IMPORTANCIA DE INTEGRAR METODOLOGIAS ACTIVAS EN LOS PLANES DE CLASE.

Cuando un docente se enfrenta a situaciones que le demandan hacer uso de sus diversas habilidades, genera a partir
de ello nuevos “anticuerpos educativos” que lo fortalecen en su quehacer didáctico, ampliando su gama de
herramientas y estrategias, desarrollando una visión amplia y nutrida en donde un problema lo puede convertir en una
situación didáctica, agregando aspectos contextuales y cotidianos con el propósito de situar al alumno en su realidad.

El incluir dentro de un plan de clase metodologías activas le permite al docente y al educando involucrarse de forma
ágil y decidida en el desarrollo de las actividades, fomentando el trabajo colaborativo y la reflexión, siendo al parecer
uno de los aspectos que más causa escozor entre el gremio magisterial , ya que es considerada una actividad compleja
y ardua que demanda una serie de competencias y análisis exhaustivos para obtener resultados acordes a la situación
académica del alumno, en donde su bagaje sociocultural juega en su favor o en su contra, de ahí la importancia de las
metodologías activas para que el involucramiento individual o colectivo sea parte fundamental de los procesos ,
además el docente deberá contar con la estrategia adecuada para identificar cuál es la más indicada para el
desarrollo de sus actividades.

Aun cuando el trabajo con metodologías activas debe de cumplir con una serie de requisitos inherentes a ellas , éstas
deben de acotarse, en la medida de las posibilidades, a un diagnóstico inicial que nos brinde un panorama amplio de
la situación que atraviesa el sujeto a interrelacionar, para tener elementos que den la pauta para iniciar un proceso de
enseñanza basados en áreas de oportunidad y fortalezas, las cuales permitirán encaminar los medios hacia las zonas
en donde sean más factibles de explotar todo su potencial, es por ello que los instrumentos que se utilicen así como las
técnicas a llevar a cabo deben estar enfocadas a extraer la mayor cantidad e información posible y es en esta parte en
donde el trabajo colaborativo jugará un rol determinante, siempre teniendo al visión que el trabajo individual es igual
de importante y cada uno de ellos es complemento del otro

Lo anterior expuesto debe ir con la mira de enfocar los aprendizajes a algo significativo y fructífero, lo cual lo podremos
determinar a través de un trabajo formativo que nos permita hacer los altos en el camino y redireccionar el rumbo, así
como determinar el nivel de logro de manera individual y grupal. En esta etapa el docente deberá contar con los
elementos y las herramientas necesaria para poder visualizar cuáles son los avances que se han experimentado y a raíz
de esta visión panorámica sea capaz de dilucidar en dónde es posible establecer mejoras para que los objetivos
planteados en un principio puedan llegar a un buen logro, con un alto porcentaje de efectividad y de no ser así
establecer los mecanismos necesarios para que esto suceda.

Las metodologías activas fortalecerán la visión del trabajo en donde cada uno de los integrantes ( alumnos-docentes,
alumnos-alumnos) aporten para conformar acciones sólidas, no como simples utensilios que abonen para la
obtención de una calificación o resultados que reflejen una evaluación subjetiva, sino todo lo contrario, tomarla en
cuenta como herramienta idónea con todas las posibilidades que ofrece, reorientando las acciones que van
encaminadas a integrar los aprendizajes, a través de criterios preestablecidos, manejando los instrumentos acordes a
la actividad a desarrollar.