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Integración de TIC en la Educación

Francis Javier Navío Vera

Entendemos las TIC como “un conjunto de herramientas electrónicas utilizadas para la
recolección, almacenamiento, tratamiento, difusión y transmisión de la información
representada de forma variada” (Ibáñez-García, 2009).

Muchos autores han expresado las bondades que representa incorporar las TIC en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, subrayando su flexibilidad, dinamismo e interacción
que invitan a una participación activa, mayor interés y motivación de los estudiantes en
la construcción de sus propios aprendizajes.

Así, Galvis (citado en Barreto & Iriarte Diazgranados, 2017) plantea tres objetivos
principales: fundamentar el proceso de compartir, enviar o transmitir información a
través de sitios web, tutoriales o espacios informativos; favorecer el aprendizaje activo
y el aprender haciendo, por medio de la interacción con las herramientas tecnológicas
(navegadores, simuladores, calculadoras y otros recursos de productividad); y posibilitar
la interacción, la comunicación y la colaboración a través de experiencias en redes
sincrónicas y asincrónicas.

Marques (2001) describe que las TIC tienen múltiples funciones como, por ejemplo:
posibilitar la comunicación, la transmisión de la información y la construcción de
comunidades de aprendizaje autónomo; potencializar los procesos a nivel de
pensamiento, permitiendo que las personas construyan estructuras mentales y nuevas
formas de pensar; organizar, clasificar y analizar la información en términos de eficiencia
para mejor manejo y mayor acceso por parte de los estudiantes; crear nuevos espacios
y metodologías para la enseñanza y el aprendizaje, como el campo del e-learning,
fortaleciendo procesos metacognitivos; generar nuevos modelos de aprendizaje para
las comunidades (Flórez, Aguilar, Hernández, Salazar, Pinillos y Pérez, 2017).

Por otro lado, Cabero (2008) señala que “toda tecnología no solo transfiere información,
sino que al mismo tiempo está transmitiendo valores y actitudes algunas veces incluso
no perceptibles por las personas”, de esta forma las TIC se convierten en elementos
inapreciables, de forma concreta para la educación y de manera general para las
sociedades, en el desarrollo de una ciudadanía competente que progresa hacia formas
de vida sostenibles, minorando los efectos más perjudiciales de la globalización y las
desigualdades (Sampedro, 2016).

La incorporación de los recursos tecnológicos en los centros educativos promueve


nuevas formas de generación del conocimiento y, por otro lado, valores y actitudes que
mejoren la sociedad globalizada en la que nos encontramos, donde el papel del
educador cobra un protagonismo mayor.

El uso de las TIC en educación se ha convertido en un elemento imprescindible. Este


complemento ha de generar en la sociedad una realidad y presencia cada vez mayor,
de tal forma que su extensión a los estudiantes, docentes e instituciones educativas
procure la optimización de un mejor proceso enseñanza-aprendizaje.

Sin duda, el análisis de distintas opiniones en el sector educativo, garantizan la


importancia de la tecnología, lo que animaría un aprendizaje social y colaborativo, con
una vertiente capaz de generar una vinculación de una educación transformadora y
adaptable a las sociedades actuales (Hernández, 2017).

En conclusión, integrar las TIC a las didácticas y dinámicas educativas mejora el


desempeño docente, y genera un cambio en sus prácticas pedagógicas. En los
estudiantes, facilita el acceso a la información, posibilitando un intercambio y
comunicación permanentes, por lo cual el docente debe estar capacitado para
transformar la información en conocimiento y comprensión.

En esta línea, en el sistema educacional es necesario alinear los marcos curriculares y


los instrumentos evaluativos para integrar las competencias digitales y nuevas
estrategias de enseñanza y aprendizaje en las distintas asignaturas. También es
necesario adecuar los marcos de competencias profesionales de los docentes de forma
tal que el uso y el aprovechamiento de las TIC se integre como una práctica laboral
formal, reconocida y valorada durante los procesos de formación en general y de los
profesores en particular. Así, junto a los beneficios que traen las tecnologías digitales,
hay un conjunto de desafíos emergentes que es necesario abordar, asociados a la
equidad y calidad de acceso a las TIC y al desarrollo de competencias digitales de
jóvenes y adultos de sectores vulnerables (Hinostroza, 2017).

Referencias

Barreto, C. R., & Iriarte Díazgranados, F. (2017). Las Tic en educación superior:
Experiencias de innovación. Universidad del Norte. Recuperado de:
https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=YLBJDwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PP1&dq=
%22TIC%22%2B%22educaci%C3%B3n%22&ots=XYIhDyTfkJ&sig=ugVx0D1LNRjNbn
JCMtEyuhYNPf4#v=onepage&q=%22TIC%22%2B%22educaci%C3%B3n%22&f=true

Flórez Romero, M., Aguilar Barreto, A. J., Hernández Peña, Y. K., Salazar Torres, J. P.,
Pinillos Villamizar, J. A., & Pérez Fuentes, C. A. (2017). Sociedad del conocimiento, las
TIC y su influencia en la educación. Recuperado de:
http://bonga.unisimon.edu.co/bitstream/handle/20.500.12442/1770/Sociedad%20del%2
0conocimiento%2c%20las%20TIC%20y%20su.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Hernández, R. M. (2017). Impacto de las TIC en la educación: Retos y


Perspectivas. Propósitos y representaciones, 5(1), 325-347. Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5904762

Hinostroza, E. (2017). TIC, educación y desarrollo social en América Latina y el Caribe.


Recuperado de:
http://disde.minedu.gob.pe/bitstream/handle/MINEDU/5802/TIC%2c%20educaci%c3%
b3n%20y%20desarrollo%20social%20en%20Am%c3%a9rica%20Latina%20y%20el%
20Caribe.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Sampedro Requena, B. (2016). Las TIC y la educación social en el siglo XXI.


Recuperado de:
https://helvia.uco.es/bitstream/handle/10396/13519/Edmetic_vol_5_n_1_3.pdf?sequen
ce=1&isAllowed=y

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