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Universidad de la República

Facultad de Psicología

Trabajo final de Grado

Construcción del rol del estudiante universitario en la


unidad Nº3
(ex Penal de Libertad)

Estudiante: Alejandro Marichal


C.I. 4.085.554-2
Tutora: Prof. Adj. Sonia Mosquera

Revisora: Prof. Adj. Mag. Psic. Cecilia Baroni


Fecha de entrega: JULIO 2019

Montevideo, 2019

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Índice

Resumen................................................................................................................................3

Introducción...........................................................................................................................4

La cárcel y la producción de subjetividad..........................................................................6

El encierro «Efectos desadaptativos, precarizantes y totales en el sujeto»...................11

Pensando desde la perspectiva psicologica los prefijos «re» …....................................17

La potencia en el sujeto, lo instituido y lo instituyente....................................................20

El proceso grupal y el encuentro pedagógico

como medio de construcción del estudiante :..................................................................27

Udelar en el encierro «habilitando el rol del estudiante».................................................31

«Sembrando un nuevo camino» Obstáculos y fortalezas del E.P.L................................37

La implicación......................................................................................................................39

Reflexiones finales..............................................................................................................40

Referencias bibliograficas..................................................................................................42

Anexos:

Carta dirigida al director de la unidad, por parte de los E.P.L.........................................46

Los estudiantes sobre su experiencia como universitarios............................................49

Proyecto Espacio Udelar para los E.P.L. de la Unidad Número 3 Libertad....................60

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Resumen

A través de este trabajo pretendo describir y reflexionar sobre la construcción del rol
del estudiante universitario en nueve personas (hombres, adultos) en privación de libertad
y el impacto en la subjetividad en la Unidad Nº 3 de máxima seguridad, en la cual
me desempeño como operador penitenciario. Creo necesario, construir
colaborativamente, las posibles transformaciones que se retratan en la privación de
libertad, que a priori, resultan marcadas por la vigilancia y la segmentación de los
espacios, pudiéndose distinguir experiencias de autonomía y autogestión participativa.

Es importante reconocer que, en los últimos años, se profundizó en el establecimiento


de las garantías de los derechos humanos y en lo que respecta a esta exposición,
el derecho a la educación terciaria para adultos en condición de reclusión, consolidada
por el convenio entre el Instituto Nacional de Rehabilitación (I.N.R.) y la Universidad de la
República (Udelar) en el 2016. Por tal objetivo, es que creo fundamental, realizar un
breve recorrido en la historia de la institución carcelaria en nuestro país, haciendo
hincapié en su actual reforma, que tiene como principal exponente la creación de una
figura nueva en el sistema, el operador penitenciario, cuya función principal es la de
habilitar nuevos espacios de aprendizaje, abordando integralmente con otros actores las
problemáticas diarias que hacen de la cárcel una institución total que abarca al sujeto.

Desde esta perspectiva, que tomo como punto de partida, es que propongo pensar el
encuentro educativo universitario como un tratamiento eficaz ante los efectos de la
prisionización y en la construcción de la realidad del estudiante privado de libertad.

Palabras clave:

Educación en la cárcel, Universidad en el encierro, Privación de Libertad

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Introducción

En el presente trabajo, me propongo analizar el proceso de construcción del rol del


estudiante universitario en privación de libertad en la unidad 3 de la ciudad de Libertad.
Como metodologia utilizada, recurrí al uso de notas,registros y datos institucionales
recolectados desde la función propia y la autopercepción de los estudiantes en las diferentes
etapas en la que se desarrollo el trabajo de sistematización. En esto, se puede visualizar un
crecimiento continuo de la participación en su toma de desiciones, que parte de un primer
momento estar los universitarios aislados en los diferentes sectores de la unidad, hasta
construir desde lo simbólico y lo material un espacio de convivencia en común. Vale aclarar,
que en ésta transformación forme parte desde el rol de operador penitenciario y estudiante
de psicología.
Esta realidad, determina al menos una doble implicación, por un lado, el
posicionamiento como funcionario de la institución desde una tarea que habilita cambios,
pero que se encuentra marcada por lo punitivo que obstruye el cometido primordial. Por su
parte, ser estudiante de psicología me ha brindado herramientas como la escucha activa al
momento de pensar el proceso grupal, sus significaciones y en las formas que se realizan las
resignificaciones.

De esta delimitación, creo importante remarcar desde lo institucional,aquellos aspectos


que se encuentran en interrelación, e s t o s , se visualizan como figuras antagónicas
que actualmente están subsistiendo en el sistema penitenciario, con diferentes lógicas en la
institución. Actualmente, tenemos el sistema punitivo clásico, basado en la lógica del
encierro, sustentado en el cambio de conducta del “inadaptado” a través de la acción de
las Disciplinas biológicas y sociales, predominando en el sistema el control sobre el cuerpo
que es privado de libertad, creando efectos nocivos y adaptativos en una institución que
profundiza la exclusión social.

En segundo lugar, aparece una mayor apuesta a la educación y el trabajo, ya no visto


como castigo, desde una propuesta basada en un proyecto de vida realizable, como lo es la
educación terciaria. Esto es, acompañado entre otros cambios, por el ingreso de personal
civil en la función penitenciaria, dando como resultado una forma distinta de pensar el
encierro, ya no situándonos en la idea de que un determinado número de conductas son la
causa del comportamiento desviado, sino abordando las potencialidades que el sujeto
puede desarrollar, ante la presencia de un agente de cambio como la educación en el
trabajo propuesto. En esta transformación, es que se instaura en la cotidianidad el
estudiante preso. D e e s t a m a n e r a , surge como resultado, el encuentro con los
actores externos que quiebran, por así decirlo la dialéctica total de la cárcel.

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Un punto importante a observar, es la formación de las subjetividades que se
producen en una institución de máxima seguridad, como lo es la unidad abordada. Por
subjetividad afirma Guattarri y Rolnik (2005), relacionando la producción subjetiva con la
elaboración en la fábrica «Propongo, por el contrario, la idea de una subjetividad de naturaleza
industrial, maquínica, esto es, esencialmente fabricada, modelada, recibida, consumida.” (Guattarri y
Rolnik, 2005, p. 39).»

Ante esto, propongo pensar en las formaciones subjetivas en la privación de libertad sobre
los estudiantes en el encierro, en función de la presencia de la universidad, que desde
un primer momento aparece como mediadora entre el contexto y la problematización de los
internos con su entorno.

En este encuentro, se crea el carácter político, ético y participativo que hace al


estudiante universitario. Ante esto, podemos determinar que se instaura una fuerza de
cambio en sí misma, que es por lo tanto instituyente, la que podemos visualizar en la
construcción del rol del estudiante en privación de libertad desde el componente individual
hasta el colectivo y viceversa.

Cabe destacar, que esta presentación no se propone formular una explicación extensa
en relación a la temática elegida, que es compleja, multicausal y a las cuales debemos
sumarle las características de la institución. Me propongo describir las potencialidades
que un proyecto de estudio puede proveer a un grupo de internos, en un espacio
segmentado por las lógicas punitivas, en el cual trata de instaurarse un encuentro con otro,
capaz de generar una construcción crítica y relfexiva, apartado de los conceptos
estereotipados en los que se les coloca a priori a las personas privadas de libertad.

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La cárcel y la producción de subjetividad

Hacia las primeras décadas del siglo XIX, en los Estados Unidos de Norteamérica,
encontramos lo que posteriormente, serian dos sistemas diferentes de cárceles, que fueron
modelo para varios países inclusive los de América Latina. Estas son, la prisión de Filadelfia
caracterizada por el predominio del aislamiento de las personas y la situada en la ciudad de
Auburn en Alabama, que propiciaba el agrupamiento de internos en relación al trabajo, pero
no permitía la comunicación entre estos (Roldós y Rey, 2015).

De esta manera, es que se fundamenta la doctrina del trabajo intracarcelario como


factor moralizante, que busca transformar en el sujeto ciertos vicios adquiridos por el ocio
negativo, creando nuevos hábitos que la sociedad civilizada y de crecimiento industrial
compartía.

El abandono de las practicas violentas para castigar, dio apertura a formas civilizadas
de responder a los delitos, que se correlacionaban con la puesta en escena de la
consolidación del Estado, como el único capaz de tomar decisiones sobre el cuerpo, su
producción y su reprimenda. Este, ahora radicaba en mortificar el alma y así cambiar las
conductas mediante la instrumentación de la cárcel (Barran, 2011).

Ante esto, nuestro país tendió a tomar como referencia, los modelos anteriormente
nombrados, con una fuerte influencia en los avances europeos a nivel general. Dicho esto,
es importante destacar que, en las primeras décadas del siglo XIX, en Uruguay la cárcel era
un lugar de detención básico, que conllevaba una cierta clasificación de las personas en el
encierro, tal así que podríamos tomarlo como un ensayo acotado de lo que vendría varios
decenios después (Roldós y Rey, 2015).

Hacia el año 1862, bajo la presidencia de Bernardo Prudencio Berro, es que se


comienza a formular la idea reformista, que serviría para sustentar la posibilidad de crear,
una penitenciaria capaz de solucionar los problemas de hacinamiento, falta de higiene y
sufrimiento que existían en los prisioneros. En referencia a esto Roldós V, (2015) afirma:

[…]la construcción de la penitenciaría era la solución a «la pálida e inconveniente


situación de nuestro sistema de cárceles»; lo que necesitaba el país para «mejorar la
condición moral y física de los seres que sufren en ellas y de ponernos a la altura de la
civilización y del progreso en los tiempos que vivimos[…] (p.46).

En 1880 en época del militarismo, el militar y político uruguayo Máximo Santos,


ordena la construcción de la Cárcel Correccional y Preventiva (Miguelete). Hecho que, en

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marzo del 1888 fue consumado y de esta manera, se instauro el primer establecimiento de
grandes magnitudes en nuestro país. Vale aclarar, que desde estos años los problemas
para sostener un modelo basado en el empleo sustentable y la educación entre la población
reclusa, se vio imposibilitado por la escasa respuesta por parte de las instituciones.

En Roldós V, (2015) encontramos referencia a lo anteriormente nombrado, en


palabras del director del correccional José de Quincoces, este afirmaba que:

[…]los talleres están, pues, vacíos. Los penados no prestan otros servicios que el de la
limpieza de la Cárcel, que es perfecta, y los procesados, fuera de igual servicio en lo que
a su sección corresponde, viven en radio separado, pero en la más completa inacción
(p.53).

Como podemos observar, desde la fundación de la cárcel en nuestro país, hemos


atravesado por problemáticas similares a la que se nos presentan en la actualidad. Esto lo
podemos vislumbrar, en referencia a una concepción de la privación de libertad, que no ha
logrado sustentar un proceso en el cual, el sujeto logre generar sitios de control en su vida.
En todo caso, este tipo de establecimientos lo que produce en el condenado, es la asunción
de una identidad adaptada al cotidiano institucional, anula las iniciativas personales y
colectivas, no permitiendo ocupar otro espacio más allá del que se le asigne.

Es importante destacar que, si bien el encierro como castigo principal aparece en el


siglo XIX, las penas y la vigilancia sobre el cuerpo ya estaban instauradas en los códigos
penales y sociales varios siglos antes. En el siglo XVII, las penas simbolizaban el suplicio
físico, por el cual, se realizaba la expiación de los pecados y se obtenía el perdón a través
del dolor del enjuiciado. Asimismo, se tipificaban penas no letales.

Haciendo referencia a esto, Foucault M, (2002) afirma «Entre este arsenal de espanto y
la práctica cotidiana de la penalidad, había un amplio margen. Los suplicios propiamente dichos no
constituían, ni mucho menos, las penas más frecuentes»(p. 32).

Esto permite observar, que la prisionización, generó un proceso que continuó


adaptándose a los cambios sociales, políticos y económicos en el devenir de las
sociedades. Por lo tanto, podemos observar que aconteció el pasaje de una sociedad
absolutista, en la cual, la decisión era impuesta por el soberano y el grupo de la alta
nobleza, a un momento en el que el disciplinamiento radicaba en las prácticas morales y de
control sobre los cuerpos colectivos. Esta es ejercida, por una red de entramado
Institucional en el que circulan los sujetos, desde el nacimiento hasta su muerte.

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En este contexto, es que el Estado fundamenta, su carácter de organizador del
aparato de control en la sociedad y que puede identificarse en la idea de panóptico
planteada por Jeremy Bentham en el siglo XVIII. Que logró, adaptarse a la sociedad
disciplinar que se gestaría algunos siglos después. Foucault M, (2002) p. 180.

El objetivo de este instrumento de vigilancia, fue permitir a la guardia, apostada en el


centro de la torre, observar a los prisioneros, estando estos recluidos en celdas individuales
en forma circular en referencia a sus vigilantes. Es importante destacar que, el recluso
incorporaba a su situación diaria, el sentirse observado por otro al cual, le era imposible ver
y por lo tanto se genera un artilugio moralizante.

Es debido a esto, que la consecuencia fundamental de este dispositivo es producir en


el sujeto, el estado consciente y persistente de control que culmina introyectandose en el
cotidiano. En esto, podemos ver como el poder se ejerce de manera efectiva por parte de la
institución en el rol de la persona que observa, creando así una relación asimétrica, material
y simbólica.

El prisionero, no podía tener conocimiento en qué momento era controlado, gracias a


la conformación edilicia, lo cual representaba el aislamiento y la soledad para ejercer
cambios en quien lo padece. Este método, buscaba colocar dentro del sujeto y en la
institución según Bentham J. (1979):«La moral reformada, la salud preservada, la industria
vigorizada, la instrucción difundida, los cargos públicos disminuidos, la economía fortificada,
todo gracias una simple idea arquitectónica» (p.45)

Siguiendo esta línea de pensamiento, Foucault M, (2002) nos plantea «a través de


esta óptica de vigilancia […]la sociedad moderna ejercita sus sistemas de control de poder y
conocimiento» (p.293).

Durante la primera parte de la modernidad, en el siglo XIX y hasta nuestra sociedad


contemporánea, el aparato de control sobre los sujetos privados de libertad, es ejercido por
medio del uso del encierro como tecnología de poder, de carácter punitivo por parte de la
institución carcelaria.

Haciendo referencia al autor, como anteriormente nombré, se modificó el modelo de


ejecuciones públicas y tortura a un segundo arquetipo, que tiene como premisa el castigo
moralizante sobre el sujeto. Ante esto, encontramos que el saber de las ciencias humanas y
biológicas, operan como articulador de la vida interna, en las relaciones de poder y en la
toma de decisiones, en relación a los movimientos dentro del sistema. Estas, realizan un

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trabajo de evaluación y premiación en consecuencia con la evolución que el interno tenga
en la institución. En referencia a esto, Foucault (1975) nos plantea:

Los servicios médico psicológicos implantados en la administración penitenciaria son los


encargados de decir cuál es la evolución del individuo durante e! cumplimiento de la
pena; esto es, el caudal de perversidad y el nivel de peligro que aún representa el
individuo en tal o cual momento de la pena (p.48).

Siguiendo a Foucault M. (2002), esto quiere decir que:«reticulan un espacio que las
leyes dejan vacío» ( p . 1 6 6 ) En estos saberes, se fundamentan las formas cientificistas de
pensar el encierro y la criminología, creando así, un discurso que tiene carácter de verdad
ante la justicia e incluso ante el mismo interno.

Por otro lado, encontramos a aquellos que realizan el control en contacto directo con
la población reclusa, como lo son los guardias, operadores penitenciarios, etc. Estos son,
encargados directos de vigilar, promoviendo el autocontrol y la adherencia a los programas
que la institución tiene destinados para la población reclusa.

Por último, aparecen los profesionales de la ley, que forman parte al igual que los
anteriores de un aparato interventor del cual depende el prisionero, dado que, las
decisiones en relación a su estadía y la duración de la pena depende casi exclusivamente
de estos.

Esto significa, que las instituciones que actúan en la privación de libertad, se


sustentan en relación a la búsqueda de crear cuerpos dóciles, útiles para la producción. La
cárcel, configura un ejemplo por excelencia, como espacio heterogéneo donde predomina el
encierro físico y un lugar en el que la noción del tiempo en el encarcelado aparece
desvirtuada e impregnada por la soledad y el miedo (Goffman, 2004).

Podemos observar que, existe una construcción técnico política del cuerpo en el
encierro (Foucault, 2002). Esto, es lo que constituye a la prisión como un todo, que penetra
en el sujeto, creando una forma ajena a la vida extramuros, profundizando la vulnerabilidad
y la exclusion. Es desde aquí, que el sistema busca modificar la singularidad, configurando
un emplazamiento acotado, que es simbolizado en la casi nula posibilidad de
problematización dentro de la institución.

Antes de otorgarle un cierre a este apartado, me parece importante destacar el rol


que cumplen los medios de prensa en la opinión pública. Estos, trascienden el plano
corporal de sometimiento a los espacios, se encuentran insertos en el tiempo social e

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inciden sobre la dirección del pensamiento. En referencia a esto Foucault M. (2002) nos
plantea:

[…]La crónica de sucesos criminales, por su redundancia cotidiana, vuelve aceptable el


conjunto de controles judiciales y policiacos que reticulan la sociedad […] La novela
criminal que comienza a desarrollarse en los folletones y en la literatura barata asume
un papel aparentemente inverso. Tiene sobre todo por función demostrar que el
delincuente pertenece a un mundo totalmente distinto, sin relación con la existencia
cotidiana y familiar.(p.292).

Podemos ver que, desde los medios de difusión existentes, aparece un estereotipo
marcado de delincuente. Este es representado, como el depositario de los miedos de la
sociedad, el causante de varios de los flagelos que aquejan a esta.

Existe, una cosificación del ser desde la concepción de cierta parte de la sociedad, ya
no son sujetos de derechos, sino que son aquellas personas a las que hay que eliminar del
sustrato social y que en su mayoría forman parte de una población marginada, que por lo
tanto es excluída y violentada, retroalimentando el sistema carcelario.

En referencia a esto Zaffaroni E, (2015) nos plantea:

[…]Los prisonizados no están presos por haber cometido ilícitos graves, puesto que hay
personas que han cometido delitos tan o más graves que los prisonizados. Estos, en
definitiva, están presos por llevar «cara» de delincuentes (caracteres estereotípicos) y
con ello proclamar su reclamo de criminalización (p. 28).

Es interesante, pensar el sistema penitenciario actual, buscando en este proceso una


construcción diferente, atípica de la que caracteriza a la cárcel. En primer término, es
fundamental remarcar el sentido que tiene la cárcel sobre los sujetos, como sistema
portador de una subjetividad moralizante, estigmatizadora y productora de abandono.

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El encierro «Efectos desadaptativos, precarizantes y totales en el sujeto»

Para problematizar lo anteriormente expuesto, encuentro necesario pensar las


prácticas que desde el siglo XVIII, se aplicaron en occidente en relación a la exclusión de
los leprosos o a lo que Foucault (1999) nos trae como la inclusión del apestado. Bajo esta
óptica, creo pertinente realizar una comparación, entre las personas que padecían una
peste en ese siglo y los privados de libertad, dado que, salvaguardando las diferencias y el
devenir del tiempo, sobre los primeros claramente se aplicó un sistema de control
enmarcado en lo que se conoce como cuarentena, estableciendo así, una forma
estructurada basada en circunscribir un territorio, en el cual se le prohibía la libre
circulación. Esa forma de ordenamiento, se sustentaba en un aparato de poder bien
establecido y con jerarquías formalmente fijadas (Foucault M,1999). Claramente, existen
varios puntos de encuentro entre estos dispositivos y lo que sucede en la privación de
libertad.

En la cárcel, al igual que la ciudad en aislamiento, encontramos que impera la


vigilancia sobre cualquier otra actividad, dicha seguridad es implementada de forma estática
y jerárquica, para que logre estar en todas partes al mismo tiempo y en el recorrido total del
proceso del interno. Ante esto Foucault (1999) plantea:

Desde los centinelas que vigilaban ante las puertas de las casas, en los extremos de las
calles, hasta los responsables de los barrios, responsables de los distritos y
responsables de la ciudad, tenemos ahí una especie de gran pirámide de poder en la
que no debía producirse ninguna interrupción.(p. 52)

Dicho fundamento categorial, deviene en una pérdida de la voluntad por parte del
damnificado, en este caso, el tipificado como preso, no permitiéndole ningún espacio que
fomente lo nuevo, lo diferente en el encuentro con el otro.

En la cárcel, cada movimiento realizado tiene un sentido que es propiciar la menor


comunicación posible, los conteos diarios, se realizan por persona, celda y sector. En estos,
los internos deben ser nombrados y el guardia recibir por medio de estos una palabra que
confirme si están vivos. Foucault (1999) a esto, nos dice: «Cada individuo tenía asignada una
ventana en la que debía aparecer y, cuando lo llamaban por su nombre, debía presentarse en ella;
se entendía que, si no lo hacía, era porque estaba en cama […]» (p.53).

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Podemos observar, que el trato que se le otorga al privado de libertad en la
actualidad, es similar a aquel que se les concedía a los enfermos en la cuarentena del siglo
XVII y XVIII. Cabe aclarar, que esto ocurre fundamentado en una serie de registros diarios
que, cada guardia posee en relación con las novedades del día, en el que se especifican
cambios y movimientos detalladamente, con un personal específico para ello.

En esto, es en lo que la terminología de excluidos se relaciona con la de personas en


cuarentena. La persona privada de libertad, está circunscripta a un lugar, por lo tanto, se le
incluye dentro de un sistema con características punitivas, que lo excluye de la sociedad
“civilizada”. Por las características de los Estados modernos, se hace imposible que se dé la
lógica del expulsado, sino que el sujeto experimenta su exclusión dentro de las
instituciones. El prisionero, es visto como enfermo debido a sus conductas desviadas, que
necesitan tener un tratamiento y esto determina que exista una observación detallada por
parte de los saberes establecidos, que busca en la criminalidad la causa real del delito
(Foucault 1999).

Si pensamos en los establecimientos penitenciarios, desde el punto de vista de las


oportunidades que estos ofrecen, podemos reflexionar que, por las condiciones de déficit
humanitario las cárceles no se configuran como lugares de rehabilitación, sino más bien, se
estructura como espacios segmentados de depósitos de personas y no de cualquier tipo de
ellas, sino de aquellos que tienen la característica de ser pobres (Lewkowicz 2004), no
teniendo lugar en la estratagema de los estados posmodernos.

En é s ta era, los Estados son el brazo fuerte del consumo en las poblaciones,
lo que determina que aquellos que quedan a un lado de la ley del mercado, son relegados
fuera de la zona de confort y cuentan con muy pocas probabilidades de cambio en sus
vidas. Esto, aumenta la vulnerabilidad ya existente de ser encarcelado, lo que agudiza
cuanti y cualitativamente las consecuencias por la que una persona puede llegar al
encierro. Ante esto Lewkowicz (2004) afirma: «Si la humanidad se define por la capacidad de
consumo en el mercado, los cuerpos que no consumen según la pauta de mercado quedan por fuera
del lazo» (p.133).

Otro de los aspectos a destacar, son los efectos excluyentes que una institución con
las características de la cárcel provoca a las personas, por lo que intento problematizarlo

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desde la perspectiva de la afectación nociva y perdida de la potencia de los sujetos que en
ella habitan.

Visto esto, la persona comienza a amoldarse a las dinámicas internas del poder
dentro de la cárcel, apartándose lentamente de la rutina diaria que tenía en su vida
extramuros. Esto, se relaciona intrínsecamente con varios aspectos, dentro de los cuales
encontramos entre otros los morfológicos de las mismas prisiones.

Las esclusas, con sus respectivos cerrojos separando sectores, las celdas y la
desaparición de los espacios personales que deben someterse al espacio de todos, los
entornos donde se sostienen liderazgos entre los internos, en el cual, de forma sistemática
se concentran ciertos beneficios o restricciones institucionales, llamados lugares de
conducta o con falta de esta. Estas condiciones, son las que conforman lo cotidiano del
privado de libertad, la cual no está caracterizada por una posibilidad de desarrollo o
atenuación de los efectos directos de la prisionizacion. Esto, da por resultado mecanismos
adaptativos en un ambiente traumatizante, que mantiene a la persona en continua tensión
entre el deseo de su libertad y la supervivencia.

En referencia a esto Ruiz et al: citado por Cajamarca (2015) nos dice:

El ingreso de un individuo a la prisión predispone desde su primer contacto un


aislamiento social-afectivo que conlleva a la disminución de una serie de roles y factores
sociales, familiares y sexuales, que, a su vez, deteriora la autoestima e identidad.
(p.4)

Por mi experiencia como f u t u r o p s i c ó l o g o , encuentro que una situación


frustrante en el interno, son los intentos recurrentes a progresar en el sistema, que muchas
veces se ven vedados por las propias lógicas del sector en el que se encuentran o por la
dependencia de técnicos o funcionarios en general, que evalúan al sujeto según su
peligrosidad. A esto, debemos sumarle las demoras que existen debido al poco personal y la
recarga laboral que estos padecen.

La unidad 3 es de máxima seguridad, está conformada por cinco celdarios, existiendo


dos de ellos que son los de mayor progresión dentro del centro carcelario. Uno de estos
dos, solo alberga personas relacionadas al narcotráfico, en su mayoría extranjeros y el otro
pabellón es al que la mayoría de los internos pretende acceder este último, sector Barracas
posee una capacidad para 80 hombres que tienen acceso a estudio, trabajo y tiempo de
recreación. La forma de clasificación, es en base a su buena conducta dentro de la
institución y mayoritariamente provienen del celdario uno (el edificio) o del dos.

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Estos dos últimos pabellones, representan cerca de 800 personas, que son más del
90 porciento de la totalidad de internos de la unidad. En estos sectores, el acceso a plazas
laborales es muy bajo debido a las medidas de seguridad, siendo la educación el único
abordaje posible para que los prisioneros logren tener actividad. Actualmente, existen 290
plazas educativas (un 36% del total de internos) en toda la institución, hecho que viene
aumentando con los años, de esos estudiantes nueve son universitarios y se encuentran
distribuidos siete de ellos en los celdarios de mayor seguridad, impidiendo esto el gradual
desarrollo del aprendizaje y demora para los docentes o tutores que llegan a la cárcel.

La educación en la cárcel, es algo limitado y lleva un orden de prelación en el cual, el


individuo no puede decidir, quedando en manos del funcionario de educación la
organización de su curricula. El interno que se educa, tiene la posibilidad de ser reconocido
por el personal y de esta manera puede comenzar a construir una confianza que le permitirá
mejorar sus espacios en el sistema y así acceder a un mejor sector. Ante esto, los
estudiantes universitarios en el encierro no escapan a esta lógica dado que, no siempre
pueden lograr acceder a la carrera de su interés y en ocasiones se agudiza la dependencia
para con el personal.

A pesar de esto, considero que la educación en este tipo de establecimientos, en los


cuales no existen accesos reales a otro tipo de oportunidades, representa un tratamiento
eficaz para la persona que se encuentra en estado de reclusión, dado que, crea según mi
experiencia, espacios de realización personal y de intercambio únicos en un sistema que
coloca a los condenados como objetos pasivos ante las políticas aplicadas en la institución.

Lewkowicz (2004) en referencia a esto afirma: «Los prisioneros siempre en posición


de objeto: objeto de políticas benefactoras, objeto de políticas aniquilantes» (p.141).
Asimismo, conviven en la institución el discurso de los Derechos Humanos, que no ha
podido consolidarse ante lo punitivo del sistema que continúa fundamentando su rol en base
al encierro.

En esta materialidad, el sujeto es abordado por las lógicas rutinarias institucionales y


a su vez lucha a favor de la conservación de la propia conciencia Goffman (2004). La prisión
tiende a infantilizar a las personas, desde los aspectos básicos en cómo se relacionan,
hasta la forma en que estos pueden conseguir recursos por causa de la dependencia
institucional.

Desde la perspectiva del recluso, el acceso a ciertas posibilidades se observa como


una vivencia de libertad. A su vez, lo vive con intenso estrés de no poder acceder a ella y

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genera desazón. De esta manera, aparece la agresividad y reiteradamente vuelve al círculo
de violencia que lo aleja de nuevo de las acotadas posibilidades que la institución le ofrece.

Nuevamente, aparece la dicotomía del estar adentro o en el afuera, en este caso


recluido en la celda y depender de otro, sea institución o persona. Por otro lado, el estar
fuera del sector con una comisión, les da posibilidad de conseguir recursos en un lugar
donde estos marcan la diferencia entre los sujetos. Esto, se ve potenciado en base a la
importancia que las interacciones interpersonales toman en el encierro, que por un lado
generan relaciones de poder y por el otro ayudan a disminuir la sensación de falta de
control.

A estos efectos Cajamarca et al (2015) se refiere:

Cuando el proceso de incorporación al establecimiento ocurre, el individuo busca un


lugar o grupo específico al cual pertenecer. El interno indaga sobre grupos con una
identidad ya definida en cuanto a creencias, valores, normas de comportamiento o
sistemas de comunicación, en donde se sienta aceptado y vinculado por los miembros
del grupo. (p.3).

Dadas las limitaciones que padece el sistema penitenciario, la mayoría de los internos
no tienen la misma posibilidad de acceder a actividades diarias, lo que dificulta aún más el
poder vincularse con un grupo de pares afín, con el cual lograr contención.

Es desde esta óptica, que podemos concebir a la prisión como una institución con
características totales sobre las personas que padecen sus efectos. Las instituciones, se
sustentan en un sistema de normas o regulaciones preestablecidas, ligadas a un tipo de
estructura física y formación social (Kaminsky, 1994). La acción total, de la organización cae
sobre el individuo y lo tenemos presente en su transcurrir en la institución misma, de forma
trascendental o sea formal caracterizado en la estructura jerárquica y acciones repetitivas
de esta, que se instaura como una realidad nueva, ajena al sujeto, en la cual este no
puede existir.

Ante esto Goffman (2004) nos define:

[…]Una Institución total puede definirse como un lugar de residencia y trabajo, donde un
gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un largo
periodo de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada
formalmente. (p.10).

La característica fundamental de estas instituciones, es que acotan la voluntad


personal, oponiéndose de forma material y simbólica a la interacción entre personas. A lo

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anteriormente mencionado, es importante agregar que, según la clasificación del autor, la
cárcel es un recinto instituido para cuidar a la población que esta fuera de ella, por lo tanto,
dentro de esta afirmación lo que impera sobre el preso es la seguridad, la quita de voluntad,
la inmovilidad y la sensación del congelamiento del tiempo Esto, lo determina como un
sujeto en constante tensión consigo mismo y con el sistema, generándole un exceso de
compasión y necesidad de auto evasión recurrente (Goffman,2004).

La seguridad, es impartida por un grupo reducido de funcionarios, que en su mayoría


muestran apatía en relación a la población reclusa. La separación natural, que ocurre entre
trabajadores e internos, está marcada por la adjudicación de los roles que cada uno asume
y de los preconceptos que los habilitan. Los estereotipos, fundamentan a cada grupo
escindido, es el que le proporciona una forma identitaria de ser en sus miembros
(Goffman,2004).

En referencia a esto, me surge una pregunta que, buscare problematizar a medida


que avance en este trabajo. En un sistema que, funciona de forma totalitaria en relación a
los espacios de los sujetos y su participación. ¿será posible llegar a un encuentro con el
otro que enriquezca a ambos?

16
Pensando desde la perspectiva psicologica los prefijos «re»

Los prefijos «re», en sintonía con la propuesta de tratamiento dentro del sistema
penitenciario, constituyen una reedición del discurso histórico, en una institución
carcelaria que, desde sus orígenes ha buscado con pocos recursos y menos acciones, la
reformulación de los sujetos dentro de sus muros.

En referencia a esto, es importante poder contextualizarnos, indicando que el I.N.R


tiene jurisdicción nacional, lo que quiere decir, que las políticas sociales y punitivas del
mismo son proclives de ser aplicadas a todas las personas en reclusión y con medidas
sustitutivas en el Uruguay. Surge en 2010 como consecuencia de cambios que se hacían
indispensables en las cárceles de nuestro país, las que se encontraban en crisis,
caracterizada por un alto índice de hacinamiento, carencia en la aplicación de los Derechos
Humanos, con tratos degradantes e inhumanos; a esto debemos sumarle la situación
edilicia deficitaria, que hasta nuestros días, se sigue manteniendo (Nowak, 2009).

El sistema penitenciario, necesitaba ser reformado y para eso fue determinante que la
propuesta estuviera más cerca del procesado y el penado. Como premisa principal, según
la guía institucional del I.N.R. (2010) este instituto tiene por cometido:

[…]asegurar a los procesados y penados, persiguiendo su reeducación, la aptitud para


el trabajo y la profilaxis del delito[…] (Art. 26 de la Constitución de la República)
[…].desarrollar en el recluso su aptitud para el trabajo, determinar su readaptación social
y prevenir el delito[…] (Art. 1.º del Decreto Ley N.º 14.470) (p.4).

Podemos observar, que reaparecen los prefijos “re”: rehabilitación, reeducación,


readaptación, la idea de la resocialización de las personas que están en privación de
libertad. En este caso, este prefijo simboliza la necesidad de ejercer sobre el interno un
abordaje fundamentado en la intervención. En referencia a esto, (Zaffaroni, 2015) plantea:

[…] caracterizados por el prefijo «re», con lo cual daban idea de algo que había fallado y
que justificaba una segunda intervención, lo cual, incluso fuera de contexto ideológico,
remite a la idea orgánica del funcionalismo sistémico expuesta por su más claro
formulador[…]. (p.18)

Esto según hemos visto, se sustenta en un diagnóstico primario cuya búsqueda es la


de clasificar a los sujetos, derivarlos y así determinar cuáles son las formas más apropiadas
para un posible abordaje, en la unidad correspondiente:« […] se establece que el Instituto

17
cuente con una Unidad de Ingreso, Diagnóstico y Derivación, en tanto un primer paso para
ordenar el sistema penitenciario» (Guía institucional del I.N.R., 2010; p.4).

Sabemos que, en todo sistema institucional y más aún en éste, adquieren principal
relevancia los factores reglamentarios y organizacionales por parte del centro. Por lo tanto,
existen formas de clasificación de los delincuentes, esto ocurre, de manera formal en el
acontecer diario.

Se puede visualizar, otra forma de reconfigurar las relaciones interpersonales que se


generan entre los sujetos. De esta manera, se instauran mecanismos de reordenamiento
interno, lo cual generan efectos sobre las subjetividades, no solo de la población privada de
libertad, sino también en los funcionarios que se encuentran en contacto directo con la
misma. En referencia a esto Lewkowicz (2004) nos dice:

[…] El sistema clasificatorio los ordena según las edades, los sexos, los delitos, las
penas, las conductas, las peligrosidades. El sistema real los clasifica según poderes,
liderazgos, servicios sexuales, distribución de sustancias, posibilidades de negocios,
beneficios extras para el personal. (p.145).

Por su parte, la reforma también modifica la nomenclatura, el establecimiento


penitenciario ya no es tal, dado que, su nombre cambia a Unidad de Internación para
Personas Privadas de Libertad (U.I.P.P.L). Observando lo anteriormente dicho, encontramos
que existe una intencionalidad de pasar del castigo al tratamiento, el cual se hace proclive
gracias a la posibilidad de ser aplicado sobre la concepción de cuerpos inertes, ajenos a sí
mismos y clasificados según su historial delictivo, como he mencionado anteriormente.

El llamado recluso, ahora se lo conoce como PPL, en referencia a la Persona Privada


de Libertad, palabra que lo humaniza y por lo tanto, estamos ante una repersonalización,
que coloca al sujeto en un nuevo paradigma, el del trato instrumentado por el abordaje
interdisciplinar, que busca incidir en determinadas variables, dejando todavía fuera al sujeto
(Zaffaroni, 2015).

Nos encontramos ante un sistema que ve en la transgresión de la norma, una


enfermedad que posee aspectos mentales transformables, en la cual, interviene lo
psicosocial y se le adjudica el nombre de delincuente. Sobre este flagelo, se despliegan las
disciplinas

del saber, ejerciendo su poder en los sujetos que, institucionalmente necesitan ser
observados desde el comienzo y en cuyo centro se encuentra la institución misma,
como garante de estas prácticas.

18
Desde esta perspectiva, estamos ante otra característica del prefijo re, en este caso,
ante la reivindicación por parte del Estado de la institución carcelaria, como modelo
restaurador de la profilaxis del delito y regenerador de conductas avaladas socialmente. En
referencia a esto (Baratta, 1990) afirma: “No se pueden segregar personas y pretender al
mismo tiempo reintegrarlas” (p.3).

Este cambio en el lenguaje de las palabras, corresponde al inter-juego de otra forma


de pensar el encierro que, a pesar de no dar una solución, nos permite pensar nuevas
formas de relacionarnos con éste. Propongo de ahora en más, reflexionar acerca de cómo
se articulan las diferentes ideas en torno a la rehabilitación.

Si observamos este apartado, desde el punto de vista de la criminología critica,


concluiremos que la cárcel no es un medio socializador, al menos, en lo que refiere a
incorporar aspectos que al sujeto lo alejen del sistema, que lo problematicen para que no
regrese al mismo (Baratta , 1990).

En cambio, podemos decir que la prisión es un elemento resocializador en relación al


delito, basados en el alto índice de reincidencia. Diciéndolo de otra manera, socializa la
incidencia del delito, proporcionándole al sujeto herramientas delictivas, que lo devuelve al
depósito humano (Lewkowicz, 2004). Ante esto, Baratta (1990) destaca: «[…]se debe
mantener como base realista el hecho de que la cárcel no puede producir efectos útiles para la
resocialización del condenado y que, por el contrario, impone condiciones negativas en relación con
esta finalidad (p.2). Esto no significa dejar a un lado el trabajo en cárceles, sino todo lo
contrario, es focalizar nuestro abordaje en lo que Baratta (1990) menciona como: «[…]
La reintegración social del condenado no puede perseguirse a través de la pena carcelaria,
sino que debe perseguirse a pesar de ella, o sea, buscando hacer menos negativas las
condiciones que la vida en la cárcel comporta[…] (p.2).

Pensar la cárcel, en función del abordaje educativo en su sentido mas amplio, es


plantearnos u n a r e n o v a c i ó n e n la filosofía «re», dado el carácter mismo que esta tiene,
permite agenciamientos y representatividad, a p e s a r d e las condiciones de convivencia
entre sus pares y con la institución. Ante esto, lo más apropiado es situar a estos
vocablos, desde una mirada co-constructora de las relaciones, que dan como
resultado nuevas formas de transitar la privación de libertad.

reflexionando esto en términos de encuentro, el contacto con un otro diferente, provee


de nuevas lineas de argumentación a lo que refiere a estos términos. Desde este paradigma,
debemos ser capaces de vislumbrar la posibilidad que el sujeto tiene de revincularse con el
contexto y con la vida extramuros. Educarse, representa revindicar el derecho a estudiar, que
como sabemos es una oportunidad única en la unidad en la que baso este trabajo
monográfico. La Udelar en este caso, ha comenzado un camino de reconfiguración en las
relaciones de estudio, para democratizar este derecho.

19
La potencia en el sujeto, lo instituido y lo instituyente

Como hemos visto, en el sistema penitenciario existe un alto índice de reincidencia.


De la misma manera, somos testigos de la potencialidad que algunas personas presentan
ante la adversidad. Son conocidos los casos de personas que, tras haber padecido largos
encierros, han logrado sobreponerse y generar a partir de eso un motivo para continuar.
Zaffaroni (2015) afirma: «En el caso concreto de la prisión, cabe suponer que debemos encontrar
estos casos más frecuentemente, desde que no hay una intencionalidad deteriorante, sino que se
trata de un simple resultado del ejercicio de poder en la prisión» (p.24).

Ante esto, debemos tener en cuenta que, estas personas son la excepción y no la
regla, dado que en su mayoría la población carcelaria se comporta de acuerdo a lo
esperado. Podemos referirnos a dos factores que, están en tensión constante, una es la
potencialidad vista como la singularidad, entendida ésta como lo relativo a la cualidad de
uno, que impulsa al sujeto, en este caso, está promovida en el encuentro educativo que los
potencia.

Por otro lado, encontramos la rigidez y la dominación que, por conceptualización


propia, omite el desarrollo de la primera y disminuye su eventual fuerza de cambio. Cuando
hablamos de potencia, sin lugar a dudas nos estamos refiriendo a Spinoza. El autor, nos
propone que los seres humanos somos capaces de afectar y ser afectados por otros
cuerpos o substancias. Dichas afectaciones, son capaces de generar en nosotros un
contacto bueno o malo, dependiendo si el encuentro es potenciador entre el sujeto y ese
cuerpo. (Spinoza, 1980).

Es desde esta terminología que, Spinoza (1980) propone la idea de conatus que
puesto en palabras de Deleuze (1968): «El conatus en Spinoza no es más que el esfuerzo de
perseverar en la existencia, una vez dada ésta, es la esencia del modo (grado de potencia), pero
una vez que el modo ha comenzado a existir» (p. 221.).

Podemos determinar que, la potencia se desarrolla para preservarnos y luego de


esto, nos impulsa al acercamiento, por lo tanto, podemos decir que a pesar de ser la
cárcel un lugar de desencuentro, existen aproximaciones que logran atisbar lo diferente,
como puede ser el encuentro educativo que, fomenta la creación del estudiante, este se
fundamenta en el contacto con la otredad, con el otro diferente que tiene la capacidad
de movilizar lo que parecía estar estanco.

19
Debemos pensar al estudiante desde una perspectiva activa y participativa, capaz de
darle forma a su entorno, creando un camino paralelo, a lo que en el imaginario se configura
como la cárcel.

Asimismo, como observamos el modelo carcelario presenta dificultades de


aplicabilidad, aun así propicia la entrada en el sistema de civiles e instituciones, que
democratizan un espacio históricamente sometido a lo correccional, proporcionándole a las
personas privadas de libertad, una mirada distinta de su propia situación, instituyendo
agrietamientos y puntos de fuga en un lugar adverso.

Otra de las preguntas que quiero trabajar, es ¿Por qué, a pesar de los cambios en la
institución y la participación de civiles dentro del sistema, aun la seguridad sigue siendo el
centro de las decisiones de mayor trascendencia dentro del sistema?

Desde hace unos años, encontramos una forma dicotómica de visualizar un mismo
sistema penitenciario. Uno es el que sigue fomentando prácticas penitenciarias
instauradas, basadas en la primacía de la seguridad, en la verticalidad de la institución y la
otra es la que se genera en los intersticios, entre los espacios pequeños en los cuales lo
punitivo no tiene acceso, es aquí que aparece el encuentro educativo que representa una
fuerza de cambio en medio de la lógica carcelaria y por lo tanto es instituyente. (Kaminsky,
1994).

Para esto, es fundamental definir que es instituido y que es instituyente, términos que
nos darán sustento para reflexionar sobre el trabajo interinstitucional que, se aborda en las
cárceles. En referencia a esto, Kaminsky (1994) afirma: «Todas las reglas, normas,
costumbres, tradiciones etc., que el individuo encuentra en la sociedad son lo que se halla
instituido» (p.10).

Como mencione anteriormente, lo instituido representa lo formal de la institución, la


forma organizacional de conformar “lo hablado”. Por otro lado, lo instituyente es la
resistencia, “lo hablante”, que quiere ser escuchado, lo pujante (Kaminsky, 1994).

El contexto autoritario, tiene su mayor exponente en el grupo objeto. Kaminsky (1994)


a esto, nos dice que: « […]es un grupo sometido a las consignas instituidas, aquel que
soporta y sostiene la jerarquización institucional (su verticalidad). Su acción es la que se espera
de ellos» (p.10).

Asimismo, existe una forma de resistencia que intenta instaurarse en una realidad.
Este es, el grupo sujeto que según Kaminsky (1994) es: «aquel que opera o se propone operar

21
ciertos desprendimientos de lo establecido: pueden abrirse a un más allá de sus intereses puntuales,
aunque esto no constituya necesariamente un más allá institucional» (p.10).

Es en este lugar, en el cual es esencial visualizar a los estudiantes en el encierro,


como promotores de cambio en las subjetividades. La educación constituye la construcción
de otra materialidad, la toma de la palabra en aquellos que no han tenido aun esa
posibilidad. Esto genera en la interna de la institución, resistencias que buscan materializarse
entre ambas posturas antagónicas, complejizando al estudiante en el plano del
pensamiento, en lo relacional con sus pares y con los ejecutores del sistema carcelario, que
conciben a la seguridad como algo invariable dificultando los espacios de aprendizaje. En
palabras de Blazich (2009) la enseñanza representa:

Los establecimientos educativos que funcionan en instituciones penitenciarias


desarrollan sus actividades en un campo de tensiones permanentes, generadas no solo
por la particularidad de su alumnado sino por un difícil contexto de funcionamiento en el
que priman las cuestiones de seguridad […].(p.1).

En este trayecto, podemos encontrar varias formas de visualizar la educación


relacionadas con las instituciones a la cual pertenecen y a los atravesamientos que en ellas
ocurren de forma natural. Desde esta óptica, podemos pensar que tanto las instituciones
educativas, como la carcelaria funcionan distanciadas, con límites y orientaciones diferentes,
a pesar del discurso “re” como pudimos ver. Es importante que, entre las instituciones
que trabajen con la privación humana, existan vías de tránsito en común, que prioricen
la humanización y no el estancamiento de la persona con políticas sociales que no
humanizan, sino que normativizan la forma de habitar ambas instituciones.

Como hemos observado, en las instituciones, cualquiera sea su origen, encontramos


los aspectos instituidos y los instituyentes. Por lo tanto, en la educación en contexto de
encierro, existen discursos de esta índole, que pueden tender a buscar la homogenización
de la población con la que están trabajando.

Uno de los obstáculos que, actualmente presenta la educación a nivel de secundaria,


es la casi nula adaptabilidad curricular al contexto carcelario, Hecho que, finalmente
beneficia a aquellos sectores y/o sub espacios de mayor progresividad, en detrimento de los
categorizados de menor conducta, que como mencioné anteriormente son los que más
población sin actividad tienen. Esto lleva, a que cada asignatura tenga la complejidad de no
poder arribar a la mayoría de los internos y de esta manera se generan clases que se dictan
cada una semana o inclusive cada quince días, devaluando la educación e impidiendo el
avance académico hacia la universidad.

22
Ante esta p r o b l e m á t i c a , c o m o e s t u d i a n t e d e p s i c o l o g i a y d e s d e m i
praxis como funcionario , c r e o indispensable problematizar la
situación actual,promoviendo acuerdos educativos con los docentes de
secundaria, para elaborar seguimientos personales con aquellos estudiantes que, estando
en sectores «cerrados» (de mala conducta), han mostrado un avance académico.

Un ejemplo de esto, son las clases de alfabetización que, en los últimos dos años
dieron solución a la faltante de maestros en educación primaria.

Las mismas, fueron tutoradas por los mismos estudiantes privados de


libertad,en coparticipación c o n e l a u t o r d e e s t e t r a b a j o . En esto, podemos ver
como otra vez, el esfuerzo en común ha podido modificar, lo que por parte de las
instituciones no se ha conseguido. Como aporte personal de la psicología, destaco
la capacidad de detectar las significaciones en los roles, que cada uno iba
tomando al transcurrir los talleres. En un comienzo se observa la
hogeneización en los sujetos catalogados presos, mas alla de sus niveles
educativos.

Otro proceso muy distinto comienza cuando se los habilita a tomar la


palabra aprendiendo y enseñandose unos a otros. Aca claramente aparece la
resignificación como estudiantes, basado en sus capacidades singulares y
compromiso grupal. Es por esta razón, que toma sentido una práctica educativa
problematizadora, en el cual el educador se d e b e abstener de realizar una educación
disertadora y por lo tanto poco reflexiva.

En palabras de Freire (1968): «[…] La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los
educandos a la memorización mecánica del contenido narrado. Más aún, la narración los transforma
en «vasijas» en recipientes que deben ser «llenados» por el educador» (p.51).

Aquí estamos ante el término de educación bancaria, que claramente no es


transformadora, dado que coloca al estudiante en un plan pasivo ante el saber. Son los
aspectos en los cuales la acción educativa no representa un instrumento de cambio, sino
que se trata de otra forma de discurso instituido (Freire 1968).

Si buscamos que sea propicio el conocimiento, debe romperse con la dicotomía entre
el docente que sabe y el alumno que carece de ese saber. Debemos pensar que, una
posición restringida de la educación en el contexto de encierro, minimiza la posibilidad de
pensamiento crítico, el cual fomenta el acercamiento entre estudiante, profesor o tutor. Como
sustento fundamental en la educación, es necesario primero la construcción de un campo
problema, que permita al educando relacionar el saber con su contexto, dando así lugar a
la evacuación de sus propias dudas y de esta manera deconstruir conocimientos que a
priori cumplen el papel de inamovibles en el imaginario del grupo. Luego de esto, aparece
la desnaturalización de la realidad, que es posterior a la instancia problematizadora, en

23
esta los estudiantes pueden visualizar aquellos pensamientos estereotipados y
descartarlos de su accionar diario (Freire, 1968).

Este tipo de instancias educativas, son las que promueven en los privados de libertad,
un ámbito de intercambio capaz de humanizar. El tratamiento en este caso, es aquel
que se fundamenta en la problematización del propio lugar que ocupan, siendo capaz

23
de mostrarle a la persona que está en él, una forma posible de alejamiento de éste,
transformándolo en sujeto de su propia existencia (Zaffaroni, 2015).

La fuerza de cambio radica en el lenguaje, este es un intento de reflejar una de las


formas de la realidad y por lo tanto es la manera que tiene el ser humano de conocer el
mundo que lo rodea. Haciendo alusión a esto, Wittgestein (1918) afirma: «[…]los límites del
lenguaje (el único lenguaje que yo entiendo) indican los límites de mi mundo» (p.7).

Siguiendo este pensamiento, se podría inferir que las representaciones internas que
se generan en el encuentro con otro de realidades diferentes y la reflexión que deviene de
esta aproximación mutua, establecen una relación que se enriquece entre el mundo del
lenguaje y la construcción de la realidad por parte de ambos.

Por lo tanto, podemos reflexionar que la narrativa, su significado, los signos y su


referencia son la base del discurso que, sin lugar a dudas, se resignifica en el lenguaje que
es movimiento. Pensarlo desde el mismo, es problematizarlo en función de la voz de sus
actores y de sus corrimientos ideológicos en lo que a la institución carcelaria alude.

En el encierro, las fronteras del lenguaje aparecen rígidas, marcadas por la


invariabilidad estática de los sujetos. Considerando esto, desde la propuesta realizada por
el filósofo alemán Gottlob Frege, visualizo que, la construcción de la realidad actual dentro
de la cárcel, se sustenta en una perspectiva hegemónica producto de la cosificación del
sujeto en la institución. El autor expuso como prototipo, el siguiente ejemplo, existiendo una
igualdad A=A, siendo esta conocida por todos, a su vez existe otra equivalencia que debe
ser contrastada empíricamente A=B (Frege 1972).

En otras palabras, para una realidad compartida por todos, coexiste otra que puede
tomar sentido desde la experiencia del sujeto, que puede ser fundamentada y construida
por la problematización del pensamiento.

Otro de los ejemplos, que el autor nos propone, es el de un triángulo en el cual en el


centro trazó un punto que llamo A' como referencia (realidad). Desde ese punto y hacia los
vértices continúo representando líneas rectas, a estas las nombró sentido (significado) y el
signo es tomado como el lenguaje. Si observamos la resolución, podemos determinar que
para una referencia (realidad) existen multiplicidad de sentidos y están mediados por el
signo que es el lenguaje.

Esta aproximación, nos ayuda a entender de forma holística la realidad que


describimos, entendiendo que esta no es única ni mucho menos inamovible. Indagando

24
aún más, aparece lo que nombra como "la representación mental". Según el autor, esta es
subjetiva e interior al sujeto, posee a su vez variedad de sentidos. Un ejemplo de esto es
pensar en la palabra «vela», sabemos por lo que significa que tiene diferentes
representaciones y dado esto, el autor introduce otra idea la de «tesoro común del
pensamiento» que es de carácter intersubjetivo, dado que está marcada por una
comunidad del habla compartida por determinado grupo o sociedad.

Lo importante en esto es tener en claro que la representación al ser interna es, por lo
tanto, imaginada y se diferencia del sentido. Frege (1972) hizo una distinción entre uno y el
otro. En el uso, la persona hace un discurso directo, en la mención ocurre que se repite el
discurso de otro.

Esto lo podemos observar, en su participación en e l E spacio de I nclusión Digital,


que sirve como lugar de expresión y construcción de experiencias . En varios de los
encuentros que tuve la posibilidad de participar, mi conocimiento en psicologia, me
permitió correrme una vez más del mero rol de cuidado, para problematizar los
movimientos que en el grupo venian aconteciendo.

Al cabo de un tiempo y luego de arduos debates, lograron expedirse en


relación a la necesidad de construir un espacio de alojamiento en común, para dar
solución a las diferentes situaciones que presentan la mayoría de los estudiantes que no
comparten las mismas condiciones para poder estudiar. Fue hecho que tras un año de estar
tratando el tema juntos, los estudiantes lograron empoderarse. En primer lugar,
nombrarse como tales dejando a un lado la terminología clásica de P.P.L por la de
E.P.L (Estudiante en Privación de Libertad). En segunda instancia, proponen construir
materialmente un espacio, que desde lo simbólico ya se estaba construyendo políticamente
mediante su propia acción discursiva.

Analizando esto, la construcción del estudiante universitario en el encierro logra


irrumpir y modificar la infraestructura que intervienen en el lenguaje, en el cambio de
los sistemas simbólicos de pensamiento. En referencia a la conformación del sujeto con su
medio, Medina (1994) afirma: «[…]se constituye en sus relaciones con los demás, en las formas
colectivas e históricamente determinadas de la vida social. La conciencia, entonces, se crea y
recrea en la práctica social» (p.14).

En este caso, el sentimiento que, expresan como se expone en el documento firmado


por los nueve internos y ratificado por el proyecto que surgió como respuesta, no es más
que el deseo de materializar a la universidad en su entorno. En esta construcción, que la

25
considero mutua entre los estudiantes y quien suscribe, observo también elementos de la
investigación- acción participativa, como afirma Montero, 2006 «Esa transformación se dirigía
a la búsqueda de un mayor acercamiento al objeto de investigación a lograr la participación de las
personas afectadas por los resultados de la investigación» (p.53).

Es así, que la autora propone una psicología comunitaria basada en la coparticipación


directa de los afectados por la exclusión, cumpliendo un papel fundamental en la
transformación social, dando posibilidad al cambio en las relaciones de poder establecidas.

Creo necesario,comentar los aspectos ontológicos, epistemológicos, éticos y


políticos que conforman las dimensiones sustanciales en un colectivo social (Montero,
2001). A mi entender, son logros que están consiguiendo los estudiantes.

Desde el punto de vista ontológico, se atiende a la realidad como una construcción


permanente y en común con una base problematizadora sobre el contexto y la proyección
como estudiantes, siendo ellos mismos, los sujetos cognoscentes, constructores de su
propia experiencia. El carácter epistemológico, nos plantea un accionar dinámico y
participativo entre el sujeto que conoce y el objeto a ser conocido, por lo tanto, podemos
observar la horizontalidad como característica de la producción de conocimiento en este
grupo, donde cada agente, contribuye con su saber en pos de construcción colectiva.

Como aspecto problematizador, encontramos la dialéctica, enmarcada en el rol


político que hace a la toma de decisiones. Esto es elemento fundador, que permite la
transformación. A modo de dar cierre a este apartado, me adhiero a las palabras de la
autora, esta afirma en referencia a la realidad (Montero, 2003):

La realidad existe porque es construida, reconstruida y destruida de innumerables


formas cada día; por lo tanto, en ese mismo sentido, un sujeto cognoscente es todo ser
que en su relación con el mundo que lo rodea y al cual pertenece, produce y reproduce
conocimiento, además de ser actor de ese proceso. y al hacerlo construye realidad y es
construido por la realidad que construye. (p. 143).

26
El proceso grupal educativo y el encuentro pedagógico como medio de construcción
del estudiante

Considero importante que, se minimicen las distancias educativas que aún persisten
en relación a lo pedagógico, en lo que refiere a la posibilidad de acceso a la enseñanza
dentro del encierro en nuestro país, de lo contrario, tendremos un modelo de encierro que
deshumaniza y ejerce una quita derechos, más allá de la pérdida de la libertad ambulatoria.

Por otro lado, el derecho a ser educado debe comprenderse como, un mecanismo
necesario para des-estigmatizar el rol de delincuente asignado desde la misma institución,
lo que nos permite, corrernos de la retroalimentación del sistema, basada en los
estereotipos pasivos que sitúa al prisionero como alguien que no problematiza su situación.
De esta manera, podremos abandonar la idea, que da fundamento a la institución, que
coloca a la persona en el encierro con un rol esperable produciendo aislamiento, no
permitiendo abordar la problemática desde una perspectiva integral.

Un aspecto importante a destacar, sobre el dispositivo educativo es que dentro de un


sistema autoritario y total como es la cárcel, tiene la capacidad de ser un factor protector y
que propicia un lugar personal de sostenimiento, para pensarse y ser pensado. En varios
casos, pude profundizar en las opiniones de los internos que estudian a nivel terciario (ver
anexo). Expresaron que la universidad representa en sus vidas una oportunidad en la cual,
anteriormente no veían como una realización posible, por el nivel socioeconómico del cual
provienen. Por medio de las facultades, han podido acceder a textos y realidades que
desconocían, siendo los tutores una fuerte guía, por los cuales podían ser tratados como
estudiantes.

Si observamos el significado etimológico de la palabra pedagogía, podemos ver que


esta, proviene del griego. Paidos, quiere decir niño y gogia viene de conducir. Por lo tanto,
es “relativo al que conduce o enseña a niños”. En el caso de los estudiantes en el encierro,
es un andar juntos en un camino nuevo de aprendizaje, apartarse de evasión y existir con
otro.

Para que esto ocurra, es necesarios que exista un dispositivo en este caso educativo.
Antes de adentrarnos en éste, es relevante definir d e que se trata este artilugio.
Foucault (1985) lo determina como:

27
Un conjunto decididamente heterogéneo que comprende discursos, instituciones,
instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas,
enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas; en resumen: los
elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho. El dispositivo
es la red que puede establecerse entre estos elementos” (p.128).

Por lo tanto, podemos concebir a los dispositivos como una tecnología para hacer ver y
hablar. Estos en palabras de Deleuze (1990): ¨tienen, pues, como componentes, líneas de
visibilidad, de enunciación, líneas de fuerzas, líneas de subjetivación, líneas de ruptura, de fisura, de
fractura que se entrecruzan y se mezclan mientras unas suscitan otras a través de variaciones o hasta
de mutaciones de disposición¨ (p.158). En definitiva es puesta en circulacion de la construccion
de saber capaz de producir subjetividad.

Es interesante, marcar las pautas por las cuales un dispositivo es llamado educativo,
para que esto ocurra, debe propiciar tres condiciones excluyentes y así cumplir su función
de una forma adecuada. Como primer paso, debe permitir la conformación de un espacio
sin amenazas y rico en posibilidades, estímulos y trabajar sobre los recursos existentes.

Otra condición es la presencia, es decir, estar disponible y realizar un


acompañamiento en el trayecto de aprendizaje. Por último, los materiales didácticos de
carácter informativo dispuestos para el aprendizaje en el espacio educativo deben ser
múltiples y de un nivel de exigencia adecuado al tipo de población a quién se dirigen. Ante
esto, es importante destacar lo que el educador Merieu (1998). afirma: «El centro del sistema
educativo habría que situarlo en la construcción de un ser por sí mismo. La educación se ha de
centrar en la relación del sujeto con el mundo»(p.2).

Algo destacable, es que favorece la interrelación de sus participantes, dejando a un


lado las diferencias que pueden existir entre los saberes y los tutores que las imparten.
Esto se genera de una forma única, que es característica del mismo, en un armado
heterogéneo, en el cual los estudiantes, han logrado darle finalidad a un espacio de
encuentro en común entre sus facultades, dentro del entramado que se moldea debido a
las complejidades que presenta la prisión.

Siguiendo la línea de los autores, creo necesario desarrollar c o m o s e c o n c i b e


e s t a h e r r a m i e n t a , en un centro de reclusión de máxima seguridad y cuáles son sus
características básicas que influyen en el acontecer del estudiante y el docente.

La realidad en cada celdario, varía según los espacios, sectores e incluso las formas
en las cuales los internos interactúan entre sí y los funcionarios que desempeñan tareas en
ellos. Tal es el caso, que cada pabellón podría ser tomado como una unidad dentro de otra,

28
debido a la cantidad de internos y la complejidad que estos representan. Por lo tanto, existe
una diferenciación en la calidad, en el acceso al dispositivo pedagógico, aunque este último
logra llegar a los estudiantes, no siempre pudo ser aprovechado de la misma manera por
todos.

En este caso, los trabajadores de la unidad, en conjunto con la UdelaR hemos podido
comenzar a revertir esa situación, desde que logramos tener autorización para conducir al
espacio de barracas (de mayor progresividad en la unidad) a los internos que no pertenecen
a este , en el horario de las tutorías con sus facultades. Con esto, los estudiantes tienen la
posibilidad de compartir clases, vivencias, dudas que puedan ir apareciendo y se consolidan
como grupo de trabajo. Esta asociación, se caracteriza por la elaboración de su propia
tarea, con capacidad de exploración, análisis y reflexión (Grinberg, et al 1972).

Desde estos aspectos, es que quiero analizar el grupo de estudio que se ha


conformado. Encuentro que, para entender mejor los mecanismos que se suceden, nada
mejor que contemplar este proceso desde dos perspectivas que observo como
complementarias. Una es la de Wilfred Bion, sobre el grupo de trabajo y los supuestos
básicos (Grinberg, et al 1972) y otro es el propuesto por Enrique Pichon Riviere, en el cual
aparecen los roles como algo que circula en torno a los miembros del grupo ( Riviere, 1982).

Desde el enfoque de W. Bion, en el grupo aparecen tensiones, una es la posibilidad de


trabajar en función de una tarea (proceso secundario consciente), como podemos ver
en reiteradas ocasiones en estos estudiantes y sus propuestas. Ante esto, como
fenómeno contrapuesto, vemos la construcción de lo que el autor llamó supuestos
básicos.

Estos, son comprendidos como mecanismos inconscientes (proceso primario) de


carácter emocional, tendientes a reducir las frustraciones provenientes del aprendizaje, esto
determina estar en contacto con el dolor y la realidad que hace a la trama grupal.

Es importante entender que cuanto más se conocen los miembros mayor es su nivel
de adecuación a trabajar para un fin. Hecho que se ha visto marcado en el comienzo, donde
podía observarse el primer supuesto básico de dependencia en la toma de decisiones con
la búsqueda de un líder ya sea interno al grupo o externo como un docente.

Dichos liderazgos, han ido circulando en el grupo, hecho que fundamentó una
postura mas crítica reflexiva para con la universidad y el rol que de ellos se espera, a pesar
de que sus integrantes no lo visualicen en su totalidad. Otros de los supuestos por los que
el grupo atravesó, fueron los de ataque-fuga y

29
el de apareamiento. El primero, se vio simbolizado en la institución misma como enemigo de
la construcción grupal, de la cual no se esperaba una respuesta favorable.

En todo caso, se creía que, existirían respuestas de cierta facilitación a lo alcanzado


hasta el momento. Por último, aparece el concepto de apareamiento, este hace referencia a
un salvador del grupo, en este caso, está representado por las esperanzas fundamentadas,
pero exacerbadas en relación al proyecto de espacio en común que hemos construido en
conjunto. Lo cual, los ha situado, con una visión prospectiva que la aleja de su presente,
que sería la destrucción de esa ilusión (Grinberg et al, 1972).

Estas observaciones, las he logrado extraer de los procesos grupales que han
acontecido en los últimos meses, por los cuales también he atravesado, dado mi
cercanía con el grupo de estudiantes, que en ocaciones devenia como uno mas, que sentia
sus propias vivencias como universitario matizado por lo laboral, que fundamentaba el
encuentro y me colocaba en una relación de poder que la verticalizaba por momentos.

Esto es entendido por el autor como valencia en relación a aquel que oficia como
terapeuta. Como es sabido, mi función dista a la de este, aun así, he cumplido el rol de
contener e instrumentar las ideas que comenzaban a aparecer producto de la cohesión de
grupo. Asimismo, algunas de las vivencias y frustraciones me han golpeado en este proceso,
del cual creo haber logrado equilibrar entre futuro psicólogo y el mandato institucional
pudiendo transversalizarlo, otorgandole esto sentido a mi recorrido académico.

Ante esto, se hace indispensable definir a que me refiero con grupo desde la perspectiva de
la psicología social. Según Pichon Riviere (1982) es un:

Conjunto restringido de personas que ligadas por constantes de tiempo y espacio y


articuladas por su mutua representación interna se propone, en forma explícita o
implícita, una tarea que constituye su finalidad, interactuando a través de complejos
mecanismos de asunción y adjudicación de roles. (p.142).

Esto lo podemos comprender, en el marco de que cada estudiante parte desde su


propia potencialidad para aprender y enseñar en su colectivo. El grupo universitario
autorregula a sus miembros, crea otra forma de situarse culturalturalmente y de
autodeterminación a través del lenguaje que le proporciona a cada sujeto su lugar (Corral,
R. 2001).

Encuentro que el dispositivo grupal y pedagógico, es condición fundante de cambio en el


contexto carcelario. Ante esto, Fernández (1985) nos dice:

Se piensa, en este sentido, que el llamado contexto es, en rigor, texto del grupo; es decir
que no hay una realidad externa que produce mayores o menores efectos de influencia
sobre los acontecimientos grupales, sino que tal realidad es parte del propio texto
grupal, en sus diversas modalizaciones; es por ende fundante de cada grupo; más que
escenografía, drama grupal.(p.32).

30
Udelar en el encierro, habilitando el rol del estudiante

En relación a la Udelar, observamos un ingreso progresivo en lo que refiere al acceso


de las disciplinas universitarias en los centros de reclusión. Esto se sustenta, en dos de los
tres pilares de nuestra Universidad, que como sabemos son la enseñanza, la investigación y
la extensión. Vale aclarar que, en el contexto de encierro las entidades que predominan son
la enseñanza y la extensión.

Entre el año 2010-2011, se concreta una de las primeras intervenciones de la


UdelaR. En este caso, participó la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. Lo
mismo ocurrió con Regional Norte y la Facultad de Ciencias Sociales. Estas tres entidades,
realizaron un proyecto en conjunto llamado Fortalecimiento de los procesos educativos/
productivos en contexto de encierro. Sus objetivos fueron proveer de herramientas útiles de
trabajo a los privados de libertad enfocados en su egreso (López, Américo y Núñez ,2014).

En ese mismo periodo, a pedido de uno de los internos que se encontraba en


privación de libertad y se había inscripto en la licenciatura psicología, se realizó una tutoría
enmarcada en prácticas y proyectos de la Unidad de Apoyo a la Enseñanza por parte de la
facultad, esta, según Baroni C, Laino N, 2018 se encargó de:

[…] tareas de apoyo, orientación y referencia; asesoramiento estudiantil frente a


situaciones que requerían necesariamente de una atención personalizada; conformación
de un espacio para trabajar la resolución de los problemas del acontecer educativo en
contextos de numerosidad; apuntalamiento de los procesos de autonomización de las y
los estudiantes, así como la construcción de alternativas para el empoderamiento de los
actores del espacio institucional. (p.5).

Actualmente, el mencionado estudiante se encuentra en la unidad 3. En una carta


realizada a pedido del que compone este trabajo de grado y colocada en los anexos, narra
parte de las fortalezas y obstáculos que ha tenido que atravesar en el correr de estos
años,en relación a su avance académico.

Tras el cierre de la UAEn, las tutorías quedan en manos de la docente Cecilia Baroni,
perteneciente al Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo Humano. Actualmente es
coordinadora de la formación de psicología de los estudiantes en privación de libertad de la
citada licenciatura y referente de la práctica de tutorias entre pares con estudiantes de
psicología y otras facultades, en coordinación con PROGRESA.

31
A lo anteriormente mencionado, debemos agregarle la participación de facultades
que se han ido sumando al trabajo en este centro penitenciario, siendo hasta el momento:
la Facultad de Veterinaria que se incorporó en el 2018 con un estudiante en su currícula,
Economía en el 2017, que hasta el momento presenta tres estudiantes de los cuales
dos estudian para Contador Público y uno para Técnico en Administración. Por último,
Derecho en 2018 con un estudiante culminando el 1er. año. Es la Facultad de
Psicología la que más representantes posee actualmente con cuatro estudiantes.

Como ya fue mencionado, el acceso de la educación universitaria a las unidades de


internación, obtuvo un avance significativo, gracias al acuerdo concretado entre el .I.N.R. y
la Udelar, en el cual se formaliza el ingreso de esta última en las cárceles de nuestro país,
proporcionando un nuevo campo en la educación formal y democratizando el ingreso a la
universidad.

Dicha realidad, tiene su funcionalidad en el trabajo integral entre las diferentes


comisiones de las facultades, gremios estudiantiles, Bienestar universitario para el acceso a
becas estudiantiles, PROGRESA en su modalidad Tutorías entre Pares, la Coordinación de
Educación y Cultura del I.N.R., las distintas unidades carcelarias y el trabajo de los
equipos de educación de éstas que garantizan la movilidad y realización de las actividades
de los estudiantes dentro de la institución.

En referencia a esto, es que logramos construir el Espacio de Inclusión Digital


habilitado a mediados del año 2017 en el sector Barracas. El mismo, fue pensado para el
libre acceso a las plataformas de aprendizaje y al Sistema General de Bedelías.

Esto dio como resultado, un lugar en el cual los estudiantes terciarios de la institución
carcelaria, pudieran estar juntos durante tres horas por semana. Tal hecho, ha generado
una escisión en el sistema de máxima seguridad, en el cual, no podían agruparse internos
de distintos sectores, propiciando un precedente para la posibilidad de crear un espacio de
alojamiento universitario en común.

Observando un recorrido posible para nuestro país, encontramos que en la República


Argentina la enseñanza terciaria tiene su mejor exponente, en el Centro Universitario de
Devoto. Dicha institución, se encuentra en funcionamiento desde el año 1985, como
respuesta a la apertura democrática, en años que habían sido marcados por una brutal
quita de derechos de la ciudadanía en general y de los estudiantes en particular.

Es importante tener en cuenta, que su surgimiento se debió a una serie de acuerdos


mancomunados, entre los actores de la universidad, el Estado representado por

32
las autoridades de los ministerios públicos y los mismos internos que vivieron en sus
propios recorridos y luchas la necesidad de garantizar el acceso a la educación de forma
pluralista y participativa. Según Lewcowicz (2004):“En el interior de la prisión -si esta topología
conserva algún sentido-, los prisioneros organizaron un sitio en el que podían dictar y tomar clases;
estudiar y pensar” (p.141).

La experiencia Devoto comienza a generar en las personas que participan del centro,
otro tipo de forma de sentirse y ser en la institución carcelaria. Esto es, teniendo en cuenta
que la cárcel, tal para lo que fue creada (una institución normalizadora), no habilita un
espacio del todo acorde para que ocurra el encuentro pedagógico, por lo tanto, este
representa una ruptura con la hegemonía de la prisión (Lewcowicz,2004).

Asimismo, la universidad en el encierro presenta una forma diferente de encuentro


educativo entre los estudiantes, sean estos de extramuros, como los tutores pares o los
estudiantes internos, que asumen un lugar propio y colectivo.

Desde este punto, el estudiante logra autonomizar parte de su aprendizaje,


paulatinamente el rol del estudiante comienza a imponerse sobre la dinámica carcelaria,
lentamente se desplazan las lógicas preestablecidas por la institución. Lewkowicz, (2004)
afirma: «Las rutinas universitarias se superpusieron con las rutinas carcelarias. Diariamente
entraban y salían de las prisiones docentes universitarios, que establecían vínculos con estudiantes
que moraban en las cárceles» (p.141).

La totalidad de la institución, comienza a ser pensada desde la propia experiencia


que aflora en un ámbito nuevo con un estudiante diferente al habitual, en el cual otro
estudiante o docente aparece como habilitador de un lugar como «seres en situación».
(Carrasco, 2010)

Esta apropiación, genera cambios en el acontecer diario que le dan sentido a lo


cotidiano. En palabras de Carrasco (2010): «[…]estamos al mismo tiempo concibiéndolo como
sujeto y objeto de la Historia, producto y productor de la misma, receptor y transformador potencial de
la Situación en la que vive» (p.115).

La universidad, crea nuevas formas de aportarle herramientas habilitantes al


estudiante en contexto de encierro, entre ellas la de identificarse con espacios de libertad.
Flexibiliza el espacio, por la incorporación de un pensamiento crítico en el sistema.

Estos avances, han propiciado la creación del rol del estudiante en el encierro. Según
la Real Academia Española, esta palabra es derivada del francés y se le atribuye a las

33
ciencias sociales. El concepto, está familiarizado con cumplir una función de algo o alguien
determinado: «El concepto de rol o papel, ha sido definido como un conjunto de patrones de
comportamientos esperados y atribuido a alguien, que ocupa una posición determinada en una
unidad social» (Linton, 1945; Yinder, 1965; Aritzeta & Ayestaran, 2003 citado en Ros, 2006; p. 107).

En el plano institucional, esto significa que cada estudiante privado de libertad, ocupa
un lugar, lo que simboliza apropiarse de una forma de ser, que posee tanto derechos como
deberes, esto genera una configuración distinta al momento de relacionarse y propicia el
abandono de ciertas prácticas, la puesta en escena de otras que tienen que ver con el
quehacer universitario y el cuidado del espacio educativo.

En este proceso el estudiante comienza a incorporar el ser universitario, viendo en


esto una oportunidad para ser escuchado, a pesar q u e en ocasiones, quede opacado
por las propias dinámicas institucionales y del entorno, aún así los estudiantes logran
colocar al saber en un emplazamiento central.

En referencia a esto, consulté a uno de los estudiantes de psicología que siente


con ser parte de la Udelar, este afirma: «[…]¿Qué siento? Es productivo, como siempre
digo por más que las expectativas estén en descontar (redimir pena), hacer algo. ¿Por qué
no?, ayudar a algo, contribuir, poder volcar lo aprendido».

En una situación similar, se declara un estudiante de Derecho, que actualmente se


encuentra cursando el primer año, manifestó una cierta dicotomía, que figura como
sensación de percibirse «sapo de otro pozo» en mención a la universidad.

En este caso, podemos visualizar que, por causa de la movilidad reflexiva, se percibe
en otro sitio que siente lógicamente fuera de su alcance, por el contexto y la materialidad en
la que está posicionado. Podemos decir que, si bien se auto percibe ajeno a la universidad,
esta simboliza un punto de partida sólido, tanto dentro de la cárcel, como así también
fomentando movimientos a nivel familiar.

Esto lo podemos ver, en una de las cartas que el estudiante realizó, en la misma,
expresa cuál es su motivación por estudiar «[…]No estoy estudiando por los demás, pero se
creó una gran expectativa en mi entorno familiar y obviamente acá en donde vivo, con mis pares y
resto de la gente que me rodea. Hoy día te puedo decir que ser universitario para mí es un medio
para lograr un fin».

Como he mencionado anteriormente, los estudiantes en el encierro, padecen


problemáticas que hacen a la vivencia carcelaria. Esto sin duda, es producto del efecto del
panóptico sobre los sujetos y sus subjetividades que son dañadas por la absorción de sus
singularidades de forma total, totalizante y estigmatizadora en todos sus aspectos.

34
El verbo estigmatizar, tiene un doble sentido de formación de identidad, uno refiere a
la marca que alguien ajeno al sujeto realiza sobre él/ella, y otra es la que en el individuo
aparece como una marca, por la cual es reconocido como estigmatizado por las múltiples
vulnerabilidades que lo han llevado a proyectarse con eso.

En referencia a esto, podemos entender que existe una subjetividad que es


construida en el encierro y en respuesta surge la posibilidad de ser estudiante, que
lentamente abre paso a la transformación, construcción y determinación de continentes que
ayudan a ser contenidos en el plano de lo dialógico.

Ante esto Kouyoumdjian y Poblet (2010) afirma:

Lo que se busca con estos espacios es la construcción de nuevas formas de


subjetivación por parte de las personas que hayan pasado por ellos, y asíí
puedan resignificar esta experiencia para empezar a construir un proyecto de vida, un
horizonte deseable. (p. 6)

Cuando hablamos, de construcción del rol del estudiante universitario en el encierro,


tenemos que tener en cuenta, los diferentes tipos de estudiantes que podemos encontrar en
el mismo o fuera de este que tienen o tuvieron relación directa con la privación de libertad.
Son estudiantes con reciente ingreso en la institución carcelaria, que no tienen transitorias
otorgadas por el juez, otros que sí la tienen, y algunos que tienen muchos años por hacer y
no han concretado salir de la prisión para cursar; también observamos que, existen
estudiantes próximos a salir en libertad y otros que ya lo han concretado (Baroni y Laino
2018).

Es desde esta perspectiva, que se forma un espacio plural, que tiene que contemplar
las diferentes situaciones de las personas que están en prisión, lo que en palabras de
Baroni y Laino (2018) en relación a la psicología se materializa como:

El espacio, en este sentido, es entendido en tanto escenario en donde se despliegan las


condiciones tanto para estudiar como para entender la lógica universitaria, el lenguaje
disciplinar, su lugar como estudiantes universitarios en una institución cogobernada,
intercambiar, preparar exámenes, realizar trabajos para 15 unidades curriculares de la
licenciatura y también para conversar sobre los obstáculos de estudiar en condiciones
de encierro, así como las posibilidades de poder hacerlo. (p.15).

Ante esto, otro estudiante relata lo siguiente:

35
Hace tres años que empecé psicología aquí, pasamos de armar nosotros las fichas con
las fotocopias de los módulos por separado a tener fichas armadas y completas con sus
diapositivas, guías, apoyo de materiales, resalta textos, lapiceras, etc… A tener Espacio
de Inclusión Digital. Poder ver una clase, la interacción docente-alumno.

Podemos ver el proceso que el estudiante ha tenido que atravesar en su devenir;


esto nos permite ser partícipes de su inclusión en la universidad.

Pensar en inclusión, no es basarnos solo en el estar del estudiante dentro de la


institución terciaria, dado que no es sinónimo de permanencia, sino del tipo de educación
que se conciba y cuáles son las problemáticas que se deben abordar a futuro (Skliar, 2002).

El ser estudiante, es una construcción propia, que implica formar parte de un grupo
específico, en este caso del estudiantado universitario; también es tener sentido de
pertenencia y referencia en un determinado ámbito, en el que se posiciona a la universidad,
en la que tenemos el cometido de crear nuevos modelos y proporcionar soluciones
adecuadas para que en el egreso se genere la permanencia, siempre teniendo en cuenta la
historia misma del sujeto y sus necesidades inmediatas.

En referencia a esto Lewkowicz (2004) afirma:

«El preso-estudiante se resiste a ser tomado como preso en la prisión; no puede ser
capturado integralmente como preso en la prisión en la que está apresado. El preso-
estudiante, si bien está preso, no es preso-voluntad única del actual sistema carcelaria-
sino estudiante»(p.145).

Es necesario fortalecer al estudiante, favoreciendo al cese de las diferencias, que la


persona trae de su historia familiar las que lo pueden condicionar; estas se manifiestan
como tendencias estructurales al abandono educativo o como el producto del mismo
encierro que limita.

36
«Sembrando un nuevo camino» Obstáculos y fortalezas del E.P.L

Como hemos podido dilucidar, la educación en términos amplios es humanizante y un


derecho sustancial.En el contexto carcelario simboliza una forma de recuperar el tiempo
de manera material, por lo que significa la redención de pena otorgada por la ley N.º
17897 en su artículo 13.

Asimismo, la universidad, provee de un tercero como mediador, en este caso entre la


situación del estudiante preso y la construcción de la realidad en el contexto de encierro.
Siguiendo esta línea de pensamiento, en palabras de Baroni, Cabezas, García, Plachot y
Scarlatta, (2003) se afirma:

Pensamos que esto está relacionado con la ruptura de la especularidad que la presencia
de un tercero institucional habilita, permitiendo movimientos comprensivos de las partes
que pueden salirse de sus respectivos roles cotidianos en la institución. Tal movimiento
aumenta la posibilidad de transversalización del conflicto, y la capacidad de explorar
nuevos recursos y soluciones hasta entonces no visibles en el repertorio de estilos de
relacionamiento instituidos. (p.4)

En tal sentido, la construcción del rol del estudiante universitario en un


establecimiento como la unidad 3, representa un cambio en relación a los roles dentro
del mismo encierro y la posibilidad de situarse desde otro lugar para con la institución, sus
pares privados de libertad y los compañeros de facultad.

De igual modo, es importante destacar el valor del encuentro entre tutores pares y
estudiantes que desde otro punto de vista permiten el acercamiento por parte de la Udelar
de otro tipo de par. Como obstáculo, aparece la necesidad de acceder al rol docente de
forma asidua, hecho fundamental para habilitar la evacuación de dudas que van surgiendo a
medida que aumenta la lectura y la dificultad de los estudios.

Como e s t u d i a n t e , desde hace un tiempo, me han planteado diferentes


incertidumbres en relación a dudas que les van surgiendo sobre las formas de
aprendizaje. En referencia a esto, pude observar la ansiedad que provoca, si bien tienen
acceso a la bibliografía de los cursos, no logran estructurar sus contenidos por causa del
poco contacto entre pares dentro de la institución, sumado a las largas horas de encierro en
un lugar nada apropiado para la reflexión. Actualmente, se ha sembrado un atisbo de
esperanza, debido al vínculo entre pares universitarios en el encierro, proporcionado por
los lugares que se han podido posibilitar en común. Estos, permiten el Inter-
relacionamiento de los estudiantes entre sí, además de la accesibilidad a las clases en
línea, como ocurre con Open Psico en la plataforma E.V.A.

Partiendo de esto, podemos entender que, existen varios aspectos que nos indican
que la universidad tiene resultados atenuantes sobre los efectos del encierro. Uno de los
más destacables, es la sensación de estar realizando una meta personal y la visibilizacion

37
de una lectura colectiva diferente. La Udelar en el encierro, en este momento está siendo
una oportunidad real como proyecto de vida, creadora de otro sentido en un lugar en el cual
no se podría ver con claridad la consolidación de una educación inclusiva.

Por esta razón, es menester que dentro de la unidad en la cual me desempeño como
trabajador en primera instancia y como estudiante de grado, se fomenten nuevas
formaciones integradoras para los estudiantes. Para esto, entiendo necesaria la
participación de todas y todos los involucrados para la profundización en los logros que
hemos obtenido.

La Universidad, en estos aspectos continúa trabajando en nuevas formas de


acercamiento a los diferentes tipos de estudiantes que se encuentran en reclusión.
Asimismo, continúan apareciendo diferentes problemáticas que hacen a este fenómeno dual
de la Udelar en la unidad.

Cuando me refiero a dualidad, hago referencia a que indudablemente la educación


terciaria está presente y es coherente con las necesidades de sus estudiantes,que por ser
una minoría, de bemos apocarnos a crear los mecanismos institucionales necesarios para
su identificación material con la misma.

Un ejemplo de esto, son las inscripciones en las diferentes plataformas digitales, en


las cuales el estudiante por no tener una introducción a lo universitario, no comprende las
lógicas de este, dando como resultado (en ocasiones), una excesiva dependencia con los
funcionarios o tutores para acceder a los materiales de estudio. Si bien, al momento hemos
mejorado esos aspectos a nivel institucional , aún tenemos varios debes en materia inter-
institucional, como lo es trabajar en la autonomía del estudiante universitario.

37
La implicación:

Para otorgarle un cierre a estas reflexiones, creo necesario el análisis


de la implicación. Este concepto, trae consigo la idea de estar entrelazado al campo de
estudio en el que profundizamos. Según Lourau R (2001) : ¨La implicación es un nudo de
relaciones. No es ni ''buena'' (uso voluntarista), ni "mala" (uso jurídico policial)¨ (p.2). En otras
palabras estar implicado tiene que ver con estar, no es necesariamente participar, sino que
estando en el lugar desde nuestra profesión ya lo estamos (Lourau,2001).

En el transcurrir de este último año, he podido analizar y sistematizar el


proceso educativo realizado por los estudiantes en privación de libertad. En mi desempeño
como operador penitenciario y futuro psicólogo, busqué problematizar en estas personas, el
ser universitario, desde una concepción política, ética, epistemológica y ontológica del
sujeto (Montero,2001).

En este encuentro, logramos ser pensados desde nuestras prácticas e


historia. Esto permitió resignificarme desde la psicología como agente que además de
implicado, me encuentro comprometido en este proceso de cambio. Lentamente, en los
espacios en común, comenzamos la construcción de la demanda, que como sabemos se
realiza en conjunto y es productora de movimientos, tanto en el grupo como en los
actores externos, de los cuales, su contribución en la edificación del rol del estudiante
en el encierro es determinante.

Esta demanda, dio como resultado el corrimiento como estudiantes pasivos al que
estaban acostumbrados, en el cual me incluyo, a otro en el cual existen responsabilidades
en un rol activo, del cual se espera que contribuya en su entorno con mayor autonomía.

Hay que tener en cuenta, que trabajar en la implicación, es abordar la relación que
establecemos con el otro como ser cognoscente, que en palabras de Ardoino (1997):¨
...Estamos frente a un objeto que es al mismo tiempo sujeto, y a la vez, portador de proyectos, es
decir un objeto que está inscripto en el tiempo y en la historia¨ (p. 5).

Esto, es esencial para concebir al sujeto desde la dimensión socio-política, en como


esta, juega en mi rol como futuro psicólogo en la construcción personal de la labor.
Encuentro necesario, evaluar el trabajo realizado en m i función como operador
penitenciario. Como tal, entiendo que existen atravesamientos desde el plano institucional
como funcionario, que en oportunidades han obturado el interrelacionamiento con los
estudiantes, no obstante es un insumo mas a problematizar.

39
Reflexiones finales:

La institución carcelaria, nace con el fundamento de castigar el alma y de esta


manera inferir en el cambio de conducta en el privado de libertad. En respuesta a esto, el
sujeto crea comportamientos adaptativos ante lo adverso y de esta forma procura su
existencia.

Por su parte, los cambios sociales, políticos y económicos sustentaron los


movimientos institucionales que dieron origen a la creación del I.N.R. . Podemos observar,
que desde el 2010 hasta nuestros días, se han firmado acuerdos insterinstitucionales entre
organizaciones civiles y del Estado. Uno de los mayores exponentes de esto, es la firma del
convenio entre I.N.R. y la Universidad por la cual se busca la democratización de la
educación en el sistema carcelario.

Problematizar a la Udelar en el encierro, es pensar una universidad abierta, que


cumple con el rol social que la caracteriza en diálogo con la sociedad toda.

De esta forma, la educación terciaria en contexto de privación de libertad, no solo


atenúa los efectos nocivos de la cárcel, sino que, contribuye en la formación de un rol
capaz de problematizar su estado actual y se presenta como un proyecto de vida realizable
extramuros.

Aquí, atendemos a un hecho novedoso, si bien el ser universitario se relaciona entre


otras cosas con la infraestructura que cada facultad tiene, a este también lo podemos
encontrar en las profundidades de la cárcel, irrumpiendo entre lo punitivo, para crear
libertad.

Sin lugar a dudas, la construcción del rol del estudiante universitario no rehabilita,
pero si es una fuerza instituyente, que coloca a la educación como un derecho del cual la
universidad es garante. De esta manera, se habilita el discurso de un estudiante distinto ,
domocratizando activamente un espacio sometido a la visión hegemónica por parte de la
institución sobre los sujetos.

Para cerrar este trabajo, quisiera problematizar las preguntas que me he formulado en
el mismo. ¿será posible llegar a un encuentro con el otro que enriquezca a ambos?.

40
Si pensamos en el significado de encuentro, etimológicamente tiene dos formas de
consumarse. La palabra deriva del latin in contra, que significa en contra, esto lo podemos
relacionar con la idea de impacto. La otra definición,aparece en el siglo XVII y tiene que ver
con hallar.

Ante esto, entiendo que existió un encuentro, el cual es impactante por las
condiciones en el que se realiza. Considero que este hallazgo es mutuo y que ambas partes
nos hemos dispuesto a aprender uno de los otros.

Otra de las incógnitas, es: ¿Por qué, a pesar de los cambios en la institución y la
participación de civiles dentro del sistema, aun la seguridad sigue siendo el centro de las
decisiones de mayor trascendencia dentro del sistema?

El sentido de esta respuesta, lo encontramos en las transformaciones de las


relaciones que la institución tiene con el afuera. Si bien,las condiciones no han cambiado
sustancialmente, podemos inferir que en la cárcel en estos últimos años, s e han creado
espacios que permiten intervenciones como las que somos testigos en esta propuesta
académica. Para seguir profundizando en esto, es necesario participar en la creación de
lugares nuevos que resquebrajen los muros desde la construcción de otros discursos
incluyentes.

41
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Anexos

Carta dirigida al director de la unidad, por parte de los estudiantes en privación de


libertad, solicitando un espacio universitario y de alojamiento en común:

Sr. Director de la unidad

Quienes suscribimos, los estudiantes universitarios de esta unidad, nos


presentamos ante ud a fin de solicitar la construcción de un espacio de
alojamiento en comun en el sector barracas.

Actualmente, somos 9 estudiantes que estamos dispersos por los diferentes


celdarios de la unidad. Dado esto, cuando tenemos clase, los Operadores
Penitenciarios tienen que ir a buscarnos a los diferentes lugares, lo que
ocasiona demoras, haciéndole perder el tiempo a docentes y tutores que con
tan buena disposición vienen a enseñar.

Sin dudas, que es mucho mejor para todos tener un espacio en común, tanto
para los funcionarios, que no deberan recorrer todo el establecimiento para
llevarnos, para los tutores que no tendrán que ingresar a los celdarios a un sitio
improvisado para la educación y mejor para los EPL hecho que reafirma el
sentido de pertenencia con la Udelar, que hasta el momento lo sentimos lejano.

El motivo central, es el bullicio de los celdarios, donde nos encontramos la


mayoría, de más esta decir que se necesitan largas horas de concentración,
lectura, y trabajo en equipo, que en estas condiciones son imposibles.
No queremos escapara a la realidad en la que estamos o alguno de los puntos.
Si, lo que queremos es movernos, alojarnos en algún lugar mas propicio, ya que
compartimos un mismo pensar, seria en definitiva ocuparnos mas en ésto que
sabemos es una gran oportunidad.

La idea es crear un espacio, donde se asemeje más a la realidad de cualquier


estudiante universitario, cualquiera sea sus condiciones.
Este año tenemos el agrado de que se suma el Plan Ceibal, de la mano de una
excelente gestion de la Facultad de Ciencias Economicas y Administracion y el
I.N.R. En la cual, hemos recibido la donación de computadoras portátiles. Esto
representa una gran herramienta en la actualidad para mejorar la calidad en el
aprendizaje a la hora de mejorar nuestro desempeño en el manejo de la
información y la autogestión.

Es necesario el espacio que planteamos, para generar una comunidad


universitaria, donde poder apoyarnos los unos a los otros, formando así un
ambiente interdisciplinario.

Contamos con el apoyo de Udelar, Plan Ceibal, Antel.

Firman:

G.L. D.I.
M.R. R.B.
G.L.D.R. N.S.
M.A.
P.A. R.R.
Los estudiantes y su experiencia como universitarios

Libertad 4 de enero del 2019

D.I.:

¿Que siento o se siente ser estudiante universitario en privacion de libertad?

Que decir, preso, limitado. De más esta decir, que cambio un poco, hace 3 años que
empecé psicología aquí. Pasamos de armar nosotros las fichas con fotocopias de los
módulos por separado a tener la ficha armada y completa con diapositivas, guías, apoyo
de materiales resalta textos, lapiceras, cuadernos, cuadernolas, etc.
Obtuvimos el Espacio de Inclusión Digital, por este medio logramos poder ver clases
gravadas y la interacción docente-alumno, sacarnos dudas, observar ejemplos, la
explicación (de forma virtual, pero esta ahi). En definitiva es otro nivel de aprender.

La autogestión, es la inclusión en la tarea de inscribirse uno mismo, de buscar sacarse


dudas, todo es un poquito más y en pro. El ambiente, que decir, caos, ruidos, golpes,
peleas, insultos, negligencia, de todo un poco y de todos lados. Lo peor es
acostumbrarse a esto.

Mas allá de todo esto. ¿Que siento?. Es productivo, como siempre digo, por mas que las
expectativas estén en descontar, hacer algo o en el último de los casos ayudar en algo,
contribuir, poder volcar lo aprendido en pro de algo.

Eso es bueno, particularmente con psicología se desarrolla la empatía con el otro, el


valor ético, la crítica y la autocrítica. Esto sensibiliza y el ambiente da para observar (de
todos lados) situaciones incorrectas e incoherentes. Esto genera un pensamiento
ambiguo, como una encrucijada. Vas teniendo noción de lo malo, lo bueno, la norma y el
mismo ambiente carece de todo y llega a limitar el propio reclamo. Es raro, como un
pensamiento vago.

Espero que, en algún momento cambie, se sigan sumando acotores nuevos, se pueda
participar mas. Repito, mas alla de las expectativas de cada uno. Sigo con el mismo
pensamiento de que no se puede generalizar nada, pero la educación es la excepción.
Habría mas para hablar, para discutir y desarrollar sobre este tema, pero bueno, es lo
que me sale escribir desde aquí, lo que siento al participar de una actividad educativa.
Libertad 2 de febrero del 2019.

P.A.:

¿Que siento como estudiante universitario?

Antes que nada mucha responsabilidad, sobre todo ahora que estoy por dar
examenes, no quiero fallar por mi y porque hay gente que espera mucho de mi
parte.

No estoy estudiando por los demás, pero se creó una gran expectativa en mi
entorno familiar y obviamente aca en donde vivo con mis pares.

Podría citar normas que velan por los derechos de los internos,respecto a la
educación y el discurso de la institución.

Te voy a decir, que personalmente veo muy positivo esta oportunidad de estudiar

y prepararme para el día de mañana en que recupere mi libertad.

¿Si me siento parte de la universidad? Te diría que me siento sapo de otro pozo.
¿Será porqué uno siempre esta a la defensiva?

Las gurisas que vienen de parte de la Facultad de Derecho son geniales y no te


hacen sentir diferente, el trato es excelente. En realidad soy yo que debo cambiar
y supongo que tiene que ver con mi falta de roce social en la educación.

Del entorno que vengo, la gente no esta pensando cuando tiene hijos, que van a
ir a la universidad, como mucho piensan en que terminen ciclo básico y si termina
el liceo se consigue un buen trabajo, en el caso de que no se haya conseguido ya
trabajo mucho antes de terminar el liceo para poder ayudar en la casa, para
comer o vestirse. En mi caso, tome atajos... aca estoy por haberlo hecho.

Hace unos cuantos años en un calabozo, lei un libro de Paulo Cohelo, llamado El
Alquimista. Resumiéndolo, el personaje es un pastor de ovejas (pobre) que tuvo
un sueño mientras dormía dentro de una iglesia en España. Soñó que en las
pirámides de Egipto había enterrado un gran tesoro, deja todo y emprende el
viaje en busca de ese tesoro...Pasa muchas penurias y cuando llega se encuentra
con unos loquitos que lo golpean, le roban y le preguntan: ¿qué estás haciendo?.
El personaje le cuenta sobre el sueño, a lo que uno le responde,que no sea tonto,
que el también habia tenido un sueño, sobre una iglesia de España en la que
habia un tesoro...
El pastor se levanta y se va, vuelve sobre sus pasos y regresa a la iglesia en la
que encuentra el tesoro.

El libro es mucho más que esto que te acabo de decir, pero lo que a mi me quedó
de esa historia que siempre recuerdo, es que al igual que ese personaje, yo salí
de mi casa un día en busca de un tesoro y resulta que el tesoro estaba ahí mismo
en mi hogar, mi familia.

Ya llegue a las pirámides y estoy de vuelta, no deseo ser millonario, ni tener lujos,
solo quiero recuperar lo que deje atras.

Hoy día te puedo decir que ser universitario, es un medio para llegar a un fin. No
me siento más que nadie, ni más inteligente, ni más capacitado, estoy seguro
que cualquiera de los internos puede lograrlo, lo que pesa es que depende la
etapa del viaje en que cada uno se encuentre, si estan yendo hacia las pirámides
o si vuelven de ahí, es muy personal.
Libertad 03 de marzo del 2019

M.A.:

¿Que sentis siendo estudiante universitario?

Soy una de las personas de las tantas privadas de libertad que hay en nuestro
país, pero una de las pocas que,por diferentes motivos han tenido la oportunidad
o se han interesado por si mismo en llegar a ser un estudiante universitario.

Personalmente, considero que es una oportunidad muy buena que debo

aprovechar al maximo, porque uno crece como persona, enriquece sus


conocimientos y logra armarse de herramientas que pueden ser muy útiles en
un futuro para poder reinsentarse en la sociedad, con un empleo decente.

Esto es dado, gracias a los exfuerzos que cada uno tiene que hacer para
terminar los estudios y recibirse en lo que uno eligio como profesión.

Ser un estudiante universitario, te hace tener una visión distinta, más amplia
sobre un montón de temas que en el tiempo vas aprendiendo a comprender.

Esto es, lo que te hace adquirir diferentes maneras de pensar, gracias a los
nuevos conocimientos.
¿Que significa ser estudiante universitario?

G.L.:

Teniendo 15 años para hacer en prisión, pensando estar ocioso mucho tiempo, decidí
continuar con mis estudios, tenía que terminar dos materias de segundo y comenzar tercer
año de secundaria. Cuando empecé a estudiar me di cuenta, que lo que me enseñaban eran
estudios muy básicos y opte por preguntar si lo que enseñaban dentro de la cárcel era lo
mismo que enseñaban dentro de los liceos públicos o privados.

Me respondieron que era diferente, por cuestiones de tiempo y otras respuestas evasivas.
Hasta hablar con una profesora de literatura A.M. y le pedí que me consiguiera el curso como
se daba extramuros. Lo mismo solicité en relación a la forma en que se realizaba un examen,
me los trajo,estoy agradecido por eso, porque fue la que me impulsó a terminar los estudios
secundarios.

Al culminar la secundaria, habían dos carreras que me gustaban, psicología y derecho, al


correr el 2010 era difícil que las facultades entraran en las cárceles porque no existía el
convenio actual. A pesar de las idas y vueltas, se pudo lograr que comenzara ambas
carreras, la cual derecho la deje al finalizar ese año, dado que, si llegaba a recibirme no
podría ejercer ni abalar el diploma por mis antecedentes penales.

Así que,segui con psicología que me había atrapado por las cosas que leia. En ese momento
tenía dos tutores de la unidad de apoyo a la enseñanza, que me visitaban regularmente.
Ese medio año, sirvió como intruducción a la facultad, dado que no pude dar exámenes, a
pesar de esto fue muy buena la experiencia.

Al año siguiente, ya se comenzó a estudiar, pero existieron algunas complicaciones, como el


arribo de los materiales, porque no podia tener acceso a biblioteca y no existían becas para
fotocopias. Esto dio como resultado, que se le otorgara una autorización a mi esposa, para
que fuese a biblioteca como si fuese yo.

Todo esto llevo varios meses, por lo tanto el acceso a la educación no fue fluido ese año. Al
siguiente año, comencé a estudiar con un acompañamiento quincenal directamente basado
en las materias a estudiar. Pude dar dos exámenes que salvé y uno que perdí, siendo
nuevamente la experiencia excelente.

Al próximo año, se volvió a complicar, porque fui trasladado a la unidad de punta de rieles, la
cual tenía una barraca para ingreso por 30 días,al salir de ella, costó algún tiempo más para
que la facultad ingresara nuevamente, ese año no fue muy productivo en materia de estudio.

La psicología es una carrera muy difícil, pero gratificante desde el punto de vista que te
permite abrir la mente, observar los diferentes puntos de vista y cuestionamientos a distintas
problemáticas de personas, grupos y sociedades de distintas épocas. También permite
comprender realidades en distintos contextos, como gobiernos han manipulado sociedades
desde los inicios de los tiempos.

En lo personal, es una carrera extraordinaria, la cual me encantaría terminar ,ejercer de ella


para transmitir los conocimientos que adquiera en la licenciatura y con los mismos poder
ayudar a otras personas. Me ha aportado conocimientos de comportamientos y pulsiones
que yo lo he llevado al terreno enteramente personal. Esto, me ha ayudado a corregir
comportamientos personales, familiares y sociales que veía de forma muy distinta. También
puedo decir que esta última experiencia en el año 2018, fue muy funcional y aunque se
comenzó tarde, el apoyo de las chicas pasantes fue de gran aporte, ya que me enseñaron
una forma de estudio práctica para mi.

La regularidad de ellas al venir una vez por semana, también fue muy buena por la
continuidad que le da al estudio. Ya que nosotros no podemos estar en clases presenciales,
que es una dificultad, ellas pueden acercar parte de los contenidos. La educación aporta
para mis proyectos y sueños de vida, para mi afuera de estos centros y me saca de las
estructuras limitantes de las cárceles.

Aprovecho la oportunidad para poder agradecer, este momento por permitir que pueda
expresar pensamientos y sentimientos en un sistema estructurado que se contradice con la
palabra rehabilitacion. Agradezco también a los educadores que apoyan estas iniciativas y
también pienso en aquellos que se han dejado atrapar por el sistema carcelario que aún
tenemos.

Comprendo que son muy pocos trabajando,para cambiar un sistema centenario para la no
rehabilitación. Creo en mi mas personal opinión y por la experiencia de los años vividos
dentro de distintas cárceles, que si el cambio que se quiere lograr en educación y trabajo se
les permite realizar, como verdadero proyecto de rehabilitación va a hacer que baje el índice
de reincidencia. Siempre teniendo en claro las problemáticas sociales, si no se les permite
realizar correcta y seriamente estoy seguro que para dentro de unos años van a existir más
personas privadas de libertad en el sistema carcelario.
Proyecto Espacio UDELAR para los estudiantes privados de libertad de la Unidad
Número 3 Libertad
Libertad, 09 de abril del 2019

Sub Dirección Técnica:

Supervisor Penitenciario G. H.:

Introducción:

Quien suscribe, Operador Penitenciario Grado 1 Alejandro Marichal, ingresado al

I.N.R. el 01 del mes de noviembre del 2016, actualmente cumpliendo servicios en el


Departamento Educativo (Celdario II) desde el mes de setiembre del año 2017. A
continuación, paso a detallar las tareas que realizo y como estas se relacionan
intrínsecamente con el trato directo con población privada de libertad de dicho
establecimiento con el siguiente proyecto.

Desde el ingreso a la U.I.P.P.L Nº 3, desempeño la labor de seguimiento educativo con


impartición de tutorías (método de seguimiento educativo individual realizado por uno o
varios docentes de Educación Secundaria a P.P.L. próximos a culminar el bachillerato),
elaboración de listas de primaria y secundaria con los internos habilitados a cursar las
mismas, cuidado y mantenimiento a nivel general de los salones de dicho departamento
situados dentro del mencionado celdario. Asimismo, estoy encargado del traslado de
docentes e internos a las aulas educativas, inclusive a otros celdarios.

En referencia a la presencia de estudiantes universitarios en este centro penitenciario,


encuentro como punto de partida el convenio realizado entre Udelar e I.N.R. en el año
2016, que fundamentó un cambio sustancial para el ingreso de la universidad y la apertura
educativa para las P.P.L., que por razones de su perfil delictivo no acceden a salidas
transitorias, como ocurre en este establecimiento que tiene la característica de ser de
máxima seguridad.

La primera participación de la UdelaR en la unidad, ocurrió en el 2016 en el sector


Barracas, en ese momento se contaba solo con un interno inscripto en la licenciatura de
psicología.

Tres años más tarde o actualmente si se quiere decir, se encuentran estudiando 9 PPL en
diversas propuestas académicas y un total de 13 ppl que están culminando bachillerato
y próximamente se anexaran a la educación terciaria.

A continuación, detallo nombres y carreras que se encuentran cursando: La carrera en


Ciencias Económicas: Los internos L. D, R., G.alojado en el 4 piso del
celdario I, R. S., R. en el sector barracas y A. M. del sector C del celdario II.

En la Licenciatura en Psicología contamos con cinco alumnos, estos son: I. I., D.


alojado en 2do piso del celdario I, S. B. del celdario II sector F, B. C., R. del celdario II
sector C, L. G. del sector barracas . En la licenciatura de Derecho tenemos al Interno A. P.
en el sector F y por último el interno R. S. M. ubicado en el sector A, quien retomo la
carrera de veterinaria abandonada luego de ser recluido.

Uno de los avances más significativos para los estudiantes en privación de libertad, fue la
apertura del Espacio de Inclusión Digital en el año 2017, ya que proporcionó además de los
insumos informáticos necesarios, el ingreso a las plataformas virtuales educativas,
otorgándoles autonomía sobre el aprendizaje.

Como proceso de trabajo a destacar con este grupo, subrayo la necesidad explicita que
tienen los internos de obtener un espacio de convivencia en común, que habilite un lugar
acorde para la educación a nivel terciario. Es desde este punto que partió la iniciativa, en
reuniones que los internos han desarrollado en sus encuentros semanales en el salón de
informática, en las cuales pude participar en dos ocasiones. De esta propuesta, la cual es
avalada por la Udelar y en especial por la Facultad de Psicología y la de Ciencias
Económicas, surge la proposición de igualar la calidad locativa y espacial proporcionando
así, un mejor desempeño académico que se fundamenta en un adecuado lugar para la
concentración y la accesibilidad docente acorde con el nivel en el que se encuentran.

En relación a esto, es que me propuse tender redes que apoyen este proyecto, por lo tanto,
decidí contactar a la docente Cecilia Baroni perteneciente al Instituto de Psicología,
Educación y Desarrollo Humano de la Facultad de Psicología, la cual fue docente de quien
suscribe en la Unidad Curricular Obligatoria Espacio practico en el año 2014. Actualmente,
es coordinadora de la formación de psicología de los estudiantes en privación de libertad de
la citada licenciatura y referente de la práctica de tutores entre pares con estudiantes de
psicología en el encierro, en coordinación con PROGRESA, cuyo docente a cargo es el
Prof. Adj. G3 Alejandro Bouzo.

Para dar cierre a este apartado, resulta importante destacar, el grado de participación que
presentaron los internos el día 5 del corriente mes. Estos decidieron hacerle llegar a las
autoridades del I.N.R y la Udelar tal planteamiento, el cual tuvo aceptación por ambas

60
partes y motivó el actual proyecto, que es la construcción de lo que hemos estado
construyendo durante cerca de un año.

Marco Teórico:

Para comenzar a plantearme el porqué de esta propuesta, es fundamental entender los


efectos de la privación de libertad y el carácter resiliente que tiene la educación en este
contexto, en especial en la unidad en la que nos encontramos, siendo la actividad que logra
ingresar a todos los sectores y en creciente expansión presentando privados de libertad
entre primaria y ciclo básico de secundaria. Actualmente, el acceso a educarse es uno de
los fundamentos del tratamiento en el encierro en establecimientos de estas características.

Los efectos de la institución carcelaria en su forma clásica, representa para el interno una
afectación nociva y perdida de su potencial. En referencia a esto Ruiz et al: citado por
Cajamarca (2015) nos dice: «El ingreso de un individuo a la prisión predispone desde su
primer contacto un aislamiento social-afectivo que conlleva a la disminución de una serie de
roles y factores sociales, familiares y sexuales, que, a su vez, deteriora la autoestima e
identidad» (Cajamarca, 2015, p.4).

Es menester reflexionar los impactos que un sistema con estas características puede
producir sobre la singularidad de la personalidad, que dista sobremanera de la creación de
una oportunidad diferente al momento de pensar su egreso. La estructura tradicional de
centro de reclusión plantea a la cárcel como un depósito de personas que carece de los
efectos normalizadores por cuyo fin fue creada (Lewkowicz, 2004). Este tipo de proyectos,
nos provee de la posibilidad, desde los aspectos institucionales de proporcionar un espacio
de restauración basado en la educación como fundamento problematizador y de
ciudadanía.

Como hemos visto, en el sistema penitenciario existe un alto índice de reincidencia. De la


misma manera somos testigos de la potencialidad que algunas personas presentan ante la
adversidad. Son conocidos los casos de personas que, tras haber padecido largos
encierros, han logrado sobreponerse y generar a partir de eso un motivo para continuar con
sus vidas. Zaffaroni (2015) afirma: “En el caso concreto de la prisión, cabe suponer que
debemos encontrar estos casos más frecuentemente, desde que no hay una intencionalidad
deteriorante, sino que se trata de un simple resultado del ejercicio de poder en la prisión.”
Zaffaroni, 2015, p.24).

Ante esto debemos tener en cuenta que estas personas son la excepción y no la regla,
dado que en su mayoría la población carcelaria se comporta de acuerdo al

61
estereotipo y al rol prevalente en el encierro. Podemos referirnos, a dos factores que están
en tensión constante, una es la potencialidad como la singularidad que impulsa al sujeto,
que en este caso está en la educación y lo que genera en el estudiante preso el acceso a
ella. Esta actúa como factor protector que ayuda a proyectar al sujeto.

Realizar un proceso educativo en el celdario I y II, representa la puesta en práctica de


mecanismos, que implican desde la adjudicación de asignaturas a los sectores de forma
semanal, hasta acuerdos con los docentes para organizar clases quincenales en
sectores en los cuales existía un menor grado de intervención. Este mecanismo, fue creado
y ejecutado por los funcionarios que estamos en ambos celdarios y avalados por el
Departamento Educativo y las Subdirecciones respectivas.

Por lo tanto, como podemos observar en este recorrido, llegar a la universidad representa un
hito, no solo para la persona que lo obtiene, sino que, para la institución y el sentido de la
progresividad en el sistema.

Observando un recorrido posible para nuestro país, encontramos en la República


Argentina la educación terciaria en cárceles en su mejor exponente, el Centro Universitario
de Devoto. Dicha institución se encuentra en funcionamiento desde el año 1985.

Es importante tener en cuenta, que su surgimiento se debió a una serie de acuerdos


mancomunados, entre los actores de la universidad, el Estado representado por las
autoridades de los ministerios públicos y los mismos internos que vivieron en sus
propios recorridos y luchas por la necesidad de garantizar el acceso a la educación de
forma pluralista y participativa. «En el interior de la prisión, los prisioneros organizaron un
sitio en el que podían dictar y tomar clases; estudiar y pensar» (Lewcowicz,2004, p.141).

La experiencia Devoto, a partir de esto comienza a generar en las personas que


participan del centro, otro tipo de forma de sentirse y ser en la institución carcelaria.
(Lewcowicz,2004).

En tanto, esta propuesta es desarrollada con el objetivo de continuar profundizando los


convenios suscriptos por Udelar- I.N.R. Asimismo, confío en que se encuentra a la altura de
los fines de la reforma carcelaria en la que continuamos trabajando desde el año 2011. Es
por las razones anteriormente nombradas, que se solicita un lugar material y adecuado
para la educación superior. Esto sin lugar a dudas, proporciona una posibilidad
ejemplarizante para los internos que continúan el proceso educativo y un proyecto en el cual
colocar sus expectativas a mediano y largo plazo.

62
Objetivos de la propuesta

El grupo de estudiantes universitarios privados de libertad tiene como principales


objetivos:

1. Objetivo general: Contribuir a la inclusión educativa de toda la población


que estudia a nivel terciario en la Unidad.

2. Objetivos específicos:

(i) Creación de un espacio común y físico en el sector barracas para


que los estudiantes privados de libertad puedan ser alojadas allí.

(ii) Contribuir a la accesibilidad de los recursos educativos digitales y


materiales. Así como también, generar un lugar apropiado para el
ejercicio docente.

(iii) Desarrollar un espacio interdisciplinario que conjugue los aspectos


sociales y de aprendizaje que actualmente se encuentran fuera del
alcance de la mayoría y optimizar los Recursos Educativos en un
sector de progresividad.

(iv) Formar ciudadanía desde una educación universitaria de calidad,


contextualizada en la problemática carcelaria, haciendo hincapié en
la sensibilización y la creación de un proyecto de vida realizable.

(v) Contribuir a la sociedad en su conjunto, disminuyendo los índices


de reincidencia en articulación con redes institucionales y de
carácter civil.

(vi) Democratizar el ingreso a la universidad, no solo para el privado


de libertad, sino también del funcionariado en general, creando
espacios de cercanía con la Educación Superior.

Metodología y espacio físico

Como estrategia, las ppl proponen crear dispositivos materiales y de trabajo en equipo para
el acondicionamiento y refacción de un alojamiento que puede estar situado en dos espacios
propuestos por los internos.

Como primera opción encontramos el lugar en el cual actualmente de desarrolla la


carpintería en el sector barracas. Esta, fue elegida como primera posibilidad, dado su
cercanía con el personal penitenciario perteneciente a la subdirección operativa y la
importancia que estos tienen al momento de pensar en la habilitación de la vida cotidiana en
la unidad. Esto es pensado según el concepto de seguridad dinámica con la cual la

63
seguridad contribuye con el orden de los sectores y con la realización de las actividades en
general.

63
Otro aspecto positivo, que destacar en referencia al lugar, es la inmediación con el nuevo
Espacio de Inclusión Digital y la biblioteca del sector, que posibilitan lugares adecuados
para el aprendizaje y el trabajo en equipo. Actualmente la mayoría de los estudiantes
(7), no están en el mencionado sector, por lo tanto, los recursos no están pudiendo
utilizarse de forma óptima.

Ante esto, vale destacar que por razones de servicio se han tenido que suspender en
ocasiones el traslado de los internos a estos espacios, fundamentando aún más la
necesidad de otorgar un lugar en común en este sector de progresividad. Por último, otras
de las opciones trabajadas en referencia al alojamiento, es un espacio que se encuentra
cuasi armado consiguientemente al taller de costura que está dentro del Sector Barracas,
esto se expone a los efectos de economizar los recursos materiales y utilizar los espacios
en desuso ubicados en este Sector, así como también optimizar los Recursos Humanos que
se destinan en el traslado y cuidado de las P.P.L.

64
Conclusiones finales

Contribuir a la educación terciaria en una unidad con las características expuestas en este
proyecto, simboliza crear una oportunidad alcanzable para las P.P.L que se encuentran en el
establecimiento, así mismo la permanencia en el sector proporcionara la adherencia de los
internos a las dinámicas del sector. Como trabajadores penitenciarios, nos otorga un
argumento eficaz para pensar un tratamiento en el encierro.

Otro aspecto a tener en cuenta es el buen inter-relacionamiento de los estudiantes


privados de libertad tanto con el personal penitenciario, como así también con sus pares.

Si observamos los hechos, desde que existe el Centro Informático, los internos han sido
trasladados al mencionado sector y no se constataron hechos que interpelen al orden y/o a
la seguridad. Debemos visualizar, que el crecimiento en la matricula educativa determina
que en breve se pueda hasta duplicar la cantidad de P.P.L. estudiando en la
universidad. Ante esto, es necesario que se logren optimizar los mecanismos educativos,
materiales y del personal penitenciario en la unidad.

A mi entender, este proyecto representa no solo una oportunidad para el privado de


libertad, sino que también la creación de un espacio que propicia el advenimiento de una
educación terciaria con mayor calidad, pudiendo ser utilizada por el mismo personal que se
desempeña en la unidad. Esto es, gracias a la flexibilidad curricular de las facultades, que al
igual que ocurre con los estudiantes en el encierro, proporcionan una mayor adaptabilidad a
la vida cotidiana de las personas que las transitan, siendo una oportunidad de crecimiento
para todos los actores que intervienen.

La inferencia educativa de los estudiantes en privación de libertad, produce la posibilidad


del trabajo con Recursos Humanos calificados, que logren inferir en la habilitación de
espacios de aprendizaje entre estos y los demás privados de libertad del sector. A tales
efectos, es menester hacer mención a los talleres de educación primaria realizados por
los internos A. P. del sector F y L.G. del sector B con supervisión de quien suscribe en el
año 2018. Esto resulto, en un fuerte apoyo a la enseñanza, en momentos en que ocurría
faltante docente

Esperando se tenga consideración y una respuesta de lo expuesto en este proyecto, se


despide cordialmente:

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