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ESCOLARES EN EL PREESCOLAR” 1
Resumen
1. Introducción
Según Deleuze (1999), las sociedades disciplinarias, emplazadas en algún momento en los
estratos de la historia, en las que se normalizaba, moldeaba, adiestraba y clasificaba a los
individuos a través de una serie de prácticas disciplinarias y de sometimiento, respecto a
unos objetivos, parámetros y modelos establecidos previamente y considerados válidos para
su tiempo, se han diluido para dar paso a la instalación de las sociedades de control en las
que a los sujetos, mediante prácticas de gobierno, se les conducen sus conductas y se les
permite autorregularse, en las que la formación permanente y el control continuo tienden a
imperar y constituirse en las prácticas orientadoras de la gestión y el devenir de sujetos.
En este sentido, para Foucault (1988) gobernar significa “[…] estructurar el posible campo
de acción de los otros” (p. 15), comprendiéndolo como un modo de relación propio del
poder y una acción singular desprovista de un carácter belicoso y jurídico. El poder
entonces, en estas sociedades contemporáneas del control, se asume como “[…] un modo
de acción sobre las acciones de los otros” (p. 15), que se suscita en un escenario (milieu) en
el que se crean unas condiciones de aceptabilidad y posibilidad para que los sujetos se
constituyan y orienten, libremente, sus conductas, trascendiendo con ello, la idea de
gobierno como una obligación, tendiente “[…] a que otros se comporten de cierta forma (y
contra de su voluntad), sino lograr que esa conducta sea vista por los gobernados mismos
como buena, honorable, digna y, por encima de todo, como propia, como proveniente de su
libertad” (Castro, 2015, p. 46).
Ahora bien, para lograr el gobierno de sí y de los otros, Foucault señala que se recurre al
diseño calculado y racional y a la implementación de una serie de tecnologías que se
comprenden como “la aplicación de unos medios orientados de forma consciente por la
reflexión y la experiencia para alcanzar ciertos fines” (p. 36). Es decir, para Foucault las
tecnologías se establecen como aquellos mecanismos planificados a través de los cuales
una acción de intervención apuesta por el alcance de ciertos fines establecidos, de donde
“devienen sujetos” (p. 38), que adicionalmente, no son utilizados voluntariamente por un
sujeto para afectar o transformar las relaciones históricas, sino que florecen ajenos a la
conciencia humana o al progreso de la razón, acoplados al ensamblaje de poder de cada
época.
En una de las conferencias dictadas por Foucault en 1982 titulada “Tecnologías del yo”
propuso cuatro tipos de tecnologías, de producción, significación, poder y las del yo. En
particular, las tecnologías del poder “determinan la conducta de los individuos, los someten
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a cierto tipo de fines o de dominación, y consisten en una objetivación del sujeto”
(Foucault, 1981, p. 48), mientras que las tecnologías del yo “permiten a los individuos
efectuar, por su propia cuenta o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre
su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta […] obteniendo una transformación de sí
mismos” (p. 48).
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Bajo esta perspectiva los manuales escolares, siguiendo a Ossenbach y Somoza (1996), se
constituyen en las fuentes primarias e históricas en las que es posible determinar fenómenos
pedagógicos, culturales, políticos, administrativos, técnicos y económicos que aparecen
instaurados en determinada época. Pero también, en los que se hallan las tecnologías de
gobierno que se formulan y utilizan para orientar los modos cómo se regulan los individuos
a sí mismos y cómo se gobierna a los otros.
En este sentido, la presente exploración es una apuesta por determinar las formas en las que
se constituyen los niños de preescolar de la escuela contemporánea (privada) a través de los
Manuales Escolares en el Preescolar (MANESP), considerados como dispositivos de
gubernamentalización infantil, que funcionan conformes con la racionalidad de la época; a
través de los cuales es posible no solo determinar las tecnologías de gobierno que se
instalan para orientar sus comportamientos, sino también, las acciones que les permiten ser
gobernados y autogobernarse, que se enuncian y visibilizan en los saberes escolares a
enseñar, los propósitos de aprendizaje, las didácticas y metodologías que se definen
además de los intereses sociales, los juegos de poder, las intenciones editoriales y la manera
como se materializan los contenidos de enseñanza en temáticas y actividades validadas y
legitimadas para este tiempo contemporáneo.
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2. Estado del arte
Diversos son los estudios orientados a indagar los modos singulares como a partir de los
manuales escolares se constituyen los niños en el preescolar conforme con la racionalidad
de cada una de las épocas. Precisamente, entre estos trabajos se destaca “El saber de las
ciencias sociales en el preescolar público de la década de los 80: Una forma de gobierno
sobre los niños”, un estudio realizado por Cárdenas, Calderón y Camargo (2018) y
publicado en el libro “En Clave Infancia: Contribuciones de los semilleros de investigación
a la comprensión de la educación infantil en Colombia”, en el que se expone cómo el saber
escolar de las ciencias sociales, inmerso en el preescolar público de la década de los años
80, se empleó como una tecnología de gobierno para regular la conducta de los niños,
adecuar sus comportamientos y emociones, y por supuesto, corregir aquellas actitudes que
transgredían los patrones sociales establecidos y legitimados; y el modo de constituirlos
como sujetos sociales y aprender a movilizarse por las calles, vías y demás escenarios de la
ciudad.
A través de estos estudios, se explora cómo los saberes escolares, dispuestos y definidos en
los textos de enseñanza se utilizan como tecnologías para regular los comportamientos
infantiles e impulsar la constitución consentida de subjetividades infantiles en esta
contemporaneidad.
3 Marco Teórico
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importancia en el proceso de comprensión de la enseñanza y de sus intenciones, contenidos,
estrategias y medios empleados en la constitución de subjetividades escolares en cada una
de las épocas en las que los manuales escolares han estado presentes en la escuela.
Además de lo anterior, en dicho encuentro se logró dilucidar que este campo era
relativamente poco trabajado por los estudios realizados en el marco de la Historia de la
Educación Latinoamericana. Lo cual ha provocado que, en los últimos años, el estudio de
los manuales escolares se haya ido consolidando en un escenario de exploración
investigativa, en el que es susceptible indagar, entre otros aspectos, los diversos modos en
los que se constituyen los niños en este nivel educativo y las tecnologías que se utilizan
(medios, objetivos, estrategias) para alcanzar dichos propósitos.
Ahora bien, definir y clasificar los manuales escolares, mencionan Ossenbach y Somoza
(1996), es una tarea compleja como es el objeto de investigación mismo, pues, a pesar de
existir ciertos acuerdos respecto a su significación, aún persisten ambigüedades en relación
con su denominación. En Iberoamérica, por ejemplo, se emplean tres sustantivos para dar
cuenta de este tipo de fuente histórica, el de libros, textos y manuales, acompañados del
adjetivo “escolar”. Así,
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Tendríamos […] en principio: libros escolares, libros de texto, textos
escolares, manuales, o manuales escolares. Además, de éstos hay otra gran
lista de nombres que designarían tipos más específicos de libros usados en la
escuela, como abecedarios, silabarios, catones, tratados, enciclopedias, etc.,
sin que obste que los primeros mencionados también puedan designar tipos
específicos: Manual de Física, Libro de Lectura, Textos para la Enseñanza de
la Historia” (p. 16).
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1. Metodología para la investigación
Es por ello que, el papel del arqueólogo no es suficiente para comprender la emergencia e
instalación de los acontecimientos (objetivaciones) sino que es fundamental investirse del
ropaje del geneálogo, quien indaga en el tiempo las relaciones y juegos de poder que actúan
conjuntamente para posibilitar el florecimiento de dichos acontecimientos.
Así las cosas, para adelantar este trabajo investigativo, se conforma un corpus documental
constituido por una serie de manuales escolares (fuentes primarias) utilizados en el
preescolar para la enseñanza, en los que se rastrean los enunciados (huellas) y los juegos de
poder que convergen. Una vez realizada la pesquisa en estos archivos documentales, los
datos encontrados se consignan en fichas de recolección de información (fichaje) en las que
se describen las tecnologías de gobierno y las formas de constitución de las subjetividades
infantiles que se enuncian, insumos que sirven de fundamento para el análisis y la
construcción de los espacios colateral (espacio de los enunciados), correlativo (espacio de
las relaciones de enunciados, de los sujetos, sus objetos y sus conceptos) y complementario
(espacio de las formaciones no discursivas) que permitirán dar cuenta del objeto de estudio
indagado y la producción de los documentos escritos.
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2. Resultados
Con base en la exploración realizada se logró encontrar que, a través de las tecnologías de
gobierno, que se materializan en los objetivos, estrategias y saberes escolares a enseñar,
entre otros, expuestos en los MANESP, se enuncia e impulsa la formación de una serie de
subjetividades infantiles singulares, se conducen sus conductas y se les posibilita su
autogobierno. Entre esas formas de ser niño de preescolar se encuentran:
Una de las subjetividades infantiles que se formula orientar y formar a través de las
tecnologías de gobierno enunciadas en los manuales escolares, que se instalan en el
preescolar de la escuela privada, y que se materializan en los propósitos, estrategias, medios
y contenidos de enseñanza de los saberes escolares, y que adoptan el carácter de “[…]
dosificados, graduados y organizados en unidades que se contextualizan en temas ligados a
los intereses y a la realidad del niño” (Ortiz, 2013, p. 2), es el niño social, un sujeto a quien
se le fortalecen tempranamente sus habilidades sociales con condición preliminar para el
proceso de socialización, para que en este ejercicio se contribuya en sus “[…] procesos de
enseñanza en competencias ciudadanas, desarrollo psicoactivo, conciencia ambiental,
desarrollo físico, mental y social” (González, 2016, p. 2).
Para lograr esto, las maestras de preescolar posibilitan en las aulas “[…] espacios
educativos significativos que permiten al infante la recuperación de su cotidianidad” (Reyes
y Ballén, 2014, s.p), además de interactuar prematuramente de modo espontáneo o dirigido
en las relaciones con los demás y participar de sus “[…] procesos de aprendizaje y de
adquisición de nociones básicas acerca de su entorno y de sí mismos” (Ortiz, 2013, p. 2),
complementando esta acción, con la enseñanza de contenidos escolares relacionados con
temas de su diario vivir como “la casa, la familia y el colegio” (Torres, 2018, s.p), y los
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roles de los diferentes miembros que conforman estos grupos sociales, así como, la
interacción con elementos relacionados con la vida social.
Justamente, estos contenidos escolares enseñados “[…] atienden los Principios educativos
de Integralidad en las diferentes áreas y en los campos del conocimiento, a la Participación
como agentes activos de su propio proceso, y a la Lúdica, sugiriendo sesiones en las que
juegue para aprender” (Ortiz, 2013, p. 2).
Como se ve, este sujeto social infantil comprende que en las interacciones con los demás
niños es el lugar para construirse como subjetividad, adquirir, anticipadamente, las
habilidades sociales, reconocer en los otros las diferencias y aprender los mecanismos para
convivir; es allí, en donde comienzan a aprender a vivir juntos en el respeto, armonía y el
diálogo.
Dentro de estas subjetividades infantiles a las que se les apuesta formar en el preescolar se
le tienen “[…] en cuenta los intereses y necesidades” (Camargo, 2018, p. 1), como
condición para iniciar los procesos de aprendizaje y la adquisición de aquellas nociones que
les permitirán desempeñarse con eficiencia en la escuela primaria.
Para constituir este niño de preescolar se debe partir “[…] de experiencias propias del
mundo infantil, orientadas a establecer relaciones entre el lenguaje oral, el dibujo y el
lenguaje simbólico” (p. 1), pero también, “[…] participar de experiencias programadas y
ordenadas en beneficio de su desarrollo psicomotriz” (Ortiz, 2013, p. 2). Además de lo
anterior, para constituir este singular niño de preescolar se tienen en cuenta sus pre-
conceptos, dimensiones del desarrollo, características en esta edad, “[…] su desarrollo
evolutivo y sus necesidades en su ambiente sociocultural” (Ortiz, 2002, p. 2). Para ello, se
propone utilizar estrategias “estructuradas, acordes […] con sus capacidades y necesidades”
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(p. 2), que se apoyan en la introducción de contenidos integrados, diseñados y adecuados a
la edad e intereses de los niños,
A este nuevo niño que se empieza a constituir en el preescolar, a diferencia del niño
de la sumisión y reproductor del conocimiento, se le consideran sus intereses,
necesidades y expectativas, como condición para aprender para establecerse y ser
reconocido como un sujeto productor de conocimiento.
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Como complemento de esto, se formula la inclusión de manuales escolares, en la forma de
programas educativos, orientados al aprendizaje de los procesos comunicativos de la
lectura y la escritura, establecidos como saberes esenciales en el preescolar, los cuales
tienen en cuenta la edad de los niños y consideran que la palabra es la protagonista del
mensaje, a partir de la cual es posible construir ideas e hipótesis acerca de su mundo
cotidiano. Por esta razón, estos programas educativos asumen la enseñanza a partir de “[…]
las palabras, frases y textos, facilitando que realicen razonamientos, análisis y síntesis
acerca de estos conjuntos de sonidos y signos que expresan ideas, nociones o conceptos”
(Ortiz, 2013, p. 2).
Otra de las subjetividades que aparece a través de las tecnologías expresadas en los
MANESP es el niño creativo, un sujeto infantil a quien se le desarrolla el lenguaje, de
manera preliminar, como condición “[…] para desarrollar el pensamiento creativo que se
apoya en la fluidez de las ideas, en la transformación de la información y la aproximación
de su realidad (Camargo, 2018, p. 1). Para lo cual se emplean estrategias y actividades
didácticas que le ayudan al niño a desarrollar su “[…] creatividad y sobre todo un
conocimiento nuevo” (Torres, 2018, p. 2), pues esto le permite ser innovador, creador,
trasformador y productor de conocimientos, con capacidad para tomar decisiones y
proponer alternativas frente a los problemas que se le presenten.
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La producción de esta subjetividad creativa requiere del desarrollo de “[…] los procesos
básicos de percepción, atención y memoria, los que conllevan a la identificación del objeto
de conocimiento, a la comparación, a la relación, a la operación mental” (Ortiz, 2013, p. 2),
como también, procesos de pensamiento “razonamiento, el análisis, la síntesis y la
deducción permiten el logro progresivo de capacidades superiores de las que podemos
destacar, entre otras, las de atribución, determinación, localización, clasificación,
categorización, cuantificación, ordenación, interpretación, descripción, argumentación y
expresión” (p. 2).
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Bajo este panorama, se enuncia, adicionalmente, el niño de las dimensiones, a quien se le
consideran todas las dimensiones del desarrollo, entre ellas la dimensión motriz, que se
potencia cuando el niño “manipula plastilina y modela objetos libremente. Utiliza el
plegado para crear accesorios de aseo y vestido”. (Centeno y Alfonso, 1998, p. 5). Gracias a
la consideración de todas las dimensiones generales del niño es probable el desarrollo de
habilidades y destrezas como:
* Identidad
* Esquema Corporal
* Nociones de objeto, color, forma, tamaño, espacio y cantidad.
* Nuevo Léxico
* Comprensión e interpretación de imágenes
* Expresión y respuesta espontánea
* Control y armonía corporal
* Domino del espacio gráfico
* Hábitos de orden y aseo (Ortiz, 2002, p. 2).
Este tipo de niño, deviene también en otro tipo de subjetividad infantil, el niño matemático,
a quien se le desarrolla su “[…] Pensamiento lógico- matemático” (Ortiz, 2013, p. 2) y se le
entrena para que adquiera habilidades en el manejo del pensamiento numérico, métrico,
espacial, analítico y variacional.
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5.6 El niño del juego
Como complemento de las anteriores subjetividades, aparece otro sujeto infantil que se
pretende producir a través de las apuestas formuladas y las tecnologías de gobierno
instaladas en la racionalidad de la época; éste es el niño del juego, un niño que aprende
jugando constantemente, “con colecciones de objetos concretos tales como, elementos de
estudio, fichas matemáticas o cuentas con los que pueda verificar las actividades que el
libro propone” (Ortiz, 2013, p. 2), lo que le permite aprender “[…] de una manera divertida
(Nieto, 2006, p. 1).
3. Conclusiones
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Para ello, en los MANESP, se enuncian las tecnologías de gobierno a través de las cuales se
impulsa la constitución de sujetos que continuamente están en formación, que aprenden a
aprender y a ser tempranamente empresarios de sí mismos, productores de conocimientos y
protagonistas de sus aprendizajes.
8. Referencias
Fuentes primarias
González Pineda, P. A. (2016). Sueños de Papel A. Una serie para la educación inicial.
Editorial Mega Ediciones. Bogotá, Colombia.
Nieto Galvis, F. E. (2006). Happy Days C. Casa Editorial Mundo de Niños. Bogotá,
Colombia.
Ortiz Villamizar, C. (2016) Mil números. Casa Editorial mundo de niños. Bogotá,
Colombia.
_________________. (2002) Figuritas B. Estimulación y aprestamiento inicial. Casa
Editorial Mundo de Niños. Bogotá, Colombia.
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_________________. (2013). Horas Felices B. Pensamiento Lógico- Matemático. Casa
Editorial Mundo de Niños SAS. Bogotá, Colombia.
Fuentes secundarias
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RESUMEN DE HOJA DE VIDA
Erika Porras
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