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TÍTULO

Reinserción Social
Análisis sobre experiencias subjetivas
de reinserción social

Estudiantes: Rodrigo Colilef Alcafus


Matías Faulbaum Santana
Marco Mancilla Águila
Catalina Gallegos López
Psicología Social – Docente Ps. Héctor Ahumada

1
Agradecimientos

Agradecer en primera instancia al interno (resguardando su identidad) proveniente del


Centro de Cumplimiento Penitenciario de la Ciudad de Osorno (CCP) por su gran
disposición y colaboración en nuestro desarrollo académico, al permitirnos conocer
aspectos de sus vivencias personales, aspiraciones, metas y experiencia dentro del penal.

A la docente de la Universidad de los Lagos Ps Lorena Leal por contribuir a nuestro trabajo,
permitiendo y facilitando las condiciones para nuestra entrevista al interno, al igual que
su colaboración desde su relato.

Al docente Ps Héctor Ahumada por su orientación en el desarrollo del trabajo, formación


de las entrevistas semiestructuradas, apoyo de material bibliográfico, etcétera.

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Introducción/ Problematización

En aras de definir el foco de nuestro ensayo final tuvimos como interés de equipo explorar
el proceso de “reinserción social” de quienes hayan cumplido una condena o en mayor
especificidad se encuentren atravesando una readaptación al medio social del que fueron
apartados al quebrantar la ley, mandatos o valores sociales. Esto contempla el significado
de “Reinserción”, las dificultades y facilidades que se perciben en este proceso, la
disposición al cambio de las conductas implicadas en el acto delictual, etc, estas entre las
diversas etapas y dimensiones que abarca este proceso. Sin el objetivo de desvalorizar
ningún factor, sino a fin de mejorar la calidad del análisis nos centraremos en las temáticas
referidas a la vida cotidiana en la cárcel, las prácticas y significados atribuidos por la
institución a cargo (GENCHI) junto a sus funcionarios dentro de sus lineamientos de trabajo
“Intervención psicosocial criminológica” y “Prestaciones para la integración social”, la
resocialización imbricada en el proceso, la relación con la identidad del interno y el estigma
implicados en el proceso. Otro aspecto abordado en el presente ensayo es el proceso de
institucionalización que cumplen los centros penitenciarios, aquellos que ejercen un orden
social y productores de significados reivindicadores y generadores de un quiebre en la vida
cotidiana del sujeto.
En función a esto se plantean las interrogantes ¿Que es la reinserción social? y ¿cómo el
sistema penitenciario se relaciona con la reinserción social? temáticas relevantes para el
estudio de la psicología permitiendo la comprensión de los factores que influyen significado
y las prácticas reinserción social, el cómo se trata con los internos y su conducta, generando
un mayor entendimiento y construcción de lo que significa ser un recluso y cómo este
proceso le da un carácter normativo tipificado que se debe dar dentro de la sociedad por el
orden institucional que establecen estos centros penitenciarios

Con el fin de abordar estas temáticas nuestros esfuerzos fueron canalizados a intentar
aproximarnos a la vivencia subjetiva de un protagonista de este proceso, conocer su zona
de significados y su nivel de comprensión en torno a la transición de la pérdida y
recuperación futura de su libertad total. Oportunidad que tuvimos a través de una entrevista
semiestructurada donde se abordaron temas como la comprensión del entrevistado por la
palabra reinserción, el cómo describiría su experiencia de esta vivencia, las dificultades y
cómo se percibe por parte del medio social en que se insertará, entre otros.

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Plantear un análisis de la dimensión subjetiva de un sujeto requiere de igual manera
exponer la dimensión objetiva de la temática en cuestión, es decir, lo que se comparte a
nivel institucional como reinserción, que ha sido construido a través del tiempo y forma
parte hoy de lo que es conocido como lo real o lo verdadero, de igual manera de es de
nuestra consideración que debe abordarse la función y características de institución penal
actual, las características que entregan cuerpo y consistencia a lo que conocemos como
Cárcel/Penal (o sus variaciones conceptuales) o en este caso más específico los conocidos
como “Centro de Cumplimiento Penitenciario” en nuestro país. Por lo antes mencionado
planteamos la contextualización a nivel histórico de los objetivos del sistema carcelario y su
papel en este proceso como un recurso necesario e indispensable para el análisis posterior
a realizar.

A modo de abarcar de mejor manera la posición institucional más allá de lo teórico y lo


reglamentado tuvimos la oportunidad de trabajar con quién se desempeña al día de hoy
como funcionaria/psicóloga de la institución de “Centro de Cumplimiento Penitenciario”,
donde se buscó conocer su rol dentro de la institución, las actividades que lleva a cabo y
los fines que tienen estas mismas, así como también conocer algunas de sus
consideraciones más personales acerca de la temática planteada, es decir, aproximarnos
al aspecto de su relato y lo que nos pudo expresar fuera y dentro de su rol como profesional
siendo parte aún del proceso de reinserción.
Cabe destacar que el objetivo del trabajo presentado no busca ser un estudio comparativo
o alguno similar, sino entregar al lector una aproximación a vivencias personales y las
percepciones de estas, que podrían ser ajenas o desconocidas a su vida cotidiana o su
percepción habitual.

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Metodología

El presente trabajo investigativo tiene una metodología cualitativa resultando la más


adecuada para analizar las dimensiones que se presentaron a través del relato obtenido
por parte de un individuo que actualmente forma parte de un proceso de reinserción, siendo
en este caso un interno del “Centro de Cumplimiento Penitenciario de Osorno” que
actualmente cuenta con beneficio de permiso de salida y una funcionaria de la misma
institución antes mencionada. En cuanto a la técnica utilizada se realizaron entrevistas
semiestructuradas con ambos participantes mediante las cuales fueron obtenidos los
relatos y las dimensiones que se abordarán en el posterior análisis.
Por su parte, las herramientas utilizadas fueron laptop con cámara y conexión a internet
para llevar a cabo la entrevista vía online con el interno y grabadora de audio que fue
autorizada y consentida por los participantes y en el caso del interno entrevistado por los
responsables de su custodia dentro del penal, grabadora que buscaba capturar la esencia
expresiva del relato y la posibilidad de la posterior transcripción en formato digital.
Finalmente, el trabajo realizado consta de dos partes, una de naturaleza teórica constituida
de revisión bibliográfica, revistas y estudios científicos relacionados que pudiera sustentar
tanto el marco teórico, los objetivos planteados, así como la significancia del trabajo mismo.
Por otra parte, existe una parte de naturaleza práctica que corresponde a las entrevistas
semiestructuradas realizadas, así como las transcripciones de las mismas.

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Institucionalización del sistema penal (La vida en la cárcel)
La vida en las cárceles chilenas se constituye como mecanismos institucionales que tienen
como función social construir la justicia social y mantener el orden público o como una
entidad que alberga a los miembros más desaventajados y excluidos de la sociedad (F.
Pérez & G. Sanhueza, 2018, p. 4). Desde el punto de vista de Gendarmería de Chile se
presentan a estos centros penitenciarios, como “recintos donde deben permanecer
custodiadas las personas privadas de libertad en razón de detención y mientras están
puestas a disposición del Tribunal pertinente; las personas sometidas a prisión preventiva
y las personas condenadas al cumplimiento de penas privativas de libertad”. (Gendarmería
de Chile).
Si nos remontamos a análisis realizados por teóricos clásicos en torno al derecho y a las
transformaciones que ha experimentado el sistema penitenciario son destacables los
trabajos realizados por Émile Durkheim mencionado por Ritzer, en que identifica
características propias de estas instituciones a través del tiempo y de acorde a los cambios
sociales experimentados, en que en primera instancia reconoce una caracterizada por
operar en un derecho represivo/leyes represivas, esto hace referencia aquellos sistemas
penitenciarios más arcaicos en que el agresor fuera castigado al cometer una acción
considerada una ofensa contra el sistema moral colectivo, este tipo de castigo se podía
materializar en acciones como cortarle las manos al ladrón, la amputación de la lengua ante
una blasfemia o la pena de muerte. Por otra parte, en una sociedad moderna (transformada
tras la revolución industrial) se distingue el derecho restitutivo, a los individuos se les pide
que cumplan con la ley o en caso de transgredir esta que recompensen a quienes perjudicó
con sus acciones, es decir, que el infractor devuelva el daño que causó, reconocido hoy
como trabajo penitenciario (G. Ritzer, 1993, pp. 214-215). Desde esta noción define estas
instituciones como necesarias para la revitalización de la cohesión social, posibilitando la
afiliación a la normativa del lazo social.
Otro análisis realizado con anterioridad que nos permite comprender las transformaciones
del derecho penal y el sistema penitenciario a través de la historía nos remonta a los
trabajos realizados por el pensador postmoederno Michel Foucault, en una de sus obras
ilustres “Vigilar y Castigar” se nos expone este proceso de transformación que ha
experimentado el “régimen penitenciario” observado principalmente entre los siglos XVIII y
XIX, el autor como se mencionó hace alusión a una transformación evidente que dista en
algún grado de las ideas de Durkheim, si bien Foucault también reconoce una
transformación de lo penal este considera que en cada fase o estadio atravesado existen
relaciones de poder que se anteponen a las leyes o estatutos que buscan regir el acto
transgresor, para Foucault en primera instancia la pena se ejercía sobre el cuerpo de la

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persona a través del suplicio (similar al derecho represivo de Durkheim) en que el
transgresor era sometido a algún grado de sufrimiento público como castigo, este fue
transformado luego y desviado como un castigo hacia el “alma” por sobre el cuerpo, es decir
a un sentido reformador o corregidor en que se elimina el “Espectáculo Punitivo” y se busca
la conciencia colectiva acerca de la certidumbre del castigo sea por ejemplo a través del
encierro, trabajo forzoso, deportación, etc, siendo el sentido la privación de derechos y
bienes como la libertad, como un nueva etapa que atraviesa el castigo Foucault reconoce
el uso de la Disciplina como el principal mecanismo de poder, en este sentido podríamos
decir que el poder ahora además de excluir, reprimir y ocultar lo desviado tiene la función
de “producir” una realidad o un tipo de individuo.
Dentro de la investigación que se realizó para sustentar este trabajo fue posible reconocer
que en la actualidad el encarcelamiento tiene la función de rehabilitador, con el objetivo de
preparar a los internos para su reintegración social de manera pro-social e integrada,
enfocándose en intervenciones para los sujetos desviados a la sociedad, proceso que en
la Realidad Chilena el precario funcionamiento de las cárceles chilenas está obstaculizando
la reinserción social ya sea por la vulneración de derechos en las cárceles y las condiciones
precarias de vida (F. Pérez & G. Sanhueza, 2018, pp. 8, 9, 11).
La vida en la cárcel desde una perspectiva crítica tendría un carácter represivo y
uniformante, considerando que estas instituciones no pueden realizar su objetivo como
institución educativa. El proceso de socialización al cual son sometidos los internos es un
proceso negativo, esto referido a la desculturización, es decir, desadaptación a las
condiciones que son necesarias para la vida en libertad aludido a la pérdida de la capacidad
de ordenar y decidir la propia conducta del sujeto, pérdida del sentido de
autorresponsabilidad económica y social, el alejamiento de los valores y pautas
comportamientos propios de la sociedad externa, lo segundo especificado como la
“prisionalización” mentado bajo las actitudes, comportamientos y valores característicos de
la subcultura carcelaria, generando una fractura social, generada por la separación del
sujeto con su realidad cotidiana (A. Baratta, 2004, pp. 192-195). En consecuencia, el autor
Alessandro Baratta refiere a estos centros penitenciarios y bajo estos dos procesos
descritos, como la reinserción se ha reconducido hacia dos procesos característicos, la
educación para ser un criminal y la educación para ser un buen detenido, identificado en el
relato del interno: “cuando tú quieres hacer las cosas bien te van a tratar de que no eres
normal (...) se forman 2 mundos la gente licita, la gente que hace cosas como se debe hacer
y la gente que trata de buscar la verdad” (2004, p.195). El primer proceso se influyó por el
hecho de la jerarquía y la organización informal de la comunidad está dominada por una
minoría de internos, con orientación a-social, orientada subsistir en este sistema y
negándose a la reinserción, los cuales por sus atribuciones de poder y prestigio que
adquieren asumen el rol como modelos ante los demás. El segundo se da parte de la

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adopción de cierto grado de orden, normas formales e informales impuestas por el personal
garantes de poder legitimados por el orden institucional, por lo que el sujeto interioriza
modelos de comportamiento actualizados que facilitan el desenvolvimiento de la vida en la
institución propiciando actitudes de conformismo pasivo y aprovechamiento de
oportunidades (p.196), manteniendo el carácter rehabilitador de la institución. Desde este
eje del aspecto rehabilitador y disciplinario es posible vislumbrar además el factor
reformador (o de producción de un sujeto en cuanto a Foucault) desde el sujeto que ingresa,
es sometido al proceso de reinserción produciendo además de esta manera un nuevo
sujeto.

Significados de la Reinserción social


La institucionalización entendida por los Teóricos Berger & Luckmann son fundamentos
legitimadores de significados que persisten, estos son internalizados por el individuo
posibilitando la producción de nuevos significados los cuales son integrados a los ya
atribuidos, dando la posibilidad de vivir en una sociedad coherente que legitima el orden
institucional (1968). Por lo que la reinserción social es un producto social fundamentado por
este mismo orden, posibilitando la resocialización de los internos y generar pautas de
comportamiento consideradas como pro-social.
En esta dimensión podríamos rescatar 3 dimensiones formales que entregan significados
vitales en la construcción del concepto de reinserción, teniendo en cuenta lo que nos dice
gendarmería sobre reinserción social “que no vuelva a cometer delitos”, la psicóloga a cargo
de los procesos de intervención dentro del penal, quién ejerce funciones de evaluación e
intervención, y el significado que el interno le da a esta vuelta a su libertad total luego de
encontrarse recluido tras quebrantar el orden institucionalizado.
Esta dimensión precisamente da lugar y afecta directamente en las interacciones que deba
llevar el interno privado de libertad, a su vez guiarán su comportamiento en base a los
criterios de los funcionarios a cargo.
“Para mí la reinserción social es como un concepto super amplio(...)el proceso de
reinserción comienza desde que la persona está en la cárcel, la relación conmigo
ya es un proceso de reinserción(...)la reinserción en el medio libre en sí misma es
un estresor para ellos porque llegan a un hogar al que hace mucho tiempo no
estaban” (ps.L)
El significado que le da el interno a la reinserción social es particularmente relevante, debido
a que todo lo que se sepa de este proceso, comprenderá la forma dará al interno una forma
de ser, pero también de lo que quiere ser en caso de cooperar con su reinserción. De ello
interno nos menciona que:

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“Yo creo que reinsertarse en la sociedad hoy en día es sentirse normal, sentirse
parte de la sociedad, sentirse una persona como todas las personas”
Este extracto revela un aspecto normativo dentro de lo que es considerado normal y
anormal en la sociedad, que llevaría consigo un efecto sobre la identificación del interno y
su desempeño a finalidad de lograr este proceso resocializador. Tal proceso es
comprendido por Zuñiga P. cómo “la misión de resocializar, es decir, contribuir a la
reinserción social mediante diversas acciones que consideren a los sujetos(as) privados(as)
de libertad, como sujetos de derecho” (Gendarmería de Chile, 1979)

Identidad/estigma
Trabajando desde una temporalidad subjetiva y valorativa en cuanto a quién era el interno
antes de entrar al penal, quién es dentro del penal privado de libertad y quién será en
completa libertad, se percibe como esta transición impacta al individuo a través de todo el
proceso, en el comienzo de la resocialización que proporciona la cárcel, ya que no sólo
entrega el espacio físico para privar de libertad a los internos, sino que también
arbitrariamente establece quién debe ser el interno, generando una etiqueta social tanto
dentro como fuera del penal. De esta manera al comienzo del proceso puede crearse un
despojo de las creencias más significativas para el interno privado de libertad, lo
que proporciona un quiebre significativo en la identidad del sujeto. Según Erving Goffman
“la barrera que las instituciones totales levantan entre el interno y el exterior, marcan la
primera mutilación del yo”(p. 27, 1972).
“Mi mancha en la familia o esa mancha puede ser perjudicial para ellos y de repente
pienso en eso como que lata o sea que fome que yo por mi antecedente mi familiar
no va a poder cumplir un sueño”
“Aprender a valorar por ejemplo, cada segundo de libertad de la que ud tiene
hoy en dia eso para mi fue como un aprendizaje para la vida.”

Desde este relato se puede observar como el interno participante identifica una
transformación en su persona, un proceso comprendido como un cambio total de sí mismo,
otro aspecto que no escapa de este proceso y que es principal en el proceso de reinserción,
es el ambiente, que comienza desde el espacio físico entregado (un lugar completamente
aislado y restringido), articulandose con las relaciones humanas dentro del penal, sea la
relación con funcionarios de la institución, la relación entre otros internos y por supuesto, el
mundo exterior al penal.
Es también así como en este proceso de resocialización influye el peso del denominado
como “otro significativo”, siendo estos personas que contribuyen a este proceso por medio
de dimensiones afectivas como normativas, es decir, el apoyo percibido por individuos con

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un peso emocional (familia, amigos,etc) y también un peso sobre cómo hacer bien las
cosas, factor que es posible situar en el relato del interno.
“Mi red de apoyo que es fundamental en este momento, es mi madre, ella es como
la cara visible, de mi apoyo central, están mis hermanos también (...) gracias a ellos
también, yo pude optar por ejemplo a hacer las cosas bien y poder estar con
beneficios ahora”
Roles
Una de las dimensiones que se pueden observar, es la designación de roles específicos
que delimitan parámetros de acción dentro de la institución desde el momento en que el
recluso entra a prisión, creándose así una escisión entre quienes son los “internos” y
quienes son los “funcionarios” o “supervisores”. En este caso, el interno quién es objeto de
vigilancia e intervención por la infracción de ley, le es asignada una rutina junto a diversas
labores a realizar dentro del penal como parte del proceso reinserción social. Aquello
fundamentado por el interno, citado en este relato:
“eso va de la mano con tu conducta, de cómo te portas aquí adentro, de cómo tu vives tu
día a día (...) debes contar si quiera al menos con 6 meses de muy buena”; “Yo llegué a
trabajar de mozo (...) y ahí comencé trabajando en lo que es dieta y desde enero de este
año que trabajo en central de bodega” implantándose que todas las etapas de actividades
diarias están estrictamente programadas, asimilando un proceso de adaptación al rol como
interno.
Por otro lado, existen los funcionarios o facilitadores de igual manera, quienes cumplen la
labor de entregar y supervisar las actividades que realizan los internos, abogando la
reeducación social del interno. Estos funcionarios también están intrínsecamente ligados a
los significados de reinserción social que posean, lo cual moldea sus prácticas dentro del
penal, ejerciendo y comprendiendo distintas visiones según el estamento al que
pertenezcan, en este caso, obtenemos el rol de una funcionaria perteneciente al área de
intervención. Aquel conforma y determina las decisiones administrativas de la institución, el
cual establece parámetros y sostiene un poder legitimado por la institución ante el interno
(C. Marcuello y J. García. 2010. pp. 56, 57), siendo estos quienes establecen las decisiones
sobre los beneficios como salidas, permisos, etc.
“En los procesos de intervención en las sesiones grupales o individuales
podemos tener un acercamiento a su realidad criminológica, porque yo no soy
terapeuta, no hago psicoterapia, yo lo que hago es intervención en los factores de
riesgo criminológicos…”

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“Lo que pasa es que (...) yo evalúo riesgos y también evalúo escenarios de
riesgo y cuando evalúo escenarios de riesgo evalúo cuán probable es que el sujeto
repita la conducta con las características que presenta hoy día (...) uno tiene una
responsabilidad con los procesos de ellos pero que son de ellos, yo soy una
facilitadora”

Discusión/Conclusiones
Como tal, el proceso de reinserción social tiene distintas aristas significativas para llevarse
a cabo, no es un proceso unidimensional en el que una variable pese más que la otra si no
que las distintas dimensiones están en constante interacción, influyendo mutuamente, por
ejemplo, el contacto con el ambiente dentro de la cárcel y el medio libre. Además, es un
proceso que cursa distintas etapas como lo menciona la Funcionaria, por ello es que será
vital poder comprender en las distintas áreas de interacción con el interno un objetivo
compartido en cuanto a lo que se quiere lograr con la reinserción social. Yendo a uno de
los aspectos críticos de este proceso, podemos comenzar relevando a las instituciones a
las cuales se les delegó el poder de reinsertar a las personas con antecedentes
criminológicos (GENCHI), en las cuales su funcionamiento debe ser óptimo para lograr
llevar a cabo este proceso de manera eficiente, como se desarrolla la cotidianidad y
entregando herramientas de resocialización como intervenciones, actividades laborales y
recreativas y por sobre todo la posibilidad de obtener beneficios que implican salidas fuera
del penal, ya que estos forman parte de un proceso de transición al mundo exterior de
quienes se consideran que llevan un buen proceso de resocialización, influenciado por
aspectos propios dentro del penal y con sus redes de apoyo que cumplen un carácter
normativo en la predominancia de conductas pro-sociales y atenuar el impacto del proceso
de adaptación al medio libre siendo este como un stressor y de llevar a cabo el
desenvolvimiento de estas conductas. Es relevante en este punto mantener que el proceso
de reinserción social está sujeto a mecanismos de poder específicos que guían lo que se
quiere lograr con estas intervenciones, creando así desde un principio el sometimiento total
del interno hacía la estructura y vida cotidiana de la penitenciaría. Por esto es que las
prácticas guiadas por esta institución en un principio deben atender y conocer en su más
grande aspecto, el tratamiento de la conducta con un riesgo social.

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Además, desde el inicio del proceso hay diversos participantes imbricados en la reinserción,
existiendo una aproximación realizada al mundo de significados de quienes viven este
proceso, sea como protagonista (interno) o como facilitadora (funcionario) que nos permite
visibilizar las experiencias y los significados que entregan comprensión de la vida en
reinserción, las que podrían resultar lejanas o desconocidas al medio social de la
comunidad sobre el sistema penitenciario local.
Así mismo, el contraste realizado a través de la dimensión objetiva en tanto el uso de los
conceptos ya antes definidos y la contextualización misma realizada nos permitió dilucidar
cómo en ocasiones las opiniones, creencias o valores de las personas protagonistas de
este proceso distan de lo que está establecido o institucionalizado, esto es percibible en los
significados subjetivos obtenidos de los relatos, en que en ocasiones se consideran factores
de relevancia distintos y en otras en que se logra una comprensión similar de estos
expresadas a través del lenguaje.
Sin duda hay muchos temas que surgen en el desarrollo de este trabajo y no han sido
abordados como; reincidencia en los procesos de reinserción, la vida cotidiana de los
internos anterior al encierro, condiciones carcelarias y el sistema judicial como influyentes
en la reinserción social, sin embargo dentro del mismo análisis respecto a las dimensiones
planteadas y sobre todo de los relatos obtenidos surge la incógnita de cómo sería este
análisis con la participación de sujeto/s que no han llevado a cabo lo que se reconoce como
un buen proceso de reinserción social, aquellos que no han vivido esta experiencia y le dan
un significado distinto a los ya expuestos.
A modo de término, plantear desde una perspectiva crítica si el lineamiento que siguen las
instituciones al tratar la reinserción y las herramientas de que dispone al sector recluido
para llevar a cabo dicho proceso de manera correcta o efectiva son los más adecuados y
beneficiosos considerando la complejidad del tema mismo, sin embargo, este proceso no
es solo dependiente de Gendarmería de Chile como institución mayormente responsable
de este sector, sino que también se ven implicados procesos sociales más amplios o
colectivos, siendo estos; los estigmas generados en un exrecluso, considerando una
reinserción completa. Cabría preguntarse, ¿De qué manera puede aportar la psicología en
la deconstrucción de este estigma? ¿Podemos desde la comunidad aportar a la
reinserción? y ¿Como?

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Bibliografía

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