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En América Latina, hay tres países con una estructura negocial centralizada
(Argentina, Brasil y Uruguay), mientras que el resto se adscribe de manera
notoria al modelo descentralizado de negociación colectiva, al asentar en la
empresa el nivel preponderante de ejercicio de este derecho. Y este no es un
dato irrelevante, en la medida en que, dada la estructura productiva de nuestra
región, donde predomina la micro y pequeña empresa, solamente en los tres
primeros países podemos encontrar un desarrollo significativo de este derecho,
mientras que los demás tienen que lidiar con la maldición del 10%, en la
medida en que no pueden representar colectivamente a un colectivo laboral
que supere ese porcentaje de sus trabajadores.
Los estudios sobre los rasgos centrales del sistema de las relaciones laborales
reclaman siempre una perspectiva multidisciplinaria, desde las visiones
económica, sociológica y jurídica, que aplicadas al mundo del trabajo no
pueden faltar. A este nivel, se analiza la configuración de los actores —
sindicatos, empleadores y sus organizaciones— y el Estado, así como el
entramado de sus relaciones de poder. En este trabajo trataremos de hacer la
radiografía comentada de la estructura sindical y negocial peruana, es decir, de
la columna vertebral sobre la que se construyen las relaciones laborales y que,
por tanto, da cuenta del equilibrio social y económico entre capital y trabajo,
equilibrio que en nuestro país es todavía una asignatura pendiente.
I. Antecedentes de la negociación colectiva
En la segunda mitad del siglo XX, y sobre todo en los últimos veinticinco
años, han hecho acto de presencia una serie de acontecimientos que
han incidido de diferentes maneras en la negociación colectiva con
implicaciones de diferente signo en los niveles de justicia social en el
mundo, entre los que sin pretender ser exhaustivos cabe mencionar la
aceptación generalizada de la economía de mercado tras la caída del
Muro de Berlín junto con un nuevo debate sobre el papel y la dimensión
del Estado, que ha dejado sentir sus efectos en procesos de
racionalización económica y reestructuraciones que han propiciado
reducciones drásticas del sector público y una creciente
flexibilización/desregulación de la economía y del trabajo; el impacto de
la profundización del proceso de globalización económica, respaldado
por la política arancelaria de la Organización Mundial del Comercio, con
el consiguiente endurecimiento de la competencia, en un contexto de
persistente innovación tecnológica y de repetidos fenómenos de fusión
de empresas y creación de conglomerados industriales y de
deslocalización de la producción; los importantísimos procesos de
integración económica regional; la consolidación del monetarismo como
mecanismo eficaz en la lucha contra la inflación y de las políticas de
contención presupuestaria; la influencia del Fondo Monetario
Internacional y del Banco Mundial en las políticas económicas y
financieras nacionales; la dialéctica entre el sistema europeo de empleo
y el norteamericano y su diferente enfoque sobre el despido y el alcance
de la protección social y la dificultad de reconducir a niveles razonables
las cifras enormes de desempleo en muchas partes del mundo; el
desarrollo del sector informal y de las formas atípicas de trabajo
dependiente, la proliferación de los contratos de corta duración –
muchas veces a través de empresas de contratación temporal – y la
expansión de las zonas francas de exportación, que con frecuencia no
alientan la afiliación sindical; la conciencia cada vez mayor de la
dignidad humana y de las exigencias de la democracia junto con una
progresiva y mayor sensibilidad en lo que atañe a los derechos
humanos, prestando atención particular a la igualdad entre hombres y
mujeres, a los grupos más desfavorecidos y, dentro de una visión
multicultural, a las minorías; la creciente autonomía de los sindicatos
frente a los partidos políticos y las autoridades públicas, con una
dinámica de realismo, flexibilidad, pragmatismo y madurez, integrando
en sus planteamientos el conjunto de las cifras macroeconómicas; el
acelerado crecimiento del sector terciario, y el desarrollo del movimiento
ecológico, que ha dado un mayor énfasis a las políticas
medioambientales.
Definiciones
• El término "negociación colectiva" indica un proceso que permite que
las condiciones de trabajo y de empleo se fijen de común acuerdo entre
los empleadores y los trabajadores. En el mundo del trabajo, la
negociación colectiva brinda un medio para defender los intereses de los
trabajadores y para mejorar las condiciones del nivel de vida.