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Fecha: 24/11/198
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Partes: Almacenajes del Plata, S. A. c. Administración Gral. de Puertos
Publicado en: LA LEY 1990-A, 620, con nota de Jorge Luis Maiorano.
SUMARIOS:
TEXTO COMPLETO:
Además, las normas del cuerpo tarifario que el a quo pone en juego (arts.
7º, 8º y sigts.) --y al margen de que sean aplicables al caso, pues el texto
citado corresponde a 1964 y la sentencia no aborda los problemas derivados
de que, por res. 679 del 31 de diciembre de 1971, dictada por el
Subsecretario de Marina Mercante, comenzó a regir otro, cuyo contenido
difiere del citado por el a quo-- se limitan a reglar lo concerniente a
"ocupaciones comunes" y "ocupaciones especiales" de inmuebles y otras
instalaciones portuarias. Ahora bien, tal como el tribunal decidió, "in re":
"Meridiano Sociedad Com. Accs. y otras c. Administración General de
Puertos" (Fallos: t. 302, p. 292) al interpretar la ya citada res. 314/69 --en
la que funda la demandante su reclamo-- "el acto que otorgó la explotación
de los depósitos fiscales fue de naturaleza contractual y supuso la concesión
de un servicio público mediante el uso, también por concesión, de bienes
del dominio público..." (consid. 10). De ello resulta que la "ocupación" --
dada por concesión-- de los depósitos fiscales tenía, en los casos de la res.
314/69, una función puramente instrumental de algo que era su razón de
ser y a lo que estaba ordenada en relación de medio a fin: la concesión de
un servicio público de utilización obligatoria que hacía esencialmente al
movimiento de mercaderías dentro del puerto (conf. fallo cit., consid. 6º).
Esto último no estaba contemplado, por cierto, en los artículos citados del
cuerpo tarifario, los que --por esa razón-- no son las reglas apropiadas para
determinar el régimen de revocabilidad de las concesiones y sus respectivas
condiciones y alcances, debido a que se refieren a las mentadas
"ocupaciones" consideradas en forma exclusiva y autónoma, pero sin
vinculación alguna con hipótesis como las del "sub lite", en que sólo son el
medio para la concesión de un servicio público, aspecto éste que resulta ser
el esencial y determinante.
8) Que, por fin, en lo que atañe a si la licitación pública era o no necesaria
para otorgar la explotación de los depósitos fiscales que efectivizó la res.
314/69, el a quo --después de recordar lo resuelto en sentido negativo por
esta Corte "in re" "Meridiano" (cit.) y las normas que en esa ocasión fueron
interpretadas-- se adentra en "el análisis del conjunto normativo citado,
cuya aplicación al caso no se discute" para llegar "a una conclusión
diametralmente opuesta". O sea, que la licitación pública habría sido
imprescindible y que --al omitírsela-- ello provocó "la nulidad de los
contratos celebrados sin cumplir tal recaudo", al par que justificó la
revocación de la res. 314/69, que habría padecido de igual vicio (ídem).
Con relación al punto sub a) ya ha sido resuelto por el tribunal "in re"
"Meridiano", en términos que esta corte, en su actual composición, hace
suyos (ver especialmente consid. 7º, 8º y 9º de ese fallo), lo que lleva al
rechazo de ese agravio. A igual resultado cabe llegar respecto del señalado
sub b), atento lo que ha sido expuesto anteriormente en el consid. 8. Lo
concerniente al plazo por el cual tuvo virtualidad la prórroga, remite a lo
expresado en el consid. 9º de la presente, no sin dejar de subrayar la
particular significación que tiene en el "sub lite" la existencia de un expresa
opción efectivizada por la actora, que en el mencionado considerando es
examinada a fin de otorgarle sus debidos alcances y que por su peculiaridad
diferencia al presente del caso "Meridiano" (ver el fallo dictado en esta
última causa, consid. 4º "in fine").
12) Que atento lo dispuesto por los arts. 68, párr. 2º y 71 del Cód. Procesal,
la naturaleza y complejidad de las cuestiones planteadas y la forma en que
ellas se deciden, se imponen las costas de todas las instancias --incluida la
presente-- en el orden causado.