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Hacer
la revolución
Guerrillas latinoamericanas,
de ios años sesenta a
la caída dei Muro
siglo veintiuno
editores
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxí editores, méxico
CERRO DEL. AGUA 2 4 8 , FORERO DE TERREROS. 04310 MÉXCO. D¡-
vww.sigloxxieditores .corn ,mx
anthropos
LPPANT 241. 2 4 3 .^ 0 1 3 BAR C aO N A , ESPAÑA
vwA'antHfü^os-edlforial.cori’
Marches!, Aldo
Hacer la revolución / Aldo Marches!.- r ' ed.- Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: Siglo XX I Editores Argentina, 2 0 1 9 .
2712 p.; 2 1 x 14 era:- (Hacer Historia)
ISBN 9 7 8 -9 8 7 -6 2 9 -89 4 -0 -
i SBN 9 7 8 -9 8 7 -6 29 -894-0
Notas
Introducción
Acciones, ideas y emociones en la
construcción de una cultura política
de radicalismo transnacional
M ONTEVIDEO: “ UN LU G A R P R O P IC IO PA R A LA
c o n s p ira c ió n ” , 19 6 2 -19 6 8
cosas que uno espera leer en u n íhrillef ,[4F: El éxito de este ciclo
los llevó a creerse “indestructibles”,en 1969,147 A fines de 1968,
se presentaban com o un ejem plo de guerrilla u rb an a que dis
pu ta b a los m odelos de “lucha arm ad a” entonces rigentes.
U n lib ro escrito p o r periodistas arg en tin o s y p u b licad o e n
1969, Tupamaros: ¿Fracaso del Che?, sugería que el accio n ar
del g ru p o era u n hito en el desarrollo d e las guerrillas lati
noam ericanas. Tras la m u e rte del C he en Bolivia, el ciclo d e
guerrillas^tirales parecía cancelado. E n ese m arco su rg iero n
los tupam aros con un cam ino alternativo a la guerrilla ru ral,
que reavivó las expectativas d e quienes creían en la violencia
revolucionaria. La p ro p u esta d e los tupam aros en U ruguay
p arecía más adecu ad a a la realid ad del C ono Sur, d o n d e las
guerrillas rurales n o se h ab ían d estacado.148
Los m ilitantes argentinos que se habían en tre n a d o e n -
U ruguay trasladaron la ex perien cia tu p am ara a las Fuerzas
A rm adas Peronistas, p rim e ra organización arm ada surgida en
el segundo ciclo d u ra n te la d ictad u ra de O nganía. A p a rtir de
entonces, esa ex p erien cia rep ercu tió en otras organizaciones
arm adas que su rg iero n d e n tro y fu era d el p ero n ism o .149
M iem bros de las Fuerzas A rm adas Revolucionarias (FAR),
ai com ienzo in te g rad a p o r m ilitantes com unistas y luego ab
sorbida p o r eí peronism o, señalaron en u n a entrevista q u e
el a p o rte tu p am aro hab ía red e íin id o la noción de foco g u e
rrillero .550 Las Fuerzas A rgentinas de Liberación (FAX.), in te
gradas p o r m ilitantes provenientes de grupos de izquierda,
en p articu lar del trotskism o y del com unism o, tam b ién sin
tieron la influencia de los tu p am aro s.151 En 1970 la FAL cri
ticaba la te n d en c ia de la izquierda arg en tin a a la teorización
y p lan teab a que la práctica d eb ía ser el criterio de u n id a d .
P rueba de ello era la ex perien cia “de los tupam aros, q u e son
p ara nosotros el ejem plo de guerrilla u rb an a más avanzado y
más c e rcan o ”.152
El PRT-ERP, ún ica organización arm ada no p ero n ista q u e
sobrevivió en los setenta, no parece h ab e r tenido tan ta in
fluencia tupam ara, au n q u e com partía el espíritu h etero d o x o
¿CÓM O ES LA REVOLUCIÓ N SIN LA SIERRA M A EST R A ? 6 9
£m o r ir e n t i e r r a a j e n a o l a
’ CO N TIN EN TA LID A D DE LÁ R E V O LU CIÓ N .
a b ril ju n to con otros tres m iem bros del ELN. A p artir de ese
acontecim iento, un artículo publicado en Marcha y red actad o
p o r Garlos M aría G utiérrez estableció una co n tu n d en te co n e
xión e n tre “¿Revolución en la revolución?” y el desarrollo d e la
guerrilla en Bolivia.
El m en cio n ad o periodista, que expresaba un p ro fu n d o res
peto intelectual p o r Debray, presentaba la guerrilla com o la
aplicación práctica de sus postulados teóricos. Desde esta p ers
pectiva, la guerrilla im plicaba u n salto cualitativo en relación
con las experiencias que los revolucionarios latinoam ericanos
venían ensayando desde en ero de 1959, Ese salto era el resul
tado de u n trabajo de reflexión y sistematización realizado p o r
D ebray y los cubanos y cuyas consecuencias serían positivas fu e
ra de to d a discusión. Esta guerrilla p ro m etía te n er larga vida
debido a que “p o r sus características de organización, p o r.su
alienación de los partidos políticos existentes, por la solidez de
su m a n ten im ien to y su efectividad en los encuentros librados
hasta ahora, ha sido evidentem ente estructurada, d en tro d e la
nueva teoría insurreccional”.204 Por últim o, G utiérrez expresa
ba que la “elección del país, y luego de la zona, es la q u e corres
p o n d e ai e sq u e m a g e n e ra l de ia tesis in su rrec c io n a l la tin o a
m ericana”, p o r lo que era bastante plausible que ios ru m o res
acerca de la presencia de Guevara en la región se confirm aran.
En Chile, la cercanía de la guerrilla boliviana im pactó to d a
vía más. La revista Punto Final decía;
vergüenza te n e r frío /
y arrim arse a la estufa com o siem pre
te n e r h am b re y com er
esa cosa tan sim ple
ab rir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es u n cu arteto de Mazarí.
da vergüenza el confort
y el asm a d a vergüenza
cu an d o tu co m an d a n te está cayendo am etrallado fa
buloso nítido
LOS LAZOS SU B JE T IV O S DE LA SO LIDARIDAD REVOLUCIO N ARIA i0 1
d o n d e estés
sí es que estás
si estás lleg an d o
será u n a p e n a q ue n o exista Dios
p e ro h ab rá otros
; claro que h a b rá otros
dignos de recib irte co m an d an re.
a r g e n t in o s , u r u g u a y o s , b r a s il e ñ o s
y B O L IV IA N O S EN E L C H IL E BE ALLENDE
“ SOLIDARIDAD REVOLUCIONARIA”
DURANTE EL GOBIERNO DE LA U P : '
tinentalidad sim ilares a las del proyecto del Che en Bolivia: así
com o Guevara pensaba cruzar desde Bolivia a la A rg en tina con
un co ntingente de doscientos guerrilleros, el ERP am biciona
ba exp andir su zona liberada a las yungas bolivianas.396
La hipótesis d e la estrateg ia del ERP preveía q u e la crea
ción d e la zona lib e rad a en T u cum án g en e raría u n a reacción
con trainsurgente que in te rn acio n alizaría el conflicto. En u n
d o cu m en to público d e e n e ro d e 1976 se p la n tea b a que, en
caso d e que se llegara a d esplegar u n ejército g u errille ro , el
territo rio sería invadido p o r u n a fuerza regional apoyad a p o r
los Estados U nidos. C om o verem os m ás adelante, el conflicto
de T u cum án n u n c a ad q u irió las dim ensiones esp erad as y la
internacionalización se dio p o r otros carriles.397
D u ran te toda la cam paña, ta n to el ERP com o el ejército se
esforzaron en tran sfo rm ar el escenario d e la co n fro n tació n e n
una suerte de teatralización de una g u erra form al. M ientras
que el ejército p re te n d ía so b red im en sio n ar las características
del g ru po gu errillero p ara ju stificar su creciente persisten
cia en la aren a política y a u m e n ta r su p resencia m ilitar en
la zona, la guerrilla in te n ta b a transm itir la sensación de q u e
había co n fo rm ad o u n ejército regular, a la usanza d e la expe
riencia vietnam ita o c h in a .398 El ERP desarrolló u n a estrategia
com unicacional persuasiva a través d e su perió d ico , d o n d e
po nía especial aten ció n en los aspectos relacio n ad o s con la
supuesta form alización del ejército revolucionario. La com
pañía d e m onte in te n ta b a re p ro d u c ir los grados, la estética y
los rituales de u n ejército regular, y esto e ra a su vez re p ro d u
cido y am plificado p o r Estrella Roja, q u e in fo rm ab a sobre las
condecoraciones, los ascensos de grado y las cerem o nias coti
dianas en las que se can tab a el h im no del ERP y los m ilitantes
m archab an vestidos con sus uniform es d e guerrilla. T o da esta
inform ación m agnificaba las características del ERP y ofrecía
u na im agen algo e x a g e ra d a d e las dim ensiones m ilitares que
había alcanzado el g ru p o g u errille ro .399
Fue en ese co n tex to que las otras organizaciones d e la JC R
com enzaron a p e n sa r cóm o sacar p rovecho de la situación
l6 o H A CER LA REV O LU CIÓ N
I dirigencia del MIR. Por su p arte, los m iem bros d e base cues-
’ d o n ab an el estilo d e vida “ab u rg u esad o ” d e la dirigencia, q u e
se justificaba ad u c ie n d o q u e era una m a n era de d istra er a las
fuerzas represivas.416
El co ncepto de p roletarización es central p a ra e n te n d e r
gran p arte de las transform aciones que los tu p am aro s su
frieron en la A rg en tin a.417 En este proceso, la influ en cia del
PRT-ERP fue n o to ria; si b ie n las definiciones so b re la p ro le
tarización se vinculan con la experiencia en Chile e n 1972, la
cercanía con el PRT-ERP agudizó esa perspectiva.418
Más allá de la influencia intelectual, el PRT-ERP tam bién
intervino de m a n e ra directa e n los conflictos in te rn o s de los
tupam aros. En el m arco de recip ro cid ad que se h a b ía n p lan
teado los dirigentes de la JC R , el ya m e n cio n ad o D om ingo
M enna, m iem bro del Buró Político d el PRT-ERP, to m ó p arte
en el C om ité C entral. Sus intervenciones dan c u e n ta de u n a
evidente influencia en las decisiones q u e los débiles tupam a
ros tom aban en la A rgentina, estableciendo los arg u m e n to s
más fuertes p ara q u e los “p e lu d o s” asum ieran el m a n d o y los
tupam aros re to rn a ra n a U ruguay.419 M enna diagnosticaba la
situación del C ono Sur de u n a m an era q u e distaba m u c h o de la
realidad que varios m ilitantes d e estas organizaciones sufrían
en los países vecinos: “Q ue m archam os a u n nuevo V ietnam y
que las cuatro organizaciones tenem os la responsabilidad de
esta nueva esperanza que hay aquí en L atin o am érica”.420
“D om ingo”, u n o de los dirigentes q u e discrep aro n con las
posturas de M e n n a en el C om ité C entral, que lu e g o ab an
donó, cuenta que la d iferen cia se expresó en u n clim a de
extrem o respeto y d e cierta adm iración p o r el rol q u e en ese
m o m en to cum plía el PRT-ERP en el co n tex to c o n o su re ñ o .‘m
Los bolivianos del ELN recibieron u n a influencia a ú n mayor
del PRT-ERP. En 1975 llegaron a cambiar su nom bre y pasaron
a llamarse PRT boliviano. La mayoría de sus integrantes arriba
ron a la A rgentina desde Chile escapando del golpe d e Estado.
Su organización hab ía sufrido un castigo severo. Pese al presti
gio que conllevaba hab er sido la guerrilla fundada p o r Guevara,
l6 6 H A CER LA REVO LUCIÓ N
I l a b a t a l l a d e f in it iv a
jbertaba en tre los p artidos com unistas y los grupos arm ados
del C ono S ur/170
Por o tra parte, el I C o ngreso del PCC term in ó d e sellar “la
alianza in q u e b ra n ta b le q u e u n e a los partidos, p u eb lo s, esta
dos y g o biernos d e C uba y la U n ió n Soviética”,471 E n ese con
texto, adh irió al objetivo de coexistencia pacífica y al clim a de
distensión in te rn a c io n a l in ic ia d o a com ienzos de los setenta.
En el con texto la tin o a m eric an o , esta definición im plicaba
a b a n d o n a r el h o riz o n te d e 1a. revolución socialista y d e fe n d e r
posturas nacionalistas o latinoam ericanistas que ayu daran a
red ucir eí b lo q u eo co n tra C u b a,472 adem ás de alin ea rse con
la o rto d o x ia de los p artid o s com unistas latinoam erican os. El
capítulo sobre id e o lo g ía rec lam a b a u n a in te rp re ta c ió n única
del m arxism o-leninism o y ad v ertía sobre los riesgos d e l “anti
com un ism o” de q u ie n es criticab an a la. U nión Soviética des
de una. posición d e izquierda, del “diversionism o id eo ló g ico ”
y del “revisionism o ideo ló g ico d e derecha, e iz q u ierd a” de los
que p ro p o n ía n o tras lecturas del m arxism o-leninism o, dife
rentes de la “ju s ta ” in te rp re ta c ió n del m ovim iento co m u n ista
in tern acio nal. A u n q u e esa sección no te n ía destinatarios es
pecíficos, el tono d e las acusaciones e ra sim ilar al d e las que
los com unistas co n o su re ñ o s dirigían c o n tra las organ izacio
nes de la jC R desde fines d e los sesenta.
A dem ás de estos virajes de la política exterior, q u e explican
el cam bio de en fo q u e en la relación e n tre el g o b ie rn o cuba
no y los grupos arm ad o s conosureños, otras razones políticas
g enerab an desconfianza e n tre los cubanos hacia la JCR. La
Ju n ta hab ía defin id o u n estatu to muy vago para la integra
ción de sus m iem bros, que expresaba la voluntad d e coor
dinar con organizaciones latino am erican as e incluso con la
izquierda radical eu ro p e a. U n inform e de Interpol m e n cio n a
un evento que p en sab a n realizar a principios de 1974 en la
A rgentina, al que invitarían a más de catorce organizaciones
d e países latino am erican o s.47-9’ U n d o cu m en to de la J C R de
1.977 alud ía a la existencia d e num erosas “organizaciones que
han logrado un nivel de convergencia im p o rta n te co n lajC R ,
184 H A CER LA REVOLUCIÓN
Este fue uno de los prim ero s m om entos en que el nuevo p re
sidente se identificó con el legado revolucionario y lo vinculó
a sus políticas de derechos hum anos. Su actitud im plicó cier
tos cam bios en relación con la visión del pasado co n stru id a
d u ra n te el alfonsinism o.545
1 1 Leslie Bethell e ían Roxborough, Latín America betwem the Second World
War and the Coid War, 1944-1948, Cambridge - Nueva York, Cambridge
University Press, 1992.
12 El libro de Hal Brands, Latin America’s Coid War, Cambridge,
Massachusetts, Harvard University Press, 2010, enfatiza ei lugar de
Cuba; el trabajo de Grandin, ob. cit.„ propone una versión altérname.
13 Greg Grandin, “The Instrucdon of Great Catastrophe. Truth
CommíSsions, National History, and State Formation in Argentina,
Chile, and Guatemala”, The American Historical Revieiv, 110 ( 1 ) ,
febrero de 2005; Aldo Marches!, “El pasado como parábola política.
Democracia y derechos en los informes Nunca, más del Cono Sur”.
Sto<;kkolm:Review of Latin American Studies, 9 (7), diciembre de 2 0 11;
Emilio Crenzel, La historia política Nunca más. La memoria de las
desapariciones en la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.
14 Véase Juan j. Linz, The Breakdown of Dernocratic Regi.rn.es, Baltimore -
Londres, johns Hopkins University Press, 1978.
15 Richard Gilí espíe, Soldados de Perón. Los Montoneros, Buenos Aires,
Grijalbo, 1987.
16 Hugo Vezzettí, Pasado y presenté. Guerra, dictadura}' sociedad en la
Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002; Pilar Calveiro, Política yfo
violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años setenta, Buenos
Aires, Norma, 2005 [ed. aropl.: Buenos Aires, Siglo XXI, 2 0 13];
Garnovale, ob. cit.
17 Un ejemplo reciente es Pablo A. Pozzi y Claudio Pérez (eds.), Historia
oral e historia política. Izquierda y lucha armada en A mérica Latina,
1960-1990, Santiago, LOM; Universidad Academia de Humanismo
Cristiano, 2012.
18 Para la sociología de la modernización, véanse Ted Robert Gurí. Why
Men Rebel, Princeton, NJ, Princeton University Press, 1970; Samuel
P. Huntington, Political Order in ChangingSociehes, New Haven, Vale
University Press, 1968. Sobre los trabajos influenciados por este.
■enfoque, véanse Robert Moss, Urban Guardia Warfare, Londres, ■
International Instituto- for Stralegic Studies, 19 7 1; Peter Waklmann,
“Anomia social y violencia”, en Alain Rouquié (comp.), .'itgmíiM,
hoy. México, Siglo X X L 19 81. Para dependentismo. véanse Theotónio
dos Santos. Socialismo ofascismo, el nuevo carácter (k la dependencia y d
dilema latinoamericano, Buenos Aires, Periferia, 1972; Manuel Carretón '
y Tomás Moulian, “Procesos y bloques políticos en la crisis chilena,
1970-197?>", Revista Mexicana de Sociología, 41 (1), enero-marzo de
1979; Juan Carlos Portantiero, “Clases dominantes y crisis política en
la Argentina actual”, Pasado y Presente, 1, nueva época, abril-junio de
1973. Véanse también Guillermo O ’Donndl. Cúntmpunkn. Ensayos
escogidos sobre autoritarismo y democratización, Buenos Aires, Paidós,
1997; David Collier y otros (ed.), The Neto Authoritarianism in Latín
America, Princeton, NJ, Princeton University Press, 1979.
19 Véase Doug McAdam, Sidney G. Tarrow y Charles Tilly, Dynamics
of Contention, Cambridge, Nueva York, Cambridge University Press,
2001. Para aproximaciones a la violencia política desde esa perspec
tiva, véanse Donatelia Della Porta, Social Movements, Political Violence,
and the State. A Com.paraii.ve Analysis ofltaly and Germany. Cambridge,
Nueva York, Cambridge University Press, 1995; Christian Davenport,
Hank Johnston y Caro! Mueller. Reprensión and Mobilizalwn,
N O TAS 2 3 5
79 Ibíd., p. 67.
80 Regís Debray, “El castrismo. La gran marcha de AméricaXatina'’'';
Pasado y Presente, 2(7-8), octubre de 1964 - marzo de 1965.
81 Véanse el testimonio de Héctor Schmuder en Burgos, Los granuda,nos
argentinos, 9 1; “Nota de Ja redacción”, Pasado y Presente. 2(7-8), octubre
de 1964 - marzo de 1965, p. 122.
82 Régis Debray, .“¿.Q^é es el castrismo?", Punto Final I I , prim era quin
cena de octubre cíe 1966, p. 19; “El castrismo. La Larga Marcha de
América Latina", Cuadernos de-Marcha, 3, 1967.
83 Régis Debray, “¿Revolución en la revolución?”, Cuadraos de la, Revista
Casa d,e las Américas, 1, La Habana, Casa, 1967.
84 Regís Debray, “¿Revolución en la revolución?” , Punto Final.
Documentos, 25, segunda quincena de marzo de 1967, p. 12 .
85 Ibíd., p. 15.
86 Ibíd., pp. 33-34. Véanse Adolfo Gilly, “La renuncia del Che", Marcha,
2 2 /10 /19 6 5 ; Fidel Castro, “Discurso pronunciado en el acto clausura
de la I Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y
América Latina (Tricon tinen tal), Teatro Chaplin, La Habana, 15 de
enero de 1966", <www.cuba.cu/gobierno/discursos>; Adolfo Gilly,
“Respuesta a Fidel Castro” . Marcha, 18 /2 /19 6 6 .
87 Debray, “¿Revolución...?” , p. 108.
88 Ibíd.,p. 1.07.
89 Régis Debray, La crítica de ¿as armas, México, Siglo XXI, 1975, p. 217.
90 Régis Debray, “¿Revolución en la revolución?” , Punto Final.
Documentos, 25, segunda quincena de rnarzo de 1967; Punto Final
Documentos, 26, primera quincena de abril de 1967; Punto Final
Documentos, 27, segunda quincena de abril de 1967. Régis Debray,
“América Latina. Algunos problemas de estrategia revolucionaria”,
Punto Final Documentos, 29, segunda quincena de mayo de 1967. Régis
Debray, '“El castrismo. I.,a gran marcha de América Latina” , Punto
Final. Documentos, 30, primera quincena de ju n io de 1967.
91 Elizabeth Burgosd^ebfarfPapcirsi'Hoover Insf.itut.ion Archives, Box, 13-14.
92 Lionel Abel, “Seven Héroes o í the New Left” , The New York Tunes,
5/5/19 68 .
93 Carlos Núñez, “El papel de los intelectuales en la liberación nacio
nal”, Marcha. II /2/1.966, p. 22.
94 Alberto Methol Ferre, Régis Debray y la ideología d.e la revolución en
América Latina, Cu.adem.os Latinoamericanos, Montevideo, Instituto de
Estudios Americanos, 1968, p. 8 .
95 “Anexo: Carta cíe Louis Althusser a propósito de ‘¿Revolución en la
revolución?’”, en Debray, La crítica délas armas, p. 246.
96 Véase “Reseña suscinta de la polémica suscitada por ‘¿Revolución en
la Revolución?'”, en ibíd., p. 212 .
97 A modo de ejemplo, véase el documento del PRT firmado por
Sergio Domecq, Carlos Ramírez y Juan Candela (seudónimos), El
único camino para la toma, del poder y el socialismo. s.L, Combate, 1969;
también Archivo Ce Din C1 y Movimiento de Liberación Nacional
Tupamaros, Documento n" i, 1967, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
98 Flávio Tavares, Memorias do esqueetmenío, San Pablo, Globo, 1999,
p. 175; traducción propia.
H A CER L A REVOLUCIÓ N
156 Véase Régis Debray, Los tupamaros en acción. México, Diógenes, 1972,
p. 8 .
157 Véase Mario Benedetti, Daniel Viglietti, Madrid, júcar, 1974.
158 Tanya Harmer, “Two, Three, Many Revoluti o ns? Cuba and the
Prospecta for Revolutionary Change in Latín America, 1967-1975”,
Journal of Latin American Studies, 4 5 (1), lebrero de 2013, pp. 61-89.
159 Véase Odd Arne Westad, The Global Coid'War. Third World Interoentions
and the Mqking of Our Times, Cambridge, Cambridge University
Press, 2005. ' . . . .
160 Al respecto, véase el debate entre Gilly y Castro en ei capítulo 1; véase
también “Cuba, la tricon tinenta! y la revolución latinoamericana.
Resolución de la III Sesión fleñaría del C.C. del MIR. chileno verifica
da e). 17 tfé abril de 1966”, Estrategia, 4, junio de 1966.
16 1 “Discurso en la I Conferencia Triconíinental, La Habana, 5 de enero
de 1966”, en Frida Modak (comp,), Salvador Allende. Pensamiento y
acción, Buenos Aíres, Clacso - Flacso, 2008, pp. 289-290.
162 Richard Gott. ob. cit., p. XLVIIL
163 Carlos María Gutiérrez, “Los oleajes de la OLAS” , Marcha, 10 /3 / 19 6 7 ,
p. 14.
164 The Na» York Times, 2 2 /1/19 6 6 , p. 1 1.
165 Council o í the Organizador* o f American States, Special Cmsultative
Commüee on Security. Stalut.es, 2 3/4 /19 6 3,
166 Plutarco, “Informe especial: la diplomacia y los países socialistas”,
Punió Final, 18, segunda quincena de diciembre de 1966, pp. 12-13.
167 “Fidel Castro. El primer deber de todo revolucionario es hacer la
revolución”. Epoca, 29 /7/19 6 6, p, 5,
168 “Actualidad nacional” , Punto Final, 10, segunda quincena de agosto
de 1966, p. 4; Carlos María Gutiérrez, “Fidel. Nuevas condiciones,
nuevos lenguajes”, Marcha, 5/8 /19 66 .
169 Ernest o Guevara, “A crear muchos Vietnam”. Punto Final 27, segunda
quincena de abril de 1967, pp, 20-26. .
170 “Apoyo del MLR. de Chile a la carta del Che Guevara”, Estrategia, 9,
julio de 1967, pp. 1-7.
17 1 Sergio Domecq, Carlos Ramírez y Juan Candela (seudónimos),
ob. cit., p. 2 2 .
172 “Documento I”, en Indal, Movimiento Liberación Nacional Tupamaros.
17 3 Véanse Carlos María Gutiérrez, “OLAS, nace una nueva internacio
nal”, Marcha, 11/ 8 / 19 6 7 . pp. 20-21; Carlos María Gutiérrez, “Con
Rodney Arismendi”, Marcha, 15 /9 /19 6 7 , p. 2 1.
174 OLAS, Actuación déla OEA: Guatemala (1954), República Dominicana
(1965), Cuba (1959-1967), Intervencionismo y Fuerza Jnteramericana de
Paz, La Habana, I Conferencia de Solidaridad de ios Pueblos de
América Latina, 1967,
175 OLAS, I Conferencia de la, Organización Latinoamericana, de Solidaridad,
Montevideo, Nativa Libros, 1967, p. 103.
176 Ibícl., p. 96.
177 Gutiérrez, “Con Rodney Arismendi”, cit.
178 Véase Carlos María Gutiérrez. “OLAS, nace una nueva internacional”.
Marcha, 11/ 8 / 19 6 7 , p. 21.
179 “Reunión Consulta solicitada por Venezuela”, 1967. Oficios y
Ordenanzas, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Chile,
pp. 101-358; “Discurso del doctor Pedro París Montesino, delegado es
N O TAS 245
256 Para una versión oficial de lo ocurrido durante esos meses, véase
Ministerio del Interior, 7 meses de lucha antisubversiva. Acción del
Estado frente a la sedición desda el I o de marzo al 30 de setiembre de 1972,
Montevideo. Ministerio del Interior, 1972. Para una versión testimo
nial de algunas de las víctimas del embate represivo, véanse Rovira y
Grieco, Veinte años después del 14 de abril de 1972, Montevideo, De la
Plaza, 1993; 'Virginia Martínez, Los fusilados de abril ¡Quién mató a los
comunistm de la 20?, Montevideo, Del Caballo Perdido, 2002. Véase
también Servicio Paz y Justicia Uruguay (Serpaj), Uruguay, N unca Más,
Montevideo, Serpaj, 1989, pp. 67-80.
257 Para una revisión del MLNT en el exterior, véanse Aldrighi y Waksman,
ob. cit.; Astrid Arrarás, Armed Strugg'k, Polüical Leaming and Participaban-
in Dsmocracy. The Case of tlie Tupamaros, tesis de doctorado, Princeton,
Princeton University, 1998; “Breve síntesis histórica de la organización”,
1976, Archivo de la Lucha Armada David Cámpora, GEIU, Montevideo,
Uruguay; Alfonso Lessa. La revolución imposible. Los tupamaros y el fracaso
de la vía armada en el Uruguay del siglo XX, Montevideo, Fin de Siglo,
2002; Andrés Cultelii, La revolución necesaria, contribución a la autocrítica
del MLNT, Buenos Aires, Colihue, 2006; Clara Aldrighi, ob. cit.
258 Véanse Aldrighi y Waksman, ob. cit.; Raúl Elgueta, El caso jackson.
Reflexiones y enfoques, Confidencial RIA n 0 404/99, 30 / 6 /19 7 1, Caja
Uruguay, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Chile.
259 Entrevista a jo rg e Selves realizada por Clara Aldrighi, cedida por
la autora.
260 Aldrighi, Waksman, oh. cit., p. 39. Un informe de la embajada chilena
en Uruguay habla de “un número aproximado a 60”. Véase Raúl
Elgueta, embajador de Chile en Uruguay. El Poda- Ejecutivo procura,
frenar salida del país de procesados políticos, Montevideo, 1/ 8 / 1 9 7 1,
Confidencial RÍA n" 606/145, Caja Uruguay, Archivo del Ministerio
de Relaciones Exteriores, Chile.
261 jo rge Selves, ob. c it.'
2 6 2 íd. '
263 Un militante tupamaro murió mientras fabricaba explosivos.
“Entrevista a Efraín Martínez Platero”, er. Aldrighi, Memcnas de insar-
genáa, p. 366.
264 Jorge y Fernández Huidobro, ob. cit., p. 19. .
265 Id.
266 Aldrighi, Memorias de ínsurgencia., p. 350. /
267 Entrevista a Fernando Butazzoni realizada, por Jim ena Alonso y Carla
Larrobia. Tomada de Jim ena Alonso Alonso, “Tupamaros en Chile.
Fina experiencia bajo el gobierno de Salvador Allende”, Encuentros
Uruguayos, 3(3), segunda parte, septiembre de 2010.
268 Simposio de Viña del Mar, Montevideo, MLNT, 15, Archivo de la
Lucha Armada David Cámpora, GEIU, Montevideo, Uruguay.
269 Ibíd., p. 1 1.
270 Ibíd., p. 19.
271 Véase “Simposio de Viña”, en MLNT, “La carta de los presos y otros
documentos”, s.f., Archivo de la Lucha Armada David Cámpora,
CEIU, Montevideo, Uruguay. Para profundizar en el papel de los
“peludos’' en la historia del MLNT, véase capítulo 2.
272 Jorge y Fernández Huidobro. ob. cit., p. 39. Entrevista a Efraín
Martínez Platero realizada por el autor. Entrevista Selves, ob. cit.
2 5 0 H ACER LA REVOLUCIÓN
438 Rosendo Fraga, Ejército. Del escarnio al poder (1973-1976), Buenos Aires,
Planeta, 1988, p. 276.
439 Marina Franco, Un enemigo para la nadan. Orden interno, violencia y
subversión, 1973-1976, Buenos Aires, FCE, 2012, cap. 6 .
440 Patrice Me Sherry, Los Estados depredadores. La Operación Cóndor y la
guerra, encubierta, en América Latina, Montevideo, De la Banda Oriental,
2009, p. 12.1; Martín Edwin Andersen, Dossier secreto. Argentinas
Desaparecidos and the Myih of the Dirfy-War, Boulder, Colorado,
Westview Press, 1993, p. .108.
441 Véase Kornbluh, "The Pinocket File. Las autoridades uruguayas también
comenzaron a coordinar operaciones con el Estado argentino
duranie 1974. Véanse Alvaro Rico (comp.), Investigación histórica sobre
la dictadura y el terrorismo de Estado en el Uruguay, Montevideo, Udelar,
2008, pp. 94-103, 686-693; Cultelli, oh. cit." p. 145.
442 La mayoría de la información relevante sobre los secuestros
se encuentra en los llamados Archivos del Horror. Centro de
Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos
(CDYA), Asunción, Paraguay, <www.gmi.edu/~nsarchiv/GDyA/
index.htm>. Véanse Alfredo Boccia Paz, Myriam Angélica González
y Rosa Palau Aguilar, Es mi informe. Los archivos secretos de la policía d£
Stroessner, Asunción, CDE, 1994; Dinges, ob. cit.
443 Dinges, ob. cit., pp. 82-126.
444 “Primera reunión de inteligencia nacional", en Operación Condormid
Archivo del terror, en el sitio del National Security Archive, <www.gwu.
edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB239b/index.htm>.
445 JC R , “Pacto militar contra los pueblos de América Latina”, enero de
1976, París, Archivo de ¡a Lucha Armada David Cámpora, CEIU.
446 MDS, Legajo 3010, Archivo de la Dirección de inteligencia de la
Provincia de Buenos Aires.
447 Comité Central Ampliado, “Viemam Liberado”, El Combatiente, 175,
3 0 /7 /19 7 5 , p. 4.
448 (huí., p. 2.
449 Véanse Caiveiro, Política.y/o violencia; Liliana de Rix, ob. cit.; Juan
Carlos Torre, Los sindicatos en el gobierno, 1973-1976, Buenos Aires,
CEAL, 1989; Martin Edwin Anderssen, Argentina’* Desaparecidos and
the Myth of theDirty War, Boulder, Colorado, Westview Press, 1993;
Alfredo Puciarelli, ob. cit.; Richard Gillespie, Los soldados de Perón,
ob. cit.; Maristella Svampa, “El populismo imposible y sus actores,
1973-1976”, en Daniel Jam es (dír.), Nueva h-istoria argentina. Violencia,
proscripción y autoritarismo (1955-1976), Buenos Aires, Sudamericana,
2003; María.José Moyano, “Argentina: guerra civil sin batallas” , en
Peter Waldmann y Fernando Reinares (comps.), Sociedades en guerra
civil. Conflictos violentos de Europa y América Latina, Barcelona - Buenos
Aires, Paidós, 1999.
450 Sobre la visión militar del Operativo Independencia, véanse Acde'i
Vil as, Tucumán. Enero a diciembre de 1975, <www.nuncamas.org/in-
vestig/vi!as/acdeL00.htm>; Famus, Operación independencia. Buenos
Aires, Fanrus, 1988. Sobre la visión del PRT-ERP de esa experien
cia, véanse “Numero especial: La verdad sobre Tucumán” , Estrella
Roja, 63, 10 / 12 / 19 7 5 ; De Santis. ob. cit. Sobre las violaciones a los
derechos humanos cometidas durante el Operativo Independencia,
véase In forme d.e la Comisión fíkameral Investigadora de las Violaciones a
N O TAS 2 6 ]
472 En 1975 los siguientes países habían reí nielado relaciones con Cuba:
Argentina, Bahamas, Barbados, Colombia, Guyana, Panamá, Perú,
Trinidad y Tobago, Venezuela.
473 Interpol, Ministério da justicia, “JC R ”, 1975, Archivo GDYA.
474 “Estas organizaciones son ei MIR venezolano, ei Partido Socialista
de Puerto Rico, el Frente Sandinista de Liberación Nacional de
Nicaragua, ei Ejército Guerrillero de los Pobres de Guatemala, el
Frente dé' Liberación Nacional Farabundo Martí de El Salvador,
el Movimiento Revolucionario del Pueblo y el Partido Socialista
de Costa Rica, el MAPU de Chile, el MR8 de Brasil, el Movimiento
Revolucionario 19 de Abril (M-19), ei ELN y las FARC de Colombia,
el Movimiento Montonero de Argentina”. JC R , “A los secretarios de
Argelia, Francia y México. Líneas de acción y plan de trabajo JC R ”,
p. 5, Archivo de la Lucha Armada David Cámpora, CEIU.
475 En octubre de 1977. la JC R planificó una reunión de movimientos
revolucionarios en Venezuela. “Plan de tareas del Secretariado
Ejecutivo de la JC R ”, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
476 Rivas, ob. cit., pp. 164-167.
477 JC R , “A los secretarios de Argelia, Francia y México. Líneas de
acción y plan de trabsyo JC R ”, junio de 1977, y “Estatutos proviso
rios de la JC R ”, junio de 1977, Archivo de 1a Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
478 JC R , “Estatutos provisorios de la JC R ”, junio de 1977, Archivo de la
Lucha Armada David Cámpora, CEIU.
479 JC R , “A los secretariados de Argelia, Francia, y México. Líneas
de acción y plan de trabajo”, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora. CEIU.
480 Secretariado de la JC R Filial Europa, “Informe ai buró centra! de
la JC R sobre el abandono por parte del ELN del trabajo Junta'en
Europa, problemas derivados y necesidad de que se implemente una
rápida solución (lebrero 19 76)”, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
481 “Sesión ordinaria 2 5 /6 /7 6 ”, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
482 “Manifiesto JC R ”, Revista Che Guevara, 3, octubre-diciembre de 1977,
p. 18.
483 “Sesión ordinaria 2 5 /6 /7 6 ”, Archivo de la Lucha Armada David
Cámpora, CEIU.
484 Correo (k la Resistencia, edición especial, 3. p. 63.
485 Véase “Relaciones”, cit.
486 MIR .“Carta Pública dei MIR. Unidos avancemos en la guerra popular
a la dictadura”, Correo de la Resistencia, edición especial, 9, febrero de
19 8 1, p. 18.
487 Véause Pascaie Bonneí'oy, Claudio Pérez y Angel Spotorro,
Intemacionalistas. Chilenos en la Revolución Popular Sandinista, Santiago.
Brigada 30 Aniversario de la Revolución Popular Sandinista, 2008;
Enrique Haroldo Gorriarán, Memorias de Brinque Gorriarán Merlo. De
los setenta a La Tablada. Buenos Aires, Planeta, 2003; Víctor Estradet,
Memorias del Negro Pedro. Tupamaros en la revolución sandinista,
Montevideo. Fin de Siglo, 2013.
NOTAS 263
488 Sobre el impacto de] surgimiento del discurso de los derechos huma
nos en el orden global, véanse Samuel Moyn, The Last Utopia, Human
Rights in History, Cambridge, Harvard University Press, 2010; Barbara
J. Keys, Redaiming American Virtue, the H um an Rights Revolution ofthe
1970s, Cambridge, Harvard University Press, 2014. Para entender el
impacto en la región, véanse Van i a Markarian, Lefi in Transfonnation,
Nueva York, Routledge, 2005; Jam es Green, We Cannot Rema.in Silmt.
Opposition lo the Brazüian Military Dklatorship in the United States,
Durham, NC, Duke University Press, 2010; Kathryin Sikkink, The
fustice Cascade. How H um an Rights Prosecutiom Áre Changing World
Polities, Nueva York, W.W. Norton & Co., 2 0 11.
489 Dos textos que dan cuenta de la influencia de Gramsci en los ochenta
’ son: José Aricó, La cola del diablo. Itinerario de Gmmsci en América Latina,
Buenos Aires, Punto Sur, 1988; Ernesto Ladau y Chanta! Mouffe,
Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una, radicalizaáón de la democracia,
Madrid, Siglo X X I, 1987.
490 Para el caso chileno, véanse Katherine Hite. When the Romance Ended.
Leaders ofthe Chilean Lefi, Nueva York, Golumbia University Press,
2000; Cristina Moyano Barahóna, El MAPUdurante la dictadura.
Saberes y prácticas políticas para una microhistoria de la renovación socialista
en Chile, 1973-1989, Santiago, Universidad Alberto Hurtado, 2010.
Sobre la Argentina, véase Cecilia Lesgart, Usos de la transición a la.
democracia. Ensayo, ciencia y política en la década, del ‘80, Rosario, Plomo
Sapiens, 2003.
491 Véase Fernando Calderón y Elizabeth jelin , Clases y movimientos sociales
en América Latina. Perspectivas y realidades, .Buenos Aires, Centro de
Estudios de Estado y Sociedad, 1987.
492 Sobre la Operación Retorno, véanse julio Pinto y Sebastian
Leiva, “Punto de quiebre. El MIR en los ochenta”, en Verónica
Valdivia y otros, Su revolución contra nuestra revolución. La pugna,
marxisia-gremialista, en los ochenta, vol. 2, Santiago, LOM, 2008; Igor
Goicovic, ob. cit. Por testimonios, véanse Rivas, ob. cit... y Comité
Memoria. Nel turne, Guerrilla, en Neltume, Una. imUma de lucha, y raislen- •
cia, en el sur chileno, Santiago, LOM, 2003.
493 Para información del Plan 78, véanse entrevistas a Muñoz, Torres y
Zarriscueta realizadas por el autos:. Véase prensa del MIR, El Correo de
la Resistencia y El Rebelde en la Cla;nd,estinídad.
494 Véase Rolando Alvarez, ‘“ Aún tenemos patria, ciudadanos’ . El
Partido Comunista de Chile y la salida no pactada de la dictadura
(1980-1988),” en Verónica Valdivia y otros, ob. cit., pp. 22-42.
495 Rivas, ob. cit., pp. 189-190.
496 Ibíd.. pp, 164-166; Hernán Vidal, El Movimiento de la Izquierda
Revolucionaria (MIR) de Chile en la,justicia transicional, 20 13, pp. 80-437,
<ideologiesandliterature.org/VIDAL-%20justicia%20Transicio-
nal%20III.pdf>; entrevistas a Muñoz, Zarricueta y Pascal Allende
realizadas por el autor. Acerca del Partido Comunista chileno, véanse
Álvarez, ‘“Aún tenemos patria, ciudadanos’” , cit.; Claudio Pérez Silva,
“De la guerra contra Somoza a la guerra contra Pinochei. La expe
riencia intemacionalista revolucionaria en Nicaragua y la construc
ción de la Fuerza Militar Propia del Partido Comunista de Chile", en
Pablo Pozzi y Claudio Pérez (eds.), ob. cit.
497 En Correo de la Resistencia, 8. octubre de 1979, p. 13.
2 6 4 H A C E R LA R E V O L U C IÓ N
532 Véase “La democracia amenazada”; Entre Todos, 28, primera quincena
de junio de 1987, pp. 10 -11.
533 Celesia y Waisberg, ob. cit., pp. 212-214.
534 MTP, “Los militares avanzan. ¿Qué hacemos?”.
535 Véase entrevista a Gorriarán IGG, UBA, sesión 4.
536 Id.
537 “Anunció Alfonsín medidas para la lucha contra la subversión.
Afirmó que retorna la guerrilla ele ultraizquiercla” , Clarín, 2 5 /1/19 8 9 ,
pp. 2-13; “Integran las Fuerzas Armadas el Consejo de la Nación”,
Clarín, 2 6 /1/19 8 9 , p. 4.
538 A modo de ejemplo, véase la cobertura de la revista El Porteño, febrero
de 1989. Níá* específicamente, el artículo de Eduardo Blaustein,
“Un alfiler menos” , p. 13, o el de Eduardo Aliverti, “Un comando dé
maniáticos” , p, 17.
539 Federico Loreoz, “¿De quién es el 24 de Marzo? Las luchas por la
memoria del golpe de 1976”, en Elizabeth Jelin (ed.), Las conmemora
ciones. Las disputas en las fechas “infelices”, Barcelona, Siglo XXI, 2002,
pp. 79-80.
540 Véase Hilb, “La Tablada: el último acto de la guerrilla seteuíista”, cit.
541 Federico Lorenz, ob. cit., pp. 87-90.
542 Véanse Nicolás Prividera, M, 2007; Albertina Carri, Los rubios, 2003;
María Inés Roque, Papa h a n , 2004. Para un análisis de parte de
esta producción testimonia] y documental, véase Alejandra Obertí
y Roberto Pittaluga, Memorias en. montaje. Escrituras de la militancia y
pensamientos sobre la historia, Buenos Aires, El cielo por Asalte?, 2006.
543 Entre otros, véanse Eduardo Anguita y Martín Caparros, ob, cit.;
Marta Diana, Mujeres guerrilleras. La militancia de los setenta en el testimo
nio de sus protagonistas femeninas, Buenos Aires, Planeta, 1996.
544 Véanse Néstor Kirchner, “Prólogo". 10 /10 /2 0 0 4 , <anamariaponce.
blogspot.com.ar>; Federico Lorenz y Peter Winn, “Las memorias de la
violencia política y la dictadura militar en la Argentina: un recorrido
en el año del Bicentenario”, en Peter Winn y otros, No hay mañana
sin ayer. Batallas por la memoria histórica en el Cono Sur, Santiago, LOM, '
2014, pp. 42-43.
545 Conadep, Nunca más. Informe, de la- Comisión Nacional sobre la
Desaparición de Personas, Buenos Aires. Eudeba, 2006, p. 8.
546 MLNT, “El documento dei MLNT”, Brecha, 3/2/19 8 9 .
547 “Los ecos de La Tablada: Polémica en la izquierda local” , Búsqueda,
■ -9 /2/19 8 9 ,p. 4.
548 “Raúl Sendic: en Argentina puede haber nuevas acciones armadas
para resistir una sublevación castrense”, Búsqueda, 2/2/1989, p. 5.
549 Leicht, ob. cit., pp. 168-169.
550 María Eugenia Allier, Batallas por la memoria, Montevideo, Trilce,
2010, pp.31-46.
551 “Conferencia del. MLN”, Las Bases, L Í/3/19 8 5 .
552 íd.
553 Arrarás, ob. cit.
554 Véanse Eleuterio Fernández Huidobro, Historia de los tupamaros, 3 ts.;
Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro, .Memorias del cala
bozo, Montevideo, Tae, 1988.
555 Centro Uruguay Independiente:, Documentos. Documento político, 2:
Refmmdum. Montevideo, GUI, 1987, p. 65.
N O TA S 2 6 7