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La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de
manera anormal. Sus síntomas incluyen disfunciones de la percepción, pensamiento inferencial,
lenguaje, memoria y funciones ejecutivas. Para diagnóstico se necesita un grupo de síntomas
característicos y signos continuos de la alteración durante un mínimo de seis meses. Estas necesitan
recibir tratamiento durante toda la vida.
Los antipsicóticos son la base del tratamiento. Estos bloquean receptores D2 de dopamina
postsinápticos, receptores serotoninérgicos, noradrenérgicos, colinérgicos e histamínicos en
distintos grados, lo cual explica los efectos secundarios único de cada agente.
Muchos pacientes se benefician de los ansiolíticos cuando la ansiedad es prominente. Pueden usarse
carbonato de litio, valproato y carbamazepina para reducir conductas impulsivas/agresivas,
hiperactividad o cambios de estado de ánimo. A veces se usan antidepresivos para tratar la
depresión en pacientes esquizofrénicos.
El tratamiento temprano ayuda a controlar los síntomas y mejoran el pronóstico a largo plazo.
Referencias