INSTITUTO UNIVERSITARIO DEL NORTE

CAMPUS TORREÓN

BARRERAS DE APRENDIZAJE EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD

1° Rubrica

Docente:

Lic. Ana María Armendáriz Arellano

Educación Especial

Por:

David Espinoza Olivas

7° Cuatrimestre de la Lic. En Psicología Humanista.

Torreón, Coahuila a 21 de septiembre del 2020.

 BARRERAS DE APRENDIZAJE EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD

El presente trabajo es presentado como proyecto de evaluación de competencias para el primer

módulo de la materia de Educación especial. Consta de un breve ensayo sobre las barreras educativas
para las personas con discapacidad.

En mayo del año de 2015, en el Foro Mundial de la Educación realizado en Incheon (República
de Corea), representantes a nivel mundial de la comunidad educativa, firmaron la Declaración de la
Agenda de Educación 030 y se comprometieron a “Garantizar una educación de calidad inclusiva y
equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. En dicho foro se
declara los ejes centrales de la educación los cuales son:

 Aprender a ser.
 Saber conocer.
 Aprender a hacer.
 Aprender a vivir juntos.

De estos cuatro pilares fundamentales propuestos por la UNESCO se destaca la importancia del
aprendizaje en el desarrollo infantil. Ya sea que hablemos de la educación regular o especial. En este
sentido educar va más allá de otorgar y aprender conocimientos teóricos.

El 10 de diciembre del año 2012, en el marco del 64 Aniversario de la Declaración Universal de

los Derechos Humanos, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa de reforma
constitucional en materia educativa. Desafortunadamente esta reforma se realiza tres años antes de la
declaración de la UNESCO donde se acuerda el seguimiento de la educación basado en las habilidades
para la vida. Después de revisar esta reforma y las leyes que de ella emanan se puede observar que ésta
está dirigida a dos ejes fundamentales: La reforma en la práctica administrativa de los recursos humanos
y económicos y la implementación tecnológica en la educación básica.

Ahora bien, que tiene que ver todo esto con las barreras educativa. Pues a primera vista se puede
ver la inquietud del gobierno mexicano para mejorar la calidad educativa, sin embargo, después de una
breve análisis de dichas propuestas encontramos que, mientras que en la agenda internacional se
discuten temas relacionados con la calidad de la educación y sobre qué deben aprender los niños, así

David Espinoza Olivas

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como la necesidad de reorientar la educación de lo teórico a lo práctico, en México aún siguen

debatiendo cuestiones políticas de administración pública y el gasto de recursos.

No es sorpresa saber que existe un atraso significativo en la educación pública en México. Ahora
bien. ¿A qué nos referimos cuando se trata de Barreras de la educación?

Bajo el enfoque de la educación inclusiva se ha generado el concepto de barreras para el

aprendizaje y la participación como un mecanismo que moviliza los paradigmas en educación y, a su
vez, como la vía para caminar hacia la eliminación de prácticas educativas que han generado
segregación, discriminación o exclusión en las escuelas con respecto a los grupos más vulnerables o en
situación de riesgo. Este concepto fue definido inicialmente por Tony Booth y Mel Ainscow (entre
otros) en el año 1999 y forma parte del documento Index for inclusion, traducido al castellano como el
Índice para la inclusión o Guía para la educación inclusiva (Booth y Ainscow, 2000).

Una barrera educacional es toda aquella circunstancia de carácter cultural, administrativa,

institucional, personal e incluso hasta familiar que entorpezca tanto la práctica docente y el desarrollo
individual de los estudiantes. Aunado a estas barreras tenemos la discapacidad, la cual sin duda ejerce un
punto de presión extra en el individuo.

Pareciera que vivimos en una época donde la inclusión ya no es un problema, pero la realidad es
otra. En mi práctica profesional y personal he tenido la oportunidad de observar que la primera barrera a
la que una persona con discapacidad se enfrenta es de carácter cultural. No me refiero, aún, a las
características generales de la discriminación social, si no a un problema que permea la raíz de la
sociedad; La familia.

Traer un hijo al mundo no es tarea fácil, tampoco encargarse de su educación, sin embargo,
cuando llega la discapacidad es un duro golpe al que se enfrentan las familias. No estamos preparados
para lidiar con la discapacidad física, cognitiva o emocional. Es decir, con la discapacidad, el gasto de
recursos económicos y emocionales necesarios para atender las necesidades especiales se triplica. No
basta con la provisión básica ya que en la discapacidad las demandas del individuo son mayores ya que
el desarrollo “normal” es frenado de golpe. Esto es una problemática grave ya que no solo está en riesgo
la salud física de la persona discapacitada, si no la salud física y emocional de las personas de su
entorno.

David Espinoza Olivas

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En primer término las familias requieren mayor recurso económico lo cual genera ausencia
familiar. Este problema puede enfrentarse ya que actualmente se puede acceder a instituciones públicas
o privadas que ayudar apoyos en distintos rubros, sin embargo otro recurso importante es el tiempo. He
observado que hay familias que no tienen mucho problema para solventar la salud y la educación de los
niños, ya sea por apoyos institucionales o por apoyos familiares, sin embargo viene un segundo
problema. Hace falta un acompañamiento de marcación personal, ya que, más allá del apoyo terapéutico,
los padres y familiares juegan un papel fundamental en el desarrollo, el cual demanda un gasto de
tiempo extra.

En la institución donde trabajo muchas veces las ausencias son generadas por que no hay quien
los lleve a sus terapias. Otras veces los padres utilizan estos recursos terapéuticos como guarderías
donde dejan al niño y se desentienden de su proceso personal. Muchas otras veces optan por pedirle a
algún otro familiar que los lleve a sus terapias, sin embargo, no pueden o no saben seguir las
indicaciones para el trabajo en casa ya que por sus actividades laborales no tienen la oportunidad, o la
energía, para estar presentes.

Ahora si regresemos a las generalidades de la cultura. Como ya se dijo anteriormente, esta

pseudo cultura de la equidad y la inclusión ha permitido, también gracias a las reformas
gubernamentales, que las personas con discapacidad se integren a las aulas regulares. Sin embargo,
muchas veces el personal docente no está preparado para lidiar con la discapacidad. En pleno 2020 nos
hemos topado con casos en las que las instituciones públicas o privadas no aceptan niños con
discapacidad, bajo el siguiente argumento. “Osea, si aceptamos discapacidades, pero no todas, solo las
menos notorias.” También hemos escuchado quejas de los padres de familia al encontrar que, si bien el
hijo fue aceptado en una institución el docente lo relega y no se sigue el plan de estudios, así pues los
niños van, pero no son adecuadamente incluidos ni instruidos.

Claramente existen muchas excepciones donde las instituciones si cuentan con la infraestructura
adecuada, cómo rampas, puertas, baños etc. Además de la preparación de los docentes. Pero la realidad
es que la educación pública aún no es especialista en estos casos.

Por otro lado, es verdad que existen muchas instituciones privadas que brindan servicios
educativos especializados, sin embargo, muchas de las veces son muy costosos.

David Espinoza Olivas

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Más allá de eso, en la actualidad se presentó una barrera que impactó a todos los estratos sociales
y que fue una situación que estaba fuera de las manos de todos. Con la pandemia mundial del Virus
SARS Cov 2, los paradigmas en la educación están cambiando, pasamos de la modalidad presencial a la
modalidad virtual y ha sido un reto enorme en todos los niveles académicos. En este caso, los
estudiantes con alguna discapacidad han sido los más afectados ya que recordemos que una de las
cualidades fundamentales de la educación especial es el vínculo, el contacto y la sensorialidad.

Esta nueva modalidad virtual vino a redoblar los esfuerzos de los padres y los educadores. Si
bien aún estamos luchando para acoplarnos a esta nueva modalidad, la calidad educativa sufrió un gran
golpe.

Otra gran barrera es la desinformación a cerca de la discapacidad. Existe la creencia general que
en la discapacidad, sobre todo en la discapacidad cognitiva, de que los individuos no pueden alcanzar
ciertas capacidades. Sin embargo no todas las discapacidades son iguales. El potencial de desarrollo es
variado según la enfermedad o condición, el apoyo familiar y terapéutico. Aun así es difícil no
estereotipar. Por ejemplo, en el autismo existe una gran gama de funcionamiento social y cognitivo,
igual en el síndrome de Down. Lo que si sigue un patrón es la creencia de que estas personas son eternos
infantes. Muchas veces la educación no se concentra en el desarrollo personal tanto como el social y
cognitivo. Es decir, muchos niños atraviesan problemas comunes de identidad y sexualidad que tienden
a ser reprimidos o mal abordados. Por esa razón la tarea del psicólogo es coadyuvar en una educación
integral que ayude tanto el desarrollo físico como el emocional, cognitivo y hasta sexual, permitiendo
que la persona sea tratada y vista con la dignidad total que muchas veces la discapacidad tiende a limitar.

David Espinoza Olivas