Historia, disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente. Es un cuerpo de saberes, que incorpora el conocimiento que han dado los historiadores, indica como se ha construido el conocimiento y cuáles son los procesos y preguntas a formular para tener una idea explicativa del pasado. Historia es la ciencia que se ocupa del estudio de los hechos del pasado para explicar sus antecedentes y consecuencias, a partir del análisis de la forma en que se interrelacionan. La historia es la selección y el ordenamiento de los hechos referidos al pasado, a la luz de algún principio o norma de objetividad aceptado por el historiador, que necesariamente incluye elementos de interpretación. La historia es una forma de conocer el pasado de la sociedad, cuyo objetivo consistió en preguntar, investigar, cuestionar, inquirir, pensar y criticar las acciones humanas en el pasado remoto y reciente para comprender como se venia estructurando el presente de su sociedad, para que no se olvidaran o se repitieran las acciones humanas. La Historia, como disciplina científica, es un tipo de conocimiento de un gran poder formativo y también educativo. Y lo tiene por ser un medio válido para aprender a realizar análisis sociales (en el sentido amplio). Permite estructurar todas las demás disciplinas sociales y hace posible incorporar muchas situaciones didácticas para trabajar las diversas habilidades intelectuales y potenciar el desarrollo personal. Por lo tanto, la Historia es una materia que debe ocupar un lugar importante en el currículo educativo. “Afirmado sucintamente, la historia es el espejo de la realidad pasada en el cual, el presente mira para aprender algo acerca de su futuro. La conciencia histórica debe ser conceptualizada como una operación del intelecto humano para aprender algo en este sentido. La conciencia histórica trata del pasado como experiencia, nos revela el tejido del cambio temporal dentro del cual están atrapadas nuestras vidas, y las perspectivas futuras hacia las cuales se dirige el cambio.” (Rüsen, 1992)
La revisión de grandes autores protagonistas de la ciencia histórica que surgieron
y se desarrollaron en el siglo XX como Carr, Febvre, Bloch, Fontana, Chartier, Vilar, Certeau, Le Goff, Braudel, etc., permite establecer unas grandes categorías que construyen la definición de historia: - Objeto de estudio: hombre, sociedad, estructuras. - Tiempo: relación pasado/presente, cambio, continuidad, tiempo personal/ tiempo social. - Método: fuentes, interpretación. - Vías de difusión: escritura, narración, espacios patrimoniales o educativos.
2. ¿Qué entendemos por enseñanza de la historia?
El concepto de enseñanza se refiere a la acción de comunicar algún
conocimiento, habilidad o experiencia a alguien, con el fin de que lo aprenda, empleando para ello un conjunto de métodos, técnicas procedimientos que se consideran apropiados. La enseñanza de la historia es la acción política mediante la cual se trata de ocultar, mitigar o excluir a los diferentes antagonismos inherentes a las interpretaciones del pasado dentro de la escuela. La enseñanza de la historia es importante por ser la memoria de la humanidad que nos introduce en la evolución de la civilización y los logros del género humano. Este saber viene desde el comienzo de la humanidad, la memoria de sus experiencias y descubrimientos, permite la acumulación del conocimiento y su avance continuo. El sistema educativo dista de contar con todos los medios tecnológicos convenientes, pero ello no hace menos urgente que los maestros se preparen para su utilización, para aprovechar recursos como internet, excepcional para el Aprendizaje y la enseñanza.
La construcción del conocimiento histórico: concepción del tiempo cultural en
occidente, funciones de la historia y sus fines como materia educativa, convergen en la función que tienen en la educación secundaria y su contribución a la formación de la ciudadanía en la participación política para construir una sociedad libre y estable, desarrollar el pensamiento crítico, fomentar el pensamiento deductivo y la inteligencia emocional (Prats y Santa Cana).
La enseñanza de la historia es la construcción de significados sobre el pasado
dentro de la escuela. Las relaciones jerárquicas que se dan dentro de ellas, dependen del sentido escolar que se le otorguen. La enseñanza de la historia en contextos educativos permite analizar y reflexionar sobre el pasado para comprender lo que acontece en el presente. Una de las finalidades más importantes de la enseñanza de la historia es formar el pensamiento histórico, con la intención de dotar a los estudiantes de una serie de instrumentos de análisis, de comprensión o de interpretación, que le permitan abordar el estudio de la historia con autonomía y construir su propia representación del pasado, al mismo tiempo que pueda ser capaz de contextualizar o juzgar los hechos históricos, consciente de la distancia que los separa del presente. En todo caso, la formación del pensamiento histórico ha de estar al servicio de una ciudadanía democrática, que utiliza la historia para interpretar el mundo actual y para gestionar mejor el porvenir. La Enseñanza - Aprendizaje de La Historia de Colombia, a partir de las diferentes estrategias pedagógicas y didácticas, para contribuir a la formación de una identidad nacional, generar y fortalecer procesos de pensamiento crítico y promover la formación de una memoria histórica en estudiantes de educación preescolar, básica y media, deberán diseñar situaciones para el aprendizaje en el marco del enfoque pedagógico de los programas de estudio de historia vigentes en educación preescolar, básica y media. El diseño de situaciones didácticas centradas en el aprendizaje del estudiantado implica la gestión de ambientes que favorezcan el desarrollo de las habilidades para la indagación, interpretación y sistematización de contenidos históricos; su comprensión por medio de la empatía histórica; el planteamiento de situaciones problema; así como el desarrollo de una cultura y conciencia histórica que le permitan analizar las relaciones pasado- presente-futuro, para favorecer el compromiso social y la convivencia intercultural. Podemos diferenciar con facilidad una historia que se aprende como acumulación de información, de hechos, datos, fechas, personajes o instituciones, con otro tipo de aprendizaje de la historia basado en la comprensión de la construcción de la narración o de la explicación histórica, de las interrelaciones entre personajes, hechos y espacios históricos. La historia que se aprende como acumulación de información, de hechos, datos, fechas, personajes o instituciones, pone el énfasis en la cronología como eje central del discurso, la segunda gira alrededor de los cambios sociales, de la temporalidad, de las fuentes. La primera aparece como un discurso acabado, cerrado, inalterable de la historia: “La historia pasó así…”. La segunda es una argumentación abierta al debate democrático, que se plantea preguntas y que pretende provocar nuevas preguntas: “¿Cuáles fueron las causas y las consecuencias? ¿Cómo lo sabemos? ¿Podía haber sido de otra manera? ¿Cómo escribimos la historia? ¿Cómo argumentamos nuestros juicios históricos?”. La historia es una ciencia social, una construcción social al servicio de las personas y de la democracia. Su conocimiento debe ser público y evaluable. Por lo tanto, tan importante es la explicación del hecho histórico, como la perspectiva – cultural o ideológica–, que se adopta para su interpretación. Esto nos aboca a la aceptación de la pluralidad y, al mismo tiempo, a la necesidad de conocernos a nosotros mismos y adoptar una posición frente al mundo. La enseñanza de la historia requiere enfrentarse a esta complejidad del conocimiento histórico, utilizando modelos explicativos para la caracterización de la historia escolar. Con la enseñanza de la historia podemos evitar “…que la juventud sea presa fácil de las causas más reaccionarias, de aquellas que atentan a diario contra la Soberanía Nacional y los derechos de las gentes...” También ayuda a reducir “…la confusión política y las desviaciones antinacionales”. (ARRROYAVE, Raúl, 2005)
La enseñanza de la historia permite fortalecer la conciencia hacia nuestras
tradiciones, usos y costumbres, tan asediadas por los valores de la globalización y el neoliberalismo. Es con la enseñanza de la historia que los jóvenes pueden hacer una interpretación más acertada de las transformaciones aceleradas que ha experimentado la humanidad en las últimas décadas.
En Colombia, la intención de imponer un solo discurso que explicara los procesos
de formación de la nación llevó a la creación de manuales de historia patria que surgieron finalizando el siglo XIX y comenzando el siglo XX en el ámbito escolar, uno de los más conocidos el Manual de Henao y Arrubla, que posicionó datos, fechas y protagonistas y sucesos de la historia colombiana, al tiempo que dejó por fuera actores como: mujeres, indios, afros, campesinos y pobres.
“la enseñanza de la historia mediante manuales coadyuvó a que la memoria del
pasado afianzara esta unidad, vivificando el origen de la Nación y el surgimiento de la república bajo el amparo de Dios, las leyes y la justicia. La escuela fue vital para ello, pues era concebida como un espacio que permitiría la reproducción social en función del orden vigente ”.
En 1962 la reforma del Ministerio de Educación Nacional (MEN) a los planes de
estudio y los programas de educación media, continuó asignando a la historia el rol de formación moral, democrática y cívica de los estudiantes, adicionalmente se estipulo la segmentación que señala determinados períodos históricos y ámbitos geoespaciales para ciertos grados, se impuso en la mayoría de los currículos sobre la materia en las instituciones educativas a lo largo y ancho del país (Montenegro 1999)
En 1984 el decreto 1002 estableció la integración de las ciencias sociales, “por
cuenta de una reglamentación oficial que estipuló no sólo la integración de las tradicionales áreas de historia y geografía en la escuela, sino su fusión con otras disciplinas, en lo que se vendría a denominar área de ciencias sociales”
Desde la integración de historia y geografía en ciencias sociales escolares (1984)
hasta la ley 1870 de 2017, se han establecido numerosos debates, puntos de encuentro y desencuentro entre la enseñanza de la historia en el ámbito escolar y la enseñanza de las ciencias sociales. En este amplio contexto se puede leer las posiciones de grupos de investigación como el de la Universidad Pedagógica Nacional y otras Facultades de Educación que defienden la enseñanza de las ciencias sociales frente a la enseñanza de la historia escolar, pues el debate epistemológico de fondo es entre la disciplina y las propuestas de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad que se han dado en el mundo durante el cambio de siglo.
En cuanto a la enseñanza de la historia hay tres formas para abordarla: (a modo
de organizar un estado del arte)
1) desde la perspectiva centrada en la narrativa de la construcción de la nación, es
decir, el enfoque romántico de la historia alrededor de la construcción de una identidad única que permita cohesión y un meta-relato alrededor de unos héroes, que, sin lugar a duda, fue rebatida y hoy rechazada desde las comunidades académicas y la producción historiográfica, pero que sigue calando en el imaginario popular cuando se habla de enseñanza de la historia y consideran que vamos a volver a “dictar contenidos, fechas, personajes y memorizaciones”,
2) desde los análisis de problemas contemporáneos como un problema histórico,
ligado más al enfoque de las ciencias sociales. Una de las críticas a esta perspectiva ha sido que en algunos casos se ligaron a conductas relacionadas con el presentismo reproduciéndose ciudadanías atemporales que piensan problemas inmediatos sin pensar en esa relación pasado-presente-futuro, allí también se encuentra la discusión alrededor de la interdisciplinariedad y la manera como se plantearon los lineamientos curriculares,
3) desde la comprensión de la historia como un método que implica aprender a
pensar y reflexionar con la historia, algunas de las corrientes de pensamiento de este enfoque son la educación histórica, una noción que ha permitido diferenciar la idea de la historia romántica, enseñar historia y educar históricamente para desarrollar pensamiento histórico.
Pensar la enseñanza de la historia es reconocer que hay una forma específica y
particular de abordarla, hablar de una didáctica especifica de la historia diferente de las Ciencias Sociales, hay una cognición histórica situada que requiere de operaciones mentales y habilidades especificas ligadas a esta. Un ejemplo de esto es la empatía histórica que implica la capacidad de descentrarse históricamente para comprender la forma de producción y formas de vida de personajes ubicados en el pasado, ponerse en el lugar histórico del otro, en las prácticas educativas es muy difícil encontrar trabajos sobre esta habilidad y esto contribuye a que se usen anacronismos, la empatía histórica es un proceso mucho más profundo que van más allá de aprender aspectos cronológicos puntuales.
De la subversión marxista al terrorismo de estado: Representaciones de la última dictadura militar en narrativas históricas de la escuela media argentina (1983- 2008)