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Marina Franco
Florencia Levín
compiladoras
Historia
Perspectivas y desafíos
para un campo en construcción
Marina Franco y Florencia Levín
(compiladoras)
Vera Carnovale • Silvia Finocchio
Elizabeth Jelin • Alejandro Kaufman
Daniel Lvovich • Roberto Pittaluga
Hilda Sabato • Ludm ila da Silva Catela
Enzo Traverso • Sergio E. Visacovsky
Historia reciente
Perspectivas y desafíos para
un campo en construcción
p a id ó s ^
Buenos Aires - Barcelona - México
Levín, Florencia
H istoria reciente : perspectivas y desafíos para un cam po en construcción /
Florencia Levín y M arina Franco - 1a ed. - Buenos Aires : Paidós, 2007.
352 p. ¡2 1 x 1 3 cm. (Espacios del Saber)
ISBN 978-950-12-6565-1
Ia edición, 2 0 0 1
ISBN 9 5 0 -1 2 -6 5 6 5 -!
Indice
P r im e r a Pa r t e
Historia reciente: cuestiones conceptuales
y recorridos historiográficos
S e g u n d a Parte
Aspectos éticos, políticos y metodológicos vinculados
a la escritura de la historia reciente
T e rcera Parte
Historia reciente y sociedad
V era C a r n o va le
Historiadora. Miembro del equipo de historiadores de la
Asociación Memoria Abierta, donde participó de la construc
ción de un Archivo Oral (audiovisual) sobre violencia política,
terrorismo de Estado y movimiento de derechos humanos.
Miembro del Programa de Historia Oral Universidad de Bue
nos Aires (UBA) y del Núcleo Memoria, Instituto de Desarro
llo Económico y Social (IDES). Doctoranda en Historia
(UBA) y becaria del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET). Tema de investigación: la
construcción identitaria en el Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP).
S i l v ia F i n o c c h i o
Investigadora principal del Area de Educación de la Fa
cultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Profesora titular de Historia de la Educación en la Universi
dad Nacional de La Plata (UNLP). Profesora adjunta de Di
dáctica de la Historia en la UBA. Coordinadora del Posgrado
en Currículum y Prácticas Escolares de FLACSO. Coordina
dora de FLACSO Virtual. Miembro del Comité Editorial de
10 M arina Franco y Florencia Levín (comps.)
M a r in a F r a n c o
Doctora en Historia de la Universidad de Buenos Aires y
de la Universidad de París VII (Francia). Investigadora del
Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL) de la Escuela
de Humanidades de la Universidad Nacional de San M artín
y docente de la M aestría en Estudios Latinoamericanos de la
misma universidad. Autora de numerosos artículos en libros
y revistas nacionales e internacionales sobre historia recien
te, en particular sobre la historia del exilio durante el terro
rismo de Estado en la Argentina.
E l iz a b e t h J e l in
Socióloga, profesora de la UBA, investigadora del
CONICET, directora académica del Programa “Memoria
colectiva y represión” patrocinado por el Social Science Re
search Council y Miembro del directorio del Instituto de In
vestigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Social (UNRISD) (Ginebra). Dirige el área de investigacio
nes del IDES y ha publicado, entre otras obras, Pan y afectos
(Buenos Aires, FCE, 1998), C onstruir la dem ocracia: derechos
humanos, ciudadanía y sociedad en A m érica Latina (Caracas,
Nueva Sociedad, 1996) y Los trabajos de la m em oria (Madrid,
Siglo XXI, 2002). Es editora de la serie “Memorias de la re
presión” publicada por Siglo XXI.
A l e ja n d r o K a u f m a n
Profesor de teoría y crítica de la cultura, comunicación y
subjetividad en la UBA y en la Universidad Nacional de
Quilmes. Director de la Licenciatura en Comunicación de la
Universidad de Quilmes.
Los autores 11
F l o r e n c ia L e v ín
Graduada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras
(UBA). Doctoranda en Historia en la misma facultad (para lo
cual contó con una beca UBACyT). Tema de la investiga
ción: “El humor gráfico político. Argentina 1973-1985”. Au
tora de varios artículos sobre la historia reciente y sobre la
enseñanza de la historia reciente, así como de diversos ma
nuales escolares y materiales didácticos. Trabajó en el M inis
terio de Educación y en el Ciclo Básico Común (UBA), y
actualmente se desempeña como docente en la Universidad
Nacional General Sarmiento y en la Facultad de Filosofía y
Letras de la UBA.
D a n ie l L v o v ic h
Doctor en Historia (UNLP). Profesor adjunto regular de
la Universidad Nacional de General Sarmiento. Se especiali
za en historia política y social del siglo XX en Argentina. Au
tor de N acionalismo y antisem itism o en la A rgentina (Buenos
Aires, Ediciones B, 2003) y de numerosos artículos publica
dos en libros y revistas argentinas y latinoamericanas.
R o b e r t o P it t a l u g a
Licenciado y doctorando en Llistoria (UBA). Coautor de
Las políticas en las m em orias. Los años ’60 y ’70 en la A rgentina
de boy (Buenos Aires, El Cielo por Asalto, en prensa) y de His
toria, m em oria y fu en tes orales. Reflexiones teóricas y m etodológi
cas (Buenos Aires, Memoria Abierta/CeDInCI, en prensa).
Director del Centro de Documentación e Investigación de la
Cultura de Izquierdas en Argentina (CeDInCI). Investigador
del proyecto ECOS “La generación militante de los años ’60
y ’70 en Argentina y en Francia: historia, memoria, fuentes”.
LI i l d a S a b a t o
Historiadora, profesora de la Facultad de Filosofía y L e
tras de la UBA e investigadora del CONICET. Enue sus li
12 Marina Franco y Florencia Levín (comps.)
L u d m i l a d a S il v a C a t e l a
Doctora en Antropología Cultural (UFRJ, Universidad
Federal de Río de Janeiro). Investigadora del CO NICET en
el Museo de Antropología-Universidad Nacional de Córdo
ba (U N C). Profesora de la Maestría en Antropología de la
U N C y de la M aestría en Historia y M emoria de la Univer
sidad N acional de La Plata (UNLP). Ha publicado diversos
artículos y capítulos de libros sobre situación límite, memo
ria, identidad y violencia. Es autora de No habrá flo res en la
tum ba del pasado. La experiencia de reconstrucción d el m undo de
fa m ilia res ele desaparecidos (La Plata, Ediciones Al Margen,
2001) y organizadora junto a Elizabeth Jelin de Los archivos de
la represión: D ocum entos, m em oria y verd a d (Madrid, Siglo
XXI, 2002).
E n zo T r av e r so
Docente de Ciencias Políticas en la Universidad de Picar
día (Francia). Ha participado en congresos, seminarios y con
ferencias en las universidades de varios países europeos, de
Estados Unidos, Canadá y América latina. En castellano ha
publicado: Los m arxistas y la cuestión ju día. H istoria de un deba
te (La Plata, Ediciones Al Margen, 2003); S iegfried Kracauer.
Itinerario de un intelectual nómada (Valencia, Alfons el Magna-
nim, 1999); La historia desgarrada. Ensayo sobre Auschwitz y los
intelectuales (Barcelona, Herder, 2001); El totalitarismo. Histo
Los autores 13
S e r g io E d u a r d o V i s a c o v s k y
Graduado en Ciencias Antropológicas (UBA) y doctor en
Antropología Cultural por la Universidad de Utrecht (2001,
Países Bajos). Profesor del Departamento de Ciencias Antro
pológicas (UBA) y de la Maestría en Antropología Social
(IDES-IDAES/UNSAM). Autor de El Lanús. M em oria y p o
lítica en la construcción de una tradición psiquiátrica y psicoanalí-
tica argentina (Buenos Aires, Alianza, 2002), y con Rosana
Guber de la compilación H istorias y estilos de trabajo de campo
en la A rgentina (Buenos Aires, Antropofagia, 2002).
Introducción
***
***
M a r in a F r a n c o y F l o r e n c i a L e v ín
Primera Parte
Historia reciente:
cuestiones conceptuales
recorridos historiogiráficos
1. El pasado cercano en clave
lñstoriográfica1
M a r in a F r a n c o y F l o r e n c ia L e v ín
T ie m p o , h is t o r ia e h is t o r io g r a f ía
2. Com o puede apreciarse, las tensiones en torno a cuáles son los cri-
34 Marina Franco y Florencia Levín
A l g u n o s d e s a f ío s p a r a l a h is t o r io g r a f ía
DE LA HISTORIA RECIENTE
M em oria
Testimonio
11. El término es, sin dudas, violento, pero en este punto es preferible
asumir la violencia simbólica que la tarea de investigación y la instancia de
entrevista conllevan (Bourdieu, 1993).
48 Marina Franco y Florencia Levín
D emanda social
L a h is t o r ia r e c ie n t e c u e s t io n a d a
L a h is t o r ia r e c ie n t e e n l a A r g e n t in a :
UN CAMPO EN CONSTRUCCIÓN
B ib l io g r a f ía
E n z o T r av e r so
H is t o r ia y m e m o r i a . L a in t e r p r e t a c ió n d e l p a s a d o
CO M O D ESA FÍO P O L ÍT IC O
H is t o r ia y m e m o r ia
U na PA R EJA A N T IN Ó M IC A
T i e m p o i-i i s t ó r i c o y t i e m p o d e l a m e m o r i a
M e m o r ia s “f u e r t e s” y m e m o r ia s “d é b il e s”
V e r d a d y ju s t ic ia
4. Lo que condujo a Georges Duby, tal vez de una manera un poco pre
coz, a escribir que “la noción de verdad histórica se modificó (...) porque
ahora la historia se interesa menos en los hechos que en las relaciones”
(19 9 1 :7 8 ) .
92 Enzo Traverso
B ib l io g r a f ía
D a n i e l L v o v i c i -i 1
E l H o l o c a u s t o : d e l sil e n c io a l c e n t r o
DE LA CONCIENCIA OCCIDENTAL
T res c a s o s n a c io n a l e s
mo, Los libros al respecto aparecidos tras 1945, tanto los es
critos por fascistas como por antifascistas, eran generalm en
te unas sencillas narraciones de acontecimientos, en los que
el análisis era eludido. Ningún intento serio de colocar al fas
cismo en un contexto histórico tuvo impacto en la historio
grafía, que permaneció ligada a las imágenes del fascismo
desarrolladas por el antifascismo liberal, radical o marxista.
Así. Benedetto Croce señaló que el período completo del fas
cismo debería ser tratado como un paréntesis en la historia de
libertad y civilización de la nación italiana, una ‘‘enfermedad
intelectual y moral” que infectó a todas las clases como con
secuencia de la crisis en la fe y en los principios de la libertad
y la razón. De hecho, cuando fue invitado en 1946 a escribir
una historia del fascismo, respondió: “...odio tanto al fascis
mo que me he prohibido a mí mismo siquiera la posibilidad
de pensar en su historia” (De Felice, 1976: 303). Por su lado,
el Partido Comunista Italiano abrazó un populismo que con
cibió la historia como la encarnación del ascenso del pueblo
italiano hacia sus objedvos, que sólo se frustró debido a la ac
ción egoísta de las minorías en la rivoluzione m ancata del Ri-
sorgim en to y en la tiranía del fascismo, que no habría poseído
desde tal perspectiva ninguna base popular. Por otro lado, el
más típico historiador italiano de la década de 1950, Federi
co Chabod, liberal y antimarxista, separó claramente al pue
blo italiano de cualquier responsabilidad en los aspectos más
oscuros del fascismo (Bosworth, 1996: 506).
Pese a que estas interpretaciones contrastaban marcada
mente entre sí en lo relativo a la evaluación de las causas y las
responsabilidades por la promoción del fascismo, todas coin
cidían en considerarlo como una “negatividad histórica”, una
especie de epifenómeno carente de una individualidad que
justificara el interés de la historiografía. En efecto, por un
largo tiempo los historiadores ignoraron el problema del fas
cismo y aceptaron como definitiva la imagen provista por las
interpretaciones de la militancia antifascista. De acuerdo con
esa imagen el fascismo no habría tenido vitalidad, ideología
Historia reciente de pasados traumáticos 105
M e m o r ia e h is t o r io g r a f ía d e l a d ic t a d u r a m il it a r
ARGENTINA
promiso cívico deja sin resolver los modos que puede adop
tar esta articulación, ya que ella debe significar una distancia
entre ambas esferas que impida su superposición.
Sin embargo, los casos europeos analizados muestran que
la repulsión moral y política que provocan el nazismo, el fas
cismo y el régimen de Petain no sólo no resultaron obstácu
los para la construcción de una historiografía distanciada y
crítica, sino que en muchos casos se constituyeron en las ac
titudes que impulsaron su desarrollo. Pese a que la capacidad
de la historiografía argentina de incidir en la esfera pública es
mucho menor que la de la europea, podemos confiar que a
partir del equilibrio entre compromiso y distancia podamos
asistir en los próximos años a la generación de producciones
que permitan acceder a renovadas perspectivas sobre nuestro
pasado reciente.
B ib l io g r a f ía
***
12. C la ro que todavía están por hacerse esas otras historias de lo dem o
crático en los años sesenta y setenta, las cuales, desplazando su mirada más
allá de las organizaciones políticas, dirijan sus preguntas hacia otras formas
de lo político, hacia los esfuerzos autonomistas y horizontales más o me
nos conscientes u organizados, hacia los gestos emancipatorios y las fisuras
de las disciplinas de las propias prácticas militantes, etc. Es decir, hacia
otras form as y desde ouas concepciones de lo democrático.
Miradas sobre el pasado reciente argentino 139
13. Tal como quedó expuesto, hacia fines de 1982, por un influyente
grupo de historiadores, quienes en un artículo publicado en la revista de
cultura Punto de Vista, se preguntaban por los anclajes sociales de la polí
tica democrática, y el período histórico que elegían para buscar los fun
damentos de la que ahora se proponían coadyuvar a consolidar era aquel
que siguiera a la consolidación de un Estado nacional, entre 18 8 0 y 1943
(PEHESA, 1982).
14. Cfr. Roy H ora (2001). Hora retoma una lúcida intervención de
Raúl Fradkin (1993), quien señaló que las obras de historia más relevantes
editadas en los primeros diez años de democracia seguían recorridas por las
interrogaciones propias de los años sesenta y setenta, derivadas de “preo
cupaciones intelectuales de largo aliento” (el destacado es mío).
140 Robeno Pittaluga
***
***
B ib l i o g r a f í a
—¿Leiste La Capital?
M e extendió el diario de la mañana. [...] Leí: “Un comando del ERP,
fuertem ente aunado, copó anoche el comedor universitario arengando
al estudiantado... ”
Me explicó:
—Feced' se volvió loco, fu e con varios celulares y empezó a levantar a
los estudiantes. Terminaron todos en Jefatura [...].
Se m e acercó y m e palmeó:
—¡No se te puede dejar solo! ¡Mira lo que haces! Esto le servirá a los
compañeros para ligarse a los estudiantes.
Me quedé sin palabras. Desde aquel día mi vida daría un vuelco. El
Benja m e propondría tomar la dirección militar del fren te estudiantil
(Morí, 1997: 119-122).
T e st im o n io s y pa sa d o r e c ie n t e :
r iq u e z a s, p r o b l e m a s y r e c a u d o s
L o s e n tte v is ta d o s s o n s e le c c io n a d o s n o p o r q u e r e p r e s e n te n a l
g u n a n o rm a e sta d ístic a a b s ü 'a c ta , s in o p o r q u e tip ific a n p ro c e s o s
h is tó ric o s . A sí, las p r e g u n ta s a f o r m u la r s o n re la tiv a s al c o n c e p
to d e u n h is to r ia d o r d e u n p ro c e s o h is tó ric o (es d ecir: su p ro p ia
c o n c e p c ió n d e la h is to ria ) y a la re le v a n c ia de la in f o r m a c ió n
a c o p ia d a p a ra ese p ro c e s o p a rtic u la r. L a s c u e s tio n e s re a le s s o n
h is to rio g rá fic a s , n o e s ta d ís tic a s . ( G r e le , 1991: 1 2 3 -1 2 4 )
7. E n relación con esto últim o, es p ertin en te señ alar que en las e n tre
vistas vinculadas al pasado recien te se invierte en cierta m edida “la relación
de p o d er” apuntada p o r G rele (1991b). Este au to r ha señalado que la co n
notación que el sab er académ ico adquiere en el en tram a d o sim bólico de las
relaciones sociales, usualm ente le otorga al in vestigador en la situación de
entrevista el lugar de “poseedor de la verdad”, de aquel “que sabe”. E n las
entrevistas sobre el pasado reciente, p o r el c o n trario , suele m anifestarse
una representación inversa. E n estos testim onios es la dim ensión de la ex
periencia personal, aquello vivido-sufrido “en ca rn e p ro p ia”, no sólo la
fuente de legitim idad p or excelencia, sino sobre to d o aquello que otorga
valor de “v erd ad ” inequívoca a la palabra del entrev istad o (m uy c o rrie n te
m ente en deü 'im en to de la palabra de un o tro “q u e no la vivió”, “que no
estuvo allí” o aun, “que viene de la academ ia”).
17S Vera Carnovale
Bibliografía
II
III -
[...] Amor, son casi las 3 de la matina y estoy haciendo hora has
ta las 4. Quería decirte una porción de cosas. Quería decirte más
de una vez que no quiero que vos te preocupes en herirme [...]
Compañero, hermano, amigo, amado. Tengo tantas cosas para
decirte todavía. Que bueno. Ya es mi hora. Todo bien, estoy dis
puesta, quiero llegar allá y hacer mil cosas. Hacer la revolución,
en todos los niveles, en la medida de mis limitaciones y de mi
capacidad. Va a ser bueno comenzar una práctica nueva, va ser
bueno poder ayudar a la gente de allá y ser ayudada por ellos, va
a ser bueno hacer la revolución por allá. Una palabra más antes
de subir al ómnibus. Te amo. [...]
IV
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Etnografía de los archivos de la represión en la A rgentina 195
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196 Ludmila da Silva Catela
¿ D e l s e c r e t o a la v e r d a d ?
D is p u t a s e n t o r n o a l a v e r d a d
Clarín tuvo acceso a todos estos papeles salvados de las llamas, que
describen un gigantesco operativo encubierto de idenüficación,
espionaje e información a los grupos operativos militares sobre
personas del ámbito educativo y cultural (Clarín, 24 de marzo de
1996, suplemento especial sobre la represión cultural).
Detrás de una puerta gris estaba la verdad. Son miles y miles de fi
chas, microfilms, carpetas y cajas de documentos, la llistoria de
la represión de la década del 70 a 1997 (Página/12, 25 de no
viembre de 1998, sobre los archivos de la DIPBA).
las propiedades m etafóricas de territo rio nos llevan a asociar concep to s ta
les com o conquista, litigios, desplazam iento a lo largo del tiem po, variedad
de criterios de dem arcación, de disputas, de legitim idades, derechos, ‘sobe
ranías’” (D a Silva C atela, 2002: 22).
208 Ludmila da Silva Catela
U S O S Y ABUSOS
12. Esta inform ación fue extraída de notas personales de la reu n ió n lle
vada a cabo en 2004.
212 Ludmila da Silva Catela
En las copias a las que este diario tuvo acceso, los nombres de
los escritores aparecen tachados -así los entrega la CPM a los
investigadores, porque los datos personales son considerados
sensibles para terceros-, pero por las fechas de nacimiento y sus
obras se pueden deducir los autores que fueron vigilados, difa
mados y calumniados por los asesores literarios del organismo
de Inteligencia (.Página/12, 28 de marzo de 2006).
L a p a t r im o n ia l iz a c ió n , e n t r e la in t im id a d y l a h is t o r ia
tas diferentes [...] las personas no son papeles; conversar con los
vivos implica, por parte del historiador, una parcela mucho ma
yor de responsabilidad y compromiso, ya que todo aquello que
se escriba o diga no lanzará luz apenas sobre personas y perso
najes históricos (como pasa cuando el diálogo es con los muer
tos), sino que traerá consecuencias inmediatas para la existencia
de esas personas y sus círculos familiares, sociales y profesiona
les (1997:147).
B ib l io g r a f ía
Otras fuentes:
Diarios Página/12, La Nación y Clarín: 1998-2006.
Boletín Oficial (17 de diciembre de 2003), Decreto 1.259/2003. Ar
chivo Nacional de la Memoria. Creación. Objetivos. Activida
des fundamentales.
Estrictamente confidencial y secreto. Archivo de la DIPBA. Catálogo de
difusión sobre el archivo DIPBA. Comisión Provincial por la
Memoria.
7. Saberes y pasiones
del historiador
A pun tes en p rim era p erso n a 1
H il d a S a b a t o
III
IV
B ib l io g r a f ía
I
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^Aquella declaración pública que hizo Videla cuando le
preguntaron por los desaparecidos -a lo cual contestó que “el
desaparecido no existe; no está vivo, ni muerto, es un desapa
recido”- ocasionó la indeterminación de una de las distincio
nes binarias esenciales, constitutivas del lazo social: la
diferencia entre estar vivo y estar muerto en tanto condición
que eslabona la relación entre estado y sociedad/'En lo impli
cado por esa formulación, la propia entidad institucional del
Estado sufrió una dislocación de la que no se ha recuperado
hasta la actualidad. La desaparición emergió como un conjun
to de significaciones constitutivas de un evento indecidible e
instaló un trasfondo matricial para el devenir sociohistórico
en la.Argentina.
En primer lugar, el acontecimiento de la desaparición no
instaló una paradoja, porque la relación entre la institución y
el control de la vida y la muerte pueden ya ser entendidos cor
mo constituyentes de paradojas en condiciones “normales”.''
La indecidibilidad entre oposiciones binarias es lo que los re
gímenes enunciativos que sostienen el lazo social sustraen a
la conciencia. La génesis de las instituciones comprende
aquellos procesos por los cuales se naturaliza un orden histó-
236 Alejandro Kanfinan
II
III
IY
B ib l io g r a f ía
In t r o d u c c ió n
L u g a r e s d e la m e m o r ia e h is t o r ia e s c o l a r
H is t o r ia r e c ie n t e e h is t o r i a e s c o l a r
L u g a r e s d e l a m e m o r ia e s c o l a r e n l a s e s c u e l a s
p r im a r ia s y m e d ia s
Un l u g a r , u n a e sc u e la
S a l id a
B ib l io g r a f ía
H a c ie n d o p r e se n t e el p a sa d o
L a e t e r n a l u c h a e n t r e e l p r e s e n t e y e l pa sa d o
Los M O D E L O S T E M P O R A L E S Y S U S U SO S SO C IA L E S
existía fuera del tiempo y del espacio en el que había sido en
gendrado (el servicio). Consiguientemente, su origen genera
cional se situaba en un vacío, no teniendo otra opción que
reinsertar su presente en el pasado del Lanús. Respecto de sus
jefes, adoptaron una posición cautelosa, ya que preferían res
tablecer la continuidad con las viejas y prestigiosas genera
ciones lanusinas. Dado que su inquietud estaba centrada en
cómo la reconstrucción de una genealogía legítima y honora
ble le daría sentido a su futuro, denominaré a su modelo la
restauración lanusina. Restauración es diferente de retorno.
Tienen en común el ser un doble movimiento que vuelve a su
posición inicial. Pero el retorno se sucede en una secuencia
que se proyecta hacia adelante, el futuro, escapando del pasa
do, sin asegurar que quien regrese conserve su identidad de
partida, ni que el lugar al que arribe sea el mismo. La restau
ración no se proyecta al futuro, sino al pasado; es restaurado
(recompuesto, reparado) aquello que está deteriorado o roto,
al volverlo a su estado anterior. Pero en este retroceso al mo
mento anterior, no hay registro del tiempo que medió entre
lo deteriorado y su reparación, de modo tal que lo que se im
pone es el pasado como abolición del devenir temporal pre
sente (como en el caso del restablecimiento monárquico en la
Francia posnapoleónica y en otros países europeos). Las pre
tensiones de las jóvenes generaciones por reparar su propia
genealogía uniéndola a la lanusina coinciden con este con
cepto de subordinación del presente al pasado.
Ninguno de los modelos concluye consagrando la extin
ción definitiva del tiempo, sino que manifiestan una común y
obstinada fe en su renacimiento. Ahora bien, este renacer de
la temporalidad posee la misma naturaleza que la que osten
ta la sucesión del día y la noche, pues todos los modelos se or
ganizaban de acuerdo con una secuencia cuyos polos están
representados por el Lanús (cualesquiera fueran sus varian
tes), separados por el PRN, pudiendo ser el Lanús (de acuer
do con las versiones) un producto de la democracia, una
identidad democrática o la democracia misma. Con excep
300 Sergio Eduardo Visacovsky
ción del relato del origen del Lanús, los restantes fueron pro
ducto de la transformación del PRN en objeto de memoria.
Aunque las experiencias basadas en el terror son inicialmen
te desorganizadoras, pronto se las dota de sentido al inscri
birlas en marcos que las hagan inteligibles, normalizándolas.
Estos marcos se corresponden con las interpretaciones que
ha asumido la historia política en la Argentina después de
1955 como un pasado discontinuo, que el Lanús, en buena me
dida, ha expresado. Esta discontinuidad es, a su vez, fruto de
una teodicea secular (Herzfeld, 1993) según la cual la nación
se encuentra dividida en dos polos antagónicos en lucha per
manente. Las versiones del Lanús expresaban esta lógica an
tagónica del campo político argentino. Lejos de ser una
esencia de la nación, esta lógica se reproduce debido a su ca
pacidad interpretativa y al modo en que se encarna en agen
tes e instituciones. Si el relato de origen formulado en los
años sesenta participaba del antagonismo entre peronismo y
antiperonismo posterior a 1955 al instalar una discontinuidad
con el pasado anterior a la Revolución Libertadora (Neiburg,
1988), los posteriores a 1983 expresaban un nuevo antagonis
mo, autoritarismo contra democracia, que a partir de la ela
boración del PRN reinterpretaba y actualizaba, a su vez, el
relato de origen. En efecto, el viejo antagonismo quedaba
subsumido en el nuevo, reordenando de tal modo la secuen
cia que la “Revolución Libertadora” era desplazada, ahora, a
la filiación del autoritarismo, y a un antecedente del PRN
(Visacovsky y Guber, 2005).
La oposición democracia/autoritarismo producía una
operación de separación de aquellos hechos que no debían
aparecer desde ningún punto de vista mezclados, basándose
en concepciones acerca de lo (políticamente) puro y lo impu
ro. El esquema clasificatorio de la democracia debía organi
zar una experiencia pasada sobre la base de límites claros y
precisos, cuyo objetivo era limitar segmentos temporales. Pe
ro la dificultad que afrontaba esta operación era que aquello
clasificado podía resistirse a la clasificación (Douglas, 1973:
Historias próximas, historias lejanas 301
B ib l io g r a f ía
¿CÓ M O “NORMALIZAR” e l p a s a d o ? E l c a s o a l e m á n
L a h i s t o r i a d e la s m e m o r ia s e n e l C o n o S u r
El contexto
E l d i s c u r s o m il it a r “s a l v a d o r ”
2. E l p a r a d ig m a d e d e r e c h o s h u m a n o s e n l a
CONSTRUCCIÓN DE INSTITUCIONES CONSTITUCIONALES
[...] todo era posible: desde gente que propiciaba una revolución
social hasta adolescentes sensibles que iban a villas miseria para
ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sin
dicales que luchaban por una simple mejora de salarios, mucha
chos que habían sido miembros de un centro estudiantil,
periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y soció
logos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifis
tas, monjas y sacerdotes que habían llevado la enseñanza de
Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y
amigos de esos amigos [...] Todos, en su mayoría inocentes de te
rrorismo o siquiera de pertenecer a los cuadros combatientes de
la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el en
frentamiento [...] De estos desamparados, muchos de ellos ape
nas adolescentes, de estos abandonados por el mundo hemos
podido constatar cerca de nueve mil [...] (CONADEP 1984: 10)
tico, llevado a cabo en todas las partes del país con el mismo
método de detenciones ilegales, tortura y desaparición. Des
pués de cinco meses de testimonios (hubo más de ochocien
tos testigos), testimonios de personas que se sobrepusieron al
miedo y a la dificultad de revelar públicamente experiencias
personales humillantes, cinco de los nueve comandantes re
cibieron una sentencia condenatoria.
La construcción de la prueba jurídica no fue tarea sencilla.
Se basó en el testimonio de las víctimas, ya que los registros y
archivos militares no estaban disponibles. Esto implicó el re
conocimiento de sus voces y de su derecho a hablar. El testi
monio, sin embargo, debía ser presentado conforme a las
reglas legales de la evidencia aceptable. Lo que no podía ser
mostrado (el acto de agresión) debía ser narrado, pero en con
diciones precisas y controladas, de modo que lo que se denun
ciaba pudiera ser verificado. De hecho, lo aceptable como
prueba jurídica era la herida corporal. Los sentimientos y el
sufrimiento no podían ser medidos o incluidos. Durante las
sesiones de testimonios, éstos debían ser suspendidos. Cuan
do un/a testigo se veía envuelto/a en emociones, los jueces
suspendían el testimonio hasta que la calma volviera. Tam
bién cuando un abogado (de la defensa) preguntaba por la
identidad política del testigo, los jueces desautorizaban la
pregunta. Este patrón intermitente tuvo un efecto muy espe
cial: el mensaje oculto era que, en todo su detalle, en su tota
lidad, la experiencia no podía ser narrada; menos aún podía
ser escuchada.
El testimonio judicial es una narrativa personal de una ex
periencia vivida, pero el marco jurídico lo quiebra en pedazos
y componentes: el requerimiento de identificación personal,
el juramento de decir la verdad, la descripción detallada de
las circunstancias de cada acontecimiento. El discurso del/a
testigo tiene que desprenderse de la experiencia y transfor
marse en evidencia. Si la desaparición es una experiencia pa
ra la cual no hay ley y no hay norma, en la cual la víctima deja
de existir como sujeto de derechos, el testimonio en la corte
32S Elizabeth Jelin
3. L a s l u c i i a s p o r e l s e n t i d o d e l p a s a d o f r e n t e a u n a
GENERACIÓN QUE PREGUNTA
16. http://www.presidencia.cl/view/viewInformeTortura
336 Elizabetb Jelin
¿ R e so l v e r l a c u e s t ió n ?
B ib l i o g r a f í a