Papel original
Folia Phoniatr Logop 2017; 69: 85–93
DOI: 10.1159 / 000484558
El efecto de la capacidad en el aula sobre la fatiga
vocal cuantificada por el índice de fatiga vocal
Russell E. Banks una Pasquale Bottalico si Eric J. Hunter una
una Departamento de Ciencias y Trastornos de la Comunicación, Universidad Estatal de Michigan, East Lansing, MI, EUA;
si Departamento de Ciencias del Habla y la Audición, Universidad de Illinois Urbana-Champaign, Champaign, IL, EE. UU.
Palabras clave
Fatiga vocal · Índice de fatiga vocal · Profesores · Riesgo
laboral
Resumen
Objetivo: Investigaciones anteriores han concluido que los maestros tienen un
riesgo más alto de lo normal para problemas de voz que pueden causar
limitaciones ocupacionales. Si bien se han identificado algunos factores de
riesgo, todavía hay muchas incógnitas. Pacientes y métodos: Se distribuyó
electrónicamente una encuesta con 506 maestras encuestadas. La encuesta
incluyó preguntas para cuantificar tres aspectos de la fatiga vocal capturados por
el Índice de fatiga vocal (VFI): (1) cansancio general de la voz (rendimiento), (2)
molestias físicas asociadas con la voz (dolor) y (3) mejora de síntomas con
reposo (recuperación). Se analizó el efecto de la capacidad en el aula sobre la
experiencia de fatiga vocal de los docentes estadounidenses. Resultados:
Los resultados indicaron que la capacidad de un salón de clases afectó
significativamente las cantidades reportadas de fatiga vocal de los maestros, mientras
que la edad de un maestro también pareció afectar significativamente la cantidad
reportada de fatiga vocal. Se observó un efecto cuadrático en lugar de lineal, con el
mayor efecto de la edad en torno a los 40-45 años en los tres factores del VFI. Conclu-
© 2017 S. Karger AG, Basilea
Correo electrónico karger@karger.com
www.karger.com/fpl
Publicado en línea: 12 de diciembre de 2017
sion: Otros factores que pueden afectar la fatiga vocal deben explorarse en futuras
investigaciones. Al comprender qué aumenta el riesgo de fatiga vocal, los
educadores y los administradores escolares pueden tomar precauciones para
mitigar el riesgo laboral de problemas de salud vocal a corto y largo plazo en los
maestros de escuela.
© 2017 S. Karger AG, Basilea
Introducción
Durante las últimas tres décadas, ha aumentado el interés en examinar los
problemas de voz asociados con las personas que usan su voz como una
herramienta del oficio, como los maestros de escuela. La investigación ha
indicado que los maestros de escuela tienen un alto riesgo de experimentar
problemas de voz a corto y largo plazo [1, 2]. Por ejemplo, en una encuesta
realizada a más de 2,500 docentes y no docentes en los EE. UU., Se informó
que el 57.7% de los docentes escolares habían experimentado problemas de
voz durante sus vidas. En comparación, solo el 28.8% de los no docentes
habían experimentado problemas de voz [3] durante sus vidas. Según el
estudio, el 11% de la población de maestros de escuela encuestados también
informó tener problemas de voz actuales (casi el doble de eso
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Russell E. Banks
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Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trastornos de la Universidad Estatal de
Michigan, Oyer Discurso y Audiencia Edificio 1026 Red Cedar Road, East Lansing, MI
48824 (EE. UU.) Correo electrónico russell @ banks.fm
de no docentes). Además, se ha informado que las usuarias de voz ocupacional
tienen una mayor instancia de problemas de voz que los hombres [4]. En estos
casos, no solo se ve afectada la salud y la calidad de vida del maestro, sino que
es menos probable que los estudiantes aprendan la información que se enseña
en la clase [5, 6].
Una queja vocal común de los maestros es la fatiga vocal. La fatiga vocal
se ha descrito clínicamente como una reacción adversa de los usuarios de la
voz a períodos prolongados de carga vocal [7]. Titze y col. [8] ha sugerido que
los síntomas de fatiga vocal pueden reducirse agregando pequeños períodos
de silencio vocal a corto plazo durante todo el día. Además, otra investigación
ha indicado que pueden ser necesarias horas o incluso días para recuperarse
por completo de múltiples horas de uso prolongado de la voz [9]. Sin
embargo, la fatiga vocal ha sido difícil de cuantificar, lo que ha dificultado la
vinculación directa de los posibles factores de riesgo con los problemas de la
voz.
Recientemente, se validó un Índice de fatiga vocal (VFI) [10] que puede
ayudar a proporcionar una cuantificación más estándar de la fatiga vocal. El
VFI es una escala de 19 preguntas utilizada para cuantificar la cantidad de
fatiga vocal experimentada por un individuo determinado en las siguientes tres
categorías puntuadas: (1) cansancio general de la voz (rendimiento), (2)
molestias físicas asociadas con la voz ( dolor) y (3) mejoría de los síntomas
con reposo (recuperación). El VFI puede ser una herramienta útil para
identificar aquellos que experimentan fatiga vocal, así como los factores que
afectan la cantidad de fatiga vocal reportada por los usuarios de voz
ocupacional.
Se han implicado muchos factores diferentes como posibles
contribuyentes al aumento de la fatiga vocal y el riesgo vocal en los
usuarios de voz ocupacional. Uno de esos factores es la acústica de la
sala de clase. Se ha demostrado que la mala acústica en el aula es un
factor que puede aumentar la probabilidad de que los maestros de
escuela experimenten problemas de voz. Bottalico y col. [11] indicó
que en las aulas con tiempos de reverberación más largos
(generalmente asociados con volúmenes más grandes) los maestros
adoptan comportamientos vocales que aumentan la probabilidad de
adquirir problemas de voz. Kob y col. [12] informaron que las
diferencias en las condiciones acústicas de la sala en las aulas
parecían afectar más a los maestros con problemas de voz que a los
maestros sanos. Por lo tanto, los problemas de salud vocal
probablemente podrían mejorarse mejorando la acústica del aula.
Brunskog y col. [13] investigó objetivamente los ajustes vocales y los juicios
subjetivos de los hablantes debido a los cambios en los atributos físicos de una
habitación (por ejemplo, el tamaño y el tiempo de reverberación). Un aumento en el
poder vocal de un hablante
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se encontró que estaba correlacionado con el tamaño de la habitación y la
amplificación por la habitación de la voz del hablante en sus oídos (denominado
"ganancia de habitación").
Los altos niveles de ruido en las aulas son una causa mencionada con
frecuencia de los problemas de voz de los maestros, con niveles de ruido que
varían entre 56.3 y 76.8 dB (A) según las actividades de los niños y el número
de niños en el aula [14, 15]. A medida que aumentan las dimensiones del aula
para acomodar a más niños, el ruido presente en esas aulas activas también
aumenta. Aunque las regulaciones difieren de un estado a otro en los Estados
Unidos, existen recomendaciones para el número de estudiantes permitidos
por aula y por maestro. Estas recomendaciones se calculan por regla y
representan aproximadamente 20 pies cuadrados del total de pies cuadrados
de un salón de clases para cada estudiante (Asociación Nacional de
Alguaciles del Estado).
En 2002, el American National Standards Institute publicó pautas sobre
acústica óptima en el aula (ANSI S12.60-2002). El ANSI recomendó que el
ruido de fondo presente en una sala de clase desocupada permanezca en
o por debajo de 35 dB (A). También recomendaron que los tiempos de
reverberación permanezcan <0.6 s en aulas más pequeñas y <0.7 s en
aulas más grandes. Knecht y col. [16] encontraron que la mayoría de las
aulas escolares encuestadas (87.5%) no cumplían ninguno de estos
requisitos.
Además, algunas investigaciones han sugerido que la edad de un maestro
puede tener un efecto significativo en sus cantidades reportadas de problemas de
voz, incluida la fatiga vocal. Más específicamente, los maestros mayores de 40
años han informado un mayor riesgo de experimentar trastornos de la voz en
comparación con los menores de 40 años [3]. Este mayor riesgo puede estar
asociado con cambios hormonales y otros cambios fisiológicos que ocurren con la
edad. Por ejemplo, el ácido hialurónico en las cuerdas vocales, que funciona
como un amortiguador, regulador de viscosidad e importante molécula de
señalización, es diferente entre los géneros y disminuye con la edad [17, 18].
Estos y otros cambios relacionados con la edad pueden afectar la rigidez de las
cuerdas vocales y, por lo tanto, aumentar potencialmente la cantidad de
problemas de voz que experimentan los maestros.
Dado el elevado riesgo vocal de los maestros en general, y el
probable vínculo entre el riesgo vocal y la mala acústica del aula, el
estudio actual fue diseñado para responder a la siguiente pregunta:
¿cómo se informa la fatiga vocal (según lo cuantificado por el VFI) en una
maestra promedio también? - ¿Citado con el tamaño del aula cuando se
controla por la edad del maestro? Al abordar esta pregunta, la hipótesis
era que las maestras informarían niveles más altos de fatiga vocal
cuando (1) enseñaran en aulas más grandes y (2) aumentara su edad. Si
bien la edad no es el problema principal, debe tenerse en cuenta, ya que
la voz sí
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cambia con la edad [17] y se ha encontrado que la edad de un maestro tiene un
efecto negativo en la cantidad reportada de problemas de voz, especialmente en
las mujeres. Por ejemplo, varios estudios han encontrado que las mujeres
mayores de 40 años experimentan constantemente más casos de problemas de
voz que sus contrapartes masculinas [3, 18, 19].
Sujetos y métodos
Asignaturas
Esta investigación se realizó de acuerdo con los protocolos delineados por
el Programa de Protección de Investigación Humana de la Universidad Estatal
de Michigan (exento). Los participantes dieron su consentimiento para
participar en este estudio. Se envió una encuesta por correo electrónico a las
maestras de jardín de infantes a doceavo grado de distritos escolares elegidos
al azar en todo Estados Unidos, centrándose principalmente en Michigan,
Utah, Tennessee, Alabama, Florida, Georgia, Nueva Hampshire y Carolina del
Sur . Se recibieron respuestas de maestros en más de 30 estados en todo
Estados Unidos. Dentro del correo electrónico, se proporcionó un enlace a la
encuesta. Algunos colegas de esas áreas completaron algunas copias en
papel de la encuesta en Tennessee y Utah. Finalmente,
Solo se utilizaron las respuestas de las maestras en el análisis, porque
investigaciones anteriores han indicado una mayor prevalencia de trastornos de la voz en
las mujeres que en los hombres [4]. Dado que la mayoría de los docentes son mujeres y la
mayoría de los encuestados eran mujeres, centrarse en las docentes en el análisis es un
enfoque prudente. Como tal, se anticipó que los resultados de esta población ayudarían
más en la comprensión de la fatiga vocal, sus síntomas y su desarrollo a lo largo del
tiempo.
Métodos: Encuesta
La encuesta en línea incluyó 61 preguntas y se implementó mediante el software
Qualtrics Survey. Para evitar sobrecargas y altas tasas de abandono, la duración de la
encuesta se completó en menos de 15 minutos. Las preguntas incluyeron los 19 ítems
del VFI y otros factores de fatiga vocal [20], así como varias preguntas sobre la
capacidad del aula, la capacidad de la clase (número de estudiantes) y la edad de los
maestros. Con respecto a la capacidad del aula, se les pidió a los maestros que
describieran el aula donde enseñan principalmente eligiendo entre las siguientes
opciones: sala pequeña (es decir, oficina, sala de necesidades especiales, capacidad
de 5 a 10 alumnos); sala media (es decir, aula central general, sala de arte, capacidad
16–35); sala grande (es decir, tienda, sala de música o actuación, más de 35
capacidades); y sala muy grande (es decir, gimnasio, cafetería, auditorio,
Análisis
Los modelos lineales generalizados logarítmicos de Poisson (GLM) se utilizaron para
probar las asociaciones entre VFI (los tres componentes de rendimiento, dolor y
recuperación, así como el VFI total) y la capacidad del aula principal (cuatro niveles:
pequeño , mediano, grande, muy grande) y edad (considerada como una variable continua).
La desviación del GLM log-lineal de Poisson se probó frente a los grados de
libertad utilizando χ 2 distribución para detectar y luego
El efecto de la capacidad en el aula sobre la fatiga
vocal cuantificada por el VFI
explican la posible sobredispersión, que es común para este tipo de datos [21]. La
significancia estadística de cada parámetro se evaluó luego con una razón de
probabilidad basada en χ 2 Estadísticas. Se utilizó una prueba de comparación múltiple
post hoc después de la prueba GLM para capturar las diferencias entre las capacidades
del aula para identificar las diferencias entre los grupos. El análisis se realizó utilizando el
software "Proyecto R para computación estadística" (R Core Team, 2014) implementado
con el paquete "AER" (función "prueba de dispersión" para la detección de
sobredispersión) y el paquete dispmod ("glm.pois- son.disp ”para la corrección de
sobredispersión GLM log-linear de Poisson). Los modelos anidados fueron comparados
por χ 2 prueba.
Como las tres secciones de la encuesta se analizaron utilizando un único
método de análisis vectorial sumado [10], si no se respondieron todas las
preguntas del VFI, el tema dado no se incluyó en el análisis.
Resultados
De 570 docentes encuestadas, 506 habían completado sus encuestas
en un tiempo promedio de finalización de 12.5 min. Entre esos 506, 50
maestros informaron que estaban enseñando en aulas pequeñas, mientras
que 357 estaban enseñando en las medianas, 88 en las grandes y 11 en
las muy grandes. El puntaje promedio reportado de VFI para los factores
individuales (desempeño, dolor y recuperación) fue de 16.7, 5.9 y 2.4,
respectivamente. La edad promedio de los encuestados en este estudio fue
de 42,9 años.
Usando los valores de VFI sugeridos por Nanjundeswaran et al. [10], se
encontró que más del 60% de los maestros que respondieron indicaron que
actualmente estaban experimentando fatiga vocal. Esta prevalencia de fatiga
vocal es consistente con la encontrada por Roy et al. [3], quienes declararon
que el 58% de los maestros informaron tener problemas con el uso de la voz
o el sonido en el momento de la encuesta.
Las siguientes tres subsecciones proporcionan los resultados estadísticos para
cada uno de los tres factores categorizados por el VFI. Las distribuciones de las
puntuaciones de VFI asociadas con los tres factores fueron más consistentes con la
distribución de Poisson, de acuerdo con la probabilidad logarítmica y las gráficas del
ajuste de varias distribuciones posibles. Por lo tanto, el GLM se ajustaba a la familia
de distribuciones de Poisson y la función de enlace de registro.
Rendimiento VFI (Factor 1)
Se ajustó un GLM lineal de Poisson corregido por sobredispersión con
la variable de respuesta del rendimiento de VFI (factor 1) (rendimiento) y
las covariables (1) capacidad de aula y (2) edad del docente. El nivel de
referencia para la capacidad del aula era "pequeño". El resultado de este
modelo se informa en la Tabla 1. El modelo de bondad de ajuste se evaluó
con la prueba de Hosmer-Lemeshow, que evalúa:
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 Tabla 1. El modelo lineal generalizado logarítmico de Poisson corregido por sobredispersión se ajusta a la variable de respuesta "rendimiento VFI (factor
1)" y las covariables "capacidad de aula" y "edad"

Rendimiento VFI (factor 1) Estimar Error estándar z valor pags valor

(Interceptar) 2,51 0,07 36,45 <0.001 ***

Aula mediana 0,32 0,07 4.39 <0.001 ***
Aula grande 0,46 0,08 5.47 <0.001 ***
Aula muy grande 0,59 0,15 3.88 <0.001 ***
Años - 0,90 0,47 - 1,92 0,055 ′
Años 2 - 1,15 0,47 - 2,45 0,014 *

Para la intersección y para cada factor fijo, la estimación, el error estándar, el estadístico de prueba z, y el pags Se reportan valores. ***  p < 0.001, *  p
< 0,05, ′   p < 0.1. VFI, Índice de fatiga vocal.

25

20

Rendimiento del factor 1 de VFI

20
Rendimiento del factor 1 de VFI

dieciséis

12
15

25 30 35 40 45 50 55 65 70 60
Pequeña Medio Grande Muy grande
Años de edad
Tamaño del aula

Figura 1. Valores medios y errores estándar para el rendimiento del Índice de fatiga Figura 2. Valores medios y errores estándar para el desempeño del Índice de fatiga vocal

vocal (VFI) (factor 1) puntuado en aulas con diferente capacidad. (VFI) (factor 1) calificado por los maestros agrupados en intervalos de 5 años de edad. La
curva negra representa el mejor ajuste cuaternario y la banda gris representa los intervalos
de confianza del 95%.

es si la diferencia entre los datos observados y los datos pronosticados es
estadísticamente significativa (χ 2 = –1,11, df = 8, p = 1) Como se indica en la
Tabla 1 y se muestra en la Figura 1, el rendimiento de VFI (factor 1) aumentó
cuando la capacidad del aula fue mayor. El valor medio obtenido por los
profesores fue de 12.38 (error estándar [SE] 0.93) en aulas pequeñas,
17.02 (SE 0.42) en aulas medianas, 19.39 (SE 0.93) en aulas grandes y
22.55 (SE 2.25) en aulas muy grandes. Como lo indican las
comparaciones múltiples post hoc de Tukey, las respuestas a las
preguntas en el factor 1 fueron más altas en las aulas más grandes y todas
las diferencias fueron estadísticamente significativas con la excepción de
la clase.
pares de salas muy grandes-medianas y muy grandes-grandes, debido al bajo
número de encuestados que enseñan en aulas muy grandes (medio-pequeño:
estimación = 0.32, z = 4,55, p <
0,001; grande-pequeño: estimación = 0.46, z = 5.47, p < 0,001; muy
grande-pequeño: estimación = 0.58, z = 3.88, p < 0,01; medio grande: estimación =
0.14, z = 2,57, p = 0,04; medio muy grande: estimación = 0.26, z = 1.94, p = 0,18;
muy grande-grande: estimación = 0.13, z = 0,88, p = 0,79). La mayor cantidad de
variabilidad en los resultados de los maestros en salones de clase muy grandes
se debe en gran parte a tener menos respuestas de este grupo que de aquellos
que enseñan en salones de clase más pequeños.
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 Tabla 2. El modelo lineal generalizado logarítmico de Poisson corregido por sobredispersión se ajusta a la variable de respuesta "dolor VFI (factor 2)" y las
covariables "capacidad de aula" y "edad"

Dolor VFI (factor 2) Estimar Error estándar z valor pags valor

(Interceptar) 1,49 0,10 14,80 <0.001 ***

Aula mediana 0,30 0,11 2,83 <0.005 **
Aula grande 0,47 0,12 3.83 <0.001 ***
Aula muy grande 0,72 0,22 3.24 <0.002 **
Años - 1,57 0,68 - 2,30 0,021 *
Años 2 - 2,38 0,69 - 3.46 <0.001 ***

Para la intersección y para cada factor fijo, la estimación, el error estándar, el estadístico de prueba z, y el pags Se reportan valores. ***  p < 0.001,
**  p < 0,01, *  p < 0,05. VFI, Índice de fatiga vocal.

(2) edad del maestro. El nivel de referencia para la capacidad en el aula fue
"pequeño". La salida del modelo se informa en la Tabla 2. El modelo de
bondad de ajuste se evaluó con la prueba de Hosmer-Lemeshow (χ 2 = –4,39, df
10 = 8, p = 1) Como se indica en la Tabla 2 y se muestra en la Figura 3, la
puntuación de dolor VFI (factor 2) aumentó cuando la capacidad del aula era
mayor. El valor medio obtenido por los profesores fue
VFI factor 2 dolor

8
4.5 (SE 0.51) en aulas pequeñas, 6.09 (SE 0.22) en aulas medianas,
7.06 (SE 0.47) en aulas grandes y 9.60 (SE
1.71) en aulas muy grandes. Como lo indican las comparaciones múltiples post
66
hoc de Tukey, el dolor VFI (factor 2) fue mayor en las aulas más grandes y todas
las diferencias fueron estadísticamente significativas con la excepción de los
pares de medio grande, medio muy grande y muy grande. grande
44
(mediano-pequeño: estimación = 0.30, z = 2,82, p = 0,02; grande-pequeño:
Pequeña Medio Grande Muy grande estimación = 0.47, z = 3.82, p < 0,001; muy grande-pequeño: estimación = 0.72, z = 3.24,
Tamaño del aula p = 0,05; grande-medio: estimación =

0.16, z = 2.13, p = 0,13; muy grande-medio: estimación = 0.41,

Fig. 3. Valores medios y errores estándar para las respuestas al dolor del índice de fatiga
z = 2,08, p = 0,14; muy grande-grande: estimación = 0.25, z = 1.19,
vocal (VFI) (factor 2) calificadas en aulas con diferente capacidad.
p = 0,60). La mayor cantidad de variabilidad en los resultados de los
maestros en aulas muy grandes se debe en gran parte a tener menos
respuestas de este grupo que de los que enseñan en aulas más pequeñas.

Con respecto al efecto de la edad en el factor 1, el modelo preferido
fue el que tenía términos de edad polinómica de segundo grado. Esto
significa que la relación con el factor 1 no es monotónica, pero hay un
punto de inflexión que está cambiando la dirección de la relación entre el
factor 1 y la edad. La figura 2 muestra la relación antes mencionada, con
el punto de inflexión ubicado entre 40 y 45 años.
Con respecto al efecto de la edad en el factor 2, el modelo preferido
fue el que tenía términos de edad polinómica de segundo grado. Esto
significa que la relación con este factor no es monótona, pero hay un
punto de inflexión que está cambiando la dirección de la relación entre el
factor 2 y la edad. La figura 4 muestra la relación antes mencionada, con
el punto de inflexión ubicado entre 40 y 45 años.

Dolor VFI (Factor 2) Recuperación VFI (Factor 3)

Se ajustó una GLM logarítmica lineal de Poisson corregida por sobredispersión Se ajustó una GLM log-lineal de Poisson corregida por sobredispersión con la
con la variable de respuesta del dolor VFI (factor variable de respuesta de recuperación de VFI (factor
2) (dolor) y las covariables (1) capacidad del aula y 3) (recuperación) y las covariables (1) capacidad del aula
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vocal cuantificada por el VFI 10.1159 / 000484558

 7.5

VFI factor 3 recuperación

VFI factor 2 dolor

5.0

2.5

00

25 30 35 40 45 50 55 65 70 60 25 30 35 40 45 50 55 65 70 60
Años de edad
Años de edad

Fig.4. Valores medios y errores estándar para el dolor del índice de fatiga vocal (VFI) (factor Fig.5. Los valores medios y los errores estándar para la recuperación del índice de fatiga vocal

2) calificado por los maestros agrupados en intervalos de 5 años de edad. La curva negra (VFI) (factor 3) fueron calificados por los maestros agrupados en intervalos de 5 años de edad. La
representa el mejor ajuste cuadrático y la banda gris representa los intervalos de confianza curva negra representa el mejor ajuste cuadrático y la banda gris representa los intervalos de
del 95%. confianza del 95%.

Tabla 3. El modelo lineal generalizado logarítmico de Poisson corregido por sobredispersión se ajusta a la variable de respuesta "recuperación de VFI (factor 3)"
y las covariables "capacidad de aula" y "edad"

Recuperación de VFI (factor 3) Estimar Error estándar z valor pags valor

(Interceptar) 0,56 0,15 3,63 <0.001 ***

Aula mediana 0,05 0,16 0,32 0,752
Aula grande 0,05 0,19 0,26 0,795
Aula muy grande 0,57 0,34 1,68 0,092 ′
Años - 1,52 1.10 - 1,38 0,168
Años 2 - 2,18 1.10 - 1,98 0,048 *

Para la intersección y para cada factor fijo, la estimación, el error estándar, el estadístico de prueba z, y el pags Se reportan valores. ***  p < 0.001, *  p
< 0,05, ′   p < 0.1.

y (2) edad del maestro. El nivel de referencia para la capacidad del aula era
"pequeño". La salida del modelo se informa en la Tabla 3. El modelo de
bondad de ajuste se evaluó con la prueba de Hosmer-Lemeshow (χ 2 = –17,61,
df = 8, p = 1) Como lo indica el resultado del modelo, el efecto de la capacidad
del aula en las respuestas a las preguntas del factor 3 no fue
estadísticamente significativa, con la excepción de la diferencia entre aulas
pequeñas y muy grandes. Sin embargo, las comparaciones múltiples post hoc
de Tukey mostraron que tampoco la diferencia mencionada anteriormente fue
estadísticamente significativa una vez que se aplicó la corrección.
Con respecto al efecto de la edad en el factor 3, el modelo preferido fue
el que tenía términos de edad polinómica de segundo grado. Esto significa
que la relación entre las respuestas sobre la recuperación vocal no es
monótona, pero hay un punto de inflexión que está cambiando la dirección
de la relación entre el factor 3 y la edad. La Figura 5 muestra la relación
mencionada anteriormente, con el punto de inflexión ubicado entre 40 y 45
años.
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 Discusión
Los maestros en aulas de mayor capacidad (presumiblemente de mayor
tamaño) informaron un aumento en las puntuaciones de VFI en los tres factores
(rendimiento, dolor y recuperación). Esto es consistente con investigaciones
previas [22] y puede proporcionar un vínculo entre las medidas de fatiga vocal y
esfuerzo vocal. Puede ser que el mayor esfuerzo asociado con hablar en aulas
más grandes esté creando un aumento en la cantidad de fatiga vocal que los
maestros están informando.
Específicamente, los maestros informaron que la fatiga vocal era
significativamente elevada en el factor de rendimiento vocal del VFI en
comparación con el tamaño de aula de menor capacidad (5–10 estudiantes).
Sin embargo, los puntajes elevados no estaban en un rango lo
suficientemente alto como para considerarse fatiga vocal en ese factor según
Nanjundeswaran et al. [10] ( ≥ 24 se considera "fatigado" en este factor). Sin
embargo, en el factor 2 del VFI, los maestros en aulas grandes y muy
grandes promediaron> 7 de un posible 20, lo que indica fatiga vocal en este
factor (grande: 7.06; muy grande:
9.6). Este puntaje promedio indica una gran cantidad de fatiga vocal en
comparación con los usuarios de voz no ocupacionales y las personas
vocalmente sanas. Con respecto al factor 3, las maestras informaron una
disminución de la capacidad de recuperación con descanso cuando enseñaban
en aulas de gran capacidad en comparación con aulas de pequeña, mediana y
gran capacidad (7 de un posible 12 para este factor) . Estos resultados
generalmente indican un efecto significativo de la capacidad del aula (número de
estudiantes) en los maestros que informan fatiga vocal, lo que corresponde a
hallazgos anteriores de que la acústica de la sala puede afectar la salud vocal de
los maestros [23, 24].
Con respecto a la pregunta de investigación, se predijo que
los puntajes de VFI tendrían una correlación positiva con la
capacidad de la clase primaria y la edad de los maestros. Se
hizo hincapié en que aquellos maestros que enseñan en aulas
de mayor capacidad reportarían mayores cantidades de fatiga
vocal ya que habría más ruido en el aula (con más estudiantes).
Los maestros se verían obligados a usar una voz más alta para
instruir en estas grandes aulas, ya que sus voces tendrían que
transmitirse por toda la sala. Los maestros que instruyen en
aulas más reverberantes, que también tienen mayor capacidad,
experimentan mayores cantidades de esfuerzo vocal y una
mayor probabilidad de problemas de voz [23, 11]. Por lo tanto,
Los informes de las maestras sobre niveles elevados de fatiga vocal al
enseñar en un aula más grande pueden presentarse en
El efecto de la capacidad en el aula sobre la fatiga
vocal cuantificada por el VFI
parte de sus mayores demandas vocales en este entorno. A pesar de las
pautas publicadas por la ANSI con respecto a la acústica óptima del aula
(ANSI S12.60-2002) mencionadas anteriormente, la mayoría de las aulas
escolares encuestadas no cumplieron con estos requisitos. Por ejemplo, en
un aula activa, los niveles de sonido pueden alcanzar 50–60 dB [25], y si se
debe mantener una relación señal-ruido de +15 dB [26], se requerirá que un
maestro hable con una voz elevada (66 dB (A)) a muy alta (78 dB (A))
(siguiendo la definición de la ISO 9921) durante la parte principal del período
de instrucción. La necesidad de mantener un nivel de voz suficientemente
alto es probablemente la razón principal por la cual los maestros de escuela
experimentan cantidades tan elevadas de fatiga vocal.
Como se esperaba, los puntajes del VFI asociados con el rendimiento
(cansancio general de la voz) y el dolor (molestias físicas asociadas con la
voz) fueron directamente proporcionales a la capacidad del aula. Sin embargo,
el puntaje de recuperación no se asoció con la capacidad de las aulas
primarias de los maestros. La razón de esto puede ser que, si bien los
primeros dos componentes del VFI pueden verse afectados por factores
ambientales como la capacidad de la sala, la recuperación de la fatiga vocal
está más relacionada con la fisiología del mecanismo vocal. Esto se evidencia
por el efecto de la edad en la recuperación vocal.
Si bien se trató principalmente como una variable de control, se supuso que los
maestros mayores experimentarían mayores cantidades de fatiga vocal debido a los
cambios fisiológicos que ocurren con la edad [3]. Sin embargo, en este estudio, la
relación entre la edad y el VFI en los tres factores parecía ser cuadrática en lugar de
lineal. Los valores más altos en el VFI fueron reportados por maestros entre 40 y 45
años de edad, indicando los niveles más bajos de rendimiento, las cantidades más
altas de dolor y los tiempos de recuperación más largos. Una posible explicación para
este fenómeno podría ser que los maestros menores de 40-45 años producen
hormonas que afectan la hidratación del tejido externo [27] y hacen que las cuerdas
vocales sean más rígidas que en las mujeres mayores de 40-45 años. Esta relación
cuadrática entre la capacidad de la sala de maestros y su dolor vocal, rendimiento, y
la recuperación también puede estar asociada con la experiencia docente y la mayor
capacidad de adaptar sus voces a los cambios fisiológicos y hormonales que
experimentan con el tiempo. También es concebible que a medida que los maestros
envejecen, estén participando en menos actividades que demanden vocalmente tanto
durante como después de la escuela. Además, los maestros de más edad con más
antigüedad pueden ser mejor respetados y, por lo tanto, pueden administrar mejor las
clases. Los maestros mayores de 60-65 años también pueden estar reduciendo el
número de clases que imparten en un día escolar y, por lo tanto, son demandadas.
están participando en menos actividades vocalmente exigentes tanto durante como
después de la escuela. Además, los maestros de más edad con más antigüedad
pueden ser mejor respetados y, por lo tanto, pueden administrar mejor las clases. Los
maestros mayores de 60-65 años también pueden estar reduciendo el número de
clases que imparten en un día escolar y, por lo tanto, son demandadas. están
participando en menos actividades vocalmente exigentes tanto durante como después de la escuela
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menos de su voz. Además, las mediciones de desempeño, dolor y
recuperación en las maestras pueden verse afectadas por el número
promedio de colisiones de cuerdas vocales (relacionadas con su tono).
Debido a este aumento en la tasa de colisiones en las cuerdas vocales
durante el habla, las mujeres menores de 40 a 45 años pueden ser más
propensas a un bajo rendimiento vocal, mayor dolor y mayores tiempos de
recuperación.
Se tomaron medidas para mejorar la validez y autenticidad de las
respuestas de la encuesta. Solo el 11% (64/570) de los participantes
abandonaron después de completar menos de la mitad de la encuesta (estas
respuestas no se incluyeron en el análisis), lo que indica que la mayoría de los
participantes que comenzaron la encuesta estaban dispuestos a completarla.
Para verificar aún más la autenticidad de las respuestas, la mayoría de las
encuestas fueron distribuidas por los administradores escolares o por correo
electrónico de los maestros obtenidos directamente de los sitios web de las
escuelas y las bases de datos LIST-SERV. Finalmente, una pregunta dentro de
la encuesta fue un "filtro de atención" que identificaba a aquellos participantes
que no prestaban atención a lo que estaban respondiendo si respondían una
respuesta diferente a la que se les indicó. Esto ocurrió raramente (<3%). Las
diferencias culturales y los idiomas nativos hablados no se tuvieron en cuenta
en esta encuesta,
Conclusión
Los maestros en general, y las maestras específicamente, tienen una
mayor instancia de problemas de voz. Las maestras que respondieron a nuestra
encuesta informaron un nivel elevado de fatiga vocal, según lo cuantificado por
el VFI. Además, con respecto a la pregunta de investigación, se encontró una
conexión entre la fatiga vocal y el tamaño del aula de los profesores. Juntos, los
factores de fatiga vocal del dolor vocal, el rendimiento y la recuperación pueden
tener un efecto en la fatiga vocal que experimentan aquellos que requieren el
uso de sus voces para completar las tareas cotidianas de sus trabajos. Además,
estos factores pueden verse afectados por la capacidad del aula primaria de los
docentes.
Además, nuestra investigación sugiere que el nivel de fatiga vocal informado
por las maestras aumenta desde los 20 años hasta los 40-45 años. Después de
este tiempo, parece que la edad ya no tiene un efecto negativo en la fatiga vocal.
Esto puede ser una indicación de la capacidad de los maestros para adaptarse a
las demandas vocales de su trabajo. También puede indicar una nivelación de los
cambios biológicos que ocurren a medida que las mujeres envejecen.
En general, estos hallazgos pueden informar a profesionales de la
salud vocal, administradores escolares y mujeres.
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maestros de los riesgos involucrados en la enseñanza en aulas de
mayor capacidad. También puede ayudar a crear una conciencia de la
necesidad de cuidar mejor la voz, especialmente entre los maestros
de 20 a 45 años, ya que esta población informó mayores riesgos de
fatiga vocal.
El trabajo futuro incluirá encuestas y análisis más detallados de otros
factores de riesgo, lo que podría conducir a percepciones adicionales e incluso la
modificación de cómo y dónde enseñan los maestros. La investigación futura en
esta área sin duda comparará las medidas objetivas de voz de los docentes
además de los puntajes en el VFI. Las calificaciones perceptivas de los oyentes
capacitados también deben usarse como una comparación con los puntajes VFI
de los maestros y las medidas objetivas recopiladas. Tal trabajo puede dar más
información sobre la cantidad de fatiga vocal experimentada por los maestros,
así como las diferencias objetivas subjetivas y objetivas en las voces de los
maestros que enseñan en varias capacidades de clase.
Reconocimiento
Me gustaría agradecer a todos los miembros del Laboratorio de Biomecánica y Acústica
de la Voz de la Universidad Estatal de Michigan y especialmente a Alyssa Rollins, Allison
Woodberg, Callan Gavigan, Lauren Glowski y Sam John por su ayuda en la recolección de
correos electrónicos de los maestros. Gracias a los Dres. Chris Gaskill en la Universidad de
Monevallo (Alabama), Lynn Maxfield en la Universidad de Utah y Chaya Nanjundeswaren en
la Universidad Estatal del Este de Tennessee por su ayuda en la recopilación de las
respuestas de los maestros a esta encuesta. Gracias también a la Dra. Simone Graetzer de
la Universidad de Liverpool por sus contribuciones a este trabajo.
La investigación reportada en esta publicación fue parcialmente apoyada por el
Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de los Institutos
Nacionales de Salud bajo el Premio No. R01DC012315. El contenido es responsabilidad
exclusiva de los autores y no representa necesariamente los puntos de vista oficiales de
los Institutos Nacionales de Salud.
Declaración de divulgación
Los autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.
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