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1.

La pleura es una membrana delgada que recubre el exterior de los pulmones y reviste el interior
de la cavidad torácica. Entre las membranas de la pleura existe un pequeño espacio que,
normalmente, está lleno de una pequeña cantidad de líquido. Éste líquido ayuda a las dos
membranas de la pleura a deslizarse suavemente una contra otra cuando los pulmones inhalan y
exhalan.

La pleura es una membrana delgada que recubre el exterior de los pulmones y reviste el interior
de la cavidad torácica. Entre las membranas de la pleura existe un pequeño espacio que,
normalmente, está lleno de una pequeña cantidad de líquido. Éste líquido ayuda a las dos
membranas de la pleura a deslizarse suavemente una contra otra cuando los pulmones inhalan y
exhalan.
Liquido pleural.

El líquido pleural (LP) es un ultrafiltrado del plasma y su cuantía se estima en 0,15ml/kg de peso
para cada hemitórax1. Mediante ecografía se puede ver una mínima película de LP, de alrededor
de 3mm, en el 30% de los individuos sanos2. Todo acumulo de cantidades clínicamente
detectables se considera anormal. El derrame pleural (DP) puede indicar la presencia de una
enfermedad pleural, pulmonar o extrapulmonar. En algunos casos la etiología del DP es evidente
desde el punto de vista clínico, pero en otros es incierta. Por ejemplo, un DP bilateral en el
contexto clínico de una insuficiencia cardiaca es generalmente secundario a dicha patología,
mientras que un DP unilateral masivo en una mujer con antecedentes de cáncer de mama es
metastático mientras no se demuestre lo contrario. Sin embargo, en un paciente con artritis
reumatoide la causa potencial de un DP no se circunscribe a la enfermedad de base (derrame
reumatoide), sino que éste puede deberse a una infección (bacteriana o micobacteriana), una
pleuritis inducida por fármacos (metotrexato, etanercept, infliximab) o un seudoquilotórax, entre
otras causas.

El análisis del LP obtenido mediante toracocentesis permite establecer una causa definitiva o
presuntiva del DP en el 70–80% de los casos y, cuando menos, sirve para descartar
fehacientemente algunas etiologías.

Las características organolépticas del LP pueden proporcionar una información diagnóstica útil.
Según su color, podemos clasificar a la mayoría de los LP en alguna de las siguientes categorías:
acuosos (amarillo claro), serosos (amarillento), serohemáticos (rojizo), francamente hemáticos
(rojo oscuro, similar a la sangre), purulentos (pus), turbios (amarillento, pero viscoso u
opalescente) y lechosos (blanquecino y menos espeso que el pus). Aproximadamente la mitad de
los LP francamente hemáticos se deben a neoplasias. Sin embargo, el DP maligno es de aspecto
seroso en el 50%, serohemático en una tercera parte y francamente hemático en sólo un 10% de
los casos4. Una apariencia acuosa del LP es muy indicativa de trasudado (ver definición más
abajo), si bien la mayor parte de los trasudados son serosos e incluso pueden tener aspecto
serohemático o turbio4.

Un LP de aspecto lechoso es característico del quilotórax (aunque la mitad de ellos no ofrecen


esta apariencia) y del seudoquilotórax. Las causas más frecuentes de quilotórax son la cirugía,
los traumatismos y el linfoma, mientras que los seudoquilotórax suelen ser secundarios a
tuberculosis y, en menos ocasiones, a artritis reumatoide. La obtención de un LP purulento es
diagnóstico de empiema. En ocasiones, el aspecto blanquecino de los DP quilosos o quiliformes
puede ser difícil de distinguir de la turbidez propia del empiema. Sin embargo, después de la
centrifugación del LP, el sobrenadante es claro en el empiema (células y detritos producen la
turbidez) pero persiste turbio en los DP quilosos debido al alto contenido lipídico. Además, el
quilo es inodoro, mientras que los empiemas anaerobios son fétidos. Rara vez, el aspecto
blanquecino del LP se debe a la fuga de un preparado de alimentación enteral desde un catéter
central hacia el espacio pleural.
2.

Un derrame pleural es una acumulació n de líquido adicional en el espacio entre los


pulmones y la pared torá cica. Esta á rea se denomina espacio pleural. Aproximadamente la
mitad de las personas con cá ncer desarrolla derrame pleural.

Cuando el cá ncer crece en el espacio pleural causa un derrame pleural maligno. Esta
afecció n es un signo de cá ncer metastá sico, o cá ncer que se ha extendido a otras á reas del
cuerpo. Las causas frecuentes del derrame pleural maligno son el linfoma y el cá ncer de
mama, de pulmó n y de ovario. Aunque puede tratarse, el derrame pleural maligno es una
afecció n grave, potencialmente mortal.

Síntomas de derrame pleural

El alivio de los efectos secundarios es un aspecto importante de la atenció n y del


tratamiento para el cá ncer. Esto se denomina manejo de los síntomas o cuidados paliativos.
Hable con su equipo de atenció n médica sobre cualquier síntoma que experimente y
cualquier cambio en los síntomas.
Las personas con derrame pleural pueden tener los siguientes síntomas:

 Dificultad para respirar


 Tos seca

 Dolor
 Sensació n de opresió n o peso en el pecho

 Incapacidad para permanecer acostado

 Incapacidad de hacer ejercicio

 Sensació n general de malestar

Diagnó stico del derrame pleural

Las pruebas a continuació n pueden ayudar ubicar, diagnosticar o planificar el tratamiento


del derrame pleural maligno:

 Examen físico

 Radiografía de tó rax, que consiste en una imagen del interior del cuerpo, que
muestra la acumulació n de líquido

 Exploració n por tomografía computarizada (computed tomography, CT o


computer-assited tomography, CAT; en inglés), que crea una imagen tridimensional
del interior del cuerpo con un equipo de rayos X
 Ecografía, que utiliza ondas sonoras para crear una imagen del interior del
cuerpo
 Toracentesis, que usa una aguja para extraer líquido del espacio pleural para
aná lisis

3.

Las principales causas de DP en los 3.077 pacientes estudiados fueron: cá ncer (27%),
insuficiencia cardiaca (21%), neumonía (19%), tuberculosis (9%), cirugía abdominal (4%),
enfermedades del pericardio (4%) y cirrosis (3%). La tuberculosis fue la etiología má s
comú n en pacientes<34 añ os (52%), mientras que la insuficiencia cardiaca lo fue en
octogenarios (45%). Entre los DP malignos, los tumores primarios má s comunes fueron el
de pulmó n (37%) y el de mama (16%). La citología del LP tuvo una rentabilidad global del
59%, pero fue significativamente inferior en mesoteliomas (27%) y carcinomas escamosos
de pulmó n (25%). En pacientes con DP infecciosos, solo el 30% de los cultivos del LP
resultaron positivos, un porcentaje que se duplicó (66%) cuando el líquido era purulento
(empiemas). Los estreptococos del grupo viridans representaron el 25,5% del total de
aislamientos. El cultivo del LP en medio só lido para Mycobacterium tuberculosis tuvo
escasa sensibilidad (18,5%).

Hay dos tipos de derrame:

El derrame pleural transudativo es causado por líquido que se filtra hacia el espacio
pleural. Esto se debe a una presió n elevada en los vasos sanguíneos o a un contenido bajo
de proteínas en la sangre. La causa má s comú n es la insuficiencia cardíaca.

El derrame exudativo es causado por vasos sanguíneos o vasos linfá ticos bloqueados,
inflamació n, infecció n, lesió n al pulmó n y tumores.

Los factores de riesgo de un derrame pleural pueden incluir:

Fumar y beber licor

Tener indicios previos de presió n arterial alta

Historial de contacto con asbesto

4.

Clasificación de los derrames de los líquidos pleurales según los criterios de Light

Desde el añ o 1972 se conoce con má s exactitud si un derrame es trasudado o exudado


gracias a las investigaciones bioquímicas de los líquidos pleurales basadas en los criterios
de Light. Estas investigaciones incluyeron a 150 pacientes y los criterios han sido
evaluados por diferentes autores. Estos criterios demuestran una sensibilidad de 98 % y
una especificidad de 80 % para los exudados. Otra evaluació n indica que la especificidad de
estos criterios para los trasudados se aproxima a la unidad, mientras que para los exudados
se acerca a 80 %.

En los ú ltimos añ os se han buscado otros pará metros que, en solitario o utilizando el
cociente liquido/suero o la diferencia de la concentració n suero/liquido, puedan mejorar la
exactitud o la especificidad para clasificar un exudado.7-9

Clasificación en trasudado y exudado

La clasificació n de los derrames en trasudado y exudado tiene primordial importancia en la


prá ctica médica para detectar y conocer la evolució n de las causas principales o
secundarias de la enfermedad y sus mecanismos.

Los trasudados se caracterizan por ser bilaterales como consecuencia del desequilibrio de
la presió n hidrostá tica capilar o de la disminució n de la presió n oncó tica del plasma,
cuando la permeabilidad de los capilares queda intacta con bajas concentraciones de
proteínas. Con la administració n de diuréticos y la posterior evacuació n del derrame casi
siempre se resuelve la complicació n, porque el desequilibrio fisioló gico es sistémico y no
afecta a la pleura. En este caso se produce la salida de líquido desde el pulmó n hacia la
cavidad pleural.

Las causas má s frecuentes de trasudado son:

Insuficiencia cardiaca má s de 75 %.

Cirrosis hepá tica 15 %.

Aumento de la presió n venosa pulmonar.

Hipoproteinemia como síndrome nefró tico.

Otras menos comunes: atelectasia, diá lisis peritoneal, entre otras.

Los exudados se localizan má s de un solo lado y se observa incremento de la permeabilidad


vascular y mesotelial causado por procesos inflamatorios o neoplá sicos o por desó rdenes
obstructivos de los fluidos linfá ticos que favorecen la acumulació n de proteínas.

A diferencia de los trasudados, en los exudados es necesario ensayar procedimientos


secundarios a causa de los dañ os de la pleura producidos por desequilibrios fisioló gicos
má s profundos del metabolismo como ocurre con el aumento de la actividad procoagulante
y la formació n de fibrina. Las causas má s frecuentes de exudado son:

Neoplasias (cá ncer 40 %, linfomas, mesoteliomas).


Procesos paraneumó nicos (neumonía 25 %).

Infecciones varias: (tuberculosis pulmonar 13 %, infecciones por pará sitos, hongos y virus).

Embolismo pulmonar.

Enfermedades inflamatorias autoinmunes: artritis reumatoides (AR), lupus eritematoso


sistémico (LES), polimiositis, esclerodermia y vasculitis.

Padecimientos digestivos: pancreatitis aguda y pseudoquistes pancreá ticos, perforaciones,


esofá gicas, del tubo digestivo o del estó mago, peritonitis, manipulaciones quirú rgicas,
esclerosis de vá rices, absceso hepá tico y esplénico.

Derrame pleural postquirú rgico: absceso subfrénico, cirugía abdominal, síndrome de dañ o
postcardiaco, trasplante hepá tico, trasplante pulmonar.

Iatrogenia, enfermedad pericá rdica, uremia, exposició n a asbestos, sarcoidiosis,


amiloidosis, síndrome de Meigs, radioterapia.10-13

Medicamentos: Nitrofurantoina, Metrotexate, Ciclofosfamida y Bromocriptina.

Aspecto macroscó pico

Al examen visual el líquido pleural es ambarino claro o un poco turbio debido al contenido
de células o de triglicéridos, pero este examen no es un método diagnó stico confiable. A
continuació n, se mencionan algunas características para reconocerlos, ya que diversas
causas pueden modificar el aspecto del líquido pleural.

Los trasudados son claros, de color ligeramente amarillo y no presentan coá gulos. Los
exudados presentan diferentes tonos de color, con opacidad y aspecto turbio variable; y
generalmente forman coá gulos.

Turbidez

La turbidez es frecuente en el líquido pleural exudativo y puede deberse a la presencia de


diferentes células, triglicéridos, debridaciones y a otras causas. Ante esta situació n, debe
valorarse el aspecto del líquido antes y después de centrifugado, ya que puede verse turbio
solo si hay lípidos suspendidos en el sobrenadante.4,15

Segú n su color y características organolépticas, el líquido pleural puede clasificarse en


varios tipos y contribuir a los diagnó sticos segú n las peculiaridades que se relacionan a
continuació n:
Acuoso: amarillo claro (probable trasudado).

Seroso: amarillento (maligno 50 %, o trasudado).

Serohemá tico: rojizo (maligno, o trasudado).

Francamente hemá tico: como la sangre (neoplasias 10 %).

Purulento: con pus, diagnó stico de empiema (después de la centrifugació n el líquido se


aclara).

Turbio: amarillento, viscoso u opaco. Predominio de trasudado.

Lechoso: como suero lipémico, pero menos espeso que el pus.

Cuando el DP es claramente purulento no es necesario que se realicen los marcadores


bioquímicos ni citoló gicos, solo el estudio microbioló gico, porque se trata de un empiema.

5.

El quilotórax (QTx) es una patología infrecuente producida por la extravasació n del


líquido linfá tico hacia la cavidad pleural. El diagnó stico se fundamenta en la detecció n de
triglicéridos o quilomicrones en líquido pleural. Concentraciones superiores a 110mg/dl o
la detecció n de quilomicrones son diagnó sticas de QTx1. La etiología se divide en
traumá tica y no traumá tica siendo la iatrogenia y patología neoplá sica las má s frecuentes.
El tratamiento puede ser conservador en QTx con bajo débito o quirú rgico en los de alto
débito o refractarios3. El pronó stico depende de la causa subyacente. El QTx es una entidad
rara, que se produce fundamentalmente por la rotura del conducto torá cico y acumulació n
del quilo en la cavidad pleural, o por el traspaso desde el peritoneo. La etiología del QTx se
puede dividir en traumá tica y no traumá tica, siendo la primera la má s frecuente,
alcanzando incluso el 50% de los casos. En nuestro estudio existe un predominio de
etiología no traumá tica. La etiología traumá tica se puede subdividir en iatrogénicas (actos
quirú rgicos como esofaguectomía) y no iatrogénicas (traumatismos, posparto, etc.).
Los procesos neoplá sicos son la causa má s frecuente en los no traumá ticos, predominando
los linfomas. Los síntomas má s frecuentes son tos, disnea y dolor torá cico. Menos habitual
es la fiebre ya que el quilo es un líquido no inflamatorio. En nuestra serie destaca la
presencia de 4 síndromes constitucionales probablemente debido a la alta incidencia de
neoplasias. El diagnó stico se fundamenta en el aná lisis del líquido pleural. Se ha definido
como un líquido lechoso y opalescente pero se han descrito casos de apariencia serosa o
serosanguinolenta, predominando incluso en algunas series1. Bioquímicamente se trata de
un exudado linfocítico con bajos niveles de LDH aunque estudios previos han descrito la
presencia de un 32% de trasudados. La mayoría secundarios a cirrosis hepá tica, síndrome
nefró tico o insuficiencia cardiaca, entre otros. En nuestra serie 4 fueron trasudados
debidos a neoplasias. La mayoría de QTx son unilaterales4. En nuestra serie, 7 fueron
bilaterales, 10 unilaterales. La TC deberá realizarse siempre que la causa se desconozca.
Otras técnicas para la localizació n de la lesió n son la linfografía y la linfoescintigrafía, pero
pueden producir efectos adversos, siendo de mayor utilidad en los que se prevé una
reparació n quirú rgica. El tratamiento del QTx variará segú n la severidad y refractariedad.
En derrames de bajo volumen se sustenta en una dieta sin lípidos, con á cidos grasos de
cadena media. En casos má s severos se recomienda dieta absoluta, nutrició n total
parenteral y drenaje pleural. Dentro del tratamiento médico conservador, desde 1990 se
asocian a estas medidas el uso de somatostatina o su aná logo sintético, el octreó tido que
han demostrado eficacia con una tasa de respuesta de hasta el 80%, fundamentalmente en
los QTx posquirú rgicos6–8. Se cree que actú an reduciendo el flujo sanguíneo
gastrointestinal, inhibiendo la motilidad intestinal y reduciendo el flujo linfá tico, lo que se
traduce en una reducció n en la producció n intestinal de quilo2. En nuestra serie sin
embargo, en los tres pacientes en los que se administró fue ineficaz o tuvo que retirarse por
efectos adversos, aunque cabe destacar que ninguno de ellos fue posquirú rgico. En casos
persistentes la pleurodesis es una buena opció n2. En QTx refractarios o de gran volumen es
necesario realizar técnicas quirú rgicas. La ligadura del conducto torá cico ha demostrado
ser eficaz en un 67-100%3, pero en pacientes no tributarios se puede realizar un shunt
pleuro-peritoneal o pleurovenoso2,3 o la embolizació n del conducto torá cico con
resultados variables2. En nuestra serie 15 pacientes recibieron medidas higiénico-
dietéticas, requiriendo colocació n de tubo endotorá cico 12. Se realizaron 3 ligaduras del
conducto torá cico y 2 linfografías, todos ellos con resolució n del QTx.

En conclusió n, el QTx es una entidad rara, diagnosticada mediante la detecció n de


quilomicrones o triglicéridos>110mg/dl en líquido pleural. Las intervenciones quirú rgicas
y los procesos linfoproliferativos son las causas predominantes. En los QTx de bajo débito
las medidas higiénico dietéticas y toracocentesis de repetició n pueden ser efectivas pero
ante un derrame persistente o de gran cantidad pueden ser necesarias técnicas invasivas.

El pseudoquilotórax o derrame pleural quiliforme se define como un derrame pleural de


aspecto turbio o lechoso debido a un alto contenido en lípidos y que no está producido por
lesió n del conducto torá cico. Su incidencia es mucho menor que la del quilotó rax( 4 ). Es
importante diferenciar estas dos entidades ya que el pronó stico y el tratamiento son
completamente diferentes.

Etiología. Las dos causas má s frecuentes de pseudoquilotó rax son la artritis reumatoide y
la Tuberculosis. Su aparició n está especialmente aumentada en pacientes sometidos a
neumotó rax terapéutico por tuberculosis. Otras etiologías recogidas en la literatura
incluyen 5 casos de paragonimiasis, 2 secundarios a cá ncer de pulmó n, un caso de
equinococosis pleuropulmonar y un caso de pleuritis hemorrá gica. También se ha descrito
asociado a sífilis, alcoholismo, diabetes mellitus, enfermedad de Hodgkin, insuficiencia
cardiaca y síndrome nefró tico. En muchos casos no se conoce la etiología del derrame
pleural

Fisiopatología

La fisiopatología no se conoce con exactitud(37). La mayoría de los pacientes padecen


derrames pleurales de larga evolució n, existiendo en algunos casos engrosamiento o
calcificació n pleural. El colesterol presente en el espacio pleural está asociado a
lipoproteínas de alta densidad (HDL), a diferencia de los exudados pleurales agudos donde
las lipoproteínas de baja densidad (LDL) son las predomin a n t e s( 3 7 ). En estos
derrames el colesterol proviene de la degradació n de las células sanguíneas de las series
blanca y roja dentro del espacio pleural( 6 1 ); el paso de colesterol a la sangre estaría
enlentecido y resultaría finalmente en su acumulació n en el espacio pleural. Aunque los
niveles de colesterol en el líquido pleural son muy elevados, en sangre se encuentran
dentro de la normalidad y su metabolismo está conservado. En algunos pseudoquilotó rax
pueden observarse cristales de colesterol

Manifestaciones clínicas. La sintomatología es la misma que la de cualquier derrame


pleural. La pleura suele estar engrosada y el paciente puede tener disnea con el ejercicio.
Dado que generalmente son derrames pleurales de muy larga evolució n algunos pacientes
está n asintomá ticos.

Diagnóstico. Cuando el aspecto del líquido pleural esturbio o lechoso caben tres
diagnó sticos posibles: empiema, quilotó rax y pseudoquilotó rax. Habitualmente la
diferenciació n de estas tres patologías no suele presentar dificultad. Cuando la causa del
derrame pleural es un empiema, al someter el líquido pleural a centrifugació n el
sobrenadante se aclarará , a diferencia de las otras dos patologías

Para la diferenciació n de quilotó rax y pseudoquilotó rax son ú tiles los datos clínicos del
paciente y los datos bioquímicos son diagnó sticos. Los pacientes con quilotó rax presentan
un derrame pleural agudo mientras que los pacientes con pseudoquilotó rax sufren un
derrame pleural de larga evolució n y ademá s suele haber engrosamiento o calcificació n
pleural. La presencia de niveles de colesterol en el líquido pleural por encima de 200 mg/dl
es muy sugestiva de pseudoquilotó rax( 3 7 ). Los triglicéridos pueden alcanzar cifras tan
elevadas como en el quilotó rax por lo que este pará metro no es diagnó stico de quilotó rax.
Siempre que persistan dudas acerca del diagnó stico debe realizarse estudio de
lipoproteínas ya que la presencia de quilomicrones es diagnó stica de quilotó rax(61). La
presencia de cristales de colesterol en el líquido pleural es diagnó stica de pseudoquilotó rax

Hemotórax
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sangre en el espacio existente entre la pared torá cica y el pulmó n (la cavidad pleural).

Causas. La causa má s comú n del hemotó rax es un traumatismo en el pecho. El hemotó rax
también se puede presentar en personas que tengan:

Un defecto en la coagulació n de la sangre Cirugía en el pecho (torá cica) o del corazó n

Muerte del tejido pulmonar (infarto pulmonar)

Cá ncer pulmonar o pleural -- ya sea primario o secundario (metastá tico o de otro lugar)

Ruptura en un vaso sanguíneo al colocar un catéter venoso central, o cuando se asocia con
presió n arterial alta grave

Tuberculosis

El empiema. es una colecció n de pus dentro de una cavidad anató mica natural
previamente existente, como por ejemplo el ú tero. Se debe diferenciar de un absceso, que
es una colecció n de pus en una cavidad recién formada de forma patoló gica.

El empiema pleural (EP), definido como la presencia de infecció n bacteriana en el espacio


pleural, fue descrito por Hipó crates hace má s de 2.400 añ os, quien ya en esa época
practicaba el drenaje del espacio pleural mediante una incisió n intercostal1-3. A pesar de
los importantes avances en el campo de los antibió ticos y las nuevas técnicas quirú rgicas,
actualmente esta patología aú n se asocia a una importante morbimortalidad4-6.

Se han planteado mú ltiples alternativas terapéuticas para el manejo de los EP; todas
coinciden en el uso de antibió ticos empíricos con cobertura de amplio espectro, agregando
alguna técnica que logre el drenaje de la cavidad. Las distintas opciones incluyen la
toracocentesis (ú nica o mú ltiples), instalació n de un tubo pleural (pleurostomía
percutá nea), la instilació n de fibrinolíticos intrapleurales, y el drenaje a través de
toracotomía abierta o toracoscopia vídeo asistida. No existe consenso respecto de cuá l es la
mejor alternativa para realizar el drenaje, ni el momento má s propicio, pero sí se ha
establecido que de un tratamiento rá pido y eficiente depende el éxito de la evolució n de
esta patología6-8. Estudios recientes sitú an a la TVA como una técnica mínimamente
invasiva, con excelentes resultados en EP ya establecidos, en especial en aquellos
refractarios a otras técnicas de drenaje. Dentro de sus ventajas destacan menor tasa de
complicaciones, menor dolor post operatorio, rehabilitació n má s rá pida y menor tiempo de
hospitalizació n1,4.

En el presente trabajo se exponen 13 añ os de experiencia (1994-2007) en el manejo de


pacientes con EP en Hospital Clínico de la Universidad de Chile, con especial énfasis en los
resultados obtenidos a través de las distintas estrategias terapéuticas utilizadas.
El neumotórax espontáneo primario (NEP) a un neumotó rax, o pulmó n colapsado, sin
una enfermedad pulmonar conocida. Un neumotórax es un colapso de uno o ambos pulmones,
causado por la entrada de aire en la cavidad pleural. La cavidad pleural es el espacio entre la
pleura y las dos capas de tejido que cubren y rodean los pulmones.

‘Primario’ hace referencia al hecho de que no hay una enfermedad subyacente conocida, y
‘espontáneo’ significa que no existe una razón conocida. El neumotórax espontáneo primario
(NEP), por lo tanto, hace referencia a un

neumotórax, o pulmón colapsado, en una persona sin una enfermedad pulmonar conocida. Las
personas jóvenes (entre 15 y 34 años de edad) tienen más probabilidades de padecer un NEP.

Los estudios también han demostrado que las personas delgadas tienen más probabilidades de
sufrir un NEP.

El consumo de tabaco y/o marihuana aumenta significativamente el riesgo de padecer un NEP,


así como las probabilidades de que se vuelva a colapsar el pulmón. Existe también una forma de
NEP denominada neumotórax catamenial, que puede aparecer en mujeres en edad fértil. Los
síntomas son similares al NEP regular, pero tienden a mostrar un patrón cíclico asociado con los
periodos menstruales. Se cree que está relacionado con pequeñas cantidades de tejido que reviste
el útero que migran y se implantan en la pleura.

El neumotórax espontáneo secundario. 0curre como una complicación de una patología


pulmonar preexistente. En años recientes se ha observado un notable incremento de casos de
neumotórax de causa infecciosa, relacionados sobre todo a la infección por el virus de
inmunodeficiencia humana (VIH); en estos pacientes, los casos de neumotórax en su mayoría
(hasta 26%) tienen como causa la neumonía por Pneumocistis jerovecci. Por el contrario, no se
ha registrado un incremento paralelo en el caso de la tuberculosis pulmonar activa, a pesar de la
elevada proporción de esta infección en VIH. Así, solo se ha comunicado casos de enfermos
aisladoso casos que además presentaban alguna peculiaridad asociada, como la formación de
neumotórax recurrente bilateral o hidroneumotórax (8).

En pacientes inmunocompetentes, el neumotórax espontáneo secundario se considera que es una


complicación muy rara durante la infección pulmonar activa, con una incidencia de 0,6 a 1,4%
(9). Con mayor frecuencia se puede presentar en la etapa de fibrosis de la tuberculosis pulmonar,
siendo el mecanismo más probable la rotura de ampollas subpleurales (9,10). En fase de
infección activa, que es más frecuente en jóvenes, generalmente se debe a la necrosis caseosa,
con formación de una fístula broncopleural o una caverna que se abre en la cavidad pleural y que
al mismo tiempo podría ser causa de empiema tuberculoso. El neumotórax espontáneo
secundario a tuberculosis pulmonar activa parece presentar con mayor frecuencia e intensidad los
síntomas dolor torácico, tos y fiebre, en comparación con el neumotórax espontáneo sin
tuberculosis activa. Asimismo, su respuesta es menos favorable al tratamiento con catéter de
aspiración, requiriendo mayor tiempo
Lista de referencias

https://medlineplus.gov/spanish/pleuraldisorders.html

https://www.archbronconeumol.org/es-etiologia-del-derrame-pleural-analisis-articulo-
S0300289613003414

https://www.archbronconeumol.org/es-ahead-of-print

https://www.revistadepatologiarespiratoria.org/descargas/pr_11-2s_104-108.pdf

https://www.archbronconeumol.org/es-quilotorax-adultos-revision-literatura-partir-articulo-
S0300289616302629

https://www.neumomadrid.org/wp-
content/uploads/monogv_9._derrames_pleurales_quilosos.pdf

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000126.htm

http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-55832010000300010

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