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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

FACULTAD EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

LICDA. ARABELLA MÉNDEZ ALVARADO

RESUMEN
LA DAMA DE ORO

INTEGRANTES CARNET

GLENDY DELFINA ALVA FIGUEROA 0507-13-8004


MARÍA DEL ROSARIO ORTIZ MENDOZA 0507-13-6808
MERLYN YESENIA HIDALGO AJCOT 0507-13-5357
DALILA BLANDINA CIFUENTES ARGUETA 0507-13-5711
ROLANDO MATEO MARQUEZ DIEGUEZ 0507-13-5471
WALTER GEOVANY MULUL TUM 0507-13-7898
ALEXANDER ALONZO ZACARIAS 0507-13-8124
HELMAN DARWIN DE LEON ALFARO 0507-13-3437

X CICLO
SECCIÓN: “B”
HUEHUETENANGO 11 DE NOVIMEBRE DEL 2017
RESUMEN PELICULA

LA DAMA DE ORO

Dirigida por Simón Curtis, la película, basada en una historia real, Randol,
reticente al principio, acepta una vez conoce el valor de los cuadros y juntos viajan
a Austria para reclamarlos. Sin embargo, una vez allí se dan cuenta de que el
gobierno austríaco va a ponerles muchos obstáculos en su búsqueda. Mediante
unos cuidados flashbacks sobre la infancia y juventud de María, viajamos a  los
años veinte, treinta y cuarenta para descubrir la historia del cuadro de Adele y de
la  angustiosa huida de María y su esposo Friedrich de la Austria nazi.

La película inicia en Los Ángeles California donde vivía la señora Marie Altmann,
exiliada austriaca, en donde recién había fallecido su hermana y le había
heredado todas sus pertenencias encontrado pruebas donde a ellas les
pertenecían un importante número de obras de arte que se exhibían en el Museo
Austriaco, y que estas habían sido expropiadas por los Nazis o por la República
Austríaca después de la Segunda Guerra Mundial. Entre esas obras destacaban,
por su importancia, seis cuadros de Gustav Klimt.

Relata la historia de una mujer que desea recuperar una obra de arte, la cual
pertenecía a su tía Adele con el fin de lograr adquirir la propiedad del mismo ya
que por derecho le pertenece al ser una de las herederas constituidas en el
testamento otorgado por su tía, nos sitúa a finales de los años noventa, recreando
de forma fiel el litigio que María Altmann, una judía exiliada a Estados unidos
durante la segunda guerra mundial, inicia con Austria para recuperar algunas de
las posesiones más preciadas de su familia expoliadas por los nazis. Entre ellas
destaca el retrato Adele del famoso pintor simbolista austríaco Gustav Klimt. 
María se apoya en un joven abogado Randol Shoenberg, también descendiente
de judíos austríacos, para iniciar el proceso.

Estos cuadros pertenecían originalmente a Ferdinan Bloch-Bauer, un importante


judío checoslovaco que había amasado una gran fortuna gracias a la industria del
azúcar y que gozaba de enorme prestigio social, llegando a actuar como padrino
de distintos artistas, uno de los cuales fue precisamente Gustav Klimt. Este pintor
se encargó de hacer dos retratos de Adele Bloch- Bauer, la mujer de Ferdinand,
que murió en 1925 a la edad de 43 años como consecuencia de una meningitis.

Adele dejó expresado en su testamento que deseaba que su esposo considerase


ceder estas seis pinturas al Estado Austríaco, si bien donaba expresamente uno
de esos cuadros, el Retrato de Adele Bloch-Bauer I de 1907.

Dentro de esas obras de arte muy valiosas se encontraba el retrato de Adele, el


mismo que narra la película, el cual fue confiscado por los nazis, a la vez relata
que su marido Ferdinand Bloch-Bauer huía de Austria en el momento en que fue
confiscado el mismo. El cuadro se subastó y fue a parar a las manos de un
abogado nazi, pasando posteriormente a ser propiedad del gobierno austríaco. En
1945 Ferdinand fallece, dejando su herencia a sus sobrinos, siendo María Altmann
una de ellos.  El cuadro permanecería bajo la custodia de Austria en el museo de
Arte en Austria, hasta que años después, el Partido Verde fuerza una revisión de
los casos de expolio cometidos por los nazis, pidiendo transparencia en la
restitución de las obras de arte requisadas durante ese periodo.

Pues bien, como íbamos contando, el descubrimiento de la señora Altmann tuvo


una importante repercusión en la sociedad austríaca, que derivó en la
promulgación de la Ley de restitución de 1998, por la que el Estado debía devolver
las obras confiscadas a sus propietarios.

Precisamente y como consecuencia de esta ley, Maríe Altmann (1916- 2011),


sobrina de Ferdinand, intentó recuperar los seis cuadros de su tío pintados por
Gustav Klimt, porque Ferdinand, en su testamento, había legado esos cuadros a
sus sobrinos.

Ferdinand era el legítimo propietario de esos cuadros porque él había pagado por
ellos, por lo que el deseo expresado por Adele en su testamento no tenía validez,
aparte de que resultaba poco digno que hubiese mantenido ese mismo deseo
después de los terribles acontecimientos que se desarrollaron en Austria después
de su fallecimiento.
La lucha por la recuperación de esos cuadros es el argumento de la película La
dama de Oro (Woman in gold, 2015) de Simon Curtis, una película que resulta
muy útil para comprender la importancia del Arbitraje Internacional y de las normas
del Derecho Internacional Privado.

En la película Marie cede su caso a un joven abogado –Randol Schoenberg-, a


quien conoce a través de una amiga suya, que inicialmente muestra sus negativas
para llevar este procedimiento, pero después de conocer el valor de los cuadros
decide aceptarlo.

En 1999 la demanda de Marie Altmann para la restitución de los cuadros es


rechazada por el Comité de Restituciones Austríaco y su primera propuesta de
arbitraje no fue aceptada.

Posteriormente se plantearon recurrir al sistema judicial austríaco, pero el alto


coste del procedimiento hizo que decidiesen acudir a otras vías, porque al igual
que en España el coste del procedimiento va enlazado al valor del objeto
discutido. Es en este punto donde el abogado de Maríe tuvo una brillante idea.

Las pinturas se exhibían en los museos de Austria y se comercializaban en


Estados Unidos a través de libros de arte. El estado austríaco hacía de empresa
mercantil, desarrollaba disposiciones que se encontraban fuera del ámbito de su
soberanía estatal, por lo que Marie interpuso una demanda frente al Estado
Austríaco en la Corte de los Estados Unidos, en el distrito de California.

En EEUU la Foreign Sovereign Inmunities Act de 1976 (FSIA) es la ley que


permite juzgar actos de otro Estado en caso de expropiación, algo que aquí era
posible porque es objeto enjuiciamiento actos relativos a la gestión comercial de
un Estado, no respecto a los actos relacionados con su soberanía, pudiéndose
además aplicar esta ley con carácter retroactivo, a pesar de tratarse de hechos
que habían tenido lugar antes de la promulgación de esta norma.

Gracias a este enredo legal, la Corte Suprema de EEUU declaró la procedencia de


su demanda, y afirmó la competencia de los tribunales estadounidenses para
conocer de la demanda, si bien y con objeto de acelerar el proceso, las partes
decidieron someterse a un tribunal arbitral internacional creado ad hoc para esa
circunstancia.

El motivo de que Randol Schoenberg decidiese someterse a un arbitraje


internacional es porque resulta posible la ejecución de los laudos arbitrales a nivel
internacional, porque con ello acortaría los plazos para poder lograr una sentencia
satisfactoria (ya que por el juicio normal en la corte internacional, la señora
Altmann no lograría ver los resultados debido a su avanzada edad) y pudieran
restituirle los bienes que por derecho le correspondían a la señora Altmann.

En esta ocasión las partes no se sometieron a un organismo de arbitraje


internacional, sino que este fue creado ad hoc para este concreto asunto, evitando
de este modo el alargamiento del proceso y a que, si finalmente el tribunal decidía
en favor de Marie Altmann, ella pudiese obtener inmediatamente los cuadros,
puesto que ella era ya mayor y podía fallecer en el transcurso del procedimiento.

Es de denotar la astucia y perseverancia con que actúa el abogado de la señora


Altmann, ya que, a pesar de corta carrera en la abogacía, investigo durante meses
de qué forma podría recurrir y hacer procedente la demanda en ese proceso en
específico, al final lograron el cometido, llenándose de prestigio el distinguido
abogado.

Sin duda, la representación en la pantalla de los logros de Maríe Altmann y la


trayectoria profesional de su abogado son la mejor contribución en favor del
arbitraje en la defensa práctica de la seguridad jurídica. El Derecho Internacional
ha cambiado radicalmente en los últimos años, los estados ya no son los únicos
sujetos, pues los particulares han adquirido legitimación para reclamar
directamente frente a los estados la reparación de los ilícitos internacionales
cometidos en ejercicio de soberanía

En conclusión, de todo lo acontecido María cuenta con la asesoría del Abogado


Randol Shoenberg y el periodista Hubertus Czernin, quienes, al iniciar la
investigación encontraron archivos en el Ministerio de Cultura por primera vez
desde el Holocausto, dentro del cual encuentran la invalidez del testamento de
Adele, documento al que hasta el momento se había aferrado Austria para validar
sus derechos sobre el retrato, ya que el pagador y por tanto propietario de los
cuadros era su marido Ferdinand, lo cual dejaba a María como única heredera
viva en ese momento y por consecuencia dueña de las obras de arte. A partir de
aquí, María inició una larga negociación con su país natal, que se prolongó
durante varios años, culminando en el año 2006 con un proceso de arbitraje en
Austria en el que María salió vencedora. Los cuadros salieron de la Galería Estatal
Austríaca para ser expuestos en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles en
Estados Unidos, el país adoptivo de María.

Finalmente, María fue vendiendo los cuadros y repartió las ganancias, que
ascendieron a aproximadamente 325 millones de dólares, con sus herederos.

Se calcula que, al día de hoy, todavía miles de objetos robados siguen


almacenados en Alemania, sin investigarse su procedencia.

Lo más destacable de la película es la solución de conflictos que surgen en el


Derecho Internacional Privado, con la aplicación de normas que rigen en cada
País, así como convenios o tratados que se han ratificado para la solución de
conflictos internacionales garantizando el derecho de defensa y cada una de las
garantías que se le debe otorgar a cada individuo no importando su nacionalidad,
sino enfocándose en resguardar sus derechos y restaurar.

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