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DEMOCRACIA DELIBERATIVA

El concepto de democracia deliberativa ha sido defendido y resignificado por


numerosos y renombrados filósofos y políticos. La esencia de este concepto se
centra en la legitimidad democrática donde toda norma, institución o medida
política debe justificarse mediante un proceso deliberativo intersubjetivo público.

Desde fines de la década de 1980 la teoría democrática deliberativa ha recibido el


apoyo de renombrados teóricos políticos. Entre estos cabe destacar a Cohen,
Dryzek, Bohman, Rawls, Habermas, Gutmann y Thompson, Mansbridge.
Hasta el momento dicha teoría ha pasado por tres etapas teóricas más o menos
definidas: normativa, empírica e integradora.1

En la etapa teórica, los defensores del modelo deliberativo tuvieron por meta
sentar las principales bases normativas y conceptuales del mismo, con lo cual se
identificaron los principios que integran el ideal democrático deliberativo. Gutmann
y Thompson señalan que la concepción democrática deliberativa posee cuatro
características:
1) Implica un proceso de mutuo intercambio de razones, en el que los deliberantes
buscan alcanzar justos términos de cooperación social.
2) las razones que se esgriman en dicho proceso deben ser públicamente
accesibles a todos los afectados por la medida en cuestión.
3) dicho proceso deliberativo debe tener por fin producir una medida política
vinculante para todos los ciudadanos durante un determinado período de tiempo; y
4) las medidas políticas y principios utilizados durante el proceso deliberativo son
moral y políticamente provisionales.2

Posteriormente, en una segunda instancia, los deliberativistas se propusieron


estudiar las implicaciones institucionales de aquella concepción democrática.
Algunas de ellas conllevan reformas moderadas y otras reformas radicales de los
actuales esquemas institucionales de gobierno. Así, los los deliberativistas han
propuesto diversos tipos de diseño institucional; entre los cuales podemos
destacar tres tipos generales: 1) judicial con supremacía judicial (Rawls,1996;
Habermas, 1998, 2004; Martí, 2006); 2) judicial con supremacía parlamentaria

1
OLIVARES, Nicolás Emanuel, Democracia deliberativa y control de constitucionalidad:
Barranquilla, Universidad del Norte, 2016. p. 169
2
GUTMANN, A. Y THOMPSON, D. Why deliberative democracy? Princeton:
Princeton U.P. 2004. p. 3-6
(Linares, 2008, 2014; Bayón, 2000, 2004); y 3) judicial complementado con un
control ciudadano (Zurn, 2007, 2011; Spector, 2014; Ghosh, 2008, 2010). 3

También existe un cuarto tipo general de diseño institucional, conocido como


multisituado, el cual pretende instalar controles constitucionales ciudadanos
formales sobre las principales esferas de actuación de los poderes políticos
constituidos.

En efecto en la democracia deliberativa, las decisiones políticas deben ser


tomadas sobre la base de un proceso de deliberación pública entre los
ciudadanos, donde los procedimientos de toma de decisiones políticas deben ser
tanto democráticos como deliberativos; de esta manera dependiendo de la forma
interpretar y justificar cada componente, podría resultar que los mejores
procedimientos para la toma de decisiones a partir de un punto de vista puramente
deliberativo, no sean particularmente democráticos o que los mejores
procedimientos de toma de decisiones desde un punto de vista democrático, no
sean particularmente deliberativos. Bajo esta premisa, en algunas
interpretaciones, el ideal deliberativo sería incoherente, porque su coherencia
depende en gran medida de la coincidencia donde las razones por las cuales las
decisiones políticas deben ser deliberativas y las razones por las que deben ser
democráticas, resultaran ser mutuamente compatibles. Pero si los argumentos son
opuestos, el ideal deliberativo no es suficiente; solo la defensa de las razones
correctas puede sustentar como sustentar la afirmación en virtud de la cual la
deliberación democrática pública puede de manera simultánea satisfacer nuestras
demandas deliberativas y nuestras demandas democráticas. 4

Para Habermas, en la democracia deliberativa el respeto de los principios


constitucionales y el seguimiento de los procedimientos institucionalizados de
comunicación, constituyen las claves morales que facilitarían la toma colectiva de
decisiones y construcción de unidad política plural. En este sentido, la política se
destacada como deliberación y cooperación entre participantes de un proceso
democrático. No obstante, en la democracia deliberativa existir un déficit político,
al desconocer situaciones en las que los gobernantes utilizan el poder de la
comunicación persuasiva para imponer principios e intereses que invaden todos
los aspectos de la esfera pública; lo cual lleva a ubicar como centro de la escena

3
CHABARRIAGA GIRARLDO, Jhon Alexander. Aproximación a la Democracia Deliberativa de
Habermas: Colombia, Universidad del Valle, 2013. p 142
4
LAFOT, Cristina, ¿Es coherente la democracia deliberativa? Cuadernos de investigación:
Medellin, Universidad EAFIT, 2011. p 21

2
política a la gestión pública y despolitizar de forma paulatina la toma colectiva de
decisiones.5

Por otra parte el modelo deliberativo necesita una estrategia no-reduccionista de


justificación política, porque implica reconocer la independencia lógica de las
restricciones, reconociendo así que un modelo deliberativo afirma el
consentimiento voluntario de las decisiones políticas por todos los que tienen que
cumplir con ellas, independiente de los resultados de estas decisiones, así pueden
ser mejores o peores desde el punto de vista sustantivo y viceversa.

Por lo tanto, diferentes concepciones de la democracia deliberativa ofrecen


diferentes explicaciones de la naturaleza y si ambas condiciones de la justificación
política imponen limitaciones independientes para el diseño de las instituciones
democráticas, un enfrentamiento es inevitable, a menos que pueda mostrarse una
determinada manera de hacerlos compatibles. 6

En efecto, el concepto de “deliberación” exige a la democracia deliberativa una


conducta distinta a otras concepciones de democracia. Además, no es cualquier
tipo de deliberación, ni tampoco se hace en cualquier lugar, ni de cualquier forma
o modo. Esta deliberación es “una forma de debate cuyo objetivo es cambiar las
preferencias que permiten a la gente decidir cómo actuar. La deliberación es
“política” cuando lleva a una decisión que compromete a una comunidad. La
discusión de un trabajo de seminario no es política: los participantes pueden
aprender qué hacer en forma individual, pero no deciden actuar colectivamente.
De esta forma la “deliberación política democrática” se produce cuando el debate
lleva a decidir por medio del voto. Si un dictador escucha una discusión y luego
decide, la deliberación es política pero no democrática.

De esta forma deliberación democrática, en virtud de la consecución de


justificación mutua de las decisiones políticas, puede prometer asegurar mejores
resultados sustanciales entre aquellos que puede lograr el libre y razonado
asentimiento de sus miembros.

5
CHABARRIAGA GIRARLDO, Jhon Alexander. Aproximación a la Democracia Deliberativa de
Habermas: Colombia, Universidad del Valle, 2013. p 141
6
LAFOT, Cristina, ¿Es coherente la democracia deliberativa? Cuadernos de investigación:
Medellin, Universidad EAFIT, 2011. p 24

3
Finalmente es importante resaltar algunos indicadores que informan sobre la
presencia de una democracia deliberativa:

 En una democracia deliberativa aquello que es de interés público es político


y por consiguiente, susceptible de deliberación y discusión pública; deliberación
que no se agota en los debates que sostienen los representantes
democráticamente elegidos.
 En una democracia deliberativa se aprecia que hay disposición para
argumentar, y persuadir a otros, y también dejarse convencer con explicaciones
razonadas y razonables.
 En una democracia deliberativa se favorece y se estimula la formación de
una opinión pública informada que sólo censura aquella información o juicio que
atenta contra los derechos humanos.
 En una democracia deliberativa las personas, más que asumir una
perspectiva individualista en relación a una situación pública que les incumbe o
afecta, toman una posición colectiva, valorando la reciprocidad de argumentos y
justificaciones.
 En una democracia deliberativa se abren canales para que todos y todas
participen en las decisiones que les conciernen y hagan valer sus argumentos
racionalmente.
 En una democracia deliberativa se da preferencia a la participación, la
deliberación y la argumentación para lograr que ciertas políticas públicas se
aprueben e implementen por sobre el ejercicio del poder corporativo o impositivo.

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