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DEFINICIÓN DE

REFRIGERACIÓN
Del latín  refrigeratĭo, la refrigeración  es la acción y efecto de refrigerar. Este verbo hace referencia al
hecho de hacer más fría una habitación, una sala u otra cosa a través de medios artificiales. Por
extensión, refrigerar es enfriar en cámaras especiales distintos alimentos o productos para su
conservación. Además, el término refrigeración está vinculado al refrigerio, aquel alimento que se toma
para reparar las fuerzas.

La refrigeración consiste en  extraer la energía térmica de un cuerpo para reducir su temperatura.
Por las propiedades termodinámicas, dicha energía es transferida hacia otro cuerpo. Cabe destacar que
el frío propiamente dicho no existe, sino que la temperatura es el reflejo de la cantidad de  energía  que
posee un cuerpo.

Los alimentos, las vacunas y distintos productos médicos requieren de un adecuado sistema de
refrigeración para ser conservados. De lo contrario, podrían ocasionar un serio daño a la salud de
la población. Por ejemplo: la carne cruda debe guardarse en heladeras o neveras; de lo contrario, se
pudre.
Es importante subrayar el hecho de que existen diversos tipos de dispositivos de refrigeración. Así, por
ejemplo, nos encontramos con los llamados equipos de refrigeración que es la denominación bajo la que
se enmarcarían tanto los frigoríficos como las cámaras frigoríficas. La forma que tienen de funcionar es
mediante un proceso por el cual lo que hacen es transferir frío a un foco caliente.

De esta manera, es como funcionan los refrigeradores que tenemos en casa, es decir, los frigoríficos que
contamos en nuestras cocinas y que utilizamos para que los alimentos estén a una temperatura baja que
les impida estropearse o perder todas sus propiedades. No obstante, en empresas alimentarias también
se cuenta con cámaras frigoríficas para cumplir esa misma función.

De la misma forma, también es importante hablar de otro dispositivo que es considerado un equipo de
refrigeración. No obstante, este se convierte en pieza fundamental pues es el encargado de controlar la
temperatura de un lugar: el termostato. En los aires acondicionados es el elemento gracias al cual
podemos elegir los grados que queremos que haga en cualquier estancia en la que tengamos instalado
un aparato de dicha tipología.

En las últimas décadas, la mayoría de los países acordaron dejar de utilizar los refrigerantes que atentan
con la naturaleza y dañan la capa de ozono.
La acción de adecuar las condiciones de temperatura, humedad y limpieza del aire dentro de una
edificación se conoce como climatización, que comprende tanto la refrigeración como la calefacción (el
proceso para elevar la temperatura).
Los aires acondicionados o acondicionadores de aire son los artefactos más usados para lograr la
refrigeración de un ambiente durante la temporada de verano.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto la existencia de una técnica que se conoce
como refrigeración líquida. Dentro del ámbito de la informática se lleva a cabo la misma que consiste en
la utilización de ventiladores o disipadores de calor con el claro objetivo de que cualquier ordenador no
se sobrecaliente y pueda sufrir daños de diversa tipología.

Refrigerante es un adjetivo que hace referencia a aquello que refrigera. Refrigerar, por su parte, es la


acción que se realiza para lograr que descienda la temperatura de algo.
El término puede vincularse al conducto que tiene una pared doble: por él fluye un líquido que es
enfriado por la influencia de otro que se halla en el recinto externo.
Un refrigerante, por otra parte, es una sustancia que absorbe el calor de otro cuerpo y que, por lo tanto,
lo enfría. El agua, ya sea en estado líquido o como hielo, es el refrigerante más común y que se utiliza
desde tiempos prehistóricos.
Con el tiempo, el hombre comenzó a investigar sobre la acción de estos refrigerantes, añadiendo sal al
agua, modificando la presión del vapor y empleando aire comprimido. Ya en el siglo XIX, se hizo
frecuente el uso de cloruro de metilo, amoníaco y otros fluidos a modo de refrigerantes.
En la actualidad, los refrigerantes que se emplean a nivel industrial deben contar con ciertas propiedades
que garanticen su estabilidad y seguridad durante su utilización. En general se trata de sustancias que
no son inflamables ni explosivas, y que además no corroen los materiales con los que entran en
contacto.
Los equipos de aire acondicionado, las cámaras frigoríficas y las fábricas de hielo son algunas de las
instalaciones que requieren de refrigerantes para su funcionamiento. En los automóviles, se utiliza un
refrigerante que combina glicol y agua para disipar el calor del motor y así evitar el sobrecalentamiento.
El líquido refrigerante y el agua en los coches

La elección de un buen líquido refrigerante para el automóvil no es fácil, dado que existen muchas
opciones y también diferentes puntos de vista acerca de cuál es la mejor práctica. Algunas personas
incluso se preguntan si es posible mezclarlo con agua corriente. Otra duda habitual es cada cuánto es
necesario reponerlo. Veamos a continuación algunos conceptos y puntos de vista relacionados con este
tema.
Gracias a actuar como antioxidante y a poseer un punto de ebullición superior al del agua, el líquido
refrigerante resulta más eficiente para el sistema de refrigeración de un coche. Apoyándonos en esta
explicación, es correcto decir que no se aconseja mezclar ambos productos ni optar simplemente por el
agua, sino limitarse a utilizar el líquido recomendado por el fabricante del vehículo.
Pero, ¿qué ocurre si utilizamos agua en lugar de líquido refrigerante, exactamente? En primer lugar,
puede dar lugar a la formación de partículas que actúen como una obstrucción en el sistema, dificultando
el flujo y exponiéndolo a temperaturas excesivas y altas presiones.
Además, si se ha utilizado agua durante un tiempo prolongado, pasar directamente al líquido refrigerante
también puede traer consecuencias negativas, como causar daños en el sistema de refrigeración. Una
razón bien precisa es que el líquido refrigerante también es capaz de limpiar los ductos que
atraviesa, arrastrando todos los elementos que encuentre a su paso, y cuando promueve el
desprendimiento de fragmentos del óxido causado por el agua, éstos pueden obstruir o dañar partes
blandas del motor, como ser las mangueras.
Para evitar una situación tal, lo mejor es llevar el coche a un especialista, para que lo examine y
determine si se puede hacer el cambio. De todos modos, cabe mencionar que en las instrucciones
elaboradas por los fabricantes de automóviles siempre se especifica qué clase de líquido debe usarse.

Como dato curioso, cuanto mayor sea la altura sobre el nivel del mar de una ciudad, menor será el punto
de ebullición de los líquidos, tanto del agua como del refrigerante. Si bien se trata de diferencias
mínimas, de unos pocos grados, ésta puede ser una razón más para evitar el uso del agua en el sistema
de refrigeración.

REFERENCIAS

Autores: Julián Pérez Porto y María Merino. Publicado: 2009. Actualizado: 2009.
Definicion.de: Definición de refrigeración (https://definicion.de/refrigeracion/)

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