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DERECHO AMBIENTAL

El derecho ambiental en Colombia


Nuestra Constitución Política de 1991 ha sido llamada en varios espacios e instancias
como una constitución ecológica, por la gran cantidad de disposiciones sobre asuntos
relacionados con el medioambiente que contiene. Al punto de que nuestra Corte
Constitucional ha hablado de Colombia como un Estado ambiental de derecho.

Pero el material jurídico ambiental con que cuenta el país no se debe simplemente a la idea
de pregonar un amor platónico hacia el medioambiente. Ese refuerzo especial hacia la
protección de sus recursos naturales se vuelve un deber ineludible en el contexto propio del
país que se desprende de la correcta idea de gestión, y del deber de planeación, que debe
estar presente en todas las acciones de la administración y del Estado.

Basta mirar el caso particular de Colombia para concluir que era un deber y no una opción
romántica, el tener una legislación ambiental robusta. Para eso hay que recordar lo que se
aporta al mundo en materia ambiental.

Colombia abarca apenas el 0,7 % de la plataforma continental del planeta, y sin embargo
contiene por lo menos −dicen los cálculos más conservadores− el 15 % de toda la
biodiversidad del mundo. La proporción no tiene nada que se le compare. Siendo este país
apenas una mota casi invisible en la Tierra, tiene casi la quinta parte de toda su vida
existente. Eso lo vuelve un país megabiodiverso, quizás el mayor del planeta si se mira en
proporción.

Por citar ejemplos, Colombia es una sociedad hídrica, donde la presencia del agua es
fundamental para la ordenación de su territorio. Solo aquí se encuentran la mitad de todos
los páramos del mundo y más de la mitad de su territorio se tiene como zona de
humedales. Así mismo, es el primer país con el mayor número en el mundo de insectos y
aves, el segundo en mamíferos y anfibios y el tercero en reptiles.

Esa exuberante diversidad de la naturaleza también se conjuga una diversidad humana


que tampoco tiene igual en el mundo. Para hacerse a una idea, en este país
megabiodiverso se apostaron más de 90 comunidades indígenas, absolutamente distintas
entre sí, que comulgan más de 70 lenguas diferentes. Además, existen comunidades
afrocolombianas, distintas entre sí también, raizales por un lado y palenqueras por el otro.
También hay comunidades gitanas aún. Y hubo procesos de
migración europea, desde los españoles en la Conquista, hasta los libaneses que llegaron
a la costa Caribe.

LAS NORMAS OBEDECEN A UNA JERARQUÍA LÓGICA

Constitución: Normas de máxima jerarquía en el derecho colombiano. No detallan las


situaciones particulares, sino que se expresan en principios y derechos en abstracto.
Ninguna otra norma puede contradecirlas. La constitución emana del constituyente
primario, expresado en el pueblo.

Leyes: Son las segundas normas en jerarquía. Desarrollan de lo que mandan las normas
de la Constitución y son hechas por el Congreso.

Decretos: Son normas que reglamentan lo mandado por las leyes. Reglamentar quiere
decir desglosar en detalle los distintos aspectos que trata una ley, para poder ser aplicada.
Los decretos son hechos por el Presidente o sus Ministros.

Resoluciones: También llamadas actos administrativos. Son aquellas normas de jerarquía


menor, que son hechas por cualquier autoridad administrativa, como los ministerios, las
entidades públicas, los municipios o los departamentos.

Sentencias: Las sentencias son las decisiones que toman los jueces en la resolución de
un caso en particular donde se encuentran dos partes encontradas (demandante y
demandado). En este programa se mencionarán, sobre todo, sentencias de las llamadas
altas cortes, esto es, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado.

La normatividad del país ha experimentado una lenta evolución en lo que tiene que ver con
aminorar las excesivas protecciones del derecho a la propiedad individual, y empezar a
considerar las cargas colectivas que ese derecho debe tener para garantizar el cuidado del
medioambiente. Nos rige aún un Código Civil del siglo XIX, que habla del derecho a la
propiedad privada, incluida en esta los animales y varios recursos naturales que se tenían
como “cosas”, y el cual dice que el propietario podía hacer hasta “un uso arbitrario” de su
propiedad.
Ese derecho excesivo a la propiedad se matizó cuando se promulgó en 1974 el Decreto
2811, más conocido como el Código de Recursos Naturales, dos años después de que
realizará en Estocolmo la I Cumbre de la Tierra, convocada por la Organización de
Naciones Unidas, ONU, y donde por vez primera se puso en la agenda política
internacional la preocupación por la situación ambiental del planeta.

Entre los principales aportes que trajo este Código de Recursos Naturales se pueden tener
los siguientes:

1. Se habló por primera vez del medioambiente como un patrimonio común, donde su
manejo y cuidado es un tema de interés público que prima sobre el interés particular.

2. Así mismo, se habló de un régimen de responsabilidades y sanciones para el Estado y


los particulares en relación con el medioambiente.

3. Se instauró el derecho a disfrutar de un ambiente sano y de la obligación de hacer un


uso eficiente de los recursos

Con este Código de Recursos Naturales se dio inicio a todo un vasto conjunto de normas
que tenemos en la actualidad relacionada con el medioambiente, y por primera vez se
habló en una norma del listado de recursos naturales que tienen por proteger en Colombia.

En el segundo eje de este curso, se abordarán esos recursos naturales uno a uno, según
su tratamiento jurídico. Pero desde ahora, para entender mejor su clasificación, podemos
remitirnos a la división clásica que habla de recursos naturales renovables y no renovables.

En primer lugar, los recursos naturales no renovables son aquellos que existen en
cantidades fijas en la Tierra, y sus reservas disminuyen conforme se extraen, pues no se
generan regularmente de manera natural ni pueden ser reutilizados. Ejemplos clásicos de
recursos naturales no renovables son los combustibles fósiles y los minerales.
El concepto del medioambiente que maneja
la normatividad colombiana

Se ha dicho entonces que cuando nuestras normas aluden al elemento del medioambiente
pueden estar tratando varios temas diferentes. Así mismo, nuestra Constitución contiene
tantas referencias que a veces lo hace desde enfoques distintos, dependiendo del recurso
natural del cual se trate, o de las conductas en relación a ese recurso que se quieran
promover o restringir. Las distintas disposiciones en la norma pueden variar entonces. Por
eso, se ha dicho que el concepto del medioambiente en nuestra legislación, es un concepto
complejo que contiene distintas acepciones. Básicamente, cuando hablamos del
medioambiente en nuestras normas, podemos estar hablando de cuatro cosas distintas que
pueden ser:

1. El medioambiente como un objetivo de principio

Esto quiere decir, que dentro del modelo de Estado Social de derecho que adopta
Colombia, el medioambiente sano es una finalidad estatal, uno de los objetivos que tiene el
Estado y por los cuales se justifica su existencia. Ejemplo de esta idea de medioambiente
en las normas, se pueden encontrar en el artículo 366 y el inciso 2 del artículo 79 de la
Constitución Política:
Artículo. 79. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las
áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación. para el
Artículo. 366. El bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población son
finalidades sociales del Estado. Será objetivo fundamental de su actividad la solución de las
necesidades insatisfechas de salud, de educación, de saneamiento ambiental y de agua potable.

2. El medioambiente es también un deber de cuidado, en cabeza de todos


Pues a la vez que una de los fines del Estado, el cuidado al medioambiente también es un
deber para todos los particulares y ciudadanos. Ejemplo de esta acepción son los artículos
8, 79 y 95 de la Constitución Política.

3. .El medioambiente es a la vez un derecho fundamental de cada persona


Cada ciudadano tiene el derecho individual a un medioambiente sano, y lo puede reclamar
como derecho fundamental; esto es, se trata de los derechos más importantes, de primer
rango, dado que se encuentra en conexidad directa con el derecho a la vida.
Ejemplo de esto es el artículo 49 de la Constitución Política:
4. El medioambiente es un derecho colectivo que compromete a la comunidad

Adicional a que el medioambiente sano sea un derecho individual, que haga parte de la
órbita particular de cada quien, en ocasiones también es un derecho compartido con otras
personas, y por tanto se convierte en lo que se denomina, ya no solo un derecho
fundamental, individual, sino también un derecho colectivo, susceptible de reclamación por
una comunidad o conglomerado social, actuando de manera agrupada como una
colectividad que unificadamente puede hacer una sola reclamación de protección. Ejemplo
de esta última acepción es el artículo 88 de la Constitución Política.

Para el año 2011, la Corte Constitucional variaba esa idea y afirmó en la Sentencia C-632
de 2011: “La naturaleza no se concibe únicamente como el ambiente y entorno de los
seres humanos, sino también como un sujeto con derechos propios, que, como tal deben
ser protegidos y garantizados”.

Este criterio siguió madurando, y ya en la posterior Sentencia T-080 de 2015, esa misma
Corte afirmó que nuestras normas debían girar hacia darle derechos propios a la
naturaleza, desde las creencias ancestrales americanas que han planteado las tesis del
“buen vivir”

Como se afirmó antes, nuestra normatividad ambiental es abundante y por eso dispersa.
Maneja criterios distintos cuando se trata de definir qué es un daño al medioambiente, por
lo que se pueden concluir varias cosas.

1. El daño ambiental es una categoría amplia que incluye afectaciones directas a los
recursos naturales, y también afectaciones sociales, que recaen indirectamente
sobre el ser humano.

2. Es una categoría amplia también porque la norma habla de cualquier «alteración» o


«interferencia» en el funcionamiento de los ecosistemas. Términos bastante
generales que dan pie a interpretaciones extensivas.

3. Las normas también reconocen un daño ambiental legal. Esto es, que existen
niveles de daño «admisibles» por la ley, lo que no da lugar a una sanción sino a una
contraprestación económica a favor del Estado.
Algunos ejemplos de nuestras normas pueden ayudar a comprender esa idea del daño
ambiental como una categoría abierta. Para empezar, por ejemplo, la Ley 23 de 1973
consagra lo siguiente:

Artículo 3°. Se consideran bienes contaminables el aire, el agua y el suelo.

Artículo 4°. Se entiende por contaminación la alteración del medioambiente por sustancias
o formas de energía puestas allí por la actividad humana o de la naturaleza, en cantidades,
concentraciones o niveles capaces de interferir con el bienestar y la salud de las personas,
atentar contra la flora y la fauna, degradar la calidad del medioambiente o afectar los
recursos de la Nación

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