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LIBROS

Elisa Mújica & Silvia Galvis

Las guerras en Colombia,una representación


novelística
por Carmina Navia Velasco*

a relación entre literatura e historia


L nunca ha sido puesta en duda o cues­
tionada seriamente. Desde los orígenes
La aplicación imaginativa de la modalidad na­
rrativa produce en cambio buenos relatos, obras
dramáticamente interesantes, crónicas históri­
mismos de la cultura occidental en el cas creíbles (aunque no necesariamente verda­
deras). Se ocupa de las intenciones y acciones
mundo griego, la literatura se ha nutrido
humanas y de las vicisitudes y consecuencias
de los acontecimientos históricos y la his­ que marcan su transcurso...
toria, a su vez, se ha nutrido de las for­
mas narrativas propias de lo poético. Esta ... el acto de crear una naración de una clase
dialéctica entre los acontecimientos y la determinada y con una forma determinada,
no tiene por objeto suscitar una reacción
poesía, es recordada por William Ospina:
estándar, sino recuperar lo más adecuado y
Las más grandes hazañas pierden su lustre si em ocionalm ente vivo, del repertorio del lec­
no se las amoneda en firmes palabras, dice un tor. De modo que la gran narración consiste,
rey nórdico en algún relato de Borges y en la inevitablem ente, en abordar conflictos hum a­
Odisea homérica leemos aquella célebre sen­ nos que resulten accesibles a los lectores...4.
tencia: Los dioses labran desdichas para que a
De esta manera, las novelas ofrecen una
las generaciones humanas no les falte qué can­
tar. No hay episodio trascendental de la historia mirada sobre acontecimientos y pasiones,
que no haya dejado un eco en la música verbal que ayudan en la comprensión de la di­
de su tiempo o de los tiempos ulteriores1. námica histórica.

En los últimos decenios del siglo XX y Walter en su texto sobre la vocación lite­
Las novelas
primeros años del XXI, esta mutua rela­ raria de la historia en el subcontinente3.
ción ha cobrado vigencia y se ha conver­ Elisa Mújica, escritora bumanguesa naci­
Colombia y su tradición literaria no ha sido
tido, tanto en nuevas formas de experi­ da en 1916, publica en 1963 en España su
una excepción en esta dinámica generali­
mentación en la novelística y en la narra­ novela Catalina5, resaltada como significa­
zada. Desde que Juan de Castellanos es­
ción histórica, como en objeto de estudio tiva e importante por el jurado del Pre­
cribe su extensa narración poetizada: Ele­
de las teorías literaria e histórica. mio Nacional de Literatura Esso. Se trata
gías de varones ilustres de Indias, hasta es­
La poesía se constituye en una fuente de de una novela madura y estéticamente bien
tos momentos, en los que Silvia Galvis
conocimiento y cuando el pasado nos in­ lograda, cuya estructura la sitúa entre las
publica su extensísima obra: Soledad, cons­
literariamente más significativas del país,
terroga y nos angustia con su hermetis­ piraciones y suspiros, los discursos literario
aunque ello no se haya correspondido con
mo, la novela siempre nos ha ayudado a e histórico se mezclan y confunden, dife­
su cuasi-clandestina circulación.
su comprensión. La poesía o la novela nos renciándose y enriqueciéndose mutua­
guían a través de bosques oscuros persi­ mente. El profesor Gonzalo España ha Catalina es una novela amplia y comple­
guiendo una luz: encontrado, a lo largo de su investigación ja, cuya primera intención es centrar la
Todo en la ficción está ordenado y reordenado
en curso, 25 novelas que recrean las múl­ mirada en la vida de una mujer de pro­
con vistas a la percepción, siendo la novela un tiples guerras colombianas, de los siglos vincia, y en sus diversos y múltiples cau­
ente epistemológico puro... La ficción es reali­ XIX y XX. tiverios en la Colombia de principios del
dad comprimida, realidad autoexplicativa, rea­ siglo XX. La narración articula permanen­
Es mi intención en este artículo revisar
lidad que es y se hace saber, al mismo tiem ­ temente dos universos: el mundo domés­
po... La ficción nos ofrece cada cosa rodeada
cómo se han dado las relaciones entre
tico y privado de las relaciones entre hom­
de claves y pistas, indicaciones, en cuanto a guerra y narrativa en dos novelas concre­
bres y mujeres... y el mundo público de las
su sentido2. tas, ambas de pluma femenina: Catalina
relaciones políticas y económicas que se
de Elisa Mújica (1963) y Viva Cristo Rey de
En esta vía la tradición latinoamericana juegan principalmente entre los varones.
Silvia Galvis (1991). Quiero de un lado
ha recurrido siempre a la mutua ilumina­ Desde esta perspectiva la novela hace re­
destacar esa relación entre ficción e his­
ción entre historia y ficción, establecien­ ferencia a dos guerras: la llamada Guerra
toria de la que he venido hablando, y de
do entre ambas un corredor de ida y vuelta, de los Mil Días, en los umbrales del siglo
otro, mostrar cómo esa representación tie­
como lo explica muy bien Enrique Pupo- XX, y las Guerras de la Independencia, en las
ne en la mirada de mujer un elemento críti­
que se focaliza al ejército libertador. La
co enriquecedor.
novela, a partir de una genealogía feme­
Parto de la convicción de que autores y nina, propone una mirada a la tradición
autoras evalúan la historia y las relacio­ guerrera del país.
' Profesora titular Escuela de Literatura, Universidad del Valle. Di­ nes genérico/sociales desde sus propues­
rectora de la Maestría en Literaturas Colombiana y Latinoamerica­ tas novelísticas, porque:
na. Correo electrónico: cndvi3@-emcaii.net.co

1 William Ospina, Las auroras de sangre, Bogotá, * Jerome Bruner, Realidad mental y mundos posi­
Editorial Norma, 1998, pág. 20. bles, Barcelona, Editorial Gedisa, 1987, pág. 46.
3 Enrique Pupo-Walter, La vocación literaria del pen­
2 Leo Hickey, Realidad y experiencia de la novela, samiento histórico en América, Madrid, Editorial 5 Elisa Mújica, Catalina, Bogotá, Ministerio de Cultu­
Madrid, Cupsa Editorial, págs. 78 y 79. Gredos, 1982. ra, 1998.

r iA A IM M 'H IT O I - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 201


RESEÑAS

Como dije, la novela de Mújica es com­ Desde esta perspectiva, su novela quiere que rodean nuestro 9 de Abril (1948). En­
pleja y el cuadro presentado en ella quie­ re-evaluar más de medio siglo de historia tre las dos obras narrativas, dan cuenta
re dar cuenta cabal de la situación de la nacional, develando los hilos ocultos que de más de un siglo de historia nacional
mujer en medio de esas formaciones so­ la conducen. Los dos protagonistas de la en que las armas terminan siempre por
ciales patriarcales: el país naciente, la ha­ narración: Alejo y Rosalía, quieren repre­ imponer su lógica.
cienda, la pequeña ciudad de provincia. sentar tipos de comportamientos e ideo­
La guerra en la novela de Elisa Mújica, es
En medio de un ambiente asfixiante, la logías, quieren mostrar un país que se cie­
de cierta manera un tema y una realidad
narradora/protagonista cuenta cómo rra sobre sí mismo y que ahoga en ese cír­
marginal, pero no por ello deja de estar
pasa su infancia buscando la mirada culo muchas posibilidades de vida. Su fra­
presente con su fuerza permanentemen­
aprobatoria del padre, mirada que nunca caso amoroso es el fracaso de un cierto tipo
te nefasta. María Corazón, la abuela de
llega... posteriormente muestra cómo de patria, de un proyecto de nación, que
Catalina Aguirre, vive una apasionada
traslada ese vacío a la búsqueda de la los hombres han querido construir en
historia de amor con el general Tomás
mirada aprobatoria del marido... y cómo medio de sus enfrentamientos e hipocre­
Aguirre, miembro de los ejércitos de Bolí­
finalmente intenta suplir estas distintas sías. Rosalía se opone no sólo a los per­
var, con quien se casa y tiene un hijo. María
orfandades en la relación con su aman­ manentes devaneos amorosos de Alejo,
Corazón participa siempre de los ideales
te, relación que por otro lado le deja más sino a su cinismo político.
revolucionarios de su esposo y apoya su
vacíos aún.
Ambas novelas son santandereanas, lo que continua permanencia en los oficios mili­
Desde este universo personal y subjeti­ remite a un microcosmos cultural especí­ tares. Ella asume su propio destino sin
vo la novela se abre hacia una mirada fico. En el trabajo de Silvia Galvis, es sin cuestionarlo: las mujeres y los hijos per­
evaluativa de los héroes y soldados que embargo, en el que queda más claro el manecen en la hacienda y en el pueblo,
configuraron nuestra nacionalidad y sen­ universo santandereano, en donde el mientras los hombres inician y desarro­
taron las bases del nuevo país. La gue­ patriarcado y sus códigos de honor se cons­ llan siempre nuevas batallas... su destino
rra se instaura en el mundo novelístico: truye con un pilar en lo político y otro en como mujer es apoyar las empresas gue­
sus objetivos, sus ideales y sus consecuen­ lo religioso eclesial: rreras de su hombre.
cias... son puestas en cuestión. Catalina,
En los niveles políticos, la personalidad en el Sin embargo, en una de las vueltas del
la mujer que se atreve a ser infiel en esa poder, o la que en su concepción fanática po­ camino, María Corazón se da cuenta de
pequeña ciudad de provincia, se atreve see la verdad y/o bendición del Altísimo, con­ lo absurdo de este guerrear permanente:
igualmente a cuestionar la vocación a las vierte un roce personal en una contienda colec­
armas que tienen los hombres que la ro­ tiva. Las ideas se exponen en forma agresiva de Una vez María Corazón se enteró de que a un
dean o la han precedido, este cuestio- reto, contando con el respaldo de copartidarios. compañero de Tomás lo habían apresado los
namiento ya lo había realizado su abuela El otro bando, de similar militancia agresiva, contrarios. Lo fusilaron al pie de la ceiba de la
recoge la ofensa, «saca la cara» y aguarda el plaza contra la que ensayaban su puntería unos
María Corazón, quien termina descalifi­
instante de vindicarla, creándose en la comuni­ soldados borrachos...
cando a su marido/soldado.
dad un clima de latente violencia, que al menor
... Tomás se fue a reanudar la campaña, pero
En 1991, Silvia Galvis publica su novela roce explota en lucha abierta. Si se proyecta el
Delfina le contó a su amiga:
Viva Cristo Rey6. Galvis, igualmente historial de conflictos político-religiosos de
bumanguesa, nos entrega una obra bas­ S an tan d er, en el siglo p a s a d o se ve un El guerrillero fusilado tenía muchos crímenes
continuum de hechos que enlazan con los de sobre sus espaldas. En una ocasión llegó a una
tante diferente de la anterior y sin em­
este siglo8. hacienda donde no había sino campesinos,
bargo muy afín a ella. La intencionalidad
acusados de suministrar víveres al enemigo.
de la autora en esta narración es mucho Ordenó reunirlos frente a la casa, dio orden de
más claramente histórica: Viva Cristo Rey Las guerras
disparar y luego escapó con su gente. Al otro
pretende principalmente reconstruir un Si entrelazamos las dos novelas, tenemos día los que pasaron por el camino recogieron
universo político de hegemonías y gue­ como resultado la representación de una los cadáveres...
rras, quiere mostrar las alianzas entre los dinámica de guerras no sólo extensa en María Corazón no había pensado que los otros
diferentes grupos de poder. Pero, igual­ el tiempo, sino interminable en su dialéc­ podían también esgrimir argumentos para ju s­
mente, su mirada femenina devela los tica. En Catalina, a través de María Cora­ tificar su lucha. Saberlo fue como cometer la
mecanismos patriarcales de esos univer­ zón, la abuela de la protagonista, asistimos primera traición, no contra su partido, sino con­
sos y alianzas, para mostrar cómo la a los acontecimientos que preceden y ro­ tra Tomás.
mujer permanece en ellos marginalizada dean la Convención de Ocafia (1828), a las Desde ese día decidió que su hijo Lorenzo no
y cautiva. campañas del Libertador y a las conse­ seguiría la carrera de las arm as... la aterroriza­
Silvia Galvis mezcla en su trayectoria cuencias de los enfrentamientos entre ba entregarlo a esa fuerza, y lo alejaba con disi­
Santander y Bolívar. Posteriormente el mulo mientras los hombres hablaban...
como escritora, el trabajo histórico, pe­
riodístico y narrativo. En ella son obvias esposo de la misma protagonista es pre­ Su hogar se hallaba a punto de desbaratarse
las intenciones de releer la historia del sentado como uno de los héroes de la ba­ y ella ya no estaba unida a su m arido... Cada
país para develar sentidos ocultos. Su talla de Palonegro (1900). En el transcurso uno luchaba dispuesto a apoderarse del por­
mirada es siempre crítica y evaluadora, de esta misma Guerra de los Mil Días, nace venir de su hijo. La noche en que Tomás, des­
el protagonista de la novela Viva Cristo Rey; pués de su vida violenta, cerró duram ente los
tal como lo plantea White:
nace mientras su padre está en la guerra. ojos en paz y en los brazos de M aría Cora­
Y esto sugiere que la narrativa, seguramente en Este protagonista va a librar distintas ba­ zón, ésta se alegró en medio de la pena. H a ­
la narración fáctica y probablemente en la na­ bía librado para siempre a Lorenzo del peli­
tallas y enfrentamientos políticos y arma­
rración ficticia también, está íntimamente rela­ gro de ser soldado9.
dos en los primeros decenios del siglo XX.
cionada con, s¡ no está en función de, el impul­
so a m oralizarla realidad, es decir, a identificarla Y la novela termina precisamente cuan­ La amistad entre estas dos mujeres, Delfina
con el sistema social que está en la base de do se escuchan en la radio las violencias y María Corazón, le permite comprender
cualquier moralidad imaginable7. a esta última que la verdad no está siem­
pre del lado de uno de los dos ejércitos
enfrentados y que, por el contrario, la
6 Silvia Galvis, Viva Cristo Rey, Bogotá, Editorial Pla­
neta, 1991. 8 Virginia Gutiérrez de Pineda y Patricia Vila de Pine­
da, Honor, familia y sociedad en la estructura patriar­
7 Hayden White, El contenido de la forma, Barcelo­ cal. El caso de Santander, Bogotá, Universidad Na­
na, Editorial Raidós, 19 8 7. cional de Colombia, 1992, págs. 59 y 60. 9 Elisa Mújica, op. cit., pág. 9 1 .

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LIBROS

guerra atropella con su injusticia y su pa­ lica en la instigación de los odios que La institución religiosa como reglamentación y
sión arrebatadora a unos y otros. Loren­ llevan a los colombianos y colombianas co m o ideología ofrece un a m p lio m arco
zo, el hijo de María Corazón, seguirá efec­ a negarse permanentemente los unos a etiológico regulador, y de respaldo de la estruc­
tivamente otros rumbos, muy diferentes. tura fam iliar patriarcal. Conceptualizaciones,
los otros. Por ello los acontecimientos
valoraciones y normas de naturaleza religiosa,
tienen lugar en los dos pueblos mencio­
La novela continúa mirando, un poco definen éticas y comportamientos, razones de
nados, en Bogotá, la capital, y además existencia de la institución doméstica en cues­
desde lejos, las guerras reales y posibles
en un convento-internado para jóvenes. tión... Esta fuente religiosa genera principios de
que azotan los campos y ciudades en ese
Desde este convento y desde las respec­ proyección directa sobre la estructura familiar,
fin de siglo: "El cansancio acumulado por
tivas parroquias, la Iglesia católica, a tra­ donde regula la relación de los géneros, explica
tantas guerras era como un temible viejo sen­
vés de los curas, ordena un universo de la naturaleza de esta relación y la enclava den­
tado encima de todos oprimiéndonos los hue­ tro de la estructura social global12.
exclusiones, miedos y condenas perma­
sos", dice uno de los protagonistas, en un
nentes. Estructural y narrativamente la La novela entonces pone en juego un
momento de reflexión. Samuel Figueroa,
obra representa una dinámica social, en tnundo posible, en el sentido planteado por
el marido de Catalina, encarna en la obra
la que muy claramente: Thomas G. PaveF, en el que a través de
a los rebeldes liberales que se levantaron
contra el gobierno en la Guerra de los Mil ...U n sesgo conceptual se estableció desde en­ los personajes centrales, interactúan fuer­
Días. Su prestigio entre las gentes de su tonces, asignándose un bando el honor de de­ zas e ideologías.
partido, le viene dado de haber sido uno fensor de la fe, poseedor de la verdad, y se signó
al otro como ateo, anticlerical, librepensador, el
de los heridos en la célebre batalla histó­ E v a l u a c ió n a x io l ó g ic a
malo de la colectividad, denuestos que se con­
rica de Palonegro, batalla cuya pérdida DE LOS UNIVERSOS GUERREROS
virtieron en bandera ideológica para aglutinar y
determinó en últimas el triunfo de la tro­ empujar a las vindictas civiles de tanto auge en
pas gubernamentales. Las dos novelas en cuestión recrean un
el suelo santandereano en el pasado siglo y en
el que transcurre. Esta clasificación político-re­ mundo cuasi-mitológico de soldados,
Figueroa cuenta en la narración, cómo enfrentamientos, héroes de guerra, héroes
ligiosa aisló de su fe, hasta el presente, a nu­
inmediatamente después de recibir su políticos, causas e ideales que justifican
merosos grupos de población10.
grado de derecho en Bogotá, se alista en sacrificar todo a las armas... Pero es claro
los ejércitos liberales. Cree que los colom­ Silvia Galvis, más de medio siglo después, que su intención es evaluar ética y estéti­
bianos nacen divididos en dos y que cada relee la historia de su propio terruño, para camente estas fuerzas y relaciones recrea­
uno sabe de qué lado lo ubica su sangre. poner al descubierto los hilos ocultos de das. Ambas novelas, escritas por mujeres,
Es necesario responder a ese destino de la comportamientos violentos y guerreros. realizan esta evaluación por un mecanis­
sangre. Leída desde el punto de vista de Su novela se inscribe en la revisión de la mo similar y ambas terminan condenan­
este actor, la novela cuenta el ascenso so­ historia, realizada por las nuevas genera­ do radicalmente, y sin remisión, la fuerza
cial y económico de Samuel Figueroa, des­ ciones, que quiere iluminar los enigmas bruta de la guerra, fuerza unida irreme­
de su condición oscura y humilde de es­ del tiempo presente, en tanto son frutos diablemente al patriarcado.
tudiante bogotano, hasta convertirse en del pasado:
el marido y por tanto dueño de una de las En ambas narraciones se ficcionaliza a
La escritura actual problematiza la historia
más ricas herederas de Bucaramanga. partir de realidades históricas colombia­
desnudando los acontecimientos sociales con­
temporáneos, como parte de una dinám ica nas concretas. En los mundos construidos
Este héroe de guerra, herido en una de las y en las historias contadas:
en proceso, ni circular, ni te rm in ad a . La
batallas más famosas de la eterna contienda ficcionalización de estos hechos o períodos pro­
colombiana, forja su destino en medio de ... se nos abre claramente un espacio de juego
d u c e el efecto, alg u n as veces, de una entre el significado manifiesto y el latente. Este
traiciones e hipocresías: se casa por dine­ desmitificación del pasado11. espacio de juego es lo que convierte a la
ro y se muestra incapaz de mantener el ficcionalidad literaria en una matriz generadora
amor de su esposa; su ambición lo lleva La novela, al igual que Catalina, pone en
de significado. Desde este momento lo que se
a atravesarse en el camino de la justicia juego y contraposición distintos univer­
dice y lo que se quiere decir puede combinarse
que su esposa quiere llevar a cabo y fi­ sos: la confrontación bélica, la plaza pú­
de distintas maneras y, dependiendo de cómo
nalmente su amor por el dinero lo con­ blica y la arenga política, las relaciones se vincule, irán surgiendo de un modo imparable
duce a la muerte en medio de un duelo intrafamiliares, las intimidades eclesiales, nuevos significados, tanto a partir del significa­
pasional, en el que nuevamente las ar­ las relaciones entre patrones y campe­ do manifiesto como del latente14.
mas dirimen el conflicto. La guerra, en sinos pobres... Los patriarcas liberales y
Y es a través de este juego de significa­
este sentido, está presente en la novela conservadores, que proponen ideales su­
ciones como las novelas realizan la eva­
para develar el carácter y la trayectoria blimes para defender su recurso a las ar­
luación citada.
de uno de sus protagonistas. mas, son los mismos que violan mucha­
chas campesinas que apenas entran a su Catalina y Viva Cristo Rey proceden am­
Los enfrentamientos y las guerras en la adolescencia, cuyos cuerpos, vírgenes bas, como ya dije, del departamento de
obra de Silvia Galvis son trabajados de otra aún, quedan marcados por el horror tem­ Santander, una región en la que se ha vi­
manera. Viva Cristo Rey configura una pranamente. vido con particular intensidad la conflic-
parábola del destino de muerte de los y tividad del país y un ámbito cultural en
las colombianas, a través de las relacio­ La intencionalidad de Silvia Galvis en Viva
el que el patriarcalismo colombiano es más
nes establecidas entre dos pueblos veci­ Cristo Rey es mostrar un cuadro de rela­
obvio y férreo que en otros. Son novelas
nos, que se fundaron independientemen­ ciones cuya violencia atraviesa múltiples
escritas con treinta años de diferencia,
te, precisamente por estar atravesados por niveles, pero que se regula íntegramente
treinta años en los cuales la mirada críti­
ese destino: Himeneo y Onán. En estos desde un núcleo inamovible que reprime
territorios, como síntesis de Colombia todos los interrogantes o rebeldías:
entera, liberales y conservadores se en­
12 Virginia Gutiérrez de Pineda y Patricia Vila de Pine­
frentan, se traicionan y agreden y se da, op. cit., pág. 117.
matan sin tregua.
13 Thomas G. Pavel, M undos de ficción, Caracas,
La narración profundiza, desde distin­ 10 Virginia Gutiérrez de Pineda y Patricia Vila de Pine­ Monte Ávila Editores, 1991.
tos puntos de vista, estas dinámicas de da, op. cit., pág. 45.
14 Wolfgang Iser, "La ficcionalización: Dimensión
conflicto y, sobre todo, pone de mani­ 11 María Julia Daroqui, Las pesadillas de la historia en antropológica de las ficciones literarias”, en varios au­
fiesto la participación de la Iglesia cató­ la narrativa puertoriqueña, Caracas, Monte Ávila Edi­ tores, Teorías de la ficción literaria, Antonio Garrido
tores, 1990, pág. 25. Domínguez (comp.), Madrid, Arco / libros, 1997.

í i A A i N m i r r o z - p a lim p s e s tv s - p a lim p s e s to 2 0 3
RESEÑAS

ca sobre el país se ha agudizado, treinta pecha de que esa misma ambición y ruin­ parte entre los campesinos parte de sus
años en los cuales la mirada femenina se dad estén presentes en sus opciones polí­ tierras baldías. Las mujeres no separan
ha desarrollado. Sin embargo, a mí parti­ ticas y guerreras. los ideales abstractos de su vida y que­
cularmente me llama la atención una fuerte haceres cotidianos, sin embargo esto las
Igual sucede con Tomás Aguirre, héroe de
similitud, en algunos aspectos, entre las aísla y las sitúa en desventaja en el uni­
los ejércitos del Libertador. Su esposa,
dos obras. verso guerrero-patriarcal, en el cual los
María Corazón, descubre que sus ideales
supuestos ideales sirven para mover pa­
Ambas novelas, en la construcción de su pueden no ser entendidos ni compartidos
siones y generar odios, mas no para trans­
mundo y en el desarrollo de su acontecer, por otros muchos entre los campesinos y
formar realidades.
establecen según el doble juego de signi­ el pueblo... a partir de entonces, ella en­
ficaciones del que hablamos una clara y tiende que la justeza de ésa causa puede En estos textos, escritos ambos no sólo por
decidida relación entre dos universos: ponerse en duda. Al traicionar la ideolo­ mujeres sino con mirada de mujer, se reali­
gía de su esposo, ella está sembrando la za concretamente lo señalado por Elvira
sospecha de que otros caminos son posi­ Sánchez-Blake, en su investigación sobre
Universo A U n lv m o B bles, que tal vez sean mejores. Tomás mue­ mujer y guerra en Colombia:
íl J1 re, y el hijo de ambos va a ser sustraído Yo sostengo que los conceptos mujer y patria se
Espado doméstico Espado publico definitivamente de la influencia militar por entrelazan entre sí alrededor del concepto de
decisión de su madre. cuerpo. Es decir que el cuerpo obra como el eje
Unidad familiar Plaza pública
alrededor del cual gira la conciencia política y
Relaciones matrimoniales Reiadones políticas El caso de la otra novela es aún más claro
la búsqueda de identidad de la mujer. El cuer­
y de género Mundo de la guerra en este sentido. Los patriarcas liberales y po es un instrumento de poder, pero lo es tam­
conservadores, aliados con la Iglesia, atro­ bién de resistencia, es un sitio de intimidación,
pellan no sólo a las mujeres, sino a sus pero lo es también de agresión; es el objeto de
Entre estos dos universos se mueven los propios sueños e ideales, cuando los in­ encarnizamiento de la violencia, y es igualmente
personajes de las dos novelas. En el caso tereses económicos así lo ameritan. Igual­ la permanencia, la memoria de los que mueren
de la obra de Elisa Mújica, las mujeres per­ mente, Alejo Coronado no califica como o desaparecen. El cuerpo es, por extensión, la
manecen en el espacio A y los hombres esposo, como amante, ni como padre... y referencia con la patria, entendida como perte­
en el B, aunque estos últimos, por supuesto, termina por brindar y amigar con los con­ nencia e identidad. Es a través del cuerpo que
también participan del mundo domésti­ se da la búsqueda de identidad de la mujer...15
servadores en el Congreso. Rosalía Plata,
co. En la obra de Silvia Galvis hombres y quien en la juventud dio su vida por él y Por ello, tanto Catalina y María Corazón
mujeres se mueven de un espacio a otro. lo siguió radicalmente en sus ideales, ter­ como Rosalía Plata y Visitación Jinete, ter­
Desde la confrontación de los dos espa­ mina por expulsarlo de su corazón y de minan por no volver a creer en sus hom­
cios, la propuesta novelística invalida y su vida. Rosalía teje, en su finca de bres ni en sus múltiples y eternas bata­
critica el universo B. Samuel Figueroa, uno Tierragrata, un universo armónico en el llas: ellas las perciben distintas y falsas
de los personajes centrales de Catalina, es que se repone de las desilusiones por ba­ desde la cotidianidad de sus relaciones,
un héroe de la batalla de Palonegro; en tallas ganadas y perdidas, un universo de sus sentimientos, de sus vidas familia­
ella fue herido y por ello fue condecora­ en el cual una joven maestra siembra sen­ res y de sus cuerpos. Tanto Mújica como
do. Figueroa es un guerrillero liberal, con timientos y valores distintos, y un par de Galvis, develan el funcionamiento del sis­
honores militares en la guerra de los Mil amigas asumen la vida como solidaridad tema patriarcal que preside en nuestro país,
Días... Sin embargo, Figueroa no califica fundamental. De ese universo, los hom­ las guerras, la plaza pública, la vida fami­
ni como esposo, ni como amante, ni como bres, como Alejo Coronado, están expul­ liar y la Iglesia: las guerras múltiples y
administrador de los bienes familiares. En sados y excluidos. continuas son una pieza más de este uni­
el espacio doméstico muestra su incapa­ verso tejido sobre la exclusión, el dolor y
Otro hecho para destacar es el que am­
cidad y a causa de riñas pasionales termi­ la violencia.
bas protagonistas, Catalina y Rosalía, quie­
na asesinado. Su ambición devela intere­ ren llevar a la práctica sus ideales: Cata­ Carmina Navia
ses ruines. La trama y la evaluación del lina comparte su fortuna con María Amalia, Universidad del Valle
punto de vista narrativo, traslucen la sos­ su media hermana natural, y Rosalía re­

15 Elvira Sánchez-Blake, Patria se escribe con sangre,


Barcelona, Libros de la Revista Anthropos, 2000, pág.
11.

204 FACULTAD DE aENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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