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Ricardo Llamas

TEORÍA TORCIDA

Apuntes

Puntos de partida

El régimen de la sexualidad  constitución de un modelo aparentemente coherente de


afecto y placer, de convivencia y deseo, de socialización e integración  significación de
las prácticas  recompensas y sanciones. (11)

La sexualidad impone como primera operación la investidura del cuerpo con un sexo 
ineludible (no se puede no pertenecer a ninguno) e incompatible (no se puede pertenecer a
ambos)  DIFERENCIA SEXUAL (13)

HOMOSEXUALIDAD  lo clandestino y lo prohibido  el objeto de todas las


ansiedades; el terreno en el que se localizan los fantasmas colectivos  la constitución del
estereotipo de una hipersexualidad desbordante y sofisticada como fantasma del “orden
heterosexual” es el corolario lógico de la institucionalización de una sexualidad cotidiana y
ordenada. (19)

Pregunta clave de Llamas: ¿Cómo han de ser consideradas epistemológicamente las


relaciones de afecto o placer entre las personas?

Dicotomía entre el constructivismo y el esencialismo (preferencia/orientación sexual) (28)

El proceso e subjetivación (o de acceso a la subjetividad) es necesariamente paradójico. La


resistencia a las normas que establecen la subjetividad coloca dicha regulación como
elemento constituyente de ese mismo sujeto “resistente”. Ello, efectivamente, no impide la
agencia, pero sí hace de ésta un factor inmanente al poder. El acto de resistencia es, pues,
una práctica de reiteración o de rearticulación del poder (Butler, 1993b) (34)

Realidades gays y lésbicas (realidades plurales que se determinan a sí mismas. Se


presentan como un hecho sociopolítico irreductible a procesos que pretendan
trascenderlas) en contrapunto con la construcción de la “homosexualidad” (39)

PRIMERA PARTE
LAS FORMAS ESPONTÁNEAS DEL PREJUICIO

CAPITULO I: SER O NO SER: PROFUSIÓN TERMINOLÓGICA Y CENSURA


SELECTIVA

Homosexualidad

Construcción Construcción
sobredeterminada ideterminada

- cosificada
Da ugar a a alguna Multitud de
- alienada
reacción: reacciones diversas
- heterónoma

Patriarcado  jerarquía de lo masculino por sobre lo femenino  falogocentrismo y


alteridad del macho  poder, dominación, conquista.

Lo femenino  denostado, débil, pasividad, agujero, receptivo, carente de poder. La


homosexualidad masculina se constituye sobre la aberración de que un “macho”
abdica del poder al ser penetrado, de que está “imitando” a una mujer (sujeto
denostado por excelencia)  relación machismo – patriarcado – homofobia. (60-66)

El Régimen patriarcal establece la existencia de la mujer en referencia a la existencia del


hombre (Eva es la costilla de Adán). La mujer sólo existe (económicamente, artísticamente,
jurídicamente, políticamente…y, por supuesto, sexualmente) en su relación con el hombre,
con el “macho”. De este modo, de la imposición del hombre sobre la mujer se pasa a la
feminización de la instancia denostada. (60)

La única sexualidad posible (respetable, concebible) es la que tiene al hombre “de


verdad” como único protagonista; la que lo confirma como único sujeto autónomo.
Además, el patriarcado facilita la feminización de las instancias denostadas […]. El
otro sexo (la mujer) es agujero: resulta irrelevante que este agujero pertenezca al
cuerpo de una mujer o al de un hombre, pues en tanto que agujero es vacío, es nada.
(62)
Resulta poco sorprendente que la mayor ofensa para un hombre sea ser comparado
con una mujer, y que en muchos idiomas el insulto sea, simplemente, un nombre de
mujer: Marica en castellano, Mary, Mary- Anne, Molly, Nancy o Nelly en inglés,
Checca (Francesca) en italiano, Adelaida en portugués. (63)

La relación (heter)sexual se convierte a menudo más que en una forma de placer o


comunicación afectiva con otra persona, en la escenificación ritual de un acto de
dominación y subordinación, cuyas implicaciones van más allá de la práctica o el gozo
que de ella se puede derivar  hombre sobre la mujer  PATRIARCADO (64)

CAPITULO II: UN LUGAR BAJO EL SOL, DISTANCIAMIENTO Y


EMPLAZAMIENTO

Distanciamiento  estrategias de localización de “la homosexualidad” en ámbitos


lejanos y esencialmente distintos de aquel desde el que se habla (religión, ideología
política, raza, cultura, por nombrar los principales que trata el autor). (92)

Emplazamiento  intento por buscarle una “sede” segura al propio deseo, exiliado
ante la violencia de la exclusión que impone el régimen de la sexualidad. (92)

Promoción de un ostracismo en relación a los valores de “la felicidad” y “la vida”

A partir del siglo XIX y de manera progresiva, se establece una asimilación ente “la
homosexualidad” y el dolor; una confusión del origen del sufrimiento con la esencia de
quien sufre. De este modo, al atribuir el dolor a “la homosexualidad” como elemento
intrínseco de ésta, el régimen de la sexualidad logra que los mecanismos por los que esa
atribución se recrea constantemente pasen desapercibidos. (143)

El régimen de la sexualidad es funcional, entre otras cosas, porque libera de toda


responsabilidad a quienes ejercen directa o indirectamente la represión, o dan la espalda a
quienes afrontan circunstancias tan devastadoras como el SIDA (y confirma la
desvinculación de quienes, como el personaje de Schulman, conviven con estas realidades
en una connivencia no problemática). (144)

Pero la fatalidad, en su caso [del homosexual], supone que muere de modo prematuro, que
muere en medio de un sufrimiento extremo, que muere solo (aunque su muerte siempre
alcance un alto grado de difusión), asumiendo con la serenidad de quien “acepta” su destino
(con la serenidad de la costumbre) esa humillación final de la degradación del propio
cuerpo, hasta la extinción de la vida. (145)

EL ESPECTÁCULO DEL SIDA  Este espectáculo se centra principalmente en


garantizar una “correcta” identificación del sida que excluye, efectivamente,
cualquier posibilidad de identificación positiva o comprensiva con las personas con
SIDA. El sida se consolida como un drama ejemplar y admonitorio que se difunde
representando ora a través de imágenes que demuestran la milagrosa autoridad de la
medicina clínica, ora en representación de las caras y los cuerpos de los individuos que
revelan claramente los estigmas de la culpa. El principal objetivo de esta perspectiva
sádica y punitiva es el cuerpo del “homosexual”. (WATNEY, 1995:43-44)

En el verano de 1985, Rock Hudson hace pública su enfermedad, dándole al sida un


“rostro” que todo el mundo pudiera reconocer (Life, septiembre, 1985). Un rostro que
manifiesta la enfermedad pero, sobre todo, un rostro que desvela “la homosexualidad”. La
enfermedad es el efecto reconocible de “la homosexualidad”. (151)

El “mundo de muerte” es el contexto simbólico en que se desenvuelven las vidas


socialmente consideradas como irrelevantes y carentes de valor. El “mundo de
muerte” es también el contexto privilegiado de representación simbólica de “la
homosexualidad”. (152)

En todo caso, vampiros y maricas tras tantas idas y venidas, hemos terminado
formando parte de la gran mitología blanca heterosexual, que occidente ha venido
forjando sobre todo aquello que quiere desconocer y mantener alejado de la luz:
somos espectros. Así, el reino de la luz, definido como heterosexual, resulta tan
peligroso para el vampiro como para el gay, y quien antes era una marica estupenda,
ahora la vemos herida de muerte, fulminada por el luminoso rayo purificador de la
luz heterosexual. Vidarte, Paco (1995), De maricas y vampiros. Sobre la visibilidad en
los medios de comunicación y los pactos con las instituciones, De un plumazo, 4, p.5
ETICA MARICA.

El régimen de sexualidad no debe dejar en ningún momento de presentarse y


combatirse en su dimensión banal. Cotidiana, irreflexiva, espontánea. Ésta es, acaso,
una de las formas más traumáticas y peligrosas que tiene de producir efectos en
nuestras vidas. (170)

CAPITULO III: PRÁCTICAS DE AUTORREPRESIÓN. SUBLIMACIÓN,


NEGACIÓN, AGRESIÓN.

Negación de la homosexualidad dentro de contextos hipermasculinizados 


denostación de la mujer y de todo lo que no calce con el altruismo del macho. La
relación entre machos excluye cualquier otro sujeto y a la vez condena tajantemente el
sexo-afecto entre ellos.

Sobre la negación (¿es necesario salir del clóset?)


Las estrategias de negación señalan focos de resistencia, pero también prácticas de
connivencia y complicidad con el régimen de sexualidad. Si “el sexo” está establecido
como clave de identidad, la negación del sexo es una negación de sí. La negación
última es considerar que del propio deseo y el propio afecto no se deriva implicación
alguna en cualquiera de los órdenes de la vida. (188)

Pero el estigma, en su dimensión social de acto punible, requiere que el


comportamiento que se señala y la subsiguiente atribución de una esencia se articule
en una dimensión de lo visible y de lo público. (193)

Este tipo de violencia gratuita empieza a ser visible en la misma medida en que las
propias realidades lésbicas y gays se hacen visibles. Así, las agresiones a gays y
lesbianas como fenómeno socialmente relevante es un fenómeno nuevo, que surge del
desarrollo de movimientos reivindicativos, de prácticas cotidianas de libertad y de
articulación de discursos de autodefensa, autoestima e integridad. El mero hecho de
establecer una violencia como específica, sistemática y consentida cuando no
promocionada, es ya un acto de trascendencia política. (194)

SEGUNDA PARTE

LOS DISCURSOS ARTICULADOS Y SUS IMPLICACIONES

Discursos públicos a menudo desde la heterosexualidad.

Sobre tales ideas y discursos:

Las formas de connivencia entre unos y otros análisis son particularmente


significativas cuando la compatibilidad de las formulaciones se basa no en la
coherencia de los postulados, sino en la coincidencia de los efectos deseados. (210)

LA DESCRIPCIÓN DE UN DISCURSO A TRAVÉS DE LOS TÉRMINOS QUE


EMPLEA, DE LOS TEMAS QUE DESARROLLA Y DE LAS PRÁCTICAS A QUE
DA LUGAR RESULTA ESCLARECEDORA, TODA VEZ QUE PERMITE
SEÑALAR DOS CUESTIONES.

- ESTRUCTURAS INSTITUCIONALES DESDE LAS QUE SE ESTABLECEN


DETERMINADAS VISIONES DE LA REALIDAD.
- EL ALCANCE Y LOS EFECTOS DE SU PODER DE NOMINACIÓN,
DEFINICIÓN Y ANÁLISIS.

POR OTRO LADO, ESTE ENFOQUE NOS PERMITE ESTUDIAR TANTO LA


GÉNESIS DE UNA COMUNIDAD COMO EL ALCANCE Y LOS LÍMITES DE SU
AUTONOMÍA. (213)
Los discursos de orden represivo y los de vocación liberadora se sitúan, formalmente,
en el mismo plano (para ser leídos, para incentivar conductas). Ello implica la
vigencia permanente de enfrentamientos de orden simbólico y trascendental real,
particularmente entre los primeros y éste último, así como en el seno de cada uno de
ellos. (213)

CAPITULO IV: LOS DISCURSOS DE UNA MORAL EXCLUYENTE Y SU


TRASCENDENCIA JURÍDICO-LEGAL

La infravaloración en términos morales de la experiencia corporal placentera, conserva en


el presente una vigencia a menudo ajena a las concepciones religiosas. El placer como
experiencia moralmente inferior (“animal”), en contraste con el sentimiento o la
espiritualidad; los genitales como parte denostada o vergonzosa de la anatomía, en
contraste con el corazón o el cerebro, son ideas que mantienen aún hoy un considerable
potencial simbólico. (228)

VISIÓN TANATOCRÁTICA DE LA HOMOSEXUALIDAD (Y MÁS AÚN POR EL


SIDA)

La tanatocracia es una ideología de desprecio del cuerpo, que predica que el placer
debe pagarse al elevado precio de la muerte. Pero es, sobre todo, una ideología de
desprecio de la vida, que afirma que la muerte es un nuevo nacimiento, un re-
conocimiento, el lugar de advenimiento del sentido. (Mangeot, 1995:66) La condena
moral de placer tiene siempre a la muerte en el horizonte, bien sea para promover la
idea de la felicidad celestial eterna para los virtuosos, bien sea para mantener la
amenaza de un castigo eterno para los pecadores. (229)

Al tomar en consideración un régimen de tanatocracia que decreta la autoinmolación y


gestiona el sacrificio, estamos hablando de relaciones de poder. La adecuación al orden, la
moralidad y la legalidad vigentes […] no da lugar a transformaciones substanciales en el
seno del régimen de sexualidad. (263)

La extensión del VIH plantea, efectivamente, la necesidad de afrontar, al menos, dos


cuestiones básicas: el sexo (las prácticas sexuales y las condiciones en que éstas se
desarrollan) y la autoestima responsable. El último condiciona al primero: grado de
autoestima  cómo practicar la sexualidad. (265)
CAPITULO V: LOS EFECTOS TERAPÉUTICOS DE LOS DISCURSOS
CIENTÍFICOS

Las formas de connivencia y los puntos de encuentro entre la moral y la ciencia son casi
más frecuentes y decididamente más significativos que los conflictos. La interacción de
ambos discursos impulsa su desarrollo, su precisión, su diversificación. (273)

El perverso es la figura todavía “masculina” que enlaza, en el seno de los discursos


sobre moral y salud sexual, las concepciones bíblicas y canónicas con las del orden
científico. (274)

Todo lo que se aparte del modelo social de pareja heterosexual casada y reproductora
(o que parezca radicalmente ajeno a dicho modelo); es decir, todo lo que se aparte de
la sexualidad económicamente útil y políticamente conservadora (Foucault, 1978),
puede caer en el ámbito de la perversión. (274)

La figura del perverso no se caracteriza en función del desarrollo de determinadas prácticas.


Los factores que permiten definirlo (igual que al libertino) son diferentes formas de
persistencia en el ultraje a las normas morales, jurídicas o consuetudinarias. (276)

La variedad y la pluralidad de experiencias sexuales, entrañan misteriosas afecciones


que se identifican en cierto modo con castigos, y que se manifiestan en el mismo
ámbito del placer: la enfermedad del cuerpo es un claro indicio de la enfermedad del
espíritu. (279)

Creación de una esencia fisiológica del sujeto “pervertido”.

La posibilidad de localización del homosexual se apoya en la visualización de algunos


de los síntomas de la inmunodeficiencia, particularmente en los signos más llamativos
(sarcoma de Kaposi, síndrome caquéctico). De este modo, los discursos del prejuicio
recuperan y le dan sentido a la epidemia en tanto que contribuye a señalar lo ajeno, el
enemigo. “De ahí la conveniencia inestimable del sida, reducido a una tipología de
signos que garantiza la identificación del temido objeto de deseo en los últimos
momentos de su aparente autodestrucción”. (Watney 1995:45).

Efectivamente, el sida será considerado como la evidencia de la perversión. La


pandemia saca a la luz lo que el virus constituye como “anti-cuerpos” (Meyer, 1991).

Foucault, 1969:243 = Al corregirse, al rectificar sus errores, al afinar sus


formulaciones, un discurso no deshace necesariamente su relación con la ideología. El
papel de ésta no disminuye a medida que crece el rigor y que la falsedad se disipa.
(Maco metodológico)
La expresión “inversión sexual” fue a menudo utilizada desde fines del siglo XIX para
indicar “una reversión completa de la función sexual del sujeto” (Chauncey, 1985:82). 
Esto se expresa también en cuestiones de género (amanerado, marimacha): la consideración
del género como factor que señala “desórdenes” más profundos; la posibilidad de
“desviación” al margen de prácticas sexuales o antes de que éstas tengan lugar.

Como señala Edelman (1994), los signos de la perversión eran leídos como metonimia,
mientras que la inversión se reconoce a partir de una lectura metafórica, En el primer
caso, son los actos revelados por el cuerpo los que descubren al pervertido. En el
segundo caso, los rasgos de la inversión, sin que señalen (y esto es lo trascendente)
ninguna práctica, revelan, no obstante, una esencia.  Localización de la inversión
como signo antecedente de una posterior “homosexualidad”. (297)

Freud estableció el carácter adquirido de la inversión y no congénito: “podría definirse la


inversión como una frecuente variante del instinto sexual, determinada por cierto número
de circunstancias exteriores de la vida. (1975:12) Tres ensayos sobre teoría sexual (1905).
(299)

En ningún individuo masculino o femenino, normalmente desarrollado, dejan de


encontrarse huellas del aparato genital del sexo contrario […] La hipótesis deducible de
estos hechos anatómicos, ha largo tiempo conocidos, es la de una disposición bisexual
originaria […] De aquí no había más que un paso para transportar esta hipótesis al dominio
psíquico y explicar la inversión ocmo manifestación de un hermafroditismo psíquico (Ibid:
13-14). Sin embargo, según puede comprobarse, “la inversión y el hermafroditismo
somático son totalmente independientes la una del otro”, por lo que “la sustitución del
problema psicológico por el anatómico es tan ociosa como injustificada”. (Ibid: 14-15).
(300)

El discurso homosexual copta y homogeneiza la inversión y la perversión. (303)

Sobre el concepto de homosexual, Llamas escribe: utilizaré el término “homosexual”


como adjetivo que caracterice las relaciones entre personas con anatomías a grandes
rasgos similares y, en ocasiones, sorprendentemente parecidas, como se suele decir,
“del mismo sexo”. Evitaré, por lo tanto, utilizar dicho término como substantivo, no
sólo por los problemas de indefinición que presenta, sino también porque a partir de
esta definición se ha convertido en un “cajón de sastre” susceptible de ser utilizad por
diferentes instancias y según estrategias claramente divergentes, sin que pueda
señalarse un mínimo de coherencia entre ellas […] En todo caso, la utilización del
término “homosexual” deberá siempre entenderse en el marco de discursos y
prácticas propias de un régimen de la sexualidad determinado, en el que ésta juega un
papel preciso. (307)
A partir, sobre todo, de la segunda mitad del siglo XX, “la homosexualidad” ha pasado a
ser también un objeto de atención en las ciencias sociales. El presupuesto básico de tales
aproximaciones será también el reconocimiento de una instancia alienada, y entre sus
objetivos aparece con frecuencia la inquietud por el control y el fantasma de la contención.
(322)

CAPITULO VI: LOS DISCURSOS EN PRIMERA PERSONA

La “toma de la palabra” desde la misma disidencia se torna fundamental para


combatir los discursos represivos y patológicos en torno a la homosexualidad  los
discursos en primera persona tiene, necesariamente, una dimensión política: incluso
en sus casos más “despolitizados” (cuando se articulan como testimonio o creación
literaria, por ejemplo), presentan un indudable carácter “militante”. (348)

Es éste también un discurso plural de autonomía y autodeterminación; de construcción de al


propia libertad, de valores expectativas e un espacio restringido pero cada vez menos
acotado; un espacio donde las determinaciones del régimen de la sexualidad pierden fuerza
coactiva. (349)

Distinción homosexualidad/homofilia: los homófilos eran sujetos discretos que


pretendían ser respetados y encajar en la sociedad tal y como funcionaba (régimen
patriarcal, moral convencional, valores heterosexuales). La cola higienizada. No era
subversivo, por ende, tampoco político. (363)

“Lesbiana” o “gay” son términos que, no sólo ignoran las connotaciones médico-
psiquiátricas del término universalmente aceptado (“homosexual”) sino que, además,
niegan toda asociación de realidad que designa con situaciones determinadas por
instancias terceras como problemáticas, patológicas, dramáticas o desdichadas. (368)

La importancia de la constitución de una terminología autorreferencial estriba en la


posibilidad de superación de una concepción de la sexualidad ordenada por un
determinado régimen, para entrar a considerar cuestiones como las formas de
conceptualización de la propia experiencia, el significado que se le otorga y las
posibilidades de establecerla de forma autónoma. (368)

SOBRE LO QUEER

La estrategia bollera/marica consiste en una deslegitimación radical del régimen de


afectos y placeres vigente. (374)

Si las categorías utilizadas como insultos tienen un contenido indeterminado o


asociado a ciertos estereotipos, los procesos de subversión de terminología tienden a
redefinir o a contradecir las supuestas implicaciones de dichos términos. Por otro
lado, los insultos recuperados pasan a constituir símbolos del desafío colectivo a esas
concepciones socialmente imperantes. (375)

Eso es ser queer. Una renuncia a cualquier referente o verdad estable; un


posicionamiento que no es reductible a ninguna substancia. (376)

Características del movimiento marica/bollero:

- Cuestionamiento permanente de las instituciones y prácticas del orden sexual y


el enfrentamiento con sus efectos represivos. (376)

Riesgos del término queer: la desidentificación, la fácil apropiación; le presta más


atención al ámbito epistemológico y del saber que a la luchas reivindicativas de bollos
y maricas. (381)

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