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Neurociencia Social

El Campo de Desarrollo de Neurociencia Social del LINCIPH aborda cuestiones


fundamentales sobre la mente y sus interacciones dinámicas con los sistemas
biológicos del cerebro y del mundo social en el que reside (Cacioppo & Berntson,
1992; Cacioppo, 1994). Este campo estudia la relación entre los procesos
neuronales y sociales, incluyendo los componentes intermedios de procesamiento
de la información y las operaciones en los niveles de análisis neural y
computacional. La neurociencia social se basa en el trabajo en las neurociencias,
las ciencias cognitivas y las ciencias sociales (Cacioppo, J. & Berntson, G.
2002). En la investigación de la neurociencia social, cualquiera que sea la
definición que se elija, debe ser con el interés de la comprensión de la dinámica y
compleja relación entre el cerebro y sus sistemas relacionados y su interacción
social (Decety, J. & Keenan, J.P., 2006). 

La Línea de Cerebro Social, Ecología y Convivencia del Área de Salud,


Conocimiento Médico y Sociedad y el Laboratorio Interdisciplinar de Ciencias y
Procesos Humanos LINCIPH, definen la Neurociencia Social como una
interdisciplina que permite la integración crítica de teorías y métodos de las
ciencias de la vida y las ciencias sociales y humanas para indagar sobre el
continuum del cerebro social. 

En este contexto, el aporte del Campo de Desarrollo de Neurociencia Social es la


posibilidad de repensar el debate sobre la continuidad o discontinuidad de los
procesos mentales involucrados en los actos colectivos, y el alcance de la
interacción como modeladora radical del aparato psicológico y de sus substratos
materiales. Este debate desde una perspectiva de las ciencias de la vida, de la
mente y de la complejidad puede ser un terreno fértil para las indagaciones que se
extienden más allá de las fronteras tradicionales de las ciencias.
Posiblemente estas ciencias deban acoplar muchos de sus intereses y lenguajes
para ampliar sus alcances comprensivos frente a la realidad de lo social y
desplegar su quehacer y su impacto epistémico. 

 
Society for Social Neuroscience S4SN 2017

En esta ocasión, el LINCIPH participará en este evento a través del poster


presentado a propósito de la investigación sobre juicios morales en funcionarios
judiciales del sector público que se esta realizando entre investigadores de la
Universidad de los Andes y de la Universidad Externado de Colombia. Los
investigadores de ambas universidades expondrán  los aportes y conclusiones a
las que se llegaron respecto a si el tipo de lenguaje (simple o gráfico) con el cual
se describe el resultado de una acción que causa daño a otro afecta diferentes
aspectos del juicio moral (evaluación moral, castigo y daño) en funcionarios
judiciales y un grupo control. Importante también recalcar que estos espacios
permiten dar a conocer a nivel internacional los avances que en materia de
Neurociencia Social se están realizando actualmente en el país.

A continuación compartimos con ustedes el programa oficial del S4SN 2017 en


donde encontrará las conferencias y posters que se presentarán en el marco de
este evento.

 Programa oficial S4SN 2017.

De igual manera, compartimos los links respectivos a la página oficial del S4SN en
donde encontrará toda la información del evento así como el proceso de
inscripción en caso de estar interesado en asistir.

 S4SN sitio oficial.


 Registro S4SN 2017.
Investigaciones Recientes
El grupo de investigación del CIDS Cerebro social, ecología y convivencia, en
colaboración con el campo de desarrollo de Neurociencia Social del LINCIPH,
presentó en la pasada reunión anual de la Society for Social Neurocience –
S4SN los resultados de la investigación realizada sobre el comportamiento
altruista en jóvenes colombianos con el objetivo de explorar posibles asociaciones
entre antecedentes de vulnerabilidad individual y familiar, analizando también
correlatos fisiológicos relacionados con la respuesta del eje hipotálamo-hipófisis-
adrenal y la activación simpática autonómica.
Publicaciones Recientes
La noción de un cerebro social en interacción propone comprender
los patrones de actividad del sistema nervioso, en tanto se
encuentran encarnados y contextualizados en el cuerpo, en el
entorno relacional del individuo y atravesados por su propia
historicidad como sujeto humano.  
El área de investigación Salud, Conocimiento Médico y Sociedad
(Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social de la Facultad de
Ciencia Sociales y Humanas de la Universidad Externado de
Colombia) indaga -en su línea Cerebro Social, Ecología y
Convivencia- por las relaciones naturaleza-cultura, con énfasis en la
comprensión de las interacciones biológicas y los procesos de
construcción de realidad. 
Este libro presenta resultados de una juiciosa investigación sobre
comportamientos agresivos y cooperativos en niños y jóvenes de
nueve ciudades de Colombia, desde una perspectiva que se ubica
en los bordes de las ciencias sociales y la neurociencia social. Los
temas que aquí se exploran, como etología humana, coevolución,
altruismo, teoría de juegos, ontogenia, razonamiento moral, cerebro
social, entre otros, son de gran interés para los que quieran
aproximarse a la comprensión de nuestra vida social y pensar
formas innovadoras de asumirla.

Neurociencias sociales
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Las "Neurociencias sociales" son un campo interdisciplinario que pretende


comprender la relación entre el sistema biológico y la conducta social, que a su
vez está relacionada con los procesos sociales y de comportamiento. Los
humanos, más allá del individualismo, son una especie social. Como especie
social, el [Homo sapiens] desarrolló una organización emergente que superó la
estructura individual y desarrolló agrupaciones tales como las díadas, relación con
pares, familias y grupos, hasta el desarrollo de ciudades y culturas.1
Estas estructuras emergentes involucran
mecanismos hormonales y neuronales que las soportan, porque las
consecuencias sociales ayudan a los individuos a sobrevivir, reproducirse y ayudar
a otros (hijos) por el tiempo suficiente para garantizar la supervivencia hasta la
edad reproductiva. El término “neurociencias sociales” fue definido en un artículo
de John Cacioppo y Gary Berntson, publicado en el American Psychologist en
1992.2 Cacioppo y Berntson han sido considerados como los padres de las
neurociencias sociales. Las neurociencias sociales son un campo emergente y
reciente, que se basa en conceptos relacionados con las neurociencias
afectivas y neurociencias cognitivas, con el objeto de identificar cómo el cerebro
interviene en las interacciones sociales.

Índice

 1Concepto general
 2Métodos
 3Sociedad para el estudio de las neurociencias sociales
 4Véase también
 5Revistas científicas sobre Neurociencias Sociales
 6Lectura básica
 7Referencias
 8Enlaces externos

Concepto general[editar]
Tradicionalmente las neurociencias se han relacionado con el estudio del sistema
nervioso, concepto que ignora la influencia de los ambientes sociales en los que
humanos y animales viven. En la actualidad reconocemos el impacto considerable
de la estructura social en las operaciones del cerebro y el cuerpo. Los factores
sociales operan en interrelación con la esfera neural, neuroendocrina, metabólica
e inmune en el cerebro y el cuerpo, en donde el cerebro se focaliza en ejercer una
actividad regulatoria, y a su vez es maleable por estos factores.3 La investigación
en neurociencias sociales se centra en el estudio de mecanismos biológicos que
subyacen al proceso social y al comportamiento, y ha sido considerada como uno
de los problemas de mayor impacto en el área de las neurociencias en el siglo
XXI. Aplica conceptos y métodos de la biología y el desarrollo de teorías de los
procesos sociales y las ciencias del comportamiento. Las neurociencias sociales
se sustentan en los conceptos y métodos de la biología para actualizar y refinar
las teorías del comportamiento social, y usa los constructos sociales y
comportamentales e investigación empírica, para apoyar el deserrollo de teorías
relaciondas con la organización neural.4
En el siglo XX, las explicaciones sociales y biológicas fueron vistas como
incompatibles, pero los avances en años recientes permitieron el desarrollo de una
nueva aproximación que sintetiza el conocimiento de las ciencias biológicas y
sociales. El recientemente creado campo de las neurociencias sociales enfatiza en
la relación complementaria, abarcando dominios sociales y biológicos (molecular,
celular, sistemática, personal, relacional, colectiva y social) y el uso de análisis
multinivel para entender los mecanismos que subyacen al comportamiento y
mente humana.

Métodos[editar]

Imagen de fRMI. Coronal scan of Nathanial Bradford, at Radcliffe Hospital, Oxford.

Un número de métodos han sido usados en la investigación de la confluencia de


procesos neurales y sociales (importados desde la técnicas comportamentales, la
psicología social, la psicología cognitiva y la neuropsicología) asociada con una
variedad de técnicas neurobiológicas que incluyen Resonancia Magnética
Funcional, Estimulación Magnética Transcraneal, Potenciales Relacionados con
Eventos, Electrocardiogramas, Electromiogramas, endocrinología, respuesta
galvánica de la piel, y estudio en pacientes con lesiones cerebrales focales.567 Los
modelos de investigación con animales son también importantes en la
investigación de estructuras, circuitos y procesos cerebrales específicos (ejemplo.,
el sistema de recompensa y la adicción a las drogas). Adicionalmente, importante
elaborar un metaanalisis es cuantitativo que aborde desde la idiosincrasia de los
estudios individuales hasta las investigaciones en neurodesarrollo, lo que podría
contribuir a la comprensión a la asociación entre el cerebro y el comportamiento.89

Sociedad para el estudio de las neurociencias sociales [editar]


Una cena para discutir los retos y oportunidades interdisciplinarias en el campo de
las neurociencias sociales, en la reunión de la [Society for Neuroscience]
(Chicago], noviembre de 2009) dio paso a una serie de reuniones lideradas por
[John Cacioppo] and [Jean Decety] con neurocientíficos sociales, psicólogos,
neurocientificos y neurólogos en Argentina, Australia, Chile, China, Colombia,
Hong Kong, Israel, Japan, Holanda, Nueva Zelanda, Singapur, Korea de sur,
Taiwán, el Reino Unido, y Estados Unidos. se puede señalar que los humanos,
como una especie social, crean organizaciones emergentes más allá de los
individuos hacia estructuras del tipo de díadas, familias, grupos de ciudades,
civilizaciones y alianzas internacionales. Esta emergencia de estructuras se
involucra mano a mano con mecanismos neuronales, hormonales y genéticos, que
se soportan porque la consecuencia del comportamiento social ayuda a los
humanos a sobrevivir, reproducirnos y cuidar de los bebes recién nacidos el
suficiente tiempo para que estos sobrevivan subsecuentemente y se reproduzcan,
lo que garantiza la replicación de su legado genético. Las neurociencias sociales
fueron definidas como un amplio campo de estudio de los mecanismos
neuronales, hormonales, celulares y genéticos que la estructuración de las
especies sociales. Entre los participantes de este encuentro se encontraban
científicos que usaron una gran variedad de metodologías en modelos animales y
humanos a su vez que en población de pacientes y normal. El consenso en el que
se da la sociedad para las neurociencias sociales fue establecido por científicos de
diferencias disciplinas y basados en la perspectiva de tener encuentros,
comunicaciones y beneficios del trabajo en conjunto. La sociedad internacional e
interdisciplinaria [Society for social neuroscience] (http://S4SN.org) fue lanzada en
[Auckland], Nueva Zelanda el 20 de enero de 2010, y la reunión inaugural de la
sociedad se va a realizar en San Diego (CA) en el 2010, bajo el nombre de Society
for Neuroscience meeting.

Véase también[editar]
 Neurociencias Afectivas  Emoción  Psicología
 Psicología biológica  Cognición motora  Psiquiatría
 Neuropsicología Cognitiva  Neuroeconomía  Cognition social
 Neurociencias Cognitivas  Neurociencias  Psicología Social

Revistas científicas sobre Neurociencias Sociales [editar]

 [Social Neuroscience] - Social Neuroscience, la primera revista dedicada a las


neurociencias sociales, la primera edición fue realizada en marzo de 2006.
 Social Cognitive and Affective Neuroscience. La primera edición fue publicada en
junio de 2006.
 El Journal of Personality and Social Psychology (JPSP) publicó una sección
especial sobre neurociencias sociales en la edición de octubre de 2003.
 Neuropsychologia publicó una edición especial sobre neurociencias sociales en el
2003.
 edición especial sobre neurociencias sociales publica ocasionalmente artículos de
neurociencias sociales incluyendo una en diciembre de 2004.
 NeuroImage publició una sección especial sobre neurociencias sociales en la
edición de diciembre de 2005.
 Psychophysiology ha publicado múltiples artículos que se relacionan con las
neurociencias sociales.
 Biological Psychology publica regularmente trabajos en el área de las
neurociencias sociales..

Lectura básica[editar]

 Brune, M., Ribbert, H., & Schiefenhovel, W. (2003). The social brain: evolution and
pathology. Hoboken, NJ: Wiley & Sons Ltd.
 Cacioppo, J.T. (2002). Social neuroscience: Understanding the pieces fosters
understanding the whole and vice versa. American Psychologist, 57, 819-831.
 Cacioppo, J. T., & Berntson, G. G. (1992). Social psychological contributions to the
decade of the brain: Doctrine of multilevel analysis. American Psychologist, 47, 1019-
1028.
 Cacioppo, J.T., Berntson, G.G., Sheridan, J.F., & McClintock, M.K. (2000).
Multilevel integrative analyses of human behavior: social neuroscience and the
complementing nature of social and biological approaches. Psychological Bulletin,
126, 829-843.
 Cacioppo, John T.; Gary G. Berntson (2004). Social Neuroscience: Key
Readings,. Psychology Press. ISBN 978-1-84169-099-5. .
 Cacioppo, John T.; Penny S. Visser, Cynthia L. Pickett (eds.) (2005). Social
Neuroscience: People Thinking about Thinking People. MIT Press. ISBN 0-262-03335-
6. .
 Cozolino, L. (2006). The Neuroscience of Human Relationships: Attachment And
the Developing Social Brain. W. W. Norton & Company.
 de Haan, M., & Gunnar, M.R. (2009). Handbook of Developmental Social
Neuroscience. The Guilford Press.
 Decety, J., & Cacioppo, J.T. (2010). Handbook of Social Neuroscience. New
York: Oxford University Press.
 Decety, J., & Ickes, W. (2009). The Social Neuroscience of Empathy. Cambridge:
MIT press.
 Emery, N.J. (2007). Cognitive Neuroscience of Social Behavior. Taylor & Francis.
 Harmon-Jones, E.; P. Winkielman (2007). Social Neuroscience: Integrating
Biological and Psychological Explanations of Social Behavior. Guilford
Press. ISBN 978-1-59385-404-1. .
 van Lange, P.A.M. (2006). Bridging social psychology: benefits of transdisciplinary
Approaches. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.
 Wolpert, D. & Frith, C. (2004). The Neuroscience of Social Interactions: Decoding,
Influencing, and Imitating the Actions of Others. Oxford: Oxford University Press.
 Ore, C.,Davila, C. (2018). Neurociencias para la gestión de los recursos humanos
y comportamiento organizacional. Universidad Ricardo Palma. Lima.
Perú. https://doi.org/10.31381/paideia.v6i7.1604

Referencias[editar]

1. ↑ «Neurociencia del diálogo: instrumento social». BAE Negocios. Consultado el 19 de


noviembre de 2019.
2. ↑ Cacioppo, J. T., & Berntson, G. G. (1992). Social psychological contributions to the
decade of the brain: Doctrine of multilevel analysis. American Psychologist, 47, 1019-1028.
3. ↑ Cacioppo, J. T., Berntson, G. G., & Decety, J. (in press). A history of social
neuroscience. In A. W. Kruglanski and W. Stroebe (Eds.), Handbook of the History of Social
Psychology. New York: Psychology Press.
4. ↑ Cacioppo, J.T. et al. (2007). Social neuroscience: progress and implications for
mental health. Perspectives on Psychological Science, 2, 99-123.
5. ↑ Adolphs, R. (2003). Investigating the cognitive neuroscience of social behavior.
Neuropsychologia, 41, 119-126.
6. ↑ Cacioppo, J.T., & Berntson, G.G. (2009), Handbook of Neuroscience for the
Behavioral Science. New York: John Wiley and Sons.
7. ↑ Harmon-Jones, E., & Beer, J.S. (2009). Methods in Social Neuroscience. New York:
The Guilford Press
8. ↑ de Haan, M., & Gunnar, M.R. (2009). Handbook of Developmental Social
Neuroscience. The Guilford Press.
9. ↑ Decety, J., & Cacioppo, T.T. (in press). Frontiers in human neuroscience, the golden
triangle, and beyond. Perspectives on Psychological Science.

Neurociencia social: nexo entre


neurociencia y aprendizaje

Jesús Palacios

2.551

05/04/2018

Somos una especie social. Como humanos, nos caracterizamos por la capacidad de
cognición social, motivo por el que la neurociencia se ocupa del estudio de los grupos. Al
respecto se establecen dos corrientes: la neurociencia cognitiva social y la neurociencia
social.

Por un lado, la neurociencia cognitiva social trata de estudiar los mecanismos


neurobiológicos superiores que intervienen en la cognición social. Por otra parte,
la neurociencia social, que supone el estudio neurobiológico de la conducta social. No
obstante, esta separación es funcional ya que el ser humano es un todo holístico e integrado.
Que pongamos la mirada en las influencias hormonales, motivacionales y neuronales o no,
sólo depende del tipo de investigación que deseamos llevar a cabo.

Pensamiento social, ¿desarrollo individual?


Desde la neurociencia social se pone atención en los procesos de cognición y percepción,
ya que determinan el desarrollo de cada individuo. En este sentido, podemos hablar de un
desarrollo social como miembros de la especie. Desde la neurociencia se ha estudiado este
desarrollo estableciendo correlatos con aspectos biológicos. Por ejemplo, la forma en que
percibimos los rostros y cuerpos; la función, ubicación y estímulo de las neuronas
espejo dentro de toda la imaginería motora; o la respuesta neuronal del entendimiento de
las emociones ajenas o el estudio de la autoconciencia.

El desarrollo neurológico está ligado a la cognición social. Se trata del conjunto de


habilidades de entendimiento y participación entre miembros de una especie. En otras
palabras, de la percepción del conjunto de interacciones. Estas interacciones muestran
correlatos fisiológicos, hormonales, afectivos, conductuales, etc., y están determinadas por
la percepción.

Al estudiar la percepción social en relación al desarrollo humano, se observa su


implicación en varios sistemas neurocognitivos. Estos están relacionados con la existencia
y puesta en marcha de  competencias sociales – empatía, asertividad, moral, extroversión,
toma de decisiones, etc.-, además de con cambios ontogenéticos.

El diálogo entre neurociencia social y educación


La relación entre neurociencia y educación es evidente, aunque el diálogo necesario entre
ambas materias tiene lugar en idiomas diferentes. No existe – como se ha pretendido de
forma simplista- un correlato de causalidad entre neurociencia y aprendizaje. Un ejemplo:
que el desarrollo del surco intraparietal o protuberancia de las matemáticas genere mejoras
matemáticas no ha sido probado. Se ha observado un mayor estímulo en esta zona, pero no
podemos asegurar que se deba a la generación de contenido aprendido.

Esto no implica que relacionar educación y neurociencia sea un ejercicio de imaginación o


puramente descriptivo. Aunque no existen zonas específicas que determinen la adquisición
de un contenido, es posible estimular determinadas zonas mediante el acceso a
determinados conceptos, habilidades y actitudes. Se trata de dos idiomas diferentes
relacionados por la propia condición humana.

Por su parte, la neurociencia social podría considerarse un dialecto fronterizo entre


neurociencia y educación. Esto se debe a que no estudia el cerebro en un contexto
cambiante, natural y compartido. La neurociencia social trata de comprender las bases
neuronales de las interacciones como evento repleto de contenidos teóricos y prácticos.
Para ello estudia los sistemas neurocognitivos ultraveloces que permiten monitorear la
confianza o la afiliación. Relacionar la motivación, la confianza o el sentimiento de
afiliación con el aprendizaje social requiere únicamente dar el paso consecuente a estas
observaciones.

Al plantear la neurociencia social desde el paradigma del aprendizaje, cuestiones como


el cerebro social, la cognición moral, la empatía o la toma de decisiones adquieren una
nueva dimensión. La neurociencia ha demostrado que el aprendizaje social es comparable
al placer en el sexo o el éxito. Esto es así gracias a la percepción de recompensas
prosociales.

Neurociencia social y aprendizaje: traduciendo hechos


Autores como Vigotsky, Bandura, Habermas, Freire o Bajtin se han interesado por el encaje
social de los procesos de aprendizaje. La neurociencia social ratifica que el tipo de
interacciones son determinantes en el desarrollo biológico y epigenético. La herencia y el
ambiente, lo innato y lo adquirido, se condicionan mutuamente, aunque no de una manera
simplista, sino como un proceso adaptativo y educativo histórico.

Pero, ¿cómo se traducen en el aula las observaciones de la neurociencia social? Hemos


comprobado que no existen correlatos directos entre mediciones neurológicas y educación.
Pero sí se ha observado que, en los procesos de aprendizaje más eficaces, se producen
determinados estímulos y cambios neurobiológicos. Los aspectos en común de estas
investigaciones evidencian algunos principios teóricos de aprendizaje que repercuten sobre
el tipo de observaciones de la neurociencia social:

 La calidad de las interacciones y el ambiente social como condicionante del éxito.


 La relación de la nutrición, el desarrollo físico y el descanso en desarrollo del cerebro social
y la inclusión educativa.
 Los niveles de plasticidad neuronal y la actividad y desarrollo activo de las neuronas
espejo.
 La afección neuroquímica de costumbres sociales relacionadas con los ambientes de
aprendizaje – toma de cafeína, rutinas de descanso y trabajo, horario, etc.
 La relación entre aprendizaje, neuroergonomía y tecnologías cotidianas.
 La supervivencia como especie y su organización social, la moral, el valor del trabajo o de
la alimentación.

No podemos entender educación y neurociencia social como un único ámbito de estudio.


Así, estos hechos relacionados con el aprendizaje sólo permiten asegurar la existencia de un
ambiente sociocultural, que influye en el desarrollo del cerebro, así como en
la neuroplasticidad.

Al traducir los hechos observados en educación a la neurociencia y, pese a tratarse de


idiomas diferentes, obtenemos conclusiones bilingües. Por ejemplo, al observar el
desarrollo de la plasticidad neuronal en determinados ambientes, comprobamos que el
aprendizaje se da a lo largo de la vida y su eficacia es mayor en función al tipo de
interacción.

Traduciendo observaciones: ¿qué hacer en el ámbito


educativo?
La neurociencia social muestra indicadores traducibles en objetivos educativos específicos.
Gracias a la neurociencia comprendemos la incidencia social en el bienestar o la
inteligencia emocional, aspectos fundamentales en la educación actual.
La existencia de diferentes ambientes de aprendizaje se proyecta en la neuropsicología y en
la construcción cultural en forma de interacciones diversas. Esto significa que los
diferentes ambientes neurosociales (familiar, educativo, lúdico, TIC, etc.) exigen
interacciones reales. Estas interacciones involucran cambios a nivel individual y social,
psicológico y biológico.

En resumen, la neurociencia social permite observar los resultados óptimos de aprendizaje.


Su traducción más evidente es la creación en ambientes educativos de condiciones
deseables para producir estímulos similares a los observados. Es preciso insistir en que la
interacción y la educación van de inexorablemente ligadas. De ahí que la neurociencia
social tenga cada vez más cabida en la investigación educativa: nuestro cerebro es más
eficaz cuando nuestro aprendizaje es más interactivo.

Cognición social
¿Qué es la cognición social?
La cognición social es el conjunto de procesos cognitivos y emocionales mediante los
cuales interpretamos, analizamos, recordamos y empleamos la información sobre el
mundo social. Hace referencia a cómo pensamos acerca de nosotros mismos, de los
demás y su comportamiento y de las relaciones sociales, y cómo damos sentido a
toda esa información y emitimos comportamientos en base a ella.

Es decir, con cognición social nos referimos a nuestros pensamientos acerca de las
relaciones sociales que tenemos a lo largo de nuestra vida. A medida que vamos
creando relaciones sociales almacenamos información en nuestro cerebro sobre
nuestras experiencias. La interpretación de esta información es la que determinará
nuestra conducta futura a nivel social.:

¿Para qué sirve la cognición social?


Gracias a la cognición social somos capaces de interpretar las emociones de otras
personas, pensar a qué se ha podido deber que esté alegre o triste, ponernos en su
lugar ante una determinada situación para saber qué puede estar pensando o cómo
reaccionará si hacemos o decimos algo concreto.
Ejercicios de NeuronUP para rehabilitar la cognición social
Dos actividades muy útiles que encontraréis en NeuronUP para trabajar la cognición
social son las siguientes. La primera (imagen de la izquierda) consiste en establecer
qué reacción es la correcta ante determinadas situaciones. La segunda (imagen de la
derecha) consiste en reconocer las emociones que se muestran en las fotografías.
Orientación Gnosias

Atención Funciones ejecutivas

Praxias Lenguaje

Memoria Cognición social

Habilidades visoespaciales

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Cognición Social: Conceptos y Bases Neurales

Social Cognition: Concepts and Neural Bases.

Tomás Labbé Atenas1  2 

Ethel  Ciampi Diaz3 

Javiera  Venegas Bustos4 

Reinaldo  Uribe San Martín3 

Claudia  Cárcamo Rodríguez1  3 

1
Centro Interdisciplinario de Neurociencia, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad
Católica de Chile, Santiago, Chile
2
Escuela de Medicina, Facultad de Medicina y Ciencia, Universidad San Sebastian, Lota
2465, Providencia, Santiago, 7510157, Chile
3
Departamento de Neurología, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de
Chile, Santiago, Chile
4
Residente de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile

RESUMEN

El creciente interés en los mecanismos que determinan el funcionamiento social de los


seres humanos ha emergido como un desafío a la hora de obtener un concepto adecuado
de cognición social y sus mecanismos relacionados, debido a que diversas patologías
neurológicas y psiquiátricas se relacionan con deterioros de estas funciones desde etapas
tempranas. Cognición Social se define como la integración de procesos mentales que
permiten la interacción entre sujetos, incluyendo fenómenos como el de la Percepción
Social, la Teoría de la Mente y la Empatía (o respuesta afectiva a los estados mentales de
otros sujetos). En este artículo, como objetivo principal, exponemos los principales
conceptos y las bases neurales para facilitar una primera aproximación de quienes busquen
una aplicación con poblaciones clínicas.

Palabras clave: Cognición Social; Teoría de la Mente; Percepción Social; Empatía;


Socialización; Cognición

ABSTRACT

The growing interest in the mechanisms determining the social functioning of human beings
has raised the challenge of obtaining an accurate concept of social cognition and its related
mechanisms, because several neurologic and psychiatric diseases exhibit related
impairments since earliest stages. Social Cognition is defined as the integration of mental
processes allowing the interaction among subjects and it includes phenomena as Social
Perception, Theory of Mind and Empathy (or the affective response to the mental state of
other people). In this article, as the primary aim, we expose the main concepts and neural
basis in order to make easier the first approach for those who are looking for an application
in the research with clinical populations.

Key words: Social Cognition; Theory of Mind; Social Perception; Empathy; Socialization;


Cognition

INTRODUCCIÓN

Distintas habilidades cognitivas se han relacionado al exitoso desarrollo de la


interacción social. Este fenómeno se explica por la existencia de mecanismos para
seleccionar elementos ambientales que requieren de ciertas reacciones de los sujetos
involucrados(1). Ambas nociones dan cuenta de la existencia de componentes tanto
cognitivos como conductuales de la interacción social Incluso considerando que la
cognición social y la conducta social han estado presentes en eventos relevantes de la
historia de la neurología, como el caso de Phineas Gage, su importancia como una
fuente independiente de deterioro cognitivo se ha relegado a niveles de atención
comparativamente menores. La importancia de la valoración clínica de la cognición
social ha sido recientemente reconocida mediante su inclusión en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM-V, por sus siglas en
inglés) donde este dominio es considerado como uno de los seis dominios
neurocognitivos fundamentales (2,3). Este énfasis emerge de la experiencia en
patologías ampliamente estudiadas. Por ejemplo, pacientes con esquizofrenia se
excluyen sostenidamente de las actividades de relevancia social, como el trabajo y la
interacción con la familia y los amigos (4). Lo anterior ha sido atribuido a un
impedimento en la identificación de la inconveniencia de las propias acciones en un
entorno social determinado o a una falla en la capacidad de atribuir adecuadamente
intencionalidad a los sujetos con los que se interactúa. Estas habilidades están
directamente relacionadas con la atrofia de la sustancia gris que corresponde a un
fenómeno propio de la anatomía patológica de la enfermedad (5-9). Este ejemplo provee
una idea inicial de de la interacción y dependencia entre los procesos cognitivos
externa o internamente orientados.

Por otro lado, el compromiso del rendimiento social responde a un evento central en la
patogenia y clínica del Trastorno del Espectro Autista. Su definición considera la
presencia de un déficit persistente en la interacción social, comunicación y reciprocidad
emocional, generando importantes dificultades en el desempeño social y laboral (2). La
evidencia disponible sugiere que existiría un desacoplamiento entre distintas regiones
cerebrales durante el desarrollo (10). Esto explicaría por qué los pacientes muestran
menor rendimiento en pruebas de empatía (11), elemento clínico relevante con estrecha
correlación con el compromiso funcional de las redes neuronales involucradas (12). Así
también, cuadros clínicos específicos muestran un patrón identificado de compromiso
de la cognición social relacionado con cambios estructurales y funcionales propios de
cada enfermedad. Esta noción ha sido reforzada por la identificación de redes
neuronales que han sido sistemáticamente involucradas en el funcionamiento de
subsistemas teóricos de la cognición social (4).

Los ejemplos previamente señalados facilitan el establecimiento de una visión más


didáctica de los componentes de la interacción social. En primer lugar, distinguimos
que de este dominio participan fenómenos conductuales y cognitivos. La figura
1 muestra una representación esquemática de la cognición social, a pesar de que su
naturaleza compleja y dinámica es ampliamente aceptada. En este artículo, por la
factibilidad de las mediciones y dada la importancia de su compromiso en el
funcionamiento de los individuos a nivel de la sociedad, nos enfocamos en los
componentes cognitivos de la cognición social como son la Teoría de la Mente, la
Percepción Social y la Empatía.
La importancia de la cognición social
 23/01/2017
 Geraldine Panelli
Unsplash / Pixabay
La cognición social es la responsable entre otras funciones, de como seres humanos
percibimos emociones propias y de los otros, podamos entender lo que piensan los demás
en determinadas situaciones; evaluemos mentalmente las interacciones interpersonales; y
sobre todo de realizar acciones sociales adecuadas dentro de un entorno determinado. Es
por estas características tan ligadas al ser humano, que actualmente se pone especial
atención en este procesamiento, su evaluación y la intervención posible; dando pie a futuras
investigaciones sobre todo en el área de la salud mental.

Lóbulo frontal y sus funciones

A modo explicativo y funcional, podemos localizar a la cognición social  entre una de las
funciones del lóbulo frontal; el cual está conformado por las áreas orbital, medial y
dorsolateral. Es donde se localizan las funciones ejecutivas y varios aspectos de la conducta
humana.  Es desde esta área donde se planean, se controlan y se regulan los procesos
psicológicos; se pueden coordinar y seleccionar procesos y optar por diferentes opciones,
en cuanto a las diferentes conductas posibles para la resolución de un mismo problema.
Podríamos localizar en este sistema la influencia de las motivaciones e intereses para llegar
a determinada meta. Es decir: el sistema integrativo del lóbulo frontal, es donde a modo
pedagógico podemos encontrar las formas complejas del ser humano, sus pensamientos y
sus conductas (Lázaro & Solís, 2008).
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El lóbulo frontal puede considerarse el “centro ejecutivo del cerebro”, con lo cual una falla
en este sistema o la alteración del mismo presenta altas consecuencias en la conducta, la
regulación de las emociones y en la metacognición; es decir se encuentran alteradas o
disminuidas las funciones ejecutivas (planeación, control conductual, flexibilidad mental,
memoria de trabajo, mentalización, fluidez, conducta social y cognición social). Dichas
dificultades las encontramos exacerbadas en algunas patologías como por ejemplo en la
esquizofrenia.(Lázaro & Solís, 2008).
Buscando una definición específica

Dentro de la literatura podemos encontrar varias definiciones de  cognición social (Ruiz,


Garcia & Fuentes, 2006):

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 “Procesos implicados en cómo la gente piensa sobre ella misma, otras personas,
situaciones sociales e interacciones”.
 “Conjunto de operaciones mentales que subyacen en las interacciones sociales, y que
incluyen los procesos implicados en la percepción, interpretación, y generación de
respuestas ante las intenciones, disposiciones y conductas de otros.”
 “Procesos y funciones que permiten a la persona entender, actuar y beneficiarse del
mundo interpersonal.”

Las áreas y funciones que encontramos dentro de lo que catalogamos como cognición
social son: el procesamiento emocional (como percibimos las emociones y las
reconocemos, por ejemplo las emociones básicas según los rostros que vemos), la teoría de
la mente o también llamada la empatía cognitiva  (realizar inferencias sobre estados
mentales), percepción social (la valoración que hacemos de los estímulos sociales) y el
estilo atribucional (capacidad para hacer valoraciones positivas o negativas de determinado
suceso o situación) (Ruiz, Garcia & Fuentes, 2006).

¿Por qué deberíamos prestar especial atención a su déficit?

Actualmente este fenómeno se está tornando en foco de interés, dado que es una variable
que altera el funcionamiento social de los pacientes con patologías y se han desarrollando
nuevas intervenciones que disminuyen las alteraciones; mejorando la calidad de vida de las
personas, sus familiares y la inserción en la comunidad (Ruiz, Garcia & Fuentes, 2006).

En el caso particular de la esquizofrenia los problemas de conducta y comportamiento


sociales son característicos; cuantos más de estos se presentan la enfermedad empeora y
aumenta el índice de recaídas y desregulación. Hay una  relación entre el deterioro en la
cognición social y el comportamiento social o comunitario que está siendo estudiada cada
vez más; dando como resultado formas de intervención que mejoren dicha área (Ruiz,
Garcia & Fuentes, 2006).  
¿Cómo evaluamos la cognición social?

Actualmente existen diversas maneras de evaluar la cognición social  para luego lograr una
intervención adecuada y poder medir los cambios que se logran durante y después del
tratamiento. Nombraremos algunos de los metodos de evaluacion (Ruiz, Garcia & Fuentes,
2006):

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 Interpersonal Perception Task: cuenta con 30 videos de situaciones de interacciones


sociales. Evalúa estatus social, intimidad, parentesco, competencia y engaño. También
mide la percepción de aspectos no verbales, la expresión facial y el lenguaje corporal.

 Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test: diseñado en sus inicios para medir la


inteligencia emocional, definida como la habilidad de percibir emociones y sentimientos.
Son 141 ítems para evaluar cómo la persona soluciona problemas emocionales.

 Pictures of Facial Affect: se evalúa la percepción de las emociones por medio de la


expresión facial en 110 fotografías.

 La historia de Rally and Anne y de Cigarettes en conjunto con las historias del Ice-Cream
Van store y del Burglar Store se utilizan para evaluar la teoría de la mente en todas las
dificultades.

Si bien estos instrumentos se utilizan actualmente, no han sido validados para patologías
como esquizofrenia y autismo; siendo una deuda pendiente para las investigaciones futuras.

Hablemos de intervención

Habiendo especificado donde encontramos el déficit y cómo evaluar el mismo, ahora


debemos dedicarnos a las intervenciones que mejoran el funcionamiento de la cognición
social. Hay intervenciones específicas que se centran en el reconocimiento de emociones
como por ejemplo el Training of Affect Recognition;   otros que focalizan en la percepción
de las emociones como el programa  Emotion Management Training; hay programas que
combinan en las intervenciones el funcionamiento cognitivo y el social, como el Integrated
Psychological Therapy y también se realizan programas de habilidades sociales para re-
educar y aprender a resolver situaciones sociales. (Ruiz, Garcia & Fuentes, 2006).

Para concluir, aún la definición de cognición social y la evaluación de la misma en


patologías no ha llegado a un consenso. Sí sabemos que es un tema  que merece especial
atención y estudio, dado que en el caso de haber un déficit en el área las intervenciones a
tiempo pueden resolver muchos problemas conductuales y evitar recaídas en caso de
patologías. Estas intervenciones además de ayudar al paciente, también se reflejan en
beneficio a los familiares y al contexto social donde esté inserto el mismo.

Bibliografia

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Lázaro, J. C. F., & Solís, F. O. (2008). Neuropsicología de lóbulos frontales, funciones


ejecutivas y conducta humana. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y
Neurociencias, 8(1), 47-58.

RUIZ-RUIZ, J. C., GARCÍA-FERRER, S., & FUENTES-DURÁ, I. (2006). La relevancia


de la cognición social en la esquizofrenia. Apuntes de psicología, 24(1-3), 137-155.

Artículos relacionados:

Sexo después de una lesión cerebral traumática


El cerebro recupera recuerdos de manera selectiva, y sólo cuando es necesario

Patologías asociadas al lóbulo frontal

Geraldine Panelli
Lic. en Psicología. Especializada en Terapia Cognitiva Conductual Infanto Juvenil.
Interesada en las neurociencias y en la difusión de la psicología científica.

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 Artículos Recomendados de la Web

Así es la vida del mitómano


 23/01/2017
 David Aparicio

Completo artículo de Borja Negrete para El País sobre la mitomanía:

La mitomanía es un trastorno del comportamiento. La persona que lo padece es


adicta a mentir. El psicólogo Juan Moisés de la Serna, que ha tratado a varias
personas con este problema, considera que “el mitómano busca con sus engaños
la aceptación de los demás. Compensar sus bajos niveles de autoestima”.
Pero no cualquier embustero es un mitómano. “El mitómano no tiene un plan, no
va buscando nada a medio o largo plazo más que la admiración inmediata. La
clave para detectarles es descifrar la intencionalidad de sus bulos”, explica de la
Serna. Aún no se ha determinado con exactitud el origen de la enfermedad.

“No se ha encontrado ningún gen relacionado con la mentira, por lo tanto, no se


puede decir que se nazca con ello. Aunque es cierto que existen condicionantes en
la niñez que pueden facilitar su aparición, especialmente la baja autoestima”,
señala de la Serna.

La mentira también está ligada a varias enfermedades mentales como la


demencia, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial o el
trastorno bipolar.

Lee el artículo completo en El País.


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Imagen: Mentiroso en Shutterstock.

David Aparicio
Psicólogo, Editor General y Cofundador de Psyciencia.com.
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 Psicología clínica

Cannabis podría aportar una vía no adictiva


al alivio del dolor, según estudio
 20/01/2017
 Rita Arosemena P.
Xtip / Pixabay
Un estudio conducido por la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon (OHSU) y
centrado en las propiedades medicinales del cannabis sugiere que su uso podría aportar
grandes beneficios al tratamiento del dolor crónico manteniendo al mínimo el riesgo de
desarrollar adicción.
La investigación, realizada en un modelo de roedores, suma evidencia a favor del desarrollo
de terapias que utilicen receptores cannabinoides para tratar el dolor crónico. Los
cannabinoides son un conjunto de compuestos químicos que se encuentran naturalmente
dentro del cuerpo (endocannabinoides) y que también son producidos por la marihuana.

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El equipo de investigadores se centró en dos receptores cannabinoides conocidos como


CB1 y CB2, situados en la médula rostral ventromedial (un conjunto de neuronas ubicadas
en el tronco cerebral conocido por modular el dolor).
Los autores del estudio observaron que el dolor inflamatorio crónico aumentó la actividad
de los receptores CB2 y disminuyó la actividad de los CB1, mientras que el cannabis
activó tanto los receptores CB1 y los CB2 por igual. Estos resultados sugieren que la
activación selectiva de los receptores CB2 contribuye al beneficio medicinal del cannabis al
tiempo que minimiza la propensión del otro receptor cannabinoide (CB1) a inducir
tolerancia y abstinencia.

El estudio es el primero en examinar la función de los receptores CB1 y CB2 a nivel de la


membrana en neuronas tardías de adolescentes y adultos.

El objetivo: mejores medicamentos y un menor riesgo de adicción

Para Susan Ingram, neurocirujana de la Escuela de Medicina de la OHSU y autora principal


del estudio, el propósito final de esta y otras investigaciones similares es hallar la forma de
crear mejores medicamentos para el tratamiento del dolor crónico, el cual representa hoy en
día un desafío para el sistema médico.

Las drogas que se utilizan actualmente son ineficaces, adictivas y generan serios efectos
secundarios, explica Ingram. La buena noticia es que los datos emergentes “indican que las
drogas que apuntan al sistema endocannabinoide podrían producir analgesia con menos
efectos secundarios en comparación con los opioides”.

Ingram dijo que la próxima fase de la investigación seguirá explorando esta área de los
circuitos del cerebro, que en última instancia, podría conducir al desarrollo de una nueva
clase de medicamentos para el dolor.

Fuente: Psypost

Rita Arosemena P.
Graduada en Comunicación y especialista en Educación Superior. Amante de la literatura,
el arte y las ciencias (y del café. El café no se lo toquen). Le interesan especialmente la
neuropsicología, la psicología evolutiva y la psicopatología. Le apasiona la música francesa
y no tiene nada contra Freud.

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Psicologia y neurociencias en español todos los días


¿Qué es la cognición social?
 
24 septiembre, 2020

Este artículo ha sido escrito y verificado por el psicólogo Roberto Muelas Lobato

 Las distintas fases del choque cultural


 El efecto del falso consenso
 La teoría de la comparación social de Festinger
¿Qué es la cognición social? La cognición social no es más que el
estudio de la forma en la que procesamos la información (Adolphs,
1999). En este procesamiento se incluye la manera en la que codificamos,
almacenamos y recuperamos información de situaciones sociales.

Actualmente, la cognición social es el modelo y enfoque dominante en la psicología


social. Esta surge en oposición al conductismo puro, el cual rechazaba la
intervención de procesos mentales a la hora de explicar el comportamiento
(Skinner, 1974).

La cognición social alude a la forma en que pensamos sobre los demás. En este
sentido, sería un poderosa herramienta para comprender las relaciones
sociales. Mediante la cognición social entendemos las emociones, los
pensamientos, intenciones y conductas sociales de los demás.  En las
interacciones sociales, conocer lo que otras personas piensan y sienten puede
suponer una ventaja enorme para desenvolvernos en ese contexto.
¿Cómo funciona la cognición social?

Las personas no nos acercamos a las situaciones como observadores neutrales


-aunque muchas veces intentemos aparentar que sí-, sino que llevamos nuestros
propios deseos y expectativas. Estas actitudes previas van a influir en lo que
vemos y recordamos.

De este modo, nuestros sentidos reciben información que es


interpretada y analizada. Posteriormente, esas interpretaciones son
contrastadas con la información que guardamos en la memoria.
Sin embargo, esta descripción simple no es real. Existen otros factores, como las
emociones, que también condicionan el proceso. Recuerda que los
pensamientos influyen en las emociones, pero
las emociones también influyen en los pensamientos  (Damasio, 1994).
Por ejemplo, cuando estamos de buen humor, el mundo es (o parece) un lugar más
feliz. Cuando nos encontramos bien tendemos a percibir con más optimismo el
presente, pero también miramos de manera más positiva al pasado y al futuro.
¿Cómo se desarrolla la cognición social?
La cognición social se desarrolla lentamente (Fiske y Taylor, 1991). Sigue un
proceso de ensayo y error basado en la observación.  Las experiencias
directas y la exploración guían el aprendizaje. Sin embargo, el conocimiento social
es muy subjetivo. Las interpretaciones que podemos hacer de un evento social
pueden ser muy diferentes y erróneas.

Además, aunque contamos con estructuras mentales que facilitan el procesamiento


y la organización de la información, en ocasiones estas estructuras tan útiles
también nos traicionan. Lo peor, cuando lo hacen, es que…

Estas estructuras o esquemas influyen en la atención, la codificación y la


recuperación de información y pueden llevarnos a que se de la profecía
autocumplida. Esta es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la
causa de que se haga realidad (Merton, 1948).
Por otra parte, el conocimiento social es, en parte, independiente de
otros tipos de conocimiento. Las personas que cuentan con habilidades
intelectuales superiores para la resolución de problemas no tienen por qué tener
también habilidades superiores para la resolución de los problemas sociales. Las
habilidades de resolución de problemas pueden aprenderse o enseñarse,
separadas de las capacidades intelectuales. Por eso, la mejora de inteligencias,
como la emocional o la cultural, es tan importante.

Situarse en la perspectiva de los demás


Uno de los modelos más útiles sobre la cognición social es el de Robert
Selman. Selman anticipó una teoría sobre la habilidad para situarse
en la perspectiva social de los demás.
Para este autor, asumir la perspectiva social de los demás es la capacidad que
nos otorga el poder para comprendernos a nosotros mismos y a los demás como
sujetos, permitiéndonos reaccionar ante la propia conducta desde el punto de vista
de otros. Selman (1977) propone cinco etapas de desarrollo para esta perspectiva
social:

 Etapa 0: etapa egocéntrica indiferenciada (de 3 a 6 años). Hasta


esta cerca de los 6 años los niños no pueden hacer una distinción clara
entre su propia interpretación de una situación social y el punto de vista
de otro. Tampoco pueden comprender que su propia concepción pueda
no ser correcta.
 Etapa 1: etapa de toma de perspectiva diferencial o subjetiva, o
etapa informativo-social (de 6 años a 8 años). Los niños de esta edad
desarrollan el conocimiento de que las demás personas pueden tener una
perspectiva diferente. Sin embargo, los niños tienen una escasa
comprensión sobre las razones que se esconden detrás de los puntos de
vista de los demás.
 Etapa 2: adopción de una perspectiva auto-reflexiva y toma de
perspectiva recíproca (8 a 10 años). Los pre-adolescentes, en esta
etapa, toman la perspectiva de otro individuo. Los pre-adolecentes ya son
capaces de hacer diferencias sobre las perspectivas de los demás.
También pueden reflexionar sobre las motivaciones que subyacen a su
propia conducta desde la perspectiva de otra persona.
 Etapa 3: etapa de la toma de perspectiva mutua o de una
tercera persona (10 a los 12 años). Los niños pueden ver sus propias
perspectivas, las de sus compañeros, así como las de una tercera
persona neutra. Como observadores en tercera persona, pueden
contemplarse a sí mismos como objetos.
 Etapa 4: etapa de toma de perspectiva individual profunda y
dentro del sistema social (adolescencia y edad adulta). Hay dos
características que distinguen las concepciones de los adolescentes de
otras personas. En primer lugar, se hacen consientes de que los motivos,
las acciones, los pensamientos y los sentimientos están conformados por
factores psicológicos. En segundo lugar, comienzan a apreciar el hecho
de que una personalidad es un sistema de rasgos, creencias, valores y
actitudes con su propia historia evolutiva.
Teoría de la mente
Enlazando con el apartado anterior y como componente de la cognición social,
encontramos la Teoría de la Mente . En una revisión de Zegarra-Valdivia y
Chino (2017) afirman que “las personas tienen un conocimiento
metacognitivo complejo de su propia mente tan bien como el de las
mentes de los otros, adicionando aspectos afectivos y cognitivos, además
de la distinción entra apariencia y realidad”.
La Teoría de la Mente es una capacidad mentalista, ¿esto qué quiere decir? Según
los autores ofrece diferentes posibilidades:

1. Percibir estados mentales en otros seres y reconocer los estados


mentales propios como distintos a los de aquellos.
2. Diferenciar unos estados mentales particulares de otros.
3. Atribuir estados mentales utilizando los estados atribuidos para
explicar y preceder la conducta de carácter predictivo y organizativo
personal.
Dos formas de ver la cognición social
Dentro de la psicología existen varias formas de entender la cognición
social. Una de las más importantes enfatiza la dimensión social del conocimiento.
El conocimiento, según esta perspectiva, tendría un origen socio-cultural, ya que es
compartido por los grupos sociales.
El principal exponente de esta idea es Moscovici (1988), quien hablaba de las
“representaciones sociales”. Estas son ideas, pensamientos,
imágenes y conocimientos que los miembros de una colectividad
comparten. Las representaciones sociales tienen una doble función: conocer la
realidad para planificar la acción y facilitar la comunicación.
Otra perspectiva con gran impacto es la estadounidense (Lewin, 1977). Esta
forma de entender la cognición social se centra en el individuo y en
sus procesos psicológicos. Según esta visión, el individuo construye sus
propias estructuras cognitivas a partir de las interacciones con su entorno físico y
social.
Como se ha visto, la cognición social es la forma en que manejamos la
gran cantidad de información social que recibimos cada día. Los estímulos
y datos que recogemos por los sentidos son analizados e integrados
en esquemas mentales, los cuales van a guiar nuestros pensamientos y
conductas en posteriores ocasiones.
Estos esquemas, una vez formados, van a ser difíciles de cambiar. Por
ello, según la frase atribuida a Albert Einstein, es más fácil
desintegrar un átomo que un prejuicio. Nuestras primeras impresiones va a
ser cruciales, salvo que pongamos en marcha un pensamiento crítico que nos
ayude a desarrollar una cognición social más eficiente y ajustada a la realidad.
 

 
Poder social: definición y tipos
¿Qué es el poder? ¿Quién ostenta el poder? ¿Cómo se puede controlar
el poder? Descúbrelo en una historia de las distintas concepciones del
poder social.

Resumen de que es La cognición social


La cognición social se ha ido convirtiendo en un enfoque,
una manera de abordar cuestiones estudiadas en y Social:
Las relaciones sociales (agresión, altruismo, cooperación.),
dependen en parte, de la percepción y del conocimiento que
tengamos, tanto de las otras personas implicadas, como de la
situación en las que tienen lugar las relaciones.
En el estudio de las cuestiones clásicas y
sociales (actitudes, estereotipos, prejuicios), el enfoque
cognitivo ocupa un lugar destacado. La Psicología estudia la
cognición en general, y la Psicología Social se centra en la
cognición de fenómenos sociales (miembros de grupos, otras
personas, el Yo). Moscovici: "Lo que diferencia lo social de lo
no-social, no es la naturaleza del objeto, sino la relación que
se establece con tal objeto"
Resultaría más adecuado hablar de "procesamiento social de
la información" que hablar de "procesamiento de la
información social".
Leyens y Dardenne. La cognición social es social:
1. Por los contenidos que estudia.
2. Porque tiene un origen social.
3. Porque el conocimiento social es compartido.
Dos perspectivas diferentes dentro de la cognición social: La
europea: Enfatiza la dimensión social del conocimiento. El
conocimiento tiene un origen sociocultural pues es algo
compartido por los grupos sociales. Las "representaciones
sociales" (Moscovici): ideas, pensamientos, imágenes y
conocimientos, que los miembros de una colectividad
comparten. Doble función:
1. Conocer la realidad para planificar la acción.
2. Facilitar la comunicación.
La estadounidense: Hace hincapié en el individuo y en sus
procesos psicológicos. El individuo construye sus propias
estructuras cognitivas a partir de las interacciones con su
entorno físico y social. Son por tanto idiosincrásicas. La
función principal del conocimiento social es manejar la
enorme cantidad de información que nos es disponible. En el
conocimiento social intervienen dos elementos clave:
 La realidad: estímulos, datos.
 Las representaciones mentales: el conocimiento previo
que ya posee el perceptor cuando detecta un estímulo
(dimensión estructural o estática del conocimiento social).
 El acto de percibir o conocer supone poner en relación
los estímulos exteriores con el conocimiento previo,
utilizando procedimientos y reglas.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online
no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar
un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que
trate tu caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Qué es la
cognición social y ejemplos, te recomendamos que entres
en nuestra categoría de Psicología Social y de las
Organizaciones.

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