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Cahiers Du Cinéma No. 05 Octubre 2007 (Festivales y Cine Español) PDF
Cahiers Du Cinéma No. 05 Octubre 2007 (Festivales y Cine Español) PDF
Carlos F. Heredero
¿Cómo hablar aquí de Danièle Huillet, sólo de ella? Ha sido necesaria su muerte para señalar que
nació el primero de mayo de 1936, una fecha que le conviene. Después, tras la anécdota de su rechazo
a comentar un film con el que no tenía nada que ver (Manèges, de Yves Allégret), apenas hay alguna
existencia visible suya al margen de... ¿de qué? La pareja, el tándem, el dúo, el par: ninguna palabra
lo define realmente. La camaradería, más bien. Con Jean-Marie Straub, desde el Instituto Voltaire, y
luego, a partir de la insumi-
sión de él en la guerra de
cineasta materialista
réconciliés, en 1965. La histo-
ria de los Straub se encuentra
ya ligada a la de Cahiers, por
amistad y por compromiso
(Straub "llevó las cajas"
durante el rodaje de Coup du berger, primer corto de Jacques Rivette, en 1956): aquí están en su casa,
y desde aquí se observa más, y hasta donde es posible mejor, aquello en lo que están trabajando, lo
que están inventado. Y esto no se acabará nunca.
Lo que trabajan, lo que inventan: la traducción en planos, y en montaje de planos, de una hipóte-
sis evidente y nunca antes consumada, ni tampoco de manera tan intensiva y exigente después. Esta
hipótesis consiste en un punto de convergencia entre la concepción del cine fundada por André Bazin
y desplegada por el trabajo crítico y teórico de Cahiers (un pensamiento del mundo real en el que se
encarna el espíritu gracias al registro) y el materialismo marxista.
Crónica de Ana Magdalena Bach en 1967, Othon en 1969, Moïse et Aaron en 1974 pusieron en práctica
los recursos para, con el suficiente rigor y pertinencia en aquellos tiempos de radicalización, semejar
que podían encarnar todo cuanto puede, todo cuanto debe ser el cine. Cahiers acompañó ese camino,
incluso en su soledad. Sabemos cómo, a finales de los años setenta, Serge Daney les enseñó a mante-
nerse fieles, y en especial a seguir siendo fieles a los Straub sin dejar por ello de mirar a otros horizon-
tes, a no desviarse de lo real, infinitamente más vasto y abigarrado que el mundo del cine.
No es éste el lugar ni el momento para hacer balance del cine de los Straub. Respecto a la aportación
específica de Danièle Huillet a lo largo del trabajo a dos, sólo es posible señalar lo que era evidente: el
silencio, los documentos, los sonidos, los idiomas, el montaje.
En público o en conversaciones privadas, se repartían los papeles: Jean-Marie hablaba; Danièle solía
callar. El silencio de ella trabajaba con la palabra de él, sus impulsos, sus despistes. Contamos con que
Jean-Marie seguirá hablando, y filmando si encuentra los medios para hacerlo; es imposible no reco-
nocer que ese silencio público le faltará para seguir adelante. Ese aparente y fecundo silencio estaba
minado de muchas inquietudes. Para empezar era un silencio relativo, puntuado de precisiones, de
remisión a los hechos, de un imperioso sentido del punto de contacto entre lo exacto y lo justo (dejare-
mos que los imbéciles vean en ello una insignificancia prosaica; el materialismo se alimenta de ello en
primer lugar, para pensar con altura y con precisión).
Evidentemente, esto afectaba al trabajo del cine, pero también a los gestos de la exis-
tencia y a la idea de que todo nos compromete sin cesar: conocemos un poco la "política
de los animales" de los Straub, en la que Danièle Huillet desempeñaba un gran papel;
ignoramos, lógicamente, la política de cada gesto, la sensación enardecida, visceral, así
como la reflexión madura, de aquello que en cada instante provoca opresión, o rechazo
de la opresión. Ese saber y ese instinto pertenecían, en Danièle Huillet, al registro de la
evidencia. Y en gran medida al aura de su rostro.
A continuación, como corolario de esa palabra apoyada en los hechos, el trabajo de
documentación, la búsqueda de textos, de referencias de vestuario y decorados. De
nuevo, nada accesorio en estos menesteres, la certeza compartida por la pareja de que ahí entra en
juego, como exigencia ante la historia y el presente, una ética y una política.
En el rodaje, ella se ocupaba, no exclusivamente pero en mayor medida que Straub, de la puesta en
escena del sonido, dejándole a él lo que por facilidad llamaremos dirección de actores. El sonido de
las voces, el del viento si hay viento, el de los coches cuando pasan, en el momento y lugar que corres-
ponde al rodaje, constituyen la huella más firme del mundo real tal como es, ahí donde el cine acontece.
Próxima y lejana a esta labor de sonido, el trabajo, en esta ocasión enteramente asumido por Danièle
Huillet, de los diálogos en sus diversas lenguas. Los Straub han filmado en alemán, francés e italiano;
Danièle Huillet conocía todos los matices y exigencias de los tres idiomas. También ha trabajado, mucho
más allá de la "traducción de los subtítulos", para acercar la presencia de palabras de otra lengua inscri-
tas en la parte inferior de las imágenes en las que se habla una cierta lengua. ¿Y quién más, en la historia
del cine mundial, ha realizado un trabajo semejante, que ante todo consiste en el respeto a las lenguas
habladas por los seres humanos, el respeto a las voces de los actores, al sentido de las palabras y a la
identidad de los espectadores? La respuesta es sencilla: nadie.
Una línea clara vincula esta relación con las palabras, su distribución y enunciación, con la función
"operacional" desempeñada por Danièle Huillet en la mesa de montaje. Conocemos el proceso, al
menos como lo rodó Pedro Costa en Oú gît notre sourire enfoui?, respecto al montaje de Sicilia: ni ella
ni él dieron nunca a entender que lo que se veía era diferente a su práctica anterior o posterior. Straub,
su verbo profuso, su cuerpo pesado, da una batida, aun confinada a una sala de montaje; inmóvil en
la mesa, Danièle Huillet corta, mide, precisa. Y discuten, paso a paso. Por supuesto, el resultado les
pertenece, así como la división del trabajo, que no está al servicio de nadie: no es económica ni inte-
lectual, sino sensible. Porque al término de lo que podemos decir, con precaución, acerca de lo que
fue la contribución de Huillet al cine de Straub-Huillet, no queda más remedio que volver, y con qué
tristeza, a la indecible unidad de lo que, en las pantallas, nacía de esa camaradería. Un eslogan un tanto
ridículo y obsoleto viene a la mente: "Unidad en el origen y en la acción". Lo que podemos ver de la
vida de los Straub (los filmes, las opciones vitales asentadas, en la periferia romana o en el distrito 18
de París) habría sido su inflexible traducción. Añadamos un adjetivo más: generosa, inmensamente
generosa. Por su tiempo, su trabajo, su energía, su atención, su saber. Lo que un día Jean-Luc Godard
llamó un arte de vivir, y que hacía películas.
Disidencias y consensos
Se quiera o no, el debate está abierto. Y además está presente en los corrillos, en las con-
versaciones de la industria, en el cálculo comercial de los distribuidores, en los ámbitos de
la institución, en las estrategias de los programadores, entre los aficionados más activos,
en algunas páginas web, en las revistas de cine más serias de Internet... Y debe estarlo
también, por consiguiente, en la reflexión de la crítica que intenta trabajar con una visión
de conjunto, no conformista ni contemporizadora con el estado de las cosas.
Las opciones que los festivales de Rotterdam, Cannes, Venecia y Gijón han tomado este
año a la hora de seleccionar las películas españolas lo pone claramente de relieve y lo coloca
con nitidez encima del tapete. Cineastas como Rafa Cortés, Jaime Rosales, Pedro Aguilera,
José Luis Guerín y Pere Portabella han encontrado en esos certámenes un cauce para pre-
sentar y difundir las obras más arriesgadas, personales, innovadoras y modernas que han
surgido recientemente en la cinematografía española. El contraste con lo que han ofrecido
y programado el resto de los festivales españoles (y también algunos internacionales, por-
que el dilema no es sólo local) resulta tan evidente que no es preciso subrayarlo.
La búsqueda del consenso entre la industria, la institución y la audiencia amenaza con
desplazar la función de apuesta artística, de defensa cultural y de reflexión estética que
también pueden -y deben- jugar los festivales. Cuando ambas líneas se entienden como
antagónicas, la primera opción acaba siempre por excluir a la segunda, y en ningún lugar
está escrito que deba darse por inevitable o bueno el pacto acrítico con la siempre dura y
De izqda. a dcha. y de arriba compleja realidad, por muy adversa o insatisfactoria que resulte esta última. Más allá de
abajo: En la ciudad de Sylvia,
Mataharis, La soledad, las razones objetivas, que sólo sirven para explicar el contexto, debe situarse la voluntad
Lo mejor de mí, Oviedo Express, subjetiva de transformarlo o de intervenir sobre él. Desde esta perspectiva, y con objeto
El orfanato, El silencio antes
de Bach, Barcelona (un mapa), de abrir un debate necesario, que atañe de manera crucial a la relación del cine español
Siete mesas de billar francés, con sus instituciones (la crítica entre ellas) trazamos aquí, en las páginas siguientes, unas
Unas fotos en la ciudad
de Sylvia y Nocturna primeras reflexiones de conjunto y algunas notas puntuales. CARLOS F. HEREDERO
LAS OPCIONES DE LOS FESTIVALES
El amante despechado
JAIME PENA
En la presentación del último Festival de Locarno, su director, Además de las coproducciones, este año había tres películas
Frédéric Maire, quiso destacar la inclusión de dos películas españolas en Cannes, pero esto parece no importar. Entre que no
españolas en su sección más importante, la competición inter- estaban en la sección oficial y que no respondían al modelo que
nacional, dos películas que ilustrarían las dos tendencias del esas mismas instancias gustan de promocionar, parecía como
cine español, una más industrial, radicada en Madrid y repre- si el cine español estuviese ausente de Cannes. Es evidente que
sentada por Ladrones, de Jaime Marqués, la otra de carácter esas tres películas representan al cine español, aunque quizá
independiente y con base en Barcelona, ejemplificada por Lo no a la FAPAE o al cine que suelen acometer las cabezas más
mejor de mí, de Roser Aguilar. Es una forma un tanto sinté- visibles de esta federación de productores (sobre todo La sole-
tica de definir el cine español, pero coincide plenamente con dad y La influencia, pues El orfanato es una película de género y
la visión que, en especial desde los festivales internacionales, por lo tanto menos problemática). Otro tanto puede decirse de
se tiene del conjunto de nuestro cine. Cabe preguntarse si los Venecia con la selección de una película como En la ciudad de
festivales españoles tienen igual de claro estas diferencias (la Sylvia, que difícilmente puede identificarse con ese modelo de
existencia de modelos a veces antagónicos) o si para ellos el producción. ¿No habría sido mejor que eligiesen Caótica Ana?
cine español es todo uno, con sus grandes y pequeños nom- ¿En que estará pensando el director de Venecia?
bres, con sus grandes películas para sus secciones oficiales y
sus pequeñas películas para las paralelas. Divergencias entre el interior y el exterior
Esos mismos festivales internacionales parecen haber Esa es la gran contradicción del cine español. Las películas
optado por la opción contraria: más allá de algún que otro que se apoyan desde el interior son rechazadas en el exterior
gran nombre (Almodóvar, Amenábar), en los últimos años se y aquellas que parecen más acordes con los gustos de los fes-
han decantado por esas pequeñas películas independientes, tivales internacionales son sistemáticamente ignoradas por
relegando al olvido -y ante la incredulidad de muchos- las la industria, los medios de comunicación y los espectadores
producciones más estándar y las de mayores presupuestos, españoles. Divergencias que no tendrían mayor importancia
precisamente aquellas que suelen apoyarse desde las instan- si estuviesen basadas en criterios culturales (tampoco se trata
cias oficiales que representan a los poderes fácticos del cine de que el cine español pierda su identidad cultural para amol-
español. En este desconcierto radica ese sentimiento de perse- darse a los gustos internacionales) y si no fuese porque ese
cución que, para muchos, padecen nuestras películas por parte cine industrial es en muchas ocasiones también el más imper-
de festivales como Cannes o Venecia (la relación con Berlín ha sonal, el menos defendible desde presupuestos culturales.
sido tradicionalmente más cordial) y que constituye la canti- Refugiado en una suerte de autocomplacencia suicida, el cine
nela recurrente de los medios de comunicación. español se comporta como el amante despechado que no acepta
De izquierda a derecha:
Ladrones, de Jaime Marqués
El orfanato, de José Antonio Bayona
Caótica Ana, de Julio Medem
De izquierda a derecha: El cielo gira, de Mercedes Álvarez. La línea
recta, de José María de Orbe. Honor de cavalleria, de Albert Serra
que no le quieran y es incapaz de reconocer por qué. La culpa es La mayoría de las películas españolas que más han llamado la
siempre del Otro, que no le comprende. Y ahí radica la gran para- atención recientemente en el circuito internacional de festiva-
doja, en el empeño de la institución "Cine Español" en defender les (las más alejadas de la norma imperante en nuestro cine y las
unas películas estériles tanto cultural como industrialmente (y que entroncan de forma directa con el cine contemporáneo más
esto último es lo más grave, dadas sus pretensiones). Sorprende estimulante) no venían avaladas por ningún festival español. En
por eso mismo el empecinamiento en colocar los productos todo caso, su resonancia en el exterior parece más bien fruto de
menos atractivos en los principales escaparates, ya sean los fes- su ceguera. Bueno, dejémoslo si acaso en miopía.
tivales más cotizados o los premios Goya, el evento por excelen- Hace tres temporadas la ópera prima de Mercedes Álvarez,
cia de glorificación de dicha Institución, en los que, año tras año, El cielo gira, se presentó sin pena ni gloria en los festivales de
se certifica la invisibilidad de cara al público mayoritario de todo Valladolid y Gijón. Sin duda su condición documental la distan-
un tipo de cine: el verdaderamente independiente. ¿Quién puede ciaba irremediablemente de los criterios habituales de selección
imaginarse unos Goya que consagren películas tan inusuales y de las películas españolas. Ello no impidió que a continuación
arriesgadas como La escurridiza o Lady Chatterley, grandes ven- se alzase con los primeros premios de festivales tan prestigiosos
cedoras de las últimas ediciones de los Cesar franceses? Podemos como los de Rotterdam, París (Cinéma du Réel) y Buenos Aires
hacer apuestas sobre la cantidad de nominaciones que obtendrá (Bafici) demostrando que hay un cine español que se acepta y
este año la película de José Luis Guerín... sobre todo cuando ya celebra en los circuitos internacionales. No es un dato menor que
no cabe la disculpa del gueto del documental. fuera esta sucesión de premios (y no su discreto pase por los fes-
Lo más grave es que parece que nos encontramos ante unas tivales españoles) la que posibilitara finalmente la distribución
reglas del juego aceptadas por todos. También por los festiva- normalizada de El cielo gira en territorio nacional.
les españoles, con independencia de su veteranía, presupuesto
o especialización1. Es cierto que estos, incluido San Sebastián, Sin responsabilidad "curatorial"
poco pueden hacer ante los grandes festivales internacionales. No tuvo tanta suerte La casa de mi abuela tras su triunfo en
Cualquier productor al que se le presente la oportunidad se deci- el Festival de Amsterdam, el más importante del mundo en el
dirá antes por Berlín, Cannes o Venecia que por uno español que campo del documental. La película de Adán Aliaga había sido
habrá de contentarse con las sobras. Aún así hay varios ejemplos incluida en ese cajón de sastre que es la sección "Made in Spain"
que avalan lo que queremos denunciar, la inclinación de nuestros de San Sebastián, amplia muestra del cine español del año para
festivales por el cine español más convencional, a veces incluso los compradores y periodistas extranjeros. Aparentemente no
en franco contraste con el resto de sus programas. Por supuesto había sitio para ella en secciones como Zabaltegi. Tampoco en
que nos encontramos con excepciones (el caso de La línea recta los premios Goya: ni El cielo gira ni La casa de mi abuela fueron
o Uno de los dos no puede estar equivocado en las últimas edicio- siquiera nominadas en la categoría de mejor documental. Nueva
nes de Gijón y Las Palmas) que no son más que eso, excepciones2. pregunta retórica: ¿qué festival español se hubiera atrevido a
seleccionar Honor de cavalleria? Lo que vale para la Quincena de
los Realizadores (Cannes), Rotterdam o Amsterdam no vale para
(1) Un festival como el de Málaga, es decir, un festival "de cine español" y en el que
los festivales españoles. Y viceversa: lo que éstos desprecian sólo
por lo tanto tendría que caber todo el cine español, tampoco escapa a los vicios que consigue ser valorado en su justa medida en el exterior, de tal
comentamos. En casi todos los casos se suele invocar un inconcreto "gusto del público", modo que pudiera parecer que los festivales nacionales hubiesen
autoimpuesta dictadura con la que los programadores justifican su paternallsmo. dimitido de la responsabilidad "curatorial" inherente a toda gran
(2) La película de Pablo Llorca estaba acompañada en Las Palmas de una conven-
muestra artística y que, en este caso, se traduce en su capacidad
cional producción canaria, La caja. El localismo es otra de las enfermedades que
aquejan a todos los festivales españoles.
de influencia sobre los destinos estéticos del cine español. •
MATAHARIS / SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS / CRÍTICA
Más allá del factor coyuntural de haber referencial para el público y subsumiendo además un plus vinculado a su mirada
integrado ambas la representación espa- las películas en el continuum del imagina- desde dentro del universo femenino, por
ñola en la sección oficial del festival rio televisivo; la resolución siempre rela- otra parte tan propicio y tan cómplice de
donostiarra, las nuevas películas de Icíar tiva de las situaciones a través del diálogo, algunos formatos televisivos.
Bollain y Gracia Querejeta justifican una por lo que la componente visual apenas
reflexión conjunta sobre algunas trazas trasciende, llegando en los peores casos- Tramas y subtramas
del cine español de este momento. Se límite al cine "radiofónico", ése al que le En el caso de Mataharis el núcleo unifica-
trata de la expansión de un "nuevo" cos- quitas la imagen y se entiende igual; el dor es una agencia de detectives a la que
tumbrismo que amenaza con asolar nues- tono agridulce resultante de la mezcla de pertenecen los tres personajes centrales;
tra cinematografía, incluso a favor de una drama y comedia; la funcionalidad de una en Siete mesas de billar francés se trata de
pretendida voluntad de aproximarse a la puesta en escena absolutamente impro- una decaída sala de billar que intentan
realidad de la sociedad española. El prin- ductiva; la referencia superficial a deter- resucitar las tres protagonistas centrales,
cipal problema es que, como tantas otras minados temas de "candente" actualidad ayudadas por el conjunto de improba-
veces ha ocurrido con las opciones cos- social, siempre dimensionados a escala de bles integrantes de un equipo de billaris-
tumbristas, el referente no es tanto la rea- las necesidades del espectáculo televisivo; tas. Los dos casos, que se concentran en
lidad social como una interpretación de la o el subrayado sobre los elementos defini- un lugar físico (la sede de la agencia y la
misma; y en este caso, esa interpretación dores de una cierta cotidianeidad, que se sala de billar), se ramifican en numerosas
deriva de las formas dominantes del serial revela sobre todo por el tono coloquial de subtramas: para la película de Bollain, los
televisivo, tal como décadas atrás derivó los diálogos, aderezado a ser posible por sucesivos asuntos que investigan cada una
del serial radiofónico o incluso de la foto- algún taco, son algunos de los atributos de las detectives, desdoblados a su vez
novela. Lo significativo es que tal itinera- inherentes al costumbrismo televisivo que con las tres tramas inherentes a su vida
rio no se limita a aspectos temáticos, sino está infectando a una parte considerable personal/familiar/sentimental; en la de
que se inocula en la propia médula de la del cine comercial español. Querejeta, las interrelaciones familiares
construcción fílmica hasta desactivarla en y sentimentales de las tres protagonistas
Las dos películas son significativos
términos creativos. (la heredera del billar, su socia y ex-com-
ejemplos de la aplicación de esos paráme-
tros, eso sí, en difícil intersección con las pañera del padre muerto y una inmigrante
Tanto Mataharis como Siete mesas de
trayectorias de ambas cineastas, aportando hondureña que trabaja para ellas) que a su
billar francés articulan fórmulas parecidas
que acaban sobreponiéndose a los mati-
ces que las diferencian, y así las acaban
homologando con una narrativa deudora La agencia de detectives como espacio unificador de Mataharis
de ciertas fórmulas de amplio uso en la
pequeña pantalla, hasta el punto de situar
ambos filmes más cerca del piloto de serie
televisiva que del mucho más libre campo
de la creación cinematográfica. La multi-
plicidad de personajes protagonistas, más
o menos variopintos y supuestamente
"representativos"; la construcción de un
núcleo argumental común, que se rami-
fica en diversas subtramas vinculadas a
cada uno de esos personajes; la sucesión
de situaciones que se encadenan no tanto
según la lógica de una trama fuerte, sino
en función de la confrontación entre esos
personajes altamente tipificados; la conti-
nuidad entre los tipos encarnados por cier-
tos intérpretes televisivos y sus personajes
cinematográficos, apuntalando el efecto
esposa adquiere fuerzas para abandonar
al marido y para iniciar una nueva vida.
Todos felices y contentos... menos la pro-
pia lógica del relato y las supuestas inten-
ciones denunciadoras del film. Sería como
si, al final de Te doy mis ojos, el marido
maltratador se reconvirtiese en devotí-
simo esposo; tal felicidad final desvirtua-
ría toda la intención del film.
Siete mesas..., en cambio, aspira a in-
tereses más generales y perennes: como
todas, absolutamente todas, las pelícu-
las de Gracia Querejeta, ésta tiene como
auténtico eje central la relación pater-
no-filial. Todo lo demás es adorno, pre-
texto, aunque finalmente también aquí
la subordinación al formato narrativo y
de producción revierte en perjuicio de la
Siete meses de billar francés, una mirada desde dentro al universo femenino empresa emprendida. De nuevo tenemos
un núcleo imprevisible (el billar parece
vez se cruzan con los diversos personajes rado Ken Loach. El centro de interés de muy ajeno a las modas actuales) que per-
que las rodean, diseñando nuevas peque- la película se aleja de cualquier meca- mitirá todo tipo de tópicos: la hondureña
ñas subtramas. No costaría mucho orga- nismo tipo thriller para revelar tanto la se enamora del joven pintor, la herede-
nizar una serie en la que cada episodio incomunicación matrimonial inherente ra de la sala rehace su vida, acompañada
diese prioridad a alguna de las subtramas, al marido-acémila de una de las protago- de su hijo (que parece el mismo niño de
sin dejar del todo de lado las restantes, y nistas, como la dureza de la doble jornada casi todas las películas españolas), tras
pudiese prolongarse ad-infinitum. laboral de la joven madre de familia que la revelación de la doble traición de su
No tenemos espacio para detenernos pretende no renunciar a su actividad labo- marido, policía corrupto, y superará (¡)
ral. A ello se viene a añadir la denuncia de la dependencia paterna rompiendo su
en en la banalidad y la artificiosidad que
las prácticas de externalización del tra- fotografía y retornando a la práctica del
rezuman esas diversas y numerosas líneas
bajo por parte de las grandes empresas y juego; la ex-convicta y compañera del
argumentales que se van desgajando de la
sus golpes bajos en el enfrentamiento con padre rehará su vida sentimental con el
supuesta trama central (la actividad detec-
los líderes sindicales no vendidos, aspecto gentil y paciente enamorado que ejerce
tivesca y el remontar un negocio ruinoso),
que afecta a la tercera protagonista. Pero de filantrópico apoyo de la "causa" co-
siempre vinculadas a una cotidianeidad
estas loables intenciones, propias del mún; etc. Como en tantas teleseries, los
repleta de grandes y pequeños conflictos
llamado "cine social", se ven perjudica- elementos dramáticos y cómicos se en-
trivialmente planteados y resueltos. Ni
das tanto por el esquematismo de tra- tremezclan, pero no alcanzan la fusión
siquiera haremos hincapié en un truco de tragicómica, sino que se suceden uno
guión común a los dos filmes (el descu- mas y personajes, como por el tópico que
abunda a lo largo del film y que estalla del tras otro, sirviendo los segundos para
brimiento de la existencia de "otro" hijo aligerar y en definitiva desactivar a los
todo en su resolución: la detective se ena-
paterno por parte de las abnegadas espo- primeros. De ahí que el final feliz sea la
mora del sindicalista al que debe incul-
sas), ni tampoco en el hecho de que la solución inevitable de ambos filmes, y
par y renuncia a incriminarle, la madre
lectura "femenina" se aleja de cualquier también el resumen de todas sus debili-
de familia se reconcilia con el marido que
posición feminista, para acercarse más, dades, que son muchas. •
le ocultara su hijo natural y la ya veterana
lamentablemente, a la complicidad con
los estereotipos de las series para público
femenino. Pero sí me parece justo abor-
dar algunos matices diferenciales entre
las dos películas, fruto sin duda de la dis-
paridad de trayectorias y de intereses por
parte de sus respectivas directoras.
La condición femenina
En Mataharis Bollain parece proseguir, a
través de la aparente excepcionalidad del
trabajo de sus protagonistas, su revisión
de la condición femenina en la España
actual, al tiempo que remite a las preocu-
paciones sociales heredadas de su admi-
BARCELONA (UN MAPA) / CRÍTICA
Raíces teatrales
JOSÉ ENRIQUE MONTERDE
Resulta insólito que una película como El de la Crítica, donde se presentó el film. cada de referencias a títulos sobrada-
orfanato tuviera su premiere mundial en El hecho de tratarse de una sección mente conocidos, a la que, sin embargo,
el Festival de Cannes. Cuando la sección libre de las presiones de la oficial parece no le interesa tanto entrar en un juego
oficial del certamen francés apuesta por permitirle el lujo de programar un film posmoderno de intertextualidades como
un director español lo hace a partir de una que, como éste, se escapa de los tópicos situarse en una tradición de género que
restringida política de autores que tiende de la "película de festival". Y, a la vista deja claro cuáles son sus fuentes.
al binomio de identificar un país con un de la entusiasta acogida de El orfanato Mientras toda una generación actual
cineasta, y en el caso de España eso se tra- en aquella proyección, y de su posterior de cineastas anglosajones y franceses
duce en el nombre de Pedro Almodóvar. selección para representar a España en se decanta por recuperar el terror más
La única apuesta del Festival para abrirse la carrera por el Oscar de Hollywood, la físico y brutal, Bayona prefiere situarse
a una renovación generacional se encarnó apuesta no les salió nada mal. en el terreno de los miedos interiores,
hace pocos años en el catalán Marc Recha, la creación de atmósferas y la defensa
pero Cannes no se empleó a fondo en su Recuperación de códigos de esa creencia tan propia de la niñez
apoyo y ni tan siquiera programaron la Para quien haya seguido la filmografía de en universos paralelos. Este apego a
última y más interesante obra del cineasta J. A. Bayona, cineasta conocido por sus una concepción del fantástico que bebe
de L'Hospitalet, Dies d'agost. En seccio- numerosos videoclips y un par de pre- más de la literatura decimonónica que
nes paralelas como "Una cierta mirada" miados cortometrajes (Mis vacaciones; del gore se resuelve en una equilibrada
y la "Quincena de realizadores" sí han El hombre esponja), El orfanato no deja puesta en escena que mantiene al espec-
encontrado su lugar jóvenes cineastas, de ser un paso coherente en una trayec- tador en ese pulso entre lo insólito y lo
pero habitualmente se trata de directores toria que había puesto ya de manifiesto maravilloso que representa la esencia del
que practican un cine muy alejado de las unas constantes autorales que ahora se género. Pero esta voluntad de no alejarse
constantes de un género. expresan por primera vez en una ficción de los lugares más reconocibles de este
En cambio, El orfanato, del debutante de largo metraje. Una de sus peculiarida- imaginario deviene también el principal
en el largometraje J. A. Bayona, es un des ha sido convertir el videoclip en un inconveniente del film. Viendo El orfa-
film que se inscribe orgullosamente en campo de recuperación de los códigos de nato se tiene la sensación de haber tran-
el linaje de un cine fantástico de amplio los géneros cinematográficos. Esta filia- sitado por esos espacios otras veces, de
espectro comercial. Que la película enca- ción con la narrativa clásica es también conocer demasiado bien los secretos que
jara en Cannes responde cuanto menos la base de El orfanato, una obra salpi- encierran la mayoría de sus rincones. •
a un par de factores: el apadrinamiento
por parte de Guillermo del Toro, uno de El orfanato se sitúa en una tradición de género que deja claro cuáles son sus fuentes
los pocos realizadores que ha conseguido
que una película de género como El labe-
rinto del fauno compitiera por la Palma
de Oro; y las características de la Semana
ahora ha sido norma en las ficciones y espectador algo que la imagen ya había
documentales españoles que han abor- dicho de manera harto elocuente (los dos
dado tan mediático asunto termina ahí: amigos se abrazan, saltan y ríen mientras
es decir, en el mero repaso a las calami- el off nos informa de que están contentos)
dades sin cuento que los inmigrantes y, por otro, la incapacidad manifiesta de
padecen antes de atravesar nuestras las imágenes para expresar algo que la
fronteras. No es mucho, máxime si tene- palabra repite con machacona insistencia:
mos en cuenta que uno de los respon- en el tramo final de la película, el prota-
sables del film dirigió durante toda una gonista habla de las difíciles condiciones
QUERIDA BAMAKO / CRITICA legislatura la política de inmigración del de vida a las que se enfrenta en su ciudad
Gobierno Vasco. de acogida, pero lo único que vemos es
El imposible posmoderno
GONZALO DE PEDRO
La primera vez
JAIME PENA
Es sintomático cómo Lo mejor de mí No es ajeno a ello el tema elegido: una habla a las claras de su temática univer-
sintetiza todas las contradicciones de historia de sacrificio con la donación de sal. La propia historia que narra parece
buena parte de la producción indepen- órganos como eje central de la trama imbuida de este espíritu pionero.
diente española, atrapada en un callejón (¿de dónde viene esa querencia del cine
sin salida del que la película de Roser español por los transplantes?). Y aún así Producción prototipo
Aguilar ofrece, pese a todo, alguna vía estaríamos ante un buen telefilm, sin Punto de inflexión de unos males que
de escape. Primera producción de la rugosidades pero honesto, que propone, parecían crónicos y alegoría de sus posi-
ESCAC barcelonesa y, al mismo tiempo, quizás inconscientemente, un modelo bles soluciones, Lo mejor de mí comienza
primer largometraje de su directora y de de producción que podría constituirse como una comedia española prototí-
la casi totalidad de su equipo técnico, la en tabla de salvación del verdadero cine pica, con sus personajes cediendo siem-
modestia de sus planteamientos, la timi- independiente español a partir del equi- pre a la frivola tentación del chiste fácil,
dez de una puesta en escena que prima librio entre medios (presupuestarios) y para poco a poco ir derivando hacia una
la eficacia sobre el riesgo, su sujeción pretensiones (comerciales); un modelo mayor gravedad. Todo un proceso de
en definitiva a los más estrictos mol- cercano al público, fácil de rentabili- aprendizaje vital que no sólo acerca a
des narrativos imperantes en televisión zar en televisión y que no desdeña otras sus personajes a la madurez sino tam-
(además de algún que otro carneo inne- vías de comercialización potenciales. De bién a sus primerizos creadores y, con
cesario), acercan Lo mejor de mí a los hecho, el calor con el que fue recibido por suerte, a toda una forma de entender el
terrenos impersonales del telefilm. los espectadores del Festival de Locarno joven cine español. •
Todo empieza bajo el signo de la norma- convierten en zombis rabiosos, mientras saber mantener la lógica de un simulado
lidad. La responsable de un reality show los supervivientes buscan un escondite. de directo. En el fondo, Jaume Balaguero
de una televisión local rueda un repor- La cámara no cesa de filmar, llevando al y Carlos Plaza llevan hasta el paroxismo
taje sobre la tensa calma de un parque de límite el directo. el deseo de ficción que esconden los rea-
bomberos. Sitúa las cámaras en las insta- lity show. En los programas televisivos
laciones, filma las áreas de descanso, los Una pieza extraña lo que cuenta no es lo ordinario, ya que
camiones preparados para una emergen- REC, de Jaume Balagueró y Carlos Plaza, la monotonía es la principal enemiga de
cia y entrevista al capitán del cuerpo. De es una pieza extraña dentro de la tempo- la pequeña pantalla, sino la búsqueda de
repente, suena la alarma, los bomberos se rada cinematográfica española. Toda la lo extraordinario. Para desplazar la rea-
movilizan y el equipo de televisión sigue película está rodada con una cámara de lidad hacia lo fantástico, REC propone
sus pasos. Llegan a un inmueble en el que vídeo, a partir de la lógica expresiva de un acercamiento a ciertos modelos esta-
una vieja ha sido presa de un extraño ata- un reality show en el que la cámara no blecidos previamente. Así, aunque el
que. Lo que, aparentemente, debería ser es invisible, sino que está implicada en sustrato aparente sea The Blair Witch
una experiencia rutinaria no tarda en con- una realidad extrema. La discutible pero Project (1999), lo que domina en la ima-
vertirse en una pesadilla. Los habitantes sugerente propuesta no pretende esta- gen son ciertas fórmulas del terror claus-
del inmueble están atrapados en un espa- blecer ninguna teoría sobre los límites trofóbico heredadas del cine de John
cio en cuarentena, mientras un extraño de la mostración en la pequeña pantalla, Carpenter. en especial de El príncipe de
virus propaga la rabia. Los muertos se lo importante es el impacto del juego, las tinieblas (1987). •
DIE STILLE VOR BACH / EL SILENCIO ANTES DE BACH PERE PORTABELLA
Hace un año y medio, en el BAFICI debate en torno a las formas de cir- carrera y dinamita desde dentro el pro-
(Festival de Cine Independiente de culación del cine español. La falta de blema de las fronteras establecidas entre
Buenos Aires), triunfó una retrospectiva perspectivas por parte de los poderes el arte y el cine. En un momento en que
de la obra completa de Pere Portabella. institucionales e industriales ha minimi- el flujo de imágenes entre las dos insti-
Tres años antes, en el 2003, el Centro zado el hecho que la obra de un cineasta tuciones no cesa de circular, Portabella
Georges Pompidou de París había rea- pueda ser exhibida más allá de las salas realiza una obra compacta que explora
lizado un homenaje al cineasta proyec- y triunfe en las galerías. las mismas raíces de la creación artística.
tando sus obras más representativas y Portabella siempre ha sido un caso A partir de una fidelidad extrema a los
adquiriendo como pieza de su colección aparte. Su cine nunca ha penetrado en el postulados de su filmografía, la película
una copia de Nocturno 29. En el 2002, la tejido industrial y su obra ha sido igno- propone un apasionante debate sobre las
bases culturales europeas, sobre el modo
cómo el arte puede crear armonía frente
al caos y sobre la tensa relación existente
entre la cultura y la barbarie.
Antes, el silencio
En las primeras imágenes vemos un
espacio vacío en cuyo interior una pia-
nola que interpreta una pieza de Bach
se desplaza mecánicamente. Antes de la
llegada de la música de Bach, en la arqui-
tectura cultural europea dominaba el
silencio. La música del compositor ale-
mán llenó los espacios vacíos, armonizó
el caos proponiendo la irrupción de la
belleza y sentó las bases de una civiliza-
ción. A lo largo de la película, se traza
una especie de calidoscopio de imágenes
y sonidos cuyo punto de partida son los
apuntes abortados de una hipotética bio-
Portabella explora las raíces de la creación artística
grafía de Bach, centrada en el momento
en que ocupa el puesto de cantor de la
Documenta de Kassel invitó como único rada por la cinefilia mientras era recono- escuela Santo Tomás de Liepzig.
artista español a Portabella, siendo éste cida por el mundo del arte. A principios El film retrata cómo Bach construye
el primer director de cine de nuestro de los años setenta, cuando filmó las cin- laboriosamente sus obras de encargo,
país que participaba en tan importante tas más carismáticas de su filmografía, sin recurrir al arquetipo romántico de la
muestra del arte europeo de vanguardia. empezó a vislumbrar la posibilidad de inspiración divina. Bach acaba conver-
Su presencia en Kassel no generó nin- provocar un diálogo con las vanguardias tido en mito, pero este mito es constan-
gún interés mediático. Nada que ver con artísticas. Su propuesta partía de la des- temente atravesado en diagonal por una
el papanatismo provocado este año en trucción de los artilugios narrativos del serie de personajes que han vivido para
torno a la invitación de Ferran Adrià. cine y de la búsqueda de un sistema que su música o han crecido con su música.
permitiera enfatizar los valores plásticos Al final del trayecto, Portabella filma la
Circulación internacional de la imagen en movimiento. materialidad de una partitura, mientras
El trayecto que Pere Portabella ha lle- Su regreso a la dirección con Die Stille la banda sonora rellena el espacio cine-
vado a cabo por los principales centros vor Bach/El silencio antes de Bach, dieci- matográfico. Parece como si la película
artísticos del mundo (a los que ahora ha siete años después de Pont de Varsovia propusiera la posibilidad de dar forma
venido a sumarse el MOMA de Nueva (1989), es uno de los grandes aconteci- física a lo inmaterial, convirtiendo las
York, con la retrospectiva que le dedicó mientos culturales del año. Die Stille vor notas de Bach en una auténtica imagen-
el mes pasado) propone un interesante Bach surge en un momento dulce de su tiempo. •
LA IMAGEN DEL CINE ESPAÑOL
Insumisos e integrados
CARLOS LOSILLA
¿La irrupción de un "nuevo" cine español"? ca extranjera empiece a fijarse en ella. No hay que olvidar que
En el Festival de Gijón de 2006, el director José María de Orbe Honor de cavalleria, de Albert Serra, fue la gran sensación de
presentó La línea recta, la historia de una muchacha lacónica, Cannes 2006, y su estreno en la capital francesa suscitó grandes
introvertida hasta los lindes del autismo, que sobrevive repar- expectativas en ciertos círculos. Y a mediados del mes pasado
tiendo correo comercial. Poco antes, en San Sebastián, Javier se estrenaba, tras su presentación en Venecia, En la ciudad de
Rebollo reaparecía con su primer largo, Lo que sé de Lola, don- Sylvia, la última película de José Luis Guerín, sobre las tribu-
de un mirón igualmente oblicuo y silencioso intenta llamar la laciones de otro voyeur reflexivo y sentimental, quizá el propio
atención de una emigrada española en París. Y en Cannes de cineasta, que cree ver a la chica que amó en los rasgos de otra.
2007 hubo tres películas que vinieron a confirmar la explosión No obstante, la recepción local de todas estas propuestas no ha
de una nueva tendencia del cine español. La influencia, de Pe- logrado dar el vuelco al panorama de un cine ensimismado y
dro Aguilera, es un cuento perverso sobre el aburrimiento y superficial, excesivamente mimado por las instituciones y sin
la depresión de la vida española, sobre el desamparo de una demasiados visos de cambio: basta con decir que la película es-
madre y sus dos hijos, expuestos a la repentina inclemencia pañola más mediática de los últimos meses es Caótica Ana, de
de la soledad y la pobreza, todo ello formulado en planos tan Julio Medem, para dar una idea de lo que está ocurriendo.
cerrados que devienen claustrofóbicos. Yo, de Rafa Cortés y
con guión del actor Alex Brendemühl, protagonista de Las ho- La pervivencia de un cine viejo
ras del día, de Jaime Rosales (es curioso observar las diversas Pero sigamos, porque hay otras pistas que podrían delatar que
conexiones entre estas dos películas), deviene una indagación algo se está moviendo en el cine de aquí. En Locarno, la debu-
sobre la esquizofrenia individual y colectiva a partir de un thri- tante Roser Aguilar presentó Lo mejor de mí, una propuesta
ller secreto y misterioso disfrazado a su vez de crónica social. realmente arriesgada, aunque en otro sentido respecto a las
Y en La soledad, la segunda película de Rosales, otras dos ma- ya aludidas, a la vez que se proyectaba Ladrones, de Jaime
dres se enfrentan a los rigores de una vida vacía filmada en los Marqués, intento de reanimación del cine institucional. En
compartimentos estancos que deja entrever la utilización de
Venecia no sólo estaba Guerín, sino también REC, de Jaume
la pantalla dividida.
Balagueró y Paco Plaza, atrevido metadiscurso sobre el cine
Estamos ante un cine callado y moroso, frente a una colección de terror doméstico, y Nocturna, de Adrià García y Víctor
de imágenes que pretenden hablar por sí mismas, cuyo peli- Maldonado, un curioso experimento de animación, además
gro más inmediato reside en su posible reconversión en mera del veterano Pere Portabella con El silencio antes de Bach.
fórmula estereotipada, pero que por ahora están dando forma que debería alinearse en la cima de esa genealogía que va de
a una topografía lo suficientemente rica como para que la críti- Guerín a Rosales. Y en San Sebastián, desde una perspecti-
De izquierda a derecha:
Lo que sé de Lola, de Javier Rebollo
La influencia, de Pedro Aguilera
La soledad, de Jaime Rosales
De izquierda a derecha: Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta. Mataharis, de Icíar Bollain. Fados, de Carlos Saura
va muy distinta, se han proyectado las últimas películas de sí supone un cierto freno para sus encomiables deseos de huir
Gracia Querejeta e Icíar Bollain, respectivamente Siete mesas del anquilosamiento.
de billar francés y Mataharis, así como unos cuantos debuts Más allá de las promesas de futuro que puedan ofrecer las
y, last but not least, la enésima recreación poético-musical de demás opciones, para cuya cristalización aún habrá que espe-
Carlos Saura, Fados, por supuesto dedicada a la canción tra- rar, una rápida ojeada al escaparate de los festivales más recien-
dicional portuguesa del mismo nombre. Frente a la explosión tes nos deja frente al sempiterno enfrentamiento entre las dos
de aquel nuevo cine, discreto y reservado, nos encontramos Españas de celuloide. Es curioso que la más conservadora desde
con una variedad de mercancías que delata un par de cosas: el punto de vista formal sea también la que se promociona como
por una parte, y por ahora, esa dispersión no ofrece garantías más progresista en los contenidos. Y también lo es que la otra
de continuidad a ninguna de las tendencias implicadas, lo cual proporcione al resto del mundo una imagen sesgada de la reali-
no legitima el enfrentamiento con una casuística en cualquier dad cinematográfica del país: cuando la prensa extranjera elo-
caso condenada a la provisionalidad; por otra, sí queda clara gia a Guerín, no está elogiando al cine español. Sea como fuere,
una voluntad continuista que forma parte de una tradición que ambas observaciones resultan interesantes para establecer un
se resiste a pasar a un segundo término. 1 diagnóstico provisional exactamente en tres fascículos.
En otras palabras: quizá ese cine del silencio nunca pueda
desembarazarse de su hermano parlanchín. Porque, sea cual La subversión está en los márgenes
fuere la opinión que nos merezcan las películas de Querejeta Digamos, en el número uno, que el fatigado cronista que este
y Bollain, lo cierto es que no es posible desmarcarlas de una año haya visitado Cannes, Venecia y San Sebastián seguirá ig-
tradición que tiene su origen en determinados subgéneros norando una producción media muy poco estimulante, ence-
teatrales (sobre todo el saínete y el juguete cómico costum- rrada en los límites de un provincianismo estético por lo demás
brista) y que viene atenazando al cine español prácticamente petulante y agresivo. No me estoy refiriendo, por supuesto, a los
desde sus inicios. Por supuesto, esta otra tendencia tiene sus subproductos más evidentes, sino a esas películas en aparien-
defensores, cuyas razones parecen perfectamente respetables, cia serias y elegantes, en realidad académicas y vulgares, que
pero una cosa es cierta: su grado de máxima degeneración, adaptan a escritores de moda o fotocopian guiones de manual
perceptible en determinados productos televisivos y en otros según los criterios de la más estricta qualité. Destaquemos, en
cinematográficos que jamás verán la luz en un festival, no deja el número dos, la sorpresa que supone el hecho de que los más
de influir incluso en aquellas películas que se quieren más pro- arriesgados de nuestros cineastas hayan decidido hacer tabula
ductivas. O, para expresarlo de otro modo, digamos que de la rasa respecto a su propio entorno, o por lo menos remezclarlo
misma manera en que Aguilera y Rosales tienen su origen en con aportaciones foráneas, para dejar bien claro su desapego
Portabella y Guerín, por supuesto no en la textura de sus in- respecto a aquello que les han legado algunos de sus mayo-
clinaciones estéticas, pero sí en su orientación y capacidad de res: por poner sólo unos cuantos ejemplos, si Rebollo y Guerín
autoexigencia, Querejeta y Bollain han decidido optar por la ruedan en Francia, Aguilera y Orbe no parecen muy decididos
otra orilla, donde se asientan la convención y el sabio conocido a contar su realidad con las mismas armas que Almodóvar o
del refrán, lo cual no dicta automáticamente su ineficacia, pero Trueba, pongamos por caso. Y convengamos, en el número tres
y último, que estos disidentes nunca tomarán el poder, que los
mecanismos institucionales del cine español nunca se lo per-
mitirán, y que siempre serán considerados "nuestras" rarezas,
(1) Cuando me permito redimensionar la palabra "tradición" al hablar de cine es-
oañol no es para referirme a una serie de constructos de significados propios de
los vanguardistas, los minoritarios. Pero quizá sea mejor así:
una determinada cultura, sino a su pervivencia en forma de ideas recibidas y nunca la verdadera subversión estética siempre se ha movido en los
cuestionadas. márgenes. •
La sombra de la modernidad
y la crisis moral
ÁNGEL QUINTANA
El director de la Mostra de Cinema de Venecia, Marco Müller, Guerín, Kechiche, Wright) exploraban una serie de registros
bautizó el certamen como el año de la muerte del cine moderno. que les permitían reflexionar sobre las múltiples formas de
La desaparición de Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni disolución del individuo en un presente en el que los límites
era la antesala de un festival que reflejaba el envejecimiento de de la moral no cesan de ser traspasados. En medio de este
los grandes autores europeos. En su edición anterior, Venecia debate, el cine italiano estaba al margen de todo, durmiendo
había realizado una decidida apuesta a favor del radicalismo aletargado en el purgatorio.
mostrando cómo el discurso de la no reconciliación de Jean- Dos de los cineastas que competían en la sección oficial apro-
Marie Straub y Danièle Huillet dialogaba con las imágenes vecharon el certamen para anunciar su retirada. Eric Rohmer
asiáticas de Jia Zhang-ke o Apichatpong Weerasathekul. La (87 años) anunció desde París que El romance de Astrea y
edición de 2007 proseguía este diálogo, pero en el corazón del Celadon era el punto final de su filmografía, y Youssef Chahine
cine contemporáneo el sentimiento imperante era el deseo (81 años) aprovechó la proyección de El caos (co-dirigida
de vuelta al orden. Los viejos cineastas apostaban por desve- con Khaled Youssef) para despedirse de la escena cinema-
lar las cartas de su estilo (Rohmer, Chabrol, Oliveira, Chahine, tográfica. Curiosamente, ambas películas testamentarias no
Im Kwon Taek, De Palma, Portabella, Mikhalkov, Greenaway, son ni crepusculares ni pesimistas, y están marcadas por un
Loach, Allen, Gitai, Kitano), mientras que los nuevos (Haynes, fuerte deseo de ir a las raíces del propio estilo. En El romance
Lee, Anderson, Haggis, Kang Sheng, Desplechin, Zhang-ke, de Astrea y Celadon, Rohmer halla en un texto del siglo XVII
las claves de su escritura, mientras que Chahine recicla ele- tiempo perdido. Otro retorno llamativo es el de Pere Portabella
mentos del melodrama popular para recuperar el personaje en Die Stille von Bach/El silencio antes de Bach, donde lleva
protagonista de Estación central (Bab el Hadid, 1958), su pri- su estilo hasta el paroxismo, reciclando y depurando sus bases.
mer éxito internacional. En medio de esta curiosa polifonía de voces, el regreso más
Fuera de concurso se proyectaron los últimos trabajos de una sorprendente ha sido el del cineasta brasileño Júlio Bressane
serie de maestros que continúan fieles a su propio sistema. En con Cleopatra. La historia épica de la reina egipcia es recons-
La fille coupée en deux, Claude Chabrol (78 años) ofrece otra truida aquí desde los postulados de un cine de la representa-
vuelta de tuerca a la representación de los vicios y las escasas ción, como si Joao Cesar Monteiro se cruzara con Carmelo
virtudes de la burguesía provinciana. El cineasta coreano Im Bene para ofrecer lo mejor de ambos.
Kwon Taek (71 años) resucita en Chun-nyun-hack un bello relato
sobre una cantante de pansori que vive una especie de amor La belleza del tono menor
prohibido con su hermano. Sus imágenes destilan la belleza de Los jóvenes cineastas llegaron a Venecia obsesionados por las
un cierto clasicismo oriental que conecta con la herencia de consecuencias que el desarme moral provoca en la sociedad
Kenji Mizoguchi. Manoel de Oliveira (98 años) continúa irre- contemporánea. Una parte significativa de las cuestiones temá-
ductible en Cristovao Colombo-0 enigma, con la que reflexiona ticas y de los debates estilísticos estaba perfectamente resu-
sobre el papel de Portugal en la conquista del Nuevo Mundo, mida en la película de inauguración: Expiación (Atonement).
mezclando ficción histórica y ensayo para acabar con imágenes Joe Wright adapta en ella un texto de Ian Mc Ewan que, en sus
casi domésticas de un viaje en compañía de su mujer. primeros momentos, presenta a una joven aspirante a escritora
Otros directores célebres decidieron, con mayor o menor que delata al amante de su hermano por una acción que no ha
fortuna, regresar a sus orígenes para afianzarse estilística- cometido. En la segunda parte asistimos a la expiación de la
mente o, simplemente, volver a la primera división. El caso culpa durante la guerra. La película, al igual que Cassandra's
más curioso es el de Brian de Palma con Redacted, una apasio- Dream, de Woody Allen, basa su dramaturgia en el tormento
nante obra política realizada al margen de los grandes estudios, moral de los personajes. Por otra parte, el film certifica un
en la que el cineasta recupera la estética vanguardista de sus deseo de escritura ordenada desde la certidumbre de que la
primeras películas (Greetings, 1968; Hi Mom, 1970) y desplaza ficción ya no puede esconder ninguna verdad transparente. La
el fantasma de Vietnam hacia Iraq. El ruso Nikita Mikhalkov diferencia de tono entre la primera y la segunda parte encie-
regresa después de diez años de ausencia con 12, una adapta- rra también un debate entre el cine de tono menor y el de tono
ción del conocido drama judicial de Reginald Rose (Doce hom- mayor. Cuando la acción transcurre en interiores se impone la
bres sin piedad) con el conflicto checheno como trasfondo. La belleza de la obra en tono menor, mientras que cuando esta-
lla la guerra se impone el gran diseño de producción y el tono
situación que encierra a doce miembros de un jurado popu-
resulta excesivamente grandilocuente. Durante el festival, una
lar en torno a un caso de homicidio le permite efectuar una
serie de películas de tono menor, en las que el trabajo de des-
serie de solos interpretativos que funcionan como una exhibi-
pojamiento estilístico constituye su baza esencial, ridiculizaron
ción del exceso. Después del fracaso de Las maletas de Tulse
las obras más ambiciosas (La huella de Kenneth Branagh, la
Luper (2003), Peter Greenaway recupera algunos postulados
primera parte de Disengagement, de Amos Gitai) demostrando
de su cine de los años ochenta en Nightwatching, centrada en
que lo pequeño es hermoso. Los ejemplos más brillantes de ese
el escándalo que generó el cuadro de Rembrandt La ronda de
gran cine de tono menor fueron dos películas de fantasmas:
noche. Si el exceso beatifica a Mikhalkov, la contención es lo
En la ciudad de Sylvia, de José Luis Guerín, y > pasa a pág. 26
que, hasta cierto punto, permite a Greenaway recuperar el
Carreteras secundarias
Si algo queda claro con una obra como L'Aimée, de Arnaud oral, las percepciones del tiempo en Oriente y Occidente...
Desplechin, es que pocas cosas hay tan relativas como el Si bien tanto L' Aimée como Xiaoshuo muestran una con-
tamaño de una película. Presentada en la sección "Orizzonti", fianza ciega en el poder de la palabra enunciada frente a
la cinta exige un doble proceso de adaptación: primero a su unos recursos formales mínimos, paradójicamente hay algo
aspecto de film menor, casi doméstico, un interludio en la en sus imágenes que ejerce un extraño poder de fascinación
carrera del realizador galo entre títulos "mayores" como la casi imposible de desentrañar.
reciente Rois et reines y su esperadísima Un conte de Noel Contra todo pronóstico, Jia Zhang-ke se aleja de la par-
Sin embargo y una vez reposada, L'Aimée cobra una segunda quedad que hasta ahora le había sido propia, y se embelesa,
dimensión, crece descubriéndonos una saga familiar cohe- en Wuyong, con la retórica del travellíng y del plano bonito.
rente con los lugares habitados por su cine, aunque esta vez Desconcertante y contradictoria, la nueva película del rea-
prescinda del casting apabullante o del guión milimétrico para lizador de Naturaleza muerta rectifica tanta sofisticación en
limitar el centro de la trama a un álbum de fotos familiares y a su tramo final (quizás demasiado tarde), al centrarse sobre
la presencia del realizador y su padre, exponiendo varias déca- el trabajo cotidiano de un sastre en el pueblo minero de
das de aconteceres en el linaje de los Desplechin. Fenyang. No obstante, el testigo que Jia Zhang-ke dejase con
Esta tensión entre el aspecto frágil, sigiloso, de deter- Xiao Wu es recogido por el documentalista Du Haibin en
minadas obras y las cargas de profundidad que esconden San, crónica laboral sobre el milagro económico chino que
fue una constante en las secciones paralelas de la Mostra sin deslumhrar en ningún momento aguanta el tipo durante
este año ("Semana de la Crítica", "Giornate degli Autori", sus más de dos horas de metraje.
"Orizzonti"), ventanas todas ellas en parte destinadas a Por su parte, el brasileño Cao Guimaraes sigue apun-
mimar un cine de tono más sosegado y sin estridencias. talando un prestigio creciente en el terreno de la no fic-
Aunque no ha sido ésta precisamente una edición para el ción más extrema. Andarilho es su nuevo itinerario por la
recuerdo, hay no obstante importantes excepciones. región de Minas Gerais, con la que empieza a establecer
Así, la China Xiaoshuo, dirigida por Lu Yue (también en una identificación pareja a la existente entre Pedro Costa
"Orizzonti"), parte de una anécdota argumental escasa que y As Fontainhas. En esta ocasión, el poder subyugante que
a priori no debería reportar muchos fans encendidos a la las imágenes tenían en su trabajo anterior (Acídente) pasa a
película: en 1999 se celebra un simposium sobre el estado un segundo plano y el peso de la película es llevado por los
de la poesía moderna china en una pequeña ciudad del largos, larguísimos monólogos de tres vagabundos sobre lo
Suroccidente. Los participantes exponen sus puntos de vista divino y lo humano. Especialmente sobre lo divino. Y ahí se
sobre la confrontación entre poesía moderna y tradición puede entrar o no entrar, lógicamente.
tar su negocio y fracasa en el intento. Mientras Loach, con la
colaboración de Paul Laverty, recicla sus fórmulas dramáticas
de siempre e impone un cine cerrado, excesivamente atento
al guión, Kechiche explora los ambientes, sacude a sus perso-
najes y ofrece una película más abierta y más noble. Otra pelí-
cula que se mueve entre la reflexión moral y la búsqueda de un
tono preciso entre lo grande y lo menor es El asesinato de Jesse
James por el cobarde Robert Ford, de Andrew Dominik, donde
el legendario bandido es presentado como un asesino tortu-
rado obsesionado con la traición (véase crítica en pág. 40).
El tema de la traición también está en la ganadora del León
de Oro, Se, Jie (Lust, Caution), de Ang Lee, el mejor trabajo del
director taiwanés en los últimos años. La película puede ser
vista como una prolongación de Infiltrados (M. Scorsese, 2006)
y de El libro negro (P. Verhoeven, 2006), ya que nos cuenta la
historia de una chica de la resistencia que se introduce en el
lecho de un torturador. Su fuerza reside en que en ella el debate
moral se desplaza hacia una tensión entre el amor y la trai-
ción de claras connotaciones sadomasoquistas. La pasión pone
en crisis la moral, pero al final del trayecto > pasa a pág. 28
Cuestión de matices
JOSÉ ENRIQUE MONTERDE
Tal vez el elemento diferencial de la 55 edición del Festival años a cineastas tan reconocibles como Bertolucci, Gilliam,
Internacional de Cine de San Sebastián sean algunos matices. Schlöndorff, etc. En ese sentido, y más allá de gustos persona-
Dentro del "eterno retorno" que deriva de la continuada fre- les, se puede hablar del ciclo como auténtico acontecimiento,
cuentación del certamen, registrar esos matices orienta una no sólo en su valor sustantivo, sino en lo que pueda significar
valoración, o simplemente una descripción, de lo que el festi- de apertura de horizontes para el festival.
val ha sido. Matices significativos para atisbar líneas de desa- Un segundo matiz reseñable atañe al ciclo "temático".
rrollo para el futuro inmediato, aún dentro de una estructura Frente al compendio de títulos conocidos, rescatables en cual-
aparentemente continuista. Así, mientras que la retrospec- quier vídeo-club y vinculados por algún factor temático o, en
tiva dedicada a un clásico del cine ha estado bien cubierta por el mejor de los casos, genérico, ha prevalecido el criterio de
Henry King, sobre quien volveremos en el próximo número de dedicar su atención a obras recientes de las cinematografías
Cahiers-España, la centrada en un autor vivo desplazó su aten- de Europa del Norte, a partir del estallido del "Dogma" (véase
ción hacia un auténtico outsider: el francés Philippe Garrel, texto de Carlos Losilla). Cierto es que ninguno de estos ciclos
absoluto marginado para el público español, que no ha visto resulta asumible dentro del magma de proyecciones -como
estrenar ni una sola de sus películas, a pesar de estar en activo otras actividades del festival- para quienes priorizamos las
desde 1967. Evidentemente se trata de una opción fuerte, nada secciones competitivas, pero, en todo caso, han ofrecido un
complaciente con un público acostumbrado en los últimos notable interés (acompañados por sendas publicaciones, en el
caso de los directores) para aquéllos ginados por un cierto estancamiento
que pueden seguirlos. del modelo trabajosamente definido
El tercer matiz que resalta en en los últimos años. Sin embargo,
esta edición es compensatorio de como en todo certamen de catego-
los anteriores, según entendamos ría, la evaluación final de una edición
si el glamour está o no reñido con la se juega en el campo de las seccio-
sobriedad y la coherencia programa- nes competitivas; de forma más pre-
doras. Pero aquí se entra en cuestio- cisa, en la sección oficial a concurso.
nes de definición del que, económica Los adornos que la acompañan pue-
y mediáticamente, es el principal fes- den ser importantes, sobre todo si
tival de nuestro país. Las aspiracio- pensamos en la posibilidad de "des-
nes competitivas de San Sebastián cubrimientos" en el ámbito de los
L'Avocat de la terreur, de Barbet Schroeder debutantes que configuran Zabaltegi
con sus (muy) supuestos homólogos
(Cannes, Venecia, Berlín...), hacen (Zona Abierta), de la que habla más
patente la necesidad de estrellas, aunque para conseguirlas adelante el texto de Jaime Pena, o en las películas incluidas
no baste la sección oficial y sus aledaños, como en los cita- entre las "Perlas" procedentes de otros festivales.
dos festivales, sino que deba construirse el artificio del Premio
Donostia al conjunto de una carrera. Manteniendo el equili- Recuperaciones interesantes
brio entre el estrellato hollywoodense y el europeo, esta vez De estas últimas, aparte de la espléndida ganadora de Cannes
se ha puesto el listón alto con la presencia de Richard Gere y (y Gran Premio FIPRESCI), la rumana 4 meses, 3 semanas y dos
Liv Ullmann como premiados. Si además se ha tenido la habi- días (Christian Mungiu), sólo merecen destacarse el documen-
lidad de contar con nombres como Viggo Mortensen y Demi tal de Barbet Schroeder (L'Avocat de la terreur), sobre Jacques
Moore en inauguración y clausura, diremos que los amantes Vergés, el inquietante abogado de miembros del FLN, terroris-
del glamour fueron más recompensados que otros años. Sería tas como "Carlos" o Anis Naccache, o del nazi Klaus Barbie; la
fácil, y también demagógico, criticar esos esfuerzos, pero en ya reputada Lady Chatterley (P. Ferran), de inminente estreno
todo caso cabe valorarlos en función de si impiden o no otros en España; Berlín, trabajo de Julian Schnabel sobre los con-
rigores paralelos. ciertos neoyorquinos de Lou Reed en 2006; y tal vez In the
Ahora bien, detrás de esos matices diferenciales, ¿se apunta Valley of Elah, película de Paul Haggis procedente de Venecia y
una cierta renovación? La posibilidad es consecuente con los más discutible de lo que muchos opinan, al atenerse a patrones
cambios que se han producido en el comité de selección, ori- narrativos muy recurrentes. La presencia entre las "perlas" de
Paradojas escandinavas
En 1995, el mismo año en que hacía su aparición el movi- muy parecidas supone sólo una de las muchas coincidencias
miento Dogma, Hans Petter Moland ganaba el Premio de este tipo que han comparecido en el certamen.
Especial del Jurado en San Sebastián por Zero Kelvin, un En cuanto a los autores en el sentido clásico del término
relato de aventuras en la nieve inspirado en los grandes (Aki Kaurismäki, Bent Hamer, Roy Andersson o el mismí-
clásicos del género. No sé si esta coincidencia llega a dar simo Bergman, que cerró el ciclo con Saraband), su inclu-
una idea de la diversidad del Nuevo Cine Nórdico, pero en sión se justifica como contraste. Muchos de ellos empezaron
cualquier caso delata su paradójica homogeneidad. Los su carrera antes del Dogma, y suponen la pervivencia de la
temas son los mismos en uno y imagen singular, de la puesta en
otro bando, en quienes preconi- escena tal como se entiende desde
zaban el retorno a los orígenes y Bazin. Aparte de todos ellos, sin
en aquellos otros que preferían embargo, lo más interesante de
la estilización narrativa deri- esta retrospectiva reside en com-
vada del clasicismo: la soledad, probar que esos cineastas que
el aislamiento, la claustrofobia, llegan del frío están experimen-
el conflicto existencial elevado a tando con una manera de filmar
categoría estética... Y en cuanto y montar que ya no está desti-
al estilo, por mucho que Lars von nada a distinguirlos individual-
Trier difundiera el evangelio de mente, sino a dejar constancia de
un realismo llevado a sus últimas una cierta tendencia contempo-
consecuencias, su propuesta de Los idiotas, de Lars von Trier ránea: la emergencia de un cine
negación de la autoría, su aboli- global que, por otra parte, aún
ción del concepto de encuadre, coincide con un alto por- es capaz de conservar la identidad de cada tradición. Otra
centaje de aquellos que jamás se adscribieron al Dogma. cosa es que cineastas tan distintos como Jens Liens o Erik
En San Sebastián 2007, el ciclo Fiebre Helada, dedicado a Richter Strand, Bjorn Runge o los mencionados Moland y
este curioso avatar del cine contemporáneo, ha dejado cons- Breien, reivindiquen como modelos a John Cassavetes y el
tancia del panorama resultante: el hecho de que, por poner cine americano de los años setenta, antes que a Dreyer y
un solo ejemplo, dos películas como Cabin Fever (2001), de Bergman: ése es otro de los muchos debates interesantes
Mona J. Hoel, y The Art of Negative Thinking (2006), de Bard que podría surgir de las treinta y ocho películas vistas en
Breien, hablen de temas prácticamente idénticos con armas San Sebastián. CARLOS LOSILLA
Honeydripper, de John Sayles
¿Síntomas de renovación?
JAIME PENA
En un año que se pretendía de transición por la incorporación de exhibicionismo, pero estamos ante casi la única película
de savia nueva en el comité de selección del festival, cobraba de cuantas pudimos ver en San Sebastián que se interroga
especial interés prestar atención a los posibles síntomas de sobre cuestiones de puesta en escena. A diferencia de las pelí-
renovación que se pudieran percibir en la programación culas españolas con las que compartía mesa y mantel en la
donostiarra. Además del ciclo dedicado a Philippe Garrel, competición de nuevos realizadores, otra directora, Aurélia
fue entre las películas de la sección oficial y de Zabaltegi Georges, se sirve del popular César Sarachu (Bernardo, en
que optaban al premio de nuevos realizadores donde pudie- la serie "Camera café") para sacar lo mejor del actor en un
ron observarse ciertos signos esperanzadores gracias a una difícil papel: el del escritor de origen ruso que protagoniza
mayor presencia de los sopor- L'homme qui marche. Un per-
tes vídeo y de las narrativas sonaje de perfiles austerianos
alejadas de las propuestas que va cambiando de identi-
genéricas al uso. De hecho, dad hasta desaparecer y vol-
una de las sorpresas de la sec- verse en la práctica invisible
ción oficial fue la argentina para el resto de la sociedad.
Encarnación, segunda pelí- Finalmente, Soul Carriage, de
cula de Anahí Berneri, dado su Conrad Clark, es una produc-
despojamiento de todo aque- ción anglo-china que presenta
llo que suele caracterizar a las los típicos paisajes del más
películas de San Sebastián: un reciente cine independiente
tema importante y una narra- chino, inéditos hasta ahora en
tiva clásica. Apenas hay aquí San Sebastián. Sirviéndose del
trama dramática, como no vídeo y de una afortunada sim-
sea un latente conflicto fami- biosis de ficción y documental
liar que nunca llega a estallar a partir de una anécdota argu-
porque Berneri y sus guionis- mental mínima (un empleado
tas llevan a cabo un proceso de la construcción que recibe
de depuración que poda todas el encargo de entregar un
cadáver a unos familiares des-
las ramas y deja el tronco (el
conocidos), esta modesta pelí-
retrato de Erni, Encarnación,
cula nos lleva de viaje por un
que se ve reflejada en el futuro
país que parece en permanente
de su sobrina adolescente)
estado de reconstrucción.
limpio de polvo y paja.
El principal obstáculo con el
La senda Kiarostami que ha de enfrentarse ahora el
Ya en Zabaltegi, Mania Akbari festival no es otro que la acep-
propone en 10+4 una conti- tación por parte de su público
nuación argumental de Ten (la de estas tímidas novedades
película de Abbas Kiarostami Encarnacion, de Anahí Berneri que se han vislumbrado este
que ella había protagonizado) año y que deberían generali-
y estilística de su opera prima, 20 fingers. Aquí volvemos zarse en años venideros. Casualidad o no, tres de las películas
a encontrarnos a la conductora de Ten, aunque ahora con que aquí comentamos eran las peor valoradas en las votacio-
novedades determinantes, la primera de las cuales alude a la nes del Premio de la Juventud, mientras que la cuarta, Soul
condición documental de esta suerte de secuela en cuyos diá- Carriage, tampoco salía muy bien librada. Y una apuesta tan
logos hay múltiples referencias al film de ficción que Akbari novedosa como la inclusión de Ploy, de Pen-ek Ratanaruang,
interpretó junto a su hijo en 2002. Y, sobre todo, la direc- entre las "Perlas de otros festivales" se saldó con la votación
tora pone en escena su propia vida, la lucha contra el cán- más baja por parte de unos espectadores que se decantaban
cer que le obliga a abandonar el volante y trasladarse a una mayoritariamente por títulos como Caramel, La escafandra y
cama de hospital. La película no está exenta de un alto grado la mariposa o Un funeral de muerte. •
AVANCES Y RÉMORAS
Expectativas
abiertas
CARLOS F. HEREDERO
La tentación es grande. Las sacudidas del huracán Richard tropezamos, en primer lugar, con el incomprensible desvarío
Gere, la presencia de estrellas como Liv Ullmann, Viggo que supone colocar en la sección oficial títulos tan prescin-
Mortensen, Demi Moore, Lou Reed o Samuel L. Jackson, de dibles como La Maison (M. Poirier) o baratos productos de
cineastas como David Cronenberg, Philippe Garrel, Christian estricto consumo local como Free Rainer (H. Weingartner),
Mungiu, Wayne Wang, John Sayles, Richard Lester o Paul cuya presencia tiene el efecto perverso de ofrecer una imagen
Auster, entre otros, son datos y activos que pueden generar una aquejada de desorientación y coyunturalismo...
valoración triunfalista si el festival se quiere mirar a sí mismo, Las opciones implícitas en la representación española, la
o si se quiere medir frente al público y frente a determinados muy conservadora selección de las "perlas" (que ha dejado
medios de comunicación, en términos de glamour y de capa- fuera títulos importantísimos de este año) y, en definitiva, la
cidad de convocatoria, lo que siempre es necesario para un precaria cosecha de obras capaces de abrir caminos al cine del
certamen que juega en la liga "A" de los festivales internacio- presente son rémoras que derivan, todavía, de la búsqueda de
nales y que está obligado a enfrentar ese desafío. Es un avance un consenso siempre difícil en detrimento de esa identidad
notorio respecto a ediciones anteriores. Vaya por delante esa cultural -más definida y más valiente- por la que tanto trabajo
evidencia y este reconocimiento. le cuesta apostar al certamen. Abiertas quedan las puertas, en
Hay otras facetas y otras áreas del festival en las que se abre cualquier caso, para una próxima evolución. •
también una puerta para la esperanza. La retrospectiva dedi-
cada a Philippe Garrel (un cineasta cuya obra permanece com-
pletamente inédita para las pantallas comerciales españolas)
señala un camino productivo, que algunos creerán arriesgado,
pero que responde con audacia a otra necesidad no menos
perentoria: el trabajo de un festival en la defensa y en la reivin-
dicación del cine de autor más sincero y más comprometido.
Si esta opción deriva de la incorporación de nuevos nombres
al comité de selección, bienvenida sea la apertura.
Apuestas que caminan en direcciones equivalentes o para-
lelas son también la presencia en competición oficial de un
film tan sincero y tan contemporáneo como Encarnación, de la
argentina Anahí Berneri (galardonado, no por azar, con el pre-
mio de la FIPRESCI), la feliz y poderosa confirmación -nada
sorprendente- que supone Promesas del Este (un Cronenberg
mayor), el rescate oportuno de auténticas "perlas" como Lady
Chatterley (P. Ferran) y L'Avocat de la terreur (B. Schroeder), o
de una rareza tan discutible, pero sin duda estimulante, como
Ploy (P. Ratanaruang), más los hallazgos valiosos y esperanza-
dores ofrecidos por mujeres cineastas debutantes como Mania
Akbari (10+4) y Aurélia Georges (L'Homme qui marche)...
Algo se mueve por tanto, aunque sea con timidez y lentitud,
en la siempre pesada maquinaria de todo festival generalista
de primer rango, como es el caso de San Sebastián. Quedan
pendientes, sin embargo, otras asignaturas no menos relevan-
tes, igual de necesarias para que un certamen como el donos-
tiarra consiga afianzar un perfil más nítido y más ambicioso en
su papel de agente cultural y de exploración estética. Y aquí
Jonathan Rosenbaum
La maldición
del estreno pospuesto
Durante los últimos años se ha convertido en una de mis mayores convicciones la idea de que, al
contrario de lo que dicta la "sabiduría" de la industria, no sabemos prácticamente nada sobre los
espectadores. Aparte de algunos pronósticos pseudo-científicos que se han realizado en torno a
proyectos comerciales (muchos de los cuales se han revelado predicciones equivocadas), el gusto del
público continúa siendo un misterio en estado de perpetua fluctuación. Todo esto debería ser motivo
de celebración, y no de frustración, porque en el momento en que podamos predecir las respuestas de
una audiencia, el cine como actividad social se convertirá en algo más bien tedioso.
Los más frustrados con esta incertidumbre son los distribuidores y exhibidores, y a
veces esto conduce también a la frustración de los críticos, entre los que me incluyo.
Los pases de prensa más interesantes a los que he asistido este verano han sido de un par
de películas comerciales cuyas fechas de estreno están o bien sin determinar o bien se
posponen una y otra vez, y las razones para ello no son difíciles de adivinar. Como pudo
comprobar Orson Welles repetidamente, las películas que son frescas y distintas son más
difíciles de tasar como productos comerciales que las tradicionales y convencionales;
y de ahí que sean más difíciles de vender y, por tanto, es muy posible que no logren
venderse de ningún modo. Así es cómo puede explicarse el relativo éxito comercial de
la relativamente pedestre película de Welles El extraño, y los muy retrasados estrenos
en Estados Unidos de muchas de sus otras películas, empezando por Ciudadano Kane y
continuando con La dama de Shanghai, Othello y Fraude, entre otras.
Las dos nuevas películas todavía sin estrenar son Charlie Bartlett [foto 1] y Starting Out
in the Evening [foto 2]. Aparte de la presencia de Robert Downey Jr. y Hope Davis en la
primera (en papeles secundarios) y de Frank Langella y Lili Taylor en la segunda (en los
papeles protagonistas), no hay prácticamente ningún otro nombre en ninguno de los dos
filmes que yo pudiera reconocer. Charlie Bartlett, escrita por Gustin Nash y dirigida por
Jon Poll, es una ácida comedia adolescente, inusual en Estados Unidos tanto por su tono
político como por su conciencia de clase, sobre un niño rico que adquiere popularidad en
su instituto por conseguir a través de psicoterapeutas recetas de varias drogas para luego
dárselas a sus compañeros de clase más necesitados, mientras mantiene un romance con
la hija del director y ayuda a liderar una rebelión estudiantil contra el sistema de vigilancia del colegio.
Starting Out in the Evening, dirigida por Andrew Wagner a partir de un guión que escribió con Fred
Parnes sobre una novela de Brian Morton, debe mucho de su originalidad al hecho de incluir esa clase
de personajes ambiguos e impredecibles que casi nunca se encuentran en películas "comerciales".
Un graduado que escribe su tesis sobre un novelista que ya no publica trata de convencerle de que
su tesis puede hacer que su trabajo vuelva a publicarse, y a pesar de la enorme diferencia de edad y
temperamento que hay entre ambos, se desarrolla entre ellos una relación incierta pero cada vez más
íntima. Mientras tanto, la hija de cuarenta años del novelista, que aún conserva esperanzas de tener
niños, trata de llegar a un acuerdo con su exnovio, un intelectual negro determinado a no tener niños.
Jonathan Rosenbaum,
colaborador de las más Ninguno de los dos filmes es una obra maestra, pero ambos ofrecen una especie de aventura que
prestigiosas revistas cada vez es más difícil encontrar en un mercado en el que las primeras impresiones lo significan todo
especializadas de cine, (un requisito poco prometedor para cualquier forma de arte). Si los distribuidores no confían en estas
es crítico del Chicago
películas porque no confían en la audiencia, esta no es una desconfianza que pueda atribuirse sólo a
Reader y columnista de
Cinema Scope los distribuidores. La misma circunstancia por la que yo, como crítico, encuentro difícil describir estas
(www.cinema-scope.com) películas, ayuda también en cierta medida a que no se puedan vender con inmediatez.
N
o fue Una historia de violen- individuos que vagan a través de tramas
cia la película que abrió una inextricables, en busca de una existencia
nueva deriva en el cine de David que vivir o una historia que contar.
Cronenberg. Si de verdad existe ese giro En la última película de Cronenberg,
ya se había producido unos cuantos las capas son múltiples. Nikolai (Viggo
años antes, cuando la carne metálica Mortensen) trabaja como chófer para la
de Crash (1996) se transmutó en metá- mafia rusa, pero en realidad es un poli-
fora androide de la contemporaneidad, cía infiltrado. Kirill (Vincent Cassel) es
cuando la realidad virtual de eXistenZ el hijo del jefe (Armin Mueller-Stahl), y
(1999) sustituyó a los itinerarios trágicos no obstante se comporta como si lo que
de La mosca (1986), Inseparables (1988), más le importara en el mundo fuera tirar
El almuerzo desnudo (1991) o incluso piedras sobre su propio tejado. Anna
M. Butterfly (1993). En esa inflexión, (Naomi Watts) es enfermera en un hos-
Cronenberg pasa poco a poco del inte- pital, donde sólo encuentra su espacio
rés por el cuerpo a la cuestión de la cuando empieza a investigar la vida de
identidad, aunque sin abandonar, por una adolescente, madre demasiado joven
supuesto, el lado más físico de su cine. y cadáver no menos prematuro, cuyo dia-
Digamos que su hiperrealismo habitual rio se revela un verdadero palimpsesto
pierde los matices más agresivos y los sobre el dolor de vivir en carne propia
integra en un estilo de brillante homoge- los rigores de la globalización. Mientras
neidad, en el que la superficie reluciente la muchacha en cuestión se licua en su
de las apariencias y las pesadillas que propia sangre antes de dar a luz, Nikolai
genera pueden emerger en un mismo se pierde a sí mismo a medida que se for-
plano. El gusto por el género sigue ahí talece. Los tatuajes que cubren su cuerpo
y, sin embargo, las rupturas respecto le identifican como miembro de la mafia,
a sus reglas son menos evidentes pero un rasgo muy propio de Cronenberg, que
más constantes. La caligrafía de Spider no concibe señal identitaria sin marca
(2002), tan estratificada como el per- corporal. Una pelea brutal en una sauna
sonaje principal, resulta ejemplar a este lo consagra en ese entorno, lo convierte
respecto, pues el tono alucinatorio se ve en alguien que alcanza el estatus de gue-
interrumpido a cada paso por la crónica rrero gracias a sus heridas en combate,
realista y viceversa. Todo es más fluido, a un cuerpo macilento que se muestra
pero también más desconcertante. Y si desnudo y desvalido para luego acceder
Una historia de violencia empieza con un a la categoría del mito. Al final, sentado
travelling en el que se mezclan observa- ante una mesa en absoluta soledad, per-
ción pausada y agresión visual, Promesas plejo en su desconcierto, su identidad
del Este termina con una toma fija en la desaparece para siempre en una mirada
que se superponen la perspectiva indi- perdida, pero a la vez cargada de sentido.
vidual y la mirada histórica, el cuerpo No sabe quién es, no sabe qué será de él,
destruido y la identidad diluida. pues se trata de un cuerpo en tránsito
perpetuo que se aleja una y otra vez de sí
Como tantas otras películas recientes mismo para evitarse, para olvidarse.
del cine norteamericano, Promesas del
Este filma a personajes extraviados, que En La mosca o Inseparables, el lema
no encuentran su ubicación en determi- era la corrupción de la materia. En la
nados contextos. Es el caso de Infiltrados edad del sida, la enfermedad y la muerte
(2005), de Martin Scorsese, o Zodiac se manifestaban a través de la repugnan-
(2006), de David Fincher, ambas sobre cia hacia el propio cuerpo. En la nueva
era de la desintegración virtual inaugu- insecto de La mosca y El almuerzo des- relato y asumir sus propias contradiccio-
rada con Crash y eXistenZ, donde la vida nudo, los gemelos cuya imagen se esfuma nes. En esa tensión insoportable reside la
es como un reflejo fugaz en una estructura poco a poco en Inseparables, el batín de desazón que provoca Promesas del Este.
de metal o en la pantalla de un ordenador, Jeremy Irons en M. Butterfly, los imitan- esa incomodidad que concibe cada plano
apariencias relucientes encubren univer- tes psicotrónicos de Crash, el esquizofré- como un mecanismo a punto de estallar,
sos en ebullición. De ahí que la excusa de nico de Spider, todos ellos en los límites de y que aquí carece incluso del modelo de
las dos últimas películas de Cronenberg su propio universo, exactamente igual que intriga circular que proponía Una histo-
sean las nuevas mafias. Mientras Coppola el policía-mafioso de Promesas del Este, el ria de violencia. Ahora sólo se trata de no
o el propio Scorsese muestran corporacio- hombre que nunca llegará a reconocerse salirse del encuadre, precisamente lo que
nes en lucha por preservar una identidad en su propia imagen. hace Nikolai en el último plano. Y eso, que
en un espacio extraño a ellas (italoameri- a él le cuesta tan caro, supone el triunfo
canos e irlandeses en Nueva York), tanto Máxima depuración de Cronenberg, uno de los pocos cineastas
Una historia de violencia como Promesas Con este nuevo film, Cronenberg depura actuales que ha sabido guardar las formas
del Este insisten en que la aparición de al máximo una serie de formas narrativas sin necesidad de detener el paso. •
esos grupúsculos tras la caída del muro sin parangón en el cine contemporáneo.
es una consecuencia más de nuestra pro- Sus encuadres son asfixiantes, cerrados,
gresiva autodestrucción celular, que se ha como cajas en las que se agitaran cria-
contagiado desde el individuo al cuerpo turas incapaces de encontrar una salida.
social. Lejos de la evocación sentimental Frente a una cierta manera de filmar
del alma eslava, o de cualquier tentación quizá demasiado frecuente en el cine de
épica o romántica, aquí no se habla de hoy, basada en el plano de bordes flotantes
grandes negocios, ni de operaciones poli- y una cámara imprecisa, aquí se propone
ciales de gran envergadura. Y la tragedia un espacio con sus propias reglas, que a
no surge de visión crepuscular alguna, su vez pueden verse vulneradas desde
sino de un humor cáustico y zumbón, de dentro. Y para que eso no se note, en fin,
un sorprendente discurso sobre las dife- Cronenberg decide convencernos de que
rentes formas del travestismo orgánico, está desgranando una narración conven-
en el fondo el único tema que siempre ha cional cuando en el fondo, como le ocu-
interesado a Cronenberg: los hombres- rre a Nikolai, lo que quiere es fugarse del
El asesino crepuscular
y el traidor mediático
El asesinato de Jesse James por el cobarde Richard Ford, de Andrew Dominik
JAIME PENA
El toque Apatow
Lío embarazoso, de Judd Apatow/ Supersalidos, de Greg Mottola
U na prometedora presentadora
de televisión, Alison, sale a cele-
brar su ascenso con su hermana
y acaba en la cama con Ben, un inmi-
grante canadiense desempleado que con
dia a partir de dos modelos genéricos
que creíamos irreconciliables. Apatow
parece proponernos un violento choque
de caracteres opuestos (una de las tra-
diciones recurrentes de la comedia) a
Ben (Seth Rogen), prototipo del eterno
adolescente irresponsable y obsesionado
con el sexo que ha protagonizado todo
ese subgénero que iría desde Desmadre
a la americana y Porky's hasta American
sus amigos intenta poner en marcha una partir de la propia definición de unos Pie y demás variaciones del cine de
web dedicada a localizar las escenas de personajes que proceden de universos espinillas y erecciones. Con varias sub-
desnudos de las más populares actrices. narrativos antagónicos. tramas paralelas, cada una de las cuales
De ese improbable cruce Alison acaba Por un lado t e n e m o s a Alison entronca con un modelo de comedia
embarazada y decidida a sacar adelante (Katherine Heigl, la rubia de Anatomía bien diferenciado: los conflictos labora-
una relación imposible con el padre de de Grey) y con ella la comedia más blanca, les y familiares de Alison, con la clásica;
la criatura. Judd Apatow se sirve de este también la de hechuras más clásicas. Una las aventuras de la troupe de amigos de
conflicto para proponer en Lío emba- comedia de platós de televisión y urba- Ben, con la más gamberra, mientras que
razoso una reinvención de la come- nizaciones con piscina. Enfrente se sitúa la relación de la pareja constituye toda
diferencia con nitidez esos dos niveles: culas con y para adolescentes, si bien
uno realista, edificado sobre un cúmulo no renuncian a ampliar su espectro de
de frustraciones; el otro ilusorio, en el audiencia. Construidas a partir de unos
que las mujeres y las borracheras serían personajes que han de luchar contra
el pan de cada día. Y lanza a sus jóvenes su propia caracterización genérica, es
protagonistas a un negro viaje al fin de la decir, que se sirven de sus tópicos para
noche, en el que se habrán de confrontar luego violentarlos e ir contra ellos (o
con los riesgos de la madurez. La acción quizá tan solo hacerlos evolucionar,
se desarrolla a lo largo de 24 horas y espe- crecer), con sendas galerías antológi-
cíficamente en una noche, algo así como cas de secundarios (desde la sucesión
la última noche antes del ingreso en la de ginecólogos de Lío embarazoso a
universidad y de la separación de todo la pareja de policías de Supersalidos),
aquello que había constituido el ámbito estas dos divertidísimas comedias,
cotidiano y regulado de la infancia. elegantes y escatológicas a un tiempo,
Embarazos, sexo y espinillas en Supersalidos dejan el amargo poso de melancolía
El detonante es un juego de máscaras:
los jóvenes protagonistas fingen una que caracteriza el cine de Judd Apatow,
una simbiosis fruto del consenso gené- edad adulta y a partir de ese momento se director de Lío embarazoso y productor
rico y social. De cara al espectador no se verán condenados a comportarse como de Supersalidos. El mismo nombre que
privilegia a ningún personaje, tampoco tales. Sólo para descubrir un mundo firmaba el guión de la corrosiva Dick y
a un modelo de comedia sobre el otro. infantilizado presidido por el absurdo Jane, ladrones de risa (Fun with Dick
Ella acaba por integrarse en un terri- y del que no se advierte escapatoria. En & Jane; Dean Parisot, 2005), con Jim
torio en principio hostil aceptando su definitiva, una comedia adolescente en Carrey, la realización de Virgen a los 40
jerga del mismo modo que su público ha la que los adultos se aferran a los últimos (The 40 Year-Old Virgin, 2005), otra
de acostumbrarse a unas escenas de sexo resquicios de irresponsabilidad juvenil y comedia sobre un hombre infantilizado
que se centran en los problemas prácti- los adolescentes descubren, en un rasgo que ha decidido tomarse con calma,
cos de los embarazos y que no se andan de inequívoca madurez, que no se puede con mucha calma, el paso definitivo a
con sutilezas a la hora de proponer solu- alcanzar la edad adulta en una sola la edad adulta, o que estaba detrás de la
ciones. Él acepta la responsabilidad de noche. Nuevo golpe bajo: la iniciación producción de El reportero, la leyenda de
la paternidad con todo lo que ello con- sexual queda en suspenso en un destello Ron Burgundy (Anchorman: Le Legend
lleva, incluido el abandono de un modo de insólito romanticismo que podría ser of Ron Burgundy; Adam McKay, 2004)
de vida más propio de la adolescen- tachado de conservador si no anticipase y Pasado de vueltas (Talladega Nights:
cia tardía, en el que el sexo es el único una latente relación homosexual. The Bailad of Ricky Bobby; Adam
objetivo y a cuyo espectador potencial McKay, 2006), dos vehículos al servi-
Apatow le reserva un golpe bajo en la cio de Will Ferrell. Un hombre proce-
Más allá de la adolescencia dente de la televisión que ha reunido en
escena del parto. Supersalidos es uno de esos inusuales torno a sí a un variopinto grupo de acto-
Esos mismos adolescentes son los pro- ejemplos de película autoconsciente res y guionistas (o de actores-guionis-
tagonistas de Supersalidos, y su visión de que, al tiempo que es consecuente con su tas como Seth Rogen, protagonista de
las juergas de alcohol y sexo procede público natural, propone una reflexión Lío embarazoso y coautor del guión de
directamente del imaginario que ha con- crítica sobre sus propios mecanismos Supersalidos) que le dan ese entrañable
formado esas películas que citábamos genéricos. Como Lío embarazoso, nos aire de familia a la mejor comedia ame-
más arriba, siendo su única experien- habla también de todos los obstácu- ricana de hoy en día. ¡Atención a Judd
cia mensurable la cantidad de películas los que hay que vencer para alcanzar Apatow! •
porno que han consumido. Greg Mottola la madurez. Al fin y al cabo, son pelí-
El pecado de los
hermanos Karamazov
El sueño de Casandra, de Woody Allen
De 2027 a 2019
En el Filmmuseum de Berlín se conserva un apunte, hecho con gouache sobre
cartón, que representa una torre vista desde arriba, rematada por una estrella de
cinco puntas y bajo ella la ciudad de Metrópolis (año 2027), tal como la imaginó
Fritz Lang en su película de 1927, Erich Kettelhut tenía veintitrés años cuando
lo dibujó, y jamás supuso la enorme influencia que sus diseños iban a tener en
ese futuro que no llegaría a alcanzar.
En una secuencia de aquel film, el protagonista está en lo más alto de un
rascacielos y mira por un ventanal, a continuación se suceden cuatro planos
fijos con vistas inmóviles de la ciudad y el último de ellos es una reproducción
del apunte creado por Kettelhut. Este dibujo hecho a mano, que simula tener
volumen gracias a la perspectiva, se convierte en una imagen cinematográfica y
adquiere la tercera dimensión al proyectarse en una pantalla, porque está entre
secuencias en movimiento que para los espectadores son tridimensionales.
Los Angeles, noviembre de 2019, Deckard (Harrison Ford) se acerca volando
en un spinner a la cima del edificio de la comisaría de policía, otro rascacielos
visto desde arriba, que inmediata e inevitablemente hace referencia al dibujo de Kettelhut. Esta
relación entre ambas ciudades no es casual. El supervisor de efectos especiales, David Dryer, decía
que cuando hizo los planos para construir las maquetas de Blade Runner utilizó fotogramas de
Metrópolis.
Sin embargo, el diseñador Syd Mead ha declarado que tomó como modelo las dimensiones
de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, y las aumentó verticalmente dos
veces y media. Ridley Scott, a su vez, imaginó el ambiente urbano de Blade Runner volando en un
helicóptero desde el aeropuerto de Nueva York hasta la cima del edificio de la Pam Am, en Park
Avenue. Volviendo atrás, en 1924 Fritz Lang, embarcado en el transatlántico Deutschland, arribó
a los muelles neoyorquinos y su fascinación por la vista nocturna de los edificios le hizo concebir
Metrópolis. Nueva York fue una fuente inagotable de inspiración, convirtiéndose en el arquetipo de
la gran ciudad del siglo XX.
A ochenta años del estreno de Metrópolis y veinticinco del de Blade Runner, hoy la macro urbe
del siglo XXI ya no es una Nueva York mortalmente herida, sino ciudades orientales, muy parecidas
a Los Angeles de 2019, bajo cuyos skylines pueden ocultarse torres rematadas con estrellas.
F
ase dos, día seis, secuencia tres. Toma Vega, en la retaguardia, paciente y observando, principal es la comarca de Los Oscos en su lado
única. La de un instante irrepetible, indicando. "Aproximación con respeto", llevan gallego, con sus múltiples vestiduras, cadenas
como todos los instantes. Éste es como única consigna. El acecho de la imagen y de montes sumergidos en la bruma y también
el de un niño que lee. Luego juega con unas del sonido. Paisaje de un rodaje. prados interminables y resplandecientes,
excavadoras de miniatura en un patio de Atípico, es verdad. Un rodaje de maquinaria caminos de polvo y piedra que conducen al fin
arena. Al fondo, la casa de madera y piedra ligera, artesanal, extraño para el cine español. del mundo, los pantanos y bosques que habitan
surgiendo del denso follaje de un bosque. "Nuestro método es preguntar: ¿qué vais a la Arcadia literaria de Julio Llamazares, el co-
El silencio lo rompe sólo el vuelo de los hacer ahora?", ironiza el director de El techo autor de esta película en marcha.
insectos, algún que otro pájaro, el crepitar de del mundo (1995). Pero no bromea. Aquí no
los árboles. Músicas que arranca el viento. El hay guión de por medio, no hay actores, no De montañas y hombres. Nos remite Felipe
niño está solo en su lectura y en el placer de hay script, se rueda durante cuatro semanas Vega a esa certeza de Lubitsch según la cual
su juego. Está solo a pesar de todo. A pesar, repartidas a lo largo de un año, no hay más "quien sabe rodar montañas, sabe rodar a los
sobre todo, del equipo de rodaje que le filma maquillaje que el que imponga el filtro de la hombres". En ambos supuestos, hay un alma
a unos metros de él, desde una distancia que lente, más iluminación que la que regale el que desenterrar. Puede que con la misma
no es invasiva, tampoco evasiva. Son cuatro y sol, más decorado que el que proporciona la clase de preguntas que les asaltan frente al
oarecen invisibles. En primera línea, el director naturaleza. Cuando se rueda, no se da la acción, niño que acaban de filmar, Vega y su equipo
de fotografía, Alfonso Parra, cámara en ristre, y sólo se avisa: "Rodando". Entonces, el silencio. plantan la cámara y el micrófono delante de un
su ayudante Yaiza; a un lado, la sonidista, Eva La cámara frente a la experiencia de lo que membrillero, unas ropas tendidas, dos gatos que
Miñarro, pértiga en mano; y el director, Felipe acontece. Hay, por supuesto, protagonistas. El se buscan o la mirada curiosa de un ternero,
A la izquierda: Felipe Vega y Alfonso Parra tras la cámara. A la derecha: Intercambio de pipas entre Felipe Vega y el padre de Luz, con ella de testigo.
y murmura: "Rodando". ¿Un documental? Elogio de la distancia, es su cortometraje Cerca cuando ruedo ficción -asegura-, trato de que ésta
Dejémoslo en película. Su título, Elogio de la del Danubio (2000). No sólo porque afirme sin se empape de realidad". Y en verdad hay en estas
distancia, se antoja exacto y tentador. dudarlo que "son los mejores veinte minutos" historias de la lejanía muchos ingredientes que
En el fascinante territorio común en juego, de que ha rodado en su vida; tampoco porque se niegan de por sí la necesidad de tabulación.
una belleza insaciable, Vega y Llamazares han trate de una película documental, sino porque Por ejemplo, la dimensión mítica de un paisaje
imaginado un capítulo por cada estación del año, en esta pieza sobre supervivientes españoles sesgado por el agua. El itinerario del cartero Raúl
cada cual con su protagonista y la gente que les del holocausto nazi, realizada para televisión, es hoy menos problemático de lo que era hasta
rodea. "Quiero hacer un retrato humano y presente se enfrentó a una de las mayores dificultades 1989, cuando no existía forma de cruzar un
del mundo rural. Quiero observar los cambios que que surgen al registrar todo testimonio humano: pantano que cuarenta años atrás había anegado
se están produciendo en él", afirma Vega, cuya cómo embalsamar la memoria. "El recuerdo los puentes del río Navia. La única forma de
alma de antropólogo ("mi vocación frustrada") siempre está teñido, como dice Primo Levi, de cruzarlo era por agua o por aire. Durante cuatro
recorre como un río subterráneo su filmografía pequeños errores", le explica Felipe Vega a décadas, la región interior de Lugo que linda
hasta llegar aquí. Ya en Mientras haya luz(\ 987), Manuel Martín Cuenca en su libro de entrevistas. con Asturias y con el río Navia vivió en completo
El mejor de los tiempos (1989) y El techo del "Eso lo quería reflejar en el documental, es decir, aislamiento, alejada de la llamada "civilización".
mundo, el cineasta exploraba con especial sugerir las posibles limitaciones del recuerdo El cartero, con su correspondencia semanal
lucidez las relaciones entre el campo y la ciudad. personal y rodearlas de la vida cotidiana: esos cruzando a bordo de un pequeño bote, era uno
"El mundo rural recibe las mismas influencias que planos con la ropa tendida, el sonido de la de los pocos vasos comunicantes entre ambos
el urbano y es francamente apasionante narrar leña, el paso de un avión...". Planos, algunos, lados: suelo civilizado y territorio comanche.
esos cambios. En el mundo rural, la gente puede que vuelven a ocupar su mirada en esta nueva
Pero de la necesidad, se hizo virtud. El
acceder a los mismos canales de televisión película documental. Reflexiones sobre lejanías
aislamiento no escogido se convirtió para muchos
y a las mismas comodidades de Internet, y al y cercanías, tentativas en torno a la distancia
en un destino preciado, un refugio para construir
mismo tiempo mantienen una lucha diaria con y los encuentros que se producen entre quien
vidas alternativas. Hoy, desde algunos puntos
la naturaleza...". De hecho, confiesa Vega que El filma y es filmado.
de la zona, todavía es necesario conducir varios
techo del mundo era una adaptación indirecta
kilómetros por caminos desérticos para poder
de El río del olvido, novela de Julio Llamazares
Dimensión mítica. En la primera fase del rodaje, comprar el pan y el periódico. Las gentes que
absolutamente presente, al igual que Tras os
durante una semana de primavera, Felipe Vega y allí quedan son en su mayoría los restos nobles
montes, en esta nueva aventura cinematográfica.
su equipo se convirtieron en la sombra de Raúl, el de la huida hacia el paraíso rural que se produjo
'Todo lo que he chupado de la literatura y de la
cartero de Fonsagrada (Lugo), de quien grabaron en los años setenta y ochenta. Son, como allí los
personalidad de Julio... me lleva a pensar que si
su andanza diaria y su testimonio narrado. "Lo llaman, "los del otro lado": comuneros, hippies,
él fuera director de cine, miraría como yo". Tal es
primero que hago es trabajar con la gente", alternativos, ecologistas... familias enteras que
la conexión Vega-Llamazares, ambos leoneses y
explica Vega, "que entiendan que ellos también han construido un proyecto de vida alejados del
además viejos amigos, que Elogio de la distancia
van a construir la película. A través de sus voces sistema, individuos que en determinado momento
pretende ser, en cierto modo, "un paso sin
van a explicar sus propias vidas, y eso es algo decidieron hacer borrón y cuenta nueva con sus
escritura de la literatura al cine".
que me regalan". Quiere el director que el voice vidas, también comunidades de heroinómanos
El trabajo con el que Vega encuentra mayores over en primera persona puntúe y acompañe (en rehabilitación o no) que se alimentan con los
correspondencias, sin embargo, o al menos del sus tramas, acercarse a la realidad como si peces del río. Gentes para quienes aquello del
que más cerca se siente a la hora de rodar construyera una ficción, "del mismo modo que turismo rural suena ridículo,
A ese otro lado es precisamente adonde el
equipo de Felipe Vega se ha desplazado para
filmar el capítulo de verano en una calurosa Elogio de! cine puro
semana de septiembre. En esta segunda fase ce-
JULIO L L A M A Z A R E S
rodaje han establecido sus bases de operaciones
en Negueria de Muñiz, primero, y en Fonsagrada
Como cualquiera otra de las artes, el cine tiene muchas concepciones, pero la que a mí
los últimos días. El sol, ausente durante el resto
más me interesa es la primera, o sea, aquélla que lo creía un espejo de la vida y no al
del año, parece que ha esperado hasta el rodaje
revés. No es que las otras no me interesen; es que me interesan menos, entre otras cosas
canicular para dejarse ver por la zona. Otro
porque me parecen falsas, sin que la falsedad en cine sea para mí un demérito, como mi
regalo inesperado para la película. Como Luz,
propia afición demuestra.
una joven belga que se trasladó al pueblecito de
El título de este artículo, remedo del de la película (Elogio de la distancia) que Felipe
Ernes hace más de quince años, y que ha parido
Vega rueda actualmente en el confín oriental de Lugo y a la que yo colaboro con un guión
y criado a dos niños en la casa que se construyó
que es más complicidad entre el director y yo que guión propiamente dicho, trata de res-
en los confines del mundo. Ella es la protagonista
catar esa concepción tan antigua como rara en estos tiempos. Y eso que películas como
de esta historia de estío, que comienza in media
En construcción, de José Luis Guerín, o El cielo gira, de Mercedes Álvarez, han vuelto
res: Luz corriendo hacia las casa vecinas para
a ponerla en la conversación cinéfila, al tiempo que en las pantallas, tan ahitas de cine
enseñarles un corte que se acaba de hacer
"falso". El cine puro, el original, ese que se manifiesta como representación de la realidad
en la mano. Es martes y el médico sólo cruza
sin más intermediarios que la cámara y
al otro lado los lunes y los jueves. El equipo de
Julio Llamazares en un momento del rodaje el tiempo (tiempo que incluye el azar),
rodaje llegó a su casa unos minutos después del
accidente, y allí, en pleno movimiento, su dedo es el que brota de la vida sin trucos ni
palpitando sangre, la siguieron por los caminos falsificaciones.
pedregosos, reuniéndose con Flora, con Speed, Elogio de la distancia se concibe, así,
con Guille, con Dori. Sus vecinos del otro lado. como mirada puesta ante lo que ocurre,
como espejo colocado ante el paisaje,
como confesionario de las personas
Desastres ecológicos. En la noche cinco que viven en él o que por él transitan,
de esta segunda fase del rodaje, el equipo La distancia, pues, sólo está en el título,
cena con el productor, Pepe Codina, en el es otra y se trata de una distancia muy
hotel de Fonsagrada. En este grupo no hay diferente.
jerarquías. Todos comen y cenan lo mismo y al
mismo tiempo. No se privan de las bendiciones
gastronómicas de la tierra. Al frente de Bren
Entertaiment, filial gallega de Filmax, Codina
ha conseguido el patrocinio de la Sociedad de moderadamente a su productor de la falta nuestro trabajo, porque la televisión ya les ha
Gestión del Xacobeo y una subvención de la de tiempo, de cómo dos semanas en lugar convertido en clichés demasiadas veces...".
Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia de una hubieran permitido establecer una Bajo la contaminación audiovisual que se ha
para financiar esta película. "Los productores mayor confianza con las gentes que filman. apoderado del mundo de la información, y
me están dando una confianza total", afirma "Al principio de esta segunda fase estábamos que Vega considera "un verdadero desastre
Vega, "porque han entendido muy bien qué perdidos", relata Vega. "Estábamos frente a un ecológico", el director de Nubes de verano
película había que hacer". De todos modos, grupo de personas con una voluntad muy clara apuesta por la función ecológica del documental
su papel le obliga, y el director se queja sólo de no relacionarse con el mundo. No creen en en su acepción más noble: "Nos limpia la mirada
porque elimina filtros y tiene la capacidad de
acercarnos a la vida a corazón abierto".
El niño que lee, ajeno a un equipo de filmación a pocos metros de él
Impulsados por esa predisposición de restituir
y desintoxicar la mirada de "imágenes falsas
y perversas", Llamazares y Vega recorrieron
previamente la zona sin una meta precisa,
sólo con la intención de dar forma a una idea
"Hemos elaborado un guión previo cuya utilidad
es como la de un mapa, y que ha nacido de
escuchar a la gente, de recorrer la geografía,
estudiar la topografía... Si no te separas de eso,
si no manipulas por el puro placer de manipular,
esa realidad te devuelve una fuerza enorme". Se
entiende así la confianza que muestra el director
en el campo de batalla. Llegar, ver y grabar.
"Más que confianza, es disposición. Es como
el que entra en una habitación y sabe dónde
De izqda. a dcha.: El equipo filmando a Luz con su hijo; Alfonso Parra, Felipe Vega y el barquero en el pantano; Eva Miñarro, en primer término, junto a Yaiza y A. Parra
colocarse", dice. "En un rodaje de este tipo", el plano se cierra o se abre. "Una descripción El valor también del cine concebido como
añade Alfonso Parra, "lo que te da la calidad no es necesariamente un relato, es algo muy aventura, de la producción posible contra viento
es el encuadre". Con la lente de la cámara de difícil de desentrañar", explica un Felipe Vega y marea, la de un film expuesto a las fragilidades
vídeo Panasonic DVCPro P2-HD se obtiene renuente a teorizar sobre su forma de trabajo. del azar que emerge como excepción en la
"una calidad en alta definición que ya es casi "Me interesa acercarme correctamente a lo que amalgama enquistada de la producción media del
cine", pero con la agilidad de movimientos y filmo, cumplir bien con el encuentro, porque todo cine español, con toda su aparente maquinaria.
de ubicación que permite una cámara ligera lo demás, todas las teorías, están contenidos en Como ejemplo: un barco a motor. Decididos a
de vídeo, a la que Parra, operador habitual de lo que haces". La emoción se produce en lo que rodar un travelling embarcados en el pantano,
Felipe Vega, ha añadido una serie de arreglos adivinamos detrás del plano. Lo importante es Enrique Batet y Miguel Yuma, encargados de la
ergonómicos que se acoplan artesanalmente la descripción. producción ejecutiva, consiguen en préstamo el
al diseño más bien prosaico y amateur de la barco por un lado y el motor por otro. El bote
máquina. "Hacer esta película es como volver al A i s l a m i e n t o r e l a t i v o . Pero el cine, lo abandona la orilla con Felipe Vega, Alfonso
principio del cine", dice Parra, "a un tiempo en sabemos, acontece sobre todo en el sonido, Parra y el barquero a bordo, pero al llegar al
el que todo estaba por inventar". Bien es verdad quizá la imagen más importante. En un centro del pantano, advierten que entra agua en
que de lo que aquí se trata, como se trataba en descanso del rodaje, Eva Miñarro nos deja la embarcación, El tapón de contención se ha
Flaherty y en Grierson, o como se trata todavía escuchar las confesiones de Luz al micrófono, soltado y deben regresar antes del hundimiento.
hoy en Depardon y Van der Keuken (cineastas esa banda sonora que otorgará reflexión a su Riesgos asumidos con placer y humor, en todo
todos ellos con los que Vega se reconoce en existir diario. Voz dulce y reveladora: "Aquí la caso, porque la libertad creativa supera las
deuda), es de filmar la experiencia, de encontrar paz no llega sola... Hay que sobrevivir y para eso injerencias de cualquier presupuesto endémico,
la profundidad y la forma de los planos en el necesitas un enorme esfuerzo físico y mental... de cualquier barquero inoperante. "Si pudiera, yo
mismo proceso de captación. "Nos movemos Es imposible pensar que no necesitas a nadie...". siempre rodaría documental. Soy enormemente
en el territorio del azar y sería un error tratar de El aislamiento es sólo relativo. No les interesa feliz haciéndolo, porque soy realmente dueño de
controlarlo", aclara el director. a Vega y Llamazares retratar la vida en el todo lo que hago", explica la viva imagen de un
campo bajo un velo idílico y roussoniano. Sus cineasta pletórico.
No importa por tanto el motivo si el encuadre
es correcto, no importa la duración si el tiempo es miradas no han sido raptadas por el ideal del El pequeño equipo de rodaje filma unos
preciso, ni siquiera importa que no comprendan aislacionaismo que practicaba el último hombre últimos planos de recurso antes de dar por
lo que se dicen los personajes cuando, como salvaje (Thoreau: "Jamás hallé compañero más terminada esta segunda fase, detalles que
es el caso de la escena que nos ocupa, hablan sociable que la soledad"), sino que están más urdirán una continuidad entre los cuatro relatos
en flamenco. Y es que en el día seis de rodaje, cerca de la evocación literaria de John Berger previstos. Aún quedan las dos semanas de
Luz recibe a sus padres después de años sin o de Peter Handke, en su interés común por rodaje en otoño y en invierno, en las que seguirán
verse. Han viajado en coche desde un pueblo la geografía y la topografía. "No hacemos una a un fotógrafo, Carlos, y a una veterinaria, Pilar.
de la Bélgica no francófona y acaban de llegar vindicación del mundo rural para idealizarlo, Voces y rostros no tan distantes. La aventura
a Ernes para visitar a su hija y a sus nietos. De sino para decir que existe", concluye el cineasta. continúa. CARLOS REVIRIEGO
mañana, el equipo de filmación llega a la casa en "Aquí la naturaleza puede ser muy cruel... sobre
el momento en que están descargando el coche todo los inviernos".
de bultos y equipaje. En apenas unos minutos, Al final del recodo, la distancia a la que elogia
Alfonso Parra y Eva Miñarro se coordinan, el título se acorta hasta revelar su opuesto. Lo
imagen y sonido sincronizados, y Felipe Vega, que Vega y Llamazares buscan, quizá por encima
confiado, les deja escoger la posición, observa lo de todo, es mostrar las cercanías humanas, qué
que ocurre alrededor de! plano y no sólo dentro nos une a esas vidas tan distantes, a su soledad
de él, por si hubiera que desviar la mirada. Al compartida con ios animales, a las conquistas
tiempo, indica a Miñarro con las manos y los y las claudicaciones que les definen: "Si mi
dedos el encuadre que toman, para que ella documental tiene algún valor humano, va por ese
acerque o aleje el micrófono en función de si camino, por la voluntad de romper prejuicios".
Contrastes y una decepción en la programación de la Noche en Blanco
A
pesar del follón de tráfi- prenderse ante la pantalla .Visto el
co y sirenas de Atocha, olvido en el que cayó, ¿no será que
el silencio se hace alre- Bowers es más actual hoy que en
dedor de un enorme reproductor los años veinte?
de cine que ronronea en la cuesta Precisamente la memoria es
de Moyana Un cinéfilo mira embo- tema central en el trabajo del su-
bado la quietud del plano de un se- rafricano William Kentridge, cuyas
sudo documental cuando un niño animaciones se proyectaron toda
grita señalando a la pantalla: "Mira la noche en una pantalla gigante
mamá, un gato". Ese contraste es en el patio del Conde Duque, bajo
el triunfo de los organizadores de el título Journey to The Moon and
La Noche en Blanco por llegar a 9 Drawings For Projection. En sus
"todos los públicos" haciendo con- cortos la técnica se acomoda al
El insólito y misterioso Charley R. Bowers
vivir "lo moderno y lo tradicional, el mensaje: trabaja siempre sobre el
futuro con el pasado, la vanguardia búsqueda que continúa aún hoy mismo fotograma, y cada acción
(pen)última vuelta de tuerca que
con la historia". El 22 de septiem- nace del dibujo anterior, del que
por cinematecas, colecciones par- rinde a un patio de butacas al que
bre fue el día elegido para que, por siempre queda un rastro. Surge
ticulares y cines de feria para re- sólo le queda preguntarse: ¿Pero
segundo año consecutivo, Madrid así una memoria de la animación
construir una filmografía tan insólita dónde se había escondido este
se convirtiese en un parque de que ahonda en torno al olvido y a la
y moderna que si Dalí levantase el tipo? Gafapastas, ancianos, niños y
atracciones cultural en el que, más historia de su país. Tanto en forma
bigote bramaría que, comparados papás recibían con risas, aplausos y
allá de la mercadotecnia de relle- como en contenido, el presente
al absurdo de Bowers, los burlones comentarios en voz alta cada nuevo
nar el callejero con palabras como queda condicionado por el pasado,
y sentimentaloides Chaplin, Lloyd y hallazgo: de la piel de plátano que
projecto eléctrico y de lograr sumar subrayando que nada es nuevo,
Keaton eran unos putrefactos. no resbala a una máquina digna de
ceros al contador de asistentes y sino parte de una evolución.
un artista cinético que convierte los
patrocinadores, sus propuestas
Vueltas de tuerca. La media do- huevos en irrompibles; del Pájaro Los robots de Electroma, pelícu-
cinematográficas hicieron eviden-
cena de auténticas joyas "rescata- Come Metal que pone orden en el la firmada por Daft Punk, intentan
te lo poco que separa a veces lo
das de las llamas" que acompañó al desguace de coches a unos zapa- lo imposible: deshacer ese cami-
moderno de lo viejo.
piano el responsable de su recupe- tos para bailar el Charlestone que no evolutivo, dar un paso atrás y
La primera prueba la tuvimos en ración, Serge Bromberg, desbordan "maravillarían al mismísimo Charles convertirse en hombres. Con ese
la Filmoteca, donde el protagonista con la imprevisible imaginación de Stone"... La sesión recordó a lo que anhelo, se adentran en un desierto
fue un tal Charley R. Bowers. Su un creador que, cuando crees que debían ser los orígenes del cinema- cuyas dunas se van asemejando a
historia es curiosamente parecida tógrafo, cuando lo común era sor- piel humana, hasta que el paisaje
ha dado con una solución, da una
a la del Hector Mann de El libro de a contraluz se transforma en esa
las Ilusiones, de Paul Auster: genio Journey to The Moon and 9 Drawings For Projection, de William Kentridge parte del cuerpo femenino que
burlesco del cine mudo, su prin- Gustave Courbet retrató con el tí-
cipal diferencia con los grandes tulo El origen del mundo. Efectista
nombres de la época fue el uso pero eficaz, esta road-movie musi-
de la animación, en la que era un cal sin canciones del dúo francés,
experto, y su vis surrealista. Rodó heredera estética y temática del
su primer film en 1925 y el último 2001 de Kubrick, atrajo a tanto
en 1930, tras lo cual desaparece personal que, ante el riesgo de que
del mapa y del recuerdo. El hilo de la sede Matadero hiciese honor a
esta enigmática historia no resurge su actividad pasada, los organiza-
hasta que, a finales de los años se- dores optaron por cancelar su pro-
senta, encuentran en Toulouse las yección. Hubiese sido un excelente
latas de un film delirante que sólo fin de fiesta para una Noche en
años más tarde se relaciona con Blanco que encontró los contras-
el cómico. Empieza entonces una tes que buscaba. JAVIER GARMAR
Interactividad, permanencia e inmediatez en los festivales on-line
A
nte la sobreabundancia y so votaciones para la constitución
el aumento exponencial, completa del festival. Un visionado
disperso y sin filtro de la participativo y no lineal, en definitiva,
producción cinematográfica en la que multiplica y dilata la pantalla (sin
red, han ido emergiendo en parale- la voz de esta audiencia intangible,
lo los festivales on-line que recopi- los festivales on-line se pierden en
lan y ordenan puntos de referencia el vacío silencioso de la red).
esenciales para el explorador erran-
te. Son ellos, efectivamente, los Medición de calidad. Su ac-
que se encargan de la difusión tual propagación, sin embargo (se
sistemática de los materiales, los calculan ya más de cien), hace
que seleccionan y hacen circular necesaria una medición de cali-
las propuestas; también los que, a dad exigente. Para ello, además
través de sus premios, ponen de del número de ediciones (muchos
relieve y jerarquizan ciertas cintas desaparecen al poco de surgir),
y autores. Su proliferación, por otra son los miembros del jurado los que
parte, despierta nuevas reflexiones actúan como agentes de certifica-
en torno a los mecanismos de pro- ción sobre el interés de la mues-
ducción, visionado y distribución tra Para el Con-can Movie Festival
que se originan con respecto a [www.con-can.com], por ejemplo,
este nuevo cine digital. la presencia de nombres como
Para empezar, la virtualidad in- Masahiro Kobayashi y Tapan Sinha,
trínseca de los certámenes pone en o Jean-Michel Frodon y Vincent
cuestión, por contraste, la tempo- Malausa, entre el tribunal de alguna
Portal de Filmpocket donde se presentan los trabajos rodados con móvil
ralidad de sus homólogos "físicos". de sus cuatro ediciones, ha signifi-
Los festivales en Internet se asien- cado su puesta en valor definitiva a
sus propios confines"), se ofrecen festivales que, desde un posiciona-
tan en la permanencia y la inmedia- nivel internacional. El Con-Can, por
alternativas como la de la teórica miento menos novedoso, se ubican
tez, con sus materiales acumulados otra parte, se inserta dentro de una
Nora Barry. Integrado en la red de como plataforma de promoción para
de edición en edición disponibles tendencia observada en el conjunto
páginas web Druid Media [www. "nuevos talentos". Entre ellos, tres de
siempre para el visionado de un de festivales en la web dentro de la
druidmedia.com], Barry fundó el los más reputados a nivel internacio-
espectador cada vez más inmer- cual se busca favorecer las propues-
Festival Streaming Cinema [www. nal: el Haydenfilms Online Festival
so en la red, absorbido por ella tal tas comprometidas con cuestiones
streamingcine.com], donde, a pe- [www.haydenfilms.com/festival.html]
y como preconizara Cronenberg medioambientales o interculturales
sar de no resultar fácil la localización el TriggerStreet.com OnLine Short
(Videodrome, 1983). Establecidos y de tolerancia1. Así, cortos como
de materiales, se ofrece un espacio Film Festival [www.triggerstreet.
ya como una prolongación más Djamel's Eyes, del realizador español
para la navegación random: aleato- com/gyrobase/CurrentFestival]
de la sociedad del espectáculo, en David Casals-Roma, premiado en la
ria y en flujo, en la que el usuario y el Big Bang Online Short Film
estos festivales no se trata sólo de pasada edición, sin ofrecer grandes
toma las opciones de un camino Festival [www.bigbang.gr]. Entre
mirar, sino que se hace necesaria innovaciones formales, se centra en
que transcurre en una trama desor- los vídeos allí presentados destacan
también la participación activa del el buceo temático en torno a las di-
denada pero interconectada. originales propuestas de animación
que contempla. El viaje potencial a ficultades de relación entre diversas
También defienden la tenden- del TriggerStreet como Android 207
través de estos eventos se define formas de pensar y vivir. Vídeos con
cia experimental y reivindican las (Carrot Kid), premiado en la prime-
por su interactividad en tanto que mensaje y buenas intenciones.
propuestas más innovadoras otros ra edición, o Catch (Chris Perry); el
recorrido libre y personal del usua-
Desde otra línea, enfocada hacia
rio que salta, retrocede y vuelve otra
la defensa del espacio on-line como
vez a las creaciones fílmicas que se (1) Festivales como "Otra mirada", www.euromedcafe.org, centrado en el
lugar óptimo para el desarrollo de
le ofrecen, pero también por la exi- diálogo cultural entre países (donde Gonzalo Ballester presentó su vídeo
una creación "termita" según termi-
gencia de su intervención a través Mimoune); también www.ecodes.org/concurso/apuntate.asp, tendente a favorecer
nología de Manny Farber (aquella la cultura de la sostenibilidad; o www.naturemovies.es, en torno a temáticas medio-
de valoraciones, opiniones o inclu-
que "avanza siempre devorando ambientales, con vídeos rodados por Isabel Coixet, Julio Medem o Nacho Vigalondo.
trágico Runaways (Zaheer Ahmed), cíficos que, desde la web, recogen los que se produce, se hace eviden- destacado en su selección de ga-
sobre el maltrato infantil, o la mira- los materiales audiovisuales que te el paso del tiempo, y las imágenes -adores aquellos vídeos que pri-
da ácida que Life's a Beach (Suzan resultan de su uso. Festivales que, recién grabadas quedan para el fu- man el ingenio de una idea o de
Beraza) arroja sobre la sociedad como el internacional Filmpocket turo como recuerdo Instantáneo de un recurso visual En cortos que
norteamericana (éstos últimos alo- [www.festivalpocketfilms.fr], con un presente que pasa volando. La duran menos de un minuto, las pro-
jados en Haydenfilms). sede en el Centro Pompidou de filmoteca virtual creada a partir del yecciones se saborean como píl-
De un modo muy similar y con París, han revalorizado lo amateur resultado de varias ediciones per- doras, microrrelatos audiovisuales
propuestas parecidas estética y te- entendido no tanto como oposi- mite observar los pasos de gigante que desprejuician (no en todos los
máticamente funcionan tres de los ción a lo "profesional" y, por tanto, con los que avanza la resolución del casos) el recelo de muchos hacia
festivales españoles más importan- relacionado con la idea de una mala móvil en apenas unos años. las posibilidades lingüísticas y ce
tes de la red: Notodofilmfest [www. calidad sino vinculado además con experimentación formal del apa-
notodofilmfest.com], Festival de la figura del realizador que rastrea y Imágenes pixeladas. Otras rato. Zapatos de noche, premiado
Cine Digital de León [www.cilefes- explora sin prejuicios y en libertad. propuestas, visibles también en como el mejor plano secuencia y
tival.com] y Fotogramas en corto Los materiales presentados en este Filmpocket, como Where are you, firmado por Morro, ofrece un inte-
[www.fotogramasencorto.com]. festival se asocian además con las firmado por Jan Peters y Helena resante juego de movimiento que
Entre ellos se intercambian nom- limitaciones técnicas, por un lado, Vlllovitch, indagan en el uso del gira en torno a la agilidad y ligereza
bres como Nacho Vigalondo, Oriol y las potencialidades por descu- teléfono como medio inmediato específicas del móvil. Otros, como
Puig o Jim Box, localizables con brir de las nuevas tecnologías de para la transmisión de vídeos en Sonia (de Andrada), Agua (Muñoz
distintas obras en casi todos. Otros, la información, por otro. Entre los una comunicación a distancia. Murillo), Ellos (Pascual Garcerán) o
como el premiado Raúl Arévalo vídeos de realizadores como Alaln Peters desde Francia y Hélena en Quiero dormir (G. Crespo), trabajan
(Foígras), en Notodofilmfest, o La Flelscher, Jean-Charles Fitoussl o Alemania ofrecen su correspon- con los efectos estroboscópicos de
adolescencia (Edu Crespo) mere- Thierry Jousse, destacados partici- dencia personal, en forma de dia- la luz cuando se dirige de forma di-
cen también una ojeada atenta pantes del evento, se aprecia un in- rio audiovisual y filmado sin guión recta hacia la lente, con la dificultad
terés especial hacia la exploración previo, para reflexionar desde el de control en los cambios de la óp-
del primitivismo de la imagen. Una metalenguaje sobre las nuevas po- tica o con la sensibilidad de estas
Movilmetrajes, m i n i f i c c i o n e s .
tosquedad que proviene de las defi- sibilidades de emisión y recepción cámaras. Para disfrutar de ellos
El aprovechamiento de los teléfo-
ciencias del aparato y que se define que ofrece el móvil. conviene aplicar al análisis el con-
nos móviles con cámara de video,
perecedera Allí donde el resultado cepto de belleza de la imperfección
ajenos hasta ahora a la realización Por su parte, el Movilfilmfest
depende en gran parte del avance y acostumbrarse a las imágenes
fílmica, ha dado lugar a su vez a [www.movilfilmfest.es], el prime-
tecnológico de los dispositivos con en miniatura, rugosas y pixeladas,
otro conjunto de festivales espe- ro de su categoría en España, ha
donde a veces se deduce más que
se ve, donde abundan los desenfo-
ques y las texturas incómodas.
E
l conflicto militar y la lucha emblemática es la del desterrado donde un joven ocioso gobierna emigrantes, que a veces tienden
armada constituyen los económico, al que, en función de sobre un ejército de botellas de hacia la cámara sus documentos
focos de intensificación su situación en su recorrido geo- cerveza vacías: la distancia entre de identidad o, de manera más
de una guerra económica mundial gráfico y administrativo, se le llama: su cuerpo y el barco es tan nimia conmovedora aún para nosotros,
que, aunque no se nombre, no deja parado, emigrante, clandestino, sin físicamente e infranqueable polí- por cuanto la distancia queda
por ello de garantizar diariamente papeles, refugiado, solicitante de ticamente como, en las Imágenes aquí abolida, sus direcciones de
su lote de cadáveres ocultos, pasa- asilo, excluido, expulsado. finales tomadas de Google Earth, Internet.
jeros clandestinos de la historia del En una playa de la periferia el espacio entre la pequeña ciu-
liberalismo. Igualmente militarizada sur de Túnez capital, Aéroport dad de Hammam-Lif y la muy cer- Límites, barreras y márgenes.
(flotas, guardias, puestos de obser- Hammam-Lif, de Slim Ben Echikh cana punta de Sicilia. El tratamiento del cruce clan-
vación, campos, zonas sin ley...), la (Túnez, 2007, 23') escucha a una Olivier Dury ha filmado parte destino de una frontera entre
guerra económica se diferencia tribu de jóvenes parados contar del trayecto de unos emigrantes, el Tercer y el Primer Mundo ha
principalmente de la guerra con- cómo van a subirse a los conte- el origen y el principio de su pe- producido ya varias películas ma-
vencional por la forma en que se nedores de los barcos que zarpan riplo. Mirages (Francia, 2007, 42') gistrales: Limes-Operation Limes
integra en nuestro orden cotidiano. para Italia. Son los desahucia- sigue los cinco primeros días de de Edwin Wagenhofer (Austria,
Prolongando espontáneamente el dos de la globalización que aún un convoy que va de Agadez a 2002, 27'), que describe el
gesto de los cineastas indepen- pelean, que no pararán de "gol- Djanet, de Nigeria a Argelia. Viaje arresto nocturno de ciudadanos
dientes que se movilizaron para pear las puertas de la Fortaleza objetivo hacia la clandestinidad, húngaros en 1997, en la época
acompañar las luchas y guerri- Europa", como clama Asian Dub viaje subjetivo en la individuliza- en la que Austria constituía el lí-
llas, Mario Marret, René Vautier y Foundation. Algunos vuelven li- ción progresiva de esos hombres mite del Espacio Schengen; De
Tobías Ángel, en África, o Robert siados tras fracasar, otros lucen amenazados de una muerte anó- l'autre cóté, de Chantal Akerman
Kramer y sus compañeros de los viseras BMW y camisetas Puma, nima. Por falta de autorización (Bélgica, 2002,102'), entre
Newsreels, en Vietnam, algunos viáticos ilusorios como tantos para rodar, el film se detiene a las Méjico y Estados Unidos, con la
cineastas de hoy se posicionan otros. Una panorámica ultrarrá- puertas de Libia, pero con unos misma iconografía de cámara
frente a la devastación del libera- pida nos lleva del Tunisia Ferry, planos Inolvidables: una serie de seguridad térmica; Border,
lismo globalizado. Su figura más saliendo del puerto, a una terraza de retratos individuales de los de Laura Waddington (Francia-
La página "360 et meme plus" aloja los vídeos RESFH1 y RESFH2, mientras en "Sixpackfilm" se encuentra la película Limes-Operation Limes (E. Wagenhofer)
UK, 2002, 27'), sobre el campo dos de un vuelo regular que hace
de "Sangatte", la represión poli- las veces de chárter de expulsión;
cial, los cruces nocturnos hacia RESFH2 (Francia 2006, 10')
Inglaterra sobre un fondo de cielo describe una ceremonia de apa-
en llamas. drinamiento republicano y registra
Una vez en suelo extranjero, el testimonio de una sin papeles,
el desterrado económico se con- indumentaria burguesa y dis-
vierte en esclavo, chivo expiatorio, curso a favor de la libre empresa,
carne electoral y sujeto al que pulveriza los clichés miserabilistas
estafar en todo momento. Pero sobre los clandestinos.
como dice el eslogan de los ma- N'entre pas sans víolence dans
nifestantes: "no somos peligrosos, la nuit, de Sylvain George (Francia,
estamos en peligro". En forma de 2005-2007, 23') representa, pro-
díptico con los pliegos que blan- bablemente, el primer film sobre
den los emigrantes de Mirages, una redada parisina, por parte
Pedro Costa termina su magnifi- del cineasta que, actualmente en
co Tarrafal (Portugal, 2007, 16') Francia, dedica una obra mayor a
-nombre de un campo de con- todas las formas de violencia que
centración creado por prisioneros se ejercen contra los extranjeros
políticos en 1 9 3 6 - sobre el papel en situación irregular, La serie
de expulsión clavado en la pared Contre-feux, breves "comunicados
"que hace un agujero en la cabe- visuales" sobre las expulsiones y
za", según la expresión terrible de textos de las leyes que se refie-
una inmigrante caboverdiana. ren a ellas, va acompañada de un
En las antípodas del esti- folleto titulado Les Nuits de plomb
lo straubiano de Pedro Costa, ("Éditions du réveil", 2005) que
Agathe Dreyfus y Chistine Gabory denuncia la violencia de Estado y
filman febrilmente las acciones de la pasividad cómplice de la pobla-
la Red Educación sin Fronteras y ción francesa. No Border (2005-
su guerrilla administrativa diaria: 2007, 23') describe París desde
RESFH1 (Francia, 2006, 18') el punto de vista de los refugiados
constituye, indirectamente, un que sobreviven en ella, ciudad de-
manual para pasajeros subleva- solada, ciudad fúnebre, "pestilent
ro se materializó en marzo, cuando Oscar como corto de animación. María Forn), Sitges-Nagasaki(Ignasi puertas, sin embargo, de los tea-
tros de Broadway, donde trabajó
P. Ferré) o L'est de la brújula (Jordi
hasta su retiro en 1970, La actriz
Torrent).
japonesa falleció en Missouri, el
Johnnie To 28 de agosto, a los 78 años.
O por qué me relaja el cine negro. Voy a tratar de explicarme. Hace años adquirí la
costumbre de ver una película de cine negro al final de aquellos días en que sentía que
había trabajado duro. No quiero decir con esto que no disfrutara de tales películas en los
días perezosos, pero percibía que mi goce y mi necesidad aumentaban en la medida en
que el músculo y el cerebro se sabían cansados. Contemplar una película de cine negro
por la noche saboreando un buen vino tinto alejaba todos los fantasmas que hubieran
podido acorralarme durante la jornada.
Ya sé que cine negro es una denominación bastante imprecisa y que los especialistas me
reñirán por utilizarla. ¿Qué es eso del cine negro? ¿El género policiaco?, ¿las películas en
blanco y negro? Es verdad que la denominación es confusa y se presta a equívocos, pero
para mi propio consumo tengo una idea nítida de lo que es el cine negro. Desde luego no
lo reduciría al género policiaco o detectivesco. Tampoco son sólo películas en blanco y
negro aunque la inmensa mayoría sí lo son y, lo que es más importante, las que no lo son,
las que están rodadas en color, también lo parecen.
Reconozco mi cine negro, precisamente, por ese estado de penumbra, si se quiere de
chiaroscuro. Ciertas películas de directores contemporáneos llegan a nosotros en color
pero mantienen el marchamo de oscuridad que resulta imprescindible. Es el caso de
algunas obras, por ejemplo, de Polanski o de los hermanos Coen. Claro está que la máxima
adecuación a lo que yo espero de este tipo de cine es el blanco
Los héroes se hallan siempre negro, ese blanco y negro especial en que las imágenes
y
nunca son completamente blancas o negras sino que se
en encrucijadas imposibles y deslizan por un perpetuo claroscuro.
optan, también siempre, por Me refiero, naturalmente, a estas películas de bajo
el salto hacia adelante presupuesto, vertiginosas, firmadas por Edward Dmytryk,
Jacques Tourneur, Robert Wise, Don Siegel o el gran Nicholas
Ray. Para alguien poco avezado estas películas parecen todas
iguales. Y es cierto que tienen en común un aire de familia, si bien su grandeza estriba en
la misteriosa singularidad de sus matices.
Los héroes se hallan siempre en encrucijadas imposibles y optan, también siempre, por
el salto hacia adelante. Esto es lo común. De los matices se encargan tipos que apenas
tienen que alterar las facciones de su rostro para representar su función en el drama. Son
esas caras únicas del cine negro: Robert Ryan, Tom Conway, Robert Mitchum, Ida Lupino
Gloria Grahame.
Me relaja ver que llegan a las últimas consecuencias sin conseguir ponerse nunca del
todo la máscara del bien o del mal. No son puritanos, no son maniqueos. Simplemente
siguen su destino lo mejor que pueden. Esto les acerca a los héroes de la tragedia y es
posible que lo que yo sienta viendo esas películas se asemeje a las catarsis que pregonaban
los griegos.
Hace poco vi de nuevo El último refugio y el beso final de Ida Lupino al ya abatido
Humphrey Bogart. ¡Qué alivio esa pequeña victoria de dos vencidos!
Rafael Argullol (Barcelona, 1949) es escritor, poeta y ensayista. Ejerce como catedrático de Estética y Teoría de las Artes
en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, donde además dirige el Instituto Universitario de Cultura.
Entre sus últimas publicaciones se cuentan El cazador de instantes (2007) y El fin del mundo como obra de arte (2007).
Danièle Huillet, a quien este número de Cahiers-España recuerda con especial
emoción en el primer aniversario de su muerte, se enfrenta aquí (en compañía
de Jean-Marie Straub) al gran misterio del cine de John Ford. La entrevista que
Charles Tesson les hizo en 1990 desvela la lucidez de ambos en la consideración
de la obra fordiana desde un prisma que enlaza con los análisis de J. McBride y
M. Wilmington sobre Fort Apache (1948), pero que apunta todavía más lejos: hacia
su forma de acercarse al sentido de la imagen, hacia la penetrante caracterización
de clase que muestran sus personajes, hacia la fructífera y enriquecedora
convivencia de documental y ficción en el cine del autor de Dos cabalgan juntos.
La línea de demarcación
Entrevista con Jean-Marie Straub y Danièle Huillet
CHARLES TESSON
Recuerdo un debate acerca de Geschichtsunterrich admirable pero que, lamentablemente (basta con releer a
(Lecciones de Historia, 1972) en el que se establecía Sadoul), tenía un final feliz. Y descubrimos que, en realidad,
un paralelismo entre la película y El sueño eterno, era aún más atroz que el resto de la película. Ese final feliz
de Howard Hawks: la figura del investigador que ata era una conferencia de prensa de John Wayne delante de una
cabos, encuentra a las personas, las interroga. El deta- pared de la que cuelga un cuadro que glorifica la batalla que
lle viene al caso para señalar que, en su cine, Hawks aparece en la película. Los periodistas le preguntaban a John
está más presente, más manifiesto que Ford. ¿Están Wayne si eso era cierto, si era verdad que Custer había sido
de acuerdo? un personaje tan grande como decían. Estarían en lo cierto si
Jean-Marie Straub: Geschichtsunterrich es una película anti- Wayne no se hubiera dado la vuelta como Chaplin en Monsieur
hawksiana. Los movimientos de grúa, que subían y bajaban, Verdoux cuando oye que el fiscal dice: "Señores y señoras, con-
estaban fragmentados, no tenían nada que ver con los de templen a este monstruo". John Wayne se vuelve, contempla
Hawks. Si alguna película hawksiana hemos hecho, es Othon el cuadro que está tras él, vacila y finalmente se levanta para
(1969). En cuanto a la cuestión de si nuestras películas son decir: "Sí, ocurrió exactamente así". Despide a los allí reuni-
fordianas, me niego a decirlo porque lo considero demasiado dos y se pone el mismo salacot exactamente igual que cómo
pretencioso. Ese celo se lo dejo a Michael Cimino o a Francis lo llevaba Custer. Ahí nos dimos cuenta de que Ford no era
Ford Coppola. Yo no quiero medirme con Ford. en absoluto como creíamos, y mucho menos como nos habían
contado. Ni siquiera John Wayne se atreve a decir que ese cua-
dro que están contemplando es una mierda. Segundo punto,
Planteémoslo de otro modo. ¿Qué es lo que les gusta poco después descubrimos una película magnífica que se llama
de Ford? Misión de audaces (The Horse Soldiers, 1959), la única película
J-M. Straub: Podemos partir de un punto concreto. Lo primero realizada jamás en una situación de guerra civil. Tercer punto,
es su descubrimiento en 1965, en Suiza (en aquella época no vimos una película que, si alguna vez recopilara una filmoteca
podía regresar a Francia porque me habían condenado a un personal, incluiría en ella sin duda alguna. Dura diez minutos,
año de cárcel), en casa de un amigo matemático que traba- se llama La guerra civil y se trata de uno de los episodios de La
jaba en Ginebra. Estábamos allí trabajando en los subtítulos conquista del Oeste (How The West Was Won, 1962).
de Nicht versóhnt... (No reconciliados, 1965). En uno de los Ford es el único que ha hecho películas de guerra que no
suburbios de la ciudad, vimos Fort Apache (1948) y fue una caen en el ridículo como las de Lewis Milestone, Anthony
revelación. Todo el mundo decía entonces que era un film Mann o, sobre todo, Stanley Kubrick. Al final de Fort Apache,
cuando John Wayne mira a la caballería a través de la ventana, si adoras a alguien (el Diablo), te pertenecerá todo antes que la
sabemos que van directos al matadero. No hay ninguna escena mujer del tipo, víctima de la crisis económica, regrese al campo,
de sadismo cuando Ford filma la guerra, nunca el menor rastro a sus bueyes, y reconozca que tenían toda la razón al respecto.
de complacencia. Jamás se ve a un tipo ensartando a otro con En cuanto a lo de que el dinero corrompe a los campesinos, se ve
su bayoneta. Cuando Ford se muestra fascinado por el teatro muy bien en Sangre de pista (Kentucky Pride, 1925), donde com-
militar, hace de ello un ballet, lo que es totalmente distinto. pran un caballo al que los sábados no le dan de comer pon
No hay fascinación ideológica. Lo mismo cabe decir de los lin- día siguiente no trabaja. Pese a todo, entre ellos hay alguno que
chamientos en el cine de Ford. Todas las películas del estilo vacila. En las películas de Ford, siempre es así.
de Incidente en Ox-Bow, de William Wellman, a excepción de
Furia, de Fritz Lang, son películas nauseabundas sobre la prác-
tica del linchamiento. Eso cabría decir de James Stewart en Dos cabalgan
juntos (Two Rode Rogether, 1961), que al principio
es una persona detestable (no piensa más que en el
En Ford, igual que en el cine de Lang, se percibe ese dinero), pero nos sorprende cuando ayuda a la chica
miedo a la multitud, a lo gregario. "india" frente a la ofensiva racista del ejército.
Danièle Huillet: No es miedo a la multitud, sino a lo extraordi- D. Huillet: Porque Ford es un cineasta en el que no hay el menor
nario, a lo irracional, a la chispa que hace detonar la pólvora. A rastro de puritanismo, de fariseísmo. La gente de bien es capaz
pesar de ello, para Ford esas personas no son realmente mons- de las peores bajezas y los más brutos, de lo mejor.
truos. No están destinados, siempre hay alguien que les hace
moverse. J.-M. Straub: Ford es el cineasta con el mayor sentido de la
demarcación social. En él, está aún más claro que en Bertolt
Brecht. Recuerde Mar de fondo (Seas Beneath, 1931), donde
Los de The Sun Shines Bright acabarán por votar al
presenta una panoplia social extraordinaria. Cuando has
juez Priest.
visto las últimas películas de Ford, comprendes mejor lo
J.-M. Straub: La protagonista de Siete mujeres (Seven Women, que ocurrió en Argelia, y en el tema de la colonización en
1965) acaba cambiando a esos brutos, les hace dudar. Sólo hay general, que a partir de las películas que pretendidamente
una cosa que no cambia en Ford, y es el entramado social. En ese se acercan a la cuestión. No había un hombre que tuviera
sentido, no hay nada que hacer. Lo que se pone en marcha no mayor simpatía por los indios que Ford. No se puede hacer
es lo gregario, es la escala social, y lo que lo corrompe todo, de una película como El gran combate (Cheyenne Autumn, 1964)
arriba abajo, es el dinero. En cuanto a las clases dominantes, nin- si se es racista.
guna película ha ido tan lejos como Paz en la tierra (The World
Moves On, 1934), donde vemos al tipo, en pleno delirio, diciendo D. Huillet: Lo inasimilable es lo irracional que surgió con los
que el poder es el dinero. Sin olvidar al sacerdote que añade que indios.
"Sí, así ocurrió exactamente", dice Wayne a los periodistas en Fort Apache. Luego, se coloca el salacot exactamente igual que Henry Fonda
Se habla de amor a la comunidad en la obra de Ford,
pero con Will Rogers también filmó a los excluidos.
D. Huillet: Eso viene de su catolicismo. Al fin y al cabo, la his-
toria de Cristo no es tan distinta.
© John Ford. Ed. Patríce Rollet y Nicolás Saada. Cahiers du cinéma. 1990
Traducción: Nuria Pujol
La cuadratura del círculo:
Shohei Imamura (1), Philippe
Garrel (2), Andrei Tarkovski
(3) y Abbas Kiarostami (4),
los cuatro maestros reunidos
en el primer pack de la serie
"Cine, de nuestro tiempo",
testimonios sobre grandes
figuras de la cinematografía
internacional.
El diálogo interminable
CARLOS LOSILLA
Intermedio es un caso aparte en el un gusto por el riesgo no demasiado es Les Amants réguliers, también editada
panorama del DVD en España. No sólo la corriente en estos pagos. Y tercero, por- por Intermedio, sino la evocación de ese
selección de sus títulos resulta impeca- que, por increíble que parezca, la opera- olimpo?) y la demostración de su fragili-
ble, sino que sus ediciones son siempre ción les ha salido redonda, hasta el punto dad. Y Abbas Kiarostami es quien recoge
sorprendentes, van más allá de la típica de que no se sabe si los discos en cues- el testigo, de nuevo desde el otro lado del
estructura de película + making of o tión resultan más imprescindibles por el mundo (para nosotros los occidentales,
documental alusivo (en el mejor de los contenido principal o por la primicia que claro), y lo devuelve a los orígenes, a la
casos) para adentrarse en combinacio- suponen sus "complementos" en la geo- gran riqueza de sentido primigenia. En
nes mucho más osadas. En el caso que grafía del cine español, pues entre ellos fin, se trata de un rondó a cuatro bandas
nos ocupa, esa tendencia parece haber se encuentran algunas de las propuestas cuyas rimas y correspondencias dibujan
alcanzado una de sus cimas. Primero, más estimulantes de este año. un círculo no sólo de gran riqueza con-
porque atreverse con la serie "Cine, de Para empezar, la selección de los cua- ceptual y estética, sino también de una
nuestro tiempo" (en la que, desde hace tro cineastas que inauguran la serie no es coherencia intachable.
muchos años, Janine Bazin y André S. fortuita. Shohei Imamura es el más vete- Otra cosa es el modo en que son vistos
Labarthe vienen reuniendo testimonios rano, un iconoclasta de la modernidad esos cineastas imprescindibles. El por-
sobre algunos de los mejores cineastas que además ha trabajado siempre en su tugués Paulo Rocha, en Shohei Imamura,
de la historia del cine) supone un reto periferia, tanto geográfica como estética. el librepensador, utiliza la figura de la
rayano en el suicidio comercial. Segundo, Andrei Tarkovski es el padre ausente, y narración oral para presentar a un hom-
porque, no contentos con ese envite, han en su vacío se dibuja la desaparición bre que piensa su carrera en términos
decidido acompañar cada uno de los epi- prematura de aquel que ha marcado a transgresores, un anciano aparente-
sodios presentados de un cortometraje buena parte de la nueva cinefilia global. mente inofensivo en cuya trastienda se
realizado por un autor joven y local, Philippe Garrel representa a la vez la oculta el horror del siglo XX visto desde
dos características cuya asunción exige herencia de los tiempos gloriosos (¿qué sus propias letrinas. Chris Marker, en Un
día en la vida de Andrei Arsénevich, apro-
vecha la ocasión para seguir sus investi- Próximamente, en todos los sentidos
gaciones en torno al tiempo y la muerte,
e incorpora esa pieza a su filmografía con La selección de DVDs que anuncia Intermedio a partir de "Cine, de nuestro
elegancia elíptica, todo ello a través de tiempo" obliga a una reconstrucción meditada de la historia de las imágenes
la filmación de un Tarkovski en sus últi- en movimiento. Y ésa será la labor obligada de quienes se conviertan en sus
mos días, que recrea su memoria desde espectadores, que se verán forzados a reflexionar sobre su objeto de deseo a
su cama de enfermo terminal. Francoise partir de esta compleja superposición de retratos. Desde Jean-Marie Straub y
Etchegaray, en Philippe Garrel, artista, Danièle Huillet, supervivientes de otro tiempo, hasta Abel Ferrara, atrapado en
se muestra pudorosa ante la figura de plena mutación narrativa, el elenco es Impresionante: ahí comparecerán Norman
aquel que ha pasado una temporada en McLaren, uno de nuestros grandes desconocidos; Jean Rouch, el padre de tantos
el infierno y ha logrado sobrevivir, de otros; Otar losseliani, reivindicador de la pereza consustancial a un cierto tipo
manera que casi interesa más su mirada de cine; Ken Loach,
alucinada que sus palabras. Y Jean-Pierre quizá el más discutible
Limosin, en Abbas Kiarostami, verdades de todos ellos; Aki
e ilusiones, cede la película al iraní para Kaurismäki, el heredero
que éste nos devuelva a los territorios de e s c é p t i c o ; y los
su cine a bordo de un coche en perpetuo hermanos Dardenne,
movimiento. la mirada infatigable
Finalmente, los cortometrajes inclui- de quien intenta fijar
dos, en fructífero diálogo con la obra del en sus retinas el nuevo
implicado, desatan igualmente múltiples mundo postindustrial.
reverberaciones, aunque también funcio- Y si los asistentes
nan por sí mismos. Frente al homenaje son de excepción, los
explícito de En el monte y en el valle, de folletos que redondean
Caries Marqués, que podría ser otra carta estas ediciones podrían
de Kiarostami a Erice rodada en el barrio suponer la carta de
barcelonés de Vallcarca, encontramos presentación de un necesario relevo generacional en el pequeño mundo de
la callada emoción de Sobreimpresiones, aquellos que nos dedicamos a hablar de cine en este país. Porque los textos
de Gonzalo de Lucas, donde Garrel es la de Alan Salvadó (Kiarostami), Iván Pintor (Imamura), Santiago Fillol (Garrel) y
excusa para una reivindicación genealó- Fran Benavente (Tarkovski) -alguno de ellos conocido de estas páginas, los
gica de la imagen. Y ante el rigor geomé- demás de necesaria vindicación- revelan la emergencia de una nueva hornada
trico de Ejemplo del airón, de Lluís Galter, de escritores cinematográficos que, como ocurre con el diálogo entre cineastas
fábula perversa en torno a la disociación homenajeados e Invitados, dejan en evidencia la complejidad de una conversación
entre texto y figura, encontramos Grrrr! que alude implícitamente a los más veteranos: dotados de un estilo de gran
n° 7 y Suena la trompeta, ahora veo otra potencia expresiva, estos nuevos valores apoyan la existencia de una verdadera
cara, de Oliver Laxe, el primero en colabo- literatura cinematográfica, de unos textos que hagan honor a su denominación,
ración con Enrique Aguilar, experimentos de una escritura capaz de competir de igual a igual con su objeto de estudio. Son
visuales de una gran belleza en bruto, pla- nombres ya conocidos en la tradición de Intermedio, colaboradores habituales
nos arrancados a la realidad para trasfor- del proyecto, y también firmas que empiezan a aflorar en otros contextos. Pero
marlos en paisajes y retratos en busca de igualmente se trata de un interrogante: ¿cómo será escribir sobre cine, en
la esencia de nuestro tiempo. • España, dentro de muy poco?
también a menudo industriales) pionero de Julio Pérez Perucha Y desde ahí, su zigzagueante
por los que discurre, en abigarrada (El cinema de Carlos Serrano de trayectoria, el asumido "teluris-
manada, el resto de sus contempo- Osma, Seminci, Valladolid 1983), mo", que se identificó en la época,
ráneos. Nos paramos menos a pero presto olvidado por quienes allá por los años cuarenta, con un
pensar (lo afirma Aranzubia en deberían haberse fijado mejor en cine intelectual y despegado de
las bien argumentadas páginas de su desconcertante filmografía, los furores populares del grueso
éste, su primer trabajo historio- Serrano de Osma fue un personaje de la producción hispana; su
gráfico en solitario) en lo que de enorme talla cinematográfica. maniática persecución de la liber-
supone de verdad la etiqueta. Lo fue, ante todo, por lo que Aran- tad creadora (de ahí que fundara
Porque, por un lado, la supuesta zubia define como su "obsesión", hasta tres empresas propias, nin-
rareza del cineasta, un baldón en su matrimonio inalienable con el guna con salud suficiente como
el momento en que intentó poner cine, en todas sus formas: guio- para garantizarle su continui-
en pie su trabajosa filmografía (un nista, conferenciante, productor, dad), y la sorpresa que a menudo
Asier Aranzubia Cob fracaso de público, en realidad, la docente y, last but not least, causaba en la crítica el estreno
mayor parte de las veces), supuso director, uno de los más extraños de cada uno de sus seis largo-
Carlos Serrano de casi siempre su ostracismo profe- de la posguerra española. Su vida metrajes. Aranzubia argumenta
Osma: Historia sional. Por el otro, a historiadores fue una constante peripecia, desde muy bien las peculiaridades de
rutinarios y a la gran pandilla su compromiso republicano y nuestro hombre, no desde la fácil
de una obsesión de los críticos gacetilleros les ha comunista y su participación en perspectiva cinéfila, sino desde
Cuadernos de la Filmoteca Española venido muy bien la etiqueta: "raro" diversos filmes de propaganda, el sólido lugar del historiador sin
Madrid, 2007. 15 € significa, de alguna forma, que no hasta su repentina conversión al anteojeras; y su trabajo, riguroso
hay necesidad de revisarlo y que, franquismo y su cambio de bando y a menudo inspirado, ayuda a si-
Con frecuencia, en el cine español en definitiva, se cuenta con la ex- en plena guerra, siendo éste uno tuar por fin a uno de esos "maldi-
se ha colgado la etiqueta de "raro" cusa para enterrar al distinto en el de los pocos aspectos mejorables tos" que, ayer y hoy (¿siempre?),
a cineastas que no han sabido, baúl de los recuerdos, y a otra cosa. del trabajo de Aranzubia, pues se constituyen lo más interesante de
podido o querido encajar con queda el lector con deseo de saber la maltratada historia de nuestro
Reivindicado, a comienzos de
los esquemas (ideológicos, pero más sobre el asunto. cine. M. TORREIRO
los años ochenta, por un libro
ha mantenido dignamente ajeno través de él, para lo cual es perfec- metodológicos. Es posible que las
a las coyunturas y tendencias del tamente conveniente. presiones de entrega inherentes
mercado, pegado a sus más lace- Gran conversador y narrador a los encargos de un festival (en
rantes obsesiones para crecer con de historias, el formato de entre- este caso el de Almería) hayan
ellas (quizá para ellas) a lo largo de vista se ajusta como un guante a dejado rastro en su elaboración,
treinta sinceros años de carrera. la personalidad del cineasta, que que se presume acelerada, aunque
Con un grueso de filmografía de mantiene una charla distendida resuelta con dignidad gracias a la
ocho largometrajes de ficción (en- con otro director y amigo, Manuel admiración y respeto que sin duda
tre ellos Mientras haya luz, El te- Martín Cuenca (La flaqueza del Martín Cuenca profesa hacia el
cho del mundo o Nubes de verano), bolchevique), para hacer un ame- cineasta leonés.
y varios mediometrajes y cortos no recorrido, no necesariamente El ambiente de confianza que
Manuel Martín Cuenca documentales, el cine de Vega, que cronológico, por su filmografía. establecen entrevistador y entre-
se ha paseado por las carteleras Más que cuestiones que surgen de vistado se abre en dos direcciones:
Felipe Vega. con la discreción propia de su la necesidad de despejar dudas o la que beneficia a la conversación
Estar en el cine estilo cinematográfico, emerge a aclarar ideas (a la manera progra- (con enfoques y confesiones que
día de hoy con inusitado relieve. mática del Truffaut/Hitchcock o igual no se hubieran producido de
Instituto de Estudios Almerienses.
Almena, 2007. 12 € Basta recordar la contundente del Crowe/ Wilder), Martín Cuen- otro modo), y la que la perjudica
sobriedad de su última propuesta, ca se dedica a apuntalar comen- cayendo del lado de la complacen-
En su trayectoria cinematográ- Mujeres en el parque (2006), para tarios y a proponer vías hacia las cia y evitando la pulsión crítica.
fica, Felipe Vega ha sabido hilar reconocer su madurez creativa. que conducir la charla, de manera Así, la dimensión familiar que
un discurso propio, una forma de Aparte de alguno de sus guio- que la improvisación y la espon- caracteriza los rodajes de Vega,
entender el cine que procede más nes, la bibliografía en torno a su taneidad priman sobre el cálculo concebidos como "una excursión",
de la experiencia vital que de su obra era inexistente, con lo que la y el análisis, que se mantiene en el según apunta Gutiérrez-Solana en
pasional cinefilia (fue redactor- edición de este libro de entrevis- territorio temático, anecdótico y el prólogo, se respira también en
jefe de la revista Casablanca); un tas, más allá de sus posibles mé- más bien endémico de los filmes, la lectura de este volumen, que se
cine que, incluso en sus obras ritos, debe recibirse con regocijo sin ahondar, como podría espe- completa con un texto del monta-
menos personales (Un paraguas tanto por los seguidores de su obra rarse de una conversación entre dor Hernández Zoido a modo de
para tres, Grandes ocasiones), se como por los que la descubran a cineastas, en aspectos técnicos o
epílogo. CARLOS REVIRIEGO
Santos Zunzunegui
Coincidiendo con la importante retrospectiva que le dedica el El trabajo con los guionistas y los jóvenes actores. Parti-
Festival de San Sebastián, y que este mes de octubre visitará mos de una historia de mi invención, y después Marc y Arlette
también Valencia (Filmoteca) y A Coruña (CGAI), Philippe escriben las escenas que les apetecen, cada uno a su manera. Se-
Garrel recibe en exclusiva a Cahiers-España. Lejos de la imagen guidamente tomo el texto y digamos que reescribo el guión con
de cineasta huraño y solitario que se le atribuye, la conversación la cámara. Los estilos de Arlette, que es ante todo dialoguista y
se prolonga a lo largo de casi hora y media. Garrel se muestra trabajó con Maurice Pialat, y de Marc, que es un novelista, son
generoso en unas respuestas que reflexionan sobre su forma de muy diferentes. Así que cuando retomo el guión y lo pongo en
entender el oficio de cineasta. Con el ánimo de no fragmentar la escena es cuando tengo que otorgarle una unidad de tono, de
fluidez de su discurso, hemos optado por prescindir de la clásica estilo. Su colaboración es muy importante para mí, sobre todo
estructura de preguntas y respuestas. El cineasta acaba de fina- en lo que se refiere a los diálogos. Cuando llego al plató por la
lizar el rodaje de La Frontière de l'aube, una historia contempo- mañana me resulta muy útil contar con un guión, como si dis-
ránea protagonizada por tres jóvenes (Laura Smet, Clémentine pusiera de una herramienta objetiva que me permite comparar
Poidatz y su hijo Louis Garrel), filmada en blanco y negro, y en aquello que está escrito en el papel y las diferentes actuaciones.
París, que constituye su cuarta colaboración con los guionistas Fui profesor en el conservatorio de arte dramático, he dado cla-
Marc Cholodenko y Arlette Langmann. ses a ocho promociones. Cada escena adquiere un estilo con-
creto al ser interpretada por los actores. Resulta muy agradable lículas no narrativas y me convertí en una especie de director
trabajar como en el teatro: ver cómo cada actor se acerca a un maldito. Pero creo que hay etapas en la vida. A partir de 1979,
texto. No se trata de que lo sigan al pie de la letra, sino precisa- con L'Enfant secret, pensé que ya bastaba de cine poético y que
mente de ver cómo lo interpretan. tenía que empezar a rodar cine narrativo. Al principio, creía
Dos jóvenes directores/actores, Xavier Beauvois y Noémie que se tenía que rodar en base a la poesía. Cuando tenía veinte
Lvovsky, también han colaborado en los guiones de mis últimas años sólo leía poesía: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Nerval...
películas. Nuestra relación proviene sobre todo del hecho de que sólo poetas. Después, en cambio, empecé a leer sólo novela. Así
su generación me respeta como cineasta. En los años setenta yo que el tema de la presencia de la muerte en mis filmes viene
era muy marginal, apenas circulaban copias de mis películas, de aquí. De acuerdo que tengo en mente a muchas personas de
un par como mucho. En España, por ejemplo, sí había un distri- mi entorno que han muerto. Pero no se trata tanto de esto, sino
buidor, Jos Oliver, que importaba mis copias y las proyectaba en que está ligado a los novelistas. A la muerte como un elemento
las filmotecas y cine-clubs. Y la generación de Xavier y Noémie presente en la narrativa.
me respeta precisamente por eso, porque era un francotirador.
También me gusta trabajar con gente joven, porque conozco a
muchos jóvenes intérpretes por mi labor como profesor. Me Eustache y yo trabajábamos en el cine
interesa mucho mantener este vínculo con una generación que
también me recuerda a mí mismo en mis comienzos. En Les de la misma forma que un pintor con
Amants reguliers está mi hijo Louis, que es actor y, bueno, es evi- la pintura: nos obsesionaba encontrar
dente por qué trabajo con él. También fue mi alumno. Lo bueno
de hacer películas con gente joven es que tienen tanta fuerza, película virgen, era algo muy físico
tanto entusiasmo, que resulta muy agradable trabajar con ellos.
La escena de las barricadas de Les Amants reguliers, por ejem- Los artesanos. Ayer proyectaban aquí, en San Sebastián, Les
plo, la rodamos de noche en un aeropuerto. Trabajamos desde Hautes solitudes (1974) y Le Berceau de cristal (1975). ¡Son dos
la puesta del sol al amanecer. Resultó un trabajo duro, incluso a películas en 35mm que rodé yo solo! No sólo era el operador,
nivel físico. Y tener a todos esos antiguos alumnos resulta una sino que también cargaba la cámara, filmaba... lo hacía todo.
forma muy práctica de hacer las cosas. Y eso es muy raro. Por eso son películas mudas, bueno una es
completamente muda y la otra tiene una banda sonora com-
Eustache/Pialat. Tenía dieciocho años cuando conocí a Jean puesta y añadida después. Porque no había nadie para ocupar-
Eustache. Él era diez años mayor. Le entrevisté a propósito de se del sonido. Nadie había hecho películas así antes. Y resulta-
Le Pere Noel a les yeux bleus. Quedamos en un café... Me sentía ba muy práctico. Alquilar una cámara, cargarla, llevarse a un
muy próximo a él, mucho más que a Maurice Pialat, que era de par de actores a una habitación de hotel y rodar una película.
otra generación. No sé por qué se suicidó Jean Eustache. El poco Éstas son películas de una hora y media ¡hechas por una sola
éxito de Mes petites amoureuses, que no funcionó en absoluto, lo persona! Incluso las películas más underground disponen de
minó mucho. Además estuvo enfermo, y todo eso provocó que se un pequeño equipo. Nosotros éramos solo los actores y yo. Ro-
sintiese muy vulnerable. Simplemente se suicidó en su buhardi- dé muchas películas así. Trabajaba de forma completamente
lla. Jean, yo y el resto de directores de nuestra generación no ha- artesanal y personal en un arte que es industrial. Eso también
cíamos cine para..., cómo decirlo, no hacíamos cine para encon- ha hecho que me respeten. Como era tan difícil y pesado rodar
trar nuestro sitio en la sociedad. Era algo instintivo. Hacíamos en 35mm, porque tenías que cargar con el peso de la cámara de
cine porque para nosotros representaba un arte moderno. Eso un lado para otro, pues a veces también lo más fácil era rodar lo
era lo que nos interesaba del cine a diferencia de las otras artes: que tenías más cerca. Se puede decir que filmaba una especie
era algo que se acababa de inventar. Tanto Jean como yo traba- de diario. Andy Warhol también hacía cosas de este tipo. En
jábamos en el cine de la misma forma que un pintor con la pin- 16mm, rodando todo el rato lo que pasaba a su alrededor, su vi-
tura. Cargábamos la cámara, nos obsesionábamos con encontrar da, sus amigos, hablaba con la gente mientras los filmaba... En
película virgen... Era algo muy físico. Eramos trabajadores del un momento dado me interesó llevar el cine aún más lejos de lo
arte... Pero sigo sin saber por qué la gente se suicida... que lo había hecho la Nouvelle Vague, cuyos cineastas, aunque
rodaran muchas veces en escenarios naturales y todo eso, no
dejaban de realizar un cine todavía cargado de cierta teatra-
Los muertos. El recuerdo de los muertos es muy fuerte en mi
lidad. Pero al final no hay nada más teatral que las relaciones
cine, por supuesto, pero no pretendo invocar fantasmas. Creo
que se crean entre la gente que filmas, eso es más teatral que
que los fantasmas no me dejarían ver a la gente viva. Lo que
montar escenas. Pese a todo, aquel tipo de cine tuvo su público,
pasa es que, precisamente porque ahora llevo una vida mucho
e incluso encontró personas interesadas en distribuirlo, como
más equilibrada que cuando era joven, me puedo permitir ha-
ya he dicho antes. Actualmente, sin embargo, la gente joven se
blar de cosas muy violentas, de cosas trágicas. Cuando eres
interesa enormemente por el cine. Porque en mi generación,
joven y estás viviendo esa tragedia no puedes hablar de ello.
que es la del 68, no era así. De acuerdo que entonces la Cine-
Es un signo de madurez llegar a expresarte, sin ningún tipo de
mathéque estaba llena, pero en general a la gente middle class
censura, sobre la violencia que puedes haber vivido. Cuando
no le interesaba. Les gustaba la música, pero no el cine. En
era joven, en cambio, mis películas eran más idealistas. Creo
cambio, ahora a todos los jóvenes les gusta, aunque sólo sea el
que también por eso se me ha acabado aceptando en el cine
cine norteamericano.
francés. Cuando comencé a hacer cine me interesaba rodar pe-
De izquierda a derecha: Les Amants réguliers, Le Vent de la nuit y Sauvage innocence
Godard. Al principio estaba muy influenciado por Jean-Luc sólo de una cuestión de buen gusto. Hay que saber hacerlo. Yo
Godard. Yo ya quería hacer cine antes de haber visto sus pelí- he trabajado particularmente sobre el color en La Cicatrice in-
culas, pero entonces creía que un director de cine era alguien al térieure y en Le Vent de la nuit.
estilo de Marcel Carné, que rodaba filmes como Quai des bra-
mes con Jean Gabin y Michèle Morgan, películas construidas en Pintores y modelos. A mí me gusta crear imágenes como si
torno a un actor. Después, al empezar a ver las obras de Godard, pintara o dibujara. Es como si hiciera una pintura colectiva al
empecé a entender también por qué era el inventor del cine mo- gouache. Esto de la pintura es muy de Pialat, que de hecho era
derno. Comprendí que había alguien más aparte del actor. Go- pintor. Lo que tomé prestado de él fue un punto de vista gene-
dard, además de rodar películas, nunca ha dejado de hacer cine. ral sobre el cine: "no se puede rodar cualquier cosa". Es un arte
Incluso actualmente y a diferencia mía: estoy tan preocupado industrial, algo que mucha gente va a ver, por tanto no se puede
por el conjunto de escenas que ruedo que no consigo pensar en explicar cualquier cosa. Después de la Nouvelle Vague lo adop-
hacer cine. Hago películas, pero no cine. tamos como principio moral: con esto no se puede bromear. Hay
cosas con las que no puedes jugar. Con las mujeres es igual. Hay
que ofrecerles algo, si no no vale la pena rodar. Como en Francia
No se puede rodar cualquier cosa. no existe nada parecido al Actor's Studio, es preciso buscar unas
Después de la Nouvelle Vague tomamos reglas de conducta para construir las escenas y dirigir a los acto-
res. En la primera etapa de mi filmografía, el trabajo con los ac-
esto como un principio moral tores y sobre todo con las actrices se parecía a la relación de un
pintor con su modelo. Ahora me siento mucho más influenciado
Blanco y negro. Empecé explicando mis propias historias, ro- por el hecho de ser profesor. Dirigir a un estudiante en la escuela
dando lo que había a mi alrededor. No sería capaz de hacer una y dirigir a un actor en el plató se parece mucho. En mis últimas
película francesa como las que se estrenan hoy en día. Mi prin- películas, Sauvage innocence, Les Amants réguliers y la nueva,
cipal motivación sigue siendo trabajar con una cámara y escribir hay muchos antiguos alumnos míos. Mi relación con ellos no es
diálogos para que los interpreten los actores. Tengo un enfoque la misma que la que tiene un realizador normal. No sigo ningún
muy práctico. Me produje a mí mismo hasta 1981, pero ahora método ni doy instrucciones, se trata más bien de crear un am-
cada vez colaboro con más gente. Siempre tengo que crear un biente de taller de trabajo. No puedo concebir una buena película
vínculo muy personal. Si trabajo con un productor, tengo que si no cuento con buenas interpretaciones. Rodé muchas películas
comprometerlo en la película, le explico cómo trabajo para que con mi padre de protagonista y ahora trabajo con mi hijo, lo que
tenga claro que ésta no va a ser como los otros filmes que produ- también marca un vínculo entre la vida personal y la laboral, ade-
ce. Por ejemplo, mis últimas películas son en blanco y negro. Eso más de dar cierta continuidad a mi filmografía. Cada diez o quin-
es algo que ya no se hace, apenas nadie rueda en blanco y negro, ce años cambias de etapa. Ahora mi interés principal es contar
pero yo lo pongo como exigencia en los contratos. Decido si las historias, rodadas en blanco y negro, de cuando era joven.
películas son en blanco y negro o en color antes de empezar a
rodar. Por supuesto hacen falta muchos más recursos si ruedas Tecnologías. Fue Henri Langlois quien me aconsejó que no
en color. En blanco y negro puedes rodar en cualquier parte. En abandonara nunca el blanco y negro, porque el cine se había in-
cambio, con el color tienes que buscar el lugar, y los decorados ventado en 35mm y en blanco y negro, y resulta imposible que
tienen que encajar en tu visión del color. Los grandes maestros uno se llegue a desvincular completamente de los orígenes. Su-
del color, como Godard y Antonioni, tenían un departamento cede lo mismo en la pintura, con la aparición de los acrílicos
de decorados, vestuario... Lo entendí cuando trabajé con Raoul respecto al óleo. Eso no cambia la relación del pintor con la tela.
Coutard, con quien he hecho tres películas. Todo el cromatis- Comparto la idea de Henri Langlois de que por muchos avan-
mo en los filmes de Godard y Antonioni provenía más de un ces tecnológicos que aparezcan siempre tendremos necesidad
trabajo con el responsable de decorados que con el director de de volver a los orígenes. No creo que la imagen sufra ninguna
fotografía. Godard y Antonioni han escrito películas en color, metamorfosis, por eso soy fiel a esa idea originaria del cine. Mi
también se puede decir del Bergman de Gritos y susurros... Pero problema respecto al vídeo es que se trata de algo completa-
hay muy pocos cineastas que lo hayan conseguido. No se trata mente diferente. Por ejemplo, está muy bien lo que consigue
David Lynch en Inland Empire con una cámara digital. Pero es catrice intérieure, ni siquiera sé si Gus Van Sant ha visto mi pelí-
muy distinto de su anterior película en cine. El director debe cula, sospecho que el parecido es puro azar. Y tampoco he visto
adaptar su técnica a la nueva tecnología. Y ya no tengo tiempo una película de la que todo el mundo me ha hablado muy bien,
para eso. Necesitaría tres vidas para meterme en este asunto. Honor de Cavalleria, de Albert Serra. En la época de la Nouve-
Tengo cincuenta y nueve años, me debe quedar todavía alguna lle Vague y del resto de los nuevos cines, los cineastas sentían
película por hacer, pero no me apetece entrar en el terreno de que existía un vínculo muy fuerte entre ellos. En cambio, ahora
la tecnología. Aún así, creo que en el cine todavía quedan mu- parece que exista una competición internacional de directores.
chas cosas por hacer, pues es un arte muy joven, al contrario de Encuentras cineastas con mucho talento, pero lo que se ha per-
la literatura. Lo que me interesa son las reglas de identificación dido es cierto espíritu de equipo. El cine tiene que mostrar el
con los personajes, el por qué la gente se emociona, aquello que estilo del director. Me interesan esos directores que con sólo ver
sucede entre el espectador y la película. La sugestión incons- una escena de sus filmes, ya sabes reconocer que son suyos.
ciente o consciente que tiene lugar en una sala de cine. Se puede
hacer arte con cualquier cosa. Un escultor actualmente modela Mirando hacia atrás. Cuando me dedican una retrospectiva
cualquier material, pero su trabajo como artista sigue siendo el a veces pido que no incluyan alguna de mis primeras películas
mismo. Las grandes películas te cambian la vida. Películas como porque considero que están anticuadas. Son obras que, sacadas
Pierrot le fou lo hacen. Y eso es lo que me interesa. del contexto en que se rodaron, no se pueden entender. También
hay alguna de mis películas narrativas que no me satisface tanto.
El cine contemporáneo. Me han gustado películas como Las que más me gustan son La Cicatrice intérieure, que ahora es-
Rompiendo ¡as olas, de Lars von Trier; Exotica, de Atom Egoyan; tá muy aceptada, y Les Amants réguliers, porque pude dedicar-
Caro diario, de Nanni Moretti; Hable con ella, de Pedro Almodó- le muchas horas y en ella trabajo con mi hijo. De hecho quería
var; Mulholland Drive, de David Lynch; Sleepy Hollow, de Tim hacer una película vinculada de alguna forma a La Maman et la
Burton, algunos filmes de Aki Kaurismäki, Emir Kusturica... En putain, de Jean Eustache, en el sentido de que fuera una obra
general, creo que en el cine internacional hay directores mucho importante, larga, que hablara de nuestra generación. •
más interesantes que en el francés... Sólo encuentras algún ci-
neasta puntual como Bruno Dumont, de quien me gusta mucho Declaraciones recogidas en San Sebastián,
Flandres. No tengo claro que Gerry esté influenciada por La Ci- el 23 de septiembre de 2007
CARTA 1
Querido Asier,
Carlos Reviriego
CARTA 2
Es muy probable que conozcáis la anécdota. La cuenta Jacques Aumont en un libro que dedicó
al estudio de las relaciones entre cine y pintura: corre el año 1966, Henri Langlois ha organizado una
retrospectiva en torno a la obra de Lumière y le pide a Godard que pronuncie unas palabras para intro-
ducir el ciclo. Godard se sube a la tarima y, lejos de limitarse a cumplir con el expediente, nos regala
uno de sus más brillantes aforismos: "Lo que interesaba a Méliès era lo ordinario en lo extraordinario, y
a Lumière lo extraordinario en lo ordinario". Tengo para mí que de entre todos los cineastas contempo-
ráneos el bardo de Teherán es el que mejor y más productivamente ha insistido (e insiste) en esta línea
fundacional abierta por Lumière. Y como muestra, un botón. O mejor, unas cartas.
Dice Jaime Pena (núm. 6, Trendesombras.com) que las cartas audiovisuales que Kiarostami ha
enviado a Erice (al menos las dos primeras) demuestran que los intereses del primero no están ancla-
dos (y el verbo anclar está muy bien elegido) en su obra pasada. A pesar de que comparto esta opinión
(en el sentido de que las cartas de Kiarostami demuestran que la suya es una obra viva, pergeñada de
espaldas al relato y en continuo proceso de transformación), creo también que es preciso señalar que sus
cartas, y por extensión toda su obra reciente, surgen, en última instancia, de la declinación o reutiliza-
ción de formas y elementos que habían comparecido ya en la primera parte de su filmografía. De lo que
se trataría, más bien, sería de retomar elementos que habían
aparecido de manera casi anecdótica en obras anteriores para
otorgarles ahora un papel determinante. En este sentido me
parece ejemplar el extraño caso del cuerpo flotante.
Me comentaba el otro día Alberto Elena que, en su opi-
nión, El viento nos llevará (1999) es, de entre todos los filmes
del cineasta iraní, aquel en el que se dan cita un mayor número
de elementos "kiarostamianos". No es casual, entonces, que
sea también en esta suerte de film-compendio donde encon-
tremos por vez primera a nuestro ubicuo objeto flotante. En
esta ocasión se trata de un hueso que el protagonista, des-
pués de limpiar la luna delantera de su coche (en lo que Alain
Bergala interpretó como una invitación a lavarse o reeducar la
mirada), arroja a un riachuelo. Estamos pues ante la primera
(y casi anecdótica) comparecencia de un motivo que pronto
habrá de conocer un desarrollo inesperado. Hablo, lógica-
mente, del primer gran plano de Five (2003), aquel en el que
la cámara de Kiarostami filma, en riguroso plano secuencia de
ocho minutos de duración, la desigual contienda que enfrenta
Arriba, el membrillo a un palito con todas las olas del mar; pero hablo también de la no menos épica aventura que, a tra-
tozudo (carta 4) y vés del cauce de un río, emprende ese membrillo saltarín y tozudo (como lo son casi todos los héroes
el limpiaparabrisas
que limpia la mirada de las ficciones de Kiarostami) que, como bien apuntaba Carlos Reviriego en su carta, parece sacado
(carta 6). Abajo, el de un musical. En mi opinión, la extraordinaria belleza de estos dos fragmentos ordinarios (que diría
membrillo llega a
su destino (carta 4) Godard) tiene que ver, sobre todo, con su duración. Me explico: si Kiarostami se hubiera limitado a fil-
y la botella de Erice mar (como, por cierto, hace Erice con la botella) al palo o al membrillo durante un periodo de tiempo
flotando en el agua
(carta 8) considerablemente inferior al que les dedica, es muy probable que ambas secuencias se hubieran visto
privadas de esa dimensión épica que es, a fin de cuentas, la que confiere a ambas su insólita belleza.
En otras palabras, para que el descenso del membrillo emocione al espectador es indispensable que el
cineasta se tome su tiempo. Y también, claro está, que el espectador sepa esperar.
Esperando que mi proverbial incapacidad para juntar palabras a un ritmo aceptable no haya ago-
tado vuestra paciencia, se despide
Tentado he estado de enviaros una vaca en lugar de esta carta, para sembrar el desconcierto e
introducir en este breve intercambio epistolar un elemento discordante (la irrefrenable tentación de
molestar, siempre), a la manera de Kiarostami. En lugar de eso me conformo con algo más modesto:
compartir algunos apuntes de mi cuaderno de notas, tomados en los visionados de las diez cartas de
Víctor Erice y Abbas Kiarostami.
Carlos Mugiro escribió en algún lugar que el gesto del cineasta agachado sobre la cámara le
emparenta con el del campesino que ara el campo: al trabajar, ambos ofrecen su espalda encor-
vada al sol. Las cartas de Erice y Kiarostami me parecen una celebración de ese gesto del cineasta
que se agacha para ver y filmar el mundo, plantando los pies en la tierra. Y no sólo por la cuestión
física de la postura (Erice agachado para filmar el devenir de una botella con mensaje, arrastrada
por la corriente; Kiarostami al enfocar en leve picado las manos de los pescadores que la encuen-
tran), sino por la atención que el conjunto de las diez cartas pone en
los elementos naturales, primero la tierra, ahora el agua (¿luego el
fuego?), como bien habéis apuntado. Otros han hablado mejor que
yo de la relación de los dos directores con la naturaleza, pero me
gustaría detenerme en una idea, quizás banal, que me asaltó con la
carta número seis, Rain, de Kiarostami a Erice: ser feliz es contarlo.
Más allá de la capacidad de construir un paisaje abstracto con algo
tan sencillo como la lluvia en un cristal, esa carta, y a su manera
las demás, se me antojan una celebración de la vida. De la felici-
dad. Y de la extraña necesidad de contar y compartir (aunque sea
de manera abstracta) esa felicidad. Una tarde lluviosa, la botella de
vino junto al mar, el mundo en una piel de vaca, el sonido de las olas
y el viento que arrastra una carta, impidiéndonos descubrir su con-
tenido, son algunas de esas cosas que hacen latir el corazón y de las
que hablaba Chris Marker en Le Mystère Koumiko (1965). Pequeños
instantes de gozo que no lo serían, o no estarían completos, sin su
reflejo cinematográfico. Erice y Kiarostami, con su acercamiento a
la tierra, a los elementos más básicos de la vida, construyen un cine
que se pega a lo esencial para levantar el vuelo.
No deberíamos olvidar, por otro lado, que este viaje a dos
Arriba, la mano que
voces arranca con el plano de una mano, la de Víctor Erice, escri- escribe la primera
biendo una carta. La última (hasta ahora) de estas diez cartas fil- misiva (carta 1).
En el centro, la
madas corresponde también a Erice, y nos muestra otra carta, en botella recogida
papel, descomponiéndose en el mar, agitada por las olas, ilegible. De por el pescador
(carta 9).
los dos protagonistas, quizás ha sido Erice quien más ha evolucio- Abajo, la carta que
nado con esta correspondencia: el viaje que hay desde su mano que se disuelve en el
agua (carta 10)
escribe hasta la carta disolviéndose en el mar mide la distancia que
hay entre lo narrativo y un lugar desconocido, menos visitado, más
apasionante. José Antonio Sistiaga, que lleva años dibujando una película sobre el sol, fotograma a
fotograma, insiste en trabajar a mano y no con ordenadores porque, dice, "la mano es más inteligente
que su propietario". La correspondencia de estos dos directores, liberados de las restricciones de la
industria, es toda una reivindicación de la mano creadora, una defensa del gesto, del trazo libre: un
manifiesto del autor enfrentado en solitario al mundo con la única ayuda de un papel en blanco. Y su
mano que empuña una cámara que mira al mundo.
Gonzalo de Pedro
CARTA 4
Unas cartas conducen a otras, unas misivas reemplazan a las anteriores. Con este comienzo podría
pensarse que estamos repasando un fragmento de Innisfree (Guerín, 1990), pero lo cierto es que nuestro
voluntarista intercambio epistolar (inducido por la correspondencia que Erice y Kiarostami mantienen
desde la primavera del 2005) no puede esconder que nace, también, de una perplejidad y de una nece-
sidad de replantear nuestra propia manera de situarnos ante las imágenes de estos cineastas.
Cuando contemplamos a los niños pintando un membrillero (carta 1), cuando descubrimos una
imagen del mundo cifrada en la piel de una vaca (al decir de Reviriego; carta 2), cuando escrutamos en
la mirada de unos niños el reflejo de las aventuras imaginarias que otro vive sobre una pantalla (carta
3), cuando seguimos absortos -emocionados, dice Asier— el itinerario saltarín de un codiciado mem-
brillo a lo largo de un cauce fluvial (carta 4), cuando unas gotas de lluvia sobre un cristal nos abren la
puerta a esa celebración de la felicidad que tanto disfruta Gonzalo frente a la carta 6, cuando un texto
manuscrito metido en una botella arrojada al mar recorre las costas del Mediterráneo (cartas 7 y 8),
cuando ese escrito al fin liberado de su envase echa a volar sin que haya sido posible desvelar su con-
tenido (carta 9) o cuando, finalmente, los últimos jirones del papel se disuelven en el mismo agua por
el que tanto ha navegado (carta 10)..., entonces, es decir, mientras la imagen-tiempo se hace imagen-
pensamiento (que diría Deleuze), es cuando caemos en la cuenta de que la experiencia del visionado
ha terminado por instalarnos, precisamente, en ese "lugar desconocido, menos visitado" que el relato,
pero "más apasionante" (gentileza de Gonzalo) al que nos remiten, en esencia, las cartas 2 y 6 firma-
das por Kiarostami.
Situados en ese "lugar desconocido", por tanto, nuestras certezas construidas sobre el conocimiento
que podamos tener de más de un siglo de celuloide narrativo empiezan a tambalearse. Nuestra mirada
recala sobre gestos y trazos que antes nos habían pasado inadvertidos. Nuestros ojos descubren, de
golpe, la diferencia entre pintar un membrillo y la necesidad de comérselo, la distancia que
existe entre observar directamente el mundo (cartas 2,4,6 y 9, de Kiarostami) y representarlo
a través de la experiencia audiovisual (cartas 1, 3 y 5, de Erice), la distinción entre narrar y
contemplar, entre la dificultad -siempre esforzada, en ocasiones epifánica— de construir un
sentido, y la aventura -siempre incierta, a veces gozosa— de capturar una imagen.
De ahí que el cineasta iraní filme la piel de una vaca, el membrillo que baja por el río, la lluvia
que celebra la vida o el trabajo diario de los pescadores con la mirada de quien se relaciona con
el mundo sin intermediarios ni filtros, en un intento radical (utópico, sin duda; casi suicida) de
prescindir de la cultura cinéfila para intentar mirar de nuevo
con ojos limpios y desprejuiciados, empeñados en aprender
de la realidad a la que sus imágenes interrogan. De ahí, a su
vez, que el cineasta español evoque el membrillo de su film
anterior, muestre a unos niños una película de su interlocutor
y a un pastor castellano una misiva-vídeo de este último (carta
5) con la actitud de quien extrae del cine una razón y una guía
para vivir, que se esfuerce en construir un relato sobre un iti-
nerario (cartas 7,8 y 10) desde una mirada conformada por la
propia experiencia biográfica -cifrada en un tiempo histórico
Arriba, los niños
preciso- de las imágenes en movimiento.
frente a la película de Actitudes diferentes, sin duda, pero convergentes en la voluntad común de abrir nuevos cauces para
Kiarostami (carta 3). seguir dialogando con la siempre escurridiza realidad. Por eso vuestras cartas, que tanto os agradezco,
Abajo, izq., la lluvia
que dibuja el paisaje coinciden también en su afán humilde de sugerir caminos, de apuntar lecturas y de explorar vías de
(carta 6). A la dcha., aproximación a estas cartas-vídeo que tanto nos inquietan, nos descolocan y nos fascinan a la vez.
los pescadores que
recogen la botella
(carta 9)
Con toda mi solidaridad en esta estimulante aventura...
Carlos F. Heredero
Peter Lord, el señor de la plastilina
JORDI COSTA