! ¡Ah! llo-
no y misericordioso castiga á sus amadísimas ra, cristiano, tu ceguedad; y á la claridad del
esposas con tanto rigor, y verás que son faltas fuego espantoso del purgatorio, comprende, por
leves, á veces un solo pecado venial. ¡Oh y que último, cuán grave mal es cometer el pecado
mal tan grave debe ser este delante de Dios, venial. Pero ¡ay! es un mal tan grave, y tú le-
cuando es tan severamente castigado eu el Pur- jos de llorarle, lo cometes sin escrúpulo á ma-
gatorio! En efecto el pecado venial es leve si nera de juego, pasatiempo y diversión!
so compara con el mortal, pero en si es mayor Medite, etc., como en la pág. 13.
mal que la ruina de todos los imperios y que EJEMPLO.
la destrucción del universo; es un mal tan espan-
Nada hace tan sencible la malicia del pecado
toso, que excede en malicia á todas las desgra-
venial, como las muchas almas de que consta
cias y calamidades del mundo; es un mal tan
por varias y auténticas apariciones, haber ex-
graude, que si cometiéndolo pudieses conver-
piado en el Purgatorio faltas, según nuestro
tir á todos los pecadores, sacar á todos los con-
modo de hablar, muy ligeras. *
denados del infierno, librar á todas las almas
Unas fueron condenadas á él por haber ha-
del Purgatorio, aun entónces no debieras come-
blado en la iglesia sin necesidad, como una ni-
terlo; pues todos estos bienes no igualarían la
malicia del pecado más leve: porque aquellos ña de sieto años, según refiere Cesáreo (1); o-
son males de la criatura, y este es un mal y tras, como la hermana de san Pedro Damiano,
una ofensa hecha al mismo Criador. ¿Puedes por haber escuchado con gusto una canción
«ir c?to sin horrorizarte y sin llorar tu conduc- (1) Caesarius, 1. 5, c. 36.
profana. (1) Murió Catalina, (2) noble donce- virtudes y lleno de defectos y vicios, no puedo
lla romana, tenida por santa Mónica en tan bue- ménos de temblar al postrarme á vuestros piés.
na opinion, que encomendaba su hijo Agustin ¿Y cómo me atreveré á interceder por las a-
á sus oraciones; y á pesar de esto se apareció fligidas almas del purgatorio, siendo yo merece-
muy triste á san Martin obispo, diciéodole: es- dor de más graves penas que las suyas? No obs-
toy ardiendo por haberme lavado dos ó tres ve- tante me anima vuestro benignísimo y pacien-
ces la cabeza con demasiada vanidad. Un reli- tísimo Hijo, jAhí si le veis cargado de cadenas
gioso fué al purgatoria por no haber hecho in-, y conducido de tribunal en tribunal, es por mi
clinacion de cabeza al decir Gloria Patri (3) amor. Si á pesar de ser Juez de vivos y muer-
al fin de los salmos: otro por estarse á la lum-tos, oye las más inicuas acusaciones y falsos
bre más de lo ordinario en tiempo de invierno: testimonios, si le veis insultado, escupido, abo-
allá fué á parar san Severino por ciertas negli-feteado y pisoteado, es por amor mió. Aceptad,
goncias en el rezo divino (4); un niño de nue- pues, oh Padre amantísimo, la paciencia inalte-
ve años (5) por na haber pagado ó devuelto rable de mi dulce Redentor; aceptad su silen-
algunas frioleras que habia tomado; quinientos cio, humildad y mansedumbre asombrosa. Es-
años estuvo en aquel fuego un padre de fami- tas virtudes confunden y condenan, es verdad,
lia por haber descuidado la buena educación mi altivez, mis impaciencias é ímpetus de ira
de sus hijos: san Valerio por haber favorecido y de venganza; mas por tan sublime santidad
demasiado á un sobrino suyo; y así de otros perdonareis á las pobres Animas del purgato-
muchos (6). rio, y purificándome de mis defectos y manchas
ORACION. mo trasformareis todo en Vos. ¡Oh! conceded-
me esta3 gracias, Jesús mió benignísimo: y pa-
A Jesús conducido de tribunal en tribunal.
ra más obligaros diremos cinco Padre Nuestros,
¡Oh Padre amantísimo! cuando considero las cinco Ave Marías, y un Gloria Patri.
innumerables ofensas que cada día cometo con-
tra vuestra soberana Majestad, cuando me veo OBSEQUIO.
siempre iracundo, soberbio, vengativo, falto de
(1) Spec. ex. d. 9, ex. 111.—(2) Lanc. op» Mañana procuraremos sufrir con paciencia
1 6 , n . l 9 . - (3) Annal. Cisterc.—(4) SuriuB,t.c- así los trabajos que Dios nos envíe, como las
—(5) Spec. ex., dist. 9, ex. 101.—(6) Loh- molestias del prójimo en sufrajio de las bendi-
tas almas del Purgatorio.
ner, Bibl. Ccr.c.
29
Paraíso más delicioso. Comprendéis todo eso
D I A CUARTO.
perfectísimamente, y así os lanzais hácia aquel
Por la señal de la sania cruz etc. Bien infinito con más fuerza, que una enorme
Señor mió Jesucristo etc., pág. 9. pena arrancada do la montaña, se precipita á
Padre celestial etc., pág. 10. lo profundo del valle; ¡y no obstante no le po-
MEDITACION. déis abrazar ni poseer! ¡Qué penal ¡Qué tor-
Sobre la pena de daño. mento! Absalon (1) privado solamente dos a-
ños de la amable vista de su padre David, vi-
Punto primero. Por horrorosos que sean ve desconsoladísimo; nada le alegra, ni rique-
los tormentos que padecen las Animas en el zas, ni amigos, ni delicias; continuamente sus-
Purgatorio, por espantosas que sean las lla- pira por verle, va hasta á preferir la muerte
mas en que se abrasan; 110 igualarán jamás á al estar más tiempo privado de su presencia,
la pena vivísima que &ienten al verse privadas y eso que su padre es un simple mortal: ¡qué
de la vista clara de Dios. En efecto, aquellas será, pues, para vosotras el veros privadas de
constituyen la pena de sentido, esta la de da- Dios, y con él de todo bien, de todo consuelo
fío; aquellas son limitadas, esta infinita; aque- y felicidad! Preciso fuera sentirlo para for-
llas privan á L.s almas de un bien accidental, mar alguna idea cabal y completa de estado
cual es el deleite; por esta carecen de un bien tan horriblemente angustioso.
esencial á la bienaventuranza en el cual consis-
Medite etc.
te la felicidad del hombre, y es la po6e6Íon
beatífica de Dios. Ahora no comprendemos es- Punto segundo. Si tan terrible pena sienten
ta pena; pero ella es atroz, incomprensible, in- las Animas viéndose privadas del hermosísimo
fiaita. ¡Ah! ¡pobres Animas! vosotras conocéis rostro de Dios; ¿cual debería ser tu desconsue-
á Dios, no con un conocimiento oscuro como lo, pecador, que vives privado de su gracia y
nosotros, sino con una luz clara y perfectísi- amistad? Las almas benditas del Purgatorio no
roa: veis que es el centro de vuestra felicidad, poseen aún á Dios, es verdad, pero están se-
que contiene todas las perfecciones posibles, y guras de poseerle un día, porque son 6us ami-
en grado infiuito; sabéis que una sola-gota que gas, hijas y esposas muy queridas. Pero tú,
caliese en el infierno del océano infinito de de- infeliz, sabes que viviendo como vives, no po-
licias que en sí encierra, bastaría para extin-
guir aquellas llamas, y hacer del infierno el li) Reg. xvi. v. 24.
30 31
seerás jamás á Dios. Sabes que d sde el mo- res tú? ¿qué es lo que quieres? preguntó e! re-
mento en que te rebelaste contra él, perdiste ligioso. Soy, respondió, el piutor que murió
su gracia y con ella la rica herencia de la glo- dias pasados, y dejé para obras piadosas lo
ria. ¡Ah! ¿cómo dices Padre, nuestro que estás que había ganado.—Y ¿cómo padeces tanto ha-
en los cielos? Te engaña!-; Dios ya no es tu pa- bienio llevado una vida tan ejemplar, le vol-
dre, ni tu señor, ni tu rey. ¿Sabes quién es tu vió d decir el religioso?—¡Ay! respondió el di-
padre y señor? jAy de tí! Es el demonio: voñ funto, en el tribunal del supremo Juez se le-
ex paire diabolo estis [1]. A él te entregaste > vantaron contra mí muchas almas, unas que
pecando; él es tu compañero inseparable; tú e- padecían terribles penas en el Purgatorio, y o-
res su esclavo; si Dios rompiera el hilo delga- tras que ardian en el infierno á causa de una
<|o y frájil de tu vida, el demonio se apodera- , pintura obcena que hice á instancias de un ca-
jai de tí, y arrastraría su presa al fuego del in- ballero. Por fortuna mia se presentaron tam-
j e p . ¡Ay! ¿crees esto, pecador, y no obstan- bien muchos Santos cuyas imágenes pinté, y
c o n ^ r m e s tranquilo? Dios todopoderoso es tu dijeron para defenderme que habia hecho aquella
ño- a o°> ^ e n e firmada contra tí la sentencia pintura inmodesta en la juventud, que despues
jj a ', denacion eterna; ¿ y tú en lugar de bo- me habia arrepentido y cooperado a la salva-
con una buena confesion, juegas, ries, te cion de muchas almas pintando imágenes de
e? .iertes, pasa3 dias, meses, años, y la vida en- Santos: y por último, que habia empleado lo
«ra en el pecado? ¡Oh deplorable ceguedad! que habia ganado á fuerza de muchos sudores,
¡Oh insensibilidad más que de bruto irracional! i en limosnas y obras de piedad. Oyendo el
Juez soberano estas disculpas, y viendo que
Medite, etc. como en lapág 13. i o s Santos interponían sus méritos, me perdo-
nó las penas del infierno, pero me condenó á
EJEMPLO. . estar en el Purgatorio mientras dure aquella
. pintura. Avisa, pues, al caballero D. N que
- a u ?I eS L^ U _ e e f„ I l a h e c h e a l f u e s°> y i a y d e é l s i «O lo hace! Y
en prueba de que es verdad lo que digo, sepa
que dentro de poco tiempo morirán dos de sus
hijos.» Creyó, en efecto, el caballero la visión,
a rr
r i T T« on t,IT v 7 1 , °^ 6 a l f u e s ° l a K m i Z Q Ü es caodalosa, ántes de
L J d o a n v m > v< dos meses se le murieron dos hijos, v él repa-
ró los danos ocasionados en las almas con ri-
gurosa penitencia [1]. cificadle, crucificadle, haced que yo crucifique
mis pasiones, para que junto con las Animas
ORACION- del Purgatorio logre un dia alabaros eterna-
A Jesús tratado como loco y mente en la gloria. Amen.
pospuesto d Barrabás. Para más obligaros os saludamos con cinco
Padre Nuestros, cinco Ave Marías y un Glo-
¿Qué decíais, oh Angeles del cielo, cuando
ria Patri.
veáis á la Majestad y Sabiduría infinita tan
OBSEQUIO.
vilmente despreciada en casa de Heredes y en'
el pretorio de Pilatos? ¿Cómo? ¡Vo?, oh Jesús Mañana en sufragio de las benditas almas
mió, vestido de ropa blanca y tratado como lo- del Purgatorio, y en satisfacción de las pala-
co! ¡Vos, Rey de cielos y tierra, conducido así bras soberbias, besar tres veces la tierra, y
por ias calles de Jerusalen cargado de oprobios quien quiera humillarse aun más, puede hacer
ó ignominias! ¡Vo?, el Ilijo de Dios, pospues- con la lengua tres veces la señal de la cruz en
to al más vil facineroso! Pero ¡ay de mí! ¡yo el suelo.
también os he tratado de nécio prefiriendo las DIA QUINTO.
¡ocas máximas del mundo á vuestra ley ¡sapien-
Por la señal de la santa cruz, etc.
tísima! Yo también ingrato os he abandonado
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
y pospuesto á un vil interés, á un sucio deleite,
Padre celestial, etc. pág. 10.
á un puntillo de honra, por un miserable qué
dirán. ¡Ay! merecía estar para siempre priva • MEDITACION.
•Jo de vuestra presencia amabilísima; pero ya Remordimientos de una alma del Purgatorio.
que muflisteis por mí escarnios tan crueles, te-
Figúrate, cristiano que esto meditas, á una
ned compasión de mí y de las pobres Animas
alma que haya llevado en este mundo una vi-
del Purg-itorio. Sí, Jesús mió, por e<=as vues-
da enteramente semejante á la tuya. Que ha-
tras ignominias curad mi loca vanidad y sober-
ya vivido tibia, inmortificada, distraída en los
bia; por aquel grito tremendo que oísteis en
ejercicios de piedad como tú, sin tener horror
casa del Juez, gritando todos á una voz: Cru-
al pecado mortal y al infierno. Supongamos no
ob3tanto que haya tenido la dicha (no sabes si
[ l ] P. Joseph. á Jes. M. lib. 1 , cap. 9; tú la tendrás), de hacer una buena confesion,
Monead:». Decíam. Cath.. p. 125. morir en gracia, é ir al Purgatorio. ¿Qué pen-
sará en aquel horrible fuego entre penas y tor- pasatiempos, oh vanidad, y qué caro me costáis
mentos tan espantosos? ¡Ay! dos pensamien- I ahora! ¡Oh amarga memoria! Estoy sufriendo
tos la afligirán sobremanera. penas y tormentos acerbísimos, y yo los he que-
Primer pensamiento. Yo pude librarme de rido! ¡Podia tan fácilmente evitarlos, y no
estas pmas, y no quise. ¡Yo mismo he encen- quise.
dido estas llamas! '¡Yo soy la causa de estas Medite, etc.
penas atrocísimas! Dios no hace más quo eje- Segundo pensamiento que aflige, oh cristiano,
cutar la sentencia que yo en vida pronuncié á aquella alma que vivió enteramente como tú
contra mí misma. ¡Qué medios no me habia Y vives. Yo querría poder ahora librarme del
proporcionado para ahorrarme estos tormentos! [ purgatorio, y no puedo. ¡Oh! si pudiera yo aho-
Caricias, amenazas, beneficios, todo lo habia a- ra volver al mundo, dirá cada una de aquellas

h
gotado: gracias singularísimas de inspiraciones, J Animas, ¡con qué gusto me sepultaría en los de-
buenos ejemplos, libros piadosos, padres vigi- siertos con los Hilariones y Arsenios! Haría
lantes, celosos coufesores y maestros, predica- penitencias más espantosas que las de un Ig-
dores fervorosos, remordimientos continuos, nacio en la cueva de Manresa, que las de un
todo lo habia empleado. Mas ¡qué locura tan Simón Estilita y de un san Pedro de Alcánta-
grande la mia! Por no privarme de un pasa- ra; pasaría las noches enteras en oracion como
tiempo frivolo, por ir al sarao, por divertirme los Antonios, Basilios, Gerónimos; me arroja-
ó jugar con tal compañía, por no abstenerme ría á los estanques helados, y me revolcaría
de una mirada, de un vil gusto, de una vana entre espinas como los Bernardos, los Benitos
complacencia, por no querer callar un defecto y los Franciscos; haria ¡Ay pobres infeli-
del prójimo me sujeté voluntariamente á tan- ces almas! No era necesario nada de eso: con
t a s penaá y tormentos! Me lo decian todos los mucho ménos podíais apagar esas abrasadoras
años, me lo predicaban y repetían, pero yo no llamas; sin hacer más que lo que hacíais cada
hacia caso ¡Dichoso Pablo primer ermita- dia, pero haciéndolo con perfección, evitabais
ño, dichosos Domingos, dichosas Gertrudis, Es- esos tormentos. Sí, los mismos Sacramentos,
colásticas y tantos otros santos, que, habiendo pero recibidos con mejores disposiciones; las
satisfecho á la Justicia divina en el mundo, su- mismas Misas, pero oídas con recogimiento y
bisteis al oielo sin pasar por el Purgatorio! ¡Yo atención; las mismas devociones, pero practi-
podia hacer lo quo vosotros, pero no quise! ¡Oh cadas con más fervor; las mismas mortificacio-
ocuras mundanas, oh conversaciones frivolas, oh nes, ayunos y obras da misericordia, pero he
chas con ménos ostentación, únicamente por a- vios. me excitaba ir á los bailes, saraos,, teatros,
gradar á Dios, no sólo os hubieran librado de y hasta me engalanaba ella misma. Es verdad
esas penas sino que os habrian acelerado á vo- que me enseñaba algunas devociones; pero ¿qué
sotras y á muchas otras almas la posesion del gusto podían dar estas á Dios, yendo mezcla-
reino de los cielos. Ahora no os canséis; vues- das con tanto galanteo y profanidad? No obs-
tros deseo3 son inútiles: ya no es tiempo de tante, como la misericordia del Señor es tan
merecer; ya es llegada para vosotras aquella grande, por aquellas pocas devociones que ha-
noche [1] intimada por san Juan, en la que. cia, me concedió Dios tiempo para confesarme
nadie puede hacer obra alguna meritoria; aho- bien y librarme del infierno. Pero ¡ay qué pe-
ra es necesario sufrir, y sufrir penas inexplica- nas estoy-padeciendo! Si lo supieran mis ami-
bles, y sufrirlas sin ningún mérito ¡Y yo gas, qué vida tan distinta llevarían! Mi cabeza,
lo he querido! ¡Pude tan fácilmente evi- quoántes ataviaba con dijes y vanidades, ahora
tar estos tormentos, y no quise! está ardiendo entre llamas vivísimas; las espal-
¡Dichoso cristiano que oyes esto! Tú tienes das y brazos, que llevaba descubiertos, los ten-
tiempo todavía; aquella noche tenebrosa no es go ahora cubiertos y apretados ccn hierros de
aun llegada para tí. ¿Y perderás dias tan pre- fuego ardiendo; las piernas y piés que adorna-
ciosos? ¿No tomarás la seria resolución de con- ba para el baile, ahora son atormentados horri-
fesarte bien y enmendar tu vida? blemente; todo mi cuerpo; en otro tiempo tan
Medite, etc., como en la pág. 13. pulido y ajustado, ahora se halla sumergido
en toda clase de tormentos (1).» Contó la san-
EJEMPLO.
ta esta visión á una prima de la difunta muy
Estaba santa Brígida en altísima contempla- entregada también á la vanidad, y esta cambió
ción, cuando fué llevada en espíritu al Purga-
torio [2]. Allí vió entre otras á una noble don- (l) x Aunque los cuerpos no van el purgato-
cella, y oyó que se quejaba amargamento de rio, es cierto no obstante que las almas sufren
su madre por el demasiado amor que le habia lo mismo que si estuviesen unidas con ellos. Y
tenido, pues «en vez, decia, de reprenderme y así el rico Epulón podia muy bien experimen-
sujetarme, ella me proporcionaba modas, no- tar aquella sed de que nos habla el Evangelio:
tanto más, que aun en esta vida mortal no es
[1] Joan, ix v. 4.—[2] Revel. S. Brig., lib. propiamente el cuerpo, sino el alma la que
6 cap. 52. siente el dolor.
39
88
de vida en términos, que entrándose en un con*, lacion de Jesús y los dolores de su Madre san-
vento de muy rigurosa observancia, procuró con tísima. Amen. . „
rigidísimas penitencias reparar sus desórdenes Os lo pedimos diciendoos cinco Padre uues-
pasados, y auxiliar á su parienta que estaba iros, cinco Ave Marías y un 6-lona PMi.
padeciendo tanto en el Purgatorio. ; OBSEQUIO.
ORACION Mañana no comer fuera de las horas acos-
tumbradas, ó hacer alguna mortificación corpo-
á Jesus azotado á la columna. r
ral en sufrajio de las benditas Animas del Pur-
¡Oh Jesus amabilísimo! ¡Vos desnudo y azo- gatorio.
tado por mí! ¡Vos, la inocencia y santidad in- DIA SEXTO.
finita, despedazado por mi amor con cinco mil Por la señal de la sania cruz, etc.
y tantos azotes! ¡Ay! ¡Qué extraño es, se pa- Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
guen caro en el Purgaterio los gustos del pe- Padre celestial, etc., pág. 10.
cado, si así pagais Vos en vuestro purísimo MEDITACION.
cuerpo las sensualidades del mío! ¡Ay infeliz
de mí! Yo soy quien he pecado: yo merecía e- Paciencia y resignación de
se castigo tan humillante y riguroso; y no obs- las benditas Animas.
tante, léjos de mortificar mis apetitos, y de Punto primero. Es verdad que las almas del
castigar con penitencias una carne impura, no Purgatorio padecen imponderables penas y sin
busco sino delicias y regalos. Mas no será asi ' mérito; pero las padecen con una paciencia y
en adelante, dulcísimo Jesus. Caiga sobre mi resignación admirables. Conocen á Dios con luz
corazon una gota de esa Sangre preciosa, y a- perfectísima, le aman con amor purísimo, y de«
rrepentido abrazaré la mortificación, y quedaré sean ardentísimamente poseerle; pero al ver
todo encendido en vuestro santo amor. Y Vos, BUS faltas, bendicen y adoran la mano justa y
Padre celestial, ya que vuestro Hijo santísi- amorosa que las castiga. ¡Oh! ¡Y con cuánta
mo satisfizo sobreabundantemente á vuestra más resignación que los hermanos de José ex-
divina Justicia, perdonad mis culpas, usad de claman: mérito hcec patimur [1]! Con mucha
clemencia con las benditas Animas del purga- razón nos castigais, Señor, pues pecando un
torio, aceptad en sufrajio de ellas todo cuanto
yo sufriere en este día, aceptad la cruel ílage- [ 1 ] Gen. XLTI, v . 2 1 .
40 4 1

día no temimos vuestro poder y justicia, frus-


gran monarea, si el dia de las bodas aparecie-
tramos los designios de vuestro amor y sabidu-
se una llaga asquerosa en su rostro no^e atre-
ría, despreciamos vuestra Majestad y grande- vería á presentarse en la corte, y suplicaría al
za, y ofendimos vuestras perfecciones infinitas.
Rey que dilatase las bodas hasta que estuvie-
Justo es que seamos castigadas. Hombres sin ra perfectamente curada. ¡Oh pecado, por le-
conocimiento de la verdadera religión fueron ve que parezcas, qué grave mal serás, cuan-
agradecidos á sus bienhechores; Faraón hizo ádo las mismas almas preferirían los horrores
José virey de Egipto porque le interpretó un.del purgatorio á entrar en el cielo con la me-
sueño misterioso (1); Asuero elevó á Mardo- nor sombra de tu mancha!
queo á los primeros empleos de la Persia (2), Medite, etc.
porque le descubrió una conspiración; hasta ios' Punto segundo. Mira si puede darse, cristia-
osos, leones y otras fieras indómitas agradeci-
no, locura mayor que la tuya. Te reconoces
das defendieron á sus bienhechores; y nosotras,
deudor á la Justicia divina de penas horribles
criadas á vuestra imágen, redimidas con vues- por los enormes pecados que cometiste en la
tra sangre, honradas con bienes- de fortuna y vida pasada, y por las innumerables faltas en
exaltadas con tantos dones de gracia, ingratasque al presente caes todos los dias. Sabes que
¡ay! os abandonamos en vida. Sí, purificaduos no basta confesarte; que la absolución borra,
en este fuego; por acerbas que sean nuestrassí, la culpa, mas no condonándose toda la pe-
penas, bendeciremos y ensalzaremos vuestra na, es preciso satisfacer á la Justicia divina,
justicia y misericordia infinita; j'ustus es, Do-
ó en este mundo ó en el otro; y no obstante
mine, et rectum judicium iuum. (3) jamás te cuidas de hacer penitencia. Ahora po-
Todavía más: tanta es la fealdad del peca-días expiar tus culpas fácilmente y con tanto
mérito tuyo; una confesion bien hecha, una
do, por leve que sea, que si Dios abriera á es-
Misa bien oida, un trabajo sufrido con pacien-
tas almas las puertas del cielo no se atreverían
á entraren él manchadas como están, sino que cia, una ligera mortificación, una limosna, una
indulgencia, un Via-Crucis hecho con devocion,
suplicarían al Señor las dejase purificarse pri-
mero en aquellas llamas. No de otra manera podia excusarte espantosos suplicios; y tú todo
que una doncella escogida para esposa de un lo descuidas, todo lo dejas para la otra vi-
da. ¡Ahí ¿Has olvidado por ventura cuán ho-
(1) Gen. XLI.—(2) Esth. vi.—(3) Ps. cxvm. rribles son, y por cuánto tiempo duran aque-
v. 147. llos tormeutos? ¿No sabes que, según afirman
11
Varios autores, fundados en revelaciones muy caria el reo que indudablemente debe estar a-
respetables, varias de aquellas almas han esta- quí Poco faltó para que la madre muriese de
do siglos enteros en el purgatorio, y otras esta- sentimiento al oir estas palabras. Mas cobran-
rán allí hasta el dia del juicio final? do luego ánimo y conformándose con la volun-
¡Insensato! ¡Las Animas, dice san Cirilo de tad divina, no sólo otorgó perdón al que había
Jerusalen, mejor querrían sufrir hasta el fia muerto á su único y estimado hijo, sino que le
del mundo todos los tormentos de esta vida, entregó todavía una cantidad de dinero y el ca-
que pasar una sola hora en el purgatorio; y tú. ballo del difunto para que huyese con más pron-
quieres más arder siglos enteros en el purgato- titud, y luego le adoptó por hijo. Pero ¡cuán
rio, que mortificarte en esta vida un solo mo- agradable fué á Dios esta generosa conducta!
mento! ¡Oh espantosa locura! Pocos dias despues estaba la buena señora ha-
Medite etc., como en la pág. 13. ciendo oracion por el alma del difunto, cuando
de pronto se le apareció su hijo todo resplan-
EJEMPLO. deciente y glorioso, y le dijo: «Enjugad, ma-
Había en Bolonia una noble viuda que te- dre mia, vuestras lágrimas, y alegraos, que me
nia un hijo único y muy querido. Estando un he salvado. Muchos años tenia que estar en el
dia divirtiéndose con otros jóvenes, pasó un ex- purgatorio, pero vos me habéis sacado con las
tranjero y les interrumpió el juego. Repren- virtudes heróicas que practicásteis perdonan-
dióle ásperamente el hijo de la viuda y resen- do y haciendo bien al que me quitó la vida.
tido el extranjero, sacó un puñal, se lo clavó Más os debo por haberme librado de tan horri-
en el pecho, y dejándole palpitando en el eue-' bles penas, que por haberme dado á luz. Os
lo hechó á huir calle abajo con el puñal ensan- doy las gracias por uno y otro favor: adiós, ma-
grentado en la mano, y se metió en la primera dre mia, adiós: me voy al cielo, dónde seré di-
casa que encontró abierta. Allí suplicó á la se- choso por toda la eternidad.» (1)
ñora que por amor de Dios le ocultase; y ella,
ORACION
que era precisamente la madre del jóven ase-
sinado, le escondió en efecto. Entretanto lle- á Jesús coronado de espinas.
gó la justicia buecando al asesino, y no hallán- ¡Oh amabilísimo Redentor mió! ¡Los peca-
dole allí, sin duda, dijo uno de los que le bus- dores se coronan de rosas, los reyes de la t i e -
caban, no sabe esta señora que el muerto es su
hijo; pues si lo supiera, ella misma nos entre- (1) Señeri, Crist. instr., disc. 20.—Nicius»
45
rra ciñen coronas de diamantes y perlas, y Vos, DIA SETIMO.
Rey inmortal de los siglos, estáis coronado de Por la señal de la santa cruz, etc.
espinas! ¡Oh si esa vuestra corona se clavase Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9.
en mi cabeza para arrancar de una vez la so- Padre celestial, etc., pág. 1 0 .
berbia y los malos pensamientos! ¡Oh ei á lo
MEDITACION.
menos una de esas espinas atravesara mi con-
ciencia y no me dejara reposar hasta que hu- Descuido de los mortales en aliviar á las
viese mudado de vida! No quiero ya más, Se- Animas del purgatorio.
L
ñor, coronarme de flores en este mundo, sino Punto primero. ¡Pobres almas! Están pa-
de espinas por vuestro amor. Y Vos, Padre L deciendo tormentos y penas inexplicables; no
misericordiosísimo, aceptad en sufrajio de las pueden merecer, ni esperar alivio sino de los vi-
pobres almas del purgatorio aquellas befas, hu- vos; y estos, ÍDgratos, no se cuidan de ellas!
millaciones y dolores acerbísimos que sufrió Tienen en el mundo tantos hermanos, parien-
vuestro amable Hijo cuando le coronaron de tes y amigos, y no hallan como José (1), un
espinas. Por aquellas asquerosas salivas que Rubén piadoso que las saque de aquella pro-
recibía, por aquellos escarnios con que le ultra- funda cisterna. Sus tinieblas son más doloro-
jaban, por aquella sangre que corria de su ca- sas que la ceguedad de Tobías; y no encuen-
beza santísima á fuerza de los cruelísimos gol- tran un hijo que les dé la vista tan deseada pa-
pes que sobre las espinas le daban, por aquel ra contemplar el rostro hermosísimo de Dios (2).
dolor que atrabesó el corazon de su angustiadí- Se abrasan en una sed más ardiente que la de
sima Madre, aliviad, os suplico, á las afligidas Isaac; y no hallan una oficiosa Rebeca (S) que
almas del purgatorio, y concededles pronto la se la alivie. Son infinitamente más desgracia-
corona incorruptible de la gloria. Y para alcan-
í das que el caminante de Jericó (4), y el para-
zar de V03 esta gracia diremos cinco Padre lítico (5) del Evangelio; mas no hay un Sama-
Nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri. ritano ni otra persona que compasiva las consue-
le. ¡Pobres almas! ¡Qué tormento tan grande
OBSEQUIO. será para vosotras este olvido de los mortales!
En sufrajio de las ánimas del purgatorio a- ¡Podrían tan fácilmente aliviaros y libertaros del
plicar las muchas indulgencias que se pueden purgatorio; bastaría una misa, una comunion,
ganar diciendo devotamente entre dia: Jesús, (1) Gen. XXXVII.—(2) Tob. x i . — ( 3 ) Gen7
José y María os doy el corazon y el alma tnia. xxvi,—(4) Lúe. x . — ( 5 ) Joan. v.
Punto segundo. ¡Pobres almas! Pero más
un Via-Crucis, una indulgencia que os aplica-,
pobres é infelices eerémos nosotros, si no las
sen; y nadie se cuida de ofrecérosla!
socorremos. Acuérdate, gritan los difuntos, de
¿Y quiénes son estos ingratos? ¡Ah! son vues-
como yo he sido juzgado, porque asimismo lo
tros mismos parientes y amigos, vuestros here-
serás tú: á mí ayer, á tí hoy (1). Tú también
deros, vuestros hijos mismos.... Ellos se au-
serás del número de los muertos, y tal vez muy
mentan y recrean con los bienes que les dejas-
pronto. Y por rico y poderoso que seas ¿qué
teis, y ahora desconocidos no se acuerdan ya
sacarás de este mundo? Lo que nosotros saca-
de vosotras. Tal vez por haberlos estimado y ,
mos, y no más, las obras. Si son buenas, ¡qué
complacido demasiado, por haberlos enriqueci-
consuelo! Si malas, ¡qué desesperación! Como
do por usuras y otros medios ilícitos ardéis en
t ú hayas hecho con nosotros, contigo harán: es
esas llamas; y los ingratos se divierten sin com-
decir, que si ahora eres duro é insensible con
padecerse ni acordarse de vuestras penas.... ¡Po-1
las benditas Animas, duros é insensibles se-
bres almas! Con cuánta más razón que David
rán contigo los mortales, cuando tú hayas de-
(1) podéis decir: si un extraño que no hubiese
jado de existir. Y no es este el parecer de un
j a m á s recibido ningún favor de mi mano, si un
sabio, es el oráculo de la sabiduría infinita que
enemigo me tratara así, aunque fuera sensible,
nos dice por San Mateo (2): Con la mima me-
podría soportarse con paciencia; ¡pero tu hijo
dida que midiereis, seréis medidos. Sí, del mía«
mió que me debes tantos benficios y te susten-
mo modo que nos hubiésemos portado con las
tas y regalas con el sudor de mi rostro; t u hija
almas de nuestros prójimos, se portarán los
mia, por° quien pasé tantos dolores y malas no-,
mortales también con nosotros; y, ¡ay de aquel
ches; t ú esposo, tú, esposa mia, que tantas prue-
que no hubiese usado de misericordia! pues le es-
bas recibiste de mi amor, y fuiste objeto def
pera, dice el apóstol Santiago, unjuieio sin mi-
mis desvelos incesantes, y blanco de mis favo-
sericordia (3). ¿Y no tiemblas tú, heredero y
res que tú me trates así, que descuidando los»
testamentario insensible para con los difuntos?
sufrajios que tanto te encargué, me dejes en
Si el Juez supremo lleno de indignación arro-
este fuego sin querer socorrerme, ¡ah! esta si
ja al infierno al que niega la limosna á un po-
que es ingratitud y crueldad superior á toda
bre que tal vez era enemigo de Dios por el pe-
ponderación.
Medite etc.
(1) Eccli. X X X V I I I , v. 23.—(2) Matth. m.
v. 2.— (S) Jacob, XT, v. 13.
cado, ¿con cuánta justicia y rigor condenará al á tan poco precio, uno de tus soldados te qui-
que niegue á sus amadísimas esposas los lega- tará corona, fama y vida, acabando con toda
dos y sufrajios de los bienes que heran suyos? tu familia. En efecto, pocos dias despues se le
Medite etc., como en la pág. 13. insurreccionó el ejército proclamando á Focas
por emperador. Mauricio, fugitivo, se embarca
EJEMPLO.
en una pequeña nave con algunos pocos que le
Derrotado por Cayano (I) el ejército deMau-
seguían, mas en vano; furiosas las olas le arro-
ricio, y hechos prisioneros gran número de sus
jaron á la playa, y llegando los partidarios de
soldados, Cayano pide al Emperador una mo- -
Focas le atan á él y á cuantos le seguían, y los
neda, y no de muy subido valor, por el resca-
llevan á Eutrópia, en donde ¡oh padre infeliz',
te de cada prisionero. Mauricio se niega á dar-
despues de haber visto con sus propios ojos la
la. Cayano le pide entóneos una de ménos va-
cruel carnicería que hicieron de cinco hijos su-
lor, y habiéndosela también rehusado, exige,
yos. fué muerto ignominiosamente, y no se pa-
por último, una ínfima cantidad, la que no ha-
só mucho tiempo sin que lo restante de su fa-
biendo podido lograr tampoco, irritado el bár-
milia sufriese la misma desgracia. [1]
baro manda cortar la cabeza á todos los solda-
Ah, cristianos, que ois esto, no son unos po-
dos imperiales que tenia en su poder. Mas ¿qué
bres soldados, 6Íno nuestros propios hermanos
sucedió? Pocos dias despues Mauricio tuvo u-
y vuestros propios padres, que han caido pri-
na espantosa visión. Citado al tribuaal de Dios
sioneros de la Justicia divina. Este Dios mise-
veia gran multitud de esclavos que arrastraban
ricordioso pide por su rescate una muy peque-
pesadas cadenas, y con horrendos gritos pedian 1
ña moneda, de gran valor, es verdad, pero muy
venganza contra él. Oyendo el Juez supremo
fácil de dar. ¿Qué moneda es esta? Una buena
tan justas quejas se vuelve á Mauricio y le pre- j
comunión. ¿Y seréis tan duros que se la ne-
gunta: ¿dónde quieres más ser castigado,, en es-
gueis ? ¿Tan insencibles sereis á la felici-
ta ó en la otra vida? Ah, benignísimo Señor, v
dad de las Animas y á vuestros propios in-
responde el prudente Emperador, prefiero ser
tereses?
castigado en este mundo. Pues bien, dijo el
ORACION
Juez, en pena de tu crueldad para con aquellos
pobres soldados, cuya vida no quisiste salvar á Jesús llevando la cruz á cuestas.
¡Oh dulcísimo Jesús, y qué sensible habrá
(1) Otros le llaman Cairo,-y Petavio Chaga-
nus rey de los Avaros, pueblos de Hungría. [1] Nicéforo.
sido á tu corazon mi olvido é indiferencia para
con las almas del Purgatorio, pues tanto las a-' MEDITACION.
mas por una parte, y por otra eres tan carita- Como recompensará el Señor á los devotos
tivo, pue cuando subías la montaña del Calva- de las benditas Animas.
rio olvidaste t u dolor acerbísimo para consolar Punto primero. Supongamos, oh alma cris-
á aquellas piadosas mujeres que lloraban tu suer- tiana que movida de estas meditaciones haces
te! ;Oh, apleque tu ira, oh Padre celestial,- es- una sincera y dolorosa confesion, y ganando la
ta caridad inmensa de tu Hijo santísimo! Acep- y indulgencia plenaria de este santo Novenario,
ta los dolorosos pasos que da oprimido con el e- sacas una alma de la horrenda prisión del pur-
norme peso de la cruz: acepta las tres lastimosas r gatorio. ¡Ay, y qué grande será tu dicha! Sí
caídas que hace, los escarnios y golpes cruelísi- perseveras, ¡qué galardón tan grande recibirás
mos que sufre con el sudor y sangre que de-» en el cielo! Si los reyes de la tierra, siendo mor-
rrama por nuestro amor. Yo te lo ofrezco todo tales miserables, recompensan con tanta muni-
en remisión de mi poca paciencia en los traba- ficencia al que libra á uno de sus vasallos de
jos, y en sufragio de las pobres almas del Pur- un gran peligro, ó expone su vida sirviendo ge-
gatorio. ¡Ah! ¡Compadécete de sus lágrimas, en- nerosamente á los apestados; ¿cómo pensamos
júgalas, oh Padre clementísimo, y haz que di- nosotros premiará el Señor al que haya sacado
chosos participen cuanto ántes de la gloria de una ó más almas de las abrasadoras llamas del
tu rostro divino en la patria celestial. Amen. purgatorio? Decid, padres y madres: si aquel
Digamos cinco Padre nuestro, cinco Ave Ma- hijo que es la niña de vuestros ojos cayese en
ría» y un Gloria Pairi para alcanzar esta r un rio ó en el fuego, y un hombre generoso os
gracia. le sacara y presentara vivo, ¿cómo se lo agra-
-OBSEQUIO. deceríais? ¿Si vosotros fueseis ricos y poderosos,
El mayor sufrajio que reclaman las bendi-, y él pobre, ¿cómo le premiaríais? Ahora bien,
tas Animas, el más necesario para nosotros y ¿qué tiene que ver el cariño del padre más a-
el más acepto á Dios, es hacer una buena con- moroso con el amor que Dios profesa á aque-
fesión, sin callar nada al confesor. llas almas, que son sus hijas y esposas muy a-
D I A OCTAVO. madas? ¿Qué son todos los peligros y males de
Por la señal de la santa cruz etc. este mundo, comparados con las espantosas pe-
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9- nas del purgatorio? Y qué comparación hay entre
Padre celestial, etc., pág. 10. el poder y la generosidad de un miserable mor^
tal y el poder y la generosidad infinita de Dios, habéis aliviado con el pan de vida de mi sacra-
que promete un inmenso premio de gloria por tísimo Cuerpo: morían de sed; y oyendo ó ha-
la visita hecha en su nombre á un enfermo, ó ciendo celebrar Misas las habéis dado á beber
por el vaso de agua dada á un pobre por su a- mi Sangre preciosísima: estaban desnudas; y
mor? ;Ah, cristiano! yo miro, casi diré, como con vuestras oraciones y sufrajios las habéis
asegurada tu salvación, si logras sacar una so- vestido con una estola de inmortalidad: jemian
la alma del purgatorio. ¿Y no harás lo posible en la más triste prisión; y con vuestros méri-
para salvarla? v tos é indulgencias las habéis sacado de ella.
Medite, etc. Y no es precisamente á las Animas á quienes
Punto segundo. No pienses, alma cristiana, habéis hecho estos favores; á mí me los habéis
ser esta una reflexión piadosa; es promesa for- hecho, mihi fecistis [1]; pues todo cuanto vo-
mal de Jesucristo, verdad eterna que no pue-» sotros hicisteis por ellas, yo lo miro por tan
de faltar á su palabra. ¿No nos dice en tu sa- propio, como si lo hubiéseis hecho para mí mis-
, grado Evangelio, bienaventurados los misericor- mo. Por lo tanto venid, benditos de m Padre
diosos, porque ellos alcanzarán misericordia? celestial, á recibir la corona de gloria que os
Fundado en estas palabras infalibles yo hasta está preparada en el cielo. ¿Y no querrás, cris-
ahora, dice el Padre san Gregorio, no sé que tiano, lograr tanta dicha? Pues en tu mano
que se haya condenado ninguno que hubiese u- está.
sado de misericordia con el prójimo. ¡Ah! Dios
Medite, etc., como en la pág. 13.
quiere mucho á las almas; todo cuanto se hace,
por ellas lo mira, agradece y premia como si k* EJEMPLO.
él mismo se le hiciese. En verdad os digo, que Tenia una pobre mujer napolitana una nu-
todo cuanto habéis hecho con uno de estos pe merosa familia que mantener, y á su marido
queños hermanos mios, lo habéis hecho conmigo., encerrado por deudas en la cárcel [2]. Redu-
[1] ¡Ah! dichosos cristianos, si socorréis á cida á la última miseria presentó un memorial
las pobres A nimas del Purgatorio; venid, os di- manifestando á un gran Señor su infeliz esta-
rá un dia nuestro liberelísimo Juez, venid, do y posicion; pero no logró con todas la súpli-
benditos de mi Padre celestial: aquellas pobres cas más que una peseta. Desconsolada entra
almas tenían hambre; y vosotros comulgándolas
[1] Matth. xxv, v. 4 0 . — [ 2 ] Greg. Carfo-
[1] Mattb. xxv, v. 40 ra, De fortuna hominis, lib, 1, cap. 9.
en la iglesia, y encomendándose á Dios 6Íenta siempre de allí en adelante y con abundancia
una fuerte inspiración de mandar decir la Mi- todo cuanto necesitaron. Así recompensa Dios
sa por las Animas con aquella peseta, y poner aun en este mundo á los devotos de las bendi-
toda su confianza en Dios, único consuelo de tas Animas.
los aüijidos. ;Caso extraño! Oida la misa se ORACION
volvia á casa, cuando encontró á un anciano ve- á Jesús clavado en la cruz.
nerable que llegándose á ella le dijo: ¿Qué tie- ¿De qué trabajos puedo yo quejarme, Jesús
nes, mujer? ¿Qué te sucede? La pobre le ex- dulcísimo, cuando os contemplo clavado en la
plicó sus trabajos y miserias. El anciano con- cruz, desamparado de vuestro Padre celestial,
solándola le entregó una carta, diciéndola que padeciendo la más cruel sed y agonía por mi
la llevase al mismo Señor que le habia dado la amor? ¿Cómo no esperaré cuando por todas e-
peseta. Este la leyó, y ¿cuál fué su sorpresa» sas llagas abiertas, como por otras tantas bo-
cuando vió la letra y firma de su amantísimo cas ó volcanes de amor, gritáis misericordia y
padre ya difunto? «¿Quién os ha dado esta car- perdón? Sí, aliéntate, pecador; pronto está Dios
ta?» No le conozco, respondió la mujer, pero á borrar tus culpas pasadas: alentaos también
era un anciano muy parecido á ese retrato, so- vosotras, almas benditas del Purgatorio, ya se
lo quo hacia la cara más alegre. Lee de nuevo acerca la hora de vuestro rescato y de vuestra
la carta, y observa que le dicen: «Hijo mió libertad. Mañana con la comunion general 6e-
muy querido, t u padre ha pasado del purgato- rá el dichoso dia de vuestra redención. ¡Oh!
rio al cielo, por medio de la Misa que ha man-. haced que así sea, dulcísimo Jesús; moved el
dado celebrar esa pobre mujer. Con todas ve- * corazon de estos fieles para que no nieguen es-'
ras la recomiendo á tu piedad y agradecimien- te sufrajio á las Animas, apagad la sed arden-
to; dale una buena paga, porque está en gra-' tísima que esas almas tienen de veros, de go-
ve necesidad.» El caballero, despues de haber * zaros, de reinar con Vos y bendeciros por si-
leido y besado muchas veces la carta, regán- glos infinitos. Amen.
dola con copiosas lágrimas de ternura; vos, di- Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y
ce á la afligida mujer, vos con una pequeña li- un Gloria Patri para alcanzar esta gracia del
mosna habéis labrado la felicidad de mi esti- Señor.
mado padre; yo ahora haré la vuestra, la de OBSEQUIO.
vuestro marido y familia. En efecto, pagó sus Hacer una limosna en sufrajio de las Ani-
deudas, sacó al mari lo de la cárcel, y tuvieron mas del Purgatorio. n .
9045-18
cuánta alegría está diciendo cada día una de e-
DIA NONO. llas: dichosas confesiones y comuniones, dicho-
Por la señal de la santa cruz, etc. sas las Misas que oia, las limosnas, oraciones,
Señor mió Jesucristo, etc., pág. 9. penitencias y obras buenas que yo practicaba,
r
Padr» celestial, etc., pág. 10. dichosas las burlas y escarnios que yo sufría
por ser devota! ¡Y con qué magnificencia pa-
MEDITACION.
gais Señor, hasta los sacrificios más pequeños
Agradecimiento de las benditas Animas y miserables que se hacen por vuestro amor! ¿Y
para con sus devotos. no querrais, cristiano, la misma dicha para tí?
Punto primero. Ved aquí el dia feliz: hoy Pues pelea contra las pasiones, que sin pelear no
con las numerosas comuniones y sufrajios que se alcanza victoria: que sin pena no hay felicidad.
los fieles han ofrecido al Señor no sólo en esta,' Medite, etc.
sino en tantas otras iglesias; muchas de aque- Punto segundo. ¡Y qué dicha, cristianos, la
llas al¡na9, ayer tan aflijidas y desgraciadas, vuestra, si habéis logrado libertar alguna de
han pasado á ser dichosos habitantes y prínci- aquellas almas! El cielo debe á vuestros sufra-
pes felicísimos de la Corte celestial. Ya ven jios el nuevo regocijo y la nueva gloria acciden-
cara á cara la hermosura y majestad infinita; tal que ahora experimenta. Y aquellas almas
ya poseen aquel Dios que en sí contiene cuan- dichosas os deben la libertad, y con ella la po-
to hay de amable, de grande, delicioso y per- sesión de una felicidad infinita. ¿Qué súplicas,
fecto. Su entendimiento, no puede ya conocer • pues, tan fervorosas no harán á Dios por vo-
más verdades, su corazon no puede experimen-' sotros? ¿En qué necesidad podréis encontraros
tar ya ni más alegría, ni más suavidad, ni más. que no cuiden de socorreros? ¿Qué empeño no
dicha. ¡Ay, si tu pudieses, amado cristiano, | pondrán en conseguiros las gracias necesarias
penetrar hoy en aquella dichosa patria, y con-K para vencer las tentaciones, adquirir las virtu-
templar el trasporte de aquellos bienaventura- des y triunfar de los vicios? Y si alguna vez
dos! ;Qué enhorabuenas, qué abrazos se dan os viesen en peligro de pecar y de caer en el
tan amorosos! ¡Qué cánticos entonan en acción infierno; ¿con cuánto más celo que el pueblo
de gracias al Dios de las.misericordias, y á los de Israel lo hizo en favor de Jonatas [1], di-
jenerosos cristianos que las han sacado del pur- rían al Señor: ¿y permitiriaii, oh gran Dios, que
gatorio! ¡Oh cómo dan por bien empleadas
las penas que en este mundo padecían! ¡Oh con [1] Reg, xiv, v. 45.
58 59
se perdiese eternamente un cristiano que me ha li- ; tus pecados! Cuando mueras, ¡qué penas y tor-
brado á m í d e tan horribles penas? ¿No prometis- mentos te aguardan!» No dejaba de acongojar-
teis que alcanzarían misericordia los que hubie - la;este-pensamiento-, cuando se la apareció Cris-
sen usado de misericordia (1) con el prójimo? ¿Y to Señor nuestro, y la consoló diciendo: «Ger-
consentiríais ahora que cayese en el infierno a- trudis, hija mía muy amada; no temas: los su-
quel que con sufrajios me habrió las puertas frajios que ha9 ofrecido á las Animas del pur-
del cielo? ¡Ah dichoso cristiano, cuánto envidio gatorio, me son muy agradables: tu no has per-
tu dicha! Persevera y da por segura la palm» . dido cada; pues en recompensa, no sólo te per-
de la gloria. --^Mr dono las penas que allí habías de padecer, si-
Medita, etc., como en la páq. 13. '• no que aun aumentaré tu gloria de muchísimos
EJEMPLO. grados. ¿No habia yo prometido dar el ciento
Santa Gertrudis (2), aquella esposa tan re- f por uno, y pagar á mis fieles servidores con
galada del Señor, habia hecho donacion de to- [1] medida buena, apretada y abundante? Pues
dos sus méritos y obras buenas á las pobres miT8i-'yo haré que todas las almas libertadas
Animas del purgatorio; y para que sus sufra- con tus oraciones y penitencias te salgan á re ¿
jios tuviesen más eficacia y fuesen más acep- cibir con muchos Angeles á la hora de la muer-
tos á Dios, suplicaba á su divino Esposo le ma- te, y quo acompañada de este numeroso y bri-
nifestase por qué alma quoria que satisfaciese. llante cortejo de Bienaventurados, entres en el
Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la Santa triunfo de la gloria.»
multiplicaba oraciones, ayunos, cilicios, disci- • ORACION.
plinas y otras penitencias hasta que aquella alma ' d las benditas Animas libertadas del purgatorio
hubiese salido del purgatorio. Sacada una, pe- ^ por los sufragios ofrecidos durante
dia al Señor le señalase otra, y así logró librar • el novenario.
á muchas de aquel horrible fuego. Siendo ya 't ¡Oh almas dichosas y felices, á quienes nues-
la Santa de edad avanzada, le sobrevino una ' tro dulcísimo Jesús acaba hoy de admitir en
fuerte tentación del demonio, que le decia: «¡In- su patria celestial! Os felicitamos y damos, en
feliz de tí! ¡Todo lo has aplicado á las Animas nombre de toda la Iglesia, mil enhorabuenas
del purgatorio, y no has satisfecho todavía por por esta dicha tan grande. Unimos nuestra a-
legría con la vuestra, y con la de los Angeles
(1) Matth. v, v. 7.—[2] Dionis. Carthnsa
lib. 4 de Novia., cap. 64. (1) Luc. iv, v. 38.
60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cánticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaréis al Criador por tan inestimable bene-
ficio. Sí, almas santas y dichosas, alegraos, ya LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y tris-
ANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Sólo os que- Romped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegría, de Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Qué ¡Cuan terribles son mis penas!
dicha también la nuestra, si con estos sufrajios» ¡Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria! Una chispa que saliera
Sí, triunfáis en el cielo, pero no haréis como a- ~ De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faraón hizo con José Montes y mares furioso
(1); no olvidareis á vuestros pobres hermanos En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lágrimas: Ya que podéis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros; Compasivos apagad. Cuán, etc.
mirad á cuántos peligros estamos expuestos, de Con mas acerbo dolor
cuántos y cuán fieros enemigos nos vemos ro- Al réprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-». La justicia del Señor:
liendo fieles y constantes en su servicio, poda- Vuestra deuda con la mía
mos en vuestra compañía alabarle y glorificar- k Con tiempo cautos pagad. Cuán, etc.
le un dia eternamente. Tendrán término mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y V ¡Oh dulcísimo consuelo!
un Gloria Patri á las cinco llagas de Cristo Mas ¿cuándo alzaré mi vuelo?
Señor nuestro en sufrajio de las benditas al- ¡Ay! son siglos eternales,
mas del purgatorio. Los instantes que trascurren
OBSEQUIO. Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cuán, etc.
Formar una firme resolución de ofrecer to- ¡Mil veces necio de mí!
Por un instantáneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,
60
y Serafines; juntamos nuestras acciones de gra- das nuestras obras satisfactorias en sufrajio de
cia con los cánticos y alabanzas que vosotras
estas pobrecitas Animas.
cantaréis al Criador por tan inestimable bene-
ficio. Sí, almas santas y dichosas, alegraos, ya LAMENTOS D E LAS BENDITAS
se han acabado para vosotras las penas y tris-
ANIMAS D E L PURGATORIO.
tezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y
tentaciones de esta miserable vida. Sólo os que- Romped, romped mis cadenas,
da una eternidad de descanso, de alegría, de Alcanza dme libertad;
delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Qué ¡Cuan terribles son mis penas!
dicha también la nuestra, si con estos sufrajios» ¡Piedad, cristianos, piedad!
os hemos acelerado la posesion de tanta gloria! Una chispa que saliera
Sí, triunfáis en el cielo, pero no haréis como a- ~ De este fuego tenebroso,
quel copero ingrato de Faraón hizo con José Montes y mares furioso
(1); no olvidareis á vuestros pobres hermanos En un punto consumiera:
que militamos aun en este valle de lágrimas: Ya que podéis, estas llamas
echad una mirada compasiva sobre nosotros; Compasivos apagad. Cuán, etc.
mirad á cuántos peligros estamos expuestos, de Con mas acerbo dolor
cuántos y cuán fieros enemigos nos vemos ro- Al réprobo en el infierno
deados. Ahora que sois tan poderosas delante No atormenta en fuego ecerno
de Dios, interceded por nosotros para que sa-». La justicia del Señor:
liendo fieles y constantes en su servicio, poda- Vuestra deuda con la mía
mos en vuestra compañía alabarle y glorificar- k Con tiempo cautos pagad. Cuán, etc.
le un dia eternamente. Tendrán término mis males:
Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y V ¡Oh dulcísimo consuelo!
un Gloria Patri á las cinco llagas de Cristo Mas ¿cuándo alzaré mi vuelo?
Señor nuestro en sufrajio de las benditas al- ¡Ay! son siglos eternales,
mas del purgatorio. Los instantes que trascurren
OBSEQUIO. Sin ver, oh Dios, tu beldad. Cuán, etc.
Formar una firme resolución de ofrecer to- ¡Mil veces necio de mí!
Por un instantáneo gusto
En tu3 manos, oh Rey justo,
62
Ya felices te alcancemos
Y en esta prisión caí.
La celeste claridad! Cuàn. etc.
¡Ah! siquiera eon mi suerte,
RESPONSOS.
Amigos, escarmentad. Cuán, etc.
R. Libera me, Domine, de morte aeterna in
Mirad que no son extraños
die illa tremenda. * Quando coeli movendi sunt
LQS que sufrajios imploran:
et terra. * Dum veneris judicare saeculum per
¡Ay! son amigos, y lloran
ignem.
Sin alivio luengos años:
V. Treraens factus sum ego et timeo, dum
¿Fué por ventura fingida
diseussio venerit atque ventura ira. Quando
Nuestra primera amistad? Cuán, etc
coeli movendi sunt et terra. Dum veneris judi-
Soy tu padre, hijo querido,
care saeculum per ignem.
Penando en horrible llama
V. Dies illa, dies irae, calamitatis et mise-
Quien tu compasion reclama:
riae, dies magna et amara valde. Dum vene-
No me dejes en olvido,
ris judicare saeculum per ignem.
No las ternezas me pagues
V. Requiem aeternam dona eis, Domine, et
Con desamor y crueldad. Cuán, etc.
lux perpetua luceat eis.
Ni hayas tu de bronce el pecho,
Libera me, Domine, de morte aeterna in die
Hija infiel de madre tierna^
illa tremenda, quando coeli movendi sunt et
Al descanso y luz eterna
terra, dum veneris judicare saeculum per
Acelérame el derecho.
ignem.
¿Te di el ser, y no me libras Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison*
De la horrenda oscuridad? Cuán, etc. Pater noster, e f c.
Sacrificios, oraciones, V. E t ne nos inducas in tentationem.
Piadosos ofrecimientos, R. Sed libera nos a malo.
Limosnas y sacramentos, V. A porta inferi.
Ayunos y humillaciones, R. Erue, Domine, animas eorum.
Aceptará por rescate V. Requiscant in pace. R. Amen.
De Dios la inmensa bondad. Cuán, etc. V. Domine exaudi orationem meam,.
Tus huesos y tu memoria R. E t clamor meus ad te veniate
Pronto también losa fria V. Dominus vobiscum.
Cubrirá; mas ¡qué alegría R. Et cum spiritu tuo.
Cuando en los remos de gloria
do todo de aquel que hace la obra buena. Llá-
OREMUS. mase impetratoria, porque con ella alcanzamos
de Dios auxilios oportunos y bienes espiritua-
Fidelium, Deus, omnium conditor et Redep-
les y temporales ya para nosotros mismos, ya
tor, aoimabus famulorum famularumque tua-
también para otros. Dícese por fin satisfacto-
rum remissionem cunctorum tribue peccatorum;
ria, porque pagamos con ella el débito de nues-
ut indulgentiam quam semper optaverunt piis
tros pecados y la pena del purgatorio que les
supplicationibus coDsequantur. Qui vivís et reg-
era correspondiente: y este fruto satisfactorio
ñas in saecula eaeculorum. R . Amen.
de nuestras obras es propiamente hablando, el
V. Requiem aeternam dona eis, Domine.
que cedemos á las benditas Animas con es-
R. E t lux perpetua luceat eis.
te voto.
V. Requiescant in pace. R. Amen.
Animae omnium fidelium defunctorum per" A nadie debe imponer el nombre de voto,
misericordiam Dei requiescant in pace. pues se hace como se expresa en la fórmula,
R. Amen. sin obligación ó pecado, siendo más bien una ce-
sión voluntaria, un acto heróico de caridad, que
ACTO H E R O I C O D E CARIDAD E N FA- un riguroso voto. Y así en nada se opone este
V O R D E L A S B E N D I T A S ALMAS al órden de la caridad que nos obliga á pedir
D E L PURGATORIO. primero por nuestros parientes difuntos, por los
socios de las cofradías á que pertenecemos, etc.
Este acto de caridad, tan agradable á Dios, Pues poniendo en manos de la Virgen santísi-
útil á las Animas del purgatorio y provechoso' ma todas nuestras obras satisfactorias, y cono-
á nosotros mismos, consiste en un voto ó eter- ciendo ella mejor que nosotros, cuál es nues-
na donacion que se hace de todas nuestras o- f tro deber, distribuirá dichas buenas obras en-
bras satisfactorias en favor de aquellas bendi- __ tre los parientes, cofrades, etc., según fuere más
tas almas. Nótese aquí, que toda obra buena del agrado de Dios. Por consiguiente, podemos
es, según el concilio de Trento, [1] meritoria y debemos continuar las oraciones acostumbra-
á la vez, impetratoria y satisfactoria. Se dice das dirigidas á obtener de Dios y de los Santos
meritoria, porque con ella logramos un grado cualquier gTacia que necesitemos. Puede asi-
más de gracia en este mundo y de gloria para mismo y debe el sacerdote aplicar la misa por
el otro: mérito que á nadie puede cederse, sien- la intención de quien le diere la limosna, según
lo declaró en su concesion la santidad de Bene- (1) y libertad de aquellas almas encarceladas
dicto X I I I , 23 agosto 1728. por deudas de penas á la divina Justicia, me-
recidas por sus pecados; y en aquel modo que
Y esto no impide que la Iglesia admita esta puedo lícitamante, sin obligación á pecado, ha-
cesión espiritual de biene3, como si fuese un ver- <ro libre y expontáneamente voto de librar del
dadero poto, y conceda al que lo hace tres pri- purgatorio á todas las almas que María santí
vilegios muy singulares. sima quisiere que sean libres; y para esto pon-
1° Que sea altar privilegiado de alma para go en manos de esta piadosísima Señora todas
el sacerdote que hiciere este voto, cualquiera mis obras satisfactorias, propias y participadas,
en que celebrare el santo sacrificio de la misa, tanto en vida, como en muerte, y despues de
mi muerte.
2° Que ganen indulgencia plenaria todos los Aceptad, os ruego, Dios mío, y confirmad
fieles oyendo misa el dia en que comulgueD, y este mi ofrecimiento, que os reitero y confirmo
todos los lunes del año puedan sacar una Ani- á honra vuestra y bien de mi alma.
ma del purgatorio por cada una de las misas Y dado que mis obras satisfactorias no bas-
que oyeren. tasen para pagar todas las deudas de aquellas
3" Que todos los que hubieren hecho este almas predilectas de la santísima Virgen, y pa-
voto puedan aplicar por las benditas almas to- ra satisfacer las que yo mismo hubiese contraí-
das las indulgencias que ganaren, aunque no lo do por mis culpas, que de todo corazon odio y
expreso la concesion. Pió I X , 30 de setiem-[ detesto, me ofrezco, Señor, á pagaros, si así os
bre de 1852, pluguiere, en las pen .8 del purgatorio todo lo
que me fallare, abandonándome en los brazos
FORMULA D E E S T E VOTO. f de vuestra misericordia y en los de mi dulcísi-
ma Madre María. Sean testigos de este mi vo-
Para vuestra mayor gloria, oh Dios mió, u- to todos los que viven en las t es Iglesias, triun-
no en esencia y trino en personas, para mejor fante, purganto y militante.
imitar á mi dulcísimo Redentor Jesucristo, y
para mostrar mi sincera esclavitud á María
Santísima, Madre de Misericordia y Madre de (1) El que ofrece sufrajios por las almas del
las pobres almas del purgatorio, yo purgatorio, es honrado con el nombre de reden-
uie propongo cooperar á la redención tor. (P. Celada, in Job., c. 4).

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