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Universidad Nacional Autónoma de México

Medicina Veterinaria y Zootecnia


ALIMENTACIÓN ANIMAL

ALIMENTACIÓN DEL PACIENTE


ONCOLÓGICO

Introducción

La OMS define al cáncer como “un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de


células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo. El tumor suele invadir el
tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo” (WHO, 2020).
Los cánceres son causas comunes de enfermedad en perros y gatos. Generalmente, afectan a los
animales adultos mayores y, por lo tanto, se han vuelto más comunes a medida que las mascotas
viven más tiempo (Buffington, et. al., 2004).

En los últimos 80 años, el examen de los nutrientes y su relación con el cáncer, ha llevado
a una mejor comprensión de cómo la nutrición puede desempeñar un papel en la prevención y
manejo de la enfermedad (Wakshlag, 2020). Según la Sociedad Americana del Cáncer “El estudio
científico de la nutrición y el cáncer es muy complejo y muchas preguntas importantes siguen sin
respuesta. Actualmente no está claro cómo los nutrientes individuales, las combinaciones de
nutrientes, la desnutrición y el desequilibrio energético, o la cantidad y distribución de grasa
corporal en etapas particulares de la vida afectan el riesgo de cáncer específico” (ACS, 2003).

Definición

En la literatura se pueden encontrar múltiples definiciones para lo que coloquial y


médicamente llamamos cáncer. Briones en 2002 define al cáncer como “una proliferación
excesiva, incontrolada, autónoma e irreversible de las células. Con características morfológicas y
funcionales que se alejan de sus precursoras”. La palabra cáncer es usada para referirse a todos los
tumores malignos, los cuales pueden infiltrar las estructuras anatómicas adyacentes, y las
destruyen (Gandur,2002).

Etiopatogenia

El desarrollo del cáncer es un proceso de varios pasos que implica una acumulación de
cambios o en el ADN celular que a su vez provoca la multiplicación descontrolada de células. Los
pasos que conducen a la transformación neoplásica de una célula no se entienden
completamente, pero el cambio fundamental implica la interrupción de los genes que controlan el
crecimiento y la diferenciación celular. Los genes específicos pueden:

 Ser activado (oncogenes); o


 Ser inactivad (genes antitumorales); o
 Tener alterado su nivel de expresión.

Pueden ocurrir cambios genéticos en las células de la línea germinal y, por lo tanto, estar
presentes en todas las células del cuerpo al nacer, o mucho más comúnmente, pueden ocurrir
espontáneamente en las células somáticas como parte del envejecimiento. La acumulación de
mutaciones espontáneas ocurre muy lentamente, pero a menudo los factores de riesgo externos
aceleran la tasa de acumulación. Por lo tanto, el desarrollo del cáncer se puede analizar bajo los
siguientes factores:

 Eventos genéticos espontáneos


 Estímulos externos
- biológicos (virus, parásitos, hormonas)
- físico (luz UV, radiación, trauma)
- químico
 Eventos genéticos hereditarios (cánceres familiares). (Morris & Dobson, 2001).

Diagnóstico y tratamiento clínico

En la figura 1 se resumen las formas de diagnóstico y tratamiento del cáncer en pequeñas


especies.
Diagnóstico Tratamiento

Historia Clínica
Exámen Físico
Cirugía para extirpar
Citología: Puncion y
Aspiración con Aguja Radioterapia
Fina, Raspado (Ortovoltaje y
Megavoltaje)
Biopsia escisional o
incisional: Con aguja Quimioterapia
gruesa, guiada con Electroquimioterapia
imagen o endoscopica, Terapia láser
asistida pos vacío.
Cirugía e histopatología.
Imagen: TAC,
ultrasonido, radiografías

Fig. 1. Diagnóstico y tratamiento del cáncer en pequeñas especies.


Modificado de Soberano, 2011.

Signología

• Síntomas evidentes cómo: Calvas, perdida de pelo, bultos extraños, inflamaciones,


sangrado.
• Cansancio y fatiga injustificados.
• Estados febriles.
• Pérdida de peso injustificada.
• Falta de apetito, inapetencia.
• Caída del estado anímico.
• Dolor y/o lloriqueo. (Soberano, 2011).

El papel de la alimentación en el cáncer


La dieta y la alimentación pueden desempeñar un papel importante tanto en la
prevención como en el tratamiento del cáncer. Ese papel varía según el tipo de tumor y la etapa de
progresión de la enfermedad. Desafortunadamente, pocos ensayos clínicos han documentado que
estos resultados pueden traducirse fácilmente en una mejor atención al paciente veterinario.
Además de la posibilidad de aumentar la supervivencia, la intervención nutricional podría mejorar
la calidad de vida para la satisfacción del paciente y del cliente con los esfuerzos terapéuticos.
(Buffington, et. al., 2004). A menudo se discuten tres áreas de nutrición con los clientes:
modificación del metabolismo tumoral; ajuste de factores de riesgo nutricionales que pueden
afectar los resultados; e intervención nutricional durante la terapia (Wakshlag, 2020).

Según nuestra comprensión actual, el uso de regímenes dietéticos específicos en pacientes


con cáncer es prematuro (Wakshlag, 2020). Los investigadores han demostrado que se producen
varias alteraciones metabólicas en perros con cáncer: el metabolismo de carbohidratos, proteínas
y lípidos se altera en perros con una variedad de tumores, aunque las implicaciones clínicas y el
efecto de la dieta sobre estas alteraciones aún se están investigando (Hahn & Messonnier, 2002).

Las alteraciones bioquímicas más comunes están relacionadas con el metabolismo de los
carbohidratos. Un hallazgo fundamental es que en el cultivo celular la mayoría de las células
neoplásicas se propagan mejor en un medio con alto contenido de glucosa, esto tradicionalmente
se ha denominado el "efecto Warburg", que sugiere que la glucólisis es la vía principal para la
producción de energía en las células neoplásicas. Las células malignas son incapaces de realizar
una glucólisis aeróbica significativa u oxidación de grasas, y obtienen su energía de la glucólisis
anaeróbica. Por lo tanto, pueden consumir grandes cantidades de glucosa del huésped; los
hepatocitos del huésped también gastan energía adicional para volver a sintetizar la glucosa del
lactato producido. Los estudios en humanos han demostrado que ciertos pacientes con cáncer
liberan un exceso de lactato de tumores sólidos, evidenciando que la producción de glucólisis y
piruvato es crítica para el metabolismo celular neoplásico (Wakshlag, 2020; Mauldin, 2001).

También se han observado alteraciones en el metabolismo de la glucosa que sugieren


resistencia a la insulina. Esto puede explicarse en parte por las influencias aberrantes de la citocina
interleucina-6 (IL-6) en el metabolismo de la glucosa que resulta en resistencia a la insulina en
perros con algunas neoplasias como el linfoma (Wakshlag, 2020).

Por lo anterior, la estrategia alimenticia consiste en forzar al tumor a utilizar otros


sustratos para contribuir a reducir la proliferación celular, es decir, "matar de hambre al tumor"
mediante la eliminación de algunos carbohidratos y elegir un alimento rico en grasa y proteínas.
Pueden utilizarse numerosos productos secos y enlatados de gama alta. Debemos asegurarnos
que las proporciones son de al menos un 35% de proteínas y un 25% de grasas por materia seca en
los alimentos para perros (Wakshlag & Kallfelz, 2019).

Sin embargo, este argumento se queda corto, pues las fuentes de energía se reemplazan
con grasas y / o proteínas adicionales. La proteína añadida conduce a una mayor actividad de
transaminasas y desaminasas, lo que provoca la conversión de la proteína en precursores de
glucosa y carbono para la síntesis de glucosa o ácidos grasos, y la glucosa sérica y el suministro de
glucosa al tejido tumoral pueden permanecer constantes (Wakshlag, 2020).

La alimentación metronómica durante la administración de quimioterapia puede ser


beneficiosa para la eficacia quimioterapéutica. Los protocolos típicos implican no alimentar al
paciente o limitar la alimentación en las 24 a 72 horas antes de la quimioterapia para ayudar a
sensibilizar las células tumorales a un ambiente más estresante y amortiguar la inflamación
asociada con el tumor (Wakshlag, 2020).

Otros beneficios de las dietas con mayor contenido de proteína pueden ser el resultado
del aumento de los aminoácidos como la arginina circulantes como moléculas inhibidoras en la
proliferación celular neoplásica. Este efecto puede deberse a la
capacidad de la arginina para formar óxido nítrico gracias a la
actividad de la NO-sintasa de las células neoplásicas, que retrasa
la división celular, o bien a su capacidad de incrementar las
propiedades de vigilancia de la inmunidad celular. (Fig. 2). Una
dieta alta en arginina y ácidos grasos omega-3 mejoró la
remisión en perros con linfoma, sin embargo, la practicidad del
uso de un suplemento de aminoácidos como la arginina deja
mucho que desear, porque la dosis requerida es superior a 100
mg / kg de peso corporal. Además, el sabor amargo de la arginina
(Mauldin, 2001; Wakshlag & Kallfelz, 2019; Wakshlag, 2020). Fig. 2. Funciones de la suplementación de
arginina en la dieta de pacientes con cáncer.
Tomado de Wakshlag & Kallfelz, 2019.

Por otro lado el uso de grasas en las dietas es útil para aumentar la palatabilidad y la
densidad energética. Además el consumo de altas concentraciones de ácidos grasos omega-3, a
saber, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), en forma de aceites
marinos puede posiblemente reducir el crecimiento del tumor. La dieta mejorada con ácidos
grasos omega-3 mostró una pequeña mejoría en los tiempos de supervivencia y los efectos
antiinflamatorios del aceite de pescado también pueden calmar las reacciones inflamatorias
asociadas con ciertos cánceres. Se puede administrar una dosis segura y tolerable de ácidos grasos
en perros de 45 mg EPA y 25 mg DHA por kilogramo de peso corporal (Wakshlag, 2020). La
suplementación con aceite de pescado, que es alta en ácidos grasos n-3, también puede reducir la
anorexia en algunos animales (Buffington, et. al., 2004).

Evaluación nutricional del paciente con cáncer

Para evaluar completamente al paciente con cáncer, es importante obtener la información


sobre el peso corporal, el puntaje de la condición corporal y un historial dietético. El historial de
dieta debe incluir las formas de alimentos (húmedos o secos), las cantidades que se alimentan a
diario y las golosinas, los alimentos de mesa para humanos y los suplementos adicionales
provistos. Un historial cuidadoso de la dieta revela una dieta inadecuada, una suplementación
excesiva u otros problemas nutricionales. Monitorear el peso corporal y la condición corporal
durante la terapia para pacientes con cáncer es crítico; en humanos, la obesidad se ha asociado
con un mayor riesgo de muchos tipos de cáncer, algunos estudios sugieren que los gatos y perros
obesos pueden tener una tasa ligeramente más alta de enfermedades neoplásicas. Otros estudios
sugieren que una condición corporal delgada entre los 9 y 12 meses de edad reduce el riesgo de
tumores mamarios en perros esterilizados en más del 90% Incluso en perros intactos, el riesgo se
reduce en un 40%. El sistema de puntuación de condición corporal de 1 a 9, está mejor validado
en la literatura, en donde 5 es la condición óptima. Si se opta por dietas altas en grasas deben
alimentarse inicialmente para satisfacer las necesidades calóricas estimadas del paciente con
cáncer y la ingesta debe ajustarse hacia arriba o hacia abajo según sea necesario para mantener
una condición corporal óptima con el tiempo. El componente final de la evaluación nutricional
consiste en un examen físico de rutina para identificar signos de desnutrición como mal pelaje,
mala cicatrización y pérdida muscular, se puede llevar a cabo también recuento completo de
células sanguíneas y evaluación química. (Buffington, et. al., 2004; Hahn & Messonnier, 2002;
Mauldin, 2001; Wakshlag, 2020).

Alteraciones nutricionales en pacientes con cáncer

Muchos pacientes sometidos a quimioterapia desarrollan anorexia en algún momento


durante el curso del tratamiento. La forma de abordarla es importante pues es un factor
contribuyente a la decisión de un propietario de eutanasia (Buffington, et. al., 2004). La anorexia
es común en pacientes con cáncer, ya que la quimioterapia puede causar una variedad de
alteraciones en los sentidos olfativo y gustativo; la pérdida del estímulo del bulbo olfativo
disminuye la palatabilidad de los alimentos en los perros y gatos. La pérdida o alteración del gusto
puede complicar aún más la anorexia y puede durar varios meses antes de que pueda tener lugar
la regeneración neuronal en el bulbo olfatorio y la lengua (Wakshlag, 2020). Los cambios en la
dieta pueden ser útiles para los animales anoréxicos y pueden mejorar el apetito (por ejemplo,
salsa de tomate baja en sal, miel, yogurt para perros; jugo de atún, carne cocida para gatos). El
método de alimentación también puede influir en el comportamiento alimentario. Un estudio
reciente mostró que la ingesta de alimentos de animales hospitalizados mejoró significativamente
cuando fueron alimentados con la mano en comparación con la alimentación voluntaria.
(Buffington, et. al., 2004).

Por otro lado encontramos la caquexia por cáncer, que es el término aplicado a la
desnutrición proteico-energética cuando se asocia específicamente con la enfermedad maligna A
diferencia de la simple inanición, en la que se pierde principalmente grasa, la caquexia por cáncer
implica una pérdida de proteínas y grasas y es una de las principales causas de muerte en
humanos con cáncer. Las tres citocinas primarias que se cree están involucradas en la promoción
de la proteólisis y el agotamiento de las reservas grasas son el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-
α), la interleucina-1β (IL-1β) y IL-6.262,263 TNF-α e IL-1β. Sin embargo, algunos estudios han
demostrado que no parece ser común en perros con neoplasias malignas no hematopoyéticas.
Esto puede deberse a que los pacientes humanos son manejados con protocolos de tratamiento
diferentes y más agresivos en periodos más largos de tiempo, contrario a lo que normalmente
encontramos en veterinaria debido a las limitaciones financieras de los propietarios y las
decisiones de calidad de vida (Buffington, et. al., 2004; Hahn & Messonnier, 2002; Mauldin, 2001;
Wakshlag, 2020).

Apoyo nutricional en el paciente con cáncer

El soporte nutricional puede estar indicado en animales que reciben antinutrientes o


fármacos catabólicos que provocan anorexia o disfagia. Hay tres métodos principales disponibles
para el apoyo nutricional del paciente con cáncer: ingesta voluntaria, alimentación enteral asistida
y alimentación parenteral asistida. Se prefiere la ingesta voluntaria si satisface las necesidades del
paciente: es el método más simple, más barato y más conveniente. Si hay un déficit, es necesaria
alguna forma de soporte nutricional. Se pueden utilizar varias técnicas para maximizar la ingesta
voluntaria: alimentación manual de comidas pequeñas y frecuentes; uso de alimentos altamente
sabrosos y aromáticos; calentamiento de productos enlatados a temperatura corporal antes de
ofrecerlos; y el uso de raciones comerciales densas en calorías y nutrientes para maximizar la
ingesta de nutrientes en el volumen de alimentos consumidos (Hahn & Messonnier, 2002;
Mauldin, 2001; Wakshlag, 2020).

Sin embargo, la alimentación asistida debe instituirse sin demora si ninguna de estas
medidas es exitosa. Se pueden usar tubos nasoesofágicos, faringostomía, esofagostomía,
gastrostomía o yeyunostomía para facilitar la alimentación enteral asistida, y son necesarios
catéteres intravenosos para permitir la alimentación parenteral asistida (Mauldin, 2001).

Para calcular la ingesta calórica objetivo en un perro o gato con cáncer depende de la
situación clínica del paciente. El requerimiento de energía en reposo (RER) en kilocalorías por día
viene dado por:

RER = 70 (PVkg)0.75

Algunos autores ajustan el RER utilizando un factor de enfermedad basado en la enfermedad


subyacente del paciente, Este aumento en el requerimiento de energía, conocido como el
requerimiento de energía de la enfermedad (IER), a menudo se considera de 1.1 a 2 veces el RER,
particularmente cuando los transudados o exudados están involucrados en el proceso de
reparación y las pérdidas de proteínas son excesivas. Generalmente los requisitos nutricionales
son calculados únicamente en base al requisito energético tomando en cuenta la necesidad de un
alimento que contenga al menos un 35% de proteínas y un 25% de grasas , sin embargo, algunos
autores indican un requerimiento proteico de 3 a 4 g/KgPV (Mauldin, 2001; Wakshlag, 2020). La
figura 2 muestra un ejemplo de hoja para calcular los requerimientos de un paciente con cáncer.
Fig. 2. Ejemplo de hoja para cálculo de requerimientos nutricionales en
pacientes con cáncer. Tomado de Wakshlag, 2020.

En conclusión una dieta con alto contenido de grasa y baja en carbohidratos, debería
suministrar energía al huésped a expensas del tumor. Los tipos de raciones comerciales que
tienen más probabilidades de ajustarse al perfil descrito anteriormente (altamente digestibles,
muy sabrosos, ricos en nutrientes, altos en grasas y bajos en carbohidratos) son productos
recetados diseñados para su uso durante el rendimiento o el estrés, alimentos "premium" y
alimentos para cachorros. La mayoría de estos productos están enriquecidos con ácidos grasos n-3
(omega-3). También se agregan comúnmente otros nutrientes que desempeñan funciones
potenciales en la respuesta inmune como el zinc, o que protegen contra el estrés oxidativo como
la vitamina E. En algunos pacientes, se pueden indicar terapias nutricionales adicionales para
tratar enfermedades o afecciones subyacentes concurrentes, tales como enfermedades
gastrointestinales o restricción de proteínas para disfunción renal o hepática significativa.
Finalmente, se debe considerar las preferencias individuales de sabor y formulación (seco versus
enlatado versus semihúmedo), así como los episodios históricos de intolerancia alimentaria.
Independientemente del producto específico recomendado, siempre se prefiere una ración
comercial completa y equilibrada hecha por un fabricante acreditado (Mauldin, 2001; Wakshlag,
2020). La figura 3 muestra el contenido nutricional de algunos alimentos comerciales utilizados
para alimentación por sonda en pacientes con cáncer
Fig. 3. Contenido nutricional de alimentos comerciales utilizados para
alimentación por sonda en pacientes con cáncer. Tomado de Wakshlag,
2020.

Para finalizar debemos hacer especial señalamiento de que los requisitos nutricionales
establecidos durante la neoplasia no existen en los animales de compañía, por lo tanto, no se
puede hacer una recomendación segura dietética para pacientes con cáncer; más bien cada caso
debe evaluarse en función de la condición corporal del paciente, el proceso neoplásico específico y
el protocolo de tratamiento iniciado por el oncólogo, tomando en cuenta que el factor más
importante en la intervención nutricional es proporcionar una ración completa y equilibrada que
cumpla con los requisitos de energía del paciente (Wakshlag, 2020).

Referencias
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consultado el 9 de mayo del 2020, desde: http://www.homeovet.cl/Libros/Neoplasias
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 Gandur N. (2002). Introducción a la oncología, breve historia del cáncer. Manual de


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 Mauldin, G. (2001). Capítulo 19 Nutricional Considerations En Rosenthal, R (ed.)


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 Wakshlag, J. (2020). Section B: Nutricional Management of the Cancer Patient En


Vail, et. al. (eds) Withrow & MacEwen’s Small Animal Clinical Oncology. 6ta ed.
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