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2019 - Manual Módulo 1 - Perfil Del Docente Universitario PDF
2019 - Manual Módulo 1 - Perfil Del Docente Universitario PDF
FACULTAD DE HUMANIDADES
Maestría en Educación Universitaria
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
1. ¿QUIÉN ES EL PROFESOR UNIVERSITARIO?
1.1. Una historia para reflexionar
1.2. Objetivo del capítulo
1.3. ¿Qué temas se aprenderán en este capítulo?
1.4. Desarrollo del contenido
1.4.1. Concepción de persona humana: incidencia en el quehacer educativo
1.4.2. Sentido etimológico del concepto de persona, su conceptualización y definición
1.4.3. Dignidad de la persona humana
1.5. A modo de propuesta
1.6. Preguntas o ejercicios para la profundización
1.7. Ideas para aplicar
2. EL PROFESOR UNIVERSITARIO: CONTEXTO SOCIAL Y PERSONAL
2.1. Una historia para reflexionar
2.2. Objetivo
2.3. ¿Qué temas se aprenderán en este capítulo?
2.4. Desarrollo del contenido
2.4.1. Posmodernidad y juventud. Riesgos y perspectivas
2.4.2. El tercer milenio, un desafío para todos
2.4.3. El papel del docente como gestor en el contexto actual
2.5. Preguntas o ejercicios para la profundización
2.6. Ideas para aplicar
3. UN PERFIL INNOVADOR DEL PROFESOR UNIVERSITARIO: COMPETENCIAS TÉCNICAS Y
HUMANAS DEL EDUCADOR
3.1. Una historia o frase para reflexionar
3.2. Objetivo
3.3. ¿Qué temas se aprenderán en este capítulo?
3.4. Desarrollo del contenido
3.4.1. El profesor en la era de las competencias
3.4.2. El perfil de un buen profesor universitario
3.4.3. Evaluación de los aprendizajes en la educación universitaria
3.4.4. El trabajo de los profesores: virtudes en los educadores
3.5. Preguntas o ejercicios para la profundización
3.6. Ideas para aplicar
4. LAS FUNCIONES DEL PROFESOR UNIVERSITARIO
4.1. Una historia para reflexionar
4.2. Objetivo
4.3. ¿Qué temas se aprenderán en este capítulo?
4.4. Desarrollo del contenido
4.4.1. Tipo de funciones de los profesores
4.4.2. El profesor como director de la clase
4.4.3. Desde la visión de Neira Fernández
4.4.4. La investigación de Ken Bain: algunas ideas a considerar
4.5. Preguntas o ejercicios para la profundización
4.6. Ideas para aplicar
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN
1
(García Hoz, 1996 págs. 19 - 34)
En las sociedades primitivas la educación está embebida en la vida misma, y se
resume en la capacidad para comunicarse –el lenguaje está presente siempre en
la educación- y en la adquisición de las destrezas poseídas por el grupo humano
en que se vive, necesarias para subsistir: la caza, la pesca, la agricultura, las artes
de la guerra. La vida se ha ido complicando progresivamente y llega un momento
–tal vez con la aparición de la lectura y la escritura- en la que la vida ordinaria
no era suficiente para adquirir las nuevas aptitudes que iban siendo necesarias
para la comunidad. El conocimiento y el uso del lenguaje escrito, impuso la
necesidad de especialistas que se dedicarán a estas enseñanzas, surgiendo la
figura del maestro, que implica una profesionalización de la aptitud natural para
educar.
Esta palabra tiene su origen en el verbo profiteor (de <pro> y <fatuor>, que
significa confesar, decir públicamente), y no fue muy utilizada en los siglos que
siguieron a su aparición. En nuestro idioma, mientras la palabra maestro se
empezó a utilizar en los albores mismos del idioma castellano, en el año 993,
habría de llegarse a 1490, es decir, quinientos años después, para encontrar la
utilización de la palabra profesor. En el último tercio del siglo XX, una palabra
más específica y más general al mismo tiempo se viene utilizando para referirse
a cualquier persona que ejerza influencia educativa sin que se haga alusión a la
paternidad o a la profesionalidad, se trata del término <educador>.
Mas el profesor ¿es simplemente un <<explicador>> que aclara unas ideas que
han de ser adquiridas por sus alumnos? La enseñanza implica una intervención
en la vida mental de los alumnos. Mas ¿basta con esto?, ¿lo que no sea vida o
actividad mental queda fuera de la preocupación del profesor? Si el pensamiento
popular lleva a la idea de que la educación está en función de la vida, es un
aprender a vivir, los profesores capaces de reflexionar sobre su propio quehacer
llegan a conclusión semejante. Estiman que se disminuye o denigra su función
si se le considera una mera transmisión de conocimientos. Dicen, con razón, que
en su quehacer intentan estimular a sus alumnos para promocionar y reforzar en
ellos actitudes tales como aprender a estudiar, tener juicio propio, cooperar
solidariamente en la vida social, etc. En última instancia, también en ellos la
adquisición de conocimientos no es más que el primer paso para aprender a
pensar y después aprender a vivir.
Tomando en cuenta los aspectos expuestos como introducción, los objetivos que
se pretenden en este módulo son:
2
Paidocenosis: un sistema de estímulos educativos nacidos de un ambiente concreto. Lo que se aprende en
el contacto social y natural del ámbito en que se vive, es más bien un aprendizaje implícito. Ciertamente el
aprendizaje implícito es estimulado por algo o alguien.
a) Reflexionar en cuanto a lo que implica los estudios de una Maestría en
Educación Universitaria.
- Ideas para aplicar: ¿Cómo puedo transferir este contenido a mi labor como
profesor universitario? En este apartado se espera aportes propios que
enriquezcan el contenido expuesto.
- Resolución de un caso.
3
Escena de la película El Frankenstein de Mary Shelly, extraída del curso virtual Gnoseología (Aguilar, 2015).
A todas y muchas más preguntas más que nos surgen buscamos respuestas, y
muy en el fondo tratamos que esas respuestas sean verdaderas.
Tranquilidad
Anónimo
4 Cita extraída del libro Introducción a la antropología: La persona, del autor Tomás
Melendo. Pág. 17.
5
Síntesis extraída del texto “Elementos de Antropología Pedagógica” (Barrio Maestre, 2004 págs. 20 - 34).
6
Estudio desde el ámbito filosófico de quién es la persona humana, sus notas constitutivas, sus potencias.
y suficientemente reflexionada (aunque esta reflexión, en torno a la persona
humana, no se agota).
Como todo profesional, el educador lleva a cabo una serie de rutinas técnicas,
pero, como causa activa de la educación, ha de tener fundamentalmente presente
aquello en virtud de lo cual trabaja. Toda práctica educativa irreflexiva puede ser
irresponsable. Si el educador se desempeña con sentido de profesionalidad,
descubrirá que ha de comprometerse personalmente en su tarea, en el sentido
de que no puede seguir ciegamente los patrones educativos que otros le
propongan sino que él está obligado a pensar lo que de verdad conviene al
educando primeramente como persona.
c) La no-instintividad
7
Educabilidad se refiere a la posibilidad de ser educado, y educandidad se refiere a que necesita enriquecer
constantemente su ser a base de fortalecer y multiplicar sus lazos y relaciones con la realidad, es decir, necesita
saber más y querer más. Así se comprende que la característica antropológica según la cual podemos decir
que el hombre es un ser de realidades ilustra la posibilidad-necesidad de educación que todo ser humano vive.
8
(Burgos, 2010 págs. 47 - 50)
- Esteriotipada (pautas fijas e invariables).
- Específica (compartida por los miembros de una especie).
- Indeliberada (desencadenada ante la presencia de un estímulo adecuado).
- Claro valor de supervivencia.
- Fácilmente saciable.
Continuando con Barrios, afirma que el hombre no tiene instintos puros, es más
bien matizado, profundamente caracterizado por la racionalidad, de modo que
puede, no sólo experimentar una tensión natural a satisfacer una necesidad, sino
darse cuenta de ello, hacerse cargo, vivirse a sí mismo instado por el hambre, la
sed o lo sexual, esto lo hace ser más consciente, lo que le permite decidir aceptar
o no aceptar satisfacer dicha necesidad. Es por ello que educar es alentar una
serie de conductas que den estabilidad y firmeza al comportamiento humano,
facilitando que éste pueda ajustarse a la índole peculiar del ser del hombre, tanto
a nivel biológico como a nivel espiritual. La educación, en definitiva, es algo que
los humanos necesitamos para vivir como lo que somos, pues la biología, por sí
sola, no nos lo da resuelto.
d) El hombre, ser de realidades
Una de las características más notables del modo de existir humano, pasando ya
de lo biológico a lo estrictamente ontológico, es su necesidad de hacerse cargo
de la realidad. Este <<hacerse cargo>> se ha de entender como:
La palabra persona viene del término latino "personare", que significa "sonar con
fuerza" o "resonar". Los actores de teatro grecorromanos utilizaban máscaras,
éstas hacían que su voz sonara con más fuerza. A los actores con máscara se les
llamaba personas y representaban a gente noble o distinguida de la sociedad del
momento. Posteriormente, el término persona pasa al campo del derecho para
designar a un sujeto jurídico (con obligaciones y derechos jurídicos; no eran todos
los hombres: los esclavos no eran considerados personas). Más tarde el término
se extiende a todos los hombres, por influencia del cristianismo. Vemos que el
Sin embargo, no es una definición del todo perfecta. Por ejemplo, no aparecen
características esenciales de la persona como libertad, la conciencia, las relaciones
interpersonales o el yo. Por otro lado, resulta difícil reflejar el carácter personal de
alguien en cualquier clase de definición. Por eso dijo Mounier: <<Solo se definen
los objetos exteriores al hombre y que se pueden poner ante su mirada. Ahora
bien, la persona no es un objeto. Por estos y otros motivos, la búsqueda de una
definición perfecta de la persona, a partir de la cual se podría <<construir>> toda
la antropología, se ha abandonado. Hoy se prefiere comenzar con aproximaciones
que sirvan como mera introducción y entrada a un misterio imposible de describir
en un par de frases.
Aquí vamos a presentar dos descripciones de este tipo. Una muy hermosa la
proporciona Jacques Maritain. <<Cuando decimos que un hombre es persona,
no queremos decir solo que es un individuo, como lo son un átomo, una espiga
de trigo, una mosca o un elefante. El hombre es un individuo que se rige con la
inteligencia y con la voluntad; no existe solamente un modo físico sino que sobe
existe espiritualmente en conocimiento y en amor, de tal forma que, en algún
sentido, es un universo por sí, un microcosmos en el cual el gran universo todo
entero puede quedar comprendido con el conocimiento y, con el amor puede
darse todo entero a seres que están ante él como otros tantos él mismo, relación
dela que es imposible encontrar el equivalente en el mundo físico. La persona
humana posee estos caracteres porque, en definitiva, el hombre, está carne y
estos huesos perecederos que un fuego divino hace vivir y obrar, existe “desde
el útero hasta el sepulcro”, por obra de la existencia misma de su alma que
domina el tiempo y la muerte. Es el espíritu la raíz de la personalidad>>.
Otra que propone el autor de estas páginas: La persona es un ser digno en sí
mismo pero necesita entregarse a los demás para lograr su perfección, es
dinámico y activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la verdad, es
espiritual y corporal, poseedor de una libertad que le permita auto-determinarse
y decidir en parte no solo su futuro, sino su modo de ser, está enraizado en el
mundo de la afectividad y es portador y está destinado a fin trascendente.
11 Profundizar en la temática, revisar las tres presentaciones sobre el tema, que están ubicadas en
la plataforma de Bb: “La inteligencia… ¿qué es?, y “La voluntad… un panorama” y “La afectividad”
parte A y B.
mejor se le puede entender porque la voluntad exige a la inteligencia este esfuerzo
de comprensión. En resumen: primero con la cabeza, luego con el corazón.
12
Síntesis de ideas (Melendo, 2005 págs. 41 - 86)
ni obrar libremente, ni amar (o, al menos, así lo parezca), si posee algunos otros
rasgos característicos del hombre, hemos de tener la convicción de que estamos
ante una persona y sentirnos obligados a tratarla como tal.
Melendo, citando a Carlos Cardona, muestra que es la plenitud del <<ser persona
divino la que, desde el punto de vista filosófico, obliga a identificarlo con el Amor;
que es la relativa perfección del ser participado del hombre la que establece como
su objetivo último y como su único medio de mejora propiamente personal… el
amor (sin duda inteligente); en segundo término, aún cuando se encuentre
implícito en lo ya apuntado, la estrechísima relación entre el amor y el índole
personal:
Dios es Amor;
- La persona creada es también, aunque participadamente amor;
Ahora bien, es el ser humano quien vulnera su dignidad desde el ámbito moral,
cuando su forma de obrar es impropia de una persona, y por tal motivo, se
<<cosifica>> (o prostituye, que viene a significar lo mismo). Lo que deja aún más
clara la estrecha conexión entre persona y dignidad.
13
Síntesis del texto Antropología breve (Burgos, 2010 págs. 18 - 24)
humana los supera de manera radical, porque se sitúa en un plano distinto y
superior: el de la personalidad y es espíritu. Por eso, solo la persona es digna en
sentido radical. Veamos algunos desarrollos de este concepto.
judío y griego, entre esclavos y libres, ni entre varón y mujer, porque todos
vosotros sois uno solo en Cristo Jesús” (Carta a los Gálatas, 13, 26 – 28). De igual
modo, la dignidad intrínseca de cada persona, independientemente de su sexo,
cultura, valor, riqueza, etc., se impuso inicialmente gracias al cristianismo, aunque
luego se ha generalizado como valor civil. Pero esta no era la praxis vigente en
la Antigüedad, que aceptaba la esclavitud, la limitación de derechos civiles según
la condición social y el sexo, etc. Fue la Iglesia la que reivindicó la dignidad de
toda persona. Hoy, la situación es en parte similar. Existe un reconocimiento
general de la dignidad de toda persona nacida y normal, pero se tiende a
restringir esa condición en las situaciones en las que la persona es más débil: las
fases previas al nacimiento (el aborto) y el momento de la muerte (eutanasia) Y
también ahora la Iglesia continúa en su tarea de defensa de la dignidad de toda
persona.
1.6. Preguntas o ejercicios para la profundización
a. En los puntos 1.4.1. y 1.4.2. se enfoca más bien desde la perspectiva del
educando como persona humana... y como profesor universitario, ¿no somos
también personas humanas? ¿Qué implicaciones tiene este aparto en cuanto a la
interrogante de este primer capítulo: ¿Quién es el profesor universitario?
b. ¿Por qué es esencial un conocimiento de quiénes somos como personas
humanas para el ejercicio de nuestra labor como educadores?
c. ¿Cómo llevar a cabo nuestro quehacer educativo para el ejercicio ético de lo
humano, de la vida y del mundo social, desde esta visión antropológica?
d. Establezca cinco conclusiones personales de la lectura de este capítulo.
e. Luego de la lectura de los temas, defina y establezca un perfil del profesor
universitario.
f. La dignidad de la persona humana radica en…
g. Revisar las presentaciones sobre los temas: inteligencia, voluntad y afectividad
(parte A y B), que están ubicadas en la plataforma de Bb. Comente lo que estas
presentaciones aportan a su labor educativa.
o “La inteligencia… ¿qué es?
No fue una respuesta arrogante: minutos antes, frente a las cámaras, Gates me
había hablado con optimismo sobre América Latina. Según dijo, existen
condiciones como para ponerse a la par de China e India en las próximas décadas.
Decía Gates, mientras nos alejábamos del set de grabación, que a Latinoamérica
le falta una dosis de humildad para darse cuenta cuál es la verdadera posición
de sus grandes universidades y centros de investigación en el contexto mundial.
Los países de la región sólo podrán insertarse de lleno en la economía de la
información del siglo XXI –y producir bienes más sofisticados que les permitan
crecer y reducir la pobreza- si hacen un buen diagnóstico de la realidad y dejan
14
Extraída de la obra ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro,
del autor Andrés Oppenheimer (2014 pág. 13) .
de creer que están así de bien, indicó […]. Todos los países deben empezar con
humildad”.
2.2. Objetivo
En esta síntesis de ideas se pretende ofrecer un análisis sencillo del impacto que
la posmodernidad ejerce sobre algunos aspectos de la comunidad humana, muy
en especial, sobre la juventud, la afectividad, la familia, etc. ¿Qué es la
posmodernidad? Ni siquiera tiene un nombre propio. Algunos la definen como
“decadencia”, como “resistencia”, como algo que viene después de la modernidad,
como una “contra cultura”. Lo moderno tipificó la edad de una razón fuerte
que daba explicaciones totalizantes del mundo, que pretendió caracterizarse
como la edad del pensamiento, una época que quiso auto-legitimar el saber
científico y que se propuso lograr la total coincidencia entre verdad y
emancipación; una época entusiasta por el desarrollo y el crecimiento
tecnológico, entendido como proyecto capaz de previsiones totales.
15
Síntesis de la obra “Posmodernidad y juventud. Riesgos y perspectivas” del autor José Silvio Boteo (2002).
Enrique Bonete Perales33 hace un análisis de los valores presentes en los grandes
períodos de la historia:
Cuadro No. 1
Valores presentes en los grandes períodos de la historia
33
Ibíd. Pág. 12
34
Algunos autores indican que la posmodernidad surge a finales de la década de los 60´s, con un <<cambio de
mentalidad>>.
- No es verdad que triunfa el que más trabaja, los que más se entregan.
- Triunfar tampoco significa tener poder sino triunfar hoy es estar bien, vivir
bien, sentirse bien.
- Hay más gente que cree que triunfar es estar contento, en coherencia,
tranquilidad, en paz consigo mismo.
16
La exposición de los temas relativismo y dogmatismo se sustentó en la obra de Francisco Ugarte Corcuera,
“En busca de la realidad. La felicidad y los valores” (2006).
vista, aunque éstos carezcan de fundamento, que todo lo que sostiene posee
carácter de absoluto y de infalible. ¿A qué se deben estas diferencias que hacen
¿Qué es el relativismo?17
Hoy en día se oye con frecuencia que cada quien tiene derecho a pensar lo que
quiera sobre cualquier tema, que cada uno debe actuar según su personal modo
de ver las cosas, que es propio de personas maduras no admitir nada sin
comprenderlo, que hay que rechazar toda idea que la autoridad pretenda
imponernos. Si profundizamos en lo que se encierra detrás de ellas, descubrimos
que responden a la idea de que <<todo es relativo>>, pues no hay verdades
absolutas, el sentido de aquellas afirmaciones se hace más claro. Para
comprender con mayor profundidad el modo preciso de cómo el relativismo
entiende la verdad, es necesario preguntarnos antes por el proceso que nuestro
conocimiento sigue para llegar a eta postura. Comencemos por analizar el
camino que la inteligencia recorre para acabar en el relativismo.
17
(Ugarte Corcuera, 2006 págs. 31 - 48)
sujeto frente a la realidad objetiva. La apreciación subjetiva se convierte en la
causa de la verdad.
relativa, también tendrá que ser relativa la tesis que se pretende establecer:
resultará relativo que toda verdad sea relativa, o sea, que puede haber verdades
que no sean relativas. El relativista si fuera coherente con su postura, no debería
hacer ningún juicio universal <<toda verdad es relativa>>. La contradicción del
relativismo procede de su origen. El hombre no puede ser el fundamento de la
verdad, <<la medida de todas las cosas>>. La verdad está en las cosas,
<<antes>> que en el sujeto que las conoce.
Las consecuencias del relativismo son:
- Debilitamiento de la verdad, la fuerza de la verdad queda reducida a la
fuerza que el sujeto le proporciona: <<la verdad es mía y depende de
mí>>; la verdad, pues, ha quedado empobrecida, privada de su capacidad
para influir, para ser el punto de referencia que rija la conducta humana.
- En cuanto a las consecuencias para las relaciones con los demás, están el
egoísmo, ya que si cada quien <<tiene su verdad>>, porque no hay
verdades objetivas ni universales, lo que se impone es el respeto total a la
verdad de los demás, que es tan válida como la propia, lo que conlleva a
mantener una actitud de neutralidad.
¿Qué es el dogmatismo?18
18
(Ugarte Corcuera, 2006 págs. 49 - 76)
a) Si se sobrevalora la capacidad de la inteligencia y se considera que es muy
fácil conocer la verdad, se da lugar a una exagerada seguridad subjetiva
de estar siempre en la verdad, y se excluye que la inteligencia se puede
equivocar. También se puede dar el caso de que se tenga una confianza
ciega en la capacidad de conocer de otra persona, en cuyo caso el
resultado es el mismo: se tiene una total seguridad de que lo que esa otra
persona afirme, en cualquier terreno, s siempre absoluto y verdadero.
- En cuanto a sus relaciones con los demás, al estar convencido de que sólo
él tiene la razón, pretende imponer sus ideas a los demás. En esa misma
19
(Ugarte Corcuera, 2006 págs. 77 - 102)
de la verdad no es tarea fácil, sino que supone un proceso paulatino de
aproximación, con diversos niveles de certeza, según la verdad de que se trate.
a) Aunque resulte evidente, hay que señalar que la condición inicial consiste
en reconocer que las cosas poseen su propia verdad, independientemente
de que yo las conozca, es decir, que tienen su propia constitución, su
propio modo de ser y sus propias leyes que las rigen. Esto vale para todos
los seres. La persona realista se sitúa ante las cosas con la intención de
descubrir la verdad que está en ellas.
a) Paz interior, que es fruto de la armonía que hay en su ser: vive como piensa
y su pensamiento es verdadero. Esa paz es serenidad de ánimo,
tranquilidad profunda, que no depende de las circunstancias externas
favorables, sino que procede de dentro y se mantiene aún en las
situaciones difíciles que acompañan la vida de toda persona, gracias al
sólido fundamento en que se apoya: la identificación con la verdad.
20
(Botero, 2002 págs. 217 - 241)
desorientación? O, mejor, ¿está indicando que busca en alguien, o en algo,
un sentido, una relación?
San Juan Pablo II, refiriéndose a las familias en un tono similar al del Concilio,
dice algo cuyo sentido es el siguiente: “Los jóvenes deben crecer en la conciencia
de ser protagonistas de la generación de una nueva sociedad y asumirse la
responsabilidad de la transformación del medio ambiente que se vive en este
comienzo del tercer milenio, pues de otro modo los jóvenes seguirán siendo las
víctimas de los males de la posmodernidad que se denuncian”.
21
Documento: El papel del docente como gestor en el contexto actual (Rivera López)
considerar como un problema o un desafío. En relación con lo expuesto, el
presente ensayo cuestiona el papel de la educación en el nuevo escenario
mundial, sobre todo, los desafíos del docente para enfrentar esa situación, con
una propuesta de interés al respecto para el lector.
¿A dónde vamos? ¿Hacia dónde es conveniente girar este barco, dónde cada uno
de los tripulantes ha decidido ya su propio destino, sin querer compartirlo con
sus congéneres? ¿Realmente las acciones ejercidas y las que aún no se ponen en
marcha permitirán un desarrollo integral y continuo de los individuos? ¿Cuál es
el papel de la educación ante este nuevo escenario? Cuestiones como las
anteriores nos obligan a plantear soluciones y replantear las acciones hasta hoy
emprendidas. No se trata de dar la espalda al mundo de la globalización, sino de
aprender a verlo en todas sus dimensiones, con todos sus alcances y limitaciones.
La actual situación de crisis en el mundo entero ha sido consecuencia del
fenómeno de globalización, que poco a poco se apodera de las sociedades del
silencio, dejando huellas que perforan la estabilidad económica, política, cultural,
axiológica y social de los países desarrollados y subdesarrollados, sin significar
por ello que las heridas realizadas sean de la misma profundidad para ambos.
Globalización
Por tanto, esto nos lleva a pensar que una de las características primordiales que
rectifica a la globalización es la contradicción, ya que cada quien la define a partir
de su realidad. De aquí que es urgente que la persona comprenda el complejo
mundo que le rodea y en el que habita; es por ello que debe y tiene que tomar
conciencia con una visión abierta que le permita transformaciones, tomando
como base la realidad del contexto.
22
(Sacristán, 2001, págs. 76-77)
Multiculturalidad
Revolución tecnológica
23
En su obra “La cultura escolar en la sociedad neoliberal”.
emergen; en materia de salud, comunicación, transporte, entre otros, aunque cabe
señalar algunos riesgos, como la saturación de la información, el conocimiento
fragmentado, la pasividad y el aislamiento virtual, la desprotección ciudadana, la
información-publicidadpropaganda, etc.
Incertidumbre valorativa
Con base a lo expuesto, es claro el papel que tiene ahora la educación: ser el
medio que armonice los avances científicos y la esencia de lo humano,
promoviendo así, personas íntegras, conscientes de su trascendencia y, por lo
tanto, responsables con las nuevas generaciones. Pero para ello, es
indispensable contar con profesionales de la educación que sean gestores de
este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así
como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y
el pensar, pero sobre todo, sembradores de esperanza.
Reflexión: ¿Qué relación tiene esta anécdota en cuanto a ser competente como
profesor universitario, y en cuanto a fortalecer competencias en nuestros
estudiantes? El entrenador Harvey deseaba que sus jugadores fueran competitivos
o competentes, ¿existe diferencia?
3.2. Objetivo
24
(Pimienta Prieto, 2012).
Es posible determinar tres dimensiones de las competencias, a las que nos hemos
referido anteriormente:
- Saber-conocer: conocimientos
Esta conjunción de tres saberes, nos debe llevar a un cuarto saber, a consecuencia
de las tres anteriores: SABER ESTAR, que en la en la figura equivale a C.
Con lo expuesto, ¿habrá que cambiar la lógica con la que hemos trabajado en la
educación superior? Pareciera que la lógica con la que hemos trabajado desde
algunos años está rebasada. Esta afirmación la escuchamos constantemente. Pero
¿cuál es la lógica? Es decir, la lógica ha sido la siguiente: primero aprendo el
contenido y después lo aplico. ¿Nos parece familiar? Incluso algunos programas
de licenciatura, primero aparecen materias teóricas y después las prácticas.
¿Cuál sería la nueva lógica? Pasar a la lógica de la acción. Esto implica partir de
un problema o situación del contexto que genere la motivación necesaria para
comprometernos en la tarea. Esto permitirá la activación de conocimientos (tanto
los que ya se poseen como los nuevos), las habilidades, destrezas y actitudes para
intervenir en la solución, lo cual propiciará nuevas competencias o el
perfeccionamiento de las actuales. Observemos a continuación el siguiente
esquema.
Efectivamente, las competencias se justifican en la resolución de los grandes
problemas de la profesión. A continuación se expondrá cuál es la visión del
profesor ante la era de las competencias, desde el aporte del doctor Pedro
Morales Vallejos.
asistir a varios seminarios sobre estos temas estoy aprendiendo a cambiar los
nombres para seguir haciendo lo mismo, y otro no hay que plantearse cambiar
lo que lleva años funcionando bien. Yo mismo he pensado que en nuestros
tiempos, cuando éramos estudiantes universitarios, nadie hablaba de
competencias y no hemos salido incompetentes. Lo que no hay manera de
comprobar es si no hubiéramos salido más competentes, nosotros y la gran
mayoría de nuestros compañeros, si los temas que se plantean ahora se hubieran
plantado hace años.
25
Del documento con el mismo título del Dr. Pedro Morales Vallejo (Morales Vallejo).
26
La Declaración de Bolonia (1999) no dice nada directamente sobre cómo hay que enseñar o aprender,
pero sí habla de competencias y de una concepción del crédito que incluye todo el trabajo del alumno (no
sólo las clases presenciales) de alguna manera controlada por el profesor. Tanto la formación de
competencias como el crédito entendido de esta manera implican una enseñanza centrada en el
aprendizaje.
a) Una renovada manera de “pensar” sobre la enseñanza y el aprendizaje
Para que los alumnos consigan objetivos de aprendizaje deseados de una manera
razonablemente eficaz, la tarea fundamental del profesor es hacer que los
alumnos participen en las actividades de aprendizaje que con toda probabilidad
van a tener como resultado el que los alumnos consigan esos objetivos. Para
aprender, es más importante lo que hace el alumno que lo que hace el profesor.
Los planes de estudio y las asignaturas basados en competencias se hallan
básicamente orientados a los resultados del aprendizaje, y por lo tanto, centrados
en el estudiante: en qué, cómo y cuándo tiene que aprender y demostrar lo
aprendido.
Veamos lo anterior con una analogía: el profesor es un constructor de puentes.
En una orilla estamos nosotros con nuestra ciencia y en la otra orilla están los
alumnos que tienen que aprender lo que nosotros ya sabemos. Para responder
al cómo se enseña hay que responder antes al cómo se aprende, ése es el puente
que va a unir las dos orillas y las respuestas que vayamos encontrando sobre ese
cómo se aprende irán modulando nuestras conductas docentes en la línea de
una maro eficacia en términos de aprendizaje.
El punto de mira está ahora en los alumnos de manera más directa (sus
competencias, su trabajo personal) pero a un nuevo énfasis en cómo aprende el
alumno, corresponderá un nuevo énfasis en cómo enseña el profesor; no hay
cambio en el alumno si de alguna manera no lo hay antes en el profesor. Tenemos
experiencia repetido diez veces; los nuevos tiempos nos piden al menos
repensar y modular lo que hacemos los profesores. Por otra parte nuestros
alumnos tienen un potencial de aprendizaje mayor que el que los métodos más
tradicionales (más centrado en lo que hace el profesor) suelen estimular por lo
que muchas universidades están pasando de una pedagogía pasiva centrada en
el profesor a una enseñanza más centrada en las actividades de los alumnos.
¿Qué sucede entonces con la lección magistral? Quizá lo primero que se nos
viene a la mente es la lección magistral de toda la vida, que vertebra y da cauce
a nuestra diaria actividad docente y que vemos súbitamente puesta en tela de
juicio, al menos aparente. No es así, no se trata de un cuestionamiento radical.
Muchos profesores excelentes ayudan a sus alumnos con muy buenas clases
magistrales. No hay un único modelo de profesor excelente. La lección magistral
cumple con funciones muy obvias: dar información, aclarar y simplificar una
materia compleja, presentar visiones de conjunto, ayudar a comprender lo difícil,
orientar el estudio, estimular el estudio, estimular el interés etc. No se trata de
minusvalorar la lección magistral sino de revalorizarla como una situación de
aprendizaje, y esto me lleva a dos consideraciones: una en relación con el profesor
como modelo de identificación y otra en relación con la actividad de aprendizaje
que se puede generar en la misma clase.
En cuanto a los trabajos para casa, son, por definición, un cauce natural para
centrar la enseñanza en el aprendizaje. El encargar trabajos para casa es otra no
novedad, siempre ha sido una práctica habitual al menos de muchos profesores,
pero a partir de la declaración de Bolonia se están potenciando estrategias que
hagan operativa una enseñanza más centrada en la actividad del alumno, y esto
supone encargar a nuestros alumnos más trabajos escritos, y otros tipos de tareas,
para hacer en casa; de hecho ahora se encargan a los alumnos más trabajos
escritos para hacer en casa de lo que ha sido habitual.
Aunque estos trabajos pueden ser muy variados (trabajo de campo, experiencias,
manejo de tecnología) me fijo de manera especial en los trabajos escritos basados
en lecturas porque conectan con múltiples competencias genéricas que caben
casi en cualquier asignatura. Los trabajos que requieren leer y escribir tienen una
importancia especial porque suponen reflexionar y tienen por lo tanto un gran
potencial para la formación de nuestros alumnos. Se puede aprender y luego dar
cuenta por escrito de lo aprendido, pero también se puede escribir para aprender.
El mero hecho de escribir es uno de los mejores métodos para procesar,
consolidar e internalizar los nuevos conocimientos.
Una institución universitaria es, en gran parte, lo que sean sus directivos y sus
profesores. Pero ni unos ni otros se encuentran en estado "puro" o ideal. Se hacen
y se seleccionan en un proceso lento y a veces doloroso. Pero por otra parte se
tiene la ventaja de que existen modelos, tanto antiguos como actuales, que se
aproximan a este ideal difícil. Ellos nos animan a caminar, siguiendo penosamente
pero con entusiasmo sus huellas. Si una universidad logra asegurar la excelencia
de sus docentes, tiene asegurada, en buena proporción, su excelencia como
institución de educación superior.
27
(Neira Fernández)
a) Actitudes fundamentales del buen profesor
El poeta Becquer en una de sus famosas rimas aludía al arpa olvidada y cubierta
de polvo, en algún rincón oscuro del desván, arpa en la que duermen melodías
de infinita belleza, en espera del artista que la haga estremecer: "Ay, pensé,
cuántas veces el genio/ así duerme en el fondo del alma/ y una voz como Lázaro
espera/ que le diga: Levántate y anda".
28
Síntesis del documento titulado “Evaluación de los aprendizajes en la educación universitaria (Morales
Vallejo, 2009).
nuestra visión de la evaluación en las dos últimas décadas (Dochy y McDowell,
1997). Este ver la evaluación como situación de aprendizaje se aprecia enseguida
repasando los títulos y grandes temas tratados en jornadas y congresos
internacionales recientes, ya en el siglo XXI, sobre evaluación en Educación
Superior; lo que se pone de relieve en estas jornadas es la unión entre evaluación
Este cambio viene de una conciencia más clara de dos puntos importantes:
Este ver la evaluación como situación de aprendizaje está llevando a una reflexión
importante sobre tres puntos en el entorno de la evaluación que están muy
relacionados entre sí y que se refieren a aspectos significativos en la formación
de nuestros alumnos.
y la calificación y busca algo más, que aprendan lo que les puede ayudar para
seguir aprendiendo toda la vida, y esto a través de todas las asignaturas. Estos
tres puntos son:
- El cómo de la evaluación y los enfoques de aprendizaje (cómo estudian
nuestros alumnos).
Torre Puente, (2008) ha denominado con acierto una triple alianza para un
aprendizaje universitario de calidad y los tres puntos, que tienen que ver
directamente con la calidad de la educación, confluyen en el tema de la
evaluación. Nuestros alumnos nos vienen como nos vienen, con sus expectativas,
con sus capacidades y hábitos adquiridos. No todo lo que traen nos va a parecer
siempre positivo, pero los profesores podemos influir eficazmente en su
motivación y modos de abordar sus tareas de aprendizaje. La situación docente,
y de manera particular todo lo relacionado con la evaluación, nos permite facilitar
a los alumnos un aprendizaje que va más allá de la asignatura que impartimos;
los aprendizajes colaterales, que van ocurriendo sobre la marcha, pueden ser tan
importantes o más importantes que los conocimientos de los que se da cuenta
en un examen.
(autorregulación).
Con nosotros no deben terminar sabiendo más, sino siendo más; personas más
completas y mejor capacitadas para afrontar con éxito su vida profesional y
personal.
el currículum real. Yo creo que fue Snyder (1971) el primero que puso de relieve
la importancia de la evaluación como factor determinante de cómo estudia el
Dicho así puede parecer, y es, muy simplista, pero ésta es la verdad de fondo; es
la evaluación esperada la que va a condicionar todo lo demás, y es natural que
así sea desde la perspectiva de los alumnos. El currículum real, el que condiciona
el estudio del alumno, no es el que figura en un programa (currículum abierto,
A su vez de este cómo estudia el alumno depende cómo se forma, mejor o peor,
pues no es lo mismo estudiar básicamente de memoria que un tipo de estudio
más reflexivo. Esta toma de conciencia, más refleja y explícita, de que el cómo
estudia el alumno depende de cómo espera ser evaluado, y de que este cómo
Si queremos formar alumnos que estudien bien, que sepan relacionar lo que
estudian con otras cosas, que se sientan capaces de seguir aprendiendo, parece
obvio que nos interesa habituar en nuestros alumnos a un enfoque profundo de
aprendizaje. ¿Qué factores que dependen del profesor orientan a los alumnos
hacia un estudio profundo? Sobre todo dos:
c) La evaluación formativa
Las pruebas cortas y frecuentes, con poco o ningún peso en la nota, muy
orientadas a corregir errores a tiempo y más integradas en el proceso de
aprendizaje, son típicas de la evaluación formativa, lo mismo que las actividades
en el aula propias de una enseñanza centrada en el aprendizaje. Su finalidad es
ayudar en el aprendizaje sin limitarse a la mera verificación de resultados para
calificar a los alumnos; el feedback es fundamental en todas las modalidades de
evaluación formativa.
d) Evaluación formativa y autoeficacia
bien expresada en la siguiente frase: Son las cosas que creemos las que
Es importante que los profesores posean distintas cualidades, pero existen tres
que son especialmente importantes: justicia, comprensión y optimismo. Esta
selección de virtudes se basa en un concepto del profesor como educador más
que como solo enseñante. Educar se refiere a formar el uso de la razón y voluntad
29
Síntesis extraída del texto “El trabajo de los profesores. Virtudes en los educadores” del autor David Isaacs
(2010).
para que los alumnos sean realmente capaces de alcanzar el bien. ¿Por qué estas
virtudes? El profesor justo se esfuerza para dar a los demás lo que es debido, de
acuerdo con el cumplimiento de sus deberes y derechos, como persona y
educador. El profesor comprensivo reconoce los distintos factores que influyen
en los sentimientos o en el comportamiento de una persona, profundiza en el
significado de cada factor y en su interrelación y adecúa su actuación a esa
realidad. Es importante ya que cada alumno debe ser aceptado por lo que es. El
profesor optimista confía razonablemente en sus propias posibilidades y en la
ayuda que le pueden prestar los demás, y confía en las posibilidades de los
demás, de tal modo, que en cualquier situación, distingue:
Por otro lado, el profesor debe ser parte de un proyecto común de mejora
integral. Los profesores, padres de familia, personal técnico y de administración
deben estar trabajando unidos y haciendo lo posible para mejorar en ellos
mismos aspectos que buscan mejorar en sus alumnos. Por eso, el profesor debe
estar pendiente de su propio proceso de formación y perfeccionamiento con el
fin de ser eficaz en su trabajo. Este trabajo eficaz depende, de dos cuestiones: el
hecho de conocer, comprender e intentar vivir el ideario del centro y en segundo
lugar, ser competente para realizar las tareas que competen al profesor.
- Cultura general (ser culto): para ser educador, se necesita ser culto. Esto
significa tener una visión amplia de la realidad, saber lo que está
pasando en el mundo e interesarse por las artes. El profesor debe ser
generalista y no solo especialista. Esto se hace por medio de actividades
de tipo cultural como visitas a exposiciones, el teatro, conciertos o
conferencias.
30
En el capítulo 4 de este manual se expondrán con más detalle dichas funciones.
pertenecer a una comunidad, cada miembro asume la responsabilidad
de velar por ella, aportando todo lo que puede al bien común. Para
que se tenga una participación eficaz, es necesario destacar algunas
acciones que se esperan si el profesor cumple bien con sus deberes y
pudiese disponer adecuadamente de sus derechos. Es posible agrupar
los procedimientos en tres:
- Informarse bien
Cuando se habla de prejuicios, nos referimos a una situación en que una persona
enjuicia sin tener en cuenta los criterios adecuados o sin la información necesaria.
Lo perjudicial de un prejuicio es que obstaculiza la apertura de la persona hacia
la recogida de una información objetiva y completa respecto al tema en cuestión.
No se debe confundir un prejuicio con el planteamiento de los elementos
fundamentales para enjuiciar. De modo práctico, puede ser conveniente
reflexionar periódicamente sobre preguntas del siguiente estilo:
• ¿En qué cuestiones tiendo a ser rígido sin estar dispuesto a recibir
una información continua que puede hacer cambiar las posturas
propias?
Los hechos serán más importantes que las opiniones para tomar una decisión. La
opinión será más importante para descubrir un posible problema. El sentido de
“importante” y “secundario” a veces es relativo. La información será importante o
no de acuerdo con su veracidad y de acuerdo con el grado en que puede influir
significativamente, positiva y negativamente, en la mejora del alumno. También
es importante prever posibles consecuencias de las situaciones presentes.
• En el hablar:
o El profesor debe cuidar de querer parecer más inteligente de
lo que es. También puede querer parecer más culto o más
rico por el tono de voz que usa, o escandalizarse por mostrar
una repulsión no sentida. Puede atribuirse las excelencias y
los éxitos de otros, sencillamente, las que no posee, lo cual
debe evitar.
• En el actuar:
o Puede intentar pasar por lo que no es, simular que tiene mucho
trabajo, organizar una vida complicada para no tener que
ocuparse de lo esencial.
• En el vestir:
- La empatía
• Se trata de mostrar que uno no está por encima del problema del otro.
Es decir, hacer pensar que aunque uno comprenda el problema del otro
jamás considerar que no podría ocurrirle eso a uno mismo.
La confianza supone reconocer la situación de cada persona tal como es. Para
que tenga sentido debe basarse en la realidad, respetando siempre la posibilidad
de mejora personal ajena. El optimismo requiere tener amigos leales y de hecho
aún así habrá situaciones en que la posibilidad de descubrir lo positivo,
únicamente puede basarse en la confianza en Dios, en que siempre nos ayuda y
hace todo por nuestro bien. La persona que se fía únicamente de sí mismo, se
encontrará algún día con una situación que no es capaz de afrontar. Únicamente
la confianza en Dios, conducirá a la persona a ser optimista.
- Realismo y mejora
• Competencia
• Deseo de mejorar
Los jóvenes, así como los niños, necesitan vivir en un ambiente de alegría, al igual
que los mayores. Esta alegría será porque los profesores se basan continuamente
en los puntos fuertes de sus alumnos, estimulándoles de acuerdo a sus
capacidades. Mostrarán su amor, pero no intentarán protegerles demasiado de
los pequeños fracasos o disgustos que puedan tener. En las diferentes situaciones
los profesores pueden enseñar a sus alumnos a reconocer lo que es importante
y lo que no lo es. Se les debe mostrar cómo sacar lo positivo de lo que les ocurre.
Para los jóvenes lo principal es aprender a confiar. Cuando pasan los años, los
jóvenes necesitan la virtud de la fortaleza para concretar sus posibilidades en algo
realizable. No se trata de que se sienta importante sino que sea importante. El
optimismo y la fortaleza conducen a la paz interior y a la alegría. Vivir las dos
virtudes para saber lo que son pero el optimismo es mucho más que ver la botella
de vino medio llena, en lugar de medio vacía. Tenemos que centrarnos en las
posibilidades de la situación, no en sus deficiencias.
El optimismo y la fortaleza conducen a la paz interior y a la alegría. Hay que vivir
las dos virtudes para saber lo que son, pero el optimismo es mucho más que ver
la botella de vino medio llena en lugar de medio vacía. Tenemos que centrarnos
en las posibilidades de la situación, no en sus deficiencias. El optimismo
permanente solo es posible si se sabe que Dios espera de cada uno de nosotros
algo que no puede aportar otra persona. Y con tal de que pidamos Su ayuda,
todo será para bien.
Cuando Lynn se retiró en 1974, le rindieron tributo más de cien de sus antiguos
alumnos que para entonces ocupaban algún puesto académico. Uno de ellos,
Robert Fulghum, que más tarde escribió un libro muy famoso en el que
proclamaba que todo lo que hacía falta saber sobre la vida lo aprendió en el
jardín de infancia, proclamó que Ralph Lynn era el <<mejor profesor del
mundo>>. Otra estudiante, Ann Richards, que llegó a ser gobernadora de Texas
en 1991, escribió que las clases de Lynn <<nos ofrecían una ventana al mundo,
y que para una muchachita de Waco sus clases eran como grandes aventuras>>.
31
Historia tomada del libro de Ken Bain, “Lo que hacen los mejores profesores de universidad” (Bain, 2007).
Reflexión: ¿Qué hizo Lynn para conseguir esa importante y duradera influencia
en el desarrollo intelectual y moral de sus estudiantes? ¿Qué hace cualquiera de
los mejores profesores de universidad para ayudar a animar a sus estudiantes a
conseguir unos resultados extraordinarios en su aprendizaje? ¿Podemos capturar
la magia de nuestros mejores profesores que hemos tenido en nuestra vida y
hacerla vida en nuestras clases, yo como profesor universitario?
4.2. Objetivo
- Las funciones que deben realizar en relación con directivos de nivel superior (o en
relación con compañeros, padres de familia, si se diera el caso).
32
Síntesis del capítulo 3 del texto “Ocho cuestiones esenciales en la dirección de centros educativos” (Isaacs,
2004 págs. 79 - 95).
Hay que hacer notar que el profesor no es la única persona relacionada con los
resultados de su propio trabajo. Trabaja en un proyecto común. Estos resultados
repercuten primordialmente en el alumno. A veces se puede notar el deseo de
algún profesor universitario de trabajar de una manera individualista,
estableciendo una relación exclusiva con su investigación, olvidándose de
cualquier otro debe. Esta persona ya no es un educador, sino un investigador.
Por tanto, podremos hablar de las tareas que conviene realizar para permitir la
posibilidad de establecer un sistema armónico en función de unos objetivos, unos
resultados deseados, previstos y, por lo menos en parte, alcanzables.
- Las actividades en grupo con los alumnos: las clases y las actividades
complementarias y extra-curricular.
- Las acciones en relación con la normativa que exige a los miembros de la institución
en nombre de la convivencia, la justicia, la eficacia, etc.
Tiene que existir un mínimo de exigencia igual para todos los profesores aunque
entendemos que la riqueza del centro está en la suma de los estilos diferentes de
sus miembros con tal de que compartan los mismos valores. Conviene que exista
un mínimo normativo exigible a todos los profesores en las tareas que realizan
habitualmente. Y este mínimo se puede definir operativamente como los
Todos los profesores deberán cumplir con el mínimo normativo en las tareas
típicas de las cuatro áreas de actividad, pero para hacerlo necesitarán una cierta
formación. En este sentido, puede ser conveniente pensar en tres niveles de
competencia en el centro. Un nivel C que corresponde a los profesores nuevos,
quienes todavía no saben cumplir con distintos aspectos del mínimo normativo
fijado, y a cualquier profesor que por pereza o falta de capacidad no cumpla con
ese mínimo. Un nivel B que corresponde a los profesores que cumplen con este
mínimo normativo. Y un nivel A donde los profesores, además de cumplir con el
mínimo normativo, tienden hacia una especialidad. Por ejemplo, una persona que
tiene capacidad especial para orientar a los alumnos, y ha estudiado mucho en
el tema, deja de atender las cuatro áreas de actividad con tanta extensión, con la
finalidad de poder gastar más tiempo y esfuerzos en el tema de sus capacidades
específicas.
c.1) Las actividades en grupo con los alumnos: esta zona de responsabilidad
del profesor puede definirse de la manera siguiente:
Zona de Responsabilizarse de la preparación, ejecución y
responsabilidad control de la actividad docente.
El motivo de exigir que los profesores pongan sus objetivos por escrito es el
de asegurar que exista una relación entre lo que persiguen y los objetivos
generales del centro. Al contar con estos objetivos por escrito, el directivo
responsable puede comentarlos con el profesor, sugiriendo que añada alguno
para reforzar algo importante en el centro, o bien que elimine otros por ir en
contra de esos objetivos o por no parecer técnicamente eficaz.
c.3) Las acciones en relación con la normativa que se exige a los miembros
de las instituciones en nombre de la convivencia, la justicia y la eficacia, etc.:
esta zona de responsabilidad del profesor puede definirse de la siguiente
manera:
Zona de Cumplir con las normas establecidas en la
responsabilidad institución en función de la convivencia, la justicia,
la eficacia, etc. y conseguir que los alumnos hagan
lo mismo.
comunicación establecidos.
Se sugiere aquí una serie de pautas para establecer lo que se podría exigir en
todo profesor formado en la realización de sus tareas típicas en cada área de
actividad en que debe moverse. En educación es fundamental que el profesor se
mantenga al día en su materia y que profundice en los conocimientos adquiridos
con anterioridad. Únicamente así podrá explicar su materia con eficacia, logrando
una motivación elevada en los alumnos respecto al aprendizaje de la misma. Se
trata de estudiar la materia pero también aspectos didácticos y técnicos en
relación con todas las áreas de actividad. Además, conviene entender que el
profesor es parte de ese proyecto común y por tanto necesita estudiar para
comprender ese proyecto cada vez mejor e interiorizarlo en su propio trabajo.
Por ejemplo, si uno de los objetivos del centro es lograr que los alumnos sean
cultos, también será necesario que los profesores se desarrollen culturalmente, y
esto requerirá otro tipo de estudio.
El trabajo de investigación y perfeccionamiento del docente debe ser coordinado
para que sea útil al centro. Por eso, se pide a los profesores que propongan sus
proyectos a los directivos correspondientes y que tengan una disposición abierta
a participar en proyectos promovidos por ellos. Por último, está claro que la
actitud investigadora debe ser compartida por los alumnos, y el modo más
adecuado de lograrlo será informándoles sobre las experiencias que se están
planteando e incorporándoles en ellas cuando sea oportuno.
Nada de lo que suceda en las clases debe escapar del interés y atención de los
directivos y profesores del centro; antes al contrario: los objetivos de aprendizaje,
las mismas actividades de los alumnos y todo el entramado de relaciones
33
Síntesis del capítulo 13 del texto “Una didáctica para hoy. Cómo enseñar mejor” (Carrasco, 2004 págs. 357 -
378).
interpersonales que allí se dan, en cuanto que es el ámbito de convivencia de
profesores y alumnos, constituyen una parte esencial de la vida del centro.
- Saber motivar.
- Saber programar.
En cuanto a la coherencia de vida, uno de los daños más grave que se puede
producir a los estudiantes, y más que le puede desconcertar, es la falta de unidad
de vida en el profesor: que haya distinción entre lo que dice y lo que hace, entre
lo que anima a vivir a sus alumnos y lo que él mismo vive. El profesor educa
sobre todo con el testimonio de su vida personal, más que con la palabra misma.
-
El mal comportamiento es con frecuencia consecuencia de
condiciones desfavorables del mismo ambiente institucional
que están actuando sobre los alumnos: locales o mobiliario
inapropiado, falta de unidad de criterio de los profesores, etc.
-
Las penalizaciones o castigo han de ser suministrados con
tacañería. Un castigo sólo es útil cuando sirve para mejorar a
la persona que lo recibe. Antes de imponer una sanción, es
conveniente el diálogo y la reflexión entre quien obró mal y
quien ha de imponerla, para evitar que se deba más a un
desahogo personal que a un deseo real de corregir un defecto.
- Ser sinceros y francos con los estudiantes, debatiendo con ellos las
formas de comportamiento tenidas como indeseables. Ello implica
darles la necesaria libertad para que manifiesten con naturalidad y
respeto mutuo.
Según Neira Fernández, un buen profesor es aquel que logra desarrollar las
capacidades intelectuales de sus alumnos y formarlos científicamente. Para ello
es importante una buena ejecución de los siguientes procesos educativos:
Junto con los conocimientos, las informaciones y las técnicas (que siempre
conservan su importancia), el buen profesor trata de formar el intelecto del
estudiante. En otras palabras, busca la manera de fomentar la capacidad de
raciocinio del estudiante, estimular sus capacidades críticas para juzgar los
hechos, teorías, argumentos, doctrinas, personajes, sistemas. Todo esto se puede
lograr sin necesidad de formar mentalidades escépticas o agnósticas, ni mucho
menos personalidades cínicas, inclinadas a repetir con autosuficiencia aquella
frase de Pilatos: "Y ¿qué es la verdad?". El buen profesor fomenta en su alumno
el espíritu investigativo, el hábito de la lectura, la capacidad de crítica sana,
objetiva y madura; los hábitos de trabajo intelectual, la motivación para seguir
estudiando y aprendiendo durante toda la vida, no por obtener una buena nota
y aprobar un curso, sino para acrecentar los propios conocimientos, para ser una
persona más competente y por lo mismo más útil a la sociedad. Pero para formar
estas cualidades en los universitarios, el profesor tiene que poseerlas; tiene que
servir para ellos de modelo de identificación.
Una de las frases que incluye Bain en su libro es la siguiente: “Cualquier profesor
que logra que los estudiantes lleguen a odiar su materia a buen seguro ha violado
nuestro principio de no <<causar daño>> (pág. 18). En el estudio de Ken Bain
para determinar qué es lo que hacen los mejores profesores universitarios, incluye
sólo a aquellos profesores que proporcionaron una fuerte evidencia de que
ayudaban y animaban a sus estudiantes a aprender de manera que los hiciese
merecedores de elogios y prestigio tanto entre sus colegas directivos de
disciplina, como en la comunidad académica más amplia. Bain expone: “Nosotros
buscamos personas que sí pueden conseguir peras de lo que otros consideran
que son olmos, personas que ayudan constantemente a sus estudiantes a llegar
más lejos de los que los demás confían” (pág. 18). También intentó incluir a
34
Ideas extraídas del libro “Lo que hacen los mejores profesores de universidad” (Bain, 2007).
algunos educadores que trabajaban en los límites de las normas establecidas,
definiendo la riqueza del aprendizaje de manera claramente novedosa. Estudió a
unas pocas personas que tenían mucho éxito con algunas clases y bastante
menos en otras. Se tomaron en cuenta las valoraciones de los estudiantes en
cuanto a cuánto les ha ayudado la docencia para aprender, y en qué medida le
ha estimulado intelectualmente. En la parte introductoria de su investigación,
presenta las conclusiones principales, haciendo la advertencia de que cualquiera
que espere una simple lista de lo que hay que hacer y lo que no, quedará
tremendamente decepcionado. Dichas conclusiones se sintetizan en seis
cuestiones generales, las cuales comparto a continuación:
Tienen como mínimo una comprensión intuitiva del aprendizaje humano que es
análoga a las ideas que han ido apareciendo con la investigación en las ciencias
del aprendizaje (capítulo 2 de la obra de Bain).
Los profesores excepcionales tratan sus clases, sus discusiones programadas, sus
sesiones de resolución de problemas y demás elementos de su enseñanza como
esfuerzos intelectuales formales que son intelectualmente exigentes y tan
importantes como su investigación y su trabajo académico. Utilizan una serie de
preguntas mucho más rica a la hora de diseñar una clase, una conferencia, una
discusión, unas prácticas profesionales o cualquier encuentro con estudiantes, y
35
El término metacognición hace referencia al razonamiento de mayor jerarquía que incluye acciones para
el control activo de los procesos cognitivos que tienen lugar con el aprendizaje. Su definición más habitual es
la de <<razonamiento sobre la manera de pensar>>.
comienzan con cuestiones sobre los objetivos de aprendizaje para los estudiantes,
en lugar de con aquéllas que plantean qué debe hacer el profesor.
Dicho muy simplemente, los mejores profesores esperan <<más>>. Sin embargo,
dado que muchos profesores <<presionan>> a sus clases sin conseguir
necesariamente grandes resultado de aprendizaje, ¿qué hacen los profesores con
más éxito para fomentar el rendimiento alto? La respuesta breve es que evitan
objetivos que estén ligados arbitrariamente al curso y favorecen los que ponen
de manifiesto la forma de razonar y actuar que se espera en la vida diaria.
Si bien los métodos varían, los mejores profesores a menudo intentan crear lo
que acabamos denominando un <<entorno para el aprendizaje crítico natural>>.
En ese entorno, las personas aprenden enfrentándose a problemas importantes,
atractivos e intrigantes, a tareas auténticas que les plantearán un desafío a la hora
de tratar con ideas nuevas, recapacitar sus supuestos y examinar sus modelos
mentales de la realidad. Son condiciones exigentes pero útiles, en las que los
estudiantes experimentan una sensación de control sobre su propia educación;
trabajan en colaboración con otros; creen que su trabajo será considerado
imparcial y honestamente; y prueban, yerran y se realimentan gracias a
estudiantes con más experiencia, antes e independientemente de que medie
cualquier juicio que intente descalificar su intento.
e) ¿Cómo tratan a los estudiantes?
Los profesores efectivos tienden a mostrar una gran confianza en los estudiantes.
Habitualmente están seguros de que éstos quieren aprender, y asumen, mientras
no se les demuestre lo contrario, que pueden hacerlo. A menudo se muestran
abiertos con sus estudiantes y puede que, de vez en cuando, hablen de su propia
aventura intelectual, de sus ambiciones, triunfos, frustraciones y errores, y animen
a sus estudiantes a ser reflexivos y francos en la misma medida. Pueden contar
cómo desarrollaron sus intereses, los obstáculos principales con los que se han
encontrado a la hora de dominar la asignatura, o algunos de sus secretos para
aprender alguna parte concreta de la materia. A menudo discuten abiertamente
y con entusiasmo su propio sentimiento de respeto y curiosidad por la vida. Sobre
todo, tienden a tratar a sus estudiantes con lo que sencillamente podría calificarse
como mera amabilidad.
Todos los profesores que hemos estudiado tienen algún programa sistemático –
algunos más elaborados que otros- para poner a prueba sus resultados y para
llevar a cabo los cambios pertinentes. Además, debido a que están comprobando
sus propios resultados cuando evalúan a sus estudiantes, evitan juzgarlos con
normas arbitrarias. En lugar de ello, la calificación de los estudiantes sale de
objetivos de aprendizaje básicos.
- Leer y comentar el tema 2 del libro de Kein Bain, ¿Qué es lo que saben
cómo aprendemos?
- Extraer cinco conclusiones esenciales de este capítulo.
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