Está en la página 1de 9

Entre zombis y

caníbales:
Representaciones de la
alteridad en la literatura
haitiana
Arnaldo Valero
Universidad de Los Andes RECIBIDO: 16-11-2005 • ACEPTADO: 14-12-2005
Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres
Mérida-Venezuela

Resumen
Desde 1492 los pueblos y comunidades que habitan el
Caribe han sido objeto permanente de representación por
parte del sujeto occidental. Así pues, desde la carta de Colón
al tesorero Sánchez hasta producciones cinematográficas como
I walked with a zombie (1941), pasando por Bug Jargal (1818),
BETWEEN ZOMBIES AND CANNIBALS:
la opera prima del célebre novelista francés Víctor Hugo, el REPRESENTATIONS OF THE ALTERITY INTO
espacio antillano ha sido concebido como un escenario THE HAITIAN LITERATURE
infestado de sujetos que ameritan la atención, el cuidado y la
Since 1492 the towns and communities inhabiting the Caribbean
tutela del sujeto moderno occidental. El propósito de la presente have been a permanent object of representation on the part of the
contribución consiste en demostrar hasta qué punto el pueblo western fellow. Therefore, from the letter of Columbus to the trea-
haitiano ha sido vinculado a lo largo de su historia con las surer Sánchez until film productions such as I walked with a zombie
figuras del caníbal y del zombi por poderosos imperios (1941), passing by Bug Jargal (1818), the prime opera of the re-
nowned French novelist Victor Hugo, the Antillean space has been
occidentales y cuáles han sido las estrategias utilizadas por
conceived as an infested scenario of fellows that require the atten-
algunos escritores e intelectuales de la patria de Toussaint tion, the care and the guide of the western modern fellow. The pur-
Louverture para invertir la pesada connotación de descrédito pose of the present contribution consists on demonstrating to what
que semejantes representaciones coloniales invariablemente extent the Haitian people has been linked along their history to the
traían consigo. cannibal’s figures and to the zombie by powerful western empires and
which strategies have been used by some writers and intellectuals of
the homeland of Toussaint Louverture to reverse the heavy connota-
Palabras clave: Caribe, representaciones literarias. tion of disrepute that such colonial representations invariably brought
with them.

Key Words: The Caribbean; literary representations.

Abstract

53 • ISSN: 1690-6054 • Volumen 3 • Número 5• En’-Jun’, 2006. pp. 53-61


M
ás que dar cuenta de una realidad, capacidad, aparentemente inobjetable,
ciertas representaciones reflejan la y sus fundamentos ideológicos son
mentalidad de quienes las han algunos de los blancos hacia los que
producido. Así, por ejemplo, las figuras apuntan los proyectos literarios
del caníbal, del bárbaro y del salvaje – antillanos más representativos del siglo
constantes reinvenciones del XX.
pensamiento occidental para referirse En virtud del carácter ilustrativo
–Cuando yo uso una palabra– a las realidades humanas con las que que ofrece de estas problemáticas, en
dijo Humpty Dumpty en tono un tanto se ha topado en cada una de sus el presente artículo procuraremos
desdeñoso– significa exactamente lo empresas expansionistas– más que ofrecer un breve panorama de la
que yo quiero que signifique, ni más ni aprehender la alteridad en su carácter manera como los pueblos antillanos,
menos. diferencial, parecen encerrar el temor de manera muy particular el haitiano,
–La cuestión está– dijo Alicia– y la incomprensión que la sensibilidad han sido vinculados con el zombi y el
en si puedes hacer que una palabra occidental ha experimentado ante el caníbal; en un primer momento, esto
signifique tantas cosas diferentes. Otro. No por casualidad contamos, hoy es, desde el siglo XV hasta el XIX, por
–La cuestión está –dijo Humpty en día, con un bestiario tan fascinante la mirada imperial y luego, durante el
Dumpty– en quién va a ser el amo, como copioso. Mas, con pocas siglo XX, por Jean Price-Mars Jacques
eso es todo. excepciones, el valor o la interpretación Roumain, Jacques Stepehn Alexis y
que tenemos de esas criaturas ha sido otros destacados representantes de la
LEWIS CARROLL. THROUGH THE obtenido al margen de una dinámica intelectualidad haitiana.
LOOKING GLASS. cuya virtual unidad de propósito es la
expansión territorial occidental. Teratologías:
Por otro lado, la importancia, el Retórica de la
valor o la significación de las figuras
concebidas por comunidades cuya
representación colonial
cultura se ha definido a partir de de Las Antillas
patrones de pensamiento no regidos por
la racionalidad occidental suelen ser El Caribe fue la porción del
subestimadas. Esta lamentable mundo que otorgó a Occidente una
circunstancia nos impide conocer o noción exacta de la realidad geográfica
tener una idea aproximada de las que la englobaba. También le permitió
razones que hicieron emerger ciertas autoafirmarse como centro de la
figuras –el Caipora brasileño, el historia mundial que, como tal, se
Cabrunco de los Andes venezolanos o inauguró el 12 de octubre de 1492.
el zombi haitiano– y que garantizan su Desde su condición original de
valor en el contexto de la visión del periferia, el archipiélago antillano y, por
mundo de las culturas que los extensión, el continente americano,
integraron al imaginario universal. Por obligaron a Occidente a repensar la
esta razón, la creencia en el zombi suele imagen del Otro. A partir de ese
ser interpretada como una actitud momento, los imperios europeos
característica del sector de la población asumieron una actitud de autoridad con
haitiana cuyo carácter “supersticioso” respecto al Caribe que llegaron a
indica plenamente el nivel de su asignarle un lugar muy preciso en la
supuesta ignorancia. historia e, incluso, a diseñar modelos
Una de las pretensiones del de representación del sujeto caribeño
pensamiento occidental moderno es su que hasta el presente parecen gozar de
aparente capacidad de comprensión de aceptación en ciertos sectores de la
la totalidad del quehacer humano. Esta comunidad internacional.

54 Entre zombis y caníbales: Representaciones de la alteridad • Arnaldo Valero


Hasta cierto punto el Caribe llegó a ser una invención Aquí [en Europa] tenemos el derecho
de la Europa renacentista porque, en un primer momento, de las Leyes, la dignidad de la Reli-
exigía ser colmado de sentido; de ahí que fuese concebido gión Cristiana, las fuerzas del Ejér-
como un escenario para la proyección del imaginario cito ...Además, Europa maneja todas
medieval. Incluso el término Antillas, la primera nominación las Artes y las Ciencias con tal des-
genérica que recibiera, se debe a “una representación treza, y por la invención de tantas
mitológica ampliamente extendida en la Europa del Siglo cosas, que ciertamente debería ser
XV” (Giménez, 1991: 31). La totalidad de la realidad antillana llamada Madre (Cit. por Rabasa, 1995:
fue objeto de dicho proceso, tanto en su aspecto territorial 362).
como en el humano. La entonces recién “descubierta” realidad
Según Roger Bartra, “la imaginería del Otro como
aborigen exigía una representación; el espacio Caribe fue
salvaje y como bárbaro” es anterior a la expansión occidental,
concebido como un escenario habitado por seres que
es decir, no es precisamente una “expresión eurocéntrica de
requerían la atención, la reconstrucción e incluso la presencia
la expansión colonial” sino una praxis “estrechamente
redentora de Occidente. Al respecto Laënnec Hurbon señala
vinculada a la identidad de la cultura occidental” (Bartra,1992:
lo siguiente:
8). Mas, lo que resulta inobjetable es que, a partir del siglo
el proceso de barbarización del in- XV esta representación de la alteridad condujo a una especie
dio se inaugura con la deportación de reificación de la misma y su entorno geográfico, dando
al Nuevo Mundo de la demología origen a lo que Edward Said ha denominado estructuras de
medieval. Idólatra y cercano al ani- actitud y referencia1. Cierta autopercepción negativa sería
mal, por lo tanto monstruo o bárba- una de las consecuencias lógicas que el impacto de la virtual
ro, el “hombre salvaje” como enton- unidad de propósito de las estructuras de actitud y referencia
ces se denomina al indio, aún con- generaría en las culturas subordinadas; y esta autopercepción
servará algún tiempo un aspecto fas- negativa bien podría traducirse en una sensación de
cinante: sabe seguir sus deseos... pero insuficiencia cultural y de ilegitimidad histórica. En atención
muy pronto será identificado como un a este supuesto queda establecido, como lo demuestra Said
ser degradado, corrompido y arrui- en Orientalismo (1978), que el Otro era incapaz de
nado que necesita de Occidente para autorrepresentarse. Así pues, gran parte de obras literarias
llevar a cabo su salvación (Hurbon, que llegaron a existir en virtud de la relación de poder ejercida
1993: 31). por el imperio francés en el archipiélago fueron escritas con
la pretensión de manipular al sujeto caribeño como alteridad.
Del carácter antropófago y teratológico de los habitantes
Un ejemplo de lo que acabamos de afirmar es Bug-Jargal
del archipiélago antillano “da fe” el Almirante de la Mar
(1818), novela escrita por Víctor Hugo cuando apenas tenía
Océano en su carta a Santángel y en su epístola al tesorero
16 años de edad. Considerada originalmente por la crítica
Sánchez del 11 de diciembre de 1492. Es decir, este modo de
como una novela negrista, Bug Jargal ha sido interpretada
representación es fijado en los textos donde fue asentada
recientemente como un texto en cuyo proceso de producción
originalmente la alteridad antillana por la tradición discursiva
el autor no pudo olvidar que la economía, la política y la
occidental. El propósito y la autoridad de semejantes
imagen francesas se vieron severamente afectadas a raíz de
afirmaciones legitimaron una tradición cuya razón y magnitud
la revolución haitiana (Cfr. Toumson, 1979). En consecuencia,
fueron adquiriendo nuevas y más complejas dimensiones.
esta novela no podía dejar de ser un panfleto terriblemente
A decir verdad, ninguna esfera del conocimiento estuvo
desacreditador del proceso histórico encabezado por
al margen del propósito de otorgar carácter de legitimidad a la
Toussaint Louverture y Dessalines, de ahí que sea descrito
lógica que permitiría la expansión de la Europa imperial: cada
como un acontecimiento protagonizado por salvajes; a fin de
relación, cada crónica, cada representación cartográfica, cada
cuentas, todos los autores del siglo XIX eran
grabado, en fin, cada “documento de civilización” que hiciera
extraordinariamente conscientes de la realidad del imperio
alusión a la, hasta entonces, inédita realidad fue concebido con
(...) los héroes de la cultura liberal (...) tenían unas opiniones
el propósito de garantizarle al continente europeo el título de
muy concretas sobre la raza y el imperialismo (Said, 1990:
“cuna de la historia”. Esto explica las siguientes afirmaciones
34).
realizadas por Mercator en su Atlas de 1636:
55 • ISSN: 1690-6054 • Volumen 3 • Número 5• En’-Jun’, 2006. pp. 53-61
Ejemplos como el que acabamos de mencionar rían los indios, los amarillos y los ne-
abundan; sin embargo, por razones de economía textual, gros (Césaire, 1969:165).
resultaría excesivo pretender ahondar en este panorama; por
consiguiente, seguidamente, procuraremos ver la orientación El indigenismo y la negritud expusieron la relatividad
que han tomado los modelos de representación de la alteridad de semejantes ecuaciones. En esto reside uno de sus méritos
antillana, particularmente las figuras del zombi y del caníbal, principales y una de las razones que legitiman su estudio en
cuando han sido los intelectuales del área quienes han llegado el marco del cuestionamiento formulado, desde la periferia,
a aprovechar estas figuras para dar cuenta de la realidad a la legitimidad de Occidente como centro privilegiado de
cultural de los pueblos que habitan la región. producción del conocimiento o como espacio donde cada
decisión ha sido tomada en atención a las exigencias de la
Antillanías: Calibán contraescribe lógica cartesiana.
En el marco de este proceso, una de las principales
Considerado, junto a la negritud, como uno de los preocupaciones que han tenido los intelectuales haitianos
movimientos estético-ideológicos más importantes del Caribe durante el presente siglo ha consistido en desmontar ciertas
de expresión francesa de la primera mitad del siglo XX, el construcciones retóricas que en torno a ellos han sido
indigenismo haitiano está orgánicamente articulado al proceso difundidas por la retórica occidental. De esas construcciones
de crítica a la razón moderna que ha sido formulado desde probablemente las más injuriosas o degradantes sean las del
los márgenes de Occidente. En cierta medida, los integrantes zombi y las del caníbal.
de este movimiento lograron realizar una desconstrucción de ¿Qué implica el caníbal como construcción? Una de
las tesis que justificaron el proceso de expansión occidental y las prerrogativas de este tópico es que excepcionalmente su
la afirmación de su orden colonial en Las Antillas. Los veracidad ha sido puesta en duda pues, entre otras cosas,
indigenistas haitianos tenían plena consciencia de que los siempre es otro el caníbal. Además, el vasto conjunto de
aportes culturales del sector popular habían sido textos que suelen destacar el carácter antropófago de las
tradicionalmente considerados desde perspectivas comunidades que han habitado el archipiélago es tal que la
inadecuadas. Por otro lado, comprendían que por décadas autoridad de quien suele formular semejante afirmación
sus compatriotas habían vivido de espaldas, acaso ignorantes, excepcionalmente suele ser puesta en tela de juicio; tras de
a la riqueza del legado cultural de origen africano. Esto había cada acusación de este tipo suele haber toda una genealogía
sido así porque habían considerado que la conducta más de afirmaciones cuya credibilidad se ampara en cierto aura
sensata era demostrarle a Occidente su voluntad de mimetizar de veracidad atribuida a la escritura. Cada afirmación hecha
los valores de la civilización occidental. en tal sentido suele ser tomada como una especie
La negritud y el indigenismo fueron concebidos en el confirmación de un hecho que cuenta con innegables
marco de un conflicto de órdenes civilizacionales. Las precedentes. Esto es, desde una perspectiva retórica
nociones occidentales de civilización y cultura negaban el occidental, la idea del “caníbal” se ha consolidado en sí
carácter humano de todo aquello que fuera concebido fuera misma como continente del poder semiótico capaz de
de sus parámetros. Esto trajo la imposición de un modelo de significar las comunidades antillanas. El principio de autoridad
civilización que veía en la colonización el único instrumento que respalda semejante mitología de la conquista es uno de
para que los pueblos del mundo ingresaran a la Historia. los aspectos que cuestiona el autor de Así habló el tío:
Para Aimé Césaire esta tendencia a identificar la civilización
como consecuencia de la colonización ha sido el resultado A decir verdad, nada conocemos de
de la incidencia que tuvo arrogancia cristiana en el más bajamente estúpido que la leyen-
pensamiento occidental da que hace del vaudou un culto de
antropofagia. Es algo parecido a esa
por haber planteado las deshonestas
otra creencia haitiana de orden casi
ecuaciones cristianismo=civilización,
general: la creencia de las enferme-
paganismo=salvajismo, de las que no
dades sobrenaturales. Tales disposi-
podían por menos que desprenderse
ciones del espíritu llevan fatalmente
abominables consecuencias colonia-
a considerar la muerte como el male-
listas y racistas y cuyas víctimas se-
ficio del que ciertos individuos pue-

56 Entre zombis y caníbales: Representaciones de la alteridad • Arnaldo Valero


den disponer contra otro. Es el po- pa a un muchacho, Bernardo
der temible que el cerebro estrecho González, que se bañaba en el río con
de las gentes de este país dispensa otros camaradas. Lo invitaron a re-
generosamente a los vaudisantes. coger albaricoques en un bosque
Teniendo en cuenta tal mentalidad, vecino. Tan pronto como estuvieron
no resulta nada sorprendente que re- seguros de no ser molestados en su
porteros de la prensa extranjera re- criminal empeño, se apoderaron del
cientemente llegados al país lancen muchacho y después de haberlo ama-
en sus periódicos crónicas sensacio- rrado y amordazado, lo encerraron
nales sobre... la barbarie haitiana en un saco y se lo llevaron a la casa
con motivo de sacrificios humanos de del brujo. Entonces tuvo lugar la
los que no han visto las huellas en monstruosa escena. Leona enterró un
ninguna parte, ya que, en fin de largo puñal en la axila de la víctima.
cuentas, el material de sus historias Fluyó la sangre y fue recogida en una
tontas e inverosímiles ha sido obteni- ensaladera de porcelana por Orte-
do de la credulidad del pueblo ga, le echó azúcar y se la tomó a gran-
haitiano. ¿Y qué hay de sorprenden- des sorbos. Después abrieron el cuer-
te que en un medio donde el sentido po desde el esternón al pubis, saca-
crítico parece no existir se propaguen ron los intestinos y la grasa de éstos
fábulas extravagantes y absurdas? sirvió para el ungüento descrito.
(Price-Mars, 1968:195-196). Tal fue el drama de brujería juzgado
por la Audiencia de lo Criminal de
Probablemente sea ésta una de las razones por la cual Almería, los días 29 y 30 de noviem-
para Price-Mars resulta imprescindible desplazar el locus de bre de 1910. Ortega y Fernández fue-
la brujería y el canibalismo a Europa (específicamente a ron condenados a muerte. En lo que
Nantes, Francia y a Gador, provincia de Almería, España), respecta a Leona, que estaba muy vie-
valiéndose, para tal propósito, de la supuesta objetividad de jo, murió en la cárcel antes de que se
la prensa europea de aquel entonces de los expedientes abriera el proceso (Price-Mars: 1968:
judiciales. Las pruebas presentadas por el etnólogo haitiano 203-204).
son de una veracidad contundente, inobjetable. Seguidamente
citaremos uno de los casos referidos por el autor. Los argumentos presentados por Price-Mars pudieran
parecer maniqueístas. Mas, lo que sí está claro es que para
Vivía [en el pueblo de Gador, provin- este autor, la deportación de la figura del caníbal al espacio
cia de Almería, España] un brujo, lla- haitiano obedece al propósito de degradar la imagen de esta
mado Francisco Leona. En una fin- nación2. Probablemente esto se deba a un problema de
ca vecina residía un tuberculoso, autoridad. En principio, no resulta una práctica común dudar
Francisco Ortega. Consultó a Leona de algo que ha sido registrado, en primer lugar, por los
sobre su enfermedad y el curandero cronistas, luego por intelectuales que han logrado captar el
le ordenó beber sangre caliente de espíritu de una época –tal sería el caso de Shakespeare– y
un niño y frotarse el pecho con la que, finalmente, ha sido reelaborado o confirmado
grasa de la víctima. Sólo a ese pre- científicamente desde la antropología. Mas ¿por qué el zombi
cio obtendría la curación. Como pago no goza de estas mismas prerrogativas? Bien es sabido que
de sus honorarios, Leona exigió dos esta criatura es algo así como patrimonio exclusivo del
mil pesetas y un adelanto de setecien- imaginario popular haitiano, esto es, de la alteridad antillana.
tas cincuenta. El brujo, con la ayu- Eso significa que no cuenta con un espacio en la tradición
da de un llamado Fernández, se puso escrita occidental; no ha sido consagrado por cronistas,
a buscar un niño para consumar el intelectuales y otros representantes del sector ilustrado... a
sacrificio. Hicieron caer en la tram- menos que la intención de éstos sea la de demostrar el carácter

57 • ISSN: 1690-6054 • Volumen 3 • Número 5• En’-Jun’, 2006. pp. 53-61


supersticioso del pueblo haitiano. Excepcionalmente, lo que precisamente esto lo que confirmamos al leer las anteriores
ha tenido cabida o cuenta con una dilatada aceptación en el afirmaciones de Price-Mars. No ignoramos cuán encomiable
discurso escrito llega a ser cuestionado, mientras que lo que fue su labor en el proceso de recuperación del legado cultural
ha permanecido al margen de la escritura sólo puede ser de origen africano en Haití. Innecesario resulta exponer los
considerado como fruto de supercherías o resultado de la argumentos que esgrime para señalar la importancia y las
consabida inclinación hacia la credulidad sin juicio que posibilidades del créole como lengua o las razones que expone
aparentemente ciertas comunidades suelen presentar. Es para lograr vindicación del vaudou como religión. Sin
decir, se trataría de algo cuya existencia siempre estaría por embargo, a este estudioso y apologista de la cultura campesina
comprobarse. Este hecho podría explicar el tono de las haitiana le incomodan ciertos aspectos de la cultura que
siguientes afirmaciones realizadas por Price Mars: pretende defender y comprender. Desde su perspectiva, y en
atención a las contingencias históricas del momento, el zombi
No pasan años, a veces meses que no era una figura socialmente adecuada para ingresar en el
no oigamos contar con lujo de deta- registro ilustrado haitiano. Las siguientes afirmaciones de
lles los cuentos más extravagantes Michaelle Ascencio en torno a la posición que aún mantienen
sobre personas muertas no ha mucho los novelistas haitianos con respecto al tema del zombi
y que habían sido encontradas vivas seguramente nos permitirán comprender la posición asumida
en tal o más cual lugar. Y hasta ha por Price-Mars hace más de siete décadas:
habido en el mismo Port-au-Prince,
en los últimos quince años, el sensa- Para los novelistas, el tema del zombi
cional asunto de una jovencita muer- es un tema menor, pero digno a los
ta, y enterrada sin ningún oculta- ojos de ellos. Un tema impregnado
miento, y de la que se empezó a decir de brujería, de magia negra y cri-
que había sido desenterrada y de- men, que no reposa como el vodú en
vuelta a la vida. En efecto, mucho la tradición milenaria del antiguo
tiempo después de los funerales, se Dahomey y que puede, en consecuen-
empezó a rumorar que la muchacha cia, empañar la imagen de Haití en
había sido descubierta en alguna el extranjero. Conociendo las pre-
parte por un sacerdote que siguió las ocupaciones de los novelistas
indicaciones de una penitente. La haitianos por defender su país y por
autoridad eclesiástica, se decía, la corregir la imagen de barbarie que
había encerrado en un convento. El el colonialismo nutrió durante siglos,
escándalo fue enorme. Empezaron las podemos comprender la censura y el
averiguaciones. Se abrió la tumba de silencio que la literatura ha impues-
la muchacha. Fue hallado un esque- to sobre este tema (Ascensio, 1995: 93).
leto en el cual el padre de la difunta
no reconoció el de su hija— decían Tomando en cuenta esta compleja circunstancia ¿cómo
los periódicos. ¿En qué, por qué se- entender la perspectiva desde la cual son configurados “La
ñales? Nadie se preocupó por hacer- fábula de Buquí y de Malicia” y “Crónica de un falso amor”,
se estas preguntas. Y la leyenda se relatos pertenecientes al libro Romancero aux etoiles (1960)
encajó irreductible en tan pobres ce- que tienen como leit motif el canibalismo y la zombificación?
rebros: la señorita M. existe aún, viva dando por sentado, además, que ambos relatos son resultado
e idiotizada, no en Haití sino en un de una polémica y honesta relación de intertextualidad con el
3
convento en Francia . (Price-Mars, texto fundacional del indigenismo haitiano, es decir, con Así
1968:196). habló el tío.
La estrategia del autor de Romancero de las estrellas
Como bien sabemos, a todos los circuitos culturales les consiste en desnaturalizar los entornos discursivos de las
ha sido asignado un valor y en esa axiología los productos de figuras del zombi y del caníbal para exponer la manera como
la oralidad tradicionalmente han llevado las de perder. Es operan las lógicas civilizaciones que los han configurado. De

58 Entre zombis y caníbales: Representaciones de la alteridad • Arnaldo Valero


este modo, la “Fábula de Buquí y de Malicia”, relato que trascendiendo, de esta manera la tendencia que los había
reelabora desde la oralidad el polémico motivo del preservado y transmitido exclusivamente a través de la
canibalismo, más que sugerir que ciertas condiciones han tradición oral. Dentro de este proceso, “Crónica de un falso
hecho de los haitianos unos caníbales pareciera proponerse amor” podría ser considerado como un texto de particular
exponer la incapacidad, por parte del lector, de comprender interés. No obstante, es preciso señalar que el motivo del
y aceptar la visión del mundo de los personajes y del narrador, zombi alimentó solapadamente títulos bastante
es decir, del Viejo Viento Caribe. De esta manera, la amistad, representativos de la narrativa haitiana durante el presente
valor universalmente reconocido y aceptado, en el relato es siglo. Es eso lo que se deduce de la lectura de Gouverneurs
planteada en términos inaceptables para cualquier persona de la rosée (1944) Compére General Soleil (1955) y en
ajena a la realidad haitiana puesto que, fuera de este contexto, L´space d´un cillement (1959). Mas en estas novelas la figura
excepcionalmente alguien estaría dispuesto a reconocer una del zombi se proyecta como una siniestra metáfora de la
relación en términos semejantes. Un ejemplo de lo que alienación ideológica en Haití4. En “Crónica de un falso amor”,
acabamos de decir estaría en algunas afirmaciones hechas en cambio, el manifiesto propósito del autor al valerse del
por Jorge Ruffinelli en el prólogo a este hermoso libro: zombi parece obedecer a otras razones:

[La “Fábula de Buquí y de Malicia”] es – ...Tontón, le dije al Viejo Viento Ca-


un pequeño prodigio de narración— ribe, ¡qué historias no se cuentan de
aunque primario e ingenuo en sus los “zombis”, esos personajes a los
formulaciones— porque presenta que se habría sacado del sueño ca-
habilidosamente las diversas instan- taléptico en que se encontrarían su-
cias de esta relación: cómo Malicia midos, pasando por muertos, después
vence las prevenciones de Buquí de haberlos retirado del cementerio
para aprovecharse al fin de él; cómo para llevarlos prisioneros!...
lo engaña con una falsa camarade- A veces me he interesado por esas his-
ría, con qué paciencia (...) oculta su
naturaleza hasta que accede a su
meta apetecible. Como telón de fon-
do está presente la trágica hambruna
haitiana, la pobreza llevada a límites
de locura cuando el río o el sol pro-
vocan los desastres naturales y el
hambre se adueña de todos. En esta
situación el autor incluso parece jus-
tificar la “malicia”, o por lo menos
la flexibilidad de la conducta. Es la
lógica de la necesidad y la necesi-
dad de la trapacería (Ruffinelli en:
Alexis, 1982: 16).

La estrategia que puede ser catalogada como


desnaturalización del entorno discursivo también es aplicada
“El subteniente encantado” relato inspirado en la Señora de
las aguas. La historia puede ser narrada gracias a “los pocos
cuadernillos amarillentos en los que el subteniente escribió
su breve y extraña historia” (Alexis, 1982: 115), es decir, la
proyección en la escritura de esta figura, así como la del
zombi, persigue su adecuación social para que ingrese en lo
que Foucault denomina “sociedad del discurso”,

59 • ISSN: 1690-6054 • Volumen 3 • Número 5• En’-Jun’, 2006. pp. 53-61


torias fantásticas, pero los casos pre- Este indiscutible prodigio de la imaginación está
sentados como “zombis” que he vis- inspirado en el “cuento extravagante” que tanto escandalizaba
to, nunca resistieron un análisis se- al autor de Así habló el tío por haber sido dado por cierto en
rio (...) Port-au-Prince. Este hecho nos permite suponer que la
Una vez, sin embargo, en el granero intención del autor de Romancero de las estrellas es la de
de una casa vieja, encontré unos levantar la interdicción que pesaba sobre esta creación del
papeles amarillentos, en los cuales, imaginario haitiano porque ponía en duda la voluntad de
según parecía, una “zombi” conta- verdad de la intelligentzia de ese país. Abordando el mismo
ba su propia historia ... (Alexis, 1982: caso, desde una perspectiva deslastrada de todos los prejuicios
68). que históricamente habían pesado sobre la figura del zombi,
Alexis sienta las bases para el rescate efectivo de este original
Valiéndose del clásico recurso del manuscrito aporte de la cultura popular haitiana.
accidentalmente hallado, el autor concede a la narración Por consiguiente, podríamos decir que la recuperación
carácter de verosimilitud. Además, el relato mismo sería la del zombi como representación constituye una pauta del sino
mejor prueba de la existencia del zombi; la manera como el de las minorías de hacer sus propias definiciones, de rescatar
personaje narrador inscribe su visión del mundo, su su historia, de crear su propio sentimiento de comunidad.
sensibilidad, su feminidad, le conceden una consistencia tal Contra la actitud de censura que pesaba sobre el zombi,
que excepcionalmente el lector puede mantenerse al margen escritores como Magloire St. Aude, Jacques Stéphen Alexis
del propósito del autor. En consecuencia, tras la lectura y Franketienne, han recuperado dicha representación como
“Crónica de un falso amor” es probable que el lector una alternativa de autodefinición de su propia imagen, esto
comulgue con las opiniones que intercambian el Viejo Viento es, como elemento clave de una terminología y un ethos
Caribe y el cuentista: peculiares de la comunidad haitiana que empiezan a ser
realmente considerados como patrimonio. Como vemos, más
...Sobrino, ¡ésa es una historia real- que operar por rechazo y exclusión, como lo hace el autor de
mente curiosa!... Se dice que lo que Así habló el tío, la lógica discursiva del autor de Romancero
ignoramos es más grande que noso- de las estrellas obedece a los imperativos de la tolerancia y
tros ... Si las historias de Zombis son la aceptación de todas las imágenes de la diferencia; lo que
leyendas, ¡dichosos los pueblos que postula Alexis es que la literatura es el espacio donde los
tienen leyendas tan grandes y tan vi- signos de la alteridad pueden dialogar para dar origen a un
vas! ¿Qué no podrá alcanzar un pue- Tertium quid, a una entidad donde las diferencias y
blo que tiene corazón y una imagi- contradicciones pueden ser superadas en atención a un
nación tan grande? (Alexis, 1982: 98). entendimiento filosófico y antropológico original,
probablemente el mismo que ha permitido proclamar al sujeto
lírico de Cuaderno de un retorno al país natal que dos y dos
son cinco.

Notas
1.- Si se estudian algunas de las mayores culturas metropolitanas (...) en el contexto geográfico de sus luchas por (y entre) los imperios, se vuelve visible
una topografía cultural distintiva. Tengo presente esta topografía cuando utilizo los términos “estructuras de actitud y referencia” (...). Me refiero al modo
en que las estructuras de localización y de referencia geográfica aparecen en los lenguajes de la literatura, la historia, la etnografía, a veces de manera
alusiva y otras cuidadosamente tramadas, a lo largo de numerosas obras individuales, que sólo muestran ese modo de conexión entre ellas o con la
ideología oficial del “imperio”. Según mi modesto y leal saber y entender, tras haber leído y comprendido esas “estructuras de actitud y referencia”, casi
no existió disenso, discrepancia o reticencia respecto a ellas: había una virtual unanimidad en cuanto a que las razas sometidas debían ser gobernadas,
en cuanto a la existencia de razas inferiores, en cuanto a que una raza en particular merecía, y se había ganado totalmente, el derecho a ser considerada
como aquella cuya misión principal era extenderse fuera de sus propios dominios (Said, 1996: 102-103).

2.- Desde esta perspectiva, resulta interesante observar cómo ciertos textos emblemáticos de la negritud y el negrismo no lograban ocultar la
desesperación del autor; su exacerbada agresividad podría ser tomado, más bien, como un indicio de las dificultades que tiene el sujeto poético de
trascender los límites de la identificación retórica. Tomemos como ejemplo los siguientes versos de Philippe Thoby-Marcelin, escritos en 1926:
La mejilla apoyada en el fresco rojo temprano/ juro a la finura europea un desprecio eterno/ De hoy en adelante quiero cantaros a vosotros:/ revoluciones,

60 Entre zombis y caníbales: Representaciones de la alteridad • Arnaldo Valero


fusilamientos, matanzas,/ ladrido koko-makoko en negros hombros,/ gemido de lambi y mística lujuria del vodú/ en éxtasis
religioso tres veces lírico./Quiero desnudarme de todo el oropel clásico/ e incorporarme desnudo, totalmente salvaje/ y como
un vástago de esclavos/ entonar, con aires nuevos, el de profundis/ de la civilización corruptora (Cit.por. Mondejar, 1972: 23).

3.- Este pasaje es bastante significativo, polémico si se quiere. La indignación de Price-Mars parece aumentar hasta el límite
pues no puede creer que en la mismísima capital de Haití, Port-au-Prince, la ciudad más importante del país por ser la sede
de los sectores “más cultos” de la nación, semejante relato haya gozado de credibilidad durante quince años. Esto es, el autor
da por sentado que la falta de sentido crítico, en otras palabras, la tendencia a aceptar o creer en historias por él catalogadas
como absurdas, extravagantes, tontas e inverosímiles, v. gr., los cuentos de zombis, sea propia del campo y no de la ciudad.
Esta es una de las partes más interesantes de Así habló el tío porque pareciera retratar cierta especie bochorno, por parte del
autor, al confirmar que los bárbaros han afectado uno de los bienes más preciados de la polis... su imaginario.

4.- La lectura de El Monte (1954) de Lydia Cabrera nos ha permitido dar con el fumbi –especie de equivalente del zombi–.
Según los informantes, todo el poder de un brujo de verdad se debe a la nganga. Ésta es un microcosmos de fuerzas
sobrenaturales que, bajo las órdenes del ngangulero, operan como las cuadrillas de esclavos en la plantación. El mediador
entre el ngangulero y las fuerzas que constituyen la nganga es el fumbi o espíritu de un muerto que se vendió y aceptó ser
esclavo. Para René Depestre el modo de dominación económica y física de la esclavitud y sus estrategias de “esterilización”
cultural de los sectores subordinados son las razones que han asentado el mito del zombi en el imaginario antillano.

Referencias Bibliográficas
Alexis, Jacques Stephen (1982). Romancero de las estrellas. Traducción: Idea Vilariño, prólogo: Jorge Ruffinelli.- 2ª ed.
Montevideo: Arca.

____________________ (1978). “Acerca del realismo maravilloso”. Arte, sociedad, ideología (México) (4):71-86, 1978.

Ascencio, Michaelle (1995). Amor y discordia. Lectura antropológica de la novela haitiana contemporánea. [Trabajo presentado
por la autora para optar a la categoría de profesor asociado de la Universidad Central de Venezuela] Caracas,
septiembre.

Bartra, Roger (1992). El salvaje en el espejo. México: Universidad Autónoma de México- ERA.

Cabrera Lydia (1983). El monte. Igbo Finda, Ewe orisha, Vititi Nfinda (Notas sobre las religiones, la magia, las supersticiones
y el folklore de los negros criollos y el pueblo de Cuba). Miami: Ediciones Universal.

Césaire, Aimé (1969). Poesías. traducción: Enrique Lihn, selección y prólogo: René Depestre. La Habana: Casa de las
Américas.

Depestre, René (1985). Buenos días y adiós a la negritud. Traducción Ofelia Gronlier. La Habana: Casa de Las Américas.

Glissant, Edouard (1981). Le discours antillais. París: Editions du Seuil.

Giménez, Lulú (1991). Caribe y América Latina. Caracas: Monte Avila, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo
Gallegos.

Hugo, Victor (1979). Bug-Jargal. Les deux versions du roman (1818-1826) présentées et annotées par Roger Toumson.- Fort-
de-France, Désormeaux.

Hulme, Peter (1995). “Columbus and the Cannibals” en: The Post-Colonial Studies Reader/ Bill Ashcroft, Gareth Griffiths,
Helen Tiffin (eds.). London-New York: Routledge.

Hurbon, Laënnec (1993). El bárbaro imaginario. Traducción: José Padín Videla. México: Fondo de Cultura Económica.

Rabasa, José (1995). “Allegories of Atlas” en: The Post-Colonial Studies Reader/ Bill Ashcroft, Gareth Griffiths, Helen Tiffin
(eds.). London-New York: Routledge.

Said, Edward (1990). Orientalismo. Traducción: María Luisa Fuentes. Madrid: Libertarias.

_____________ (1996). Cultura e imperialismo. Traducción: Nora Cateli. Barcelona: Anagrama.

61 • ISSN: 1690-6054 • Volumen 3 • Número 5• En’-Jun’, 2006. pp. 53-61

También podría gustarte