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GUIAS PARA TRABAJAR CON NIÑOS CON HIPERACTIVIDAD

 Definir normas: Consensuar y definir las normas generales del aula, y decidir las
consecuencias de su incumplimiento. Redactarlas en positivo, han de ser pocas, claras y
consistentes. En el caso de niños con TDAH es importante anticiparse a su conducta, hacer un
recordatorio frecuente de la normativa y colocarla en un lugar visible del aula.
 Invitar a la reflexión: el profesor puede hacer la pregunta, "invitar a pensar" y responder
más tarde. También pueden hacer que deban tomarse el tiempo necesario antes de dar
respuesta a cualquier tipo de ejercicio (demora reforzada). No dar por buena la primera
respuesta y pedir volver a pensar.
 Herramientas para recordar: Podemos decirle al alumno que escriba lo que va a decir para
así estar seguros de que no se olvidan y así aprenden a respetar el turno.
 Ayudarle a generar alternativas: Hacer un ejercicio de reflexión, tras la acción, que evalúe
su conducta sin sentirse culpable pero sí generando alternativas para que estén en su mente
otras posibles actuaciones. Esto se puede llevar a cabo analizando las consecuencias de
cualquier problema viendo las distintas alternativas de solución que se generan y eligiendo una
de ellas para la resolución del problema.
 Modelo participativo: El profesor/a puede ejemplificar ante los alumnos la realización de
los ejercicios y los corrige verbalizando las estrategias de solución. El objetivo es servir de
modelo para que observen e imiten, haciendo uso de las auto instrucciones.
 Realizar una mayor supervisión: en situaciones menos estructuradas como el patio de
recreo, salidas, desplazamientos, fiestas?
 Favorecer el autocontrol: mediante el entrenamiento en auto-instrucciones, intentando
que el alumnado modifique las verbalizaciones internas que emplea cuando realiza cualquier
tarea y las sustituya por verbalizaciones que son apropiadas para lograr el éxito y control de su
conducta. El objetivo es enseñar el lenguaje como auto-guía y que utilicen pasos que les ayuden
a organizar su pensamiento de forma más ordenada cuando se enfrentan al ejercicio. Pedirle
que piense en voz alta para ayudarle a generar un lenguaje interno que controle su conducta.
 Uso de reforzadores: reforzar al grupo la conducta adecuada que hayamos planteado. Ej.:
"¡Qué bien!, gracias a que habéis seguido la explicación sentados y en silencio, hemos podido
terminar a tiempo". Elogiar, en los momentos de inicio de conducta inadecuada, al alumno que
presente un comportamiento adecuado y que pueda servir de modelo. Expresarle diariamente
aspectos positivos realizados y utilizar un registro donde pueda ver sus avances que realiza en
los aprendizajes.
 Mantener la calma: Es muy importante que cuando se produzca un episodio de
impulsividad extrema (rabieta, insultos, etc.) los padres, maestros o educadores mantengan la
calma. Nunca es aconsejable intentar chillar más que él o intentar razonarle nada en esos
momentos. Esto complicaría las cosas. Tenemos que mostrarnos serenos y tranquilos pero, a la
vez contundentes y decididos
 Hablar sobre las conductas inadecuadas: hacerlo siempre en privado. Evitar comparaciones
con otros alumnos. Evitar comentarios negativos, ironías, alzar la voz. Nunca decirle que es
malo sino que se ha portado mal durante unos momentos y que eso puede arreglarlo en un
futuro si se empeña en ello. El niño debe aprender, aunque aceptemos el hecho de que tiene
dificultades para controlarse, que sus actos tienen consecuencias. Por ello, contingentemente a
las rabietas, conductas desafiantes, agresiones u otros, deberemos ser capaces de marcar unas
consecuencias inmediatas (retirada de reforzadores, tiempo fuera, retirada de atención,
castigo, etc.). Por ejemplo si ha lanzado objetos, deberá recogerlos y colocarlos en su lugar; si
ha insultado deberá pedir disculpas, etc. esperando a que se tranquilice para aplicar las
contingencias marcadas.
 Cuidar la autoestima: Sustituir el verbo ser por el verbo estar, para cuidar su auto-estima e
informarle del comportamiento esperado. Ej.: en lugar de "Soy un atolondrado", decir "Estoy
atolondrado". Puede ser más adecuado utilizar como señal de aviso algún movimiento concreto
del maestro/a. Este método es más discreto y tiene la ventaja que suele pasar desapercibido
por el resto del grupo. Por ejemplo: "Cuando veas que te miro y doy dos golpecitos con mi
bolígrafo o cuando me toque la nariz, etc."
 El semáforo: Una estrategia que podemos emplear y suele funcionar, es la técnica del
semáforo. La estrategia es simple: se trata de avisar al niño o grupo de alumnos
(proporcionarles feedback) cuando se están empezando a activar. El color verde significa que
todo va bien, el amarillo significa precaución y el rojo que es una conducta inadecuada. La
técnica del semáforo es también muy adecuada para utilizarla en dinámicas grupales en las que
todos los niños reciben las instrucciones y así conseguir una cierta autorregulación del grupo en
casos en los que haya riesgo de conflicto.
 Estrategias de relajación: Si el niño ha trabajado, paralelamente, alguna técnica de
relajación o estrategia alternativa de afrontamiento, podrá intentar ponerla en marcha cuando
note la activación o se le avise de ella. Por ejemplo, podemos (según edad y características del
niño) enseñarle a que cuando se note activado procure respirar profundamente al tiempo que
se da auto-instrucciones: "Tranquilo", "Cálmate", etc, o incluso utilizar la técnica de la tortuga. 
 Si se distrae durante las explicaciones, la estrategia a utilizar es utilizar todos los recursos
metodológicos de que dispongamos: podemos apoyar las explicaciones con apoyos visuales.
 Cambiar la entonación. El control del tono de voz es un medio muy importante para el
manejo de los alumnos con TDAH.
 Plantear al alumno preguntas frecuentes durante las explicaciones y ofrecer una
retroalimentación inmediata de sus respuestas. No con la intención de pillarle sino por
mantenerle activo.
 Mantener un contacto ocular tan frecuente como resulte apropiado.
 Utilizar claves o señales, no verbales, previamente acordadas con el alumno, para redirigir
su atención sin interrumpir la clase. Por ejemplo, gestos con la mano, señalarse los ojos para
indicar "mira", o los oídos para indicar "escucha", una palmada en el hombro, etc.
 Controlar los distractores y/o estímulos que hay en el aula para que el alumno no se
despiste con ellos.
 Procurar sentar al alumno cerca del profesor o donde pueda supervisarlo con facilidad.
 Colocar al lado del estudiante con déficit de atención, compañeros que sean
 Modelos apropiados, es decir, que suelan estar atentos, ordenados, que cumplan las
órdenes?
 No le pidamos algún trabajo o actividad en los últimos cuatro minutos de clase ¡nadie nos
atiende!.
 Si durante las explicaciones parece o escuchar, pinta sus cuadernos o juega con cualquier
cosa, la estrategia a seguir sería:
 En primer lugar, recordar que la ausencia de contacto ocular con el profesor y el ver al
alumno dedicado a otra actividad no siempre quiere decir que el alumno no esté escuchando el
discurso o no esté comprendiendo lo que se dice.
 Recordar que los alumnos con TDAH necesitan dar salida a su actividad realizando alguna
tarea manipulativa mientras se mantienen escuchando.
 Si la conducta del alumno no interfiere a los demás y no parece crearle problemas para
seguir la clase, podemos tolerar este tipo de conductas.
 Solamente retiraremos aquellos objetos con los que el alumno se distrajera
verdaderamente.
 Si comete errores en los ejercicios por falta de atención, el entrenamiento en estrategias
de compensación aumenta su eficacia:
 Enseñar al alumno que la realización de tareas que se le encomiendan se divide en dos
pasos importantes:
La ejecución de la tarea
La revisión de la misma
 Dar tiempo para que termine con tranquilidad un examen y obligarle a que lo revise antes
de entregarlo.
 Ayudarlo a tomar conciencia de los errores, dándole pautas para que sea él mismo quien lo
descubra.
 Recodar brevemente y con frecuencia las normas sociales de comportamiento: no masticar
chicle, pedir permiso para hablar, etc.
 Pedir al alumno o alumna que explique las normas correctas de situaciones concretas que
pueden ser problemáticas, por ejemplo las normas establecidas para el recreo.
 Uso de valoraciones positivas concretas, evitando las frases hechas, tales como «eres buen
chico».
 Utilizar el sistema de puntos o economía de fichas para premiar comportamientos
adecuados que deben ser acordados entre el profesor o profesora y el alumno o alumna. Para
conductas socialmente negativas aplicar técnicas como coste de respuesta o tiempo fuera.
 Establecer consecuencias naturales. Ejemplo, si cuando salen de clase él o ella siempre
quiere ser el primero y para ello se lleva por delante a quien encuentre, la próxima vez tendrá
que salir al final para no tropezarse y practicar después hacerlo de forma ordenada.
 Dar indicaciones cortas, claras y concretas.
 Utilizar un tono firme, emocionalmente neutro y meramente informativo.
 Formular las normas en positivo (caminar poco, hablar bajito…), para enseñar conductas
adecuadas.
 Proponer actividades significativas para el alumno o alumna, relacionadas con sus
conocimientos previos o que tengan que ver con su vida cotidiana y que le susciten interés.
Para ello es de vital importancia dedicar el tiempo suficiente para un profundo conocimiento de
la individualidad del alumno o alumna: gustos, aficiones, intereses, necesidades…
 Elaborar actividades que impliquen la participación activa del alumno o alumna. Las tareas
deben estar organizadas al máximo. Deben ser cortas, graduadas en dificultad y en formatos
simplificados para evitar el exceso de información que pueda exceder su capacidad de atención
sostenida y generar aburrimiento.
 Fomentar actividades que impliquen trabajo conjunto de profesorado y alumnado.
 Posibilitar el aprendizaje dialógico: grupos interactivos, tertulias, etc.
 Potenciar el aprendizaje cooperativo, es decir, «aprender juntos alumnos y alumnas
diferentes».
 Proporcionar pistas visuales que le ayuden a organizarse. Así por ejemplo, láminas con
dibujos que informen de qué tipo de tarea está realizando en cada momento. Estas pistas, junto
con un apoyo visual que actúe de recordatorio de las reglas o normas de convivencia en el
grupo, deberán estar en lugar visible.
 Ofrecer información inmediata y precisa acerca de su rendimiento. Aplicar los principios de
«menos es más» y «regular es mejor», es decir que el niño o niña comprenda que es mejor
hacer menos tarea y bien hecha que mucha y mal realizada, y por otro lado que comprenda que
es mejor hacer la tarea regular que no hacer nada, es decir que aprenda a valorar las
aproximaciones y los progresos.
 Conocer su estilo de aprendizaje, sus preferencias y motivaciones, e introducir nuevos
elementos metodológicos que le faciliten su motivación hacia el aprendizaje: dibujos, material
manipulable, contenidos de su interés, nuevas tecnologías, etc.
 Se debe favorecer un pequeño descanso cada veinte minutos aproximadamente, o cuando
se estime que su motivación ha descendido demasiado. En estos casos, facilitar una tarea
agradable para el niño o niña por espacio de cinco minutos le ayudará a mantener su
motivación hacia el trabajo. Por ejemplo, realizar un sencillo crucigrama, una sopa de letras.
 Trabajar a través de la educación emocional el miedo a fracasar, a no ser aceptado, a la
inestabilidad que siente, a los cambios de humor, etc.
 Utilizar la comunicación asertiva y la empatía.
 Procurar que sienta proximidad afectiva potenciando las relaciones interpersonales y los
vínculos sociales a través de juegos, trabajos en grupo, etc.
 Ayudarle a que conozca sus fortalezas y debilidades, concienciándole de sus capacidades y
trabajando sus debilidades. Aprovechar también el trabajo en grupo para entrenar este
aspecto.
 Consultar con el orientador u orientadora para determinar los puntos fuertes y débiles del
alumno o alumna con TDAH con el que se está trabajando, para así poder ayudarle mejor.
 Realizar dinámicas grupales, con el objetivo de trabajar la cohesión y la inclusión de todos
los miembros del grupo.
 Posibilitar que el alumno o alumna pueda ir conociendo y desarrollando un autoconcepto
positivo de sí mismo.
 Cuidar el lenguaje que utilizamos, evitando mensajes negativos. Por ejemplo, decir: «Si
ordenas tu mesa, podrás trabajar adecua- 17 damente» en vez de: «Eres un desastre, tienes
toda tu mesa desordenada».
 Asignar al alumno o alumna un rol adecuado y positivo dentro del grupo, aprovechando
sus fortalezas. Así por ejemplo, aprovechar sus conocimientos de informática para que ayude a
sus compañeros.
 Anticipar las consecuencias de las conductas no adecuadas, dejando claro qué es lo que
ocurrirá cuando se comporte de determinada forma.
 Evitar criticarle públicamente o ponerle en evidencia. Usar tono de voz neutro, no reticente
ni sarcástico o irónico.
 Aceptar sus dificultades e identificar sus esfuerzos, valorándole cuando realiza algo bien.
 Ofrecerle mayor grado de confianza en su persona y en sus competencias.
 Potenciar las actividades que fomenten la integración del niño o niña.
 Intentar sustituir el verbo ser por el verbo estar. De esta forma no atacamos su
autoestima, lo que hacemos es mostrarle la conducta correcta. Ejemplo: no decir «eres malo»
sino «te estás portando mal».
 Relacionarse con el niño o niña de forma tranquila pero firme. Evitar amenazar o gritar.
 Utilizar un tono emocional neutro, meramente informativo.
 Dar indicaciones y explicaciones claras, cortas y concretas.
 Mirarle a los ojos cuando se le habla e insistir en que él también lo haga, y pedir que repita
las instrucciones dadas para asegurarse de que las ha escuchado y entendido.
 Utilizar claves y señales no verbales para redirigir la atención, personalizadas y acordadas
previamente con el niño o niña.
 El niño o niña con hiperactividad se fatiga más rápidamente que el resto de la clase, por lo
que se debe preparar actividades alternativas de menor duración. Por otra parte, con estos
niños suele funcionar muy bien el uso de fichas, dibujos y esquemas eminentemente  visuales,
puzles y los recursos que posibilitan en la actualidad las TICs.

GUIAS PARA TRABAJAR CON NIÑOS CON DEFICIT DE ATENCIÓN

 Completar rompecabezas de letras y de figuras geométricas de dificultad creciente


 Completar secuencias de trazados y aprender a trazar
 Realizar ejercicios de punteado (relleno, perfilado, calcado, dibujo...). Los niños podrán
mejorar la atención asimismo, con los clásicos dibujos de "une los puntos"
 Localizar e identificar errores en dibujos sencillos. Incluso, identificar errores (analogías y
diferencias) entre diferentes figuras
 Localizar dibujos repetidos entre una serie o conjunto dado. También les ayuda realizar
series secuenciales de símbolos geométricos o de dibujos
 Un buen juego para potenciar la atención en niños hiperactivos es resolver laberintos,
sopas de letras y crucigramas e ir añadiéndoles dificultad
 Identificar por reconocimiento visual palabras enmascaradas
 Seleccionar los sinónimos y antónimos relacionados con una palabra entre una lista dada
 Seleccionar las palabras adecuadas para completar una frase entre una lista dada
 Realizar juegos de barquitos de coloreado: este juego consiste en partir el dibujo en zonas
de coloreado. A cada zona se le asigna un color. Después al niño se le dan las referencias:
colorea de rojo b-c-d y colorea de verde: a-e-i
 Los niños han de construir palabras lógicas eligiendo letras entre un conjunto dado. Por
ejemplo: (a, o, p, m, s, c, a, t). Pueden hacerlo eligiendo las letras libremente, dándoles un
número concreto de letras o que empiecen o terminen por una letra o sílaba
 Dado un conjunto de letras o conjunto de palabras tachar o rodear las que sean iguales a
un modelo dado. También puede realizarse tachando las palabras o letras diferentes
  Juego del mensajero: el guía dice a otro jugador una frase relacionada con alguna actividad
a realizar y éste debe repetirla posteriormente a todo el grupo para que la lleven a cabo.
 Juego de las cadenas de palabras: el guía inicia la cadena diciendo una palabra (p. ej.
'Juanito), el siguiente jugador debe decir la misma palabra más otra que añada significado a la
primera (p. ej. 'está')... pierde el jugador que no es capaz de añadir otra palabra más.
  Juego del 'veo-veo'. Juego del cazador de palabras. Cada jugador tiene una serie de
palabras en una cartulina que pertenece a una categoría (plantas, flores, animales, nombres
propios, nombres comunes...); el guía dice una palabra y dos jugadores al mismo tiempo
tienen que buscar quién posee la palabra mencionada, gana el que primero la encuentre .
 Para ello se debe proporcionar una tarea en pequeños pasos, de modo que requiera una
persistencia menor, además el niño podrá realizarla en menor tiempo. De esta manera, se
evita que haya distracciones que eviten la culminación de las actividades, logrando mejores
resultados.
  invítales a expresar sus opiniones en voz alta, de este modo su lenguaje interno se
favorece y se refuerza su capacidad para comunicar y expresar ideas.
 Es recomendable dejarles terminar la actividad hasta el final sin interferir.
 Recompensa al culminar una tarea y reconocer cada uno de sus logros alcanzados
eficazmente, de esta manera se sentirán competentes y su motivación va a aumentar al
realizar cualquier actividad.
Bibliografía:

https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/como-manejar-la-impulsividad-de-los-ninos-
hiperactivos-en-el-aula.html

https://www.universidadviu.com/estrategias-de-apoyo-al-nino-hiperactivo/

http://www.feaadah.org/es/sobre-el-tdah/winarcdoc.php?id=705

https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/-como-captar-la-atencion-de-los-ninos-hiperactivos-en-
el-aula.html

https://www.guiainfantil.com/blog/salud/hiperactividad/ejercicios-y-juegos-caseros-para-ninos-
hiperactivos/

https://www.incluyeme.com/6-tips-para-ninos-con-trastorno-del-deficit-de-atencion-con-
hiperactividad/

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