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Pensando en algunos tipos de flujo que cualquiera ha podido observar alguna vez. Por
ejemplo, el flujo de agua en el interior de una tubería o a través de una válvula o una
bomba. Se trata de flujo interno, ya que el fluido se encuentra confinado por las
paredes de la conducción o del elemento (válvula o bomba) en cuestión. También el
flujo en un canal o acequia puede considerarse de tipo interno, si bien en este caso no
está totalmente confinado, pues el nivel de agua en el canal puede subir o bajar.
Conservación de la masa.
Conservación de la cantidad de movimiento (ley de Newton) o del momento de
la cantidad de movimiento.
Conservación de la energía.
Segundo principio de la termodinámica.
Ecuación de estado.
Sobre el fluido nos permitirán deducir cómo es el movimiento de éste, al igual que la
aplicación de las leyes de la física sobre un sólido rígido que puede deslizar sobre un
plano inclinado nos permiten determinar la trayectoria, velocidad y aceleración de la
citada masa. Pero en Mecánica de Fluidos, la aplicación de estas leyes fundamentales
resulta mucho más compleja, dado el carácter deformable que intrínsecamente tiene el
fluido.
En el caso de la figura 1 interesará conocer las velocidades del flujo, así como el caudal
y las presiones existentes en la tubería o los niveles de agua sobre el fondo del canal.
En el caso de una tubería, el fluido puede ser un líquido (la instalación de agua en una
vivienda) o un gas (los conductos de aire acondicionado a través de los cuales circula
aire frío). El flujo puede no variar con el tiempo, como en el caso del caudal de agua
que sale del grifo mientras se está bajo la ducha, o ser dependiente del tiempo, como es
el caso de una masa de agua que va acelerándose al arrancar una bomba en una
instalación de llenado de un depósito. En este último caso (flujo transitorio) la
complejidad del estudio se incrementa respecto al caso estacionario (no varía con el
tiempo). Los flujos externos son aquellos en los que el fluido no está confinado (flujo
externo), o por lo menos no en su totalidad, aunque pueden existir contornos que no
pueden atravesar. Por ejemplo, es el caso del flujo del viento, que evidentemente no
puede atravesar el suelo ni un edificio, pero que se ve perturbado por éstos. El flujo
puede considerarse "infinito", pero nos interesará saber solo lo que ocurre cerca de los
contornos, ya que éstos modifican el flujo, y cuáles son las fuerzas que el flujo ejerce
sobre el edificio. Es decir, interesa conocer cuál es la interacción entre el flujo de aire y
los objetos con los que se encuentra (suelo, edificio, etc.). Evidentemente, a una
distancia suficientemente grande de los contornos, el flujo no estará perturbado por
éstos.
Otro caso típico es el de un avión en vuelo, que se sustenta por las fuerzas que se
generan sobre sus alas como consecuencia de la interacción con el viento. La
modificación de la velocidad del viento alrededor de las alas genera unos valores de la
presión en la parte inferior de las mismas superior a las presiones en la parte superior,
con lo que se crea una fuerza sustentadora. En el caso de un velero, es la interacción
entre el viento y las velas la que genera que éste se mueva, pero también habrá que tener
en cuenta la acción del agua sobre el casco. Un ciclista circulando por una carretera es
otro caso típico de flujo externo en el que interesa analizar la interacción entre el viento
y el ciclista, que se manifiesta como fuerzas que actúan sobre el ciclista. En este caso,
también las fuerzas de rozamiento de las ruedas con el suelo y las fuerza de la gravedad
(favorable o desfavorable) en función de la pendiente de la carretera, deben ser tenidas
en cuenta para analizar el movimiento del ciclista. Si el observador se aleja del ciclista,
el flujo no estará perturbado por éste, pero si se piensa en un ciclista que circula a rueda
de otro que va delante, el flujo perturbado por el primer ciclista interacciona de manera
diferente con el segundo ciclista. Algunos flujos son una mezcla de ambos tipos
(externos e internos). Por ejemplo, en la interacción entre el viento y un coche. El flujo
del viento alrededor del coche puede considerarse como externo, y el del viento por la
parte inferior de él como interno, ya que está confinado por el suelo del coche y el
asfalto de la carretera.
En este caso, cuando se prueba un coche o un avión a escala en un túnel de viento, éste
debe de ser lo suficientemente grande como para que lejos del vehículo el flujo no se
vea perturbado (se reproducen las condiciones reales en las que lejos del objeto el flujo
no se modifica). El análisis de la interacción coche₋viento se puede medir en las
cercanías del coche. De esta manera se reproduce en el túnel de viento las condiciones
reales, si bien a escala, pudiendo extraer conclusiones de la experimentación que
probablemente no se conseguiría obtener de un estudio analítico, dada la complejidad
del problema. También en el caso de flujos externos el flujo puede ser transitorio o
permanente, tomando en consideración si la velocidad del aire con relación al cuerpo es
variable o no con el tiempo. Por ejemplo, aún con viento en calma, cuando un ciclista
empieza a pedalear, la velocidad del aire con respecto al mismo varía con el tiempo.
Cuando circula a velocidad constante, se está ante un régimen permanente, dado que la
velocidad del viento respecto al móvil será constante.