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Ingeniería Sanitaria y Ambiental

Tema 2-5: DESINFECCIÓN


Desinfectar el agua implica destruir las bacterias productoras de enfermedades que pueda
contener, sin embargo no se obtendrá en general, una esterilización completa, que tampoco
es necesaria. En la actualidad se considera que los procesos de desinfección del agua
implican un tratamiento especializado, dirigido a la destrucción de los organismos perjudiciales
o indeseables. Clásicamente, los procesos de desinfección se han empleado con la finalidad
de destruir o inactivar los microorganismos patógenos y, muy especialmente, las bacterias de
origen intestinal
Los principales factores que influyen sobre la eficacia de la desinfección son los siguientes:
- Tipo y concentración de los organismos que deben destruirse.
- Tipo y concentración del desinfectante.
- Tiempo de contacto.
- Características químicas y temperatura del agua que se va a tratar.
Para la desinfección del agua, se usan procedimientos físicos y químicos.
Como procedimientos físicos se emplean:
- Las ondas de frecuencia ultrasónica.
- La luz ultravioleta.
Como procedimientos químicos tenemos los procesos de:
- Ozonización.
- Acción oligodinámica de la plata.
- Cloración.
Sólo se emplean estos tres métodos entre las muchas sustancias químicas con carácter
antiséptico porque en las aguas de consumo humano sólo se pueden usar aquellas que
además de ser bactericidas enérgicos no comuniquen al agua olor, sabor o aspecto
desagradable y produzcan un agua inocua para el organismo.

1. CLORACIÓN
La finalidad principal de la cloración es destruir las bacterias por la acción germicida del cloro.
También son importantes otros efectos secundarios como la oxidación del hierro, del
manganeso y de los sulfuros de hidrógeno y destrucción de algunos compuestos que
producen olores y sabores.
La cloración del agua se hace por los motivos anteriormente expuestos, pudiéndose satisfacer
simultáneamente las diversas necesidades (desinfección en el tratamiento del agua,
prevención y destrucción de olores, eliminación del hierro y el cloro) y se puede considerar
bajo dos aspectos, según el momento en que se añade dentro del proceso general del
tratamiento o según los resultados finales.

1.1. REACTIVIDAD DEL CLORO


Reacciones del cloro con el agua.
Cuando el cloro gas (Cl2) se añade al agua tienen lugar dos reacciones: hidrólisis e ionización.
La hidrólisis puede definirse como:
Cl2 + H2O = HClO + H+ + Cl- K= 4.5. 10-4 (T = 25 º C)
Como el valor de la constante de equilibrio K es elevado se pueden disolver grandes
cantidades de Cl2 en agua.
La ionización puede definirse como:
HClO = H+ + ClO- Ki = 3.7. 10 -8 (T = 25 º C)
Esta ecuación explica que la proporción de ácido hipocloroso disociado es función del pH. A
pH bajos, el cloro se encuentra predominantemente como HClO, a pH 8 predominan los iones
hipoclorito (ClO-), existiendo éstos exclusivamente para valores del pH del orden de 9,5 ó
superiores.
El cloro que existe en el agua en forma de ácido hipocloroso (HClO) o de iones hipoclorito
(ClO-) se conoce con el nombre de cloro disponible libre. La distribución relativa de estas dos
formas es muy importante ya que la eficacia de la mortandad del HClO es de 40 a 80 veces
del ClO-.
Reacción del cloro con los compuestos minerales disueltos en el agua.
 Bicarbonatos y carbonatos.
Al añadir cloro en el agua se forma, como hemos visto, ácido clorhídrico, que reacciona con
el bicarbonato y carbonato del agua si están presentes. Si la cantidad de cloro es importante
será conveniente tener en cuenta esta acidez, y, si se considera necesario se efectuará un
tratamiento neutralizador.
 Sulfuros.
Los sulfuros pueden estar presentes en el agua, procedentes de aguas de capas profundas,
de capas con piritas o bien de capas aluviales ricas en materias orgánicas reductoras. El
efecto teórico de la cloración de agua es oxidar los sulfuros a sulfatos:
3H2S + 4 HOCl = H2SO4 + HCl

 Hierro y manganeso.
La presencia de hierro y manganeso en el agua, también influye sobre los procesos de
cloración. Estos metales se encuentran en el agua solubilizados en su forma reducida Fe++ y
Mn++. En presencia de cloro se oxidan pasando Fe3+ y Mn4+ que precipitan si el pH es lo
bastante elevado bajo forma de Fe (OH)3 y MnO2, lo que permite la eliminación de estos
compuestos.

 Amoníaco
El agua residual no tratada contiene nitrógeno en forma de amoníaco y de nitrógeno orgánico
(asociado a la materia orgánica). El efluente procedente de la mayoría de las plantas de
tratamiento también contiene cantidades significativas de nitrógeno, generalmente en forma
de amoníaco, o nitrato si la planta está proyectada para llevar a cabo la nitrificación. Dada que
el ácido hipocloroso es un agente oxidante muy activo, reaccionará rápidamente con el
amoníaco presente en el agua residual y formará tres tipos de cloraminas en las reacciones
sucesivas.
NH3 + HClO → NH2Cl (Monocloramina) + H2O
NH2Cl + HClO → NHCl2 (Dicloramina) + H2O
NHCl2 + HClO → NCl3 (Tricloruro de nitrógeno) + H2O

Estas reacciones son altamente dependientes del pH, de la temperatura, del tiempo de
contacto y de la relación inicial entre el cloro y el amoníaco. Las dos especies que predominan
en la mayoría de los casos son la monocloramina (NH2Cl) y la dicloramina (NHCl2). El cloro
presente en estos compuestos se llama cloro combinado disponible. Estas cloraminas
sirven también como desinfectantes, a pesar de que reaccionan con extrema lentitud.

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1.2. ACCIÓN BACTERICIDA DEL CLORO Y SUS COMPUESTO
En la actualidad parece ser que la acción bactericida del cloro es de tipo físico-químico. La
relativa eficacia de los distintos agentes oxidantes es función de su velocidad de difusión a
través de la pared celular. Después de traspasada la pared celular, el compuesto tiene
capacidad para atacar al grupo enzimático, cuya destrucción provoca la muerte del organismo.
La rapidez de la desinfección con cloro es proporcional a la temperatura del agua, de manera
que, en igualdad de las demás condiciones, la eficacia de la cloración aumenta con la
temperatura, pero como en agua fría el cloro es más estable y permanece durante más tiempo,
se compensa hasta cierto punto la menor rapidez de la desinfección.
Existen factores que modifican la eficacia del cloro libre en la destrucción de los colibacilos y
otros organismos patógenos, es el caso de aumento del pH (la concentración de iones H+
origina una disminución del poder bactericida) y la temperatura, cuyo aumento tiende a
incrementar las propiedades bactericidas del cloro libre; en resumen, cuando al efecto de una
baja temperatura se suma el de un valor alto de pH, la reducción en la eficacia del cloro es
considerable.
El cloro libre es más eficaz que el cloro combinado como agente bactericida. Según
experiencias realizadas se necesitan 25 veces más cloro combinado que cloro libre para un
mismo pH y temperatura del agua.
La eficacia de la desinfección con concentraciones de Cl2 puede expresarse mediante la
ecuación siguiente:
Cn . t = Cte
C = Concentración de Cl2
t = Tiempo de contacto
n = Coeficiente de dilución.

1.3. SIMPLE CLORACIÓN


Si se emplean las aguas superficiales sin otro tratamiento que el de una simple cloración, esta
es muy importante, pues es la única garantía contra la infección. Con miras a la desinfección
puede necesitarse una dosis de 0,5 mg/lt para conseguir algo de residual combinado
disponible en el sistema de distribución de la ciudad.
Además de las materias orgánicas, los sulfitos, el Fe no oxidado y el manganeso (Mn)
contenidos en el agua, harán necesario aumentar la dosificación de cloro. “Cloro Libre” es
el que queda de remanente después de su combinación con la materia orgánica o los
productos químicos que contenga el agua (y no tiene que ser forzosamente igual al residual
de cloro) una dosis de 0,25 a 0,5 ppm de cloro será necesario para obtener un residuo de 0,1
a 0,2 ppm.
El cálculo de los Kg de cloro necesarios para tratar una cantidad dada de agua expresando la
dosificación en ppm (mg/lt o gr/m3) puede hacerse mediante la expresión:
0,5mg 10 2 l (m3atratar )m3 * 2,2 1kg
kg CL2 / día  , , , 6  XX kg / día
litro 1m3 día 10 mg

Para la Planta de Marquezado:


0,5mg 10 2 l 1,7m3 * 2,2 1kg
kg CL2 / día  , , , 6  165 kg / día
litro 1m3 día 10 mg
El cloro se adquiere en forma líquida en cilindros de acero, a presión. También se emplea en
forma de clorógenos: a) CI O Na = hipoclorito de Na y b) hipoclorito de Calcio y c) Cloruro de
cal.

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Utilización de Clorógenos
El método más antiguo de clorar el agua era a base de cal clorada o hipoclorito calcio,
sustancia que cuando se coloca en el agua desprende cloro. Tiene el inconveniente de
deteriorarse con el tiempo y ser de manejo desagradable. Su máximo contenido de cloro es
de 30 al 35 %.
Hipoclorito cálcico (CI O)2 Ca4 H2O, es un polvo que se vende en latas, bidones y cilindros.
Tiene un contenido en cloro del 70 % el cual no pierde por almacenamiento y puede aplicarse
por aparatos de dosificación en seco. Tanto el hipoclorito sódico como el cálcico se pueden
alimentar también en solución, generalmente, con aparatos del tipo de caudal constante
provistos de un orificio ajustable y de nivel constante. Existen pequeñas bombas de diafragma,
adecuadas para alimentar la solución de hipoclorito al agua a tratar.
La cloración mediante hipocloritos tiene especial aplicación en emergencias en que se
perjudicaría el suministro debido al considerable retraso en obtener el agua, el cloro y los
cloradores.
Es posible improvisar un aparato de emergencia para la dosificación de hipocloritos con uno
o más bidones y un depósito de nivel constante equipado con válvula de flotador del tipo
empleado corrientemente en los depósitos de descarga de los inodoros. Los bidones hacen
las veces de tanque de mezcla y de reserva, y los correspondientes tubos y válvulas permiten
la alimentación de una solución de una concentración conocida al depósito de nivel constante.
Se emplean soluciones de no más del 0,65 % en peso puesto que este es prácticamente el
límite de solubilidad a temperatura ambiente. Al calcular la dosis de cloro, debe tenerse muy
en cuenta el contenido en cloro del producto químico.
La cal clorada ha sido desplazada totalmente, no sólo por el gas cloro, sino por compuestos
comerciales como el H:T:H. y el “perclorón” que tiene un contenido de cloro de 65 %, que no
se altera con el almacenamiento; son pulverizados o granulados y pueden aplicarse con
dosificadores de alimentación en seco.
También se puede desinfectar con ayuda del peróxido de cloro (CIO2) que posee un poder
decolorante y desodorizante muy elevado, como así suprime gustos desagradables debido a
los derivados de cloro que originan los fenoles. El peróxido de cloro se prepara por la acción
del ácido clorhídrico o del cloro sobre el clorito de sosa.

1.4. DETERMINACIÓN DE LA DOSIS DESINFECCIÓN


Hay varios sistemas para determinar el cloro residual necesario que garantice una
desinfección correcta.
El ensayo con yoduro de K y almidón es el que primeramente se utilizó, pero únicamente
proporciona una aproximación cuantitativa.
Determinación del cloro residual: prueba de la ortotolidina en presencia de arsenito.
La prueba de la ortotolidina en presencia de arsenito mide:
- El cloro libre residual.
- El cloro combinado residual cuando se practica la cloraminación o cuando el agua natural
contiene amoníaco.
- El cloro residual libre y combinado, cuando ambos estén presentes.
- El error imputable a ciertas sustancias perturbadoras, como el manganeso y los nitritos.
Fundamento.
Cuando se añade ortotolidina a un agua que contiene cloro, aparece un color verde amarillo,
cuya intensidad es proporcional a la cantidad de cloro residual presente.
La reacción del cloro libre residual es prácticamente instantánea y el color aparece en menos
de 15 segundos. El cloro residual combinado, en cambio, reacciona relativamente despacio
con la ortotodilina, y hacen falta 5 minutos a 22º C para que la aparición del color sea completa.
Por lo tanto, la aparición instantánea o retrasada del color indica la presencia o la ausencia
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de cloro libre residual. La coloración instantánea puede evaluarse cuantitativamente
añadiendo a la muestra un agente reductor débil, como el arsenito sódico, inmediatamente
después de haber añadido la ortotolidina. El arsenito sódico neutraliza el cloro combinado
antes de que reaccione con la ortotolidina. La acción del arsenito sódico no modifica la
coloración instantánea. La coloración medida es la debida al cloro libre residual y a las
interferencias.
Los errores imputables a las interferencias pueden compensarse vertiendo otra porción de la
muestra de agua en otro vaso y añadiendo primero arsenito sódico para neutralizar el cloro
residual y luego ortotolidina para que reaccione con las interferencias que puedan estar
presentes y formar una coloración engañosa. La concentración de cloro libre residual puede
calcularse por diferencia entre la primera y segunda muestra.
Se añade ortotolidina a una tercera porción de la muestra y se deja que la reacción se
prolongue durante 5 minutos. El color resultante será imputable a las reacciones de la
ortotolidina con:
- el cloro libre residual.
- el cloro combinado residual.
- las sustancias perturbadoras.
La concentración de cloro combinado residual puede calcularse por diferencia entre la tercera
y la primera muestra.
Toma de muestras.
Los frascos para recoger las muestras y los tubos empleados en la prueba han de estar
limpios, porque cualquier suciedad depositada en el vidrio podría reaccionar con el cloro y dar
resultados más bajos. En lo posible se tomarán las muestras en los lugares donde el cloro
haya estado en contacto con el agua durante 10 minutos por lo menos. De no ser así se dejará
que la muestra repose hasta que el tiempo total de contacto sea de 10 minutos.
Material y reactivos necesarios.
 Espectrofotómetro o fotómetro de filtros para usar con longitud de onda de 400 – 490
nm y con trayecto de luz de 1 cm.
 Reactivos para determinar el cloro residual.
a) Disolución normalizada de 100 ppm de cloro.
b) Disolución de ortotolidina al 0.1%.
Disolver 0.135 g de clorohidrato de ortotolidina en 50 ml de agua destilada. Añadir agitando
constantemente 50 ml de una disolución de ácido clohídrico al 30%. Conservar en sitio oscuro
al abrigo de la luz y evitando la diferencia de la temperatura. No utilizar la disolución pasados
los 6 meses y si hay algún principio de precipitación.
c) Disolución de arsenito sódico (AsO2Na). Preparar esta disolución al 0.5% (5 g/l).
Curva patrón.
A continuación se muestra una curva patrón que relaciona el contenido en cloro residual total
(en mg/l) con la absorbancia de la muestra medida a λ = 440 nm, obtenida con el
espectrofotómetro del laboratorio.

Método operativo.
a) Se dejan las muestras en reposo hasta que el tiempo de reposo pasa de 10 minutos, a no
ser que el agua haya tardado más en llegar desde el punto de aplicación del cloro hasta el
lugar en que se tome la muestra.
b) Se marcan tres vasos con las letras A, B y C.

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c) Se introduce en el vaso C, 1 ml de disolución de ortotolidina; se añaden 20 ml de agua
problema; se mezcla el contenido, y se deja en reposo para medir la intensidad de la cloración
al cabo de 5 minutos.
d) Se vierte en el vaso A 1 ml de ortotolidina; se añaden 20 ml de agua problema; se añade
rápidamente 1 ml de disolución de arsenito sódico, se mezcla el contenido, y se mide la
intensidad de la cloración al cabo de 5 minutos.
e) Se vierte 1 ml de arsenito sódico en el vaso B; se añaden 20 ml de agua problema; se
añade 1 ml de ortotolidina, y se mezcla el contenido, se mide la intensidad de la cloración
después de 5 minutos.
Interpretación y presentación de los resultados
El valor de la concentración de C representa el cloro total residual más los colores
interferentes.
El valor de A corresponde al cloro libre disponible más los colores interferentes.
- Cloro residual total disponible = C – B
- Cloro residual libre disponible = A – B
- Cloro residual combinado disponible = Cloro residual total disponible – Cloro residual libre
disponible = C - A

1.5. DETERMINACION DE LA DEMANDA DE CLORO.


La demanda de cloro de un agua determinada es la cantidad de cloro necesaria para
reaccionar con la materia orgánica y las demás sustancias que contenga el agua y, equivale,
por tanto, a la diferencia entre la cantidad de cloro que se haya añadido y la cantidad de cloro
residual que está presente después de cierto tiempo de contacto (min 10minutos – ensayo
1hs).
Sabemos que la acción bacteriana del cloro depende esencialmente de su dosificación del
tiempo de contacto y de la intimidad de su mezcla con el agua. La cantidad de cloro libre a
utilizar se determina a partir de los métodos. a) Método del “ensayo de cloro”(demanda de
cloro) y b) Método de Break Point. Los procedimientos de desinfección utilizan los resultados
de estos métodos y el método del ensayo de cloro o de la demanda de cloro, está basado en
la observación del siguiente fenómeno.
Ensayo del cloro
El cloro introducido en el agua fija, en parte, las materias orgánicas contaminadas en
suspensión con las cuales forma combinaciones relativamente estables. La cantidad de cloro
que absorben las materias orgánicas constituye su “demanda de cloro”, se la determina
experimentalmente buscando por aproximaciones, la cantidad mínima de cloro que es
necesario introducir en el agua para que queden vestigios de cloro libre después de un
determinado tiempo.
Se utiliza a este efecto una serie de frascos que contienen c/u restos del agua a examinar, se
vierten en estos frascos dosificaciones crecientes de cloro y después de un tiempo prolongado
de contacto (dos horas al principio) a temperatura constante, se introduce en c/frasco unos
cristales de ioduro de K y 2 ml de engrudo de almidón. La cantidad de cloro introducida en el
primer frasco que presenta, bajo el efecto del reactivo, una ligera coloración azul, revelando
así la presencia de vestigios de cloro en estado libre, es igual a su demanda de cloro.
El “ensayo de cloro de una agua (su demanda de cloro) depende exclusivamente de sus
características, es igual a aproximadamente a 0,1 mg de cloro por litro para las aguas limpias;
varía de 0,15 a 0,25 mg por litro para las aguas de río filtradas y puede alcanzar 1 mg y aún
más para las aguas cargadas, tales como las de una crecida. Para el caso de utilizar
clorógenos la intimidad de la mezcla con el agua debe ser lo más perfecta posible y es
conveniente, cuando hay necesidad de impulsar el agua, introducir el clorógeno en la
aspiración de las bombas. Cuando se cumplan estas condiciones, la disposición del cloro se
determina de manera que parezca una ligera cantidad de cloro residual en el origen de la red

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distribuidora. Esta cantidad debe ser pequeña y no debe sobrepasar 0,10 mg por litros, pues
las dosis elevadas de cloro residual dan al agua un gusto característico poco apreciado por
los usuarios consumidores.
Se puede dado el caso, destruir el cloro en exceso reduciendo por consiguiente el gusto
desagradable por distintos procedimientos químicos que utilizan el hiposulfito de sosa, los
sulfitos o el gas sulfuroso. También da buen resultado la filtración sobre carbón activado.
Método del Break Point
El Método del Break Point se basa en la siguiente observación:
Si se vierten en agua, que contiene una pequeña cantidad de amoníaco o de materia orgánica,
dosis crecientes de cloro, el cloro libre residual medido, al cabo de un cierto tiempo (una hora
en principio), después de aumentar linealmente, pasa por un máximo, luego decrece, pasa
por un mínimo y finalmente crece de nuevo linealmente y sin límite.

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El Break Point corresponde al punto mínimo de la curva, allí la cantidad de cloro definida es
tal que todo nuevo agregado de cloro provoca un incremento del cloro residual de igual
magnitud a la dosis agregada.
El B.P. (Break Point) corresponde también a la dosis a partir de la cual los compuestos
formados entre el cloro y las materias orgánicas se destruyen. Como son compuestos que
desprenden malos olores, el B:P: define la dosis de cloro donde el gasto es mínimo y la
decloración más completa. Se determinará por ensayos de laboratorios utilizando ortotoluidina
como reactivo. Su valor puede variar de 1 a 5 mg/lt para las aguas claras sin amoníaco ni
materia orgánica a 6 o 7 mg/lt para las aguas medianamente contaminadas, pudiendo
alcanzar 20 mg/lt y aún más en las aguas muy cargadas. El método del Break Point es
corrientemente utilizado en EEUU de Norteamérica y no se emplea casi en Europa (Sólo la
utilizan los Países Bajos). Conduce efectivamente, a gustos considerables y a la edición
masiva de productos químicos cuya neutralización posterior ocasiona un incremento de los
gastos.

Ensayo de determinación de la demanda al Break Point


Toma de muestras.
Se recogen en un frasco limpio unos 800 ml del agua que va a ser examinada.
Material y reactivos necesarios.
Los descritos para la prueba de la ortotolidina.
Método operativo.
a) Se vierten 6 porciones de 100 ml de la muestra en otros tantos frascos.
b) Se añaden volúmenes variables de disolución normalizada de cloro de 100 ppm a cada uno
de los frascos, y se mezclan en cada uno el contenido para obtener así dosis determinadas

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de cloro. Las concentraciones reales obtenidas han de calcularse teniendo en cuenta el
volumen total de cada muestra.
c) Se dejan los frascos, herméticamente cerrados, en reposo durante 10 minutos o durante
un tiempo igual al de contacto en el tiempo en el que se haga la comprobación.
d) Se determina luego, en cada porción la cantidad y naturaleza del cloro residual mediante
la prueba de la ortotolidina en presencia de arsenito. Con la dosis menor no deberá quedar
cloro residual y la dosis mayor deberá ser muy superior a la aplicada en la instalación.
e) Si las cantidades de la disolución de cloro, que se han añadido, no dan ese resultado, se
escogerá otra u otras progresiones ascendentes de la dosis, que se añadirán a porciones
nuevas de la muestra hasta obtenerlo.
Interpretación y presentación de los resultados.
Representar gráficamente los valores del cloro residual frente a las concentraciones de cloro
añadidas calculadas teniendo en cuenta el volumen total de cada muestra. Comprobar que el
cloro residual, en lugar de aumentar de forma regular con la dosis introducida, pasa por una
máximo, después decrece, pasa por un mínimo (break point), y crece a continuación
linealmente (cloro residual igual a la cantidad de cloro agregado en cada punto).

2. OTROS DESINFECTANTES QUÍMICOS

2.1. DESINFECCIÓN CON OZONO


El ozono es un gas de color azulado, relativamente inestable a la temperatura normal, ya que
la molécula O3 se obtiene industrialmente por síntesis, sometiendo al oxigeno del aire a
descargas eléctricas.
El oxígeno así conseguido es un poderoso oxidante que permite obtener una rápida y
completa de las aguas sometidas a su acción: a) las bacterias y los gérmenes patógenos
contenidos en el agua son destruidos perfecta y definitivamente, b) la duración del contacto
del ozono necesario para obtener un resultado completo, es siempre muy limitado, del orden
de 5 a 10 minutos en la mayoría de los casos; c)la cantidad de ozono que se ha de utilizar
debe determinarse de modo que siempre exista un ligero exceso en el agua después del
tratamiento. Esta cantidad referida al metro cúbico de agua (que se llama “demanda de
ozono”) es relativamente pequeña. Varía generalmente entre 1,53 gr/m3 y 2 gr/m3; depende
de las características del agua, principalmente de la temperatura, del pH y del contenido de
materia orgánica.
La ozonización produce ciertas acciones complementarias que actúan ventajosamente, así
por ejemplo, asegura, principalmente una aireación intensiva que vuelve al agua ligera y
digerible, y además elimina los olores y gustos desagradables. El control de la desinfección
se puede ejecutar agregando a una muestra de agua extraída a la salida del aparato de
desinfección, algunos cm3·de una solución de ioduro de K y de almidón. La demanda de ozono
suele satisfacer, generalmente en 30 segundos o menos.
Así mismo en oposición al cloro y otros halógenos no es especialmente sensible al pH dentro
del rango de 5 a 8, pero sí lo es en gran medida a la temperatura. Las desventajas de
desinfección con ozono las cuales han tenido el efecto de restringir su uso, son su costo
respecto al cloro, la necesidad de generarlo en su punto de utilización y su desaparición
espontánea la cual hace imposible el mantenimiento de un residual en la red de distribución.
La comprobación de la formación de hidrocarburos halogenado al clorar el agua es una razón
que puede contribuir a disminuir la importancia de las desventajas citadas. El grado real de
oxidación de la materia orgánica por el ozono es pequeño; el mecanismo más importante
parece ser un cambio en la estructura química que hace que la materia orgánica no se
combine para formar compuestos halogenados (trihalometanos).

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2.2. DESINFECCIÓN CON IODO Y BROMO
Los otros halógenos, bromo y yodo, también son agentes germicidas efectivos. La química de
estos compuestos es similar a la del cloro, aunque las constantes de ionización y, por tanto el
pH óptimo son diferentes. El ácido hipocloroso predomina a pH =7,4 o inferior, el hipobromoso
a pH = 8 7 o inferior, mientras que hipoyodito se encuentra solamente a pH muy altos. El yodo
al contrario que el bromo y el cloro, no reacciona con el amoníaco o con compuestos orgánicos
nitrogenados, para formar aminas, por lo que persiste como ácido hipoyodoso y yodo
molecular. Es un desinfectante efectivo que se ha utilizado en piscinas, pero no es posible
que se use en el tratamiento del agua debido a los posibles efectos fisiológicos que pueda
tener sobre la actividad de la tiroides y a su costo relativamente elevado. El bromo aunque
desinfectante efectivo, es más caro que el cloro y tiene alguna relación con la formación de
hidrocarburos halogenados. Por estas razones y por falta de experiencia en su uso, no se
espera que el bromo sea normalmente utilizado como desinfectante. El dióxido de cloro y el
cloruro de bromo son compuestos halogenados que se han utilizado para la desinfección del
agua y aguas residuales.

3. OTRAS TECNICAS DE DESINFECCIÓN

3.1. LOS RAYOS ULTRAVIOLETA


Son efectivos en la destrucción de todos los tipos de bacterias y virus. Parece ser que el
mecanismo que tiene lugar es la destrucción de los ácidos nucleicos, por medio de los rayos
generados en lámparas de vapor de mercurio-cuarzo.
La longitud de onda debe ser de 253,7 mm y la intensidad 50 uv/m2 a una distancia de 50
mm. Los tiempos de retención mínimos son del orden de 15 segundos para espesores de
agua inferiores de 120 mm.
Las ventajas de desinfección con rayos ultravioletas incluyen la automatización del proceso,
no tiene que manejar producto químico alguno, corto tiempo de contacto, ausencia de efectos
sobre las características químicas y sabor del agua bajo rendimiento y ausencia de efectos
perjudiciales en casos de dosis excesivas.
Las desventajas estriban fundamentalmente en la falta de protección residual, costo
relativamente alto y la necesidad de que el agua tenga una turbiedad baja para asegurar la
penetración de los rayos. Este proceso se usa, principalmente en aplicaciones industriales y
en pequeños abastecimientos privados. La eficacia de producción de rayos ultra violeta con
lámparas modernas, es del orden del 30 %.

3.2. EL CALOR
Puede utilizarse como desinfectante pero el método no es practicado en gran escala. La
pasteurización a caudal continuo ha sido empleada con éxito en algunos sistemas de
pequeños tamaños pero su costo es muy elevado y no proporciona protección residual.

3.3. LOS ULTRASONIDOS


A frecuencia de 20 a 4000 khz son capaces de esterilizar completamente el agua con períodos
de retención de 60 minutos y conseguir porcentajes elevados de reducción para periodos tan
cortos como 2 minutos. Los costos han resultado excesivos aunque la combinación de la
aplicación de ultrasonido de corta duración y rayos ultravioleta puede ser atractiva desde el
punto de vista económico.

3.4. OLIGODINAMIA
La desinfección con iones metálicos como la plata, cobre, mercurio que tienen poder
desinfectante (el caso de la plata, es efectiva a concentraciones inferiores que son
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perjudiciales para la salud humana, 0,05 mg/lt, las ventajas de su empleo incluye la baja dosis
necesaria, su facilidad de aplicación y la protección residual, y como desventaja: su costo
elevado, reducción de su eficiencia con la temperatura, etc.).
Se puede desinfectar de 6 a 12 horas una pequeña cantidad de agua introducida en ésta, un
electrodo de plata. En el proceso industrial se acelera la producción de los iones metálicos
con la ayuda de una corriente eléctrica. Este procedimiento permite cargar el agua de iones
de plata y conservar muy largo tiempo su poder bactericida.

3.5. DESINFECCIÓN ELÉCTRICA


En este proceso se utiliza en el agua en la que previamente se ha agregado una cantidad
suficiente de cloruro de sodio (sal gruesa) por medio de electrodos de carbón se provoca una
electrólisis de esta sal, produciendo cloro libre o hipoclorito de sosa de un fuerte poder
bactericida. Se trabaja con una corriente continua de muy baja tensión (del oren de 1,6 voltios).
El consumo de energía eléctrica depende de la contaminación del agua, de su salinidad y de
la superficie de los electrodos.
Se aplica en pequeños sistemas rurales, en establecimientos escolares del campo y se han
difundido estas “cubas electrolícas” del tamaño de una batería de automóvil a través del apoyo
que tuvo el proceso por parte de la Oficina Panamericana de la Salud, y se fabrican en el país.

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