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Tema 1. Conceptos de Persecución Estatal y Política Criminal
Tema 1. Conceptos de Persecución Estatal y Política Criminal
Persecución Estatal:
La persecución Estatal está delegada por parte del estado en el Ministerio Público, a
quien le es conferida la obligación de perseguir los delitos penales cometidos por las
personas y la función de la dirección funcional de las investigaciones de la comisión de
estos delitos.
Política Criminal:
Política criminal, que es “el conjunto de decisiones relativas a los instrumentos, reglas,
estrategias y objetivos que regulan la coerción penal y forma parte del conjunto de la
actividad política de una sociedad”.
Los principios limitadores del Derecho penal son aquellas directrices de la doctrina
que le han impuesto barreras a la construcción del Derecho penal, de tal forma que éste
no se extralimite y afecte el Estado de Derecho.
Los límites del derecho penal se ven encaminados a evitar el uso excesivo por parte del
Estado de la persecución penal, y más bien, exclusivo a aquellos casos que trasciendan
el orden público. En vista de eso es que han creado varios principios a tales fines, como
lo son: el principio de legalidad, lesividad, no retroactividad, entre otros.
Sujetos responsables
El texto constitucional del 2010 ha venido pues a darle cobertura constitucional a esta
función que, por no tratarse solo de la política de persecución penal, que entra dentro
del ámbito propio del Ministerio Público como acto del proceso penal, sino del ámbito
más amplio de la política criminal, se trata junto a la Dirección del Sistema
penitenciario y a la inclusión del Procurador General de la Republica en el Consejo
Nacional de la Magistratura, de una de las misiones asignadas al Ministerio Público que
lo acercan más a la esfera del ejecutivo y en ese sentido es entendible que el
constituyente haya reservado al Presidente de la Republica la Designación del
procurador General de la República y de la mitad de sus adjuntos.
Formal.‐ Productor de la norma –órgano competente‐ (ejs. la Ley emana de las Cortes
Generales o de las Asambleas o Parlamentos Autonómicos; el Reglamento de los
Gobiernos y de las Administraciones; la costumbre procede de la sociedad; etc.) y
procedimiento establecido (ejs. la Ley a través del correspondiente procedimiento
legislativo; el Reglamento a través de un procedimiento administrativo; la costumbre
siguiéndose unos usos sociales; etc.).
Material.‐ Ámbito regulado a través de la categoría normativa (ej. L.O., sólo puede
regular las materias prevenidas en el art. 81 C.E; o R.D.‐ Legislativo, límites –no
regular materias propias de L.O., art. 82.1 C.E.; o el R.D. – Ley, límites dispuestos en el
art. 86.1 C.E.).
Sistema Mixto:
La separación de la función de investigación y acusación y la función de juzgar.
Para que haya juicio es preciso que exista acusación y la función de acusar
corresponde, no siempre en exclusiva, a órganos públicos especiales.
Del resultado de la instrucción depende que haya acusación y juicio, pero el
juzgador ha de basarse en las pruebas del juicio oral.
El acto del juicio es oral, público y confrontativo, y se rige por el principio de
inmediación, dependiendo la sentencia de la apreciación por el Juez, no
sometida a regla alguna.
Según el modelo francés, la sentencia se da mediante una cooperación de
Magistrados y Jurados. La combinación de ambos elementos en la
Administración de Justicia varía según los distintos países. Puede excluirse la
participación del jurado y conservarse todas las demás notas esenciales.
Sistema Inquisitorio:
El juez (el inquisidor) dirigía el proceso de principio a fin, con iniciativa propia y
poderes muy amplios y discrecionales para investigar. La prueba, en cuanto a su
ubicación, recepción y valoración, era facultad exclusiva del juez (el Inquisidor).
El juez (el inquisidor) no solo juzgaba, sino que, antes de juzgar, investigaba los hechos,
dirigía la indagación (lo que ahora llamaríamos la investigación policial), era inspector
policial, buscaba culpables, acumulaba pruebas contra ellos.
El Proceso Inquisitorial era un proceso bipartito. Constaba de dos fases: una fase
sumaria o inquisitiva (de investigación) y una posterior fase judicial en sentido estricto.
En esta segunda fase o juicio, el «inquisidor» se convertía en «juez» entre dos partes: el
Promotor Fiscal que acusaba a los reos, y éstos, asistidos entonces por sus abogados. El
Fiscal esgrimía ante el juez las pruebas por éste recogidas en la fase sumaria, contra las
cuales tenía que defenderse en esta segunda fase el reo.
El modelo adversativo:
Fortalecer el juicio oral público y contradictorio como etapa central del proceso
penal;
Imponer la separación definitiva entre la actividad de la investigación y la
jurisdiccional;
Dotar al ministerio público de los medios de investigación apropiados para que
la persecución criminal sea eficiente;
Garantizar la defensa técnica, pública y particular a todo sospechoso desde la
primera información que indique que una persona está bajo investigación;
Introducir medios alternativos en la solución de conflictos penales;
Crear un servicio públicos de defensa;
Controlar la duración del proceso.