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Antropologia Teologica
Antropologia Teologica
Néstor A. Gómez
Lo has hecho
poco menor que los ángeles
y lo coronaste de gloria y
y de honra.
Lo hiciste señorear
sobre las obra de tus manos;
todo lo pusiste
debajo de sus pies…
UNA INTRODUCCIÓN ¡Javeh, Señor nuestro,
cuán grande es tu nombre
en toda la tierra.
El ser humano enfrenta constantemente una problemática contemporánea: ¿De dónde viene?, ¿De qué está conformado su ser?
¿A dónde terminará sus días? Todo esto le ha llevado a una pérdida de identidad en sí mismo, a la necesidad de un encuentro
consigo mismo. Hoy el ser humano se ha transformado en un hombre y una mujer ajeno a su realidad: El individualismo y el
progresismo le ha desvinculado netamente de su espacio, de su entorno, de su ambiente, por eso, destruye, aniquila y mutila su
propia hábitat: La tierra. Es ella y por ende, los seres humanos, quienes están asumiendo estas consecuencias de ambición
desmedida y poder descontrolado. ¿Qué tiene que decir la Biblia en respuesta o ayuda a está situación? ¿Cómo se plantea la
antropología desde el punto de vista cristiano-bíblico?
La concepción del ser humano o la idea de pensar en los seres humanos comprende, en cierta manera, toda la teología,
constituyendo una de sus dimensiones principales y trascendentales. El eje de la teología es el estudio y conocimiento de Dios, sin
embargo, ese conocimiento cobra sentido y vida para el ser humano desde la revelación de El mismo. Hablar de Dios es hablar de
su creación. En este sentido la teología cristiana es antropocéntrica.
2. La “Antropología teológica”.
Anteriormente se le llamaba “doctrina del hombre”, pero hoy, preferimos nombrarla “doctrina del ser humano”, para no desplazar la
importancia de la mujer en este estudio. La antropología se define como “el estudio de los seres humanos. La antropología se
ocupa de cada uno de los aspectos de los seres humanos: su origen, su pasado, su presente, y su futuro. La antropología estudia
a los seres humanos como seres biológicos, psicológicos y sociológicos. La antropología se ocupa de los seres humanos donde
quieran que se encuentren”1. H. Thielicke pregunta: “La antropología tiene que ver con todo aquello de lo que el hombre se ocupa;
¿y qué es lo que no entra dentro de esa rúbrica?”2
1
Grunlan, S.A. y Mayers, M. K. Antropología cultural. Una perspectiva cristiana. Deerfield: Vida, 1997.p. 30
2
Thielicke, Helmut. Esencia del hombre. Ensayo de antropología cristiana. Barcelona: Herder, 1985. p. 17.
Nuestro foco de estudio se transmite desde una perspectiva bíblica de la revelación de Dios y
Lea el material
concretamente, desde la persona de Cristo. Si queremos hablar de “Antropología teológica” debemos ir
1.de¿Cuáles
lectura son
de a las fuentes de la Escritura para teologizar y responder a la pregunta ¿qué es el ser humano? Así
M. Benzo
las y nuestra segunda afirmación será: “La antropología teológica es cristocéntrica”.
responda
afirmaciones
estas
3. Una perspectiva de la antropología teológica según el Vaticano II3
fundamentales
preguntas:
del texto? El concilio se preocupó por construir una perspectiva contemporánea basada en la Palabra de Dios y en
2. ¿Cuáles son correspondencia con las exigencias eclesiales de hoy.
3. ¿Qué piensa
b) Cristocentrismo de la antropología.
acerca de estos Este cristocentrismo se manifiesta desde la creación del ser humano, pero se concreta en la nueva
aspectos? creación: Ambas tienen lugar por Cristo, en Cristo y hacia Cristo.
3
Flick, M y Alszeghy, Z. Antropología Teológica. Madrid: Instituto Internacional de Teología a Distancia, 1983. p. 17-18.
Génesis afirma enfáticamente que todo lo que existe procede de Dios. Dios es el creador y proveedor. El Salmo 104:24 afirma: “!
Cuán innumerable son tus obras, Javeh! Hiciste todas ellas con sabiduría; ¡la tierra
está llena de tus beneficios! Hoy se plantean grandes cuestionamientos a está
LA CREACIÓN DE DIOS
afirmación.
“Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la Palabra de Dios” (He 11:3). La doctrina de
La Biblia la creación del universo, incluyendo el género humano, se resalta en muchos pasajes bíblicos: Is
Investigar cinco 40:28; 45:18; Sal 104; Mr 13:19; Jn 1:3; Ef 3:9; Col 1:16; Ap 4:11. La Escritura no es un manual de
teorías que respuestas científicas modernas, su funcionalidad es teológica no científica. De esta forma miremos
algunos aspectos de este tema de la creación.
contradigan a
Dios como 1. En Gén 1-2 se resalta no la creación sino al Dios creador; se enfatiza el “quién” no el “cómo”.
4
Hoff, Pablo. Teología Evangélica. Miami: Vida, 2005. p. 294-295.
8. Perfección en la creación. “Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera” (Gén 1:31; también vs. 4, 10, 12,
18, 21, 25, 31)
Varias
La Cosmogoníateorías se han postulado intentando reconciliar la cosmogonía bíblica (su concepto sobre el origen y
y la Ciencia desarrollo del universo) y la postulación científica. Por lo menos cuatro son las teorías más reconocidas.
5. La evolución teísta.
a) Dios usó el proceso de evolución para desarrollar gradualmente las formas de vida, incluyendo al ser humano.
b) Dios colocó la capacidad para desarrollarse en la primera célula y siguió el proceso desde adentro. En cierto punto de la
evolución se le dio al animal humano un alma y llegó a ser un hombre.
c) el relato de la creación es figurado.
6. Teoría religiosa.
a) La Biblia enseña la creación en componentes teológicos y la ciencia natural en científicos.
b) El relato de Gén indica la causa y el por qué de la creación, le compete a la ciencia explicar cómo sucedió.
c) El relato de la creación no es para describir el proceso creativo sino para refutar al politeísmo.
d) Hay un solo Dios y todo lo que existe deriva de él su existencia.
e) Barth afirma que Gén 1-2 es saga (leyenda) la cual no tiene nada que ver con historia. Un sólo poder está en el fondo de todas
las cosas, y nosotros estamos en sus manos: El Dios vivo. Este es el contenido de la revelación; lo demás son imágenes
primitivas.
Conclusiones:
1. La generación espontánea de la vida a partir de la falta de vida es imposible.
2. Las variaciones genéticas parecen tener límites; no se presentan en todas las direcciones, y las mutaciones son casi
siempre dañinas.
3. La mejor explicación de la diferenciación entre especies tiene que ver con el aislamiento ecológico, y no con los procesos
macroevolutivos.
4. El registro fósil contiene vacíos entre las formas principales de organismos vivos; vacíos que no son capaces de crear o
producir ningún tipo de eslabones perdidos.
5. La mejor forma de explicar la homología (las similitudes observadas en los organismos vivos) se halla en función de un
diseño inteligente, y del uso intencionalmente repetido de modelos; no en supuestos antepasados comunes.
Indudablemente la Biblia acepta como supremo creador y sustentador de todo el universo, incluyendo a los seres humanos, a Dios.
La creación de los seres humanos
Su creación fue un acto libre, bondadoso, ordenado y amoroso, como nos los deja ver Gén 1-2
y otros pasajes bíblicos.
Ahora, refiriéndonos directamente a la creación de la mujer y el hombre, la humanidad, la Biblia es rica en términos, tanto en el NT
como en el AT. El más usado en el AT, usado cerca de 600 veces es adam. Usada como sustantivo “humanidad” o adjetivo
“humano”. Sólo en pocas ocasiones se usa como nombre personal llamado Adán. Otro término es enosh, cuyo primordial
significado es “humanidad” (Is 13:12; Sal 90:3; Job 28:13). En ocasiones se usa para una persona, pero en un sentido general
como en Is 56:2.
El término ish usado más de 2.000 veces, se refiere al hombre con el sentido concreto de varón o esposo. Muchas veces se
puede usar para humanidad, especialmente cuando el autor quiere diferenciar a Dios de su creación humana. En correspondencia
con ish, se halla isha, es decir varona, mujer o esposa. El término guéver se usa para designar juventud, fuerza o también niños o
mujeres. Otros como anér se refieren a un hombre o esposo en particular; mientras que guyné se usa para referirse a mujer o
esposa.
En el NT hallamos el término ánzropos, que significa “humanidad” y se usa sobre todo para distinguir a los seres humanos de los
animales (Mt 12:12); los ángeles (1 Cor 4:9); Jesucristo (Gál 1:12); y Dios (Jn 10:33). El término anzrópinos también distingue a la
humanidad de los animales (St 3:7); o entre humanos y Dios (Hch 17:24-25).
Habitualmente se usan términos como “mente”, “voluntad”, “cuerpo”, “corazón”, “espíritu”, “alma”; sin
Componentes básicos
embargo, la variedad de palabras es impresionante y a veces, con diversos significados de un mismo
término o en ocasiones, con diferentes términos se explica el mismo significado.
Examinemos algunos de ellos, como por ejemplo la palabra “cuerpo”. Los hebreos usaban “carne” ( basar) o “alma” (nefesh) para
referirse al cuerpo (Lev 21.11; Núm 5.2). En el NT los escritores usan “carne” ( sarx), la “fortaleza” (isjs), y la más frecuente soma
para referirse al cuerpo. Sin embargo, nefesh es el término más usado para significar el alma; pero puede usarse para la voluntad
o deseo también (Gén 23.8; Deu 21.14). Es usada en un sentido más amplio como la “vida”, el “yo” o la “persona” (Gén 23.8; Deu
21.14). Los escritores lo usaron para el hambre física (Deu 12.20), el impulso sexual (Jer 2.24), y un deseo moral (Is 26.8-9). A
veces, aparece junto con basar para mostrar la totalidad de la persona (Is 10.18).
Si nos trasladamos al NT, el término más usado es psyjé para referirse al alma de la persona. Así en el pensamiento griego
existían, por lo menos, tres acepciones: 1. El asiento de la vida o la vida misma (Mc 8:35); 2. el interior del ser humano,
equivalente al yo, la personalidad o la persona; o 3. el alma en contraste con el cuerpo. No es fácil hallar los diferentes significados
dados a esta palabra psyjé porque a veces, como elemento conceptual de los seres humanos, puede ser “visión interior”, voluntad,
disposición, sensaciones, poderes morales (Mt 22.37)
Pensemos en la palabra espíritu, ruaj en el hebreo y pnéuma en griego. En el primer caso significa “aire en movimiento”, “viento’,
“aliento”; también designa la conciencia inmaterial del hombre o la mujer. (Gén 35. 18; Dan 7.15; Prov 16.32; Is 26.9; Sal 86.13).
Refiriéndose a pnéuma, aunque tiene el significado básico de “viento” o “aliento”, se aplica al “espíritu” de los seres humanos. Se
relaciona en un alto sentido con el ámbito espiritual, es decir, que el espíritu enlaza a los seres humanos con lo espiritual y los
ayuda en su interacción con el mismo. La palabra se usa, también, referente a la muerte donde el espíritu se marcha y el cuerpo
deja de ser la expresión visible de toda la persona (Mt 27.50; Lc 23.46; Hc 7.59).
La Biblia habla de “corazón”, “mente”, “lomos”, “riñones”, “hígado” e incluso “entrañas” como componentes de los individuos que
contribuyen a su capacidad distintivamente humana para reaccionar ante determinadas situaciones. En hebreo se usa la palabra
“corazón” (lev, leva) para denotar la naturaleza interna, los pensamientos, los sentimientos íntimos o emociones e incluso la
voluntad; aunque también se usa para el órgano físico. En el NT se usa para el órgano físico, pero significa principalmente las
emociones, pensamiento y la voluntad, así como el lugar de habitación del ES. El término es kardía.
El término kilyá, “riñones” se usaba para referirse a los aspectos íntimos y los secretos de la personalidad (Jer 12.2). En el NT se
usa nefroi, una sola vez en Ap 2.23, ‘Todas la iglesias sabrá que yo soy el que escudriña riñones y corazones” (traducción literal).
Otras veces, los escritores neotestamentarios usaron la palabra splanjna, “entrañas” (“intestinos”, 1 Jn 3.17), para referirse a la
actitud de una persona. En otra parte es usada como paralelo a kardía (2 Cor 6:12); en otro aparece donde debiera estar el
término pnéuma (“espíritu”, 2 Cor 7.15).
La mente (nus, diánoia) y la voluntad (zéelema, búlema, búlesis) no escaparán a los escritores del NT. La “mente” es la facultad
de la percepción intelectual, además de la capacidad para establecer juicios morales. Algunas veces parece paralelo a lev;
mientras que en otras se diferencian (Mc 12.30). En cuanto a la “voluntad” se presenta como un libre albedrío o puede estar
motivada por un anhelo que ejerce su presión desde el inconsciente. Esta diversidad de lenguaje, nos presenta sobre el problema
de dónde termina la “mente” y dónde comienza la voluntad.
Tricotomía: Los elementos constitutivos del ser humano son tres: Cuerpo, alma y espíritu (1 Tes 5:23). La parte física de los
humanos es la que los une con todas las cosas vivientes, mientras que el “alma” es el principio de la vida física, o animal. Los
animales poseen un alma básica, rudimentaria (Gén 1.20, nefesh jayyá, “seres vivientes”).
Dicotomía: Dos elementos constitutivos: Inmaterial y material, “cuerpo” y “alma”. El “alma” y el “espíritu” son palabras
intercambiables: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lc 1.46-47; véase también Mt
10.28; 1 Cor 5.3).
Monismo: Los seres humanos son unidades integradas, y no diversos componentes que se pueden identificar de manera
individual, con su propia categoría. Cuando la Biblia habla de “cuerpo y alma”… se debería considerar como una descripción
exhaustiva de la personalidad humana.
El origen del alma: La pregunta sería, ¿cómo se origina cada ser humano en forma individual? Nuestra pregunta nos plantea la
inquietud del alma o espíritu y el cuerpo, es decir, si ambas proceden de los progenitores o si tienen un origen diferente por
separado. Tres serán las posiciones planteadas a este dilema. Para nuestro caso tomaremos el alma como todo el componente
inmaterial del ser humano (corazón, riñones, entrañas, mente, alma, espíritu, etc., desde el contexto bíblico).
1. Preexistencia: El mayor defensor de esta teoría fue Orígenes de Alejandría, quien planteaba que los seres humanos habían
sido como ángeles que no habían sido tan malos en su rebelión contra Dios como los ángeles malo, pero que sin ser tan buenos
como los ángeles no rebeldes tenían la posibilidad de regresar a su antiguo estado, es decir, que el estado actual que se observa
en nuestro ser es solo una etapa en la existencia humana. Básicamente el planteamiento de esta teoría es que las almas existen
en un estado anterior creadas por Dios y que ingresan al cuerpo humano en algún instante de su gestación. Estas almas existían
de manera consciente, pero pecaron en el estado preexistente y por tanto son condenadas a nacer en este mundo material,
sometiéndolas a un cuerpo material.
2. Traduccionismo: Dios ha proporcionado a través de los primeros humanos creados, Adán y Eva, los medio naturales para la
transmisión del alma de generación en generación, tanto en lo material como en lo inmaterial (Gén 5.1, 3; Sal 51.5; Hec 17.26).
Esta teoría se observa en Tertuliano, Gregorio Niceno, Agustín y los reformadores luteranos en general.
3. Creacionista: Cada alma es una creación inmediata o acto creador directo de Dios, que la incorpora al cuerpo en un momento
no determinado de la gestación (Núm 16.22; Is 57.16; Ec 12.7; Heb 12.9; Zac 12.1) Postulan esta teoría Ambrosio, Jerónimo,
Pelagio, Anselmo, Tomás y teólogos católicos y reformados. Es la posición evangélica más aceptada.
4. El concurso evolutivo de Dios: Esta teoría planteada por Flick-Alszeghy, dice que “la acción divina necesaria para la
hominización… se explica dentro del esquema de la cooperación entre la causa principal y la causa instrumental, es decir, como
una causa trascendental que pone toda la serie de causas segundas” 5., es decir, el agente principal en este acto de creación es
Dios y los padres serían los instrumentos en un acto creador que los sobrepasa. Miremos otra cita: “La acción de Dios no puede
ser exactamente la misma en la producción de la primera persona humana que en la producción de cada persona en particular,
que es engendrada de personas existentes. El influjo divino necesario para el nacimiento de cada persona en un concurso creativo,
que supone la acción generativa de individuos humanos” 6. Esta teoría es como una posición media entre el creacionismo y el
traduccionismo.
La imagen de Dios ha sido presentada desde diversas posiciones por los teólogos como la imagen en términos de
Imago
Dei capacidad moral, de dominio y representación, de virtud moral (Lutero) y de personalidad. Complementario a
esas postulaciones tradicionales, en especial la posición de observar la “imagen” en términos de personalidad:
capacidad intelectual (seres racionales); libertad moral (seres volitivos); habilidad para amar (seres personales); sentimientos
(seres emotivos); se adiciona: relación (seres sociales).
5
Flick, M. y Alszeghy, Z. Antropología teológica. Madrid: Institución Arzobispo Claret, 1983. p. 132.
6
Ibid., p. 131. Para su mayor ampliación leáse las páginas 125-137.
1. El ser humano en relación con otros: El término “persona” es el que mejor describe la Imago Dei en el ser humano, sin embargo,
esta persona-sujeto no es ajena a su entorno y Dios mismo le crea sin esta enajenación. Los seres humanos somos seres
sociales, relacionales; seres o personas en el sentido total de la palabra y que hallamos sentido a nuestra existencia en la soledad,
pero también en la sociedad. “No es bueno que el hombre [varón] esté solo” (Gén 2:18).
La idea primaria de Dios fue una familia, una comunidad, un pueblo. Hoy se discute si provenimos todos de una sola pareja
(monogenismo); o de varias parejas (poligenismo), aunque se afirme una sola especie o estirpe (monofiletismo). Lo cierto es que
en la mente del creador (en su Imago Dei) estaba la idea de personas que se relacionaran entre sí, que conviviera mutuamente.
2. El ser humano en relación con su hábitat natural: El ser humano proviene de la tierra (Adam-adamah). Dios colocó al ser
humano en el huerto del Edén para disfrutarlo y preservarlo: “Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para
que lo cuidara y lo cultivara” (Gén 2.15; Lev 25). La mayordomía cristiana debe postular el cuidado de la naturaleza como una
responsabilidad de todo cristiano.
3. El ser humano en relación consigo mismo: El ser humano es el único “ser viviente” que tiene la capacidad de entrar en relación
consigo mismo. Puede tener una autoconciencia, un autoexamen de su comportar y actuar, de su pensar, de la manera de ver el
mundo y de verse a sí mismo.
4. El ser humano en relación con Dios: El propósito central de la creación del ser humano es establecer una relación de amor con
su Creador. El ser humano tiene todas las facultades (y libertades) de relacionarse con Dios, de vivir una vida espiritual de amistad
genuina con su Sustentador y Proveedor. Lógicamente esta relación depende de la libre decisión del hombre o la mujer.
Esta doctrina ha tomado bastante auge en los últimos tiempos, sobre todo, en lo que se
La doctrina de la unidad de la humanidad
conoce como teología de género. Cada vez son más los que se inscriben en sus
postulados.
Esta teoría plantea que los seres humanos, hombre y mujer, han sido creados en igualdad de condiciones. Ambos son imagen de
Dios, ambos tienen responsabilidades y ambos tienen capacidades. Es decir, que no tiene razón de ser que el hombre considere a
la mujer como un ser inferior o como seres humanos desprovistos de autoridad. Cuando la Biblia menciona a la mujer como
“ayuda” (Gén 2.18) no se refiere a un papel secundario sino que tiene el mismo sentido como cuando se refiere a Dios (Ex 18.4).
De la misma manera la idea de “sumisión” (verbo hypotássoi) usado en el NT (Ef 5.24; 1 P 3.1; Col 3.18; Tito 2.5), no conlleva la
idea de inferioridad o que están subordinadas a la autoridad del esposo. Este verbo se usa en relación con Dios y su Hijo: “…
entonces el Hijo se someterá a aquel que le sometió todo” (1 Cor 15.28). Es una sujeción de índole administrativa, donde el Hijo no
es inferior al Padre.
Esto se aplica consecuentemente al racismo, a la diferenciación social económica, etc. Dios ha creado naciones, pueblos, seres
humanos relacionales, con derechos de igualdad.