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Lo primero que hay que intentar es reconocer al cliente indeciso. Son aquellos a
los que, como su nombre indica, les cuesta tomar decisiones, están inseguros.
Esta falta de decisión inquieta a profesionales y vendedores y, en cierta medida,
puede contagiarles la inseguridad.
CLIENTE AGRESOR.
Se muestra superior a los demás y quiere siempre sobresalir, les gusta hacer gala
de sus cualidades, exige pleitesía, muestra desprecio y subvaloración. Con ellos,
hay que Mantener la serenidad, contar hasta 10, si es nuestra culpa, acéptelos y
busque las soluciones, escúchelos con paciencia déjelos desahogarse, muéstreles
un vivo deseo de ayudarlo.
Los clientes son los que realmente le dan vida a tu negocio. Pero… existen tipos
de clientes que son agresivos o difíciles de tratar, hasta el punto de que pueden
ser ofensivos y es necesario aplicar diplomacia con ellos.
Está claro que el mundo sería mucho más bonito si siempre estuviésemos
tranquilos y de buen humor. Pero no, no es el caso. Está claro que no es así y
quien está de cara al público sabe bien de lo que hablo.
El cliente agresivo es sin duda la peor tipología que podemos encontrarnos. Se
trata de personas que continuamente están de mal humor y buscan
constantemente una discusión contigo o con la empresa.
CLIENTE SILENCIOSO.
Es aquel que se marcha de nuestro lado sin decir nada. Sin decir por qué,
simplemente desaparece. Es uno de los peores, incluso por detrás del cliente
descontento, porque no aporta información de por qué dejará de serlo. Este tipo
de cliente habla poco, no da respuestas largas, sea por timidez, desconfianza o
por dificultad de expresión, es introvertido y se le deben hacer muchas preguntas.
Por esto se lo debe tratar con discreción, amabilidad, con muchas preguntas, pero
inteligentes, es decir que su respuesta sea afirmativa, repetir los argumentos de
forma distinta, hablar lo necesario, escuchar y esperar, tratando de hacerlo hablar
de algún modo. No se debe elevar la voz cuando le tenga que repetir una
pregunta, no se debe interrumpir a este tipo de clientes y las pausas deben ser
leves, se le deben mostrar todos los artículos y todos los argumentos.
Las buenas preguntas tienen que ver con el problema del cliente, con las
consecuencias de ese problema o las soluciones que el vendedor propone. De
esta forma se provocará la atención del cliente, instando al interlocutor a colaborar
con la solución del problema y a que se presente un avance en la comunicación
con el cliente.
ERRORES INDECISO
No pelearle.
No contradecirle.
ERRORES SILENCIOSO.